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PIEDRA DE CONMEMORACIÓN

DE IGLESIA
PÁTAPO 1712

REDUCIONES Y
AUTOREDUCCIONES
DE INDIGENAS

Carlos J. Guevara Rodríguez

PIEDRA DE CONMENORACION DE IGLESIA: REDUCIONES


Y AUTOREDUCCIONES DE INDIGENAS
PATAPO – SIGLO XVIII
1711
Esta Investigación Fue Presentada En El VI Congreso
CONAPIS: Comisión Norte De Apoyo A La Investigación
Social Realizada Por La Universidad Nacional Pero Ruiz
Gallo De Lambayeque En Octubre De 2003
INTRODUCCIÓN

A La llegada de los españoles al Perú significó el cambio de


vida de la población indígena, agrupados en poblados, fueron
adoctrinándose, alrededor de una iglesia, que en la colonia marcó una
gran influencia en la sociedad española, mestiza e indígena.

En los fundos de Pátapo un distrito chiclayano se ha hallado


una lápida de fundación de iglesia del siglo XVIII con una inscripción
en latín lo que hace presumir la existencia en esta zona la
concentración de gente como muchas en Lambayeque, que
experimentaron la abundancia y el poder que traía el Boom del Azúcar
en la segunda mitad del siglo XVII, que duraría 70 años que sin
embargo vieron desaparecer su futuro junto con sus vidas y viviendas, a
causa de los desastes naturales de la época, que a su vez influenció ha
que se cambiara la jerarquía social y en donde la iglesia, abandonando
su labor pastoril, siguió el camino del bienestar económico. Todo este
contexto determinó para que en Pátapo, se tenga indicios de que por lo
menos hubo la intención de construir una iglesia, si se concluyó o no, si
se destruyó a causa de los diferentes factores tales como desastres
naturales, crisis económica, rivalidades en4tre ordenes religiosas, no
podemos en realidad, al menos por momento revelar a ciencia cierta
pero explicaremos el contexto histórico cultural que se vivió en la época
en el momento de querer fundar una iglesia. Debemos recordar que no
existe recuerdo alguno que se haya tenido en Pátapo de una iglesia con
características coloniales del siglo XVIII, salvo la lápida misma
recientemente descubierta; el cual merece muchos estudios que nos
ayude a comprender su rol en el tiempo y su importancia en el presente,
el desarrollo de las ciudades y su relación con la iglesia.

Realizamos una análisis interpretativo de la traducción del latín


al español, arrojando varias sorpresas desde un Toribio de Mogrovejo,
beato hasta ese entonces; como patrón de dicha iglesia, hasta de un
personaje Eclesiástico mencionado en la piedra y que recientemente
identificado por el autor de la presente investigación en el Archivo
Histórico Departamental de Lambayeque.

El distrito de Pátapo forma parte del territorio del departamento


de Lambayeque, al este de la provincia de Chiclayo y en la parte media
del Valle Chancay; además está a 88 m.s.n.m. Tiene su extensión
territorial en la región chala.

El distrito de Pátapo limita por el Norte, con el distrito de


Manuel mesones Muro que pertenece a la provincia de Ferreñafe,
por el sur con el Distrito de Pucalá, por el este, con el Distrito de
Chongoyape y por el oeste con el distrito de Tumán.

Resumimos en el presente trabajo, parte contexto socio-


histórico-cultural, en la que se ubica la piedra (1711), lo cual nos
vislumbra el panorama para poder entender su significado y la
importancia de nuestro hallazgo tanto para Pátapo como para nuestra
región Lambayeque.

