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COMO NO HABLAR. Y OTROS TEXTOS JACQUES DERRIDA Derrida, Jacques Cémo no hablar : ¥ otros textos pp.; cm. — (Cuademos A. Biblioteca Universitaria ; 2. Antologias) ° J L Dentin 2 te etn a mica a 2a Te ea iN Pras ; Primera edici6n: Suplementos Anthropos, 13 (1989) | Segunda edicién: 1997 . © Proyecto A Ediciones, 1997 Edita: Proyecto A Ediciones. Kings Tree, S.L. Barcelona ISBN: 84-922335-1-6 Depésito legal: B. 7.967-1997 , Fotocomposicién: Plural, Servicios Editoriales ’ (Narito, SL). Rubi. Tel, y fax (93) 697 22 96 Impresién: Novagrifik. Puigcerda, 127. Barcelona Impreso en Espaita - Printed in Spain Todos los derechos reservados. Esta publicacidn no puede ser reproducid, ni en todo ni en parte, ni regstradla en, 0 ‘ssnsmitida por, un sistema de recuperacién de informacién, en ninguna forma ni por ningun medio, sea mecanico, imico, electrénico, magnético, electrodptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por eserite Sb editorial. La escritura seminal de un pensamiento como critica continuamente diferida Escribir es saber que lo que no se ha producido to- davia en la letra no tiene otra morada, no nos espera ‘como prescripcién en algan t6pos ourénios o alggin en- tendimiento divino. El sentido debe esperar a ser dicho ‘© escrito para habitarse él mismo y llegar a ser lo que es al diferir de si: el sentido. [..] La escritura general del suefio desborda la eseritura, fonética y pone Ja palabra en su sitio. [.] La diferencia es la articulacién del espacio y del tiempo. [..] La huella es el borrarse a sf mismo, el borrarse st propia presencia, est constituida por la amenaza o Ja angustia de su desaparicién inremediable, de la desapa- rici6n de su desaparicién. Una huella imborrable no es ‘una huella, es una presencia plena, una sustancia in- movil e incorruptible, un hijo de Dios, un signo de la parousta y no una semilla, es decir, un germen mortal JAQUES DERRIDA La obra y la escritura de Derrida pone en resalte todo Jo que la cultura y la tradicién occidentales hha silenciado, excluido, eliminado o satanizado de sus textos, de su historia del pensamiento, de su sensibilidad y operar cotidiano. Le interesa especialmente lo no definido, aquello que todavia est en sus- pensién, lo otro. Pero su obra no puede clausurarse en un corpus ni en un sistema. Sus textos estén abiertos siempre a modificaciones, fluctuaciones. Su escritura hay que considerarla como un haz, un tejido, una red de miltiples interconexiones, referencias y estilos. De su discurso s6lo es posible deducir una dispersion, una diseminaci6n, una différance. La escritura se convierte para Derrida en el punto de partida de una critica radical de la cultura y el pensamiento occidentales. Pero sin olvidar que la escri- tura no ocupa, por ello, ningiin tipo de centralidad. Se caracteriza por un tipo de ausencia frente a la voz que es la propia de todo signo: «Todo signo es iterable en ausencia de una intencién de comunicacién». Su tarea investigativa funda- mental, su proyecto, se concreta en una ciencia general de Ja escritura, una gramatologia, precisamente, como la posibilidad de esa ciencia general de la escritura. J. Derrida trabaja la escritura. Muestra en sus libros cémo Ia tradicion

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