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Tema N° 1
Lecturas Bíblica
Salmo 139 (138) 1-18
Es una mirada global de tu vida entera. Es lo más tuyo. Sin
embargo no tienes la última palabra sobre ella. Porque hay
muchas cosas que se te escapan. Porque arrastras mucha
carga negativa. Porque eres una criatura limitada... Quizá tu
yo se resiste a poner tu historia ante la mirada de Dios.
El salmo expresa la experiencia de quien, por fin, no
necesita el conocimiento que controla. Por fin, puedes ser
tú mismo ante Alguien. Por fin, puede descansar tu
historia en el Padre. Por fin, alguien te conoce y no
necesitas defenderte de su juicio.
Toma el salmo y dale una primera lectura. Luego ve
versículo por versículo, saboreándolo, dejando que
Tema 1: Personalizar la propia historia
Isaías 55
Cada frase es una llamada a la esperanza. Cuando todo
parece perdido, cuando tienes miedo a enfrentarte contigo
y tu historia, basta salir de ti y escuchar: “Ustedes que
están sedientos... Vengan, escuchen y vivirán...” Basta un
poco de confianza. Aunque los planes de Dios no sean los
nuestros, aunque miremos con tristeza nuestra vida... “en
vez de espinos, crecerá el ciprés”.
Fíjate en los siguientes aspectos:
• La invitación gratuita -sin requisitos- que te hace Dios.
Él invita a y no pone condiciones.
• Los tipos “sed” que traigo, que tengo...
• La Alianza que quisiera establecer conmigo
• Su insistencia en que le busque, mientras es posible
hacerlo: quizá sea el momento de comenzar este
caminar.
• Te invita a revisar tus caminos, con la confianza de
saber que El, por encima de todo es misericordia.
• La eficacia de su Palabra; llega a lo más hondo de
nuestra existencia y arideces y germina vida
• La alegría como promesa del Padre para todos aquellos
que se decidan entrar...
Lc 13,1-21
Es el Dios de la vida. Somos nosotros los prisioneros de
nuestros esquemas del bien y del mal, sin esperanza. Pero
Dios es capaz de suscitar la vida en cuanto ve un corazón
abierto. Dios paciente con su higuera, el que endereza a
los que se doblan, a los encorvados bajo el peso de su
pasado. Si supiésemos ver el reino de Dios en el granito de
mostaza, en la levadura… Al principio, cuando estrenas la
fe, ¡parece débil! Pronto verás fermentar toda la masa.
Tema 1: Personalizar la propia historia
Mi historia
Observaciones.
Nada es irreversible. Todo puede ser re-vivido dándole un
sentido. Recordar no significa pasar la película de mi vida
en plano objetivo, sino volver a recorrerla,
comprometiéndome en ella, haciéndola mía. Por supuesto,
nadie mira su propia historia sin que se remuevan los
fondos: experiencias críticas, sueños íntimos, personas
significativas...
Dios lo ha asumido todo antes que yo. ¿Por qué me niego
a reconocer mi historia? ¿Es que hay algún capítulo que
me produce malestar, hasta el punto de que
instintivamente quiera arrancarlo? ¿Por qué? Sin duda,
está revelándome algo importante de mí no integrado aún.
¿Qué temas se repiten en mi historia? ¿Qué lugar ocupa
Dios?
Mi historia de adulto ha ido elaborando “mi mundo”, es
decir, un conjunto de realidades, externas e internas, que
dan a entender desde donde he dado sentido a mi vida. Lo
que socialmente puede ser verificado como “mi mundo”
no siempre coincide con mi proyecto íntimo de ser. Quizá
una cosa es el discurso que mantengo ante los demás y
ante mí mismo, y otras cosas son las motivaciones reales
que me mueven.
Sería interesante que escribieras tu historia. Sin prisas:
según vas orando y trabajando los temas posteriores.
• Escribir la propia historia significa en primer lugar, dar
nombre a los recuerdos. Algunos los percibes como
amenazantes. Descríbelos, vivéncialos
emocionalmente.
• Releer los acontecimientos: situarlos en un conjunto,
de modo que, ahora, los ves con otra luz. Lo que antes
era puramente negativo, ahora no lo es tanto.
• Releerlos como historia de salvación: “Yo viví aquello
así; pero ¿qué pretende Dios con ello?”
Tema 1: Personalizar la propia historia
Mirarme desde Ti
La Conclusión
Me imagino que hoy voy a morir. Solicito tiempo para
estar a solas y redactar para mis amigos una especie de
testamento en el que los siguientes puntos podrían
constituir otros tantos capítulos:
Crisis existenciales
1 El tiempo humano no es solo cronología, sucesión. Sino
historia vivida. Por eso cada tiempo tiene su propia densidad, y
hablamos de cambio de ritmo existencial. Aunque hay personas
que no tienen historia, sino sucesos porque no viven su tiempo.
2. Las crisis existenciales señalan el modo deferente de vivir los
grandes ciclos vitales. Deberían ser crisis de crecimiento; pero
a veces son mal resueltas, y la persona se expone a bloquear su
historia.
3. La crisis de autoimagen corresponde a la primera etapa de
adultez, cuando se sale de la adolescencia y han de tomarse las
decisiones que orientan definitivamente el sentido de la vida y,
normalmente, el proyecto de vida.
• Crisis de identidad, porque hasta ahora el yo se percibía
desde un ideal de sí. Ahora se percibe el desfase entre el
ideal del yo y el yo real.
• Sensación confusa de insatisfacción consigo; primeras
experiencias globales de limitación, hasta ahora latentes,
comienzan a emerger (autorrealización, primado del
proceso personal sobre ideales, etc.)
• Pero todavía el futuro está lleno de esperanza.
4. La crisis de realismo, en general, va de los 30 años en
adelante y suele ser progresiva.
• La realidad no ha respondido a las expectativas ni a tus
sueños juveniles de vida espiritual, de virtud, de
transformación del mundo.
• Hay que inclinarse ante la limitación. Peligro de
escepticismo. ¿Merece la pena tanta entrega? ¿No vale más
hacerse un lugar vital cómodo?
• Emerge la necesidad de significación personal para alguien
concreto.
5. La crisis de reducción. Prolonga y radicaliza la de realismo.
• Viene por el declive de la edad; sensación de que el tiempo
no es ya posibilidad, sino límite; o por circunstancias:
enfermedad, fracaso profesional…
• Tentación de huir de la caducidad (viajes, concentración en
la eficacia laboral, coqueteos afectivos) y desafío en orden
a una nueva sabiduría de la vida, en que queda lo esencial
(Dios y el amor desinteresado al prójimo)
6. Los ciclos vitales se entremezclan, pero pregúntate. ¿Puedes
soldar tu historia, dar a cada tiempo su sentido, integrar cada
crisis, percibirla como posibilidad real de crecimiento, de modo
que no reniegues de nada? ¿En qué crisis te sitúas? ¿Cómo
la estás abordando?
Sentido de mi historia
1. Nuestro racionalismo busca explicaciones causales. Pero lo
más importante no es determinar por qué tuviste tales padres,
por qué elegiste tal carrera, por qué has sido un idealista, sino
dar sentido al conjunto de tu historia. Lo cual depende del
horizonte de sentido en que has vivido.