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Payne, Thomas E. 1997. Describing Morphosyntax, A Guide for Field Linguists.

Cambridge:
Cambridge University Press.

Introducción

POEMA

0.1 Propósito del libro

Este libro es una guía y un puente. Es una guía para los interesados en el trabajo lingüístico

de campo que deseen escribir una descripción de la morfología y sintaxis de una de las muchas

lenguas poco documentadas del mundo. Es un puente de apoyo diseñado para mostrar el extenso

conocimiento sobre la estructura lingüística que existe en la literatura para introducir en la compleja

y en ocasiones confusa tarea de descripción de una lengua.

Al momento de escribirse esta introducción, se han reportado cerca de 6,000 lenguas

habladas en el mundo (Grimes 1992). Cerca de 2,000 de éstas han recibido una buena atención por

parte de investigadores lingüistas. Las otras 4,000 (hablando en cifras gruesas), han sido descritas

sólo esporádicamente por los lingüistas, y muchas no han sido registradas de forma escrita para las

futuras generaciones. Krauss (1992) estima que 3,000 de las 6,000 lenguas o más habladas hoy en

día se extinguirán en el próximo siglo. La tragedia intelectual y humana de la extinción de las

lenguas ha sido bien formulada por Krauss, Hale (1992), y otros. No sorprende entonces, que las

3,000 lenguas que enfrentan la extinción provengan de las 4,000 o más que no han sido descritas de

forma consistente.

Sin embargo, pese a que la lingüística descriptiva por sí sola no solucuonará el problema de

la extinción de lenguas y culturas, es una parte importante de la solución. La simple existencia de


un buen diccionario y de una descripción gramatical confiere cierto estats a la lengua que

previamente pudo haber sido menospreciada por "no contar con una gramática" o ser "solo un

dialecto" o, en otras palabras "ser primitiva". Por otro lado, los productos de la investigación de

lingüística descriptiva constituyen gran parte de los materiales de referencia necesarios para

desarrollar materiales educativos indígenas y literatura escrita. La buena investigación lingüística

comunica a los hablantes de las lenguas minoritarias y a las comunidades vecinas que la lengua es

valiosa y digna de respeto. Además, cuando una lengua se llega a extinguir, como resulta inevitable

en muchos casos, la descripción lingüística y los otros materiales permanecen como una parte

central de la herencia cultural para los descendientes hablantes de la lengua lo mismo que para toda

la humanidad. Sin esta documentación, la lengua, junto con la tradición cultural y sabiduría

incorporados en ella se perderían para siempre.

Por estas razones, cientos, si no miles, de individuos alrededor del mundo están

involucrados principalmente en la descripción lingüística. No todos estos individuos han sido

entrenados en los principios de la descripción lingüística, pero todos comparten un profundo

compromiso con la vitalidad y valor intrínseco de cada una de las lenguas humanas y sus culturas.

Un número creciente en sí mismos, son hablantes nativos de alguna lengua poco descrita. Estos

investigadores se encuentran sin saber bien a bien cómo aproximarse a la descripción de una

lengua. Este libro fue concebido con estos trabajadores en mente, y fue desarrollado bajo su

orientación.

Tener experiencia en una nueva lengua puede ser parecido a llegar a una ciudad no conocida

sin guía o mapa para ayudarse a encontrar el camino. Escribir una descripción gramatical es igual

de difícil que intentar en trazar nuestro propio mapa, basándose en nuestras experiencias, escalando

y bajando los caminos principales y recorriendo todos los callejones de la ciudad. Este libro intenta
ser una forma de "Guía Michelin para las ciudades" para los viajeros quienes se encuentren en este

tipo de situación. Este no es un mapa de alguna "ciudad" particular, pero sí describe los principios

y procesos según los cuales se conoce que han sido diseñadas las ciudades y proponen una forma

sistemática de acercarse a la descripción de cualquier ciudad de adentro hacia afuera.

