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ALVARO LUIS HUANCA APAZA

5TO A DE SEC. NRO 16

LITERATURA BOLIVIANA
NOVELAS
 INTIMAS 1913 ADELA ZAMUDIO
 TIRINEA 1967 JESUS URZUGASTI
 EL OTRO GALLO 1982 JORGE SUAREZ
 JONAS Y LA BALLENA ROSADAC1987B WOLFANGO
MONTES VANNUCI
 JUAN DE LA ROSA MEMORIAS DEL ULTIMO SOLDADO
1885 NATANIEL AGUIRRE
 HISTORIA DE LA VILLA IMPERIAL DE POTOSI 1965
BARTOLOME ARZANS
 LOS DESHABITADOS 1959 MARCELO QUIROGA
SANTACRUZ
 ALUVION DE FUEGO 1935 OSCAR CERRUTO
 LA CHASKAÑAWI 1947 CARLOS MEDINACELI
 FELIPE DELGADO 1979 JAIME SAENZ

POEMAS
1 L CISNE
Soy la flor que en su tallo se dobla,
porque sufre guardando en su seno.
de un gusano escondido el veneno,
que devora mi triste existir;
¡de un gusano escondido el veneno,
que devora mi triste existir!
Cuanta pena contiene un recuerdo
olvidando las penas se calma,
si el olvido es el sueño del alma,
pero mi alma no puede dormir…

¡si el olvido es el sueño del alma,


pero mi alma no puede dormir!

Confundido por onda tristeza


el dolor se retrata en mi frente,
cuan amarga es mi vida presente,
cuan amargo será el porvenir
¡cuan amarga es mi vida presente,
cuna amargo será el porvenir!

Soy el cisne que canta doliente


De mi muerte el momento esperando
Yo que siempre he vivido llorando
Quiero al menos cantado morir

¡yo que siempre he vivido llorando


Quiero al menos cantando morir!
Autor del poema: Adela Zamudio

2 AMANECER
Mundo carnal, la primavera,
resina en los dedos, pegajosos
después de abrazar el árbol de palma y
la corteza pegada,
su opresión débil que despierta
con un toque de rojo y los ojos
velado por la tristeza, la prohibición
se puede descubrir el centro
del corazón.
¿Cuál fue mi voluntad
pero subir a los árboles,
llegar a la cima
y ver las estrellas por la noche
brillando en silencio?

Se despertó en el mundo, ahora amanece


y sin su voluntad se queda atónito,
la pereza infinita, la soledad
de nuestro manantial infinito
alegría que exhala esta amenaza,
esta melancolía.
Autor del poema: Adela Zamudio
3 PROGRESO
Hubo un tiempo de amor contemplativo en que el saber,
muy poco positivo,
confundiendo la tierra con los cielos,
ensalzaba las vírgenes modelos.
Y en que inspirándoles horror profundo
la realidad prosaica de este mundo,
las muchachas de quince primaveras
se arrobaban en místicas quimeras.
Pero desde que el hombre sabio y fuerte,
compadecido de su incierta suerte,
discute con profundos pareceres
la educación moral de las mujeres;
Desde que ha definido su destino,
no señalándole más que un camino,
y ni virtud ni utilidad concilia
sin la maternidad en la familia;

Ya saben ellas desde muy temprano


que amar un ideal es sueño vano,
que su único negocio es buscar novio
y quedar solterona el peor oprobio.
Ninguna ha de quedar chasqueada
hoy día por elegir
-como antes sucedía-
que hoy ocupa el lugar de la inocencia
la prematura luz de la experiencia.
Hoy del amor, preciso es no hacer caso,
porque el amor es pobre y pide plazo,
y por salir cuanto antes del apuro
se acepta lo más próximo y seguro,
De modo que todo hombre hoy al casarse
podrá con la certeza consolarse de que
-a no serlo suya-
siempre fuera su adorada mitad de otro cualquiera.
Autor del poema: Adela Zamudio
4 LAS KHANTUTAS
Regia flor escarlata
del Ande innata,
su tinte en que el sol brinca
consagra al Inca.
Toda doncella
de fiera sangre India
renace en ella!
Autor del poema: Franz Tamayo

5 A UN SUICIDA
Como un eco perdido en el espacio,
como una estela en los profundos mares,
se ha borrado en el seno del olvido
la huella de tus íntimos pesares.

¡Digna posada te brindó reposo


tras jornada escabrosa y solitaria!
¡maldita está la tumba en que tus restos
duermen sin una flor ni una plegaria!

Ajena a tu dolor y a tu abandono


la multitud pasaba en su carrera
como pasan las aguas del torrente
junto a la flor que tiembla en la ribera.

El ser más infeliz halla en el mundo


de amor y de amistad sagrados lazos,
pero tú... ¡ni una lágrima piadosa
cayó sobre tu sien hecha pedazos !

¡Pobre loco! pensaste en tus quimeras


que, apagada la luz de tus pupilas,
te lanzabas al fondo del abismo
para dormir en lobreguez tranquila.

¿Dónde está el fondo de ese abismo, dónde?


¿quién el confín del infinito alcanza?
¡mentira! el alma sigue su destino
por la ruta inmortal de la esperanza.

Te sedujo la calma engañadoras


de ese lecho de hielo de la tumba
en que, del fatigado peregrino,
la envoltura de polvo se derrumba;

¡Cuántos pesares sin consuelo, cuántos,


con su peso mortal te han oprimido
hasta romperte el corazón y hacerte
prorrumpir en tan bárbaro estallido!

¿Dónde está Dios? ¿Responde al pensamiento


del alma que le implora dolorida
o es el hombre un gusano abandonado
que se arrastra en el fango de la vida?

¡ Silencio ! y prosigamos adelante


hasta encontrar una región propicia
en que se expliquen a la mente humana
los arcanos del bien y la justicia.

