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CONSTITUCIONES

ORDEN DE LOS HERMANOS


MENORES CONVENTUALES

CONSTITUCIONES
2019

constituciones
ORDINIS FRATRUM MINORUM
CONVENTUALIUM
ROMA 2019

153 mm 22 mm 153 mm

Constituciones OFMCONV 2019 PORTADA.indd 1 6/10/19 10:29


CONSTITUCIONES
ORDEN DE LOS HERMANOS
MENORES CONVENTUALES
CONSTITUCIONES
ORDEN DE LOS HERMANOS
MENORES CONVENTUALES

Editadas por disposición del reverendísimo


P. Marco Tasca
119° Ministro general
después del Seráfico Padre San Francisco

ROMA
Convento de los Santos XII Apóstoles
2019
constituciones
ORDINIS FRATRUM MINORUM
CONVENTUALIUM
El texto en lengua italiana, a partir del cual se ha realizado esta
traducción, es el texto original aprobado por la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica
CONGREGACIÓN
PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA
Y LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA

Prot. N. C. 86/2018

DECRETO

El CCI Capítulo General Extraordinario de la Orden de los


Hermanos Menores Conventuales, después de un profundo
estudio, realizado con miras a una mayor adhesión al caris-
ma fundacional y al Magisterio de la Iglesia, ha sometido
a revisión el Texto Constitucional, aprobado por la Santa
Sede el 2 de octubre de 1984.
Con carta del 25 de septiembre de 2018, el Ministro gene-
ral presentó la solicitud de aprobación del Texto modifica-
do de las Constituciones, votado por la Asamblea capitular,
celebrada del 24 de julio al 25 de agosto de 2018.
Esta Congregación para los Institutos de Vida Consagra-
da y las Sociedades de Vida Apostólica, después de un aten-
to examen del documento, al que se han aportado algunas
modificaciones, en virtud del presente Decreto, aprueba
las nuevas Constituciones, según el ejemplar redactado en
lengua italiana que se conserva en su archivo.
Desea intensamente que, fieles al carisma fundacional y
con la ayuda de las Constituciones, los Hermanos Meno-
res Conventuales, devotos de la «gloriosa y bienaventurada

7
 Decreto

Madre María, Virgen hecha Iglesia», “busquen siempre la


presencia del «altísimo, omnipotente, buen Señor», para
vivir y testimoniar el Santo Evangelio en comunión frater-
na, minoridad, obediencia, sin nada propio y en castidad”,
según el mandato que han recibido del Seráfico Padre Fun-
dador, San Francisco de Asís.
No obstante cualquier disposición contraria.

Dado en el Vaticano, 29 de noviembre de 2018


Fiesta de Todos los Santos de la Orden Seráfica

João Braz Card. de Aviz, Prefecto


José Rodríguez Carballo, O.F.M. Arzobispo Secretario

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CARTA DE ACOMPAÑAMIENTO
AL DECRETO

Ciudad del Vaticano, 29 de noviembre de 2018

Prot. C. 86/2018

Reverendo Padre:
Con la presente respondemos a su apreciada carta del
25 de septiembre del año en curso, con la cual, por medio
del Procurador General, presentó la solicitud de aproba-
ción del Texto revisado de las Constituciones, votado por
el Capítulo General Extraordinario de la Orden de los Her-
manos Menores Conventuales.
El Texto presentado es de gran valor; el esfuerzo en la
elaboración de las formulaciones normativas es evidente,
enriquecidas con oportunas referencias a los textos funda-
cionales y magisteriales, que bien se armonizan con los ele-
mentos jurídicos.
Por tanto, después de un estudio atento, este Dicasterio
concede lo solicitado, adjuntando a la presente el Decreto
de aprobación del nuevo Texto constitucional.
No obstante, se modifican: el art. 34 §2, sustituyendo
voto deliberativo por consentimiento; el art. 191 §1, susti-

9
 Carta de acompañamiento al Decreto

tuyendo [el parágrafo] 3 por 4; el art. 221 §3, sustituyendo


propia por vicaria.
Le pedimos amablemente que, después de su publica-
ción, envíe dos ejemplares del Texto constitucional para
que se conserven uno en el Archivo y otro en la Biblioteca
de este Dicasterio.
La ocasión es propicia para expresarle sentimientos de
estima en el Señor.

José Rodríguez Carballo, O.F.M.


Arzobispo Secretario

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PROMULGACIÓN

Prot. N. 865/18

Queridos hermanos:
¡Paz a vosotros!
Los Capítulos generales ordinarios de 2007 y 2013 deci-
dieron y confirmaron el trabajo de revisión de las Consti-
tuciones que ha caracterizado los esfuerzos de la Orden du-
rante más de un decenio. Por fin hemos llegado al término
de un camino formativo que nos ha ayudado a reflexionar y
renovar nuestra identidad y misión en la Iglesia. De hecho,
las Constituciones quieren y deben ser una actualización
de la Regla en el contexto de la Iglesia y la sociedad en que
vivimos los Hermanos Menores Conventuales.
En el primero de los dos sexenios (2007-2013), nuestro
compromiso común fue profundizar en algunos temas fun-
damentales. En primer lugar se inició la reflexión en todas
las fraternidades de la Orden mediante fichas comunes para
los Capítulos conventuales y la publicación de varios es-
tudios realizados ad hoc y publicados en el Commentarium
Ordinis y en la página web de la Orden.
Después el proceso de revisión de las Constituciones
recibió un renovado y decisivo impulso a partir del Capí-

11
 Promulgación

tulo general ordinario de 2013, que pidió una Comisión


compuesta por algunos hermanos comprometidos a tiempo
completo para promover el proceso de elaboración, discu-
sión, estudio y debate sobre el tema, para proponer luego el
texto revisado de las Constituciones. El Capítulo general
indicó tres pautas para el proceso de revisión del texto an-
terior –que entró en vigor el 25 de marzo de 1985, tras un
trabajo iniciado en 1969–, que se tendrían en cuenta en la
redacción del nuevo texto carismático-legislativo: 1) pro-
fundizar en el conocimiento de nuestro carisma a la luz del
desarrollo de los estudios del franciscanismo en los últimos
años; 2) comprender mejor los principios evangélicos y teo-
lógicos relacionados con la vida consagrada en la Iglesia,
dado que el magisterio eclesial ha renovado profundamente
su visión y lenguaje (comenzando por la categoría de comu-
nión eclesial e interpersonal); 3) tomar en serio el notable
cambio demográfico y el emplazamiento geográfico de la Or-
den en estas últimas décadas. De hecho, las Constituciones
deben responder a las necesidades de una fraternidad cada
vez más global, variada y plural.
El Capítulo general de 2013 quiso involucrar a toda la
Orden en el proceso de revisión, a través del estudio y la
discusión del borrador de cada capítulo de las Constitucio-
nes revisadas durante los capítulos conventuales de cada
fraternidad. El compromiso fiel de tantos hermanos y de
tantas fraternidades locales ha contribuido de manera sor-
prendente a la creación de un consenso creciente sobre
nuestra identidad de Hermanos Menores Conventuales y a
una comprensión mayor y mejor del testimonio y la misión

12
Promulgación 

que la Iglesia nos pide y que el mundo necesita. La forma-


ción permanente, en buena parte de la Orden, ha recibido
un impulso considerable, debido precisamente al compro-
miso común para reflexionar sobre nuestra identidad y mi-
sión, en beneficio también de la calidad de la vida fraterna
en las comunidades.
El Capítulo general extraordinario de 2018, celebrado
hace poco, ha sido un acontecimiento profundamente fra-
terno, porque, a partir de visiones y opiniones diferentes,
ha logrado hacernos converger en las diferencias, para re-
visar y aprobar un texto de las Constituciones acorde con
nuestra vocación, donde se refleja de manera fiel quiénes
somos, y sobre todo quiénes estamos llamados a ser –a la luz
de la riqueza de nuestro carisma– en el hoy de la Iglesia. Los
capitulares, casi unánimemente, han visto en el resultado
de su trabajo un fruto inspirado y bendecido por el altísimo,
omnipotente, buen Señor. Por tanto, se trata de una ayuda
indispensable para vivir nuestra llamada evangélica donde-
quiera que la Providencia nos llame.
Invito, pues, a los hermanos de todas las jurisdicciones
a acoger, con humildad y fidelidad, las iniciativas que pro-
muevan los Ministros y Custodios en los próximos años –
como tarea principal de su servicio– en colaboración con el
Ministro general y su Consejo, para que las nuevas Cons-
tituciones puedan proporcionar un fundamento común a
la mentalidad, el discernimiento y el estilo de vida de las
jurisdicciones, las fraternidades y los hermanos.
Que nos ayude y acompañe en este camino la Virgen
Inmaculada, Reina y Patrona de nuestra Orden, cuya de-

13
 Promulgación

voción se describe en las Constituciones como el “hilo de


oro” de nuestra historia. Que nos asista e inspire el Seráfico
Padre San Francisco y todos los Santos y Santas de la Or-
den Seráfica. Lo nuestro es una llamada a la santidad, que
se realiza en la entrega total al Señor “que hace maravillas”,
en la vida fraterna gozosa, cotidiana, y en el compromiso
misionero que busca siempre llegar a todas las periferias hu-
manas.
Terminado el iter de estos años y abiertos al camino que
el Señor nos indica, obtenida la aprobación definitiva de la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica con el decreto del 29 de no-
viembre de 2018, con esta carta, en virtud de mi oficio, dis-
pongo la publicación y promulgación del texto definitivo
de las Constituciones de la Orden, que tendrá fuerza de ley
a partir del 2 de febrero de 2019, fiesta de la Presentación
del Señor y Jornada de la Vida Consagrada.
Roma, convento de los Santos XII Apóstoles, 8 de di-
ciembre de 2018,
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bien-
aventurada Virgen María

Fray Marco Tasca


Ministro general

Fray Vincenzo Marcoli


Secretario general

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AUTORIZACIÓN TRADUCCIÓN
ESPAÑOLA

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Abreviaturas
Fuentes Franciscanas

Adm Admoniciones, de San Francisco de Asís


AlD Alabanzas al Dios Altísimo, de San Francisco de Asís
AlHor Alabanzas que se han de decir en todas las horas, de San
Francisco de Asís
1Cel Vida Primera de San Francesco, de Tomás de Celano
2Cel Vida Segunda de San Francisco, de Tomás de Celano
Cánt Cántico de las Criaturas, de San Francisco de Asís
CtaAnt Carta al hermano Antonio, de San Francisco de Asís
2CtaF Carta a los Fieles, segunda redacción, de San Francisco de Asís
CtaM Carta a un Ministro, de San Francisco de Asís
CtaO Carta a toda la Orden, de San Francisco de Asís
Flor Florecillas de S. Francisco
LM Leyenda Mayor, de San Buenaventura
OfP Oficio de la Pasión del Señor, de San Francisco de Asís
Rb Regla Bulada de los Hermanos Menores (1223)
RCl Regla de las Hermanas Pobres
Rnb Regla no Bulada de los Hermanos Menores (1221)
SalVM Saludo a la Bienaventurada Virgen María, de San Francisco de
Asís
SalVir Saludo a las Virtudes, de San Francisco de Asís
Test Testamento, de San Francisco de Asís
UltVol Última Voluntad para Clara y sus hermanas, de San Francisco
de Asís

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Abreviaturas
Documentos Eclesiásticos

CCEO Código de los Cánones de las Iglesias Orientales (1990)


CDF Congregación para la Doctrina de la Fe
CEC Congregación para la Educación Católica
CIC Código de Derecho Canónico (1983)
CIVCSVA Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica
CV Caritas in Veritate, Carta Encíclica del Papa Benedicto XVI
DV Dei Verbum, Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II
EG Evangelii Gaudium, Exhortación Apostólica del Papa Francisco
EN Evangelii Nuntiandi, Exhortación Apostólica del Papa Pablo VI
GS Gaudium et Spes, Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II
LG Lumen Gentium, Constitución Dogmática del Concilio
Vaticano II
LS
Laudato si’, Carta Encíclica del Papa Francisco
NAe Nostra Aetate, Declaración del Concilio Vaticano II
NMI Novo Millennio Ineunte, Carta Apostólica del Papa San Juan
Pablo II
OT Optatam Totius, Decreto del Concilio Vaticano II
PC Perfectae Caritatis, Decreto del Concilio Vaticano II
RM Redemptoris Missio, Carta Encíclica del Papa San Juan Pablo II
SC Sacrosanctum Concilium, Constitución del Concilio Vaticano II
VC Vita Consecrata, Exhortación Apostólica del Papa San Juan Pablo II
VD Verbum Domini, Exhortación Apostólica del Papa
Benedicto XVI

17
REGLA
DEL SERÁFICO PADRE
SAN FRANCISCO
 

REGLA BULADA (1223)

Bula del Papa Honorio III

Honorio, obispo, siervo de los siervos de Dios, a los amados


hijos, el hermano Francisco y los demás hermanos de la Orden
de los Hermanos Menores, salud y bendición apostólica.
Suele acceder la Sede Apostólica a los piadosos votos y acoger
de buen grado los honestos deseos de quienes le suplican. Por lo
que, amados hijos en el Señor, atendiendo a vuestros piadosos
ruegos, con la autoridad apostólica os confirmamos la Regla de
vuestra Orden, aprobada por el papa Inocencio, de feliz me-
moria, nuestro predecesor, transcrita en las presentes, y con la
protección de este escrito la corroboramos. La cual es así:

Capítulo I
¡En el nombre del Señor!
Comienza la vida de los Hermanos Menores

La Regla y vida de los Hermanos Menores es ésta: observar


el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en
obediencia, sin nada propio y en castidad.

21
 Regla

El hermano Francisco promete obediencia y reverencia


al señor papa Honorio y a sus sucesores canónicamente ele-
gidos y a la Iglesia Romana. Y los demás hermanos están
obligados a obedecer al hermano Francisco y a sus sucesores.

Capítulo II
Los que quieren abrazar esta vida,
y cómo deben ser recibidos

Si algunos quisieran abrazar esta vida y vinieran a nuestros


hermanos, envíenlos éstos a sus ministros provinciales, a
los cuales solamente, y no a otros, se conceda la autoriza-
ción para recibir hermanos.
Y los ministros examínenlos diligentemente de la fe ca-
tólica y los sacramentos de la Iglesia. Y si creen en todo
ello, y quieren profesarlo fielmente y observarlo firmemen-
te hasta el fin, y no tienen mujeres –o, si las tienen, las
mujeres entraron ya en un monasterio, o, hecho ya voto
de continencia, les dieron licencia a ellos, con la autoriza-
ción del obispo diocesano, y son de edad tal que de ellas no
puede originarse sospecha–, díganles las palabras del santo
Evangelio: que vayan y vendan todas sus cosas y se esfuer-
cen por distribuirlas entre los pobres (cf. Mt 19,21). Y, si no
pudieran hacerlo, les basta la buena voluntad.
Y guárdense los hermanos y sus ministros de preocuparse
por sus cosas temporales, de modo que hagan libremente
con ellas lo que el Señor les inspire. Con todo, si se requie-
re un consejo, los ministros están autorizados a enviarlos a

22

Regla 

algunas personas temerosas de Dios (cf. Hch 13,16), con


cuyo consejo se distribuyan sus bienes entre los pobres.
Después, concédanles las prendas del tiempo de la pro-
bación, es decir: dos túnicas sin capucha, el cordón, los cal-
zones y el caparón hasta el cordón, a no ser que a los mis-
mos ministros alguna vez les parezca otra cosa según Dios.
Y acabado el año de la probación, sean recibidos a la
obediencia, prometiendo observar siempre esta vida y Re-
gla. Y de ningún modo les estará permitido salir de esta Re-
ligión, conforme al mandato del señor Papa: porque, según
el santo Evangelio, nadie que pone la mano en el arado y
mira atrás es apto para el reino de Dios (Lc 9,62).
Y los que ya prometieron obediencia, tengan una túnica
con capucha, y otra sin ella los que quieran tenerla. Y los que
se vean obligados por la necesidad puedan llevar calzado. Y
todos los hermanos vístanse de ropas viles y puedan reforzar-
las con sayal y otras piezas de tela con la bendición de Dios.
A todos ellos les amonesto y exhorto a que no despre-
cien ni juzguen a quienes ven que se visten de prendas sua-
ves y de colores, y que toman manjares y bebidas delicadas,
sino más bien cada uno se júzguese y despréciese a sí mismo.

Capítulo III
El oficio divino, el ayuno,
y cómo han de ir los hermanos por el mundo

Los clérigos recen el oficio divino según la ordenación de


la santa Iglesia Romana, a excepción del salterio, por lo

23
Regla

que podrán tener breviarios. Y los laicos digan veinticuatro


Padrenuestros por maitines; por laudes, cinco; por prima,
tercia, sexta y nona, por cada una de estas horas, siete; por
vísperas, doce, y por completas, siete. Y oren por los difun-
tos.
Y ayunen desde la fiesta de Todos los Santos hasta la
Natividad del Señor. Y sean benditos del Señor los que
voluntariamente ayunan la santa cuaresma que consagró
el Señor con su santo ayuno (cf. Mt 4,2), que comienza
a partir de la Epifanía y se prolonga durante los cuaren-
ta días siguientes; y los que no quieran ayunarla no sean
obligados a ello. Pero la otra, que dura hasta la Resurrec-
ción del Señor, ayúnenla. En el resto del tiempo no están
obligados a ayunar sino los viernes. Con todo, en tiempo
de manifiesta necesidad no están obligados los hermanos
al ayuno corporal.
Aconsejo, también, amonesto y exhorto a mis hermanos
en el Señor Jesucristo, a que, cuando van por el mundo,
no litiguen ni se enfrenten a nadie de palabra (cf. 2 Tim
2,14), ni juzguen a otros; sino sean apacibles, pacíficos y
mesurados, mansos y humildes, hablando a todos honesta-
mente, como conviene. Y no deben montar a caballo, a no
ser que se vean obligados por una manifiesta necesidad o
enfermedad. En toda casa en la que entren, primero digan:
Paz a esta casa (cf. Lc 10,5). Y, según el santo Evangelio, les
está permitido comer de todos los alimentos que les pongan
delante (cf. Lc 10,8).

24
Regla

Capítulo IV
Que los hermanos no reciban dinero

Mando firmemente a todos los hermanos que de ningún


modo reciban dinero o pecunia, ni directamente ni por in-
termediarios. Sin embargo, los ministros y los custodios, y
solamente ellos, provean con solícito cuidado, por medio
de amigos espirituales, a las necesidades de los enfermos y
el vestido de los hermanos, según los lugares y los tiempos
y el frío de las regiones, tal como les parezca que lo exige la
necesidad; salvo siempre que, como se ha dicho, no reciban
dinero o pecunia.

Capítulo V
El modo de trabajar

Aquellos hermanos a los que el Señor ha dado la gracia


de trabajar, trabajen fiel y devotamente, de modo que, des-
echando la «ociosidad, enemiga del alma», no apaguen el
espíritu de la santa oración y devoción (cf. 1Tes 5,19), al
que las demás cosas temporales deben servir. Y como re-
compensa por el trabajo acepten, para sí y sus hermanos, lo
necesario para el cuerpo, excepto dinero o pecunia, y esto
háganlo humildemente, como corresponde a quienes son
siervos de Dios y seguidores de la santísima pobreza.

25
Regla

Capítulo VI
Que nada se apropien los hermanos,
la mendicación, y el amor mutuo

Los hermanos no se apropien nada para sí, ni casa, ni lu-


gar, ni cosa alguna. Y cual peregrinos y extranjeros en este
mundo (cf. 1 Pe 2,11; Sal 38,13)), sirviendo al Señor en
pobreza y humildad, vayan por limosna confiadamente; y
no tienen por qué avergonzarse, pues el Señor se hizo pobre
por nosotros en este mundo (cf. 2 Cor 8,9).
Esta es la excelencia de la altísima pobreza (cf. 2Cor
8,2), la que a vosotros, queridísimos hermanos míos, os ha
constituido herederos y reyes del reino de los cielos (cf.
Sant 2,5; Mt 5,3; Lc 6,20), os ha hecho pobres de cosas y
sublimado en virtudes (cf. Sant 2,5).
Sea ésta vuestra porción, la que conduce a la tierra de
los vivientes (cf. Sal 141,6). Adhiriéndoos totalmente a
ella, amadísimos hermanos, por el nombre de nuestro Se-
ñor Jesucristo jamás queráis tener ninguna otra cosa bajo
del cielo.
Y dondequiera que estén y se encuentren unos con otros
los hermanos, muéstrense mutuamente familiares entre sí.
Y con total confianza manifieste el uno al otro su necesi-
dad, porque si la madre nutre y ama a su hijo carnal (cf. 1
Tes 2,7), ¡cuánto más amorosamente debe cada uno amar y
nutrir a su hermano espiritual!
Y si alguno de ellos cayera enfermo, los otros herma-
nos le deben servir como querrían ellos ser servidos (cf. Mt
7,12).

26
Regla

Capítulo VII
La penitencia que se ha de imponer
a los hermanos que pecan

Si algunos de los hermanos cometieran, por instigación del


enemigo, alguno de aquellos pecados mortales, acerca de
los cuales estuviera mandado entre los hermanos que se
recurra sólo a los ministros provinciales, dichos hermanos
están obligados a recurrir a ellos cuanto antes puedan, sin
demora.
Y los ministros mismos, si son sacerdotes, impónganles
la penitencia con misericordia; y, si no son sacerdotes, ha-
gan que se la impongan otros sacerdotes de la Orden, como
vean que mejor conviene según Dios. Y deben evitar airar-
se y conturbarse por el pecado de alguno, porque la ira y la
turbación impiden en sí y en los otros la caridad.

Capítulo VIII
La elección del ministro general de esta
Fraternidad y el capítulo de Pentecostés

Todos los hermanos deberán tener siempre a uno de los


hermanos de esta Religión como ministro general y siervo
de toda la Fraternidad, al cual están firmemente obligados
a obedecer.
Cuando éste fallezca, hágase la elección del sucesor por
los ministros provinciales y custodios en el capítulo de Pen-
tecostés, al que están siempre obligados a concurrir todos

27
Regla

los ministros provinciales, dondequiera que lo disponga el


ministro general; y esto han de hacerlo una vez cada tres
años, o en otro término de tiempo mayor o menor, según lo
ordene dicho ministro.
Y si en algún momento apareciera a la generalidad de los
ministros provinciales y custodios, que dicho ministro no es
la persona adecuada para el servicio y utilidad común de los
hermanos, los referidos hermanos, a los que se ha confiado
la elección, deberán elegirse, en el nombre del Señor, otro
para custodio.
Y después del capítulo de Pentecostés, cada uno de los
ministros y custodios, si quisiere y le parece conveniente,
puede convocar a capítulo a sus hermanos, una vez, en ese
mismo año, en sus custodias.

Capítulo IX
Los predicadores

Los hermanos no prediquen en la diócesis de un obispo


cuando éste se oponga a ello.
Y ninguno de los hermanos se atreva absolutamente a
predicar al pueblo, sin que haya sido examinado y aprobado
por el ministro general de esta Fraternidad, y éste le haya
concedido el oficio de la predicación.
Amonesto además y exhorto a estos hermanos a que,
cuando predican, sean ponderadas y limpias sus palabras
(cf. Sal 11,7; 17,31), para provecho y edificación del pue-
blo, anunciándoles los vicios y las virtudes, la pena y la

28
Regla

gloria con brevedad de sermón, porque breve fue la palabra


del Señor sobre la tierra (cf. Rom 9,28).

Capítulo X
La amonestación y corrección de los hermanos

Los hermanos que son ministros y siervos de los otros her-


manos, visiten y amonesten a sus hermanos, y corríjanlos
humilde y caritativamente, no mandándoles cosa alguna
que vaya en contra de su alma y de nuestra Regla.
Y los hermanos que son súbditos, recuerden que renun-
ciaron por Dios a sus propios quereres. Por eso, les mando
firmemente que obedezcan a sus ministros en todo lo que
prometieron al Señor observar y no va en contra del alma
y de nuestra Regla.
Y dondequiera que haya hermanos que sepan y conozcan
que no pueden observar espiritualmente la Regla, deben y
pueden recurrir a sus ministros. Y los ministros acójanlos
caritativa y benignamente, y tengan con ellos tanta fami-
liaridad, que los hermanos puedan hablarles y comportarse
con ellos como los señores con sus siervos; pues así debe ser,
que los ministros sean siervos de todos los hermanos (Mt
20,26-27).
Amonesto y exhorto en el Señor Jesucristo a los herma-
nos, a que se guarden de toda soberbia, vanagloria, envidia,
avaricia (cf. Lc 12,15), preocupación y afán de este mundo
(cf. Mt 13,22; Lc 21,34), difamación y murmuración, y los
que no saben letras, no se preocupen de aprenderlas; aplí-

29
Regla

quense, en cambio, en aquello que por encima de todo de-


ben desear: tener el Espíritu del Señor y su santa operación,
orar continuamente al Señor con un corazón puro, y tener
humildad, paciencia en la persecución y en la enfermedad,
y amar a los que nos persiguen y reprenden y acusan, por-
que dice el Señor: Amad a vuestros enemigos y orad por
los que os persiguen y calumnian (Mt 5,44). Dichosos los
que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos (Mt 5,10). Y el que persevere
hasta el fin, ése será salvo (Mt 10,22).

Capítulo XI
Los hermanos no entren en los
monasterios de monjas

Mando firmemente a todos los hermanos, que no tengan


con mujeres relaciones o consejos que engendren sospe-
chosa; que no entren en los monasterios de monjas, excep-
to aquellos a los que les ha sido concedida una autorización
especial por la Sede Apostólica; y que no sean padrinos de
varones ni de mujeres, para que no surja, con ocasión de
ello, motivo de escándalo entre los hermanos o a causa de
los hermanos.

30
Regla

Capítulo XII
Los que van entre sarracenos y otros infieles

Los hermanos que, por inspiración divina, quieran ir entre


sarracenos y otros infieles, pidan por ello autorización a sus
ministros provinciales. Y los ministros no concedan autori-
zación para ir sino a los que vean que son idóneos para ser
enviados.
Además, impongo a los ministros, por obediencia, que
pidan al señor papa un cardenal de la santa Iglesia Romana
que sea gobernador, protector y corrector de esta Fraterni-
dad; para que, siempre sometidos y sujetos a los pies de la
misma santa Iglesia, firmes en la fe católica (cf. Col 1,23),
observemos la pobreza y humildad y el santo Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo que firmemente prometimos.

Confirmación de la Regla

Por tanto, a nadie absolutamente le está permitido que-


brantar esta escritura de nuestra confirmación, o con osa-
día temeraría ir contra ella. Mas si alguno se atreviera a
atentar contra esto, sepa que incurrirá en la indignación de
Dios todopoderoso y de sus bienventurados apóstoles Pedro
y Pablo.
Dada en Letrán, a veintinueve de noviembre, en el oc-
tavo año de nuestro pontificado.

31
TESTAMENTO
DEL SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO
 

TESTAMENTO (1226)
1226

El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, el comenzar


de este modo a hacer penitencia: pues, como estaba en pe-
cados, me parecía extremadamente amargo ver a los lepro-
sos; pero el Señor mismo me llevó entre ellos, y practiqué
con ellos la misericordia. Y, al apartarme de ellos, lo que me
parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del
cuerpo; y, después de un poco de tiempo, salí del mundo.
Y el Señor me dio una fe tal en las iglesias, que así sen-
cillamente oraba y decía: Te adoramos, Señor Jesucristo,
también en todas tus iglesias que hay en el mundo entero,
y te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
Después, el Señor me dio, y me sigue dando, tanta fe en
los sacerdotes que viven según la forma de la santa Iglesia
Romana, por su ordenación, que, si me persiguieran, quiero
recurrir a ellos mismos. Y si tuviera tanta sabiduría como
la que tuvo Salomón y me encontrara con los pobrecillos
sacerdotes de este mundo, no quiero predicar en las parro-
quias en que están si no es conforme a su voluntad. Y a
éstos y a todos los demás sacerdotes quiero temer, amar y
honrar como a mis señores, y no quiero tomar en conside-
ración su pecado, porque veo en ellos al Hijo de Dios y son
mis señores. Y lo hago por esto: porque en este mundo nada

35
 Testamento

veo corporalmente del mismo altísimo Hijo de Dios sino su


santísimo cuerpo y su santísima sangre, que ellos reciben y
sólo ellos administran a los demás.
Y quiero que estos santísimos misterios sean honrados y
venerados por encima de todo y colocados en lugares dig-
nos. Y dondequiera que encuentre en lugares indebidos los
santísimos nombres del Señor y sus palabras escritas, quiero
recogerlos, y ruego que se recojan y se coloquen en lugar
decoroso.
Debemos también honrar y venerar a todos los teólogos
y a los que nos administran las santísimas palabras divi-
nas, como a quienes nos administran espíritu y vida (cf. Jn
6,63).
Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me mos-
traba qué debía hacer, pero el mismo Altísimo me reveló
que debía vivir según la forma del santo Evangelio; y yo lo
hice escribir en pocas palabras y sencillamente, y el señor
Papa me lo confirmó.
Y aquellos que venían a tomar esta vida, daban a los
pobres todo lo que podían tener (Tob 1,3), y nos conten-
tábamos con una túnica -que reforzaban por dentro y por
fuera los que querían-, con el cordón y los calzones. Y no
queríamos tener más.
Los clérigos decíamos el oficio según el uso de los demás
clérigos, y los laicos decían Padrenuestros. Y muy gustosa-
mente permanecíamos en las iglesias, y éramos incultos y
estábamos sometidos a todos.
Y yo trabajaba con mis manos, y quiero trabajar; y quie-
ro firmemente que todos los demás hermanos trabajen en

36

Testamento 

algún trabajo humilde y honesto: los que no saben, que


aprendan, no por la codicia de recibir la paga del trabajo,
sino por el ejemplo y para desechar la ociosidad. Y cuando
no nos dén la paga del trabajo, recurramos a la mesa del
Señor, pidiendo limosna de puerta en puerta. El Señor me
reveló que dijésemos este saludo: El Señor te dé la paz (cf.
Lc 10,5); 2Tes 3,16).
Guárdense absolutamente los hermanos de recibir igle-
sias, pobrecillas moradas y todo lo que para ellos se cons-
truye, si no es como conviene a la santa pobreza que pro-
metimos en la Regla, hospedándose siempre allí como
extranjeros y peregrinos (cf. 1 Pe 2,11; Sal 38,13).
Mando firmemente, por obediencia, a todos los herma-
nos que, dondequiera que estén, no se atrevan a pedir a la
Curia romana, ni por sí ni por intermediarios, escrito algu-
no en favor de una iglesia o de otro lugar, ni so pretexto de
predicación, ni por sufrir persecución en sus cuerpos, sino
que, cuando en alguna parte no sean recibidos, huyan a
otra tierra (cf. Mt 10,23) a hacer penitencia con la bendi-
ción de Dios.
Y quiero firmemente obedecer al ministro general de
esta Fraternidad y a aquel guardián que le agrade darme,
y quiero estar del tal modo cautivo en sus manos, que no
pueda ir ni hacer nada al margen de la obediencia y de su
voluntad, porque es mi señor. Y, aunque soy simple y enfer-
mo, quiero, sin embargo, tener siempre un clérigo que me
rece el oficio tal como se dice en la Regla.
Y todos los demás hermanos estén obligados a obedecer
de este modo a sus guardianes y a rezar el oficio según la

37
 Testamento

Regla. Y si hubiera algunos que no rezaran el oficio según


la Regla y quisieran hacerlo de otro modo, o que no fueran
católicos, todos los hermanos, en cualquier lugar donde se
hallen, están obligados por obediencia, dondequiera en-
cuentren a alguno de ellos, a presentarlo al custodio más
cercano al lugar en que lo encuentren. Y el custodio está
firmemente obligado, por obediencia, a custodiarlo fuerte-
mente día y noche, como a hombre en prisión, de manera
que no pueda ser arrebatado de sus manos, hasta que perso-
nalmente lo ponga en las manos de su ministro. Y el minis-
tro está firmemente obligado, por obediencia, a enviarlo,
por medio de tales hermanos que lo custodien día y noche
como a hombre en prisión, hasta que lo presenten ante el
señor de Ostia, que es el señor, protector y corrector de
toda la Fraternidad.
Y no digan los hermanos: “Esto es otra Regla”; porque
esto es una recordación, amonestación y exhortación, y es
mi testamento, que yo, el hermano Francisco, pequeñuelo,
os dejo a vosotros, mis benditos hermanos, para que obser-
vemos mejor, católicamente, la Regla que prometimos al
Señor.
Y el ministro general y todos los demás ministros y cus-
todios están obligados, por obediencia, a no añadir ni quitar
nada de estas palabras (cf. Dt 4,2; 12,32). Y tengan siempre
consigo este escrito junto a la Regla. Y en todos los capí-
tulos que tienen, cuando leen la Regla, lean también estas
palabras. Y a todos mis hermanos, clérigos y laicos, mando
firmemente, por obediencia, que no introduzcan glosas en
la Regla ni en estas palabras diciendo: “Así se han de en-

38

Testamento 

tender”, sino que, así como me dio el Señor decir y escribir


sencilla y puramente la Regla y estas palabras, así también
sencilla y puramente, sin glosa, habéis de entenderlas, y ob-
servarlas con obras santas hasta el fin.
Y todo el que observe estas cosas, sea colmado en el cie-
lo de la bendición del altísimo Padre, y sea colmado en la
tierra de la bendición de su amado Hijo (cf. Gén 27, 27-28)
con el santísimo Espíritu Paráclito y con todas las virtudes
del cielo y todos los santos.
Y yo el hermano Francisco, pequeñuelo, vuestro siervo,
os confirmo tanto cuanto puedo, interior y exteriormente,
esta santísima bendición.

39
CONSTITUCIONES
DE LA ORDEN
DE LOS HERMANOS MENORES
CONVENTUALES
CAPÍTULO I
La vida evangélica de los hermanos
Introducción espiritual

[a]
San Francisco de Asís, que Dios suscitó como auténtico
discípulo de Jesucristo en la Iglesia y en la sociedad de su
tiempo, marcadas por grandes y complejos desafíos, afirma
haber fundado nuestra fraternidad por inspiración divina:
«El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, el comenzar
de este modo a hacer penitencia: pues, como estaba en pe-
cados, me parecía extremadamente amargo ver a los lepro-
sos; pero el Señor mismo me llevó entre ellos, y practiqué
con ellos la misericordia… Y después que el Señor me dio
hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, pero el mis-
mo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del
santo Evangelio»1.

[b]
Escuchando atentamente el Evangelio y «viendo el bien-
aventurado Francisco que el Señor Dios le aumentaba de
día en día el número de seguidores, escribió para sí y sus
hermanos presentes y futuros, con sencillez y en pocas pa-
labras, una forma de vida y regla, sirviéndose, sobre todo,

1
Test 1-2.14.

45
Introducción espiritual Capítulo I

de textos del santo Evangelio, cuya perfección solamente


deseaba»2. En ella afirma claramente que «la Regla y vida
de los Hermanos Menores es esta: observar el santo Evan-
gelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia,
sin nada propio y en castidad»3.

[c]
Los valores evangélicos indicados por el Seráfico Padre
como fundamento de la identidad de la Orden son: la fra-
ternidad, acogida como don del Señor («Y después que el
Señor me dio hermanos…»4), y la minoridad, entendida
como conformación a Cristo, siervo humilde («a todos sin
excepción se les llame hermanos menores. Y lávense los
pies los unos a los otros»5). Estas, pues, constituyen los ele-
mentos esenciales del carisma.

[d]
Refiriéndose a la Regla, Francisco escribe: «El mismo Al-
tísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo
Evangelio; y yo lo hice escribir en pocas palabras y sencilla-
mente, y el señor papa me lo confirmó»6. Y en otra parte:
«Ruego a todos los hermanos que aprendan el tenor y el
sentido de las cosas que están escritas en esta vida para la
salvación de nuestra alma, y que las traigan frecuentemente
a la memoria. Y suplico a Dios que él mismo, que es om-
2
1Cel 32.
3
Rb 1,1.
4
Test 14.
5
Rnb 6,3.
6
Test 14-15.

46
La vida evangélica de los hermanos Introducción espiritual

nipotente, trino y uno, bendiga a todos los que enseñan,


aprenden, tienen, recuerdan y practican estas cosas»7. De
hecho, para el Seráfico Padre la Regla es «el libro de la
vida, esperanza de salvación, médula del Evangelio, camino
de perfección, llave del paraíso, pacto de alianza eterna»8.

[e]
La observancia y la interpretación de la Regla se llevan a
cabo bajo la guía del Espíritu Santo y de la Iglesia: «siempre
sometidos y sujetos a los pies de la misma santa Iglesia, fir-
mes en la fe católica, observemos la pobreza y la humildad
y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo que firme-
mente prometimos»9.

[f]
San Francisco exhorta: «Dice el Señor en el Evangelio: “El
que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discí-
pulo”; y: “El que quiera salvar su vida, la perderá”. Abando-
na todo lo que posee y pierde [su alma y] su cuerpo, el que
se entrega a sí mismo totalmente a la obediencia en manos
de su prelado… Y si alguna vez el súbdito ve que algo es
mejor y de mayor provecho para su alma que lo que le man-
da el prelado, sacrifique voluntariamente lo suyo a Dios y
esfuércese en poner por obra lo que le manda el prelado…
Pero si el prelado manda al súbdito algo que va contra su

7
Rnb 24,1-2.
8
2Cel 208.
9
Rb 12,4.

47
Introducción espiritual Capítulo I

alma, aunque no le obedezca, no por eso lo abandone»10.


Y enseña a los hermanos: «Y cuando perseveran en los
mandatos del Señor, que prometieron guardar siguiendo el
santo Evangelio y esta vida, sepan que permanecen en la
verdadera obediencia, y sean benditos del Señor»11. Dice
en otro texto: «Y los hermanos que son súbditos, recuerden
que renunciaron por Dios a sus propios quereres... Y los mi-
nistros acójanlos caritativa y benignamente, y tengan con
ellos tanta familiaridad que los hermanos puedan hablarles
y comportarse con ellos como los señores con sus siervos;
pues así debe ser, que los ministros sean siervos de todos los
hermanos»12.

[g]
Desde el momento en que el bienaventurado Francisco, en
presencia del obispo de Asís, entregó todos sus bienes al
padre terreno, se abandonó exclusivamente a la Providen-
cia divina con estas palabras: «Desde ahora diré con liber-
tad: Padre nuestro, que estás en los cielos»13, se convirtió
en fidelísimo discípulo y hermano de Cristo pobre: «Yo, el
hermano Francisco, pequeñuelo, quiero seguir la vida y la
pobreza del altísimo Señor nuestro Jesucristo y de su santí-
sima Madre, y perseverar en ella hasta el fin»14. Siguiendo
su ejemplo, los Hermanos Menores abrazan con humildad
y con alegría la altísima pobreza, que los ha constituido
10
Adm 3,1-3.5.7.
11
Rnb 5,17.
12
Rb 10,2.5-6.
13
2Cel 12.
14
UltVol 1.

48
La vida evangélica de los hermanos Introducción espiritual

«herederos y reyes del reino de los cielos», los ha hecho


«pobres en cosas» y los ha «sublimado en virtudes» y no
quieren «tener ninguna otra cosa bajo el cielo»15. Además,
«deben gozarse cuando conviven con gente baja y despre-
ciada, con los pobres y débiles, con los enfermos y leprosos,
y con los mendigos que están a la vera del camino»16.

[h]
San Francisco, impulsado por el deseo de conformarse to-
talmente a Cristo, abraza la castidad como opción de amor.
Y exhorta a los hermanos a amar «con todo el corazón, con
toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza y forta-
leza, con todo el entendimiento, con todas las energías, con
todo el empeño, con todo el afecto, con todas las entrañas,
con todos los deseos y quereres, al Señor Dios, que nos dio y
nos da a todos nosotros todo el cuerpo, toda el alma y toda
la vida»17. Y ruega «a todos los hermanos, tanto a los mi-
nistros como a los demás, que, removido todo impedimen-
to y pospuesta toda preocupación y todo afán, como mejor
puedan, sirvan, amen, adoren y honren al Señor Dios, y
háganlo con limpio corazón y mente pura, que es lo que él
busca por encima de todo»18.

15
Rb 6,4.6.
16
Rnb 9,2.
17
Ib. 23,8.
18
Ib. 22,26.

49
Art. 1 Capítulo I

Título I
Los principios carismáticos de la Orden

1.
§1. La Orden de los Hermanos Menores Conventuales es
la Religión fundada por San Francisco de Asís en la
Iglesia con el nombre de “hermanos menores”, a la que,
casi desde sus inicios, se añadió la denominación de
“conventuales”. El ideal del bienaventurado Francisco
y de los hermanos es vivir y testimoniar el santo Evan-
gelio en comunión fraterna, minoridad, obediencia, sin
nada propio y en castidad. Los miembros de la Orden se
llaman Hermanos Menores Conventuales.
§2. Los miembros de la Orden, guiados por el Espíritu
Santo, forman una verdadera fraternidad, cuyos rasgos
característicos son la familiaridad y la ternura mater-
na19, la misericordia20, el respeto, la cortesía y la ale-
gría21, el servicio a los hermanos enfermos22, la acogi-
da de todos los hombres23 y la sencillez evangélica en
la misión24.
§3. Todos los hermanos comparten la misma vocación
franciscana conventual y asumen los derechos y debe-
res propios de la profesión religiosa, excepto los que de-

19
Cf. Rb 6,7-8.
20
Cf. Ib. 7,3; CtaM 9-11.
21
Cf. Rnb 7,14-16.
22
Cf. Rb 6,9.
23
Cf. Rnb 7,14.
24
Cf. Ib. 16,1-7.

50
La vida evangélica de los hermanos Art. 1

rivan del orden sagrado, dado que nuestra Orden está


incluida por la Iglesia entre los Institutos clericales.
§4. San Francisco quiso que sus hermanos se llamasen Her-
manos Menores25. La minoridad es una característica
del seguimiento de Cristo pobre y humilde26, que anima
a los hermanos a rechazar el poder27, a estar sometidos a
todos28, a servirse recíprocamente29, a ser solidarios con
los excluidos y marginados de la sociedad30, a promover
y construir la paz en cualquier lugar donde se encuen-
tren31, en una continua expropiación de sí mismos.
§5. La Orden, casi desde los comienzos de su existencia, ha
admitido como un elemento constitutivo suyo la con-
ventualidad, para indicar un modo particular de vivir la
fraternidad. La dimensión de la conventualidad se mani-
fiesta en la participación activa y corresponsable de to-
dos los hermanos en la vida fraterna, especialmente en la
oración litúrgica comunitaria, en el Capítulo conventual
y en la mesa común. Movidos por el Espíritu Santo, los
hermanos trabajan, conforme al espíritu de la conven-
tualidad, en los campos de la evangelización, la teología,
la cultura y el servicio a la humanidad. También están
atentos a los cambios históricos, sociales y culturales,
con nuevas formas de presencia y de testimonio.
25
Cf. Ib. 6,3.
26
Cf. Flp 2,3-11.
27
Cf. Rnb 5,12.
28
Cf. Ib. 7,1-2.
29
Cf. Ib. 10,1; Rb 6,9.
30
Cf. Rnb 9,2.
31
Cf. Rb 3,10-11.

51
Art. 2 Capítulo I

§6. La Orden nació y se ha desarrollado bajo la protección


especial de la Bienaventurada Virgen María, y la de-
fensa del dogma de la Inmaculada Concepción es co-
nocida como el “hilo de oro” de la historia de nuestra
Orden. Por tanto, cada obra de la fraternidad es vivida
al servicio de la Iglesia de Dios, para que se extienda
el Reino de Cristo en toda la tierra, sobre todo bajo la
guía de la Inmaculada.
§7. En continuidad con el carisma original y la tradición de
la Orden, la devoción a la «gloriosa y beatísima Madre
María, Virgen hecha Iglesia»32, se ha desarrollado a tra-
vés del pensamiento y la santidad de hermanos como
Antonio, Buenaventura, Duns Escoto, José de Cuper-
tino y Francisco Antonio Fasani, y en la consagración
incondicional a la Inmaculada de San Maximiliano M.
Kolbe ha encontrado una forma concreta de apertura a
los nuevos desafíos misioneros, escuchando al Espíritu
Santo y los signos de los tiempos. El Seráfico Padre, todos
los hermanos Santos y el Mártir de la caridad, «patrón de
nuestros tiempos difíciles»33, dejan en herencia a todos
los hermanos una vocación exigente, para que lleven a
la realidad de nuestro tiempo la audacia en la misión, el
don total de sí mismos y la belleza de la santidad.
2.
Es deber de todos los hermanos unir en sí mismos vida con-
templativa y vida activa, de manera que toda su existen-
32
Cf. Rnb 23,6; SalVM 1.
33
SAN JUAN PABLO II, Ángelus del 14 de agosto de 1994.

52
La vida evangélica de los hermanos Art. 4

cia esté impregnada de espíritu apostólico y toda la acción


apostólica esté sostenida por la contemplación34. Por tanto,
los hermanos busquen la presencia del «altísimo, omnipo-
tente, buen Señor»35, en la oración, en la misión, en las
relaciones humanas, en las diferentes culturas y en la crea-
ción.

3.
Toda la Orden y cada uno de los hermanos están sujetos
inmediatamente al Papa, en vista del bien común y como
expresión de su comunión con todo el pueblo de Dios.

4.
§1. Con la profesión religiosa los hermanos se comprome-
ten públicamente36 a vivir el Evangelio en fraternidad
y minoridad, siguiendo a Cristo en obediencia, sin nada
propio y en castidad, según la Regla de los Hermanos
Menores, interpretada por las Constituciones.
§2. Los hermanos emiten los votos públicos, temporales o
perpetuos. En la tradición de la Orden y en las Consti-
tuciones actuales son llamados simples o solemnes37.
§3. Con la profesión solemne de los votos, los hermanos se
incorporan definitivamente a la Orden.

34
Cf. VC 9; CIC, can. 675.
35
Cánt 1.
36
Cf. CIC, can. 607 §2; CCEO, cann. 410; 504 §1.
37
Cf. CIC, cann. 607 §2; 654; 655; 657; 1192 §§1-2; CCEO, cann. 410; 504 §1.

53
Art. 5 Capítulo I

Título II
La profesión de la Regla

5.
§1. La Regla de San Francisco, confirmada por el papa Ho-
norio III e interpretada por otros Sumos Pontífices, es
la forma de vida evangélica profesada por los Hermanos
Menores Conventuales, y obliga en conciencia según
las Constituciones.
§2. La Regla es el fundamento de la vida y de la legislación
de toda la Orden.
§3. Para conocer y hacer propio el espíritu de la Regla, los
hermanos estudien y profundicen, además de la Regla,
los otros escritos de San Francisco, las Fuentes Francis-
canas, las Constituciones, los documentos de la Orden
y los de la Sede Apostólica referentes a la Regla.

6.
§1. Es derecho de la Sede Apostólica interpretar la Regla
de modo auténtico, por propia iniciativa, o a petición
del Capítulo general.
§2. Es derecho del Capítulo general, con el consentimiento
de dos tercios de los vocales, proponer a la aprobación
de la Sede Apostólica tanto la abrogación de las nor-
mas vigentes de las Constituciones como la aprobación
de las nuevas, así como la adaptación de la Regla a las
nuevas exigencias de los tiempos.

54
La vida evangélica de los hermanos Art. 7

§3. La interpretación aclaratoria de las Constituciones


compete al Capítulo general; fuera del Capítulo, en
caso muy urgente, el Ministro general con su Defini-
torio, consultados posiblemente los Ministros y Custo-
dios, puede dar una interpretación válida hasta el Capí-
tulo sucesivo. Sin embargo, es prerrogativa de la Santa
Sede dar la interpretación auténtica.
§4. El mismo Capítulo general puede promulgar leyes y de-
cretos relativos a la fiel observancia de la Regla y las
Constituciones.

7.
§1. Para la aplicación de las leyes generales, el Capítulo
general promulgue Estatutos especiales para toda la Or-
den, y el Capítulo provincial disponga otro tanto para
cada una de las Provincias.
§2. Las Custodias pueden tener Estatutos propios, aproba-
dos por la autoridad competente.
§3. En caso de necesidad, es facultad de los Ministros y
Custodios con sus propios Definitorios interpretar o
cambiar los respectivos Estatutos, con validez hasta el
Capítulo sucesivo.
§4. Los Estatutos provinciales, antes de su promulgación,
deben presentarse oportunamente al Ministro general
para que, con su Definitorio, constate y declare su con-
formidad con el derecho propio de la Orden.