La tabla de contenidos de esta "Guía Michelin" en sí misma propone un posible índice para

la descripción gramatical de una lengua.1 Al iniciar el capítulo 2, los títulos de las secciones y

subsecciones proponen un posible sistema de interpretación, categorización y de descripción de las

estrructuras gramaticales (el capítulo 1 discute importante información etnolingüística y de fondo).

Los títulos de sección que contienen ceros, por ejemplo, "sección 4.1.01" no son parte del índice

sugerido para la descripción gramatical. Más bien, incluyen comentarios extensos relacionados con

el encabezaso relacionado más cercano, (por ejemplo, la sección 4.1.01 es un comentario extendido

sobre la sección 4.1). Al final de cada sección importante aparecen preguntas que están destinadas

a estimular la reflexión sobre temas claves en la descripción morfosintáctica. Las respuestas para

estas preguntas podrían constituir las porciones substanciales de un esbozo gramatical o una

gramática de referencia completa. Ocasionalmente una sección consiste completamente de

preguntas (por ejemplo, la sección 1.6.1). Éstas son secciones iportantes que no deben omitirse en

una descripción gramatical, pero el tema es juzgado por ser lo suficientemente claro, por lo que no

se requiere de mayor explicación. En todos estos casos, se proporciona referencia a lecturas

adiconales para aquellos que deseen continuar con el tema más adelante.

De este modo, el bosquejo de esta guía es como un viaje en helicóptero sobre la

complejidad de una ciudad. Los capítulos son vecindarios que pueden ser explorados uno a uno, y

las secciones son calles que pueden encontrarse en vencindarios particulares. Sin embargo, al igual

que un mapa no puede ser elaborado desde la perspectiva de un helicóptero, así, una gramática
tampoco puede ser producida basándose simplemente en un esbozo. El investigador debe caminar

a través de las calles y acercarse a conocer los edificios particular, los puntos de referencia, e

idiosincrasias de esa ciudad en particular. Porque aunque haya similitudes entre las ciudades,

también habrá diferencias. Lo mismo sucede con la lenguaje. Un esbozo no sería exactamente

conveniente para cada una de las lenguas. Se necesita de sensibilidad, creatividad, y experiencia

para crear una descripción que sea consistente con las propiedades de la lengua en sí misma, y que

no se dependa completamente en un esquema preconcebido. Uno de los presupuestos básicos de

este libro es que la mejor forma de comprender el lenguaje, así como cualquier lengua en particular,

es por medio de la interacción intensa con los datos. Por estar razón, se proveen textos y frecuentes

ejemplos, mostrando cómo están acomodados vecindarios similares en diferentes ciudades. Sin

embargo, es posible que la lengua que se estudia exhiba algún nuevo patrón , o alguna nueva

complejidad no ilustrada en este texto ni en sus ejemplos.

Es importante, en tales casos, documentar el patrón poco común tan explícito como sea posible, y

describirlo en relación al rango de variación ya conocido.

Aunque el rango de variación ya conocido no deba ser percibido como una camisa de fuerza

al cual una lengua deba ser sometida, éste es sin embargo, un instrumento valioso para organizar

nustra reflexión sobre una lengua y comunicar esta visión a otras personas. Después de todo, es de

todos muy conocido cómo son las lenguas. De hecho, hay tanta literatura disponible, que a uno le

resulta imposible familiarizarse con toda ella. Además, los lingüistas de campo a menudo trabajan

en ambientes aislados donde el acceso a las bibliotecas resulta limitado. En este sentido este libro

intenta ser un puente así como también una guía. Es un puente que llevará al investigador en

lingüística, hacia una literatura específica sobre el aspecto particular que se esté investigando, y

pondrá a la disposición valioso conocimiento que existe en la literatura específica para acercarse a
la tarea de describir una lengua en particular.

