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El perrito Nono

Marián no puso muy buena cara cuando vio al perrito allí: siempre se había negado a
tener animales en casa.

- Es una gran responsabilidad - insistía siempre a su hijo.

Pero Nono llegó a la familia un domingo de una noche fría de invierno; alguien lo debió
abandonar y Yago fue incapaz de dejarlo cuando lo descubrió junto al contenedor de
basura. El perrito no tendría más de dos meses, era color negro con una mancha marrón
en un ojo y tenía las orejas pequeñas. Yago eligió ese nombre para su nuevo amigo.

- ¡Sabes que no quiero perros en casa! - dijo Marián a su hijo Yago.


- ¡Por favor, mamá! Solo unos días hasta que hallemos un hogar para él - dijo el niño.

- ¡Está bien! No lo podemos dejar en la calle. Mañana decidiremos - dijo Miguel, el padre
de Yago que acababa de llegar a casa.

Acomodaron al cachorrillo en una caja con una manta y lo pusieron en el pasillo cerca de
los dormitorios. Enseguida Yago lo fue a alimentar con un poco de leche tibia. El animal
bebió agradecido y se quedó medio dormido hecho una bola.

A media noche Nono empezó a gemir lastimeramente y despertó a todos los de la casa.
Marián y Miguel aparecieron en el pasillo cuando Yago calmaba al perrito en sus brazos.
Miraron la escena y volvieron a la cama sin decir nada.

Al día siguiente, Yago estuvo toda la mañana hablando de Nono a sus amigos de la
escuela; pero nadie podía hacerse cargo del perrito.

Cuando llegó del colegio Nono lo esperaba en la puerta de casa moviendo el rabito,
contento, y Yago empezó a jugar con él. Su padre lo había llevado al veterinario para
asegurarse de que no estuviera enfermo y le había dado de comer.

- ¿Has encontrado un hogar para Nono? - preguntó Marián a su hijo.

El niño negó cabizbajo. Miguel tampoco había tenido suerte, aunque había preguntado en
el trabajo. Yago se encargaba de dar de comer y beber a Nono todos los días
Leyenda del sombreron

La leyenda del Sombrerón, nos narrar que hace mucho existía un hombre bajito vestido de
negro con un gran sobrero del mismo color, que siempre lleva consigo una guitarra, un
cinturón y unas espuelas de plata. Él, montaba un audaz caballo negro con el que se
ocultaba perfectamente en la noche. Tampoco hablaba con nadie y a nadie hacía daño;
sólo aparecía y desaparecía como si fuera magia.

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Algunos comentan que este pequeño ser, podía encontrarse en las orillas del camino y
aunque afirman que ya falleció, se siente aún su presencia, ya que se convirtió en un un
espectro que anda por las calles tocando la guitarra. Él es muy enamoradizo de jóvenes de
ojos grandes y pelo largo; y si se ha fijado en una chica atractiva para él, la seguirá tocando
una Serenata.

Si el Sombrerón conoce el hogar de aquella chica que le gusta, y por la noche se le


aparece, le hará una trenza en su cabello para que ella pierda el apetito y después, morirá.
La única manera de que una chica pueda evadir el interés del Sombrerón, es cortarse su
cabello cuando ella haya sido selecta por él. Sólo así ella se podrá salvar.
En otros Países, han comentado que han visto al Sombrerón, pero, dicen que suele ser
acompañado por dos enormes perros negros que son llevados por gruesas cadenas.
Quienes lo vieron muy de noche, dicen que, si él los encuentra en el camino, los hace
correr y les va gritando palabras para asustarlos. Además, gusta perseguir a los borrachos,
al busca pleitos, a los que se trasnochan, los apostadores y a los tramposos.

En noches de luna llena, es fácil confundir a este personaje con las sombras que crean las
ramas y los arbustos. Cuando sale en su caballo, va a todo galope, acompañado de un
fuerte viento helado y desaparece de inmediato.
La Tatuana

La Leyenda de la Tatuana habla de un árbol de almendras sagrado, encargado de


salvaguardar las tradiciones mayas. Este árbol lleva la cuenta del paso de los años y divide
su alma en los cuatro caminos que pueden ser encontrado antes de llegar al inframundo,
conocido como Xibalbá.
Los cuatro caminos del alma del árbol tienen diferentes colores (verde, rojo, blanco y
negro). Según la leyenda, el alma siempre se divide para recorrer los cuatro caminos, en
cada uno de ellos deberá enfrentar tentaciones.

