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Desarrollo empresarial y económico del siglo XIX:

LOS CASOS DE SANTA MARTA, BARRANQUILLA

Y CARTAGENA.

Durante el siglo XIX, la Nueva Granada vivió un lapso de tiempo en el cual muchas

empresas del país, principalmente las del interior, Antioquia y la Costa Atlántica

experimentaron cambios radicales debido a la modernización de métodos, materiales,

infraestructura y a la apertura de mercados, que exigían un adecuado manejo y

utilización de recursos económicos para el rápido perfeccionamiento que se estaba

requiriendo. Muchos empresarios asimilaron tales pretensiones y contribuyeron al auge

de la economía que se comenzó a presentar gracias al impulso del comercio, que se

tomó como la principal actividad económica en algunas regiones del país.

A continuación se presentarán tres casos particulares de la Costa Atlántica y su

desarrollo comercial: Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.

Cabe mencionar que durante este período de la historia patria, se presentaron diversos

acontecimientos militares y revolucionarios que conllevaron a que el sector económico

se adjudicara un declive, debido a la inestabilidad política y socio-económica que éstos

hechos proporcionaban a las arcas financieras de los empresarios. Estos trances de

decadencia y luego surgimiento empresarial, o viceversa, se presentaron para las tres


regiones (Santa Marta, Barranquilla y Cartagena) , en diferentes momentos, dentro del

siglo XIX.

En la Costa Atlántica se describió un amplio desarrollo en el comercio, principal y

básicamente el que se adelantaba en los ríos y el marítimo. Debido a la relativa

cercanía de estas ciudades al torrente fluvial más importante del país, el río Magdalena,

se disputaron el monopolio del transporte y del comercio fluvial que allí se presentaba

con gran fluidez y rentabilidad.

Para Cartagena, que fue la primera en tener su auge de comercio marítimo a finales del

siglo XVIII y principios del XIX, le fue muy difícil acceder al río Magdalena por vía fluvial

ya que el canal del Dique que fue construido para tener una ruta alterna de fácil ingreso

a esta arteria del país, estaba en muy mal estado, así que la actividad comercial de

Cartagena estuvo condicionada por los ciclos en los que éste permaneció abierto o

cerrado para la navegación de los vapores que transitaban por el río Magdalena 1. Pero

esto no significó el decaimiento total de la economía cartagenera ya que los

comerciantes buscaron otras rutas y opciones de negocios, fue así como se

establecieron relaciones con las gentes de las zonas del río Sinú y Atrato, esto les

permitió atenuar el retiro que sufría por la incomunicación sufrida por el Canal del

Dique, que a pesar de los esfuerzos e iniciativas adelantadas, decayó inevitablemente,

hasta finales de la década de 1870, cuando fue rehabilitado bajo la gestión de el señor

gobernador del Estado Soberano de Bolívar, en ese entonces, Rafael Núñez. A partir

1
RESTREPO, Alberto; RODRÍGUEZ, Manuel. La actividad comercial y el grupo de comerciantes de Cartagena a
finales del siglo XIX. P 57. Estudios Sociales Vol 1, 1 de septiembre de 1986.
de entonces Cartagena gozó de una bonanza comercial que se reflejó en los ingresos

que obtenía la ciudad, a través de la Aduana, que se triplicaron entre 1882 y 1887.

Caso no parecido al de Barranquilla que al encontrarse muy cerca de la

desembocadura del río Magdalena, disfrutó de privilegios que no tenía tampoco Santa

Marta, ya que para llegar al río desde ésta había que cruzar innumerables caños y

ciénagas a través del afluente de la Ciénaga Grande de Santa Marta, labor difícil

cuando se trataba el transporte de mercancías, así que los comerciantes preferían no

escoger este puerto para llevar sus propiedades al interior del país, desplazando así a

Santa Marta hasta un tercer plano en la actividad portuaria. Cabe destacar que Santa

Marta fue el principal puerto marítimo y fluvial del país durante la década de 1840 hasta

la década de 1870, y que debido a esto y a la labor desarrollada por la Aduana de esta

ciudad sus ingresos aumentaron considerablemente, hasta cuando se construyó la vía

férrea Barranquilla-Sabanilla, que agilizó y dinamizó el comercio exportador e

importador del país a través de esta zona y que llevó a Barranquilla a convertirse en el

principal puerto de la república a partir de finales del siglo XIX.

Al acontecer esto, muchos de los comerciantes extranjeros y nacionales instaurados en

Santa Marta y Cartagena comenzaron a emigrar hacia Barranquilla y otras ciudades,

debido a la bonanza comercial que allí se presentaba en ese momento e implantaron

prósperos negocios que la convirtió en el foco industrial y portuario de la nación,

trayendo con esto la ruina de la ciudad de Santa Marta, cuya principal fuente de

ingresos eran las actividades portuarias. Caso diferente sucedió con Cartagena que

procuró desarrollar otras actividades económicas algunas sin éxito, como la ganadería,
que fue negocio próspero hasta principios del siglo XX y la minería que no representó

mayor negocio en esta región.

Para Santa Marta esta ruina trajo como consecuencia la fuga de cerebros y de capital2

que fluían hacia Barranquilla, contribuyendo al desarrollo industrial de ésta. Mientras en

Barranquilla existían cientos de negocios, muchos de éstos constituidos por los

miembros de la élite samaria, en Santa Marta sólo existían unos cuantos negocios de

actividades intrascendentes que no aportaban nada para el desarrollo regional.

Santa Marta sólo vino a recuperarse de este golpe a partir de las primeras décadas del

siglo XX, cuando surgió en el departamento del Magdalena el auge por el cultivo de

banano y su respectiva exportación y comercialización interna.

Quizá si Cartagena y Santa Marta hubieran iniciado la construcción una red de vías

férreas para el comercio, sus actividades económicas no se hubieran decaído ni

atrasado tanto.

Es notable también el papel que jugaron los extranjeros en el desarrollo industrial de la

ciudad de Barranquilla, ya que éstos, eran dueños de por lo menos el 50% de las

empresas que estaban establecidas allí. Para Cartagena fue también importante el

aporte de estos foráneos. Fue desemejante al caso de Santa Marta, ya que su

economía durante su época próspera fue administrada por personas nativas o

nacionalizados hispanos; sólo unos pocos -una gran minoría- participó en la economía,

pero los que lo hicieron se destacaron en sus labores.

2
VILORIA DE LA HOZ, Joaquín. Empresas y empresarios de Santa Marta durante el siglo XIX: El caso de la
familia De Mier. Monografías de Administración. Universidad de los Andes, Agosto de 2002. P 50.
Se puede concluir que la actividad portuaria comercial ha estado vigente desde sus

inicios y ésta ha traído innumerables beneficios para los que se han dedicado a ella.

De aquí que sea un sector del cual su hegemonía sea disputada por las regiones que

participan de él. Se ha visto que las tres ciudades mencionadas Santa Marta,

Barranquilla y Cartagena han sido casos diferentes en cuanto al desarrollo de este

tema, y sus economías se han basado principalmente en el sector portuario.

Personalmente me he centrado en éste durante el desarrollo de este ensayo porque me

parece que es la principal actividad económica del siglo estudiado, el XIX, que

contribuyó al empuje de la economía regional.

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