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somos
gays y lesbianas
Ignacio Rivero

Libertinus by www.uruguay.indymedia.org

ediciones El Mundo al revés SERIE PRESENTE

10 pesos
El Mundo al revés 1
 periodico mensual
ediciones El Mundo al revés
El Mundo al revés
Todos
somos
publica libros y folletos sobre temas teóricos y políticos, Noticias y análisis de la realidad
con el fin de promover la crítica del capitalismo y las ideas nacional y mundial en clave
anticapitalista.
socialistas entre trabajadores y estudiantes.

nosotros

Socialismo gays y lesbianas

Internacional
es una red que nuclea a periódicos y organizaciones
de diversas partes del planeta, basados todas ellas en los
principios del socialismo desde abajo. La misma se
Introducción
extiende por los siguientes países y está
integrada por estos grupos: Ignacio Rivero es activista de La homosexualidad ha existido desde los albores de
Socialismo Internacional. la humanidad, siendo compartida por todas las culturas.
Alemania Indonesia
Linksruck. www.linksruck.de Suara Sosialis Este folleto no habría sido posi- A pesar de esto, todavía son pocas las personas que lu-
Australia www.arts.anu.edu.au/suarsos chan para que acabe la opresión de gays y lesbianas.
ble sin la ayuda de muchos acti-
International Socialist Organisation Irlanda vistas, que sin importar su orien-
www.iso.org.au Socialist Workers Party
Esto se debe al hecho de que la referida opresión es po-
www.swp.ie
tación sexual luchan día a día con-
Austria tra la opresión de gays y lesbia-
derosa y violenta, incluso cuando a veces no lo parezca.
Linkswende. www.linkswende.org Italia El sistema establecido enseña que las conductas ho-
Comunismo dal basso nas. A ellos, muchas gracias.
Brasil
Revolutas. www.revolutas.org www.comunismodalbasso.com mosexuales son algo malo, reprobable, vergonzoso, y
Malasia Dos trabajos fueron claves en la
Canadá por esto –generalmente– condenado al silencio. No obs-
International Socialists Suara Sosialisme Malaysia preparación del mismo: La lucha
www.socialist.ca www.arts.anu.edu.au/suara por la liberación gay y lesbiana, tante, en las ultimas décadas se ha visto un incremento
Chipre Noruega de Marcal Solé y Paso Gredilla en la visibilidad pública de la homosexualidad, aunque
Ergatiki Dimokratia Internasjonale Sosialister –compañeros del grupo socialista
www.intsos.no pocas veces ocurra en contextos totalmente liberados
www.workersdemocracy.net internacional del Estado español.
Dinamarca Nueva Zelanda Y el libro Uruguay homosexual de de rechazo y de violencia hacia la misma. Y últimamen-
Socialist Workers Organization
Internationale Socialister
www.socialist-worker.org Carlos Basilio Muñoz. te se ha vuelto bastante común ver personajes homo-
www.socialister.dk
Estado español Polonia sexuales en la televisión, aunque lamentablemente es-
Pracownicza Demokracja La foto de tapa fue tomada en la
En Lucha
marcha antinazi del 19 de Febre-
tos personajes se caracterizan sobre todo por actitudes
www.enlucha.org www.pd.w.pl
República checa ro de 2005 en Montevideo. Y la ridículas, escandalosas o desagradables, reproduciendo
Finlandia
Sosialistiliitto Socialistická Solidarita. foto de contratapa es del bar los valores y las ideas heterocéntricas dominantes al res-
www.sosialistiliitto.org www.socsol.cz Stonewall en Nueva York, cuna
Sudáfrica
pecto de la homosexualidad. Básicamente, se presenta
Francia del resurgir de la resistencia lés-
Socialisme par en bas Keep Left bicogay durante los 60s el mito de que ser homosexual significa ser hipersexua-
www.socialismeparenbas.org Suecia do, promiscuo, imitante de la conducta del sexo opues-
Ghana Internationella Socialister
Este folleto se edita por primera to (hombres con afeminamiento exacerbado o mujeres
International Socialist Organisation Tailandia vez en Marzo de 2005.
Gran Bretaña Klum Prachatipatai Rangarn extremadamente masculinas), etc. Esto aparece de ma-
Socialist Workers Party Turquía nera más radical en quienes defienden ideas homofóbi-
www.swp.org.uk Antikapitalist. www.antikapitalist.net
Grecia Uruguay
cas, porque para ellos todos los homosexuales son igua-
Sosialistiko Ergatiko Komma Socialismo Internacional les, siendo la personalidad y el desempeño de gays y
www.sek-ist.gr www.elmundoalreves.org
Holanda Zimbabwe
lesbianas definidos exclusivamente por sus conductas
Internationale Socialisten International Socialist Organisation
www.internationalesocialisten.org www.voiceoftheturtle.org/iso
2 Todos somos gays y lesbianas El Mundo al revés 3
sexuales, sin tener en cuenta todos los demás aspectos que nos definen como
seres humanos y determinan nuestra existencia cotidiana.
