Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
9,11-17
El texto de la multiplicación de los panes es uno de los pocos relatos que encontramos en
los cuatro evangelios (ver Mc. 6, 34-44; Mt. 14, 13-21; Jn. 6, 1-13). Desde los primeros tiempos la
Iglesia consideró al relato de este milagro como uno de los signos principales de la predicación de
Jesús.
La multitud sigue a Jesús y éste los recibe para predicarles el Reino de Dios. Jesús ofrece
el mensaje del Reino a través de la palabra y las obras, les hablaba mientras también atendía a los
necesitados y los curaba. La predicación del Reino debe ser integral y reducirse a un discurso. En
Jesús palabra y práctica van unidas en forma indisoluble, como lo podemos apreciar en toda su
predicación.
Cuando atardecía los apóstoles se acercan para recomendarle que despida a la gente, de
manera que puedan llegar hasta un lugar poblado para alojarse y alimentarse. La preocupación de
los apóstoles es legítima, Jesús los sorprenderá con su respuesta, que es una invitación al
compromiso.
"Denles ustedes de comer", les propone Jesús. La respuesta nace del sentido común y
expone con "lógica humana" las razones que hacen imposible cumplir el mandato de Jesús. Sólo
tienen cinco panes y dos pescados, una pequeña ración que podría alcanzar para compartirla en
un pequeño grupo pero nunca para tanta gente. La solución aparente estaría en comprar alimentos
para todos, pero ellos saben que no está a su alcance. Se necesitaría muchos recursos para
comprar tanta comida.
La referencia a cinco mil hombres, que en el evangelio de Mateo se completa con la
expresión "sin contar las mujeres y los niños" nos habla de un gran gentío (Mt. 14, 21).
Jesús manda a sus discípulos a organizar a la gente. Formar grupos de cincuenta
personas sentadas.
A continuación y delante de todos Jesús muestra los panes y los pescados que le dieron
los discípulos y bendice los mismos. Luego los parte y los discípulos son los encargados de
repartirlo entre la gente.
El versículo siguiente, final del relato, nos narra que "todos comieron cuanto quisieron y se
recogieron doce canastos de sobras".
Si bien la tradición ha denominado a este pasaje "la multiplicación de los panes" no existe
en ninguno de los relatos evangélicos señalados algún indicio que permita afirmar que Jesús
realizó una multiplicación de los mismo, como un prodigio extra-ordinario.
Recorriendo con fidelidad el texto podemos reconocer los siguientes elementos clave:
- el pueblo que acompaña a Jesús sufre hambre (el testimonio de los discípulos es
revelador)
- Toma los panes y pescados aportados por los discípulos y los bendice y reparte (este
signo sería característico de Jesús, lo podemos reconocer luego en la Ultima Cena, y
también en el relato de los discípulos de Emaús)
- Los discípulos reparten entre la gente los pedazos provenientes de sus panes y pescados
Petición:
Que descubra qué sentido tiene mi debilidad en tu plan.
Composición de lugar:
Imaginémonos en el camino que va desde Jerusalén a Emaús...
1. Leo atentamente el texto "Era necesario que eso ocurriera" y subrayo aquello que
me toca o ilumina más para mi vida
Pongámonos a caminar junto a estos dos amigos de Jesús, dos hombres que
habían soñado, que habían pensado hacer algo grande con sus vidas, pero algo
había sucedido con su ideal: había muerto. Surgió una dificultad irremediable que
había vuelto imposible seguir adelante: de la muerte no se vuelve. Metámonos en
sus corazones: recordando a Jesús sentían cariño, ilusión, deseos grandes.
Recordando su muerte estaban tristes. Por ello se asombran cuando Jesús
parecía no saber qué había sucedido, esa dificultad es de sentido común. Ellos lo
habían como cordero llevado al matadero y se habían escandalizado (Is 52,13-
52,12).
Jesús se les acerca y se les hace encontradizo, y les hace hablar de sus tristezas,
les hace hablar de sus dificultades, aquellas que se han uniformado en
imposibilidad de sentido común para seguir su ideal, para seguir soñando. ¿Por
qué hace esto? Una respuesta posible es que esto los ayudaría a sacar afuera
sus tristezas y compartirlas. Ciertamente es interesante ver la lógica de su
respuesta:
Un punto importante es que cada vez que aceptamos esa lógica, que es lógica del
desafío, vamos creciendo como personas. Dejamos nuestras pequeñas
seguridades y nos ponemos a caminar "a ver qué encontramos". Si queremos
crecer debemos animarnos a bajar de la barca como Pedro, a ir mar adentro a
pescar después de una noche infructuosa.
Para Terminar:
Pongo en manos de Dios todo lo que me surge de¡ corazón, con total sinceridad,
sin temor de lo que encuentre o sienta.
Me levanté temprano una mañana, y me lancé a
aprovechar el día. Tenía tantas cosas que hacer,
que no tuve tiempo para rezar.
