Sei sulla pagina 1di 33
Pedro Aullén de Haro (Editor) Historiografia y Teoria de la Historia del Pensamiento, la Literatura y el Arte CLASICOS DYKINSON Pedro Aullén de Haro (Editor) Historiografia y Teoria de la Historia del Pensamiento, la Literatura y el Arte ANA ACUD PEDRO AULLON DE HARO JOSE JOAQUIN CAEROLS VICENTE CARRERES TERESA CASCLDO ANTONIO CONSTAN NAVA ISAAC DONOSO ALFONSO FALERO Jestis GARCiA GABALDON MARCARIDA MAIA GOUVEIA JAVIER HERNANDEZ ARIZA LEE HYE-KYUNG EFRAIN KRISTAL FRANCISCO LAFARGA MP ROSARIO MARTI MARCO JUAN FRANCISCO MESA-SANZ M’'BARE M’COM RICARDO MICUEL ALFONSO JOSE MANUEL MORA FANDOS ANTONIO DE MURCIA CONESA M? TERESA DEL OLMO- LUIS PEGENAUTE, FERNANDO MICUEL PEREZ HERRANZ ANGEL PONCELA GONZALEZ JAVIER PORTUS FERNANDO RIVAS José CARLOS RUEDA LAFFOND ALFONSO SILVAN NATALIA TIMOSHENKO ESTHER ZARZO Madrid 2015 © Los autores (2015) Madele Imigenes de cublarta; Herddato, Polibio, Diontsta de Halicarnaso, Juan Andrés, Antonio Eximeno, Jacobo Burekbardt y Menéndez Pelayo Eadliorlal DYKINSON, 8.L, Meiéndez Valdés 61, 28015. Madrid, ‘Telefono (+24) #1 544 28 46 - (-34) 91 S44. 28 BO e-mnll: info i@dykinson.com itp /Awwwcdykinson.es Jttpwwwcelykeinson.com (Consejo Edtortal véase htip://www.dykinson iqulenessomos ISBN: S78-84-9085-500-6 ‘Maquetactin’ Juan-José Marcos |uan}marcos® yahoo.es Todos los derechos reservados. Ni Ta totalidad nt parte de este tbr, inclukéo el diseho de la cubierta, puede reproductrse a transmttirse por ningiin procadtmiento eleciréinien o mecanico, Cualquter forma de reproduceton, distetbuctin, comutca- ctdn pliblica 0 transformarién de esta obra sia pede ser realizada con la autortza- cctdn de su Utular, salve excepciin prevista por la fey. Dinjase a CEDRO (Centro Espatol de Derechos Reprograficos. www.cexra.org) s1 necestia fntocoplar o esca- near algiin fragmento de esta obra (woww:conlicencia.com; 91 702 19 70/93 272 04 AT bo SUMARIO Prefacio... os - wit Pedro Aullén de Haro, Introduccién a una Epistemplogia Ristoriogrifica como Historia universal de las Ideas y las Formas literarias y artistheas oc -oiescseestnsnensomncnnsney UD Juan Francisco Mesa-Sanz, Historia de los términos ‘Histo- pin / “Historlografia’ ese nnnnntnenneinanecanennen BL Alfonso Silvan, Historiografia griega y métoda comparatista ........ 79. . MP Teresa del Olmo, El concepie de ‘Historia’ y su campo terminilégico en las fuentes encielopédicas modernas 0.00... 95 Esther Zarzo, Historia, memoria y thempo oss secsesnensee WOT rs . Javier Herndindex Ariza, Introduccion a la “Historia de la Angel Poncela Gonzalez, Verdad y tiempo en la histario- prafia de Ja Historia de'la Filosofia: Kant y las derivas del métoda kantiano .... . Femando Miguel Pérez Herranz, asocegpals © Historia he Na Pile eo eet serepetiepeacetepeieiri AB Jesé Joaquin Caerols, La evolucion de a historiografia literaria chisi Fernando Rivas, Una sintesis de historiografia patristiea.....00....247 Prancisco Katou: v Lils Pegenante, Histriografia de la traduccién.. Ciencia’ como género...... a 293 Vicente Carreres, La historiografia estética: pasado y presente.........925 ‘Teresa Casenda, Musicologia histerica ¢ historiografiia....2.0000.000..300 Javier Portis, La historiografia artistica: las artes phisticas.... ALD 20. ral 22. 24. 24 26. 27. 28. 29. , Alfonso Falero, Hacia una histariografia literaria en Japon... José Carlos Rueda Laffond, Historiografia y cine. . Antonio de Murcia Conesa, La Historia de los conceptos y su relacién con Ia historia de la filosofia y la historia social. » Ana Agud, Una historiografia dificil: India 2.2. ee AB Lee Hye-Kyung, El Estudic comparsiista de ta historia literaria de Asia’ del Este segiin Cho Dong-l..... Ricardo Miguel Alfonso, Evolicién de la historiografia Ifteraria angloamenricana ... = = NM? Rosario Mart Marco, La historioprafia literaria alemana. Jestis Garcia Gabaldén, La evolucién de ta ee Hireraria estava 0... Natalia Timoshenko, Introduccion a ta Aerie literaria rusa Efrain Kristal, En toro a la historia del = eoneepin de historia literaria hispanoamerteamn......... Isaac Donoso, Historiografia comparatista de las fotras filipinas......... 689 Margarida Maia Gouveia, Anilisis de ta taco Hiteraria en Brasil 20.02.02... eeteapetatenirtang CULE Antonio Constin Nava, Histeriografia arabe islamica (Siglos XVIILXX) Perspectiva espafiola y europea... cece TB José Mannel Mora Fandos, La ib tentes de Ia literatura aiddeann iiss SS STR M’bare M’gom, Sobre la historfografia literaria hispanoafricana.. MUSICOLOGIA HISTORICA E HISTORIOGRAFIA. TERESA CASCUDO, “El musicologo es, en primer lugar y ante todo, un historlador"', Esta frase, dicha a mediados do la década de fos sesenta del siglo pasado por Pa lisca (1921-2001), uno do las mustcolagos mas destacados de la sogunda mitad del siglo XX, sintetiza una postura segin la cual la historia de la musi- ca constituye el interés primario de todo musicologo’, stendo asi cualquier consideracion acerca de los hechos y abjetos musicales en la historia, por st misma, una Investigacién histérlca, independientemente del punto de vista. de los métocios utilizados ¥ de los objetives perseguidos’. Este punto de vis: la, bastante extendido, explica que la historia de la musica evidencle una parliculae propensiin hacia el eclecticismo metodolégtco y que se defina, no tanto por la distincicn en relacién con otras subdisciplinas musicoldgicas, sino, al cantrario, por la inlegracion metodolégica de las mismas e, incluso, por la exigencia de que a su vez éstas Integren caracteristicas esenctales del inétoda histdrico*. ‘Ademuis, escribir sobre la histarlografia de 1a miisica leva consigo, al menos en Espaa, reflextonar sobre alga que en téeminas antcopoldgicos podriamos considerar un doble proceso de aculturacién. De la respuesta a la también doble pregunta que se podria formular como punta de particta (;qué * Haerison, Frank LL, Wantle Hood y'Clantle V. Palisea, Afusicalege, Hnglewood CHIPS, New Jersey, Prentice Hall, 1963, p_ 118. Todas las traduceiones a castellano soe de Bo tara ded ar wut. Queda lejos de [os objetivos de este trabajo dar una respacsta Filsofica a las relaciones emne imusicologe e bistaria de fa masica, Sobre este astinto, vid. Giles: Hooper, The Diseonese af Musicology. Aldershot, Ashgate, 2008, = Ch “Prosentagione”, Africa ¢ Stari, | (B93), p 5, * Fis dobaie fa sitio espectalmenie relevanie ex fo quo se refiewe a las relaciones entre analisis musicale historia de 18 melsica. Cf Joseph Kerman, “How We Got inta Analysis, od How 10 Get Dut”, Critical ingairy, 7 (1960), gp. 11-3S1: Molin, Jean, “Musical fact and the semis. logy of musi”, Musical Anafysis 9, 2 (2980), p. 105-156: Kramer, Lavrenre, “Hayein’s Cha 05, Schenker's Omer, nr: Hermeneutics and Mibsical Analysis: Can They NDC", 1°. Cericy Music 16 (1992-1995), pp. 3-17: Kofi Agavwn, “Analyzing music under the new musicologica seine”, The Journal of Musicology, 15, 3 (1997), pp. 297-307; id, “Rovind Table V. Musical “Analysis: Sysiematic versus tistical Models (15th Congress ofthe Latermttaral Misicolag ‘cal Society Madrid, 3-10 de Abril, 1992, “Mediterranean Musical Cultures and Their Ramufica Avia Misicologica, 63, 1 (IBB1), pp. 20-22 392 Teresa Cascuda #5 historia [de la musical y qué es musica?) forma parte el proceso mediante el cual Ifogé a las clases urbanas ospafolas el canon mustcal en torno al cual se confarmd la disciplina, asi como los métodes que Ie son propios. Esto ‘ocurrié a Io largo del siglo XIX, acompanando, de resto, un proceso mis amplio que en historia general se suole designar como globalizacién. Ya en el siglo XX1 so acumulan an la memoria de los musicdlogos lus efectas de dos momentos diferentes de la globalizacion, asociadas respoctivamente con la hegemonia ctentifica alemana y anglosajona, Por supwesto, !a comunidad imaginada formada por los musicologos activos en Espana aproximadamente a Jo largo de los ultimos cien afos se ha visto sometida a las mismas tensio- ‘nes que otras posibles de entornas lingulstico-culturales como el frances o el italiano, st bien en circunstancias instituclonales bastante mas endebles’. Es mds, actualmente, dentro de la hegemonica mustcologia Internactonal anglo- sajona, so detectan diferencias entre Estados Unidos y el Reino Unido. Afia- diré que queda fuera de nuestra actual objetive examinar la historlografia de la mdsica desde el punto de vista de la glabalizacién. La musicologia es una actividad académica formalmente de historia re- cliente: de hecho, el término “musicologia’ no empez6 a generalizarse hasta la segunda década del pasado siglo, aunque su hase conceptual y estéttca sea sin duda anterior. 