A raíz de esto muchos homosexuales viven ocultos, temerosos de que se los cas-
tigue de alguna manera, e incluso hay algunos que atormentados por todo esto inten-
tan adoptar conductas heterosexuales, logrando únicamente mayor sufrimiento y con-
fusión. Lo anterior determina que pocas veces sepamos si nuestros compañeros de
trabajo, estudio o activismo son homosexuales, puesto que pocos desean arriesgarse
a ser atacados en aquellos lugares donde desarrollan su actividad cotidiana, e incluso
en su propia familia, por mantener relaciones afectivas y sexuales con personas de su
mismo sexo. Esto nada tiene que ver con encasillar o etiquetar personas, sino con
denunciar que estamos impedidos de disfrutar y de expresar con plenitud y libertad
nuestras opciones sexuales, estando presionados también en lo sexual a vivir como
quieren quienes mandan y no como desearíamos hacerlo.
En Uruguay la opresión de gays y lesbianas es enorme, siendo asumida con “na-
turalidad” o “normalidad” por mucha gente. Desde que venimos al mundo nos incul-
can la heterosexualidad como único modelo valido, e incluso a veces como el único
modelo cierto, y cuando aparece la homosexualidad o se desafía el heterocentrismo
aparece la represión. Muchas veces esta utiliza a la religión o a la ciencia como
excusas para catalogar a cualquier otro modelo como “no deseado”, “no aceptable”,
“no natural” –e incluso “criminal”– buscando que las personas que los adopten sean
aisladas, atacadas u obligadas a llevar una doble vida. Si bien desde hace unos años
la visibilidad pública de la homosexualidad se ha incrementado, la realidad es que
los gays y lesbianas que tienen el coraje de expresar en publico su condición son una
reducida minoría. El centenar de personas que asisten año a año a las marchas del
Día del Orgullo no pueden ser los únicos gays y lesbianas del país, y de hecho tam-
poco todos los que van lo son, puesto que estas marchas convocan también a
heterosexuales que luchan contra la opresión de gays y lesbianas, y respaldan al
movimiento.
No podemos seguir ignorando esta realidad. Los homosexuales existen y tam-
bién la opresión en su contra. Debemos preguntarnos por qué pasa esto y definir una
posición clara frente a la opresión y la liberación lésbicogay.
Historia de la opresión de gays y lesbianas
Para lograr la victoria frente a la opresión debemos entender cuándo surge y por
qué existe. Como se dice más arriba, la homosexualidad ha sido parte de toda la
historia humana. En sociedades tan disímiles como la Grecia antigua o el Japón
feudal, o civilizaciones precolombinas como la Maya, las relaciones homosexuales
eran algo común. Uno puede pensar que hay solamente razones culturales por detrás
de esto, pero como veremos más adelante, por debajo de cualquier práctica cultural
hay sistemas económicos con diferentes requerimientos productivos, que determi-
4 Todos somos gays y lesbianas
nan formas diferentes de dominación y control sobre quienes generan las riquezas.
Los mayas veían cualquier relación sexual como buena, siempre y cuando las
personas se controlaran y no desperdiciaran sus energías. En Esparta y el Japón feu-
dal la homosexualidad estuvo asociada incluso con asuntos militares, porque los
soldados espartanos y los samuráis japoneses tomaban jóvenes a cargo para formar-
los en el arte de la guerra, entablando con ellos relaciones muy íntimas. En Grecia
los aristócratas mantenían muy frecuentemente relaciones homosexuales con sus
esclavos, y ocasionalmente tomaban en adopción a jóvenes con quienes entablaban
relaciones profundas, siendo visto esto último como símbolo de riqueza y de poder
social. Ahora bien, debemos tener en cuenta que Grecia y Esparta –por ejemplo–
eran sociedades esclavistas donde la reproducción de la mano de obra no constituía
una necesidad económica, siendo las guerras el ámbito privilegiado donde las clases
dominantes obtenían nueva fuerza de trabajo que explotar.
Esto cambió en la Europa medieval, cuando los esclavos fueron sustituidos por
los campesinos y sus familias como medio de producción principal, por lo que la
reproducción de la mano de obra se volvió indispensable. El Estado y la Iglesia
buscaron promover la natalidad por todos los medios, demonizando los actos sexua-
les cuyo objetivo no fuera la reproducción. Esto permitió que los poderosos no sola-
mente tuvieran un mayor poder sobre la economía campesina, sino también un poder
que llegó a incluir la propia sexualidad de la población.
En el capitalismo se encuentran los mismos motivos para la opresión sexual. Los
capitalistas en su afán por generar y acumular mayor capital en menos tiempo, nece-
sitan mucha mano de obra y la mejor forma de conseguirla es la familia modelo,
constituida por un hombre, una mujer y sus hijos, donde trabajadores y trabajadoras,
esposos y esposas, reproducen y preparan la futura mano de obra del sistema.
Esta familia modelo también es instrumento de control para quienes mandan en el
capitalismo, porque ella sirve para inculcar valores y reglas de conducta a quienes en
su mayoría serán los futuros trabajadores. Por otro lado, muchos trabajadores tienen la
falsa imagen de que la familia es un espacio donde ellos tienen total control, cuando en
realidad también ella está al servicio del sistema por las razones ya aducidas.
Las relaciones homosexuales son una evidente amenaza para este orden de co-
sas, puesto que cuestionan de hecho el modelo dominante de familia y de conducta
sexual, motivando la represión. Aunque hoy en día no es tanto la excusa bíblica
como el concepto burgués de “normalidad”, el que se esgrime para reprimir la ho-
mosexualidad –siendo “normal”, aquella situación en la cual los intereses capitalis-
tas tienen mejores condiciones para realizarse.
