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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE ANTROPOLOGÍA

Licenciatura en Arqueología

Propuesta de restauración del juego de pelota y


difusión del sitio arqueológico Cuyuxquihui,
Papantla, Veracruz.

TESIS

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE


LICENCIADA EN ARQUEOLOGÍA

PRESENTA:
Gabriela Serrano Rojas

Director:
Dr. Javier O. Ruiz Gordillo

Xalapa-Equez., Veracruz Septiembre de 2010


Con cariño para la Inspiración de mi vida
Mi hermano:
Víctor A. Serrano Rojas
AGRADECIMIENTOS

Primero que todo agradezco a Dios por permitirme dar este enorme paso en mi
vida, por haberme dejado concluir la licenciatura y este trabajo con éxito.
A mis padres Víctor A. Serrano Guzmán y Caridad Rojas Carrasco por
apoyarme desde el momento de elegir la carrera de Arqueología, por brindarme la
oportunidad de estudiar, que con su esfuerzo económico, físico y emocional pude
lograrlo, gracias porque nunca me hizo falta nada, por sus maravillosos consejos,
palabras alentadoras y sobre todo por la confianza brindada. Gracias por sus
noches de oraciones y por estar siempre a mi lado, este logro es también de
ustedes.
A mi hermana, Grisell Serrano Rojas por solventar parte de mis gastos los
últimos años de mi carrera, por tu carácter fuerte que muchas veces me hiciste ver
la realidad de la cosas, por ser mi dualidad complementaria.
A mi hermano Víctor A. Serrano Rojas quien sin duda alguna fue la
inspiración durante mi carrera y de este trabajo; la fuerza que me hacia levantarme
en momentos que sentía no poder, quien me hizo falta cada uno de mis días, con
quien reía a larga distancia y compartía tristezas, por ser mi mejor cómplice y
amigo, gracias por tu siempre apoyo entusiasta.
A mis abuelos paternos Gregorio Serrano y Carmen Camas, tanto por su
apoyo económico en mis viajes universitarios, por la impresión final de este trabajo
y demás apoyos brindados durante mi carrera. Para Mis abuelos maternos Mario
Rojas y Agrícola Carrasco, por estar siempre en sus oraciones y por preocuparse
por mi bienestar cada uno de mis días. Gracias abuelitos porque siempre
estuvieron a mi lado con sus consejos, abrazos y palabras de ánimo
A cada uno de mis tíos y primos por recibir de ellos palabras deseosas de
éxito, especialmente a mi Tía Adriana Serrano y Ernesto Enríquez por confiar en
mí, por aludir a mi persona con orgullo, por su apoyo económico en ocasiones y
por compartir conmigo este logro; aquí esta lo prometido.
Para dos personas sumamente importantes y especiales desde mí llegada
a Xalapa, quienes formaron parte de mi carrera desde el inicio; mis dos mejores
amigas: Susana Partida Alcaráz y Elena Galia Gallardo. A ti Sury por esas
comidas compartidas, por las tardes lluviosas de Xalapa acompañadas de un café,
por los 4 años de vivir a tu lado. Galia; porque las prácticas de campo sin ti no
hubieran sido iguales, por nuestros ataques de risa singulares, a las dos por sus
abrazos, por estar conmigo cuando sentía que caía, por dejarme formar parte de
ustedes y de su apreciable familia, por sus alegrías, tristezas y porque pasamos
momentos y aventuras inolvidables.
Agradezco infinitamente a la Psicóloga María Elena Gutiérrez, quien vió por
mí como parte de su familia, por abrirme las puertas de su casa cuando lo
necesitaba, por cuidarme como una hija en mis enfermedades, por escuchar de
ella siempre palabras confortadoras.
Con respeto, admiración y agradecimiento para el Director de este trabajo,
Dr. Javier Omar Ruiz Gordillo por permitirme ser parte de su conocimiento, por su
tiempo y esfuerzo dedicado, por haber aceptado ser parte de esta investigación,
quien sin su apoyo esto no se hubiera logrado. A la Dra. Yamile Lira López,
asesora y lectora del mismo, por la dedicación en cada una de las páginas, por su
tiempo prestado a este trabajo, y sobre todo por su exigencia para el mismo.
Quiero agradecer de igual manera al Mtro. Omar Melo Martínez, por aceptar
ser parte del equipo como lector y sinodal, gracias por tomarse el tiempo
necesario para que se llevara a cabo.
A las personas magnificas que conocí en la Facultad de Antropología
durante mi estancia, por sus apoyos académicos, las inolvidables prácticas de
campo con ustedes, con quienes también compartí risas, abrazos, lagrimas,
aventuras, viajes y también maravillosas fiestas, sin duda alguna grandes amigos
importantes en mi vida; Dulce P. Martínez (Tuchis), Marisela Guzmán
(Maricumbias), Carlos A. Fernández (Pelos), Raymundo Ramírez (Rays), Yunuen
Valles (Joje), Meztly Dehonor (Mez), Mauricio D. Cuevas (Petro), Pablo Martínez
(Pablini), Jose de J. Palmeros (PepeChango), Isaac Nieto (Negris), y Josué
Mendoza (Furcio).
Agradezco al “proyecto arqueológico API_ALT” por las dos temporadas de
campo como participante y servicio social dentro del mismo; a su director el Dr.
Gustavo Ramírez, por dejarme ser parte de su equipo, proyecto del cual obtuve
conocimientos prácticos en arqueología. A los arqueólogos Tonantzin Silva y
Víctor Valdovinos por ayudarme internamente en este proyecto.
En especial al arqueólogo Sixto Rodríguez Rosas, por su apoyo
incondicional, por compartir sus conocimientos conmigo, y su sincera amistad.
Gracias a cada uno de mis maestros por sus clases brindadas durante la carrera,
por su apoyo en mis trabajos finales, y sus conocimientos dejados en mí.
PROPUESTA DE RESTAURACIÓN DEL JUEGO DE
PELOTA Y DIFUSION DEL SITIO ARQUEOLÓGICO DE
CUYUXQUIHUI, PAPANTLA, VERACRUZ.
INDICE

INTRODUCCIÓN ------------------------------------------------------------------------------------ 6
Planteamiento del problema --------------------------------------------------------------- 9
Justificación -----------------------------------------------------------------------------------12
Objetivos ---------------------------------------------------------------------------------------16

Capítulo I
ANTECEDENTES ----------------------------------------------------------------------------------19

Capítulo II
EL SITIO
2.1 Ubicación geográfica-------------------------------------------------------------------22
2.2 Accesos al sitio --------------------------------------------------------------------------26
2.3 Etimología---------------------------------------------------------------------------------28
2.4 Hidrografía y clima----------------------------------------------------------------------29
2.5 Suelos y geología -----------------------------------------------------------------------30
2.6 Flora y fauna -----------------------------------------------------------------------------30
2.7 Infraestructura de servicios ----------------------------------------------------------35
2.8 Evolución demográfica en el municipio de Papantla--------------------------36

Capítulo III
EL SITIO ARQUEOLOGICO
3.1 Antecedentes históricos -------------------------------------------------------------38
3.2 Antecedentes de investigación en el sitio -------------------------------------40
3.3 Distribución del asentamiento y la arquitectura de Cuyuxquihui ---------43
3.4 Los materiales arqueológicos -----------------------------------------------------65

1
Capítulo IV
EL JUEGO DE PELOTA EN MESOAMERICA Y VERACRUZ
4.1 El juego de pelota en Mesoamérica----------------------------------------------73
4.2 El juego de pelota en Veracruz ----------------------------------------------------81
4.3 El juego de pelota de Cuyuxquihui -----------------------------------------------87

Capitulo V
MARCO TEORICO -------------------------------------------------------------------------------- 92

Capítulo VI
METODOLOGIA
6.1 Metodología -------------------------------------------------------------------------- 102
6.2 Elaborar un proyecto de propuesta de investigación que
incluya las acciones de restauración. ---------------------------------------------- 102
6.3 Aprobación del proyecto ---------------------------------------------------------- 104
6.4 Presupuesto -------------------------------------------------------------------------- 105
6.5 La intervención en el juego de pelota de Cuyuxquihui -------------------- 106
6.5.1 Personal a contratar ------------------------------------------------------------ 116
6.5.2 Material ------------------------------------------------------------------------------ 117
6.5.3 Propuesta de conservación del juego de Pelota ------------------------- 119

Capítulo VII
LA DIFUSIÓN
7.1 Acceso natural del área cívico-religiosa hacia el juego de pelota ----- 121
7.2 Acceso natural de la comunidad hacía el juego de pelota --------------- 122
7.3 Las cédulas informativas --------------------------------------------------------- 123

2
Capítulo VIII
EL SENTIDO SOCIAL DE LA INTERVENCION
8.1 Integración comunitaria con el patrimonio cultural ------------------------- 131

Capítulo IX
COMENTARIOS FINALES--------------------------------------------------------------------- 135

BIBLIOGRAFIA ---------------------------------------------------------------------------------- 142

3
INDICE DE FIGURAS

Figura 1 Localización del sitio arqueológico de Cuyuxquihui, a partir de la


utilización de mapa elaborado por el INEGI, México, 2009 ------------------------------23

Figura 2 Fotografía satelital de la ubicación y acceso a Cuyuxquihui, obtenida


de Google, Agosto 16 de 2009. Sobresale el rio Tecolutla en su transcurso de
Suroeste a este hacia su desembocadura en la barra de Tecolutla. ------------------25

Figura 3 Detalle del acceso desde Paso del Correo a la zona arqueológica, sin
escala, imagen a partir de Google satelital.--------------------------------------------------27

Figura 4 Ubicación de la poligonal registrada sobre fotografía aérea obtenida por


la Compañía Mexicana de Aerofoto/1981; obra 2773 R2483 F4 000057 Escala
1:20000, de estructuras arqueológicas, observando la mayor concentración de
edificios en la parte central en la cual la explanada es mayor de Oriente a Poniente
y los edificios detectados hasta la fecha al sur del asentamiento prehispánico. ---46

Figura 5 Poligonal realizada por la Dirección de Registro de Monumentos y


Zonas Arqueológicas del INAH, México, 1986. ---------------------------------------------47

Figura 6 Detalle del levantamiento topográfico realizado en 1986. ----------------48

Figura 7 Fachada este del Edificio I ó Edificio Principal -------------------------------50

Figura 8 Vista de la esquina noreste del Edificio II; este es uno de los edificios
que más deterioros presenta. --------------------------------------------------------------------52

Figura 9 Fachada norte del Edificio III; se observan tres etapas constructivas y la
presencia de pintura mural en forma de círculos en color rojo sobre el tablero
corrido de oriente a poniente del edificio original. ------------------------------------------54

Figura10 Etapas constructivas definidas tanto en su diseño arquitectónico como


en el tipo de acabado más burdo durante la tercera etapa de edificación. ---------56

4
Figura 11 Monolito sobre el edificio III en el que no se ha hallado huella alguna
de grabado o pintura, sin embargo es posible que fuese la base sobre la cual se
colocaban aditamentos religiosos. -------------------------------------------------------------57

Figura 12 Edificio IV, esta estructura yace ahora adosada al cerro como
producto del derrumbe del acantilado de arena sobre buena parte del
asentamiento. ----------------------------------------------------------------------------------------58

Figura 13 Edificio V, de forma y materiales similares al Edificio IV, comparten su


estructura en la base, no obstante, cada uno pareciera ser independiente de la
otra estructura. --------------------------------------------------------------------------------------59

Figura 14 Juego de pelota, vista central hacia la parte norte, actualmente se


encuentra cubierto de vegetación. -------------------------------------------------------------61

Figura 15 Juego de pelota, muro lateral de la parte oeste recubierto de materia


orgánica.-----------------------------------------------------------------------------------------------62

Figura 16 Juego de pelota, parte superior del muro oeste. ---------------------------63

Figura 17 Juego de pelota entre los Edificios 13 y 14, al fondo el edificio 16, sitio
arqueológico Tajín. ---------------------------------------------------------------------------------83

Figura 18 Tablero Noroeste del juego de pelota Sur, sitio arqueológico Tajín---85

Figura 19 Ubicación del juego de pelota en la poligonal. ------------------------------88

Figura 20 Detalle del levantamiento topográfico realizado en 1986. ---------------91

Figura 21 Establecimiento de cuadricula. ------------------------------------------------ 107

Figura 22 Ubicación de cédulas a lo largo del sendero. ----------------------------- 130

5
INTRODUCCION

Mesoamérica,1 se le ha denominado así al área cultural que comprende, en lo


general, los ríos Sinaloa, Lerma y Pánuco, abarcando gran parte del territorio de
la actual República Mexicana, además de Guatemala, Belice, El Salvador, parte
de Honduras, Costa Rica y Nicaragua, dentro del cual se desarrollaron pueblos
con una diversidad étnica y lingüística que así mismo compartieron algunos rasgos
culturales entre los diferentes grupos que conformaron el espacio, quienes a su
vez desarrollaron elementos como la agricultura, calendarios, religión y
arquitectura, entre otros.
No obstante existir edificaciones en Aridamérica,2 área colindante al norte
de Mesoamérica y de la cual existe un gran desconocimiento sobre los pueblos
que la habitaron, entre ellos los Opata, Jova, Tarahumara, Huicholes, etcétera, fue
en el área, ontológicamente concebida y nombrada Mesoamérica en donde la
arquitectura fue desarrollada con una gran diversidad en cuanto a empleo de
materiales constructivos, forma de los edificios, decoración y función
arquitectónica, observándose diversos usos, entre ellos el habitacional, religioso,
funerario, hidráulico, defensivo, entre otros.
La arquitectura que se observa actualmente de aquellos asentamientos
prehispánicos, tanto en los sitios arqueológicos ya restaurados en diferentes
grados de intervención, en una o varias de sus edificaciones, como en los que
únicamente han sido objeto de registro por arqueólogos y, en el mejor de los
casos, inscritos en el inventario de la Dirección de Registro Público de

1
El término Mesoamérica fue propuesto, en 1943, por Paul Kirchhoff, aun cuando habían ideas
anteriores al respecto, como las sustentadas por Clark Wissler y Eduardo Seler. Mesoamérica es
una gran área definida en términos ontológicos aunque pluriétnica y lingüísticamente diversa.
Mantiene, sin embargo, características que le dan cierta unidad y sustancialmente diferentes a
Aridamérica. Tales características son, principalmente, la agricultura como base económica, uso de
dos calendarios (ritual de 260 días y civil de 365), ausencia de metalurgia, sacrificios con fines
religiosos, cultivo del cacao, construcciones piramidales, entre otras.
2
Sobre la palabra, el doctor Alfredo López Austin, citado en Revista Mexicana de Arqueología, Vol.
XVIII – Núm. 104, pág. 8 menciona que “se trata de lo que se conoce como anacoluto, es decir,
cuando no hay concordancia de género en una palabra compuesta, por ello la manera correcta de
referirse a esa área cultural es Aridamérica”.
6
Monumentos y Zonas Arqueológicas (DRPMZA) del INAH, varía desde un sencillo
montículo de tierra, hasta grandes conjuntos compuestos por construcciones
insertas en un urbanismo que fue estructurándose a lo largo del desarrollo
histórico prehispánico.
Para el visitante, uno de los rasgos más interesantes y observables de las
culturas prehispánicas es, precisamente la arquitectura. Estamos familiarizados
con su presencia en el paisaje, la sobriedad o bien la elegancia de su forma y
decoración, sus grandes volúmenes y la calidad de sus materiales constructivos;
sin embargo, en la arqueología mexicana la arquitectura expuesta al público
visitante, representa tan solo una pequeña parte de todo el legado cultural del
México antiguo, y ésta, la arquitectura que el visitante observa es, usualmente,
aquella relacionada con el poder tanto civil como religioso, es decir, es poca la
arquitectura relacionada con casas habitación u obras de infraestructura que ha
sido restaurada. No ha sido considerada relevante por la mayoría de los
investigadores hasta hace algunas décadas.
En este sentido, a la par que la restauración ha sido enfocada a edificios
suntuosos o más relevantes, ha sucedido lo mismo con el estudio de las culturas
prehispánicas. Ejemplo de ello son las tierras costeras del Golfo de México, que
hoy forman parte del territorio que ocupan los estados de Veracruz, Tamaulipas y
Tabasco, en donde se desarrollaron tres grandes culturas: la Olmeca al sur del
actual Estado de Veracruz; la de los pueblos del Totonacapan3 que habitaron la
zona costera central; y la cultura Huasteca que se asentó en una extensa región
que se ubica al norte del Estado de Veracruz y llega hasta la Sierra Madre Oriental
y el Estado de Tamaulipas. Se ha privilegiado la investigación de lo Olmeca y lo
Totonaca sobre lo Huasteca hoy en día.

3
El Totonacapan se considera, espacialmente, comprendido por el río Cazones al norte, por el río
Huitzilapan al sur, aunque anteriormente lo era el río Cotaxtla, al este lo limita el Golfo de México y
al oeste la Sierra Norte de Puebla, en lugares como Huitzila; de ahí Pahuatlán, Acaxochitlán y
Zacatlán, de ahí a Jalacingo y Atzalán. El arqueólogo Alfonso Medellín Zenil (1976) creía que los
límites al sur eran producto de una contracción del territorio totonaco.

7
Sin embargo, no fueron las únicas culturas que ocuparon el suelo que hoy
se conoce como territorio veracruzano. Otomíes, Nahuas y Toltecas, entre otros
grupos se asentaron también en la Costa del Golfo de Veracruz y crearon su
propia arquitectura o bien, como se observa con asentamientos Nahuas y
Otomíes, se apropiaron de la existente y la modificaron imprimiendo algunas
características particulares, como se hace referencia páginas adelante en nuestro
estudio de Cuyuxquihui.
Así pues, en el vasto territorio de México existen zonas arqueológicas en un
número muy importante que rebasa los 150,000 sitios,4 aun cuando a la fecha,
únicamente se encuentran abiertas al público menos de 176 asentamientos
prehispánicos; casi todos ellos han sido trabajados en su aspecto monumental,
algunos de estos sitios atraen a visitantes en gran número. Entre ellas, las más
visitadas son Teotihuacán, Chichén Itzá, Uxmal, Palenque, Monte Albán, Tajín,
Tula, Templo Mayor y Xochicalco.
Por otra parte, en el territorio Veracruzano las zonas arqueológicas más
conocidas son Tajín, Cempoala, Quiahuiztlan, Filobobos y Castillo de Teayo,
aunque encontramos también otros asentamientos prehispánicos, quizás no con
una arquitectura sobresaliente pero si con un desarrollo cultural interesante como
el de Higueras, San Lorenzo Tenochtitlán, Cuauhtochco, Zapotal I, Cuyuxquihui,
Las Limas, Tres Zapotes, Toxpan, Aparicio, Oceloapan.
Otros están en proceso de estudio, como Cacahuatengo, Idolos, Tuzapan,
Paxil, por mencionar algunos. Uno de estos sitios, pequeño, con arquitectura y con
presencia de tres grupos culturales coexistiendo en algún momento es el de
Cuyuxquihui, situado en el municipio de Papantla de Olarte Veracruz, Estado de
Veracruz, en el Totonacapan septentrional; aunque no tuvo una importancia
relevante como El Tajín, formó parte del desarrollo cultural de la región en una
fecha más reciente que éste, del cual dista pocas decenas de kilómetros.

4
La Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas (DRPMZA) del INAH,
por ley, la encargada del inventario nacional en esta materia, tiene un registro de aproximadamente
150,000 sitios, aunque considera que dicha cantidad puede ascender hasta cerca de los 400,000.

8
En este sentido, este trabajo aborda precisamente la propuesta de
restauración del juego de pelota y difusión del sitio arqueológico de Cuyuxquihui,
Papantla, Veracruz.
Como sitio pequeño, aislado de las rutas normales de turismo y del escaso
financiamiento para investigación y conservación otorgado al sitio, Cuyuxquihui
dista mucho de tener un panorama cultural completo del grupo que habitó ese
espacio, pues en este sentido, en las cortas temporadas de campo realizadas,
solo se ha investigado la parte norte y centro del sitio, continuando los trabajos
arqueológicos para las áreas consideradas habitacionales, terrazas, plazas entre
otras hacía el sur y poniente.

En la parte sur de la zona arqueológica denominada el juego de pelota, se


encuentra este elemento arquitectónico prehispánico en un buen estado de
conservación, aunque cubierto de tierra y vegetación. Esta estructura no ha sido
intervenida a la fecha por lo que aún se ignoran aspectos relativos a su forma
exacta, sistema constructivo, materiales empleados, e incluso función relacionada
con otros elementos próximos, entre otros.
Derivado de lo anterior, se propone la restauración del juego de pelota y
difusión del sitio arqueológico Cuyuxquihui, por su particular importancia, función
cultural y su propia ubicación espacial en el asentamiento prehispánico.

Planteamiento del problema

La arquitectura, en cualquier época del desarrollo histórico de las diferentes


culturas en el mundo, es el resultado directo de diversos factores y condiciones
sociales que existieron, entre ellos la religión y la economía, así como de aquellas
ideologías que fueron formando parte del legado, en este caso, del
mesoamericano. Cada época tuvo sus propias características, y es viable creer
que estas épocas se encuentran aun representadas en la arquitectura

9
prehispánica como, al igual que durante el siglo XX, se manifestaron diversos
“estilos” que permiten ubicar, aproximadamente, la época de construcción de
algunas estructuras o edificios.
A cerca de 30 años de haberse iniciado los primeros trabajos en el sitio
arqueológico de Cuyuxquihui, en los cuales se contó con el pleno apoyo de la
comunidad, de instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) y el Instituto Nacional Indigenista (INI), ésta zona recibe cada vez un mayor
número de visitantes debido a la promoción en la red de internet, visitantes que
requieren de información científica sobre el sitio y el entorno, además de servicios,
no obstante que esta zona arqueológica es una de las pocas abiertas al público en
la cual no se cobra cuota de acceso.
A la fecha el asentamiento prehispánico de Cuyuxquihui cuenta con dos
custodios del Instituto Nacional de Antropología e Historia para la conservación y
protección del sitio, lo cual, comparativamente con algunas otros en el Estado de
Veracruz, como Quiahuiztlan o el Zapotal I, en donde tres o más custodios
mantienen una área abierta al público menor, Cuyuxquihui, por consiguiente,
requiere de mayor número de custodios.
Por su parte, ha sido una constante de los visitantes y habitantes cercanos
al sitio arqueológico la petición de continuidad de las investigaciones y la
restauración así como tener una mayor información sobre el lugar. Derivado de lo
anterior se pretende realizar una restauración del juego de pelota, contando
previamente con la autorización del Consejo de Arqueología y se ajustará a las
Disposiciones Reglamentarias para la Investigación Arqueológica en México,
contemplando acciones previas a la intervención, como son la descripción
arquitectónica del sitio en general y del elemento específico, levantamiento
topográfico, levantamiento fotográfico, entre otros.
El juego de pelota al estar ubicado aproximadamente a 800 metros al sur de
la zona nuclear, hasta hoy la única área abierta al público, presenta algunos
problemas derivados de visitas irrestrictas, por lo que consideramos posible que,
mediante trabajos de investigación y conservación, se coadyuve en la protección y

10
difusión de los contenidos del sitio arqueológico al presentar el elemento expuesto
a la visita.
El área abierta a la fecha al público son aproximadamente 4 de las 20
hectáreas que tiene delimitada la zona arqueológica. La difusión, vía Internet de
Cuyuxquihui, también ha generado una solicitud de los visitantes nacionales e
internacionales a disfrutar de una mayor aproximación a todos los espacios,
incluyendo otros edificios, y la apertura de senderos para contemplar la vegetación
y fauna, así como del asentamiento en lo general y el medio en el que se
encuentra localizado, por lo cual es necesario abrir esta estructura ubicada en el
extremo opuesto al área liberada actualmente y que tuvo una presencia
fundamental en el desarrollo de las culturas prehispánicas. Lo cual conlleva a
ubicar este proyecto, estas nuevas rutas de visita conjuntamente con información
relativa al sitio.
En este sentido, el juego de pelota de la zona arqueológica de Cuyuxquihui
posee en mediano estado de conservación, una estructura conformada por cuatro
elementos arquitectónicos: dos plataformas, el espacio entre las plataformas que
constituye la cancha y un pequeño altar vinculado arquitectónicamente con el
juego de pelota.
No es la única estructura sin restaurar, pues, en sus poco más de 20
hectáreas, solo se encuentra liberado un 50 % de los edificios con los que cuenta
el sitio. Los no liberados están diseminados por toda la ladera del cerro, algunos,
de acuerdo a las excavaciones realizadas por Ruíz Gordillo (2004) cubiertos por
gruesa capa de arena producto de deslaves del acantilado.
Es por ello que el interés es amplio en dar a conocer a la comunidad de
Cuyuxquihui, a la comunidad arqueológica y el público en general interesada en la
zona, otra parte aun “desconocida” de Cuyuxquihui: el juego de pelota, como
elemento arquitectónico de un asentamiento.
El juego de pelota, al encontrarse retirado hoy en día y con un difícil acceso
ha pasado desapercibido por la mayoría de los visitantes, salvo por aquellos que
buscan una visita alternativa en la cual transiten por veredas y antiguos cultivos de

11
vainilla. Por ello la comunidad de Cuyuxquihui, participantes activos de la
conservación y difusión de su patrimonio cultural, han propuesto construir una vía
segura de acceso, desde su comunidad, compartiendo al mismo tiempo la vista
natural que el sitio proporciona, lo cual redundaría en una comunicación
intrínseca entre el área cívico-religiosa al norte del asentamiento, con el propio
juego de pelota, al sur. Esto conduce a una necesidad de información básica y
científica plasmada en cédulas informativas en cada uno de los edificios
arquitectónicos y elementos naturales a destacar así como de senderos seguros al
visitante.
La ausencia de investigaciones en esa área, así como de levantamientos
topográficos y el estudio de los materiales arqueológicos contextualizados, resulta
del mayor interés y necesidad para poder realizar trabajos de conservación y
liberación de ese elemento arquitectónico.
La difusión por su parte será el resultado de trabajos previos que ayudarán
a que el sitio sea conocido en el ámbito arqueológico y científico. Es,
sucintamente, hacer visibles los objetivos y resultados llevados a cabo, con la
confianza de que coadyuvarán en la conservación en el marco de un proceso
mediante el cual las comunidades asignan un significado a algo que, en el mejor
de los casos, pueden entender como su pasado remoto y reciente a la vez.

