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III.

Educación Emocional desde el Enfoque Inclusivo


a). Inclusión Educativa: CUIDADO CON LA REDACCIÓN
Sin duda al nombrarse el tema de la “Inclusión Educativa”, a las personas,
surgen en su mente un sin número de ideas, desde la conocida frase: “Educación
para todos”, rozando lo social, otra de las nociones posiblemente existentes es la
que habla de que todos los estudiantes sean atendidos, y tal vez, dirían que se
trata de que ningún alumno(a) quede fuera del sistema. MEJORAR FALTA CITA
En relación a lo mencionado ANTERIORMENTE, se debe decir que el
concepto de “Inclusión Educativa”, es amplio, muy amplio al igual que complejo,
dicho concepto a evolucionado a lo largo del tiempo, hoy en día, este hace
alusión a que todos los niños, niñas y jóvenes merecen y deben poseer
condiciones y oportunidades, igualitarias de aprendizaje, en los diferentes tipos de
Establecimientos Educacionales a los que asistan. Sin importar sus diferentes
condiciones sociales, culturales, sus diferentes capacidades y habilidades.
El concepto y el enfoque, de la Inclusión Educativa, surge de una constante y
extenuante clasificación de los estudiantes, la cual se llevó a cabo por mucho
tiempo, desde antaño las Escuelas han privilegiado un estilo de enseñanza
uniforme, siempre basado en la homogeneidad. Es con este estilo de
enseñanza, con el que la inclusión pretende romper. EL CONCEPTO SURGE DE
LOS ESTUDIANTES???? FALTA CITA
Debe ser mencionado entonces que la Inclusión Educativa, no solo considera a
todos los estudiantes sino que también otorgar respuestas en el ámbito curricular
y pedagógico tomando siempre en cuenta la diversidad de situaciones.
UNESCO (2008) define la Inclusión Educativa como “un proceso de abordaje y
respuesta a la diversidad en las necesidades de todos los Alumnos a través de la
creciente participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y la
reducción de la Exclusión dentro y desde la Educación.
En relaciona esta definición la UNESCO propone cuatro elementos principales
dentro de la Inclusión Educativa:
1. Aprender a aprender a partir de las diferencias.
2. Estimular la Creatividad y la capacidad de los alumnos de resolver
problemas.
3. El derecho de los Niños y niñas de asistir a la Escuela y vivir experiencias
de aprendizaje de calidad.
4. La responsabilidad Ética de priorizar a aquellos alumnos y alumnas en
riesgo de ser marginados y excluidos de la escuela.
En concordancia al enfoque de la Inclusión Educativa, pero con una mirada
mucho más amplia de este, que la definición anterior, se encuentra la definición
adoptada por el INDICE DE INCLUSION, (TONY BOOTH Y MEL AINSCOW) la
cual postula que;
“En el Índice, la inclusión se concibe como un conjunto de procesos orientados a
eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de
todo el alumnado. Las barreras, al igual que los recursos para reducirlas, se
pueden encontrar en todos los elementos y estructuras del sistema: dentro de las
escuelas, en la comunidad, y en las políticas locales y nacionales. La inclusión,
está ligada a cualquier tipo de discriminación y exclusión, en el entendido de que
hay muchos estudiantes que no tienen igualdad de oportunidades educativas ni
reciben una educación adecuada a sus necesidades y características personales,
tales como los alumnos con discapacidad, niños pertenecientes a pueblos
originarios o afrodescendientes, niños portadores de VIH/SIDA o adolescentes
embarazadas, entre otros.”
Ambas definiciones coinciden ,ya que al hablar de inclusión no solo se quiere
referir a incluir a todos los estudiantes al sistema educativo considerando a
aquellos que presentan alguna discapacidad, o dificultades de otro tipo en la
adquisición de aprendizajes, sino que específicamente hace hincapié en la
detección de estas, barreras, necesidades y/o obstáculos que están presentes en
el aprendizaje del alumno pero tomando en cuenta todos sus contextos, ya sea
este el familiar, escolar, la relación existente entre el Docente y el estudiante, etc.
La inclusión educativa, abarca un todo, a todos los alumnos por igual, y todas
las áreas y contextos en los que estos se encuentran inmersos, es dar a los
estudiantes una educación integral, que no solo se enfoque en los contenidos
sino que abarque cada una de las experiencias del alumno y las convierta en algo
significativo, educando sus emociones, desarrollando sus habilidades y
competencias, tanto a nivel humano, cognitivo, afectivo, etc.