4 finales del sigla X'VTIT cra Frecuente un tipo de historia- dor de la musica de perfil erudita, ast el aludida por el jesulta tlustrade Juan ‘Andrés (1740-1817) en Grigen, progresos y estado actual de toda literatura (1¥ed., Parma, 1782-1799) a propdstto de la composicion y edicién de mate- tes ontre las siglas XIV y XVI. Andrés, ante la tmpostbilidad de cocumentar con exactitud ninguna fecha relativa a este repertoria, escribe: “Dejaremos para los doctos historiadores do la masica ol examen de estos puntos erudl- tos”®, Casos de este tipo de histortador fueron en cierto mada Giovanni Ba- lista Martini (1706-1784) 0 Charles Burney (1726-1814), no ast los Jesultas expulsos Esteban de Arteaga (1747-1799) y Antonio Eximeno (1729-1808)'. No entraremos aqui en problemas historicos aun de gran repercusidn teérica, asi la polémica sostenida entre Eximena y Martin! Basta pensar que la musicolagta ingresd en la universidad espanota en las ans 80, Actualmen- Kh fer edo gus agi arte velvet econ Gr rleht Set CSIC, Som las snicas instticinnes Que se oeupan de Investigacion, a wiferencia de los Consery sarin Sieperiores de Masica © Juan Andis, Grigen. progresos y estado actual de txie Kiteradura, eo. de J Cancta Cabal, 5. Navana'y C, Valeascel. dingida por? Aulida de Haro, Madrid, Verba, 1997-2002, vol. IV. p. 205-4 1 -¥, roms Mall Cll, ~Concopins itrereeakos prliminet ta popu ie soforma tel melanirama de Esteban de Arteaga”. Philadewia fixpalensis, © (1904) pp 117-134, ademas, Philippe Vendrix, div arirines d'we discipline historique. La musique et sao histoire poe ant AV es XVI siscJes, Ginebra, Dre, 1993, Musicoiagia histeriea © historiografia 393 Juan Andrés compuso, con e! titulo De Ja Acustica, una excelentemente ‘breve, precisa y complota Historia general de fa Miisica desde el punto de vista de la teoria de la disciplina, es decir una historta de fa musicologia, dentro de su extensa obra historiografica universal. antes referida. Andrés, que comienza por plantearse y explanar el problema epistemoldgico de base pues, como Aristdxeno y modernamente Eximena, piensa que la Miisiea no ‘ha de situarse disciplinarmente en la Matematica, examina rigurosamente la serie completa de Ins grandes pensadores, desde los antiguos hasta los mo- dernos Bernoulli, D'Alembert, Riceati, Rameau..., y el misma Eximeno. Por ‘ello, Andrés y Eximeno son representantes en este campo de un extraordina- slo eriterio moderna. Juan Andrés, en ta seceidn dedicada a la mdsica en Origen, también se presenta a si mismo buscanda en los libros antiguos de musica: y en otros ‘mmodernas que tratan de su historia” los espocimones mas remots documen- tables en Espafa de notacién musical fijada fuera dol entorno eclestéstico*. El objetivo basico de los historiadares era acopiar fuentes y documentar ast las obras. mas lejanas en el tiempo a fin de aclarar fos problemas histéricos fundamentales atin no resuelios’. Esta actitud, que coincide uswalmente con la Anticuarta, perduro durante el siglo XIX, juntamente con el crociente con- cepto de progreso, que, originado en Ja Ilustracidn, modelé de forma deter- minante, aunque a veces conteadicioria, las historias de la musica subsecuen- tes, La gran diferencia entre los siglos XVIII y XIX, no abstante, se encuen- tra en la incorporacién dentro de los estudios historices sobre musica del ‘historicismo romadntico, con su vertiente culturalista y particularista y tam- bien con los condictonamiontas deologicos, en especial los de caracter na- cfonalista, propios de la época". Con todo, la cuestién “nactonalista”, sobre ta cual aqui no podemos entrotener argumentos, en musicolopia es de recor- dar que reviste una especial significacton que no debe Hamar a confusiones. Antonio Eximeno, matematico y fildsofo, en la sogunda parte de su trata~ do tedrico e historico sobre la musica (Dell origine e delle regole della musi- ca calla storia del suo progresso, decadenza, ¢ rinnovazione, 1774 — Del en sus averiguacinnes argumenta, discutiend la bibllografia entances disponible. que la mas antigua haba de ser la rmisica arabe. © am Jose Carreras discutid can. mayor profundidad Las impticaciones del paradigma histor ‘ograficn de i testracian en “La histoniapeafia artstica: In masiea", on P. Anion de Wr ged, Torta de ts historia de da Fieratara y el arse, Matird-Alicanle. Vertuan-Universidat, 1966, pp. 277-306. Estas condicionantes afectaron particularmente el desarrollo de ia bistoris de Ia musica en Espana y tambien fu clabecacton de esa misma histaria de ls musica “espanola”. Vid. Juan Jase Carreras, “Hijus de Pedrell, La historingrafia musical espanaia ¥y sus arigenes nacionalistas (U7BO-1808}", if Saaeiztore musicale, VIN, 1, 2001, pp. 121-169. Adems, Judith Elzion, “Spanish Music as Perceived in Weslerm Music Historiography: A Case of the Black Legend”, International Review ofthe Aeschetics and Sociology of Mase, 28, (1386), pp. 3-120 Musicoingia histérica © historiografia 393 Juan Andrés compuso, con el titula De fa Acustica, una excelentemente breve, precisa y completa Historla general de la Mastca desde el punto de vista de la tearia de la disciplina, es decir una historia de la musicologia, dentro de su extensa obra historiografica universal, antes referida. Andrés, que comienza por plantearse y explanar el problema epistemolégica de base pues, como Arisidxeno y modernamente Eximono, piensa que la Miisica no ha de situarse disciplinarmente en la Matemética, examina rigutosamente la serte completa de los grandes pensadoros, desde los antiguos hasta los mo- dernos Bernoulli, D'Alembert. Riceatl, Rameau..., y el misma Eximeno. Por ello, Andres y Eximeno son representantes en este campo de un extranrdina- rio criterio moderno. Juan Andrés, on la socctén dedicada a la musica en Origen, también se presenta a sf mismo buscanda “en los libros antiguos de musica: y en otras modernos que tratan de su historia” ls especimenes mas romotos documen- lables en Espafta de notacién musical fijada fuera del entorno eclestdstica®. El objetivo basico de los histortadores era acaplar fuentes y documentar ast las obras mas lojanas en el tiempo a fin de aclarar los problemas historicos fundamentales atin no resueltos". Esta actitud, que coincide usualmente con la Anticuarla, perduré durante el siglo XIX, Juntamente con el creclente con- cepto de progreso, que, originado en la Hustracién, modeld de forma doter- minante, aunque a veces contradictoria, las histortas de la musica subsecuen- tes. La gran diferencia entre los siplos X'VIII y XIX, no obstante, se encuen- tra en la incorporacién dentro de los estudios histéricos sobre musica del historicismo romantica, con su vertiente culturalista y particularista y tam- bién con los condicionamientos idealégicos, en especial los de cardeter na- ctonalista, propins de la época". Con todo, la cuestiin “nacionallsta’, sobre a cual aqui no podemos entretener argumentos. en mustcologta es de recor- dar que reviste una especial significactéin que no debe Hamar a confusiones. Antonlo Eximeno, matemailco y fildsofo, en la segunda parie de su trata- do tedrico e histarico sobre la musica (Dellorigine e delle regale della musi- ca colla storla del suo progressa, decadenza, © rinnavazione, 174 — Del "Pr sas averiguaciones argurienta,discutienda Ia hibllagrafia entonces dispenible. que lx mas antiga habea de ser la esica arabe © Jen Jose Carreras discus. can mayor profemdidad tax implicaciones del paradigm histor! ‘agratice de la Hustrseian en “La histoniageafiaaristiea: In masiea”. en P. Aulion de Hara ged), Teoria ne la historia de ka Hieratara y el arse, Madrid-Alicanie. Vertmsm-Uiniversidat, 1994, pp. 277-306, Estos condicionantes afectaran particularmente sl desarrollo de la historia de ta misica em Fspafa y también fa elaboracitin de esa misma historia de fa musica “espafila Vid. Juan Jose Carreras, “Hijos de Pedrall. La histocingrafia musical aspanols y sus arigens nacionalistas (1780-1908}". 1 Saypiatore musicale: VIM, 1, 2001, gp. 121-168. Adiemas, Judith Etrion, “Spanish Misic as Perceived in Western Music Historiography’ Case af the Black Legend”, oternaticnal Review of the Aesthetics and Seciolony af Mtusic, 2,2 (1998), pp. 83-120, 304 Teresa Cascudo origen y reglas de la musica, 1796) desarrolla un discurso hilstartografico con ‘of que trata de demostrar las teorias expuestas en la primera parte. La falta de ‘modelos y su particular vist6n de la historlografia le conduce a crear un en- sayo filosofico, decididamente tlustrado, con un modelo miltiple de perlodl- zacion cuyo aspecto més original os la relacién establecida entre desarrallo artistico y decadencla moral. En este punto inspirado por Turgol, y que man- jendria Winckelmann para las artes plasticas. Eximeno plantea un determi- nismo geografica muy matizade en el quo ef clima es una mas de entre las ‘umerosos factores que influyen en el desarrollo artistica de un pueblo. Por ‘oira parte, en su navela D. Lazarillo Vizcardl {esccita entre 1799 y 1806, aproxtmadamenie), Extmeno introducira algunas novedades, al otorgar una mayor importancia a la mdsica Instrumental y ademas hacer usa de una me- todologia critica incluyendo notas a pie de pagina, referencias a histariadores de la musica y apéndices de cantentdo historlografico. El caracter fuertemen- te subjetivo de la visién de Eximeno hard que su influencia sea muy limitada ‘en los autores espafolos de 1a primera mitad del XIX. La recuperactén de su pensamlento en la segunda mitad del siglo llevard a trazar interprotactones sesgadas que desfiguran la propuesta del exjesulta, quedando reducido a una suerte de precursor del nacionalismo musical"? En el presente estudio nos centraremos en fa histortografia de la musica praductda en el ambito de la mustcalogia en sentido contempordneo””. Sin embargo. en primer lugar. expondremas las principales caracieristicas de la historla de la musica tal como se construya a lo largo del siglo XIX". En segundo lugar, nos refertremos a Hugo Rlomann (1849-1919) y Guido Adler (1855-1941), quienes en el dmbtto germénico pusteran las bases de la disct- plina académica, La historiografta de su época. en gran parte fundamentada Sobre fa bisiorioggafia musical de fxmono, véase Alberin Hernander Mateos, F peamcimieeor rarical ds Aruonio Enimeno, Universidad de Salamanca, 2013, pp. 443-458, y “Progresso, de cadens © riowovasione’ a pensimienta histriografico-tmusical ce Antonis Eximen", en Saggintare Musicale vol. XIX, 2 (2012). pp. 189-213. Sobre Ia eecepcion del peasamienta de exlmeno en ei sipio XIX, del mismn Hernandez Mateos, “Lx recepcion dal pensamlento must ‘al de Antonio Eximeno en la historiqgrafia musical espannta del sige XEX. Una. sprain sion”, an Ramos, Pilar et alll eds), Jdsteoloais global /Atnsiealagéa focal, Logan, Socke- cd Rspaata de Musicologia, 2013, pp. 1536-1558 © By presente anicula proved en parte de an trnajo mas extenso que fundamente en 2010 el PProyecta Docente de fa autora para wn concursa a ewerpe de Profesares Titres de Univer. sidad. vid. comm stmtesis de refeenria, Glenn Stanley. “Histoeiography” en L. Macy (ed) Grove Musie Online (hima acceso | de mars de 2014}, taipiwww-pravamuste.com ym Samson, “Music history", em J.P. E. Harper-Scotty sim Samsan (ets), Aa dntroahctcan to Mt ‘Cambridge UP. 2008. pp. 7-23. "CF Duckles, Vincesi, “Johann Farkel The beginning of misical histaringraphy", ighieenth Cony Shales, 1,3 (0968), pp. 277-280; “Patiemes in the Histariograpty of Lath Century Nii SiC, Acta Miciewlagie, XiHl (L570), pp 75-B2. Musicologia histdrica e histariograia 395 sobre el concepto de estilo, se pralongé en sus efectos a le largo del siglo XX. Abordaromos, finalmente, las principales aportaclones de Carl Dahlhaus (1928-1989) y Leo Treitler (1931-) en el contexto de la Guerra Fria y la res puesta dada por la musicologia histdrica a los cambios ocurridos en el ambi- to de fa historia soctal y cultural. DE HEROES-Y MONUMENTOS MUSICALES Los grandes artistas se convirtieron en los polos en torno a los cuales se ‘organiz6 el discurso musicologico a lo largo del siglo XIX. Esto queda de- mostrado en la preponderacia del estudio biografica", que tuvo como con- ‘(rapartida que los aspectos directamente relacionados con las ebras musica les quedasen de lado. A partir del estudio de Johann Nikolaus Farkel (1749- 1818) dodicado a Bach, publicado on 1802, se so subrayo la figura del com positor en cuanto individuo excepcional en el que se concentraban, incluso, las principales tendencias creadoras de cada periodo. Forke! exalts la Figura de Bach como culminacién de la evolucion de fa historta de la musica tnicia- da on {a Antigoedad. En dicha biografia, Forkel reteata, en palabras de Stauf. fer, a un héroe cultural aloman que dedica su obra a los ~patriotas amantes del arte musical”'*. Si Bach se convirtié as{ en referente patriotico de la ‘Alemania protestanto, Giuseppe Bain transforma después a Palestrina en el artifice de la culminacion de la mdsica eclesiastica dentro del catolicismo, en su Memorie storie.critiche dofia vita # dello apere df G. Palestrina (1828) ‘Como vemos, la eleccidn de determinados compositores-héroes se funda- moentaba precisamente en la construccion de un argumento historico basado en la recuperacion de fuentes hasta entonces desconocidas y fundamentado ‘en un gran relato de cardcter identitario, patristico o religiosa®, La blografia musical se desarrollé a partir del siglo XVII como elemento de obras enciclapédicas © historiograficas. De hecho, ol Alistorisch- hiographisches Lexikon der Tonkonsiler (1790-92), revisadlo como Neues historisch-biographisches Lexikon der Tonkinstfer (1812-14), de Ernst Ludwig Gerber (1746-1819), se considera el antecedente de las monumenta. 4 para unt intoiceion al ust: academien del genero bingtafia por parte de Es misicolagta, vid Hans Lenneberg, Wrmesses and scholars, Studies én Musical Siograpiy. Nueva York, Gardcn Breach, 1988. CE George B. Stauffer, “Forkel, Johann Nikolaus", en 1. Macy (ei), Ginone Music Online, (Citimo acceso de marzo-de 201), bitp-invww grovemssic com CE James Garratt, Pleserina and she gerinan romance ipgaasons Jterprasing hictovicien i inwicenth-cewiary marsc, Cambridge U, P., 2002: Rodobalia Tibald\ fed), La rereeiane ai Pafesivina in Earopa firo ail Ottocenta, Les, Libreria Nisieale taliana, 11989: Celia Ap. plagate y Pamela Potter (eds.). Music ind Gorman National tdeotiy, Chitaga-Landres, Unk ‘versity of Chicago Press, 2002 396 Teresa Cascudo les elaboractones dectmondnicas””, En el siglo XIX comenzé a proliferar ta blografia auténoma. dedicada a grandes compositores coma Bach, Mozart, Haydn y Beethoven. Haydn, Fuecon sin embargo algunos trabajos dedicados a llaltanos (cl antes referido sobre Palestrina, de Balnl, o Johannes Gabrioli und sein Zeitalter, 1834, de Carl von Winterfeld), juntamente con la Bio- graphie WA. Mazart'’s (1828), de Georg Nikolaus Nissen, los primeros tra- bajos hasados en documentacion inédita de archive. Durante la segunda mi- tad del XDC y principios del XX, la blografla se convirtié en el pénero por excelencta de fa musicologfa. tal como evidencta en la siguiente enumera- cldn: Friedrich Chrysander (1826-1901) con Haendel entre 1858 y 1867 (también fue editor de su obra musical sogiin crlterios filolégicos contempo- rneos), Helnrich Krelssle von Heliborn (1822-1869) con Franz Schubert en 1865; on Las décadas de 60 y 70, las de Beothoven de Ludwig Nob (1831- 1885) y Alezander WheolockThayer (1817-1897), la de Haydn, por C.F. Pohl entre 1875 y 1927. y la de Johann Sebastian Bach (1873-80) por Phi- Lipp Spitta. El interés por escuchar obras del pasado en concierto propicié publica- clones de fuentes mustcales. Las primeras antologias datan de principtos del XIX, pero el esfuerzo de fijar la misica del prasado en ediciones monumenta- les conforme a criterias de hase filoldgica empezé a dar sus ffutas ya en la segunda mitad del siglo: Forkel puede ser traido de nuevo a colacién como antecedente de la edicion de obras campletas de compasttores seleccionados, ya que desempen la funcion de asesor en Ia edicton de las Geuvres com- ppletes de Jean Sobastion Bach, on las series dedicadas a la musica para tecka editadas en 1802 por Hoffmelster & Kahnel, La publicacidn continud duran- te los anos sigutentes hasta 1817. El modelo do edicion monumental fue esiablecide més tarde, gracias, entre otros, a los alemanes Franz Commer (1813-1887) y Carl Proske (1794-1861), asi como ef belga Robert Julien Maldeghem (1810-1893). Los dos primeros editaron, entre otras, las series Collectio operum musicorum Batavorum saeculi XVE (Berlin, 1844-58) y Musica Divina (Regensburg, 1853-1863), mientras que ol tercero fue respon- sable de la antologia Tresor Musical: Colfoction Authentique de Musique Sacrée et Profane des Anciens Maftres Belges (Bruselas, 1865-93). A. pattir de mediados del mismo XIX también se imprimieron obras completas de umerosos autores, intciando ya la generalizacidin de los modernos proced- mientos de edicion critica. Debe ser destacada la actividad de la editortal Breitkopf und Hartel, de Leipzig. que dispuso las obras completas de Bach (1851), Handel (1858), Palestrina (1862), Boethoven (1862), Mendelssohn (1874), Mozart (1877), Chopin (1878), Schumann (1880). Grétry (1884), "CE Maynard Solomon, “Biography”, an L Macy (ed). Grove Afusic Onfine (Cima access | ide marzn de 201.4), Mtp:! sew provermsic.com. Musicologia historica e historiogratia 307 Schubert (1884), Schatz (1885), Lasso (1894), Berlioz (1899), Schein (1901), Victoria (1902), Haydn (1907) y Brahms (1926). LA HISTORIA DE LA MUSICA EN EL SICLO XIX Entraremos ahora en el ambito de la historiografia en un sentido restrin- pido, en “los escritos acerca de fa historia de fa musica” publicados a la largo dol siglo XIX. Siguionda a Vincent Duckles, debemos comenzar con la figu- ra de Johann Nikolaus Forkel (1749-1818). El princtpal propdsito que le animé a emprender la elaboracin de su Aligemeinte Geschichte der Musik, cuyo primer volumen aparecio en 1786, fue “demostrar como 1a masica de su tiempo habia legato al estado de perfeccién on el que existia en su épaca, cen la época de Johann Sebastian Bach, el compositor cuyo trabajo colocd en el vértice de la pirdmide™"*. Y es que, fundamentandose en la historlogra- fia de la Hustracion, su vision de Ja historia era semoejante a una estructura piramidal en cuyo vértice estaba la cultura musical contempordnea del histo- qlador, tratandose, no de una sucesion de hechos, sino de ideas intogradas, animadas por el objetivo de alcanzar la perfeccion. La historia de fa musica era concebida como una evelucion gradual de Io simple a lo complejo. de la musica primitiva equlvalente al ruido a la era de fa armonfa, pasando por una fase Intermedia caracterlzada por el nacimiento de un “sentido de las rela- clones tonales, la identificactén especifica de sonidos con sentimientos, ol empleo rudimentarle de escalas y fa invencton de patcones melodicos sim- ples*"*. Forkel otorgaba una Importancla cruclal a la aparicion de la armonta, que, en su opinion, marco el inicio del Neuzeit o tercer pertodo de la historia de la miisica al permitir la paulatina emancipacion de la miisica con respecto a las palabras. Entondia la meistca coma “expresion profunda de las sontl- mientos humans”, y no come “lufa Inocente" cuyo