Las luchas por la liberación
Hasta ahora dos han sido las estrategias básicas de lucha en contra de la opresión de
gays y lesbianas. La primera es la estrategia reformista, que defiende la idea de que se
El Mundo al revés 5
puede transformar el capitalismo poco a poco, y eliminar la opresión impulsando refor-
mas que hagan que algún día desaparezca. La otra es la estrategia revolucionaria, que
sostiene que el capitalismo y la opresión de gays y lesbianas están indisolublemente uni-
dos, planteando que solamente un cambio de sistema puede eliminar este problema.
La primera estrategia ve la opresión de los homosexuales como un problema
basado en la ignorancia o en el pensamiento no científico de la población. Por esto
que sus seguidores sostienen que puede eliminarse la opresión a través de la educa-
ción, inculcando la aceptación de la homosexualidad. El Partido Socialdemócrata
Alemán (SPD) fue el primero en promover esta idea a fines del siglo XIX, luchando
con dureza en defensa de gays y lesbianas, pero sin tener una actitud clara sobre las
raíces de la opresión y sobre como atacarla. Lejos de esto, defendía entre trabajado-
res y trabajadoras el mismo modelo de familia que las instituciones del sistema.
La primer lucha que tuvo una trascendencia política importante se remonta a 1860,
cuando un respetado abogado prusiano fue condenado a apartarse de su profesión por
ser homosexual. A finales de ese año la legislación de Prusia calificó de delito cual-
quier relación sexual entre hombres, pasando esta cláusula al código penal como el
Párrafo 175. En 1867 comienza una campaña para abolir este articulo y el Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD) se integra, jugando un papel destacado en la misma.
Dos años después un médico de origen húngaro envió una carta al ministro de
justicia alemán argumentando en contra de la legislación antigays, donde decía que
el Estado no tenía porqué regular aquello que tenía lugar en los dormitorios de sus
ciudadanos, y que ser homosexual no era despreciable ni una vergüenza. Para desig-
nar la actitud que los homosexuales debían adoptar frente a este hecho utilizó la
expresión “orgullo homosexual”, actitud que sería tomada por las generaciones ve-
nideras como bandera de sus luchas. En esta carta apareció por primera vez el térmi-
no homosexual para definir las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Durante la misma década se hicieron intentos de lograr una explicación científica
de la homosexualidad. En esta etapa se desarrollo la teoría de un tercer sexo, que
básicamente proponía que los homosexuales tenían diferencias biológicas que los
distinguían del resto de las personas. En 1897 aparece la primera organización que
defendía los derechos de los homosexuales, aunque esta sostenía la idea del tercer
sexo. Para 1905 llevaban recolectadas unas 5.000 firmas en favor de su teoría, pero
el parlamento alemán se negó incluso a discutir la abolición del Párrafo 175.
Este movimiento nunca busco el apoyo de la clase trabajadora, sino que intentó
que políticos y distintas personalidades homosexuales se mostraran como ejemplo.
Estos, en cambio, temerosos de que sus carreras se vieran afectadas, retiraron su
apoyo al movimiento. El comité no solo no consiguió la abolición del Párrafo 175,
sino que a finales de 1910 se introdujo una cláusula que extendía su aplicación a las
mujeres. Si bien esto fue un retroceso importante, por otro lado le brindó una nueva
dimensión a la lucha, puesto que a partir de esto las organizaciones feministas co-
menzaron a dar su apoyo a las luchas por la liberación homosexual.
6 Todos somos gays y lesbianas
Lamentablemente, el intento del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) de lu-
char contra la opresión y avanzar hacia el socialismo mediante reformas, significó en
la practica un freno para las luchas, resultando afectado no solamente el movimiento
obrero internacional, sino también todos aquellos movimientos que luchaban por
acabar con las desigualdades y las opresiones del sistema.
La victoria de la Revolución rusa marcó nuevos rumbos en la lucha contra la
opresión de gays y lesbianas. La estrategia revolucionaria marcó el camino para to-
dos aquellos que vieron el fracaso ocurrido en Alemania. A solo dos meses de la
Revolución de Octubre de 1917, los bolcheviques habían acabado con todas las
leyes en contra de la homosexualidad. Esta y otras acciones destinadas a extender la
liberación sexual (como fue por ejemplo la legalización del aborto y la revocación de
las leyes que regulaban el matrimonio), eran consideradas parte fundamental del
nuevo sistema y de la revolución social en marcha. En estos dos meses se lograron
más avances en Rusia que los logrados en décadas de reformas liberales en Occiden-
te. Y no solo eso, los bolcheviques hicieron importantes esfuerzos por crear alterna-
tivas al modelo de familia tradicional, buscando destruir la base material de la opre-
sión de las mujeres y los homosexuales. Se tomaron medidas para liberar a las muje-
res de las tareas domesticas, y para aplastar muchas de los prejuicios asociados al
género. Se buscaba que las oportunidades y las obligaciones ya no estuvieran atadas
al sexo ni a las opciones sexuales de las personas.
