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473124
DIRECTOR
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA
JUNIO DE 2010
1
Tabla de contenido
Introducción 4
Parte I
Parte II
Un claro en el monte 35
Las familias palmicultoras 35
Lugares de habitación 37
Labores de siembra 46
Practicas económicas alternas al cultivo de palma 60
Relaciones laborales 68
2
La oposición de las organizaciones sociales. Posiciones críticas de
reivindicación étnica. 72
Parte III
Análisis y conclusiones 78
Limitaciones
El espacio acuático 78
Desigualdad socioeconómica 81
Especializarse o vivir al diario 82
Transformaciones en marcha
Cultivos permanentes y delimitación de lotes 84
Compra de tierras 85
Autorreconocimiento de la pobreza 86
Polivalencia en la monovalencia 88
Bibliografía 92
3
Introducción
4
En este sentido es importante explorar como la región y en este caso el municipio de
Guapi y su población, son construidas como entidad desarrollable para la intervención
de proyectos de desarrollo planificados. Así, se explora como la economía local es
denotada por los planificadores del desarrollo en términos del uso inapropiado e
irracional que hace del territorio, caracterizado por los cultivos ilícitos y la extracción
maderera indiscriminada, y por la improductividad de las practicas económicas locales,
todo lo cual se establece como causante de la situación de pobreza que caracteriza la
zona. En respuesta, se plantea la introducción de un cultivo empresarial que
implementara el uso adecuado del territorio, generara empleo y mejorara las
condiciones de vida, además de incluir los conceptos de desarrollo viable y sostenible.
Tal como se argumente desde esta perspectiva teórica, las intervenciones del desarrollo
introducen conocimientos expertos y prácticas que generan transformaciones en las
culturas. Lo que se busca de parte del Estado y el capital, es la modernización de los
agricultores y su introducción en una economía de mercado. Sin embargo, esta
propuesta insiste en las adopciones, transformaciones, resistencias e hibridaciones que
las culturas locales logran hacer en respuesta a las intervenciones del desarrollo, y su
carácter activo, a pesar de sus limitaciones, en la reorientación y resignificacion de los
embates del capital. En este trabajo se evalúan estos temas, tomando la comunidad de
agricultores vinculados al proyecto como actores del desarrollo, en tanto que están
siendo incorporados dentro de un proyecto de desarrollo que introduce una agricultura
tecnificada en su economía.
Así pues, divido este trabajo en tres partes: en la primera presento la orientación teórica
y metodológica que se acabó de introducir, mostrando cómo funcionan los proyectos de
desarrollo rural integrado (DRI) en Colombia y los efectos reguladores que producen en
las economías campesinas. Posteriormente muestro el proceso de “invención” del
Pacifico colombiano en términos de la modernidad, y de cómo se define de manera
decisiva en “entidad desarrollable”, objeto de las más variadas intervenciones de parte
del Estado y el capital, para entrar finalmente a la era del desarrollo sostenible y la
diversidad étnica. Esto para mostrar los lineamientos que sigue este proyecto de palma.
Luego, sigo con la presentación de las dos experiencias pasadas de cultivo de palma en
Guapi, las cuales fracasaron en sus objetivos, pero generaron transformaciones en la
cultura y además recrearon una idea de bienestar material en la población involucrada.
Finalmente presento el marco gubernamental dentro del cual se sitúa el proyecto de
5
palma y expongo la manera como los planificadores construyen la región en términos de
uso inapropiado del territorio e improductividad, con lo que se justifica la intervención
de un cultivo empresarial con alto impacto económico.
En una última parte presento un análisis de los “datos” en orden a las limitaciones que
experimenta el proyecto, debidas a la desatención prestada a particularidades locales del
medio y la economía y también expongo una serie de transformaciones que se están
evidenciando, resultado de la introducción de conocimientos y practicas modernas que
difieren de las lógicas locales.