Insensible al secreto de tus penas,


el mundo inexorable, horrorizado,
sólo ha visto en tu frente la negrura
de esa marca feroz del renegado ;

Y todo aquel que lleve siemprevivas


a la mansión de paz de un ser querido,
sólo verá crecer en tu sepulcro
la zarza maldecida del olvido.

Y nunca, nunca, en las solemnes horas,


del aura triste en el errante vuelo,
se exhalará un suspiro silencioso
que vaya en pos de tu memoria al cielo.

Pero el ser misterioso que sostiene


del dolor y la culpa la balanza,
tendrá piedad del mísero demente
que fue ciego a la luz de la esperanza.

En nombre del Poder irresistible


que abruma de dolores nuestra vida,
¡ doblo ante Dios con humildad la frente
y elevo una oración por el suicida !
Autor del poema: Adela Zamudio

6 PACHAMAMA
Lo que cifra y clarece
el mito aymara
fue alta ciencia tan rara
que se esvanece.
¡Un son, un signo,
y aún ausente el espíritu
es fidedigno!
Autor del poema: Franz Tamayo

7 HABLA OLIMPO
Yo fui el orgullo como se es la cumbre,
Y fue mi juventud el mar que canta.
No surge el astro ya sobre la cumbre?
Por qué soy como un mar que ya no canto?
No rías, Mevio, de mirar la cumbre
ni escupas sobre el mar que ya no canta.
Si el rayo fue, no en vano fui la cumbre,
Y mi silencio es más que el mar que canta.
Autor del poema: Franz Tamayo

8 EL ULTIMO HUAYÑO
Guarda la tierra larvas
y el aire giros.
Pasan leves suspiros
y sombras parvas.
Así al destino
canto el último huayño
el cierzo andino!
Autor del poema: Franz Tamayo

9 Al pie de la letra de Eduardo Mitre


a Guillermo Sucre
La mujer que de pronto aparece en la esquina como la pasante de
Baudelaire. Sus ojos de noche del Líbano, brillosos como la piel de
los dátiles, enigmáticos como las líneas que traza el destino en las
hojas de coca. Su cuerpo esbelto, su talle fino, su andar de palmera
con brisa, su cabellera que al aire latiga y aroma, sus largas piernas
presentidas bajo la falda roja, sus senos como dos olas rompientes
a punto de perderse en el mar.

Y el mantel que prolonga a la nieve sobre la mesa del bar bajo la


mirada que lee lo que al azar la realidad inventa.

Y el poema que dice al pie de la letra.

10 Enero de Eduardo Mitre


Querétaro es ahora el tiempo donde encarnan también nuestros
cuerpos.

Atrás los días sin imagen, las puertas, los espejos, las máscaras
falaces que la ausencia ha disuelto.

Bajo el hondo sol de enero han vuelto Aries y Sagitario a sernos


favorables.

Y es otra vez la dicha viajar junto a la luz que salta entre las piedras
y los árboles e ir con ella al encuentro del mar: azul abierto de par
en par a la medida del deseo.
11 Casi la dicha de Eduardo Mitre
a Martha Beatriz
En Hanover este crepúsculo de invierno. tu denudez consumada:
brasa blanca en el lecho. Y la mirada que vuelve a gozarla en la
penumbra del deseo. En la ventana la nieve extendida como tú en el
sueño absorta como mis ojos sobre la página. Lejos: el grito de los
niños que resbalan por la colina y el silencio y el pino plantados
como un solo cuerpo en el aquí y el ahora donde no falta sino la
palabra digna de tanto don tanta gracia.

12 Con la lengua de Eduardo Mitre


Deseo escribir una loa en honor de tu sexo: Nido oculto entre la
fronda y las lomas de tu cuerpo.

Abro el Diccionario de la Lengua Española. Suavemente mis dedos


separan sus sabias hojas.

Leo, releo y, tras una pausa, transcribo al pie de la letra: Adufa:


plancha, compuerta para cortar el paso del agua.

Corola: segundo verticilo de las flores completas… Brasa: carbón


encendido, rojo por la total incandescencia…

Salto, chispeante, a la zeta: Zaguán: espacio cubierto situado dentro


de una casa, y que sirve de entrada a ella…

13 Desde un puerto de Eduardo Mitre


Ese barco era un árbol y ahora el mar piadoso en cada ola le borra
el recuerdo de un pájaro. Así, en cada amante, al indefenso ausente
-sin rumor ni sangre- rasgo a rasgo el tiempo borra. El tiempo, y el
mismo amor que -ávido de ser- hunde su memoria en otra piel ya un
cuerpo en otro inmola.

Olvidar es morir y renacer otra persona.


14 Epílogo de Eduardo Mitre
El olor que deja en la piel la ausencia.

El sabor de un nombre que quema la lengua.

El dolor que queda en la mujer y el hombre.

Y el tiempo que cuelga las cuatro estaciones.

15 La abadesa de Abel Alarcón


Por el jardín paseaba la Abadesa Leyendo una oración de su
breviario Sus ojos eran de un azul turquesa, Su tez como el marfil
de su rosario.

Así cruzaba la divina obsesa, Defendida de un mal imaginario, Por


aquel corazón que su pureza Bordara en su bendito escapulario.

Junto a la hoja sagrada que leía, Tierna recordación, simbolizada En


una seca flor la entristecía.

Cesó su labio de moverse en rezo, Su pena se vertió cristalizada, Y


en la cruz y en la flor puso su beso.

16 Pascua de Abel Alarcón


Elevó, adusto, el sacerdote anciano de ácimo pan la nítida blancura;
trazo el signo de un símbolo su mano y consumo la mística figura.

Plegose en el altar velo liviano Y ante el pueblo, en beatifica


postura, Fulguró el sol flamante y soberano De la enorme custodia,
su hermosura.