Estos cambios sirvieron de ejemplo para todos aquellos que luchaban contra la
opresión de gays y lesbianas en el mundo. Las leyes de la Unión Soviética declara-
ban la absoluta no intervención del Estado en las cuestiones sexuales de los indivi-
duos, siempre y cuando nadie sufriera daños físicos ni se perjudicaran sus intereses,
calificando además las relaciones homosexuales como totalmente naturales. La polí-
tica de los comunistas y la de los socialdemócratas de los años 20s, contrastan clara-
mente. Los primeros no se limitaban meramente a convalidar la homosexualidad,
querían cambiar la sociedad en su conjunto para desterrar cualquier connotación
negativa sobre la homosexualidad. Los gays y lesbianas rusos no mendigaron liber-
tades a quienes gobernaban antes de la Revolución, simplemente se unieron con los
demás trabajadores en la lucha contra el zarismo y las construyeron por sí mismos.
La Revolución propuso terminar con las bases de la opresión sexual: el capitalismo
y su instrumento de reproducción –la familia tradicional.
Lamentablemente, el fracaso de la Revolución alemana de 1918, la contrarrevo-
lución y el posterior ascenso del nazismo, acabaron con la esperanza inmediata de
extender la revolución soviética hacia Occidente. Este hecho y la destrucción de
gran parte de la clase trabajadora rusa durante la Guerra Civil que tuvo lugar hasta
1921, facilitaron el surgimiento del estalinismo y la contrarrevolución subsiguiente.
Para 1928 la burocracia ya concentraba gran parte del poder, se consolida un régi-
men de capitalismo de estado, y unos pocos poderosos se enriquecían de la explota-
ción de la población. Junto con el poder de los trabajadores y las demás conquistas
El Mundo al revés 7
revolucionarias, se desmoronan aquellas obtenidas en materia de liberación sexual.
La familia tradicional y la persecución de los homosexuales regresan, ahora glorifi-
cadas por el estalinismo.
Durante los 30 años posteriores, las luchas por la liberación sexual quedaron
latentes y alejadas totalmente del movimiento socialista, hasta que en la década de
los 60s resurgieron con una magnitud que no se veía desde los años 20s. La escasez
de mano de obra producto de la Segunda Guerra Mundial determinó que millones de
mujeres se incorporasen como trabajadoras en la industria, y la aparición de la píldo-
ra anticonceptiva acabó con la conexión directa entre sexo y reproducción, lo que
comenzó a modificar el modelo de familia tradicional.
Por otro lado, tras 30 años de derrotas, la clase trabajadora floreció en número y
en confianza. A lo largo de los años 50s y 60s las huelgas, aunque cortas eran fre-
cuentes y casi siempre victoriosas, creando una relación de fuerzas que preparó las
grandes luchas de masas que estaban por producirse.
La Guerra de Vietnam y las numerosas protestas en su contra se convirtieron en
un foco de luchas importante. En EEUU el movimiento antiguerra reunió a millo-
nes de personas, en los ghettos negros hubieron revueltas masivas contra la opre-
sión que soportaban y por la igualdad de derechos, y el movimiento feminista ex-
perimentaba el mismo ascenso. En definitiva, fue una época en la que el sistema
fue desafiado en muchos frentes, una época en la que la izquierda revolucionaria
creció rápidamente. Esta época significo también el resurgimiento del movimiento
lésbicogay, cuya chispa se produjo en Stonewall.
Stonewall era un bar gay situado en el centro de Nueva York, cuya clientela esta-
ba compuesta en su mayoría por jóvenes de clase trabajadora. Como muchos de los
bares gays, estaba controlado por la mafia y sobrevivía gracias a los sobornos que
pagaba a los policías. Para justificar estos pagos, la policía realizaba redadas ocasio-
nales. En la noche del viernes 27 de Junio de 1969 el bar estaba repleto, cerca de 200
gays y travestis se apiñaban en su interior. Ocho policías, un numero suficiente según
ellos por tratarse de un bar de “mariquitas”, decidieron llevar a cabo una redada. La
idea era seguir el procedimiento de siempre, cargando a los gays en camionetas para
llevarlos a la comisaría donde serían interrogados y humillados.
Pero aquel día una multitud empezó a congregarse alrededor del bar, gritando y
protestando contra la policía. La multitud cerco a los ocho policías, quienes se refugia-
ron dentro del bar. Allí atrapados, pidieron ayuda a la comisaría que, esta vez, envió al
escuadrón de fuerzas de choque de Nueva York, normalmente usado solo para los
barrios marginales. La revuelta duro tres noches y la policía se vio obligada a retirarse
de la zona. Los incidentes se sucedieron durante todo el verano hasta la creación en
Agosto del mismo año, del Frente de Liberación Gay. A partir de esas manifestaciones,
cada año desde 1969 se celebra el Día del Orgullo gay en todo el mundo.
En el primer ejemplar de su revista Come Out! (que es una expresión usada para
describir la visibilidad de los homosexuales, el “salir del armario”, el ser reconocido
8 Todos somos gays y lesbianas
como gay), el Frente de Liberación Gay expresaba que era “un grupo revoluciona-
rio homosexual compuesto por mujeres y hombres conscientes de que para cual-
quiera, la completa liberación sexual solo puede realizarse con la demolición de las
actuales instituciones sociales. Rechazamos los intentos de la sociedad de imponer
papeles sexuales y cualquier definición de nuestra naturaleza, porque hemos re-
nunciado a dichos papeles y a los mitos simplistas de la sociedad”. Esto rompió
con las ideas que los grupos homosexuales venían defendiendo, porque el Frente
de Liberación Gay claramente promovía la sustitución del sistema, en lugar de solo
buscar un nicho donde acomodarse en medio de la sociedad homofóbica existente.
