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Educador en Jesús-María Ficha 5

EDUCADOR EN JESÚS-MARÍA

Objetivos

1. Conocer el perfil del educador que diseñaron Claudina y sus compañeras.


2. Descubrir el significado actual de ese perfil.
3. Profundizar las características del educador de Jesús-María

Al abordar la lectura de la Positio buscando una mejor comprensión del estilo


educativo en los orígenes, encontramos el siguiente texto, perteneciente al Acta de la
reunión de la Asociación del Sagrado Corazón en su sesión de 31 de julio de 1818 y
en la que se recoge “Memoria de lo que ha hecho la pequeña Sociedad del Sagrado
Corazón, desde el 31 de julio de 1817 hasta 31 de julio de 1818”:

“El año pasado habíamos intentado hacer entrar en buen camino a


algunas jóvenes que se habían apartado de él, y procurarles un trabajo
que, asegurando su subsistencia, las pusiera al abrigo de la ociosidad y
de la miseria. Siendo difícil socorrerlas aisladamente, y no pudiendo
vigilar su conducta, como deseábamos, el 1 de agosto, la Sociedad
alquiló una celda en el claustro de los Cartujos, en donde las reunimos.
El primer mes, las chicas fueron sólo a dormir, pero habiendo podido
procurarles trabajo, la Sociedad decidió buscar a alguien que las
vigilara y estuviera en condiciones de enseñarles la religión, formar
sus corazones en la virtud y borrar las malas impresiones que
hubieran podido recibir de padres viciosos; a alguien que estuviera
también en condiciones de dirigirles el trabajo y que, al mismo
tiempo, fuera capaz de administrar y gobernar la casa.
La Sociedad pensó que no podría encontrar todas estas condiciones
reunidas sino en `personas que se entregaban a la obra con la sola
intención de agradar a Dios” 1 (Positio Doc IV p.121)

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La letra negrita no aparece en el original
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Educador en Jesús-María Ficha 5


5-A

Intentemos hacer un relectura para el hoy, de estas características:

nseñarles la religión – etimológicamente significa abrirse a la relación con Dios-


equivale hoy a situar a un joven frente a la trascendencia.

Es decirle que no sólo puede ir más allá de su realidad material, de lo que se


ve y se toca, sino también alcanzar la unión con una realidad superior.

Es animarle a plantearse las grandes preguntas de su existencia: “de dónde


vengo y a dónde voy”.

Es ayudarle a tomar conciencia de su interioridad, a releer su propia vida y a


encontrar el sentido de su caminar. Una iniciación al silencio, a la contemplación y a la
adoración pueden ser los instrumentos que le sirvan para crecer en su proceso de fe.

Acompañar en esa búsqueda es llevarle también a descubrir un nuevo sentido


en la relación con los demás. El experimentar la vida como don puede abrirle al
sentido de la gratuidad, le hace agradecido y le capacita para el servicio
desinteresado. Surge también ahí una nueva relación con la naturaleza, obra de Dios.
Esta relación enriquecida por la admiración, el respeto y la armonía le induce a la
adoración y la alabanza.

Es crear un clima que haga posible la acogida del don de la fe. Fe en un Dios
bondad que cuida de nosotros y sabe lo que nos conviene. Un Dios que nos hace
capaces de creer en nosotros mismos, en nuestras posibilidades, en nuestra propia
valía; creer en los demás, en nuestra igualdad radical de seres humanos con la
dignidad que Dios nos ha dado; creer en la vida, sus oportunidades y sus retos, esta
vida que es abrir la mirada a nuestro alrededor, porque cuanto más nos entregamos a
los demás por el servicio, mayor es nuestra felicidad y plenitud.

