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TEMA II
EL DELITO COMO PRECEDENTE DE LA INVESTIGACION
CRIMINAL
1. Introducción
El delito como conducta perversa que actúa y se desarrolla más allá de los márgenes
socialmente admitidos, perturba de forma notable, el normal desarrollo de la sociedad,
que muchas veces observa como sus responsables, -los delincuentes-, conviven e incluso
prosperan en ella, hasta en condiciones mucho más ventajosas, que las personas que lo
hacen honradamente. Es cierto que, frente a este fenómeno, las sociedades a lo largo del
tiempo han intentado establecer, unos con mejor fortuna que otros, mecanismos y
estrategias generalmente de represión, con la finalidad de terminar o intentar paliar este
fenómeno, dejando en segundo plano la prevención.
En este punto es importante enfatizar que nos referimos a los delitos en general y no así a
condiciones especiales que exige, por ejemplo, el delito de Legitimación de Ganancias
Ilícitas, que tiene un catálogo de delitos fuentes.
Bajo esta misma lógica, para el inicio de una investigación criminal, necesitamos que una
determinada conducta sea contemplada como delito en una norma, de manera tal que la
acción de una persona, con consecuencias en el mundo exterior sea perseguible por el
sistema penal de una determinada sociedad. Esa acción u omisión exteriorizada, es
ineludiblemente la condición sinne qua non, para que se inicie una investigación, es por
ello, que solo con la comisión de un hecho delictivo se inicia una investigación criminal.
Zaffaroni señala que, “el Derecho penal es el conjunto de normas jurídicas que regulan la
potestad punitiva del Estado, asociando a hechos, estrictamente determinados por la ley,
como presupuesto, una pena, medida de seguridad o corrección como consecuencia, con
el objetivo de asegurar los valores elementales sobre los cuales descansa la convivencia
humana pacífica” 1.
Siguiendo a los autores clásicos del Derecho Penal, Jiménez de Asúa en su Tratado de
Derecho Penal, manifiesta que, el Derecho penal, “es el conjunto de normas y
disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio, del poder sancionador y preventivo del
Estado, estableciendo el concepto del delito como presupuesto de la acción estatal, así
como la responsabilidad del sujeto activo y asociando a la infracción de la norma una pena
finalista o una medida aseguradora (JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis. “Tratado de Derecho Penal”,
1992, tomo I, p. 33).
El profesor M. Polaino Navarrete* al referirse a las funciones del Derecho Penal, destaca
que protección y prevención constituyen un binomio inseparable y mantienen una relación
de medio a fin. El Derecho Penal protege bienes jurídicos (esto es, les concede garantía
normativa), con el objetivo de la prevención de la lesión de los mismos (o sea, de la
evitación de futuros delitos). La protección de bienes jurídicos es el contenido de la
función, y la prevención de delitos es el objetivo final de la misma. Desde esta perspectiva,
1
ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro; y SLOKAR, Alejandro. “Derecho Penal”, parte general,
Buenos Aires, Editorial Ediar, 2002, pág. 24. Santiago Mir Puig, refiriéndose al Derecho Penal como uno de
los medios de control social, manifiesta lo siguiente: “El Derecho Penal constituye uno de los medios de
control social existentes en las sociedades actuales. […] Como todo medio de control social, éste tiende a
evitar determinados comportamientos sociales que se reputan indeseables, acudiendo para ello a la amenaza
de imposición de distintas sanciones para el caso que dichas conductas se realicen; pero el Derecho Penal se
caracteriza por prever las sanciones en principios más graves –las penas y las medidas de seguridad–, como
forma de evitar los comportamientos que juzga especialmente peligrosos –los delitos–. Se trata, pues, de una
forma de control social lo suficientemente importante como para que, por una parte, haya sido monopolizada
por el Estado y, por otra parte, constituya una de las parcelas fundamentales del poder estatal […]”. (MIR
PUIG, Santiago. “Derecho Penal”, parte general, 7ª edición, editorial B de F, Julio Cesar Faira-Editor,
Montevideo-Buenos Aires, 2005, p. 49).