Si bien es correcto luchar por ciertas mejoras inmediatas para gays y lesbianas,
como pueden ser leyes contra la discriminación o el derecho a legalizar uniones de
pareja, no se perdía de vista el origen de la opresión: la sociedad capitalista.
Lamentablemente el Frente de Liberación Gay compartía con los movimientos
del momento importantes debilidades, que partían del optimismo ingenuo propio de
la época. Todos querían la revolución y creían que estaba cerca, por lo que desprecia-
ron todo aquello que significaba teoría o estudio de la experiencia anterior. Se volca-
ron a luchar con todas sus fuerzas como si de la batalla final se tratase, y lo que en
primera instancia significó un avance importante, pronto entró en crisis en la medida
en que la lucha no se mantuvo y descendió, debido al desgaste de los propios gays y
lesbianas que militaban en estos grupos. Además, la desconfianza hacia los viejos
partidos estalinistas les llevo a rechazar toda organización, lo que hizo imposible la
toma de decisiones y darle continuidad al movimiento.
Luego de este período, la mayoría de los grupos del movimiento lésbicogay se
inclinaron por una política reformista centrada en la identidad, aunque hubieron ex-
cepciones. Los 80s vieron nacer una variante de la estrategia reformista que denomi-
namos “política de la identidad”. Básicamente, plantea la idea de que solo aquellos
que experimentan una determinada forma de opresión (las mujeres, los homosexua-
les, los negros, etc.) pueden definirla y luchar contra la misma de manera adecuada.
Además propone que aquellas personas que escapan a estas distintas formas de opre-
sión (hombres, heterosexuales, blancos, etc.) son parte del problema, ya que en cier-
ta forma se benefician con ellas y por lo tanto tienen interés en mantenerlas. Toman-
do en cuenta esta idea, cada grupo oprimido debería crear y mantener su propio
movimiento diferenciado y separado del resto.
Si bien los movimientos de los 60s se identificaban con las ideas y las luchas
revolucionarias, no paso mucho tiempo antes de que en los 80s el separatismo co-
menzara a influir en sentido contrario, y además a generar divisiones internas. Mu-
chas lesbianas comenzaron a apartarse del movimiento gay, bajo el argumento de
que cada vez que intentaban debatir demandas específicas dentro del movimiento,
los líderes masculinos negaban que ellas sufrieran una opresión especial por el he-
cho de ser mujeres, denunciando conductas sexistas dentro del movimiento gay.
Además de la autonomía entre los movimientos, el “salir del armario” o mostrar-
El Mundo al revés 9
se abiertamente como homosexual se volvió un rasgo importante del movimiento,
como forma de reforzar el sentido de orgullo gay en medio de la opresión del siste-
ma. Sin embargo, en cuanto el activismo decayó, el “salir del armario” se convirtió
en una finalidad en si misma, habiendo gays y lesbianas que olvidan que muchos
otros como ellos no pueden “salir del armario” por miedo a perder sus trabajos,
porque están casados y no quieren quebrar sus familias, etc.
Otro aspecto importante del movimiento durante los 80s, fue adoptar palabras que
algunas personas utilizaba de manera insultantes para usarlas de forma positiva. Esta
táctica fue muy utilizada por el grupo “Queer Nation” (Nación Marica), que es uno de
los pocos de aquella época que todavía sobrevive. Este grupo defiende algo que define
como “nacionalismo marica”, proponiendo que los gays abandonen la sociedad y cons-
truyan una propia y separada –llevando al extremo las políticas de la identidad.
A principios de los 90s aparece lo que se llamará la “Economía rosa”. La idea es
que hay un estilo de vida gay con características glamorosas, basado en un elevado y
particular consumismo. De esta manera, la lucha contra la opresión de gays y lesbianas
se convierte en aceptación del mercado y del sistema, a cambio de prestigio. Este
desarrollo del movimiento gay desnuda las divisiones de clases que existen al inte-
rior del mismo, porque un elevado consumo no está al alcance de la mayoría trabaja-
dora de gays y lesbianas. Por un lado los homosexuales que tienen poder y algún
capital defienden al sistema, y levantan el mito de que todos los gays y lesbianas son
personas adineradas, cuyos únicos intereses son los viajes, las fiestas, la frivolidad y
el consumo de la “Economía rosa”. Por el otro están los homosexuales que todos los
días salen a trabajar para con suerte pagarse la comida y un alquiler, que son explo-
tados incluso por los primeros y que ningún dinero tienen para llevar las vidas de
ellos. Es de estos de quien depende la lucha por la liberación de gays y lesbianas,
porque para ellos no existe más solución contra la opresión que derribar el sistema
que produce y mantiene la misma: el capitalismo.