De esta manera, el camino negro simboliza para los mayas la ruta que lleva al inframundo,
en el cual se debe intercambiar parte del alma con el mercader de las joyas invaluables,
quien luego utilizará esta para obtener el esclavo más hermoso.

En la leyenda, el esclavo escapa y es amenazado de muerte por los inquisidores que le


encuentran. Durante la noche el esclavo es encontrado por el árbol.

De esta forma, logra escapar de la prisión donde es recluido antes de ser ejecutado.
Cuando los captores llegan a la mañana siguiente a la prisión, lo único que encuentran es
un viejo árbol de almendras.
Biografía de Gabriel García Márquez
Infancia
Hijo de Eligio García y Luisa Santiago Márquez Iguarán, nació en Aracataca, departamento del
Magdalena, Colombia, «el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana...», como refiere
el propio escritor en sus memorias.13Cuando sus padres se enamoraron, el padre de Luisa, el
coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, se opuso a esa relación, pues Gabriel Eligio telegrafista, no
era el hombre que consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera,
pertenecer al Partido Conservador Colombiano y ser un mujeriego confeso.13

Con la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel Eligio la cortejó
con serenatas de violín, poemas de amor, innumerables cartas y frecuentes mensajes telegráficos.
Finalmente, la familia capituló y Luisa consiguió el permiso para casarse con Gabriel Eligio, lo cual
sucedió el 11 de junio de 1927 en Santa Marta. La historia y tragicomedia de ese cortejo inspiraría
más tarde a su hijo la novela El amor en los tiempos del cólera.13

Poco después del nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico y, en enero de