*Los instrumentos o medios de que vale el Derecho Penal –dice Polaino Navarrete– para desempeñar su
función de tutela y prevención de bienes jurídicos son la pena y la medida de seguridad, las cuales se
imponen cuando se lesionan o ponen en peligro los bienes jurídicos esenciales del individuo o de la
comunidad, considerados merecedores de la protección punitiva. (POLAINO NAVARRETE, Miguel.
“Instituciones de Derecho Penal, parte general, GRIJLEY, Lima, 2005, pp. 95-96-97).
el bien jurídico, en tanto objeto de protección típica, se convierte en un concepto esencial
del Derecho Penal consubstancial a su propia existencia.
Siguiendo a Mir Puig, la función del Derecho penal se manifiesta en la función de la pena y
de la medida de seguridad, pero no se agota en ello. El Derecho penal no sólo se integra
de normas que prevén penas o medidas (normas secundarias), sino también de las normas
que prohíben los delitos a los ciudadanos (normas primarias). También en éstas habrá de
reflejarse la función del Derecho penal: también ellas tendrán la función de prevención
limitada que corresponde al Derecho penal de un Estado social y democrático de Derecho.
Al prohibir los delitos, las normas primarias perseguirán motivar al ciudadano para que no
delinca, en lo que deberán respetar ciertos límites que la doctrina penal tiene en cuenta al
exigir determinados requisitos mínimos en el concepto del delito como infracción de la
norma primaria. (…). (MIR PUIG, Santiago. “Derecho Penal”, parte general, 2005, p. 105).
2.1 La pena
Esta palabra deriva, etimológicamente, del término latino “poena”, el cual significa dolor
sinónimo de trabajo, sufrimiento o fatiga.
Entre los conceptos más elaborados y relevantes, Carrara indica que la pena es
“aquel mal que, en conformidad con la ley del Estado, los magistrados infligen a
aquellos que han sido, con las formalidades debidas, reconocidos culpables de un
delito”.
“Por los antecedentes […] expuestos, se hace evidente que ambos razonamientos
carecen de fundamentación fáctica y legal, y desconocen la finalidad de
readaptación social del tratamiento penitenciario previsto en los arts. 74. I de la
CPE, 178 de la LEPS y 1 del DS 26715. De esta manera, […] el beneficio de la
detención domiciliaria de los enfermos terminales, no presupone su inhabilitación
para efectuar labores o la privación de la oportunidad que tienen de trabajar,
mismas que son compatibles con el fin resocializador de la pena […]”.
Conforme a lo expuesto, se puede concluir que la pena implica una reacción del Estado
ante la infracción del ordenamiento jurídico, lo que en algunos casos es consecuencia de
la pretensión de reafirmación de su facultad punitiva. Dentro de las finalidades de la pena,
se encuentran diferentes teorías que intentan justificar su imposición, de una parte, las
absolutas que tienden a la retribución y la prevención y de otra, aquellas que se
fundamentan en la simbiosis de ambos postulados.
Dentro del Derecho Penal encontramos principios que rigen su funcionamiento, pautas
que inspiran las leyes penales. Del mismo modo la Doctrina y la Jurisprudencia asumen
dichos principios como guías para la interpretación de las normas penales. Éstos delimitan
el alcance del Derecho Penal Moderno. Estos principios son:
o Principio de Legalidad: “Nullum crimen sine lege” (no hay delito sin ley)
o Principio de Materialidad “Nullum crimen sine actione” (No hay delito sin acción)
o Principio de Lesividad: “Nullum crimen sine injuria” (No hay delito sin ofensa o
lesión)
o Principio de Culpabilidad o Responsabilidad Subjetiva: “Nullum crimen sine culpa”
(No hay delito sin culpabilidad)
Los principios del Derecho Penal, vienen establecidos por la doctrina y debido a esto,
dependiendo de la fuente a la que nos acojamos, éstos pueden variar en concepto y
número. En el presente caso expondremos cuatro de los principios fundamentales
presentes en la mayoría de los sistemas penales del mundo.
2
CODIGO PENAL, Colombia, Ley 599 Art. 4. FUNCIONES DE LA PENA.