Uruguay, realidad y luchas
En nuestro país no aparecieron grupos de militancia homosexual hasta pasada la
dictadura. El grupo más antiguo conocido se llamaba Escorpio y fue establecido
durante septiembre de 1984, aunque no se hizo publico hasta después de reinstaurada
la democracia. Al ser el primero de su tipo en el país, este colectivo tomó el ejemplo
de grupos de otros países, adaptando las modalidades de lucha de otros lugares a
nuestro entorno. Algunos de quienes lo integraron dicen que llegó a contar con unas
300 personas vinculadas, aunque no siempre activas, pero puede que dicho número
fuera inferior e inflado para dar seguridad a quienes se sumaban.
La primera acción asumida por estos activistas fue denunciar la situación en la que
vivían los homosexuales a mediados de los 80s. Como decía uno de sus integrantes: “A
nosotros se nos considera enfermos, pero se nos trata como delincuentes. Durante el
10 Todos somos gays y lesbianas
periodo de la dictadura se nos perseguía oficialmente y se nos fichaba ilegalmente.
Ahora eso se ha limitado bastante. Los casos de fichajes ilegales, por ejemplo, sabe-
mos que son muy pocos. Pero desde el punto de vista laboral a la gente igual se la
margina, muchos han perdido sus trabajos... También estamos marginados desde el
punto de vista familiar. Muchos padres son muy abiertos hasta que les toca un hijo
homosexual en su propia familia, ahí... terminan echando al hijo de la casa”.
Aparte del problema de los fichajes policiales –un tema que se vivía con mucho
miedo debido al reciente final de la dictadura– el grupo denunciaba la marginación
laboral y familiar, una realidad que vivimos aun hoy. Escorpio siguió la tradición de
muchos otros movimientos homosexuales en el mundo, concibiendo su actividad
como una defensa de los derechos humanos, y reconociendo que las luchas por estos
derechos no se resuelven a corto plazo en la mayoría de los casos. Lamentablemente
este colectivo surgió durante una época de retroceso del movimiento lésbicogay en
el mundo, debido al problema resultante de la asociación del SIDA con la conducta
homosexual, lo que llevo a grandes campañas de represión contra los homosexuales.
A raíz de esto muchos gays decidieron ocultar su orientación sexual, lo que hizo muy
difícil las cosas al grupo, colaborando en su disolución.
Pero ahora la puerta se había abierto. Los homosexuales uruguayos tenían una
referencia propia, un ejemplo de que incluso en Uruguay se podía luchar contra la
opresión. En 1986 aparece el grupo Homosexuales Unidos, con una línea similar
al grupo Escorpio. Reivindicaba el derecho de las parejas de gays y lesbianas a
poder expresarse públicamente sin ser agredidos, que los locales de encuentro gay
no fueran intervenidos por la policía, que los travestis tuvieran otras opciones la-
borales que la prostitución, que el mercado laboral proporcionara los mismos de-
rechos y posibilidades para todos sin importar la orientación sexual, que la educa-
ción no inculcara modelos de conducta sexual, etc. Todas reivindicaciones que son
igual de válidas hoy en día.
Pero aunque las reivindicaciones de Homosexuales Unidos fueran correctas, el
grupo se definía como una vanguardia intelectual, separada del común de las per-
sonas, lo cual le generó una mala imagen entre muchos otros gays y lesbianas,
mermando las posibilidades de crecimiento. Por más que las intenciones fueran
buenas, el alejamiento de la gente trabajadora común y corriente, provocó cierto
rechazo hacia las grupos existentes por parte de la comunidad gay uruguaya. Ade-
más, nuestra sociedad valora mucho más a los homosexuales que esconden su
condición, que a quienes la manifiestan públicamente, por más que los dos sean
discriminados, rechazados y oprimidos por igual. Este miedo a quedar pública-
mente expuestos, genera que muchos tengan cierto temor a integrar grupos gays
por miedo a resultar “descubiertos”. Estos dos factores, además de los problemas
internos del propio grupo, explican por qué hacia el año 1995 el colectivo contaba
con solo una decena de integrantes. A pesar de la longevidad del grupo, el mismo
no había logrado crecer, sino solo sobrevivir. Y algunos años antes, se habían des-
El Mundo al revés 11
prendido del mismo dos nuevos grupos: el Movimiento de Integración Homo-
sexual, y la Asociación de Travestis del Uruguay.
El Movimiento de Integración Homosexual surge a partir de un grupo de gays,
lesbianas y travestis que se nucleaban en torno del grupo de teatro Integración. Este
nuevo grupo se mostró mucho más abierto en cuanto a la participación de nuevos
miembros, rompiendo con el modelo elitista de su predecesor, ya que contaba con
personas de distintas organizaciones, incluyendo a personas heterosexuales. Por otro
lado, muchas veces las reuniones del Movimiento de Integración Homosexual se
realizaban en conjunto con las de la Asociación de Travestis del Uruguay, siendo
este el único grupo de la época que realmente tenía un contacto estrecho con la
cultura popular homosexual.
En 1991 y a la par del Movimiento de Integración Homosexual se forma el
primer colectivo exclusivamente de mujeres que se llamaba “Las mismas”. Este
grupo surge luego de la visita de un grupo de exmonjas norteamericanas quienes,
luego de ver la situación en Uruguay, proponen la formación de este colectivo. La
vida de este colectivo se extendió por unos 2 años aproximadamente. Luego, en el
año 1996, parte de las integrantes del anterior grupo forman “Mujer y Mujer”, un
colectivo con reivindicaciones precisas y una asistencia nada despreciable, aunque
no duraron mucho, pudiendo solamente producir el primer número de un periódi-
co que fue difundido en la comunidad, en el cual se denunciaban las preocupacio-
nes y reivindicaciones del grupo.