Hasta donde ha sido posible, he intentado sugerir un sistema de organización que es

consistente con los principios generales de la lingüística científica del siglo veinte. Esto es, las

categorías, términos, y conceptos que se encuentran en este libro deberán ser comprendidos por los

lingüistas a partir de una variedad de orientaciones teóricas, pese a que ellos mismos no estén

acostumbrados a una terminología particular. Cuando ha sido posible, se ha proporcionado usos

terminológicos alternativos, aunque sin lugar a dudas, no se han cubierto todas las posibilidades.

Conforme se trabaje en la elaboración de la gramática de una lengua utilizando el índice de este

libro como guía, surgirán sin duda algunas preguntas relacionadas con lo adecuado de ciertas

definiciones particulares, así como de algunas interpretaciones de la lengua que se esté

describiendo. Esto es bueno. Es sólo por medio de la interacción honesta con los datos como los

lingüistas aprenden dónde nuestras concepciones teóricas necesitan ser revisadas. Podría decirse

que uno de los propósitos de este libro es el estimular a los lingüistas a identificar huecos en nuestra

explicación actual de las estructuras lingüísticas. En tanto estas explicaciones sean accesibles, se

habrá entonces cumplido con la meta propuesta.

En el resto de este capítulo, se introducirán algunos conceptos centrales, metáforas y

terminología que ocurrirá a lo largo de este libro.

0.2 Algunas terminologías y metáforas recurrentes

0.2.1 El lenguaje es un sistema simbólico

Es muy importante para los lingüistas descriptivos tener un respeto saludable por la

diferencia e interdependencia entre significado y forma. Una de las más fuertes controversias y

malentendidos en la lingüística pueden ser reducidos a la argumentación entre alguien que crea que
la forma lingüística o estructura deriva directamente del significado y alguien que crea que la forma

es completamente autónoma del significado o del uso lingüístico. En varias partes en las páginas

que siguen se ilustrará y reiterará sobre esta distinción. Como caracterización preliminar, el

significado tiene que ver con aquello para lo cual se usa una lengua, y la forma con las expresiones

lingüísticas en sí mismas.

Los lingüistas involucrados en la descripción gramatical comunmente asumen que el

lenguaje consiste de elementos de forma que la gente emplea para "significar", "expresar",

"codificar", "representar" o para "referirse a" otras cosas.2 No obstante los lingüistas (incluso

buenos lingüistas descriptivos) a menudo suponen que las formas lingüísticas expresan en sí

mismas conceptos, esto debe ser tomado como una forma abreviada de decir que los hablantes usan

formas lingüísticas (entre otras cosas) para lograr actos de expresión, de referencia, de

representación, etc. (Brown y Yule 1983: 27ff.). Por ejemplo, una palabra es una forma lingüística.

Dentro y oir sí misma, la palabra es solo un ruido emitido por el aaparato vocálico de una persona.

Lo que hace que sea una palabra más que un simple ruido casual es el que ha sido pronunciado

intencionalmente para expresar alguna idea o concepto. Cuando las palabras on utilizadas por

hablantes hábiles, ellas pueden combinarse con otros elementos de forma lingüística, tales como

prefijos, sufijos, y estructuras más largas, y expresar ideas más complejas. Aunque que las formas

lingüísticas pueden ayudar en la formulación de ideas, o restringir conceptos que pueden ser

divertidos, la lengua en sí misma es lógicamente distinta de las ideas que son expresadas.

[ INSERTAR FIGURA 0.1 ]

Langacker (1987), basándose en Saussure (1915), describe las unidades lingüísticas como

consistentes de las partes forma-significado. Esta propiedad puede ser esquematizada como en la

figura 0.1. La mitad superior de la figura 0.1 representa los significados, conceptos o ideas
expresadas en la lengua, mientras que la parte inferior representa las unidades lingüísticas en sí

mismas. La línea doble que cruza el centro representa la relación o vínculo entre ambas partes.

Varios términos pueden ser y han sido usados para referirse a los compuestos de este componente.