55
Art. 8 Capítulo I

§5. Las Constituciones y los Estatutos obligan en concien-


cia, según la importancia del objeto, en lo que se refiere
a los votos y a las leyes divinas o eclesiásticas. Por lo
que es deber de todos los hermanos conocer a fondo las
Constituciones.
§6. Los hermanos se comprometan a observar la Regla, las
Constituciones y los Estatutos, sobre todo para confor-
marse al ideal evangélico, según el espíritu de la Orden,
como exige la obligación asumida con la profesión reli-
giosa.
§7. La Regla y las Constituciones se lean en común, en el
tiempo y modo establecidos por los Estatutos provin-
ciales.

8.
De las normas disciplinares de las Constituciones y los Es-
tatutos, por causas razonables y por tiempo determinado,
pueden dispensar:
a) el Ministro general a cada hermano y convento, y,
con el consentimiento de su Definitorio, también a
cada Provincia;
b) el Ministro provincial a sus hermanos y a los que resi-
den en su Provincia y en sus Custodias, y, con el con-
sentimiento de su Definitorio, también a cada uno de
sus conventos;
c) el Custodio a sus hermanos y a los que residen en su
Custodia y, con el consentimiento de su Definitorio,
también a cada uno de sus conventos;

56
La vida evangélica de los hermanos Art. 9

d) el Guardián a sus hermanos y a los que residen en el


convento.

Título III
La profesión de los votos

9.
§1. Haciendo voto de vivir en obediencia, sin nada propio
y en castidad, los hermanos reconocen solemne y pú-
blicamente haber recibido de Dios Padre la gracia de
seguir a Cristo en su estilo de vida casta, pobre y obe-
diente. A Él se dedican totalmente, llevando a término
en modo particular la consagración bautismal38.
§2. Con la profesión de los votos, los hermanos se unen de
modo especial a la Iglesia y a la misión salvífica de Cristo.
§3. Además, testimonian proféticamente la posibilidad de
una nueva humanidad en Cristo, donde todos se reco-
nocen hermanos y hermanas y viven una verdadera soli-
daridad, y donde se promueven la integridad de la crea-
ción, la paz, la justicia y el bien común de la sociedad. De
este modo, anuncian el mundo que vendrá.
§4. Por tanto, cada hermano, llamado a la profesión de los
consejos, persevere en su vocación y la refuerce con
cooperación fiel y prudente vigilancia.
§5. Los tres votos, por su naturaleza, obligan sub gravi.
38
Cf. PC 5; VC 30.

57
Art. 10 Capítulo I

10.
Con el voto de obediencia, los hermanos entregan a Dios,
como holocausto de sí mismos, la propia voluntad para
unirse directamente a la voluntad divina, a ejemplo de
Jesucristo, que vino a la tierra para hacer la voluntad del
Padre; y con espíritu de fe se someten a los superiores en la
Iglesia. Esta obediencia no solo no disminuye la dignidad
de la persona humana, sino que la eleva a una mayor madu-
rez, acrecentando la libertad de los hijos de Dios.

11.
Los hermanos, como parte viva del pueblo de Dios y hom-
bres católicos y apostólicos, conformándose a la promesa
específica y al ejemplo del Seráfico Padre, se muestren
menores sobre todo en la obediencia y la fidelidad a la
Iglesia.

12.
§1. Los hermanos, según el ejemplo y la voluntad de San
Francisco, están obligados a prestar obediencia al Sumo
Pontífice39, también en virtud del voto.
§2. Presten obediencia al Ministro general, sucesor de
San Francisco40, y a los Ministros, Custodios y Guar-
dianes cuando mandan según la Regla y las Constitu-
ciones41.

39
Cf. Rb 1,2; CIC, can. 590 §2.
40
Cf. Rb 1,3.
41
Cf. CIC, can. 601.

58
La vida evangélica de los hermanos Art. 13

§3. Los hermanos obedezcan en todo aquello que no es


contrario al Evangelio, a la Regla, las Constituciones y
la propia conciencia42.
§4. Están sujetos a los Ordinarios del lugar, en lo que con-
cierne a su autoridad pastoral, en conformidad con el
derecho43.
§5. En espíritu de caridad y minoridad, los hermanos se sir-
van y se obedezcan recíprocamente44.

13.
§1. En el desempeño de su oficio, los Ministros, Custodios
y Guardianes sean dóciles a la voluntad de Dios en es-
píritu de caridad y de servicio, escuchen de buen grado
a sus hermanos, favorezcan su crecimiento humano y
espiritual y promuevan su colaboración para el bien de
la fraternidad y de la Iglesia.
§2. Los Ministros, Custodios y Guardianes, con vistas al
bien común, tienen la autoridad de decidir y ordenar a
los hermanos lo que han de hacer. Pero procuren guiar
a los hermanos a obedecer de manera activa y respon-
sable y a valorar los propios talentos, permaneciendo
atentos y fieles a la llamada del Espíritu Santo.
§3. La obediencia vivida en la fraternidad crea un vínculo
muy estrecho entre los hermanos, y les permite realizar

42
Cf. CIVCSVA, El servicio de la autoridad y la obediencia, 27.
43
Cf. CIC, can. 678; VC 49.
44
Cf. Rnb 5,14.

59
Art. 14 Capítulo I

juntos la misión apostólica de la fraternidad y coordi-


nar las actividades de cada uno.

14.
§1. Con el voto de la pobreza evangélica, los hermanos
confiesan que Dios, sumo bien, es la única riqueza
verdadera del hombre45, y se comprometen a seguir el
ejemplo del Hijo de Dios que por nosotros se hizo pobre
en este mundo46.
§2. Los hermanos, confiados en la Providencia divina, ya
que se han comprometido a vivir “sin nada propio”,
renuncien totalmente a la propiedad individual de los
bienes.
§3. Hagan juntos el discernimiento sobre la gestión de los
bienes temporales, teniendo en cuenta las necesidades
de la fraternidad y de los pobres. Además, sepan poner
a disposición de los demás los bienes espirituales, cultu-
rales y materiales.
§4. Los hermanos se abstengan de todo acto de propiedad,
dependiendo en el uso de los bienes de los Ministros,
Custodios y Guardianes, y procuren ser y mostrarse ver-
daderamente pobres en las cosas y en el espíritu, asu-
miendo un estilo de vida sencillo y sobrio47.

45
Cf. VC 21.
46
Cf. Rb 6,3; CIC, can. 600.
47
Cf. CIC, can. 668 §3; CCEO, can. 529 §3.

60
La vida evangélica de los hermanos Art. 15

§5. Los hermanos cedan también a la Provincia o Custodia


el derecho y el beneficio de cualquier propiedad inte-
lectual.
§6. Los hermanos amen y vivan la altísima pobreza como
conviene a los seguidores de Francisco humilde y po-
bre: sepan desapropiarse de todo y rechacen la men-
talidad del consumo que induce a la acumulación y al
derroche, roba a los pobres y daña a “nuestra hermana
la madre tierra”48.
§7. Los Ministros, Custodios y Guardianes, con su ejemplo,
estimulen a los hermanos a vivir como pobres y eviten
que, con permisos indiscriminados, se falte a la obser-
vancia de la pobreza.

15.
§1. En el espíritu del “sin nada propio”, antes de la profe-
sión temporal, el candidato ceda la administración de
los bienes a quien quiera, y disponga libremente sobre
su uso y usufructo49.
§2. Antes de la profesión solemne, el mismo candidato,
como condición para la profesión, renuncie a la propie-
dad de los bienes a través de un documento, tal como se
precisa en los Estatutos provinciales o custodiales. Este
documento sea válido posiblemente también en el ám-
bito civil. Debiendo, por justa causa, cambiar estas dis-

48
Cánt 9.
49
Cf. CIC, can. 668 §1; CCEO, can. 525 §2.

61
Art. 16 Capítulo I

posiciones y actuar de otro modo respecto a los bienes


temporales, se requiere la licencia escrita del Ministro
o Custodio50 pro tempore.

16.
§1. Los hermanos recuerden que son pobres y peregrinos
en este mundo51, y que todos los bienes ganados o re-
cibidos por ellos no son suyos, sino de la fraternidad,
la cual los administra para la vida sobria y sencilla de
los hermanos, para el apostolado de la Orden y para las
obras de caridad.
§2. Todos los bienes que los hermanos reciben, o como
sueldo por un trabajo, o bajo cualquier otro título o
donación, aunque haya sido hecha personalmente al
hermano, pasan a ser propiedad del convento o, según
los Estatutos provinciales o custodiales, de otra persona
jurídica de la Orden52.
§3. Según las declaraciones de la Iglesia, la Orden, las Pro-
vincias, las Custodias y los conventos pueden poseer
bienes temporales, pero no los hermanos individual-
mente. Sin embargo, no posean ni mantengan bienes
sin una necesidad evidente para la vida de los herma-
nos o sin una utilidad proporcionada para las obras de
la Orden. En todo caso, se evite cualquier forma de
avaricia, de lujo o de acumulación indebida53.
50
Cf. CIC, can. 668 §2; CCEO, cann. 525 §2; 529 §4.
51
Cf. Rb 6,2.
52
Cf. CIC, can. 668 §3.
53
Cf. CIC, can. 634.

62
La vida evangélica de los hermanos Art. 18

17.
§1. Según la voluntad de San Francisco, el cual escribe que
todos los hermanos deben trabajar54 y pueden usar los
instrumentos necesarios para realizar su trabajo55, los
hermanos se sientan vinculados a la ley común del tra-
bajo, para procurar lo necesario a la fraternidad. En caso
de necesidad, allí donde los hermanos dan testimonio
de vida evangélica pobre, recurran humildemente a la
“mesa del Señor”, o sea, pidan y acepten limosnas o sub-
sidios sociales, poniendo siempre su confianza en la Pro-
videncia divina. Sean siempre solidarios con los pobres.
§2. Está permitido que los hermanos reciban retribuciones
y pensiones procedentes del trabajo, y que se inscriban
en las asociaciones de seguridad social según los Estatu-
tos provinciales o custodiales, entendiéndose siempre
que esas entradas van a la fraternidad.
§3. Los Ministros y Custodios con sus Definitorios provean
a la pensión y la asistencia sanitaria ordinaria y extraor-
dinaria de los hermanos, según las leyes y las normas de
los diferentes países.

18.
§1. Tanto los hermanos individualmente como las frater-
nidades observen fielmente la pobreza, de manera que
sean un claro testimonio profético. En todo eviten
cuanto denote lujo o refinamiento.
54
Cf. Test 20.
55
Cf. Rnb 7,9.

63
Art. 19 Capítulo I

§2. La vida de pobreza de los hermanos y de las fraternida-


des refleje el tenor de vida de la gente pobre del propio
ambiente. Por tanto, los hermanos amen vivir entre los
pobres, se sientan solidarios con sus sufrimientos y an-
gustias, trabajen como ellos y con ellos, y se comprome-
tan activamente en su promoción humana. Les lleven
el mensaje gozoso del Evangelio y se dejen evangelizar
por ellos.
§3. Los hermanos acepten de buena gana la pobreza de la
vida común y las incomodidades que de esta se derivan.

19.
La fraternidad disponga que los bienes destinados a las ac-
tividades de apostolado sean realmente utilizados para esta
finalidad y para la expansión de las obras apostólicas de la
Orden. En la gestión de estos bienes, los hermanos busquen
únicamente el bien de las personas y respeten las intencio-
nes de los donantes56.

20.
§1. Las Provincias, las Custodias y los conventos, ya que son
parte de la única fraternidad de la Orden, sean solidarios
entre sí, compartiendo los bienes materiales y humanos,
de manera que aquellas partes de la Orden que tienen
mayores recursos ayuden a las que tienen más necesidad.
En particular promuevan la movilidad de los hermanos
en favor de las Provincias y Custodias que se encuentran
56
Cf. CIC, can. 1267 §3; CCEO, can. 1016 §1.

64
La vida evangélica de los hermanos Art. 22

en dificultad y en favor de las necesidades de la Orden,


especialmente en el campo de la formación y de las nue-
vas presencias de la Orden en el mundo.
§2. Los Estatutos generales indiquen las formas concretas
con las que el gobierno de la Orden debe exigir y admi-
nistrar la solidaridad económica entre las diversas Pro-
vincias y Custodias. Siendo la Orden una única familia,
la solidaridad exprese la firme y constante determina-
ción de comprometerse a favor del bien común de toda
la fraternidad.
§3. Los Estatutos provinciales o custodiales indiquen las
formas concretas de solidaridad económica entre los
conventos de la misma Provincia o Custodia y entre
los conventos y la Provincia o Custodia. Las formas
concretas de solidaridad las determinen y verifiquen los
respectivos Capítulos o, en caso de urgencia, los Minis-
tros y Custodios con sus Definitorios.

21.
De los propios bienes se obtengan generosas aportaciones
para las necesidades de la Iglesia, para el mantenimiento de
los pobres y para las obras de promoción de la justicia, la
paz y la integridad de la creación.

22.
Salvaguardando siempre el espíritu de pobreza y sobriedad,
bajo la autoridad de los Ministros, Custodios y Guardianes,
los hermanos hagan un uso moderado y responsable del di-

65
Art. 23 Capítulo I

nero en sus diversas modalidades, según las normas de los


Estatutos provinciales o custodiales.

23.
Habiendo fundado el Seráfico Padre su fraternidad en la
Iglesia, sobre todo como testimonio de pobreza evangélica,
los hermanos procuren discernir y adoptar nuevas formas
de pobreza acordes con los tiempos y lugares. Corresponde
luego a los Capítulos tomar una decisión acerca de estas
nuevas formas.

24.
§1. Con el voto de castidad perfecta, vivido con corazón y
ánimo puros57, los hermanos asumen el estilo de vida
de Jesús, que se dedicó totalmente al Reino de Dios y al
amor de los hermanos. Eligen el estado de continencia
perfecta en el celibato, como expresión del amor a Dios
y a los hombres, como signo de los bienes escatológicos
y fuente especial de fecundidad espiritual58, que tiene
su origen en el amor trinitario.
§2. Abrazando libremente la vida de castidad, los herma-
nos se abstengan de todo lo que es contrario a esta.

25.
§1. Para vivir en castidad el amor a Dios y a los hermanos,
los hermanos, ayudados por la gracia divina, crezcan en
57
Cf. Adm 16,2.
58
Cf. CIC, can. 599; VC 21.

66
La vida evangélica de los hermanos Art. 26

la transparencia interior, en la capacidad de relación


con los demás, en el equilibrio psicológico, en la ma-
durez afectiva, en el dominio de sí y en el compromiso
apostólico generoso y creativo.
§2. Cuiden la participación frecuente en los sacramentos,
la oración profunda, la unión íntima con Cristo, la re-
lación intensa con la Virgen María, los vínculos fra-
ternos alegres y la entrega generosa a quien se halla en
necesidad.
§3. Confiados en la palabra y la ayuda del Señor, los her-
manos cuiden la vida espiritual y practiquen la ascesis,
vigilando su corazón. Eviten las ocasiones de riesgo,
utilicen con responsabilidad los medios de comunica-
ción social y cultiven amistades maduras y auténticas.

26.
§1. En el contacto y la relación con las personas, los her-
manos mantengan un comportamiento de gran respe-
to. Además, se comprometan a crear ambientes sanos y
seguros.
§2. En caso de abusos, especialmente respecto a menores
de edad o adultos vulnerables, los Ministros, los Custo-
dios y los hermanos observen las directrices del derecho
eclesiástico59.

59
Cf. CDF, Normae de delictis reservatis seu normae de delictis contra fidem necnon de
gravioribus delictis (21 de mayo de 2010), art. 6 y 16.

67
Art. 27 Capítulo I

Título IV
La estructura de la Orden

27.
La Orden de los Hermanos Menores Conventuales es una
única fraternidad extendida por todo el mundo. Donde-
quiera se encuentren los hermanos, constituyen una familia
al estilo evangélico60. Los Ministros, los Custodios y todos
los hermanos promuevan, mantengan y refuercen siempre
la unidad y la comunión.

28.
§1. Para una eficaz animación y organización de la vida y
las actividades de los hermanos, la Orden se articula
en Provincias y Custodias, a las que son afiliados los
hermanos.
§2. Las Provincias y Custodias, formadas por conventos, se
asientan en un territorio que es determinado y definido
en los respectivos Estatutos.

29.
§1. Para que pueda haber una presencia estable de herma-
nos de una Provincia o Custodia en el territorio de otra,
se requiere el consentimiento de ambos Capítulos pro-
vinciales o custodiales, el consentimiento del Ministro
general con su Definitorio y el consentimiento escrito

60
Cf. Mc 3,33-35; Rb 6,7-9.

68
La vida evangélica de los hermanos Art. 31

del Obispo diocesano61, con el fin de favorecer una ver-


dadera integración fraterna, social, eclesial y cultural.
§2. Además se estipule una convención entre los respecti-
vos Ministros o Custodios con el consentimiento de los
propios Definitorios, en la que se precisen las modalida-
des de la cooperación y la solidaridad.

30.
§1. Las Provincias y Custodias están formadas por conven-
tos, es decir, por fraternidades locales, en las que los
hermanos son colocados de familia. El convento es el
lugar donde se renueva y se comparte fraterna y coti-
dianamente la vida y la misión.
§2. Las Provincias, por motivos particulares, pueden erigir
Delegaciones en conformidad con los Estatutos genera-
les y provinciales.

31.
§1. Las Provincias, Custodias y Delegaciones son agru-
padas en Conferencias o Federaciones según criterios
geográficos, culturales o lingüísticos.
§2. Con el fin de profundizar en las relaciones y el cono-
cimiento entre los hermanos, respetando la diversidad
de dones y carismas de los hermanos, las Conferencias
y Federaciones favorezcan la colaboración en la for-
mación inicial y permanente, la cooperación solidaria
61
Cf. CIC, can. 609 §1; CCEO, can. 509 §1.

69
Art. 32 Capítulo I

en la economía, la coordinación del apostolado y del


trabajo y la disponibilidad de los hermanos a ir a otras
Provincias o Custodias.
§3. Cada una de las Conferencias y Federaciones redacte
sus propios Estatutos, en los que se indiquen los com-
ponentes (Provincias, Custodias, Delegaciones y Mi-
siones), sus competencias, los miembros con voz activa
y los tiempos de reunión. Estos deben ser aprobados por
el Ministro general con su Definitorio.
§4. Las Conferencias y Federaciones redacten Estatutos es-
peciales para las obras estables emprendidas en común.
Estos deben ser aprobados por el Ministro general con
su Definitorio.

32.
El Sacro Convento de Asís supera a todos los demás conven-
tos por su altísima dignidad, siendo confiado a su custodia
el insigne santuario en el que reposa el Seráfico Padre, y por
haber sido declarado cabeza y madre de toda la Orden y erigi-
do en Basílica patriarcal y Capilla papal. Todos los hermanos
lo consideren como centro de la espiritualidad de la Orden,
de las Provincias y de los conventos, y se sientan unidos a él
espiritualmente. Es preciso que en el Sacro Convento sean
colocados hermanos elegidos de todas las Provincias, que
testimonien y confirmen la fidelidad de todos los demás her-
manos de la Provincia en el carisma y la perfección francisca-
na, y promuevan la vitalidad del mismo convento. El Sacro
Convento se rige jurídicamente por un Estatuto particular.

70
La vida evangélica de los hermanos Art. 33

33.
§1. La erección, la división, la unión, la fusión y la supre-
sión de una Provincia o de una Custodia general son
competencia del Capítulo general. Fuera del Capítulo
general, corresponde al Ministro general con su Defi-
nitorio tomar esas decisiones. En todo caso, se escuche
antes a las partes interesadas.
§2. Para la erección de una Provincia o de una Custodia
general es necesario un número tal de conventos y de
hermanos profesos solemnes que permita a la nueva
Provincia o Custodia una vida autónoma. Los Estatutos
generales establezcan también los criterios que garan-
ticen la calidad de la vida evangélica y fraterna de la
nueva Provincia o Custodia general.
§3. Teniendo en cuenta dichos criterios, se lleve a cabo el
discernimiento para la posible supresión, fusión o unión
de una Provincia o Custodia general con otra Provincia
o Custodia, de manera que asegure a los hermanos una
vida verdaderamente fraterna.
§4. Comprobados el número adecuado de conventos y
de hermanos profesos solemnes y la calidad de la vida
evangélica y fraterna según los criterios establecidos
por los Estatutos generales, obtenido previamente el
consentimiento del Ministro general con su Definito-
rio, corresponde al Capítulo provincial, con el voto
afirmativo de dos tercios de los vocales, la erección de
una Custodia provincial.

71
Art. 34 Capítulo I

§5. La supresión de una Custodia provincial compete al


Capítulo provincial, después de haber escuchado a los
hermanos de la Custodia. Se proceda en conformidad
con el derecho canónico y con los Estatutos generales.

34.
§1. La erección y la supresión de un convento colocado
bajo la inmediata jurisdicción del Ministro general son
decretadas por el Capítulo general, en conformidad
con el derecho universal62.
§2. La erección de un convento compete al Capítulo pro-
vincial; en caso urgente, al Ministro provincial con el
consentimiento de su Definitorio. Pero siempre es ne-
cesario el consentimiento del Ministro general con el
consentimiento de su Definitorio, en conformidad con
el derecho universal63.
§3. El Ministro provincial, con el consentimiento de su
Definitorio e interpelado el Capítulo conventual del
convento interesado, puede erigir o suprimir una casa
filial bajo la dependencia de dicho convento, salvo el
derecho universal64.
§4. La supresión de un convento está reservada al Ministro
general con el consentimiento de su Definitorio, des-
pués de haber escuchado a los interesados y consultado
al Obispo diocesano65.
62
Cf. CIC, cann. 609 §1; 610; 1215 §3; CCEO, cann. 509; 510; 870.
63
Cf. CIC, cann. 609 §1; 610; 611; 1215 §3; CCEO, cann. 509; 870.
64
Cf. CIC, cann. 609; 616 §1; CCEO, cann. 509; 510.
65
Cf. CIC, can. 616 §1; CCEO, can. 510.

72
CAPÍTULO II
La vida de unión con Dios
Introducción espiritual

[a]
San Francisco de Asís, con su ejemplo y su palabra, indica
a los hermanos que la vida de unión con Dios es el funda-
mento de la fraternidad minorita y de su misión.

[b]
Los hermanos, amando a Dios, sumo bien, con el espíri-
tu del Seráfico Padre, son animados a dirigir su corazón al
Padre que los ha creado y los ha formado «a imagen de su
amado Hijo según el cuerpo y a semejanza suya según el es-
píritu»66, y a orar al mismo Padre con gratitud: «Padre santo
y justo, Señor rey del cielo y de la tierra, te damos gracias
por ti mismo, pues por tu santa voluntad, y por medio de tu
Hijo unigénito con el Espíritu Santo, creaste todas las cosas
espirituales y corporales, y a nosotros… nos colocaste en el
paraíso… Y te damos gracias porque, así como nos creaste
por tu Hijo, así también, por el verdadero y santo amor con
que nos amaste, hiciste que él, verdadero Dios y verdade-
ro hombre, naciera de la gloriosa siempre Virgen beatísima
Santa María, y quisiste que nosotros, cautivos, fuéramos re-
dimidos por su cruz y sangre y muerte»67.
66
Adm 5,1.
67
Rnb 23,1-3.

75
Introducción espiritual Capítulo II

[c]
La oración, según el bienaventurado Francisco, tiene la
prioridad sobre todas las cosas y requiere un compromiso
constante: «Por la santa caridad que es Dios, ruego a todos
los hermanos, tanto a los ministros como a los demás, que,
removido todo impedimento y pospuesta toda preocupa-
ción y todo afán, como mejor puedan, sirvan, amen, ado-
ren y honren al Señor Dios, y háganlo con limpio corazón
y mente pura, que es lo que él busca por encima de todo. Y
hagamos siempre en nosotros habitación y morada a aquel
que es el Señor Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu
Santo»68.

[d]
En el centro de la contemplación orante de Francisco está
la persona de Jesucristo. La encarnación del Hijo de Dios lo
llena de estupor: la Palabra del Padre, «tan digna, tan santa
y gloriosa», recibe de la Virgen María «la verdadera carne
de nuestra humanidad y fragilidad. Y, siendo sobremanera
rico, quiso escoger la pobreza en este mundo, junto con la
bienaventurada Virgen, su Madre»69.

[e]
La meditación sobre la pasión y muerte de Jesús provoca
en el bienaventurado Francisco lágrimas y gemidos, le hace
partícipe, incluso físicamente, de los sufrimientos de Cristo
crucificado y hace brotar de su corazón oraciones de adora-
68
Ib. 22,26-27.
69
2CtaF 4-5.

76
La vida de unión con Dios Introducción espiritual

ción y alabanza: «Te adoramos, Señor Jesucristo, también


en todas tus iglesias que hay en el mundo entero, y te ben-
decimos, pues por tu santa cruz redimiste al mundo»70.

[f]
El Padre Francisco queda profundamente impresionado
también por la humildad del misterio eucarístico, que le
hace exclamar: «¡Oh admirable celsitud y asombrosa con-
descendencia! ¡Oh sublime humildad! ¡Oh humilde subli-
midad, que el Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, se
humilla hasta el punto de esconderse, para nuestra salva-
ción, bajo una pequeña forma de pan! Mirad, hermanos, la
humildad de Dios y derramad ante él vuestros corazones;
humillaos también vosotros, para ser enaltecidos por él»71.
Por eso dice a sus hermanos: «Os suplico a todos vosotros,
hermanos,… que manifestéis públicamente toda la reve-
rencia y todo el honor que os sea posible al santísimo cuer-
po y sangre de nuestro Señor Jesucristo, en quien han sido
pacificadas y reconciliadas con Dios omnipotente todas las
cosas que hay en los cielos y en la tierra»72.

[g]
En la experiencia espiritual de Francisco tiene un papel
importante y vital la persona del Espíritu Santo: «Omni-
potente, eterno, justo y misericordioso Dios, concédenos
por ti mismo a nosotros, míseros, hacer lo que sabemos que
70
Test 5; OfP.
71
CtaO 27-28; Adm 1,16-18.
72
CtaO 12.

77
Introducción espiritual Capítulo II

quieres y querer siempre lo que te agrada, a fin de que, inte-


riormente purificados, iluminados interiormente y encen-
didos por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las
huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo»73.

[h]
El Seráfico Padre tiene una gran veneración por la Sagrada
Escritura, que contiene «las fragantes palabras» de su Se-
ñor, «que es la Palabra del Padre, y las palabras del Espíritu
Santo, que son espíritu y vida»74. Y ruega y suplica que «con
humildad y caridad, estas y las demás palabras de nuestro
Señor Jesucristo» sean acogidas y puestas en práctica75.

[i]
San Francisco celebra el oficio divino con gran fervor de
ánimo, en comunión con la Iglesia, e invita a los herma-
nos a hacerlo «con devoción, en la presencia de Dios, no
poniendo su atención en la melodía de la voz, sino en la
consonancia de la mente, para que la voz sintonice con la
mente y la mente sintonice con Dios, de manera que pue-
dan agradar a Dios por la pureza del corazón»76.

[j]
El bienaventurado Francisco contemplaba y honraba siem-
pre a la Madre de Dios, María, «hija y esclava del altísimo y

73
Ib. 50-51.
74
2CtaF 2-3.
75
Cf. Ib. 86.
76
CtaO 41-42.

78
La vida de unión con Dios Introducción espiritual

sumo Rey, Padre celestial; madre de nuestro santísimo Se-


ñor Jesucristo; esposa del Espíritu Santo»77, y la saluda así:
«¡Salve, Señora, santa Reina, santa madre de Dios, María,
virgen hecha Iglesia, y elegida por el santísimo Padre del
cielo, consagrada por él con su santísimo Hijo amado y el
Espíritu Santo Paráclito, en ti estuvo y está toda la plenitud
de la gracia y todo bien!»78.

[k]
El Seráfico Padre, iluminado por la luz del Espíritu Santo,
comienza «a hacer penitencia» y, guiado por el Señor mis-
mo, se acerca a los leprosos y practica con ellos la miseri-
cordia, y poco después salió «del mundo»79. Así lleva a cabo
un cambio radical de vida y se dispone a seguir a Cristo
crucificado, el «buen pastor, que por salvar a sus ovejas so-
portó la pasión de la cruz»80. Quiere también que sus her-
manos sean hombres de penitencia y conversión: «Demos,
además, los frutos propios de la penitencia. Y amemos a
nuestros prójimos como a nosotros mismos. Y si alguno no
quiere amarlos como a sí mismo, al menos no les haga mal,
sino hágales el bien»81; «humildemente rogamos y suplica-
mos todos nosotros, los hermanos menores, siervos inútiles,
que perseveremos todos en la verdadera fe y en la peniten-
cia, porque de otro modo nadie se puede salvar»82.
77
Antífona 2.
78
SalVir 1-3.
79
Test 1-3.
80
Adm 6,1.
81
2CtaF 25-27.
82
Rnb 23,7.

79
Introducción espiritual Capítulo II

[l]
Viviendo de esa manera, los hermanos testimonian cuanto
dice S. Pablo: «Todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, ha-
cedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de
él a Dios Padre»83; y al mismo tiempo imitan el espíritu y
las obras de fe, esperanza y caridad de S. Francisco, el cual,
viviendo conforme a su lema “mi Dios y mi todo”84, vive en
Jesucristo la plena comunión con Dios uno y trino, con los
hermanos, las hermanas y con toda la creación.

83
Col 3,17.
84
Cf. Flor 2.

80
La vida de unión con Dios Art. 35

Título I
La vida y el espíritu de oración

35.
§1. Con la profesión religiosa los hermanos se entregan
totalmente a Dios, sumamente amado, de manera que
viven totalmente del Señor, para que Dios sea todo en
todos. Por eso, la contemplación de las verdades divi-
nas y la unión constante con Dios en la oración debe
ser su primer y principal deber85.
§2. La vida consagrada testimonia proféticamente la pre-
sencia viva de la acción del Espíritu Santo, que la hace
escuela de santidad, espacio privilegiado de amor abso-
luto a Dios y al prójimo y signo del proyecto divino de
hacer de la humanidad la única familia de los hijos de
Dios86.
§3. Como respuesta a la admonición del Señor a velar y
orar87, y siguiendo el ejemplo del Seráfico Padre, hom-
bre hecho oración, cada fraternidad y cada hermano
vigilen y cuiden la calidad de la vida espiritual88.
§4. Con ánimo agradecido, los hermanos oren siempre con
corazón puro, y muestren humildad, paciencia y amor a
todos89.

85
Cf. CIC can. 663 § 1; CCEO can. 538 §2.
86
Cf. VC 35.
87
Cf. Lc 21,36.
88
Cf. CIVCSVA, Vida fraterna en comunidad, 13.
89
Cf. Rb 10,8-10.

81
Art. 36 Capítulo II

36.
§1. Los hermanos procuren tener siempre el espíritu del Se-
ñor y buscar su santa voluntad90 y, uniendo íntimamente
oración y acción, cultiven una perfecta vida de unión
con el Padre celestial, abiertos a la acción del Espíritu
Santo para dejarse conformar continuamente a Cristo.
§2. Los hermanos realicen en la vida y en su modo de obrar
cuanto han aprendido en el Espíritu Santo con la par-
ticipación en los misterios de Cristo. Cada uno, des-
pués de haber estado unido a Dios intensamente por
medio de la oración, sea diligente en conservar en su
vida cotidiana la unión con Dios Padre y acrecentarla
con obras de virtud.
§3. Los hermanos aprendan a considerar todas las cosas a la
luz de la fe, a superar las dificultades con la fuerza de la
esperanza mientras aguardan la gloria futura, y a unirse
cada vez más a Dios en la caridad de Cristo, para glori-
ficar al Padre en todos los momentos de su vida.

Título II
La oración litúrgica

37.
El misterio eucarístico es el culmen y la fuente de toda la
liturgia y la vida de la Iglesia; su celebración ha de ser, por

90
Cf. Ib. 10,8.

82
La vida de unión con Dios Art. 39

tanto, el centro de toda la vida espiritual y apostólica de


cada hermano y de la fraternidad.

38.
§1. Todos los hermanos participen diariamente en la mesa
de la Palabra y de la Eucaristía91, uniéndose al misterio
pascual de Cristo en el ofrecimiento de la propia vida
al Padre mediante el Espíritu Santo92.
§2. Ya que en la celebración del misterio del Cuerpo y de la
Sangre del Señor se consolidan e incrementan la uni-
dad y la caridad93, los hermanos procuren participar co-
munitariamente todos los días en la liturgia eucarística.
Promuévase, cuando sea posible, la concelebración de
los sacerdotes94.

39.
§1. Los hermanos tengan en gran consideración la Liturgia
de las Horas. En ella, los hermanos participan en la ora-
ción de Cristo, que une a sí a la Iglesia, su Esposa, en la
alabanza y la intercesión que dirige al Padre por toda la
humanidad.
§2. Los hermanos celebren la Liturgia de las Horas según
las normas de la Iglesia. Por tanto, procuren celebrar
con más solemnidad –y loablemente con el canto– los

91
Cf. DV 21; PO 18.
92
Cf. VC 95.
93
Cf. VC 95.
94
Cf. CtaO 30.

83
Art. 40 Capítulo II

Laudes y las Vísperas, promoviendo oportunamente la


participación de los fieles en estos momentos de ora-
ción95.
§3. En cada convento todos los hermanos, legítimamente
no impedidos, celebren íntegramente la Liturgia de las
Horas en común cada día.
§4. Corresponde al Ministro o Custodio con el consen-
timiento de su Definitorio, a propuesta del Capítulo
conventual, determinar qué horas canónicas deben
celebrarse en común en la fraternidad en la que, por
causas graves, no se pueda celebrar toda la Liturgia de
las Horas.

40.
§1. Los hermanos profesos solemnes que no pueden cele-
brar en común la Liturgia de las Horas, lo hagan en
privado. En caso de necesidad, reciten el oficio de los
Padrenuestros según la Regla96.
§2. Los hermanos profesos temporales que no pueden ce-
lebrar en común la Liturgia de las Horas, la reciten en
privado, al menos los Laudes y las Vísperas; en caso de
necesidad, reciten el oficio de los Padrenuestros según
la Regla97.

95
Cf. Principios y normas generales de la Liturgia de las Horas, nn. 20, 33, 40.
96
Cf. Rb 3,3.
97
Cf. Ib. 3,3.

84
La vida de unión con Dios Art. 41

41.
§1. Ya que la vida de unión con Dios se funda y se acre-
cienta sobre todo mediante las acciones litúrgicas, los
hermanos procuren prepararse mediante el estudio
frecuente de los textos litúrgicos, y participen en ellas
como lo exige el propio estado y la misma naturaleza de
la liturgia.
§2. Los hermanos celebren las acciones litúrgicas con re-
verencia98, de acuerdo con las normas de la Iglesia. Se
tenga en cuenta la diversidad de los ritos y se valore
la riqueza de las Iglesias locales, dejando espacio a las
diversas y legítimas adaptaciones99.
§3. Se siga fielmente el rito de la Iglesia y se observen las
prescripciones del calendario y ritual de la Orden en
las acciones litúrgicas. Por motivos pastorales, pueden
usarse el misal, el ritual y el calendario de las Iglesias
particulares.
§4. Corresponde al Capítulo conventual, con el consenti-
miento del Ministro o del Custodio, disponer las cir-
cunstancias y el orden de las celebraciones litúrgicas y
de las prácticas de piedad.
§5. Los hermanos cuiden con esmero la iglesia, las reliquias
de los Santos, los ornamentos y demás objetos destina-
dos al culto litúrgico.

98
Cf. CtaO 14.
99
Cf. SC 38.

85
Art. 42 Capítulo II

42.
Los hermanos presentes en Iglesias sui iuris, con rito pro-
pio, consideren una riqueza la participación en la liturgia y
en el patrimonio espiritual de esas Iglesias, y se conformen
a cuanto está establecido por las autoridades eclesiásticas
competentes100.

Título III
Las otras acciones litúrgicas

43.
Los hermanos presten toda la reverencia y todo el honor al
santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo101. El
Capítulo conventual programe momentos comunitarios de
adoración eucarística. Además, todos los hermanos amen en-
tretenerse en coloquio con Cristo, en la adoración personal.

44.
§1. Los hermanos escuchen, lean, mediten y estudien fre-
cuentemente la Palabra de Dios (de hecho, la igno-
rancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo102), y
la veneren como al mismo Cuerpo del Señor. En esta
tarea, los hermanos busquen y valoren los instrumentos
adecuados103.

100
Cf. CCEO can. 701.
101
Cf. CtaO 12.
102
Cf. DV 25, donde se cita a San Jerónimo.
103
Cf. VD 32-33.

86
La vida de unión con Dios Art. 46

§2. Los hermanos mediten frecuentemente, de modo espe-


cial, el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, fuente de
toda perfección cristiana y fundamento de la Regla del
Seráfico Padre Francisco.
§3. Por consiguiente, se acerquen de buen grado al texto
sagrado, ya sea mediante la liturgia, ya sea mediante las
otras celebraciones de la Palabra de Dios.
§4. Además, el Capítulo conventual programe momen-
tos de escucha, oración y reflexión sobre la Palabra de
Dios, y toda la fraternidad comparta lo que la Palabra
ha inspirado a cada uno.

45.
Los hermanos dediquen a la meditación al menos media
hora diaria, dándole la importancia debida. Los Estatutos
provinciales o custodiales determinen las modalidades.

46.
§1. Los hermanos participen todos los años en los ejerci-
cios espirituales en común durante cinco días enteros.
Aquellos que no pueden hacerlos en común, los hagan
de otra manera con el permiso del Ministro o del Cus-
todio. El Guardián vele para que los hermanos partici-
pen en los ejercicios espirituales.
§2. Igualmente haya días de retiro, durante los cuales los
hermanos se dediquen, mediante adecuadas meditacio-
nes e instrucciones, al estudio de la Regla y las Cons-

87
Art. 47 Capítulo II

tituciones, y a experiencias de renovación de la vida,


según las modalidades establecidas en los Estatutos pro-
vinciales o custodiales.
§3. Es oportuno que en cada Provincia y Custodia, o en co-
laboración entre diversas Provincias o Custodias, haya
un eremitorio o una casa de oración, en los que los her-
manos que lo pidan, obtenido el consentimiento del Mi-
nistro o Custodio, puedan dedicarse más intensamente a
la oración durante un período determinado de tiempo,
en el espíritu de la Regla de Vida para los Eremitorios.

47.
§1. Los hermanos, siguiendo el ejemplo del Seráfico Padre
y según las tradiciones de la Orden, manifiesten su amor
filial a la bienaventurada Virgen María con celebracio-
nes litúrgicas, prácticas de piedad (como el rosario, la
corona franciscana y otras formas locales de devoción)
y la oración personal.
§2. Todos los hermanos veneren con fervorosa piedad a la
bienaventurada Virgen María en el misterio de la In-
maculada Concepción, pues la tenemos como Patrona
y Reina de la Orden. Celebren en todas partes su fiesta
con la mayor solemnidad posible, renovándole también
la consagración de la Orden, y propaguen su devoción
con gran celo.
§3. Los Estatutos provinciales o custodiales establezcan la
modalidad de la consagración de los hermanos a María
Inmaculada en el espíritu de San Maximiliano Kolbe.

88
La vida de unión con Dios Art. 49

§4. Los hermanos veneren e imiten a San José, Patrón de


la Orden, admirable ejemplo de hombre creyente, to-
talmente entregado a Dios.

48.
§1. Se celebre solemnemente la fiesta del Seráfico Padre
San Francisco. Los hermanos mediten continuamente
su vida y sus escritos, para que su espíritu seráfico esté
siempre presente en sus hijos con toda fidelidad.
§2. Los hermanos honren e imiten, con particular devo-
ción, a Santa Clara y a los demás Santos de nuestra Or-
den, especialmente a San Antonio, Doctor Evangélico,
y a San Buenaventura, Doctor Seráfico.

49.
§1. Los hermanos alimenten también su vida de unión con
Dios con otras prácticas inspiradas en la tradición de la
Orden y en la piedad popular típica de las diversas na-
ciones y culturas104, por medio de las cuales se veneran
y celebran los misterios de la vida de Cristo y de nuestra
salvación.
§2. Se observen siempre las normas de la Iglesia en lo con-
cerniente a las acciones litúrgicas y las prácticas de pie-
dad. Las devociones y oraciones personales se inspiren
también en el espíritu de la liturgia.

104
Cf. EG 124; 126.

89
Art. 50 Capítulo II

Título IV
Penitencia y conversión en la
vida de los hermanos

50.
§1. Los hermanos, que con la profesión religiosa han reno-
vado su consagración bautismal y su compromiso en el
seguimiento de Jesús, vivan con espíritu de penitencia
y de conversión continua para conformarse en todo a
Cristo105 y ser colmados así de su amor al Padre y a los
hombres.
§2. Siguiendo el ejemplo de San Francisco, que obtuvo la
gracia de comenzar a hacer penitencia practicando la
misericordia con los leprosos106, los hermanos manifies-
ten su voluntad de conversión poniéndose gozosamente
al servicio de los pobres, los marginados y los excluidos.
§3. En el camino de conformación a Cristo pobre y cruci-
ficado, los hermanos practiquen la ascesis, que es indis-
pensable para la persona consagrada107.

51.
§1. Puesto que la conformación a Cristo es un proceso de
madurez gradual que reconoce la obra del Padre en la
vida de cada hermano y conoce también el pecado, las
debilidades y las caídas, los hermanos celebren con fre-

105
Cfr. Mc 1,15.
106
Cf. Test 1-2.
107
Cf. VC 38.

90
La vida de unión con Dios Art. 53

cuencia el Sacramento de la Penitencia y la Reconci-


liación.
§2. En este itinerario de conformación a Cristo, los her-
manos practiquen el examen de conciencia cotidiano y
recurran también con confianza a la dirección o acom-
pañamiento espiritual.

52.
§1. Los hermanos ofrezcan a Dios los sufrimientos, las per-
secuciones y las contrariedades de cada día, y también
los límites inherentes a la vida cotidiana y la vida co-
mún.
§2. Los hermanos que experimentan la realidad de las pro-
pias fragilidades, afronten estas situaciones abriéndose
al diálogo y a la ayuda de los hermanos, los cuales mos-
trarán comprensión y misericordia para con ellos108.
§3. Todos los hermanos vivan el misterio pascual de Cristo,
acogiendo también a la hermana muerte con fe y espe-
ranza.

53.
§1. Los hermanos unan su conversión a Dios con las obras
de misericordia, corporales y espirituales, y con diversas
obras de penitencia, entre ellas el ayuno, la abstinen-
cia, la limosna, el silencio, el uso moderado de los me-
dios de comunicación y las renuncias voluntarias.
108
Cf. CtaM 10.

91
Art. 54 Capítulo II

§2. Los hermanos observen los tiempos penitenciales esta-


blecidos por la Iglesia, según las normas de las Iglesias
particulares.

54.
§1. Los tiempos penitenciales propios de la Orden, que se
han de observar, son los siguientes:
a) por precepto de la Regla: desde la fiesta de Todos
los Santos hasta la Natividad del Señor, y todos los
viernes del año. En estos tiempos penitenciales, los
hermanos observen el ayuno u otras formas de peni-
tencia que determine el Ministro o Custodio con su
Definitorio, según los tiempos y los lugares;
b) por disposición de estas Constituciones: la vigilia de
las solemnidades de la Inmaculada Virgen María y del
Seráfico Padre San Francisco. En estas dos vigilias se
observen las normas penitenciales establecidas por
los Estatutos provinciales o custodiales.
§2. Los Ministros y Custodios, oídos sus Definitorios, pue-
den establecer días extraordinarios de oración y/o de
penitencia.

92
CAPÍTULO III
La vida fraterna en comunión
Introducción espiritual

[a]
La fraternidad es uno de los elementos carismáticos de la
vida franciscana. San Francisco la considera un don de
Dios: «El Señor me dio hermanos»109; considera a todos sus
miembros «hermanos, tanto a los ministros como a los de-
más»110, y citando el Evangelio afirma: «todos vosotros sois
hermanos»111.

[b]
El Seráfico Padre invita a los suyos a vivir como verdaderos
hermanos: «Y a ninguno se le llame prior, sino que a todos
sin excepción se les llame hermanos menores. Y lávense
los pies los unos a los otros»112. «Y dondequiera que estén
y se encuentren unos con otros los hermanos, muéstrense
mutuamente familiares entre sí. Y con total confianza ma-
nifieste el uno al otro su necesidad… Y si alguno de ellos
cayera enfermo, los otros hermanos le deben servir como
querrían ellos ser servidos»113.
109
Test 14.
110
Rnb 22,26.
111
Ib. 22,33.
112
Ib. 6,3-4.
113
Rb 6,7-9.

95
Introducción espiritual Capítulo III

[c]
San Francisco dice también: «Ninguno de los hermanos
tenga poder o dominio, máxime entre ellos… Y ningún
hermano haga mal o hable mal a otro; sino, más bien, por la
caridad del espíritu, sírvanse y obedézcanse voluntariamen-
te unos a otros. Y esta es la verdadera y santa obediencia de
nuestro Señor Jesucristo»114.

[d]
San Francisco piensa en una fraternidad en la que la obe-
diencia tiene rasgos originales: «Pero, si el prelado manda
al súbdito algo que va contra su alma, aunque no le obedez-
ca, no por eso lo abandone. Y si por ello hubiera de sopor-
tar la persecución de algunos, ámelos más por Dios. Porque
quien prefiere soportar la persecución a desear separarse de
sus hermanos, se mantiene verdaderamente en la obedien-
cia perfecta, ya que entrega su vida por sus hermanos»115.

[e]
El bienaventurado Francisco funda la fraternidad en las pa-
labras de Jesús: «Y recurramos a él como al pastor y obispo
de nuestras almas, que dice: Yo soy el buen pastor… Todos
vosotros sois hermanos; y no llaméis padre a ninguno de voso-
tros en la tierra, pues uno es vuestro Padre, el que está en los
cielos»116.

114
Rnb 5,9.13-15.
115
Adm 3,7-9.
116
Rnb 22,32-34.

96
La vida fraterna en comunión Introducción espiritual

[f]
El bienaventurado Francisco exhorta a los hermanos: «Y
cada uno ame y nutra a su hermano, como la madre ama y
nutre a su hijo»117; los hermanos «deben evitar airarse y tur-
barse por el pecado de alguno, porque la ira y la turbación
impiden en sí y en los otros la caridad»118; «Y, si [el herma-
no] mil veces volviera a pecar ante tus ojos, ámalo más que
a mí, para atraerlo al Señor; y ten siempre misericordia de
los tales»119.

[g]
El Hermano Francisco exhorta a los hermanos a vivir el
amor fraterno tanto con los hermanos como con todos los
hombres: «Y muestren con obras el amor que mutuamente
se tienen, como dice el apóstol: “No amemos de palabra y
de boca, sino con las obras y de verdad”. Y no hablen mal
de nadie; no murmuren ni difamen a otros… Y sean modes-
tos… No juzguen, no condenen. Y, como dice el Señor, no
se fijen en los más pequeños pecados de los demás, antes, al
contrario, consideren atentamente los propios»120.

[h]
El Seráfico Padre solía convocar a sus hermanos para hablar
con ellos del Reino de Dios. Los hermanos también desea-
ban vivamente reunirse con él: «Deseaban reunirse, y reu-

117
Ib. 9,11.
118
Rb 7,3.
119
CtaM 11.
120
Rnb 11,6-12.

97
Introducción espiritual Capítulo III

nidos se sentían felices; en cambio, era penosa la ausencia;


la separación, amarga, y dolorosa la partida»121. Francisco
ordena a los hermanos y a los Ministros reunirse junto con
el Ministro general en los Capítulos para tratar «todas las
demás [cosas] que se echan de menos en la Regla»122. Y pide
también a cada Ministro provincial «reunirse con sus her-
manos, donde mejor les parezca, para tratar de las cosas que
se refieren a Dios»123. Lo que el Padre San Francisco escribe
sobre los Capítulos en la Orden, vale también, a nivel lo-
cal, para el Capítulo conventual.

[i]
La familia franciscana, como árbol frondoso, se compone
de diversas ramas: los Hermanos Menores, las consagradas
que eligen «la forma de vida de la Orden de las Hermanas
Pobres»124 o Clarisas, los consagrados y las consagradas de
la Tercera Orden Regular y los pertenecientes a la Orden
Franciscana Seglar. Por lo que es muy conveniente que todos
los que tienen a San Francisco como padre común, cultiven
constantemente la comunión fraterna, para que siempre y
en todas partes florezca la plenitud del carisma franciscano.

[j]
La fraternidad franciscana, además, se extiende a todos
los hombres, con los cuales los hermanos deben mostrar-

121
1Cel 39.
122
CtaM 22.
123
Rnb 18,1.
124
RCl 1,1.

98
La vida fraterna en comunión Introducción espiritual

se siempre acogedores: «Y todo aquel que venga a ellos,


amigo o adversario, ladrón o bandido, sea acogido benigna-
mente»125. A ellos deben anunciarles la paz: «El Señor me
reveló que dijésemos este saludo: El Señor te dé la paz»126.
El espíritu de fraternidad se extiende hasta abrazar a toda
la creación, que San Francisco ve como un reflejo de la
belleza y bondad de Dios: «Loado seas, mi Señor, con todas
tus criaturas»127.

