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AMÉRICA LATINA: UNA REGIÓN

VULNERABLE ANTE LAS


TENDENCIAS ACTUALES, NUEVAS
OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS.

ALUMNAS DE 4º AÑO PROFESORADO DE GEOGRAFIA


AÑO 2008
“Se acaba la centuria y un sentimiento de frustración
por lo que pudo ser y no fue se extiende
por la eterna tierra de la ilusión.
Pero comienza un nuevo tiempo y
la Latinoamérica enciende una vez más
el motor de la esperanza”.

Revista GEO. Nº153 enero 2000.

Debe señalarse que la determinación de nuevas reglas de


mercado se inscriben en lo económico y se desarrollan en el
proceso de globalización, que determina el sistema capitalista,
el cual tuvo su origen en el incipiente siglo XVIII, con el inicio del
colonialismo y con el colapso del bloque oriental, configurando a
la humanidad al ingreso de una “nueva era del progreso”
dirigido por las leyes del mercado.

En el modelo económico, América Latina logró un adelanto


al controlar la inflación que en otras épocas fue un verdadero
flagelo para muchos países de la región. Sin embargo, estos
adelantos no alcanzaron para llegar a un desarrollo sustentable
y algunas medidas no dieron el resultado que se esperaba.

El modelo económico que se aplicó fue el modelo


neoliberal, que se caracteriza por la internacionalización del
capital a partir de medidas que facilitan a las empresas invertir
en determinadas regiones y periodos según su conveniencia, la
privatización de los servicios públicos, la modificación de las
leyes que rigen a los trabajadores, (leyes de flexibilidad laboral)
y por el libre comercio.

La globalización financiera hoy día tiene el proyecto de


instaurar un pensamiento único, en particular en materia
económica, a fin de aplicar unos esquemas precisos, que fija
efectivamente el directorio que hoy administra el mundo,
constituido básicamente por cuatro instituciones: el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización
Mundial de Comercio, y la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico. En términos ya concretos, el pensamiento
único es

“la traducción en términos ideológicos


con pretensión universal de los
intereses de un conjunto de fuerzas
económicas, en particular las del
capital internacional…” cuyo “primer
principio es que la economía supera a
la política. En nombre del realismo y
del pragmatismo se sitúa a la
economía en l puesto de mando. Una
economía desembarazada del
obstáculo social, al que considera
motivo de regresión y de crisis. Desde
una perspectiva de una realidad más
amplia y no ficcional, por ejemplo,
desde un punto de vista de la teoría
de la ciencia, el pensamiento único
instala la idea de un “non plus ultra”,
es decir, ¡no hay otra, no hay más!,
sino una sola y única manera correcta
de llegar al conocimiento científico,
una sola y única concepción de
ciencia, y toda aquella que se
pretenda como alternativa, en vez de
considerarla científica, será
considerada como mera utopía teórica
o ideológica”. (Ramonet, 1998)

Cuando hablamos del orden mundial, nos referimos,


básicamente, al conjunto de relaciones de poder que los estados
y sociedades del mundo establecen entre sí. El orden mundial o
internacional no ha sido siempre el mismo. El surgimiento de
una nueva potencia mundial, la caída de otra, profundos
cambios en la economía internacional y conflictos bélicos a gran
escala, fueron algunos de los sucesos, que revirtieron un orden
internacional y dieron lugar a otro. La historia nos enseña que la
realidad siempre cambia, y lo mismo sucede en el mundo.

En la última década los factores geopolíticos se hacen


presentes en el desarrollo regional influyendo en los notorios
cambios estructurales que han tenido casi todos los países de
América. Uno de los rasgos mas distintivos es que por primera
vez para América Latina la democracia como régimen político
es una condición no subordinada ni subordinable a la existencia
del estado; es decir que ya no hay actores ni grupos en
condiciones de clausurar las aspiraciones democráticas de una
nación.

América Latina abriga 36 países y una población de cerca


de 517 millones de habitantes. Presenta una vasta diversidad
cultural, física y económica, así como en la distribución de sus
recursos hídricos. Como reflejo del acelerado proceso de
urbanización, América Latina cuenta hoy con 389 millones de
habitantes en áreas urbanas.

El territorio de América Latina supone algo más de la mitad


del continente, que incluye a México, América Central y América
del Sur, albergando casi las dos terceras partes de los
americanos. La población se concentra en las llanuras costeras y
en las altiplanicies donde se localizan las ciudades que ha sido
heredado de la época colonizadora dejando en su interior un
aspecto semi vacío.

Pero en su contraste, el área latinoamericana sigue siendo


injusta. En el transcurso de su historia ha sido marcada por
experiencia que han dejado heridas difíciles de cicatrizar.

En este nuevo siglo, América Latina enfrenta una realidad


compleja en el contexto de la globalización. Por un lado, se
encuentra cada vez más fracturada, con una polarización
política y económica, es decir, con una concentración del poder
político y de la riqueza en pocas manos, carente de coherencia
general en sus decisiones. Por otro lado, ha avanzado en el
aspecto político con la presencia de gobiernos democráticos en
todos los países.

El 10% más rico de la población latinoamericana concentra


aproximadamente el 50% del ingreso total; mientras que el 10%
de la población más pobre cerca del 1,6%. En el año 2006, del
total de la población de América Latina, el 40% se encontraba
por debajo de la línea de pobreza, y el 20% eran indigentes.

El desarrollo desigual de la lucha popular de masas se


produce en toda América Latina - Perú avanza, Chile está
estancado, Argentina en declive pero la guerrilla Colombiana se
expande. La clave para comprender el reflujo y flujo de la lucha
de masas en América Latina requiere que vayamos más allá de
un análisis de las crisis económicas y examinemos la cuestión
política - en particular la relación entre la política electoral y la
de masas. La razón está clara: todas las economías
latinoamericanas están en crisis profunda y adolecen de generar
desigualdades sociales - pero en algunos países, la lucha avanza
y en otros declina.