propésite era la mera ostimulacian de los sentidos, a diferencia de Rousseau o Burney”. La Allgemeine Ceschichte (Leipzig, 1788-1801) es el trabajo mas Impor- tante de Forkel y en él encontramos reflejados los principales fundamentos de su manera de entender la historia. Constituye fa primera tentativa de pro- porctonar, en alemiin, una historta general de la musica. Los dos primeros volumenes abarcan el porindo transcurrido entre la Antiguedad y el final del siglo XVI. El tercer volumen, que no llega a completar. se extendia hasta | presente del autor. Tambien escribie la primera monografia sabre Bach, intl- tulada Ciber Jobana Sebastian Bachs Leben, Kunst und Kunstwerke (Leipzig, vincent Duckies, “Johann Farkel: The beginning of musical historiography", Fpbiecexh Ceniary Stdies 1, 311988), pL 283, "hid. p.28a 5 George Stauffel, “Forkel, Johanna Nikolaus”, en L. Macy (ed), Grove Afwsie Ghz, (Chime acceso 1/de marea de 2034, bnty nw gravesnmsi- Glenn Stanley, “Hisiariography”: an 1, Mary (ed), Grow Macic Chine, (Uitim acceso 3 8 mmaren de 2014), hip: www grovemusie.com. Musicoingia histeriea © histariegratia 403 ceso, cabo destacar que el concepta de estilo es lo que permitié aplicar a Ia historia de Ja mésica fos criterias de cientificidad caracteristicos del posit vismo™. El establecimiento de hechas relevantes y la elaboracién de leyes fueron las dos principios que el concepto de estilo pormitié cumplir. Asi, el programa do Adler se basaba en la idea de que el abjetivo principal del tra bajo de ta historia de la misica era la “Investigacion do las leyes del arte om cada periodo y su combinacion y desarrollo organico™™, La historia de ta musica, en las palabras de Adler, “so organiza a s{ misma conforme las épo- cas —cartas a largas- o de acuerdo con los pueblos, territorios, regiones, clu dades, y escuelas de arte: su resumen puede ser ceonlégica © regional, o cronolégico y regional. En su caso final y mas elaborade, sin embargo, la historia de la musica debe mirar hacta las obras de ame como tales, en su concatenacién mutua y su reciproca influencla, sin prestar una especial con. sideracién a la vida y al efecto de Jos artistas Individuates que han participa- do en este firme desarrollo". Esta, en su opinidn, era la forma mds elevada do una historia de la musica que prescindirfa de la “vida” y de los “artistas indtviduales” que habian hecho postble ese “firme desarrolla” La nocion problematizada de estilo cimenté su concepcidn de la historla de la misica, y constituyé el tema principal del ensayo Der Stif in der Musik, publicado en 1911™. Tal como expone en este libro y en el ensayo dedicado alos periodos de la historia de la musica incluidos en su Handbuch der Musikgeschichte, de 1924, la “critica estilistica” resume fa totalidad del pro- cedimienta metodaligico de la disciplina En foco estin las criterias especificamente musicales -molodia, tonaliddad, armonia. polifonia, material temitico y timbre. Estas son los antecedentes de Ia definicién del estilo. A partir de-esie pinto central se desarrallan Jos crite- rios ritmicos y formales, El anilisis de la forma (Formeaznalyse), tomando todos estos clementes en consideracién, es el punto de partida del procesa de la critica estilistica, Con éste esti relaclanado ol analisis del conteiida (ln ‘halésanalyse). que investiga la faceta psico-intelectual de-la muisiea. Conside rando Ia rociprockdad y la carrelacidn de los anilisis de forma y contenido Megamos a fa anténtica critica del estilo de primer orden ™ rica Mugglestone, “Cirida Adler's “The Scope, Method, and Alm of Miasicology’ (1885): An English Transiation with an Fistorieo-Analytieal Commentary", Yeartook foe Praltnal Mo sic, 18 (1981), pp. 1-21 Ii. = thid, p. 7. % GHldo Ale, Ze Sa ina A npg, ttopt und Mal, 191. #8 ensayo e slg ‘cathvamente contemporanen he otro def aulorta del compositor Fubert Parry. Spies Mrsical ue es una compilacion de sis clases de Coxford. Adier distinguio ba apmoximarin “este ‘ca de Parry frente ala sya, que a califica de “cienifica". Cf. Guido Adie, “Style-Critcism”, The Musical Quarry, 2,2 (1854), p. 172 2. Guido Adler, “Styleeriticism”, Ob. cit, p. 173-174, 404 Teresa Cascuda ‘Adler, para quien la musica es un arganismo formado por una suma de organismos ms simples que se Interrelactonan entre ellos, considera sin embargo Ia necesidad de fijar las innumerables variedades estilisticas depen- dienda de diversas factores entre los cuales también se cuentan los medias empleados y las circunstancias que favorecieron la composicidn, Partlendo de fa Idea de que ol estilo “de una época, de una escuela, de un artista, de una obra, no surge por casualtdad, como expresion de una voluntad artistica ca- sual, sino que se basa en leyes de la formacicn, desarrollo y decadencia del proceso orginico™®, su definicién atiende a tres parametros basicos: el tlem- po (Zeitbestimmung), ol espacio (Ortsbestimmung) y el autor (Autorbestim- ung). La definicidn del estilo en relacién al autor es, en su opinién, ta for- ma mas elevada de la critica ostilistica. Hacla 1900 la produccién musicolégica conocié un aumento sin prece- dentes. Fsa es la época en la que fueron publicados en Leipzig los diez vo- himenes intitulados Kleine Handbacher der Musikgeschichte aach Gattun gen (1905-1922), coordinados por Hermann Kretzschmar (1848-1924) ‘Aqui, la perspectiva adoptada incluye algunas de las Iineas propias dol “campo historica” deserio por Adler: paleografia musical (notacidn}, tipos de formas musicales (Lied, oratorio, cantata, sinfonfa, ete...) # instrumentas musicales, Entonces, las colaboraciones de Johann Wolf y Curt Sachs senta- ron fespectivamente las bases de la paleografia y de 1a organologia pastertor, habiendo sido traducido a varias lenguas, entre las cuales también el espanol en ef caso del trahajo de Sachs, Guido Adler coordiné otra Handbuch der Musikgeschichto on o| que colaboraron varias decenas de expestos de diver- sas partes del mundo, entre los cuales el espanol Adolfo Salazar. En el ambl- to francofono, se desarrollaron importantes estudios hajo {a influencta del positivismo, Asi, entre 1898 y 1900, Albert Soubies (1846-1918) publico histoire de la musique, dividida por naciones. Ese modelo histortografica fue después utilizado por Alfred Lavignac (1846-1916) en su Encyclopedic de ia musique et dictiannaire du Conservatoire, publicada entre 1913 y 1931. La seccion dedicada a Espafia fue redactada por Rafael Mitjana (1869- 1921) para ef cuarto volumen. En el mismo afo en el que se inicié este pro- yecto, Jules Combarieu (1859-1915) publicé su Histoire de [a musique des origines au début du XXme siéele de res volimenes, el Ultimo de tas cuales fue publicado péstumamente, La obra de Combarlou es particularmente In- torasante porque revela la influencta de fa sociologia positivista en ol ambito de la musicologfa. El autor -que tenfa formacién filolégiea~ adopté la pers- pectiva de la funcién de la musica en la sociedad, defendiendo que las leyes Internas de la misica se explicaban por el peincipto de la comuntcabilidad, Guida Adler, Cer sti! ia der Atusik, cilado en Carl Dahthaws, Arndamentor de Hisenria de bo Misica, Ob. cl, pp. 28-24. Musicologia histérica © historiagratia 405 La influencta del postttvismo que pretend{a huscar “leyes" en Ja priictica social- se dotecta en fa utillzacién dada a los conceptos de magia y ritual, que para él constituyen la funcién sactal por excelencia de la musica a lo largo de los tiempos. El posttivismo, sobre todo en cl sentido do la conside- racién de a mésica tentenda en cuenta su functonalidad soctal, también se reflejé en Ja histariografia musical ttallana, por ejemplo en el Manuale di storia defla musica, de Arnaldo Bonaventura (1862-1952), publicado en 1914. DAHLHAUS, TRETLER ¥ LA HISTORIOGRAHA DE LA MUSICA DURANTE LA GUERRA FRIA En el perlodo do entreguerras | nazismo y él estalinismo construyeron historias de la misica a su medida, mientras que la emigracidn de prafesores centrocuropeos a Estados Unidos implanto allf las tendencias, hasta entonces curopeas, que acabamos de siniettzar. La musicologia naclonalsoctallsta compartié con la sovictica una misma posiclon conservadora, nacionalisia y contraria a lo que condenaban camo modernismo formalista 0, segin fa ter- minologia racista nazi, dogenerado. El pueblo sovietico era Ja clase trabaja- dora que habia sido opeimida por el zarismo y que, en otros lugares del mun- do, era oprimida par el capitalismo. El pueblo aleman era una unidad de destino de cardcter racial. Fsta era la principal diferencia entre ambas. Ast las historias de la musica sovieticas se articularon en tarno al concepto de la lucha de clases, tal como se demuestra en las obras de U. T. N. Drelzin y S. N. Chemodanov, ambas publicadas en la década de les 20°". El uso de cate- gorias racistas y de una idea imperialista de puoblo ario, Juntamente con el antisomitismo, determinaron las practicas musteolégicas durante el nazismo, Historias de la musica que habjan sido publicadas antes de su implantacién fueron revistas para exaltar la tradicién nacional gerneinica y por excluir cualquier olra tradicion extranjera. Y, por ejemplo, Eine deutsche Musikges- chichte (1934), de Hans Mersmann (1891-1971), alumna de Riemann y Kretzschmar, fue eriticada por discutir la existencia de contribuctones