Para ayudarnos en nuestra tarea educativa: pistas para el trabajo

Descubrir estrategias para:


 Suscitar las grandes preguntas
 Desarrollar la capacidad de silencio, contemplación y adoración
 Percibir la gratuidad de la existencia
 Motivar el servicio desinteresado
 Sensibilizar frente a la necesidad de una relación respetuosa con la naturaleza

Se podría empezar con una consideración sobre nuestras propias experiencias en


este tema.
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Educador en Jesús-María Ficha 5

5-B

ormar los corazones en la virtud: Detrás de la expresión “virtud” podemos


leer la disposición a gustar y elegir el bien de manera habitual, el bien para sí y
para los demás. Hoy llamamos a esta formación “educación en valores”.

Estamos viviendo la dificultad de hallar unos principios éticos compartidos por


todos en una sociedad cada vez más plural, con el riesgo de que cada uno se
convierta en criterio ético para si mismo. Cuando se da la primacía a los bienes
individuales, se entra con frecuencia en conflicto permanente y se pierde la noción de
bien común.

Desde la educación debemos ofrecer un marco de valores claramente definido,


que impregne todo nuestro hacer, evitando la llamada “doble moral”: distancia entre lo
que proponemos en nuestros documentos programáticos y nuestra forma de actuar
habitual.

La vida contemporánea plantea también temas importantes que exigen unos


buenos criterios de opinión y, a menudo, de actuación, para situarse ante ellos. Temas
políticos, económicos, genéticos, ecológicos, sociales, profesionales, recreativos, que
necesitan una conciencia éticamente formada y unos criterios honrados y cristianos.
De ahí el valor de la formación de la conciencia.

Desde los orígenes, la tradición educativa de Jesús-María ha creído en la


importancia de los valores en la educación y ha subrayado, de modo especial, algunos
de ellos: bondad, perdón, sencillez, paciencia, libertad, respeto, justicia, orden y
espíritu de trabajo.

El testimonio de vida del educador es la base para una sólida transmisión de


valores.

Para ayudarnos en nuestra tarea educativa: pistas para el trabajo

Analizar en la vida del centro:


 Qué valores son aceptados por todos
 Casos frecuentes de conflicto de valores individuales
 Coincidencias y divergencias entre los valores proclamados y los vividos

Qué acciones educativas ponemos en práctica para la formación de la conciencia (con


qué criterios, respecto de qué temas…)
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Educador en Jesús-María Ficha 5


5-C

orrar las malas impresiones que hubieran podido recibir de padres


viciosos: Dentro del contexto cultural en que se movían Claudina y sus
compañeras, en el que los roles familiares y su transmisión estaban claramente
fijados, se podía suponer que sólo el vicio impedía a un padre transmitir a sus hijos el
sentido de la vida y los valores necesarios para que pudiera insertarse en la sociedad.
Esta preocupación cobra hoy una nueva actualidad puesto que son varias y distintas
las situaciones que impiden esa transmisión: miseria material o moral, debilitamiento o
extinción de los lazos familiares, eventualmente el desarraigo cultural.

En este contexto se hace necesaria una pedagogía basada en el amor, que


atienda a la persona en su singularidad, capaz de sanar las heridas y cubrir los vacíos
sufridos.

Los documentos históricos ofrecen el testimonio de la atención personal que se


dedicaba a cada una de las niñas acogidas en la Providencia. La Historia de la
Congregación insiste mucho sobre la necesidad de la atención individual a cada una.
Claudina lo vivió intensamente: “Recorría cada uno de los talleres … estimulaba,
animaba al trabajo, reprendía dulcemente cuando era necesario … Llevaba un
seguimiento personal de cada una”2.

Como ella, el educador de Jesús-María demuestra su interés y afecto por los


jóvenes con gestos cotidianos: se hace presente, se interesa por sus necesidades y
por sus problemas. Está atento a descubrir y secundar sus cualidades, sus gustos, sus
aficiones y sus habilidades para exigir a cada cual según su capacidad y orientar mejor
su futuro. El aula, la escuela no son “uniformes”, hay que saber respetar la gran
riqueza que supone la diversidad, y a partir de ella construir, no para igualar, sino para
que cada uno pueda llegar a realizarse a partir de su propia situación.