Justificación

El sitio arqueológico de Cuyuxquihui, ubicado a varios kilómetros al sur del río


Cazones y a más de 50 km del río Tuxpan, queda comprendido dentro de los
limites considerados como el Totonacapan septentrional; y aún cuando, derivado
de nuestro objetivo abordemos algunos aspectos, tales como la filiación cultural
del grupo que habitó, su temporalidad o desarrollo, en este estudio nos avocamos
a la propuesta de investigación, conservación, protección y difusión de un
elemento arquitectónico: el juego de pelota, así como a la difusión del sitio
12
arqueológico mediante la propuesta de cédulas que han de incidir en la protección
del sitio y accesos naturales que dirijan al visitante al juego de pelota desde el
área nuclear o desde la comunidad de Cuyuxquihui y que le permitan la
observación del asentamiento prehispánico y del entorno natural.
Sabemos que las investigaciones en el sitio han sido pocas, en este
sentido, hablar de Cuyuxquihui es hablar de una zona arqueológica abierta al
público en un 50 % de sus edificios que, no obstante, permite observar un
asentamiento en el cual la elección del espacio y la modificación del mismo
respondió a necesidades de la población en ese momento, cercana al año 1200
d.C., así como la que la ocupación posterior del sitio por otros grupos fue parte del
reacomodamiento cultural mesoamericano, y de los resultados se sabe ahora que
en el asentamiento coexistieron totonacos y huaxtecos, posteriormente se observa
en la estratigrafía un cambio abrupto con la presencia de nuevos materiales
considerados como provenientes del Altiplano.
Sin embargo, a decir de Ruíz Gordillo, Cuyuxquihui (comunicación personal,
febrero de 2010) ha estado sujeto a pobres apoyos para la investigación y
conservación, pues éstos han sido dirigidos a otra zona arqueológica considerada
prioritaria y representativa de la cultura prehispánica en el norte del Estado: El
Tajín.
Con las nuevas tendencias e interés del Estado, municipio y comunidad
hacía el turismo, por un lado, y por otro la agresión que representan los proyectos
de exploración petrolera en la región, es necesario ahora la apertura de otra parte
del sitio para evidenciar físicamente la extensión del sitio, toda vez que los
grandes proyectos de exploración sísmica de hidrocarburos minimizan la
importancia de este sitio arqueológico debido a su reducida exposición de
edificios.
Esto se puede aminorar mediante la restauración del juego de pelota,
elemento limítrofe al sur del área protegida por el INAH, aun cuando, para poder
realizarse lo anterior, es menester la investigación, más aún cuando, en este caso,
participan los diferentes niveles de gobierno.

13
Se justifica esta intervención toda vez que, de acuerdo a la carta de Atenas
de 1931, en su primer inciso, menciona que:

La conservación del patrimonio artístico y arqueológico de la


humanidad, interesa a todos los Estados defensores de la civilización,
desea que los Estados se presten recíprocamente una colaboración
cada vez más extensa y concreta para favorecer la conservación de los
monumentos artísticos e históricos: considera altamente deseable que
las instituciones y los grupos calificados, sin menoscabo del derecho
público internacional, puedan manifestar su interés para la salvaguarda
de las obras maestras en las cuales la civilización ha encontrado su
más alta expresión y que aparecen amenazadas.

Es bien sabido que estudios científicos deben iniciarse y multiplicarse en


busca de un conocimiento más profundo, en este caso, para que converjan en la
conservación del sitio, así como de sus variantes formales, y realizar una
restauración acorde a los principios de la Carta del Restauro, conocida también
como La Carta de Venecia (1964).

En este sentido la restauración de la estructura conocida como Juego de


Pelota, por sí misma patrimonio cultural de México, es permisible e incluso,
necesaria debido al interés mostrado por los visitantes en conocer más de este
sitio arqueológico. Hasta el día de hoy únicamente la zona cívico-religiosa está
abierta en un área aproximada de cuatro hectáreas. La restauración de este
monumento arquitectónico, el juego de pelota, representa una alternativa de
protección y conservación, no solo de la estructura en cuestión sino del sitio
mismo al tener los visitantes y algunas empresas constructoras contratadas por
PEMEX, elementos físicos evidentemente prehispánicos formando parte del sitio
arqueológico con lo cual no podrán argumentar ignorancia de su existencia.
Aún cuando ha sido intervenida esporádicamente desde 1981 por Ruiz
Gordillo (1987), a la fecha el sitio no es totalmente conocido geográfica ni
culturalmente y no por su poca validez como patrimonio cultural, sino derivado de

14
la problemática de protección y vigilancia de las más de 20 hectáreas en que está
localizado el sitio arqueológico, y al interés y participación de la comunidad
indígena por contar con un sitio arqueológico y un espacio de preservación
natural, para disfrute de la propia comunidad, de los poblados vecinos y del
público en general lo que ha derivado en que Cuyuxquihui sea uno de los pocos
sitios arqueológicos abiertos al público en que no se cobra cuota de acceso y se
ha privilegiado el medio natural sobre el cultural.
La participación comunitaria es un factor importante para tomar en cuenta la
conservación y protección. Pues existe la relación de los habitantes no solo como
espectadores del desarrollo histórico de este pueblo prehispánico, sino también
como conservadores cercanos al patrimonio cultural como parte de su vida
cotidiana.
Así pues, esta investigación resulta relevante debido a la connotación de
conservar para proteger, en el marco de proporcionar al visitante seguridad en el
acceso, información científica accesible a todo público, plasmadas en cédulas
interpretativas, resultado de las investigaciones, así como permitir al visitante
acercarse a la naturaleza de uno de los pocos espacios protegidos física y
legalmente como áreas naturales que a la fecha existen en la región, además de
observar la arquitectura y el manejo del espacio en lugares, hasta ahora, no
abiertos al público.
Cabe mencionar que de acuerdo al capítulo I de la Ley Federal de
Monumentos y Zonas Arqueológicos, artísticos e Históricos de 1972, en el Artículo
2º se indica que “Es de utilidad pública, la investigación, conservación,
restauración y recuperación de los monumentos arqueológicos, artísticos e
históricos y de las zonas de monumentos”.
A pesar de que actualmente el sitio mantiene visitas constantes e interés
por un turismo nacional e internacional, el interés particular de la comunidad en la
conservación, protección y difusión del sitio les ha llevado a plantear el
establecimiento de una ruta de visita alterna con el disfrute del entorno natural, lo

15
cual conlleva a ubicar este proyecto, estas nuevas rutas de visita conjuntamente
con información relativa al sitio.
En la parte sur de la zona arqueológica denominada del juego de pelota,
encontramos este elemento arquitectónico prehispánico en un estado bueno de
conservación, aunque cubierto de tierra y vegetación. Esta estructura no ha sido
intervenida por lo que aún se ignoran aspectos relativos a su forma, sistema
constructivo, materiales empleados, e incluso función entre otros.
La restauración del juego de pelota, coadyuvará a mantener en buen estado
el área al ser un espacio abierto a la visita controlada en horarios ya establecidos
para todo el sitio, permitiendo disminuir los problemas de deterioro por visitas
irrestrictas y deterioros por causas naturales. Por lo que aportará una mejor
visualización del desarrollo cultural de esa ciudad prehispánica y elementos para
su protección legal.
Conjuntamente con la restauración del juego de pelota, el establecimiento
de rutas alternas de visita y la elaboración de cédulas informativas del sitio,
elementos arquitectónicos y el entorno, contribuirá a la mejor conservación,
protección y divulgación de la zona arqueológica vinculada a la protección y
conservación del medio.

Objetivos

El objetivo principal es:

 Presentar una propuesta para la restauración del juego de pelota del sitio
arqueológico de Cuyuxquihui, ubicado en el municipio de Papantla,
Veracruz, basada en la investigación necesaria para llevar a cabo la
intervención, y sustentada en la información recabada a la fecha
(levantamiento topográfico, fotográfico, arquitectónico, etcétera) y

16
siguiendo los principios mencionados en la Carta de Venecia de 1964 a
los cuales México está suscrito.
 Presentar una propuesta de difusión del asentamiento prehispánico:
senderos interpretativos, áreas de observación y descanso, cédulas
interpretativas e informativas, que permitan al visitante conocer mejor este
sitio y sumarse a la protección y conservación del mismo.

Los objetivos particulares son:

 Plantear la metodología y técnicas que serán propuestas al Consejo de


Arqueología para la restauración del juego de pelota de la zona
arqueológica de Cuyuxquihui.
 Establecer un acceso al público desde el área cívico-religiosa, así como
desde la comunidad de Cuyuxquihui hacía el juego de pelota, tomando en
cuenta el medio ambiente, su disfrute y protección.
 Realizar la redacción de cédulas de información que coadyuven a que el
visitante conozca la ciudad prehispánica de Cuyuxquihui y el entorno
natural.
 Analizar la forma de integración de la comunidad de Cuyuxquihui en el
patrimonio cultural como propuesta de acción para otros sitios.

Este trabajo práctico científico está estructurado en 9 capítulos. En la


introducción se presenta el planteamiento del problema, la justificación y objetivos
del trabajo.
El capítulo I aborda los antecedentes del sitio por parte de la comunidad de
Cuyuxquihui en su búsqueda de que fuese investigado.
En el capítulo II se integran datos sobre el sitio, tales como la ubicación
geográfica, accesos, etimología, hidrología, clima, flora, fauna, infraestructura de

17
servicios, así como información del municipio y la evolución demográfica en el
mismo.
El capítulo III remite a los antecedentes históricos y de investigación en el
sitio, la distribución y arquitectura, así como a los materiales arqueológicos
presentes en el sitio de acuerdo a la bibliografía existente hasta el momento.
El capítulo IV trata sobre el juego de pelota en Mesoamérica, en Veracruz y
al de Cuyuxquihui, objeto éste último de nuestro trabajo.
El marco teórico está comprendido en el capítulo V, en tanto que la
metodología es abordada en el capítulo VI en donde presentamos la propuesta de
proyecto, presupuesto, la intervención, el personal a contratar, material y
propuesta de conservación del juego de pelota de Cuyuxquihui.
La difusión está incluida en el capítulo VII donde se plantea el acceso
natural desde el área cívico religiosa hacía el juego de pelota y el acceso desde la
comunidad hacía el juego de pelota, además de presentar las cédulas informativas
propuestas para su inclusión en el recorrido.
Lo anterior condujo a plantear un capítulo VIII en el cual se perfila el sentido
social de la intervención en la zona arqueológica, tomando en cuenta que la
comunidad ha sido puntero en la apropiación del patrimonio cultural en el Estado
de Veracruz.
El capítulo IX comprende los comentarios finales. Al final de este trabajo se
indica la bibliografía empleada.
Las fotografías empleadas en el trabajo fueron tomadas y editadas por la
autora de esta tesis.

18
Capítulo I

ANTECEDENTES

José Cortés, Agente Municipal de Cuyuxquihui (comunicación personal: 2009)


menciona que; a principios del siglo XX los habitantes del ejido, concentrados en
la comunidad de Cuyuxquihui ya se encontraban en proceso de posesión de
tierras. En el año de 1925 se da la posesión definitiva de 1020 hectáreas,
asignadas a 85 personas que cumplieron con los requisitos. Con el paso del
tiempo surge la necesidad de beneficiar a otras 30 personas que no habían sido
contempladas en la plantilla de reparto, por lo que se solicita la ampliación de
terrenos laborales, en 1954 se obtiene una respuesta en la que se da la posesión
definitiva de otras 300 hectáreas que beneficiaron a 25 personas
aproximadamente.
El descubrimiento de montículos y estructuras arqueológica se da
casualmente en 1975, cuando un pequeño, quien acompaña a su padre a laborar
la parcela ejidal, cercana al juego de pelota, descubre una “pared” en medio del
monte, llama a su padre y éste, al siguiente día, se hace acompañar del profesor
de la localidad y buena parte de sus compañeros campesinos de Cuyuxquihui
quienes pronto habrían de desmontar parcialmente el sitio. Años más tarde, unos
ejidatarios de Cuyuxquihui, detectaron la presencia de personas ajenas a la
comunidad, que de manera clandestina llegaban a saquear esas tierras, pues a
escondidas realizaban excavaciones, destruyendo el sitio.
En 1978 solicitan, en un congreso indígena en Morelia, Michoacán, les sea
“reconstruido” el sitio arqueológico, lo cual vuelven a solicitar el siguiente año en
Oaxaca, durante otro congreso similar. En 1979, dirigen su petición a la
Universidad Veracruzana y es enviado el arqueólogo Juan Sánchez Bonilla a
atender esta petición, quien constata la existencia del sitio, aunque no se lleva a
cabo acción alguna para su investigación y/o conservación. En 1981 dirigen esta
petición, vía el Instituto Nacional Indigenista, asesorados por el antropólogo
Domingo García, al Instituto Nacional de Antropología e Historia quien, ese mismo
19
año, interviene en el Edificio I y se sientan las bases de participación comunitaria
bajo la dirección del arqueólogo J. Omar Ruíz Gordillo.
Durante el año de 1983, se logró el segundo apoyo por parte del INI, con el
que se continúan con los trabajos de restauración. Al concluirse este apoyo, ya se
contaba con un número considerable de piezas arqueológicas, lo cual conduce a
que, posteriormente, durante una asamblea general en la comunidad con la
presencia del arqueólogo responsable del proyecto de investigación y
conservación de la zona, uno de los puntos a resolver es el destino de las piezas
encontradas en dicho lugar. La gente de Cuyuxquihui llega al acuerdo de
conservarlas dentro de la comunidad y al mismo tiempo se compromete, al igual
que las autoridades locales, a construir un lugar para su exhibición, y con ello para
el año de 1984 se empieza la construcción de un “Museo comunitario Serafín
Olarte”, para el cual se emplearon materiales rústicos y propios de la región tales
como palma, tarro y troncos de árboles como soporte de museografía. Para 19855
se concluye dicho museo comunitario, siendo inaugurado el 20 de junio de 1985,
bajo la custodia y responsabilidad del Comité de Museo que, para tal acción
conformó el comité de Fomento y Desarrollo de las Culturas Autóctonas de
Cuyuxquihui, México, 1985.
En el año de 1990 se recibieron del Instituto Nacional Indigenista los últimos
apoyos económicos, insuficientes para dotar de total seguridad y manejo
museográfico al museo; no obstante es abierto al público. Su funcionamiento, bajo
la conducción del Comité de Ruinas se ve truncado en 1994 debido a que la
comunidad, toda, se enfrenta a problemas de deslinde de tierras con ejidos
vecinos y se lucha por la repartición equitativa de las mismas, degradándose las
relaciones cordiales en torno a un objetivo cultural, priorizando su atención
aquellas acciones que atentaban contra su patrimonio económico.
La participación de la comunidad, sienta precedente en el ámbito nacional;
en el año 1985 es distinguida con una mención honorífica del Premio Nacional

5
Comunicación personal, por la Custodio, Sra. Gregoria García; Cuyuxquihui, febrero 2010.

20
Francisco de la Maza por el Instituto Nacional de Antropología e Historia toda vez
que la participación de hombres y mujeres en la conservación del sitio
arqueológico sobrepasó el ámbito local y condujo a un reagrupamiento de toda la
población en torno a metas conjuntas, de tal manera que, a pocos años de
iniciados los trabajos, se observa un cambio en la comunidad de Cuyuxquihui:
reordenamiento de lotes, introducción de energía eléctrica, sentido de identidad
étnica con lo cual vuelven a ser formados grupos de danzantes, artesanos y, por
supuesto, continuar su participación en la protección ya no solo de las estructuras
prehispánicas sino del entorno natural, propiciando así un resurgimiento de la flora
y la fauna local que, hoy en día, constituye una reserva natural.

Cabe destacar algunos puntos sobre la comunidad.


 La presencia de una comunidad indígena en lo inherente a su patrimonio
cultural no es nuevo en la República Mexicana, sin embargo Cuyuxquihui
fue la primera comunidad indígena que se apropió de su herencia cultural y
le ha impulsado a estar presentes en el desarrollo cultural regional; por tal
empeño, les fue otorgado una mención honorífica del Premio Francisco de
la Maza, otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
 A partir de la conformación del Comité de Ruinas (1981) y posteriormente
el Comité de Museo (1985) la comunidad, toda, se agrupó en torno a
objetivos culturales que pronto rebasaron el ámbito local y les permitió
sumarse a otros objetivos, tales como obtener energía eléctrica,
telesecundaria, reordenamiento urbano, talleres de trabajo, entre otros
logros.

21
Capítulo II
EL SITIO

2.1 Ubicación geográfica


Cuyuxquihui es un pequeño asentamiento arqueológico del cual hoy en día, sus
límites, no han sido totalmente definidos, aun cuando la ficha de Registro
Arqueológico F14D7630002 de fecha 11 de enero de 1986 tiene indicada una
superficie de 20,218.90 metros cuadrados dentro de la cual se ubican un conjunto
de edificios entre ellos el juego de pelota.
Lo particular de este sitio es, por un lado su historia arqueológica, su
desarrollo cultural prehispánico y la apropiación que de ella hiciera la comunidad
indígena totonaca de Cuyuxquihui, y por otro la revaloración de su historia,
representada por un héroe local que da su apellido a la ciudad de Papantla:
Serafín Olarte, nacido en Cuyuxquihui.
El sitio arqueológico de Cuyuxquihui se sitúa en el valle de Tecolutla, en la
región totonaca, a 37 kilómetros al sureste de El Tajín, (figura 1) en las primeras
estribaciones de la Sierra Madre Oriental. Localizada en el municipio de Papantla,
Estado de Veracruz.
De acuerdo a la carta topografía F14D76 Cuyuxquihui se ubica en longitud
oeste 97º14´52´´ y latitud norte 20º17´00´´ a una altitud de 165 metros sobre el
nivel del mar, a partir de la plaza principal del asentamiento.

22
El Tajín

Figura 1. Localización del sitio arqueológico de Cuyuxquihui, a partir de la utilización de


mapa elaborado por el INEGI, México, 2009.

23
De acuerdo a la carta topográfica F14D76 editada por INEGI, el municipio
de Papantla tiene una superficie de 1,199.26 kilómetros cuadrados, lo cual
representa el 1.65 por ciento del total del Estado. Limita al norte con el municipio
de Cazones, al sur con el estado de Puebla, al este con Tecolutla y Gutiérrez
Zamora, al oeste con Poza Rica, Coatzintla y Espinal, al noreste con Tihuatlán y al
sureste con Martínez de la Torre (figura 2).
Políticamente el municipio de Papantla de Olarte6 se divide en 187
congregaciones, entre las más importantes se encuentran: Adolfo Ruiz Cortínez,
Arroyo Colorado, Belisario Domínguez, Tajín, Paso del Correo, El Cedro, La
Concha, Cuyuxquihui y Pueblillo.
A esta parte de Veracruz se le ha llamado Totonacapan, aludiendo a una de
las culturas prehispánicas más importantes que la habitaron y cuyos
descendientes viven en la actualidad, mayoritariamente, en este Estado. Al igual
que la Huasteca. La región es parte de la gran planicie costera del golfo. Por el
lado sur esta planicie se reduce en lo ancho y se observa un paisaje compuesto
por lomeríos, los cuales se hacen más numerosos y un poco más quebrados
conforme se localizan al poniente.
Cuyuxquihui está ubicado en un espacio que, hoy en día, constituye un
relicto natural en muchos kilómetros a la redonda; la visita al sitio no es
únicamente por su arquitectura o historia prehispánica sino por la asociación entre
el patrimonio cultural y natural que es posible observar solamente en pocos sitios.
En este contexto Cuyuxquihui es un asentamiento pequeño, carente de
espectacularidad arquitectónica, a la que estamos acostumbrados en sitios

6
La cabecera municipal del municipio de Papantla es la ciudad de Papantla de Olarte, la cual era
conocida durante la época colonial como Santa María de Papantla hasta el 20 de agosto de 1910
en que le es dada la categoría de ciudad y, a los pocos meses, el 20 de diciembre de ese año,
como justo homenaje, a la ciudad le es agregado el nombre de Olarte. Lo anterior fue bastante
inusual, aún tratándose de una ciudad mayoritariamente indígena pues, ese año era inicio de la
Revolución Mexicana y se le rendía tributo a un indígena totonaco, héroe de la independencia,
nacido en la comunidad de Cuyuxquihui, Papantla, Veracruz.

24
prehispánicos, sin embargo posee otras cualidades que la hacen singular a la
arqueología del estado de Veracruz.

Figura 2. Fotografía satelital de la ubicación y acceso a Cuyuxquihui; obtenida de Google,


agosto 16 de 2009. Sobresale el río Tecolutla en su transcurso de suroeste a este hacia
su desembocadura en la Barra de Tecolutla. Debido a la escala de la fotografía, no se
observan detalles del sitio arqueológico, aun cuando se perciben diferencias topográficas
respecto al lecho del rio.

25
2.2 Accesos al sitio

El acceso a la zona arqueológica de Cuyuxquihui, a partir de la ciudad de Papantla


(distante 110 km de la capital del Estado de Veracruz), por carretera asfaltada
que conduce hacía Agua Dulce y María de la Torre, hasta cruzar el puente sobre
el río Tecolutla (figura 3). De este punto se continúa por la carretera pavimentada
que conduce a Paso de Correo, comunidad en donde debe de abandonarse la vía
y proseguir por camino de terracería durante 1.5 kilómetros al poniente, hacía la
comunidad de La Reforma. A la vera del camino construido en la ladera del cerro
se encuentra una señal que le conduce al sitio monumental, sin embargo, a partir
del momento en que inicia el ascenso hacía el cerro es posible observar huellas
de la presencia del pueblo prehispánico manifestada a través de pequeñas
elevaciones, posiblemente de uso habitacional, así como abundantes restos
arqueológicos como fragmentos de cerámica, cuya presencia en las partes bajas
del cerro en que fue construido Cuyuxquihui, es posible que se deba a un proceso
de acarreo natural de materiales durante años.
Con la reciente pavimentación de la carretera que comunica Puente
Remolino con Paso del Correo, Joloapan, Guadalupe Insurgentes y Pueblillo,
entre otras comunidades del municipio de Papantla, se abrió una carretera
secundaria, recubierta con grava, que conduce a la comunidad de Cuyuxquihui.
Entre la comunidad y la zona arqueológica existen 2.89 kilómetros de senderos
que transitan por en medio de cultivos de vainilla, naranjales, bosques de cedros y
ahuacales para, finalmente, ingresar al sitio arqueológico por el juego de pelota en
el medio de un bosque subtropical perennifolio y de selva mediana perennifolia.
Este acceso es posible contemplarlo en la propuesta de proyectos de la
comunidad para la coadyuvancia de la conservación y difusión de la zona
arqueológica.

26
Figura 3. Detalle del acceso desde Paso del Correo a la zona arqueológica, sin escala,
imagen a partir de imagen satelital de Google.

27
2.3 Etimología

CUYUXQUIHUI es una palabra cuyo origen puede provenir de dos lenguas


diferentes que, a la vez coexistieron en algún momento no solo en el sitio sino en
toda la región: el totonaco y el nahua.
Si fuese de origen totonaco, como algunos investigadores así lo
consideran,7 entre ellos García Vidal y García García (1972) y Ruíz Gordillo (1987)
la palabra provendría entonces de Cuyu – armadillo y Quihui – madera, árbol.
En los trabajos de investigación han sido hallados objetos en lítica con la
representación de armadillos.
Sin embargo, también ha sido señalado, por Robelo (1920), que podría ser
un nombre cuyas raíces provendrían del nahua, toda vez que Cuyuxquihui “es de
origen y significación desconocida” por lo que esta palabra podría tener su origen
en Cucuxqui en una forma muy alterada; por lo que Cuyuxquihui significaría
entonces “Puto que padece”.
Esta última interpretación, no obstante que puede estar justificada por la
presencia azteca en la región de Papantla desde la segunda mitad del siglo XV,
cuando en ésta se hablaba el totonaco y el náhuatl, ésta última lengua debido a la
ocupación azteca por conquista de la Triple Alianza, la consideramos, en si misma
muy forzada y sin elementos que le proporcione sustento alguno.

7
Ruíz Gordillo J. Omar; comunicación personal, julio 27 de 2009, considera este origen como el
original, toda vez que en el sitio se encuentra un árbol cuya caparazón es semejante al de un
armadillo, además de que han sido hallados algunas esculturas con la representación de este
animal, abundante en el sitio.
28
2.4 Hidrografía y clima

Los suelos son regados por pequeños ríos que derivan del Tecolutla, el cual nace
en la Sierra de Puebla y descarga sus aguas en la barra del mismo nombre, así
como también el Rio Texistepec. Estos ríos son lentos lo cual los hace navegables
en algunos trechos. De hecho, la comunidad de Paso del Correo es un
asentamiento prehispánico y colonial, reminiscencia del paso de mercancías que,
venían desde la Sierra Norte de Puebla hacía la región de Papantla con rumbo a
la desembocadura del río Tecolutla. En la región existen arroyos tributarios como
el Tlahuanapa, Santa Águeda y Poza Verde.
En un plano más local, al interior del sitio se encuentran dos cuerpos de
agua: un manantial en la parte norte del sitio y otro al centro, un pequeño arroyo
cruza por el medio de la ciudad prehispánica, entre la zona nuclear y el juego de
pelota.
El clima regional (según la clasificación de Köppen) es tropical tipo
senegalés (AWA) con lluvias todo el año8, y la precipitación anual registrada para
esta zona es de 1000 mm cúbicos.
La temperatura varía de 9 a 40 ºC, con una media anual que oscila de 20ºC
a 25º. Las lluvias son abundantes9 en el verano y en los comienzos de otoño, así
como en el invierno por la influencia de los nortes que regularmente provocan
pocos daños.

