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Apunte 8

FISIOPATOLOGIA ONCOLOGICA

El cáncer es un grupo heterogéneo de enfermedades que se caracteriza por la proliferación


incontrolada de células morfológica y funcionalmente mal diferenciadas, que tienen la
capacidad de invadir los tejidos vecinos (invasión local) y órganos distantes (metástasis).
Como sinónimos de cáncer, se utilizan los términos neoplasias malignas o tumores
malignos, que deben diferenciarse de las neoplasias y tumores benignos, que son proliferaciones de
células bien diferenciadas, sin capacidad de invasión local ni distante.

I. Etiología

Si bien se desconoce el mecanismo intimo que causa el cáncer, se han identificado


múltiples factores etiológicos que tienen diferente importancia en cada neoplasia en particular.
1. Genéticos: la importancia de este factor es clara en algunos raros tumores hereditarios, y en la
mayor predisposición familiar para desarrollar ciertos tipos de cáncer, como los de mama y de
colon. Es probable que este factor opere en otras neoplasias.

2. Virus: en algunos raros tipos de cáncer de animales y humanos se ha podido identificar virus
que desencadenan la enfermedad o se relacionan a ella (Ej. Virus Papiloma y cáncer de cuello
uterino). Esta etiología se sospecha también para el cáncer hepático y algunos tipos de linfomas.

3. Sustancias químicas: entre estas las más importantes son los carcinógenos contenidos en el
humo del tabaco (Ej. Benzopireno), que causan el cáncer bronquial, así como neoplasias de
cabeza y cuello, páncreas y vejiga. Otro carcinógeno importante es el asbesto, utilizado en el
aislamiento térmico.

4. Radiaciones: la exposición prolongada a los rayos ultravioleta de la luz solar se asocia a mayor
frecuencia de cánceres de piel. Las personas expuestas a otras radiaciones ionizantes como
radiaciones médicas, minerales radiactivos, escapes de plantas nucleares tienen más frecuencia
de cánceres hematológicos.

5. Inmunidad: existen evidencias de que las alteraciones de la inmunidad celular se asocian a una
mayor incidencia de algunos tumores. Se cree que la degeneración maligna de las células sería
un fenómeno frecuente, pero que no se manifiesta más a menudo debido a que el sistema
inmune reconoce estas células como extrañas y las elimina.

En muchos tumores malignos no existe un claro factor etiológico responsable y a veces ni


siquiera factores de riesgo demostrables. Existiría, en general, una proliferación excesiva de estas
células anormales, que no son eliminadas por el sistema inmune y que se multiplican en forma
autónoma hasta constituir un tumor maligno.

II. Histología

Las células malignas presentan tamaños y formas que permiten distinguirlas de las normales
mediante el examen microscópico. Estas células suelen tener, además, una cantidad anormal de
mitosis (proceso de reproducción celular, se replican más a menudo), que revela su mayor
velocidad de proliferación. Las células neoplásicas invaden las estructuras normales del órgano
afectado, reemplazando a éstas y destruyendo su arquitectura. En sus estadios iniciales, la lesión
puede ser no invasiva, formando el llamado cáncer in situ.
Las lesiones malignas son frecuentemente precedidas por alteraciones en la forma celular y en
la arquitectura del órgano, llamadas displasias. Dependiendo del tipo de células que proliferan, se
pueden distinguir, entre otros:

 Carcinomas: son tumores que se originan en las células epiteliales de piel, bronquios, tubo
digestivo, cuello uterino, mama, etc. Los originados de células glandulares se denominan
adenocarcinomas.

 Sarcomas: son neoplasias derivadas de los tejidos de sostén o vasculares, como Fibrosarcoma,
Liposarcoma, Condrosarcoma, Osteosarcoma, Angiosarcoma, etc.

 Linfomas: son tumores producidos por proliferación de células malignas provenientes de los
ganglios linfáticos.

 Leucemias: neoplasias causadas por la proliferación anormal de leucocitos o linfocitos. Este


tipo de cáncer no forma un tumor sólido propiamente tal, ya que las células invaden la sangre.