Un torrente de luz bañó las naves; Hubo explosión de gloria en el


himnario; Surgieron del armonio notas graves;

Cuando entre el humo undívago del ascua Del coro voló un ave al
campanario, La campana mayor repicó a pascua.
17 Epigrama de Pedro Shimose
Después de impresionar a las muchachas con nuestro ingenio;
después de quemar lirios, enterrar nubes e incendiar templos;
después de degollar vacas sagradas y asesinar dioses; después de
escribir sin mayúsculas y sin signos de puntuación;

después de dinamitar museos y bailar en los cementerios; después


de perseguir la gloria y soñar que nos acostamos con ella; después
de pelear con dragones, imperios y quimeras; de gemir porque
publiquen nuestro nombre en los periódicos y de reunirnos por la
madrugada para derribar pirámides, ¿qué nos queda?

un sillón en la academia y una chequera.

18 La doliente quimera de Pedro Shimose


Vuelvo el rostro y veo la dimensión del odio. No he venido a decirte
que todo es tarde en mí. He vuelto a tu crueldad, a sucumbir junto a
la piedra.

Veo mis ruinas en tus ojos hermosos todavía. Veo tus manos
todavía perfectas y emerjo de las brumas violentas del pasado cada
vez más solo.

Vuelvo a contemplarme y todo es triste. Todo: mi soledad: mi


fuerza: la montaña.

Te miro en la mentira de mis sueños y te arrojo a mis abismos.

Si me llego a encontrar con aquel que huye de mí volveré a tu


ternura y empezaré a decir lo que nunca hubiera dicho.

19 El amor de María Josefa Mujia


Ídolo falso que el mortal adora Y que insensato te erigió un altar,
Por quien el hombre su miseria llora, De quien recibe solo un gran
pesar.
Jamás cante tus triunfos, niño ciego; No herirme pudo tu terrible
arpón; De tus saetas, de tu ardiente fuego, Conservo ileso y libre el
corazón.

Nunca manche las cuerdas de mi lira Regando en ellas llanto de


dolor De engaños mil que tu deidad respira, Con que penas sin fin
causas traidor.

Mi puro labio de tu copa impía Jamás gusto la emponzoñada miel,


Que al brindar viertes con sagaz falsía Muerte, veneno y amargura y
hiel.

Nunca mi oído se inclinó a tu acento; Siempre tu halago lo creí falaz.


Mi alma inocente no perdió un momento Su dulce calma, su
tranquila paz.

Nunca cantar, tirano, tu victoria Ni tributarte vil adoración Es mi


laurel, mi orgullo, dicha y gloria Y el mas grato placer del corazón.

Si mi mejilla en llanto se humedece Y si en el corazón hay amargor,


Si en el la angustia, la dolencia crece, No es del acíbar de tu copa,
amor.

No te conozco, y de esto me glorío! Tu nombre odioso escucho con


horror, Y, al ver que causas males mil, impío, Te dice el labio:
¡Maldición, amor!

Se que interés te vence, abate, humilla; Se que los celos te dan gran
temor; Se que el mortal te inclina la rodilla. Yo te desprecio y te
maldigo, amor!

20 A ti de Jaime Saenz
Al calor de tu forma progresa mi sangre, en el aire de sueño el clima
para lo solo eres tú -una sombra canta para ti en el fondo del agua al
compás de mi corazón y en tu mirar mis ojos están silenciosos por
la música al soplo de la luz, en el cielo y en la oscuridad.

Esta noche reuno tu forma, el eco de tu boca en medio de una


olvidada canción -y te doy un abrazo.
CUENTOS

1. El carretón de la otra vida SANABRIA FERNANDEZ


Esta leyenda tiene lugar durante las noches en las localidades de Sur y
Chilchi donde los lugareños aseguran escuchar el chirrido de los ejes de una
carreta y el estridente sonido de un látigo en el aire, desequilibrando la paz
de todos y sumiéndolos en un estado de terror. Incluso algunos aseguran
escuchar el lamento lúgubre del carretero.

‘Si al rasgar el cielo un relámpago el campo se iluminaba súbitamente y el


cuitado viajero tenía tiempo y valor para echar un vistazo, la figura del
carretón fantasma se esforzaba apenas, como hecha con líneas ondulantes
imprecisas’.

Los curiosos que se asomaban a las calles tras escuchar estos ruidos
sobrenaturales, pudieron percibir con total espanto que la carreta iba
conducida por un esqueleto portando una hoz o un látigo, de expresión
maligna con llamas en sus cuencas al igual que los caballos con cuernos que
la halaban.

2. La Cueva del Diablo de Potosí JAVIER MARIN


Con su nombre lo indica, es una cueva por la cual se dice que el diablo dejó
sus huellas, ya que existen extrañas marcas oscuras que adornan las piedras
de la misma. Esta se encuentra en Villa Imperial. La leyenda cuenta que esto
se originó debido a un jinete que parecía poseído, pues tomaba la vida de los
hombres sin piedad y sin motivo alguno, por lo que los Jesuitas tomaron
acción para expulsar al maligno que habitaba en este.

‘Colocado el santo y puesta una gran cruz en la cueva mayor nunca más se
experimentó otra desgracia, y desde entonces tiene esta Villa gran devoción a
San Bartolomé y cada año van españoles e indios a celebrar su fiesta con gran
solemnidad’

3. Chiru Chiru ALVARO ALVARES


Chiru Chiru era conocido por ser un ladrón escurridizo que vivía en una
cueva y solo salía para entregar a los pobres lo que tomaba y por ello gozaba
de la protección de la Virgen de Candelaria. Se dice que un día un minero
encontró a este joven y este intentó robarle, pero el minero logró herirlo de
gravedad. Cuando volvió con apoyo para buscar al ladrón, encontraron su
cadáver junto a una imagen de la Virgen pintada en la pared.