El autor.
REFLEXIONES SOBRE LAS REDUCCIONES A INICIOS DE LA
COLONIA

El mundo andino de recursos compartidos de nuestros antepasados,


comenzó a derrumbarse a poco tiempo del arribo de Pizarro en 1532; pues, la
invasión española significó un rotundo y traumático cambio en la estructura
social y forma de vida del poblador indígena.“Uno de los primeros asaltos
contra la organización de la sociedad indígena fue el reparto de encomiendas,
ya en 1534 y 1535” 1).Esto originó que los señores indígenas y sus súbditos
sean separados, perturbando de esta manera la jerarquía nativa. Del mismo
modo; el descenso dramático de la población indígena, a causa de las
enfermedades traída por los españoles, y el trabajo excesivo a lo que eran
obligados, implicó que la competencia por los súbditos, entre los señores; por
mantener su estatus; fuera fuerte. Sin embargo, luego de la conquista de los
españoles al Perú, los curacas se mantuvieron en simples cobradores de
tributos, del poder colonial.
Si los grandes señores que habían sido poderosos, antes de la llegada
de los españoles habían perdido su poder; la suerte de sus súbditos, no fue
menos dramática. Ya a mediados del siglo XVI, la población indígena había
descendido demasiado; y los pocos que quedaban hallábase dispersos; huyendo
de las enfermedades, y de la explotación que eran objeto por parte de los
españoles.

Los historiadores en general concuerdan que tal vez nunca hubo un


momento mas decisivo e importante que marcaria el rumbo del nuevo destino
del poblador indígena en América en especial en los andes peruanos como los
años que surgieron a 1570.

La corona española encontró un riesgo y un peligro el interés de los


primeros españoles que venidos con Francisco Pizarro tenían proyectos
individuales conllevándolos a la autodestrucción tales como ya conocemos las
guerras civiles producidas a poco tiempo de la conquista trayendo como
consecuencia el asesinato del mismo Pizarro a manos de los almagristas.

A la llegada del Virrey Toledo en 1569, se iba a producir nuevo


cambio en la Estructura Social de los indígenas. A su arribo a Paita; Toledo se
dirigiría por tierra hacia la ciudad de los reyes y en su recorrido hacia Trujillo,
recogió información de la densidad de la población; del abuso de las
autoridades españolas, del tributo indígena; que a su vez se hallaban dispersos.
Estas observaciones, le permitieron comprender que era necesario una
reorganización en esta nueva sociedad. Es por ello; que el Virrey Toledo; para
desarraigar al indio de su entorno histórico; facilitando el recojo de los tributos
y aprovechar mejor su mano de obra, organizó las reducciones.

La idea de concentrar a la población indígena no era nueva, había


estado presente desde los primeros tiempos de la colonización. Los religiosos,
particularmente los frailes, habían sido –por motivos tan prácticos como
culturales- sus máximos defensores, pues resultaba evidente que una mayor
concentración de la población facilitaría enormemente su tarea de evangelizar
almas.

Hay una cita que completa la anterior afirmación de la historiadora


Marina Zuloaga Rada: “Se sumaba la convicción de que la reunión de
personas, la vida en “polizía” como ellos la denominaban era superior. Los
propios funcionarios reales habían comenzado a preciar esta medida como la
panacea de todos los males que aquejaban a la colonia” (2003-88).

Resulto un plan muy prometedor para la reorganización de la naciente


colonia del imperio español en América, plan este que se ejecutó después de
1570 por el virrey Toledo, sus directrices centrales según Zuloaga, habían sido
trazadas ya en la década anterior por el Jurista Juan de Matienzo, quien
contemplaba la reorganización de los pueblos indios como la columna vertebral
de la reforma política. De esta manera, con la concentración o reducción de los
ayllus y comunidades dispersos en pueblos, el Estado podía ejercer más
eficazmente el control directo de la población tanto para la selección de la
mano laboral como ejercer el proceso de evangelización de manera más
sistemática los padres de la iglesia.

Esto significó, el cambio de estilo de vida de los indígenas;


acostumbrada a vivir hasta ese entonces dispersos; en los cerros, cerca de sus
cultivos, una acequia, colina o pampilla; de acuerdo a los intereses de la
comunidad o del curaca (Filca). Mediante estas reducciones, se logró
concentrar a centenares de familias en determinados pueblos; quedando de esta
manera abandonados, muchos pueblos viejos y surgiendo otros nuevos.

Este cambio, permitió que los indígenas pasaran a vivir al estilo


español, unidos en un pueblo, o en la que hallarían iglesias, cabildo de
indios, barrios calles y en cuyo sitio principal, residiera el cacique
responsable de la comunidad, produciéndose entonces; a la cita de
Zevallos Quiñones como la verdadera geografía política en América,
implicando una honda transformación en los patrones de vida andinos y
de sus organización política, económica y social, aspectos que no
habían sido efectuados sustancialmente, hasta el momento, por las
políticas hispanas.