“La Educación Inclusiva, es un proceso por el cual se ofrece a todos los niños y
niñas, sin distinción de la capacidad, raza, o cualquier otra diferencia, la
oportunidad para continuar siendo miembro de la clase ordinaria y para aprender
de sus compañeros, junto con ellos, dentro del aula.”( STAINBACK (2001), LIBRO
APRENDER JUNTOS EN EL AULA, TERESA HUGUET”(2006)).
SERÍA INTERESANTE LOGRAR UN CIERRE RELACIONANDO CON SU
PROPIO OBJETIVO INVESTIGATIVO
b). Rol del Docente en la Educación Emocional.

Dentro de la Educación de todo niño, juega un papel de vital importancia el


Rol que el Docente cumplirá a lo largo de su vida estudiantil, ya que no solo
marcará el desarrollo de su intelecto, y rendimiento académico, sino que también
influirá de forma decisiva en el desarrollo emocional del estudiante en sus
primeros años de vida.
Sin querer auto exponerse, el docente se encuentra en expuesto a la
observación y juicio de sus estudiantes, convirtiéndose en un modelo sin estar del
todo queriendo serlo. yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
La Autoestima del Docente, se ha considerado por varios autores como uno de
los elementos vitales, para lograr un desarrollo emocional favorable en sus
estudiantes, al interior del contexto escolar (REASONER, 1994, MILICIC y
HAEUSSLER, 1995 y VOLVI, 1998) (LIBRO CREO EN TI, NEVA MILICIC
MULLER). Cuando el docente no solo enseña lo que sabe y lo transmite a sus
estudiantes, sino que también pone motivación y pasión a lo enseñado, sus
estudiantes lo perciben de manera que no solo dejara en ellos un contenido, un
aprendizaje y/o una buena calificación en alguna materia determinada, sino que,
los educandos valoraran el aprender debido al
Por lo tanto un buen Docente es aquel que se encuentra consciente del
potencial que poseen sus estudiantes, la influencia del profesor no se limita a un
desarrollo académico de sus estudiantes sino que es una figura decisiva para la
personalidad de los niños y también en su futura salud mental, ya que “Las
cicatrices de la infancia convertirse en los barrotes de la jaula en la edad adulta”.
(ALICE MILLER), en consecuencia a lo ya mencionado, se debe considerar como
fundamental en el desarrollo de la vida emocional de los menores, el rol y la
función que el docente ejerza dentro del aula, asumiendo entonces que el
autoestima, la personalidad, el carácter y el temple que los estudiantes
desarrollen a lo largo de su vida escolar, se verá forjado en las bases
emocionales ya construidas por el Educador de su infancia. Existen cinco
componentes básicos para la autoestima del docente, estos son; La Seguridad, El
Auto concepto, La Integración, La finalidad y por ultima La Competencia. (VOLI
1998, LIBRO CREO EN TI DE NE MILLICIC MULLER.)
PUEDE SER DESARROLLADO CON MAYOR PROFUNDIDAD CADA UNO DE
LOS COMPONENTES BÁSICOS, Y A LA VEZ RELACIONARLO CON EL
PROPIO SENTIDO DE INVESTIGACIÓN.
No obstante el Rol que el Docente cumple, es el de formador ya que es el
encargado de crear y guiar la personalidad que comienzan a desarrollar sus
estudiantes, mediante la interacción el educador entrega al niño una imagen de si
mismo dando a conocer sus propias competencias pero también sus
dificultades. Existen tres aspectos con los que se pueden caracterizar las
relaciones Profesor-Alumnos en los primeros años escolares de estos últimos.
Estos aspectos son: (BIRCH Y LAD(1997), LIBRO CREO EN TI NEVA MILICIC
MULLER)

• Cercanía.

• Dependencia.