La leyenda afirma que la Virgen, al ver al ladrón intentar robar al pobre


minero, lo desamparó y la muerte fue su castigo.

4. Las plagas de Huari EDGAR WILFREDO SANDOVAL YUGAR


Este cuento relata como el semidiós ‘Huari’, que era también temido por
creer que era un monstruo, intentó castigar a los Urus por adorar a
Pachacamaj. Por lo que les manda una serie de 4 plagas para que se
arrepientan y dejen de alabarlo. Envía a víboras, lagartos, hormigas y sapos
para que destruyan toda la ciudad pero no logra su cometido gracias a la
intervención de una ñusta, quien convierte a las plagas en arena y piedra.

Más adelante, la ñusta sería también llamada como la Virgen del


Socavón, dando pie para las celebraciones del Carnaval de Oruro para los
locales y los cristianos.

5. Isireri DAVILMAR YSITA


Esta historia se ubica en la provincia de Moxos, donde un niño de 9 años
llamado Isireri, acompañó un día a su madre a lavar ropa en un yomomo, al
caer la noche y terminar con su labor, la madre llama a Isireri para volver a
casa pero no lo encuentra por ningún lado, hasta que escuchó cómo clamaba
por ella desesperado en el fondo del yomomo. Pero de pronto ya no escuchó
nada. En un intento por traerlo de vuelta pidió ayuda a los lugareños,
quienes quedaron atónitos ante lo que veían.

Lo que una vez fue el pantano, se estaba llenando de agua cristalina para
convertirse en un lago. Lamentablemente, el pequeño nunca apareció y,
como conmemoración, el jefe de la tribu bautizó el lago con su nombre. Se
cuenta que desde ese día, el niño se convirtió en un ‘jichi’ (espíritu
protector) en forma de anaconda. Actualmente se puede visitar este lago en
la provincia de Moxos.

6. La fuga frustrada de Nina-nina CARLOS ARTURO TRUQUE


Esta es una tradición oral entre los lugareños de Oruro y pertenece a la serie
de leyendas sobre el Carnaval del mismo. Este relata el destino de Anselmo
Belarmino, conocido como el ladrón de Nina-nina, un sábado de carnaval en
el año 1789. Después de orar a la Virgen de la Candelaria en un lugar casi
abandonado que él solo conoce, fue a visitar a su enamorada Lorenza a
escondidas, ya que su padre les había negado el derecho a casarse. Entonces
decidieron escapar juntos.
Sin embargo, el padre descubre las intenciones de los jóvenes y, para
impedirlo, discute con Anselmo y lo hiere de gravedad, llevándose a su hija.
Moribundo, el ladrón dice ver a una joven hermosa que lo ayuda a ir al
hospital. Una vez recuperado decide confesarse al cura local y mostrarle
dónde se encuentra la imagen de la Virgen y se dice que de allí comienza la
devoción a la Virgen del Socavón.

7. Tributo a la mina SUMAJ URQU


Se dice que existe una ley no escrita entre todos los pobladores de Bolivia
según la cual, todo aquel que entre a un cerro debe dar tributo al tío, tanto
los paisanos como los mineros. Esta historia tiene lugar en Mina Kerusilla
cerca de Casia, una de las más difíciles de encontrar, pues está rodeada por
dos cerros y atravesaba un riachuelo del río Kanki donde afirmaban que se
podían encontrar pepitas de oro

Un hombre que siempre se encontraba por la zona, recibía a los cansados


mineros de sus jornadas y agradecían que les ‘salvara la vida’ con comida y
agua fresca. Cuando los trabajadores le preguntaban por qué no se iba del
cerro, este contestaba:

«El cerro, para largar todo el oro, solo pide una fanega de Quinua. Cada
grano representa una persona.» Es decir, necesitaba el equivalente de
personas por cada grano de arena para obtener el oro. Por ello dice que esa
misteriosa mina nunca será encontrada y quienes se acerquen recibirán el
ataque de cóndores y una ilusión interminable de que están cerca pero
nunca podrán llegar y de ello también se asegura el tío que resguarda su
mina y el oro en ella.

8. El Jichi ARTUR VILLALOBOS


Los nativos llevan consigo la cultura milenaria de sus antepasados, sobre
todo el respeto y la creencia por seres naturales que están en el mundo para
guiarnos y cuidarnos. Y esta historia es una de ellas. Se dice que el Jichi es
una criatura cambia forma, proveniente de la cultura Tucano, quienes a su
vez son los descendientes de los Arawak y siendo su forma más común la de
una serpiente que ronda por las tierras bajas de Bolivia.

Cuentan los lugareños que este guardián vive en los ríos, pozos y lagos de
toda Bolivia vigilando el cuidado de la naturaleza. Incluso se afirma que,
como castigo a los daños que hacen a la madre tierra, el Jichi se va de esas
aguas y deja a su paso una terrible sequía. Es por ello que hay que rendirle
tributo.
También se cuenta que si una persona se encuentra cara a cara con la
serpiente, esta te roba el alma y deja a una persona vacía, agresiva e
incontrolable que ya no pertenece al mundo de los vivos.

9. La leyenda de la cantuta N. BRACHET


Se dice que una vez existieron dos grandes y poderosos reyes en las tierras
del Collasuyo que formaban parte del imperio Inca, estos eran Illimani (rey
del sur) e Illampu (rey del norte). Sus tierras eran abundantes, ricas y
prósperas por igual, pero con el paso del tiempo la avaricia y la envidia
despertó en el corazón de los líderes y decidieron conquistar la tierra del
otro.