Es interesante la labor realizada por Toledo, en cuanto a la


organización de pueblos indígenas; aunque esto ya haya sido iniciado
por otro español en 1556 González de Cuenca, pero en menor grado que
lo hecho por Toledo.
“Entre 1572 y 1574; en dos años, el virrey Toledo logró organizar
2)
alrededor de 600 reducciones” . A pesar de que las reducciones,
implantadas por Toledo, buscaban el bienestar del indígena,
organizándolo en un nuevo estilo de vida; en la práctica fueron negativas
para el poblador indígena, ya que lo desarraigaron de su inicial forma de
vida y de sus tierras fértiles, trasladándolas a las zonas bajas de los
valles, de clima insalubre y malos para la agricultura; muchas veces
cerca del mar, donde la llovizna y la nubosidad, favorecían al
incremento de insectos y hongos que propagaban enfermedades. Este
cambio significó también la ausencia de agua, pues un minúsculo caudal
en los ríos, serían lo único que tendrían en mucho tiempo.

El abandonar sus tierras, constituyó el mayor problema de los


indígenas, pues la agricultura constituía su principal actividad
económica. Ante esto Toledo trató de darle alguna solución “Si las
nuevas reducciones se hallaban lejos del sus campos tradicionales,
dificultando el diario acceso a ellos, los indios recibirían campos
3
equivalentes cerca delas reducciones” .

No obstante, a pesar de este y otros beneficios, significó que


muchos poblados indígenas, se resistieran a las reducciones, y
abandonar su tradicional sistema de vida.

Entonces, los reclamos en contra de las reducciones no se


hicieron esperar, y de los pocos conocidos tenemos el caso de los
habitantes de Chérrepe, que dirigieron un memorial al Virrey y a la
Audiencia Real casi diez meses antes de recibir la orden de traslado,
siendo su pedido atendido, quedándose en el lugar original.
Esto nos demuestra que la resistencia a las reducciones; fue un
problema que el sistema colonial tuvo que afrontar. Al existir
resistencia por parte de los indígenas; es probable que muchos
pueblos hayan surgido sin mandato español; como es el caso de
Incahuasi (S. Aldana R.) que no tuvieron fundación española, o si
como este hubieron otros que optaron por “mudarse” a otras zonas,
dejando el lugar donde inicialmente los españoles los habían colocado,
pues el estilo español de formar sus ciudades no concordaba con la
necesidad y tradición del poblador indígena, que a la llegada de los
españoles; observaron que sus mejores tierras de cultivo eran
sembrados de ciudades.

Durante la invasión española, los mejores sitios de la geografía


peruana fueron ocupadas por ciudades, al contrario de lo que la mayor
parte de los casos, sucedió en los tiempos precolombinos. Es que el
modo de vida y el sistema económico estaba basado en el comercio de
fácil acceso para el acopio y reparto de productos que venían de Europa
y del oro y plata que tenían que enviarse a España. Es por ello, que los
fértiles valles, que hasta antes de la llegada de los españoles, fueron la
principal fuente para la agricultura; serian ocupados por poblaciones,
dejándose arrinconada a la pachamama en el rincón del olvido.

A excepción del Cuzco, el trazado de las ciudades fue semejante


al de un damero, con manzanas rectangulares o cuadrados, con calles
que se cruzaban formando ángulos rectos, que convergían en la plaza
central, lo cual a su vez estaba rodeada de edificios públicos; como una
iglesia matriz, cabildo, cárcel, etc. Debemos asumir, que al implantarse
el estilo de la ciudad española en América, la edificación de sus
palacios principales; sobre todo la de la iglesia, debió empezar con la
inscripción de una lápida4 ; en la que se detalla las características y
función de la futura construcción.

En la costa norte peruana, sobre todo en Lambayeque, los


primeros poblados de fundación española, fueron ocupados por
españoles prósperos, de soldados que habían llegado con Pizarro,
muchos de ellos teniendo gran cantidad de indígenas y esclavos negros
a su servicio.