8
Secretaría de Programación y Presupuesto, 1981.
9
Información proporcionada por el encargado de la estación meteorológica ubicada en Puente El
Remolino el 14 de agosto de 2009.
29
2.5. Suelos y geología

Por su parte la tierra de esta región es de tipo “feozem”, los cuales son
suelos con igual o mayor fertilidad que los vertisoles, ricos en materia orgánica,
de textura media, buen drenaje y ventilación en general que son, además, poco
profundos, casi siempre pedregosos y muy inestables, restringiendo por ello su
uso en la agricultura permanente, pudiéndose utilizar en el cultivo de pastos,
aunque se recomienda mantenerlos con vegetación permanente (Archivo Histórico
de localidades; INEGI, noviembre 3 de 2009).
En cuanto a su geología, los afloramientos más extensos corresponden a
rocas sedimentarias detríticas del Terciario, depositadas en la Cuenca Tampico-
Misantla. Las rocas más antiguas en esta región son las del Cretácico Superior, en
tanto que las más recientes son depósitos de suelos, formados por materiales
detríticos derivados de las rocas preexistentes (Archivo Histórico de localidades;
INEGI, noviembre 7 de 2009).

2.6 Flora y fauna

Si bien hasta algunas décadas antes la región del norte del Estado de Veracruz
podía considerarse una enorme extensión de aproximadamente seis mil kilómetros
cuadrados, con una planicie costera y pequeñas elevaciones, una observación
más detallada de ésta área permite identificar una vasta región donde el paisaje
alterna potreros de gran extensión, selva tropical, sabana arbórea en la cual
abundan los izotes (yucca elephantipes) y huizaches (Acacia farnesiana), así
como bóvedas vegetales espesas donde, normalmente, hay que abrir el camino
pasando debajo de árboles viejos de los cuales cuelgan majestuosamente los
paxtles (Bromeliaceaessp) (Archivo histórico de localidades; INEGI, 3 noviembre
2009).

30
Cuyuxquihui se localiza en la parte media de una montaña, dentro de una
pequeña cuenca exorreica, ocupada por lomeríos que descienden de nivel.
Aunque son pocas las zonas arqueológicas que cuentan con una extensa
vegetación, Cuyuxquihui mantiene por contraparte, ecosistemas en el que
coexisten un Bosque tipo Subtropical Perennifolio, formada por especies de
árboles como el jonote, laurel, palo mulato, cedro, con otros correspondientes a
Selva Mediana Subperennifolia en donde podemos observar ceiba, copalillo,
jaboncillo y algunas variedades de la familia de las leguminosas (tabla 1).
Si bien en las 20.218 hectáreas cohabitan libremente una flora y fauna rica,
abundante y variada, que se ha ido incrementando a partir de que este lugar se ha
vuelto un reducto de la antigua montaña, es notorio que hay una ausencia de un
inventario realizado por expertos.
Ruiz Gordillo (1987) menciona e identifica en la zona plantas silvestres que
se encuentran aunque no necesariamente de manera abundante:

31
Nombre Común Nombre científico
Anona de monte anona sclerodermaSaff; anonaceae
Barbasco Dioscorea composita Hemsl; Dioscoreáceas

Bejuco de agua Vitis tiliifolia HBK; Vitaceae


Capote, malanga Xanthosoma mexicanum Liebm; Araceae
Chicozapote Achras zapota L; sapotaceae
Guayabo volador terminalia amazonia Exell; Combretaceae
Hierba santa Piper auritum HBK; piperaceae
Morro Cresentia alata L; Bignoniacea
Ortiga, mala mujer Urera baccifera Gaud; Urticaceae
Palma real Sabal mexicana Mart; Palmaceae
Palo de agua Iresine arbuscula U1; amarantaceae
Pimienta Pimienta dioeca Merr; Myrtaceae
Platanillo Heliconia latisphata Benth; Musaceae

Sabino Taxodium mucronatum Ten; Taxodiaceae

Tabla 1. Plantas Silvestres (Ruiz, 1987).

Las plantas de cultivo son de suma importancia para el desarrollo de esta


región, entre ellas se encuentra la vainilla, planta conocida a nivel nacional y de
exportación a diferentes partes del mundo. Entre otras plantas además de la
vainilla, prolifera el aguacate, maíz, frijol, chile, entre otros (tabla 2) encontramos
las siguientes al interior de la zona arqueológica:

32
Nombre común Nombre científico

Ajo Allium sativum L; Liliaceae


Bambú Bambusa vulgaris Schard; Poaceae
Café Coffea arabica L; Rubiaceae
Calabaza Cucurbita pepo; L; Cucurbitaceae
Lima Citrus Limetta Risso; Rutaceae
Limón Citrus aurantifolia Swingle; Rutaceae
Mango Mangifera indica; L; Anacardiaceae
Naranja Citrus sinensis Osbeck; Rutaceae
Papaya Carica papaya L; Cariaceae
Plátano Musa paradisiaca L; Musaceae

Tabla 2. Plantas de Cultivo (Ruiz, 1987).

La fauna está compuesta por poblaciones de armadillos, conejos tejones,


mapaches, tlacuaches, liebres, coyotes, zorros, ardillas, palomas, codornices,
cuervos, gavilanes, loros, tucancillos, lo mismo que ciempiés, víboras de cascabel,
coralillo mazacuates y nauyacas (tabla 3).

33
En mamíferos y aves encontramos:

Nombre común Nombre científico


Ardilla Sciurus spec
Armadillo Dasypus novemcinctus Linn

Colibrí Familia de los Trochilidae


Chachalaca Ortalis vetula
Coyote Canis latrans
Faisán Crax rubra
Guajolote Agriocharis ocellata

Jabalí Tayassy angulatum

Mapache Procyon lotor hernandezi


Murciélago Desmodus rotundus

Paloma morada Columba flavisostris


Pato Anas
Pava de monte Orephasis derbianus o penelope purpurascens

Pihuí Crotophaga sulcirostris sulc


Tejón Nasua narica
Tigrillo Felis (togrinus) weidii
Tlacuache Didelphys mesoamericana
Tuza Orthogeomys
Venado Mazama (americana) sartorii
Zorillo Mephitis mocroura

Tabla 3. Mamíferos y aves de la región (Ruiz, 1987).

34
2.7 Infraestructura de servicios

El municipio de Papantla ha sido punto nodal hacía otros destinos turísticos debido
a la promoción, en los últimos años, internacional, que ha tenido el evento
denominado “Cumbre Tajín” que inició en 1999. A partir de entonces, Papantla ha
estado inmerso en distintos debates y discusiones en torno a quién es el
beneficiario de la existencia de una zona arqueológica como lo es Tajín. Han
sobresalido dos grandes grupos: los prestadores de servicios de Poza Rica y los
de Papantla. El pueblo indígena de la región de Papantla ha sido beneficiado en
cuanto a la creación, en los últimos años, de una universidad y distribución de
becas.
Sin embargo a la fecha, no han sido de utilidad para todos el turismo y sus
beneficios, pues se observa una ausencia total de planes y proyectos turísticos
que sean dirigidos no únicamente al Tajín, sino a otros sitios de interés natural y
cultural, como el mismo Cuyuxquihui, espacios ecológicos, festividades indígenas,
rutas alternativas de visitas para observación de aves, mariposas, orquídeas, entre
otras, y de actividades como senderismo, espeleología, etcétera.
La ciudad de Papantla cuenta con una débil infraestructura de servicios,
aunque el pequeño comercio es extenso, representado principalmente por dos
centros comerciales de posicionados en el ámbito nacional, cuatro
supermercados, farmacias, carnicerías, panaderías, entre otros. Los servicios
hoteleros son mínimos, contando en el municipio con seis hoteles, un motel y
nueve restaurantes.
El municipio recibe la señal de estaciones radiodifusoras de AM y FM,
también se recibe la señal de televisión y cuenta con televisión por cable. Así
mismo circulan medios impresos.
Se cuenta con servicio telefónico por marcación automática en la cabecera
y en 72 localidades, así como con telefonía rural; además 63 oficinas postales y
una de telégrafos. Cuenta con servicio de terminal de autotransporte de pasajeros
de primera y segunda clase.

35
El municipio tiene 118 Kilómetros de carretera asfaltada y aproximadamente
536 Kilómetros de carreteras de terracería transitables en todo tiempo, aunque la
calidad de algunas de ellas no sea buena, como la que comunica Papantla con la
playa de Tenextepec.
Cuyuxquihui por su parte mantiene aproximadamente 1.9 kilómetros de
camino de terracería, con pendientes y depresiones, el cual comunica con la
desviación a la carretera asfaltada Pueblillo - Paso del correo - Papantla, también
obtiene servicios básicos como energía eléctrica, señal de radio y televisión, agua
potable, además de servicio de educación preescolar, primaria, secundaria y tele
bachillerato.

2.8 Evolución demográfica en el municipio de Papantla

En el municipio de Papantla, cabecera municipal de Cuyuxquihui se


mantienen actualmente 38,293 hablantes de lengua indígena, 18,750 hombres y
19,543 mujeres, que representan el 24.24 % de la población municipal. La
principal lengua indígena es la totonaca (II conteo de Población y Vivienda del
2005).
En base a los resultados que presenta el II Conteo de Población y Vivienda
del 2005, el municipio cuenta con un total de 152,863 habitantes.
En cuanto a la religión, el municipio tiene, de una población de 135,384 habitantes
mayor de 5 años, las siguientes religiones: católica 111,521, evangélica 11,518,
otras 2,018 y ninguna 10,327.
En agricultura el municipio alcanza una superficie total de 145,592.746
hectáreas, de las que se siembran 78,984.055 hectáreas, en las 10,439 unidades
de producción. Los principales productos agrícolas en el municipio y la superficie
que se cosecha en las diversas hectáreas de cada uno de los productos es la
siguiente: maíz 19,700, frijol 592 y chile 133, naranja 9,765. En el municipio

36
existen 4,262 unidades de producción rural con actividad forestal, de las que 120
se dedican a productos maderables.
La ganadería tiene una superficie de 73,719 hectáreas, en donde se ubican
7,516 unidades de producción rural con actividad de cría y explotación de
animales. El 68% del territorio municipal es dedicado a la agricultura, un 11% a la
ganadería, un 13% a viviendas, un 4% al comercio y el 4% restante se destina a
oficinas y espacios públicos (Archivo Histórico de Localidades; INEGI, 20
Septiembre 2009).
De acuerdo al Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica
(SNIEG); las estadísticas generales que existen en el municipio de Papantla,
Veracruz desde el año de 1900 se tiene para la comunidad de Cuyuxquihui un
total de 233 habitantes, de los cuales corresponden 106 a hombres y 127 mujeres
(Censo Nacional, INEGI, 2005), para el último censo en la localidad de
Cuyuxquihui, en el año del 2005, la población fue de 613 habitantes, de éstos 316
son hombres y 297 mujeres. El total de viviendas es de 141, todas habitadas por
familias normalmente consistentes en padre, madre e hijos. De estas casas 110
cuentan con piso de tierra y 31 viviendas poseen piso firme, ya sea cemento,
madera o mosaico.

37
CAPITULO III

EL SITIO ARQUEOLOGICO

3.1 Antecedentes históricos

Durante el Clásico,10 el área del Golfo mantuvo estrecha relación con el resto de
Mesoamérica, prioritariamente con ciudades como Teotihuacan, pues de ésta se
exportaban valiosos bienes, aunado a su función como ciudad, tuvo una gran
importancia como paso comercial o como base de enclaves. Ejemplo de ellos
tenemos préstamos iconográficos como Huehueteotl (dios del fuego), elementos
arquitectónicos como el talud-tablero y talud invertido en buena parte del
Totonacapan septentrional en sitios como el Tajín, Paxil, Cempoala, y el propio
Cuyuxquihui (López Austin y López Luján: 1996).
En la historia del área del Golfo de México durante el periodo Posclásico
mesoamericano, fueron dos los pueblos que se destacaron históricamente en esta
parte del Estado de Veracruz: el huasteco y el totonaco.
Sobre el pueblo huasteco se considera que tenían una gran antigüedad en
el extremo norte del territorio.
Entre la multiplicidad étnica de las tierras de la costa hacia el posclásico,
hasta los años del 600 al 900, el hoy territorio Veracruzano fue ocupado por los
denominados totonacas y, solo después, según Melgarejo Vivanco (2008), lo
comenzaron a ocupar los Olmecas históricos.
Otros grupos culturales arribaron en épocas mucho más recientes. Algunos
de ellos, como los Otomíes y los Nahuas, de acuerdo a López Austin y López
Luján (1996) llegaron del Centro de México escapando de las turbulencias propias
que trajo el posclásico, tales como sequías, guerras, imposición de tributos, entre
otros.

10
Se debe mencionar que si bien el periodo clásico puede ubicarse entre el 200 y 900 d.C., ésta
puede variar en cada área cultural.

38
En un ámbito regional, de acuerdo a los estudios arqueológicos, se ha
concluido que tras la caída del Tajín, no surge ciudad alguna que desempeñe un
papel rector de tal dimensión en este territorio. De acuerdo a las investigaciones
en Tajín realizadas por Brüggemann (1995), recorrió las fechas a épocas más
tardías, al considerar que el florecimiento del sitio se dio entre los siglos VII y XII, y
que después de un siglo de decadencia, la ciudad fue abandonada.
Wilkerson, de acuerdo a López Austin y López Luján (1996), atribuye la
caída de Tajín a una intrusión de grupos extranjeros de distintas etnias;
posiblemente muchos de los sitios de la región habrían sido abandonados y así
llegaron a refugiarse en lugares fortificados dentro de las montañas.
Entre los asentamientos principales del llamado Totonacapan, en un mismo
horizonte cronológico o cercano con Cuyuxquihui se encuentran Cempoala, Paxil,
Oceloapan, Tuzapan, Idolos, Vega de la Peña, etcétera. En un contexto próximo
temporal y espacial inmediatamente posterior al Tajín, se observa el surgimiento
de algunos asentamientos como Cuyuxquihui, que retoman, sin ser continuidad
del Tajín, algunos elementos, entre ellos la greca.
Estas ciudades, y la probable sociedad totonaca que las habitó, fueron
hacia sus últimas épocas, fuertemente estratificadas y profundamente religiosa.
De tal manera que, a la llegada a la región de grupos venidos allende el mar, los
españoles encontraron dividido el territorio en una serie de pequeños señoríos
locales, casi todos ellos controlados por la Triple Alianza, de acuerdo a Ruiz
Gordillo (1987).
Existen algunos documentos, referencias escritas acerca de las
ocupaciones militaristas de la Triple Alianza en la Costa del Golfo en general.
Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1985) por ejemplo, explica que durante el gobierno
de Netzahualcóyotl se realizaron acciones bélicas contra Tolantzinco, y la sierra
de Totonacapan, por lo que, dada la presencia abrupta de materiales del altiplano
en los estratos culturales de Cuyuxquihui, ésta no debió ser la excepción, toda vez
que el desarrollo cultural de este sitio transcurrió en forma similar a la de otros
contemporáneos.

39
…. Pelearon con los nuestros como valientes guerreros y estuvieron
mas de media hora que los de a caballo y escopeteros y ballesteros y
los indios mexicanos no les podían hacer retraer ni apartar asi…. Una
cosa tenían estos indios: que ya que les llevaban de vencida, se
retornaban a rehacer y aguardaron tres veces en la pelea, lo cual pocas
veces se ha visto acaecer entre estas gentes… (Bernal Díaz del
Castillo: 1983).

De acuerdo a los materiales arqueológicos, se observa en Cuyuxquihui una


presencia de cerámicas totonacas y Huasteca, entre otros tipos el rojo, negro y
blanco sobre pasta fina crema, naranja fina, huaxteca negro sobre blanco,
huaxteca de pasta fina negra y rojo sobre blanco, naranja esgrafiado, roja con
banda al cuello, etcétera. Debemos hacen mención que, de acuerdo a Ruiz
(comunicación personal, 2010) los materiales arqueológicos presentes en el sitio
serán objeto de nuevo análisis, por lo que se indican únicamente como precedente
de su existencia.
Los materiales arqueológicos en niveles estratigráficos superiores
corresponden a formas y tipos del altiplano Central, a lo cual se une un cambio en
la forma y volumen de las construcciones, en un intento de consolidar mediante la
arquitectura la política de expansión y conquista de la Triple Alianza en 1465 d.C.
(Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlán) quienes, motivados por una estrategia de
dividir la Huasteca del Totonacapan, introducen una cuña cultural – militar en la
región, separando ambas regiones culturales.

3.2 Antecedentes de investigación en el sitio

Sobre este sitio hay investigaciones, principalmente de índole arqueológico, aun


cuando también se han realizado algunos estudios enfocados a la cuestión social
en las últimas décadas (Domingo García, comunicación personal, septiembre 26
de 2009). Referidos a un ámbito regional se cuenta con información sobre los
trabajos realizados por Ruíz Gordillo (1985).

40
La investigación de Cuyuxquihui inicia en la década de de los ochentas, y
durante estos últimos años han sido identificados otros asentamientos muy
cercanos como el de Paso del Correo, Reforma, Allende, Pueblillo, entre otros,
derivados de inspecciones y denuncias al INAH en su delegación Veracruz por
afectaciones a estructuras en tanto otros sitios han sido identificados durante
proyectos de investigación de acuerdo a Ruíz (1985, 1986, 2007). Algunos
asentamientos, como el de Tuzapan, remiten su arquitectura a la de Cuyuxquihui.
En la obra de Chavero (1980) hallamos la ilustración de un edificio similar al
edificio principal de Cuyuxquihui.
Sobresale por otro lado, en el aspecto social, la comunidad indígena
totonaca de Cuyuxquihui, quien se interesa por su patrimonio cultural, aunque con
ideas sesgadas hacía un falso aforo turístico a la zona arqueológica y la propia
comunidad.
Los habitantes de Cuyuxquihui, en el año de 1975, plantean ante el Consejo
Nacional de pueblos indígenas, celebrada en la ciudad de Pátzcuaro Michoacán,
el interés de que sea investigada y protegida la zona arqueológica que se
encuentra dentro de su ejido ya que: “veíamos como venían gente extraña a
excavar y llevarse lo que encontraban” (CFD, 1985).
En 1981 el instituto Nacional Indigenista les orienta y llevan a cabo la
solicitud hacia el Instituto Nacional de Antropología e Historia, iniciando así una
relación de trabajo en la cual se cristaliza un proyecto en ese mismo año, bajo la
dirección del arqueólogo Ruiz Gordillo y la participación de la comunidad en forma
de faenas, cercado, chapeo continuo, vigilancia, etcétera. Posteriormente, en el
año de 1983 se lleva a cabo otra temporada de campo en la cual se hace un
levantamiento topográfico del sitio, el primero que ahí se realiza, se consolidan
algunos elementos deteriorados y se obtienen datos significativos sobre la cultura
del grupo que habitó la zona arqueológica (Ruiz Gordillo, 1987). Como hemos
indicado anteriormente ésta es la primera investigación sobre la zona arqueológica
por lo cual esta es la fuente bibliográfica principal y más detallada para la
propuesta de restauración del juego de pelota ubicado en Cuyuxquihui.

41
En el año de 1985 plantean al INAH y al INI, la solicitud de asesoría para la
creación de un museo local que les permitía concentrar y exponer los objetos
arqueológicos e históricos, así como utilizar su propia historia como vínculo entre
su pasado y presente indígena (Ruiz Gordillo, 1987).
Durante asambleas en las que participan dichos institutos se va definiendo
lo que se deseaba expresar en el museo, lo cual finalmente, converge en la
construcción del local en la comunidad, cuyo diseño es propuesto y aceptado por
la comunidad quienes se avocan a su construcción.
El museo local, lleva el nombre de Serafín Olarte (héroe Independentista
nacido en Cuyuxquihui y cuya acción bélica se desarrolla en la región; el apellido
de este héroe acompaña al nombre de la ciudad: Papantla de Olarte) y fue
inaugurado el día 22 de junio de 1985, acto al que asistieron aproximadamente
1,500 personas y al cual se le dio amplia publicidad en un nivel regional (Ruiz
Gordillo, 1987).
Durante el año de 1985 se lleva acabo otra corta temporada de campo, la
3ª. En la que, al igual que las anteriores, el Instituto Nacional de Antropología e
Historia facilitó equipo de trabajo, personal y recursos económicos para el
desarrollo del mismo. Importante ha sido también el apoyo del Instituto Nacional
Indigenista a través de su centro coordinador Indigenista de Morgadal quienes ha
colaborado indistintamente al proporcionar recursos económicos y apoyos (Ruiz
Gordillo, 1987).
Para enero de 1986 dentro del proyecto enviado al Consejo de arqueología
se planteó la necesidad de realizar algunas excavaciones menores, pozos
estratigráficos en diversas partes del sitio que permitiera tener una idea de la
posible temporalidad ocupacional del sitio y detectar los cambios culturales del
mismo. Así pues se llevó a cabo la IV temporada de campo dirigida de igual
manera por el arqueólogo Ruiz Gordillo. Se contó con el apoyo de estudiantes de
arqueología de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, y del
maestro Juan Sánchez Bonilla, investigador del Instituto de Antropología de la
mencionada universidad.

42
Cabe resaltar la constante ayuda por parte de las instituciones del INI, INAH
y por supuesto de la misma comunidad de Cuyuxquihui para llevar a cabo la
investigación, conservación, protección y sobre todo, difusión de esta zona
arqueológica, entendida por la gente de la región como su patrimonio cultural. La
comunidad por su parte, desde 1981, destina un día de faena al mes para
mantenimiento de la zona arqueológica y habitualmente toman el sitio como área
de paseo y visitas escolares.
Durante estos años los resultados se hacen patentes en un levantamiento
topográfico del sitio, aunque parcial, al considerarse parte de la zona como
reserva ecológica; además de la consolidación de tres estructuras y elementos
arquitectónicos aislados, excavación de pozos estratigráficos que han ofrecido
mayor información sobre la cultura de Cuyuxquihui, descubrimiento de pintura
mural, etcétera, así como conferencias a un nivel básico en escuelas primarias en
la región, publicación de artículos sobre la importancia de la protección del
patrimonio cultural (Ruiz Gordillo, 1987).

3.3 Distribución del asentamiento y la arquitectura de Cuyuxquihui

La arquitectura de Cuyuxquihui posee elementos comunes a otros asentamientos


en la región, como Tuzapan,11 aun cuando difiere de otros como el Tajín, Paxil,
Yohualichan, etcétera. Entre los elementos arquitectónicos presentes en
Cuyuxquihui se advierte el empleo de volúmenes sólidos, normalmente de planta
cuadrada o rectangular, con un único acceso a la cima mediante escalinatas
delimitadas por el empleo de amplias alfardas que, en algunas ocasiones, son
rematadas por dados en la parte superior.

11
Tuzapan, en el Municipio de Coyutla, Veracruz, se encuentra a 40.72 km. A 283° de
Cuyuxquihui. Tuzapan, fue un importante asentamiento prehispánico, ubicado en la Mesa de León,
de difícil acceso, controlado y defendido por una muralla que rodea toda la ciudad. Se considera,
tentativamente, que surge hacía el 900 d.C.

43
Debemos de recordar que las investigaciones en Cuyuxquihui indican una
ocupación cercana al año 1200 d.C. posiblemente surgido después del abandono
de El Tajín. En tanto y, como posible respuesta a una hipótesis sobre el abandono
de Tajín debido a inundaciones (Ruiz Gordillo, comunicación personal, octubre de
2009), la gente que elige este espacio lo hace de acuerdo a las necesidades en
ese momento, aun cuando posteriormente a la elección del espacio, sea
ampliamente modificado mediante nivelaciones a partir de excavaciones hasta
lograr una superficie plana y utilizar ese mismo material para relleno, esto es,
terracear el espacio. Este sistema constructivo fue utilizado también en Tajín
Chico, en la zona arqueológica de Tajín, donde se observa una serie de
nivelaciones que van ascendiendo y conformado pequeñas plazas, unidas
mediante escalinatas que permiten ascender hasta la Plaza del Tajín Chico en
torno a la cual se encuentran varios edificios, y sirve a la vez para otra nivelación
que conduce hacía el Edificio de las Columnas.
De ahí que se advierta una diferencia de altura entre la zona norte y la zona
central del sitio, lo cual fue aprovechado para adecuar una serie de pequeñas
plazuelas, terrazas e inclusive un patio hundido en el cual desplantan pequeñas
plataformas habitacionales al noroeste del edificio principal.
De esta manera, la explanada sobre la cual se asentó parte del pueblo
prehispánico es de 25 hectáreas aproximadamente, con pequeños accidentes
topográficos que los constructores no supieron vencer, como lo es el arroyo entre
el juego de pelota y la zona nuclear. No obstante hubo un buen aprovechamiento
del espacio. Tiene una forma natural alargada en el eje mayor orientado norte-sur,
como muchos de los sitios prehispánicos conocidos hasta ahora, aunque en el
caso de Cuyuxquihui, fue derivado de la conformación de la explanada, esto se
observa en la poligonal del sitio (figura 4).
Se hace patente el aprovechamiento de las formaciones naturales, pues los
constructores se valieron de ello para modificarlo y adaptarlo a un mejor propósito
de ocupación para edificios ceremoniales, así como para lugares habitacionales,
entre otros usos. Aunque siempre regidos por cierta protección, en este caso

44
hacía el oriente que estuvo restringido la ampliación del asentamiento por la
presencia del acantilado que la limita. Hacía el poniente si bien es accesible por
una pendiente bastante inclinada, se llegan a detectar pequeñas elevaciones y
concentraciones de material arqueológico que indican actividad humana a lo largo
de la pendiente al poniente del asentamiento (figuras 5 y 6).
Los constructores eligieron el sitio para erigir su ciudad debido a esos
elementos naturales únicos en buena parte de la región, además de una cercanía
al río Tecolutla que les proporcionó un dominio visual de la llanura que riega el río
generando suelos ricos en nutrientes y aptos para la agricultura. No se debe
perder de vista las posibilidades defensivas debido al difícil acceso y el
aprovechamiento de la quebrada naturaleza por dos de sus lados, el oriente y
poniente.
Al interior del sitio se observa la presencia de varios manantiales a lo cual
aunaron diferentes obras hidráulicas, tales como pequeños muros que captaban el
agua de la plaza y la conducían hasta determinados lugares. Se encuentra
también un brocal, a la fecha destruida, del cual se obtenía agua hasta hace
algunos años.
La plaza principal es una nivelación delimitada por el acantilado al oriente,
por un muro en talud al norte y poniente y por una elevación natural hacia el sur; la
superficie aproximada de la plaza es de veinte y ocho mil metros cuadrados, en la
cual se localizan cinco edificios principales y pequeños elementos arquitectónicos,
entre ellos un altar circular, al centro de la plaza y otro al pie de la escalinata del
Edificio I.
En cuanto a sistemas constructivos, se advierte un empleo de diferentes
calidades en los materiales, sobresaliendo la diferencia en cuanto a su selección a
partir de un mismo tamaño y careado de la piedra, a las que se unió con
cementantes y después se recubrió con grueso estucado y, finalmente pintura.
El conjunto principal se encuentra en la parte más elevada del
asentamiento; en torno a una plaza se ubican cinco edificios cuya escalinata está
orientada hacia la plaza. El Edificio I o principal se encuentra del lado poniente y

45
su escalinata sobre el oriente, está aislado aunque en excavaciones realizadas en
torno a él se han hallado elementos menores como altares.
Los edificios tienen etapas constructivas anteriores y, durante los procesos
de restauración, siguiendo las normas firmadas por México en cuanto a la
restauración del patrimonio cultural, se han dejado “testigos” de las etapas
constructivas anteriores. A estos testigos se les llama también “ventanas
arqueológicas”.