I. Mecanismos de daño neoplásico y manifestaciones clínicas

Si se deja evolucionar a los pacientes con cáncer sin efectuar un tratamiento eficaz, se
observa que prácticamente todos fallecen debido a las alteraciones producidas por el tumor. Estas
se pueden clasificar en:
1. Invasión local: Las alteraciones locales se deben a la presencia del tumor primitivo en un
órgano y a la invasión o compresión de estructuras normales vecinas. Esto puede provocar
dolor por compromiso directo de nervios, edema, inflamación, obstrucción, hemorragias y
alteraciones funcionales. Por ejemplo, un Carcinoma Gástrico puede causar dolor abdominal,
hemorragia digestiva y alteración del transito intestinal; algunos tumores pueden obstruir
vísceras huecas y, dependiendo de su ubicación, producir bloqueo del tránsito intestinal o del
flujo urinario o biliar. Además, la presencia del tumor puede facilitar la infección de los
órganos afectados, al alterar sus mecanismos de defensa locales. También pueden comprimir
órganos vecinos, acción que también ejercen los tumores benignos.

2. Metástasis: son tumores secundarios ubicados en órganos diferentes al afectado inicialmente.


Ellas se producen por diseminación de células neoplásicas a través de dos vías principales:

a) Metástasis linfáticas: se producen por invasión de los vasos linfáticos y


comprometen inicialmente a los ganglios regionales, por lo que su existencia no implica
necesariamente una diseminación al resto del organismo.
b) Metástasis hematógenas: generadas por invasión del torrente sanguíneo por células
tumorales. Si bien las células se diseminan probablemente por todo el organismo, las
metástasis se hacen evidentes sólo en algunos órganos, ya que se necesitan condiciones
especiales para que las células aniden y proliferen. Los más frecuentemente afectados son
los huesos, el hígado, los pulmones, la pleura y el cerebro.

Las metástasis comprometen, al igual que el tumor inicial, la estructura y función de los
órganos. Las metástasis cerebrales pueden dar síntomas neurológicos focales, cefalea,
convulsiones, hipertensión endocraneana; las óseas provocan dolor o fracturas patológicas; el
compromiso hepático se puede manifestar por ictericia y por hepatomegalia nodular y dolorosa,
por la distensión de su cápsula.

3. Efectos sistémicos: Los más importantes son fatigabilidad, pérdida de peso, anorexia,
debilidad y fiebre. Aunque la fisiopatología de muchos de estos trastornos no es conocida, se
supone que hay algunas sustancias tumorales que pudieran actuar como agentes anorexígenos o
como agentes que inducen fiebre. La baja de peso se debe, en general, a la baja ingesta calórica
debida a la anorexia y al estado hipermetabólico de algunos de estos pacientes. Es también
frecuente la anemia, que puede deberse a múltiples mecanismos, tales como alteraciones del
metabolismo del fierro, infiltración medular, hemorragias, fenómenos autoinmunes, etc.

Existen además los llamados síndromes paraneoplásicos, que son manifestaciones


sistémicas provocadas por sustancias circulantes, como hormonas o complejos inmunes, producidas
por el tumor. A modo de ejemplo es conveniente citar:

a) Los tumores pancreáticos, que se caracterizan por secretar factores procoagulantes que
determinan fenómenos trombóticos en las extremidades inferiores.
b) La secreción de ACTH (hormona adrenocorticotrofina) y ADH (hormona antidiurética) por
parte de tumores pulmonares de células pequeñas, lo que se asocia a un síndrome de Cushing
(exceso de corticoides naturales o endógenos) y al llamado síndrome de secreción inapropiada
de ADH, respectivamente.
c) La secreción de sustancias con acción semejante a la PTH (Paratohormona) por parte de
algunos tumores de cabeza, cuello, mama y pulmón, las que determinan hipercalcemia.