PRINCIPIOS DEL DERECHO PENAL MODERNO
LEGALIDAD
MATERIALIDAD
LESIVIDAD
CULPABILIDAD
Ilustración 1, Fuente: Elaboración propia
Por principio de Legalidad se entiende el criterio elegido para distinguir lo que es legal de
lo que es ilegal.
El Principio de legalidad formal se define con la siguiente frase: “Nullum crimen nulla
poena sine lege”. No hay crimen ni pena sin ley.
Básicamente este principio prohíbe castigar a cualquier persona por un acto, a menos que
una norma escrita con anterioridad, establezca que dicha acción es un delito y haya un
castigo previsto para ese tipo de delito. La consecuencia principal de este concepto es que
la criminalización de la conducta queda exclusivamente en manos de la ley. Es decir, es
solo la ley escrita la que establece lo que es ilícito penalmente, Entonces, solo será un
crimen lo que la ley define como tal.
3.1.2. Los tres principios sobre los cuales se basa la legalidad formal
Es necesario analizar estos principios que son: a) la Reserva de Ley relacionada a la
atribución del Estado en la producción de la norma penal, es decir el Ius Puniendi; b)
Obligatoriedad o taxatividad, relacionada a las modalidades de producción de la Ley, que
no admiten discusión, y c) Irretroactividad
1) El Principio de Reserva de Ley. Se ocupa de las fuentes del derecho, que son los
actos de los cuales emana el Derecho. En concreto, sirve para limitar las fuentes
del derecho penal, del modo más rígido posible, generalmente esta función reside
en el poder legislativo. La Constitución Política del Estado, en su Art. 158, parágrafo
I, numeral 3. De manera expresa señala como atribución de la Asamblea Legislativa
Plurinacional “Dictar leyes, interpretarlas, derogarlas, abrogarlas y modificarlas”.
2) El Principio de Obligatoriedad o Taxatividad. Regula el proceso de creación de una
norma penal. Feuerbach en el siglo XIX, se ocupó de este principio afirmando que
la norma penal surte efecto disuasivo solo si es clara y determinada. En particular
este principio exige que la norma sea precisa y determinada.
3) Irretroactividad. El principio de Irretroactividad determina la ineficacia de la Ley
para aquellos hechos o actos llevados a cabo antes de su entrada en vigor. Dicho
de otra forma, la Ley podrá ser aplicada solo a los hechos cometidos después de su
entrada en vigor.3
DERECHO PENAL
MODERNO
PRINCIPIO DE
LEGALIDAD FORMAL
RESERVA DE LEY
TAXATIVIDAD
IRRETROACTIVIDAD
Tiene como fundamento legal, la pretensión jurídica que obliga a todas las
personas a observar un determinado cuidado o diligencia al momento de
realizar las diversas actividades de la vida social.5
PRINCIPIO DE
RESPONSABILIDAD
SUBJETIVA
RESPONSABILIDAD
CULPABILIDAD DOLO CULPA
OBJETIVA
4. Concepto de Delito
Como hemos manifestado, el hecho antijurídico, se tiene que producir en el mundo real o
material y además debe ser relevante para el inicio de una investigación. Es muy
importante, en estos actos iniciales, que los policías investigadores, puedan adquirir un
conocimiento claro de lo que es un delito, de los elementos constitutivos del tipo penal y
la Teoría del Delito, sin el ánimo de ingresar a profundidad en el ámbito del derecho
5
VILLAMOR, Fernando; Derecho Penal Boliviano – Parte General Tomo I; 2003, pág. 74.
6
CRIMINOLOGIA, Criminalística e Investigación, Derecho Penal, Parte General. España. Editorial Apolo, 2018.
Pág. 125-215.
penal, que no es el objetivo del trabajo, considero –reitero- importante su conocimiento,
para un desarrollo objetivo de la actividad investigativa.