Figura 4. Ubicación de la poligonal registrada sobre fotografía aérea obtenida por la


Compañía Mexicana de Aerofoto/1981; obra 2773 R2483 F4 000057 Escala 1:20000, de
estructuras arqueológicas, observando la mayor concentración de edificios en la parte
central en la cual la explanada es mayor de oriente a poniente y los edificios detectados
hasta la fecha al sur del asentamiento prehispánico.

46
Figura 5. Poligonal realizada por La Dirección de Registro de Monumentos y Zonas
Arqueológicos del INAH, México, 1986.

47
Figura 6. Detalle del levantamiento topográfico realizado en 1986.

48
Edificio principal o “I”

Es una estructura que por su volumen y ubicación fue denominado así, es un


macizo con cuatro cuerpos y un muro vertical de pequeño tamaño en su parte
superior a manera de tablero. Durante su ocupación, todo el edificio estuvo
recubierto de un grueso estuco y pintura, en la que el color predominante era el
rojo; se han hallado restos de esta tonalidad en las cuatro fachadas y la escalera,
donde se observa un color azul claro, semejante al tono que se observa en el
Edificio 3 del Tajín. En el estuco que aún perdura, se observa el azul que mucho
nos recuerdan las pinturas in situ del Edificio 3 del Tajín, tonalidad que está
presente también en los cubos que rematan las alfardas, aunque sumamente
erosionadas y por lo tanto, difíciles de observar por el público, toda vez que no se
permite el acceso a los edificios.
El edificio que se observa es un poco irregular debido a que en su
construcción los taludes no siguen un mismo grado de inclinación, ya que los
constructores usaron la anterior estructura para emplazar este núcleo. La función
de esta construcción debió ser la religiosa. Relacionados con el edificio se han
encontrado objetos de uso ritual, tales como un cuchillo de obsidiana expuesto
ahora en el museo Serafín Olarte de Cuyuxquihui, cerámica bastante elaborada y
fragmentos de tablillas realizadas en arcilla con la representación en relieve
Quetzalcóatl-Tlahuizcalpantecuhtli (Ruíz Gordillo y Bonilla Palmeros, 1991).
Este edificio fue intervenido en dos temporadas de campo bajo la dirección
del arqueólogo Ruiz Gordillo, pues surgió la necesidad de consolidar aquellos
elementos como escalinatas, remates de alfardas, entrecalles, piso superior en el
cual se reportó un enorme pozo de saqueo (figura 7). Actualmente este edificio ha
sido objeto de actos vandálicos en sus cuatro fachadas, en particular la fachada
oriente y poniente; el “grafiti” está presente en muchos edificios patrimoniales, y
Cuyuxquihui no es la excepción, donde, personas inconscientes del patrimonio
cultural y de lo que estos basamentos representan, atentan contra la cultura.

49
.
Figura 7. Fachada este del Edifico I ó Edificio Principal.

50
Edificio II o Sur

Ésta estructura la conforman tres cuerpos en talud sobrepuestos, con una


escalinata orientada al este. Es un edificio similar al Edificio I, con la diferencia en
el número de cuerpos y la variación en los materiales utilizados en su construcción
que es más deficiente. Hoy en día se encuentra más deteriorado que el resto de
edificaciones, debido a los continuos saqueos realizados en ella hasta la década
de los 80`s. Debió de estar recubierta de estuco aun cuando quedan ahora solo
pequeños fragmentos del mismo (Ruiz Gordillo, 1987).
Consta de tres cuerpos construidos con piedra laja, aunque sin carear,
denotando una menor calidad en su edificación; las piedras, irregulares en buena
medida, están unidas con tierra compacta, perdida en gran parte al disgregarse
por efectos del agua y la ausencia de estuco. En la parte superior se observa un
piso de grueso estuco cubriendo lo que posiblemente fueron las esquinas. Las
medidas obtenidas son por lo tanto aproximadas, toda vez que no ha sido
efectuada excavación alguna en su perímetro que pudiera arrojar dimensiones
exactas de la estructura, de oriente a poniente se tiene una longitud de 42 metros
en tanto que de norte y sur son de 27 metros, la altura es de 7 metros de la base o
arranque a la cima (figura 8).
Este edificio es de los más dañados, a pesar d estar mimetizado con el
medio. Cubierto por vegetación, la presencia de algunas especies de ortigas y la
presencia de animales venenosos, impiden normalmente las visitas irrestrictas.

51
Figura 8. Vista de la esquina noreste del Edificio II; este es uno de los edificios que más
deterioros presenta.

52
Edificio III

Este basamento fue intervenido durante la III temporada de campo (1985). El


edificio está ubicado en la parte sur de la plaza principal, es una plataforma
rectangular cuyo eje más largo es de oriente a poniente, por su parte oriente está
adosado posiblemente al cerro.
Este macizo rectangular tiene medidas de 34 metros de oriente a poniente y
21 metros de norte-sur; sin embargo las medidas no son exactas puesto que la
distancia oriente a poniente corresponde únicamente a parte del muro oeste que
hasta ahora se ha liberado, es decir, la estructura continúa hacia el oriente en una
distancia indeterminada, toda vez que la excavación implica el retiro de toneladas
de arena que la cubre (figura 9).
Debido a las diferentes etapas constructivas el edificio no es simétrico en
planta y altura; pues en altura se tiene un promedio de 2.15 metros en la esquina
oeste, tomado a partir del arranque de la plaza hasta la nivelación actual que se
hizo en base a testigos arquitectónicos localizados. De este edificio se puede
mencionar que tiene al menos tres etapas constructivas, siendo la primera, ó más
temprana, muy interesante por la presencia de pintura mural. La primera etapa es
una plataforma corrida con talud-tablero y una escalinata central integrada al plano
inclinado, es decir, los escalones no sobresalían del nivel del talud; así mismo,
todo el tablero se hallaba decorado con pintura sobre aplanado de estuco cuyos
motivos pictóricos, geométricos, representan círculos de color rojo de 1.20 de
diámetro. Como comentario al margen, en la zona arqueológica de Higueras, en el
municipio de Vega de Alatorre, se encuentra un fragmento de mural, el de las
abanderadas, con motivos similares.

53
Figura 9. Fachada norte del Edificio III; se observan tres etapas constructivas y la
presencia de pintura mural en forma de círculos en color rojo sobre el tablero corrido de
oriente a poniente del edificio original.

54
Una segunda etapa cubrió parcialmente la primera mediante la construcción
de tres escalinatas: una central que cubrió la original y dos más, una a cada
extremo de la fachada; con esta modificación en la cual las gradas sobresalen
ahora del nivel del talud es cubierta la escalinata central así como todo el tablero
y, por consiguiente los motivos pictóricos en una última etapa; a estas escalinatas
se les flanquea con alfardas y finalmente es cubierto todo el frente del talud -
tablero. Esta última etapa está relacionada con la presencia y ocupación de gente
venida del altiplano como lo demuestran los materiales arqueológicos analizados,
producto de la excavación del edificio (Ruiz Gordillo, 1987: 51) (figura 10).
En los aplanados de estuco se pueden observar una mala calidad de
materiales y sistemas constructivos. No se observa ya la búsqueda de materiales
careados, ahora lo que se busca es el volumen, modificar la fachada y caracterizar
una nueva etapa.

55
Figura 10. Etapas constructivas definidas tanto en su diseño arquitectónico como en el
tipo de acabado más burdo durante la tercera etapa de edificación.

56
Sobre la plataforma de este edificio se localiza un monolito el cual Ruíz
Gordillo considera que es un bloque que no llegó a ser utilizado o bien, si su
ubicación es en el centro, se trata de la base sobre la cual la población
representaba actos religiosos, dando una advocación de deidad a la piedra. Esto
resulta interesante, el que fueran, posiblemente, colocados aditamentos sobre el
monolito. Actualmente este bloque pétreo se encuentra reintegrado al lugar en que
fue hallado en excavación en 1985 (figura 11).

Figura 11. Monolito sobre el edificio III en el que no se ha hallado huella alguna de
grabado o pintura, sin embargo es posible que fuese la base sobre la cual se colocaban
aditamentos religiosos.

57
Edificio IV y V o Dos Unidos

A estos edificios se les nombra los “Dos Unidos” debido a que comparten un muro
de sillería en la parte posterior, la cual está adosada al Cerro Blanco. Los unidos
son edificios de tres cuerpos sobrepuestos que constan básicamente de los
mismos elementos arquitectónicos: talud – entrecalle – talud – entrecalle – talud –
tablero – piso superior (figuras 12 y 13). La altura de uno de ellos, el número V es
menor aunque ambos comparten similar técnica constructiva: núcleo de tierra
arenosa, revestimiento de piedra laja semicareada y en ocasiones roma,
recubrimiento de grueso estucado (Ruiz Gordillo, 1987).

Figura 12. Edificio IV, esta estructura yace ahora adosada al cerro como producto del
derrumbe del acantilado de arena sobre buena parte del asentamiento.

58
Figura 13. Edificio V, de forma y materiales similares al Edificio IV, comparten su
estructura en la base, no obstante, cada uno pareciera ser independiente de la otra
estructura.

A 400 metros al sur de la zona nuclear encontramos una plataforma


construida con piedra semicareada (la medida de cada bloque es de 30
centímetros de largo por 25 centímetros de ancho y 15 centímetros de espesor)
cuya altura promedio es de 1.15 metros, su eje ésta orientado con dirección NW-
SE y sus dimensiones son 17 metros de largo por 8 metros de ancho; en esta
estructura, curiosamente, no encontramos restos de estucado aun cuando el
estado de conservación de la estructura es bastante bueno debido quizá a su
ubicación en medio de una tupida vegetación; por otro lado ésta plataforma está
dentro de lo que se ha detectado como zona habitacional (Ruiz Gordillo, 1987).

59
En los límites al sur del asentamiento encontramos las últimas estructuras
de Cuyuxquihui, las cuales son un juego de pelota y un altar cercano; sobre el
juego de pelota únicamente mencionamos por el momento que se trata de un
elemento en forma de “I” latina o doble “T” cuya cancha mide 73 metros de largo
por 4 metros de ancho en su parte central, las dos cabeceras tiene un ancho de
10.5 metros, los muros que forman el juego de pelota tiene una altura vertical de
2.25 en promedio y son en forma de talud aunque bastante vertical (figuras 14, 15
y 16).

Como se había planteado con anterioridad, este edifico arquitectónico


ubicado aproximadamente a 800 metros de la zona nuclear, no ha sido intervenido
en las temporadas de campo realizadas, debido a ello se sabe muy poco de los
elementos arquitectónicos que la conforman: la cancha, dos plataformas y un altar
próximo. Aunado a ello, esta área del sitio arqueológico no está abierta al público,
aunque es ocasionalmente visitada por turismo de observación, principalmente
ornitológica.
A escasos 10 metros hacia el suroeste encontramos un pequeño montículo
de forma cuadrangular con dos esquinas visibles así como parte de un muro
vertical en el cual se detecta pintura mural; esta pintura es policroma y entre los
colores visibles destacan el rojo, azul y negro en forma de líneas que conforman
un “petatillo” o grecas estilizadas que recuerdan en gran parte las grecas que se
encuentran en estuco sobre el “túnel” de Tajín chico, en la zona arqueológica de
Tajín según Ruiz Gordillo (1987).

60
Figura 14. Juego de pelota. Vista central hacia la parte norte, actualmente se encuentra
cubierto de vegetación.

61
Figura 15. Juego de pelota, muro lateral de la parte oeste recubierto de materia orgánica.

62
Figura 16. Juego de pelota, parte superior del muro oeste.

Finalmente, Ruiz Gordillo menciona otros elementos que por su tamaño


ubicación y arquitectura han sido identificado como altares; desde la primera
temporada se detectaron dos: uno anexo al Edificio I, en su esquina sureste y el
cual es un macizo de planta cuadrangular de 2.50 metros de cada lado con una
altura de menos de 90 cm, desgraciadamente ha sido destruido en gran parte por
lo que se optó durante las excavaciones por consolidarlo y posteriormente cubrirlo
con tierra para en esa forma protegerlo por el momento en tanto se tienen
condiciones propicias para su liberación definitiva; de igual manera se prefirió
consolidar dos altares más localizados en excavación al centro de la plaza, uno es
sumamente interesante por su arquitectura ya que el citado investigador considera
que se trata de la representación arquitectónica de un Xicalcolhiuqui; este
63
elemento del cual se ha reconocido y consolidado hasta poco menos de 50
centímetros. Estuvo totalmente estucado aunque no presenta huellas de pintura; el
otro es un altar ubicado al centro de la plaza principal de forma cilíndrica bastante
bien conservado y con presencia de pigmentos rojos en superficie.
Después de mencionar el talud, es importante resaltar ese elemento
arquitectónico presente en la arquitectura del Altiplano Central, en el cual llama la
atención el empleo de una modalidad de tablero que parece haber surgido a
mediados del periodo Clásico.
A diferencia del modelo teotihuacano, el tablero totonaca suele presentarse
como una gruesa moldura saliente recortada en todo su desarrollo horizontal
mediante una sucesión de grecas escalonadas en fuerte relieve o, más
usualmente, de marcos rectangulares cuyos diversos planos remetidos- a manera
de “casetones” – van integrando nichos de mayor o menor profundidad. Además
una gruesa cornisa biselada (probable influencia de la arquitectura maya) corona
el cuerpo alargado del tablero, invirtiendo el ángulo del talud o cuerpo inclinado
del basamento, cuya proporción con respecto al tablero puede ser muy variable,
de acuerdo a Gendrop (1975).
En cuanto a la arquitectura no religiosa, entre ellas la habitacional, consiste,
básicamente en estructuras cuyos elementos son muy simples: pequeñas
plataformas con o sin acceso sobre las cuales se advierte un pequeño muro
perimetral sobre el cual debieron de apoyarse elementos perecederos como vigas,
palma, bambú para los muros, entre otros, en forma muy similar a como son
construidas todavía algunas casas en la región, incluyendo el botaguas rodeando
la casa y los muros de tarro para impedir que salpique al interior el agua que
resbala por los techos de palma. No se han observado pisos estucados en este
tipo de arquitectura.
El espacio normó otro tipo de construcciones, como la presencia de muros
que eran considerados como arquitectura defensiva, sin embargo las
exploraciones demostraron que, más allá de función bélica o defensa, los muros
que corren de sur a norte tienen una función contenedora de los niveles de tierra

64
que conformaron las terrazas, plataformas, plazas. Algunas de las cuales, merced
al trabajo agrícola actual, se han transformado en suaves pendientes. Es lógico
pensar que si los habitantes construyeron sobre un cerro, tenían el control visual
del valle, controlando los accesos al sitio.
Durante la exploración en diferentes épocas del año, no se han encontrado
indicadores de arquitectura militar en superficie, es decir, no se han detectado
nada que pudiera ser una construcción con fines militares. No existen datos que
indiquen algún tipo de guarniciones, plataformas elevadas o miradores, altos muro
que pudieran imposibilitar en un momento dado algún posible asalto, así como
tampoco fosos, silos que permitieran hacer acopio de granos en caso de ser
atacados y sitiados, como tampoco existen grandes superficies que permitan el
cultivo al interior del sitio, etcétera. Sin embargo, persiste la idea de no dejar a un
lado que no se ha excavado aun el asentamiento en forma extensiva para poder
asegurar la total inexistencia de construcciones militares, no obstante
arquitectónicamente no se hallan, hasta el momento, elementos arquitectónicos
asociados a fines militares.

3.4 Los materiales arqueológicos

La importancia que tiene el estudio de la cerámica en toda clase de


investigación arqueológica, es innegable y gracias a ella se han obtenido
resultados de gran valor. Esto se debe a la consistencia propia de la cerámica,
gracias a que este material no sufre cambios, ni deformaciones y son pocas
alteraciones que llega a presentar como erosión, perdida de pigmentos entre
otros, por lo que, de acuerdo a Noguera (1965) ésta, se conserva casi intacta y
prácticamente en iguales condiciones a cuando fue fabricado.
A pesar que los trabajos arqueológicos en Cuyuxquihui han sido realizados
a partir, en forma interrumpida, desde 1981, se tiene un conocimiento limitado de
los distintos materiales cerámicos presentes en el sitio. Los restos materiales de
65
los diversos asentamientos en la región hacen suponer que parte de ellos surgen
de las tradiciones cerámicas de El Tajín aun cuando el análisis de los materiales
arqueológicos ubican la fundación de Cuyuxquihui hacía el año 1200 d. C.
Durante la realización de la temporada 2011 del proyecto, en el cual se
incluirán los objetivos de esta tesis, el arqueólogo Ruíz Gordillo propondrá, por su
parte, una reinterpretación de los materiales arqueológicos a la luz de los
resultados de nuevas exploraciones en la región, por lo cual, en esta tesis se
incluye el apartado sobre materiales como mera referencia a lo que, hasta ahora,
se ha mencionado sobre este particular de Cuyuxquihui (Comunicación personal,
2010).
Hacia la parte norte del asentamiento se localiza un montículo bastante
destruido sin huellas de empleo de piedra y en el cual se han detectado restos
óseos diseminados en la superficie modificada debido al trabajo agrícola realizado
durante años por los campesinos; durante los recorridos al interior del sitio no se
detectaron en forma clara ninguna concentración de materiales arqueológicos y la
presencia de estos es escasa, reducidos a fragmentos de mano de metates,
fragmentos de navajillas prismáticas y cerámica fina de acuerdo a Ruiz Gordillo
(1987). Debe entenderse que la superficie relacionada con el abandono del
asentamiento yace bajo gruesa capa de arena producto del deslave del acantilado.
En la parte oeste del juego de pelota, a quizá 80 centímetros bajo el nivel
de este elemento arquitectónico solo se han encontrado huellas visibles de
ocupación debido a la abundante presencia de materiales cerámicos, líticos tales
como algunos fragmentos de metates, etcétera. Hacia el área que desciende del
asentamiento, aquella que se extiende hacia el poniente, sobre el río, presenta
materiales que se han identificado como de uso doméstico (Ruiz Gordillo, 1987).
Se han establecido tres grupos cerámicos principales con variantes
internas; como antecedentes debemos mencionar que no existen trabajos sobre
materiales de la región, salvo para sitios como Tajín.

66
Los 16 tipos cerámicos clasificados, fueron divididos en tres grupos
principales que son (tabla 4):

Grupo I Comprenden todas las cerámicas identificadas como de uso


ceremonial.
Grupo II Se han incluido en este grupo los tipos cerámicos cuyo uso
pudo ser ceremonial o bien, de uso domestico selecto.
Grupo III Este grupo aglutina a los tipos clasificados como de uso
domestico.

Tabla 4. Grupos cerámicos (Ruiz Gordillo, 1987).

67
Cada grupo estuvo formado de los siguientes tipos (tabla 5):

Grupo I Tipo I Rojo, negro y blanco sobre pasta fina crema


Tipo II Rojo y negro sobre pasta fina (azteca III)
Tipo III Naranja fina
Tipo IV Café rojizo sobre bayo
Tipo VI Rojo y naranja especular
Tipo VII Negro sobre naranja
Tipo IX Huaxteca negro sobre blanco
Tipo X Huaxteca de pasta fina negra y rojo sobre blanco
Tipo XIV Negro sobre rojo
Grupo II Tipo V Naranja esgrafiado
Tipo XI Naranja doméstico
Tipo XII Roja con banda al cuello
Grupo III Tipo VIII Cafetosa erosionada
Tipo XIII Crema burda
Tipo XV Café negruzca doméstica
Tipo XVI Naranja arenosa doméstica

Tabla 5. Tipos cerámicos de cada grupo (Ruiz Gordillo, 1987).

Cabe señalar que en Cuyuxquihui se encuentra también el destacado tipo


cerámico Naranja fina, identificado por Ruiz Gordillo de uso ceremonial,
agregándola al Grupo I.
En su libro “cerámicas del Totonacapan” Medellín Zenil (1955) reporta la
cerámica “Anaranjada fina” como una de las más importantes en la Isla de
sacrificios, pues cuenta con una variante “Anaranjada fina policroma”, ya que una
tiene decoración pintada y la otra no. Se caracterizan por su barro de color naranja
claro o rojizo, compacto sin desgrasante y bien pulido. Sus formas comunes son:
altos vasos cilíndricos sobre soporte de pedestal; vasijas piriformes trípodes,
copas de silueta compuesta sobre altos soportes de pedestal, ollitas globulares de
alto cuello, ollitas con decoración grabada y modelada generalmente zoomorfa y
cajetes de formas simples.

68
La cerámica Anaranjada fina policroma, según Medellín Zenil (1955) está
representado por vasos cilíndricos en general, copas con soporte de pedestal y
cajetes trípodes. Los motivos decorativos están pintados en color blanco y sus
contornos los remarcan gruesas líneas negras y rojas.
La cerámica negro sobre anaranjado en todos los casos se trata de platos
profundos semiplanos con paredes levantadas convexas que tiene un adorno
convencional negro sobre anaranjado que sirve para hacer sobresalir el dibujo.
Esta cerámica ha sido también localizada en Morelos-Paxil, localidad del municipio
de Misantla, Veracruz de acuerdo a García Payón (1947) y Ruíz Gordillo (1992).
Marquina (1951) menciona que para la segunda fase de El Tajín,
lógicamente correspondientes a los estratos medios, se reflejan rasgos
teotihuacanos tan marcados como en la primera etapa del sitio pero ya con una
tendencia hacia una propia evolución y vigorosa con la influencia de la cultura
Huaxteca como lo demuestran las excavaciones de Ekholm y Du Solier en
Pánuco, en donde existen tipos cerámicos de color negro con decoración
esgrafiada o inciso muy semejante a la cerámica existente de Tajín.

Hacia finales de la ocupación de Cuyuxquihui encontramos una fuerte


presencia de la cultura Azteca en el sitio, manifestada lo mismo en la arquitectura
que en materiales cerámicos, aunque encontramos también la presencia no
menos importante, de la cultura Huaxteca, reflejada en los materiales
identificados, sobre todos los que se denominan como típicos del periodo Pánuco
VI (Ruiz Gordillo, 1987), los cuales (Ramírez Castilla: 2003) describe que es
cerámica elaborada con gran calidad y rica decoración geométrica pintada sobre
un fondo crema o blanco, con colores negro, café o rojo, o la combinación de los
mismos.
La cerámica Huasteca también fue peculiar. Continúo estilos locales
caracterizados, destacando los colores crema, negro y blanco sobre guinda, y
negro sobre crema o sobre blanco, siendo estas últimas muy populares en el
Posclásico tardío (López Austin y López Luján, 1996).

69
Como parte del desarrollo de Cuyuxquihui analizaremos su relación con El
Tajín como centro rector de esta área, toda vez que alguna cerámica reportada
para Cuyuxquihui la encontramos en El Tajín. El estudio de la cerámica de El
Tajín se inicia en 1937, cuando W. Du Solier realiza las primeras excavaciones
estratigráficas para intentar hacer una reconstrucción de la cronología del sitio a
través de la cerámica (Lira, 1990). Trabajos y excavaciones continuaron con
diferentes investigadores.
Para el año de 1984 la Dra. Yamile Lira realiza excavaciones estratigráficas
y clasificación de la cerámica dentro del “Proyecto Tajín”, y divide en 4 grupos
cerámicos. Lo que conduce a establecer y/o proponer una cronología cerámica.
De esta manera queda entendido el inicio y caída de El Tajín (800-900 d.C. al 900-
1200 d.C.) lo cual; fue relativamente corto. De manera generalizada la
manufactura de la cerámica se tiene de la siguiente manera (tabla 6):

70
Cronología cerámica Tipos cerámicos

Clásico tardío  Anaranjada-rojiza pulida, de grano medio


 “Naranja fina” erosionada
 “Naranja fina”

 Café burda
 Negruzca burda
 Rojiza arenosa, burda
 Baño blanco, burda
 Rojo sobre crema o blanco, burda

Clásico tardío - Posclásico  Café rojiza, pintada domestica, burda

temprano  Bandas ásperas burda


 Bandas ásperas
 Negro sobre crema, granulosa, burda
 Rastreado o escobillado, burda
 Negro y rojo sobre engobe blanco, burda

 Café- negruzca granulosa, burda


 Café grisácea granulosa, burda
 Engobe naranja, burda
Posclásico temprano  Negro sobre crema, fina
 Negro sobre crema, fina “Quiahuiztlan”
 Rojo sobre crema, fina
 Marfil fina
 Negro, guinda, naranja, fina, cono sin incisiones:
“Tres picos”
 Negra sobre rojo, fina
 “Naranja fina”, granulosa
 Metálica con baño rojo o negro, fina

Tabla 6. Lista de materiales arqueológicos identificados en El Tajín por la Dra. Lira en el


año de 1984; en el “Proyecto Tajín”.