Los términos asociados con la mitad superior incluyen "significado", "sentido", "semántica",

"pragmática", "función", "dominio conceptual" y "contenido". Los términos asociados con la mitad

inferior incluyen "significante", "símbolo", "estructura", "forma", "dominio formal" y "gramática".

Otros términos están asociados con la relación entre las dos mitades, A (parte superior) y B (parte

inferior). Ellos incluyen B "significa" A, B "expresa" A, B "incorpora" A, B "realiza" A, B

"codifica" A, B "representa" A, B "simboliza" A, A "es una función de" B, etc.

Como lingüistas descriptivistas asumiremos que el vínculo entre símbolo y significante es

intencional. Esto es, el usuario de la lengua intenta establecer un lazo representativo entre forma y

significado. De ahí que las formas usadas para representar conceptos estén estructuradas de modo

que el vínculo se haga evidente, dentro de los límites de la cognición, memoria, etc. Esto no es

negar la posibilidad de que ciertos aspectos del lenguaje puedan realmente no tener relación con el

dominio conceptual o puedan llegar a servir para encubrir conceptos. Sin embargo, propondremos

como idea de trabajo el que en general los usuarios del lenguaje esperan y quieren formas

lingüísticas para representar los conceptos que van a ser expresados.

En cualquier sistema simbólico, la forma y el significado no pueden ser relacionados con

algún otro de manera fortuita. En otras palabras, un sistema no es del todo un sistema simbólico si

no hay consistencia en las relaciones entre los símbolos y las categorías o dimensiones del campo

simbolizado. Los sistemas simbólicos ideales (por ejemplo, las "lenguas" computacionales)

maximizan este principio al establecer una relación de codificación directa e invariante entre cada

forma y su significado o significados. Sin embargo, el lenguaje real no es un sistema simbólico


ideal en este sentido. Este lenguaje existe en un contexto en donde la variación y el cambio son la

regla general más que la excepcional. Cada día aparecen nuevas funciones para la lengua en forma

de nuevas situaciones o conceptos que los hablantes desean discutir. Las limitaciones vocales y

auditivas causan articulaciones inexactas y percepciones incompletas de los mensajes. Éstas y

muchos otros factores causan la variación en la forma del lenguaje y aun también en el habla de un

solo hablante. El vínculo entre la forma y el significado en la lengua real, es, entonces ni rígido ni

fortuito; es lo suficientemente directo como para permitir la comunicación, pero lo suficientemente

flexible para permitir la creatividad, variación y cambio.

0.2.2 Prototipos y "categoríias difusas"

La noción de prototipo en lingüística, surge de del trabajo de la psicolingüísta Eleanor

Rosch (Rosch 1977, Rosch and Lloyd 1978, Mervis and Rosch 1981) y de otros sobre la tendencia

humana de categorizar el universo. Un prototipo es el mejor ejemplo de una categoría. Así, por

ejemplo, el "pájaro" prototípico para la mayor parte de los hablantes del inglés probablemente sea

algo como el gorrión —tiene todas las propiedades que nosotros consideramos apropiados para la

categoría de lo que hemos llamado "pájaro". Una gallina entonces, es menos que un prototípico

pájaro dado que llega a volar, y tiene además una función de corral específica. De manera

semejante, el kiwi está todavía más lejos del prototipo dado que no cuenta con alas.

En la lingüística, la noción de prototipo ha sido muy útil al punto que la lengua es un

aspecto de la conducta humana a través del cual la categorización se manifiesta más. Cuando

hablamos necesariamente categorizamos el universo conceptual (la mitad superior del compuesto

forma-función). Por ejemplo, existe un gran número de cosas en el mundo que pueden ser

designadas con la palabra "árbol". De hecho, si incluimos mundos hipotéticos y posibles


extensiones metafóricas, habrá un número infinito de referentes para la palabra "árbol". Es

realmente asombroso el que haya una palabra que se refiera a esta tremenda gran y variada

categoría de elementos. Por supuesto hay clases de árboles y, se pueden agregar algunos

modificadores para clarificar los referentes propuestos. No obstante, en el proceso del habla, uno

debe decidir si un determinado concepto "califica" como una instancia de la categoría "árbol" o no.