Ambos reyes tenían sus hijos: Astro Rojo (hijo de Illampu) y Rayo de Oro
(hijo de Illimani) quienes, aunque eran de corta edad, eran sumamente
diferente a sus padres, ya que en ellos imperaba el deseo de convivir en paz.
Sin embargo, luego de la despiadada lucha entre los reyes, ambos obligaron
a sus hijos a realizar un juramento de venganza contra su enemigo y como
líderes de su nación, no podían negarse.

Así inició una nueva lucha entre los hijos de los reyes, quedando ambos
heridos de gravedad y arrepentidos, pero en lugar de maldecirse, ambos se
pidieron perdón y murieron abrazados en un acto de reconciliación.
Conmovida, Pachamama clamó que castigaría a los padres por obligar a sus
hijos a un acto tan vil, convirtiéndolos en montañas con nieve.

De las lágrimas de culpa de ambos reyes, la tierra comenzó a fertilizarse,


brotando una hermosa flor tricolor (amarillo, rojo y verde) que se llamaría
cantuta y convertiría más adelante en la flor nacional de Bolivia y Perú, así
como en un simbolo de la paz de esas tierras.

10. El guajojó PERCY AVILA


Los locales que viven en las zonas del Amazonas cuentan que cada atardecer
se escucha el desgarrador canto de un ave conocida como guajojó, un llanto
tan desconsolador y horrible que puede dejar a una persona al borde de la
locura. La leyenda cuenta que esta ave fue antes una mujer, hija del cacique
de su tribu, que se enamoró de un hombre de sus tierras, el problema era
que este no era digno para desposarla y quedarse con el trono, según el
cacique.

Así que valiéndose de sus dotes de hechicero, asesinó al pretendiente de su


hija. Ella, sospechando que algo había sucedido, entró en una cólera
incontrolable al ver lo que su padre había hecho. Lo amenazó con
denunciarlo a la tribu, pero él fue más rápido y la transformó en un ave
horrenda para evitar el castigo. Desde entonces el guajojó canta por el
lamento de la pérdida de su amor.

11. El origen de maíz SERGIO NIETO


Esta es otra historia trágica de amor que es muy bien conocida en todo el
país. En la región de Kollana (actualmente Collana, perteneciente al
Departamento de La Paz) existía una joven pareja de tribus diferentes.
Huayu era un hombre perteneciente al ayllu de los Chayantas y su esposa
Sara Chojllu era de al ayllu de los Charcas. La costumbre de estos tiempos
era enfrentarse en un torneo llamado champamackanacus, que servía para
aliviar la tensión entre ambos bandos y ver cuál era el más digno.

Llegado el día, la esposa imploró a Huayu que no fuese a la pelea pero este
se negó, ya que eso sería deshonroso. En lugar de quedarse tranquila y
proporcionarle piedras (instrumento de pelea), ella lo sigue para tratar de
detenerlo. Sin embargo, en medio de la batalla, una flecha se disparó sin
norte (instrumento que utilizaba el otro bando), impactando en su corazón y
matándola al instante.

Se dice que falleció con una sonrisa en su rostro. Al verla, Huayu rompió en
un llanto tan profundo que fecundó la tierra donde estaba la tumba de su
esposa y de la cual brotó una extraña planta con hojas en forma de lanza y
tan verdes como los ojos de Sara. Incluso parecía traer su misma vestimenta
amarilla.

12. La leyenda de la Tuna TUNA QUISKAJ


En su deseo de explorar tierras desconocidas de su dominio, la máxima
autoridad Inca ordenó a su mejor guerrero, Apu, ir en una expedición a
traer nuevos ingredientes culinarios y un reporte de las tierras. Sin
embargo, debía tener cuidado pues se decía que existía una enorme
serpiente que devoraba sin contemplación a todo aquel que se acercase a las
tierras lejanas.

Honrado con tal petición, Apu, el valiente guerrero formó un grupo de 30


hombres para la travesía, pero una vez que llegaron al lugar, la serpiente fue
más astuta y descubrió sus intenciones, así que los hechizó para comérselos.
Aun así, el guerrero más fuerte llamado Chunta, logró recuperar sus
sentidos e incendió la cueva antes de abandonarla.

Creyéndose a salvo, corre hacia una altiplanicie pero la serpiente lo alcanza


y es entonces cuando ocurre algo milagroso. Wiracocha, conmovido, envía al
dios Pachani Uruni para proteger al guerrero. Este logra transformar al
hombre en un cactus enorme que logra atrapar a la serpiente y revivir a sus
compañeros. Estos lograron llevar la cabeza de la serpiente para que ya no
causase más preocupación y un gajo de la planta que los salvó y que
posteriormente floreció en sus tierras.

13. Leyenda chiriguana ANGELICA MARIA


Este mito originario de los churuguaros, pertenecientes a la etnia tupí-
guaraní y habla sobre la creación y la destrucción, el bien y el mal.
Comienza con dos hermanos, Tumpaete y Aguaratumpa. Este último poseía
una gran envidia hacia su hermano por la creación que había hecho, los
humanos, y para vengarse, aprovechó un descuido del Dios y envió un gran
incendio que quemó todo los pastizales y bosques.

Tumpaete les aconsejó que se fuesen a las riberas del río donde podrían
cultivar. Sin embargo, Aguaratumpa envió esta vez un torrencial de agua
que se convertiría en un diluvio del que nadie podría salvarse. Rendido ante
el destino, el Dios le habló a sus hijos sobre su inminente muerte pero
también les dijo que su raza podría sobrevivir si elegían al niño y a la niña
más fuerte, hijos de la misma madre para esconderlos en un mate gigante y
así repoblar algún día la tierra.

Con el tiempo y la naturaleza volviendo a la normalidad, los niños


encontraron a Cururu, un enorme sapo que les enseñó el fuego y a
sobrevivir hasta que fueron adultos y pudieron devolver la vida a los
churuguaros.