71
En este sentido podemos decir que, de las pastas existentes, entre estas las finas,
domésticas y burdas en El Tajín, posiblemente coincidan con algunas de
Cuyuxquihui, tales como: Rojo, negro y blanco fina sobre crema, naranja fina,
negro sobre rojo y café-negruzca entre otras, pues varia en el “nombre” o
“terminología” que el investigador le dé.

Por su parte la lítica localizada en Cuyuxquihui en los anteriores trabajos de


campo, Ruiz Gordillo reporta que la totalidad de los objetos encontrados, cuchillos,
navajillas y buriles, tanto en superficie como en excavación fueron objetos
terminados, es decir; no se hallaron piezas inconclusas o en proceso, aun cuando
si se encontraron fragmentadas.

72
CAPITULO IV

EL JUEGO DE PELOTA EN MESOAMERICA Y VERACRUZ

4.1 El juego de pelota en Mesoamérica

El juego de pelota es uno de los elementos culturales más interesantes y


sobresalientes de Mesoamérica. La presencia de elementos arquitectónicos
asociados a este evento en gran número de asentamientos prehispánicos, aunado
a la espectacularidad de varios de ellos, como el de Chichén Itzá y algunos del
Tajín, principalmente el Juego de Pelota Sur, a través de sus relieves, permiten
asomarnos al estudio de esta actividad y su vinculación religiosa.
Este juego, de acuerdo a Ladrón de Guevara (2000) llevaba implícito
asociaciones mitológicas, religiosas y filosóficas, así como sus relaciones con la
guerra sagrada, la política y la resolución de conflictos diversos. Es por ello que se
piensa, tenía una esencia cósmica, se le relacionaba con el movimiento solar y
con el movimiento del universo; con la finalidad de que todo el cosmos siguiera su
curso. Se cree que dicho movimiento era representado con la ayuda de la pelota
con capacidad de rebotar, la cual era de hule endurecido, obtenido de la savia de
una higuera.
A pesar de que existen estudios sobre el juego de pelota mesoamericano,
considero que no es posible todavía entender la función total de este elemento
que debió de rebasar el carácter lúdico del mismo y tener connotaciones
ceremoniales.
Su relación social y religiosa sigue siendo un hiatus en el conocimiento
antropológico que, poco a poco se ha ido recuperando pero del cual falta mucho
por conocer.
En este apartado se tratará de dar una visión del juego de pelota en las
culturas de Veracruz y particularmente referirnos al de Cuyuxquihui.
Son muchas las preguntas acerca de este juego, una de ellas es conocer el
origen del mismo, su presencia en Mesoamérica. Hasta la fecha no se tienen
evidencias concretas de la práctica del juego de pelota, pues lo que se sabe es
73
por las crónicas históricas dejadas por los conquistadores. La arquitectura y
representaciones en relieve ocasionalmente presente en ellos no permiten sino
aventurar hipótesis sobre la forma, reglas, número de contendientes, su carácter
siempre ritual u ocasional, entre otras cuestiones.
La invención del juego de pelota se atribuye a los olmecas, los de la región
del hule, allá por el año 1300 a.C; sin duda, como resultado de su quehacer
religioso, y no por la intención primera de crear un deporte según Macazaga
(1982).
Se piensa que los inicios de la construcción de juegos de pelota por lo
menos en el área central de México corresponden al periodo Formativo Tardío,
siendo el estado de Puebla donde se han localizado los más tempranos. Beristaín
(1992) hace mención que de las 327 estructuras reportadas por Taladoire en 1981
para la Republica Mexicana, 33 precisamente proceden del Estado de Puebla,
casi la mitad de las 75 reportadas en el Altiplano Central.
En este trabajo no intentamos indagar en el origen sino contar con un
panorama, un conocimiento general del juego de pelota en Mesoamérica, que nos
lleve a conocer sus características principales e intervenir con mayor conocimiento
en el juego de pelota de Cuyuxquihui.
Las primeras descripciones del “Juego” las tenemos, a través de las
crónicas de la conquista. Nos limitaremos a citar a Durán (1967) por considerarlo
el más detallado:

Era un locar largo de á cien y de á doscientos piés y a los cabos tenía


rincones cuadrados. Se edificaban en todas las ciudades y pueblos de
algún altura y eran galanas cercas y bien labradas, con las partes
interiores lisas y encaladas y pintadas en ellas efigies de ídolos y de los
dioses á quien el juego estaba dedicado. Según los pueblos, eran estos
juegos mayores ó mejores labrados, pero siempre en la misma figura,
con un espacio más largo y más angosto en medio, y á los extremos
otros más pequeños y más anchos en donde estaban los jugadores

74
para impedir que la pelota cayese allí y el juego se perdiese. Por
superstición plantaban por fuera del tlachtli palmas silvestres y ciertos
árboles que dan unos coloridos y todas las paredes a la redonda tenían
almenas o ídolos de piedra, puestos á trechos, y lo alto de ellas, se
henchía de gente para ver el juego. En medio de estas paredes se
ponían dos discos de piedra agujereados, el uno frente al otro, y servía
uno de ellos para los jugadores de una banda y el otro para los
jugadores de la opuesta, pues los que primero metían la pelota por su
disco ganaba el juego. En el suelo y debajo de las dos piedras, había
una raya negra ó verde hecha con ciertas hierbas y de esa raya había
de pasar siempre la pelota.

Según los cronistas a este juego de pelota se le denominaba de diferentes


maneras, Motolinía (1971) menciona que; Tlachtli y Olamalistli era para los del
Altiplano y las regiones de lengua náhuatl. En la zona maya, le llaman a este juego
Kik, Olum, Chic o Quiq. Este juego de pelota se extendió por toda Mesoamérica,
(Mangino, 1990) hace referencia que para el estado de Sinaloa le llamaban
“Ulama de brazo” y “Ulama de de cadera” según sea la modalidad con que se
juega hoy en día.
La forma de las canchas del juego de pelota, a lo largo de toda
Mesoamérica es muy similar; aunque tiene pequeñas modificaciones estructurales
dependiendo no sólo de la región, sino también del periodo arquitectónico, del que
fueron construidas. En general todas las canchas de Mesoamérica tienen la forma
de “I” y de doble “T” en los extremos se pueden encontrar grandes anillos por los
cuales tenía que atravesar la pelota, como el juego de pelota de Xochicalco,
aunque no es la regla en todos los juegos de pelota.

75
El padre dominico Diego Durán (1967) quien vivió en la Nueva España
entre los años 1545 al 1588 describió las canchas en esta manera:

“La altura de las paredes eran entre dos y tres metros y medio de alto,
extendiéndose alrededor. Por las costumbres nativas, plantaban palmas
y árboles que soltaban semilla roja, cual madera era suave y ligera, las
paredes del rededor eran decoradas con murales o estatuas de piedra.
La cancha se llenaba la arena cuando jugaban los reyes”.

En Chichén Itzá se encuentra la cancha más grande hasta ahora localizada


en toda Mesoamérica, pues las medidas variaban de asentamiento en que se
practicara, regularmente oscilan entre los 30 y 60 metros de largo y los 9 y 14 de
ancho a excepción del encontrado en Chichén Itzá en Yucatán con 168 metros de
largo x 70 metros de ancho aproximadamente. La disposición de la cancha era
entre dos muros, (verticales o con su paramento inclinado, dependiendo de la
variante del juego y la importancia de la cancha).
Por los datos arqueológicos, históricos y etnográficos se sabe que hubo
diferentes formas de jugar a los pelota e igualmente distintos propósitos. De
acuerdo a los informes hasta hora revisados podríamos pensar en cuatro formas
de jugar a la pelota:

1.- Con las manos. No se sabe cuántas personas jugaban ni cómo lo


hacían, pero si es factible pensar por ejemplo en Dainzú Oaxaca, el hallazgo de
relieves en piedra muestra claramente esta actividad. Las lápidas estaban
colocadas al pie del montículo principal (conjunto A). En dichos grabados hay
representaciones de seres humanos en actitudes dinámicas, con guantes,
mascaras y atavíos especiales, que llevan en la mano una pelota de la dimensión
de un puño (Beristaín; 1992) menciona que el análisis formal de los personajes
representados nos muestra la presencia de un “guante” que sirve de protección al
antebrazo, con el cual se tomaba, golpeaba o lanzaba la pelota. No es casualidad

76
que en la actualidad en la comunidad de Suchilquitongo Oaxaca se siga
practicando el juego de pelota de esta forma.

“Pues si ver jugar a la pelota con las manos a los de la nuestra nación nos da
tanto contento y espanto de ver la destreza y ligereza con que algunos la
juegan…” Duran, (1967).

Debe pensarse de igual manera que posiblemente el guante se utilizó como


protección al momento de que la pelota estuviera muy abajo y con las manos se
apoyaban en el suelo a manera de volver a levantarla con alguna otra parte del
cuerpo.

2.- Con bastón, mazo o palo, fue otra forma de jugar –el bastón como
prolongación del brazo- para golpear la pelota. Se han localizado objetos tallados
en basalto y otras piedras duras en forma de media luna, conocidos como
“yuguitos” que probablemente hayan servido para golpear la pelota al estar atados
en la mano empuñada de los jugadores. Estos objetos originalmente pudieron
haber sido de madera o cuero, y aun cuando no está muy definida su área de
distribución, si se sabe de su existencia.
No es casualidad que en la actualidad pueda observarse esta actividad
jugada con un palo. Pues este interesante juego se practica en el actual Estado de
Sinaloa (Villa Unión, El Habal, El Chilillo, La Palma, Puerto de las Canoas) de tal
manera que conserva uno de los rasgos más originales del juego de pelota
prehispánico (Víctor Inzú 1994).

3.-Golpeándole con el pie; esta modalidad está menos documentada, pero


no se puede negar en vista de que, por lo menos en Teotihuacán, dentro del
palacio de Tepantitla y dentro del mismo mural, aparece un personaje que golpea
la pelota con el pie. No es remoto que esta práctica fuera común, pero en este
momento se ignora sobre este particular.

77
4.- Con las caderas; esta es la forma mejor documentada y seguramente la
más popular, en que se realizaba golpeando la pelota. Después de lo revisado en
las fuentes escritas, iconografía, y demás podemos mencionar que la pelota podía
pegársele con cualquier parte del cuerpo, sea rodillas, pies, manos, espalda,
etcétera; más sin embargo la única parte del cuerpo con la que podía anotársele o
cruzarla por aquellos anotadores, eran con las caderas.

Había quien lo jugase con un cabo a otro, sin hacer falta ninguna, solo
con las asentaderas, sin que pudiese llegar a ella con la mano, ni pie, ni
con pantorrilla ni brazo, estando tan sobre aviso, así los de una parte,
como los de la otra, para no dejarla parar, que era cosa maravillosa …
(Duran,1967).

Hasta ahora es sabido que, en la entrada o salida, si el balón pasaba de las


paredes laterales, se consideraba fuera de lugar. Las paredes estaban cubiertas
de estuco, también el piso. En la parte más alta se encontraban dos aros, uno en
cada pared. En el juego existían muchas reglas, pues más que las investigaciones
arqueológicas debemos tomar en cuenta las crónicas, debido a que
científicamente no se podría comprobar con exactitud las reglas del juego, y
aunque hasta ahora se sabe que éstas cambiaban según las regiones donde se
practicaba, recurrimos a las descripciones históricas de Durán (1867):

De la raya había de pasar siempre la pelota: donde no, perdían, porque


aunque la pelota viniese rodando por el suelo, como lo hubiese dado
con las asentaderas, o con la rodilla, como pasase de la raya, dos
dedos que fuesen, no era falta; sino pasaba lo era.

78
Se habla mucho de las reglas o advertencias, pero realmente solo podemos
basarnos en las fuentes escritas, al respecto López Austin (1967) escribe: “el
juego consistía en arrojar la pelota tratando de que está rebasara la pared
del tlachtli o cancha, que pegara en la pared contraria, que los adversarios
perdieran el bote y cesara así el movimiento de la bola”.

Por su parte Sahagún (1969) menciona que:


“Eran tamañas como unas grandes bolas de jugar a los bolos, eran macizas, de
una cierta resina o goma… que es muy liviana y salta como pelota de viento”

Continuando con las crónicas, sabemos que las pelotas con las que se
ayudaban eran de hule, obtenido de un árbol el cual fue descrito por Clavijero
(1979) de la siguiente manera:

“es un árbol de competente altura, cuyo tronco es grande, liso y su fruto


amarillo, redondo y estrellado, que se da pegado a la corteza de las
ramas y contiene una almendra blanca, de la magnitud de una avellana,
cubierta de una telilla algo amarillo y de gusto amargo. Dáse esta árbol
en las tierras calientes, como Ihualapan y Mecatlan, ye s común en el
reino de Guatemala. En michuacan hay un árbol que los tarascos
llaman tarantaqua, de la misma especie que el olcuáhuitl, pero diferente
en las hojas”.

Hoy sabemos que este Ulcuáhuitl de los nahuas o árbol del hule,
corresponde a las Castilla elástica Cerv., especie nativa de lugares húmedos que
no sobrepasan la altitud de 600 metros msnm, principalmente en los estados de
Campeche, Chiapas, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla,
Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán
(Macazaga,1985), se puede constatar que efectivamente hablamos en su mayoría

79
de Estados de tierras calientes con vegetación abundante y tierras sumamente
fértiles.
El juego de pelota parece indicar que concluía con un sacrificio humano, lo
que no se sabe es si el sacrificio era para el ganador o el perdedor; lo cual más
que un sacrificio puede considerarse que representaba un honor rendir muerte
para sus dioses y así proveerlos de sangre. Al decir de quien ganaba y quien
perdía, de los “castigos” o “ganancias”, a través de las crónicas escritas se cree
que estas culturas practicaban el sacrifico humano a quien ganaba.
Así pues, uno de los elementos sustanciales de mayor trascendencia dentro
del juego de pelota, empleado hasta el siglo XVI, fue el sacrificio por decapitación.
O degollamiento como parece observarse en el tablero noreste del Juego de
Pelota Sur del Tajín. Así lo muestran escenas de los relieves que se encuentran
en edificios del juego de pelota en diversas regiones del México prehispánico, al
igual que las pinturas de los códices y las tradiciones recogidas en los textos
(Castro-Leal, 1992).
La iconografía de cada cultura presenta variantes también, pero existe una
unidad que da al juego cierto significado esencial en Mesoamérica, por ejemplo,
de las representaciones pictóricas y talladas se tiene que, en el Altiplano,
concretamente en Teotihuacán están representados en los murales de Tepantitla,
personajes golpeando la pelota con garrote o inclusive pateándola; muchas han
sido las explicaciones que a lo largo de la historia se ha dado a esta práctica, la
realidad es que aparece en la totalidad de las culturas del México prehispánico; ya
sea en códices, edificios y tradiciones orales o escritas.

Para los pueblos mesoamericanos, el movimiento de los astros y en


particular del sol era determinante para estructurar su imagen del universo. En
base a ello definían la orientación de sus templos y arquitectura en general, siendo
así que, el juego de pelota tenía por lo menos un sentido ritual, político y una
orientación. En cuanto a su significación religiosa, hasta ahora se piensa que el
juego de pelota se identificaba como un templo sagrado en el cual personificaban

80
la lucha de contrarios, el movimiento solar, lo vinculan con el sostenimiento del
cosmos a través del sacrificio, la vida y la muerte.

4.2 El juego de pelota en Veracruz

Del juego de pelota en Veracruz resulta complicado confirmar su origen,


pues aun no se sabe si fueron los Olmecas los primeros en realizar esta práctica
religiosa. Coe y Dhiel (1980) y Francisco Beverido (1970), en sus trabajos sobre
San Lorenzo, Veracruz plasmados en el libro El juego de pelota en Mesoamérica
bajo la coordinación de Uriarte (1992) plantearon la posible existencia de un juego
de pelota en los edificios que llamaron “La Palangana”. También consideraron que
algunas figurillas de barro, adornadas con barbiquejos y aditamentos en las
caderas, piernas y brazos, pudieran representar a jugadores de pelota. Ortiz,
Rodríguez y Delgado (1992) sugieren acerca del monumento 14 que representa
un personaje hincado sobre una rodilla y sin brazos, los cuales al parecer
estuvieron articulados.
Según Brüggeman (1992) El Tajín es uno de los lugares prehispánicos que
más juegos de pelota registrados tiene. Los cuales, varían en tamaño, orientación
y relación con los otros edificios del contexto urbano. Casi todos pertenecen al
área urbana de gestación cívica y religiosa, es decir, al espacio en el cual se
integraban las actividades socio-políticas y en el que confluían todos los
segmentos de población del señorío principal y los dependientes de él.
La importancia que tenía el Juego de Pelota, para los habitantes del
Totonacapan durante el Clásico en Mesoamérica queda reflejado por las
numerosas canchas, pues no se trataba únicamente de un juego, sino de una
actividad que formó parte de una ceremonia mucho más amplia como se
mencionaba en el capitulo anterior.
Se hace referencia al Tajín por ser el centro rector de las culturas
prominentes de la costa del Golfo, y una de las más estudiadas; por ejemplo, se
han explorado hasta el momento 17 canchas de juego de pelota, la mayoría de
81
ellas relacionada con la parte central del sitio; no obstante encontramos algunas
estructuras de este tipo cerca de plazas y arroyos, lo mismo que dos de ellas al
interior de otra gran estructura del Tajín: la Gran Xicalcoliuhqui.
En general, en Tajín las canchas del juego de pelota son de planta en forma
de I (figura 17) en donde las estructuras que la delimitan son gemelas, paralelas,
de planta rectangular y paramentos rectos sobre las que se halla un talud de
suave pendiente que seguramente servía para que la pelota regresara al centro de
la cancha (Ladrón de Guevara, 1999).
El juego de pelota sur del Tajín, es una excepción en cuanto que no
presenta el talud como característica arquitectónica de las demás canchas, pues
éste es un patio rectangular limitado por muros verticales, uno de los cuales está
adosado al lado sur de este monumento, disposición semejante a la que se halla
en algunos pequeños juegos de pelota de otras ciudades, por ejemplo, al lado del
edificio Chi-Chan-Chob, en Chichen-Itzá. Sin embargo, la falta de patios
transversales, de banquetas en la parte baja de los muros, y el hecho de que no
hay seguridad en que haya tenido anillos propios del juego, han hecho dudar que
realmente sea un juego de pelota (Marquina, 1951).

82
Figura 17. Juego de Pelota entre los edificios 13 y 14, al fondo el edificio 16, El Tajín.

Es por ello que el juego de pelota sur del Tajín, se mantiene cierto interés
en consecuencia de sus tableros, por lo que continúa siendo objeto de estudio. El
patio tiene una longitud de 60 metros y una distancia entre sus paramentos
verticales de 10 metros; los muros que lo limitan estaban revestidos de piedra y en
cada uno de los extremos y al centro de ellos se encuentra un tablero formado por
cuatro grandes bloques de piedra profusamente ornamentados.
En estos tableros aparecen diferentes escenas colocadas entre dos fajas
horizontales, decoradas con serpientes muy estilizadas y que probablemente
representan la Tierra y el Cielo. En uno de los lados aparece, en cada uno de ellos
un dios con máscara, gran tocado de plumas y el cuerpo descarnado, presidiendo
la escena, que en un caso es un sacrificio humano presenciando por un personaje
sentado; la figura de un dios desciende sobre el sacrificado. En otra de las
83
escenas que se observan en el relieve, un personaje de pie entre otros dos
sentados en lujosos asientos, recibe un haz de flechas que uno ellos le entrega.
En otro tablero se representa un águila y, por último, en el otro, que es muy
semejante al tablero encontrado al pie del edificio II, están hablando dos
personajes que parecen llevar la indumentaria de los jugadores de pelota, y al lado
de cada uno de ellos, hay una figura que los acompaña, una de ellas con una
máscara de coyote (Marquina, 1951), Wilkerson (1987), Piña Chan y Castillo
(1999).
En este tablero puede observarse una escena con cinco personajes, de los
cuales tres, de la parte central, se encuentran ataviados con yugos en la cintura.
El personaje que se encuentra recostado está siendo sacrificado por el personaje
de la derecha con un cuchillo al mismo tiempo que está sostenido de la mano por
el personaje del lado izquierdo. El personaje sacrificado es devorado por un
personaje descarnado que asciende de la parte superior del tablero. Hacia el
extremo de la izquierda se observa un personaje descarnado “Mictlantecuhtli” dios
de la muerte, descendiendo de una vasija. Por su parte el personaje de la derecha
se encuentra sentado en el asiento divino “tecpátl” con el pie derecho sobre el
izquierdo y sosteniendo al mismo tiempo el bastón de mando, el cual nos indica un
alto rango social, posiblemente un sacerdote (figura 18).
Por otra parte, dentro de las estructuras de los juegos de pelota hay otros
tipos de escultura que pueden ser considerados como altares monolíticos, los
cuales aparecen en las esquinas de las banquetas de la cancha, por lo general,
representando asociaciones con dicho juego, entre ellas algunos que se asemejan
a monstruos de la tierra.
Existen también decoraciones agregadas a los juegos de pelota. Ejemplo
de ello se observan tableros con escenas bajo relieve, relacionados con el culto a
la deidad tutelar Quetzalcóatl.

84
Figura 18. Tablero Noroeste del juego de Pelota Sur; el Tajín.

En el centro de Veracruz existe un complejo escultórico de gran originalidad


y hasta ahora único en Mesoamérica. De esta manera se cuenta con la triada
yugo-palma-hacha, piezas que sin duda alguna son de carácter religioso,
vinculado al juego de pelota pues muchos de ellos se han encontrado en recintos
de este tipo (Piña Chan y Castillo Peña: 1999).
Profundizando sobre esta “trilogía” de elementos escultóricos debe
mencionarse que los yugos son objetos de piedra en forma de herradura, algunas
veces cerrados, aunque excepcionalmente. Miden en general unos 45
centímetros. En su mayor longitud, por 0.30 centímetros de ancho. La
representación más generalizada de los yugos consiste en un batracio de grandes
fauces abiertas y con los ojos coronados por cejas en fuerte relieve, algunas
veces entre las fauces sale una lengua de grandes dimensiones; en otros casos
aparece el monstruo provisto de garras como es peculiar en las representaciones
85
del monstruo de la tierra Tlaltecuhtli (Marquina, 1951). Son, pues, animales
terrestres y/o acuáticos como ranas y serpientes.
Los yugos y palmas fueron tallados en piedra, las cuales representan partes
del equipo de protección en los ejercicios lúdicos. Por su parte, las palmas siguen
un modelo arbóreo con un extraño saliente en la parte delante de su base.
Las hachas deben su nombre a su semejanza con este instrumento
mayormente conocido. Según (Piña Chan y Castillo Peña: 1999) estas esculturas
aparecen desde el periodo Preclásico, pero las piezas más elaboradas
corresponden al Clásico Tardío, así mismo; los motivos finamente tallados pueden
ser figuras humanas, animales o las volutas entrelazadas con orillas levantadas
que son características del Clásico veracruzano.
Los yugos, según algunos investigadores, son la representación en piedra
de los protectores de madera o cuero que el jugador se colocaba en la parte de la
cintura.
Para el sur de Veracruz, Ortiz, Rodríguez y Delgado (1992) mencionan que
Drucker (1943) reporta la presencia de un yugo completo procedente de Tres
Zapotes; así como varios fragmentos recuperados en superficie la mayoría es lisa.
En el cerro de las mesas también fue encontrado un entierro asociado con un
yugo liso fechado en el Protoclásico.
Las palmas; por su parte son pequeñas esculturas que ofrece una gran
variedad de motivos en relieve de bulto completo, tales como figuras humanas,
haces de flechas, aves diversas y cocodrilos; es muy común en ellas el uso de
entrelaces semejantes a los que son característicos de las ornamentaciones del
Tajín (Marquina, 1951:477-478).
Las hachas, pueden ser ceremoniales o votivas que se extienden más al
sur, y que representan cabezas humanas muy estilizadas, con incrustaciones,
algunas con magníficos tocados que representan aves o delfines de una
composición tan hábil que viene a ligarse admirablemente a la forma de la cabeza,
siendo de notarse que también algunos de ellos tiene reproducida la boca en estilo
Olmeca (Marquina, 1951).

86
Cuyuxquihui también cuenta con este elemento cívico-religioso presente en
Mesoamérica que hemos descrito anteriormente: el juego de pelota.
Se localiza precisamente en la parte sur, en el extremo del asentamiento
prehispánico representado en un complejo religioso aislado de la zona nuclear,
pues con esto se entiende que Cuyuxquihui participó en un fuerte quehacer
ceremonial, toda vez que está inherente su distanciamiento de la ubicación de los
edificios más elaborados y de los espacios como su plaza principal, el área
habitacional, etcétera, fuera de contexto, aunque próximo al juego de pelota se
han hallado fragmentos correspondiente a un yugo (Información presente en el
Museo Comunitario Serafín Olarte, de Cuyuxquihui, Veracruz).