La investigación mencionada anteriormente (Rosch et al.) ha mostrado que la gente identifica la

categoría de un concepto con base en una imagen, un "retrato-mental" si se quiere, que tipifica la

categoría completa. Otros conceptos son por consiguiente identificados con la categoría debido a

que ellos son percibidos como similares a la imagen o prototipo. Ejemplos del uso lingüístico del

principio del prototipo serán presentados en diversos puntos a lo largo de este libro.

0.2.3 Operaciones y operadores morfosintácticos

Los términos operación y operador surgirán a menudo en las siguientes discusiones sobre

la forma lingüística. Una operación morfosintáctica es una relación entre una forma lingüística y

otra que se correlaciona con una distinción de significado convencionalizada. La relación

normalmente está ordenada desde las formas simples a las más complejas. Las formas más simples

pueden ser llamadas raíces (roots). En la mayoría de los casos la presencia de una operación

morfosintáctica se muestra por medio un operador formal, por ejemplo, un prefijo, un sufijo, un

cambio de acento o la combinación de uno o más de estos (ver sección 2.3 para una exposición

detallada de los recursos morfológicos que las lenguas emplean para expresar ciertas operaciones).

Sin embargo, algunas operaciones existen independientemente de cualquier expresión explícita. Un

método para expresar la existencia de una operación morfosintáctica que no tiene una expresión

explícita es mediante el morfema cero.


0.2.4 El discurso es como un juego: una escena, guiones y el escenario del discurso

A lo largo de este libro estaremos utilizando términos como mundo del mensaje y

escenario del discurso al discutir la parte conceptual de la comunicación lingüística. Podemos

entender estos términos como metáforas para los dominios conceptuales expresados en la lengua.

Como se mencionó anteriormente, es crucial mantener este dominio separado del dominio formal

de la estructura lingüística. Los conceptos existen aunque nunca alguien los exprese en una lengua.

La estructura del lenguaje está realmente determinada por los conceptos expresados, justo como la

estructura de un clavo, por ejemplo, queda durante la tarea de colocar la pieza en una madera. Sin

embargo, una clavo no es el objetivo, ni el clavo lleva a cabo esa tarea por sí mismo. De esta

manera, la expresión lingüística, sea una palabra, una claúsula, o un discurso, no es en sí mismo el

concepto discutido. Es solamente una herramienta utilizada por alguien para expresar el concepto

que se desea.

Desde esta perspectiva, el discurso puede ser descrito metafóricamente como un escenario

en el cual se lleva a cabo una obra. Mucha investigación sobre la comprensión y producción del

discurso ha utilizado alguna forma de esta metáfora para formular substanciosas hipótesis y

afirmaciones acerca de cómo la gente se comunica. Por ejemplo, Minsky (1975) utiliza el término

marcos (frames) para referirse a las situaciones estereotipadas dentro de las cuales el conocimiento

es categorizado y almacenado en la memoria, por ejemplo; el marco "restaurant" consiste de mesas,

sillas, camareros/camareras, comida, un cajero, etc. Schank y Abelson (1977), sosteniéndose en

Schank (1972), introdujeron la noción de guión. Mientras un marco es un conjunto estático de

entidades en contexto u ordenamiento particular, por ejemplo, un restaurant, el guión es un

conjunto de eventos y situaciones potencialmente dinámico, por ejemplo, el proceso de sentarse,


ordenar y comer en un restaurant. Fillmore (1976, 1977) insinúan que los verbos con marcos

únicos de caso activan escenas en la mente de los usuarios de la lengua. El concepto de modelo

cognitivo de Lakoff (1987) es una extensión y elaboración de la noción de escena. Lo que los

marcos, guiones, escenas y modelos cognitivos tienen en común es que todos son estructuras

mentales idealizadas, "películas" si se desea, que el cerebro humano usa para categorizar y

almacenar la experiencia y el conocimiento. Estas propuestas explican el hecho de que todo el

conociiento es adquirido y guardado dentro de un contexto. Una forma de pensar acerca de un

contexto es en términos de la metáfora de un escenario discursivo.