Muñoz Conde, define al delito como la conducta (acción u omisión) típica, antijurídica,
culpable y punible. Esta definición –explica el mismo autor– tiene carácter secuencial, es
decir, el peso de la imputación va aumentado a medida que se pasa de una categoría a otra
(de la tipicidad a la antijuricidad, de la antijuricidad a la culpabilidad etc.), teniendo, por
tanto, que tratarse en cada categoría los problemas que son propios de la misma. Si del
examen de los hechos resulta, por ejemplo, que la acción u omisión no es típica, ya no
habrá que plantearse si es antijurídica, y mucho menos si es culpable o punible. (MUÑOZ
CONDE, Francisco. “Teoría General del delito”, 2007, p. 21).
Penalistas de la talla de Carrara afirmaba que el delito estaba conformado por dos
elementos fundamentales, a saber, uno de carácter material u objetivo y el otro de
carácter moral y subjetivo. Señala que el elemento objetivo es la conducta humana que se
exterioriza, mientras que el subjetivo es el elemento volitivo (psíquico) reprochable al
sujeto. En ese orden de ideas, para Carrara el delito es: “la infracción a la Ley del Estado,
promulgada para proteger la seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto externo
del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso” 8
Toda Ley tiene un presupuesto jurídico, lo que se debe o manda hacer y una consecuencia
jurídica. La primera consiste en una descripción fáctica de una conducta o
comportamiento prohibido (acción) o mandato incumplido (omisión). La segunda se
convierte en la consecuencia jurídica de la desobediencia o pena.
Por Ejemplo: El tipo penal de HOMICIDIO, Art. 251, señala en su primera parte: “El que
matare a otro”; Norma primaria o descriptiva, “Será sancionado con la pena de 5 a 20
años”, Norma secundaria o consecuencia Jurídica.
7
Díaz de León, Marco Antonio. “Diccionario de Derecho Procesal Penal y de Términos Usuales en el Proceso
Penal”, tomo I, 2da. Edición, Editorial Porrúa. México 1989, Pg. 582. Polaino Navarrete, considera que, “el
delito no es un suceso natural sino la expresión de un sentido con relevancia normativa, mediante el cual
un sujeto plenamente imputable afirma su disconformidad con una norma jurídica y pone en entredicho la
vigencia de la misma: esto es, defrauda una expectativa normativa, lesionando o poniendo en peligro un
bien jurídico. Ante esta manifestación o proyecto individual por parte del infractor de la norma, el
ordenamiento jurídico ha de reaccionar imponiendo al culpable una pena (…). (POLAINO NAVARRETE,
Miguel. “Instituciones de Derecho Penal, parte general, GRIJLEY, Lima, 2005, pág. 286.
8
Autor citado por Puyo Jaramillo, Gil Millar, “Diccionario Jurídico Penal”, Ediciones Librería del Profesional,
España, pg. 121.
5. ANALISIS GRAMATICAL DEL TIPO PENAL.
5.1. El concepto de tipo penal en los esquemas causalistas y finalistas del delito
o Para un esquema clásico del delito, el tipo penal es siempre objetivo, nunca
subjetivo. Es decir, todo lo externo material se estudia en el tipo y lo subjetivo,
dolo o culpa, se estudia en la culpabilidad, entonces este esquema definirá la
tipicidad como la adecuación objetiva y nunca subjetiva de la conducta en el tipo.
o El esquema neoclásico del delito concibe el tipo como fundamentalmente objetivo
por cuanto si bien este esquema seguía entendiendo, igual que el esquema clásico,
que el dolo y la culpa eran un problema de la culpabilidad, reconoció que en
algunas ocasiones es necesario hacer en el tipo alusiones a aspectos subjetivos
distintos al dolo y la imprudencia que siguen siendo problemas de culpabilidad. El
esquema neoclásico del delito definirá la tipicidad como la adecuación objetiva y a
veces subjetiva de la conducta en el tipo.
o Con el esquema finalista se comienza a hablar de tipo complejo. Es decir, el tipo
penal en un esquema finalista del delito siempre tendrá referentes objetivos y
subjetivos, porque además del elemento o ingrediente especial subjetivo, que a
veces aparecen en el tipo, los finalistas exigen el dolo y la culpa en el tipo.
