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CC 43.279.273
Estudiante de Maestría en Antropología
Segunda Cohorte
Coloquio II.
Los postulados de Moscovici fueron y han sido ampliados por otros autores, entre los que
se encuentra como una de las más reconocidas Denise Jodelet (1984) quien señala
como las representaciones ponen en escena el saber del sentido común con una
funcionalidad de carácter social, por tanto corresponden al ámbito del pensamiento social.
Al indagar por ese sentido común, la pregunta por las representaciones permite que el
investigador antropólogo analice lo que a simple vista será un orden establecido “natural”
en la cotidianidad de los sujetos, pero que en realidad responde a estereotipos, opiniones,
creencias, valores y normas que socialmente se han transmitido y reconfigurado en una
comunidad o grupo social.
El Cuerpo Postmoderno
El cuerpo postmoderno es antecedido por cambios fundamentales en su concepción;
desde la tradición filosófica greco-romana donde se fragmenta en cuerpo-alma y se
entiende como tumba, cárcel y causa de malos placeres; pasando por la tradición
cristiana donde se divide en sustancia viva y débil (basar) en dinamismo y vitalidad
(nefes) y en vehículo hacia la divinidad (ruach); y confrontando un poco la instrucción de
la modernidad donde la razón se convierte en regulador por excelencia de la corporeidad,
el cuerpo se concibe como la máquina productiva vista desde la esfera biológica y
desagregado para estudiarlo, controlarlo, instruirlo y vigilarlo, funciones que, entre otras
instituciones, cumple la escuela1.
Aunque la anterior es una vista atrevidamente sintética de las visiones que anteceden al
cuerpo postmoderno (anteceden, mas no son algo acabado), es necesario enunciarlas
para encuadrar la caracterización que realiza Gervilla (2000) sobre el cuerpo el cual se
expone a continuación.
El Cuerpo Sex-Ducción, se caracteriza por tener como baluarte al sexo como expresión
de la libertad y del establecimiento de relaciones que no impliquen compromisos
emocionales, sexo sin ataduras; cuerpo que sale del control donde permanecía escondido
y ahora es exhibido con mayor confianza.
Los medios de comunicación y la tecnología aquí han jugado un papel fundamental, pues
el consumo de cuerpos, imágenes y prácticas se han convertido no solo en una
manifestación de representaciones sobre el cuerpo en su dimensión sexual, sino que
también son herramientas de poder y control para constituir la mercantilización del cuerpo
como natural. Cabe aquí hacerse la pregunta planteada la docente Arboleda frente a qué
representaciones genera la tecnología en este momento histórico.
Si bien habrá que mirarlos con recelo, en la idea de no generalizar, ofrecen elementos
importantes para ejemplificar el marco de conformación, dinamización y cambio en el que
se dan las representaciones sociales y permiten además realizar una especie de ejercicio
análitico de las variables a relacionar al momento de proponer ejercicios investigativos
que indaguen por las representaciones que sobre un hecho o cosa se tengan.
Si se quisiese analizar las representaciones que se tienen sobre salud y belleza en esta
época habrá, necesariamente, que realizar análisis de este tipo, que permitan tener
elementos de contexto para que el antropólogo profundice mas allá de lo que los
interlocutores puedan manifestar identificando las condiciones de producción en que
emergen las representaciones, las condiciones de circulación y las funciones sociales que
tienen, pues es allí donde se logran evidenciar elementos fundamentales para los
estudios sociales.
BIBLIOGRAFÍA.
ARAYA UMAÑA, Sandra. “Las Representaciones Sociales: Ejes Teóricos para su
discusión” Cuadernos de Ciencias Sociales 27, Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales (FLACSO), Costa Rica, 2002
GERVILLA CASTILLO, Enrique. Valores del Cuerpo Educando, antropología del cuerpo y
educación. Ed. Empresa Editorial Herder S.A. Barcelona 2000