4.3 El juego de pelota de Cuyuxquihui

El juego de pelota de Cuyuxquihui, se ubica pues como la estructura más alejada


del centro, a aproximadamente a 800 metros al sur de la zona en la cual se
encuentran los edificios más altos y elaborados, representa, hasta el día de hoy,
una interrogante sobre el porqué de su emplazamiento al límite físico del sitio
(figura 19).
Hemos indicado ya que el sitio está limitado al oriente por un acantilado,
constituido por arena y en el cual frecuentemente se observa la presencia de
fósiles marinos en los bloques, cuando éstos llegan a desprenderse del cantil
erosionable.
El juego de pelota se encuentra en una parte en la cual el acantilado
disminuye de altura, y de ángulo de escurrimiento lo cual, a lo largo de los siglos
ha formado un paso natural, aun cuando sumamente inclinado, entre la ladera que
inicia a orillas del río Tecolutla y la parte superior del acantilado, dejando en el
medio el espacio del juego de pelota.

87
Figura 19. Ubicación del juego de pelota en la poligonal.

88
Durante subsecuentes trabajos de investigación en el sitio se ha buscado
algún elemento que permita corroborar una función defensiva del sitio, como lo
podían ser miradores u observatorios en la parte superior del acantilado y por lo
tanto, el juego de pelota, adquiriría otro sentido.
No se ha encontrado ningún elemento de este tipo hasta el momento, aun
cuando si se ha detectado arquitectura menor tales como altares y plataformas,
aun cuando cubiertas por la arena que se ha volcado sobre ellas y de las cuales
no se ha podido retirar totalmente durante los diferentes proyectos.
De ahí que el juego de pelota sea, a la fecha, una estructura de la cual
únicamente podemos inferir algunas cualidades y calidades, toda vez que yace
parcialmente bajo una gruesa capa de arena.
Sabemos que está constituido por dos plataformas orientadas de oriente a
poniente y un patio hundido que constituye la “cancha” propiamente dicha. La
forma del elemento arquitectónico es en forma de “ I “ latina o “doble T” en la cual,
cada una de las plataformas, su paramento o muro central es totalmente vertical y
no se observan relieves en aquellas partes visibles o que no está cubierta por
vegetación o arena (figura 20).
Se observa una forma definida de cancha rectangular con dos cabezales en
los extremos oriente y poniente, con una cancha de no más de 9 metros al inicio
de los muros verticales o paramento y una extensión que quizá alcance los 70
metros de largo.
En algunos lugares se llega a observar claramente los muros verticales y
están constituidos por piedras en muro de sillería (Ruíz Gordillo, comunicación
personal, 2009) y con una altura máxima de 2 metros. No se aprecia estuco, aun
cuando debió de haberlo tenido pues son abundantes los fragmentos de estos
aplanados en las proximidades. Debe recordarse que toda esta zona fue área
agrícola antes de su descubrimiento.
Hay un elemento muy próximo y que tuvo una relación indiscutible con el
juego de pelota: un pequeño altar en donde, durante los trabajos de 1985 se
descubrió pintura mural con motivos geométricos en los pequeños muros

89
inclinados en talud. Esta pintura, en color rojo y azul recuerda, indudablemente, la
forma de las grecas de los edificios del Tajín, por lo cual se considera que debe de
haber una relación entre ambos sitios y que a la fecha no ha sido totalmente
abordada.
En este lugar se excavaron durante la temporada 1985 algunos pozos como
se indica en la sección de materiales de esta tesis, sin embargo la continuidad de
la investigación es un tema que se aborda en la propuesta de estudio de
Cuyuxquihui.

90
Figura 20. Detalle del levantamiento topográfico realizado en 1986.

91
CAPITULO V
MARCO TEORICO

Las obras arquitectónicas prehispánicas, consideradas monumentales o no,


poseen un significado y valor espiritual con el que los pueblos conviven, aun
cuando no necesariamente se identifican y transmiten de generación en
generación.
Los bienes materiales tangibles e intangibles son considerados de interés
relevante para la permanencia de la identidad y la cultura de un pueblo. Es una
herencia cultural propia del pasado la cual, la humanidad, día con día toma
conciencia de ello, considerándolo patrimonio cultural y responsable de
salvaguardarlos frente a las generaciones futuras.
Es conveniente mirar el campo de la conservación del patrimonio cultural,
no en su acepción restringida a los bienes tangibles, sino en su dimensión íntegra,
que comprende también el acervo intangible, tales como las lenguas indígenas,
tradiciones y costumbres que son también elementos culturales que sustenta, en
sus diferentes estratos, la vida social. Debe tomarse en cuenta, además, que el
concepto de patrimonio cultural tal vez como sinónimo de identidad no es estático,
es decir; se va construyendo. Va cambiando con el tiempo tanto en su definición
como en sus contenidos, y se encuentra estrechamente ligado no sólo con las
formas culturales sino también con los procesos históricos y sociales.
Visto de otra manera también es cierto que gran parte de este patrimonio,
se ha deteriorado irreversiblemente durante las últimas décadas o parte del mismo
está en peligro de perderse.
Varios factores han favorecido y siguen contribuyendo a disminuir las
reservas de la mayoría de los bienes culturales de México. Es necesario
reconocer que la razón fundamental de la destrucción acelerada de ese potencial
de riqueza, radica en la insuficiencia de una política oficial capaz de imponer
eficacia y práctica a las medidas proteccionistas actuales y capaces de promover
la revalorización del patrimonio monumental tanto en función del interés público

92
como para el beneficio económico de la nación. Radica también en la profusión de
este patrimonio cultural. Tan solo en patrimonio cultural prehispánico, el INAH,
conjuntamente con otras instituciones, entre ellas la Universidad Veracruzana, han
inscrito en la Dirección de Registro Arqueológico una cantidad aproximada de
141,000 sitios arqueológicos.12
La conciencia de la pluralidad de nuestra cultura es la base de nuestra
concepción del patrimonio cultural, plasmada en la definición y el uso social del
patrimonio y reflejada en la legislación vigente consagrada a su protección y
cuidado. La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e
Históricos de 1972 está basada en una definición cronológica de los bienes
pertenecientes a nuestro patrimonio, que comprende épocas prehispánicas
(monumentos arqueológicos: bienes muebles e inmuebles producidos por las
culturas anteriores al establecimiento de la hispánica, así como los restos
humanos, de flora y de fauna relacionados con ellas), colonial y decimonónica
(monumentos históricos: inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX, así como
documentos y expedientes, documentos originales manuscritos y colecciones
científicas y técnicas del mismo periodo) y del siglo XX (monumentos artísticos:
bienes muebles e inmuebles con valor estético relevante pertenecientes a este
siglo).
Los documentos internacionales, algunos de los cuales ha signado México,
incluyen en primer lugar los dos textos que pueden considerarse como
antecedentes más sólidos tanto en materia de conservación y restauración de
monumentos, los cuales son la carta de Atenas de 1931 y como materia de
protección del patrimonio cultural la convención de Haya de 1954, los cuales se
toman en cuenta en trabajos arqueológicos.

12
El INAH tiene un total de 141,720 sitios arqueológicos e históricos registrados hasta el 15 de
enero de 2009, de acuerdo a informes dados a Notimex en el cual se menciona que, tan solo en el
año 2008, se registraron 32 nuevos sitios.http://www.e-
mexico.gob.mx/wb2/eMex/eMex_2d614_not718_tiene_mexico_ junio 8 de 2009.

93
En este sentido se considera esencial que cualquier trabajo de carácter
práctico-científico como la conservación y restauración de los monumentos, se
aplique teniendo en cuenta su propia cultura, sus propias tradiciones e intereses.
La Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de
Monumentos de Conjuntos Histórico-Artísticos, redactada en Venecia, Italia,
durante el II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos
Históricos, en 1964 y reconocida por ICOMOS en 1965; la Carta de Venecia, es
conocida también como Carta del Restauro y es hoy en día, el documento más
citado al plantear actividades de restauración en proyectos de la arqueología
mexicana.
Uno de los artículos más importantes es el siguiente, pues no debemos
olvidar que en México, al igual que en todo el mundo, se han llevado a cabo
auténticas “reconstrucciones” alejadas del respeto al monumento:

Artículo 9º - La restauración es una operación que debe tener un


carácter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los valores
estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto a la
esencia antigua y a los documentos auténticos. Su límite está allí donde
comienza la hipótesis: en el plano de las reconstrucciones basadas en
conjeturas, todo trabajo de complemento reconocido como
indispensable por razones estéticas o técnicas aflora de la composición
arquitectónica y llevará la marca de nuestro tiempo. La restauración
estará siempre precedida y acompañada de un estudio arqueológico e
histórico del monumento.

Otro documento que ha tenido repercusiones en nuestro medio, enfocado a


la conservación y restauración del patrimonio cultural es la "Convención para la
protección del Patrimonio Cultural y Natural del Mundo “ fue adoptada por la
Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, el 16 de noviembre de 1945, cuyo
objetivo es promover la identificación, protección y preservación del patrimonio
94
cultural y natural de todo el mundo, por lo cual es considerado especialmente
valioso para la humanidad.
Es preciso tomar en cuenta que patrimonio cultural no solo es hablar de los
monumentos arqueológicos e históricos u obras de artes y artísticas, por lo que;
como complemento del tratado de 1945 por la UNESCO fue aprobada por la
misma; el 17 de octubre de 2003, la "Convención para la Salvaguarda del
Patrimonio Cultural Inmaterial”, que definió que:

Se entiende por "patrimonio cultural inmaterial" los usos,


representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los
instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes- que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en
generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos
en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia,
infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y
contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la
creatividad humana.

Hoy en día se manifiestan algunos puntos que están sujetos a análisis y


discusión de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos
e Históricos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972
la cual, no obstante, es una de las más completas a nivel internacional y su
contenido ha servido de texto base a diversas naciones.
Al respecto podemos citar a Gándara (2009):
“La creación del instituto –explica– constituyó un avance
importantísimo que puede apreciarse cuando comparamos la forma en
que las tareas de proteger, investigar, conservar y divulgar el patrimonio
se abordan en el resto de Latinoamérica.

95
En muchos países no existe incluso hoy día la figura de una institución
central, normativa y coordinadora de los esfuerzos nacionales, capaz de
frenar el tráfico de piezas arqueológicas, ayudar a mitigar el saqueo o
„poner en valor‟, es decir, restaurar y equipar sitios arqueológicos para
la visita junto con la promoción de museos.
Hay naciones (cuando menos dos, Ecuador y Paraguay) que hasta la
fecha carecen de programas de formación profesional en arqueología, y
en muchos lugares ésta se practica de manera privada; es la llamada
arqueología „de contrato‟, que en términos generales ha resultado lesiva
para el patrimonio y ha evitado que se consoliden tanto una
infraestructura de investigación y conservación como los recursos
humanos requeridos para operarla.”
Por tal motivo, añade el investigador, puedo decir, sin miedo a
equivocarme, que México está mucho muy por delante prácticamente
de toda Latinoamérica en este terreno, e invariablemente ha sido
modelo a seguir”.

Si tomamos como punto de partida que Cuyuxquihui es una zona de


monumentos arqueológicos, basados en el artículo 39 de la Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (1972), que dice:
“Zona de monumentos arqueológicos es el área que comprende varios
monumentos arqueológicos inmuebles, o en que se presuma su existencia.” Por
ley, debemos entonces plantear toda investigación dentro del marco normativo
establecido en esa materia.
La investigación arqueológica da cuenta de lo existente en un espacio que
representa la elección de un grupo en determinado momento, de la misma manera
que la arquitectura, sea cual sea su función, estará representando un momento
específico del desarrollo cultural de ese grupo, de acuerdo a Ruíz Gordillo (1987):

El espacio modificado refleja el grado de desarrollo del pueblo ya que la


organización del espacio es una manifestación de la naturaleza por la
96
sociedad humana, además de que constituye un elemento más que
influye a su vez en la formación social de cuya dinámica ha surgido.

Así entonces, la investigación que debe preceder a la intervención de


conservación, permite a la vez que sustentar el carácter científico de la
investigación, contar con un marco de referencia para la conservación, protección
y difusión de ese patrimonio cultural.
El empobrecimiento que vienen sufriendo la mayoría de los países
americanos como consecuencia del abandono y desamparo en que se encuentra
su riqueza monumental y artística, solicita a menudo medidas de emergencia,
tanto a nivel nacional como internacional. En lo ya establecido; las Normas de
Quito en su capítulo II establece que:

Todo monumento nacional está implícitamente destinado a cumplir una


función social. Corresponde al Estado hacer que la misma prevalezca y
determinar, en los distintos casos, la medida en que dicha función social
es compatible con la propiedad privada y el interés de los particulares.

A pesar de que las normas Quito de 1967 se manifiestan enfocadas más


hacía la visión del turismo, en su VII capitulo; sobre los monumentos en función
del turismo menciona que:

Los valores propiamente culturales no se desnaturalizan ni


comprometen al vincularse con los intereses turísticos y, lejos de ello, la
mayor atracción que conquistan los monumentos y la afluencia
creciente de admiradores foráneos, contribuyen a afirmar la conciencia
de su importancia y significación nacionales. Un monumento restaurado
adecuadamente, un conjunto urbano puesto en valor, constituyen no
sólo una lección viva de historia sino un legítimo motivo de dignidad
nacional.
97
No podemos dejar a un lado las nociones de preservación en México, pues
consciente o inconscientemente ésta existe. En comparación de países europeos
donde en un principio inician las leyes de restauración y conservación de
patrimonio cultural, debemos decir que por causa de una inestabilidad socio-
política y económica, la restauración en México se ha desarrollado en medidas
mínimas.
Hasta ahora son pocos los trabajos realizados dentro de este campo, la
más consultada por investigadores en este tema ha sido la de Chanfón (1988)
fundamentos Teóricos de la Restauración. Es por ello que realizar un listado de
trabajos en restauración y conservación en el patrimonio cultural de México, si
bien no sería tan complicado, los resultados serian muy poco diversos.
Podríamos considerar que en México una de las primeras prácticas
relacionadas a la conservación tiene su origen en la época colonial, posiblemente
poco después de la época de destrucción de objetos de procedencia prehispánica,
donde se preocupaban por recuperar y resguardar lo que personalmente les
pertenecía.
En otro punto, consideramos que cada grupo cultural ha dejado la huella de
un estilo arquitectónico producto de su desarrollo histórico y sus relaciones
interétnicas, llegando a crear en determinados casos un “estilo regional”; la
arqueología ha estudiado buena parte de esos edificios, sin desvincularlos del
contexto espacial y temporal en el que fueron construidos, y por ello durante las
investigaciones han sido de particular importancia el estudio arqueológico de los
restos materiales asociados, tales como la cerámica, lítica, hueso, pinturas,
etcétera.
El estudio de la arquitectura ha sido pues, uno de los temas sobre los
cuales la arqueología ha incidido, logrando sustanciales avances en cuanto a la
definición de tipos de arquitectura, uso, sistemas constructivos, entre otros.
Aun así, en la arqueología mesoamericana hallamos vacíos sobre algunos
edificios, o composición de edificios que, aun cuando sabemos de su forma, aún

98
no comprendemos totalmente la función que tuvieron en el devenir de los pueblos
indígenas mesoamericanos.
El juego de pelota mesoamericano tiene en el Totonacapan un exponente
de gran importancia: el juego de pelota sur del Tajín, y aún en el norte,
principalmente. Cada uno de ellos contiene relieves de alusivos a acciones
terrenales y religiosas. La mayoría de los juegos de pelota del Tajín se encuentran
en la parte central del sitio, en tanto que, el de Cuyuxquihui se encuentra
desvinculado del área central, a centenares al sur de la zona nuclear.
Cuando este patrimonio está en medio de un patrimonio natural, como lo
está en Cuyuxquihui, entonces la arquitectura, la zona arqueológica y la
naturaleza tendríamos que considerarla como un museo abierto al público, donde
se valoren los testigos materiales del hombre y la naturaleza.

Por otra parte, Cuyuxquihui en el aspecto social, al cual nos referiremos


posteriormente, ha generado gran interés de sus habitantes, quienes
constantemente participan en los diferentes trabajos de conservación e incluso
vigilancia de la zona arqueológica en general. Lo anterior fundamentado en la
misma Ley Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos
menciona, en su artículo 1° que indica:

El instituto competente organizara o autorizara asociaciones civiles,


juntas vecinales o uniones de campesinos, que tendrán por objeto:

I. Auxiliar a las autoridades federales en el cuidado o preservación


de zona o monumento determinado
II. Efectuar una labor educativa entre los miembros de la
comunidad, sobre la importancia de la conservación y
acrecimiento del patrimonio cultural de la nación.
III. Promover la visita del público a la correspondiente zona o
monumento.

99
IV. Hacer del conocimiento de las autoridades cualquier exploración,
obra o actividad que no esté autorizada por el instituto
competente.
V. Realizar las actividades afines a las anteriores que autorice el
instituto competente.

Sumado a esto, es importante resaltar que la restauración del juego de


pelota de Cuyuxquihui no va en un sentido únicamente de conveniencia turística,
pues los intereses científicos se fundamentan, además, en la conservación del
patrimonio cultural. Debemos recordar que hoy en día, dada las condiciones
cambiantes, es necesario conocer para conservar pues el patrimonio, incluso el de
Cuyuxquihui, registrado, identificado, delimitado, ha sido objeto de acciones de
exploración en busca de hidrocarburos.13

La difusión, por otra parte, no puede desligarse del objetivo pues debe
recordarse que las funciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia son
la investigación, conservación, protección y difusión del Patrimonio Cultural de
México y, Cuyuxquihui es una de las 13 zonas arqueológicas abiertas al público en
el Estado de Veracruz.
Sin embargo no puede, de ninguna forma, generalizarse la difusión, aun
cuando si normarse la forma de presentarla al público.
Si anteriormente la difusión consistió, en las zonas arqueológicas, en el
mejor de los casos en letreros de lámina o madera con el croquis del sitio y
grandes letras con el nombre del sitio, señales burdas indicando la ruta a seguir,
placas de lámina o cemento con señales, entre ellas huellas de pie, indicando la
prohibición de acceder, etcétera. Durante los últimos años se ha llevado a cabo

13
Comunicación personal del Arqlgo. Omar Ruíz en enero de 2010, respecto a las obras de la
compañía GPS de transeptos y posteriores explosiones relacionadas con la búsqueda y
exploración de mantos de petróleo en dentro de la Zona Arqueológica y suspendidas por él en
octubre de 2009.

100
una reestructuración de la difusión, de las cuales las señales presentes en Tajín
son de los últimos exponentes.
Hoy en día se ha creado en el INAH una oficina encargada de normar las
señales en las zonas arqueológicas, su nombre: Dirección de Operación de Sitios,
la cual, además de la señalética, lleva a cabo funciones de dar seguimiento a los
planes de manejo y operatividad de los sitios.
En este punto, debemos indicar que la señalética tiende a ser interpretativa
más que descriptiva.

101
CAPITULO VI
METODOLOGIA

6.1 Metodología

De acuerdo a los objetivos, la metodología para la investigación, conservación,


protección y difusión de Cuyuxquihui está enfocada hacía dos aspectos
particulares: la propuesta para la restauración del juego de pelota de la zona
arqueológica de Cuyuxquihui, y la difusión del sitio arqueológico mediante el
establecimiento de un acceso al público desde el área cívico-religiosa y desde la
comunidad de Cuyuxquihui hacía el juego de pelota, tomando en cuenta el medio,
así como la realización de cédulas informativas y/o restrictivas que coadyuven a
que el visitante conozca la ciudad prehispánica de Cuyuxquihui y el entorno
natural, el proceso será el siguiente:

Para la restauración del juego de pelota se necesita en primera instancia:

6.2 Elaborar un proyecto de propuesta de investigación que incluya las


acciones de restauración.

De acuerdo a las Disposiciones Reglamentarias para la Investigación


Arqueológica en México14, las características para un proyecto investigación
deben de incluir los siguientes aspectos, indicados en el artículo 9 del Capítulo II
de la citadas Disposiciones en vigor hoy en día.

La modalidad de investigación por realizar, en este caso corresponde a la


modalidad 1), que son proyectos de investigación arqueológica originados por
interés científico. Este proyecto llevará a cabo las siguientes acciones:

14
Aprobada y signada por la entonces Directora del INAH Ma. Teresa González Franco, en la
ciudad de México el 2 de junio de 1994 y vigente a la fecha.

102
• Reconocimiento sistemático de superficie, terrestre o subacuático, con o
sin recolección de materiales arqueológicos, utilizando o no los medios que la
tecnología moderna brinda.
• Excavaciones que impliquen la remoción controlada de estratos de
cualquier tipo, con el fin de obtener los materiales arqueológicos incluidos y
determinar las relaciones naturales, culturales, espaciales y temporales de ellos.
• Estudio, consolidación, conservación y mantenimiento de bienes
inmuebles arqueológicos, e inmuebles por destino y su entorno cultural y natural.
• Estudio de bienes muebles arqueológicos, hallados en exploraciones
arqueológicas o depositadas en laboratorios, bodegas, museos, colecciones y
lugares análogos.
El proyecto en cuestión, de acuerdo al Artículo 9, habrá de incluir los
siguientes aspectos:
• Planteamiento general de la investigación.
• Análisis de antecedentes, basado en bibliografía y cartografía adecuadas
al proyecto, así como en informaciones conexas.
• Planteamientos particulares de la investigación: causas y relevancias para
la arqueología nacional.
• Duración total del proyecto especificando metodología, técnicas y
sistemas que se emplearan en la investigación: programa general de aplicación y
desarrollo; responsabilidad frente a los bienes inmuebles que puedan ser
afectados, así como el compromiso de entrega de los productos finales de la
investigación.
• Calendario de la temporada, incluyendo el de la investigación de campo,
el de los análisis de materiales y de la información conexa, el de preparación de
informes al Instituto Nacional de Antropología e Historia, y la entrega de los
documentos y materiales arqueológicos.
• Personal que tomará parte en el proyecto.
Se incluirá el curriculum vitae de los profesionistas, pasantes y estudiantes
de carreras profesionales y técnicas afines al desarrollo del proyecto. El

103
responsable del mismo presentará copias de legalizadas de los grados
académicos respectivos. El empleo de resultados para elaborar tesis será
notificado al Consejo de Arqueología.
• El proyecto incluirá las actividades, derechos y obligaciones de cada uno
de los participantes.
• Presupuesto detallado del proyecto especificando las erogaciones
previstas para cada uno de los renglones contemplados en la investigación. Los
proyectos extranjeros, nacionales o ajenos al Instituto Nacional de Antropología e
Historia deberán presentar el documento, dado por la institución o instituciones
otorgantes del presupuesto, en el que se responsabilicen de la parte económica.

6.3 Aprobación del proyecto


Para llevar a cabo la investigación arqueológica es necesaria la aprobación
del proyecto por parte de las instituciones competentes, es decir; por el Consejo
de Arqueología.
De acuerdo a las Disposiciones Reglamentarias Para la Investigación
Arqueológica en México en la parte II se menciona que:
1.- Todas las investigaciones arqueológicas enunciadas, menos el rescate,
deberán tener un proyecto avalado por alguna institución de reconocida solvencia
científica y moral.
2.- El proyecto deberá ser firmado por un director, quien será el responsable
profesional, técnico y académico en la materia; en tanto que la institución será la
subsidiaria y solidariamente responsable administrativa y legal del mismo.

104
6.4 Presupuesto

El presupuesto requerido para la realización del proyecto normalmente proviene


del Instituto Nacional de Antropología e Historia; en algunos casos, como el de
Tajín, de fondos del Gobierno del Estado de Veracruz o de dependencias como la
Universidad Veracruzana en el caso de los trabajos que actualmente se realizan
en Toxpan, o en el Valle de Maltrata, Veracruz15, no siempre es abundante, ésta
ha pasado a ser una característica de la investigación en México, salvo algunos
proyectos, sobre todo aquellos encaminados a proporcionar las bases para el
disfrute turístico, como sucede, sobre todo, en proyectos del Estado de Quintana
Roo.
En las Disposiciones Reglamentarias Para La Investigación Arqueológica
en México, en el apartado inciso 8, de Los Proyectos se hace mención que:
El INAH otorgará fondos solicitados para trabajos arqueológicos de sus
dependencias y escuelas, atendiendo las sugerencias del Consejo de
Arqueología.

Al respecto, Gándara (1992) menciona que: “el presupuesto, debería ser el


resultado de las necesidades enunciadas en los demás incisos y no el punto de
partida, como sucede en la arqueología mexicana. Si la arqueología mexicana
tuviera que ser mala por no contar con presupuesto, sería mejor que se dedicara a
estudios de gabinete, en donde su actividad fuera menos dañina. El problema no
es muchas veces el presupuesto, sino el uso que se hace de él”.

15
Realizados bajo la dirección del Mtro. Omar Melo el primero y bajo la Dirección de la Dra. Yamile
Lira López el segundo junto con la UNAM.

105
6.5 La Intervención en el juego de pelota de Cuyuxquihui

De acuerdo a la metodología seguida en este sitio, se propone la siguiente:

Desmonte
El desmonte consistirá en el retiro de vegetación, toda vez que no sea dañando
el medio con el que Cuyuxquihui cuenta, por lo que los árboles que no sean
absolutamente necesario su retiro permanecerán en el lugar en que se
encuentran. El monte alto, hierbas y otras como raíces se retirarán en forma
manual, es decir físicamente. Con machete para no dañar material arqueológico o
alguna estructura cercana. Debe indicarse que, se emplearán substancias
químicas de ser necesario.

Levantamiento fotográfico
Actualmente es mucho más sencillo y económico llevar el registro de trabajo
mediante el empleo de cámaras digitales, no debe confundirse la toma de
imágenes abundante y desordenada con un registro efectivo. Deben de buscarse
puntos que permitan panorámicas del elemento o estructura desde donde habrán
de enfocarse las fotografías para contar con un registro de avance. Esto no es
excluyente de toma específica de determinados puntos.
Debe, además, de llevarse un registro (archivo) diario de las fotos,
conteniendo número de imagen, punto desde donde se obtuvo, fecha, entre otros
datos tales como el objetivo, hora.
Lo anterior no implica que todas y cada una de las imágenes habrá de
imprimirse, sino deberán ser integradas al expediente y al archivo técnico que se
envíe al INAH.