125
Rnb 7,14.
126
Test 23.
127
Cánt 3.

99
Art. 55 Capítulo III

Título I
La fraternidad franciscana

55.
§1. La vida fraterna halla su modelo y su dinamismo unifi-
cador en la comunión de la Santísima Trinidad128, que
transforma las relaciones humanas y crea un nuevo tipo
de solidaridad129.
§2. La vida fraterna es una manifestación particular de la
comunión de la Iglesia y un signo de la unidad universal
y escatológica hacia la que esta tiende. La misma frater-
nidad, compartiendo los bienes, la comunión fraterna
y el proyecto comunitario de vida y de actividades, es
también testimonio profético en un mundo a menudo
dividido y enfrentado130.
§3. Para promover y expresar mejor la forma de vida evan-
gélica, nacida por divina inspiración del corazón de
San Francisco131, los hermanos se reúnen en una fra-
ternidad arraigada en la caridad de Dios, animada por
el Espíritu Santo, nutrida por la Palabra y la Eucaristía,
unida por los mismos vínculos espirituales y jurídicos y
comprometida en la misión de la Iglesia.
§4. Los hermanos construyan cada día, con la ayuda de la
gracia, su comunión de vida. Por tanto, se acojan mu-

128
Cf. CIVCSVA, Vida fraterna en comunidad, 10.
129
Cf. VC 41.
130
Cf. CIVCSVA, Vida fraterna en comunidad, 10; CIC, cann. 602 y 607.
131
Cf. Test 14.

100
La vida fraterna en comunión Art. 56

tuamente como don del Señor; se amen recíprocamente


de todo corazón; respeten la historia de los hermanos,
hecha de riqueza y fragilidad; cultiven con apertura el
diálogo; se comuniquen las propias experiencias con fa-
miliaridad; manifiesten con confianza sus necesidades;
se ayuden y se apoyen los unos a los otros y se sirvan
recíprocamente con caridad132; pongan sus talentos y
su creatividad a disposición de los hermanos; manifies-
ten el sentido de pertenencia a la fraternidad en los
conventos, las Provincias, las Custodias y en toda la
Orden.

56.
§1. Los hermanos sean fieles a su vocación de testimoniar
y anunciar a todos los pueblos la presencia salvífica del
Señor Jesús y la posibilidad de construir un mundo más
fraterno y solidario con los más marginados y persegui-
dos. Por tanto, no teman ser creativos al realizar la pro-
puesta evangélica, poniendo especial atención en los
fenómenos que transforman las relaciones humanas:
medios de comunicación, migraciones, cambios cultu-
rales, sociales, ideológicos y religiosos.
§2. La relación y el intercambio entre culturas, según el
magisterio de la Iglesia133, son un valor que enriquece
también la vida fraterna. Por tanto, todos los hermanos,

132
Cf. Rnb 5,14.
133
Cf. RM 52; CV 26; EG 116; CEC, Educar al diálogo intercultural en la escuela
católica, 33.

101
Art. 57 Capítulo III

conscientes de la propia identidad, acojan la múltiple


riqueza de las diversas culturas y tradiciones religiosas y
promuevan el encuentro y el diálogo entre ellas.
§3. Los hermanos procuren conocer de verdad al otro, aco-
jan con respeto su originalidad y valoren la visión de su
cultura.
§4. Los hermanos procuren vivir los posibles conflictos de
la vida fraterna como una ocasión de crecimiento hu-
mano y espiritual. Además, reconociendo los límites de
la propia experiencia y de la propia visión de la vida,
cuiden la mutua integración entre las diversas cultu-
ras134.

57.
§1. En la Orden, en las Conferencias y Federaciones, en
las Provincias y Custodias y en los conventos, llama-
dos a ser casa y escuela de comunión135, se fomenten
oportunas y mutuas relaciones entre los hermanos, para
promover la vida fraterna, la formación inicial y per-
manente y la misión.
§2. Para enriquecer el sentido de pertenencia, participa-
ción, colaboración y responsabilidad de todos, se fa-
vorezca un clima de confianza recíproca y apertura136.
Haya comunicación efectiva y diálogo entre los her-
134
Todo este número se inspira en la carta final del Congreso Fraterno de Nairobi,
Commentarium Ordinis (III, 2011), pp. 9-14.
135
Cf. NMI 43.
136
Cf. VC 50.

102
La vida fraterna en comunión Art. 58

manos, ya sea en los Capítulos y en los demás encuen-


tros formales, ya sea en las conversaciones familiares y
personales, y también a través de los nuevos medios de
comunicación137.
§3. Con el fin de que crezca el espíritu fraterno, los herma-
nos cooperen en el discernimiento de la voluntad de
Dios a través de la oración, la valoración de los cambios
actuales en la Iglesia, en la Orden y en la sociedad, y la
atención a los signos de los tiempos. Recuerden, ade-
más, que deben llevar a la práctica las decisiones de los
Capítulos y de los Ministros, Custodios y Guardianes, a
los que corresponde guiar y animar la fraternidad.

58.
§1. Los hermanos se reúnan en Capítulo para discernir, a la
luz del Espíritu Santo, los modos adecuados para custo-
diar y actualizar, en las diversas situaciones históricas y
culturales, el carisma franciscano y el patrimonio espi-
ritual de la Orden138.
§2. Promuévase la comunión de la caridad fraterna espe-
cialmente mediante los Capítulos generales, provincia-
les, custodiales y conventuales. Los Capítulos, de he-
cho, constituyen la ocasión más idónea para discernir
comunitariamente la voluntad de Dios respecto a la
fraternidad139.
137
Cf. CIC, can. 633.
138
Cf. VC 42.
139
Cf. CIC, cann. 631 y 632.

103
Art. 58 Capítulo III

§3. El Capítulo conventual, que puede actuar, según las


Constituciones, o bajo la forma de consentimiento fra-
terno, o como consejo del Guardián, o como autori-
dad colegial, en la tradición de la Orden es una de las
expresiones más significativas de la vida fraterna. En
él se promueva la comunión de vida, y se trate lo que
concierne al crecimiento humano, espiritual, familiar
y apostólico de los hermanos y de la fraternidad. En el
Capítulo se cuide también la formación permanente y,
con la implicación de todos, se lleve a cabo el discerni-
miento comunitario, la programación y la evaluación
de las actividades, así como la revisión de vida y la co-
rrección fraterna.
§4. Todos los hermanos que tienen derecho, según las
Constituciones n. 228 §1, participen en el Capítulo
conventual con vivo sentido de corresponsabilidad
y con espíritu creativo. Escuchen y acojan con cora-
zón abierto lo que dicen los hermanos, y manifiesten
humildemente y con franqueza140 el propio parecer.
Ofrezcan la aportación personal de ideas, competen-
cias y experiencias para renovar la vida fraterna y
apostólica, para dar solución a los problemas que se
presentan y para programar y realizar las iniciativas
comunes.

140
Cf. Discurso conclusivo del Papa Francisco en la III Asamblea general extraor-
dinaria del Sínodo de los Obispos, 18 de octubre de 2014.

104
La vida fraterna en comunión Art. 60

59.
§1. Los Ministros, Custodios y Guardianes sean abiertos
y sensibles ante las legítimas iniciativas de los herma-
nos, maduradas en un serio discernimiento fraterno,
especialmente las relacionadas con las nuevas formas
de evangelización. De este modo los hermanos pueden
responder a la llamada de Dios valorando los dones re-
cibidos y haciéndolos fructificar en beneficio de la fra-
ternidad, la Iglesia y la sociedad141.
§2. Las actividades y los compromisos personales de los
hermanos sean valorados, estudiados y acordados con la
fraternidad, de manera que respondan al bien personal
y comunitario. En todo caso, los hermanos, animados
por la madurez humana y religiosa, sepan anteponer el
bien de la fraternidad al interés personal.

60.
§1. Los Ministros, Custodios y Guardianes ejerzan el ser-
vicio de la autoridad con caridad y familiaridad142: ani-
men constantemente a la fraternidad; garanticen el
tiempo necesario para la oración y cuiden su calidad;
promuevan la dignidad de la persona y una obediencia
responsable y activa; infundan ánimo y esperanza en
las dificultades; mantengan vivo el carisma de la Orden
y el “sentir con la Iglesia”; acompañen el camino de
formación permanente de los hermanos143.
141
Cf. CIC, can. 618.
142
Cf. Rb 10,5.
143
Cf. CIC, can. 619.

105
Art. 61 Capítulo III

§2. Los hermanos amen a sus Ministros, Custodios y Guar-


dianes, les obedezcan y los respeten con ánimo gozoso,
recen y colaboren generosamente con ellos, ayudándo-
les a llevar el peso de su servicio.

61.
§1. Los hermanos se manifiesten su amor mutuo con ges-
tos de humanidad, cortesía y caridad evangélica, y se
ayuden mutuamente, como hermanos, en toda clase de
servicios espirituales y materiales, favoreciendo la ma-
durez y la actividad de todos y cada uno.
§2. Los hermanos eviten juicios, palabras y acciones que
de alguna manera puedan impedir o turbar la paz y la
caridad fraterna.
§3. Cuando, como es legítimo, haya diversidad de opinio-
nes, manifiesten su parecer con convicción y nobleza,
y los demás lo acojan con respeto, buscando juntos la
solución mejor.
§4. Los hermanos promuevan el espíritu de comunión fra-
terna, eviten toda división provocada por la diferencia
de edad, cultura, origen, formación, intereses y activi-
dades, y perdonen con prontitud las posibles ofensas
recibidas.

62.
§1. Los Ministros, Custodios, Guardianes y todos los her-
manos presten especial atención y solicitud a los her-

106
La vida fraterna en comunión Art. 63

manos ancianos, enfermos, débiles o con dificultades,


como querrían ser tratados ellos en circunstancias se-
mejantes144. Les ayuden humana y espiritualmente, so-
bre todo por medio de los sacramentos; los amparen
con la presencia y con gestos concretos de servicio, y
les ofrezcan la asistencia y los cuidados necesarios.
§2. Los hermanos enfermos o aquejados por cualquier sufri-
miento no duden en manifestar su estado, a fin de que
se les facilite lo necesario para recuperar la salud o al
menos mitigar el dolor y las molestias de la enfermedad.
Estos soporten con fe enfermedad y sufrimientos145, y
ofrezcan a Dios sus penas en adhesión a la cruz de Cris-
to, conscientes de que así contribuyen a la propia san-
tificación, a la vida y la misión de la fraternidad y a la
edificación del Reino de Dios.

Título II
Aspectos particulares de la vida fraterna

63.
La naturaleza misma de la fraternidad, icono de la Trinidad,
exige que los hermanos refuercen la comunión de la vida
fraterna con algunas acciones en común. También las ac-
tividades que realiza cada hermano deben coordinarse con
los fines de la fraternidad.
144
Cfr. Rb 6,9.
145
Cfr. Cánt 10.

107
Art. 64 Capítulo III

64.
El Capítulo conventual, instrumento privilegiado de co-
munión, programación y revisión, establezca el horario
de los actos comunes, teniendo en cuenta las necesidades
de la vida cotidiana de la fraternidad y de cada uno de los
hermanos. Dicho horario sea confirmado por el Ministro o
Custodio.

65.
§1. Todos los hermanos participen fiel y comunitariamente
en las celebraciones litúrgicas y los demás encuentros
de oración: poniéndose en contacto, juntos, con el mis-
terio divino consolidan la comunión entre ellos y con
el Pueblo de Dios146.
§2. Los hermanos, que constituyen una sola familia, parti-
cipen también en la misma mesa común, manifestando
así el amor mutuo y la semejanza con el banquete eu-
carístico. Preceda a la mesa común una breve lectura
espiritual.
§3. Los hermanos procuren participar activamente y con
alegría en la recreación común y la conversación fra-
terna.
§4. Los hermanos cuiden de la casa y realicen, en cuanto
sea posible, los servicios domésticos cotidianos, como
signo de minoridad y fraternidad.

146
Cfr. CIC, can. 663.

108
La vida fraterna en comunión Art. 66

66.
§1. Para proteger mejor la intimidad y la libertad de la vida
fraterna, el Capítulo conventual reserve una zona del
convento solo para los hermanos, con la confirmación
del Ministro o del Custodio. El Guardián puede, por
una causa razonable y en casos particulares, permitir el
acceso también a otras personas147.
§2. Los hermanos favorezcan en el convento un clima de
silencio, útil para el espíritu de oración, el trabajo y el
estudio.
§3. Los hermanos sean educados en el buen uso de los
medios de comunicación social, los cuales, además de
contribuir al desarrollo de la persona, al incremento
del conocimiento, al intercambio de informaciones
y a la posibilidad de mayores relaciones, son también
útiles para la evangelización. Los hermanos hagan uso
de ellos con madurez, responsabilidad y moderación,
atentos a que a causa de los mismos no se empobrezcan
las relaciones con los hermanos del convento y no se
ocasione daño a la propia vida consagrada.
§4. Dada la repercusión de los medios de comunicación
social en la vida de nuestras fraternidades, es recomen-
dable que cada Provincia y Custodia prepare un Direc-
torio sobre el recto uso de los mismos, a la luz de los
documentos magisteriales148.

147
Cf. CIC, can. 667 §1.
148
Cf. CIC, can. 666.

109
Art. 67 Capítulo III

§5. Los miembros de la familia franciscana, al igual que


los demás huéspedes que lleguen a nuestros conventos,
sean acogidos con bondad149, caridad y hospitalidad.

67.
§1. El hábito religioso de los hermanos, signo de nuestra
vida consagrada, fraterna y pobre, sea sencillo, modesto
y decente; consta de túnica con capucha, de color ce-
niza o negro, y cíngulo blanco, del cual se puede llevar
colgada, según la costumbre, la corona franciscana de
la bienaventurada Virgen María. La opción del color
del hábito religioso se remite a los Estatutos provincia-
les y custodiales150.
§2. Los hermanos lleven el hábito de la Orden. Los Esta-
tutos provinciales y custodiales, sin embargo, pueden
conceder el uso de un vestido distinto, por causas parti-
culares y mientras estas perduren. Este vestido sea tam-
bién sencillo, modesto y decente.

68.
§1. Conviene que, en cuanto sea posible, los hermanos iti-
nerantes, deteniéndose en ciudades y lugares en los que
hay conventos de la Orden, se dirijan a ellos, procuran-
do avisar amablemente.

149
Cf. Rnb 7,14.
150
Cf. CIC, can. 669 §1.

110
La vida fraterna en comunión Art. 70

§2. Las vacaciones se concedan a tenor de los Estatutos


provinciales y custodiales y de acuerdo con la diver-
sidad de los tiempos y las necesidades personales, pero
siempre en conformidad con la profesión de vida evan-
gélica de los hermanos.

69.
§1. Los hermanos den gracias a Dios por sus padres, parien-
tes, amigos, bienhechores y colaboradores. Manifiesten
gratitud hacia ellos con la oración y el apoyo en sus
dificultades.
§2. Desde el momento en que han entrado a formar parte
de esta fraternidad, los hermanos no se inmiscuyan in-
oportunamente en los asuntos de los familiares; pero, si
estos se encuentran en necesidad, los Ministros, Cus-
todios y Guardianes, con criterio prudente y caridad,
procuren ofrecerles una ayuda concreta, a tenor de los
Estatutos provinciales y custodiales.
§3. Los bienhechores de la Orden, de la Provincia y de la
Custodia sean recordados en la oración de la fraterni-
dad y, si se considera oportuno, sean inscritos entre los
amigos de la Orden, la Provincia o la Custodia con un
reconocimiento apropiado, determinado por los res-
pectivos Ministros o Custodios.

70.
§1. Todos los que trabajan en los conventos y en las obras
de la Orden sean tratados con justicia y caridad, y sean

111
Art. 71 Capítulo III

retribuidos equitativamente según el contrato de traba-


jo a tenor de las leyes civiles vigentes. Los hermanos se
comporten con ellos con respeto y discreción.
§2. La presencia de los colaboradores no exime a los her-
manos de la corresponsabilidad y subsidiariedad en la
gestión de los servicios domésticos y de las obras.

71.
Los hermanos se alegren al ser considerados menores y se
muestren familiares entre ellos. Cuando sea necesario el
orden de precedencia, se observen los Estatutos genera-
les.

Título III
La caridad fraterna hacia los difuntos

72.
§1. Es bueno y saludable, signo de unión fraterna, que los
hermanos recen por los difuntos151, sobre todo por los
hermanos, parientes, amigos y bienhechores, de ma-
nera que, por la comunión existente entre todos los
miembros de Cristo, los difuntos reciban una ayuda es-
piritual y los hermanos el consuelo de la esperanza.
§2. Como signo de comunión fraterna, los hermanos par-
ticipen, en cuanto sea posible, en las exequias de los

151
Cf. Rb 3,4.

112
La vida fraterna en comunión Art. 73

hermanos y de los familiares de un hermano, a tenor de


los Estatutos provinciales y custodiales.
§3. Los hermanos visiten y cuiden las tumbas de los herma-
nos y tengan actualizado el necrologio de los hermanos
difuntos para mantener viva su memoria.
§4. En cada fraternidad, se celebre todos los meses una misa
por los hermanos, parientes, amigos y bienhechores
difuntos, con la participación de todos los hermanos.
Quien no pueda estar presente, cumpla los ejercicios de
piedad previstos por los Estatutos provinciales y custo-
diales.
§5. En el mes de noviembre, según las costumbres locales,
cada fraternidad conmemore a los difuntos de la familia
franciscana: en sufragio por ellos, todos los hermanos
celebren la Liturgia de las Horas y todos los presbíteros
celebren la misa.
§6. Otros sufragios se determinen con diligencia en los Es-
tatutos generales, provinciales y custodiales.

Título IV
Las relaciones con la familia franciscana

73.
Los hermanos cultiven relaciones de comunión viva y recí-
proca y de cooperación con todos los miembros de la fami-
lia franciscana. Además, promuevan oportunas iniciativas

113
Art. 74 Capítulo III

comunes para hacer presente de manera más eficaz el caris-


ma franciscano en la vida y la misión de la Iglesia.

74.
§1. El Seráfico Padre San Francisco prometió a Santa Cla-
ra y a sus hermanas tener siempre cuidado diligente y
solicitud especial para con ellas152. Por tanto, los Mi-
nistros y Custodios ejerzan su autoridad ordinaria en
los monasterios de las Clarisas unidos a nuestra Orden
y provean a la asistencia espiritual de todas las Clarisas
Urbanistas designando hermanos idóneos y preparados.
Promuevan, además, en todos los hermanos el conoci-
miento y la estima de su carisma y su misión.
§2. Los Ministros y Custodios cuiden la asistencia espiri-
tual a los hermanos y hermanas consagrados afiliados o
agregados a nuestra Orden, como establecen sus Cons-
tituciones, y les ayuden a promover la fidelidad al caris-
ma franciscano, la comunión con la Iglesia y la unión
con la familia franciscana.

75.
§1. Los Ministros y Custodios aseguren la asistencia espiri-
tual a las fraternidades de la Orden Franciscana Seglar,
teniendo en cuenta lo establecido en las Constitucio-
nes generales de la misma. Los hermanos conozcan y
estudien la espiritualidad de la Orden Franciscana Se-
glar y estén dispuestos a asistir espiritualmente a las fra-
152
Cf. RCl 6,4.

114
La vida fraterna en comunión Art. 77

ternidades seglares y a colaborar con ellas en la evange-


lización y el compromiso social.
§2. Los Ministros y Custodios tienen la facultad de erigir
canónicamente nuevas fraternidades locales de la Or-
den Franciscana Seglar y de ejercer el altius moderamen153
sobre ellas, respetando su legítima autonomía.
§3. El asistente espiritual de las fraternidades de la Orden
Franciscana Seglar es nombrado por los Ministros o
Custodios, oído el Consejo de las fraternidades intere-
sadas154.

76.
Los hermanos colaboren, en cuanto sea posible, con los
grupos, los estudiosos y las iniciativas que se interesan o se
inspiran en San Francisco, en el franciscanismo y el “espíri-
tu de Asís”, para promover el carisma franciscano también
en el ámbito eclesial, ecuménico, interreligioso, académico
y social.

Título V
La tutela de la vida fraterna

77.
§1. Los hermanos en dificultad, que saben y reconocen que
no pueden observar la Regla según el Espíritu, recurran
153
Cf. CIC, can. 303.
154
Cf. Constituciones generales de la Orden Franciscana Seglar, art. 91,1-3.

115
Art. 78 Capítulo III

a sus Ministros, los cuales los acojan con caridad y be-


nignidad y tengan con ellos gran familiaridad155.
§2. Todos los hermanos, principalmente los Ministros,
Custodios y Guardianes, se comprometan sin dilación
a ayudar al hermano que se encuentra en cualquier tipo
de dificultad, escuchándolo, animándolo, acompañán-
dolo, amonestándolo y corrigiéndolo con humildad y
caridad156, sin airarse ni turbarse157, y usando siempre
misericordia158.
§3. Los que han abandonado la Orden sean tratados por
todos con caridad fraterna; se ore al Señor por ellos y
compórtense siempre con ellos como verdaderos her-
manos.
§4. Los Ministros y Custodios traten con equidad y caridad
evangélica a los hermanos que han obtenido el indulto
de abandonar la Orden o han sido expulsados legítima-
mente159.

78.
§1. Carecen de voz activa y pasiva:
a) el exclaustrado por cualquier motivo, después de su
vuelta al claustro, por un periodo comprobado de seis
meses; el periodo puede alargarse a juicio del Ministro
155
Cf. Rb 10,4-5.
156
Cf. Rnb 5,5.
157
Cf. Rb 7,3.
158
Cf. CtaM 9-11.
159
Cf. CIC, can. 702.

116
La vida fraterna en comunión Art. 79

o Custodio con el consentimiento de su Definitorio,


pero no más de un año;
b) el que ha pedido al Ministro o Custodio la dispensa
de los deberes derivados de la sagrada ordenación o el
indulto de secularización, desde el momento en que
ha presentado la solicitud a los Superiores eclesiásti-
cos160;
c) el que se ausenta ilegítimamente del convento por un
periodo de tres meses, con declaración escrita al res-
pectivo Ministro o Custodio161, mientras permanece
fuera, y después de su vuelta por un tiempo de seis
meses; el periodo puede alargarse a juicio del Ministro
o Custodio con el consentimiento de su Definitorio,
pero no más de dos años;
d) el que, habiendo abandonado ilegítimamente la Or-
den más de tres meses, es recibido de nuevo, por un
periodo de cuatro años desde la readmisión.
§2. Para conminar otras sanciones canónicas, se observe el
derecho universal162.

79.
La expulsión de un novicio es competencia del Ministro o
Custodio; en caso de necesidad, el novicio puede ser expul-
sado por el Guardián con el consentimiento del Capítulo
conventual163.
160
Cf. CIC, cann. 290 §3; 691.
161
Cf. CIC, cann. 665 §2; 696 §2.
162
Cf. CIC, cann. 1336-1340.
163
Cf. CIC, can. 653.

117
Art. 80 Capítulo III

80.
§1. En lo referente a la ausencia de la casa religiosa164, la
exclaustración165, el indulto de salida de la Orden166 y
la expulsión de los hermanos167, tanto de votos tempo-
rales como solemnes, se observe el derecho universal168.
§2. En caso de expulsión, se notifique al hermano el mo-
tivo de esta decisión y se le conceda plena facultad de
exponer sus razones169; además, antes de proceder al de-
creto de expulsión, se le dé la oportunidad, a norma del
derecho, de dejar voluntariamente la Orden170.

Título VI
La administración fraterna de los bienes

81.
La vida fraterna requiere una administración de los bienes
responsable, prudente y transparente, en todos los niveles,
y gestionada de acuerdo con los criterios de pobreza, mino-
ridad, solidaridad y caridad. Se recuerda que Dios es todo
bien, sumo bien, bien total171 y nuestra verdadera rique-

164
Cf. CIC, can. 665.
165
Cf. CIC, can. 686 §1; CCEO, can. 548 §1.
166
Cf. CIC, can. 691.
167
Cf. CIC, cann. 694-696.
168
Cf. CIC, cann. 697-702.
169
Cf. CIC, can. 698.
170
Cf. CIC, cann. 691; 290 §3.
171
Cf. AlHor 11.

118
La vida fraterna en comunión Art. 82

za172, y que Él, en su providencia, confía los bienes a nuestra


prudente custodia y cuidado.

82.
§1. La responsabilidad principal, en la administración de
los bienes de la fraternidad, reside y se ejerce en los Ca-
pítulos conventuales, custodiales, provinciales y gene-
rales. Los Capítulos generales, provinciales y custodia-
les pueden autorizar al respectivo Ministro o Custodio
con su Definitorio a tratar cuestiones administrativas
extraordinarias.
§2. Los Capítulos generales, provinciales, custodiales y
conventuales elijan por balotas a los respectivos ecó-
nomos y exactores, escogiendo hermanos capaces de
desarrollar su servicio con competencia y diligencia.
Estos actúen bajo la dirección de los Ministros, Custo-
dios y Guardianes, y a tenor de las normas del derecho
universal y del derecho civil. Los ecónomos y exactores
presenten, en los respectivos Capítulos, una relación
completa y detallada de la administración173.
§3. Para la validez de una venta, permuta o alquiler de los
bienes muebles o inmuebles, se requiere el permiso es-
crito del respectivo Ministro o Custodio y de su Defi-
nitorio, a tenor de los Estatutos. Cuando se trata de un
asunto que supera la cantidad establecida por la Santa
Sede, o de objetos donados a la Iglesia como ex voto,
172
Cf. AlD 5.
173
Cf. CIC, can. 636.

119
Art. 83 Capítulo III

o de cosas preciosas por su valor histórico o artístico,


además del permiso escrito del Ministro general con el
consentimiento de su Definitorio, se requiere también
la licencia de la Santa Sede174.

83.
El convento, la Custodia, la Provincia, la Orden misma y
las demás personas jurídicas de la Orden, previstas por los
Estatutos provinciales o custodiales, han de tener también
el reconocimiento civil. Se nombre, por tanto, a los res-
pectivos representantes legales, los cuales, personalmente o
por medio de delegados, siempre bajo la dependencia de los
Ministros, Custodios y Guardianes, puedan realizar actos
administrativos jurídicamente válidos en virtud de la ley
civil. Si esto no fuese posible, se provea de la manera esta-
blecida por los propios Estatutos y de acuerdo con las leyes
civiles y eclesiásticas175.

84.
§1. La administración del convento, de la Custodia, de la
Provincia y de la Orden es única; en ella han de con-
fluir las sub-administraciones de los distintos oficios,
instituciones, legados y similares.
§2. Toda la administración del convento, de la Custodia,
de la Provincia o de la Orden es confiada al exactor y al
ecónomo por el respectivo Capítulo.
174
Cf. CIC, cann. 638 §3; 1292 §2.
175
Cf. CIC, can. 634 §1.

120
La vida fraterna en comunión Art. 86

§3. El exactor se encargue de recoger todas las entradas,


colaborar con el ecónomo y, con él, vigilar los registros
de la administración.
§4. El ecónomo haga los gastos dentro de los límites de
su competencia, procure lo necesario para el sustento
material de la fraternidad y escriba los registros de su
oficio.
§5. Los cargos de exactor y de ecónomo pueden acumularse
con la aprobación de los Estatutos.

85.
§1. El oficio de Ministro y Custodio es incompatible con el
cargo de exactor o de ecónomo176.
§2. El Guardián no puede desempeñar el cargo de exactor
o ecónomo del convento, salvo en caso de manifiesta
necesidad, que debe ser comprobada por el Ministro
provincial con el consentimiento de su Definitorio.
Esta facultad ha de darse por escrito y por un tiempo
limitado, y el documento se conserve en los respectivos
archivos.

86.
§1. Los Estatutos provinciales o custodiales, o el Capítu-
lo conventual, determinen los asuntos administrativos
que pueden realizar habitualmente en virtud de su ofi-
cio el Guardián, el ecónomo y el exactor del convento.
176
Cf. CIC, can. 636 §1.

121
Art. 86 Capítulo III

§2. Los Estatutos provinciales y custodiales determinen el


modo en que los conventos deben pagar sus aportacio-
nes a la Provincia o Custodia, y en el apéndice declaren
cuáles son los bienes que pertenecen al patrimonio per-
manente177 y las administraciones propias de la Provin-
cia y Custodia.
§3. El Capítulo provincial establezca la competencia per-
sonal del Ministro provincial, así como la que requiere
el consentimiento de su Definitorio, y también la del
Guardián y la del Capítulo conventual.
§4. Los Estatutos generales declaren, en el apéndice, cuáles
son los bienes y las administraciones del patrimonio es-
table y de las obras de la Orden, determinen las aporta-
ciones ordinarias que las Provincias y Custodias han de
pagar para las necesidades de la Orden, así como otras
formas concretas de solidaridad en el ámbito económi-
co.
§5. El Capítulo general establezca además otras posibles
aportaciones que las Provincias y Custodias deban pa-
gar para las necesidades de la Orden, y determine tam-
bién otras posibles formas concretas de solidaridad ex-
traordinaria en el ámbito económico.
§6. El Capítulo general determine tanto la competencia
personal del Ministro general como la que requiere el
consentimiento de su Definitorio.

177
Cf. CIC, can. 1291; CIVCSVA, Líneas orientativas para la gestión de los bienes,
1.4 (2 de agosto de 2014).

122
La vida fraterna en comunión Art. 88

87.
§1. Teniendo en cuenta la opción de la pobreza evangélica
y el deber de la solidaridad, al igual que la necesidad de
una programación económica, los hermanos se guarden
de la acumulación innecesaria de bienes. En el ejer-
cicio de las operaciones económicas, se atengan a los
Estatutos generales y a las normas del derecho universal
y del derecho civil178.
§2. Se respeten los contratos estipulados regularmente por
los oficiales, y páguese con puntualidad y diligencia el
precio de las compras.
§3. No se contraigan deudas si no hay certeza de que, con
los ingresos ordinarios o de otro modo concreto, se pue-
dan pagar los intereses y reembolsar todo el capital sin
excesiva demora179.

88.
§1. Si un oficial hace algo en nombre y por mandato del
Capítulo o del Ministro o Custodio con el consenti-
miento de su Definitorio, responde la respectiva perso-
na jurídica, no la persona jurídica superior.
§2. Ningún hermano puede, en modo alguno, participar en
la administración de los bienes de una persona física o
jurídica ajena a la Orden, a no ser en caso extraordina-
rio y con el permiso escrito del Ministro o Custodio. En

178
Cf. CIC, cann. 635 §2; 640.
179
Cf. CIC, can. 639.

123
Art. 89 Capítulo III

el caso de un Ministro o Custodio, se pida el permiso a


la instancia superior180.
§3. Si un hermano viola una ley o causa un daño por culpa
o dolo personal, debe responder él solo181.

89.
En los conventos donde los hermanos de familia son me-
nos de tres, el Guardián, a tenor de los Estatutos, mande
al Ministro provincial una relación escrita de toda la ad-
ministración, firmada también por el otro hermano; para
los asuntos que requerirían el consentimiento del Capítu-
lo conventual, debe obtener el consentimiento escrito del
Ministro, después de haber consultado al otro hermano.

90.
Se trate de la administración económica de la Orden y de
las Provincias tanto en el Definitorio general y provincial
como en los respectivos Capítulos, de acuerdo con los pro-
pios Estatutos.

180
Cf. CIC, can. 600.
181
Cf. CIC, can. 639.

124
CAPÍTULO IV
La misión de los hermanos
Introducción espiritual

[a]
San Francisco recuerda así la misión de Jesús: «Tengamos
presentes, pues, las palabras, la vida y la doctrina y el san-
to Evangelio de quien se dignó rogar por nosotros a su Pa-
dre y manifestarnos su nombre diciendo: “Padre, he ma-
nifestado tu nombre a los hombres que me diste, porque
las palabras que tú me diste se las he dado a ellos… Como
tú me enviaste al mundo, también yo los he enviado al
mundo”»182.

[b]
El mismo San Francisco, habiendo recibido del Crucifijo de
San Damián la misión de restaurar su Iglesia y escuchado el
pasaje evangélico de la “misión de los apóstoles”, exclama:
«Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo
que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en prácti-
ca»183. A partir de ese momento se dedica con incansable
celo al anuncio del Evangelio. Y aun cuando está enfermo
recurre al mensaje escrito para continuar su compromiso
misionero: «Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy
182
Rnb 22,41-42.51.
183
1Cel 22.

127
Introducción espiritual Capítulo IV

obligado a servir y a administrar las fragantes palabras de mi


Señor. Por eso… me he propuesto haceros llegar, por medio
de estas letras y de mensajeros, las palabras de nuestro Se-
ñor Jesucristo, que es la Palabra del Padre, y las palabras del
Espíritu Santo, que son espíritu y vida»184.

[c]
Cuando recibe el don de los hermanos185, los envía, de dos
en dos, a anunciar «a los hombres la paz y la penitencia»186,
a evangelizar. Les escribe: «Alabadlo [al Señor] porque es
bueno y ensalzadlo en vuestras obras; pues por esto os envió
al mundo entero, para que de palabra y con las obras deis
testimonio de su voz y hagáis saber a todos que no hay om-
nipotente sino él»187.

[d]
El bienaventurado Francisco recomienda a los hermanos la
comunión con la Iglesia y la obediencia a los Ministros en
el ejercicio de la misión: «Ninguno de los hermanos predi-
que contra la forma y las disposiciones de la santa Iglesia y
sin que se lo haya concedido su ministro»188. «Los herma-
nos no prediquen en la diócesis de un obispo cuando este se
oponga a ello»189.

184
2CtaF 2-3.
185
Cf. Test 14.
186
1Cel 29.
187
CtaO 8-9.
188
Rnb 17,1.
189
Rb 9,1.

128
La misión de los hermanos Introducción espiritual

[e]
El Seráfico Padre invita a los hermanos a tener presente, en
su obra de evangelización, el bien de las personas a las que
son enviados: «Amonesto además y exhorto a estos her-
manos a que, cuando predican, sean ponderadas y limpias
sus palabras, para provecho y edificación del pueblo, anun-
ciándoles los vicios y las virtudes, la pena y la gloria, con
brevedad de sermón, porque breve fue la palabra del Señor
sobre la tierra»190.

[f]
San Francisco dirige a los hermanos otras exhortaciones
para vivir de modo evangélico la misión: «Debemos más
bien gozarnos cuando nos vemos asediados por diversas
tentaciones y cuando soportemos en este mundo toda cla-
se de angustias o tribulaciones del alma o del cuerpo»191;
«cuando los hermanos van por el mundo, nada lleven para
el camino»192, «no litiguen..., ni juzguen a otros, sino sean
apacibles, pacíficos y mesurados, mansos y humildes, ha-
blando a todos honestamente... En toda casa en la que en-
tren, primero digan: Paz a esta casa»193.

[g]
El Seráfico Padre introduce en la Regla la novedad de la
misión entre los no cristianos: «Todo hermano que quiera

190
Ib. 9,3-4.
191
Rnb 17,8.
192
Ib. 14,1.
193
Rb 3,10-11.13.

129
Introducción espiritual Capítulo IV

ir entre sarracenos y otros infieles, vaya con la autorización


de su ministro y siervo. Y el ministro deles autorización y
no se oponga, si ve que son idóneos para ser enviados»194.

[h]
Para San Francisco, el Evangelio, antes de ser anunciado
con las palabras, debe ser testimoniado con la vida: «Los
hermanos que van, pueden vivir espiritualmente entre
ellos de dos modos. Uno es, que no promuevan disputas
ni controversias, sino que estén sometidos a toda humana
criatura por Dios, y confiesen que son cristianos. El otro
modo es, que, cuando vean que agrada a Dios, anuncien la
palabra de Dios para que crean... y [se] hagan cristianos»195.

[i]
El Padre Francisco dice también: «Todos los hermanos
prediquen con las obras»196, y recuerda «la gracia de traba-
jar»197: «Y yo trabajaba con mis manos, y quiero trabajar; y
quiero firmemente que todos los demás hermanos trabajen
en algún trabajo humilde y honesto: los que no saben, que
aprendan»198. En cualquier lugar y en todo, «los siervos de
Dios deben entregarse constantemente a la oración o a al-
guna obra buena»199.

194
Rnb 16,3-4.
195
Ib. 16,5-7.
196
Ib. 17,3.
197
Rb 5,1.
198
Test 20-21.
199
Rnb 7,12.

130
La misión de los hermanos Introducción espiritual

[j]
San Francisco invita a los hermanos a no gloriarse de los
posibles éxitos en sus actividades: «Por la caridad que es
Dios, ruego a todos mis hermanos, predicadores, orantes,
trabajadores, tanto a los clérigos como a los laicos, que se
esfuercen por humillarse en todo, y no gloriarse ni gozarse
en sí mismos, ni exaltarse interiormente por las palabras y
obras buenas, y hasta por ningún bien que Dios hace, dice y
obra alguna vez en ellos y por ellos»200. Los hermanos atri-
buyan todo resultado a Dios, «ya que todos los bienes de él
proceden»201.

200
Ib. 17,5-6.
201
Ib. 17,17.

131
Art. 91 Capítulo IV

Título I
El fundamento de la misión
y de las actividades de los hermanos

91.
§1. El Hijo de Dios ha sido enviado por el Padre al mundo
con una misión concreta: llevar a los pobres la bue-
na noticia, proclamar a los prisioneros la libertad y a
los ciegos la vista, otorgar la libertad a los oprimidos
y proclamar el año de gracia del Señor202. Luego, él ha
confiado a la Iglesia la misión de anunciar e instaurar
el reino de Dios en todo el mundo 203. Evangelizar, por
tanto, es la gracia y la vocación de la Iglesia y su iden-
tidad más profunda204.
§2. Los hermanos, con la profesión de los consejos evan-
gélicos, participan de manera especial de la misión de
la Iglesia. En su llamada está comprendida la tarea de
dedicarse totalmente a la misión, porque toda la vida
consagrada, bajo la acción del Espíritu Santo, es misio-
nera205.
§3. Todos los hermanos, siguiendo el ejemplo de Cristo y
de San Francisco, proclamen el Evangelio en todo el
mundo y a toda criatura, participando activamente en
la misión evangelizadora de la Iglesia. Por tanto, toda
su vida esté imbuida de espíritu misionero, y toda su
202
Cf. Lc 4,18-19.
203
Cf. LG 5.
204
Cf. EN 14.
205
Cf. VC 72.

132
La misión de los hermanos Art. 94

actividad misionera esté animada por el espíritu reli-


gioso206.

92.
Los hermanos, con su consagración y acción evangelizado-
ra, ofrecen una válida aportación a la misión de la Iglesia
y se convierten en testigos creíbles del Reino de Dios en el
mundo, en la medida en que encarnan el carisma que el Es-
píritu Santo les ha confiado. Por tanto, evangelicen sobre
todo con el testimonio de una vida orante, pobre, sobria,
alegre y fraterna, que, en cuanto tal, es ya evangelización207.

93.
§1. Toda misión ejercida por los hermanos refleje siempre
los valores de la fraternidad y la minoridad, propios del
carisma franciscano-conventual, que son signo proféti-
co de un mundo nuevo.
§2. Como hermanos menores, estén siempre dispuestos a
servir a la Iglesia y ayudar a las personas. Desempeñen
con ánimo gozoso los oficios más humildes, sin espe-
rar recompensa. Privilegien los medios más idóneos, y
adopten un estilo sencillo en las relaciones.

94.
Los hermanos se dediquen con generosidad a la misión y al
trabajo, pero de tal manera que no se extinga o se debilite
206
Cf. PC 8; CIC, can. 675 §1.
207
Cf. VC 72; CIVCSVA, Vida fraterna en comunidad, 54; CIC, can. 673.

133
Art. 95 Capítulo IV

el espíritu de oración y devoción208; antes bien, se compro-


metan a intensificar siempre la oración, para santificar y
hacer fecunda toda la actividad que desarrollan209.

95.
§1. Los hermanos asuman y compartan las diversas activi-
dades e iniciativas misioneras en obediencia, concor-
dia fraterna y colaboración. Los Ministros, Custodios y
Guardianes las asignen, coordinen y animen, teniendo
en cuenta las aptitudes y capacidades de los hermanos,
para el bien de la fraternidad y de la Iglesia.
§2. Todos los hermanos, tras el debido discernimiento co-
munitario, estén dispuestos a poner sus talentos al ser-
vicio de las fraternidades de la Provincia o Custodia o
de la Orden que lo necesiten.
§3. Los hermanos procuren que las diversas actividades e
iniciativas misioneras, tanto en su programación como
en su realización, sean expresión de una fraternidad
unida y creativa.
§4. La fraternidad local apruebe las actividades misioneras
de cada uno de los hermanos y las coordine con los de-
más compromisos fraternos, en sintonía con el progra-
ma pastoral de la Provincia o Custodia y de la Iglesia.

208
Cf. Rb 5,2.
209
Cf. CIC, can. 675 §2.

134
La misión de los hermanos Art. 96

Título II
Los ámbitos de la misión
y de las actividades de los hermanos

96.
§1. Los hermanos, animados por los Ministros, Custodios
y Guardianes, lleven a cabo la misión en sus diversas
formas, tanto con el testimonio de su vida como con
la actividad pastoral, intelectual, artística, caritativa y
manual.
§2. Las situaciones de la misión franciscana son esencial-
mente tres:
a) La missio ad gentes210 es muy importante en la tradi-
ción franciscana desde los orígenes, y sigue siendo
válida; esta tiene como destinatarios a los pueblos y
grupos que aún no creen en Cristo, entre los cuales la
Iglesia no ha echado raíces todavía y cuya cultura no
ha sido influenciada aún por el Evangelio211, y atañe
especialmente a territorios, mundos y fenómenos so-
ciales nuevos, y a áreas culturales modernas212;
b) El apostolado o las actividades de la predicación, la
conversión, la asistencia espiritual a comunidades
cristianas que tienen adecuadas y sólidas estructuras
eclesiales213;

210
Cf. RM 33.
211
Ib. 34.
212
Ib. 37.
213
Ib. 33.

135
Art. 96 Capítulo IV

c) La nueva evangelización, especialmente en los países


de antigua cristiandad, y a veces también en las Igle-
sias más jóvenes, donde grupos enteros de bautizados
han perdido el sentido vivo de la fe214.
§3. Los hermanos sean sensibles a las necesidades urgentes
de nuestro tiempo y de las diversas áreas geográficas y
culturales. Con audaz confianza espiritual y preparados
con una adecuada formación215, experimenten caminos
y métodos nuevos para dar testimonio de vida fraterna216
y para ofrecer una pastoral adecuada a los tiempos y al
contexto cultural en que trabajan. Para ello se sirvan de
los instrumentos proporcionados por el progreso cultu-
ral, social y tecnológico, de acuerdo con las indicacio-
nes de la Iglesia217.
§4. Si bien ninguna forma de misión o de actividad es ajena
a la Orden, los hermanos elijan en los diversos lugares
aquellas actividades que respondan a las necesidades de
la Iglesia, se hallen en el surco de la tradición de la
Orden y en armonía con el carisma franciscano. Como
menores y sin nada propio, estén dispuestos a abando-
nar las ya superadas o menos oportunas218.
§5. Los hermanos, escuchando y dialogando con las personas
entre las que viven, se esfuercen por conocerlas, estar en
comunión con ellas y ofrecerles su servicio pastoral.
214
Ib. 33; EG 14.
215
Cf. PC 18.
216
Cf. EN 21.
217
Cf. GS 44.
218
Cf. VC 71.

136
La misión de los hermanos Art. 99

97.
La actividad misionera de los hermanos tenga como fina-
lidad llevar el Evangelio a todos los hombres de todas las
condiciones sociales, para transformar desde dentro la mis-
ma humanidad y hacerla nueva219, mediante la oración y el
testimonio de vida fraterna, la predicación, los sacramentos
y el discernimiento de los signos de los tiempos.

98.
Los hermanos procuren que las iglesias y santuarios atendi-
dos por ellos sean centros de irradiación de vida cristiana
gozosa y fecunda, a través del testimonio, la evangelización
y la catequesis, las celebraciones litúrgicas realizadas con
decoro, la comunión en la espiritualidad franciscana y otras
actividades pastorales creativas, según las exigencias del lu-
gar.

99.
§1. Los hermanos ejerzan el ministerio de la palabra según
los propios carismas, aplicando a las situaciones reales
de la vida la verdad perenne del Evangelio, con breve-
dad de palabra220, y también con el uso de los medios
más eficaces, adecuados a los tiempos y a las personas.
§2. Dado que la predicación, anuncio de las maravillas de
Dios en la historia de la salvación, se debe inspirar so-
bre todo en la Sagrada Escritura, los hermanos lean, es-
219
Cf. EN 18.
220
Cf. Rb 9,4.

137
Art. 100 Capítulo IV

cuchen y profundicen diariamente la Palabra de Dios,


imprimiéndola en su corazón, para testimoniar mejor la
vida evangélica y comunicar más adecuadamente a los
demás las verdades meditadas.
§3. Los hermanos anuncien el misterio de Cristo y su
Evangelio de paz, caridad, misericordia, penitencia y
conversión, y exhorten a los hombres a la honestidad,
integridad y coherencia de vida evangélica.
§4. Para que el anuncio sea eficaz, los hermanos se prepa-
ren diligentemente con la meditación, la oración, el
estudio, cursos de profundización y el ejercicio conti-
nuo, con el fin de alcanzar una mayor competencia en
la predicación.
§5. Compete al párroco o al rector de la iglesia conceder la
licencia para predicar en nuestras iglesias u oratorios a
quienes sabe que son reconocidos idóneos por el propio
Ordinario221.

100.
§1. Puesto que la Eucaristía es fuente y culmen de toda la
vida cristiana222, su celebración constituya para los her-
manos la principal acción y la misión más importante
de su sacerdocio ministerial y común.
§2. Los demás sacramentos, ritos y actos de piedad popu-
lar, que brotan de la Eucaristía y tienden a ella223, sean
221
Cf. CIC, can. 765; CCEO, can. 612.
222
Cf. LG 11.
223
Cf. SC 10.

138
La misión de los hermanos Art. 101

celebrados por los hermanos con gran celo, con el fin


de promover entre los fieles una vida sacramental y de
oración más profunda.
§3. Siguiendo el ejemplo de Cristo, que se acercaba de bue-
na gana a los pecadores, los hermanos se acerquen a
quienes, con el pecado, experimentan la fragilidad hu-
mana, y les anuncien la gran misericordia de Dios, que
no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y
viva224. Los presbíteros, pues, administren el sacramen-
to de la Penitencia y la Reconciliación con diligencia y
compasión, respetando la dignidad de toda persona.

101.
§1. Los hermanos vayan con caridad al encuentro de quie-
nes se han alejado de la fe o de la práctica de la vida
cristiana o de la Iglesia, para reconducirlos a la unión
vital con Cristo.
§2. Siguiendo el ejemplo de Cristo, que recorría ciudades
y aldeas curando toda clase de enfermedades225, y de
Francisco, que usaba misericordia con los leprosos226,
los hermanos se dediquen con especial atención a los
enfermos, los visiten frecuentemente, los consuelen,
les administren la gracia de los sacramentos y, en caso
necesario, los preparen al encuentro con la hermana
muerte.
224
Cf. Ez 33,11.
225
Cf. Mt 9,35.
226
Cf. Test 2.

139
Art. 102 Capítulo IV

102.
Los hermanos vivan la comunión con la Iglesia particular,
colaborando con el obispo, el clero, los demás religiosos y
los laicos. Participen y cooperen en los proyectos diocesa-
nos, enriqueciéndolos con el carisma y la propuesta fran-
ciscana227.

103.
§1. Con espíritu de servicio a la Iglesia, los hermanos asu-
man también el apostolado de las parroquias, pero de
manera que puedan vivir la propia vocación y ofrecer
un testimonio eficaz de minoridad y fraternidad en la
vida y la actividad pastoral.
§2. Los Ministros no acepten parroquias en las que se pre-
vea que no es posible una verdadera vida fraterna.

104.
Los hermanos se dediquen de buena gana a la predicación
popular, la dirección espiritual, la guía de ejercicios espiri-
tuales, la pastoral sanitaria, penitenciaria y de marginación.