II. Prevención y Detección Precoz

Se refiere fundamentalmente a la eliminación de factores de riesgo. Por ejemplo, el cese


del tabaquismo lleva a una disminución progresiva del riesgo del carcinoma del pulmón hasta
igualarse al de los no fumadores después de aproximadamente 11 años de suspendido. La debida
protección ante la exposición solar previene el desarrollo de cánceres de piel, como también la
protección ante la exposición al asbesto hace disminuir el riesgo de cáncer de pulmón y pleura.
Existen métodos de tamizaje (screening), que son exámenes que se aplican a una
población de mayor riego para un cáncer determinado con el fin de detectarlo precozmente. La
detección y el tratamiento de un cáncer en estadio temprano mejora la sobreviva del paciente.
Ejemplos de screening son la mamografía anual para la detección del cáncer de mama en mujeres
mayores de 40 años, el Papanicolau en mujeres sexualmente activas o mayores de 25 años para la
pesquisa del cáncer de cuello uterino y el antígeno prostático en hombres mayores de 50 años para
la detección del cáncer de próstata.

III. Diagnóstico:

Si bien los síntomas pueden ser muy variados, hay algunos elementos que pueden orientar
hacia el diagnóstico de una neoplasia maligna. A modo de ejemplo citaremos manifestaciones
clínicas como baja de peso involuntaria, adenopatías, anemia, fiebre prolongada y alteraciones
debidas al compromiso de un órgano en particular, como dificultad al tragar, tos persistente, tos con
sangre, hemorragias vaginales o rectales, ulceraciones cutáneas que no cicatrizan, lesiones
pigmentadas de la piel, convulsiones inexplicables, ictericia sin causa evidente, etc.
Los estudios de laboratorio y la exploración radiológica o instrumental están destinados a
identificar el órgano que esta comprometido. La biopsia es un procedimiento quirúrgico destinado
a obtener una muestra del tejido tumoral para confirmar el diagnóstico y obtener el tipo histológico
del mismo. Esto también puede lograrse mediante estudios citológicos de células neoplásicas
aisladas obtenidas por diferentes métodos según el órgano comprometido (punción, frotis directo,
lavado del área afectada, etc.) De la extensión del tumor y de su tipo histológico depende el
pronóstico y la terapéutica a efectuar.

 Etapificación de los tumores:

El pronóstico y el tratamiento de los tumores esta determinado, en general, por el tipo


histológico, por las condiciones generales del enfermo y por el grado de extensión en el momento
del diagnóstico. El sistema más utilizado para valorar la extensión de los tumores sólidos es el
denominado TNM, donde T hace referencia al tamaño del tumor local, N a la presencia de nódulos
linfáticos comprometidos y M a la existencia de metástasis a distancia.
Si bien cada tumor tiene una clasificación un tanto diferente, en general se procura
agruparlos a todos en tres estadios, siendo el primero de ellos el que se refiere a un tumor
localizado; el estadio dos a la extensión tumoral regional y el estadio tres a una diseminación a
distancia, habitualmente no resecable.

IV. Historia natural

Los tumores malignos no tratados o los tratados en forma incompleta tienden a extenderse,
produciendo invasión local y posteriormente metástasis a distancia, que dan lugar a dolor,
alteraciones funcionales, caquexia y finalmente la muerte, ya sea por la falla de un órgano vital
comprometido o por efectos colaterales derivados del tumor, como hemorragias, infecciones o
desnutrición. La curación espontánea de tumores malignos es excepcional.

V. Tratamiento:

Existen varias modalidades de tratamiento como la extirpación quirúrgica del tumor, uso de
drogas anti-neoplásicas (quimioterapia) y radioterapia. En algunos tipos de tumores estas tres
modalidades pueden combinarse.
Por otra parte, en los casos en que no es posible ningún tipo de terapia anti-neoplásica, el
tratamiento es paliativo y está dirigido al alivio de los síntomas y a brindar apoyo médico integral
al paciente.

1º Revisión: Ruben Gennero Riganti, 8/08/2004.


2º Revisión: Fernando Avila Rencoret, 09/08/2004
Revisado AD 11/8/2004.

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