0.2.5. La construcción de un mensaje es como la construcción de un edificio

En varios puntos de este libro se describiremos tres métodos mediante los cuales las lenguas

son utilizadas para lograr metas comunicativas. Estos métodos son lexico, morfológico, y

analítico (o perifrástico). Al describir cómo se utilizan estos métodos, es de alguna manera útil

pensar en el proceso de construcción de un mensaje de forma similar al de la construcción de un

edificio. En el resto de esta sección exploraremos brevemente este símil.

Cada edificio tiene una función única. La función propuesta para un edificio particular

afecta su forma desde los primeros pasos de su diseño y a lo largo de todo el proceso de

construcción. Si me encuentro construyendo un edificio, tendré a mi disposición cierta materia

prima y alguna idea (quizá algún anteproyecto) de cómo será edificada la construcción. Por ahora,

supongamos que la mateira prima consiste de piedras con formas irregulares. El proceso de

construcción consistirá en tomar a las piedras como recurso e irlas colocando juiciosamente en

determinadas partes de la pared del edificio que se va construyendo, vigilando constantemente el

plano (es decir, no se colocan las piedras de forma fortuita). Los lugares adquieren una
determinada forma debido a las piedras que voy colocando y las piedras en mi pila de materia prima

también va adquiriendo otra forma. Mi tarea es la de compaginar las piedras con los lugares de tal

modo que el edificio cumpla el propósito que se tiene planeado.

De esta manera, ¿qué debo hacer en las muchas situaciones donde una piedra particular no

se adapta realmente al lugar específico? Las tres soluciones principales, serían:

1. Buscar otra piedra.

2. Dar una nueva forma a la piedra o a la ubicación.

3. Combinar dos o más piedras.

Otras posibles soluciones que han sido adoptadas por los miembros de las varias clases a las que he

tenido que enseñar, son:

4. Obtener una piedra de un montón diferente.

5. Usar una buena cantidad de mezcla.

6. Cambiar el anteproyecto.

7. Renunciar.

Quizá haya otras. Pero si este est un buen símil del proceso de construir un mensaje, entonces todos

(o al menos muchos) de estos procedimientos tendrían sus analogías en la construcción del

mensaje.

Todos los mensajes tienen una función. Esto deriva de la suposición de que el

comportamiento del lenguaje es intencional. La gente normalmente no usa la lengua al azar

(aunque creo conocer algunos que sí lo hacen). La forma que toma un mensaje está afectada por la

función del mensaje. Los recursos disponibles ante el constructor del mensaje son una idea de qué

es lo que se va a comunicar y un almacén de estructuras convencionalizadas, por ejemplo,

elementos del vocabulario, estructuras oracionales y operadores morfológicos. La tarea de construir


un mensaje implica ajustes juiciosos que ecajan las estructuras existentes de forma única para crear

el mensaje particular que se desea. En algún momento determinado en el proceso ocurre un

mensaje particularmente completo y un rango de posibles estructuras disponibles para construir el

mensaje en la dirección deseada. ¿Qué procesos están entonces disponibles para el comunicador si

una unidad particular, dígase un elemento del vocabulario, no encaja en el contexto del mensaje?:

1. Obtener otro item léxico (lexico)

2. Modificar la primera unidad o el contexto (morfológico)

3. Combinar elementos léxicos (perifrástico)

Por ejemplo, si mi mensaje requiere la noción semántica de CAUSAR(X)MORIR(y), es decir, algo

causa que alguien muera (ver sección 8.1 para una explicación de la notación del cálculo de

predicados), el español ofrece dos estrategias para lograr esa función. Se puede usar el verbo matar

o se puede usar la expresión "causar morir." Matar es una solución léxica al problema porque es

un elemento léxico que incorpora toda la información necesaria dentro de su estructura semántica

convencionalizada. "Causar morir" por otro lado, es una estrategia perifrástica para lograr

esencialmente la misma tarea (ver sección 8.1.1 para para una discusión sobre las diferencias

funcionales comunes entre causativas léxicas y perifrásticas). Algunas lenguas, por ejemplo, turco,

usa un morfema especial para indicar causación. Éste se agrega a la raíz del significado "morir"

para formar una nueva raíz significativa "matar". Esta es una causativa morfológica.

Esta triada de estrategias léxica, morfológica y perifrástica es relevante para muchas

diferentes tareas funcionales en el lenguaje. Algunas tareas que se logran típicamente mediante una

estrategia en una lengua determinada, puede ser lograda mediante otra de las estrategias en la

siguiente lengua. Por ejemplo, el tiempo pasado en inglés se expresa morfológicamente por medio

de un sufijo verbal. En otras lenguas el tiempo de una situación se expresa periféricamente

mediante frases adverbiales temporales como "hace dos días", etc. Además, invariablemente, las
lenguas permiten que ciertas funciones se consigan mediante más de una estrategia. Este es el caso

de matar y causar morir, en español. Normalmente, sin embargo, cuando ocurre esta posibilidad

normalmente llega a darse alguna pequeña diferencia de función entre las varias posibilidades.

Pero ¿qué hay en relación a las otras posibles estrategias para constuir un edificio? Existen

analogías relevantes entre los procesos de construir un mensaje y las estrategias sugeridas por los

estudiantes para construir un edificio de piedra? ¿A propósito, qué tan bueno es el símil?

1 Vaya a una pila diferente. ¿Qué tal si se acude a otro diccionario o lexicón de alguna otra

lengua? Algunas veces la palabra correcta del inglés simplemente no llega a la mente en el

momento preciso, pero puede existir una palabra perfecta en español esperando a ser usada. Si

juzgo que mi interlocutor me entenderá, podría simplemente utilizar esa palabra del español. Esto

se conoce como mezcla de códigos (code mixing) y es muy común alrededor del mundo debido a

que la mayoría de las sociedades son multilingües.

2 Usar mucha mezcla. Pues, mmh, eh, quizá... Digo es como si uno quisiera simplemente dar el

mensaje, ustedes saben?

3 Cambiar el plano. Supuestamente puedo llegar a tener mucho problema expresando un mensaje

particuar y podría yo decidir decir algo ligeramente diferente en su lugar.

4 Ríndase. Esta estrategia tiene una correspondencia directa en la construcción del mensaje.

0.3 Conclusión

En resumen, la lengua es tanto una herramienta utilizada por la gente para comunicar así

como un sistema simbólico formal. Cualquier acercamiento a la lingüística descriptiva deberá estar

consciente de ambas propiedades. El arte de conceptualizar y describir una lengua involucra

analizar las propiedades formales sistemáticas e interpretarlas a la luz del carácter comunicativo y

esencialmente humano del lenguaje. Como investigador en lingüística, mi comprensión de las

propiedades formales sistemáticas de la lengua deberán estar formada por la comprensión de los
propósitos que cumple el lenguaje y del contexto humano en el cual existe. De manera similar, mi

comprensión de las funciones de formas morfosintácticas particulares en la comunicación deberán

estar formadas por explicación de los modos en los cuales esas formas se relacionan entre sí en el

sistema formal del lenguaje. Mi comprensión de uno de esos perfiles será enriquecido a partir de

que me concentre en comprender otro de ellos.

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