105.
§1. En los países de antigua tradición cristiana, en parte
descristianizados, los hermanos, con renovado celo, en-
tusiasmo y creatividad, anuncien el Evangelio con el
testimonio de vida y con nuevos métodos pastorales228.
227
Cf. CIC, can. 675 §3.
228
Cfr. San Juan Pablo II, Discurso a la XIX Asamblea ordinaria del CEL-

140
La misión de los hermanos Art. 106

§2. En los países de reciente tradición cristiana, los herma-


nos anuncien el Evangelio con un lenguaje accesible a
los hombres de las diversas culturas y condiciones so-
ciales.
§3. Dado que las sociedades actuales son cada vez más com-
plejas a nivel étnico, cultural y religioso, los hermanos
favorezcan el diálogo y mantengan buenas relaciones
con las personas de otras culturas, confesiones cristia-
nas y religiones, al igual que con los no creyentes. Co-
laboren con todos en el compromiso por el respeto a la
libertad religiosa, en la promoción de los valores espiri-
tuales, morales y socioculturales229 y en la construcción
de un mundo más humano.

106.
§1. Los hermanos reconozcan, aprecien y promuevan la
vocación, el modo y la misión propios de los fieles lai-
cos en la Iglesia230, y trabajen en comunión con ellos231.
Ayuden de buena gana a los grupos eclesiales que pidan
su asistencia, concediendo siempre la prioridad a la vida
y a las obras de la fraternidad. El Capítulo conventual
trate de armonizar siempre los diversos compromisos.
§2. Los hermanos promuevan en todas partes la Orden Fran-
ciscana Seglar, compartiendo con sus miembros una co-

AM, Port-au-Prince (Haití), 9 de marzo de 1983.


229
Cfr. NAe 2.
230
Cfr. LG 30; 37.
231
Cfr. VC 74.

141
Art. 107 Capítulo IV

munión recíproca en la vida y en la misión, colaborando


con ellos y sosteniéndolos en las actividades en las que
están comprometidos por vocación y carisma232.
§3. Los hermanos cuiden la vitalidad y la difusión de la Ju-
ventud Franciscana y de los grupos juveniles de inspi-
ración franciscana, acompañando a los jóvenes en su
camino cristiano y en su crecimiento humano y espi-
ritual, y proponiéndoles explícitamente la belleza del
carisma franciscano.
§4. Los hermanos promuevan la Milicia de la Inmaculada,
que expresa debidamente el espíritu mariano de la Or-
den Seráfica y realiza una misión eficaz.
§5. Los hermanos promuevan entre el clero diocesano el
conocimiento del espíritu de la Orden Franciscana Se-
glar y de la Milicia de la Inmaculada, para favorecer así
la difusión de ambas en dicho ambiente.

107.
Movidos por el espíritu de comunión de San Francisco, los
hermanos participen con un compromiso especial en las
actividades ecuménicas. Promuevan contactos personales,
encuentros de oración, actividades caritativas y reuniones
de estudio, conforme a las normas de la Iglesia, para que
se logre la unidad que el Señor Jesús invocó en la oración
al Padre durante la última cena233. Abran el corazón a los

232
Cfr. Regla de la Orden Franciscana Seglar, 14-19.
233
Cf. Jn 17,21-23.

142
La misión de los hermanos Art. 108

otros cristianos sin sospechas ni recelos, y busquen sobre


todo la reconciliación y la paz en el único Dios234.

108.
§1. Con el fin de caminar eficazmente junto a los hombres
de su tiempo, escuchando sus problemas, sufrimientos
y esperanzas, los hermanos profundicen en el conoci-
miento de las situaciones sociales, económicas y cultu-
rales a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la
Iglesia, comprometiéndose en proyectos comunitarios
solidarios y fraternos235.
§2. Los hermanos promuevan condiciones de mayor justicia
y dignidad humana en favor de los pobres y los margina-
dos, considerándolos como la carne sufriente de Cristo y
parte de su misma realidad236. Colaboren con los hombres
de buena voluntad para descubrir las causas estructurales
de la pobreza, pongan en el centro de su compromiso en
favor de los últimos la causa de la justicia y la paz.
§3. Las fraternidades pongan interés en la custodia de la
tierra como “casa común”237, asumiendo estilos de vida
que testimonien el amor por la creación y estén en con-
sonancia con los proyectos de sostenibilidad ambien-
tal, promoviendo iniciativas educativas de “conversión
ecológica integral”238.
234
Cf. EG 244.
235
Cf. Ib. 87.
236
Cf. Ib. 24 y 199.
237
Cf. LS 1-61.
238
Cf. Ib. 137-162.

143
Art. 109 Capítulo IV

109.
§1. De acuerdo con la tradición de la Orden239, los herma-
nos se comprometan en el estudio. Este compromiso,
de hecho, es medio para la formación integral, camino
ascético siempre actual frente a la diversidad de las cul-
turas y expresión del deseo de conocer a Dios en pro-
fundidad240.
§2. Los Ministros y Custodios promuevan las actividades
culturales y los estudios científicos en el ámbito francis-
cano, bíblico, teológico, filosófico, artístico y musical,
al igual que en otras ciencias y tecnologías útiles para la
misión.
§3. Los hermanos, para sus publicaciones científicas en ma-
teria de fe y de moral, tanto impresas como digitales,
obtengan, además de la licencia del Ordinario del lu-
gar, también la del Ministro o Custodio241.
§4. Los hermanos que frecuentan Institutos superiores,
como docentes o como alumnos, den testimonio de
vida franciscana, uniendo el amor a la verdad con la
sabiduría y la observancia del Evangelio.

110.
§1. La actividad educativa y la enseñanza de la catequesis
son elementos importantes de la misión de la Orden.
Los hermanos estén dispuestos a trabajar en los colegios
239
Cf. CtaAnt 2.
240
Cf. VC 98.
241
Cf. CIC, cann. 218; 823-824 y 832; CCEO, cann. 21; 662 §2.

144
La misión de los hermanos Art. 113

propios y en los estatales o privados, también en los no


católicos, ya sea como docentes o en la pastoral escolar
y universitaria. Colaboren con quienes están compro-
metidos en un serio y válido testimonio del Evangelio
en los ambientes culturales.
§2. Los hermanos promuevan y valoren las asociaciones de
ex-alumnos de las propias estructuras educativas, para
que la obra de formación tenga continuidad.

111.
Pertenecen también a la misión de la Orden las obras so-
ciales y caritativas, propias o ajenas: los hermanos trabajen
con generosidad en ellas.

112.
El trabajo manual en sus diversas formas, tanto dentro de la
fraternidad como fuera de ella, es una aportación real a la
misión de la Orden y al Reino de Dios.

113.
§1. Todos los hermanos trabajen fiel y devotamente242 y, si
trabajan bajo la autoridad de otros, cumplan sus obli-
gaciones con respeto, honestidad y espíritu de minori-
dad243.

242
Cf. Rb 5,1.
243
Cf. Rnb 7,1-2.

145
Art. 114 Capítulo IV

§2. Ya que los carismas del Espíritu son para la edificación


de la comunidad244, el que está dotado de un don espe-
cial lo ponga al servicio de la edificación del Reino de
Dios y de la fraternidad, bajo la dirección del Ministro,
Custodio y Guardián, y con la ayuda de los demás her-
manos.

Título III
La organización de la misión
y de las actividades de los hermanos

114.
Compete a los Capítulos generales, provinciales, custo-
diales y conventuales examinar y asumir los compromi-
sos pastorales, confiándolos a hermanos idóneos. Se elijan
aquellos compromisos conformes con el carisma francisca-
no, con las directrices de la Iglesia universal y particular y
con las exigencias de los hombres, los tiempos y los lugares.
Igualmente, corresponde a dichos Capítulos elegir las for-
mas nuevas de misión y las actividades que mejor expresen
la dimensión profética de la fraternidad.

115.
§1. Compete al Capítulo provincial y custodial estudiar
y decidir la orientación general que se ha de dar a la
misión pastoral, y elaborar Estatutos adecuados para

244
Cf. 1Cor 14,2.

146
La misión de los hermanos Art. 116

aquellas actividades que requieran normas especiales,


respetando las disposiciones diocesanas o regionales.
§2. El Ministro o Custodio, con la ayuda del Definitorio, en
colaboración con los Guardianes y con el oportuno ase-
soramiento de las comisiones competentes, guíe, anime
y coordine las actividades de la Provincia o Custodia
según los proyectos del Capítulo provincial o custodial.

116.
§1. El gobierno de la Orden promueva y apoye una colabo-
ración activa entre las diversas Provincias y Custodias,
para que se pueda ofrecer un testimonio evangélico más
eficaz en los diversos tipos de misión asumidos.
§2. Corresponde a las Conferencias y Federaciones coor-
dinar las actividades que las Provincias y Custodias se
comprometen a programar y realizar en colaboración
fraterna, y hallar las formas más apropiadas para dicha
colaboración.
§3. Los Ministros y Custodios animen a sus Provincias y
Custodias a que favorezcan una mayor colaboración de
los hermanos en la Conferencia o Federación y en la
Orden.
§4. Los Ministros y Custodios cooperen con la Familia
franciscana, con las Conferencias y Sínodos episcopa-
les, con las Conferencias de los Superiores mayores y
con los obispos, para una coordinación más eficaz de las
iniciativas pastorales.

147
Art. 117 Capítulo IV

117.
§1. Compete al Guardián, con la colaboración del Capítu-
lo conventual, coordinar la misión y las actividades de
la fraternidad, distribuir las tareas y mantener la comu-
nión entre los hermanos que prestan servicios pastora-
les diversos.
§2. Corresponde al Capítulo conventual, salvo el dere-
cho de los Ministros, Custodios y Guardianes, decidir
los compromisos que han de aceptarse por un tiempo
determinado o los que se han de dejar. Además, para
favorecer el espíritu de comunión fraterna, en el Ca-
pítulo conventual se informe de la misión pastoral de
cada hermano y se estudie cada una de las activida-
des245.
§3. Al aceptar actividades pastorales para las que se requie-
re o parece oportuno un contrato escrito, el Ministro
o Custodio, interpelado el Capítulo conventual, y con
el consentimiento de su Definitorio, formalice dicho
contrato. En este se especifique con claridad todo lo
relativo a la tarea que se ha de realizar, los hermanos
que se han de comprometer, la relación económica y la
duración de dicho contrato.

118.
§1. Los Ministros, Custodios y Guardianes asignen a los
hermanos solo aquellas obligaciones que permiten vi-

245
Cf. CIC, can. 671.

148
La misión de los hermanos Art. 119

vir en conformidad con la Regla. Las actividades se ar-


monicen siempre con los deberes de la vida fraterna en
comunidad.
§2. En la asignación de las tareas y actividades a los herma-
nos, se tenga en cuenta su competencia religiosa y pas-
toral, doctrinal y técnica. Se procure que tengan una
adecuada formación permanente, para ejercer mejor la
misión en el mundo contemporáneo.
§3. Los Ministros y Custodios procuren que haya un núme-
ro suficiente de hermanos cualificados y expertos para
programar, promover y renovar las diversas actividades
de la Orden a través de un atento discernimiento de los
signos de los tiempos.

119.
§1. Los hermanos, en el ejercicio de cualquier ministerio
o trabajo que les ha sido encomendado, se mantengan
fieles a las exigencias de la vida fraterna, a la Regla y las
Constituciones, en obediencia a los Ministros, Custo-
dios y Guardianes.
§2. Los hermanos que por razón de contrato están obli-
gados a prestar determinados servicios, en cuanto re-
ligiosos, están sujetos a la visita y a la corrección del
Ministro o Custodio y a la vigilancia del Guardián; en
lo que concierne al apostolado realizado, están sujetos
también a la autoridad eclesiástica o civil competen-
te.

149
Art. 120 Capítulo IV

120.
Los hermanos que tienen una responsabilidad pastoral se
atengan a las disposiciones de las Conferencias episcopales
y de los obispos diocesanos en lo referente a las opciones,
los programas y los criterios pastorales246.

121.
§1. La aceptación de las parroquias compete al Ministro
provincial con el consentimiento de su Definitorio,
consultado el Ministro general, al cual se debe enviar
copia del contrato, conforme a las normas del derecho.
§2. Cuando se acepta una parroquia, se estipule un contra-
to entre el Ministro provincial y el Obispo diocesano,
en el que se determinen con claridad todas las condi-
ciones247.
§3. Los hermanos que ejercen el ministerio parroquial es-
tán sujetos a la jurisdicción del Ordinario del lugar,
conforme al derecho, en todo lo que concierne al oficio
pastoral y a la cura de almas. Los registros y los libros
parroquiales, sujetos a la inspección del Ordinario del
lugar, están sometidos también a la vigilancia de los
respectivos Ministros, Custodios y Guardianes.
§4. La parroquia se encomienda a la Provincia o la Cus-
todia y, por tanto, compete al Ministro o Custodio,
con el consentimiento de su Definitorio, presentar al
Obispo diocesano a un hermano para el nombramien-
246
Cf. CIC, can. 678.
247
Cf. CIC, can. 520 §2.

150
La misión de los hermanos Art. 121

to de párroco o, si la cura pastoral se encomienda a


varias personas, al hermano responsable248. Lo mis-
mo vale también cuando se trata de presentar a un
hermano para rector de una iglesia249. Corresponde al
Ministro o Custodio, oído el párroco, presentar a los
vicarios parroquiales.
§5. Aunque la parroquia se encomienda a la Provincia o
Custodia mediante contrato escrito, la responsabili-
dad directa corresponde al hermano párroco250, con el
cual colaboran los hermanos vicarios, nombrados por
el Obispo diocesano tras la presentación del Ministro o
Custodio. El párroco recurra también a la colaboración
de los demás hermanos de la fraternidad, con el con-
sentimiento del Guardián.
§6. Los Estatutos provinciales o custodiales determinen
explícitamente las competencias del párroco y del
Guardián. A este último compete mantener el justo
equilibrio entre las necesidades de la parroquia y las
exigencias de la vida fraterna. Además, dichos Estatu-
tos determinen todo lo que se refiere a la administra-
ción de los bienes de la parroquia, de acuerdo con el
derecho universal.
§7. El hermano párroco colabore siempre con sus vicarios
y cooperadores parroquiales, con los cargos diocesanos,

248
Cf. CIC, cann. 517 §1; 520 §1; 682 §1; CCEO, cann. 281 §2; 282; 284 §2; 287
§2.
249
Cf. CIC, cann. 556; 557 §2; CCEO, cann. 304; 305 §§1-2.
250
Cf. CIC, can. 520 §1; CCEO, cann. 281 §2; 282.

151
Art. 121 Capítulo IV

con el consejo pastoral y el consejo parroquial de asun-


tos económicos. Presente periódicamente una relación
pastoral y administrativa en el Capítulo conventual y
tenga en cuenta el parecer de la fraternidad.
§8. En el caso de gastos extraordinarios de notable impor-
tancia relacionados con la parroquia, antes de presen-
tar el presupuesto al consejo parroquial de asuntos eco-
nómicos, el hermano párroco lo presente al Capítulo
conventual y, luego, al Ministro o Custodio con su De-
finitorio, y tenga en cuenta el parecer de los mismos.
Los Estatutos provinciales y custodiales proporcionen
indicaciones específicas al respecto.
§9. El hermano párroco proponga al Capítulo conventual
y, luego, al Ministro o Custodio con su Definitorio, las
opciones pastorales a largo plazo que impliquen el ser-
vicio de la fraternidad franciscana, y tenga en cuenta
el parecer de los mismos. Los Estatutos provinciales y
custodiales proporcionen indicaciones específicas al
respecto.
§10. A propósito de la duración del cargo, conviene que el
párroco goce de cierta estabilidad251, aunque puede ser
removido conforme al derecho252.

251
Cf. CIC, can. 522; CCEO, can. 284 §3.
252
Cf. CIC, can. 682 §2; CCEO, can. 543.

152
La misión de los hermanos Art. 123

Título IV
La misión ad gentes de la Orden

122.
§1. Jesucristo, el Señor, mandado por el Padre, envió a sus
discípulos por todo el mundo a predicar el Evangelio253.
Acogiendo la invitación de Jesús, el Padre Francisco
quiso que los hermanos fuesen a testimoniar y anunciar
el mensaje del Señor a todas las gentes (ad gentes).
§2. La misión ad gentes de los hermanos en el mundo com-
porta un gran compromiso de acción pastoral en las
Iglesias particulares y compartir el carisma franciscano,
que se enriquece a través del diálogo y el proceso de
inculturación.
§3. Toda presencia de la Orden en el mundo se distinga
por la sencillez y la sobriedad de vida. Los frailes, en la
misión, sean hermanos entre hermanos, y testimonien
con la vida que Dios es Padre de todos y hace de todos
los hombres hermanos.

123.
§1. En la formación inicial y permanente se ayude a los
hermanos a madurar en la convicción de que, aunque la
vida franciscana conventual es ya misión por sí misma,
ellos están llamados a asumir la tarea y los desafíos de
la evangelización más allá de las fronteras de la propia

253
Cf. Mc 16,15.

153
Art. 124 Capítulo IV

cultura. Además, se promocione el amor a las misiones


a través de la oración, el sacrificio y las experiencias de
solidaridad.
§2. Los hermanos se esfuercen en suscitar, compartir y apo-
yar el espíritu misionero en los laicos, en especial en los
franciscanos seglares y en los miembros de la Milicia de la
Inmaculada, mediante la creación de grupos misioneros,
experiencias de voluntariado, la organización de jorna-
das misioneras, el anuncio en la predicación, la oración y
la invitación a la solidaridad económica y espiritual.

124.
§1. Los hermanos que, por inspiración divina, se sientan
llamados a ir a la misión ad gentes, pidan licencia por
escrito a su Ministro, el cual, después de un adecuado
discernimiento acerca de la idoneidad de los solicitan-
tes, conceda el permiso254.
§2. Todos los hermanos estén abiertos al discernimiento
sobre la llamada a ir a la misión ad gentes, en caso de
que el Ministro les haga la propuesta.

125.
§1. Los Ministros procuren que los hermanos, antes de ir a
la missio ad gentes o la implantatio Ordinis, se preparen
con cursos adecuados de formación espiritual, lingüísti-
ca, cultural, ecuménica, interreligiosa y misionológica.
254
Cf. Rnb 16,3; Rb 12,1-2.

154
La misión de los hermanos Art. 127

§2. La formación se complete luego en instituciones en


tierra de misión, de manera que los hermanos puedan
hablar correctamente la lengua del pueblo en el que
viven, conocer más a fondo sus ideas y creencias reli-
giosas, su historia y su cultura. Se abran al diálogo con
todos y sean cuidadosos en la inculturación del Evan-
gelio y del carisma franciscano.

126.
Con vistas al restablecimiento de la unidad de todos los
cristianos255, los hermanos busquen oportunamente los me-
dios y las formas de una correcta y consciente colaboración
con las otras Iglesias y comunidades cristianas.

127.
§1. Dado que la vida religiosa enriquece la actividad mi-
sionera con aportaciones valiosas y absolutamente ne-
cesarias, los hermanos aseguren, en cuanto sea posible,
una presencia estable de la Orden en las realidades de
la misión ad gentes con proyectos claros de vida fraterna
y pastoral.
§2. La formación inicial y permanente sea una prioridad
en la nueva presencia misionera. Se preste atención a
la animación vocacional, se programe la preparación
de formadores y se colabore con las demás Provincias,
Custodias y Delegaciones de la Conferencia o Federa-
ción.
255
Cf. CIC, can. 755.

155
Art. 128 Capítulo IV

§3. Los hermanos del lugar sean preparados para ocupar


cargos de responsabilidad y de gobierno.

128.
§1. Corresponde a la Provincia, pudiendo hacerlo en cola-
boración con otras Provincias y Custodias, elaborar el
proyecto de la misión ad gentes y acompañar el camino
de la nueva presencia hasta su autonomía efectiva, ase-
gurando el envío de hermanos, la ayuda económica y la
preparación de formadores.
§2. Las Provincias colaboren entre sí para la apertura de
nuevas presencias misioneras, ofreciendo solidariamen-
te personal y ayudas económicas, y favoreciendo diver-
sas formas de hermanamiento.
§3. Dicha colaboración sea coordinada por la Orden y/o
por las Conferencias y Federaciones.
§4. El Secretariado general para la Animación Misione-
ra, que asiste al Ministro general y a su Definitorio en
todo lo que se refiere a la missio ad gentes y la implantatio
Ordinis, promueva y cultive el espíritu misionero en la
Orden, y colabore con los animadores misioneros de las
Provincias y Custodias.
§5. La actividad del Secretariado general para la Anima-
ción Misionera se regule por un estatuto particular.

156
CAPÍTULO V
La formación de los hermanos
Introducción espiritual

[a]
«Día a día se iba llenando de consolación y gracia del Es-
píritu Santo el bienaventurado Francisco, y con la mayor
vigilancia y solicitud iba formando a sus nuevos hijos con
instrucciones nuevas, enseñándoles a caminar con paso se-
guro por la vía de la santa pobreza y de la bienaventurada
simplicidad»256.

[b]
A través de su obra de formación, San Francisco guiaba a
los hermanos a vivir el Evangelio: «La Regla y vida de los
Hermanos Menores es esta: observar el santo Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo»257, y a seguir las huellas de Cris-
to258. «Por eso, hermanos todos, estemos muy vigilantes, no
sea que…, perdamos nuestra mente y corazón o los aparte-
mos del Señor»259.

256
1Cel 26.
257
Rb 1,1.
258
Cf. Rnb 1,1.
259
Ib. 22,25.

159
Introducción espiritual Capítulo V

[c]
El Seráfico Padre, ya desde los inicios de la Orden, explica-
ba los pasos y principios de las diversas etapas formativas.
«Si alguno viniera a nuestros hermanos queriendo, por di-
vina inspiración, abrazar esta vida, sea recibido benigna-
mente por ellos. Y, si estuviera decidido a abrazar nuestra
vida..., los hermanos... preséntenlo, cuanto antes puedan, a
su ministro. El ministro, por su parte, recíbalo benignamen-
te, anímelo y expóngale diligentemente el tenor de nuestra
vida. Hecho lo cual,... el ministro concédale por un año
las prendas del tiempo de la probación... Acabado el año
y el tiempo de la probación, sea recibido a la obediencia.
En adelante no le estará permitido… vagar fuera de la obe-
diencia... Ninguno sea recibido contra la forma y disposi-
ciones de la santa Iglesia»260.

[d]
Puesto que es el Señor el que concede la vocación261, los
hermanos, conscientes de haber recibido un carisma rico
en valores humanos y espirituales y muy útil para la Igle-
sia, oren incansablemente por las vocaciones en la Orden
y cooperen activamente con la gracia del Señor, dando un
significativo testimonio evangélico.

[e]
Los candidatos recibidos en la Orden, durante todo el tiem-
po de la probación, se apliquen a «seguir la doctrina y las
260
Ib. 2,1-4.8-10.12.
261
Cf. Test 14.

160
La formación de los hermanos Introducción espiritual

huellas de nuestro Señor Jesucristo, que dice: “Si quieres ser


perfecto, ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres,
y tendrás un tesoro en el cielo; y ven, sígueme”. Y también:
“Si alguno quiere venirse conmigo, niéguese a sí mismo y
tome su cruz y sígame”. Asimismo: “Si alguno quiere venir-
se conmigo y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer
y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta su propia
vida, no puede ser mi discípulo”»262. «Y juntos se ejerciten
en practicar la vida que el bienaventurado Francisco llamó
de los Hermanos Menores, para que sus discípulos, por su
mismo nombre, aprendieran que habían venido a la escuela
de Cristo humilde, para aprender la humildad»263.

[f]
Terminado el tiempo de la probación, los que son recibi-
dos a la obediencia prometen, con la observancia de los
consejos evangélicos, seguir el ejemplo del Señor, que dice:
«Todo el que haya dejado padre o madre, hermanos o her-
manas, mujer o hijos, casas o campos por mí, recibirá cien
veces más y tendrá la vida eterna»264.

[g]
Recordando la exhortación de San Francisco: «Comen-
cemos, hermanos, a servir al Señor Dios, pues escaso es o
poco lo que hasta ahora hemos adelantado»265, todos los

262
Rnb 1,4.
263
Cf. LM 6,5.
264
Rnb 1,5.
265
1Cel 103.

161
Introducción espiritual Capítulo V

hermanos se comprometan en la formación permanente,


que dura toda la vida.

[h]
Los formandos, dóciles a la gracia divina, con esfuerzo ge-
neroso y con la ayuda de los formadores y de la fraternidad,
crezcan en el espíritu de humildad, sencillez, obediencia y
caridad y en el deseo de desapropiarse de todo para seguir
a Cristo266.

[i]
Para llevar a cabo su formación, los hermanos mediten
atentamente estas palabras del Seráfico Padre: «¡En el nom-
bre del Señor! Ruego a todos los hermanos que aprendan el te-
nor y el sentido de las cosas que están escritas en esta vida
para la salvación de nuestra alma, y que las traigan frecuen-
temente a la memoria. Y suplico a Dios que él mismo, que
es omnipotente, trino y uno, bendiga a todos los que ense-
ñan, aprenden, tienen, recuerdan y practican estas cosas,
cuantas veces repiten y hacen lo que aquí está escrito para
la salvación de nuestra alma; y ruego a todos, besándoles los
pies, que las amen mucho, las guarden y las conserven»267.

266
Cf. SalVir.
267
Rnb 24,1-3.

162
La formación de los hermanos Art. 129

Título I
Los principios de la formación

129.
§1. La formación es, en primer lugar, obra de la Trinidad: el
Padre, mediante el Espíritu, plasma en el corazón de los
hermanos los sentimientos del Hijo268.
§2. La formación de los hermanos, a través de las media-
ciones que el Señor, la Iglesia y la Orden ofrecen, es
un proceso de crecimiento para seguir y conformarse a
Cristo crucificado, pobre, casto y obediente, para estar
al servicio de la fraternidad y de la misión.
§3. La formación franciscana toque en profundidad a toda
la persona, de manera que toda intención, actitud y
gesto del hermano sean expresión de la conformación
al Señor Jesús269.
§4. El lugar principal y privilegiado de la formación es la
vida fraterna, en la que todo hermano está llamado a
participar con fidelidad y perseverancia, según los prin-
cipios y las normas establecidos en los capítulos II-IV
de estas Constituciones. El camino de crecimiento en
el amor a Dios y a los hermanos es un compromiso for-
mativo que dura toda la vida.
§5. La formación ayude a los hermanos a hacer suyos los
valores fundamentales del carisma franciscano, según

268
Cf. VC 66.
269
Cf. Ib. 65.

163
Art. 130 Capítulo V

la tradición conventual, para vivirlos en el proprio


contexto cultural, social y eclesial270.

130.
La formación como seguimiento y conformación a Cristo
es compromiso prioritario de la Orden. Esta se responsabi-
lice con todos los medios para que los hermanos alcancen
una adecuada madurez y conciencia de la identidad del her-
mano menor conventual, con vistas al servicio que están
llamados a prestar en la Iglesia y en la sociedad, según las
necesidades de los tiempos y lugares271.

131.
§1. La formación inicial se realice en las casas de formación
de la Orden canónicamente erigidas272, bajo la direc-
ción de formadores preparados. Se evite toda forma de
doble pertenencia en los candidatos que proceden de
los movimientos eclesiales273. En las casas de formación
se lleve un estilo de vida sobrio y adecuado al ambiente
social y la cultura del lugar.
§2. El discernimiento vocacional y la formación inicial a
la vida franciscana, tanto por parte del candidato como
por parte de la Orden, se prolonga durante el tiempo
que va desde la admisión al postulantado hasta la pro-
fesión solemne.
270
Cf. CIC, can. 659 §2.
271
Cf. CIC, cann. 659-661.
272
Cf. CIC, can. 608.
273
Cf. CIVCSVA, Potissimum Institutioni, n. 93 (2 de febrero de 1990).

164
La formación de los hermanos Art. 132

§3. El discernimiento vocacional y la formación al minis-


terio ordenado, tanto por parte del candidato como por
parte de la Orden, se prolonga hasta la ordenación, se-
gún el derecho universal274.
§4. El discernimiento y la formación para otras formas de
apostolado o de tarea profesional sean objeto de un
acompañamiento adecuado, de acuerdo con lo previsto
por los Estatutos provinciales o custodiales.
§5. Los hermanos, en cuanto sea posible, estudien en los
centros o seminarios mayores de la Orden. Si cursan
estudios en otros centros idóneos, completen el cono-
cimiento de la historia y del carisma franciscano, si no
son ofrecidos por el centro académico, según las indica-
ciones de la Ratio Studiorum de la Orden.
§6. Los hermanos estudien en centros que tengan la facul-
tad de otorgar títulos de estudios eclesiásticos y/o civi-
les, según las indicaciones de la Conferencia o Sínodo
episcopal local.
132.
§1. La casa del postulantado provincial o custodial es eri-
gida o suprimida por el Ministro provincial con el con-
sentimiento de su Definitorio y con la aprobación del
Ministro general con su Definitorio.
§2. Corresponde únicamente al Ministro general, con el
consentimiento de su Definitorio y mediante decreto es-
crito, erigir, trasladar o suprimir una casa de noviciado.
274
Cf. CIC, cann. 659 §3; 1027.

165
Art. 133 Capítulo V

§3. Las casas del posnoviciado y los seminarios mayores


provinciales o custodiales son erigidos o suprimidos por
el Capítulo provincial, con la aprobación del Ministro
general con su Definitorio.
§4. Las casas comunes de formación de varias Provincias
o Custodias sean instituidas por los Ministros o Cus-
todios interesados con sus Definitorios, siempre con la
aprobación del Ministro general con su Definitorio.
§5. Es deseable que las Conferencias y Federaciones tengan
casas comunes de formación: estas sean instituidas por
la misma Conferencia o Federación, con la aprobación
del Ministro general con su Definitorio.
§6. La casa de formación de San Buenaventura - Seraphi-
cum de Roma, puesta bajo la inmediata jurisdicción del
Ministro general, es considerada sede común de forma-
ción y estudio para toda la Orden. El centro formativo
ofrece a los hermanos la oportunidad de una experien-
cia internacional de formación franciscana conven-
tual, y es un lugar para vivir en fraternidad el diálogo,
el encuentro, el respeto de las diferentes culturas (inter-
culturalidad) y la experiencia de la universalidad de la
Orden.

133.
§1. Haya una Ratio formationis (El discípulo franciscano) para
toda la Orden, actualizada periódicamente y sometida a
la aprobación del Capítulo general.

166
La formación de los hermanos Art. 134

§2. Cada Provincia y Custodia tenga su directorio de for-


mación, aprobado por el Capítulo provincial o cus-
todial, con la aprobación del Ministro general con su
Definitorio. Para el directorio de formación de una
Conferencia o Federación, se observen las indicaciones
de las Constituciones, n. 223 §2275.
§3. Cada casa de formación de una Provincia o Custodia
tenga su reglamento de formación, aprobado por el Mi-
nistro o Custodio con su Definitorio.
§4. Cada casa común de formación de varias Provincias o
Custodias tenga su reglamento de formación, aprobado
por los Ministros y Custodios interesados.

134.
§1. Los Ministros, Custodios y los demás hermanos con-
sideren las casas de formación como el corazón de la
Orden y les presten su plena colaboración y apoyo.
§2. Dado que la eficacia de la formación depende sobre
todo de la presencia de una fraternidad ejemplar y de
formadores idóneos, estos se distingan por el espíritu
de oración, caridad y prudencia, conozcan las ciencias
humanas y sean capaces de acompañar a los formandos
y transmitirles y testimoniarles los valores del carisma
franciscano276.

275
Cf. CIC, can. 659 §2.
276
Cf. VC 66.

167
Art. 135 Capítulo V

§3. Con esta finalidad, las Conferencias y Federaciones y


las Provincias y Custodias, en colaboración con el Se-
cretariado general para la Formación, se comprometan
a promover la formación de formadores mediante cur-
sos propios o de otros institutos.

135.
§1. Entre los Ministros, Custodios, Guardianes, formadores
y hermanos en formación haya diálogo, comprensión y
colaboración, indispensables para la formación.
§2. La fraternidad ofrezca a los hermanos en formación
inicial un clima de generosidad, entusiasmo, concordia
y ayuda recíproca, de manera que estos puedan crecer
más fácilmente en la vida espiritual277. Los hermanos
en formación inicial hagan suyos el carisma y la misión
de la Orden, de manera que consoliden cada vez más su
vocación278.

136.
El oficio de cada uno de los formadores, los criterios para
su elección, sus competencias y mutuas relaciones se de-
terminen en la Ratio formationis de la Orden (El discípulo
franciscano), en los respectivos directorios de las Provincias
y Custodias y en los reglamentos internos de las casas de
formación. Para el nombramiento se siga el derecho uni-
versal y el derecho propio de la Orden.
277
Cf. CIC, can. 652 §4.
278
Cf. CIC, can. 652 §3.

168
La formación de los hermanos Art. 138

137.
§1. Haya colaboración fraterna entre los formadores, de to-
dos los niveles, y se promuevan iniciativas adecuadas
que favorezcan su formación.
§2. Se constituyan comisiones de formación para toda la
Orden, para las Conferencias y Federaciones y para las
Provincias y Custodias. Los miembros y las competen-
cias de dichas comisiones se determinen en los respec-
tivos directorios.
§3. El Secretariado general para la Formación asiste al Mi-
nistro general y a su Definitorio en todo lo que se refiere
a la formación, según la Ratio formationis (El discípulo
franciscano).

Título II
Las dimensiones de la formación franciscana

138.
Para favorecer la conformación bautismal con Cristo en la
vida de cada día, el camino formativo tenga en cuenta to-
das las dimensiones de la persona, armonizándolas279. Este
sea: progresivo, es decir, tenga en cuenta las dinámicas de
madurez humana; personalizado, tratando de adaptarse al
ritmo de crecimiento de cada uno; arraigado en el contexto
socio-cultural; eclesial, de manera que se considere parte
integrante del cuerpo de Cristo.
279
Cf. VC 65.

169
Art. 139 Capítulo V

139.
§1. La formación franciscana sea un camino de purifica-
ción progresiva y de crecimiento en las relaciones con
Dios, con los demás, con uno mismo y con la creación,
de manera que favorezca la madurez de los hermanos
y su crecimiento en las virtudes indispensables para la
vida fraterna, el testimonio y la misión.
§2. En la formación se cuide con especial atención la ma-
durez afectivo-sexual del hermano, de manera que pue-
da establecer una relación serena, sólida y transparente
con todas las personas.
§3. Los posibles signos de inmadurez sean afrontados por
los formadores con los criterios de una sana pedagogía,
para ayudar al hermano a crecer auténticamente en la
libertad. En caso de abusos comprobados, los formado-
res, Ministros y Custodios procedan de acuerdo con las
directrices de la Iglesia universal, de las Iglesias particu-
lares y de la Orden.
§4. Desde el comienzo, los formandos se acostumbren al
trabajo manual e intelectual, y aprendan a entender la
vida como don y servicio.
§5. Los formadores, desde los primeros años de formación,
ayuden a los formandos a discernir y a profundizar en
los propios talentos y a ponerlos al servicio de la frater-
nidad.

170
La formación de los hermanos Art. 140

140.
§1. Conscientes de que el primer y principal deber de los
formandos es el conocimiento y la relación con Cris-
to280, los formadores presten especial atención al cre-
cimiento de su vida cristiana, para guiarlos progresiva-
mente a adherirse y conformarse a Cristo.
§2. La celebración eucarística sea el centro de toda la vida
de la casa de formación. Cada día, los formandos se nu-
tran en la mesa de la Palabra de Dios y de la Eucaristía,
obteniendo de estas fuentes la fuerza para su vida espi-
ritual y para la misión281.
§3. Los hermanos sean formados en el espíritu de la liturgia
y, en particular, en la celebración de la Liturgia de las
Horas, mediante la cual alaban e invocan al Señor con
la Iglesia por todo el Pueblo de Dios282.
§4. Los formandos sean ayudados a alcanzar el espíritu de
penitencia y de conversión continua, y a ejercitarse en
la ascesis, en el don de sí mismos y en las obras de mise-
ricordia, corporales y espirituales.
§5. Los formandos sean educados a reconocer la realidad del
mal y del pecado en su vida y en la de los demás, con los
ojos del Señor resucitado, y aprendan a gustar, en el per-
dón acogido y dado283, el remedio decisivo e indispensa-
ble. Por tanto, se acostumbren a acudir con frecuencia al
280
Cf. CIC, can. 663 §1.
281
Cf. CIC, cann. 246 §1; 663 §2; CCEO, cann. 346 §2,2°; 538 §2.
282
Cf. CIC, can. 246 §2; CCEO, can. 346 §2,3°.
283
Cf. CtaM 9-11.

171
Art. 141 Capítulo V

sacramento de la Penitencia. Además, tengan su director


espiritual, elegido libremente, según las indicaciones de
la Iglesia, al que puedan abrir su alma con confianza284.
§6. Todos los hermanos sean formados para la misión.
Aquellos que, después de un atento discernimiento con
los formadores, son llamados al ministerio ordenado,
sean ayudados a descubrir, en el camino formativo, la
íntima unión de la vida religiosa con la vida ministe-
rial, sirviéndose también de una inserción gradual en el
ejercicio de las prácticas pastorales.
§7. Todos los formandos veneren siempre con filial devo-
ción a la beatísima Virgen Inmaculada, y cultiven una
unión íntima de vida con Ella, inspirándose en la tradi-
ción franciscana y en la herencia kolbiana.

141.
§1. Los formadores cuiden la transmisión del carisma de
la Orden, proponiendo a los formandos los principios
espirituales de la vida franciscana y el sentido de la pro-
fesión religiosa, considerada en su aspecto teológico,
eclesial, carismático y jurídico.
§2. Se eduque a los formandos a la vida fraterna, a nivel
local, de la propia Provincia o Custodia y de la Orden,
a través del testimonio y la experiencia cotidiana.
§3. Se cultive en los formandos un estilo de vida evangéli-
co con espíritu de minoridad, sencillez y moderación,
284
Cf. CIC, can. 246 §4; CCEO, can. 346 §2,4°.

172
La formación de los hermanos Art. 142

como seguimiento de Cristo siervo y como cercanía a


los humildes y pobres del propio ambiente.
§4. Además, los formandos sean educados en el estilo de la
conventualidad, como fraternidad activa y correspon-
sable, orientada a la contemplación y la misión.
§5. Los formandos estudien y asimilen la Regla, las Cons-
tituciones, las fuentes franciscanas, la identidad y la
historia de la Orden, de manera que conozcan cada vez
con mayor profundidad el espíritu del Seráfico Padre y
lleguen a ser fieles seguidores suyos.

Título III
La animación vocacional

142.
§1. Todos los hermanos, con ánimo agradecido, se alegren
por la gracia singular de su vocación a la vida francisca-
na conventual. Muestren su entusiasmo por el don re-
cibido, recordando que la mejor animación vocacional
es la atracción del testimonio gozoso285.
§2. Todos los hermanos, con la oración confiada y frecuen-
te al Dueño de la mies286, promuevan y cultiven las vo-
caciones para toda la Iglesia y para la Orden.

285
Cf. PC 24; Papa Francisco, Carta Apostólica para el Año de la Vida Consagrada,
(28 de noviembre de 2014) II,1.
286
Cf. Mt 9,37-38.

173
Art. 143 Capítulo V

§3. Los hermanos acompañen a cuantos se sientan llama-


dos a la vida franciscana conventual a través de un
discernimiento cualificado, la dirección espiritual287, la
escucha de la Palabra de Dios, la oración y el diálogo
fraterno, y los inviten a venir y ver288 la vida y la misión
de la fraternidad.
§4. Cada Provincia y Custodia cuide con especial esmero
la pastoral juvenil y la animación vocacional, eligiendo
medios apropiados y hermanos idóneos, que obren de
acuerdo con las líneas maestras de un proyecto provin-
cial o custodial de pastoral juvenil-vocacional.
§5. Se promuevan iniciativas de animación vocacional en
colaboración con la Iglesia local y con toda la familia
franciscana.

143.
Se cultive con diligencia la semilla de la vocación en los
jóvenes que se educan en los centros de la Orden o en otra
parte, o que frecuentan nuestras iglesias y santuarios.

144.
Las Provincias y Custodias tengan un proyecto de acogida
y un itinerario formativo específico para aquellos que Dios
llama a la Orden en una edad no joven.

287
Cf. VC 64.
288
Cf. Jn 1,39.

174
La formación de los hermanos Art. 145

145.
§1. Las Provincias y Custodias, si los respectivos Capítulos
lo consideran oportuno, pueden instituir, con el con-
sentimiento del Ministro general y de su Definitorio,
un seminario menor, donde se cultiven las semillas de
la vocación franciscana289.
§2. Los jóvenes que moran en los seminarios menores de
la Orden para discernir su vocación franciscana, lleven
una vida adecuada a su edad, a su camino espiritual y a
su desarrollo, según los postulados de una sana psicolo-
gía, sin olvidar una oportuna experiencia de las realida-
des humanas y las relaciones con la propia familia290.
§3. En dichos seminarios, los estudios han de adecuarse a
las leyes y costumbres locales, de manera que los can-
didatos, en caso de abrazar otro estado de vida, puedan
continuarlos en otra parte sin dificultad.
§4. Las Provincias y Custodias, si lo consideran necesario,
pueden instituir un pre-postulantado para jóvenes en
búsqueda vocacional.

289
Cf. OT 3.
290
Cf. Ib. 3.

175
Art. 146 Capítulo V

Título IV
El postulantado

146.
§1. El postulantado es la etapa formativa en la que los can-
didatos se encaminan a un discernimiento vocacional
inicial. Durante este tiempo se les ayude a madurar en
su fe a través de un camino de catequesis y sean guiados
a la lectura de la Palabra de Dios, la vida litúrgica, la
vida sacramental y la oración personal. Aprendan y se
confronten con el ideal de San Francisco y del fran-
ciscanismo, hagan experiencia concreta de la vida fra-
terna291 y comiencen a ejercitarse en alguna actividad
pastoral o caritativa.
§2. El postulantado dure al menos un año, conforme a los
Estatutos provinciales y custodiales. En algunos casos,
el respectivo Ministro o Custodio puede alargar la du-
ración del postulantado292. Durante este periodo se fa-
vorezca y se profundice el conocimiento recíproco en-
tre la fraternidad y los candidatos.

147.
§1. Puede ser recibido en el postulantado un católico, que
posea las cualidades requeridas por el derecho universal
y el de la Orden y que esté libre de cualquier impedi-

291
Cf. VC 67.
292
Cf. CIVCSVA, Potissimum institutioni, 43 (2 de febrero de 1990).

176
La formación de los hermanos Art. 148

mento293, haya alcanzado suficiente madurez humana y


esté dispuesto a profundizar en el discernimiento voca-
cional y las condiciones requeridas para la vida religio-
sa. El candidato presente espontáneamente la petición
por escrito. Los Ministros y Custodios, con la ayuda
de expertos si fuese necesario, evalúen la madurez del
candidato y se aseguren de que existen en él los signos
y las capacidades de una verdadera vocación a la vida
fraterna en comunidad.
§2. En todo postulante se requieren: recta intención, li-
bertad de elección, buena salud física y psíquica, com-
probada por personas expertas si fuese necesario 294;
adecuada formación intelectual, moral y espiritual; ca-
pacidad para una vida de fraternidad y de misión en la
Orden.

148.
Determínese en los Estatutos provinciales y custodiales qué
certificados y documentos ha de presentar el candidato, y
la edad requerida para empezar el postulantado y el novi-
ciado, teniendo en cuenta las normas del derecho univer-
sal295 y las exigencias locales. La admisión al postulantado
es competencia del Ministro o Custodio, directamente o
por delegación.

293
Cf. CIC, cann. 597 §§1-2; 643; CCEO, cann. 517-518.
294
Cf. CIC, can. 642; CCEO, can. 519.
295
Cf. CIC, cann. 643 §1; 645 §§1-2; CCEO, can. 517.

177
Art. 149 Capítulo V

149.
El postulante, en el momento de la admisión, declare con
documento escrito, firmado, fechado y legalmente recono-
cido que, durante el tiempo que permanezca en la Orden,
todo trabajo que haga para ella será gratuito y sin retribu-
ción. Por tanto, si deja el proceso formativo, no podrá exi-
gir nada por dichos trabajos.

150.
El responsable del postulantado, oídos sus colaboradores y
consideradas las referencias anteriores, presente por escrito
la relación y el parecer sobre cada postulante al Ministro o
Custodio correspondiente, al que compete, con el consenti-
miento de su Definitorio, admitir al candidato al noviciado.

Título V
El noviciado

151.
El noviciado, con el que se inicia la vida en la Orden296, es
un tiempo de discernimiento vocacional más intenso y de
formación, en el que, bajo la guía del maestro, el novicio
se prepara a la profesión religiosa. Durante el noviciado, el
novicio profundice en su relación personal con Jesucristo y
en el valor de la vida consagrada y de los votos; conforme la
mente, el corazón y la vida al carisma franciscano mediante
el estudio de la Regla y de los escritos de San Francisco,
296
Cf. CIC, can. 646.

178
La formación de los hermanos Art. 153

las fuentes franciscanas, las Constituciones y los Estatutos


generales. Haga experiencia de la oración, del silencio in-
terior, de la fraternidad, de la desapropiación de sí mismo,
del trabajo y del servicio humilde a los pobres, conforme al
estilo de la Orden297.

152.
La admisión a la Orden se efectúa con la aceptación al
noviciado en una Provincia o Custodia, hecha por el res-
pectivo Ministro o Custodio con el consentimiento de su
Definitorio por sufragio secreto.

153.
§1. Un postulante que pertenece a una Iglesia oriental sui
iuris no puede ser admitido al noviciado lícitamente sin
la licencia de la Sede Apostólica Romana, a no ser que
se trate de un postulante que es destinado a una Provin-
cia o casa de la propia Iglesia298.
§2. El hermano que, aun siendo admitido al noviciado,
permanece inscrito a otra Iglesia sui iuris, cultive el co-
nocimiento y el aprecio del propio rito y, en cuanto sea
posible, participe en la liturgia y el patrimonio de dicha
Iglesia299.
§3. Los hermanos que por razón de su oficio, ministerio o
cargo tienen relaciones frecuentes con los fieles cristia-

297
Cf. CIC, can. 652.
298
Cf. CCEO, can. 517 §2.
299
Cf. CCEO, can. 40 §2.

179
Art. 154 Capítulo V

nos de otra Iglesia sui iuris, sean formados con esmero


en el conocimiento del rito de dicha Iglesia, según la
importancia del oficio, ministerio o cargo que desem-
peñan300.

154.
§1. El noviciado se inicie públicamente según el ritual de
la Orden, los Estatutos provinciales y los reglamentos
de las casas de formación interprovinciales, si estas son
instituidas; este acto se anote en el libro correspon-
diente.
§2. Los candidatos, después de haber sido recibidos en la
Orden, hagan el noviciado durante doce meses en un
convento destinado debidamente para ello.
§3. El Ministro o Custodio de la Provincia o Custodia en
la que se encuentra el noviciado puede permitir que el
grupo de novicios resida, durante determinados perio-
dos, en otro convento de la Orden designado por él.
§4. En casos particulares y como excepción, el Ministro ge-
neral, con el consentimiento de su Definitorio, puede
conceder que alguno haga válidamente el noviciado en
otro convento de la Orden, bajo la guía de un religioso
experto.
155.
§1. Una ausencia de la casa del noviciado superior a tres
meses, continuos o interrumpidos, invalida el novicia-
300
Cf. CCEO, can. 40 §2.

180
La formación de los hermanos Art. 156

do, salvo lo establecido en las Constituciones, 154 §3 y


en el CIC, cann. 647-649. La ausencia superior a quin-
ce días debe recuperarse.
§2. El Ministro o Custodio puede permitir, por causa justa,
que se anticipe la primera profesión, pero no más de
quince días, y también que se emita fuera del novicia-
do.
§3. El novicio que se encuentra en peligro de muerte puede
ser admitido a la profesión por el Ministro o Custodio
o por el Guardián del noviciado o por un delegado de
estos. Pero si recupera la salud, la profesión se considera
nula.
§4. Si el Ministro o Custodio tiene alguna duda sobre la
idoneidad del novicio, oído el parecer de los formado-
res, puede prolongar el tiempo de prueba, pero no más
de seis meses301.

156.
§1. Los novicios, bajo la dirección del maestro y confor-
me al derecho302, en continuidad con la experiencia del
postulantado, lleven una vida conforme a la que debe-
rán vivir como profesos.
§2. No les está permitido, durante el noviciado, dedicarse
a estudios para conseguir diplomas o especializaciones
necesarias para ejercer determinados oficios.

301
Cf. CIC, can. 653 §2; CCEO, can. 525 §1.
302
Cf. CIC, cann. 650 §2; 651; CCEO, can. 524.

181
Art. 157 Capítulo V

§3. Aunque parezca oportuna una cierta separación para


los novicios, les estará permitido, a juicio prudente del
maestro, mantener oportunos contactos con su familia,
con los religiosos y con otras personas.
§4. El responsable de la vida y actividades del noviciado
es el maestro de novicios, el cual procurará informar al
Capítulo conventual sobre el desarrollo del programa
formativo.