Zaña se convertiría en el principal poblado colonial en la zona,


fundada como villa, perteneció a la Provincia de Trujillo. Sin embrago,
paralelamente, fueron formándose nuevos poblados, producto muchos
de ellos de las reducciones, así también como del surgimiento de una
clases social y económica que empezaba a surgir; la de las haciendas.
A esto hay que agregar un factor importante que permitió la formación
de poblados; el cual su influencia se mantiene hoy en día, pues este,
sin duda fue la iglesia.

Hacia el siglo XVI, muchas órdenes religiosas vendrían al


Perú. Entre las primeras tenemos, a la Orden de Santo Domingo, a la
cual perteneció el padre Vicente Valverde, conocido por su
participación en Cajamarca. Los franciscanos constituyeron también
una de las órdenes llegadas al Perú; los cuales tuvieron como sabemos,
un rol importante en la formación de villas o ciudades. Pues muchos
de éstos nuevos poblados o reducciones se llevaron a cabo a la sombra
de la Ermita o Iglesia levantada por los frailes (Arroyo: 1956).
Desde los conventos de Cuzco, Lima, Huamanga, Arequipa y
Chachapoyas, hacían sus salidas para las excursiones evangelizadoras
y el establecimiento de doctrinas o parroquias de indios en puntos
cercanos a aquellas. Entre los principales lugares evangelizados por los
franciscanos en el Perú, están las cercanías de Chiclayo, que eran
principalmente los indígenas de los repartimientos de Sinto y Collique.

Hacia 1551, los encomenderos de Sinto, Collique y


Lambayeque y los hijos menores de Juan de Barbaran, ofrecieron a
esta orden la construcción de una iglesia, si es que al menos los
franciscanos proporcionan 4 frailes que residieran allí establemente5 .

Entonces, la construcción de iglesias y capillas, supuso el


agrupamiento de familias nativas, los cuales fueron acercándose a la
iglesia para su conversión, infiriéndose, entonces que fueron las
iglesias los que darían origen a los poblados, sobre todo en el caso de
Chiclayo. Dado, a su importante labor evangelizadora de los
franciscanos, le fueron confiadas muchas iglesias y capillas. “En la
vecindad de Chiclayo, fueron confiados las doctrinas de Nuestra
señora de los Ángeles de Chiclayo, la magdalena de Eten, San
Miguel de Farcap, Cinto y Collique” 6 .

Sin embargo, a pesar del ofrecimiento de las autoridades coloniales,


ayudar a construir iglesias a estas órdenes; muchos fueron los abatares
que tuvieron que pasar para la culminación de las mismas.
Es por ello que debido al incremento, en el siglo XVI, de la
clase terrateniente los cuales sostenían su poder en la ganadería, de la
cual procesaban muchos productos, como el jabón y cueros; en sus
tinas, y no siendo esta zona minera; empezaron por cultivar caña de
azúcar y otros productos agrícolas. El incremento de mano de obra,
supuso formación de nuevos pueblos, los cuales deberían también ser
adoctrinados, sobre todo de quienes trabajaban en las nacientes
haciendas: “La preocupación que todos los hacendados mostraban por
la cristianización de su gente, acrecentaba en el concepto de siervos y
esclavos la función doméstica; ellos también velaban por la salud de
su vida espiritual” 7 .

De esto, se desprende, que en las haciendas los adoratorios o


capillas eran infaltables; pues, desde el siglo XVI se habían ordenado
su erección.

Esto nos permite visualizar el panorama, para nuestro punto de


interés, ya que los autores del presente trabajo, lograron localizar en
Pátapo. Una piedra en forma de lápida de conmemoración de iglesia de
color negro, que tiene una inscripciones en latín, de 7 Kg. de 26 cm de
largo x 22 cm de ancho con un espesor de 3 cm*. La traducción exacta
es la siguiente:

“AÑO DE LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. 1711


SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA B. THVRIBIJ DICE
JUEZ ECLESIÁSTICO LICENCIADO DON MIGUEL ALCALDE
CORDOVA CURA Y EXPENSAS DE LOS VECINOS EN LAUDO Y LA
GLORIA DE ELLOS Y DEL SANTO
Como se puede ver por la traducción la piedra, data de inicios
del siglo XVIII; cuyo mes seria Diciembre debido al nacimiento
(Natividad) de Jesucristo tal como dice en el grabado. Está, además,
dedicado o tiene como patrón hasta ese entonces al Beato Toribio de
Mogrovejo, que perteneció a la orden de los franciscanos, el cual seria
canonizado en 1729.*