14. La leyenda del Locoto SUMAJ URQU


Se dice que un gobernante del Imperio Quechua tenía su palacio cerca del
patio de viudas, ya que deseaba proteger a todos los huérfanos de su reino.
Un día encontró a un alegre y vivaz niño llamado Locoto que robó el
corazón del Inca y lo invitó a vivir con él, desencadenando la envidia de las
esposas ya que veían que el rey nunca trataba con tanto amor y devoción a
sus propios hijos.

Por ello idearon un plan para deshacerse del niño antes de que lo declararan
como heredero. Un día, cuando el Inca salió sin el niño, las esposas
encargaron a un arriero aymará que desapareciera a Locoto. Cuando el
Inca volvió y no encontró al niño, las esposas en llanto fingido le dijeron que
este se había caído por un barranco donde aún se podía ver sus ropas y
huesos.

Desesperado, el rey ordena que traigan sus restos y al verlos no se percata


del engaño sino que se sume en el lamento y se encierra en su habitación sin
comer y beber, hasta que un día observa a la planta que estaba enredada en
las ropas del niño y decide comer sus frutos que desata en él un ardor
incontrolable que solo calma con chicha pero que después desencadena una
necesidad inhumana por comer.

Así los súbditos siembran esta misteriosa planta, pues el rey no quería comer
otra cosa que no fuese sus frutos a los que llamaba Locoto en honor a su hijo
muerto. Con el tiempo, se retiró y dejó el reino en manos de su hijo mayor
para esperar la muerte. Sin embargo, un día llegan los chasquis con noticias
terribles sobre un poderoso ejército comandado por un feroz guerrero
dispuesto a conquistar el imperio.

Dicho y hecho, se exigió luego la presencia del rey pues era la tradición el
asesinar al Inca cuando éste perdía su territorio. Él mismo se vistió con la
típica vestimenta elegante para los muertos dispuesto a aceptar su destino.
Sin embargo, la muerte no llegó. En su lugar, el guerrero tomó las manos del
rey y se hincó a sus pies diciendo que él era Locoto. Así ambos lograron
gobernar el Imperio Inca hasta su desaparición por los españoles.

15. La leyenda de la Pachamama JUSTINIANO SIERRA


Esta es quizás la leyenda de amor más tradicional y antigua de todas. Se dice
que hace millones de años, los hermanos dioses Pachacamac (el dios creador
del mundo) y Wakon (el dios del Fuego y del Mal) se enamoraron de una
misma joven llamada Pachamama (madre tierra), pero sería el dios del cielo
quien desposara a la joven y con quien tendría dos hijos, los gemelos Wilka.

Wakon, sin embargo, no aceptó este destino y, en reproche, desencadenó


diversas catástrofes en la tierra. Para evitarlo, Pachacamac bajó a la tierra
donde lo enfrentó y derrotó para posteriormente gobernar el mundo junto a
su esposa e hijos como seres mortales, hasta el día de su trágica muerte
donde se ahogó y se convirtió en una isla, dejando al mundo sumido en la
oscuridad.

Al ver esta oportunidad, Wakon se transformó en un hombre que les


prometió una solución para todos. Un día, envió a los gemelos por agua para
quedarse a solas con Pachamama e intentar seducirla. Pero al no lograrlo, la
asesinó y su espíritu entonces se convirtió en la Cordillera de los Andes.

El ave que anuncia la salida del sol, Huaychau avisó a los gemelos del
destino que había sufrido su madre y les aconsejó que fueran a la cueva para
atar a Wakon y escapar. Lo hicieron y en el camino se encontraron con la
zorra Añas quien los reguardó en su madriguera y les ayudó a tender una
trampa a Wakon que, al caer en esta muere ocasionando un gran terremoto.
Conmovido por lo sucedido, Pachacama envió una soga para traer a sus
hijos junto a él, convirtiéndolos en el sol y en la luna, de manera que la
tierra nunca quedase en penumbras, mientras que Pachamama se quedó en
el mundo terrenal protegiendo a la naturaleza.

16. La iglesia del Diablo HECTOR MANUEL CASTRO


Esta controversial iglesia se encuentra cerca de Oruro, en el pueblo de
Belén, y se dice se formó tras un trato que hizo el diablo con los pobladores
para ver quién podía terminar más rápido una iglesia. Más específicamente
antes de que el gallo cantase y si él resultaba vencedor, podría gobernar sin
oposición alguna.

Aceptaron el trato pero pronto se darían cuenta de su error al subestimar el


poder del diabl. Entonces, avecinando la derrota, los lugareños se pusieron a
rezar. En medio de este, un ángel bajó para ayudarlos, escondiendo la
última piedra que el diablo necesitaba para edificar su iglesia y así los
pobladores pudieron terminar su iglesia antes que el maligno.

Hasta ahora, ambas iglesias permanecen; una terminada y la otra con la


punta por finalizar. Se dice que nadie podrá terminar de construirla pues la
punta siempre se caerá.

17  La novela de Sumaj Urqu


Autora: Zulema Pary Montesinos
La novela narra el origen mítico del Cerro Rico de Potosí:

“P’utuqsi urquqa Sumax Urqu sutikusqa, imaraykuchus manchay sumaq


warmi kasqa, sumaq p’achallisqa kasqa, achkha p’achakunawan
p’achallikusqa, iskay chunka p’acha p’achapatapi churasqa kasqa, sapa
p’achataq achkha qulqiyuq kasqa, sapa puririqtintaq manchayta
lliphipirispa, lliphirispa p’achakunanqa machay karuman rikukusqa»

Sumaq Urqu era el nombre del Cerro de Potosí, porque era una hermosa
mujer, la mejor vestida y engalanada. Estaba ataviada con doce vestimentas.
Cada prenda era una enorme capa de plata y, cada vez que caminaba, el
resplandor de su ropaje se veía desde muy lejos.