2
cf. Positio pp. 575; 579; 635.
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La única terapia posible para ayudar a crecer y sobre todo para hacer frente a
las desestructuraciones que encontramos cada vez más en nuestros alumnos, es la
terapia del encuentro personal. Cada uno debe sentir que es único para nosotros.

Claudina nos legó la pedagogía preventiva en varios sentidos: prevenir para


no tener que lamentar; previsión del trabajo, del empleo del tiempo; visión de futuro
que prepara para la vida.

“Pedía a las religiosas previsión y exactitud perfectas en el cumplimiento de


sus funciones. Quería que la enseñanza fuera uniforme y que la vigilancia, sin ser
pesada, fuese activa”. “Prevenid por la vigilancia –decía- las faltas y descuidos de las
alumnas para no tener que castigarlas. El mejor jefe no es el que más castiga, sino el
que tiene el talento de prevenir para evitar las faltas”3. Pedagogía preventiva porque
supone una mayor delicadeza de amor quitar un obstáculo que puede provocar una
caída que curar las heridas después de ella.

Hoy prevenir nos habla de ejemplo, de amor que cura heridas del pasado,
habla de cercanía, de mirada misericordiosa. Vivimos en una sociedad que está
desarrollando, cada vez más, mecanismos de defensa y sanción. Como Claudina,
creemos en la prevención y el amor.

Para ayudarnos en nuestra tarea educativa: pistas para el trabajo

Orientar la reflexión hacia:


 Situaciones que dificultan a padres y maestros la transmisión de valores que
permiten la inserción social.
 Gestos concretos que manifiestan interés por las necesidades de cada alumno.
 Medidas preventivas que se practican en el centro

3
Positio Doc XXVII pp. 629-630
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5-D

irigirles el trabajo: La tarea de la educación supone que a través de la


transmisión de ciertos contenidos se prepara al joven para la vida.

La actividad es un rasgo característico de la obra educativa que Claudina impulsó. Se


traducía en los trabajos que cada alumna tenía asignados, en la ayuda que las
mayores prestaban a las más jóvenes, en la colaboración entre las niñas y las
religiosas.

Claudina entendió ya en su época que el trabajo es un valor humano y


cristiano. Por eso les inculcaba el deseo de superación y de responsabilidad en él. “La
mayor parte de las alumnas mostraban gran aptitud para el trabajo y una actividad que
era el más dulce consuelo para sus queridas Maestras”.4

No despertaba en las niñas un espíritu de competencia sino de colaboración y


así invitaba a cada una de ellas a dar lo mejor de sí misma.5

Trabajo y esfuerzo que no son competitividad, dominación, servidumbre a las


necesidades del mercado. Esfuerzo que no es superar al otro, ser más que él, sino
esfuerzo y trabajo que son colaboración en la obra de Dios. Poner los propios talentos
al servicio de los demás es responder al profundo sentimiento de ser miembros
responsables del futuro de toda la humanidad. Así, el trabajo humaniza y construye.

Y esto, como todo, se aprende a partir de pequeñas metas iniciales. El


educador de Jesús-María enseña a los jóvenes a conocer y asumir sus derechos y
deberes como persona, desarrolla en ellos la aptitud y el amor al trabajo, inculcando el
cuidado de la naturaleza, de las cosas y el gusto por la obra bien hecha. Colabora con
sus orientaciones en el proceso de aprendizaje. Esto implica las responsabilidades
escolares del estudio, la participación activa en el aula y el compromiso en las tareas
grupales. Desarrolla el sentido de cooperación, de suma de esfuerzos. El educador
ayuda, así, a descubrir el esfuerzo como fuente de satisfacción propia, como principio
de autonomía y como forma de intervenir en la sociedad.