• Conflicto.
En relación a la primera dimensión, esta hace referencia al grado en que existe
una comunicación cálida entre el profesor y sus estudiantes, el hecho de que el
niño observe una figura con la que establece lazos, lo que le otorga seguridad, y
le permite desarrollar una actitud positiva, en relación al contexto escolar en donde
se encuentra sintiéndose así gratamente aceptado y también valorado, este
desarrollo afectivo positivo que logra en el niño la relación de confianza que le
entrega el docente, le otorga una base de seguridad para avanzar y explorar su
entorno.
En la segunda dimensión hace relación a ciertas conductas exageradas en las
que el niño de alguna forma se “cuelga” de su profesor, necesitando así más
atención, y apoyos exclusivos, lo que en cierto modo interferirá con la relación
profesor alumno, perjudicando el desarrollo y autonomía del niño.
Finalmente la tercera y última de las dimensiones, la cual hace referencia
sobre los conflictos entre el profesor y sus alumnos, dichos conflictos los cuales
son estresantes tanto para el niño como para el docente. Los roces dentro de la
relación profesor-alumno, desarrollando en el último actitudes negativas, las
cuales influirán de manera sumamente perjudicial en el rendimiento y la
adaptación escolar, del niño.
Por lo tanto es el docente quien debe encargarse de generar un ambiente
positivo, al interior del aula, formando así un clima de cooperación entre profesor
y alumno. En relación con lo anterior, MIDGLEY, ROESER Y URDIN (1996),
plantean que una relación profesor-alumno ideal se caracterizara por altos
grados de respeto, apoyo, cuidado, calidez, confianza y responsabilidad. Del
mismo modo plantean que el docente que alimenta un clima de aula cooperativo e
interdependiente, logran mejores niveles de autoestima y competencias
académicas en los niños, que aquellos que fomentan la competencia y la
comparación entre los alumnos.
En relación a lo ya mencionado, se debe tener conciencia del impacto emocional
del profesor en el desarrollo emocional de los estudiantes, reconociendo este
impacto y valorizándolo, con el fin de llevar a cabo nuevas actitudes
pedagógicas que ayuden y favorezcan el crecimiento personal de los niños.
PUEDE ABORDAR MÁS EXTENSAMENTE Y COMPLEMENTAR CON OTROS
AUTORES, YA QUE ES UN PUNTO VITAL DE REFLEXIÓN. NO OLVIDE
RELACIONAR CON SU PROPIO PROCESO.
En síntesis, el Rol que el docente ocupa al interior del aula, su autoestima, el
clima de aula que este genere, la relación profesor-alumno, que consiga abarcar y
un sin número de factores más, son los que colaboraran en el desarrollo
emocional del niño. Con o sin voluntad el docente es un modelo a seguir, por
muchos de sus estudiantes, quienes se formaran bajo el referente que el docente
les inculque a lo largo de vida escolar. Sin duda es en edad temprana cuando los
niños, necesitan más apoyo y empatía por parte del docente, es ahí donde este
debe desempeñar su rol de docente, valorando y enfatizando en la importancia
que posee la vida emocional de los estudiantes, quienes necesitan y esperan que
el docente entregue lo mejor de sí mismo.
PODEMOS INCORPORAR EL COMPROMISO DOCENTE CON MAYOR
PROFUNDIDAD.

C). Clima Organizacional Social del aula escolar


Clima social del aula escolar y su organización
Los seres humanos somos esencialmente sociales; desde que nacemos no
es posible sobrevivir sin un entorno social; sin otros que se ocupen de nuestras
necesidades más básicas, tanto desde el punto de vista biológico como
emocional. Las necesidades básicas son cuando necesitamos ser cuidados,
alimentados, etc., por otro lado las necesidades emocionales se refieren a estar en
contacto afectivo con quienes nos quieren, a vincularnos emocionalmente con
otros, aprender a controlar nuestras emociones, lo que nos permitirá más adelante
formar lazos significativos y duraderos y tejer nuestras redes sociales.
El clima social es la estructura relacional configurada por la interacción de todo el
conjunto de factores que intervienen en el proceso de aprendizaje. Así, el contexto
de la escuela y de la clase, las características físicas y arquitectónicas, los
factores organizativos, las características del profesor y las características del o
los estudiantes, son determinantes para el clima de clase. La complejidad del
clima social del aula pone de manifiesto la necesidad de elaborar instrumentos
que faciliten su mediación. Según Aron y Milicic, 1999(“clima social escolar y
desarrollo personal”) lo definen como la percepción que los miembros de las
escuelas tienen respecto del ambiente en el cual desarrollan sus actividades
habituales. (Cornejo & redondo, 2001 “El clima escolar percibido por los alumnos
de enseñanza media”) Señalan que el Clima Social Escolar es la percepción que
tienen los sujetos acerca de las relaciones interpersonales que establecen en el
contexto escolar (a nivel de aula o de centro) y el contexto o marco en el cual
estas interacciones se dan.
Las palabras “clima social escolar” evocan las condiciones atmosféricas que
rodean a quienes pasan parte importante de su vidas en los colegios. Pueden ser
inclementes o cálidas, fomentar el desarrollo pleno o frenar el crecimiento, limitar
la expansión o permitir las vinculaciones y salidas hacia otros terrenos, en fin,
constituyen las condiciones que, en términos de Vigotzky, permitirán la
actualización de las zonas de desarrollo próximo, es decir, el florecimiento de las
potencialidades que están sólo a comienzos, o que, por el contrario como el
tiempo inclemente, congelarán y paralizarán el crecimiento.