1
El territorio que abarca este consejo comunitario es de 55.791 hectáreas, de las cuales 15.000
resultaron aptas para el cultivo, según estudios de Corpoica.
6
cabecera, donde controlan las actividades comerciales 2. Las principales actividades
económicas son de subsistencia con bajos ingresos y comprenden la agricultura, la
pesca comercial en el mar y los esteros y de subsistencia en ríos y quebradas, así como
la minería y la extracción maderera.
Este trabajo se realizó entre la cabecera municipal y el caserío Las Parcelas, principales
lugares de habitación de las familias agricultoras, aunque se resalta el trabajo realizado
en el caserío, ya que allí pase la mayor parte del tiempo en campo. Este caserío se ubica
al interior del bosque y representa el poblado más cercano a los territorios de la
plantación. Con las familias que habitan sus 18 casas fue con las que más establecí
relación y de cuya cotidianidad y trabajo este texto es resultado. De entre ellos doy
especial agradecimiento a la familia de Henry Sinisterra y Linda Nieves, quienes
estuvieron siempre dispuestos a colaborarme y ofrecerme las mejores atenciones.
2
Entre finales de 1980 y principios de 1990 se produce una importante inmigración de la colonia paisa
hacia Guapi, ocupándose en el comercio en la cabecera (Agudelo 2004: 291)
7
locales y también para conocer la historia de las experiencias pasadas de cultivo de
palma, de boca de sus protagonistas.
Una tercera herramienta fue la recolección y análisis del material documental disponible
en la oficina de Corpoica, fundamentalmente textos que contenían información sobre el
funcionamiento del proyecto, su organización institucional y el conjunto de entidades
involucradas, informes sobre el estado y desarrollo del proyecto donde se evidenciaban
las limitaciones y los problemas que enfrenta así como información importante sobre las
familias agricultoras, sus ocupaciones y fuentes de ingresos, sus condiciones de vida y
otro tipo de datos que hubiera sido bastante difícil recoger mediante observación directa
o relatos informales. También se utilizó esta herramienta para conocer la perspectiva de
las organizaciones locales que se oponen al proyecto de palma.
El trabajo propone una mirada sobre el cultivo de palma en Guapi, pero advierte una
importante limitación, ya que solo da cuenta de un proceso inicial de siembra. Para
analizar el proceso de manera completa sería necesario observar e investigar las etapas
de la producción y comercialización, algo que solo será posible en un futuro.
Por último, es importante recordar que este trabajo se sitúa en la propuesta teórica de la
antropología del desarrollo, por lo que el foco a través del cual se filtró la realidad
social, fue el de rastrear los procesos mediante los cuales estos agricultores, portadores
de conocimientos y prácticas propias relacionadas con la economía, adoptan, resisten,
resignifican o hibrdizan una lógica económica distinta. Pone énfasis en la forma como
se vinculan a la modernización por medio de la aplicación de una agricultura
tecnificada, transmitida por el conocimiento experto de los técnicos agrónomos del
desarrollo y de cómo esperan alcanzar mejores niveles de vida.
8
Parte I
Desarrollo en Guapi
9
El párrafo gira en torno a una sólida idea, la cual se constituye como fuente de todos los
años de historia durante los cuales el municipio ha venido sufriendo: El desarrollo y en
este caso particular, la ausencia del desarrollo.
Hoy nadie pone en duda dicha urgencia, y las imágenes más comunes que se refieren a
la región del Pacifico, como atraso y pobreza, contribuyen a consolidarla como certeza
en el imaginario social. El desarrollo condiciona nuestra forma de ver y actuar sobre la
realidad.
Sin embargo, el concepto del desarrollo, en tanto “fuerza directriz del pensamiento y la
conducta” (Esteva 2000: 71) debe comprenderse como experiencia histórica singular,
como construcción que dio inicio en un momento determinado de la historia, y como
resultado de un proceso social y unas condiciones que le dieron forma. Solo así
podemos llegar a sustraerlo de esa envoltura de universalismo que nos impide pensar en
otros términos.