Los movimientos sociales se encuentran con una


contradicción entre la acción independiente directa de masas y
los vínculos a partidos electorales burgueses. Esta contradicción
puede ser resuelta no dando la espalda a la política, o a
instrumentos políticos o incluso partidos electorales, sino
construyendo un instrumento político de masas controlado
dirigido y subordinado a los movimientos sociales.

Este período de continuidad y estabilidad democrática, es


un momento singular en la historia latinoamericana. Esta,
estuvo marcada por revoluciones armadas, contrarrevoluciones,
golpes de estado, guerras internas y externas.

Esta región del mundo fue marcada por el


desencadenamiento de luchas sociales radicales, donde las
resistencias anti-imperialistas y anti-capitalistas alcanzaron
niveles de desarrollo extraordinarios. El hecho de que la
barbarie de las dictaduras finalmente haya triunfado solo pone
de relieve la amplitud de la amenaza que las clases dominantes
y el imperialismo tuvieron que enfrentar en esta región del
mundo: guerrillas, luchas urbanas, etc. A esto se suman los
combates de los pueblo autóctonos, aculturados y espoleados
de sus tierras.

El debate dentro de los movimientos sociales avanzados


de América Latina es como construir a partir de los avances
positivos del pasado, aprender de los errores del presente y
construir nuevas coaliciones políticas de masas para ir más allá
de la protesta hacia la política de transformación social.

A mediados de la década de 1990 después de muchos


años de recesión económica, se empezó a vislumbrar una
notable mejoría en las condiciones y niveles de vida de la
población. Al mismo tiempo las juntas militares que habían
gobernado en gran parte de los países latinoamericanos en la
década de 1970 – 1980, fueron depuestas y reemplazadas por
regímenes en proceso de democratización decididos a crear un
futuro más próspero a pesar de las graves carencias
estructurales en toda la región.

Una figura presidencial fuerte como Hugo Chaves en


Venezuela y su contraataque a los dominadores del mundo, le
dan a la región otro ánimo, y cierto empuje carismático apoyado
fundamentalmente en el poder que le da el petróleo y el precio
del barril en estos momentos.

En tanto que Lula Da Silva en Brasil, se consolida como


líder del Mercosur y Evo Morales surge en Bolivia como líder con
fuerte nacionalismo aunque aún hay ciertas expectativas
respecto de su función como primer mandatario.

En Argentina, aún faltan solucionar graves cuestiones


sociales; la presidencia ha cambiado de nombre, pero en
realidad el poder se llama Kirchner y los diversos sectores
subalternos esperan soluciones de fondo para cuestiones de
fondo, especialmente en relación al tema del campo que es el
que en este momento parece no tener fin y harta a la sociedad
que cada vez se divide más.
El caso de Colombia es necesario también citarlo en donde
el presidente Alvaro Uribe se enfrenta a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) alineado y apoyado por
Estados Unidos.

América Latina para surgir al mundo, debe sin dudas


agotar todos los caminos de la integración, concentrar sus
esfuerzos para palear el fuerte aumento de la desocupación,
disminuir la brecha cada vez más profunda, entre ricos y pobres.

En América Latina se han formado nuevos bloques


regionales como el Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay,
Uruguay). Estos bloques económicos se agrupan con el
propósito de facilitar los intercambios de los productos que
fabrican y de este modo mejorar la calidad de vida de sus
habitantes.

La respuesta de América Latina a los desafíos y


oportunidades emergentes dependerá de una variedad de
factores. La geografía latinoamericana no puede comprenderse
sin analizar sus relaciones con el resto del mundo. La posición
periférica y dependiente en que la región se inserta en el mismo
es un rasgo que define en gran medida, el presente y las
perspectivas de futuro de las sociedades.

Para concluir podemos decir que estos conflictos son


estructurales y que contienen problemas globales y cuestiones
macro políticas institucionales. Latinoamérica tiene un potencial
económico único, contiene las reservas de la biosfera mas
importantes del planeta, esenciales para un desarrollo sostenido
viable. Pero por otro lado es injusta lo cual se traduce en la
pobreza que se evidencia el mismo, continúan existiendo altos
índices de desigualdad en la distribución del ingreso; como
mencionamos anteriormente. Esto marca la necesidad de
implementar políticas para contrarrestar estas desigualdades
que impiden un crecimiento económico sostenido, reduce el
número de consumidores, obstruye la formación de ahorro
nacional, erosiona la trama social y genera inseguridad e
ingobernabilidad. Estamos ante procesos de fragmentación
socio económicos reales, también existen riesgos de
fragmentación geoeconómica por el cambio de flujos de poder
entre las distintas economías regionales. Todo esto constituye
un desafío para la inteligencia estratégica, que es la gran
asignatura pendiente de nuestros estados nacionales.
BIBLIOGRAFIA

BOSOER, F. – CALLE, F.; 2010. Una agenda para la región; Taeda


S. A.; 2.007.

DAGUERRE – SASSONE. Geografía, Territorios y sociedades en el


mundo actual. Longseller. Buenos Aires, 2002.

KOUTOUJIAN ADOLFO. Geopolítica sudamericana.

RAMONET, IGNACIO: Un mundo sin rumbo. Crisis de fin de siglo.


Editorial Debate, Madrid, 1996.

RAMONET IGNACIO: Pensamiento crítico vs. Pensamiento único.


Editorial Debate, Madrid, 1998.

REVISTA GEO. Nº153 Enero 2000.

www.insumisos.com

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