no alermanas a la musica alemana. Cuando se adoptaba la perspectiva de las historias nacionales de la musica, el objetivo debla ser argumentar a favor de la superioridad de fa tradiciin alemana™. En 1941, Paul Henry Lang (1901-1991). hningaro de nacimiento y euro- peo de formacién, publicd en las Estados Unides Music ia Western: Civiliza- Pura un panorama de la histortografta nacionalista y'de a historiogratis marxista de inspiracion sovitica, Warren Dwight Allon, Philosophies of Mosic, Nueva York, Dover, L862, pp. 15 34 ™ CE Pamela Power, Mos! Gerena of the atts! usicalegy and socieiy Gua the Weimar Republic tthe end af Piers fecich, Now Haven y Londres, Yale U. P1988, 406 Teresa Cascudo Hon. Otros ejemplos de fa musteologia nacida de la emigracisn a los Estados Unidos son el volumen de Manfred Bukofzer (1910-1955) dedicado a ta muisica barraca o del estudio de Alfred Einstein (1880-1952) sobre la miistca del romanticismo, ambos de 1947. Estos das trabajos fueron publicades por la editorial Notion, en cuye catdloga se encuentran, entre otras muchas pu blicaciones, lo que se podrian considerar tres historias de los estilas musica- les cuya Influencia perdura hasta nuestros dias, particularmente en Espana mediante traducctones relativamente tardéas. En la primera estén intogrados los dos volumenes referidos, juntamente con el manual de William Austin sobre siglo XX, publicado en 1966. La segunda es una sintesis publicada por Donald Jay Grout (1902-1987) en 1960 y reeditada por Palisca en 1996". La tercera esta constituida por fa serie de volimenes de Richard H. Hoppin, Allan W. Atlas, Philip G. Downs, Leon Plantinga y Robert P. Morgan". Las dos titimas no se limitan a ofrecer ejemplos musicales, sino que tlenen como apoyo sendas antologias de partituras. Estos manuales se convirtieron en roferencla, que acabo siendo rechazatla por “positivista” a partir de la década de los 80, segun veremos en el siguiente opigrafo. Mientras tanto, en Europa, lo que, para simplificar, llamaremos el debate ‘enire marxismo y lberalismo en las varlantes que se dieron de ambas ten. dencias Ideolégicas durante fa Gucrra Fria, también Hegd a la musicologia y, por ende, a la historlografia de la musica. La historlografia marxista habia ‘colocado en ol nuicleo de sus preacupaciones la comunicacion y la sociedad: la musica debia ser estudiada en cuanto manifestacién creativa humana que podia contribulr a la transformacién de Io colectivo”. Sin embargo, en la ‘perspectiva musicoligica predominante de! bloque capttalista. ese enfoque ‘conducia a una historia de la musica descentrada. ya que ol acento no se ponia en la propia misica o, mejor dicho, en las ofeis musicales, sino en la sociedad”. En este contexto, y en lo que se reflere a la historlografia de la * Tradacclén espatiala: Donald Jay Grout y Clande V. Palisa, storia de la Mies Deridemeal Madrid, Alianza, 2004 Todos ellos tracidos al castellano: Richard HL Hoppin. a misc mcdicwal, Madrid, Akt 1991; Loan Plantinga, La amiss romntica, Un historia ae esta musical em el Eureya dec- fimorsinica. Marlid, Akal, 1942; Robert P. Morgan, tz audsices del sits AX: na historia deh iil musical on la Faropa y ti Amerie moderna, Madrid, Aka, 1984; Philla C. Downs, La iusica cldsica, La Fea ee Fiala, Mozart y Becthonen, Mairi, Akal, 1998; Allon W. Atlas. ta asia de Renacimierio: fa amisiea en fa Europa coeidenal. 1400-1900, Machi, Akal, 2002. "Mid Anne C. Shreffter, “Berlin Walls: Dablhates Knepter, ane Ideologies of Music History”, The Jounal of Musicology. 20, & (20038), pp. 498-525 © Liki GoBhe, The imaginary Mescma of Musical Works? Au Essay dn the Philosophy of Mie: Cxford, Clarendon Press, 1992. Por supuesin, su trabajar se iniegra en wna linea de invest ‘gacion anterior, tambien refljada en trabajos previos de Gochr y en la que se destzca, Roman Tngarden, aor de The wark of asic and ube problem af es densi, Bockelay, elc., University of Callfornla Press, 1988 (ira. Inglesa de Lovo mezyeany I yprane jogo imoeacamec, Keoki, Polskie Wydawndetwo Mazycrne, Na obstand, Is spartoeiones de Goeh han sito eri Musicaiogia historica e historiagratia 407 miisica, destaca la figura de Carl Dathaus, cuyos Fundamentos de historia de Ja ouisica ban (enido una influencia notable. Para Dablhaus, la historia de la misica debia ser una historia de las obras, rechazande aproximaciones ‘mds cercanas de la historla social o de la sociologla. No defendifa, sin embar- go, a supuesta objetividad de Las historlas que se presentan came tales (co- mo la suma de hechos ahistoricos, esto es, retirados de su contexto, y narra- dos por un historladar ablstérico), ya que. para él, los “hechos neutros” slempro se presentan dentro de un relato que contiene los principlos acepta- dos por quien lo enuncia: solo es posible apcehender el significado de esos ‘hechos a partir del contexta narrative en el que se insteren** Dahlhaus, en su historioprafia, bebe do tres fuentes principales, al histori. cisme decimonénico, la sociologia de Max Weber y la denominada teoria de la recapcicin. Su objetivo fue encontrar una via intormodia entro la historio- grafia marxista y 1a historiogeafia basads en la aceptacidn de la autonoméa de la obra musical, 1o que le hizo defender ta posthilidad de una Geistesgeschi- chte, usando este concepta como elemento de coherencta para unifiear pe- stodos y problemas historiograficos relacionados con la musica. La utiliza cin de este tipo de canceplos histérico-culturales o histérico-cronalégicos, de los que “Renacimiento™ o “siglo XIX" son ejemplos, ene en su pensa- mienta una funcidn dertvada de su pragmatismo: ante la imposibilidad de que cl historlaclor pueda tener en cuenta todas las varlables contenidas en un empo que se caracterlza, conforme la exprestén de Ernst Broch, por la “contemporaneidad de lo no contermporaneo”, solo le es posible elegir aque- Hos elementos mas relovantes y representativas del perfodo bajo su estudio, La historia es sdlo posible como pracesa seloctivo, no sélo en Ia eleecion de los lipos representalivos (Idealtypen)", sino también de los métodos. mas adecuados para su estudio. tiendas desde Ia Histor de fa Nasica, parcwlarments ce forma. contendente poe Reinhardt ‘Stroh. Vid. “Looking tack at surselves: The prablem with the misieal work-concept”. en Michael Talbot (e¢), The musical work Realy ar frvention®, Liverpool UP.. 2000. pp. 128 152, © Grundlagen der Mistireschictue, Koln, Misikverlag Hans Ceri. 1977, texucdo al ingles ‘coma Foundations af Mucic History en 1883. Firatamrsuas le ba Historia de la Mica, Bare Jona, Catisa, 1907 es in traduccioe castelana, Sa monografia sobre In misica cel siglo XI pane ser cnserads ta leur na enptie de aplieacaa” de ota expe en los Fucdamentas. Esld tatucids af inglés (Mincteeth-Century Music. Berkeley, Calffornia U. F., 1988) y ha sido recieniemente tradicida al castellano (fa mnisies del siglo KEK, Madrid, ‘Akal, 2014). V. ademas, Cart Dahihaws y Heinrich Danis (ets), Neues Kfandbuch der Musikvissenschait 13 vols, Labor, Laaber Weriay, 1845-1985, E1 volumten deiticado al siglo XIX. del propio Dahihats, 2c! mejor ejompln de si manera de concehir Ia historia de ta ms a. Cl James Hopokaski, “The Dahllaws project and fs exira musical saisces*, 1° Century Music. 14, 3.(1881), pp. 221-248 “Tipo ideal” 0 “tipo represeniativn” es st férming acafada por Max Weber para sigaificar um ipa de construccion ments, formada partir de un miimesa redicido de parans de vista que re- 408 Teresa Cascudo En sus Fundamentos de Ja Historia de Ja Musica, ol musicologo aleman cita explicitamente como antecedente lejano de sit propia concepcion de la historia ol ensayo Alistorit, de Johann Gustay Draysen. Segundo gran nom. bre del historicismo alemin, después de Leopold von Ranke, Droysen desa- rrollé los peincipios de lo que Juan José Carreras Ares denomina metodalo- gia individualizadora"®. Este concepto de “individualidad” se expresa de forma diforente en cada autor. Por ejemplo, para Ranke ef individuo historl- co por excelencia es el Estado. Por su parte, Droysen parece poner de lado ese apriorisme en su idea de la investigacién histerica como “comprender investigando” asume la critica de fuentes de Ranke. pero también implica una nueva concepeidn del “hecho histérica” como “canstruccién fruto de las preguntas que planteamas a las fuentes”. Droysen. ademas, conforme des- taca Pedro Amonds, basa su concepcidn histdrica en la idea de continuidad y en el rechazo de! materialismo: “La dnica verdad del individuo es su con- ciencta, y el objetivo de la investigacton histdrica es comprender ef lugar y el deber que Uene el individua en las grandes comunidades morales y en su progreso™*. Sigulendo a Emillo Lled6, fa particular idea que Droysen tenfa de la historia como desarrolle y movimiento resulta a veces excesivamente simplificada. Para el histortador alemdn, los “fines” (uno de tas elementos de la realidad histdriea “investigables") Uenen su desarrolla propio, pero tam- ida son al mismo tempo determinados y determinanies de otros. La historia es un complejo entramado de fines con desarrallo y movimlento proplo ¥ es esa ced la que tlene que ser evidenciada por el historiador, aunque dandole un sentido lineal. Puede que no sea, por lo tanto, sorprendente que una de las caracteristicas mas sobresalientes del