En el libro, se cuenta cómo, por decisión de los dioses andinos, se ha poblado


el universo, creando los sistemas solares y cómo, a cada uno de los planetas,
envían a sus hijos para habitar y cuidar de ellos. Pachamama es enviada a la
Tierra por Tata Inti, su padre, quien después de instalar su morada en el
corazón de la Tierra procede a poblar de toda forma de vida el planeta y
luego les da todo el conocimiento para llevar una vida en armonía.
El Cerro Rico es el protagonista de la novela Sumaq Urqu de la potosina
Zulema Pary Montesinos, ganadora de la segunda versión del Premio
Nacional de Narrativa en Idioma Originario Guamán Poma de Ayala en
quechua. 

18. La leyenda de Huari


Escritor: B. Augusto Beltrán Heredia
El semidiós Huari había hecho su guarida dentro los cerros de Uru Uru. En
cuyas proximidades, habitaba un pueblo Uru, fiel al dios Inti (Sol).

Todas las mañanas, Huari era despertado por la primogénita y bella hija de
Inti, Huara (Aurora), enamorándose de ella. Al intentar tomarla a la fuerza,
provocó la ira de Inti, quien le encerró en su guarida. Huari tomó la forma
humana e inculcó odio y envidia a los Urus, quienes abandonaron el trabajo
y dejaron de orar a Inti.

Esto no acabó ahí, en venganza, Huari desencadenó cuatro plagas sobre el


pueblo: una víbora, un sapo, un lagarto de tamaños descomunales e
innumerables y voraces hormigas. Pero, después de copiosa lluvia, se abrió
el cielo cortado por un arcoíris, de donde salió una Ñusta Aurora de singular
belleza. Esta, se enfrentó, en batallas épicas, a las plagas. Es así que dejo los
rastros de los monstruos petrificados por diferentes sectores.

El pueblo, en agradecimiento, decidió vestirse de diablos, personificando a


Huari, dando origen al Carnaval.

19 EL FERETRO HERMANO DRIM


Se dice que, en Potosí Bolivia, no debes salir después de
medianoche los días martes o viernes.
Esta historia ocurrió hace muchos años, en el tiempo en el que los
españoles se hacen cargo de las minas de esa región. Se dice que
un matrimonio con cinco hijos llegó a esa localidad con la
esperanza de hacer fortuna.
Precisamente al año en el que ellos llegaron a suelo boliviano, la más
pequeña de sus hijas enfermó gravemente de sarampión y luego de un
tiempo desafortunadamente falleció.
Al correr de los años, la familia regresó a España dejando los restos de la
pequeña en territorio sudamericano. Exactamente después de que
transcurrieron 15 días de la partida de éstos, varios mineros afirmaron ver
un ataúd llameante yendo en dirección a la estación de trenes.
Lo más escalofriante de este asunto es que en cuanto el primer rayo de sol se
asomó por el firmamento, el féretro volvió rápidamente al panteón.
¿Pero por qué pasó esto? Muy sencillo, los estudiosos de fenómenos
paranormales dicen que, en aquellos años, el tren que iba con dirección a la
capital del país (La Paz) salía de Potosí los martes y los viernes a
medianoche

20 El_Cóndor_y_la_Cholita ELIANA ARGOTE


En la provincia boliviana muchos conocen esta bonita historia. La muchacha
más linda de la región, era la encargada de cuidar un rebaño de ovejas.
Todos los días se le podía ver recorriendo los prados, al lado de sus
animales, pues no quería que a ellos les pasara nada. Una mañana de
verano, un cóndor de gran tamaño pasó por ahí y miró a la joven.
De inmediato, su corazón quedó prendado de ella y buscó la manera de
raptarla. Aguardó hasta que los demás pastores se fueron a su casa y
entonces utilizando sus garras, tomó a la chiquilla por los hombros y la elevó
hasta lo más alto de una montaña, lugar en donde la criatura vivía.
La pobre cholita le suplicaba que la dejara regresar a su casa al lado de sus
padres, pues debía ayudarlos con las labores del campo. Así pasaron varios
días y la joven iba perdiendo peso, no sólo por el temor que sentía, sino
porque no había alimentos que comer.
Por su parte, el cóndor le llevaba a diario carne cruda, pero al no haber
fuego, ella no podía consumirla.
Fue entonces cuando el ave se percató de que los humanos cocinaban la
comida utilizando la lumbre. Una noche voló hasta donde encontró las
cenizas humeantes de lo que anteriormente fue una fogata, tomó un trozo de
carne y lo calentó ahí, hasta que cambio de color.
Luego se lo llevó a la cholita y se lo dio a comer. No obstante, la chiquilla
continuaba rogándole que le permitiera retornar a su casa. Entonces el
cóndor se dio cuenta de que no podía retenerla ahí, ya que ella nunca lo iba
a querer.
Haciéndole un gesto, el ave le dijo que se subiera en él y se sujetara
fuertemente de sus plumas, para así regresarla a donde pertenecía.
Era la primera vez que, en días, la muchacha usaba una sonrisa.
Posteriormente el ave cumplió su promesa y la devolvió a su domicilio sana y
salva. Se dice que ella conservó una de las plumas del cóndor, como un
obsequio.