1928, se mudó con Luisa a Barranquilla, dejando a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos
maternos. Dado que vivió con ellos durante los primeros años de su vida, recibió una fuerte
influencia del coronel Nicolás Márquez, quien de joven mató a Medardo Pacheco en un duelo y
tuvo, además de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres. El coronel era un liberal
veterano de la Guerra de los Mil Días, muy respetado por sus copartidarios y conocido por su
negativa a callar sobre la Masacre de las bananeras, suceso en el que murieron cientos de
personas a manos de las Fuerzas Armadas de Colombia durante una huelga de los trabajadores de
las bananeras, hecho que García Márquez plasmaría en su obra.
El coronel, a quien Gabriel llamaba Papalelo, describiéndolo como su «cordón umbilical con la
historia y la realidad», fue también un excelente narrador y le enseñó, por ejemplo, a consultar
frecuentemente el diccionario, lo llevaba al circo cada año y fue el primero en introducir a su nieto
en el «milagro» del hielo, que se encontraba en la tienda de la United Fruit Company.13
Frecuentemente decía: «Tú no sabes lo que pesa un muerto», refiriéndose así a que no había
mayor carga que la de haber matado a un hombre, lección que García Márquez más tarde
incorporaría en sus novelas.131415Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, era de origen gallego, así
lo manifestó el propio Gabo en diferentes ocasiones,16 a quien García Márquez llama la abuela
Mina y describe como «una mujer imaginativa y supersticiosa»14 que llenaba la casa con historias
de fantasmas, premoniciones, augurios y signos, fue de tanta influencia en García Márquez como
su marido e incluso es señalada por el escritor como su primera y principal influencia literaria,
pues le inspiró la original forma en que ella trataba lo extraordinario como algo perfectamente
natural cuando contaba historias y sin importar cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos,
siempre los refería como si fueran una verdad irrefutable. El propio escritor, tendría manifestado
en una entrevista en 1983 al periódico español El País que:
Biografía Miguel Ángel Asturias
Familia y periodo formativo
Nació en la Ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1899, como el primer hijo de Ernesto
Asturias Girón, abogado y juez, y María Rosales de Asturias, maestra de escuela.9 Su hermano
Marco Antonio nació dos años después. Los padres de Asturias eran de ascendencia española, y
relativamente distinguidos: su padre podía trazar su línea familiar hasta los colonos que habían
llegado a Guatemala en la década de 1660; su madre, con una ascendencia más difusa, era la hija
de un coronel. En 1905, cuando Asturias tenía seis años, la familia se trasladó a la casa de sus
abuelos donde vivieron un estilo de vida más cómodo.10
A pesar de su posición relativamente privilegiada, el padre de Asturias se opuso a la dictadura del
presidente Manuel Estrada Cabrera, quien había llegado al poder en febrero de 1898. Como
Asturias recordó más tarde: «Mis padres eran bastante perseguidos, pero no eran conjurados ni
cosa que se parezca».11 Tras un incidente en 1904, en el que el padre de Asturias, en su calidad de
juez, puso en libertad a algunos estudiantes detenidos por causar disturbios, se enfrentó
directamente con el dictador, y perdió su empleo. En 1905, la familia se vio obligada a trasladarse
a la ciudad de Salamá, la cabecera departamental de Baja Verapaz, donde Miguel Ángel Asturias
vivió en la granja de sus abuelos.912 Fue aquí donde Asturias por primera vez entró en contacto
con la población indígena de Guatemala;12 su niñera, Lola Reyes, era una joven indígena que le
contaba historias, mitos y leyendas de su cultura, que más tarde tendrían una gran influencia en
sus obras. 13
En 1908, cuando Asturias tenía nueve años, regresó con su familia a los suburbios de la Ciudad de
Guatemala. Establecieron una tienda de suministros en el barrio de La Parroquia Vieja, donde pasó
su adolescencia.1214 Asturias asistió al Colegio del Padre Pedro y después al Colegio del Padre
Solís;14 cuando era estudiante comenzó a escribir y realizó el primer borrador de una historia que
más tarde se convertiría en la novela El señor presidente.15 Finalmente, obtuvo su bachillerato en
Ciencias y Letras en el Instituto Nacional Central para Varones.1216
En 1922, junto con otros estudiantes, fundó la Universidad Popular,17 un proyecto comunitario
según el cual «la clase media se anima a contribuir al bienestar general, mediante la enseñanza de
cursos gratuitos para los más desfavorecidos».9 Pasó un año estudiando medicina antes de pasar a
la Escuela Facultativa de Derecho y Notariado de la Universidad Nacional.a18 Obtuvo su título de
abogado en 1923 y recibió el Premio Gálvez para su tesis sobre la problemática de los indígenas.9
Recibió también el Premio Falla por ser el mejor estudiante de su facultad. Fue en la Universidad
Nacional que fundó la Asociación de Estudiantes Universitarios y la Asociación de estudiantes El
Derecho, además de participar activamente en La Tribuna del Partido Unionista.19 Este último
grupo fue el que en última instancia derrocó a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera en 1920.19
En referencia a su obra literaria, la participación de Asturias en todas estas organizaciones
influenció muchas de las escenas en las novelas El Señor Presidente19 y Viernes de Dolores.16
Asturias se involucró en la política trabajando como representante de la Asociación General de
Estudiantes Universitarios, y viajó a El Salvador y Honduras para su nuevo empleo. En 1920,
mientras estaba en el Instituto Nacional Central para Varones participó en el levantamiento contra
Manuel Estrada Cabrera, organizando huelgas.20 Asturias y sus compañeros de clase, formaron lo
que ahora se conoce como «La Generación del 20».21
La tesis universitaria de Asturias, «El problema social del indio», fue publicada en 1923.222324 En
1923, después de recibir su título de abogado, viajó a Europa. En París estudió etnología en la
Sorbona —Universidad de París—18 y se convirtió en un surrealista dedicado bajo la influencia del
poeta y teórico de la literatura francesa André Breton.25 En París fue también influenciado por el
círculo de escritores y artistas de Montparnasse y comenzó a escribir poesía y ficción. Durante este
tiempo desarrolló una profunda preocupación por la cultura maya y en 1925 comenzó con la
traducción al español del Popol Vuh, el texto sagrado de los mayas, un proyecto al que se dedicó
durante cuarenta años.26 También fundó la revista Nuevos Tiempos mientras estaba en París.27
Se quedó en París durante diez años.
En 1930 publicó su primer libro Leyendas de Guatemala.28 Dos años más tarde, en París, Asturias
recibió el Premio Sylla Monsegur para la traducción al francés de Leyendas de Guatemala29 y el 14
de julio de 1933 regresó a Guatemala