157.
§1. La admisión a la profesión temporal se reserva a los res-
pectivos Ministros o Custodios con el consentimiento
de sus Definitorios, conforme a la norma de las Cons-
tituciones, n. 152, y teniendo en cuenta el CIC, can.
656.
§2. El Ministro general, con autoridad propia, obtenido el
voto del Ministro o Custodio con el consentimiento
de su Definitorio, salvadas las prescripciones jurídicas,
puede admitir a la profesión.
§3. Al final del noviciado, el candidato debe hacer la peti-
ción por escrito al propio Ministro o Custodio para ser
admitido a la profesión.

158.
§1. El maestro, oídos sus colaboradores y consideradas las
referencias anteriores, presente por escrito la relación y
el parecer sobre cada candidato al respectivo Ministro

182
La formación de los hermanos Art. 159

o Custodio, a quien corresponde, con el consentimien-


to de su Definitorio, admitir al candidato a la profesión.
§2. El Ministro o Custodio examine, personalmente o por
medio de un delegado, la voluntad e idoneidad de los
novicios, y escuche a los demás hermanos del conven-
to.
§3. Si el novicio está fuera de la Provincia, el Ministro o
Custodio del lugar reciba la relación y el parecer del
maestro de la formación (cfr. §1) y envíe los documen-
tos, junto con el propio parecer, al Ministro o Custodio
de la Provincia o Custodia nativa, a quien se reserva la
admisión a la profesión, con el consentimiento de su
Definitorio.

159.
El novicio que, al final del noviciado o después de la pro-
fesión, ha dejado legítimamente la Orden y desea ingresar
de nuevo en ella, puede ser readmitido solamente por el
Ministro general con el consentimiento de su Definitorio.
Al Ministro general le corresponde también determinar la
probación conveniente antes de la profesión temporal, aun
sin la obligación de repetir el noviciado, y, conforme al de-
recho303, determinar la duración de los votos antes de la
profesión solemne, conforme a las Constituciones, 131 §2;
161.

303
CIC, cann. 655; 690 §1.

183
Art. 160 Capítulo V

160.
§1. El Ministro o Custodio, o su delegado, reciba la profe-
sión temporal según el ritual de la Orden. El acto de la
profesión se registra en el Libro de las Profesiones.

§2. La fórmula de la profesión es esta:


A alabanza y gloria de la Santísima Trinidad. Yo, fr. N.N.,
ya que el Señor me ha inspirado seguir más de cerca el Evan-
gelio y las huellas de nuestro Señor Jesucristo, ante los her-
manos aquí presentes, en tus manos, fr. N.N., con fe fir-
me y voluntad decidida, hago voto a Dios, Padre santo y
omnipotente, de vivir por... año(s) (por todo el tiempo de
mi vida) en obediencia, sin nada propio y en castidad, y al
mismo tiempo profeso la vida y la Regla de los Hermanos
Menores confirmada por el papa Honorio, prometiendo ob-
servarla fielmente según las Constituciones de la Orden de
los Hermanos Menores Conventuales. Por tanto, me en-
trego de todo corazón a esta fraternidad, para que mediante
la eficaz acción del Espíritu Santo, guiado por el ejemplo de
María Inmaculada, por la intercesión de nuestro Padre San
Francisco y de todos los Santos, sostenido por vuestra ayuda
fraterna, pueda tender constantemente a la caridad perfecta,
en el servicio de Dios, de la Iglesia y de los hombres.

161.
A no ser que los Estatutos provinciales o custodiales dis-
pongan otra cosa, los votos que se emiten después del novi-
ciado son válidos para un trienio; transcurrido este periodo,

184
La formación de los hermanos Art. 163

si fuese necesario, pueden renovarse oportunamente hasta


la profesión solemne.

Título VI
El posnoviciado

162.
El posnoviciado es la etapa formativa en la que el hermano
se prepara a la profesión solemne para consagrarse defini-
tivamente a Dios y dedicarse a los hermanos. Durante este
tiempo consolide su seguimiento de Cristo y perfeccione
su formación humana, espiritual, socio-cultural, teológica,
profesional, pastoral y carismática. Viva con dedicación y
coherencia la consagración y los votos; continúe el discer-
nimiento de su vocación; profundice en el sentido del ca-
risma y de la misión franciscana. Crezca en la participación
activa y corresponsable en la vida de la fraternidad; haga
experiencias de actividades pastorales y caritativas304.

163.
Los profesos temporales están obligados a observar la Regla
y las Constituciones como los hermanos de votos solem-
nes, pero carecen de voz activa y pasiva. Como los profesos
solemnes, participan de todas las gracias de la Orden. El
modo de su posible participación en el Capítulo conven-
tual se especifique en el directorio del posnoviciado.

304
Cf. CIC, can. 659.

185
Art. 164 Capítulo V

164.
§1. El Ministro general, con el consentimiento de su Defi-
nitorio, puede conceder el indulto de abandonar la Or-
den al hermano profeso temporal que, por causa grave,
lo pida. Dicho indulto, a no ser que el interesado lo re-
chace en el acto de la notificación, comporta por dere-
cho la dispensa de los votos y de todas las obligaciones
que se derivan de la profesión305.
§2. Los Ministros y Custodios no aplacen indefinidamente la
decisión de expulsar de la Orden al hermano que resulta
no idóneo306. Este, acabado el tiempo de la profesión, pue-
de ser excluido de emitir la profesión siguiente por cau-
sas justas, incluida la enfermedad contraída después de la
profesión, a juicio de los expertos307. Esto compete a los
Ministros y Custodios, oído el parecer de su Definitorio.

165.
§1. Es necesario que, al emitir la profesión solemne, el her-
mano haya alcanzado el grado de madurez necesaria
para que el estado religioso, al que consciente e irrevo-
cablemente se entrega, le ayude de verdad a caminar en
el auténtico seguimiento de Cristo.
§2. Los Ministros y Custodios, con el consentimiento de
sus Definitorios, y oídos los formadores, pueden prorro-
gar la profesión temporal no más de nueve años308.
305
Cf. CIC, cann. 688 §2; 692; CCEO, cann. 546 §2; 549 §3.
306
Cf. CIC, can. 696 §§2-1; CCEO, cann. 551-552.
307
Cf. CIC, can. 689; CCEO, can. 547.
308
Cf. CIC, can. 657 §2; CCEO, can. 526 §2.

186
La formación de los hermanos Art. 167

§3. Antes de la profesión solemne, con la que el hermano


se consagra para siempre a Dios y se incorpora defini-
tivamente a la Orden, haya un periodo de preparación
inmediata de al menos un mes, que puede considerarse
como un segundo noviciado, conforme a los Estatutos.
§4. Antes de la profesión solemne, el candidato haga la pe-
tición escrita para ser admitido, dirigida a su Ministro
o Custodio, manifestando consciente y libremente las
motivaciones.

166.
§1. La admisión a la profesión solemne está reservada a los
respectivos Ministros y Custodios con el consentimien-
to de sus Definitorios, de acuerdo con las Constitucio-
nes, n. 152, y teniendo presente el CIC, can. 658.
§2. El Ministro o Custodio, o su delegado, reciba, según el
ritual de la Orden, la profesión solemne, que, por causa
justa, puede anticiparse, pero no más de un trimestre309.
El acto de la profesión se registra en el Libro de las Pro-
fesiones y se comunica también a la parroquia en la que
fue bautizado el profeso310.

167.
§1. Corresponde en exclusiva al Ministro general, con el
consentimiento de su Definitorio, conceder que un

309
Cf. CIC, can. 657 §3; CCEO, can. 532.
310
Cf. CIC, can. 535 §2; CCEO, can. 296 §2.

187
Art. 167 Capítulo V

hermano de votos solemnes pase a otro Instituto re-


ligioso, así como admitir a la Orden a un religioso de
votos perpetuos que procede de otro Instituto, con el
permiso del Moderador supremo de ese Instituto y con
el consentimiento de su consejo311.
§2. Si se trata del paso a la Orden de un miembro que pro-
cede de un Instituto secular, de una Sociedad de vida
apostólica o de un Instituto religioso de otra Iglesia sui
iuris312, se requiere la licencia de la Santa Sede, a cuyas
disposiciones hay que atenerse313.
§3. En estos casos se observe cuanto se prescribe acerca de
las cartas testimoniales, el tiempo de la probación que
debe preceder a la profesión solemne y los requisitos
para su validez314.
§4. El tiempo de la probación debe durar al menos tres
años, el primero de los cuales ha de ser a modo de novi-
ciado, bajo la guía de un religioso experto. Terminado
el tiempo de la probación, el religioso puede emitir la
profesión solemne, pero si no quiere o no es admitido
por el Ministro o Custodio competente, debe volver al
propio Instituto315.

311
Cf. CIC, can. 684 §1; CCEO, can. 544 §1.
312
Cf. CCEO, can. 544 §3.
313
Cf. CIC, can. 684 §5; CCEO, can. 544 §§4-3.
314
Cf. CIC, can. 645 §§4-2; CCEO, cann. 519 ;517.
315
Cf. CIC, can. 684 §4; CCEO, can. 545 §§2-1.

188
La formación de los hermanos Art. 169

168.
§1. Durante el posnoviciado, los hermanos se formen en
la escuela teológica, filosófica y espiritual de la tradi-
ción franciscana. Si los estudios filosófico-teológicos no
incluyen una formación franciscana adecuada, se pro-
vea con cursos complementarios organizados por cada
Provincia o Custodia o por las Conferencias y Federa-
ciones de la Orden (cfr. Constituciones, 131 §5). Allí
donde sea posible, esto se realice en colaboración con
los hermanos de las demás familias de la Primera Or-
den.
§2. En el posnoviciado, los hermanos, con la ayuda de los
formadores, se formen para un estilo de vida sencilla, que
refleje el carisma de la Orden. Se les eduque a vivir con
y para los pobres y a hacer suyos los valores de la justicia,
la paz, la integridad de la creación y el “espíritu de Asís”.
§3. En el posnoviciado, los hermanos se formen para la mi-
sión en todas sus dimensiones, y para la colaboración
con la Orden Franciscana Seglar y con la Milicia de la
Inmaculada.

169.
En el posnoviciado, se imparta a los hermanos una forma-
ción profesional y pastoral idónea tanto para la madurez
personal espiritual como para las exigencias propias del tra-
bajo y de la misión316.

316
Cf. CIC, can. 660.

189
Art. 170 Capítulo V

170.
Los Ministros y Custodios disciernan con los hermanos del
posnoviciado acerca del aprendizaje de otras ciencias, artes
y/o profesiones, según las aptitudes personales y las necesi-
dades de la Provincia o Custodia.

171.
Los hermanos que, después de un atento discernimiento
con los formadores y los Ministros o Custodios, son llama-
dos al ministerio ordenado, se preparen adecuadamente
realizando el programa de estudios filosófico-teológicos se-
gún las normas eclesiásticas317.

172.
Los hermanos que quieren ser instituidos lectores o acóli-
tos, después de una oportuna preparación, de acuerdo con
las directrices de la Conferencia episcopal local, lo solici-
ten por escrito al propio Ministro o Custodio, a quien co-
rresponde la admisión a dichos ministerios de acuerdo con
el derecho318.

173.
§1. El candidato al ministerio ordenado debe ser profeso
solemne, y ha de solicitarlo por escrito al Ministro o
Custodio319. Terminados los estudios, antes de ser ad-

317
Cf. CIC, can. 659 §3.
318
Cf. CIC, can. 1035 §1.
319
Cf. CIC, can. 1036.

190
La formación de los hermanos Art. 174

mitido al presbiterado320, el diácono ejerza su ministe-


rio durante un tiempo adecuado, según las directrices
de la Conferencia episcopal local.
§2. La admisión a las órdenes sagradas corresponde al pro-
pio Ministro o Custodio con el consentimiento de su
Definitorio; antes pida a los formadores el parecer sobre
la idoneidad del candidato y, al menos antes del diaco-
nado, oiga a cada uno de los miembros de la fraternidad
del candidato.
§3. Si el candidato a las órdenes sagradas pertenece a otra
Provincia o Custodia, el Ministro o Custodio del lugar
pida a los formadores el parecer sobre la idoneidad del
candidato y oiga a cada uno de los miembros de la frater-
nidad (cfr. §2); luego envíe los documentos, junto con
el propio parecer, al Ministro o Custodio de la Provincia
o Custodia nativa, al cual, con el consentimiento de su
Definitorio, se reserva la admisión a las órdenes sagradas.
§4. Antes de proceder a la votación de admisión y de con-
ceder las dimisorias, el Ministro o Custodio comunique
a su Definitorio todas las informaciones y obtenga su
consentimiento321.

174.
Se envíe cuanto antes al Ministro o Custodio de la Provincia
o Custodia nativa el certificado de la ordenación recibida,

320
Cf. CIC, can. 1032 §2; CCEO, can. 758 §1,4°.
321
Cf. CIC, can. 1019 §1.

191
Art. 175 Capítulo V

que ha de registrarse en el Libro de las Ordenaciones y guar-


darse en el archivo con los demás documentos del hermano.
Se envíe también el certificado del diaconado y del presbi-
terado a la parroquia en la que fue bautizado el ordenado322.

175.
§1. Allí donde las Conferencias episcopales han introduci-
do el diaconado permanente, los Estatutos provinciales
y custodiales determinen las normas para la admisión
de un hermano a dicho orden, de acuerdo con el dere-
cho universal323.
§2. Para la admisión de un diácono permanente al presbi-
terado, se proceda como establecen el derecho univer-
sal y las normas de la Conferencia episcopal local.

Título VII
La formación permanente

176.
El objetivo fundamental de la formación permanente es la
renovación de la vida evangélica de los hermanos y de la
Orden324, para conformarse mejor a Cristo y responder a los
desafíos de hoy con creatividad y valentía, abriéndose a las
inspiraciones del Espíritu.

322
Cf. CIC, cann. 535 §2; 1054; CCEO, cann. 296 §2; 775.
323
Cf. CIC, cann. 236; 1031 §§2-3; 1032 §3; CCEO, cann. 354; 760 §2.
324
Cf. PC 18; VC 69; CIC, can. 661.

192
La formación de los hermanos Art. 178

177.
§1. Dado que el paso de la formación inicial a la formación
permanente es un momento especialmente delicado en
la vida del hermano, los Ministros, Custodios y Guar-
dianes presten gran atención a la primera inserción en
la fraternidad y en la misión, y creen las condiciones
adecuadas para que esta sea positiva y fructuosa.
§2. Los Estatutos generales, provinciales y custodiales pre-
vean un camino adecuado que facilite este paso.

178.
§1. Las Conferencias y Federaciones y las Provincias y Cus-
todias promuevan la formación permanente con pro-
gramas orgánicos y con adecuados instrumentos forma-
tivos.
§2. Las Conferencias y Federaciones, en colaboración con
el Secretariado general para la Formación, promuevan
y organicen experiencias de formación permanente,
también interculturales.
§3. Las Conferencias y Federaciones promuevan y organi-
cen, como parezca oportuno, experiencias de formación
permanente para todos los hermanos, para los herma-
nos de diversas franjas de edad y para los que trabajan
en determinadas actividades misioneras.
§4. Los Estatutos provinciales y custodiales determinen el
programa y las modalidades de la formación permanen-
te de la Provincia o Custodia.

193
Art. 179 Capítulo V

179.
Teniendo en cuenta las necesidades de la Orden, de las
Conferencias y Federaciones, de las Provincias y Custodias,
y las capacidades particulares de cada uno, los Ministros y
Custodios procuren que los hermanos se especialicen, en
la propia nación o en otra, en franciscanismo, en ciencias
eclesiásticas o en formación técnico-profesional, y consi-
gan los títulos de estudio correspondientes, tanto eclesiás-
ticos como civiles.

180.
Teniendo en cuenta la naturaleza multicultural de la Orden y
las capacidades particulares de cada uno, los Ministros y Cus-
todios favorezcan experiencias fraternas y pastorales de los
hermanos en otra Provincia o Custodia, distinta de la suya.

181.
§1. Los Capítulos, Ministros, Custodios y Guardianes pro-
curen que los hermanos dispongan de los instrumentos
adecuados para su crecimiento espiritual y su actualiza-
ción cultural.
§2. El Ministro o Custodio, con el consentimiento de su
Definitorio, puede conceder un periodo sabático a los
hermanos que razonablemente lo pidan. Los criterios
generales para conceder dicho periodo se determinarán
en los Estatutos provinciales o custodiales.

194
CAPÍTULO VI
El gobierno de la Orden
Introducción espiritual

[a]
Los hermanos reconocen el origen de toda autoridad en el
Dios Trino y Uno.
• En el Padre, al que San Francisco dirige esta oración:
«Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios,
concédenos por ti mismo a nosotros, míseros, hacer
lo que sabemos que quieres y querer siempre lo que te
agrada, a fin de que, interiormente purificados, ilumi-
nados interiormente y encendidos por el fuego del Es-
píritu Santo, podamos seguir las huellas de tu amado
Hijo, nuestro Señor Jesucristo»325.
• En el Hijo, del cual el Seráfico Padre dice: «Ahora…,
después de haber dejado el mundo, ninguna otra cosa
hemos de hacer sino ser solícitos en seguir la voluntad
del Señor y agradarle»326. Su Evangelio es la forma de
vida y la norma suprema de los hermanos: «Tengamos
presentes, pues, las palabras, la vida y la doctrina y
el santo Evangelio de quien se dignó rogar por noso-
tros»327.
325
CtaO 50-51.
326
Rnb 22,9.
327
Ib. 22,41.

197
Introducción espiritual Capítulo VI

• En el Espíritu Santo, al que San Francisco presenta


como guía de los hermanos en el seguimiento de Cris-
to. Él es «el ministro general de la Religión»328; los
hermanos «por encima de todo deben desear: tener el
Espíritu del Señor y su santa operación»329.

[b]
El Papa Honorio III, en 1223, confirmó y avaló la Regla
de San Francisco con su autoridad apostólica. La Iglesia,
en su magisterio, ha ejercido siempre y ejerce directamen-
te su autoridad sobre los hermanos, pero ha delegado y
delega parte de su jurisdicción en las autoridades de la
Orden.

[c]
Los hermanos constituidos en autoridad la ejerzan con el
espíritu del Fundador: «Los ministros acójanlos [a los her-
manos] caritativa y benignamente, y tengan con ellos tanta
familiaridad, que los hermanos puedan hablarles y compor-
tarse con ellos como los señores con sus siervos; pues así
debe ser, que los ministros sean siervos de todos los herma-
nos»330. «Aquellos que han sido colocados sobre los demás,
gloríense de tal prelacía tanto como si hubieran sido encar-
gados del oficio de lavar los pies a los hermanos»331. Cada
ministro «practique y tenga con cada uno de los hermanos

328
2Cel 193.
329
Rb 10,8.
330
Ib. 10,5-6.
331
Adm 4,2.

198
El gobierno de la Orden Introducción espiritual

la misericordia que quisiera que se tuviera con él si estuvie-


se en una situación semejante»332.

[d]
Por su parte, los hermanos «recuerden que renunciaron por
Dios a sus propios quereres. Por eso, les mando firmemente
que obedezcan a sus ministros en todo lo que prometieron
al Señor observar y no va en contra del alma y de nuestra
Regla»333.

[e]
El mismo Seráfico Padre precisó cómo ha de ser el Ministro
general de esta familia, respondiendo a un hermano que se lo
había preguntado, según escribe Tomás de Celano: «Debe
ser hombre de mucha reputación, de gran discreción, de
fama excelente. Hombre sin amistades particulares, no sea
que, inclinándose más a favor de unos, dé mal ejemplo a
todos. Hombre amigo de entregarse a la santa oración…
Debe ser hombre en quien no haya lugar para la sórdida
acepción de personas, que tenga igual cuidado de los me-
nores y de los simples que de los sabios y mayores. Hombre
que, por más que se le haya dado distinguirse en letras, sin
embargo, se distinga más como imagen de sencillez piadosa
en la conducta y promotor de la virtud. Hombre que exe-
cre el dinero, corruptela principal de nuestra profesión y
perfección… Hombre que consuele a los afligidos, como
último asilo que es de los atribulados, no sea que, por no
332
2CtaF 43.
333
Rb 10,2-3.

199
Introducción espiritual Capítulo VI

hallar en él remedios saludables, el mal de la desesperación


domine a los enfermos. Para plegar los insolentes a la man-
sedumbre, abájese él; y, a fin de ganar las almas para Cristo,
ceda algún tanto de su derecho. No cierre las entrañas de
la misericordia, como a ovejas que se habían perdido, a los
desertores de la Orden, sabedor de que se dan tentaciones
muy fuertes, que pueden empujar a tan gran caída. Quisie-
ra que todos lo veneraran como a quien hace las veces de
Cristo y lo proveyeran con buena voluntad de todo cuanto
necesita. No deberá, con todo, complacerse en los honores
ni contentarse más en los favores que en las injurias... Fi-
nalmente, debe ser tal, que, por la ambición de conservar
el honor, no haga vacilar de ningún modo la indefectible
norma de la justicia y que sienta que un cargo tan grande
le resulta más peso que honor. En todo caso, ni la demasia-
da suavidad engendre indolencia, ni una indulgencia laxa,
relajación de la disciplina, de manera que, siendo amado
de todos, llegue también a ser temido de los obradores del
mal»334.

[f]
Sobre los colaboradores del Ministro general, el bienaven-
turado Francisco afirma: «quisiera verlo rodeado de compa-
ñeros virtuosos que, al igual que él, se mostraran ejemplo de
toda buena obra: rigurosos contra las comodidades, fuertes
en las dificultades y afables con tal oportunidad, que reci-
bieran con santo agrado a cuantos acudieren a ellos»335.
334
2Cel 185-186.
335
Ib. 186.

200
El gobierno de la Orden Introducción espiritual

[g]
El Seráfico Padre quería que los Ministros provinciales – lo
mismo vale también para los Custodios – fueran «afables
con los menores y atrayentes por su mucha benevolencia,
de modo que los culpables de algo no tengan reparo en con-
fiarse al amor de ellos. Los quería comedidos en las órdenes,
indulgentes con las ofensas, dispuestos más bien a soportar
las injurias que a devolverlas, enemigos de los vicios, médi-
cos de los viciosos. Los quería, en fin, tales, que por su vida
sean espejo de disciplina para los demás»336.

[h]
«¡En el nombre del Señor! Todos los hermanos que son
constituidos ministros y siervos de los demás hermanos,
distribúyanlos en las provincias y lugares donde están, visí-
tenlos frecuentemente y amonéstenlos y confórtenlos espi-
ritualmente… Y recuerden los ministros y siervos que dice
el Señor: “No vine a ser servido, sino a servir”, y que les ha
sido confiado el cuidado de las almas de los hermanos, de las
que tendrán que dar cuenta en el día del juicio ante el Señor
Jesucristo, si alguno se pierde por su culpa y mal ejemplo»337.

[i]
San Francisco pensaba que los Capítulos de los hermanos
eran de gran importancia para promover el gobierno de la
Orden. En efecto, como escribe San Buenaventura, «aumen-
tando el número de los hermanos, el solícito pastor comen-
336
Ib. 187.
337
Rnb 4,1-2.6.

201
Introducción espiritual Capítulo VI

zó a convocarlos a capítulo general… con el fin de asignar


a cada uno… la porción de obediencia»338. A los hermanos
reunidos en Capítulo enviaba cartas para que tomasen las
decisiones necesarias para favorecer la regular observancia
en toda la Orden: «Oíd, hijos del Señor y hermanos míos, y
escuchad mis palabras. Inclinad el oído de vuestro corazón
y obedeced a la voz del Hijo de Dios. Guardad sus manda-
mientos en vuestro corazón y cumplid sus consejos perfecta-
mente. Alabadlo porque es bueno y ensalzadlo con vuestras
obras; pues por esto os envió al mundo entero, para que de
palabra y con las obras deis testimonio de su voz y hagáis
saber a todos que no hay omnipotente sino él. Perseverad
en la disciplina y en la santa obediencia, y cumplid lo que le
prometisteis con propósito bueno y firme»339.

[j]
«A los capítulos provinciales… a los cuales no podía asistir
personalmente, procuraba estar presente en espíritu median-
te el solícito cuidado y atención que prestaba al régimen de
la Orden, con la insistencia de sus oraciones y la eficacia de
su bendición»340, de modo que los mismos Capítulos se com-
prometieran a tratar responsablemente «de las cosas que se
refieren a Dios»341. Ya en las primeras Constituciones de la
Orden, y después en las sucesivas, se asigna también a los
Capítulos conventuales el deber de promover el gobierno de
cada fraternidad de la Orden y de las Provincias.
338
LM 4,10.
339
CtaO 5-10.
340
LM 4,10.
341
Rnb 18,1.

202
El gobierno de la Orden Art. 184

Título I
El servicio de la autoridad en la Orden

182.
El servicio de la autoridad en la Orden es ejercido en los
Capítulos y por los Ministros, Custodios y Guardianes.
Su finalidad es ordenar y animar rectamente la vida y la
misión de la fraternidad.

183.
§1. La autoridad suprema en toda la Orden reside y se ejer-
ce en el Capítulo general, signo eminente de unidad y
comunión fraterna342.
§2. La autoridad principal en cada Provincia y en sus Cus-
todias reside y se ejerce en el Capítulo provincial343.
§3. En las Custodias generales la autoridad principal reside
y se ejerce en el propio Capítulo conforme a las normas
de los Estatutos generales.
§4. Al Capítulo conventual le compete la autoridad con-
forme a la norma de las Constituciones y los Estatutos
generales y provinciales.

184.
§1. Los Ministros, Custodios y Guardianes de la Orden
ejerzan la autoridad conforme a la norma del derecho

342
Cf CIC, can. 631 §1.
343
Cf. CIC, can. 632.

203
Art. 185 Capítulo VI

universal y propio344. Gozan de potestad de gobierno


eclesiástica, tanto en el foro interno como en el foro ex-
terno345. Antes de acceder a su oficio, están obligados a
emitir la profesión de fe y el juramento de fidelidad ante
el Capítulo o, según los casos, ante el Superior mayor346.
§2. Los Superiores mayores, denominados Ordinarios en
nuestras Constituciones, son: el Ministro general para
toda la Orden, el Ministro provincial para su Provincia,
el Custodio general y el Custodio provincial para la res-
pectiva Custodia, y los Vicarios de estos en el ejercicio
de su oficio, conforme a la norma de las Constitucio-
nes, 194, §3347.

185.
§1. El acto realizado por un Ministro, Custodio o Guardián
es inválido cuando, conforme a la norma del derecho
universal, necesita el consentimiento o el consejo y es-
tos, por cualquier motivo, no han sido pedidos; o tam-
bién cuando un acto para el que se requiere el consen-
timiento es llevado a cabo a pesar del voto contrario348.
§2. El consentimiento y el consejo deben pedirse en común,
a no ser que los Estatutos generales dispongan otra cosa,
cuando se trata de pedir solo el consejo. Pero siempre

344
Cf. CIC, cann. 596 §2; 129 §1; CCEO, cann. 511 §2; 979 §1.
345
Cf. CIC, can. 274 §1; CCEO, can. 371 §1.
346
Cf. CIC, can. 833,8°; SAN JUAN PABLO II, Motu proprio Ad tuendam fidem,
18 de mayo de 1998.
347
Cf. CIC, cann. 134 §1; 620.
348
Cf. CIC, can. 127.

204
El gobierno de la Orden Art. 187

debe constar por escrito que se ha pedido el consejo o el


consentimiento y se han otorgado debidamente.

186.
§1. El Capítulo y el Definitorio deben cumplir fielmente
su oficio y, cada uno según sus competencias, sean la
expresión de la participación y del interés de todos los
hermanos para el bien de la fraternidad.
§2. Los asuntos que son competencia del Capítulo no pue-
den remitirse al respectivo Definitorio, si no es por cau-
sa grave, aprobada con el voto favorable de dos tercios
del Capítulo.
§3. Se permite invitar al Capítulo o al Definitorio a peritos,
también laicos, para pedir su parecer.

187.
§1. Para la validez de las acciones capitulares se requiere la
presencia de dos tercios de los vocales.
§2. También para los Definitorios se requiere la presencia
de dos tercios, a no ser que se prevea la ausencia forzosa
de varios vocales por tiempo superior a una semana y se
trate de casos urgentes; en tales circunstancias basta la
mayoría absoluta.
§3. Para resolver cada asunto se requiere y es suficiente el
consentimiento de la mayoría absoluta de los presentes,
a no ser que para algún caso se disponga expresamente
de otro modo.

205
Art. 188 Capítulo VI

Título II
Los oficios

188.
§1. Los hermanos elegidos para un oficio, lo acepten hu-
mildemente, con espíritu de servicio, y lo cumplan con
fidelidad y diligencia.
§2. Los hermanos profesos solemnes que posean las cuali-
dades requeridas por el derecho universal y por nuestro
derecho propio, son hábiles para los oficios de la Or-
den.

189.
§1. Los oficios generales son: el oficio de Ministro, Vicario,
Definidor, Secretario, Procurador y Ecónomo.
§2. Los oficios provinciales son: el oficio de Ministro, Vica-
rio, Definidor, Secretario y Ecónomo.
§3. Los oficios custodiales son: el oficio de Custodio, Vica-
rio, Definidor, Secretario y Ecónomo.
§4. Los oficios conventuales son: el oficio de Guardián, Vi-
cario y Ecónomo.
§5. Todos los demás oficios, tomados en sentido genérico,
se denominan cargos en estas Constituciones.

190.
§1. Todos los oficios, generales, provinciales y custodiales,
se confieren en el respectivo Capítulo mediante elec-

206
El gobierno de la Orden Art. 191

ción por el sistema de papeletas, si no se dispone otra


cosa. Producida una vacante fuera del Capítulo, los Vi-
carios suceden por derecho en el oficio hasta la nueva
elección; para los demás oficios provee el respectivo
Ministro con su Definitorio.
§2. Los Guardianes los elige el Capítulo provincial o, por
causa justa, fuera del Capítulo, el Ministro provincial
con su Definitorio, por el sistema de balotas, previa de-
signación hecha por el Ministro provincial. El Vicario
se elige en el Capítulo conventual de la misma manera.
Para ser elegidos se requiere que los hermanos sean pro-
fesos solemnes desde al menos dos años349.
§3. Los cargos, en cambio, se confieren por balotas o por
nombramiento, según se determine para cada caso en
las Constituciones o en los Estatutos.

191.
§1. En las elecciones se observe el derecho universal y el
derecho propio de la Orden. Sin embargo, salvo lo
prescrito en los siguientes parágrafos 2 y 4, se considera
elegido y como tal es proclamado por el presidente, el
que, restados los votos nulos, obtiene la mayoría abso-
luta de los votos, o, después de dos escrutinios inefica-
ces, obtiene la mayoría relativa en el tercer escrutinio.
En caso de empate, se considera elegido el más antiguo
de profesión solemne, y después, de edad.

349
Cf. CIC, can. 623; CCEO, can. 513.

207
Art. 191 Capítulo VI

§2. Para la tercera y última elección sucesiva para el mis-


mo oficio, se requiere mayoría cualificada, es decir, dos
tercios de los votos; mayoría que se ha de obtener en
el primer o segundo escrutinio. La misma norma, en
cuanto a la mayoría cualificada de votos, vale también
para la tercera y última elección sucesiva del Guardián
en la misma casa. Por otra parte, no se permita que los
hermanos desempeñen cargos de gobierno durante lar-
go tiempo y sin interrupción350.
§3. La elección para los oficios de Ministro general, Defi-
nidores generales, Ministro provincial y Custodio está
limitada a dos mandatos consecutivos.
§4. Para la elección del Ministro general y provincial y
del Custodio general, se admiten cinco escrutinios.
Después del segundo escrutinio ineficaz, carecen de
voz pasiva los candidatos para los que se requiere ma-
yoría cualificada. En el quinto escrutinio tienen voz
pasiva solo los dos que en el cuarto han obtenido el
mayor número de votos; si varios obtienen idéntica
mayoría, todos ellos son candidatos. Todos estos ca-
recen de voz activa en el quinto escrutinio; resulta
elegido el que obtiene mayoría relativa y, en caso de
empate, el más antiguo de profesión solemne, y des-
pués, de edad.
§5. El Ministro general se designa mediante elección canó-
nica conforme a la norma de las Constituciones, n. 191

350
Cf. CIC, can. 624 §2; CCEO, can. 514 §3.

208
El gobierno de la Orden Art. 193

§4. Los demás Ministros, Custodios y Guardianes se nom-


bran también conforme a la norma de las Constitucio-
nes, pero de este modo: si son elegidos, necesitan la
confirmación del Superior mayor competente, confor-
me a la norma del derecho351; si son nombrados por el
Superior, debe preceder una oportuna consulta.

192.
§1. Los oficios generales tienen una duración de seis años;
los provinciales, custodiales y conventuales, en cam-
bio, tienen una duración de cuatro años.
§2. Los cargos conferidos por el Capítulo general duran seis
años. Los cargos conferidos por nombramiento general
pueden tener una duración determinada o indetermi-
nada, pero no más del sexenio en curso; no obstante,
son renovables.
§3. Los cargos conferidos por el Capítulo provincial o cus-
todial duran cuatro años. Los cargos conferidos por
nombramiento provincial o custodial pueden tener una
duración determinada o indeterminada, pero no más
del cuatrienio en curso; no obstante, son renovables.

193.
§1. Con el fin de fomentar la caridad y la concordia en la
fraternidad, los Ministros y Custodios mantengan con-
tactos frecuentes con los hermanos mediante diálogos
351
Cf. CIC, cann. 179 §§3§ 625 ;5-1; CCEO, cann. 959-960.

209
Art. 194 Capítulo VI

personales, visitas fraternas, cartas y circulares sobre lo


tratado en los Capítulos y los Definitorios y sobre todo
lo referente a la vida de la fraternidad352.
§2. El Ministro y el Custodio hagan la visita canónica al
menos una vez durante su oficio, personalmente o me-
diante un delegado, conforme a la modalidad estableci-
da en los Estatutos generales, y presenten la relación en
el respectivo Capítulo ordinario353.
§3. Los Ministros y Custodios traten con humildad y caridad
a los hermanos durante la visita, examinen atentamen-
te, según el directorio, la vida y la misión de la fraterni-
dad, y el desarrollo del proyecto cuatrienal local y el de
la Provincia o Custodia. Expongan sus conclusiones en
el Capítulo conventual y las traten comunitariamente.
Transcurrido un tiempo oportuno después de la visita
canónica, revisen la evolución de la fraternidad.

194.
§1. Los Ministros, Custodios y Guardianes están obligados
a residencia, para poder estar siempre a disposición de
los hermanos354.
§2. Los Ministros y Custodios informen constantemente a
sus Vicarios sobre el gobierno y la administración, y se
sirvan de su ayuda en la gestión de los asuntos ordina-
rios.
352
Cf. CIC, can. 619.
353
Cf. CIC, can. 628 §§1.3.
354
Cf. CIC, can. 629.

210
El gobierno de la Orden Art. 195

§3. El Ministro, el Custodio y el Guardián que debe ausen-


tarse o está impedido, avise a su Vicario, quien tratará
los asuntos conforme a la norma del derecho y en cons-
tante colaboración con el Ministro, Custodio o Guar-
dián.

195.
§1. El hermano que, en razón del bien común, los Minis-
tros o Custodios consideran necesario para otro oficio,
renuncie al que tenía con espíritu de disponibilidad fra-
terna.
§2. La renuncia al oficio o a los cargos conferidos en el
Capítulo la puede aceptar el mismo Capítulo, durante
la celebración de este. Fuera del Capítulo, la acepta
el Ministro con el consentimiento o el consejo de su
Definitorio, según los casos. La renuncia a los oficios
conferidos en el Definitorio, la puede aceptar el Mi-
nistro con el consentimiento del Definitorio; cuando
se trata de la renuncia a los cargos conferidos por nom-
bramiento, es competencia del Ministro o Custodio
que los confiere.
§3. La renuncia del Ministro general, fuera del Capítulo,
únicamente la puede aceptar la Santa Sede; la renun-
cia del Ministro provincial y del Custodio general, el
Ministro general con el consentimiento de su Defini-
torio; la renuncia del Custodio provincial, el Ministro
provincial con el consentimiento de su Definitorio.

211
Art. 196 Capítulo VI

196.
§1. Ningún oficio o cargo es inamovible en la Orden. Sin
embargo, los hermanos han de gozar de la estabilidad
que requiere el bien de los mismos hermanos, de la Or-
den, y de las personas confiadas a su cuidado.
§2. No se remueva a los hermanos de los oficios conferi-
dos para tiempo determinado si no es por causa grave y
proporcionada, legítimamente comprobada por el Mi-
nistro o Custodio con el respectivo Definitorio. Dicha
remoción se lleve a cabo siempre en un clima fraterno,
respetuoso y caritativo y, salvadas la justicia y la equi-
dad, según las indicaciones de los Estatutos generales355.
§3. La remoción de un hermano del oficio compete a la
misma autoridad que, conforme a la norma de las Cons-
tituciones, n. 195, puede aceptar la renuncia.
§4. El Ministro provincial, con el consentimiento de su
Definitorio, puede remover a un Guardián por causa
justa, conforme a las normas de los Estatutos genera-
les356.

197.
El Ministro general, con el consentimiento de su Definito-
rio, puede dispensar, por causa justa, de la ley de incompa-
tibilidad de oficios o de inhabilidad para los mismos, san-
cionada en nuestro derecho propio.

355
Cf. CIC, can. 624 §3.
356
Cf. CIC, cann. 193; 624.

212
El gobierno de la Orden Art. 200

Título III
El Capítulo general

198.
§1. El Capítulo general lo convoca el Ministro general y se
celebra según los Estatutos generales.
§2. El Capítulo general ordinario, para la elección del Mi-
nistro general, se celebre en tiempo de Pentecostés, sal-
vo Constituciones, n. 205.

199.
El Ministro general, con el consentimiento de su Defini-
torio o a petición de la mayor parte de los Ministros pro-
vinciales, convoca el Capítulo general extraordinario, para
tratar los asuntos más graves o urgentes de la Orden.

200.
§1. Son capitulares en todas las sesiones del Capítulo gene-
ral ordinario y extraordinario: el Ministro general, los
ex-Ministros generales, los Definidores generales, los
Ministros provinciales, los Custodios generales y pro-
vinciales, y los Delegados de las Provincias, conforme a
la norma de los Estatutos generales.
§2. Si el Ministro provincial o el Custodio general o provin-
cial estuviese impedido legítimamente, vaya al Capítulo
el respectivo Vicario; y si estuviese impedido también
este, se envíe a un delegado del Ministro o Custodio.

213
Art. 201 Capítulo VI

201.
El Capítulo general es presidido por el Ministro general o,
en su ausencia, por el Vicario.

Título IV
El Ministro general y su Definitorio

202.
§1. Para ser elegido Ministro general un religioso ha de ser
profeso solemne desde al menos diez años.
§2. Incumbe al Ministro general, como padre y siervo de
toda la fraternidad, la obligación de dirigir y velar por
la Orden, promover la renovación de la vida y de la
misión y emprender otras iniciativas para la gloria de
Dios y la edificación de su Reino.

203.
Al Ministro general compete la potestad ordinaria propia
en toda la Orden, que ejerce conforme al derecho univer-
sal357 y al proprio.

204.
El Ministro general, en el gobierno de la Orden, es ayudado
por los Definidores generales, o Asistentes generales; estos
son inhábiles para los oficios provinciales durante el sexenio.

357
Cf. CIC, can. 622.

214
El gobierno de la Orden Art. 208

205.
Cesando la autoridad del Ministro general fuera del Ca-
pítulo, el Vicario general asume el gobierno de la Orden
y convoca el Capítulo general, que deberá celebrarse no
antes de tres meses ni después de seis desde la vacación del
generalato.

206.
Los Definidores generales deben conocer la vida y la misión
de la Orden, mantener relación con los hermanos del área
que les ha sido asignada, examinar los asuntos y manifestar
su parecer acerca de los mismos al Ministro general o en el
Definitorio, y asistir al Ministro general en su servicio.

207.
El Procurador, que ejerce un oficio general, tiene como
misión ocuparse de los asuntos de la Orden ante la Sede
Apostólica, por mandato del Ministro general, exceptuados
los relativos a la Postulación general. Es elegido por el Mi-
nistro general con su Definitorio.

208.
Debe haber, a tenor de los Estatutos generales, varios cargos
y secretariados para examinar los diversos temas referentes
a la vida y la misión de la Orden, para la ejecución de las
decisiones tomadas por el Capítulo o aprobadas por el De-
finitorio general y también para ayudar a las Provincias y
Custodias y a las Conferencias y Federaciones.

215
Art. 209 Capítulo VI

Título V
El Capítulo provincial

209.
§1. El Capítulo provincial ordinario lo convoca el Minis-
tro general y se celebra según las normas de los Estatu-
tos generales.
§2. El Capítulo extraordinario lo convoca el Ministro pro-
vincial con el consentimiento de su Definitorio, siem-
pre que lo urjan asuntos muy importantes, informando
de ello oportunamente al Ministro general.

210.
§1. El presidente del Capítulo ordinario, en la primera par-
te del mismo, hasta la cuarta sesión incluida358, es el
Ministro general o su delegado. En las demás sesiones
del Capítulo ordinario y en otros Capítulos preside el
Ministro provincial.
§2. Los vocales del Capítulo provincial ordinario son: el
Ministro general o su delegado, el ex-Ministro gene-
ral en su Provincia nativa, el Ministro provincial, el
ex-Ministro provincial que ha dejado el oficio en el
último Capítulo ordinario (solo para el siguiente Ca-
pítulo ordinario), los Custodios provinciales, los Defi-
nidores provinciales, los delegados elegidos a tenor de
los Estatutos generales, a no ser que el Ministro general

358
Cf. Directorio para la celebración del Capítulo provincial.

216
El gobierno de la Orden Art. 212

con el consentimiento de su Definitorio, conforme a la


norma de los Estatutos, provea diversamente en cuanto
a la participación de todos los hermanos profesos so-
lemnes.
§3. Los vocales del Capítulo provincial extraordinario son
todos los vocales del último Capítulo provincial ordi-
nario, a no ser que el Ministro general con el consen-
timiento de su Definitorio determine otra cosa sobre la
participación de todos los hermanos profesos solemnes,
conforme a la norma de los Estatutos.

211.
§1. La elección del Ministro provincial se realiza según los
diversos modos establecidos en los Estatutos generales.
§2. El modo de la elección se establezca en los Estatutos
provinciales.
§3. Los Estatutos provinciales determinen el sistema que se
ha de adoptar para la elección, conforme a los Estatu-
tos generales, y el número de los delegados tanto en la
Provincia como en la Custodia.

212.
Si fuese impedida por causa grave la celebración del Capí-
tulo provincial ordinario, el Ministro general, con el con-
sentimiento de su Definitorio, y consultados, en cuanto sea
posible, los hermanos de la Provincia, nombre al Ministro
provincial y a su Definitorio.

217
Art. 213 Capítulo VI

213.
§1. El Ministro provincial y el Custodio pueden ser desti-
tuidos legítimamente si, por negligencia, han realizado
u omitido culpablemente actos que han provocado un
daño grave a alguien. Por daño, cuya evaluación corres-
ponde al Ministro general junto con su Definitorio, se
entiende daño físico, moral, espiritual y patrimonial.
§2. El Ministro general, con el consentimiento de su Defi-
nitorio, por causa grave y por el bien de la Iglesia y de
la Orden, consultados posiblemente los hermanos de la
Provincia o Custodia, tiene la facultad de nombrar al
Ministro provincial o al Custodio y a su Definitorio359.
§3. En esos casos específicos, el Ministro general, oído el
Definitorio provincial, con el consentimiento del Defi-
nitorio general, puede nombrar un Comisario pro tem-
pore360.
§4. En esos mismos casos específicos, el Ministro general,
con el consentimiento de su Definitorio, puede nom-
brar un Visitador estable que ayude al Ministro provin-
cial o al Custodio y a su Definitorio en el gobierno de la
Provincia o de la Custodia. Las facultades y la duración
del mandato se determinarán en el decreto de nombra-
miento.

359
Cf. PAPA FRANCISCO, Motu proprio Como una madre amorosa, 4 de junio
de 2016.
360
Cf. CIC, can. 137 §§1.3.

218
El gobierno de la Orden Art. 217

Título VI
El Ministro provincial y su Definitorio

214.
Puede ser elegido Ministro provincial un hermano profeso
solemne desde al menos cinco años, dotado de madurez,
prudencia, pericia y espíritu franciscano, y también de las
demás cualidades requeridas por el derecho universal361.

215.
El Ministro, mostrándose caritativo y solícito hacia todos,
procure diligentemente que los hermanos vivan conforme
a la Regla y las Constituciones, progresando cada vez más
en santidad y en la edificación de la fraternidad y de la
Iglesia.

216.
El Ministro provincial tiene potestad ordinaria propia en
toda la Provincia, en las Custodias dependientes de esta, en
cada convento, sobre las casas y sobre todos y cada uno de
los hermanos, conforme a la norma del derecho propio362.

217.
El Definitorio del Ministro provincial lo constituyen el Vi-
cario y otros tres Definidores, a no ser que requieran más los
Estatutos provinciales.

361
Cf. CIC, cann. 129 §1; 134 §1; 274 §1; CCEO, cann. 979 §1; 984 §3; 371 §1.
362
Cf. CIC, cann. 134 §1; 617; 620.

219
Art. 218 Capítulo VI

218.
El Vicario provincial hace las veces y ocupa el lugar del
Ministro provincial ausente o impedido. Cuando, fuera del
Capítulo, cesa el oficio del Ministro, el Vicario comunique
al Ministro general que el oficio ha quedado vacante y le
suceda con el mismo título de Vicario hasta el Capítulo
ordinario. Si el oficio del Ministro provincial cesa antes de
cumplir el segundo año de su mandato, el Ministro general
puede convocar un nuevo Capítulo provincial (cfr. Consti-
tuciones, 211 §1).

219.
Establézcanse pertinentes comisiones provinciales para
coordinar y promover la misión de la Provincia. El número
de las comisiones, el número de los miembros, las compe-
tencias y el modo de actuar lo han de determinar los Esta-
tutos provinciales.

Título VII
El Custodio y su Definitorio

220.
§1. Todo lo dicho en los títulos V y VI sobre la Provincia
y sus oficiales vale también, en la debida proporción
legal, para la Custodia general.
§2. La autoridad en la Custodia general, en cuanto vicaria,
pueden limitarla, por causa justa, los Estatutos aproba-
dos en el Capítulo general.

220
El gobierno de la Orden Art. 222

221.
§1. La Custodia provincial puede tener, conforme a la nor-
ma de los Estatutos provinciales, su propio Capítulo, al
que compete la autoridad prevista por los mismos Esta-
tutos.
§2. El Custodio provincial, su Vicario y al menos dos De-
finidores, los elige el Capítulo provincial o custodial,
conforme a la norma de los Estatutos provinciales
§3. El Custodio tiene potestad ordinaria vicaria en toda la
Custodia sobre cada uno de los conventos y sobre todos
y cada uno de los hermanos.

222.
§1. Compete al Custodio animar la vida fraterna y la mi-
sión y, a tenor de las Constituciones, n. 127, §2, fomen-
tar la animación vocacional.
§2. El Custodio, con el consentimiento de su Definitorio,
puede afiliar candidatos a la Custodia, admitir a la pro-
fesión, conceder las dimisorias, nombrar o sustituir a los
Guardianes, estipular acuerdos escritos con los Obispos
diocesanos (cfr. Constituciones, 117, §3) y presentar
ante estos a los hermanos propuestos para párrocos.
§3. Para los demás asuntos, principalmente los extraordi-
narios, la autoridad del Custodio, en cuanto vicaria, la
pueden limitar el Capítulo provincial y los Estatutos
provinciales.

221
Art. 223 Capítulo VI

Título VIII
Las Conferencias y Federaciones

223.
§1. La Conferencia está constituida por los Ministros y
Custodios; la Federación, por los Ministros, Custodios
y Delegados. Su función y finalidad están descritas en
las Constituciones, n. 31.
§2. Para favorecer la colaboración en temas de interés co-
mún y considerando que las Conferencias y Federa-
ciones carecen de potestad de jurisdicción, para que
una moción de ellas sea vinculante para todas las Pro-
vincias, Custodias, Delegaciones y Misiones, debe ser
primero aceptada y luego promulgada por el Ministro
general con su Definitorio.
§3. Para ser presentada al Ministro general, la moción ha
de ser aprobada por mayoría, de acuerdo con lo estable-
cido en los Estatutos de la Conferencia o Federación.
§4. Los presidentes de las Conferencias y Federaciones,
elegidos según los propios Estatutos, sean convocados
periódicamente por el Ministro general para tratar
cuestiones referentes a la vida y la misión de la Orden.