Siguiendo con la interpretación y análisis, se lee el nombre un


personaje que al principio nos fue difícil de ubicar en los archivos, se
trata del “Lic Miguel Alcalde Córdova, personaje tal, que logramos
ubicar en el Archivo Histórico Departamental de Lambayeque, se trata
del “abogado de la Real Audiencia de la Ciudad de los Reyes, cura
beneficiado de este pueblo de Lambayeque, vicario juez Eclesiástico de
la ciudad de Saña y sus partidos y de Provincia, y examinador sinodal
de este obispado de Trujillo”*.

Al final termina la inscripción pidiendo laudos para la gloria de


los vecinos y del santo patrono.

Esto nos abre nuevas puertas para investigar; dado que la piedra
hallada en Pátapo; nos hacer ver la gran influencia de la iglesia, de la
existencia de una población que justificó la necesidad de la
construcción de una iglesia, población indígena, originada
probablemente de una autoreducción, el cual se formaron sin permiso
de las autoridades españolas, en complicidad tal vez de un cura, por lo
que no se tiene registro alguno o acta de fundación de dichos pueblos.
La no existencia en la actualidad, de una iglesia o capilla de la
época colonial en Pátapo, ni aun el recuerdo de los antiguos pobladores
patapeños, hacen aun más difícil la investigación.

Brindamos análisis de los aspectos relevantes del siglo XVII Y


XVIII, que de una u otra forma influyeron a que esta iglesia,
posiblemente nunca se llegara a terminar, o que una vez concluida
pasarían pocos años y desapareció producto de fenómenos que
trataremos de explicar más adelante que favorecieron su fin.

Una Interpretación posible y hasta acertada es que para que un


pueblo surja por lo menos necesita haber desarrollado una actividad
económica muy importante, la pregunta sería ¿qué actividad
económica de importancia se daba en la región, el momento de
querer fundar cerca de los linderos de la hacienda de Pátapo, una
iglesia?.

Debemos partir del hecho de que Pátapo fue una hacienda de


producción de azúcar y que en el año de 1650 aproximadamente,
sucedía un hecho importante para el desarrollo de las haciendas en
Lambayeque, surge el “boom del azúcar” (S. Ramírez), que duraría
hasta 1719 aproximadamente.

Desde el siglo XVI, muchos españoles aprovechando la mano


de obra indígena, formaron haciendas, las cuales se convertirían en el
sector económico, más desarrollado sobre todo en la costa norte. “En
este valle (Chicama), conocidos por sus tierras fértiles, fue el sitio
donde antes de 1558 se fundó el primer ingenio de azucar en el Perú,
dirigido por doña Ana de Pizarro, la Viuda de Diego de Mora”9.
El incremento del cultivo de caña de azúcar, sobre todo en la
costa norte, originó el incremento de hacendados que con trapiches,
producirían gran cantidad de azúcar, chancaca y remolacha, cuya gran
aceptación en el mercado permitió que la clase hacendada se
constituyera en una de las más ricas del Perú Colonial.

Como vimos anteriormente, en Lambayeque, los altos precios


del azúcar y de las conservas, y en menor grado los de la ganadería y
sus productos derivados; iniciaron un periodo de una prosperidad sin
precedentes, que duró setenta años, iniciándose hacia la mitad del siglo
XVII y prolongándose hasta 1719. Este periodo es conocido como “El
Boom del azúcar”.

Esto determinó la necesidad de gran cantidad de mano de obra,


la cual los hacendados, ante esta urgencia, adquirieron esclavos negros
e indígenas. A pesar a que en la mitad del siglo XVII, la población
indígena cae, los hacendados habían asegurado mano de obra desde el
siglo XVI, en la que la población mestiza y mulata había estado
aumentando: “No existen muchos censos de población para la
segunda mitad del siglo XVII, pero las cifras disponibles y otros datos
indirectos reflejan una clara inversión de la tendencia demográfica de
la población nativa, anteriormente en descenso”.(S. Ramírez 1991).