Biografía de Brigilio Rodríguez macal


Nació en la ciudad de Guatemala el 28 de junio de 1916, hijo de Virgilio Rodríguez Beteta y de Elisa
Macal Asturias. Su padre fue un ilustre diplomático e historiador, que escribió importantes libros
sobre la Historia de Guatemala y de Centroamérica. Virgilio Rodríguez Macal empezó a escribir en
el periódico chileno El Mercurio a la edad de 21 años. Fue precisamente en Chile, donde vivió
cuando su padre fue embajador de Guatemala en ese país, donde nació La mansión del pájaro
serpiente, una de las más bellas de sus obras, entre muchas más.
Contrajo matrimonio en Guatemala dos veces con la señora Olga Chávez Flamenco, con quien
procreó en su primer matrimonio a sus hijas: Olga y Elisa. En la época del nacimiento de su
segunda hija residía en Chile, donde después de divorciarse de su esposa Olga, contrajo
matrimonio con Ana Severín Sáenz, de nacionalidad chilena, con quien procreó a su único hijo
varón, Virgilio. Posteriormente se divorció de Severín Sáenz, contrayendo matrimonio de nuevo
con su primera esposa, Olga Chávez, con quien procreó a la menor de sus hijas, María Elena.
Dentro de las características de su personalidad de escritor, destaca el hecho de que no era usual
en él corregir lo que escribía. Cuando lo hacía, era para volver a dejarlo como lo tenía desde la
primera vez. Además, escribía muy rápidamente. Empezaba a escribir y seguía haciéndolo durante
muchas horas, por lo cual terminaba sus obras en corto tiempo. Cuando decidió escribir
Carazamba, se dio cuenta de que faltaban muy pocos días para el Certamen de los Juegos Florales
Centroamericanos de Quezaltenango Guatemala, en el que quería participar por primera vez, y
con su primera obra Guayacan. Contrató una mecanógrafa para que la obra fuera saliendo de una
vez en limpio, para enviarla al certamen. Y en el comedor de la 10.ª. avenida 9-37 de la zona 1 de
la ciudad de Guatemala —casa de su primera esposa— en diez días escribió Carazamba, la envió al
Certamen, y ganó con ella el Primer Premio.
Su siguiente obra fue Jinayá, también premiada en el mismo certamen, mientras que Guayacán,
fue premiada en el Certamen Nacional Permanente de Ciencias, Letras y Bellas Artes de
Guatemala. Varios de los cuentos de vaquería de su libro Sangre y Clorofila, fueron presentados a
concursos, todos con galardones.
Con Guayacán le sucedió algo muy especial: antes de enviarla al concurso en Guatemala, cuando
vivió en España, la mandó al Certamen Pedro Antonio de Alarcón, ganando únicamente un Accésit
con ella, porque, según le informaron, se pasaba del número de páginas establecido en las bases
del certamen. Sin embargo, de alguna manera se filtró que la razón por la cual la obra no fue
premiada, fue porque el tema, los lugares y todo el ambiente de la obra, hacían suponer que se
trataba de un autor latinoamericano. Por eso, estando todavía en España, escribió su novela
Negrura, la cual se desarrolla en Europa, durante la post-guerra. Al año siguiente, participó en el
mismo certamen con esta obra, obteniendo con ella el Premio Pedro Antonio de Alarcón. Esta
novela, sin embargo, no corresponde en nada al que ha sido su
estilo característico; en ella no se reconoce al VRM de gran
fuerza y belleza, que caracteriza toda su obra.

Biografía de Álvarez orvalleso


Nació en la localidad de San Juan Comalapa, Chimaltenango; era hijo de Rosendo Álvarez e
Ildefonso Ovalle. Aprendió sus primeras letras con el profesor Juan Alegría y su iniciación
musical la recibió de su padre,2 quien desempeñó durante mucho tiempo el cargo de
maestro de capilla del pueblo y después fue designado para ocupar la dirección de la
escuela de música de Santa Lucía Cotzumalguapa en el departamento de Escuintla. Sus
estudios musicales fueron aprendidos en la Antigua Escuela de Sustitutos, actualmente se
llama Escuela Militar de Música "Maestro Rafael Álvarez Ovalle", llamada así en su honor,
la cual se ubica en la 23 avenida final, 32-36 zona 5, Guatemala.

