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14 LA VANGUARDIA I NTER NA C IO NAL MARTES, 16 SEPTIEMBRE 2008

L A T O RR E D E L AS HO R AS Pilar Rahola

¿Héroe o villano?
M
e atrevo con el Che? el héroe de todas las luchas, el ejemplo mo lo fue cualquier otro líder comunis-
La sola pregunta im- de la entrega, o así se ha construido el ta de la época. Salvador del pueblo, en
plica una autocensura mito durante décadas de ficción históri- el sentido más patológicamente egocén-
que funciona con pre- ca. Deconstruirlo es tanto como come- trico, su figura sólo puede entenderse
cisión automática ter sacrilegio a las puertas mismas de como heroica si se considera heroico
cuando el tema escogido para un artícu- San Pedro. imponer las ideas matando a decenas
lo presenta aristas incómodas. Y los mi- Y, sin embargo, ¿no ha llegado la ho- de personas. Sin duda fue un autorita-
tos caídos en la trinchera son lo más sa- ra de deconstruir al mito, cuya bondad rio, y sin ninguna duda no tuvo proble-
grado de la religión atea, tanto, que ana- suprema es uno de los montajes propa- mas morales en ser un asesino. Que su
lizarlos críticamente implica la expul- gandísticos más eficaces de la historia causa naciera de razones nobles, que
sión directa del paraíso. En estos tiem- del comunismo? Por supuesto, Ernesto fuera un hombre con convicciones, que
pos en los que Don Quijote ya no topa Guevara fue un hombre extraordinario, hubiera podido vivir una vida de como-
con la Iglesia (quizá porque la pobre lle- tanto por su magnética personalidad,
va años zarandeada), choca frontalmen- como por su capacidad intelectual. Mu-
te con las religiones ideológicas, cuyos
autos de fe son implacables contra los
cho más complejo que su amigo Fidel,
un simple autoritario con ínfulas de Me-
El Che hizo ejecutar
herejes. Y el Che es la fe en ella misma, sías, el Che fue el auténtico líder de los a decenas de disidentes
el Santo Grial de los revolucionarios, el
cáliz donde beben las bocas sedientas
sueños utópicos de los años sesenta. Pe-
ro ello no evita reflexionar sobre algu-
cubanos y masacró
de viejas ideologías. ¿Quién duda de la nos aspectos de su violenta biografía, a pueblos enteros
bondad extrema del Che, de su entrega, en nada parecida a Santa Teresa de Cal-
de su heroicidad? Él, que sacrificó una cuta. Fue el Che el que hizo ejecutar a
vida de bienestar, que huyó de las meda- decenas de disidentes cubanos en la for- didades y se dedicara a luchar por sus
llas y de los honores, que volvió a las taleza de San Carlos de La Cabaña, co- ideas, etcétera, todo es cierto. Pero na-
selvas de la lucha, allí donde germinaba EUROPA PRESS / ARCHIVO mo supervisor de los sumarísimos “jui- da de ello niega la mayor: que fue un
la semilla de la revolución. Él, que dio Ernesto Che Guevara cios revolucionarios” en Cuba. Y fue él enfurecido visionario, que quiso impo-
su vida por el pueblo. Icono de masas, mismo el que masacró pueblos enteros ner, a sangre y fuego, sus dogmáticas e
profeta de libertades y marca comercial ro metido en la piel del mito, da nueva de campesinos, en su implacable avan- inapelables razones. Si el Che hubiera
por excelencia, el Che sobrevive al tiem- luz al icono, y con ella retornan los tiem- ce revolucionario. ganado en su carrera hacia la liberación,
po y a la historia, convertido en el cadá- pos de los pósters en las habitaciones Estalinista convencido, nunca luchó hoy toda Sudamérica sería una patética
ver más exquisito del siglo XX. Dicen de los adolescentes. Especialmente en por la libertad de ningún pueblo, sino Cuba. O, peor aún, naufragaría entre
que su perfil, extraído de la foto de Al- Latinoamérica, donde los problemas en- para instaurar dictaduras del proletaria- déspotas y mafias, cual una Rusia cual-
berto Korda, es el símbolo más reprodu- démicos se entrecruzan con los mitos do en todos los países sudamericanos, y quiera. Y nada de ello, nada, tiene que
cido de la historia moderna. revolucionarios y las promesas vacuas su causa contenía, sin ambages, ni com- ver con la libertad.
Ahora, la película de Steven Soder- de los demagogos populistas. El Che es plejos, todos los elementos de la tiranía
bergh, con el espléndido Benicio del To- el paradigma del sacrificio por la causa, comunista. ¿Un libertador? Tanto co- www.pilarrahola.com

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