En Pátapo, como en muchas otras haciendas, se vieron


influenciados, por este auge del azúcar; la población crecería, sobre
todo indígena y mestiza, la cual determinó la construcción de la iglesia.
La prosperidad tuvo un efecto multiplicador que trajo grandes
beneficios no solo a comerciantes, también a clérigos y otros vecinos
de la localidad. Siguiendo el ejemplo de los hacendados, estas personas
donaban fondos con destino a la creación de capellanías y obras pías,
para asegurar su salvación espiritual. Estas fundaciones y otros fondos
eclesiásticos servían a su vez para ayudar a funcionar la constante
expansión de la propiedad rural.

Las relaciones con la iglesia se fortalecían durante este periodo


(1685 – 1688), no solo por el gran número de hijos de hacendados que
ingresaban en las órdenes religiosas o se convertían en sacerdotes, sino
también por que la propia Iglesia poseía tierras y dependía
directamente de los ricos y de sus contribuciones, donativos y
subsidios, como representantes seglares de los monasterios o conventos
en todo lo relativo a créditos.

La iglesia se benefició especialmente con donaciones de los


últimos miembros de las familias antiguas que no tenían descendencia
directa a quien poder legar sus fabulosas riquezas, acumuladas a veces
durante más de un siglo y medio.

Si este auge cañero motivó la construcción de una iglesia en


Pátapo, ¿Por qué no existe vestigios de su construcción, salvo la
piedra misma en estudio?

Otro aspecto que influirá en la sociedad y economía de la


colonia de inicios del siglo XVIII, serian el descenso del precio del
azúcar que unidos a los desastres naturales, coadyuvaron a que las
grandes haciendas quebraran, pasando muchas de ellas al remate.
Los indicios de un marcado descenso en el precio del azúcar, a
finales del siglo XVII, favoreció para que el comercio de azúcar
decayera. Aunados al descenso del precio del azúcar, hay que agregar
otros factores que influyeron que el poder económico colonial del
norte, basado básicamente en la agricultura, decayera dramáticamente:
“Hacia 1701, una plaga de ratas y ratones invadió los valles, royendo
10
la caña de azúcar y diezmando los campos enteros” . Esto originó
que los campos produjeran menos y fueran pocos los hacendados que
invirtieran en renovar sus campos, de lo que se deduce que la
producción de azúcar disminuyó considerablemente.

Otro hecho que contribuyó a la crisis fueron las inundaciones de


1720 y 1728 que ahogarían gran cantidad de rebaños, destruyendo
varios haciendas y pueblos, como es el caso de Zaña. La población se
vería afectad, muchos de ellos abandonaron sus casas, buscando zonas
seguras y comida; el fango obstruyó muchos canales, lo cual la falta de
agua diezmaron mucha gente. En Pátapo el fango y escombros
obstruyeron varios puntos del Taymi, dejando a Pátapo y pueblos de
Ferreñafe sin agua en varias temporadas.

Estos desastres naturales, ocurridos en los primeros treinta años


del siglo XVIII, originaron que muchos hacendados quedaran en la
bancarrota, diezmando su poder económico que ostentaban. Esta
coyuntura es aprovechada por algunos comerciantes, funcionarios
públicos y órdenes religiosas, sobre todo los Jesuitas que
progresivamente adquirían tierras.
La iglesia mantenía su poder, y las numerosas órdenes
religiosas llegadas al Perú, unieron muchas de ellas, a su labor pastoral,
el ambicionamiento por el poder económico y social. Muchos de estos
religiosos vestían ropas costísimas y asumían gestos altaneros propios
de señores.