Himno Nacional de Guatemala (1897-1934), Incompleto 3:22


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En 1874 falleció su padre y a pesar de contar solamente con 16 años de edad, lo sustituyó
en el cargo de director de la escuela de música en Santa Lucía.2 Contrajo matrimonio con
Anita Minera de García, con quien procreó ocho hijos.b
En 1879, por orden expresa del presidente Justo Rufino Barrios, Álvarez Ovalle llegó a la
capital del país a estudiar en la Escuela de Sustitutos de la Banda Nacional, bajo la
dirección de Pedro Vissoni. A los tres meses ya podía tocar la flauta y el pícolo, y pasó a
formar parte como integrante de la Banda Marcial, bajo la dirección del músico alemán
Emilio Dressner.2
En 1887 se llamó a un concurso literario para seleccionar la mejor composición que
serviría como himno nacional de Guatemala. El poeta Ramón Pereira Molina (de
Totonicapán), ganó la competencia. Se promovió entonces la selección de una partitura
para acompañar la composición triunfante. El ganador de este concurso musical, por
unanimidad, fue Rafael Álvarez, quien a la sazón contaba con 28 años de edad. Sin
embargo no se avanzó en la oficialización de este certamen.2
Nueve años después, en 1896, el presidente de la República José María Reyna Barrios
abrió un nuevo concurso para seleccionar definitivamente la letra y música al himno
nacional de Guatemala. Nuevamente la partitura escogida fue la de Rafael Álvarez Ovalle;
en cambio se eligió la poesía del autor Anónimo Por decreto oficial de fecha 19 de febrero
de 1897, fue declarada como música del Himno nacional.2
El 14 de marzo de 1897, los alumnos del Conservatorio Nacional ―dirigidos por el propio
maestro Álvarez Ovalle― cantaron por primera vez el himno oficial de Guatemala en el
teatro Colón.3
El autor de este himno, además de ser un artista, es un maestro del pentagrama, y su
singular producción, podría, sin lugar a dudas, calificarse como la más original de todas las
que representan en el continente americano el patriotismo de cada nación soberana.
—Carlos Lavía
Rafael Álvarez Ovalle tocaba la guitarra, el piano, el violín y la flauta. Organizó diversos
conjuntos musicales, entre otros, las estudiantinas La Broma y La Tuna, para difundir la
música guatemalteca. Fue maestro del Conservatorio Nacional de Música y de escuelas
públicas y privadas. Fundó también la Concertina Guatemalteca y la orquesta femenina
del Instituto Normal Central para Señoritas Belén y la del Colegio Centroamericano.
El 15 de septiembre de 1911, el presidente Manuel Estrada Cabrera le rindió un homenaje
en el teatro Colón, donde fue condecorado con una medalla de oro. Un mes antes, el
poeta cubano José Joaquín Palma encontrádose ya en su lecho de muerte, reveló que él
había sido el autor de la letra del Himno Nacional, la cual había permanecido como
«anónima» desde 1897. El gobierno de Estrada Cabrera le rindió sendos homenajes, y
también lo hizo con el maestro Álvarez Ovalle. Palma falleció el 2 de agosto de 1911.
El 24 de octubre de 1941, con motivo de cumplir 83 años de edad, las autoridades de su
ciudad natal, San Juan Comalapa, le rindieron masivo homenaje

Biografía José Joaquín Palma


Nació en una modesta casa en la calle de San Vicente Ferrer en Bayamo, contigua al
convento de Santo Domingo, que ya estaba en ruinas para entonces. Luego de aprender
las primeras letras y aficionarse a las lecturas bíblicas -gracias a las instrucciones de su
madre-, se mudó junto a su familia al campo.2