ponsamiento historiegrafico de Dallhaus sea la importancia que le atribuye a la estética, Como hemos apun- tado, Dahlhaus puede ser ademas considerado el Introductor en el ambito de la mustcolog(a de la denominada estética de la recepcion que. en los anos 70 se generalizaba on el ambito de fa critica literarla. Procede, precisamente, de este método 1a reinstauracién de los hechos dentro de su historicidad, as! aliza una Sintesis de feeamenes que, antes, se presentaban dispersas. ichas Jeawmencs Se tur nan evidenies y unificados preclsamente al se ordenados y analizados canforme la perspectiva slegids. Oahltiaus defionde 1a pectinencia de esta caiegaria en of abito de a Fistoris de Io aisica, anne sa aplicacion concreta en algunas ve sis abrashistoringraficas fa so critica do. Vid. 2 este respectn. Philip Gossett, “Carl Dabs and. the “Ideal Type”, Ninevecuth Cennucy Music, 3, 1 (1988), pp, 48-6. © Vid. Juan José Carreras Ares, “HL historiciano alemin”, en Razcin de Istaria, Revues de istoriogratis, Zarapors, Macca Pons Pronsas Universitas de Zaragoza, 2000, pp. 3-58. "uid, p: 50 © Pedra Amords. “La fuerza progresiva del éristianismo y la unidad-de tx naciv alemana en ta Histotea de J. G_ Droysent la tradicinn historia alerana”. Panta Ref Revista ae ciencin y iidscria de la hiscoria, 4, bp:ltww asn.es/pantarel!pantarel inde. php qikima acceso, 1 de _junéo de 2005), Musicologia historica e historiogratia 409 como Ja historicidad del investigador. Asimismo, sigulendo a Fokkema © Thsch, la relacidn entre tes hechas y el historlador corresponde a ta concep eién de la obra como “documento, monumento ¥ signa o estructura de Ha mada” que podia ser estudiado Incluyenda en la tearia no sélo su contenido como obra autcnoma (en (erminologia de Dahlhaus), sino tambicn su “histo. rieidad” y su “valor’ Por un lado, Dahlhaus es uno de los que de forma mas consistente ha se- fialado que el principio de la autonomia esiética es sélo comprensible on la historia®, sin embargo, por otro lado. sus criticas han destacado el hecho de que, sobre todo en su trabajo sobre [a musica decimononica, no se haya i hertado de la tentaciéin de crear un modelo Ideal, por tanto auténama, que refloja prejuicios estéticns que causan una visiGn sespada de la misica en la época estudiada. Una vez mas, es evidente su busqueda del punto medio entre dos extremos en su comproméso can la “relativa autanomia” de fa obra musical. Esa relativa autonomia se concretiza en los “procedimientos” musi cales prapios de una obra y en su simultanea apertura a los “procesos” histo. ticos. Este Upo de movimiento circular os caracloristico del método de la hermencutica, desarrallado por Gadamer en su Verdad y Método, obra que constituye otro de los puntos de referencia principales de Dahlhaus, asi como de la teorfa de la recepcion, donde, como hemos apuntade, enconird dtiles categarias conceptuales. [a defensa de una “historta de las obras” se ve tam- bien puesta en evidencia en su monografia sobre Beethoven, donde Dahlhaus demuestra la impostbilidad de deslindar obras concretas (por ejemplo, la Sinfonia “Eroica") de las ideas paliticas de su autor y la omisidn de La dis cusién de [a obra en una perspectiva comparailva. que la relacionase con otras usanda categorias tales como estilo 0 estética, El norteamertcana Leo Treitler también ha insistida en sus trabajos tedrl cos en la Idea de que los discursos historlograficos deben ser primeramente encarados como “hipdtesis explicativas, no como explicaciones causales”*'. Es significativo el uso del plural en la formulacién, ya que revela su preocu- pacion por, en primer lugar, destacar Ia pluralidad de puntos de vista que pueden ser utllizados para analizar una obra musical (analisis inmanento; relacion con el pasado y la posterioridad del tipo de obra al que pertenece: contextos histéricos) y, en segunda lugar, para argumentar que las mojores © DW. Fokkema y Find thact, “La recepcion de ta tteratura (Teor y prictica de fa sesietica ide a cecepeiin=)", en Taacias de fs firerarnra dal siglo XX. Madrid, Clea, 1984, p. [66 Die fdee der aboofuten Maik (La idea de In Msiea Absoluta), Kassel. BarenrelserVerkag, 197. Tambien esta conceptanlizacion de fa mesica ahsolioa debe ser interpreta en ef contex. 4o de fa Guerra Fria, cf. Sanaa Pederson, “Defining, the Term. Absolna Music” Historically”, tuscan Levers SCF. Fan Morgan y F.1. Sparsholt, “Trvitler, Leo, en L Macy (ed), Grove blsste Ohba, (Cito acceso 1 de marga de 2084), hap: ¥e provemasie-com 410 Teresa Cascudo cobras son, precisamente, aquéllas que resisten tadas esas aproxtmactones. Music and the Historical Loagination contiene diez ensayos, originalmente publicados entre 1967 y 1988. En ellos Treltler oxpone de forma ensayistica Sus principales inquictudes rolativas a las limitaclones de la histortografia musical norteamericana, tal como ésta se presentaba en los afios 60. Al no haber sido reelaboradios. pervive en los articulos una cterta falta de sistema. ‘ismo, que se stente més al compararse con los textos de Dahlhaus. No obs ‘ante, este pragmatismo no aculta la {mporiancia de sus aprectaciones histo rlograficas. El autor fue uno de los primeros en masirar su insalisfaccién ante las historias de [a méstca conformadas por “narrailvas” subyacentes, tales como las de progreso o la idea organicista de nacimlenta-madurez- decadencia. Es en este contexto donde se eniiende mejor su concepcién del “presente como historia", titulo de uno de sus art{culos de 1969, donde re- clama la necesidad de acabar con el autismo que caracterizaba entonces la escrltura de la historia de la musica. Con sus palabras: ‘Los sistemas de la historia, que fueron inventados como jitiles e incluso necesarias maneras de proporcionar coberencia a las variedades de la expre sion artistica, aeaban por dietar coma debe ser ef arte. Redes de conceptns, nacidos de la necosidad de categorias descriptivas. Hegan a reclamar un lugar en ef mundo objetivo de fas casas y. eventualmente, a determinar las eleecio aes que los-ariisias realizan ~o no tes dejan ningusa alternativa. |..|. Han creadlo una disciplina a su medida, y su valor se mide segiin su perspicacia y consistencia ~no segin su correspendencia con la experiencia de fos aconte cimientos en 1a sala de concierios, los cuales ino estin gabernadas por la in eludible logica de las cosas? La importancia atributda a la ética del historiador™, y a su contacto con su presente no es dbice para que of autor defienda la centralidad de la obra ‘musical en ef discurso historiogrdfico. Treitler es autor de uno de fos prime ros ensayos en las que el problema de fa “ontologia” de la obra musical se aborda en la perspectiva del historlador, lamando la alenciin sobre cuestlo. ‘nes particularmente relevantes™. Recurrionda a ejemplos retirados de épocas diferentes (tropos aquitanos y plezas planisticas de Chopin), Treitler muestra = Leo Treiler, “The Prosent as History" (869), en Mies and the Fintorical Toxinatiom, Came beige, Horvat UP. 1988p. 156 © Que se vel cloramente ea una de sas ubtinos ensayos, donde plantes In caestite ba “yerda” en fs trabajos academicns,v. Lea Treiter, “a imerpretacion histarica de la. msc une dificil trea”, en Jess Maritn Calin y Carlos Willar-Taboada (ed), for wlsans dies arias ihe La invenigacisismisical: eunscx de frerao 2002, Ob. cit. pt 36, yi. Leo Treitler, “Fistory and the ootaingy of the musical work", The Journal of Aesthetics and Art Crit 91,3 (1983), gp, 48-497. Musicolapia historiea e historiogratia au que para el historlador es mds productive adoplar una perspectiva pragmmall ca yen si misma historizada: La idea de que la miisica os ejemplificada on obras que son consideradas estricturas, no como In deseripeidn de una condicidn universal de La muisica ni como evidenie en si-misma, sino come una idea con una histeria, |...) La Interpretacin de cualquier pieza de muisica come si fuera gobernads por los principios que forman parte de fa idea moderna de “estructura” la encaro co mo una bipotesis, no coma ten universal cuya ejemplificacion particular sea el objetivo de cada andlists* As{, [a relacion progresiva que se establece ontre fa obra, su fijacion en la partitura y su interpretacién es también una hipétesis con su historla propia. Una partitura. tal como Los ejemplas por él aducidos demuestran, puede ser entendida apenas como una “ejemplificacion” de la obra, introductendo ta necesidad de una construcetin histdrica del concepto de obra basada en una aproximacton fluida a la partitura o al documento que fa registra (Incluyendo todas las postbles varlantes) y a sus diversas intecpretactones, Para Treltler, como para Dahlhaus, 1a historia de la masica es posible porque el histarlador muestra el lugar de las obras individuales en la historia, “revelando la histo- ra contenida en las propias obras, estoes, leyenda la naturaleza historica de las obras a partir de su constitucién interna”, aunque, para consoguir alcanzar este objetivo, no llega a proponer una metodologia, sino que esa lectura se explica como la “impresién de un cantrapunto de registros narrativos y di mensiones con el texto como cantus firmus”, En resumen, podemos enten- dor los ensayds do Treitler como una critica a fa idea de la oxplicacion causal lineal como oje vertebrador do las historias de la musica y, sobre todo, como una defensa de la “re-historizacian” de la musica, tal como asume en uno de sus articulos mas recientes”, EL GIROSOCIO-CULTURAL DE LA MUSICOLOGIA MISTORICA Cuatro anos antes de ta caida del muro de Berlin en 1985, Joseph Kerman (1924-2014) publicé un largo ensayo quo, 4 su manera, represento una espe cle de toma de la Bastilla musicologica: Contemplating musie; Chaigenges ta = thid., p. 486. Se puode entender sis arguments cuetra la coriente postmodema que tarctien ayarecie en el dmiito de fa masicologia histdeica, por ejemplo en el trabajo de Susan NtcClary o-Lawrence Kramer. Vid, aiems, 1.58, “Lea Traits, “What kind of Story is HSinty?”