PELICULAS

1. “Santa Clara”, la Amazonía beniana en su máximo esplendor


La película, dirigida por el cineasta boliviano Pedro Antonio Gutiérrez,
muestra a la Amazonía boliviana y el oficio del vaquero en su máximo
esplendor.
Las locaciones reflejan unos cuadros increíbles de la naturaleza. Trinidad,
Loreto, Bella Vista y Magdalena en Beni y haciendas cercanas a Montero y
en la carretera a Camiri de Santa Cruz fueron las locaciones en donde se dio
vida a esta historia.
Según el director, la puesta en escena se apoya mucho en el aspecto visual y
resaltar la naturaleza de la zona como pocas veces se ha visto en el cine
boliviano.
La película se estrenará mañana en la plataforma de streaming Bolivia Cine.
También está disponible en Mowies.
2. “Søren”, el mayor desierto de sal continuo y alto del mundo
Es el sexto largometraje de ficción del realizador boliviano Juan Carlos
Valdivia. La película fue filmada en locaciones urbanas y rurales, así como
en el salar de Uyuni, el lago Titicaca, Chapare, Yungas y los cholets de El
Alto.
Una de las escenas que enamoró a los espectadores fue la de los
protagonistas (Pamela Peró y Romel Vargas ) montando sus bicicletas en
medio del mayor desierto de sal continuo y alto del mundo.
3. “¿Quién mató a la llamita blanca?”,  una road movie vertiginosa
Dirigida por Rodrigo Bellott, “¿Quién mató a la llamita blanca?” se
convirtió en la película más taquillera del 2006.
La cinta inicia en El Alto, La Paz, siguiendo la historia de Jacinto (Miguel
Valverde) y Domitila (Erika Andia), una pareja que se dedica a la
delincuencia y que debe llegar a Riberalta, Beni.
En su trayecto, se muestran diversos lugares de Oruro, Cochabamba y
Santa Cruz. Además de las típicas carreteras que unen estas ciudades y
otras localidades como Puerto Suárez, Villa Tunari, Shinahota y Pazña.
Algo muy interesante del largometraje es la fluidez del modismo boliviano,
el cual es muy variado según las regiones.
4. “Cuestión de fe”, el viaje de una virgen desde una región altiplánica hacia
el oriente del país
También una road movie, dirigida por Marcos Loayza.
En “Cuestión de fe” una imagen sagrada debe ser trasladada por encargo
desde una región altiplánica hacia el oriente del país.
Pero durante el viaje, la virgen es robada en uno de los pueblos de las
regiones andinas y llevada a la región de los Yungas. Los protagonistas
tratan de recuperar la imagen sagrada, pero al final llegan a un acuerdo con
los pobladores en los Yungas y la imagen se queda en un pueblo de dicha
región.
“Cuestión de fe” se adentra en los paisajes de Bolivia, pero, según su
director, sin ninguna intencionalidad turística. Asume también la actitud de
presentar artesanías, folklore y costumbres como la fiesta y la boda que
aglutina a los sujetos sociales al son de la música y la bebida.
5. “Mi socio”, un camión por las carreteras bolivianas
Esta road movie, dirigida por Paolo Agazzi, se mueve por las carreteras
bolivianas. Un viaje desde Yapacaní hasta La Paz, pasando por
Cochabamba, Patacamaya y Rurrenabaque. Los protagonistas: un niño y un
adulto, “uno camba y otro colla”.
Este año se estrenó la secuela, “Mi socio 2.0” y, según Agazzi, el filme
recupera principalmente el viaje entre oriente y occidente, el concepto de
road movie.
Por otro lado, la historia también toma como elemento base la solidaridad y
la amistad, que es el espíritu de “Mi socio”.
6. “Wiñay”, en el corazón de las montañas tropicales
Gran parte de la cinta, dirigida por el cineasta cochabambino Álvaro Olmos,
se rodó en Morochota y el trópico de Cochabamba.
El filme narra la historia de dos mujeres que emprenden un viaje con
muchas aventuras.
“(La película) tiene paisajes increíbles, lugares alucinantes que tienen
mucha historia. Estas mujeres (las protagonistas) se introducen en el
corazón de la montaña, por eso buscamos ese lugar, era lo ideal. El paisaje
tiene un valor importante”, dijo el director sobre su obra cinematográfica.
7. “Escríbeme postales a Copacabana”, realismo mágico en el lago
La cinta, del director Thomas Kröntaler, una producción boliviano-
alemana; está ambientada en la población de Copacabana.
Si bien muchas películas utilizaron al lago Titicaca, en ésta, según su
director,  se trabajó con el género del realismo mágico, lo que permitió no
poner límites a la creatividad. “Aquí se muestra el lado mágico y el
misticismo del lago Titicaca”.
También se muestran los paisajes de Sorata y de los pies del Illampu, una de
las montañas más altas de Bolivia.
8. “El río”,  Beni en postales
El largometraje, dirigido por Juan Pablo Richter, explota fotográficamente
los paisajes de Beni, como el río Mamoré.
Beni tiene parajes que pertenecen a una postal. Es paradisíaco y selvático.
Con un clima caluroso, lleno de bosque tropical húmedo y cuencas fluviales.
El director Juan Pablo Richter tomó esos elementos y los mezcló con la furia
del medioambiente. Así creó una analogía de un edén amazónico en el
imaginario, violento por naturaleza, que engendra actitudes y
comportamientos del mismo tipo en los seres humanos que lo habitan.
9. “Los Andes no creen en Dios”, en las tierras altas de Bolivia
La película está ambientada en la población minera de Uyuni y otras
regiones aledañas de Potosí que redescubren una Bolivia de los años 1920-
40; época en que la explotación de los yacimientos minerales experimentaba
un auge y un esplendor sin precedentes.
Dirigida por Antonio Eguino, “Los Andes no creen en Dios” es un sentido
homenaje a quienes forjaron la historia de la minería en la cordillera de los
Andes.
El viento en las quebradas, la belleza impresionante del salar de Uyuni y las
excelentes fotografías de otros paisajes del altiplano boliviano caracterizan a
esta obra cinematográfica.
10. “Espíritus independientes”, un filme 100 por ciento chapaco
Gustavo Castellanos refleja la travesía de cinco jóvenes en su intento de
hacer una obra cinematográfica que muestra a Tarija con sus costumbres,
paisajes, cultura y su gente.

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