224.
Cada Conferencia y Federación, mediante el propio Asis-
tente de área, mantenga oportunamente y facilite un es-
trecho contacto con el Ministro general y su Definitorio y

222
El gobierno de la Orden Art. 227

con las demás Conferencias y Federaciones. El secretario


de la Conferencia o Federación redacte las actas y demás
documentos, que enviará a las Provincias, Custodias y De-
legaciones interesadas. El presidente de la Conferencia o
Federación comunique a todos los hermanos los principales
temas o cuestiones presentados y tratados en la Conferen-
cia o Federación.

225.
Los Ministros, Custodios y Delegados colaboren de buena
gana con las respectivas Conferencias de Superiores mayo-
res a todos los niveles, para una mejor coordinación de las
obras y actividades, en estrecha relación con las respectivas
Conferencias episcopales.

Título IX
El Guardián y el Capítulo conventual

226.
§1. La fraternidad conventual es guiada por el Guardián
personalmente o con el Capítulo conventual.
§2. Está compuesta por al menos tres hermanos.

227.
§1. Compete al Guardián animar, dirigir y coordinar la vida
y la misión de la fraternidad y de cada uno de los herma-
nos según la Regla, las Constituciones y los Estatutos.

223
Art. 228 Capítulo VI

§2. Al mismo compete la potestad ordinaria sobre todos los


hermanos de familia y sobre los demás que residen en el
convento.

228.
§1. Todos los hermanos profesos solemnes de familia gozan
del derecho capitular conforme a la norma de las Cons-
tituciones, n. 231, y forman el Capítulo conventual,
que preside el Guardián. Para las casas de formación, se
observen los Estatutos generales.
§2. Se convoque el Capítulo ordinariamente cada mes, y
cada vez que lo considere necesario el Guardián o, en
su ausencia, el Vicario, si el asunto no puede ser diferi-
do.

229.
§1. Corresponde al Capítulo elegir a los oficiales del con-
vento y establecer normas para cada cargo. Los demás
asuntos que deben tratarse colegialmente en el Capítu-
lo conventual se indican en el derecho propio.
§2. Los asuntos para los que el Guardián necesita el con-
sentimiento o el consejo del Capítulo conventual ya
están indicados en las Constituciones, y los pueden
determinar también los Estatutos. En estos casos, debe
aplicarse también al Capítulo conventual lo que di-
cen las Constituciones y los Estatutos para los Defini-
torios.

224
El gobierno de la Orden Art. 231

230.
El Guardián de un convento bajo la inmediata jurisdicción
del Ministro general lo nombra el mismo Ministro con su
Definitorio; los oficiales son elegidos por el Capítulo del
convento.

231.
§1. Todos los hermanos profesos están de familia en el con-
vento donde residen, y ejercen allí los derechos y obli-
gaciones conforme a la norma de las Constituciones.
§2. Todos los hermanos profesos solemnes tienen voz acti-
va y pasiva en un solo convento y en una sola Provincia
o Custodia, en la nativa o en otra, excepto cuanto se
dispone en el n. 204.
§3. Los hermanos que residen legítimamente en el Sacro
Convento y en la Custodia de Asís con carta de obe-
diencia y convención, aun conservando los derechos
provinciales en la Provincia o Custodia de pertenen-
cia, gozan, por privilegio singular, de voz activa y pasiva
en el Capítulo custodial, quedando derogada la norma
general (Constituciones, 231 §2), a no ser que los res-
pectivos Superiores mayores hayan decidido otra cosa
(Constituciones, 78; 231 §4).
§4. Los hermanos residentes en un convento fuera de su
Provincia o Custodia mantienen los derechos y deberes
conforme a los acuerdos estipulados entre los respecti-
vos Ministros y Custodios, oído el hermano interesado;
dichos acuerdos deben estar claramente definidos en

225
Art. 231 Capítulo VI

las cartas obedienciales, con la indicación del tiempo


que el hermano pasará fuera de la Provincia o Custo-
dia, conforme a las normas establecidas en los Estatutos
generales.
§5. Se permite el cambio de afiliación de un hermano de
la Provincia o Custodia propia a otra, para siempre o
para un tiempo determinado, con el consentimiento
del hermano y de los Ministros o Custodios de ambas
Provincias o Custodias, previo consentimiento del res-
pectivo Definitorio.

***

226
ÍNDICES
ÍNDICE ANALÍTICO

1. El número romano seguido de una letra (I-a) se refiere a las Introducciones


espirituales de los seis capítulos.
2. Los números árabes (17,4) se refieren a los artículos y a los parágrafos
correspondientes.
3. El asterisco (*) remite a voces análogas.

A
Abandonos (de la Orden) en el Capítulo conventual, 58,3;
su tratamiento, 77,3 y 77,4; el pro- Ministros, Custodios, Guardianes
ceso, 78,1; la vuelta a la Orden, disponibles para las a.a., 59,1; per-
78,1; y la descripción del Ministro sonales, 59,2; asumidas en concor-
general por parte de Francisco, VI-e; dia y colaboración, 95,1; asigna-
das, coordinadas, animadas por los
Abstinencia
Ministros, Custodios, Guardianes,
de los actos contrarios a la castidad,
95,1; programadas y realizadas en
24,2; voluntaria, 52,1;
fraternidad, unidad y creatividad,
Acogida (Hospitalidad) 95,3; aprobadas y coordinadas por
rasgo de la fraternidad, 1,2; a todos, la fraternidad local, 95,4; en sinto-
66,5; nía con el programa pastoral de la
Provincia o Custodia, 95,4; varias
Acolitado/Lectorado
formas de misión, 96,1; y transfor-
proceso de, 172;
mación, 97; en las iglesias y en los
Actividades apostólicas (*Misión) santuarios de los hermanos, 98; en la
unidas a la contemplación, 2; y parroquia, 103,1; con los movimien-
la obediencia, 13,3; y la castidad, tos eclesiales, 106,1; examinadas
25,1; coordinadas en la Conferen- y asumidas por los Capítulos, 114;
cia o Federación, 31,2; estatutos conforme al carisma franciscano y a
especiales para las a.a. comunes en las directrices de la Iglesia universal
la Conferencia o Federación, 31,4; y particular, 114; nuevas formas de
promovidas por el Capítulo conven- a.a. que manifiesten mejor la dimen-
tual, 58,3; programadas y evaluadas sión profética de la fraternidad, 114;

229
Administración Índice analítico

guiadas, animadas y coordinadas por 65,3; en la evangelización, 92; en


los Ministros y Custodios, 115,2; las iglesias y los santuarios de los
comunes de las circunscripciones, hermanos, 98; y la animación vo-
116,2; coordinadas en el convento cacional, 142,1;
por el Guardián, 117,1; asumidas
Alejados
por el Capítulo conventual, 117,2;
de la fe, de la práctica de la vida
informes estudiados en el Capítulo
cristiana o de la Iglesia, 101,1;
conventual, 117,2; y contratos escri-
tos, 117,3; para asegurar un número Alquiler
suficiente de hermanos cualificados, de los bienes, 82,3;
118,3; sujetas a la visita y a la correc-
Amigos de los hermanos
ción del Ministro o Custodio, 119,2;
la oración de agradecimiento por
sujetas a la vigilancia del Guardián,
los a.d.l.h., 69,1; oración por los
119,2; sujetas a la autoridad eclesiás-
difuntos, 72,1; sufragio mensual,
tica o civil competente, 119,2; y la
72,4; sufragio anual, 72,5;
misión ad gentes de los hermanos en
el mundo, 122,2; enriquecida por la Animación vocacional
vida religiosa y con proyectos claros la importancia en las nuevas pre-
de vida fraterna y pastoral, 127,1; y sencias culturales y sociales, 127,2;
postulantado, 146,1; en el posnovi- la oración por la a.v., V-d y 142,2;
ciado, 162; agradecimiento por el don de la vo-
cación, 142,1; el testimonio gozo-
Administración
so, 142,1; el acompañamiento en la
los profesos temporales cedan la a.,
a.v., 142,3; hermanos idóneos para
15,1; en general, 81; los responsa-
la a.v., 142,4; iniciativas, 142,5;
bles principales de la a. son los Ca-
entre los jóvenes que frecuentan
pítulos, 82,1; y la relación del ecó-
nuestros centros e iglesias, 143;
nomo, 82,2; sea única, 84,1; toda la
a. al ecónomo y al exactor, 84,2; sus Aportaciones
competencias, 86,3; el efecto de los de los Conventos a la Provincia o
actos, 88,1; fuera de la Orden, 88,2; Custodia, 86,2; solidaridad econó-
violación o daño, 88,3; de los bie- mica de los Conventos, 86,2; de las
nes de la parroquia, 121,6; Provincias y Custodias a la Orden,
86,4; solidaridad económica de las
Alegría
Provincias y Custodias, 86,4;
un rasgo característico de la fra-
ternidad, 1,2; en las relaciones Ascesis
fraternas, 25,2; en el servicio a y castidad, 25,3; en el estudio,
los pobres, 50,2; en la recreación, 109,1; en la formación, 140,4;

230
Índice analítico Bien común

Asesoramiento (Escucha) tes de la admisión a la ordenación,


deber de los Ministros, Custo- 173,2;
dios, Guardianes, 13,1; antes de la
Autonomía
erección, división, unión, fusión,
de las nuevas presencias, 128,1;
supresión de la Provincia y de la
Custodia general, 33,1; antes de Autoridad
la supresión de la Custodia pro- de los Ministros, Custodios, Guar-
vincial, 33,5; del Capítulo con- dianes, 13,2 y 60,1; eclesiástica o
ventual, antes de la erección y civil competente para las activida-
supresión de la casa filial, 34,3; los des apostólicas, 119,2; su origen es
interesados, antes de la supresión la Santísima Trinidaad, VI-a; de la
del Convento, 34,4; el Obispo dio- Iglesia sobre los hermanos, VI-b; de
cesano, antes de la supresión del la Iglesia, VI-b; con el espíritu de
Convento, 34,4; el Consejo local Francisco, VI-c; de los Capítulos y
de la OFS, antes del nombramien- de los Ministros, Custodios y Guar-
to del asistente espiritual, 75,3; a dianes, 182; a. suprema en la Or-
las comisiones pastorales por los den, el Capítulo general, 183,1; a.
Ministros y Custodios, 115,2; del principal en las Provincias y en sus
párroco, antes del nombramiento Custodias, el Capítulo provincial,
del vicario parroquial, 121,4; del 183,2; a. principal en la Custo-
Convento, antes de la profesión dia general, el Capítulo custodial,
temporal, 158,2; del Definitorio 183,3; del Capítulo conventual,
provincial o custodial, antes de la 183,4; de los Ministros, Custodios
y Guardianes, 184,1;
expulsión de un profeso temporal,
164,2; de los formadores, para la Ayuno
prórroga de la profesión temporal, voluntario, 53,1; y tiempos peni-
165,2; del Convento, al menos an- tenciales de la Orden, 54,1;

B
Basílica patriarcal la profesión solemne registrada,
32; 166,2; el certificado de ordenación,
174;
Bautismo
y la profesión religiosa, 9,1; y la Bien común
conversión postbautismal, 50,1; la dimensión profética de la pro-

231
Bien inmueble Índice analítico

fesión religiosa, 9,3; en la asigna- pobreza, I-g; relación en la vida cas-


ción de las actividades apostólicas, ta, 25,2; y Francisco, II-j; devoción
95,1; a la B.V.M., 47,1; la Inmaculada
Concepción, 47,2; su corona, 67,1;
Bien inmueble
en la formación, 140,7;
su venta, permuta o alquiler, 82,3;
acumulación innecesaria, 87,1; Bienhechores se respeten sus in-
tenciones, 19; la oración de agra-
Bien mueble
decimiento, 69,1; reconocidos ofi-
su venta, permuta o alquiler, 82,3;
cialmente como amigos, 69,3; la
acumulación innecessaria, 87,1;
oración por los difuntos, 72,1; el
Bienaventurada Virgen María: sufragio mensual, 72,4; el sufragio
(*Inmaculada Virgen María) su anual, 72,5;

C
Capítulo conventual (*Capítulos) 58,3; la revisón de vida, 58,3; la co-
la participación como signo de rrección fraterna, 58,3; el derecho
conventualidad, 1,5; escuchado de participación, 58,4; instrumen-
antes de la erección y supresión de to de comunión, programación,
la casa filial, 34,3; determina qué revisión, 64; establece el horario,
horas canónicas se celebran en co- 64; establece la clausura, 66,1; la
mún, 39,4; el orden de las celebra- administración del Guardián, del
ciones litúrgicas y de las prácticas ecónomo, del exactor, 86,1; la
de piedad, 41,4; la adoración eu- competencia administrativa, 86,3;
carística en común, 43; compartir aprueba las actividades apostólicas
comunitariamente la Palabra, 44,4; de cada uno de los hermanos, 95,4;
semejante a los otros Capítulos, y la misión de los hermanos en
III-h; sus modos de obrar, 58,3; la los movimientos eclesiales, 106,1;
expresión más significativa de la ayuda al Guardián en la coordina-
vida fraterna, 58,3; promueve la ción de las activdades apostólicas,
comunión, 58,3; promueve el cre- a distribuir las tareas y mantener
cimiento, 58,3; cuida la formación la comunión, 117,1; decide qué
permanente, 58,3; el discernimien- compromisos asumir, 117,2; estudia
to comunitario, 58,3; la programa- las actividades apostólicas, 117,2;
ción y la revisión de las actividades, los contratos escritos para las ac-

232
Índice analítico Capítulo provincial (*Capítulos)

tividades apostólicas, 117,3; pre- refrendada de las Constituciones,


sentación periódica de la relación 6,3; las leyes y los decretos para
pastoral y administrativa y comu- la observancia de la Regla y las
nicación sobre la parroquia, 121,7; Constituciones, 6,4; promulga Es-
gastos parroquiales extraordinarios tatutos para toda la Orden, 7,1; la
de notable importancia, 121,8; erección, división, unión, fusión,
opciones pastorales parroquiales a supresión de la Provincia y la Cus-
largo plazo que implican el servicio todia general, 33,1; la erección y
de la fraternidad, 121,9; la partici- la supresión de un Convento bajo
pación de los profesos temporales, la jurisdicción directa del Minis-
163; semejante al provincial, VI-j; tro general, 34,1; y San Francisco,
autoridad, 183,4; elige al vicario, III-h; competencia administrativa
190,2; guía el Convento, 226,1; el personal del Ministro general, y
derecho capitular, 228,1; su con- con su Definitorio, 86,6; y la Ratio
vocatoria, 228,2; elige a los oficia- formationis, 133,1; la descripción
les del Convento y establece los según San Francisco, VI-i; suprema
cargos, 229,1; su consentimiento autoridad en la Orden, 183,1; sig-
o consejo, 229,2; de un Convento no de comunión, 183,1; convocado
general, 230; por el Ministro general, 198,1; or-
dinario en Pentecostés, 198,2; sus
Capítulo custodial (*Capítulos) capitulares, 200,1; preside el Mi-
la presencia estable en el territorio nistro general, 201; convocado por
de otra Provincia o Custodia, 29,1; el Vicario general en caso de sede
el planteamiento general de la mi- vacante del Ministro general, 205;
sión, 115,1; estatutos para misiones aprueba los Estatutos de la Custo-
especiales, 115,1; el directorio de dia general, 220,2;
formación custodial, 133,2; la ins-
titución de los seminarios meno- Capítulo provincial (*Capítulos)
res, 145,1; autoridad principal de promulga Estatutos para la propia
la Custodia general, 183,3; puede circunscripción, 7,1; la presencia
estable en el territorio de otra Pro-
existir en la Custodia provincial,
vincia o Custodia, 29,1; la erección
221,1;
de una Custodia provincial, 33,4; la
Capítulo general (*Capítulos) supresión de una Custodia provin-
pide la interpretación auténtica cial, 33,5; la erección de un Con-
de la Regla a la Santa Sede, 6,1; vento, 34,2; y San Francisco, III-h;
propone a la Santa Sede la aproba- la competencia administrativa del
ción y la abrogación de las Cons- Ministro provincial, con su Defini-
tituciones, 6,2; la interpretación torio, del Guardián y del Capítulo

233
Capítulos(*Capítuloconventual;*Capítulocustodial;*Capítulogeneral;*Capítuloprovincial) Índice analítico

conventual, 86,3; el planteamiento 182; el oficio y las competencias,


general de la misión, 115,1; estatu- 186,1; asuntos que no se han de re-
tos para misiones especiales, 115,1; mitir al Definitorio, 186,2; expertos
la erección o la supresión del pos- invitados, 186,3; la validez de las
noviciado provincial o custodial, acciones, 187,1 y 187,3; confieren
132,3; el directorio de formación los oficios, 190,1;
provincial, 133,2; la institucion de
Cargos
los seminarios menores, 145,1; la
los oficios tomados en sentido ge-
descripción según San Francisco,
VI-j; autoridad principal en las Pro- nérico, 189,5; se confieren por ba-
vincias y sus Custodias, 183,2; elige lotas o por nombramiento, 190,3;
los Guardianes, 190,2; ordinario, conferidos por el Capítulo general,
convocado por el Ministro general, duran seis años, 192,2; conferidos
209,1; extraordinario, convocado por nombramiento general, pueden
por el Ministro provincial con su tener una duración determinada o
Definitorio, 209,2; su presidencia, indeterminada, 192,2; conferidos
210,1; sus vocales, 210,2; los voca- por el Capítulo provincial o custo-
les en el Capítulo extraordinario, dial, duran cuatro años, 192,3; con-
210,3; puede limitar la autoridad feridos por nombramiento provin-
del Custodio provincial, 222,3; cial o custodial, pueden tener una
duración determinada o indetermi-
Capítulos (*Capítulo conventual; nada, 192,3; aceptación y renuncia,
*Capítulo custodial; *Capítulo 195,1-2; ningún c. es inamovible,
general; *Capítulo provincial) 196,1; los diversos c. generales, 208;
decisiones sobre las nuevas formas
de pobreza, 23; y comunicación Caridad
efectiva, 57,2; poner en práctica y la obediencia recíproca, 12,5; de
sus decisiones, 57,3; lugar para el los Ministros, Custodios, Guardia-
discernimiento, 58,1; promuevan nes, 13,1; y la gestión de los bienes,
la comunión, 58,2; lugar para dis- 16,1; que es Dios, II-c; la unión con
cernir la voluntad de Dios, 58,2; Dios, II-l; de Cristo, 36,3; la fraterni-
y la administración de los bienes, dad arraigada en la c. de Dios, 55,3;
82,1; la elección de los ecónomos fraterna, 55,4 y 61,1; en el servicio
y exactores, 82,2; la relación del de la autoridad, 60,1; y la adminis-
ecónomo respectivo, 82,2; el efecto tración, 81; y la predicación, 99,3;
de los actos, 88,1; examinan y asu- las obras que promueven, 111; el fin
men compromisos pastorales, 114; de los formandos, V-h; en el postu-
eligen nuevas formas de misión y lantado, 146,1; y la autoridad de los
actividadades, 114; la autoridad, Ministros y Custodios, VI-c;

234
Índice analítico Clarisas

Carisma la Conferencia o la Federacción,


la fraternidad y la minoridad, I-c; 132,5; su reglamento, 133,4;
actualizado en los Capítulos, 58,1;
Casa de formación (*Casa común
han de mantenerlo vivo los Minis-
de formación; *Noviciado;
tros, Custodios, Guardianes, 60,1;
*Posnoviciado; *Postulantado)
promovido en los Institutos afilia-
donde se realiza la formación, 131,1;
dos o agregados, 74,2; los interesa-
canónicamente erigida, 131,1; el
dos en el c., 76; testimoniado en la
estilo de vida, 131,1; su reglamen-
Iglesia, 92; la fraternidad y la mino-
to, 133,3; el corazón de la Orden,
ridad en la misión, 93,1; la misión
134,1; el oficio, la elección y las
en armonía con el c., 96,4; en las
competencias de los formadores en
iglesias y en los santuarios de los
su reglamento, 136; se celebre cada
hermanos, 98; en la Iglesia local,
día la Eucaristía, 140,2; el derecho
102; y la misión de la OFS, 106,2; y
capitular, 228,1;
la Juventud Franciscana, 106,3; y el
estudio, 109,1; las actividades apos- Casa de oración / Eremitorio
tólicas asumidas, 114; y la misión normas sobre, 46,3;
apostólica de los hermanos, 122,2; Casa filial
su inculturación, 122,2 y 125,2; y la erección y la supresión, 34,3;
la formación, 129,5 y 130; su cono-
cimiento por parte de quienes es- Castidad
tudian en centros que no son de la según San Francisco, I-h; defini-
Orden, 131,5; y el testimonio de los ción, 24,1; abstención de todo lo
formadores, 134,2; los formandos contrario a la c., 24,2; su salvaguar-
han de hacerlo suyo, 135,2; c. ma- dia, 25; abusos contra la c., 26,2;
riano en la formación, 140,7; trans- Catequesis
mitido por los formadores, 141,1; en en las iglesias y en los santuarios
la formación, 141,5; en el postulan- de los hermanos, 98; la enseñanza,
tado, 146,1; en el noviciado, 151; 110,1; en el postulantado, 146,1;
en el posnoviciado, 162; formación
Celebraciones litúrgicas
en la escuela teológica de la tradi-
participación comunitaria, 65,1;
ción franciscana, en el posnovicia-
do, 168,1; formación carismática en Centros de estudio
el posnoviciado, 168,2; de la Orden, 131,5; reconocidos ci-
vil o eclesiásticamente, 131,6;
Casa común de formación (*Casa
de formación; *Noviciado; Clarisas
*Posnoviciado; *Postulantado) parte de la Familia Franciscana,
su institución, 132,4; deseable en III-i; el servicio de los hermanos,

235
Clausura Índice analítico

74,1; la promoción de su misión, raciones en las nuevas presencias


74,1; culturales y sociales, 127,2; de las
Provincias para los proyetos misio-
Clausura
neros, 128,1 y 128,2; en las nuevas
establecida por el Capítulo con-
presencias, 128,3; entre el SGAM
ventual, 66,1;
y los animadores misioneros, 128,4;
Colaboración de los Ministros y Custodios con
prometida por los Ministros, Cus- las casas de formación, 134,1; entre
todios, Guardianes, 13,1; en la los Ministros, Custodios, Guardia-
formación, promovida en la Confe- nes, formadores, formandos, 135,1;
rencia y la Federación, 31,2; para el entre los formadores de todos los
eremitorio/la casa de oración, 46,3; niveles, 137,1; y la animación vo-
favorecida por el clima de recípro- cacional, 142,5; en el posnovicia-
ca confianza y apertura, 57,2; de los do, 168,3; entre los Ministros, Cus-
hermanos con los Ministros, Cus- todios, Guardianes y sus vicarios,
todios, Guardianes, 60,2; con la 194,3;
OFS, 75,1; con los interesados en Colaboradores de los hermanos
el franciscanismo, 76; con personas la oración de acción de gracias,
de otras culturas, confesiones cris- 69,1; el trato con ellos, 70,1; co-
tianas y religiones y con los no cre- rresponsabilidad y subsidiariedad,
yentes, 104,3; con los laicos, 106,1; 70,2;
con la OFS, 106,2; para descubrir
las causas estructurales de la injus- Colegios
ticia, 108,2; en el campo de la edu- en general, 110,1; las asociaciones
cación y la pastoral docente, 110,1; de ex-alumnos, 110,2; los de la
de los Guardianes con los Ministros Orden, 131,5; reconocidos civil o
y Custodios, 115,2; promovida en- eclesiásticamente,131,6;
tre las Provincias y Custodias para Comisario pro tempore
la misión del gobierno de la Orden, nombrado, en casos excepcionales,
116,1; en la misión de las Confe- por el Ministro general y su Defini-
rencias y Federaciones, 116,2; ani- torio, 213,3;
mada por los Ministros y Custodios
en cada circunscripción de la Con- Comisiones
asesoramiento para las actividades
ferencia y Federación, 116,3; de los
apostólicas, 115,2; de formación,
vicarios parroquiales con el párro-
137,2; sus competencias, 219;
co, 121,5; debida al párroco, 121,7;
ecuménica en las tierras de misión, Comunión
126; con las Conferencias y Fede- con todo el pueblo de Dios, 3; de la

236
Índice analítico Conferencia de los superiories mayores

única fraternidad en el mundo, 27; promueve la disponibilidad de los


con la Trinidad, con todos los hom- hermanos a ir a otras Provincias y
bres y toda la creación, II-l; con la Custodias, 31,2; redacte un estatu-
Iglesia y la vida fraterna, 55,2; cons- to propio, 31,3; redacte estatutos
truida cada día en la vida fraterna, especiales para las casas comunes
55,4; la fraternidad como escuela de formación y para las misiones
de c., 57,1; promovida en los Ca- o los apostolados comunes, 31,4;
pítulos, 58,2; promovida sobre todo programa y coordina las activi-
en el Capítulo conventual, 58,3; se dades comunes de las Provincias
promueva siempre y se eviten las y Custodias, 116,2; colaboración
divisiones provocadas por las dife- animada por los Ministros y Cus-
rencias, 61,4; consolidada con los todios, 116,3; y la nueva presencia
actos comunes en la vida fraterna, misionera, 127,2; coordina la co-
63; el Capítulo conventual, instru- laboración para las nuevas presen-
mento de c., 64; la participación en cias, 128,3; deseable la casa común
las exequias, 72,2; con la Familia de formación, 132,5; el directorio
Franciscana, 73; de los Institutos de formación, 133,2; la formación
afiliados o agregados con la Iglesia, de los formadores, 134,3; la co-
74,2; con la Iglesia en la misión, misión de formación, 137,2; y la
IV-d; en la predicación, IV-d; con escuela teológica de la tradición
la Iglesia local, 102; con los laicos, franciscana en el posnoviciado,
106,1; con la OFS, 106,2; en el 168,1; los programas orgánicos
Convento entre los hermanos que de formación permanente, 178,1;
prestan servicios diversos, 117,1; las experiencias interculturales
favorecida con la información y el de formación permanente, 178,2;
estudio de las distintas actividades la formación permanente según
apostólicas en el Capítulo conven- edades y actividades apostólicas,
tual, 117,2; 178,3; su constitución, 223,1; sus
mociones, 223,2-3; convocatoria
Conciencia de los presidentes, 223,4; oportu-
y obediencia, 12,3; na comunicación, 224; el deber
Conferencia del secretario, 224;
agrupación de Provincias, Custo- Conferencia de los
dias, Delegaciones, 31,1; promue- superiories mayores
ve la colaboración en la formación, la cooperación de los Ministros y
31,2; promueve la cooperación en Custodios, 116,4; la colaboración
la economía, 31,2; promueve la de los Ministros, Custodios y Dele-
coordinación del apostolado, 31,2; gados, 225;

237
Conferencia episcopal Índice analítico

Conferencia episcopal Constituciones


la cooperación de los Ministros y leerlas para conocer y hacer propio
Custodios, 116,4; las disposiciones el espíritu de la Regla, 5,3; la apro-
sobre las responsabilidades pasto- bación o la abrogación propuesta
rales, 120; los centros de estudio a la Santa Sede, 6,2; la interpreta-
reconocidos civil o eclesiásticamen- ción aclaratoria es tarea del Capí-
te, 131,6; el acolitado y el lectora- tulo general, 6,3; leyes y decretos
do, 172; el ejercicio del diaconado, para observarlas, 6,4; obligan en
173,1; el diaconado permanente, conciencia, 7,5; compromiso de
175,1; paso del diaconado perma- observarlas, 7,6; leídas en común
nente a la ordenación presbiteral, en el modo establecido por los Es-
175,2; y la colaboración de los Mi- tatutos provinciales, 7,7; dispensas,
nistros, Custodios y Delegados, 225; 8; obediencia a lo que no es con-
trario, 12,3; estudiadas en el novi-
Conformación a (Seguimiento
ciado, 151;
de) Cristo: (*Jesucristo)
su Evangelio, I-e; la minoridad Contratos
como seguimiento de Cristo po- sean respetados, 87,2;
bre y humilde, 1,4; seguimiento de
Convento (*Fraternidad)
Cristo crucificado en la penitencia,
y los sueldos de los hermanos, 16,2;
II-k; y el espíritu de penitencia,
posee propiedades, 16,3; y la soli-
49,1; en la formación, IV-e; la fi-
daridad, 20,1; forman Provincias
nalidad de los formandos, V-h; el
y Custodias, 28,2 y 30,1; o frater-
proceso de formación, 129,2; toca
nidad local, 30,1; los hermanos
en profundidad a toda la persona,
son colocados de familia, 30,1; la
129,3; la tarea prioritaria de la Or-
definición, 30,1; la erección y la
den, 130; bautismal, 138; la forma-
supresión de un C. bajo la directa
ción espiritual, 140,1; seguimiento
jurisdicción del Ministro general,
de Cristo pobre y siervo en la for-
34,1; la erección, 34,2; la supre-
mación, 141,3; en el posnoviciado,
sión, 34,4; la Liturgia de las Horas
162; la madurez requerida en la pro-
íntegra cada día, 39,3; los servicios
fesión solemne, 165,1; la formación
domésticos, 65,4; la clausura, 66,1;
permanente, 176; en la oración de
el silencio, 66,2; visitarlos en los
San Francisco, VI-a;
viajes, 68,1; el trato a los colabora-
Consagrados/as dores o empleados, 70,1; el sufragio
parte de la Familia Franciscana, mensual, 72,4; la persona jurídi-
III-i; los Institutos afiliados o agre- ca, 83; el representante legal, 83;
gados, 74,2; la administración sea única, 84,1;

238
Índice analítico Custodia (*Custodia general; *Custodia provincial)

toda la administración confiada al de la relación con la c., 139,1; en el


ecónomo y al exactor, 84,2; aporta- posnoviciado, 168,2;
ciones a la Provincia o la Custodia,
Cultura
86,2; aportaciones de solidaridad
la participación como signo de
a la Provincia o la Custodia, 86,2;
conventualidad, 1,5; buscar la
guiado por el Guardián o con el
presencia de Dios, 2; cambios cul-
Capítulo conventual, 226,1; com-
turales, 56,1; la relación y el inter-
puesto por al menos tres hermanos,
cambio entre las c., 56,2; el conoci-
226,2; todos los hermanos coloca-
miento y la valoración de las otras
dos de familia, 231,1; el derecho de
c., 56,3; y los conflictos fraternos,
voz activa y pasiva, 231,2; Sacro C.
56,4; la atención a las diversas c.
de Asís, 32 y 231,3;
en los Capítulos, 58,1; se eviten
Conventualidad las divisiones provocadas por las
desde los primeros tiempos de la diferencias, 61,4; y la misión, 96,2;
Orden, 1,1 y 1,5; un modo parti- la complejidad de las c., 104,3; la
cular de vivir la fraternidad, 1,5; necesidad del estudio, 108,1; pro-
participación activa y correspon- movida por los Ministros y Custo-
sable de todos los hermanos, 1,5; y dios, 109,2; los colegios y la activi-
el Capítulo conventual, 58,3; en la dad educativa, 110,1; la formación
formación, 141,4; en el noviciado, para la evangelización más allá de
151; las propias fronteras, 123,1; la pre-
paración de los misioneros, 125,1;
Corrección fraterna
la formación permanente de los
en el Capítulo conventual, 58,3;
misioneros, 125,2; y la formación,
Cortesía 129,5; y las casas de formación,
una característica de la fraternidad, 131,1; la formación arraigada en
1,2; fraterna, 61,1; se avise de las su contexto, 138; los instrumen-
visitas, 68,1; tos necesarios para la actualización
cultural, 181,1; y la descripción del
Creación
Ministro general por parte de Fran-
buscar la presencia de Dios, 2; la
cisco, VI-e;
integridad de la c. como elemento
profético de la profesión religiosa, Custodia (*Custodia general;
9,3; aportaciones de los hermanos *Custodia provincial)
para apoyar la integridad de la c., puede poseer, 16,3; y la solidaridad,
21; la comunión con la c., II-l; su 20,1; es parte articulada de la Or-
integridad, 108,3; la formación es den, 28,1; la afiliación, 28,1; for-
un crecimiento y una purificación mada por Conventos, 28,2 y 30,1;

239
Custodia general (*Custodia) Índice analítico

se asienta en un territorio determi- los criterios para la erección, 33,4;


nado, 28,2; presencia estable en el su supresión, 33,5; la autoridad
territorio de otra circunscripción, principal es el Capítulo provincial,
29,1; agrupada en una Conferencia 183,2; puede tener Capítulo pro-
o Federación, 31,1; la persona jurí- pio, 221,1;
dica, 83; el representante legal, 83; Custodio con su Definitorio
la administración es única, 84,1; la interpretación de los respectivos
toda la administración confiada estatutos hasta el Capítulo sucesi-
al ecónomo y al exactor, 84,2; el vo, 7,3; la convención sobre la pre-
patrimonio estable, 86,2; las apor- sencia estable de una circunscrip-
taciones a la Orden, 86,4; la soli- ción en el territorio de otra, 29,2;
daridad con la Orden, 86,4; se le aprueba qué Horas canónicas se ce-
encomiendan parroquias, 121,4; lebran en común en el Convento,
colaboración con el Secretariado 39,4; puede establecer otras formas
general para la Formación, 134,3; de penitencia durante los tiempos
la comisión de formación, 137,2; penitenciales, 54,1; días extraordi-
la animación vocacional, 142,4; el narios de penitencia y/u oración,
itinerario formativo específico para 54,2; la exclaustración, 78,1; penas
candidatos de edad no joven, 144; para el hermano vagabundo, 78,1;
la posibilidad de instituir el semi- la administración extraordinaria de
nario menor, 145,1; la posibilidad los bienes, 82,1; la venta, permuta
del prepostulantado, 145,4; los o alquiler de los bienes muebles e
programas orgánicos de formación inmuebles, 82,3; presenta los párro-
permanente, 178,1; cos al Obispo diocesano, 121,4; la
Custodia general (*Custodia) institución de una casa común de
la erección, división, unión, fusión, formación, 132,4; la aprobación del
supresión, 33,1; los criterios para la reglamento de una casa custodial
erección, 33,2; los criterios para la de formación, 133,3; la admisión
supresión, fusión, unión, 33,3; la al noviciado, 150; la admisión a la
Orden, 152; la admisión a la pro-
autoridad principal es el Capítulo
fesión temporal, 157,1 y 158,1; la
custodial, 183,3; equiparada a la
escucha antes de la expulsión de un
Provincia, 220,1; autoridad vicaria,
profeso temporal, 164,2; prórroga
220,2; su autoridad puede ser limi-
de la profesón temporal, 165,2; la
tada por los estatutos aprobados en
admisión a la profesión solemne,
el Capítulo general, 220,2;
166,1; la admisión a la ordenación,
Custodia provincial (*Custodia) 173,2 y 173,4; conceder un periodo
puede tener Estatutos propios, 7,2; sabático, 181,2; la remoción del ofi-

240
Índice analítico Delegado de la Provincia

cio, 196,2; las competencias, 222,2; Custodio provincial


el cambio de afiliación temporal o (*Ministros y Custodios)
perpetuo, 231,5; el oficio, 189,3; la elección limitada
Custodio general (*Ministros a dos mandatos consecutivos, 191,3;
y Custodios) la elección es confirmada por la ins-
el oficio, 189,3; la elección limi- tancia superior, 191,5; la renuncia,
tada a dos mandatos consecutivos, 195,3; capitular en el Capítulo ge-
191,3; la elección, 191,4; la elec- neral, 200,1; vocal en el Capítulo
ción es confirmada por la instancia provincial, 210,2; el modo de elec-
superior, 191,5; la renuncia, 195,3; ción, establecido en los Estatutos
capitular en el Capítulo general, provinciales, 221,2; la tarea, 222,1;
200,1; si se encuentra impedido la autoridad puede ser limitada por
para participar en el Capítulo ge- el Capítulo provincial o por los Es-
neral, 200,2; la tarea, 222,1; tatutos provinciales, 222,3;

D
Definidor custodial asuntos que el Capítulo no ha de
el oficio, 189,3; la elección estable- remitir al D., 186,2; expertos invi-
cida en los Estatutos provinciales, tados, 186,3; para la validez de los
221,2; actos, 187,2 y 187,3;
Definidor general Definitorio general
el oficio, 189,1; capitular en el Ca- la descripción hecha por Francisco,
pítulo general, 200,1; inhábil para
VI-f; elección limitada a dos man-
los oficios provinciales, 204; la ta-
datos consecutivos, 191,3; ayuda al
rea, 206;
Ministro general, 204;
Definidor provincial
el oficio, 189,2; vocal en el Capí- Delegación
tulo provincial, 210,2; consultado erigida por una Provincia, 30,2;
antes del nombramiento excep- agrupada en una Conferencia o Fe-
cional del Comisario pro tempore, deración, 31,1;
213,3; el número, 217; Delegado de la Provincia
Definitorio capitular en el Capítulo general,
el oficio y las competencias, 186,1; 200,1;

241
Delegado del Ministro provincial Índice analítico

Delegado del Ministro provincial 125,2; entre Ministros, Custodios,


la colaboración con la Conferencia Guardianes, formadores, forman-
episcopal y la Conferencia de Su- dos, 135,1; y la animación vocacio-
periores mayores, 225; nal, 142,3;
Delegado provincial Días de retiro
vocal en el Capítulo provincial, periódicos, 46,2;
210,2; su elección, 211,3;
Difuntos
Derecho oración por los d., 72,1; el sufragio
de participación en el Capítulo mensual, 72,4; el sufragio anual,
conventual, 58,4; de voz activa 72,5;
y pasiva, 78,1; a dejar volunta-
Dimisión
riamente la Orden, antes que la
De un novicio, 79; de un hermano,
expulsión, 80,2; de la profesión
80,2;
temporal, 163; capitular, 228,1 y
231,1-2; provincial, 231,2; parti- Dinero el uso, 22; misión sin espe-
cular del Sacro Convento, 231,3; rar recompensa, 93,2;
provincial de quienes residen fuera Dios Padre
de la Provincia, 231,4; suscitó a Francisco, I-a; y la Regla,
Deudas I-d; por Él se abandona la propia
no se contraigan, 87,3; voluntad, I-f; servirlo en castidad,
I-h; en la vida activa y contempla-
Diaconado
tiva, 2; y la vida consagrada, 9,1;
su ejercicio, 173,1; permanente,
su voluntad y obediencia, 10,1 y
175,1; paso del diaconado perma-
13,1; y el amor casto, 24,1 y 25,1;
nente a la ordenación presbiteral,
en la oración de Francisco, II-b;
175,2;
dando gracias a D.P., II-l; objeto de
Diálogo la profesión religiosa, 35,1; amor
fraterno, 55,4; entre culturas, 56,2; absoluto de la vida consagrada,
y la comunicación efectiva, 57,2; 35,2; tener siempre el espíritu del
en el Capítulo conventual, 58,4; Señor y buscar su santa voluntad,
con las personas entre las que viven 36,1; íntimamente unidas la ora-
los hermanos, 96,5; con las perso- ción y la vida activa para una per-
nas de otras culturas, confesiones fecta unión con el Padre, 36,1; las
cristianas y religiones, y con los no virtudes fruto de la unión con D.P.,
creyentes, 105,3; enriquece el ca- 36,2; unidos a Él en todo momen-
risma franciscano, 122,2; la forma- to, 36,3; y la Liturgia de las Horas,
ción permanente de los misioneros, 39,1; la fraternidad arraigada en

242
Índice analítico Ecónomo

la caridad de Dios, 55,3; discernir mas de pobreza, 23; para favorecer


su voluntad, 57,3; discernir su vo- el espíritu fraterno, 57,3; en los Ca-
luntad en los Capítulos, 58,2; y la pítulos, 58,1-2; comunitario en los
administración de los bienes, 81; Capítulos conventuales, 58,3; para
atribuir todo a Dios en la misión, las iniciativas de los hermanos,
IV-j; el estudio y la búsqueda de 59,1; para el traslado de los herma-
D.P., 109,1; de todos, 122,3; la for- nos, 95,2; de los signos de los tiem-
mación, crecimiento y purificación pos y transformación de la realidad,
de la relación con D.P., 139,1; y la 97; asegurar un número suficiente
oración de Francisco, VI-a; de hermanos cualificados, 118,3;
para responder a la solicitud de ir
Dirección espiritual
a la misión ad gentes, 124,1-2; vo-
y vida penitencial, 51,2; realizada
cacional, 131,2-4; y la animación
por los hermanos, 104; en la forma-
vocacional, 142,3; en el seminario
ción, 140,5; en la animación voca-
menor, 145,2; en el postulantado,
cional, 142,3;
146,1; en el noviciado, 151; en el
Directorio de formación posnoviciado, 162; para la ordena-
de la Provincia y de la Custodia, ción, 171;
133,2; de la Conferencia y de la
Dispensas
Federación, 133,2; el oficio, la
de las Constituciones y Estatutos,
elección y las competencias de los
8;
formadores, 136; la comisión de
formación, 137,2; de la casa del Dominio de sí
posnoviciado, 163; y la castidad, 25,1;
Discernimiento Donativos
comunitario sobre la gestión de los se respete la voluntad de los donan-
bienes, 14,3; sobre las nuevas for- tes, 19;

E
Ecónomo vo, 82,2; se hace cargo de toda la
la elección, 82,2; bajo la dirección administración, 84,2; la tarea, 84,4;
de los Ministros, Custodios, Guar- la tarea junto con el exactor, 84,5;
dianes, 82,2; actúa según las normas incompatible con los oficios de Mi-
legales, 82,2; presenta la relación nistro o Custodio, 85,1; compatible
económica en el Capítulo respecti- excepcionalmente con el oficio de

243
Ecumenismo Índice analítico

Guardián, 85,2; las consecuencias sión de una Provincia o Custodia


de los actos, 88,1; el oficio general, general, 33,1; antes de la supresión
189,1; el oficio provincial, 189,2; el de una Custodia provincial, 33,5;
oficio custodial, 189,3; el oficio del del Capítulo conventual, antes de
Convento, 189,4; la erección y supresión de una casa
filial, 34,3; de los interesados, antes
Ecumenismo
de la supresión de un Convento,
la colaboración, 105,3; en general,
34,4; del Obispo diocesano, antes
107; la preparación de los misio- de la supresión de un Convento,
neros, 125,1; en tierras de misión, 34,4; del Consejo local de la OFS,
126; antes del nombramiento del asis-
Ejercicios espirituales tente espiritual, 75,3; de las comi-
cada año en común durante cinco siones pastorales, por parte de los
días enteros, 46,1; los Ministros y Ministros y Custodios, 115,2; del
Custodios los pueden permitir de párroco, antes del nombramiento
otra manera, 46,1; predicados por del vicario parroquial, 121,4; del
los hermanos, 104; Convento, antes de la profesión
temporal, 158,2; del Definitorio
Elecciones provincial o custodial, antes de la
el modo, 191,1-2; del Guardián expulsión de un profeso temporal,
para el tercer mandato, 191,2; del 164,2; de los formadores, para la
Ministro general, del Definitorio prórroga de la profesión temporal,
general, del Ministro provincial y 165,2; del Convento, antes de la
del Custodio, limitadas a dos man- admisión a las órdenes sagradas,
datos consecutivos, 191,3; del Mi- 173,2;
nistro general, Ministro provincial
y Custodio general, 191,4; del Mi- Esperanza
nistro general, 191,5; son confirma- y la unión con Dios, II-l; superar las
das por la instancia superior, 191,5; dificultades con su fuerza, 36,3; y la
hermana muerte, 52,3;
Equilibrio
Espíritu de Asís
y la castidad, 25,1;
76; en el posnoviciado, 168,2;
Eremitorio/Casa de oración
Espíritu Santo
normas, 46,3;
guía a la fraternidad, 1,2; mueve a
Escucha (Asesoramiento) los hermanos en la misión, 1,5; y
deber de los Ministros, Custodios, la obediencia, 13,2; en la oración
Guardianes, 13,1; antes de la erec- de Francisco, II-g; ilumina a Fran-
ción, división, unión, fusión, supre- cisco para hacer penitencia, II-k;

244
Índice analítico Estatutos provinciales

y la presencia profética de la vida e inmuebles, 82,3; el patrimonio


consagrada, 35,2; conforma a los estable y las obras de la Orden, en
hermanos a Jesucristo, 36,1; obra el apéndice, 86,4; las aportaciones
a través de la participación en los a la Orden por parte de las Pro-
misterios de Cristo, 36,2; anima a la vincias y Custodias, en el apéndi-
fraternidad, 55,3; el discernimiento ce, 86,4; otras formas concretas de
en los Capítulos, 58,1; suscita la solidaridad, 86,4; la programación
misión de la vida consagrada, 91,2; económica, 87,1; la preparación
confía el carisma, 92; suscita los para la profesión solemne, 165,3;
dones especiales, 113,2; Francisco la formación permanente en los
formaba a los hermanos, V-a; y la primeros años después de la profe-
formación permanente, 176; es el sión solemne, 177,2; determinan la
Ministro general de la Orden, VI-a; autoridad del Capítulo de la Cus-
todia general, 183,3; la autoridad
Estatutos custodiales del Capítulo conventual, 183,4; la
posibilidad para una Custodia visita canónica, 193,2; la remoción
provincial, 7,2; el compromiso de del oficio, 196,2; establecen las
observarlos, 7,6; aprobados por el normas para la remoción del Guar-
Capítulo general para la Custodia dián, 196,4; el Capítulo general,
general, 220,2; 198,1; los capitulares en el Capítu-
Estatutos generales lo general, 200,1; los secretariados
aprobados por el Capítulo gene- y cargos generales, 208; el Capítulo
ral, 7,1; hasta el Capítulo general provincial, 209,1; los vocales en
sucesivo, los interpreta o modifica el Capítulo provincial ordinario,
el Ministro general con su Defini- 210,2; los vocales en el Capítulo
torio, 7,3; obligan en conciencia, provincial extraordinario, 210,3;
7,5; el compromiso de observarlos, la elección del Ministro provincial,
7,6; las dispensas, 8; indican las 211,1; la elección de los delegados
formas concretas de solidaridad, para el Capítulo provincial, 211,3;
20,2; la erección de la Delegación el derecho capitular en las casas de
provincial, 30,2; los criterios para formación, 228,1; determinan los
la erección de una Provincia o acuerdos para los hermanos resi-
Custodia general, 33,2; los crite- dentes fuera de su Provincia o Cus-
rios para la erección de una Cus- todia, 231,4;
todia provincial, 33,4; la supresión Estatutos provinciales
de una Custodia provincial, 33,5; aprobados por el Capítulo provin-
otros sufragios, 72,6; la venta, per- cial, 7,1; examinados por el Mi-
muta o alquiler de bienes muebles nistro general con su Definitorio,

245
Estatutos provinciales y custodiales Índice analítico

7,4; el compromiso de observarlos, manos, 69,2; la participación en las


7,6; establecen el modo de leer en exequias, 72,2; el sufragio mensual,
común la Regla y las Constitucio- 72,4; otros sufragios, 72,6; la venta,
nes, 7,7; la erección de una Dele- permuta o alquiler de bienes mue-
gación, 30,2; la autoridad del Ca- bles e inmuebles, 82,3; las personas
pítulo conventual, 183,4; el modo jurídicas, 83; el reconocimiento
de elección del Ministro provin- civil y eclesiástico, 83; la adminis-
cial, 211,2; el sistema de elección tración habitual del Guardián, del
de los delegados para el Capítulo ecónomo, del exactor, 86,1; el pa-
provincial, 211,3; el número de trimonio estable, 86,2; las aporta-
Definidores, 217; las comisiones ciones de los Conventos, 86,2; en
provinciales, 219; regulan la Cus- el apéndice, declaran el patrimonio
todia provincial, 221,1; regulan la estable y las administraciones pro-
elección del Custodio provincial y pias de la Provincia y Custodia,
su Definitorio, 221,2; pueden limi- 86,2; determinan las competencias
tar la autoridad del Custodio pro- del párroco y del Guardián, 121,6;
vincial, 221,3; la administración de los bienes de
Estatutos provinciales la parroquia, 121,6; los gastos pa-
y custodiales rroquiales extraordinarios de nota-
hasta el Capítulo provincial suce- ble importancia, 121,8; las opcio-
sivo, los interpreta o modifica el nes parroquiales a largo plazo que
Ministro o Custodio con su Defi- implican el servicio de la fraterni-
nitorio, 7,3; obligan en conciencia, dad, 121,9; el acompañamiento en
7,5; el compromiso de observarlos, la formación inicial profesional,
7,6; las dispensas, 8; el documento 131,4; determinan la duración del
civil de renuncia a la propriedad, postulantado, 146,2; determinan
15,2; los sueldos de los hermanos, los certificados y los documentos
16,2; las formas concretas de soli- necesarios para la admisión de los
daridad, 20,3; el uso del dinero, 22; candidatos a la Orden, 148; el co-
las formas de meditación, 45; los mienzo del noviciado, 154,1; esta-
días de retiro, 46,2; modalidad de blecen la duración de los primeros
la consagración a la Inmaculada, votos, 161; la preparación para la
47,3; las formas de penitencia en profesión solemne, 165,3; determi-
las vigilias de San Francisco y de nan las normas para el diaconado
la Inmaculada, 54,1b); el color del permanente, 175,1; la formación
hábito religioso, 67,1; el uso de otro permanente en los primeros años
vestido, 67,2; las vacaciones, 68,2; después de la profesión solemne,
la ayuda a los familiares de los her- 177,2; establecen las normas para