Se me amontonaron los problemas y todo se me
volvía cada vez más difícil. «¿Por qué no me ayuda
Dios?» -me preguntaba. Y él me respondió: «No me
lo has pedido». Quería sentir la alegría y la belleza,
pero el día continuó triste y sombrío.
Me preguntaba por qué Dios no me las había dado.
Y él me dijo: «Es que no me las has pedido».
Intenté abrirme paso hasta la presencia de Dios, y
probé todas mis llaves en la cerradura. Y Dios me
dijo suave y amorosamente: «Hijo mío, no has
llamado a la puerta». Pero esta mañana me levanté
temprano y me tomé una pausa antes de enfrentar
el día. Tenía tantas cosas que hacer, que tuve que
tomarme tiempo para orar.
La oración no es un proyecto ni una competición. Es tener una experiencia personal de
Dios, es dejara que un amigo entre en nuestra casa. Sabemos que esto no es fácil. Hay
muchas cosas atractivas que distraen nuestro corazón, que apartan nuestra atención de Dios
y que lo colocan en un plano inferior, como algo que no es necesario.
Sería conveniente reflexionar sobre la «teoría del corazón dividido». Muchos de nosotros
tendemos a crear espacios en nuestro «corazón» lugares para cada cosa o amor. Somos lo
suficientemente generosos para concederle a Dios algunos de nuestros mayores espacios
(tiempo para orar, devociones, Eucaristía, obras de misericordia y caridad, solidaridad,
etc.). Esto nos produce cierta satisfacción de haber cumplido nuestros «deberes
religiosos». Y así, nos sentimos justificados para dedicar el «resto de nuestro corazón» a
éste o a aquél otro de nuestros «amores»: una amistad, un amor, un hijo, una esposa, un
hobby...
Pero, para estas alturas, ya hemos visto que el verdadero reto está en darle a Dios todo
nuestro corazón, y amar a todas las personas y a todas las cosas en y a través de Dios.
¿Ofreces a Dios un lugar permanente en tu «casa», o se la alquilas?,¿ Haces guardia junto
a la puerta. Estas alerta a todo lo que intenta entrar: personas, afectos, actitudes, insultos,
riquezas, pobrezas, deseos... ?¿ En si que es lo que siempre dejas afuera?.
Pide la gracia de estar alerta a todo en la vida; y de no implicarte con personas o cosas más
que en la medida en que te permitan vivir de acuerdo con la voluntad y el plan de Dios.
R. Tagore
En un crudo día de invierno, un anciano tembloroso fue llevado ante los
tribunales. Se le acusaba de haber robado un pan. Al ser interrogado, el
hombre explico al juez que lo había hecho porque su familia estaba con
mucha hambre.
- La ley exige que sea usted castigado -declaró el juez- Tengo que
ponerle una multa de 200 pesos.
Al mismo tiempo, metió la mano en su bolsillo y dijo:
-Aquí tiene usted el dinero para pagar su multa. Y ad -prosiguió el juez-,
pongo una multa de 100 pesos a cada uno de los presentes en esta sala,
por vivir en una ciudad donde un hombre necesita robar pan para poder
sobrevivir.
Pasaron una bandeja por el público, y el pobre hombre, totalmente
asombrado, abandonó la sala con 500 pesos en su bolsillo.
Sugerencias
Repasa las inspiraciones que has tenido durante los últimos días, acerca
de la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos en la
propagación del bien en el mundo.
Lee y medita Lucas 5, 1 7-20. Es la escena del paralítico a quien sus
amigos ayudaron, ingeniosamente, a presentarle ante Jesús para que lo
curara.
Existen diferentes clases de «parálisis», diferentes maneras por las que
vos, yo y los demás quedamos inmovilizados. Piensa en las estructuras
injustas que hoy dejan «paralizadas» a millones de personas. ¿Piensa en
aquellas circunstancias en las cuales podes ayudar en algo desde donde
estas, trabajo, facultad, familia, amigos?,¿Cuáles son las parálisis que
hoy dejan tu corazón inmóvil y de la cual necesitas de Dios para que las
cure??
Pide la gracia de que tu amor se traduzca en un auténtico servicio.
Dorothy Day
Mark Tierney, O.S.B., en sus Homilías ocasionales, pone una lista de las
que él llama «Bienaventuranzas modernas»:
♦ Reflexiona sobre el paso de Dios por la historia, mira cómo Dios es capaz de
"Hacer nuevas todas las cosas", incluida la mirada para contemplar su obra
en nosotros, no sólo en el pasado sino también en nuestro presente.
♦ Escribe, aquellas cosas "viejas", las que ya "te quedan chicas", las que ya
"fueron", las que no hacen a mi ser de Cristiano maduro, las que fueron
"superadas" por la novedad de Dios (ruinas, infidelidades, cacharros rotos,
huesos resecos). También puedes escribir las cosas del presente que te
hacen sentir confianza frente a la obra de Dios.