Sei sulla pagina 1di 3

DELIMITACIÓN CONCEPTUAL DE TEORÍAS Y MODELOS

Tomado del libro Modelos de enseñanza con la técnica de casos:


María Soledad Ramírez

¿Cuál es la importancia de entender una teoría y distinguirla de un modelo? Tanto la


teoría como el modelo son organizadores de la realidad que permiten al individuo que
aprende apropiarse del mundo de las idea s en forma más coherente. Pero ¿cuál es la
forma en que operan estos organizadores de manera tal que su utilidad puede ser
capitalizada por quien los emplea? En este apartado se explorarán las características
distintivas de las teorías y modelos a manera d e un ejercicio de metaconocimiento en el
que el lector podrá no sólo utilizar estas herramientas sino además las va a explorar,
analizar y comprender.

El individuo que aprende posee diversos filtros intelectuales para interpretar el mundo que
lo rodea. La teoría es uno de esos filtros que asisten al sujeto en la tarea de entender,
organizar y enunciar los datos provenientes de su entorno. De acuerdo con el Dr. Eduardo
Flores (comunicación personal, octubre, 2001), “una teoría es un instrumento descriptivo ,
es una especie de ‘caja de herramientas’ con que cuenta el aprendiz para entender la
realidad”. El objetivo de la enseñanza es, en palabras de Flores, que los alumnos
aprendan a usar el conocimiento de una forma más adecuada, más crítica, que puedan
ver el valor o la falta de valor de una teoría expuesta.

Una teoría es un conjunto de constructos (conceptos), definiciones y proposiciones


relacionados entre sí, que presentan un punto de vista sistemático de fenómenos
especificando relaciones entre variabl es, con el objeto de explicar y predecir los
fenómenos (Kerlinger, 1975 citado en Hernández, Fernández y Baptista, 1998). De
acuerdo con Carr (1996, p. 55) la teoría puede tener al menos dos significados diferentes:

a) puede referirse a los productos con cretos de las investigaciones teóricas y, cuando
se utiliza de este modo, suele presentarse en forma de principios generales, leyes
explicaciones, etc.,

b) puede aludir al marco de pensamiento que estructura y guía cualquier actividad


teórica característica. En este sentido, denota el marco conceptual subyacente en
cuyos términos se desarrolla un determinado quehacer teórico que le aporta su
fundamento general.

De acuerdo con Miller (1989), una teoría ideal, completa, formal y científica, es una serie
de afirmaciones interconectadas –definiciones, axiomas, postulados, constructos
hipotéticos, variables intervinientes, leyes, hipótesis, etc. Algunas de estas afirmaciones,
que normalmente se expresan en forma verbal o matemática, se deducen lógicamente de
otras afirmaciones. La función de la serie de afirmaciones interconectadas es la de
describir estructuras no observables, mecanismos, o procesos, y relacionarlos entre sí y
con eventos observables (p. 3).
La misma autora apunta que una teoría tiene diversos requisitos: (a) debe estar fundada
lógicamente, es decir debe poseer consistencia interna y no contener afirmaciones que se
contradigan entre sí; (b) debe estar fundada empíricamente, es decir no tener
contradicciones con las observaciones científicas; (c) debe poderse probar y basarse en
tan pocos constructos, proposiciones, etc. como sea posible; y (d) debe cubrir una área
razonablemente larga de la ciencia y debe integrar investigación previa.

Para ilustrar lo anterior podemos referirnos a las teorías del desarrollo. Estudiar a los
niños no equivale a adherirse a una sola teoría del desarrollo. Por ejemplo, estudiar el
aprendizaje en niños de 6 años no conduce necesariamente a conclusiones sobre el
desarrollo infantil. El elemento crítico en una teoría del desarrollo es que ésta se ocupa de
estudiar el cambio a lo largo del tiempo. En esto se observa la delimitación conceptual de
lo que es una teoría: un conjunto de puntos de vista sobre algunos fenóme nos que
establece relaciones entre las variables que los conforman. Miller (1989) propone que en
el caso de las teorías del desarrollo, éstas comparten conceptos con otras teorías no
desarrollistas, pero las primeras enfatizan los cambios que se operan a l o largo del tiempo
en dichos conceptos. Éste sería un constructo intransferible para considerar a la teoría
dentro de la categoría de teorías del desarrollo.

Por otra parte, un modelo hace las veces de un marco de referencia que orienta la toma
de decisiones en situaciones diversas. De acuerdo con Almaguer y Elizondo (1998, p. 59),
“la función básica de los modelos es apoyar al aprendiz en la decisión de determinar qué
es lo importante en una situación, proporcionar un marco de referencia adecuado para
comprender los problemas, tomando en cuenta aspectos específicos pertinentes, como
son los conductuales, cognoscitivos, psicosociales, constructivos o afectivos en el
comportamiento, siempre complejo, de las personas.” Los niveles de análisis, proponen
las autoras, pueden referirse a lo sociocultural, lo cognitivo o lo constructivo; las áreas
pueden ser la social, la emocional o la intelectual.

Joyce y Weil (1985) proponen que “Un modelo de enseñanza es un plan o patrón que se
puede utilizar para diseñar la enseñanza y para darle forma a los materiales
instruccionales, incluyendo libros, apoyos audiovisuales, y programas mediados por
computadora.” (p. 11). Cada modelo conduce al educador en el proceso de diseño de la
instrucción para ayudar a los estudiantes a lograr diversos objetivos. De acuerdo a los
mismos autores, un modelo representa un enfoque de la educación, tiene una orientación
filosófica y psicológica hacia la enseñanza y el aprendizaje. Posee una base teórica
coherente –es decir posee las justificaciones que explican por qué se debe esperar
alcanzar las metas para las que el modelo fue creado. Un modelo se refina mediante la
experiencia de tal forma que pueda ser usado de manera cómoda y eficiente en el aula y
en otros ambientes educativos. Un mod elo es adaptable ya que puede ajustarse a los
estilos de aprendizaje de los estudiantes y a los requerimientos de la materia de estudio.

Los diversos modelos de enseñanza se agrupan en cuatro familias que comparten


orientaciones hacia los seres humanos y la forma en que éstos aprenden (Joyce y Weil,
1986). Las cuatro familias propuestas por estos autores son: (1) Modelos de
Procesamiento de la Información; (2) Modelos Personales; (3) Modelos Sociales; (4)
Modelos de Sistemas Conductuales. Mientras que el enfoque con que estos autores
abordan los modelos consiste en cuatro aspectos:

(a) Una orientación del modelo, (b) El modelo de enseñanza, (c) Su aplicación, y (d) Sus
efectos instruccionales. Estos aspectos describen las metas, sus supuestos teóricos y los
principios y conceptos que los subyacen, y se complementan después con una parte
operativa: qué actividades deben incluirse y en qué secuencia.
La distinción entre una teoría y un modelo permite a quien aprende manejar dos
herramientas que le facilitan la comprensión conceptual, en el caso de una teoría, y
operativa, en el caso de los modelos. El manejo diferencial entre teorías y modelos
constituye un mapa que orienta al individuo en sus excursiones intelectuales, las que
emprendidas de otro modo, serían tanteos erráticos del conocimiento.

Potrebbero piacerti anche