Alrededor de 1999 se forma el grupo Diversidad, sobre ideas básicamente si-
milares a las de los grupos que lo precedieron. El colectivo tuvo una importancia
nada despreciable, pero no llego a movilizar a elevado numero de personas, lle-
gando a contar con unas 50 personas vinculadas en su mejor época, debido al
hecho de continuar las mismas políticas personalistas y elitistas de los colectivos
anteriores. A pesar de esto llevaron adelante varios talleres y campañas concretas
como la juntada de firmas que iniciaron a principios del 2004 por, entre otras co-
sas, una ley antidiscriminación y la legalización de los matrimonios gay. Disol-
viéndose hacia finales de 2004.
En Junio de 1998 aparece un periódico de distribución en bares y distintos ámbi-
tos gays, además de las marchas por el Día del Orgullo, llamado La Brújula. Publica
hasta hoy noticias y artículos de interés para la comunidad gay, además de difundir la
llamada “política queer” (política marica) surgida en EEUU en los 60s, siendo una
forma de politizar el activismo gay, totalmente opuesta a las política de la identidad.
Este periódico es además, uno de los principales organizadores de la marcha del Día
del Orgullo en el país.
Posteriormente, en el año 2002, se juntan las integrantes de lo que luego seria
la Asociación de Lesbianas Uruguayas, para realizar un estudio llamado “Lesbianas
y discriminación”. Este, como su nombre indica, denunciaba la situación que aun
hoy viven las lesbianas en el país. Luego de este emprendimiento, la Asociación de
12 Todos somos gays y lesbianas
Lesbianas Uruguayas consigue en 2003 la personería jurídica, uno de los princi-
pales motivos que diferenció a este colectivo de los demás, ya que su primera
medida fue conseguir el reconocimiento legal del mismo, aparte de que se
estructuró marcadamente como un grupo democrático y para nada elitista desde
un principio. La Asociación de Lesbianas Uruguayas realizo numerosos talleres,
sobre todo abocados a erradicar la discriminación que muchas lesbianas sufren
incluso a manos de profesionales de la salud. Este colectivo cuenta actualmente
con unas 20 integrantes, aunque (y como otros grupos han señalado de si mis-
mos) la asistencia de personas del Interior es casi nula.
Uno de los acontecimientos mas sorprendentes del movimiento gay uruguayo
ocurrió recientemente, durante la campaña en defensa de ANCAP. Un activista en-
vía una carta a una radio, en la cual expresa la realidad de los gays y lesbianas del
país y la problemática de que los partidos políticos, ya fueran de izquierda o de
derecha, no trataban el tema de la homosexualidad, firmando la carta como: “Gays y
Lesbianas de izquierda”. A raíz de esto se nuclea un grupo de personas para hacer
presente al movimiento lésbicogay en los actos de la izquierda. Lo que más sorpren-
de de esto es que este emprendimiento no fue pensado para convertirse en instru-
mento de organización, y sin embargo logró concentrar a numerosas personas en el
acto final del Frente Amplio. Este suceso dejó claro ante los partidos de izquierda
que los gays y lesbianas también tienen una conciencia política y el deseo de actuar
políticamente, aunque la misma izquierda uruguaya no reconozca la importancia de
la opresión y la liberación lésbicogay.
Tanto los grupos antes mencionados, como también muchos activistas indepen-
dientes han llevado adelante gran numero de movilizaciones, talleres, juntadas de fir-
mas y variadas acciones más. Se realizó una movilización frente a la Embajada de
Egipto en el año 2003 por la liberación de los presos gay de ese país. En el año 2004
desfilo en carnaval el carro de la diversidad sexual. Y desde hace varios años los gays
uruguayos se han hecho presentes en las marchas del Día del Orgullo realizadas en
Argentina. En definitiva, en Uruguay hay una larga historia de luchas contra la opre-
sión de gays y lesbianas, y existe un gran potencial para el activismo homosexual. Solo
se necesita organizar y movilizar a mayor cantidad de trabajadores y estudiantes homo-
sexuales en defensa de sus intereses, implicar a la izquierda y los sindicatos en la lucha
contra la opresión de gays y lesbianas, hacer campañas que clarifiquen las verdaderas
causas de la misma, e impulsen la lucha por la liberación sexual.
La liberación sexual y el socialismo
La opresión de gays y lesbianas es y siempre será intrínseca al capitalismo, por-
que las relaciones homosexuales amenazan la familia tradicional, y porque las op-
ciones sexuales son utilizadas por los poderosos para generar divisiones entre la
gente, al igual que ocurre con las diferencias entre hombres y mujeres, blancos y
El Mundo al revés 13
negros, etc. Como la familia tradicional es pieza clave del sistema en la reproduc- revista trimestr
revista al
trimestral FOLLETO
ción de la mano de obra y en la transmisión de la ideología dominante, y como la Socialismo
unidad de todos los trabajadores es fundamental para las luchas, los avances contra Internacional
la opresión lésbicogay han estado siempre ligados a los avances de las luchas de los Teoría y política
trabajadores en general. marxista
Ahora bien, si la liberación lésbicogay depende de derribar el capitalismo: ¿qué
alternativa tenemos para proponer? En nuestra opinión, el socialismo. Una sociedad
donde los trabajadores –colectivamente– seamos dueños de nuestro destino, tenien-
do el poder sobre la economía, la educación y la sociedad en su conjunto. Ante esto
mucha gente responde que tal como han ocurrido las cosas, en el “socialismo real-
mente existente” continuó la opresión de gays y lesbianas, la familia tradicional si-
guió siendo glorificada y ningún cambio relevante ocurrió en realidad.