En la descripción típica hay una relación entre sujetos, uno denominado activo y otro
pasivo.
o EL SUJETO ACTIVO. Es aquel sujeto que dentro de la oración gramatical
llamada tipo realiza la conducta activa u omisiva. Desde el punto de vista
cuantitativo, es decir, según el número de sujetos activos exigidos por el tipo,
el tipo penal se clasifica en tipo penal monosubjetivo y tipo penal
plurisubjetivo.
En esta clase de tipos penales es donde se encuentra el denominado concurso
eventual de personas. El sujeto activo lo hay de dos clases, el sujeto activo
determinado o calificado y el sujeto activo indeterminado o no calificado, lo
que clasifica al tipo penal en especial o común respectivamente.
El sujeto activo determinado. Es aquel sujeto activo que sí requiere una
característica o calificación. Esta clase de sujeto da origen a que el tipo penal se
denomine como especial, por ejemplo: Art. 142. El peculado, artículo 173. El
prevaricato. Asimismo, los tipos especiales se subclasifican en tipos especiales
impropios y tipos especiales propios.
El sujeto activo indeterminado. Es aquel sujeto activo que dentro de la oración
gramatical llamada tipo realiza la conducta, pero no requiere ninguna
característica o calificación. Esta clase de sujetos caracteriza o da origen a los
llamados tipos penales comunes, por ejemplo: Art. 251. Homicidio “El que
matare a otro será sancionado (…)”. Art. 226. Hurto. “El que se apodere
ilegítimamente de una cosa mueble ajena, (…)”.
o SUJETO PASIVO. Es el titular del bien jurídico tutelado. La ubicación de este
elemento del tipo depende de ubicar primero el bien jurídico y luego entonces
deducir quién sería su dueño y por ende ese sería el sujeto pasivo. “Es el titular
o portador del interés cuya ofensa constituye la esencia del delito” (Antollicei,
1960).
Se considera como víctima a las personas que en forma individual o colectiva,
han sufrido un daño a sus derechos fundamentales, en razón de acciones u
omisiones, que infringen las leyes de un Estado, o poniendo en riesgo la
integridad física de la persona Si observamos que en el tipo penal de
prevaricato del artículo 173 CP no aparece expresamente el sujeto pasivo se
deduce que es el Estado por cuanto es el Estado el titular de la administración
pública, bien jurídico tutelado.
Santiago Mir Puig, explicando el significado de la teoría del delito, expresa que, “la teoría
del delito reúne en un sistema los elementos que, en base al derecho positivo, pueden
considerarse comunes a todo delito o a ciertos grupos de delitos. La teoría del delito es
obra de la doctrina-jurídico penal y constituye la manifestación más característica y
elaborada de la dogmática del Derecho penal. […]. No es, pues, fundamentalmente una
propuesta incondicionada sobre lo que el delito debería ser –no es una construcción
iusnaturalista-, sino una elaboración sistemática de las características generales que el
derecho positivo permite atribuir al delito, a la vista de la regulación que aquél efectúa de
éste. (MIR PUIG, Santiago. “Derecho Penal-parte general”, 2005, p. 145).
Este es un elemento muy relevante, la excesiva carga procesal que hoy tiene el sistema de
justicia boliviano, justamente tiene un componente que aporta en un porcentaje
considerable a este fenómeno. El código de Procedimiento Penal, faculta a la Policía
Boliviana a la recepción de denuncias. Si bien es cierto que en las capitales de
departamento existen, de parte de la fiscalía, la unidad de análisis de casos, a cargo de
fiscales formados precisamente en la aplicación de la Teoría del Delito, para establecer si
un hecho denunciado como delito puede tener esa calidad o no, y por lo tanto puede ser
admitido o rechazado, o en su caso deberá ser complementado. En las provincias, donde
se genera una carga procesal considerable, esta función está a cargo de funcionarios
policiales, quienes deben conocer estas herramientas jurídicas.
“Por otra parte, los Tribunales del País en materia penal, deben tener presente al
realizar la subsunción de las conductas acusadas de ilícitas tomando en cuenta la
estructura de la teoría del delito y de cada uno de los elementos del delito de
acuerdo a la Escuela Moderna del Delito y la Teoría del riesgo”.