106
Establecimiento de retícula
Se establecerá una retícula, marcada físicamente mediante cuerda nylon, cuyos
cuadros serán de 100 metros de lado y lado, orientado de sur a norte. Esta retícula
será insertada en el plano que contiene la poligonal mediante el empleo de GPS.
Cada cuadro de 10000 metros cuadrados será, a su vez, dividida en unidades de
10 x 10 metros, éstas a su vez se nombraran alfabéticamente seguida de un
número, ejemplo; (cuadro A1, A2, B1, B2, etc.). Tomando las letras de sur a norte
y los números de oriente a poniente (figura 21).
En cada una de las esquinas de las unidades de 10 x 10 metros se colocará
un poste con indicador de nivel cero para, de este punto, tener un mismo nivel en
todas las unidades menores de excavación que será de 4 metros cuadrados o las
de las calas de un metro de ancho. Las estacas o postes deberán de ser revisados
diariamente pues tienden a moverse.

A
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Figura 21. Establecimiento de cuadrícula.

107
Plano o levantamiento topográfico
El levantamiento topográfico debe ser realizado lógicamente mediante los
aparatos de medición topográfica como nivel o teodolito, cinta métrica, etcétera.
Se delimitará el elemento arquitectónico y las curvas de nivel con ayuda de
tránsito y demás herramientas necesarias. Debemos puntualizar que el empleo de
geoposicionador satelital (GPS) es bueno y facilita el empleo, sin embargo no llega
a sustituir todavía el empleo del tránsito cuando se requiere de precisión en los
levantamientos.

Liberación por calas o cuadros


La liberación es una actividad realizada en el conjunto arquitectónico o estructura
cuyo objeto es acercarnos al sistema constructivo del elemento, a sus materiales,
al inicio o arranque de ésta, etcétera, la excavación de una cala permite poder
realizar una restauración más efectiva. La liberación incide sobre el retiro de
elementos adosados que, de alguna manera, han pasado a formar parte de la
propia estructura pero que no formaron parte de la misma originalmente o bien
han colapsado conformando otra etapa del edificio que, mediante las calas es
posible identificar.
Una vez retirada toda vegetación y trazada nuestra cuadrícula sobre el
elemento arquitectónico a liberar, tendremos a la vista nuestro objeto de estudio.
Esta investigación será por medio de las calas de aproximación, la cuales serán
de un metro de ancho en ángulo tangencial hacía la estructura, aunque siempre
de norte a sur o de sur a norte.
Estas serán las primeras en excavar para encontrar el inicio o arranque de
la estructura. La excavación de la cala será ampliada hasta detectar la presencia
de materiales como piedra o sea el sistema constructivo.
Luego de realizar diversas calas de aproximación que nos permita ya
entender el elemento, se procede a liberar totalmente el juego de pelota de la
tierra que lo cubre, realizándose una limpieza exhaustiva con cucharillas y brochas

108
así como otras herramientas necesarias que permitan exponer el edificio sin
dañarlo a la vez que recuperando toda evidencia cultural.

Registro gráfico de liberación


Este levantamiento básicamente consiste en tomar el registro arquitectónico de la
estructura una vez liberado. Se plasmará en un dibujo a escala, detallando cada
uno de los elementos arquitectónicos con los que el juego de pelota cuente. Se
utilizaran herramientas precisas de igual manera que el primer levantamiento
topográfico, como; teodolito, cinta métrica, etcétera.

Excavación estratigráfica
La excavación, de la cual las calas forman parte de ésta, será llevada a cabo
conjuntamente con la liberación del elemento mencionado anteriormente, pues
esta ayudará a obtener mejores datos arqueológicos, que serán de suma
importancia para el resto de la investigación. La excavación en este caso se
realizará excavando por capas culturales con apoyo de niveles métricos de 20
centímetros que nos permitan un mejor control de los materiales. La tierra que se
saque de los niveles excavados se transportara en una carretilla hacia un espacio
determinado para cribarla, pues es posible que los objetos pequeños no sean
visibles para el arqueólogo.
El azolve resultante de la liberación de la estructura será depositado en
algún área del sitio que no genere daños posteriormente, aunque esta parte de la
liberación se ha constituido en un problema no únicamente en Cuyuxquihui sino en
casi todos los sitios arqueológicos, el espacio para depositar material de azolve.

109
El registro arqueológico
Como se sabe el registro arqueológico pasa por diferentes fases, el dibujo,
fotografía, diario de campo y en ocasiones video. El dibujo por ejemplo, se divide
en dibujo de planta, dibujo de perfil y dibujo de alzado. Es recomendable realizar
dibujos desde otros ángulos, es decir, en perspectiva pues apoyan a entender y
representar el edificio para el público no especializado. En este caso; solo se
utilizara el dibujo de planta cuando sean localizados los elementos del juego de
pelota, incluidos los arranques o remates, cajas de depósito, lugares donde pudo
haber estado inserto un objeto, etcétera. Para el registro de los elementos
primarios en el proceso de excavación (entierros, objetos especiales, diagnósticos,
etcétera) será registrado detalladamente. Cada dibujo será realizado en hojas
milimétricas en escala mejor adecuada, los cuales se trasladan a hojas de papel
albanene y entintados con los datos de liberación.
La fotografía se tomará al inicio de la liberación, con los datos base como;
nombre del sitio, número de cala, fecha y el nombre de quien excava escritos
sobre una pizarra visiblemente y señalizada hacia al norte con una flecha.
El material arqueológico obtenido de la liberación será guardado en bolsas
de nylon de acuerdo a la cala correspondiente y separada de acuerdo al material,
ya sea cerámico, lítico u óseo. Se trasladaran las bolsas selladas al laboratorio y
etiquetado de la siguiente manera:

Sitio: fecha:
Cala:
Material:
Excavó:

110
Consolidación de elementos

Molina Montes (1975) indica que la consolidación es la acción que busca


conservar la estabilidad del edificio o restituirla a las estructuras que, en mayor o
menor grado lo han perdido. Es el tipo de restauración preferido por los que
sustentan el principio de mínima intervención. Es por eso que en este trabajo se
propone llevar a cabo la consolidación de cada uno de los elementos
arquitectónicos que dan forma a los cuerpos del juego de pelota, basándose en
una mínima intervención y en un respeto a la historicidad del propio edificio, lo
anterior, por ejemplo, si hubiesen diferentes etapas constructivas.

Una elección para la consolidación superficial de los aplanados en proceso


de separación es la siguiente: verter agua entre el estuco o aplanado y la piedra a
la que todavía está sujeta, hasta que salga agua limpia, sin tierra, posteriormente
debe hacerse una mezcla de cal disuelta con agua bastante ligera para permitir su
desplazamiento entre los aplanados y materiales constructivos como la piedra.
Una vez que no sea posible ya verter más mezcla de cal se consolidarán con
mezcla de cal y arena en los bordes, acción conocida como ribeteos.

Integración y Reintegración
Diaz-Berrio (1976) menciona que la integración no es más que aquella necesidad
de introducir cualquier elemento, lo que sucede muy frecuentemente, para unir las
partes propias de la estructura desmembrada.
De esta manera de ser necesaria se llevará a cabo la reintegración e
integración de materiales en las diferentes partes que presentan desprendimientos
y partes carentes del material arqueológico, basándose siempre en la forma
original y estructural con el fin de restaurarlo lo más apegado al dato, sin dejar a
un lado el contexto, deberán de ser señaladas las partes agregadas para
diferenciar los materiales originales de los modernos, mediante la utilización de
materiales variables tales como achurados, piedrecillas o rejoneos, etcétera.

111
La reintegración recibe también el nombre de anastilosis el cual consiste en
la recolección en un sitio de las partes desplazadas o caídas de un monumento y
colocarlas en su lugar original. Obviamente, la posibilidad de llevar a cabo una
anastilosis está condicionada a que se encuentren las partes originales y que se
conozca la parte exacta en el conjunto (Molina Montes, 1975). Es decir; se debe
identificar plenamente dónde es posible realizar la acción mencionada ya, lo cual,
en la arqueología mesoamericana no siempre es posible.

Cuando exista separación o desprendimiento de elementos y fragmentos


(fenómeno recurrente en cualquier parte del inmueble) se propone llevar a cabo la
reintegración de estos materiales constitutivos, siempre y cuando se tenga la
certeza de tamaño, forma y ubicación del material desprendido dentro de la
estructura y permita la recuperación de la armonía arquitectónica para darle
solidez, sin alterar la fisonomía del monumento.

Recimentación
Se plantea realizar un calzado parcial de los cimientos, si alguna de las partes de
la estructura se encuentra socavadas, e incluso si existen secciones donde se ha
perdido la hilada inferior de piedra toda vez que el sistema constructivo
prehispánico rara vez empleó cimientos como los conocemos actualmente, y en
Cuyuxquihui cada elemento de cada estructura funciona independientemente del
elemento, aunque cohesionadas o consolidadas por su amarre o sistema de muro
en sillar.
Entre los materiales a utilizar para integrar los desplantes perdidos si es que
existen, éstos serán consolidados con mezcla de cal, arena, estuco molido (que se
obtiene de fragmentos fuera de contexto y, lamentablemente abundante debido a
la erosión que la ha desprendido de los edificios). La unión de las piedras deberá
señalarse con un rajueleado discreto, el cual fue aplicado, por primera vez en
México, en la zona arqueológica del Tajín por García Payón hacía los años
cincuenta.

112
Consolidación de grietas y fisuras
El tratamiento para las grietas y fisuras comprende antes que nada la limpieza de
las partes afectadas, dejando las áreas libres de polvo y de vegetación parasitaria
que afectan y dañan al monumento (si es posible, lavar) (Fernández, 2002).
Posteriormente se aplica una mezcla de cal y arena, acorde a los materiales
originales utilizados; en su defecto se utiliza una argamasa elaborada a partir de
cal, arena, estuco molido en un 33% para cada uno. La carga mínima de estuco
molido, otorga una textura similar a los aplanados originales y permite una
compactación y dilatación relativamente homogénea a los elementos originales.
Esta mezcla ha tenido resultados favorables en la restauración en sitios como
Tajín, Cuajilote y Vega de la Peña, porque permite la traspiración desde el interior.
Una vez disueltos los elementos se aplica directamente la mezcla sobre las
fisuras, cuya superficie debe estar previamente limpia. Debe tenerse en cuenta
que el sellado o aparejo de todas las fisuras existentes, no debe ser en forma
general, ya que ello puede ocasionar a largo plazo la acumulación excesiva de
líquidos internos en el monumento, provocando el reblandecimiento y la expansión
del núcleo, y por consiguiente el desfase o desprendimiento de los elementos
arquitectónicos y materiales constitutivos del inmueble. Además, será conveniente
identificar este aparejo con un ligero remetimiento, con relación a la superficie
original.

Supresión de carbonatos o cristales de calcio


Aunque se crea que el juego de pelota de Cuyuxquihui está lejos de
contaminación urbana generada por automóviles, fabricas, basura, etcétera. No
se descarta la posibilidad de eliminar de la estructura carbonatos y sales, pues
existen en el lugar también otros agentes portadores de contaminación como la
lluvia acida, sobre todo dada la cercanía a una ciudad industrial como Poza Rica,
Veracruz.

113
La eliminación de carbonatos y sales puede utilizarse por dos medios, una
corresponde a un método manual, y la otra se basa en medios y materiales
químicos.
No en todos los casos se deben utilizar las mismas técnicas y materiales de
intervención, ya que al intervenir un área con esta patología, se deben analizar
diferentes factores, entre los que se encuentran el medio ambiente como se
mencionaba anteriormente, los materiales constructivos y el grado de afectación.
Para lograr la remoción de los carbonatos se pueden utilizar diferentes
compuestos químicos; por ejemplo se puede emplear el acido clorhídrico
neutralizando con la mezcla de amoniaco y agua. Otra solución puede ser la
aplicación de pequeñas compresas de dos centímetros cúbicos de agua caliente o
fría y posteriormente de alcohol. La aparición de manchas y cristales suele ser
provocada por la expulsión de soluciones a la superficie, y a menudo ocurre en
ambientes que tienen cambios drásticos de temperatura y humedad, por ello, este
síntoma puede ser recurrente y requiere tratamientos periódicos. La cantidad
recurrente será la necesaria al deterioro de la estructura (Fernández, 2002).
El trabajo antes mencionado debe efectuarse idealmente por personal
capacitado y preparado para tal actividad, ya que se deben conocer métodos,
técnicas y herramientas a utilizar.

Integración de elementos simbólico-decorativos


Tomando en cuenta que el juego de pelota ya liberado tuviera elementos
simbólicos, como representaciones pictóricas o esculturas adjuntas a él, se llevará
a cabo una integración de cada uno de los elementos. Cabe mencionar que en los
juegos de pelota hasta ahora rescatados en Mesoamérica son pocos los que
cuentan con elementos o símbolos anexos. No se descarta sin embargo la
posibilidad de que el juego de pelota de Cuyuxquihui cuente con elementos
decorativos.

114
Análisis cerámico
El análisis cerámico será realizado sobre los materiales arqueológicos obtenidos
de la excavación y de aquellos materiales encontrados en superficie. Al momento
de que el material arqueológico llegue al laboratorio, será lavado cuidadosamente
dentro de una cubeta con agua pues de esta manera no se desperdicia mucha
agua. Se utilizarán esponjas suaves por seguridad a no destruir algún tipo de
pintura. En ocasiones se acude al cepillo dental como herramienta de lavado; en
este caso se recurrirá solo en materiales gruesos o burdos que se encuentren
cubiertos plenamente de tierra y que tampoco puedan ser dañados. Después de
haber sido secado naturalmente, es necesario marcar cada uno de los tiestos
cerámicos con la clave denominada para el proyecto, ejemplo:

CUYX JP K8 2010

Donde:
CUYX Cuyuxquihui
JP Juego de Pelota
K8 Cuadro
2010 año de intervención

El marcado debe ser realizado con tinta china negra en la parte de adentro
y hacia una esquina de la pieza o tiesto cerámico sin estropearlo.
El material lítico se divide en lítica tallada y lítica pulida. La lítica tallada es
aquella que se conoce como material de obsidiana, sílex o pedernal. La lítica
pulida es aquella piedra que se encuentra modificada parcial o totalmente con el
fin de manufacturar artefactos o esculturas. En estos materiales se llevará el
mismo procedimiento de lavado, secado y marcado. En este caso cambiará el
color de tinta negro a blanco, cubierto de algún esmalte transparente con el fin de
cubrir la clave del proyecto, pues estos materiales son un poco expensos a que se
borre la información.

115
El análisis cerámico se llevara a cabo de acuerdo a los objetivos del
proyecto ya mencionados en los primeros aparatados, a manera conveniente de
recabar mejores datos y apoyados en clasificaciones ya realizadas para el sitio de
los materiales arqueológicos.

6.5.1 Personal a contratar

La restauración del patrimonio cultural requiere de la participación


interdisciplinaria, conjunta, de arqueólogos, restauradores, conservadores,
biólogos, aunada la de personal con experiencia en aplicar criterios
arquitectónicos acordes a las realidades de México.
En este sentido, para llevar a cabo un proyecto de restauración
arqueológica es necesario contar con un buen equipo especializado en cada uno
de los trabajos deseados como restauradores, arqueólogos, ceramistas y
químicos, si se es necesario.
 2 Arqueólogos titulados como encargados de las excavaciones.
 1 Arqueólogo restaurador titulado, preferiblemente experto en
monumentos de la Costa del Golfo.
 1 Arqueólogo encargado de analizar materiales cerámicos.

Personal de apoyo
 10 Ayudantes generales (peones) que se encarguen de retirar la tierra
procedente de las excavaciones estratigráficas.
 2 Personas auxiliares en la restauración del juego de pelota.
 2 Asistentes durante el análisis de material, encargado de lavar,
marcar y guardar el material arqueológico.

116
6.5.2 Material

En cuanto a materiales de campo se necesitará equipo como;

 1 Tránsito
 1 GPS
 Brújula tipo bronton
 2 carretillas de llanta de hule
 2 picos
 2 picoletas
 2 palas
 2 cribadores de cuadro de 1 cm2 y de ½ cm2
 4 cucharillas de 4” y 2 cucharillas de 6”
 6 cubetas
 cuerda nylon amarilla o roja
 Hilo de cáñamo para trazar los pozos
 8 Niveles de hilo de aluminio preferentemente
 4 brochas de 6”
 4 brochas de 2”
 4 brochas de ½ pulgada
 Bolsas de plástico
 Etiquetas blancas

117
Material necesario para el análisis cerámico y lítico:

 1 computadora para base de datos


 Tabla Munsell
 Cepillos dentales de cuerdas blandas
 Esponjas
 4 cubetas
 Palillos
 Alcohol
 Algodón
 Bolsas de plástico
 Etiquetas
 Lápiz de dibujo
 Bolígrafos
 Estilógrafos
 Hojas blancas
 Hojas albanene
 Hojas milimétricas
 Lupa
 Tinta china blanca y negra
 Plumillas
 Esmalte transparente
 Tablas de apoyo

118
6.5.3 Propuesta de conservación del juego de Pelota

En ocasiones se cuestiona qué tan correcta o conveniente puede ser la liberación


y restauración de algún basamento prehispánico, pues resulta difícil la
conservación, tanto que muchas veces se toma la idea de dejarlo intacto y
cubierto de materiales naturales. En este sentido; como se planteó anteriormente
se debe aprovechar el interés de los habitantes de Cuyuxquihui, la disposición con
la que cuentan para el cuidado de esta zona arqueológica y sobre todo, la
situación cambiante en cuanto a identificar el sitio arqueológico como tal para
evitar cualquier posible eventualidad por desconocimiento o supuesta ignorancia
de que se trata de un sitio arqueológico.
Por otra parte, como se sabe, la acción del hombre y la naturaleza puede
dar lugar a los cambios más intensos sobre la integridad de un bien. En este
apartado se pretende encargar y tomar medidas pertinentes que permitan la
conservación del inmueble, mediante la aplicación de conocimientos, métodos,
técnicas y materiales para preservar el legado cultural. La presencia de los daños
y alteraciones provocados por agentes exógenos, como la fauna, la flora y la
acción humana, puede intervenirse mediante un programa provechoso de
conservación. Por su parte, los deterioros ya existentes pueden minimizarse con
las medidas que a continuación se proponen:

 Desmonte del área cercana al juego de pelota


 Revisión mensual de la estructura
 Limpieza mensual de la estructura, con ayuda de herramientas que no
dañen la estructura, tales como; brochas, esponjas, cepillos, agua, y demás
 Liberación de agentes exógenos
 Restricción de agentes sociales tales como visitas irrestrictas

119
En las partes de la estructura y elementos arquitectónicos próximos que
presenten la existencia de hierbas y plantas, presencia de humedad y de cambios
estéticos y arquitectónicos, se plantea realizar el retiro manual, manteniendo el
cuidado necesario para la estructura. En este caso debemos tener en cuenta que
las hierbas se arrancan de raíz, ya que de no ser así, su crecimiento se da con
facilidad. Después de haber eliminado la presencia de flora mediante una técnica
manual, es recomendable limpiar el área y continuar con el relleno del orificio
dejado, mediante una integración de materiales constructivos de cal y arena, para
prevenir y evitar de una vez por todas las filtraciones hacia el interior o exterior del
juego de pelota.
Algunos investigadores proponen la eliminación de fauna nociva, la cual no
es más que la erradicación de animales, sobre todo de grandes colonias de
animales como hormigas, abejas e, incluso, áreas de cobijo de ganado vacuno, o
de porquerizas. Aunque también se hace alusión a la presencia y eliminación de
roedores. En un criterio la eliminación de fauna nociva puede ser discutible, pues
finalmente, la fauna es propia del lugar y aunque ocasione daños a los edificios
arquitectónicos no deberíamos excluirlos de tal manera, tan solo controlar la
presencia de éstos y evitar algún acercamiento a los basamentos, quizás con
alguna red electrificada en el caso de fauna mayor como ganado vacuno.
Una vez eliminada la presencia de animales se resuelve el problema que
ocasionan los desechos orgánicos como el excremento de la fauna, que es uno de
los agentes que propician la presencia de insectos y genera alteraciones químicas
en los componentes de los materiales (Fernández, 2002).

120
CAPITULO VII
LA DIFUSION

7.1 Acceso natural del área cívico-religiosa hacia el juego de pelota

Los indígenas mesoamericanos crearon una arquitectura sin duda alguna


integrada al entorno, producto de una necesidad o eventualidad, en el caso de
Cuyuxquihui, el arqueólogo Ruíz Gordillo considera que fue como resultado del
abandono del Tajín debido a inundaciones y la consiguiente búsqueda de
espacios altos para nuevos asentamientos, aunque ligados a un control del
espacio adyacente16. Tal es el caso de Cuyuxquihui, cuyos edificios se integraron
nuevamente al ambiente posteriormente a su abandono, años después, debidos
precisamente a su destrucción por caída del acantilado sobre parte de la ciudad
prehispánica. Hoy en día esto forma parte de una armonía entre arquitectura y
naturaleza. Gran parte de la ciudad prehispánica yace bajo toneladas de arena
que se ha desgajado del acantilado.
Se ha mencionado con anterioridad que el juego de pelota de Cuyuxquihui
se encuentra localizado a 800 metros aproximadamente al sur del área
denominada como nuclear, por lo que muy pocos visitantes lo conocen. Como
parte de los objetivos de proyecto que inicialmente se expusieron, se pretende en
este apartado proponer el acceso que se abrirá directamente hacia el juego de
pelota.
Este camino constará únicamente de un acceso natural, que el mismo sitio
nos brinda. Será en forma de sendero, rodeando los árboles localizados en el
trazo propuesto. Lo conveniente es abrirlo de un metro y medio de ancho y evitar
el paso por encima de estructuras arquitectónicas.

16
Ruiz Gordillo, comunicación personal, noviembre de 2009, Facultad de Antropología de la U.V.
Xalapa, Ver.

121
El sendero desde la zona nuclear seguirá el trazo natural de la explanada
en el punto que inicia la pendiente hacía el río Tecolutla, lo cual permitirá, por un
lado, observar el paisaje y compartir la visión de la arquitectura por otro.
Se pretende hacer un aplanado del sendero con grava, pues como se
mencionaba antes, el sitio cuenta con algunos desniveles por lo que también será
cubierto de grava aunque no nivelado. Es bueno pensar en colocar barandales
naturales, posiblemente de carrizo, con el fin de cuidar la integridad del visitante y
tener al mismo tiempo una buena visión atrayente.
Este camino contará también con las cédulas que se requieran, por lo
general en este primer camino serán informativas y temáticas, en el siguiente
apartado se detalla la función de cada una.

7.2 Acceso natural de la comunidad hacia el juego de pelota

El sendero que, viniendo de la comunidad hacia el sitio arqueológico, pasa por el


juego de pelota, sigue una ruta cuyo origen didáctico puede ser, incluso, desde la
época de la colonia, toda vez que por estos lugares ocupó durante la guerra de
independencia el héroe guerrillero Serafín Olarte.
Este camino, no por el hecho de conectar a la comunidad de Cuyuxquihui
con la zona arqueológica, debe ser poco interesante. En este sentido, se pretende
que al igual que el camino que conecta el área cívico-religiosa con el juego de
pelota lleve los mismos elementos; un camino de grava con barandales naturales
de tarro o bambú y por supuesto, cédulas, las cuales en este caso podría ser
informativa y de cierre por ser la parte final o de salida del sitio arqueológico.
Ambos senderos que permitirán el acceso al juego de pelota transcurren
por diferentes entornos: manantiales, arroyos, cultivos de maíz, vainilla, árboles
hule, cacao, etcétera.

122
7.3 Cédulas informativas

Es de utilidad para el visitante de cualquier zona arqueológica o sitio patrimonial,


tener el conocimiento básico de lo que observa. Cuyuxquihui actualmente no
cuenta con ninguna cédula informativa a pesar de que recibe un buen porcentaje
de visitantes al año, por lo que se propone en este apartado la realización de las
mismas con el fin de comunicar el significado de Cuyuxquihui, proporcionar su
valoración para así contribuir con su conservación integral y uso comprometido.
Para aplicar un enfoque interpretativo en las cédulas informativas es importante
generar un buen esquema de interpretación, el cual deberá desarrollarse a partir
de la información científica obtenida de los trabajos de investigación en el sitio. Por
su parte dicho esquema establecerá al visitante actividades de educación y
difusión patrimonial de Cuyuxquihui.

En este sentido los criterios generales para la redacción de las cedulas serán las
siguientes:
 Se aplicará un vocabulario sencillo, claro y apropiado para un rango de
edades y personas.
 Se aplicará información concreta y visual correspondida con lo que el
visitante pueda observar desde su ubicación.
 La información de cada cédula se ordenará de lo particular a lo general.
 Los párrafos serán cortos a manera que se desarrolle una sola idea.
 El material debe ser resistente al intemperismo tal como; acero inoxidable
con un color y letra visible.
 El tamaño o medidas del material para su descripción va a depender de
cada tema de las cédulas.

123
Las señalizaciones de las cédulas de Cuyuxquihui serán las siguientes (figura 22):

 Conmemorativa
 Introductoria
 Temática
 Informativa
 De cierre

Conmemorativa: se refiere la bienvenida que se da al visitante, informar del


reconocimiento como patrimonio cultural, así como indicar en este caso que
Cuyuxquihui es una zona eco – arqueológica, el estado al que pertenece y la
fecha en que se le reconoce como tal.

Introductoria: sintéticamente se da información sobre el sitio de manera


breve, resaltando su cronología, filiación étnica, características constructivas y por
el cual sobresale el sitio.