246
Índice analítico Exactor

la formación permanente, 178,4; 102,1; en un lenguaje accesible,


determinan los criterios para un 102,2; su luz, 105,1; y la cultura,
período sabático, 181,2; 107,1; su inculturación, 122,2; y la
formación, V-b; en la fórmula de la
Estudio
profesión, 156,2; tenerlo siempre
como misión, 109,1; promovido por
presente, VI-a;
los Ministros y Custodios, 109,2;
Evangelización
Eucaristía
la participación como signo de la
la devoción de Francisco, II-f; fuen-
conventualidad, 1,5; a los pobres
te y culmen de toda la vida cristia-
y por parte de los pobres, 18,2; las
na, 37 y 100,1; participación diaria,
iniciativas personales de los her-
38,1-2; consolida e incrementa la
manos, 59,1; y los medios de co-
unidad y la caridad, 38,2; recomen-
municación, 66,3; colaboración
dada la concelebración, 38,2; la re-
con la OFS, 75,1; de los prime-
verencia a la E., 43; la adoración en
ros hermanos, IV-c; el bien de las
común, 43; la adoración personal,
personas, IV-e; la identidad de la
43; la fraternidad se nutre de la E.,
Iglesia, 91,1; y la proclamación del
55,3; y la misión, 100,1; y los demás
Evangelio, 91,3; hecha con el esti-
sacramentos y prácticas de piedad,
lo de vida, 92; en las iglesias y en
100,2; celebrada cada día en la casa
los santuarios de los hermanos, 98;
de formación, 140,2;
la nueva e., 105,1; más allá de las
Evangelio fronteras culturales, 123,1;
forma de vida, I-a y I-d; escuchán-
Ex-alumnos
dolo, I-b; la Regla, compuesta con
se promuevan sus asociaciones,
sus palabras, I-b; es la médula de la
110,2;
Regla, I-d; observarlo, I-e; renun-
ciar a todo, I-f; vivirlo y testimo- Exactor
niarlo, 1,1; con la profesión religio- la elección, 82,2 y 84,2; bajo la
sa, 4,1; obediencia en todo aquello dirección de los Ministros, Custo-
que no es contrario al e., 12,3; su dios, Guardianes, 82,2; actúa según
mensaje gozoso, 18,2; y la medita- las normas legales, 82,2; toda la ad-
ción, 43,2; y la fraternidad, III-a; ministración, 84,2; la tarea, 84,3; la
y la misión, IV-a; su anuncio, IV-b tarea junto con el ecónomo, 84,5;
y 96,3; anunciado y testimoniado, incompatible con los oficios de Mi-
IV-h; proclamado en todo el mun- nistro o Custodio, 85,1; compatible
do, 88,3 y 119,1; llevarlo a todos excepcionalmente con el oficio de
los hombres, 94; su verdad perenne, Guardián, 85,2; las consecuencias
96,1; en la nueva evangelización, de los actos, 88,1;

247
Examen de conciencia Índice analítico

Examen de conciencia Expropiación de sí


y vida penitencial, 51,2; signo de minoridad, 1,4; y la pobre-
za, 14,6;
Exclaustración
periodo de e., 78,1; Expulsión
de un novicio, 79; de un hermano,
80,2;

F
Familia Franciscana ve la colaboración en la formación,
como el árbol frondoso, III-i; y la 31,2; promueve la cooperación en
hospitalidad, 66,5; las iniciativas la economía, 31,2; promueve la
comunes, 73; y los institutos afilia- coordinación del apostolado, 31,2;
dos o agregados, 74,2; la coopera- promueve la disponibilidad de los
ción de los Ministros y Custodios, hermanos a ir a otras Provincias y
116,4; y la animación vocacional, Custodias, 31,2; promueva la dis-
142,5; ponibilidad de los hermanos a ir a
Familiares de los hermanos otras Provincias y Custodias, 31,2;
la oración de acción de gracias, redacte estatutos propios, 31,3;
69,1; los hermanos no se entro- redacte estatutos especiales para
metan en sus asuntos, 69,2; los las obras emprendidas en común,
Ministros, Custodios y Guardianes 31,4; programa y coordina las acti-
procuren ayudarles en caso de ne- vidades comunes de las Provincias
cesidad, 69,2; la oración por los di- y Custodias, 116,2; colaboración
funtos, 72,1; la participación en las animada por los Ministros y Cus-
exequias, 72,2; el sufragio mensual, todios, 116,3; y la nueva presencia
72,4; el sufragio anual, 72,5; misionera, 127,2; coordina la co-
laboración para las nuevas presen-
Fe cias, 128,3; deseable la casa común
y la unión con Dios, II-l; considerar de formación, 132,5; el directorio
todas las cosas a la luz de la fe, 36,3; de formación, 133,2; la formación
y la hermana muerte, 52,3;
de los formadores, 134,3; la co-
Federación misión de formación, 137,2; y la
agrupación de Provincias, Custo- escuela teológica de la tradición
dias, Delegaciones, 31,1; promue- franciscana en el posnoviciado,

248
Índice analítico Formación permanente (*Formación)

168,1; los programas orgánicos madurez afectivo-sexual, 139,2;


de formación permanente, 178,1; en el trabajo manual e intelectual
las experiencias interculturales de y en el servicio, 139,4; espiritual,
formación permanente, 178,2; la 140; franciscana, 141; el itinerario
formación permanente por edades específico para candidatos de edad
y actividades apostólicas, 178,3; no joven, 144; en el posnoviciado,
su constitución, 223,1; sus mocio- 162; para un candidato procedente
nes, 223,2-3; la convocatoria de de otro instituto religioso, 167,4;
los Presidentes, 223,4; oportuna y la escuela teológica franciscana,
comunicación, 224; el deber del 168,1; franciscana en el posnovi-
secretario, 224; ciado, 168,2;
Formación (*Formación inicial; Formación inicial (*Formación)
*Formación permanente) se realiza en las casas de formación,
y la solidaridad, 20,1; la colabo- 131,1; bajo la guía de los forma-
ración en la f., promovida en la dores, 131,1; y los movimientos
Conferencia o Federación, 31,2; eclesiales, 131,1; para la vida fran-
promovida por las relaciones en- ciscana, 131,2; para el ministe-
tre los hermanos, 57,1; se eviten rio ordenado, 131,3; profesional,
las divisiones provocadas por las 131,4; y la escuela teológica fran-
diferencias, 61,4; para la misión ciscana, 168,1; f. franciscana en el
en las diversas áreas geográficas y posnoviciado, 168,2; profesional
culturales, 96,3; se anime a superar y pastoral, 169; especializaciones,
las fronteras, 123,1; la prioridad en 170; discernimiento para la orde-
las nuevas presencias misioneras, nación, 171;
127,2; de los líderes en la nueva
presencia misionera, 127,3; llevada Formación permanente
a cabo por Francisco, V-a; llevada (*Formación)
a cabo por Francisco para vivir el el estudio frecuente de los textos
Evangelio, V-b; sus etapas, según litúrgicos, 41,1; cuidada por el Ca-
Francisco, V-c; la exhortación de pítulo conventual, 58,3; acompa-
Francisco, V-i; obra de la Trini- ñada por los Ministros, Custodios,
dad, 129,1; su proceso en general, Guardianes, 60,1; para la predica-
129,2; toca en profundidad a toda ción, 99,4; y el estudio, 109,1; para
la persona, 129,3; en la vida fra- llevar a cabo la misión contem-
terna, 129,4; en el carisma, 129,5; poránea, 118,2; de los misioneros,
la tarea prioritaria de la Orden, 125,2; según Francisco, V-g; toca
130; su eficacia, 134,2; sus dimen- en profundidad a toda la persona,
siones, 138; su camino, 139,1; la 129,4; la descripción, 176; los pri-

249
Formadores Índice analítico

meros años después de la profesión su parecer para la prórroga de la


solemne, 177,1; los programas or- profesión temporal, 165,2; el dis-
gánicos, 178,1; las experiencias in- cernimiento para la ordenación,
terculturales, 178,2; según la edad 171; el parecer para la admisión a
y las actividades apostólicas, 178,3; la ordenación, 173,2;
el programa de la Provincia o Cus-
Formandos
todia, 178,4; el estudio especializa-
su tarea, V-h; el diálogo y la cola-
do, 179; las experiencias fraternas y
boración con los Ministros, Cus-
pastorales multiculturales, 180; los
instrumentos adecuados, 181,1; el todios, Guardianes, formadores,
período sabático, 181,2; 135,1; la oferta de la fraternidad,
135,2; hacen suyos el carisma y la
Formadores misión de la Orden, 135,2; los sig-
la importancia de su formación en nos de inmadurez, 139,3; los abusos
las nuevas presencias culturales y comprobados, 139,3; formados para
sociales, 127,2; su formación en el trabajo manual e intelectual y
las nuevas presencias es deber de para el servicio, 139,4; orientados
la Provincia madre, 128,1; ayudan para desarrollar sus talentos, 139,5;
a los formandos, V-h; guían a los y la relación con Cristo, 140,1; se
formandos, 131,1; sus aptitudes, nutren cada día en la doble mesa
134,2; su formación, 134,3; el de la Palabra de Dios y de la Eu-
diálogo y la colaboración con los caristía, 140,2; la penitencia y la
Ministros, Custodios, Guardia- ascesis, 140,4; educados para re-
nes, formandos, 135,1; el oficio, la conocer la realidad del mal y del
elección y las competencias, 136; pecado, 140,5; el Sacramento de la
la colaboración entre los f. de to- Penitencia y la dirección espiritual,
dos los niveles, 137,1; los signos 140,5; la devoción mariana, 140,7;
de inmadurez en los formandos, y la vida fraterna, 141,2; y la mino-
139,3; y los abusos comprobados ridad, 141,3; el estilo conventual,
en los formandos, 139,3; prestan 141,4; la Regla, las Constitucio-
especial atención al crecimiento
nes, las Fuentes Franciscaneas, la
de la vida cristiana, 140,1; trans-
identidad y la historia de la Orden,
miten el carisma, 141,1; del pos-
141,5;
tulantado, 150; relación escrita
después del postulantado, 150; del Fraternidad (*Vida
noviciado, 151; la prórroga del fraterna; *Convento)
noviciado, 155,4; el maestro de instituida por Francisco, I-a; el
novicios, 156,4; la relación escrita valor evangélico fundamental de
para la profesión temporal, 158,1; la Orden, I-c; los miembros de la

250
Índice analítico Fraternidad (*Vida fraterna; *Convento)

Orden forman una sola f., 1,2; los los Ministros, Custodios, Guar-
rasgos característicos, 1,2; la obe- dianes, 57,3 y 60,1; promovida
diencia crea los vínculos fraternos, en el Capítulo conventual, 58,3;
13,3; administra todos los bie- favorecida por las iniciativas de
nes ganados o conseguidos, 16,1; los hermanos, 59,1; las activida-
sostenida por el trabajo, 17,1; las des personales, 59,2; el cuidado
pensiones y la seguridad social, de los hermanos enfermos, 62,1;
17,2; los bienes destinados al icono de la Trinidad, 63; coordi-
apostolado, 19; única en la Orden, na las actividades personales, 64;
20,1; el testimonio de la pobreza el horario tiene en cuenta las ne-
evangélica, 23; única, extendida cesidades de la f., 64; los servicios
por todo el mundo, 27; local, o domésticos, 65,4; la oración por
sea, el Convento, 30,1; basada en los difuntos, 72,1; la administra-
la unión con Dios, II-a; cuida la ción de los bienes, 82,1; el princi-
calidad de la vida espiritual, 35,3; pal valor en la misión, 93,1; para
el elemento carismático, III-a; de el bien de la misión, 95,1; el dis-
verdaderos hermanos, III-b; y el cernimiento a la hora de trasladar
poder, III-c; y la obediencia, III-c; a los hermanos, 95,2; proyecta y
una nueva forma de obediencia realiza la misión en unidad y crea-
fraterna, III-d; basada en las pala- tividad, 95,3; aprueba y coordina
bras de Jesús, III-e; los rasgos con- las actividades de cada hermano,
cretos, III-f-g; abierta a todos los 95,4; en la parroquia, 103,1; y el
hombres, III-g y III-j; y los Capí- trabajo manual, 112; y los talentos
tulos, III-h; de la Familia Francis- de los hermanos, 113,2; las nuevas
cana, III-i; abierta a toda la crea- formas de misión y las actividades
ción, III-j; la Santísima Trinidad, que mejor la manifiestan, 114; la
su icono, 55,1 y 63; un testimonio ayuda a la parroquia, 121,5; las
profético, 55,2 y 56,1; arraigada en opciones pastorales parroquiales a
la caridad de Dios, 54,3; animada largo plazo, 121,9; hermanos en-
por el Espíritu Santo, 54,3; nutri- tre hermanos, 122,3; ayuda a los
da por la Palabra, 54,3; nutrida formandos, V-h; internacional de
por la Eucaristía, 55,3; compro- San Buenaventura-Seraphicum,
metida en la misión de la Iglesia, 132,6; ejemplar en las casas de
55,3; construida cada día en la formación, 134,2; ofrece a los for-
comunión, 55,4; los componentes mandos un clima favorable para la
cotidianos, 55,4; integración en formación, 135,2; conventual en
las diversas culturas, 56,2; escuela la formación, 141,4; participación
de comunión, 57,1; animada por activa en el posnoviciado, 162;

251
Guardián Índice analítico

G
Guardián para la expulsión de un novicio, 79;
las dispensas de las Constituciones dirige las actividades del ecónomo
y los Estatutos para los hermanos, y del exactor 82,2; guía al represen-
8,d); la obediencia al g., 12,2; do- tante legal, 83; puede desempeñar
cilidad a la voluntad de Dios, 13,1; el oficio de ecónomo o exactor del
con espíritu de caridad, 13,1; con Convento solo con permiso y du-
espíritu de servicio, 13,1; el deber rante un tiempo limitado, 85,2; la
de la escucha, 13,1; el deber de competencia administrativa per-
promover el crecimiento, 13,1; el sonal, 86,3; las consecuencias de
deber de promover la colaboración, los actos, 88,1; asigna, coordina,
13,1; la autoridad, 13,2 y 60,1; la anima las actividades apostólicas,
guía, 13,2; en el uso de los bienes, 95,1; anima las distintas formas
los hermanos dependen de los Mi- de misión, 96,1; y los talentos de
nistros, Custodios y Guardianes, los hermanos, 113,2; colabora con
14,4; ejemplo de pobreza, 14,7; el Ministro o Custodio en la guía
evitar los permisos indiscrimina- y animación de las actividades
dos, 14,7; permiso del uso del di- apostólicas, 115,2; coordina las
nero, 22; anima la fraternidad, 57,3 actividades apostólicas, distribu-
y 60,1; abierto y sensible ante las ye las tareas y mantiene la comu-
legítimas iniciativas de los herma- nión, 117,1; la asignación de los
nos, 59,1; con caridad y familiari- cargos, 118,1; la obediencia en los
dad, 60,1; el tiempo y la calidad de cargos, 119,1; supervisa las activi-
la oración, 60,1; promueva la obe- dades apostólicas, 119,2; supervisa
diencia responsable y activa, 60,1; los registros y libros parroquiales,
mantiene vivo el carisma, 60,1; 121,3; ayuda a los párrocos, 121,5;
mantiene vivo el sentire cum Eccle- sus competencias en la parroquia,
sia, 60,1; acompaña la formación 121,6; mantener el equilibrio en-
permanente, 60,1; las relaciones tre la parroquia y la vida fraterna,
con los hermanos, 60,2; el cuidado 121,6; el diálogo y la colaboración
de los hermanos enfermos, 62,1; con los Ministros, Custodios, for-
dispensa de la clausura, 66,1; admi- madores, formandos, 135,1; del
nistra la ayuda para los familiares noviciado, antes de la profesión y
necesitados de los hermanos, 69,2; en peligro de muerte, 155,3; la for-
con los hermanos que atraviesan mación permanente de los herma-
dificultades, 77,2; con el Capítulo nos en los primeros años después
conventual, en caso de necesidad, de la profesión solemne, 177,1;

252
Índice analítico Hermanos

los instrumentos necesarios para cario, 194,3; puede ser removido


la formación permanente, 181,1; por el Ministro provincial con el
la autoridad, 182 y 184,1; la pro- consentimiento de su Definitorio,
fesión de fe y el juramento, 184,1; según las normas de los Estatutos
la validez del acto, 185; el oficio, generales, 196,4; dirige el Conven-
189,4; elegido en el Capítulo pro- to, 226,1; la tarea del g., 227,1; la
vincial, 190,2; excepcionalmente potestad ordinaria, 227,2; presi-
elegido por el Ministro provincial de el Capítulo conventual, 228,1;
con su Definitorio, 190,2; requisi- convoca el Capítulo conventual,
tos, 190,2; la elección para el ter- 228,2; el consentimiento o consejo
cer mandato, 191,2; la elección es del Capítulo conventual, 229,2; el
confirmada por la instancia supe- g. de un convento general es ele-
rior, 191,5; obligado a residencia, gido por el Ministro general y su
194,1; la colaboración con el vi- Definitorio, 230;

H
Hábito 10; obediencia y fidelidad a la Igle-
descripción del h., 67,1; otros mo- sia, 11; obediencia al Papa, 12,1;
dos de vestir, 67,2; obediencia a los Ministros, Custo-
dios y Guardianes, 12,2; obediencia
Hermanos
en todo lo que no es contrario al
comparten la misma vocación y Evangelio, a la Regla, a las Cons-
los mismos derechos y deberes, tituciones y a la propia conciencia,
1,3; unen la vida contemplativa y 12,3; sujetos al Ordinario del lugar,
la vida activa, 2 y 36,1; viven el en lo que concierne a su autoridad
Evangelio, 4,1; profesan la Regla, pastoral, 12,4; se abstienen de todo
que es la forma de vida evangélica, acto de propiedad, 14,4; ceden la
5,1-3; estudian los escritos de San propiedad intelectual a la Provincia
Francisco y las Fuentes Francisca- o Custodia, 14,5; la desapropiación
nas, 5,2; observan la Regla y las de todo, 14,6; rechazan la mentali-
Constituciones para conformarse dad del consumo, la acumulación y
al ideal evangélico, 7,6; hacen voto el derroche, 14,6; se abstengan de
de vivir en obediencia, sin nada todo lo que es contrario a la cas-
propio y en castidad, 9,1; se some- tidad, 24,2; cuiden la calidad de
ten a los Superiores en la Iglesia, la vida espiritual, 35,3; participen

253
Hermanos enfermos Índice analítico

cada día en la mesa de la Palabra y nibilidad, 195,1; todos los profesos


de la Eucaristía, 38,1-2; tengan en solemnes de familia gozan del dere-
gran consideración la Liturgia de cho capitular, 228,1; todos los pro-
las Horas, 39,1; celebren la Liturgia fesos solemnes de familia forman
de las Horas según las normas de la el Capítulo conventual, 228,1; los
Iglesia, 39,2 y 41,2-3; en todos los profesos solemnes son colocados de
Conventos celebren cada día ínte- familia en el Convento en el que
gramente la Liturgia de las Horas, residen, 231,1; los profesos solem-
39,3; cuiden con esmero todos los nes ejercen sus derechos y deberes
objetos destinados al culto, 41,5; en el Convento en el que residen,
veneren el Cuerpo y la Sangre de 231,1; los profesos solemnes tie-
Jesucristo, 43; se abran al diálogo y nen voz activa y pasiva en un solo
a la ayuda de los h., 52,2; fieles a su Convento y en una sola Provincia
vocación evangélica, 56,1; procu- o Custodia, 231,2; los profesos so-
ren conocer de verdad al otro, 56,3; lemnes colocados de familia en el
procuren vivir los posibles conflic- Sacro Convento de Asís conservan
tos como ocasión de crecimiento los derechos provinciales, 231,3;
humano y espiritual, 56,4; se mani- los profesos solemnes que residen
fiesten amor recíproco, 61,1; eviten en un convento fuera de su Pro-
lo que pueda impedir o perturbar la vincia o Custodia mantienen los
paz y la caridad fraterna, 61,2; en derechos y deberes conforme a los
la diversidad de opiniones, busquen acuerdos estipulados, 231,4; los
juntos la solución mejor, 61,3; par- profesos solemnes pueden cambiar
ticipen en los actos comunitarios, de afiliación, 231,5;
65,1-3; cuiden de la casa, 65,4; los Hermanos enfermos
h. con dificultades acudan a sus Mi- el servicio a los h.e., un rasgo de la
nistros, 77,1; ayuden a los h. que fraternidad, 1,2; la fragilidad per-
se encuentran en dificultad, 77,2; sonal, 52,2; el cuidado de los h.e.,
no administren bienes fuera de la 62,1; los deberes de los h.e., 62,2;
Orden sin permiso extraordinario,
88,2; son responsables de sus actos Hermanos expulsados
contra la ley y del daño causado, se les comunique el motivo de esta
decisión, 80,2; se les dé la oportu-
88,3; acepten humildemente los
nidad de dejar voluntariamente la
oficios, 188,1; los profesos solemnes
Orden, 80,2;
idóneos para los oficios de la Or-
den, 188,2; los h. considerados ne- Hermanos que han
cesarios para otro oficio renuncien abandonado la Orden
al que tienen con espíritu de dispo- sean tratados con caridad, 77,3; se

254
Índice analítico Iglesia particular (o local)

rece por ellos, 77,3; compórtense I-e; seguir a Jesús humilde, 1,4; de
siempre con ellos como verdaderos Jesús en la Encarnación, II-d; de
hermanos, 77,3; Jesús en la Eucaristía, II-f; y la Pa-
labra de Dios, II-h; las oraciones y
Hermanos que se súplicas, II-k; fruto de la oración,
encuentran en dificultad 35,4; al ir por el mundo, IV-f; en los
declaración, 77,1-2; posibles éxitos de la misión, IV-j;
Hospitalidad (Acogida) en las actividades realizadas, 93,2;
rasgo de la fraternidad, 1,2; con to- aprenderla en la formación, V-e; la
dos, 66,5; finalidad de los formandos, V-h; en
el noviciado, 151; la descripción
Humildad del Ministro general por parte de
y la minoridad, I-c; ante la Iglesia, Francisco, VI-e;

I
Iglesia dos para la misión, 93,2; la misión
y la obediencia, 11; y las aportacio- para responder a las necesidades
nes para los pobres, 21; testimonio de la I., 96,4; los alejados de la I.,
de pobreza evangélica, 23; las di- 101,1; las actividades apostólicas,
rectrices sobre los abusos, 26,2; la asumidas conforme a las directrices
Liturgia de las Horas, II-i y 39,2; la de la I., 114; el contexto de la for-
comunión con la I. y la vida frater- mación, 138; las directrices sobre
na, 55,2; la fraternidad comprome- los abusos comprobados, 139,3; la
tida en la misión, 55,3; la multicul- autoridad de la I., VI-b;
turalidad, 56,2; beneficiada por las Iglesia particular (o local)
iniciativas de los hermanos, 59,1; las directrices sobre los abusos,
los Ministros, Custodios y Guardia- 26,2; la riqueza de la oración litúr-
nes han de mantener vivo el senti- gica, 41,2; posibilidad de usar el
re cum Ecclesia, 60,1; la comunión misal, el ritual y el calendario de la
con los Institutos afiliados o agre- I.p., 41,3; los tiempos penitencia-
gados, 74,2; la misión de la I., 91,1; les, 53,2; la comunión con la I.p.,
la evangelización, identidad de la 102; el servicio en las parroquias,
I., 91,1; la misión de los consagra- 103,1; la promoción de la OFS,
dos, 91,2 y 92; la proclamación del 106,5; la promoción de la M.I.,
Evangelio, 91,3; los medios adecua- 106,5; las actividades apostólicas,

255
Iglesia sui iuris Índice analítico

asumidas conforme a las directrices Imprimi potest


de la I., 114; el planteamiento ge- necesidad del i.p., 109,3;
neral de la misión, 115,1; la misión
Inculturación
apostólica de los hermanos, 122,2;
las directrices sobre los abusos com- del carisma, 122,2; del Evangelio y
probados, 139,3; la animación vo- del carisma, 125,2;
cacional, 142,5; Inmaculada Virgen María
Iglesia sui iuris (*Bienaventurada Virgen María)
y la liturgia, 42; y los candidatos a su protección especial y el “hilo de
la Orden, 153,1; y la participación oro” de la historia de la Orden, 1,6;
del hermano en la liturgia y en el la promoción del Reino de Cris-
patrimonio espiritual, 153,2; to bajo su guía, 1,6; la devoción a
María, impulsada por los Santos de
Iglesias y santuarios
y la misión de los hermanos, 98; la Orden, 1,7; el amor filial de los
nombramiento de sus rectores, hermanos, 47,1; la devoción parti-
121,4; cular, 47,2; la consagración, 47,3;
la vigilia de la Inmaculada, tiempo
Implantatio Ordinis penitencial, 54,1b;
y la solidaridad, 20,1; la prepara-
ción de los misioneros, 125,1; el Instituto clerical
Secretariado general para la Ani- la Orden, incluida por la Iglesia en-
mación Misionera, 128,4; tre los Institutos clericales, 1,3;

J
Jesucristo (*Seguimiento obediencia, 10; y la pobreza, 14,1;
de Cristo) y la castidad, 24,1; la unión con
Francisco, auténtico discípulo de Cristo en la vida casta, 25,2; la en-
J., I-a; su Evangelio es la forma de carnación, II-d; la pasión y muer-
vida, I-b; fuente de la fraternidad te, II-e; la Eucaristía, II-f; hacerlo
y la minoridad, I-c; su pobreza, todo en el nombre del Señor Jesús,
I-g; la conformación a Cristo en la II-l; y la vigilancia en la oración,
castidad, I-h; y la vida consagrada, 35,3; la acción del Espíritu San-
9,1; la misión salvífica, 9,2; fuente to conforma a Cristo, 36,1; y sus
de una nueva humanidad, 9,3; y la misterios, 36,2; su caridad, 36,3; y

256
Índice analítico Liturgia de las Horas

la Eucaristía, 38,1; y la Liturgia de el servicio plural de los hermanos,


las Horas, 39,1; en el estudio de la 101,2; envía discípulos por todo el
Palabra de Dios, 43,1; y la piedad mundo, 122,1; la formación en su
popular, 49,1; la conformación Evangelio, V-b; la relación con los
a Cristo y la penitencia, 50,1; la formandos, 140,1; en el noviciado,
conformación a Cristo y la ascesis, 151;
50,3; la conformación a Cristo es
Justicia
un proceso, 51,1; y el Sacramento
la dimensión profética de la profe-
de la Penitencia, 51,1; y el examen
sión religiosa, 9,3; las aportaciones
de conciencia, 51,2; y la dirección
para la promoción de la j., 21; la mi-
espiritual, 51,2; el misterio Pascual,
sión de la j., 108,1; su promoción,
52,3; la fraternidad se basa en sus
108,2; en el posnoviciado, 168,2; y
palabras, III-e; su presencia salví-
la descripción del Ministro general
fica, 56,1; su Reino edificado con
por parte de Francisco, VI-e;
los sufrimientos de los hermanos
enfermos, 62,2; su misión, IV-a y Juventud Franciscana
91,1; y la missio ad gentes, 96,2; y promovida por los hermanos,
la predicación, 99,3; y la misión 106,3; promovida por los hermanos
entre los alejados de la fe, 101,1; y en la Iglesia local, 106,5;

L
Laicos Liturgia de las Horas
su misión, 106,1; y su sensibilidad y Francisco, II-i; tenida en gran con-
misionera, 123,2; sideración, 38,1; los hermanos y la
Iglesia participan en la oración de
Lectorado/Acolitado Cristo, 39,1; según las normas de la
proceso del l./a., 172; Iglesia, 39,2; la manera de celebrar-
la, 39,2; se celebre cada día íntegra-
Lenguas mente en todos los Conventos, 39,3;
la preparación de los misioneros, las excepciones en el Convento,
125,1; habladas correctamente por 39,4; en privado o el Oficio de los
los misioneros, 125,2; Padrenuestros, los profesos solem-
nes, 40,1; en privado o el Oficio de
Limosnas los Padrenuestros, los profesos tem-
el permiso de pedirla, 17,1; porales, 40,2; en la formación, 140,3;

257
Madurez Índice analítico

M
Madurez Mesa común
y la obediencia, 10; y la castidad, la participación, signo de conven-
25,1; en las iniciativas personales, tualidad, 1,5; semejanza con el
59,2; para superar las fronteras, banquete eucarístico, 65,2; prece-
123,1; la finalidad de la formación dida de una breve lectura espiritual,
en la Orden, 130; y la formación 65,2;
progresiva, 138; la formación como
Milicia de la Inmaculada
crecimiento y purificación de las
su misión, 106,4; su promoción,
relaciones, 139,1; afectivo-sexual,
139,2; en el postulantado, 146,1; 106,4; su promoción en la Iglesia
requerida para la admisión al pos- local, 106,5; y la sensibilidad mi-
tulantado, 147,1; requerida para la sionera, 123,2; en el posnoviciado,
profesión solemne, 165,1; 168,3;

Medios de comunicación Ministerio ordenado


y la castidad, 25,3; uso moderado formación para el m.o., 131,3; dis-
y penitencia, 53,1; cambian las re- cernimiento para el m.o., 140,6;
laciones contemporáneas, 56,1; y programa formativo adecuado de fi-
la comunicación auténtica, 57,2; losofía y de teología, 171; candida-
los hermanos sean formados en el to profeso solemne, 173,1; solicitud
buen uso de los mismos, 66,3; y la escrita, 173,1; la admisión, 173,2;
evangelización, 66,3; Ministro general (*Ministros
Meditación y Custodios)
sobre la Regla, los otros escritos de puede dispensar de las Constitucio-
San Francisco, las Fuentes Francis- nes y de los Estatutos a cada her-
canas, los documentos de la Orden mano y a cada Convento, 8,a); la
y los de la Sede Apostólica referen- obediencia, 12,2; Conventos bajo
tes a la Regla, 5,3; sobre los textos su inmediata jurisdicción, 34,1; la
litúrgicos, 41,1; sobre la Escritura, competencia administrativa perso-
41,1; especialmente el Evangelio, nal, 86,6; el permiso a un Ministro
44,2; media hora diaria de m., 45; provincial para administrar bienes
la modalidad la determinen los Es- fuera de la Orden, 88,2; no se acep-
tatutos provinciales o custodiales, ten parroquias donde no sea posi-
45; sobre la vida y los escritos de ble vivir la vida fraterna, 103,2; la
San Francisco, 48,1; para la predi- aceptación de las parroquias, 121,1;
cación, 99,2 y 99,4; la admisión a la profesión, 157,2; el

258
Índice analítico Ministro general con su Definitori

Espíritu Santo, VI-a; la descripción presencia estable de una Provincia


del M.g. según Francisco, VI-e; el o Custodia en el territorio de otra,
oficio, 189,1; la elección limitada a 29,1; la aprobación de los Estatutos
dos mandatos consecutivos, 191,3; de la Conferencia o Federación,
la elección, 191,4-5; la renuncia, 31,3; la aprobación de los Estatutos
195,3; convoca el Capítulo gene- especiales para las obras estables de
ral, 198,1; elegido en el Capítulo la Conferencia o Federación, 31,4;
general ordinario, 198,2; capitular la erección, división, unión, fusión
en el Capítulo general, 200,1; el o supresión de una Provincia o
ex-M.g., capitular en el Capítulo Custodia general fuera del Capítu-
general, 200,1; preside el Capítulo lo general, 33,1; la aprobación de la
general, 201; requisitos, 202,1; la erección de una Custodia provin-
tarea, 202,2; la potestad ordinaria, cial, 33,4; la aprobación previa de
203; ayudado por el Definitorio ge- la erección de un Convento, 34,2;
neral, 204; en caso de sede vacante la supresión de un Convento, 34,4;
le sucede el Vicario general, 205; la venta, permuta o alquiler de bie-
convoca los Capítulos provinciales nes muebles e inmuebles, 82,3; su
ordinarios, 209,1; se le comunica competencia administrativa, 86,6;
la convocatoria del Capítulo pro- la aprobación de la erección y la
vincial extraordinario, 209,2; pre- supresión de la casa del postulan-
side la primera parte del Capítulo tado, 132,1; la erección, el traslado
provincial ordinario, 210,1; vocal o la supresión del noviciado, 132,2;
en el Capítulo provincial, 210,2; la aprobación de la erección o la su-
el ex-M.g. es vocal en el Capítulo presión del posnoviciado provincial
provincial de su Provincia, 210,2; o custodial, 132,3; la aprobación de
puede convocar un nuevo Capítu- una casa de formación de varias
lo en caso de sede vacante de una Provincias o Custodias, 132,4; la
Provincia, 218; convoca periódica- aprobación de la casa común de
mente a los presidentes de las Con- formación de la Conferencia o Fe-
ferencias/Federaciones, 223,4; deración, 132,5; la aprobación del
Ministro general con directorio de formación provincial
su Definitorio o custodial, 133,2; la aprobación
la interpretación aclaratoria de las del directorio de formación de la
Constituciones hasta el siguiente Conferencia o Federación, 133,2;
Capítulo general, 6,3; la declara- la aprobación de los seminarios
ción de conformidad de los Esta- menores, 145,1; excepcionalmente
tutos provinciales con las Consti- puede dar permiso para hacer el no-
tuciones, 7,4; la aprobación de la viciado fuera de la casa del novicia-

259
Ministro provincial (*Ministros y Custodios) Índice analítico

do, 154,4; la vuelta a la Orden des- nal, 86,3; el permiso a un Custodio


pués del noviciado o la profesión, provincial para administrar bienes
159; el indulto de abandono de la fuera de la Orden, 88,2; no se acep-
Orden para los profesos temporales, ten parroquias donde no se pueda
164,1; el cambio de instituto reli- vivir la vida fraterna, 103,2; los
gioso, 167,1; acepta la renuncia del contratos para la aceptación de las
Ministro provincial o del Custodio parroquias, 121,2; y los hermanos
general, 195,3; la remoción del llamados a ir a la misión ad gentes,
oficio, 196,2; la dispensa de la in- 124,1; propuesta a los hermanos
compatibilidad o inhabilidad para para ir a la misión ad gentes, 124,2;
un oficio, 197; convocatoria del la preparación de los misioneros,
Capítulo general extraordinario, 125,1; el oficio, 189,2; la elección
199; elige al Procurador general, limitada a dos mandatos consecu-
207; impedida por causa grave la tivos, 191,3; la elección, 191,4; la
celebración del Capítulo provin- elección es confirmada por la ins-
cial ordinario, nombra al Ministro tancia superior, 191,5; la renuncia,
provincial y a su Definitorio, 212; 195,3; acepta la renuncia del Cus-
evalúa la gravedad del daño que todio provincial, 195,3; consultado
permite la remoción de un Minis- para la convocatoria del Capítulo
tro provincial o Custodio, 213,1; general extraordinario, 199; capi-
excepcionalmente puede nombrar tular en el Capítulo general, 200,1;
a un Ministro provincial y su De- si está impedido para participar en
finitorio, 213,2; excepcionalmen- el Capítulo general, 200,2; preside
te puede nombrar a un Comisario la segunda parte del Capítulo pro-
provincial pro tempore, 213,3; ex- vincial ordinario, 210,1; vocal en
cepcionalmente puede nombrar el Capítulo provincial, 210,2; el ex-
a un Visitador provincial estable, M.p. es vocal en el Capítulo pro-
213,4; y las mociones de la Confe- vincial sucesivo, 210,2; su elección,
rencia o Federación, 223,2; elige al 211,1; los requisitos, 214; la tarea,
Guardián de un Convento general, 215; tiene potestad ordinaria, 216;
230;
Ministro provincial
Ministro provincial con su Definitorio
(*Ministros y Custodios) la interpretación de los Estatutos
puede dispensar de las Constitu- provinciales hasta el Capítulo su-
ciones y los Estatutos a los her- cesivo, 7,3; puede dispensar de las
manos, 8,b); los hermanos que se Constituciones y los Estatutos a los
encuentran en dificultad, 77; su Conventos, 8,b); la convención
competencia administrativa perso- sobre la presencia estable de una

260
Índice analítico Ministros y Custodios

Provincia o Custodia en el terri- la admisión a la profesión temporal,


torio de otra, 29,2; la erección y la 157,1; la expulsión de un profeso
supresión de una casa filial, 34,3; temporal, 164,2; la prórroga de la
aprueba qué horas canónicas se profesión temporal, 165,2; la admi-
celebrarán en común en el Con- sión a la profesión solemne, 166,1;
vento, 39,4; puede establecer otras la admisión a las órdenes sagradas,
formas de penitencia durante los 173,2 y 173,4; puede conceder un
tiempos penitenciales, 54,1a; días período sabático, 181,2; excepcio-
extraordinarios de penitencia y/u nalmente elige al Guardián, 190,2;
oración, 54,2; la exclaustración, la remoción del oficio, 196,2; puede
78,1a); las penas para el hermano remover a un Guardián según las
que se ausenta ilegítimamente del normas de los Estatutos generales,
Convento o abandona ilegítima- 196,4; convoca el Capítulo provin-
mente la Orden, 78,1c-d); la ad- cial extraordinario, 209,2; impedi-
ministración extraordinaria de los da por causa grave la celebración
bienes, 82,1; la venta, permuta o del Capítulo provincial ordinario,
alquiler de bienes muebles e in- el Ministro provincial y su Defini-
muebles, 82,3; la compatibilidad torio pueden ser nombrados por el
excepcional del oficio de Guardián Ministro general y su Definitorio,
con los cargos de ecónomo y exac- 212; excepcionalmente puede ser
tor, 85,2; su competencia adminis- nombrado por el Ministro general y
trativa, 86,3; los contratos escritos su Definitorio, 213,2; excepcional-
para las actividades apostólicas, mente puede ser acompañado por
117,3; la aceptación de parroquias, un Visitador estable nombrado por
121,1; presenta a los párrocos al el Ministro general y su Definito-
Ordinario del lugar, 121,4; y los rio, 213,4; y la afiliación temporal
gastos parroquiales extraordinarios o permanente, 231,5;
de notable importancia, 121,8; y Ministros y Custodios
las opciones pastorales parroquiales (*Custodio general; *Custodio
a largo plazo que implican el servi- provincial; *Ministro general;
cio de la fraternidad, 121,9; la erec- *Ministro provincial)
ción y la supresión del postulan- la obediencia al M., 12,2; la docili-
tado, 132,1; la institución de una dad a la voluntad de Dios, 13,1; y la
casa común de formación, 132,4; caridad, 13,1; y el servicio, 13,1; el
la aprobación del reglamento de deber de la escucha, 13,1; el deber
una casa de formación provincial, de promover el crecimiento, 13,1;
133,3; la admisión al noviciado, el deber de promover la colabo-
150; la admisión a la Orden, 152; ración, 13,1; la autoridad, 13,2 y

261
Ministros y Custodios Índice analítico

60,1; la guía, 13,2; la dependencia bienhechores, 69,3; la asistencia


en el uso de los bienes de los Mi- espiritual a los Institutos afiliados
nistros, Custodios y Guardianes, o agregados, 74,2; la asistencia es-
14,4; el ejemplo de pobreza, 14,7; piritual a la OFS, 75,1; la erección
evitar los permisos indiscrimina- de las fraternidades locales de la
dos, 14,7; el permiso para cambiar OFS, 75,2; el altius moderamen so-
las disposiciones sobre los bienes bre la OFS, 75,2; el nombramiento
materiales antes de la profesión so- de los asistentes espirituales de la
lemne, 15,2; provean a la pensión OFS, 75,3; con los hermanos que
y asistencia sanitaria de los herma- se encuentran en dificultad, 77,2;
nos, 17,3; el permiso del uso del los abandonos de la Orden, 77,4;
dinero, 22; determinan qué horas declarar a un hermano vagabundo,
canónicas se han de celebrar en 78,1; la expulsión de un novicio,
común, 39,4; aprueban el orden de 79; dirigen las actividades del ecó-
las celebraciones litúrgicas y de las nomo y del exactor; 82,2; los repre-
prácticas de piedad del Convento, sentantes legales dependen de los
41,4; aprueban otra manera de ha- Ministros y Custodios, 83; incom-
cer los ejercicios espirituales, 46,1; patibilidad con los cargos de ecó-
la permanencia en el eremitorio o nomo o exactor, 85,1; el efecto de
casa de oración, 46,3; animen a la los actos 88,1; el permiso a un her-
fraternidad, 57,3 y 60,1; abiertos y mano para que administre los bie-
sensibles ante las iniciativas de los nes de una persona física o jurídica
hermanos, 59,1; con caridad y fa- ajena a la Orden, 88,2; asignan,
miliaridad, 60,1; el tiempo y la cali- coordinan y animan las actividades
dad de la oración, 60,1; promueven apostólicas, 95,1; animan la misión
la obediencia responsable y activa, en sus diversas formas. 96,1; no se
60,1; mantienen vivo el carisma, acepten parroquias donde no se
60,1; mantienen vivo el sentire pueda vivir la vida fraterna, 103,2;
cum Ecclesia, 60,1; acompañan la promuevan la cultura y el estudio,
formación permanente, 60,1; las 109,2; el Imprimi potest, 109,3; los
relaciones con los hermanos, 60,2; talentos de los hermanos, 113,2;
el cuidado de los hermanos enfer- guían, animan y coordinan las acti-
mos, 62,1; confirman el horario de vidades apostólicas, 115,2; animan
los Conventos, 64; confirman la a la colaboración en la Conferen-
clausura de los Conventos, 66,1; cia o Federación, 116,3; sus com-
gestionan la ayuda a los familiares petencias, 116,4; la asignación de
necesitados de los hermanos, 69,2; los cargos, 118,1; asignan las tareas
el reconocimiento oficial de los y actividades a hermanos cualifica-

262
Índice analítico Minoridad

dos, 118,2; aseguren un número su- el acolitado, 172; la admisión a la


ficiente de hermanos cualificados, ordenación fuera de la Provincia o
118,3; la obediencia en los cargos, Custodia, 173,3; el certificado de
119,1; visita y corrige las activi- la ordenación, 174; la formación
dades apostólicas, 119,2; revisan permanente en los primeros cinco
los registros y libros parroquiales, años de profesión solemne, 177,1;
121,3; presentan a los párrocos promueven el estudio especializa-
y vicarios parroquiales al Obispo do como formación permanente,
diocesano, 121,4; la acogida de los 179; promueven las experiencias
candidatos, V-c; instituyen las casas fraternas y pastorales multicultu-
comunes de formación, 132,4; la rales como formación permanente,
aprobación del reglamento de una 180; los instrumentos necesarios
casa de fomación común, 133,4; las para la formación permanente,
casas de formación son el corazón 181,1; cómo ejercer la autoridad,
de la Orden, 134,1; el diálogo y la VI-c; la descripción por parte de
colaboración con los Guardianes, Francisco, VI-g; el servicio de los
formadores, formandos, 135,1; los Ministros según Francisco, VI-h; la
abusos comprobados en los forman- autoridad, 182 y 184,1; la profesión
dos, 139,3; evalúan la admisión al de fe y el juramento, 184,1; los su-
postulantado, 147,1; la admisión periores mayores, 184,2; la validez
al postulantado, 148; permiso para del acto, 185; la elección limitada a
vivir fuera de la casa del novicia- dos mandatos consecutivos, 191,3;
do, 154,3; permiso para anticipar la designados con elección canónica,
primera profesión, 155,2; la prime- 191,5; contactos frecuentes con los
ra profesión en peligro de muerte, hermanos, 193,1; la visita canóni-
155,3; la prórroga del noviciado, ca, 193,2-3; obligados a residencia,
155,4; la escucha de los hermanos 194,1; la colaboración con sus vi-
antes de la profesión temporal, carios, 194,2-3; la colaboración
158,2; y el noviciado fuera de la con la Conferencia episcopal y la
Provincia o Custodia, 158,3; reci- Conferencia de Superiores mayo-
ben la profesión temporal, 160,1; la res, 225;
expulsión de la Orden de los pro- Minoridad
fesos temporales, 164,2; la prórroga un valor evangélico fundamental
de la profesión temporal, 165,2; re- de la Orden, I-c; los rasgos carac-
ciben la profesión solemne, 166,2; terísticos, 1,4; y la obediencia recí-
las especializaciones en el posnovi- proca, 12,5; los servicios domésti-
ciado, 170; el discernimiento para cos, 65,4; y la administración, 81;
la ordenación, 171; el lectorado y un valor primordial en la misión,

263
Misericordia Índice analítico

93,1; la disponibilidad para el ser- éxitos misioneros, IV-j; de Cristo


vicio, 93,2; la disponibilidad a de- y de la Iglesia, 91,1; de los consa-
jar determinados lugares de misión, grados en la Iglesia, 91,2 y 92; y la
96,4; en la parroquia, 103,1; y el proclamación del Evangelio, 91,3;
trabajo, 113,1; en la formación, y los valores primordiales de los
141,3; hermanos, 93,1; humilde, propia
de los hermanos menores, 93,2; sin
Misericordia
apagar el espíritu de oración; 94; en
con los leprosos, I-a y 50,2; un ras-
concordia y colaboración, 95,1; los
go de la fraternidad, 1,2; y el Espí-
hermanos programen y actúen en
ritu Santo, II-g; con los hermanos
fraternidad, unidos y con creativi-
frágiles, 52,2; las obras de m. cor-
dad, 95,3; en sus diversas formas,
porales y espirituales, 53,1; frater-
96,1; sus diversas situaciones, 96,2;
na, III-f; con los hermanos que se
ad gentes, estimada en la tradición
encuentran en dificultad, 77,2; y la
franciscana, 96,2; los medios ade-
predicación, 99,3; y el Sacramento
cuados, 96,3; ninguna forma de m.
de la Penitencia, 100,3; las obras
es ajena a la Orden, 96,4; responde
de m. corporales y espirituales en
a las necesidades de la Iglesia, 96,4;
la formación, 140,4; y la autoridad
llevar el Evangelio a todos los hom-
de los Ministros y Custodios, VI-c;
bres, 97; y la Eucaristía, 100,1; y los
la descripción del Ministro general
demás Sacramentos y prácticas de
por parte de Francisco, VI-e;
piedad, 100,2; y el Sacramento de
Misión (*Actividades la Penitencia, 100,3; con los aleja-
apostólicas, *Trabajo) dos de la fe y/o de la Iglesia, 101,1;
sencillez en la m., un rasgo de la con los enfermos, 101,2; la pastoral
fraternidad, 1,2; buscar la presencia sanitaria, penitenciaria y de margi-
de Dios, 2; y la obediencia, 13,3; nación, 104; y la nueva evangeliza-
fundada en la unión con Dios, II- ción, 105,1; en las diversas culturas
a; la fraternidad comprometida en y situaciones, 105,2; con personas
la m. de la Iglesia, 55,3; promovida de otras culturas, confesiones cris-
por las relaciones recíprocas entre tianas y religiones, y con los no cre-
los hermanos, 57,1; de Jesús, IV-a; yentes, 105,3; y los movimientos
de los apóstoles, IV-b; de los prime- eclesiales, 106,1; y la OFS, 106,2;
ros hermanos, IV-c; la comunión y la M.I., 106,4; y la justicia, 108,2;
y la obediencia, IV-d; evangélica, promoción de la justicia, 108,2; en
IV-f; entre los no cristianos, IV-g; los colegios, 110,1; en las obras so-
el testimonio de vida, IV-h; y el tra- ciales y caritativas, 111; las nuevas
bajo, IV-i y 112; la humildad en los formas de m. que expresan mejor la