. en Afunic and he Historical diagination, C8 cit. p78. 7 GE Lay Teele, tan Tel, Te tooo af emt pe and peo an Nicholas Cook y Mark Evrist (eds), Revitaing Ninsic, Cxford UP. 1983, pp. 358-577 412 Teresa Cascurio Musicology. En esta década, se reforz6 fa confluencia entre la influencia de la escuela de Ios Anales (que, sin ser marxista, integré aspectos de 1a histo- lografla marxista ent lo que se reflere a fa atencién prestada a “lo social”) y la historia cultural, de los estudios culturales beitanicos y la difusién del postestructuralismo francés, produciondo una renovacion compartida en. ‘otras disciplinas®, Es de natar que significo un aire de camblo en el ambien te de los afes 70, proponiendo una nueva musicologia caracterizada por una, aciltud critica que superase el “posilivismo” ({érmino usado por Kerman que se popularizé para referirse a cierta musicologia del pasado) generalizado en la disciplina. Basicamente, esa actitud erftica Invitaba a reflexionar acerca de cimo fa mdstea nterpelaba a la audiencta de! presente, acupdndose “de las piozas de musica y de las personas que las escuckan, con hechas y sentt mientos, con la vida del pasado y del presente. can el reflejo de la imagen cprivada de un compasitor en el espejo publica de la audtencia"®. La Hamada. ‘imustcolog(a “poslitvista”, al contraria, era la que consideraba exclusivamen. te como digna de estudio la muisica escrita en estilo tonal, excluyendo no: cobstante la musica popular, la que estuviera demasiado sospechosamente Vinculada por circunstancias externas do carécter comercial 0 politica e, Inchiso, la que dependiese demastado estrechamente del significado de un ‘texto verbal, Estudiaba un arte auténoma que habia “evolucionado” gracias a ‘obras musicales compuestas por hambres en géneras concretos que se debian apreciar estélicamente mediante una escucha estructural. La renovaciin, a ‘parilr de Flnales de los aos 70, se plasmé en la publicacion de estudios sobre asuntos que, hasta entonces, habfan quedado en los margenes de la agenda. musicologica. Ejemplo de ello son las investigaciones sobre temas como fa @ Joseph Kerman, Coneumpiaring Adunie” Challenges 10 Musicelogy, Cambridge. MA, Harvant U.P. 1985, © prrrigar, Kerman fa se deberts comsidorar parte de lo qe, dentro de ths debatos norteamerica- fos, se eliquetd camo “New Musicology”. aquello que en otras ambitas se designo bajo el ‘igeming posimodemismo, grandemente condicionads agers por una explicita polizacica de fa actividad aémica. La New Musicology estadounidense te tos afos 80 y 80 también se pasicionn contra a Itamads misicotogia positivista. pera “giesndo” hacia diversas coerentes de In tora de ta bteratira, oo necesariamenie coherentes ent ells. CF. Philip W, Goblin, “hit Stoology a8 2 Political At", Journal of Musicology, 11 (1993), pp. 411-136, Van der Toor, Music: politics and the acaclemy, Berkeley, University of California Press, 1955 Thi Kerman parafrases Ins conclisines presentatias en amos S. Ackerman y Rhys Carpenter, Art and Archeotogy, Englewood CMMs, Nj, Premtice Hall, 1983, particularmente las expuestas ‘on ef articido “The Historian as Critic". de Ackerman ¢ incluido en ef referida Lbeo: “As foo as the work of aft Is studiod as 2 historical document it differs fram the archival docuspent ony In form, notin kin, The aft historian should be interested in the ciffercace in kind. which is lmmanent in the expacity af 21 to awaken in us complex responses that are at once intellect, -emational and physical, so that be noeds, in addition to the tools af hers histaians, principles doe tel pecially dos gped a ea wh hs dae of experts” ten Fosept Keesman, Musicolagia histérics e historiogratia 413 Opera itallana por, entre otros, Lorenzo Biancon! (1946-)"' 6 las mujeres compnsitoras, siendo la biograffa de Clara Schumann, escrita por Nancy B. Reich (1924-) en 1985, una buena referencia de este cambio, La historia cultural es otra de fas tendenctas historiograficas que han mas- trado sus postbilidades en el ambito de la musicologia, aunque sus potencia- lidades no son undnimemente evaluadas de forma positiva™. Tal como se define a partir de los afias 70 del siglo XX (pues existe una gran historia cultural anterior, procedente del sigla XIX) se caracteriza por combinar an- tropologia e historia, tentendo como objetivo la interpretactén cultural de la experiencia histérica. Autores tales como el antes menclonado Leo Treltler y su alumno Cary Tomlinson (1951-) se han mostrado explicttamente partida- rios de la apropiacién de la antropologta, por efemplo del trabajo de Clifford Geertz, on el dmbito de fa mustcologia. Tomlinson adopta una definieién bastante amplia de Ja historia cultural, retvindicando la importancia del con- copta de “contexta” en el Ambito do la musicologia: “La historia cultural, tal como la antropologia cultural, busca sentidos (“meaning”), no pruebas. ¥ el sentido, una vex mas, surge como una funcidn del contexto, tan profundo cuanto este contexte se haga mas rico, mas leno, mas completo. Un hipate- ica contexto plenamente conceblde puede ser absolutamente coherente y completamente Inteligtble, sempre y cuando las relactones entre niveles sean percibidas y la significactén de cada nivel este ademas enteramente clarificada™*. Tomlinson es, ademas, una de las voces que abogan actual- mente a Favor de una historia global de la musica". ©! Of Fabrizio delta Seta, “Some Difficulties inthe Historbograpy of thalian Gera” Cambridge ‘Gers Jouriai, 10 (1988), pp. 313, © Nancy'H. Reich, Clara Schuimann: the Arist and the Woman, Cocnoll University Feess, 1985, \V.,ademss, Paula Figgins, “Women in Music, Feminist Criticlsm and Guerra Musicology Reflections na Fecent Polemies", 18th Century Music, XVIL 2, pp. 174-192: Teresa Caseudo y Migies| Angel Aguilar Rancel, “Genero, muisicolngia histirica y el elefante on ta habitacion” ‘en Isabel Porto Nogueira y Susan Campos Fonseca (eds), Fatvdlos dle wer, corpo © muses sahordagens metodakigicza Golaniat ANPPOM, 2013, pp. 27-55 ‘Vid. joaquin Labajo Vales, ~:La nmsionlagta. wna cieocla insoctable”, en Begona Lola (ed (Compas inerdiseiplinares de ta musicologia - V Congreso de fa Sociedad Espanola de Must eologia (Barcelona, 25-28 de octubee de 2009), Madrid, Sociedad Espanola de Musicalaga, 2002, pp. ‘1-48, Martin Clayton, Trevor Fecbect and Richard Middleton (ed), The Clara! History of Mesic. A Critical Intreximclion, Londres, Rowlledge. 2006, aspeciatments ef articito ‘fe Philip Botknan, “Music and Culnae: jlstoniagraphies af Disjunctura™, pp. 45-56. Gary Tomlinson, “The ‘web of cultite- § context far musienlegy", 19¢h-Cenéuey Mies, 7, 9 (1984), pp 350-362: id, “Musicalogta, arropolngya, historia”. en Fests Martin Galan y Carlos Villar-Taboats (eA). Les skinos dice aries de fa investigacisea imsical’ cries de ioviero ad2, Ob. cil. pp. LAT- 16a Fs elicidatva a este respecto su resena alas sels wolimenes de The Clare History a Western ‘Music. de Richard Tanuskin, publicata en 2005. Vid. Gary Tomlinson. ~Mognumental Nisico Nagy”, fours af the Royal Miesic Asnoriation, 142, 2 (206%), pp. 349-374. 44 Teresa Cascudo Se podria diferonctar, todavia, la historia intelectual y la do las ideas. a voces confundidas. A inicios do fos afos 80, Maria Rika Maniates (1937), autora de Mannerism in Halian Music and Culture, 1530-1630, publicado en 1979, aborda de forma especifica fa aplicacton de 1a historla de las ideas al estudio de Ia musica, en dos articulos publicados, respectivamente, en un panorama de la musicologia on aquella década y en la Influyente revista The Musical Quarterly". Maniates, analizando varios ejemplos de trabajos must colégicos en los que se establecen relactones simbdlicas entre varias artes 0 tipos de discursos, destaca sus logros, al mismo ttempo que alerta contra los peligros de Ja “sobreinterpretacién” (“over-interpretation”), ast como de la necesidad de establocer contrapruebas para afianzar argumontativamente este po de trabajos: “Lo que he aprendido es que deberos desarrollar interpre- taclones Incislvas @ histéricamente procisas de las premisas fllosoficas y epistemologicas que se encuentran detras de los discursos verbales sobre misica y de las practicas musicales asi como las promisas similares que se encuentran detrds de sus relaciones"". En el siguiente articulo, publicado en 1983, Maniates prosigue su Investigacion en una perspectiva mds epistemo- logica que historiografica. sttuando el discurso sobre musica en el ambito de {a filosofia de fa clencia. E] histortador social de la musica William Weber (1940- ), por su parte, ha analizado fas afinidades entre lo que él [fama historia cultural. La idea de “practica” social, tal como ésta se evidencia en Ja tentativa de reconstruir una “practica comin” (sustituyendo el concepto de “estilo") que Weber define como “una'serie de convenciones musicales y sociales seguidos por los md. sicos on un periado determinado”®, En segundo lugar. defiende que los mu: sicélogos cemparten con Ios historiadores de 1a cultura el misma “sentido de la complojidad de los niveles de discurso y de las discontinuidades entre ellos™®, dando como ejemplo fa dificultad existente en el establecimiento de telaciones entre Los documentos fijadns a través de la notactén y tos tratados contempordneos, stendo necesario tener también en cuenia que la oralidad y la memoria eran dos elementos que intervenian activamente en la practica musical de épocas dol pasado (pormancciondo hasta nuestras dias). Weber roflere on tercer lugar ol uso contemporinea del término “género” que. entendido como “cuerpo de normas musicales y sociales que el compositor © V. Marla Rika Maniaes, “Application of the history of ideas", en. Kern Holman y Clase V. Pallse (ets), Uisscalegy to the 1080's Meuiods. goals; opportunities Mesa. Var, Da Capo Press, 1982, pp 39-51 y “Applications of the histary of kes th muse", Tse eal rarely, 69, 1 (1983), pp. 62:84 thi p. St Wiliam Weber, “Towands.2 déingue berwcen historians and masicologist”. Mfesica e Storia 1898, p17 © thie, pL. Musicologia hisicrica e historiogratia 415 maneja cuando inicia una composicién’”, presenta numerosas virtualidades ‘para integrar Factores musicales y sociales a los compesitores individuales dentro de la sociedad. No obstante, en su opinion, antes que intentar encon- ‘rar las correspondencias entre la musica y marcos sociales o culturales mas amplios a través de categorias demasiado problematicas (Ilustracion, clase media..j, es proforible estudiar la “practica comin de un porioda” relacionandola con “el marco social con el que osta vinculada’’*. ‘Antes de coneluir, vale la pena dostacar la nueva Importancia dada a los diversos problemas relacionados con la percepcidn musical esté configuran- dose en una tendencia, blen representada en algunos trabajos de Nicholas ‘Cook (1950-), particularmente a partir de Music, imagination, and Cutture’®. En los tiltimos anos, el musicéloga britanico ha basado su trabajo en el con- cepto de “performance™”. Cook, en una de sus tililmas Intervenciones, ha Hegado a afirmar provocativamente que “somos todos (etna}musicélogos formulando bien la naturaleza del cambio mas evident en la musicolagia mas reciente. A partir de los trabajos tedricos de Jacques Attall y Murray ‘Schaoffor, la historia del sonido -y fa historia do la escucha (contrapartida a los “estudios visuales” que se han generalizado en las universidades anglasa- Jonas) han conformado otra faceta de este nuevo tipo de aproximacion al hecho musical, que, al afectar también al estudio del pasado, ha mostrado su pertinencia en discursos de cardcter historlagrafica™. ™ rb p19, "hid. p. 20 Nicholas Cook. Music, fagination, and Calime; Gxford, Clarendon Press. 1990, "Vil, entre los mas recientes. ~ Analysing Performance and Performing Analysis", en wictolas Cook ant Mark Everist (eds), Meihinking Mie. Oxford U. P., 1898, pp. 239-81; “Wards about Music, or Analysis versus Performance’, en. Nicholas Cook. Peter Johason y Hans ‘ones eds}, Theary into Practice Composition. Performance and dhe Listening Faperionce, Louven U.P. 1988, pp 52 y “Peaduct ar Process? Music as Performance", en Martin Clay- ton, Trevor Herbert, fit Réchasd Mldlleton (80), The Cabral Shady of Music’ A Critical Je ‘roxdactiw, Lares, Routledge: 2003, pp. 204-14 Vid, aclemas, Jahn at, Paying with Fi foxy! The Historical Approach fo Musical Pecformmasce, Camucitge U.P., 2002 ™W. Nicholas Cook, "We are All Eshnotmusicakegisis now", en Hengy Stobart (ed). The New {Ethoo}nuesicolowies Lanham, MID, Scarecrony Fress, 2008, pp. 46-70, Fa in que se refiere 2 ns sigios XIX y XX, podecios wjempificaresia tendencia con diversas teats, entre las cuales se cuentun: James 1. Jahrisad, Lisvening in Pans. A cumral history Berkeley, University af California Press. 1995; Michel Chanan, Repeaied Takes A Short His tery of Recording sod its Elects an Music. Loodon. Verso, 1995: Enuly Thompson. The Samcbcape of Modernity ! Arcinteeintal Acoustics and the Calter of Ciniening in America, ‘900-4933, Cambridge. The MIT Press, 2004: Janathan Sterne, The Audible Pax” Clral Ch ‘gis of Sond Reproduction, Raleigh Durham, Duke U. P2003; Timothy Day. a Century af Recarved Msi: Listening to Iasical History, New Maven, Yale U. P2000. 416 Teresa Cascudo CONCLUSION FI siglo XDC nos fege Ias categorias de autor y obra, apuntaladas por fa biografia y por las ediciones criticas entonces publicadas, El aumento nota- ble de las publicaciones perisdicas dedicadas a la musica, on las que se mez- claba el presentisma y la mirada hacia el pasado de cardcter historicista, tuvo ‘en parte como funcion explicar el mismo presente desde el que se escribia y consolidé un canon que, a-su vez. alimento el discurso musicologico. El sigho XIX también nos lego una disciplina de cardcter académico con un perfil bien definida. A partir de su ultima década, se generaliza la Idea de ‘quo la historia de fa misica debfa estudiar fas leyes que conformaban el est\- To propio de cada autor, cada genera y cada épaca: este proyecto se realiz6 mediante fa Introduccion de herramlentas espectalizadas, meiodolégiamente agrupadas en la serle de subdisciplinas enumeradas y descritas por Culdo Adler, La musicologia que siguid esta égida analizo la musica seguin la época ‘en la que habia sido escrita, conforme a la cultura y subcultura a la que per- lenecian y por el entorno en el que habla surgido, La historia de fa musica, desde el punto de vista cronoldgico, se extendio por Io menos teoricamente, ‘hasta el presente. pontendo su orlgen en las primeras manifestaciones mus! cales documentables. Se referia fundamentalmente a la cultura occidental y, mas parlicularmente, a la producida dentro de los principales focos misico. cullurales de cada época, especialmente por y para las clases dominantes, Relatlvamente a su funcién, se fijaba predominantemente en la musica pro- fana, de arte y serta (0, por lo menos, en musica que, al ser Incluida en el dmbito de fa historia de la mdsica se ve investida por estas funciones). cate- gorlas respectivamente opuestas a sacra. tradicional y popular. Ademis, cuando se trataba de analizar estilisticamente las. obras musicales representa. ilvos de cada época, la teorfa musical a la que se recurria se fundamentaba sobre el concepto de tonalidad: se partfa de la conceptualizacio propla del estilo tonal y de lo que se consideraba su logica. A lo largo dol siglo XX, el caractor autorttaria, oxcluyente y clitista de es ie discurso se adapta facilmente a la instituctonalizacion de la musicologia al ampara de las universidades o de los centros de investigaciin que, entre tanto, se fueron creando, todas ellas. ademuis, influenciadas por la ideologia del nactonalisma. La preocupacién por los aspectos semnticas y comunica. ‘tivos de Ja mdsica era secundaria: la funcién social de la musica solo comen- 76 a ocupar un lugar predaminante en la agenda de los histariadores de la musica a partir de la década de los 80 del siglo pasado. Historladores como Dahlhaus o Treitler, en la década de los 60, abrieron un camino renevado al ‘tempo que consiputeron justificar y, por fo tanto, mantener el principio de autonomia de la obra musical, abriéndose hacia lo social medtante la aten- Musicalogia hisicrica e historiogratia Aly cidn prestada al contexto: la Interpretacién histérica es para ellos, por defint cidn, hipotetica, dinamica y cambiante. La Influencta de fa historia cultural, sin embargo, dejo claros los limites de! concepto de obra musical como cate. goria fundamental de fa historia de la mdsica: la musica, como representa- cidn y prictica soctal, comenzo a ser analizada histiricamente desde nuevas perspectivas, tecnologicas, instituctonales o, mas recientemente, identitarias, Enol siglo XXI, cuando la neurocioncia nos da explicaciones de los prin cipios organizadores dol lenguaje musical en el ser humano y la llamada musica clasica ha perdido mucha de su importancta como manifestacion de distincidn social 0 como factor de cohesion propio de la vida urbana; cuando Ja cultura digital ha alterado la forma de acceder a muchas de nuestras fuen- tes primarias, las categorias decimondnicas son, desde luego, insuficiontes para dar cuenta de fo que amamos musica en toda su amplitud. ¥ en fin, (donde nos encontramos? En un momento en el que conviven ef seguro off. clo adquirido a la largo de mas de un sigla de “positivismo” musicalogico, los afectos del giro socio-cultural concretada plenamonto a partic de los anos 80 y [a propuesta mas reciente de un vision global e hibrida sobre la masiea del pasado que integra transferencias musicales y sonidos que, durante déca- das, fueron considerados marginales por la musicologia académica, Por su: puesto, la convivencia no es pacifica: los historladores de la musica se dispu- tan el acceso a editoriales, contratos de trabajo y financlacion de proyectos, asi que las opciones historiograficas son, en esas circunstancias, terreno abo- nado para el conflict.

Potrebbero piacerti anche