Desde el punto de vista de su aplicabilidad, cabe decir que la teoría del delito constituye
una "herramienta" que sirve a manera de filtro inteligente, de la que se sirve el penalista
para resolver, a partir de ese sistema, los problemas específicos que plantea la aplicación
de los delitos concretos. En el caso concreto de valorar si se ha cometido un homicidio,
conforme al precepto del artículo 251 del Código Penal, no resulta suficiente con el hecho
de que "A mate a B", porque resulta necesario constatar cómo es el comportamiento de A
(acción y omisión), cómo se produjo la muerte de B (relación de causalidad e imputación
objetiva), con qué intención actuó A (dolo o culpa), si el hecho es antijurídico (causas de
justificación), si A es culpable (imputabilidad, conocimiento de la antijuricidad del hecho)
etc.
Los elementos que conforman el sistema de la teoría del delito son: acción o conducta,
tipicidad, antijuricidad y culpabilidad, que constituyen los pilares desde los que se erige el
sistema de la teoría del delito, que debe ser coherente para cumplir adecuadamente su
función principal en la práctica jurídica: resolver problemas específicos de aplicación. Por
ello, la teoría del delito debe construirse desde los cimientos que proporcionan las mismas
normas penales, pues de nada serviría el sistema si entrara en contradicción con lo
expuesto en los textos legales. Por ello, no debe haber contradicciones internas al propio
sistema.
a) La acción
b) La tipicidad
Es preciso que la acción llevada a cabo se encuentre castigada legalmente, esto es, penada
por la ley. Esa regulación legal es precisamente la que comporta la tipicidad de la acción.
Una vez constatada la existencia de la acción, seguidamente debe valorarse la relevancia
penal de la misma, comprobar si encaja en un posible delito.
A tal efecto, el ilícito penal únicamente puede estar establecido por la ley, en
cumplimiento del principio de legalidad. No cabe definir una conducta punible si no es en
la ley, denominándose tipos penales que constituyen una forma específica del ilícito
susceptible de castigar con la pena correspondiente. El tipo penal cumple con una función
motivadora al señalar a los ciudadanos cuáles son las conductas prohibidas legalmente,
conminándoles a que se abstengan realizar dichas conductas.
Por otra parte, conviene recordar que el Auto Supremo Nº 417/03 de 19 de agosto
de 2003, estableció que la `tipicidad, es la adecuación de la conducta del sujeto al
tipo penal, es decir que el hecho se adecua al tipo´.
c) Antijuricidad
9
MUÑOZ CONDE, Francisco. Teoría general del delito, 2. ° ed., Tirant to Blanch, Valencia 1989, pg. 119.
La antijuricidad supone el desvalor que posee un hecho típico contrario a las normas del
derecho en general (no sólo al ordenamiento penal). Es lo contrario a derecho, por lo
tanto, no basta que la conducta encuadre en el tipo penal, se precisa que esta conducta
sea antijurídica, considerando como tal, a toda aquella definida por el ordenamiento, no
protegida por causas de justificación.
d) La Culpabilidad
10
CASTILLO BARRADO, Rosario, TEORIA DEL DELITO, EVOLUCION Y ELEMENTOS INTEGRANTES, ICAM, 2018
En el cuadro sugerido se incluyen tanto los elementos positivos, es decir los que, una vez
aplicados los filtros nos llevan a la certeza de que el hecho ponderado es delito y los
elementos negativos de la teoría del delito que presentes en el análisis, nos llevan
también a la convicción que los hechos no constituyen delito y por lo tanto no son pasibles
a una persecución penal.
Es necesario aclarar que algunos estudiosos del derecho pueden incluir algunos puntos o
no precisar otros, pero, en la investigación realizada, se ha considerado, elementos en
común de varios autores quienes coinciden, en incluir además la imputabilidad y la pena,
elementos considerados en el presente cuadro:
- Fuerza irresistible
(natural o física)
Acción u
- Inconciencia Absoluta
CONDUCTA Omisión, (simple y Ausencia de Acción
(sonambulismo,
comisión por omisión)
hipnosis, sueño natural
o artificial, actos reflejos
Tipicidad
Elementos Constitutivos
del Tipo Penal (Sujeto
No adecuación al tipo
TÍPICA Activo, Sujeto Pasivo, Bien Atipicidad
legal.