Muchos toman como ejemplo a la Unión Soviética de Stalin –y algunos tam-
bién a la Revolución cubana. Nosotros no creemos que estas experiencias deban
ser vistas como ejemplos de socialismo, sino como ejemplos de qué es lo que
sucede cuando una revolución triunfa, pero el poder de los trabajadores no se ex-
tiende a otros países, o esa revolución no es liderada ni da el poder a los trabajado-
res, continuando el capitalismo aunque de maneras diferentes –siendo el Estado
quien concentra la propiedad, pero unos pocos los que tienen el poder sobre la
economía y la sociedad. Siendo esta la razón por la que en dichos países la familia
tradicional siguió siendo clave para el sistema, y los homosexuales continuaron
siendo oprimidos en distintos grados y formas.
En una sociedad realmente socialista, donde los trabajadores tengan el poder y en
que las relaciones sociales sean diferentes, se terminará con la opresión, no solo
contra gays y lesbianas, sino también contra los negros, las mujeres, etc. Todos ten-
dremos la libertad de ser como queramos, sin oprimir a nadie ni ser oprimidos.
Por eso nuestra política no es defender la tolerancia hacia los homosexuales, sino
celebrar las diferencias sexuales que nos llevan a unos a tener relaciones afectivas y
sexuales con personas del mismo sexo, a otros a sentirse atraídos por personas del
otro sexo y a otros por personas de ambos sexos. Imperialismo Hoy
Debemos unificar las luchas de los trabajadores heterosexuales y homosexuales,
La sangrienta guerra lanzada por las grandes potencias
hombres y mujeres, blancos y negros, para gritar todos juntos contra la opresión:
contra Irak en 1991 demostró que el imperialismo, en el sentido
¡Todos somos negros!, ¡Todos somos mujeres! ¡Todos somos gays y lesbianas!, em- más general de utilización directa de la fuerza por parte de las
pujando la lucha para derribar el sistema que las produce... grandes potencias para imponer su voluntad sobre Estados
menores, se encuentra prosperando. Alex Callinicos argumen-
ta en este folleto que pueden identificarse tres fases por las
que ha atravesado el imperialismo: el imperialismo clásico,
1875-1945 –que es el imperialismo que dio lugar a la "Guerra de
los Treinta Años" de 1914 a 1945; el imperialismo de las
super-potencias, 1945-1990 –período en el cual el mundo
fue repartido entre dos grandes bloques militares rivales–; y el
imperialismo posterior a la Guerra Fría –el "Nuevo Orden
Mundial" de Bush (padre), que en realidad es una versión más
inestable del antiguo orden mundial. Y culmina su trabajo plan-
Uruguay
teando las perspectivas del desarrollo futuro del imperialismo.
14 Todos somos gays y lesbianas El Mundo al revés 15
 Todos
somosgays y lesbianas
La homosexualidad ha existido desde los albores de la humani-
dad, siendo compartida por todas las culturas. A pesar de esto, to-
davía son pocas las personas que luchan para que acabe la opresión
sobre gays y lesbianas. Esto se debe al hecho de que la referida
opresión es poderosa y violenta, incluso cuando a veces no lo pa-
rezca. Nuestra política no es defender la tolerancia hacia los homo-
sexuales, sino celebrar la diversidad que nos lleva a unos a tener
relaciones afectivas y sexuales con personas del mismo sexo, a al-
gunos a sentirse atraídos por personas del otro sexo y a algunos a
sentirse atraídos por personas de ambos sexos. Debemos unificar
SERIE / PRESENTE

las luchas de los trabajadores heterosexuales y homosexuales, de

los hombres y las mujeres, de los blancos y los negros, para gritar
juntos contra la opresión: ¡Todos somos negros!, ¡Todos somos mu-
jeres! ¡Todos somos gays y lesbianas!, empujando la lucha para
derribar el sistema que las produce... el capitalismo.

Folletos editados
•Imperialismo hoy
•ABC del socialismo
El Mundo al revés

•Una sociedad socialista

•Un partido revolucionario
•Globalización y resistencia. ALCA
•Globalización y resistencia. Deuda Externa
•Rusia 1917. El partido bolchevique
•Chile 1973. Revolución y contrarrevolución
•Europa oriental 1989. Una explicación de lo sucedido
•Argentina 2001. Revuelta y después
•León Trotsky. Socialista revolucionario
•Antonio Gramsci. Socialista revolucionario
•Rosa Luxemburg. Socialista revolucionaria
•Los orígenes de Socialismo Internacional
•Partido y Clase. Distintas concepciones
•¿Cómo funciona el marxismo?
•Marxismo 2004. Ponencias

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