Temática: es una cédula introductoria que incluye todas las informaciones


breves y en cuestión de párrafos, dando datos sobre cada uno de los edificios o
conjunto de estos, así como; explicar las funciones o usos que pudieron tener,
aspectos significativos de sus sistemas constructivos, etcétera. Pues su objetivo
no es más que sustentar o relacionarse con la idea o tema central. Para
Cuyuxquihui serán utilizadas dos tipos de cedulas temáticas, las cuales hemos
denominado temática-arqueológica y temática-ecológica. La primera contará con
la función de la descripción científica de los edificios prehispánicos y demás
materiales arqueológicos. La segunda ampliará el conocimiento de la ecología con
la que cuenta la región, por ejemplo; plantas exóticas como orquídeas, árboles en
extinción como el palo volador, etcétera.

124
Informativa: en realidad será aplicada toda vez que se remite únicamente a
indicar, mediante signos, tales como flechas, círculos cruzados por una línea
indicando prohibiciones de paso, así como lo concerniente al lugar: sanitarios, no
acceder, pendiente, áreas de descanso, estacionamiento, horarios, etcétera.
Una muy importante en el sitio, dada su cualidad de zona eco arqueológica
es informar al visitante que se está expuesto a encontrar animales considerados
venenosos, por lo cual se sugiere no apartarse de senderos.

De cierre: propone información conclusiva para fortalecer claramente la idea


principal, tales como las causas del abandono del sitio, mensajes de
agradecimiento, enfatizando la labor institucional en base a los trabajos de
conservación, investigación, protección y difusión de Cuyuxquihui. Otra más
remite a agradecer la visita y enfatizando que nosotros somos parte de la
conservación del sitio mediante nuestro respeto a ella.

Para ello se han diseñado las siguientes cédulas:

Conmemorativa

CUYUXQUIHUI
Zona Eco-arqueológica
INAH
Comunidad indígena de
Cuyuxquihui

125
Introductoria

Cuyuxquihui, palabra totonaca que significa “madera de armadillo”

Temporalidades comparativas con otros sitios

400 d.C. 900 d.C. 1200 d.C. 1521 d.C.

Tajín

Cuyuxquihui

Cempoala

Teotihuacán

Temática de carácter arqueológico

Eligieron un lugar seguro en donde se dedicaron a la agricultura,

construyeron edificios y adoraron a sus dioses, entre ellos a


Quetzalcóatl. Siglos después, la naturaleza cubrió con arena la ciudad,
sepultando su historia.

126
Edificio I

Es una estructura que por su volumen y ubicación fue


denominada así, es un macizo construido sobre un edificio
anterior. En su origen estuvo cubierto de un grueso estuco y
pintura color rojo, se han hallado restos de este color en las
cuatro fachadas y las escaleras.

Edificio II

Ésta estructura la conforman tres cuerpos en talud sobrepuestos, con


una escalinata orientada al este; construido de piedra laja las cuales
están unidas con cementante de tierra compacta, su destrucción se
debe a causas naturales y sobre todo, sociales.

Edificio III

Consta de un macizo rectangular posicionado de oriente a poniente,


adosado posiblemente al cerro en su parte oriental.
Su función indudablemente fue la de templo y en ella se observan al
menos tres etapas constructivas correspondientes a su origen
totonaco, coexistiendo con la Huasteca y la Azteca quienes se
posesionan del sitio hacía la segunda mitad del siglo XV d.C.

127
Edificio IV y V

A estos edificios se les nombra también como los “Dos Unidos”


debido a que comparten un muro hecho de sillería en la parte
posterior, misma que está adosada al Cerro Blanco. Ambos edificios
fueron construidos en forma individual y durante algún momento
fueron unidos mediante un muro posterior, quizá como defensa ante
los deslaves del cerro que, finalmente los sepultó.

Temática de carácter ecológico

Vainilla:

Planta aromática y típica de la región totonaca, la cual los antiguos


pobladores ocupaban para diferentes ritos medicinales. En la
actualidad se ocupa para productos aromáticos y es conocida a nivel
mundial.

128
Restrictiva o informativa

E WC

Los animales tienen derecho de paso,

Protéjase , respetándolos

De cierre

La comunidad de Cuyuxquihui y el INAH agradecen su visita.

Gracias por apoyar la conservación de esta área ecológica en

donde los antiguos totonacos vivieron y la cual sus descendientes

protegen para generaciones futuras

129
1 conmemorativa Acceso carretera 1,2
2 Informativa

3 Temática ecológica 13
4 Temática arqueológica 3,4,
5 Temática Edificio I

6 Temática Edificio II 5,6,7,8,9


7 Temática Edificio III ,
8 Temática Edificio IV 10
9 Temática Edificio V

10 Temática ecológica

Temática Juego de
11
Pelota

12 Informativa

13 De cierre

….. Sendero de visita

11,1
2

1,2
Acceso comunidad de Cuyuxquihui

Figura 22. Ubicación de cedulas a lo largo del sendero.

130
CAPITULO VIII

EL SENTIDO SOCIAL DE LA INTERVENCION

8.1 Integración comunitaria con el patrimonio cultural

Cuyuxquihui, al igual que muchos de los sitios arqueológicos, no termina su


historia en el momento en el cual el grupo cultural es obligado a migrar o la cultura
inicia su ocaso, o en que es abandonado; incluso hay sitios, como el mismo
Cuyuxquihui, Tajín, Cempoala, Quiahuiztlan, Paxil, entre muchos otros del Estado
de Veracruz y de México en general como Yaxchilán o Palenque, que continúan
siendo objeto de visitas relacionadas con pedimentos, agradecimientos, rituales,
etcétera, basta ver el gran número de ofrendas encontradas en los sitios
arqueológicos a los cuales nos hemos referido.
Hoy en día es frecuente por ejemplo, en el Tajín, localizar ofrendas
consistentes en flores, frutas, incienso, pequeñas piedras dentro de algunos
nichos, acompañados de piezas arqueológicas a los cuales denominan “ídolos”.
Sobre todo del lado poniente de los asentamientos podemos observar todas estas
ofrendas, quizá por dos factores que se nos ocurren: el lado del ocaso del sol, el
que ofrece interpretaciones religiosas o identidad, o bien porque es el lado en el
cual hay menos vigilancia por parte de custodios en Quiahuiztlan, Cempoala y
Tajín.
En todo caso, los sitios arqueológicos, estén o no abiertos al público, tienen
un sentido social de identidad cultural con el grupo que habita sobre él o cercana a
él. Podemos mencionar dos sitios: Mesa de Cacahuatenco que actualmente
investiga el Dr. Luis Sánchez y el de Yohualichan, en la sierra norte de Puebla que
estudia el Dr. Ruíz Gordillo. En ambos la comunidad emplea el sitio arqueológico
como espacio identificado aunque en el primero se da en forma de ceremonias y
en el segundo, en Yohualichan en forma de sincretismo, de cotidianeidad.
También existe otra particularidad de los sitios arqueológicos, la cual se ha
visto empañada por algunos sucesos como los acaecidos en la zona arqueológica
de Chincultik, en el Estado de Chiapas en donde los campesinos, antiguos dueños
131
del espacio, reclaman el derecho de ser ellos quienes usufructúen de los
beneficios que deja supuestamente el turismo, por lo que invaden el sitio
constantemente.
En nuestro sitio de estudio, Cuyuxquihui, no se han dado estas condiciones,
toda vez que, desde su comienzo en la vinculación con los trabajos, la comunidad
ha participado ampliamente en el cuidado, difusión y conservación del sitio 17. Para
ello, y como posible referencia del caso para otros sitios, nos acercamos a la
historia del sitio, la reciente, aunque no desvinculada del pasado.
Desde sus orígenes la comunidad de Cuyuxquihui, situada tres kilómetros
al sur del sitio arqueológico considera el espacio como un lugar de identidad y de
uso social, no en el sentido de usufructuar con supuestos beneficios económicos,
sino al contrario, utilizar la zona arqueológica como un refugio de identidad, de
aglutinante social, cultural.
Por ello es que desde el primer año se constituyen a lo que han llamado
“comité de ruinas” lo cual les permite ser reconocidos oficialmente como un órgano
coadyuvante del Instituto Nacional de Antropología e Historia18. Ellos rebasan este
membrete y exploran nuevas redes sociales y culturales incluyendo la de realizar
investigaciones ellos mismos en el Archivo General de la Nación, de manera tal
que exploran, como grupo, la participación del héroe local insurgente, indígena
nacido en Cuyuxquihui, en la historia y el espacio de la guerra de insurgencia.
Lo anterior conlleva a que la comunidad total, a través de los, entonces 108
ejidatarios, resumen en acciones prácticas el sentido social de la investigación. Y
por ello llevan a cabo la construcción del museo comunitario con aporte de piezas
arqueológicas e históricas junto con actividades tales como la recuperación de
memoria histórica y de jardines etnobotánicos o medicinales.
La propuesta de restauración del juego de pelota de la zona arqueológica
de Cuyuxquihui y el establecimiento de un acceso desde la comunidad de

17
Comunicación personal de la Custodio, Sra. Gregoria García; Cuyuxquihui, enero 2010.
18
Comunicación personal, José Cortés, Agente Municipal de Cuyuxquihui, enero de 2010.

132
Cuyuxquihui a la zona arqueológica tiene, por si misma y para ellos, un sentido
social que se ve acrecentado por la participación de ellos en la decisión de
espacios en los cuales se establecen paradores de difusión, aun cuando la
comunidad, enfocada a los de tipo ecológico, paisajístico, de flora y fauna, dejando
a los arqueólogos la decisión de elegir qué espacios arqueológicos pueden ser
susceptibles para ello.
Actualmente y bajo la perspectiva de obtener beneficios, no necesariamente
económicos derivados del “boom” que ha traído consigo el evento denominado
Cumbre Tajín, este “comité de ruinas” y la comunidad toda, plantean la apertura
del sendero para visitantes, un sendero que tendría una extensión aproximada de
3 kilómetros y que permitiría al visitante conocer diferentes aspectos de una
comunidad indígena y el patrimonio natural y cultural.
La orientación social que este proyecto tiene no es frecuente pues hay, casi
siempre, dos alternativas: las zonas arqueológicas se desligan de la comunidad
sustentante o vecina, o bien la comunidad no permite la investigación y
conservación de dicha zona arqueológica.
Pero, en nuestro caso hay una tercera alternativa en la cual quedan a salvo
los intereses de las instituciones y de la misma comunidad: el que cada una
participe con lo suyo sin menoscabo de una interacción en pro del patrimonio
natural y cultural.
El sentido social de los proyectos normalmente se han ido alejando cada
vez más de las comunidades indígenas o bien son intervenidos para una elite, así,
vemos sitios arqueológicos a los cuales hay que pagar determinada cantidad para
poder acceder a ellos, independientemente del acceso al sitio mismo, como
sucede con la zona arqueológica de Ixcareth, el cual es, por supuesto, una zona
arqueológica alejada de la posibilidad de visita, por razones económicas de
cualquier familia media de México.
En otros lugares, como en el cercano Tajín se observa que, si bien la
comunidad considera suyo el patrimonio cultural, éste en realidad, está
secuestrado por intereses personales de los custodios: únicos beneficiarios de

133
esta identidad indígena que proclaman oponiéndose a la Cumbre Tajín en tanto
obtienen beneficios económicos por participar en dicho evento, de acuerdo al
sentir de comerciantes ambulantes fuera de la zona arqueológica.
Es aquí en donde la comunidad de Cuyuxquihui aporta su experiencia en la
organización y obtención de beneficios, no necesariamente económicos, sino
sociales y de estatus en una competencia con otras comunidades.
De esta manera, ¿quién si no ellos conocen la tierra en que antiguos
pobladores del Totonacapan edificaron Cuyuxquihui? ¿Quién, si no ellos,
identifican recursos naturales de los cuales han vivido durante décadas?, conocen
los lugares seguros por los cuales transitar y llevar a punto seguro a los visitantes,
etcétera.
El sentido social de este proyecto a realizar en Cuyuxquihui no pretende
competir en cuanto a número de edificios liberados, toda vez que son pocos en
realidad los que ahí se encuentran, así como tampoco pretende constituirse en el
punto central de arribo de visitantes nacionales y extranjeros sino en ser un punto
en el cual el visitante se encuentre inmerso entre la obra de la naturaleza y la obra
del hombre, apoyado por senderos lógicos, seguros, interpretativos y que
redunden en una identidad reforzada no sólo por su origen indígena sino por su
capacidad de rescatar antiguas costumbres como la faena o mano vuelta en bien
de la sociedad. Aunque, en este caso, la sociedad sea la comunidad de
Cuyuxquihui en un ámbito local.

134
CAPITULO IX

COMENTARIOS FINALES

Si bien es dicho que la arqueología como ciencia humana puede con su


objeto de estudio conocer, aunque no en su totalidad, si por lo menos
parcialmente, el modo de vida de aquellas personas que vivieron en tiempo y
espacio pasado, pues muchas son las investigaciones que podemos obtener con
base a los materiales tangibles e intangibles dejados por sociedades
prehispánicas, de Mesoamérica.
Como parte del legado antiguo de México que aun encontramos
abundantemente en toda la Republica Mexicana, que todos observan y que pocos
se interesan, es la arquitectura prehispánica. Son mínimos los estudios basados
en restauraciones, conservación y difusión de sitios arqueológicos que cuentan
con elementos arquitectónicos pobres, no tan impactantes como los de Tajín o
Chichen Itzá, Teotihuacán o Monte Albán, por ejemplo. Son más los sitios que no
pueden ser intervenidos, por cuestiones políticas, económicas, entre otros. Sin
embargo, lo anterior no debe permitir su desaparición.
De esta manera, si queremos hacer realmente conservación más que
restauración, nuestra acción debería ser básicamente preventiva, pues la
conservación es básicamente el cuidado permanente de los mismos, dirigiéndose
al estudio profundo de las causas de deterioro de nuestro patrimonio cultural, para
encontrar y aplicar las soluciones más adecuadas.
Debe emprenderse una acción educadora dentro y fuera de las escuelas,
para incitar y estimular el respeto para lugares de gran interés, pues de cierta
manera incumbe a todos mantenerlos y resguardarlos, no es sólo el trabajo del
arqueólogo, arquitecto y otros investigadores conservarlos. Así también los
Estados deben facilitar la apertura de nuevos museos especiales para el estudio y
la representación de los aspectos naturales y culturales correspondientes a cada
región.

135
Desde que las sociedades del México antiguo evolucionaron de nómadas a
sociedades sedentarias, los lugares que eran visitados periódicamente se
convirtieron en edificaciones permanentes ubicadas en el núcleo de los
asentamientos, y en muchos sentidos con el paso del tiempo se volvieron en el
centro de la vida misma.
Pues de ser así, debemos tener en cuenta y hacer conciencia que una
estructura arqueológica es el resultado de complejos sistemas de organización
social que sin duda alguna se rigieron mediante los procedimientos constructivos
necesarios para así obtener necesidades satisfactorias en escala colectiva como
lo vemos en plataformas, plazas drenajes, espacios públicos, pirámides,
adoratorios o templos.
En primer punto hay que hacer referencia a la geología como proveedora
de material primario para las construcciones arquitectónicas pues de cierta
manera sin ello y la fuerza humana no hubiese sido posible tan magnífica
arquitectura. Debemos tomar en cuenta también el contexto ecológico, la
abundancia o escasez del líquido vital: el agua, el relieve del terreno, la fertilidad
del suelo, etcétera que los constructores tomarían en cuenta para su actividad
productiva de magnificas edificaciones.
Entre diferentes edificaciones, tanto de carácter habitacional, ceremonial,
político y social, encontramos el tan mencionado juego de pelota que no deja de
ser sorprendente por sus variaciones constructivas; fue sumamente atractivo e
importante entre los pueblos que habitaron Mesoamérica en tiempos
prehispánicos. Tan es así que ha logrado sobrevivir en algunos puntos de nuestro
país, aunque ya sin todas las implicaciones religiosas, económicas, sociales y aun
políticas que en aquel tiempo pudiera haber tenido.
En una entrevista19 se menciona que; actualmente siguen practicando el
juego de pelota que más que verlo como un rito sagrado son compromisos que se

19
El juego de pelota Mixteca, entrevista a Misael, habitante de Cuchilquitongo, Oaxaca, por Varinia
del Ángel y Gabriela León.

136
hace con otro comunidad a manera de entrenamiento que a su vez mantiene viva
esta tradición. Ahora no se apuestan vidas o sacrificios, pues lo que se gana es
dinero que va de los 100 pesos moneda mexicana a 1000 pesos. Para los
actuales habitantes de Oaxaca se trata de una actividad muy importante y se
esfuerzan mucho porque no se pierda como tradición. El juego de pelota Mixteca
no es algo del pasado. Muchas familias lo practican y están orgullosas de
participar en un deporte antiguo que no ha dejado de evolucionar.

Hablando un poco más del juego de pelota, el cual se torna esta


investigación, debe saberse que en Mesoamérica varía sus características de
acuerdo a tiempo y espacio; es decir, no todas las canchas mantienen las mismas
medidas pues hasta ahora la cancha más amplia y con medidas mayores es la de
la zona maya, localizada en Chiche-Itzá. Para Veracruz por ejemplo, los
elementos decorativos adjuntos más llamativos y relevantes son los que
encontramos en el Tajín, contando con tableros que plasman escenas míticas
llenas sin duda alguna de una cosmovisión prehispánica. Mencionando esto, la
cosmovisión de acuerdo a investigaciones anteriores se le ha relacionado con el
movimiento del universo a través del sacrificio humano, la decapitación y la
mutilación propiamente como los que vemos en los tableros de El Tajín. Los
códices, las figurillas encontradas en el sur de Veracruz y demás esculturas por su
parte, no es casualidad encontrarlas asociadas a estructuras arquitectónicas de
este tipo, pues en este sentido; debemos adentrarnos en esta forma prehispánica
de percibir el mundo como, un movimiento de vida-muerte-vida, al que finalmente
el sacrificio humano daba paso a una nueva vida.
En este trabajo no se descarta la idea que por lo menos en el estado de
Veracruz, fue la llamada cultura Olmeca quien dio a conocer el juego de pelota
como una práctica religiosa y a pesar de no encontrarnos hasta ahora con
chanchas o espacios netamente “estéticos” o de piedra como lo son la mayoría en
Mesoamérica, si podemos notar una cosmovisión mesoamericanista, esta idea de
mantener el movimiento solar y proveer a sus dioses con el sacrificio humano al

137
finalizar esta práctica. Considero que fue esta cultura al sur de Veracruz quien
difundió a las demás sociedades prehispánicas quienes más adelante se
encargaron de estilizarlo, pues si bien es cierto; las canchas alzadas en piedra y
con más detalles son ubicadas en un periodo clásico y precisamente al centro del
Estado como lo vemos en El Tajín.
Por su parte Cuyuxquihui zona arqueológica de la cual deriva esta
investigación, comparte arquitectura típica del centro de Veracruz o al menos lo
que hasta ahora conocemos como ello, dado a sus materiales constructivos como
la piedra laja, edificios rectangulares, compuesta de tres a más cuerpos,
escalinatas y alfardas hace suponer que continuó con este estilo arquitectónico
hasta el Posclásico tardío. Es decir, no considero el sitio arqueológico de
Cuyuxquihui como un sitio de civilización heterogénea sin ideologías concretas
pues también plantearía que Cuyuxquihui debido a sus características
arquitectónicas, cerámicas, estilísticas, etcétera, es un sitio por lo que conocemos
hasta ahora, de características totonacas, con influencia y prestamos de la cultura
Huaxteca, Azteca y posiblemente Tolteca, debido a algunos elementos
arquitectónicos como el talud-tablero y cerámica encontrados hasta el momento.
Las características de estos monumentos arqueológicos proporcionan
información no sólo sobre las creencias de un grupo en particular que habitó
Cuyuxquihui, sino, que también arroja luz sobre conocimientos arquitectónicos y
de ingeniería. Nos indican además una complejidad social, pues es obvio que
levantarlas requería de la participación de grandes organizaciones humanas y
pueblos completos.
Así pues; Cuyuxquihui aunque tienen diferentes formas, las estructuras
hasta ahora liberadas y expuestas al público presentan ciertas características
básicas. A pesar de no ser edificios tan elevados fueron erigidos sobre
basamentos y cuerpos que se van acopiando uno sobre otro, dándoles una forma
característica; así como las escalinatas que conducen hacia el templo definidas
por amplias alfardas y rematadas por cubos. Es necesario tener en cuenta que la
mayoría de los cuerpos que ahora observamos son el resultado de diferentes

138
etapas constructivas, es decir; la pirámide que se observa actualmente, conserva
en su interior a otras más antiguas de las cuales, en restauración arquitectónica,
deben de dejarse “testigos”, lo cual se ha realizado hasta ahora en Cuyuxquihui y
se aplicará en el juego de pelota.
Es difícil concluir con pocos datos previos a la investigación presente, y con
lo hasta ahora teóricamente recabado y de acuerdo a los materiales encontrados
en temporadas de campo pasadas, podemos mencionar que Cuyuxquihui fue un
sitio arqueológico erigido en el posclásico mesoamericano, posiblemente después
de la caída de Tajín, hacía el año1200 d.C. En base a la cerámica datada es obvio
suponer que este sitio, Cuyuxquihui, mantuvo contacto directo con la Huasteca
debido a su cercanía geográfica e indudable comercio mantenido, pues nos
encontramos con tipos cerámicos provenientes de esta zona. Sin dejar aún lado la
relación con sitios ubicados en el propio centro del Estado de Veracruz como;
Yohualichan, Paxil-Morelos, Filobobos, Morgadal, Castillo de Teayo entre otros.
De acuerdo a la arquitectura y que no se han realizado excavaciones
extensivas, resulta realmente complicado conocer con exactitud las relaciones
espaciales arquitectónicas y urbanísticas que prevalecieron en algún sitio
arqueológico cuando aún no todos los edificios han sido intervenidos mucho
menos cuando no se cuenta con otras investigaciones anteriores ni posteriores a
las del arqueólogo Ruiz Gordillo, pues distintos interesados solo hacen mención
del sitio con un carácter descriptivo y no netamente científico. Sobre los muros de
contención algunos investigadores han querido ver un tipo de arquitectura militar
dentro de Cuyuxquihui. No estamos de acuerdo debido a que hasta ahora no se
han encontrado murallas como tales, emplazamientos protegidos, fortalezas o
guarniciones, silos, amplios campos de cultivo, etcétera. Se toma en cuenta
también la topografía del sitio, pues este cuenta con una visión amplia desde
arriba hacia el valle por lo que era muy fácil tener el control de las personas que se
dirigían hacia Cuyuxquihui, sin dejar a un lado también el difícil acceso debido a la
naturaleza de la región, es más bien un sitio arqueológico con defensas naturales
más que militares como algunos otros afirman.

139
En el aspecto social, sabemos que la mayor riqueza que puede tener una
comunidad es su identidad como resultado de su cultura, en este sentido las
creencias, costumbres, la lengua, experiencias y rasgos físicos forman parte de
cada individuo. Además del conocimiento que los practicantes de cualquier cultura
tienen del medio que los rodea y la forma en la que se adaptan al mismo. Las
formas de satisfacer sus necesidades individuales y colectivas son particulares.
Los totonacos actuales asentados en la comunidad de Cuyuxquihui, comprenden
este acontecer y mantienen en su sociedad una buena parte preocupada por
preservar uno de los aspectos fundamentales de su cultura; como lo son sus
restos arqueológicos, sus costumbres, sin dejar a un lado su lengua totonaca,
factor determinante de la comunicación y transmisión de la cultura. Así, las
culturas y sociedades poseen conocimientos, experiencias, valores y materiales
arqueológicos que han logrado conservar en su devenir histórico, es por ello que
los individuos que las conforman tienen la misión de, transmitir y salvaguardar esta
herencia cultural para contribuir en el desarrollo de las nuevas generaciones
En este sentido, y ligado a la restauración del juego de pelota ubicado en la
zona arqueológica de Cuyuxquihui, Veracruz; ayudará a mantener un
conocimiento científico del sitio arqueológico en cuanto a estilo arquitectónico,
temporalidad y demás. Para llevar a cabo una propuesta de restauración en este
caso del juego de pelota localizado en el sitio arqueológico de Cuyuxquihui es
necesario tomar en cuenta en primera instancia los objetivos generales y
particulares del proyecto y la autorización del Consejo de Arqueología en México,
sin dejar a un lado la intervención valiosa de la comunidad del sitio investigado. De
acuerdo a ello hemos propuesto una metodología la cual se adecua a las
necesidades del mismo, aquellas que sin dañar los basamentos arquitectónicos
nos ayude a recabar la mayor información arqueológica para que al final se den a
conocer en carácter científico.
La difusión por su parte es aquel resultado científico de la investigación
arqueológica previa del sitio, la cual es relevante para las generaciones futuras
que se interesen en este sitio tanto arqueológicamente como antropológica y

140
ecológicamente hablando, debido a que son pocas las comunidades que se
interesan y forman parte de su pasado prehispánico. A pesar de su belleza
natural, de su interés científico y de la experiencia que sobre los efectos de
inundación y abandono puede obtenerse, el sitio es poco conocido y no por la
poca validez como sitio prehispánicos sino más bien por el poco conocimiento que
se tiene de él en cuanto a su ubicación y demás elementos, y a pesar de que la
investigación no se pretende para una derrama turística; para los habitantes de la
comunidad en ocasiones dejara recursos monetarios.
Como parte de la difusión del sitio arqueológico de Cuyuxquihui, la
realización de accesos naturales propuestos, se formuló con el único interés de
tener comunicada la zona nuclear del sitio, el juego de pelota y la comunidad;
pues si bien es cierto en descripciones anteriores, casualmente el juego de pelota
se encuentra en medio de estas dos áreas a 800 metros aproximadamente de
cada una.
Finalmente debemos indicar que esta es una propuesta de trabajo que será
llevada a cabo durante el primer trimestre del año 2011 con apoyo del INAH y del
Gobierno del Estado de Veracruz. Es, pues, una propuesta viable de aplicación del
trabajo recepcional.

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Estadística, Geografía e Informática, escala 1:1,000,000; México, 1981.

CARTA DE TEMPERATURAS MEDIAS ANUALES, Dirección General de


Geografía del Territorio Nacional, bajo la coordinación general de los Servicios
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