Jurídico Protegido, Verbo
Rector y Objeto Material
del delito).
- Legítima defensa
- Estado de necesidad
Antijuricidad, (en contra -Ejercicio de un
ANTIJURÍDICA Causas de Justificación
de la norma) derecho, oficio o cargo,
cumplimiento de un
deber. Art. 11, 12 CP.
Error de tipo
Culpabilidad, (Dolo y
CULPABLE Inculpabilidad Error de prohibición Art.
Culpa) Art. 14 – 15 CP.
16 CP.
Imputabilidad, (+ 14 años)
Inimputabilidad Art. 17 – 18 - Menor de 14 años
IMPUTABLE (14 a 18 años C.N.N.A.) Art.
CP. - Enfermedad mental
5 CP.
Sin la aplicación y entendimiento de una correcta teoría del delito, la persona que
pretende emplear el derecho penal, tanto en su ámbito sustantivo o procesal, general y
especial sin el dominio y el conocimiento cabal de dicha teoría, no haría otra cosa que
especular el conocimiento de esta ciencia y alejarse por completo de la racionalidad y
normatividad del conocimiento jurídico – penal.11
EJEMPLO: Si una persona mata a otra, empleando el sentido común, podríamos decir
en primera instancia que se trata de un HOMICIDIO. Pero para tener exactitud y
certeza debemos conocer ineludiblemente las circunstancias por las cuales sucede el
hecho.
Si el autor tuvo intención de matar (tipo doloso) o si por el contrario la muerte fue
causada por una grave violación al deber de cuidado (tipo culposo). Si el autor actuó
con conocimiento y voluntad (capacidad penal dolosa) o si por el contrario no pudo
comprender la Antijuricidad de su acción ni las consecuencias de sus actos, como
ocurre con los enfermos mentales o quienes padecen de oligofrenia 12 (causa
exculpante de imputabilidad).
11
VALDA DAZA, Jorge José. “De la Teoría del Delito a la Práctica”, Dogmática de la Ley Penal Boliviana, 1ra.
Edición La Paz Bolivia, mayo de 2019, Pg. 36.
12
La oligofrenia o retraso mental es un estado en el cual el desarrollo de la mente es incompleto o se
detiene, lo que se caracteriza por subnormalidad de la inteligencia y dificultad en el proceso de aprendizaje,
variable según la gravedad del cuadro; puede ser hereditaria, congénita o adquirida. La oligofrenia a
menudo involucra trastornos psiquiátricos, por lo que la OMS ha definido la siguiente clasificación:
Insuficiencia mental de grado no especificado.
Insuficiencia mental profunda: El cociente intelectual (C.I) es inferior a 20.
Insuficiencia mental grave o severa: C.I entre 20 y 35; se trata de sujetos que requieren cuidados
casi totales.
Insuficiencia mental moderada: C.I entre 35 y 50; sujetos adiestrables, no aprenden a escribir ni a
leer.
Insuficiencia mental leve: C.I entre 50 y 65; sujetos educables en instituciones especializadas.
Insuficiencia mental fronteriza o límite: C.I entre 70 y 85; educables en escuelas comunes, pero con
regímenes niveladores y una metodología adecuada.
Este es un ejemplo que demuestra que las circunstancias de un hecho en función a la
acción, la motivación, la descripción normativa del tipo penal, su Antijuricidad, la
capacidad penal para responder por un hecho, entre otros son elementos que deben
ser considerados para la correcta subsunción de un hecho a un precepto normativo
que, en su parte descriptiva, se adecúe perfectamente a la normativa penal vigente. 13
13
VALDA DAZA, Jorge José. “De la Teoría del Delito a la Práctica”, Dogmática de la Ley Penal Boliviana, 1ra.
Edición La Paz Bolivia, mayo de 2019, Pg. 42.