La ambición por un cargo eclesiástico, era considerado como


un objeto inmediato que asegurarían muchas veces su bienestar
económico, por eso las luchas por el poder era una verdadera
contienda: “Cuando en los conventos se trataba de elegir algún
provincial, superior, etc, se formaban banderías partidarias entre los
conventuales y los mismos clientelas laicas de las instrucciones,
donde se ponían en juego prestigios y no pocas veces importantes
beneficios económicos” 11 . Una de estas órdenes que adquirieran gran
poder, sobre todo en esta parte del Perú, fueron los jesuitas, pues
llegaron a ser dueños de las propiedades que tenían por diversos
medios, constituyéndolos en los más grandes propietarios de tierras.
“Para el año 1709 los jesuitas compraron la hacienda de Chongoyape
al general don José Sarmiento de Sotomayor y de los Ríos, corregidor
y justicia mayor de saña, con una área igual a la del actual distrito”12.
Para aprovechar la rentabilidad de sus tierras, los jesuitas nombraban
administradores, los mismos que procedían de acuerdo a instrucciones
permanentes que tenían impartida. Estas instrucciones fueron rígidas y
dadas en un sentido estrictamente comercial, aunque sus efectos fueron
duros de aplicar, lo demuestra la siguiente cita de Macera: ”...Y
porque perdidas las acequias en este año de 1728 con las racias
lluvias que hubo acudieron muchos con súplicas y ruegos a pedir se
les permitiera sacar agua, de dicha acequia (la del Taymi) y a todos
se les negó; se advierte que la hacienda de Pátapo que está superior,
quiso pedirla con fuerza alegando derecho por pasar dicha acequia
por sus tierras pero se le repelió con la misma fuerza, por que aunque
dicha acequia pasa por sus tierras; este tránsito se compró al que era
dueño de Pátapo el año 1721 a quien dio el colegio 1000 pesos solo
por que permitiese el tránsito por sus tierras sin quedar derecho
alguno para sacar agua de dicha acequia” 13 .

Esto demuestra el poder alcanzado por los jesuitas y su


ambición económica; de los cuales aprovecharon el desolador
panorama que dejaron los desastres naturales de esta época, en la que
poblaciones enteras abandonaron sus tierras, como es el caso de Saña,
mudándose a zonas más seguras. Pátapo como otras poblaciones y
comunidades, también abandonarían sus tierras, trasladándose, en las
cercanías de Chiclayo y Lambayeque.

La iglesia que posiblemente estaba terminada, quedó destruida,


como muchas otras obras a causa de las lluvias y probablemente nunca
más se llegó a reconstruir. Las luchas religiosas hayan influenciado tal
vez a la no recuperación de la iglesia, ya que la lápida encontrada
pertenece a la orden franciscana y como sabemos, los pleitos entre esta
orden y los jesuitas vienen desde el siglo XVII.

La Sociedad Colonial de inicios del siglo XVIII, cambia de


estructura, los otrora poderosos hacendados pertenecientes a la
antigua elite colonial, son reemplazados, por aprovechadores
comerciantes españoles y los jesuitas, sobre todo de estos últimos,
que debido al gran poder que adquirían, causó preocupación en la
corona hasta que en 1767 fueron expulsados del Perú por el Virrey
Amat a causa de las reformas Borbónicas dadas por Carlos III.

Luego de esto la iglesia, siguió marcando su rol de


adoctrinamiento y consolador de los sufridos pobladores, se formarían
nuevos poblados, en la cual se levantaría una iglesia o capilla, no
sabemos sin con las características que denotaba, la piedra encontrada
en Pátapo.

Muchas hipótesis surgen en nuestra mente pero el hecho real es que


en los terrenos de Pátapo se ha encontrado una lápida con una inscripción en
latín que nos invita a realizar serios estudios que faciliten un aproximado
conocimiento verdadero de nuestro pasado y sobre todo poder explicar a
nuestros hijos la grandeza de nuestra fe.
“Año De La Natividad De Nuestro Señor
Jesucristo. 1711 Sobre Esta Piedra Edificaré
Mi Iglesia B. Thvribij dice Juez Eclesiástico
Licenciado Don Miguel Alcalde Córdova
Cura y Expensas De Los Vecinos En Laudo Y
La Gloria De Ellos Y Del Santo.
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*
CARLOS JAVIER GUEVARA RODRÍGUEZ
MONITOR EN LA UNIVERSIDAD PRIVADA “SAN MARTIN DE
PORRES-FILIAL NORTE
MIEMBRO ACTIVO DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN PARA EL
DESARROLLO EDUCATIVO Y SOCIAL –CIDES-CHICLAYO
INVESTIGADOR Y DIFUSOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO CULTURAL
DE PÁTAPO Y DE LA REGIÓN LAMBAYEQUE

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