La situación planteada evidencia la necesidad de desarrollar en las personas las


competencias individuales y sociales, necesarias para afrontar las demandas
propias de una realidad sometida a un permanente cambio. Ello sugiere que la
escuela, además de alfabetizar con letras y números, debe propiciar también la
alfabetización de las emociones, las habilidades sociales, la toma de decisiones y
el manejo de las relaciones interpersonales (Teruel, 2000). Sin embargo, la
escuela ha tenido una función prioritaria o casi exclusivamente de enseñanza y
transmisión de aspectos académicos, sin responsabilidades explícitas y
claramente establecidas en lo atinente a las competencias sociales del alumnado,
al bienestar interpersonal y personal.

El clima social escolar afecta a todos: a los estudiantes, a los profesores y a los
directivos. Algunos pueden pensar que están más resguardados que otros; sin
embargo, los efectos benéficos o adversos de un clima escolar se hacen sentir en
todos los miembros del sistema. No podemos negar que un buen ambiente o clima
en el aula favorece o facilita el desarrollo del aprendizaje significativo, ante esto
toma importancia el rol de facilitador. El contexto social escolar se relaciona no
sólo con factores macro sistémicos, sino también con las responsabilidades
personales de los miembros que lo componen, y por lo tanto la consideración del
desarrollo personal en el contexto escolar debe tener un rol protagónico. El
desarrollo personal es un concepto que se refiere a la actualización de todas las
potencialidades afectivas e intelectual de una persona, así como el desarrollo de
sus talentos específicos. Es un concepto integrador, que supone el conocimiento
de la personalidad acerca de sí misma y su diversidad, el planteamiento de metas
personales, el reconocimiento de los propios talentos y la formulación de objetivos
coherentes con su sistema de valores. En este sentido, el desarrollo personal está
íntimamente ligado al concepto de formación afectiva y valòrica y al de
inteligencia emocional. El desarrollo personal ha demostrado ser una de las
variables de mayor significación en el mejoramiento de la calidad de educación y
en la prevención de problemas de salud mental tanto de los profesores y
profesoras como de los alumnos y alumnas. También se ha postulado como un
factor predictivo de los logros y satisfacciones que los estudiantes lleguen a tener
en el futuro. No obstante, como apuntan Álvarez González y Bisquerra Alzina
(1999), no es el currículo explícito o formal, el que determina el desarrollo personal
y social del educando, esto depende más del sistema de relaciones profesor
alumno y alumno-alumno que conforman la educación incidental o informal o
“currículum oculto”, a través del cual el profesor actúa como agente de
socialización y como formador de sus alumnos de manera no explícita,
relacionada con la metodología, los estilos educativos y el clima socio-emocional
que se genera en el aula.

Numerosos autores han propuesto diferentes clasificaciones para tipificar el clima


escolar y del aula; sin embargo, todos los autores coinciden en que tanto el clima
escolar como el de aula se desarrollan entre dos extremos: uno favorable, que
representa un clima abierto, participativo, ideal, coherente, en el cual existiría
mayor posibilidad para la formación integral del educando desde el punto de vista
académico, social y emocional, puesto que existirían más oportunidades para la
convivencia armónica. El otro extremo sería desfavorable y estaría representado
por el clima cerrado, autoritario, controlado y no coherente, donde imperan las
relaciones de poder, de dominación y de control, porque no se estimulan los
procesos interpersonales, ni la participación libre y democrática, por lo cual, se
producen comportamientos individuales y sociales hostiles, que inciden
negativamente en la convivencia y el aprendizaje. Estudios realizados por (Howard
y Colaboradores, 1987) caracterizan las escuelas con clima social escolar positivo
como aquellas donde existe: Conocimiento continuo, académico y social,
respeto, confianza, moral alta, cohesión, oportunidad de input (involucramiento en
decisiones de miembros), renovación, cuidado. Con respecto a esto (Arón y
Milicic, 1999 “Clima Social escolar y desarrollo personal”) agregan: reconocimiento
y valoración, ambiente físico apropiado, realización de actividades variadas y
entretenidas, comunicación respetuosa y cohesión en cuerpo docente.
Para abordar este tema, previamente hay que analizar y valorar la información
obtenida de relaciones personales.