El educador se sabe responsable de su continua capacitación profesional,


renovación metodológica, actualización de sus conocimientos, comprensión de la
psicología y de los cambios sociales que se realizan. “(Las hermanas destinadas) a la
enseñanza cuiden con diligencia estar al día y perfeccionarse cada vez más en sus
pequeños conocimiento sobre escritura, lectura, aritmética, y gramática”6

Para ayudarnos en nuestra tarea educativa: pistas para el trabajo

Reflexión sobre:
 Trabajo – esfuerzo – resultados
 Competitividad – dominación – sumisión
 Excelencia – calidad – exigencias del mercado
Formación permanente del profesorado: logros - carencias
4
Positio Doc. XXVII p. 579.
5
cf. ALVAREZ, M. de la Paloma RJM “Claudina educadora” Roma 1982, p. 55
6
Positio Doc VIII p. 213
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5-E

dministrar y gobernar la casa. La educación requiere también recursos


humanos y materiales que permitan el desarrollo de la tarea. El que la asume
necesita contar con el sentido de la prudencia y la recta administración.
Claudina y sus compañeras dan prueba de ello, así leemos: “Cuantos más
recursos tengamos, más podremos ampliar nuestro establecimiento. Por otra parte, en
adelante nos serán necesarios más medios para sostenerlo: vamos a tener una
Hermana más y treinta niñas en lugar de veinte.”7

Ellas no vacilaban en buscar recursos para poder atender bien a las niñas:
darles buena comida y vestidos adecuados, atender a su salud, ampliar los talleres y,
con ello, las oportunidades de aprender. Cuando fue necesario pidieron préstamos y
supieron soportar ellas mismas privaciones cuando el desarrollo de la obra lo requería.
En ese clima, cada una se sentía “en casa”.

Hoy, nuestros centros educativos requieren salarios y servicios, espacios


adecuados, mobiliario e instrumental. El cuidado y la gestión de estos bienes son una
parte no despreciable del mantenimiento del espíritu de familia que caracteriza el
trabajo en Jesús-María.

Aunque la gestión esté encomendada a la dirección, no se puede entender hoy


si no es una gestión participativa. Esto supone por parte de los que tienen la
responsabilidad de tomar decisiones una gran capacidad de escucha, atención a las
distintas opiniones, consulta e información. La tarea individual de cada uno se
entiende desde una perspectiva grupal. La buena marcha del centro necesita de la
implicación activa de todos en la obra, responsables de la totalidad de la tarea.
“Cuando se va solo en un largo y fatigoso viaje, uno se cansa pronto… pero, al
contrario, cuando son varios los que van juntos se va con seguridad y ánimo…”8

Para ayudarnos en nuestra tarea educativa: pistas para el trabajo

 Recursos materiales: ¿problema?; ¿posibilidad?; ¿conflicto?...

 Riquezas y límites del trabajo individual y en grupo

 Participación: ¿responsabilidad?; ¿implicación?; ¿compromiso?

7
Positio Doc. IV p.122
8
Positio Doc. IV p.54
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5-F

on la sola intención de agradar a Dios. Estas palabras pueden significar


hoy que el modelo educativo que Claudina nos presenta, requiere de
educadores “vocacionados”, capaces de transformar la ignorancia en
cultura; la pobreza en dignidad; la violencia en paz; la falta de valores en
compromiso ético; la carencia de sentido en fe; que se saben signo, con
toda su persona, de la presencia de Dios en el proceso de la maduración
humana que es la educación.

Para ellos el objetivo será dar la mejor respuesta a las necesidades de


los alumnos, que se ven como personas necesitadas de un desarrollo
integral: físico, intelectual, afectivo, espiritual. La voluntad de dar esta
respuesta, más que la de atender a la situación laboral o a la excelencia profesional,
sitúa a la comunidad educativa en actitud de búsqueda y creatividad. El punto de mira
estará puesto en el alumno y en aquello que ayude a cada uno a crecer desde su
propia realidad.

Esta actitud nos hace cauce de la bondad de Dios, que mira por todas sus
criaturas.

Para ayudarnos en nuestra tarea educativa: pistas para el trabajo

Sugerencia: una celebración, tiempo de oración compartida, …para:


 agradecer a Dios la misión recibida como educadores,
 pedir su gracia
 ofrecer el trabajo

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