A los doce años regresó a Bayamo y estudió en el convento de San Francisco y luego en el
famoso colegio de San José y tuvo entre sus maestros al prestigiado pedagogo José María
Izaguirred y al profesor Ignacio Martínez Valdez. Luego de graduarse permaneció en la
institución como maestro de primaria y se hizo muy aficionado a las letras y a sus
maestros.3 Cuando Martínez fue encarcelado por culpa de una calumnia, lo acompañaba
en la celda desde las seis de la tarde hasta la nueve de la noche y allí leían las obras
clásicas de la literatura española.4
En 1864 se retiró del colegio de San José y empezó a editar un vocero con la colaboración
de Francisco Maceo Osorio llamado La regeneración de Bayamo órgano sencillo, pero de
un contenido interesantísimo: en cada tema campeaba el distintivo nacionalista de Osorio
y de Palma; este periódico fue cerrado por el gobierno español de la isla. Tiempo más
tarde, Palma apareció luchando al lado del insigne José Martí, de Carlos Manuel de
Céspedes y de Máximo Gómez, entre otros.
Cuando su esposa falleció en su natal Bayamo, tuvo que abandonar la lucha revolucionaria
y regresar a hacerse cargo de sus hijos; pero allí, dirigió El Cubano Libre desde donde
luchó desesperadamente por la abolición de la esclavitud y describió la penosa situación
porque atravesaba Cuba. A estas publicaciones, siguió una ola de persecuciones,
encarcelamientos y destierros; gran cantidad de cubanos fueron condenados al exilio; José
Joaquín Palma Lasso fue uno de ellos.
Su primera etapa de destierro la vivió en Jamaica, luego pasó a territorio estadounidense
de donde salió rumbo a Suramérica, visitando entre otros países el Perú, terminando su
itinerario en Guatemala, que sería su última escala hasta la muerte. Llegó a Guatemala en
1873.5En Centroamérica, Palma dejó memorables huellas de poeta, profesor, periodista y
promotor cultural, ayudó a numerosos intelectuales y escribió la letra del Himno Nacional
de Guatemala, obra por la cual recibió grandes homenajes; además, tuvo vínculos
profundos con dos de los mejores poetas latinoamericanos de todos los tiempos: José
Martí y Rubén Darío, el cubano precursor y la nicaragüense cumbre del Modernismo,
primer gran movimiento literario surgido en América. También compartió con el célebre
poeta peruano José Santos Chocano,5 y con los intelectuales liberales hondureños Marco
Aurelio Soto y Ramón Rosa quienes ejercían las secretarías de Instrucción Pública y de
Relaciones Exteriores del gobierno de Justo Rufino Barrios.
Desde 1870, Palma no cumplió misiones oficiales fuera de Cuba, y como diplomático logró
que el gobierno de Guatemala reconociera la beligerancia de los cubanos y el de Honduras
diera protección y trabajo a decenas de combatientes, al concluir la llamada Guerra
Grande-de 1868 a 1878.5 Palma fue nombrado Ministro y Cónsul de Cuba en Guatemala,
cargo que ocupó hasta su muerte.7 Aparte de ser el Cónsul de su país natal, ocupó el
cargo de director de la Biblioteca Nacional de Guatemala, fue catedrático en el Instituto
Nacional Central para Varones8 y sirvió la cátedra de literatura española en la Escuela
Facultativa de Derecho y Notariado del Centro de la Universidad Nacional. Por otra parte,
colaboró en diversos órganos de difusión, principalmente en el Correo de la tarde que
dirigía Rubén Darío y en donde trabajaba el futuro «Príncipe de los cronistas» Enrique
Gómez Carrillo,7 y con los Álbumes de Minerva que publicaba el gobierno del licenciado
Manuel Estrada Cabrera.9

En 1876, cuando Marco Aurelio Soto tomó la presidencia de Honduras con la ayuda de
Justo Rufino Barrios, Palma viajó a aquel país centroamericano como secretario privado de
Soto y colaboró en el gobierno de este hasta que Soto y su primo Ramón Rosa -quien
fungía como una especia primer ministro en el gobierno de Soto- fueron obligados a salir
de Honduras en 1883. Tras el derrocamiento de Soto, Palma regresó a Guatemala. Allí
coincidió con el poeta Rubén Darío quien escribió el siguiente poema en su libro Azul
dedicado a Palma:
A finales del siglo xix, entabló una estrecha amistad con el orador, escritor y político
guatemalteco Rafael Spínola, cuando este era el director de La Ilustración Guatemalteca y
posteriormente, ministro de Fomento del gobierno del licenciado Manuel Estrada
Cabrera.8 En 1899, el escritor y diplomático mexicano Federico Gamboa estuvo en
Guatemala como embajador interino de su país conoció y trató a Palma, quien le fue
presentado por Spínola, a quien Gamboa había conocido cuando este estuvo exiliado en
México durante el gobierno del general Manuel Lisandro Barillas Bercián.

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