• Lo primero es establecer una serie de normas consensuadas que todos


deben cumplir (incluido el profesor) para el buen funcionamiento de la
clase.
• Tener clara la diferencia entre comportamientos aceptables y los que no lo
son.

RECUERDEN QUE DEBEN UTILIZAR UN SOLO TIPO DE VIÑETA PARA


TODO EL TEXTO

• Organizar el aula, distribución del espacio, agrupamientos (equipos,


parejas, en U, en 2 filas de 3,...). Flexibilidad para mover mesas y sillas con
el fin de distribuir el espacio según necesidades de una actividad o de una
materia. Un criterio a considerar es el de distribuirlos en parejas que se
puedan ayudar mutuamente, pues muchas veces aprenden mejor con el
compañero que con la explicación del profesor; en este sentido se refuerza
el principio de complementariedad, mediante el cual los alumnos con
dificultades pueden encontrar más apoyo (proxemia).
• Organizar los grupos de actividades y los equipos de trabajo tratando de
integrar en ellos a todos los alumnos, según sus capacidades, intereses y
necesidades.
• Dotar a la tarea diaria de interés y contenido significativo para ellos. Que la
vean como algo constructivo, formativo para ellos, no como algo mecánico
que hay que hacer (variedad de actividades, desde distintas perspectivas).
Los famosos deberes para casa han de ser otra forma de realizar la tarea,
no más de lo mismo.
• No descuidar el potencial que ofrece el tiempo de recreo: organizar juegos
en el patio para reforzar el nivel de convivencia e interrelación.
• En los niveles más bajos, organizar cooperativas de aula de material común
ayuda a trabajar valores de colaboración y superación del egoísmo
personal, como ayuda para compartir, para respetar y para cuidar lo que es
de todos
• Cumplir siempre lo dicho. Es la única forma de no caer en el descrédito y en
la pérdida de referencias para los alumnos.
• No castigar sólo a los que incumplen las reglas de forma sistemática. Éstas
están para todos. No reprochar a este tipo de alumnos lo que se toleraría
en otros.

Como se puede apreciar el profesor(a) no es el único factor que influye en la


creación de un clima escolar adecuado, sin embargo es uno de los centrales. El
profesor(a) deberá buscar y crear estrategias para que los estudiantes perciban la
sala de clases como un sitio seguro y cómodo y las tareas de aprendizaje como
algo desafiante, valioso y comprensible. Normalmente el alumno o alumna suele
estar más preocupado de cómo se va a sentir en la clase y qué se espera de él,
que de los contenidos que va a aprender, es por eso, que evaluar el clima social
de una organización es fundamental, ya que permite identificar los probables
obstáculos del logro de los objetivos de la institución (Milicic, 2001-Creo en ti. La
construcción de la autoestima en el contexto escolar). Si bien son muchas las
variables que pueden influir, (Rodríguez, 2004, “Diagnóstico Organizacional”),
presenta cinco variables presentes en la evaluación del clima de cualquier
organización, como por ejemplo, estructura de la organización, relaciones
humanas, recompensas, reconocimiento y autonomía.

Para finalizar, se propone como definición del clima social escolar, la satisfacción
de los actores de la comunidad escolar, que sucede como resultado de la gestión
que se realiza de la convivencia en pro del aprendizaje y el buen trato de todos.
Un buen clima social escolar, unido a buenos resultados académicos, se pueden
considerar indicadores necesarios y ninguno por si solo suficientes, para
demostrar que una escuela es un buen contexto para proveer el tipo de educación
que se requiere para el desarrollo de los países del siglo XXI.

PODEMOS INCORPORAR ASPECTOS ESENCIALES DE LA CONVIVENCIA


ESCOLAR.

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