264
Índice analítico Movilidad

dimensión profética de la fraterni- ristía, 140,2; todos los hermanos


dad, 114; el planteamiento general sean formados para la m., 140,6; la
en los Capítulos provinciales y cus- formación para la m., con el estilo
todiales, 115,1; las m. comunes de de la conventualidad, 141,4; en el
las Provincias y Custodias, 116,2; posnoviciado, 162 y 168,3; la for-
ad gentes de la Orden, 122-128; en mación profesional y pastoral, 169;
todo el mundo, 122,1; ad gentes de la autoridad de los Capítulos y de
los hermanos, 122,2; la vida fran- los Ministros, Custodios y Guar-
ciscana conventual es ya m. por sí dianes, 182; la finalidad de la visita
misma, 123,1; más allá de las pro- canónica, 193,3;
pias fronteras, 123,1; la sensibilidad Missio ad gentes
misionera, 123,1-2; los hermanos muy apreciada en la tradición fran-
llamados a ir a otras culturas y nue- ciscana, 96,2a); de la Orden, 122-
vos ambientes sociales, 124,1; aper- 128; en todo el mundo, 122,1; de
tura para ir a la m. ad gentes ante la los hermanos, 122,2; los hermanos
propuesta del Ministro, 124,2; la m. llamados a ir a la m.a.g., 124,1;
ad gentes y la preparación adecuada los hermanos abiertos al discerni-
de los hermanos, 125,1; se comple- miento, 124,2; la preparación de
te luego la formación en tierra de los misioneros, 125,1; la m.a.g. y
misión, 125,2; enriquecida por la la vida fraterna, con proyectos cla-
vida religiosa, 127,1; y la formación ros, 127,1; la colaboración entre las
inicial y permanente en las nuevas Provincias y Custodias, 128,1; el
presencias misioneras, 127,2; la co- Secretariado General para la Ani-
laboración con otras Provincias y mación Misionera, 128,4;
Custodias en el proyecto de m. ad
gentes, 128,1; diversos modos de co- Movilidad
laboración, 128,2; el Secretariado un signo de solidaridad, 20,1; se
General para la Animación Misio- coordine en las Conferencias y
nera, 128,4-5; los formandos han de Federaciones, 31,2; para responder
a la propuesta de ir a la misión ad
hacer suya la m. de la Orden, 135,2;
gentes, 124,2;
la formación como crecimiento y
purificación de las relaciones para Movimientos eclesiales y la misión
la m., 139,1; se nutre cada día en de los hermanos, 106,1; y la forma-
la mesa de la Palabra y de la Euca- ción inicial, 131,1;

265
Necrologio Índice analítico

N
Necrologio del n., 155,1; y el lugar de la pri-
se mantenga actualizado, 72,3; mera profesión, 155,2; la profesión
Noviciado en peligro de muerte, 155,3; la pró-
según Francisco, V-c; la erección, rroga del n., 155,4; la continuación
el traslado o la supresión, 132,2; de la experiencia del postulantado,
la admisión, 150; la descripción, 156,1; no está permitido ningún es-
151; la admisión a la Orden, 152; tudio de especialización durante el
el inicio, 154,1; la duración, 154,2; n., 156,2; el contacto con la fami-
la permanencia fuera de la casa del lia, 156,3; el maestro, 156,4; el final
noviciado, 154,3; excepcionalmen- del n., 157,3; el regreso a la Orden
te se puede hacer fuera de la casa después de haberla abandonado,
del noviciado, 154,4; la ausencia 159;

O
Obediencia Obispo diocesano
según Francisco, I-f; la definición, ha de dar su consentimiento para la
10; y la dignidad humana, 10; a la presencia estable de una Provincia
Iglesia, 11; al Papa, 12,1; a los Mi- o Custodia en el territorio de otra,
nistros, Custodios y Guardianes, 29,1; se consulte al o.d. antes de la
12,2; en todo lo que no es contrario supresión de un Convento, 34,4;
al Evangelio, la Regla, las Consti- las disposiciones en el campo pas-
tuciones y la propia conciencia, toral, 120; el contrato para la acep-
12,3; a los Ordinarios del lugar, tación de las parroquias, 121,2; res-
12,4; recíproca, 12,5; activa y res- ponsable de todo lo que concierne
ponsable, 13,2 y 60,1; y los talentos al oficio pastoral, 121,3; nombra al
de los hermanos, 13,2; y la misión, párroco presentado por el Ministro
13,3; y las actividades personales, o Custodio, 121,4; nombra al vi-
13,3; fraterna, III-c; rasgos origina- cario parroquial presentado por el
les de la o., III-d; en la misión, IV- Ministro o Custodio, 121,4; y los
d; en los cargos, 119,1; objetivo de acuerdos escritos estipulados por el
los formandos, V-h; a la autoridad Custodio con el consentimiento de
de los Ministros y Custodios, VI-d; su Definitorio, 222,2;

266
Índice analítico Oración litúrgica

Oficios como evangelización, 89; alimen-


los hermanos los cumplan con fide- ta la misión y el trabajo, 92; y la
lidad y diligencia, 188,1; los requi- transformación misionera, 97; y la
sitos, 188,2; generales, 189,1; pro- predicación, 99,4; y la sensibilidad
vinciales, 189,2; custodiales, 189,3; misionera, 123,1-2; por las voca-
conventuales, 189,4; conferidos en ciones, V-d y 142,2; y la animación
los Capítulos, 190,1; vacantes fue- vocacional, 142,2; en el postulan-
ra del Capítulo, 190,1; la duración, tado, 146,1; en el noviciado, 151;
192,1; la renuncia, 195,1-3; ningún la descripción del Ministro general
oficio o cargo es inamovible, pero se según Francisco, VI-e;
requiere una adecuada estabilidad,
196,1; la remoción, 196, 2-3; la in- Oración comunitaria
compatibilidad o inhabilidad, 197; la participación como signo de la
conventualidad, 1,5; el Capítulo
Oración (*Oración comunitaria; conventual dispone el orden de la
*Oración litúrgica) o.c., 41,4; la adoración eucarística,
y la castidad, 25,2; al Padre, II-b; 43; compartir la Palabra, 44,4; par-
constante, II-c; la Encarnación ticipen todos los hermanos, 65,1;
del Hijo de Dios, II-d; la medita-
ción sobre la pasión y muerte de Oración litúrgica
Jesús, II-e; al Espíritu Santo, II-g; la participación como signo de la
a la Bienaventurada Virgen María, conventualidad, 1,5; el estudio de
II-j; fuente de la comunión, II-l; y los textos litúrgicos, 41,1; con reve-
la vigilancia, 35,3; el ejemplo del rencia, 41,2; según las normas de la
Seráfico Padre, 35,3; siempre con Iglesia, 41,2; teniendo en cuenta la
corazón puro y con humildad, pa- variedad de los ritos, 41,2; valoran-
ciencia y amor a todos, 35,4; unida do la riqueza de las Iglesias locales,
a la acción, 36,1; conservar el fruto 41,2; dejando espacio a la diversi-
de la o. en la vida cotidiana y nu- dad y a las legítimas adaptaciones,
trirlo con obras de virtud, 36,2; la 41,2; el uso del calendario y del
adoración eucarística, 43; mariana, ritual de la Orden, 41,3; la posibi-
47,1; las prácticas inspiradas en lidad de usar el misal, ritual y ca-
la tradición de la Orden, 49,1; las lendario de las Iglesias particulares,
prácticas de religiosidad popular, 41,3; el cuidado de los objetos li-
típicas de las diversas naciones y túrgicos, 41,5; y las Iglesias sui iuris,
culturas, 49,1; los días extraordina- 42; participen todos los hermanos,
rios de o., 54,2; los Ministros, Cus- 65,1; en las iglesias y los santuarios
todios y Guardianes cuiden el tiem- de los hermanos, 98; en el postu-
po y la calidad de la o., 60,1; la o. lantado, 146,1;

267
Orden Índice analítico

Orden tual, 58,1; el Capítulo conventual,


sus valores evangélicos, I-c; funda- 58,3; su carisma, 60,1; su hábito,
da por Francisco, 1,1; el ideal, 1,1; 67,2; visitar sus Conventos, 68,1;
sus miembros forman una frater- sus bienhechores, 69,3; los que
nidad, 1,2; incluida por la Iglesia trabajan en los Conventos y obras
entre los Institutos clericales, 1,3; de la O., 70,1; las Clarisas Urba-
y la conventualidad, 1,5; naci- nistas, 74,1; y los Institutos afilia-
da bajo la protección especial de dos o agregados a la O., 74,2; los
la bienaventurada Virgen María, que abandonan la O., 77,3-4, 78,1
1,6; la Inmaculada Concepción, el y 80,1-2; la persona jurídica, 83;
“hilo de oro” de la historia de la el representante legal, 83; la ad-
O., 1,6; los santos de la O., en la ministración sea única, 84,1; toda
continuidad del carisma originario la administración se confía al ecó-
y la devoción a la bienaventurada nomo y al exactor, 84,2; su patri-
Virgen María, 1,7; sujeta al Papa, monio estable, 86,4; la movilidad
3; y la profesión solemne, 4,2; y la dentro de la O., 95,2; la tradición
Regla, 5,2; sus documentos, 5,3; de la misión, 96,4; el estudio en la
los Estatutos, 7,1; su espíritu, 7,6; tradición de la O., 109,1; la edu-
los bienes ganados o recibidos por cación, 110,1; las obras sociales y
los hermanos, 16,1-2; puede po- caritativas, 111; el trabajo manual,
seer bienes temporales, 16,3; los 112; el gobierno de la O. y la co-
bienes para el apostolado, 19; la laboración, 116,1, 116,3 y 128,3;
solidaridad, 20,1-2; es una única sus diversas actividades, 118,3; su
familia, 20,2; las directrices sobre misión ad gentes, 122-128; sus pre-
los abusos, 26,2; es una única fra- sencias en el mundo, 122,3; su pre-
ternidad extendida por el mundo, sencia en las realidades de la misio
27; se articula en Provincias y Cus- ad gentes, 127,1; la implantatio Or-
todias, 28,1; y el Sacro Convento dinis, 128,4; la formación, V-c; las
de Asís, 32; su calendario y ritual, vocaciones, V-d, 142,2 y 143; sus
41,3; su tradición mariana, 47,1 y candidatos, V-e; sus mediaciones
106,4; y la Inmaculada, 47,2; San para la formación, 129,2; la for-
José, su patrón, 47,4; sus santos, mación es tarea prioritaria, 130;
48,2; su tradición espiritual, 49,1; sus casas de formación, 131,1; el
sus tiempos penitenciales, 54,1; tiempo de la formación, 131,2-3;
sus Capítulos, III-h; la vida frater- sus centros de estudio, 131,5; su
na, 55,4 y 141,2; escuela de comu- Ratio studiorum, 131,5; la casa de
nión, 57,1; los cambios actuales en formación de San Buenaventura/
la O., 57,3; su patrimonio espiri- Seraphicum, 132,6; su Ratio for-

268
Índice analítico Ordinario del lugar

mationis, 133,1; las casas de forma- 208; la vida y la misión de la O.,


ción son el corazón de la O., 134,1; examinadas por el Ministro gene-
los hermanos sean formados para ral con los Presidentes de las Con-
la misión, 135,2; el derecho pro- ferencias y Federaciones, 223,4;
pio para el nombramiento de los
Orden Franciscana Seglar
formadores, 136; la comisión de
una parte de la Familia Francis-
formación, 137,2; las directrices
cana, III-i; la asistencia espiritual
en caso de abusos comprobados,
por parte de los hermanos, 75,1; la
139,3; el carisma de la O., trans-
erección de las fraternidades loca-
mitido por los formadores, 141,1;
les, 75,2; el altius moderamen, 75,2;
su historia, 141,5; los llamados a
el nombramiento de los asistentes
la O. en edad no joven, 144; los
espirituales, 75,3; su misión, 106,2;
seminarios menores, 145,2; la vida
la Juventud Franciscana, 106,3; la
en la O. comienza con el novicia-
promoción de la OFS en la Iglesia
do, 151; la admisión a la O., 152;
local, 106,5; la sensibilidad misio-
la vuelta a la O., 159; la profesión
nera, 123,2; en el posnoviciado,
según el ritual de la O., 160,1; las
168,3;
gracias de la O., 163; el abando-
no de la O., 164,1; la expulsión, Ordenación
164,2; la profesión solemne y la condición para algunos derechos
incorporación definitiva a la O., y deberes de los hermanos, 1,3; al
165,3; el paso a otro Instituto re- final de la formación para el mi-
ligioso, 167,1-2; el Espíritu Santo nisterio ordenado, 131,3; la for-
es el Ministro general de la O., mación espiritual, 140,6; el dis-
VI-a; la autoridad suprema es el cernimiento, 171; el lectorado/
Capítulo general, 183,1; la potes- el acolitado, 172; los requisitos,
tad ordinaria del Ministro general, 173,1; la admisión, 173,2; el certi-
203; el gobierno de la O. durante ficado de la o., 174;
la sede vacante, 205; el conoci-
Ordinario
miento de la vida y la misión de la
la licencia para predicar, 99,5;
O. por parte de los Definidores ge-
nerales, 206; la representación de Ordinario del lugar
la O. ante la Santa Sede, 207; los la autoridad pastoral, 12,4; el Im-
diversos cargos y secretariados vin- primi potest, 109,3; la cooperación
culados a la vida y misión de la O., de los Ministros y Custodios, 116,4;

269
Paciencia Índice analítico

P
Paciencia toral, 121,3; sus registros y libros,
fruto de la oración, 35,4; sujetos a la revisión del Ordinario
del lugar, 121,3; sus registros y li-
Papa
bros, sujetos a la vigiliancia de los
toda la Orden y cada uno de los
Ministros, Custodios y Guardianes,
hermanos están inmediatamente
121,3; confiada a la Provincia o a la
sujetos al P., 3; interpreta la Regla,
Custodia, 121,4; su responsable es
5,1; la obediencia al P., 12,1; confir-
el párroco, 121,5; el equilibrio con
ma y avala la Regla, VI-b;
la vida fraterna, 121,6; la adminis-
Párroco tración de sus bienes, 121,6; la co-
el Ministro o Custodio lo presenta laboración con el consejo pastoral
al Obispo diocesano, 121,4; se le y el consejo económico, 121,7; en
consulte antes de nombrar al vica- caso de gastos extraordinarios de
rio parroquial, 121,4; responsable notable importancia, 121,8;
directo de la parroquia, 121,5; pide Paz
la colaboración al Guardián, 121,5; promover y construir la p., signo de
sus competencias en los Estatutos, minoridad, 1,4; la dimensión pro-
121,6; su deber de colaborar, 121,7; fética de la profesión religiosa, 9,3;
presente periódicamente una rela- las aportaciones para la promoción
ción pastoral y administrativa en el de la justicia, la paz y la integridad
Capítulo conventual, 121,7; y los de la creación, 21; llevada por el
gastos extraordinarios de notable mundo, IV-f; y la predicación, 99,3;
importancia, 121,8; las opciones y el ecumenismo, 107; en el posno-
pastorales a largo plazo que impli- viciado, 168,2;
quen el servicio de la fraternidad,
121,9; estable, pero puede ser re- Penitencia
y la fundación de la Orden, I-a;
movido, 121,10;
con la perspectiva de Francisco,
Parroquia II-k; perseverante, II-k; posbautis-
la posibilidad de aceptarlas, 103,1; mal, 50,1; y el servicio a los pobres,
no se acepten donde no sea posibile 50,2; y la ascesis, 50,3; los herma-
vivir la vida fraterna, 103,2; el pro- nos ofrezcan al Señor los sufrimien-
ceso para aceptarlas, 121,1; el con- tos y las contrariedades de cada día,
trato para la aceptación, 121,2; su- 52,1; y las obras de misericordia
jeta al Ordinario del lugar en todo corporales y espirituales, 53,1; las
aquello que se refiere al oficio pas- obras de p., 53,1; los tiempos pe-

270
Índice analítico Poder

nitenciales de la Iglesia particular, 14,3; compartir con los pobres,


53,2; los tiempos penitenciales pro- 14,3; la abstención de todo acto
pios de la Orden, 54,1; los días ex- de propiedad, 14,4; los hermanos,
traordinarios de p., 54,2; predicada en el uso de los bienes, depen-
por los primeros hermanos, IV-c; y dan de los Ministros, Custodios y
la predicación, 99,3; en la forma- Guardianes, 14,4; la propiedad in-
ción, 140,4; telectual, 14,5; la desapropiación
Pensiones de sí mismo, 14,6; el consumo, la
la posibilidad, 17,2; los Ministros y acumulación y el derroche, 14,6;
Custodios provean a las p., 17,3; el ejemplo de los Ministros, Custo-
dios y Guardianes, 14,7; se eviten
Permuta los permisos indiscriminados, 14,7;
de los bienes, 82,3; los bienes ganados o recibidos,
Perseverancia 16,1; los sueldos, 16,2; el trabajo,
en la obediencia, I-f; en la profe- 17,1; los instrumentos necesarios
sión religiosa, 9,4; en la penitencia, para el trabajo, 17,1; las limosnas,
II-k; 17,1; los subsidios sociales, 17,1; las
pensiones, 17,2; la seguridad social,
Pobres
17,2; el testimonio profético, 18,1;
compartir con ellos, 14,3; y la soli-
daridad, 17,1; su vida reflejada en la vida de p. de los hermanos refleje
la pobreza de los hermanos, 18,2; el tenor de vida de la gente pobre
la solidaridad con sus sufrimientos del lugar, 18,2; la vida común, 18,3;
y angustias, 18,2; las aportaciones los bienes destinados al apostolado,
de los hermanos para las necesida- 19; las intenciones de los bienhe-
des de los p., 21; el servicio a los chores, 19; la solidaridad, 20; las
p. y la castidad, 25,2; el servicio a ayudas para la Iglesia, los pobres, la
los p., un signo de penitencia, 50,2; justicia, la paz y la integridad de la
y las limosnas, 53,1; y la misión de creación, 21; el uso del dinero, 22;
la justicia, 108,2; la cercanía a los el discernimiento de nuevas formas
p. en la formación, 141,3; en el no- de p., 23; y la administración, 81; y
viciado, 151; en el posnoviciado, la programación económica, 87,1;
168,2; la vida de p. como evangelización,
92; Francisco formaba a los herma-
Pobreza
nos, V-a;
según Francisco, I-g; definición,
14,1; la renuncia a la propiedad Poder
individual, 14,2; el discernimien- rechazo del p. como signo de mino-
to comunitario sobre los bienes, ridad, 1,4; y la fraternidad, III-c;

271
Posnoviciado Índice analítico

Posnoviciado puntos principales, 99,3; medios


según Francisco, V-f; la erección o para prepararse, 99,4; la licencia
la supresión, 132,3; la descripción, para predicar, 99,5; popular, 104;
162; y la escuela teológica francis-
Prepostulantado
cana, 168,1; la formación francisca-
su posibilidad, 145,4;
na, 168,2; los grupos franciscanos,
168,3; la formación profesional y Presidente de la
pastoral, 169; las especializaciones, Conferencia/Federación
170; elegido según los estatutos propios,
Postulantado 223,4; convocados periódicamente
el inicio de la formación para la por el Ministro general, 223,4; en
vida franciscana, 131,2; el inicio comunicación con los hermanos,
de la formación para el ministerio 224;
ordenado, 131,3; la erección y la Procurador general
supresión, 132,1; la descripción, el oficio, 189,1; la tarea, 207; la
146,1; la duración, 146,2; los requi- elección, 207;
sitos para la admisión, 147,1-2; cer-
tificados y documentos requeridos, Profesión religiosa (*Profesión
148; el documento sobre el trabajo solemne; *Profesión temporal)
gratuito en y para la Orden, 149; el la definición, 4,1; obliga a observar
responsable, 150; la experiencia del la Regla, las Constituciones y los Es-
p. continúa en el noviciado, 156,1; tatutos, 7,6; los votos, 9,1; y el Bau-
tismo, 9,1; con la p.r. los hermanos
Prácticas de piedad se unen a Cristo y a la Iglesia, 9,2; la
el Capítulo conventual establece dimensión profética, 9,3; los herma-
el orden de sus celebraciones, 41,4; nos se entregan totalmente a Dios,
marianas, 47,1; las prácticas típicas 35,1; la presencia profética, 35,2; y
de las diversas naciones y culturas, la conversión posbautismal, 50,1;
49,1; inspiradas en la liturgia, 49,2; y la ascesis, 50,3; y la misión de la
brotan de la Eucaristía, 100,2; su Iglesia, 91,2; toda la vida consagrada
misión, 100,2; es misionera, 91,2; contribuye a la
Predicación misión de la Iglesia, 92; la vida fran-
de los primeros hermanos, IV-c; ciscana es ya misión por sí misma,
en comunión con la Iglesia, IV-d; 123,1; y la formación, 141,1; se pre-
se busque siempre el bien de las para en el noviciado, 151; la vuelta
personas, IV-e; y la transformación a la Orden después de haberla aban-
misionera, 97; en general, 99,1; donado tras la p.r., 159; la fórmula,
la preparación para la p., 99,2; los 160,2; en el posnoviciado, 162;

272
Índice analítico Provincia

Profesión simple/temporal de las Profesiones, 166,2; el paso a


(*Profesión religiosa) otro Instituto religioso, 167,1; emi-
la cesión de la administración de tida después del tiempo de prueba,
los bienes, 15,1; exhortación a reci- 167,4;
tar los Laudes y Vísperas en privado
Programación (Proyecto)
o el Oficio de los Padrenuestros, 40,2;
hecha en el Capítulo conventual,
posibilidad de anticiparla por causa
58,3 y 64; económica, 87,1; el pro-
justa, 155,2; en peligro de muerte,
grama pastoral de la Provincia o
155,3; la admisión, 157,1; la peti-
Custodia, 95,4; el proyecto pastoral
ción por escrito, 157,3; la relación
provincial o custodial, 115,2; para
de los formadores, 158,1; se escuche
asegurar un número suficiente de
a los hermanos del Convento antes
hermanos cualificados, 118,3; mi-
de la p.t., 158,2; es recibida por el
sionera ad gentes, 127,1; y la pre-
Ministro o el Custodio, 160,1; la
paración de los formadores en la
duración, 161; obliga a observar
nueva presencia misionera, 127,2;
la Regla y las Constituciones, 163;
misionera de una Provincia, 128,1;
los derechos, 163; y el Capítulo
y la finalidad de la visita canónica,
conventual, 163; el abandono de
193,3;
la Orden, 164,1; la expulsión de la
Orden, 164,2; la prórroga de la p.t., Propiedad
165,2; renuncia a la p. individual de los
bienes, 14,2; renuncia a todo acto
Profesión solemne/perpetua
de p., 14,4; intelectual, 14,5; la
(*Profesión religiosa)
cesión de la administración de los
la incorporación definitiva a la
bienes antes de la profesión tem-
Orden, 4,3; renuncia a las pro-
poral, 15,1; renuncia a la p. de los
piedades, 15,2; la obligación de la
bienes antes de la profesión solem-
Liturgia de las Horas en privado o
ne, 15,2; la Orden, las Provincias,
el Oficio de los Padrenuestros, 40,1;
las Custodias y los Conventos
el término y meta de la formación
pueden poseer bienes temporales,
para la vida franciscana, 131,2; la
16,3;
preparación en el posnoviciado,
162; la madurez requerida, 165,1; Provincia
la preparación inmediata, 165,3; puede poseer bienes temporales,
la petición por escrito, 165,4; la 16,3; y la solidaridad, 20,1; la Or-
admisión, 166,1; es recibida por el den se articula en Provincias y
Ministro o el Custodio, 166,2; po- Custodias, 28,1; la afiliación, 28,1;
sibilidad de anticiparla por causa formada por Conventos, 28,2 y
justa, 166,2; se registra en el Libro 30,1; se asienta en un territorio

273
Ratio formationis (*El discípulo franciscano) Índice analítico

determinado, 28,2; la presencia 84,2; el patrimonio estable, 86,2;


estable en el territorio de otra cir- las aportaciones a la Orden, 86,4;
cunscripción, 29,1; puede erigir otras formas concretas de solidari-
Delegaciones, 30,2; forma parte dad en el ámbito económico, 86,4;
de una Conferencia o Federación, se le confían las parroquias, 121,4;
31,1; el Sacro Convento de Asís y los proyectos misioneros, 128,1;
como centro de espiritualidad, 32; la comisión de formación, 137,2;
la erección, división, unión, fusión la animación vocacional, 142,4;
o supresión de una P., 33,1; los cri- el itinerario formativo específico
terios para la erección de una P., para candidatos de edad no joven,
33,2; los criterios para la supresión, 144; puede instituir un seminario
fusión, unión, 33,3; la persona ju- menor, 145,1; la posibilidad del
rídica, 83; el representante legal, prepostulantado, 145,4; programas
83; la administración sea única, orgánicos de formación permanen-
84,1; toda la administración se te, 178,1; la autoridad principal es
confía al ecónomo y al exactor, el Capítulo provincial, 183,2;

R
Ratio formationis (*El la R. para Francisco, I-d; la inter-
discípulo franciscano) pretación de la R., I-e y 6,1; inter-
para toda la Orden, 133,1; para pretada en las Constituciones, 4,1;
cada Provincia y Custodia, 133,2; confirmada por Honorio III e inter-
el oficio, la elección y las compe- pretada por los Sumos Pontífices,
tencias de los formadores, 136; y el 5,1; la R. como forma de vida, 5,1;
Secretariado general para la Forma- obliga en conciencia, 5,1; funda-
ción, 137,3; mento de la vida y de la legislación,
5,2; su estudio, 5,3; las leyes y de-
Ratio studiorum
cretos para observarla, 6,4; el com-
el estudio del carisma por parte de
promiso de observarla, 7,6; leída en
quienes cursan estudios en centros
común en el modo establecido por
que no son de la Orden, 131,5;
los Estatutos provinciales, 7,7; el
Regla Evangelio es su fundamento, 44,2;
escrita por Francisco, I-b; revelada los tiempos de penitencia, 54,1; no
por Dios a Francisco, I-d; confirma- asignar obligaciones contrarias a
da por el Papa, I-d; el significado de la R., 118,1; la fidelidad a la R. en

274
Índice analítico Sagrada Escritura

los cargos, 119,1; en la formación, con la familia, en el seminario me-


141,5; en el noviciado, 151; confir- nor, 145,2;
mada y avalada por el Papa, VI-b;
Representante legal
Relaciones el cargo, 83;
buscar la presencia de Dios, 2; y la Responsabilidad pastoral
castidad, 25; un comportamiento las disposiciones de las Conferen-
respetuoso, 26,1; crear ambientes cias episcopales y de los obispos
sanos y seguros, 26,1; transforma- diocesanos, 120; sujeta al Ordina-
das por los fenómenos contem- rio del lugar en todo lo que concier-
poráneos, 56,1; entre las diversas ne al oficio pastoral, 121,3;
culturas, 56,2; las r. recíprocas
promuevan la vida fraterna, la for- Revisión
mación inicial y permanente y la en el Capítulo conventual, 58,3;
misión, 57,1; con las personas de con ocasión de la visita canónica,
otras culturas, confesiones cristia- 193,3;
nas y religiones, y con los no cre- Revisión de vida
yentes, 105,3; la formación como en el Capítulo conventual, 58,3; el
crecimiento y purificación, 139,1; y Capítulo conventual es instrumen-
la madurez afectivo-sexual, 139,2; to privilegiado para la r.d.v., 64;

S
Sabático (período) nos enfermos, 62,1; y la transfor-
y la formación permanente, 181,2; mación misionera, 97; brotan de la
Sacerdotes Eucaristía, 100,2; su misión, 100,2;
se recomienda la concelebración administrados a los enfermos, 101,2;
diaria, 38,2; Sacro Convento
Sacramento de la Penitencia descripción, 32; se rige por un Esta-
y la conformación a Cristo, 51,1; y tuto particular, 32; derechos de los
la misericordia, 100,3; administra- hermanos por privilegio singular,
do por los presbíteros, 100,3; en la 231,3;
formación, 140,5; Sagrada Escritura
Sacramentos y Francisco, II-h; la mesa de la Pala-
y la castidad, 25,2; para los herma- bra y la mesa de la Eucaristía, 38,1;

275
San Buenaventura-Seraphicum Índice analítico

la escucha asidua, la lectura, medi- II-a; relación con Dios Padre, II-b;
tación y estudio de la S.E., 44,1; la la oración constante, II-c; la Encar-
ignorancia de las Escrituras es ig- nación del Hijo de Dios, II-d; la me-
norancia de Cristo, 44,1; uso de los ditación sobre la pasión y muerte de
instrumentos adecuados, 44,1; sobre Jesús, II-e; y la Eucaristía, II-f; y el
todo el Evangelio, 44,2; otras cele- Espíritu Santo, II-g; y la Sagrada Es-
braciones de la Palabra, 44,3; com- critura, II-h; y la Liturgia de las Ho-
partir la Palabra en común, 44,4; la ras, II-i; y la Bienaventurada Virgen
fraternidad se nutre de la Palabra, María, II-j y 46,1; y la penitencia,
55,3; y la predicación, 99,2; nutre II-k; la unión con Dios, fuente de la
cada día a los formandos, 140,2; y la comunión, II-l; hombre hecho ora-
animación vocacional, 142,3; en el ción, 35,3; el Evangelio, fundamen-
postulantado, 146,1; to de la Regla, 44,2; la solemnidad
del Seráfico Padre San Francisco,
San Buenaventura-Seraphicum
48,1; ejemplo de penitencia, 50,2;
descripción, 132,6; una experiencia
la misericordia con los leprosos,
internacional de formación francis-
50,2; la vigilia de S. F., tiempo de
cana, 132,6;
penitencia, 54,1b); la fraternidad
San Francisco de Asís como elemento carismático, III-a;
verdadero discípulo de Jesucristo, la fraternidad de verdaderos her-
I-a; la institución de la fraternidad, manos, III-b; y el poder, III-c; y la
I-a; vive según la forma del santo obediencia fraterna, III-c; nueva
Evangelio, I-a, I-b, I-c; la escucha forma de obediencia fraterna, III-d;
del Evangelio, I-b; escribe la Regla, la fraternidad fundada en las pala-
I-b; sus principales valores evangé- bras de Jesús, III-e; rasgos concretos
licos, I-c; el significado de la Regla, de la fraternidad, III-f-g; los Capí-
I-d; y la Iglesia, I-e; el significado de tulos, III-h; el padre de la Familia
la obediencia, I-f; el significado de Franciscana, III-i; la fraternidad
la pobreza, I-g; el significado de la abierta a toda la creación, III-j; y
castidad, I-h; funda la Orden, 1,1; y la vida evangélica, 55,3; quienes se
los Hermanos Menores, 1,4; la obe- interesan o inspiran en San Fran-
diencia al Papa, 12,1; la obediencia cisco, 76; narra la misión de Jesús,
al Ministro general, sucesor de San IV-a; la misión recibida en San Da-
Francisco, 12,2; humilde y pobre, mián, IV-b; el siervo de todos, IV-b;
14,6; y el trabajo, 17,1; la Orden envía a los hermanos de dos en dos
como testimonio de la pobreza a evangelizar, IV-c; la comunión y
evangélica, 23; su tumba, 32; la la obediencia en la misión, IV-d; la
unión con Dios como fundamento, predicación, IV-e; ir por el mundo,

276
Índice analítico Secretario custodial

IV-f; la misión entre los no cristia- Santa Sede


nos, IV-g; el anuncio del Evangelio interpreta la Regla, 6,1; aprueba las
con la vida, IV-h; el trabajo, IV-i; Constituciones, 6,2; la interpreta-
la humildad en la misión, IV-j; el ción auténtica de las Constitucio-
espíritu ecuménico, 104; manda a nes, 6,3; concede el permiso para la
los discípulos por todo el mundo, venta, permuta o alquiler de ciertos
119,1; formaba a los hermanos, V-a; bienes muebles e inmuebles, 82,3;
formaba para vivir el Evangelio, la aceptación en la Orden de un
V-b; y las etapas formativas, V-c y miembro de un Instituto secular o
V-f; y la formación permanente, Sociedad de vida apostólica, 167,
V-g; su exhortación para la forma- 2-3; acepta la renuncia del Minis-
ción, V-i; en el postulantado, 146,1; tro general, 195,3;
en el noviciado, 151; la oración al
Padre, VI-a; seguir a Jesús, VI-a; el Santísima Trinidad
Espíritu Santo, Ministro general, y la Regla, I-d; y la castidad, 24,1; la
VI-a; el modo de ejercer la auto- comunión con la S.T., II-l; y la Euca-
ridad, VI-c; la obediencia de los ristía, 38,1; modelo de fraternidad,
hermanos, VI-d; la descripción del 55,1; la fraternidad, icono de la S.T.,
Ministro general, VI-e; la descrip- 63; y la misión, IV-b; la bendición
ción del Definitorio general, VI-f; para la formación, V-i; la formación
la descripción de los Ministros y es, en primer lugar, obra de la S.T.,
Custodios, VI-g; el servicio de los 129,1; fuente de autoridad, VI-a;
Ministros y Custodios, VI-h; la des- Santos
cripción del Capítulo general, VI-i; la veneración de los S., 48,2;
la descripción del Capítulo provin-
cial, VI-j; Secretariado general para
la Animación Misionera
San José el oficio, 128,4-5;
patrón de la Orden, 47,4;
Secretariado general
San Maximiliano Kolbe para la Formación
y la continuidad de la devoción
el oficio, 137,3; las experiencias in-
mariana en la tradición de la Or-
terculturales de formación perma-
den, 1,7; y la consagración a María
nente, 178,2;
Inmaculada, 47,3; la tradición ma-
riana en la formación, 140,7; Secretariados generales
su tarea, 208;
Sanciones
particulares, 78,1; canónicas, 78,2; Secretario custodial
80,1; el oficio, 189,3;

277
Secretario general Índice analítico

Secretario general s., 122,3; Francisco formaba a los


el oficio, 189,1; hermanos, V-a; la finalidad de los
formandos, V-h; en la formación,
Secretario provincial
141,3; en el posnoviciado, 168,2;
el oficio, 189,2;
la descripción del Ministro general
Seguimiento de (conformación por parte de Francisco, VI-e;
a) Cristo (*Jesucristo)
y su Evangelio, I-e; pobre y humil- Seraphicum-San Buenaventura
de, como signo de minoridad, 1,4; 132,6;
el crucifijo en la penitencia, II-k; y Servicio
el espíritu de penitencia, 50,1; en a los hermanos enfermos, como
la formación, V-e; la finalidad de rasgo de la fraternidad, 1,2; re-
los formandos, V-h; el proceso de cíproco, como signo de minori-
la formación, 129,2; toca en pro- dad, 1,4; a la humanidad, como
fundidad a toda la persona, 129,3; signo de la conventualidad, 1,5;
tarea prioritaria de la Orden, 130; el espíritu de s. de los Ministros,
la formación espiritual, 140,1; el se- Custodios y Guardianes, 13,1; y
guimiento de Cristo pobre y siervo la castidad, 25,2; fraterno, 55,4;
en la formación, 141,3; en el posno- doméstico, 65,4; un signo de mi-
viciado, 162; la madurez requerida noridad en la misión, 93,2; a los
para la profesión solemne, 165,1; y que están alrededor de los herma-
la formación permanente, 176; en nos, 96,5; en las parroquias, 103,1;
la oración de Francisco, VI-a; la finalidad de la formación, 129,2
Seguridad social y 130; la formación, 139,4; en el
la posibilidad, 17,2; los Ministros y noviciado, 151; y la autoridad de
Custodios provean a la pensión y la los Ministros y Custodios, VI-c; el
asistencia sanitaria de los herma- ministerio de los Ministros y Cus-
nos, 17,3; todios, VI-h; el s. de la autoridad
de los Capítulos y de los Ministros,
Seminario menor
Custodios y Guardianes, 182;
la institución, 145,1; la vida, 145,2;
los estudios, 145,3; Silencio
voluntario, 53,1; en el Convento,
Sencillez
66,2; en el noviciado, 151;
en la misión, como rasgo de la fra-
ternidad, 1,2; y la pobreza, 14,4; y Sobriedad
la gestión de los bienes, 16,1; en y pobreza, 14,4; y la gestión de los
las relaciones, 93,2; la presencia bienes, 16,1; y el dinero, 22; y la
de los hermanos se distinga por la evangelización, 92; y la presencia

278
Índice analítico Testimonio

de los hermanos, 122,3; en las casas Trinidad, 55,1; y la administración,


de formación, 131,1; 81; las aportaciones de los Conven-
tos a la Provincia o Custodia, 86,2;
Solidaridad
y la programación económica, 87,1;
con los excluidos y marginados, 1,4;
y la justicia, 108,1; y la sensibilidad
la dimensión profética de la profe-
misionera, 123,1-2; económica con
sión religiosa, 9,3; con los pobres,
las nuevas presencias, 128,1; cola-
17,1; con los sufrimientos y angus- boración para abrir nuevas presen-
tias de los pobres, 18,2; dentro de cias misioneras, 128,2;
la Orden, 20,1; y la movilidad de
los hermanos, 20,1; y la formación, Subsidios sociales
20,1; y las nuevas presencias de la la posibilidad, 17,1;
Orden, 20,1; la definición, 20,2; las Sufragios
formas concretas de s. en los Esta- mensuales, 72,4; anuales, 72,5;
tutos generales, 20,2; las formas otros s. establecidos por los Estatu-
concretas de s. en los Estatutos pro- tos, 72,6;
vinciales y custodiales, 20,3; en la
convención sobre la presencia esta- Sumisión
ble de una Provincia o Custodia en a todos, como signo de minoridad,
1,4; y la obediencia, 10;
el territorio de otra, 29,2; la coope-
ración solidaria en la Conferencia Superiores mayores
o Federación, 31,2; la acción de la definición, 184,2;

T
Talentos Testimonio
y la obediencia, 13,2; en la vida ideal de la Orden, 1,1; t. profético de
fraterna, 55,4; y las iniciativas de un mundo nuevo, 9,3; del carisma a
los hermanos, 59,1; se tengan en través de los hermanos enviados de
cuenta a la hora de asignar las acti- todas las Provincias al Sacro Con-
vidades apostólicas, 95,1; el discer- vento de Asís, 32; de dedicación to-
nimiento para poner los t. al servi- tal a Dios, II-l; t. profético de la vida
cio de la Provincia, de la Custodia fraterna, 55,2; a todos los pueblos,
o de la Orden, 95,2; suscitados por 56,1; y la predicación de los prime-
el Espíritu Santo, 113,2; en la asig- ros hermanos, IV-c; de la vida, IV-h;
nación de los cargos, 118,2; del carisma en la Iglesia, 92; con el

279
Trabajo (*Misión) Índice analítico

estilo de vida, 92; las diversas formas Trabajo (*Misión)


de t., 96,1; en las diversas culturas obligación de los hermanos, 17,1;
de la misión, 96,3; y la transforma- los instrumentos necesarios para el
ción misionera, 97; en las iglesias y t., 17,1; como misión, IV-i y 112;
santuarios de los hermanos, 98; en sin apagar el espíritu de oración;
la predicación, 99,2; en la parroquia, 94; aportación real a la misión,
103,1; y la nueva evangelización, 112; los hermanos trabajen fiel y
105,1; en la actividad educativa, devotamente, 113,1; la formación
110,1; promovido por el gobierno de en y para el t., 139,4; en el novicia-
la Orden entre las diversas circuns- do, 151; la formación profesional y
cripciones para una mayor eficacia pastoral, 169;
de la misión, 116,1; en la misión Transfiliación
ad gentes, 122,1; hermanos entre temporal o permanente, 231,5;
hermanos, 122,3; para las vocacio-
nes, V-d; de los formadores, 134,2; Transparencia
la formación como crecimiento y interior, para vivir en castidad,
purificación de las relaciones para 25,1; madurez afectivo-sexual,
139,2;
el t., 139,1; de la vida fraterna en
la formación, 141,2; y la animación Tumbas
vocacional, 142,1; de los hermanos, 72,3;

U
V
Vacaciones Vicario del Convento
se concedan a tenor de los Estatu- el oficio, 189,4; elegido por el Ca-
tos provinciales y custodiales, 68,2; pítulo conventual, 190,2; los requi-
sitos, 190,2; la colaboración, 194,3;
Vicario custodial en ausencia del Guardián, puede
superior mayor, 184,2; el oficio, convocar el Capítulo conventual,
189,3; la colaboración, 194,3; pue- 228,2;
de sustituir al Custodio en el Capí- Vicario general
tulo general, 200,2; superior mayor, 184,2; el oficio,

280
Índice analítico Vida fraterna (*Fraternidad)

189,1; la colaboración, 194,3; en la formación, conforme al estilo


preside el Capítulo general en au- de la conventualidad, 141, 4;
sencia del Ministro general, 201;
Vida evangélica
sustituye al Ministro general, 205;
la forma de vida de San Francisco,
en caso de sede vacante convoca el
55,3; los hermanos no teman ser
Capítulo general para la elección
creativos al realizar la propuesta
del Ministro general, 205;
evangélica, 56,1; las vacaciones,
Vicario parroquial siempre en conformidad con la
su nombramiento, 121,4; colabora- profesión de v.e., 68,2; en la pre-
ción con el párroco, 121,5; dicación, 99,2-3; la renovación de
Vicario provincial la v.e., objetivo fundamental de la
superior mayor, 184,2; el oficio, formación permanente, 176;
189,2; la colaboración, 194,3; pue- Vida fraterna (*Fraternidad)
de sustituir al Ministro provincial su modelo es la comunión de la
en el Capítulo general, 200,2; sus- Trinidad, 55,1; la comunión con la
tituye al Ministro provincial, 218; Iglesia, 55,2; el testimonio proféti-
Vida activa co, 55,2; se construye cada día en la
es deber de todos los hermanos comunión, 55,4; y las relaciones y el
unirla a la vida contemplativa, 2; intercambio entre culturas, 56,2; y
íntimamente unida a la oración, los conflictos, 56,4; promovida por
para una perfecta vida de unión las relaciones recíprocas, 57,1; y el
con Dios, 36,1; compenetrada con Capítulo conventual, 58,3; gestos
la vida contemplativa, 91,3; de cortesía y caridad, 61,1; se evi-
te lo que turba la paz, 61,2; cuando
Vida común haya diversidad de opiniones, se
y la pobreza, 18,3; los hermanos busque la solución mejor, 61,3; la
ofrezcan a Dios los límites inheren- comunión consolidada con los ac-
tes a la v.c., 52,1; tos comunes, 63; el horario de los
Vida contemplativa actos comunes, establecido por el
unida a las actividades apostólicas, Capítulo conventual, 64; y el hábi-
2; es deber de todos los hermanos to, 67,1; el sufragio mensual, 72,4;
unirla a la vida activa, 2; el com- el sufragio anual, 72,5; y la adminis-
promiso principal de la profesión tración, 81; y la evangelización, 92;
religiosa, 35,1; íntimamente unida las actividades apostólicas de los
a las actividades, para una perfecta hermanos, aprobadas y coordinadas
vida de unión con Dios, 36,1; com- por la fraternidad, 95,4; el testimo-
penetrada con la vida activa, 91,3; nio de la v.f. en las diversas cultu-

281
Vigiliancia Índice analítico

ras, 96,3; y la transformación mi- Visita canónica


sionera, 97; en la parroquia, 103,1; la obligación, 193,2; la finalidad,
no se acepten parroquias donde no 193,3; la revisión y evaluación des-
sea posible vivir la v.f., 103,2; las pués de un tiempo oportuno, 193,3;
actividades se armonicen siempre
con los deberes de la v.f., 118,1; la Visita fraterna
fidelidad a las exigencias de la v.f., por parte de los Ministros y Custo-
119,1; la colaboración de la fra- dios, 193,1;
ternidad en la parroquia, 121,5; el Visitador estable
equilibrio entre las necesidades de en caso excepcional, 213, 4;
la parroquia y las exigencias de la
v.f., 121,6; las opciones pastorales a Vocación
largo plazo que implican el servicio compartida por todos los herma-
de la fraternidad, 121,9; proyectos nos, 1,3;
claros de v.f. y pastoral en la misión
Votos
ad gentes, 127,1; la formación como
obligan sub gravi, 9,5; la prepara-
crecimiento y purificación de las
ción en el noviciado, 151; duración
relaciones para la v.f., 139,1; en la
de la primera profesión, 161; en el
formación, 141,2; en el postulanta-
do, 146,1; en el noviciado, 151; en posnoviciado, 162;
el posnoviciado, 162; y la finalidad Voz activa y pasiva
de la visita canónica, 193,3; del exclaustrado, 78,1a); del que
Vigiliancia ha pedido la dispensa de los debe-
en la profesión religiosa, 9,4; y la res derivados de la sagrada ordena-
castidad, 25,3; en la oración, 35,3; ción o el indulto de secularización,
sobre la calidad de la vida espiri- 78,1b); del que se ausenta ilegíti-
tual, 35,3; mamente del Convento, 78,1c);
del que ha abandonado ilegítima-
Virtud
y la pobreza, I-g; fruto de la unión mente la Orden y ha sido readmi-
con Dios, 36,2; anunciadas en la tido, 78,1d); del profeso temporal,
predicación, IV-e; la formación 163; en el quinto escrutinio para la
como crecimiento y purificación de elección de un Ministro o un Cus-
las relaciones, 139,1; la descripción todio general, 191,4; del profeso
del Ministro general por parte de solemne, 231,2; del profeso solem-
Francisco, VI-e; la descripción del ne colocado de familia en el Sacro
Definitorio general por parte de Convento y en la Custodia de Asís,
Francisco, VI-f; 231,3;

282
ÍNDICE GENERAL

Págs.

Decreto de la Congregación para los Institutos de Vida


Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica....................... 7
Carta de acompañamiento al Decreto........................................ 9
Promulgación.............................................................................. 11
Autorización traducción española.............................................. 15
Abreviaturas Fuentes Franciscanas............................................. 16
Abreviaturas Documentos Eclesiásticos..................................... 17

Regla del Seráfico Padre San Francisco.................................... 19


Testamento del Seráfico Padre San Francisco.......................... 33

Constituciones de la Orden
de los Hermanos Menores Conventuales

Capítulo I. La vida evangélica de los hermanos....................... 43


Introducción espiritual............................................................... 45
Título I. Los principios carismáticos de la Orden....................... 50
Título II. La profesión de la Regla.............................................. 54
Título III. La profesión de los votos............................................ 57
Título IV. La estructura de la Orden........................................... 68

283
Índice general

Págs.

Capítulo II. La vida de unión con Dios.................................... 73


Introducción espiritual............................................................... 75
Título I. La vida y el espíritu de oración..................................... 81
Título II. La oración litúrgica..................................................... 82
Título III. Las otras acciones litúrgicas....................................... 86
Título IV. Penitencia y conversión en la vida de los hermanos. 90

Capítulo III. La vida fraterna en comunión............................ 93


Introducción espiritual............................................................... 95
Título I. La fraternidad franciscana............................................ 100
Título II. Aspectos particulares de la vida fraterna.................... 107
Título III. La caridad fraterna hacia los difuntos........................ 112
Título IV. Las relaciones con la familia franciscana................... 113
Título V. La tutela de la vida fraterna......................................... 115
Título VI. La administración fraterna de los bienes................... 118

Capítulo IV. La misión de los hermanos.................................. 125


Introducción espiritual............................................................... 127
Título I. El fundamento de la misión y de las actividades
de los hermanos............................................................. 132
Título II. Los ámbitos de la misión y de las actividades
de los hermanos............................................................. 135
Título III. La organización de la misión y de las actividades
de los hermanos............................................................. 146
Título IV. La misión ad gentes de la Orden................................. 153

284
Índice general

Págs.

Capítulo V. La formación de los hermanos.............................. 157


Introducción espiritual............................................................... 159
Título I. Los principios de la formación..................................... 163
Título II. Las dimensiones de la formación franciscana............. 169
Título III. La animación vocacional........................................... 173
Título IV. El postulantado........................................................... 176
Título V. El noviciado................................................................. 178
Título VI. El posnoviciado.......................................................... 185
Título VII. La formación permanente........................................ 192

Capítulo VI. El gobierno de la Orden...................................... 195


Introducción espiritual............................................................... 197
Título I. El servicio de la autoridad en la Orden........................ 203
Título II. Los oficios.................................................................... 206
Título III. El Capítulo general.................................................... 213
Título IV. El Ministro general y su Definitorio........................... 214
Título V. El Capítulo provincial................................................. 216
Título VI. El Ministro provincial y su Definitorio...................... 219
Título VII. El Custodio y su Definitorio..................................... 220
Título VIII. Las Conferencias y Federaciones............................ 222
Título IX. El Guardián y el Capítulo conventual....................... 223

Índices......................................................................................... 227
Índice analítico........................................................................... 229
Índice general.............................................................................. 283

285
CONSTITUCIONES DE LA ORDEN DE
HERMANOS MENORES CONVENTUALES
© Curia general de la Orden de Hermanos Menores Conventuales
Convento Ss. XII Apostoli, 51. 00187 Roma, ITALIA.

Publicación italiana: Roma, marzo 2019


Publicación en lengua española: Madrid, octubre 2019

Diseño: Studio perbene


Maquetación: José Luis Silván Sen

Imprimi potest:
Fr. Marco Tasca, Ministro general OFMConv
2 de febrero 2019

Todos lo derechos reservados.


Edición pro manuscripto – uso interno
CONSTITUCIONES
ORDEN DE LOS HERMANOS
MENORES CONVENTUALES

CONSTITUCIONES
2019

constituciones
ORDINIS FRATRUM MINORUM
CONVENTUALIUM
ROMA 2019

153 mm 22 mm 153 mm

Constituciones OFMCONV 2019 PORTADA.indd 1 6/10/19 10:29

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