La misión del mundo desarrollado, en estos términos, consiste en orientar sus esfuerzos
para brindar a ese mundo subdesarrollado todo el acervo de conocimientos técnicos y
científicos propios de la sociedad moderna, como única alternativa de esos pueblos para
superar dicha condición. Era necesario adoptar el modelo de las sociedades
10
industrializadas si se quería avanzar hacia la prosperidad y el progreso, y erradicar del
mundo la pobreza y la marginación.
Sin embargo, después de 50 años de aplicación de este modelo al los países del llamado
Tercer Mundo, la evidencia histórica demuestra su rotundo fracaso en los problemas
que supuestamente pretendía resolver o erradicar y por el contrario, fue responsable
directo de su extensión y empeoramiento. Así, “las expectativas de un progreso
acumulativo, ilimitado y universal implícitas en el discurso desarrollista comienzan a
resquebrajarse” (Viola 2000: 17), dando como respuesta el replanteamiento de la idea
del desarrollo, y la aparición de críticas orientadas a pensar alternativas al mismo.
3
Respecto a la relación de la Antropología y el desarrollo, han sido identificadas dos corrientes o
tendencias distintas. La antropología para el desarrollo se propició por el fracaso de los enfoques
verticalistas de orientación económica. En este sentido creció significativamente la importancia de
relacionar la cultura con el desarrollo y se aceptó que los pobres rurales debían participar activamente
en los programas de desarrollo, si se pretendía que estos alcanzaran resultados positivos. Esta tendencia
abogó siempre por la alternativa según la cual se debía transformar la práctica del desarrollo desde
adentro, conforme su política de intervención. Tal vez uno de los temas más discutibles de la
antropología para el desarrollo, es el hecho de que no cuestiona la necesidad general del desarrollo,
sino que lo toma como su marco de referencia. Por el otro lado, la antropología del desarrollo, la cual
tomo como referencia en este trabajo, sigue lineamientos diferentes, como se verá. Básicamente
cuestiona la noción misma del desarrollo volviéndolo exótico y problemático, para lo cual los
investigadores se proponen examinar los fundamentos del desarrollo y la forma como ha sido entendido
en la historia.
11
economía como esfera autónoma regula toda la vida humana, y donde la ciencia y los
conocimientos expertos han sido privilegiados.
Por último, en la propuesta del retorno a la cultura no debe leerse una división
dicotómica simple entre cultura pura/modernización, sino que es fundamental
comprender como los procesos de globalización que introducen el discurso del
desarrollo, son apropiados, resistidos, transformados e hibridizados por parte de las
culturas locales. El manifiesto de Escobar invita a pensar como “ni siquiera la
globalización esta borrando de la faz de la tierra las especificidades del lugar 4. Estas
se reconvierten, resisten o se recombinan con otros elementos llegando a producir una
gama de configuraciones impresionantes” (Escobar 1999: 29)
Tal como hemos visto, el objetivo primordial del desarrollo es la transformación total de
las sociedades del mundo subdesarrollado en ejemplos modernos de sociedades
industriales: la homogenización de un mundo muy diverso en un mismo modelo
normalizado en el cual se privilegia la aplicación de la ciencia y la tecnología por medio
del conocimiento experto. En términos del desarrollo rural, esto implica la
modernización de la gente del campo, es decir, su integración a una economía moderna,
la tecnificación de su proceso productivo y su conversión en empresarios (Escobar
1999).
4
Escobar utiliza la categoría de Lugar como concepto central en su propuesta critica del posdesarrollo y
la define como: “espacio de prácticas culturales, económicas y ecológicas de alteridad a partir de las
cuales se pueden derivar estrategias alternativas de desarrollo y sostenibilidad” (Escobar 1999: 29)
12
infraestructura básica, con el fin de insertarlos en la economía de mercado. Según el
Banco Mundial, se debían reconocer aspectos puntuales como la transferencia de gente
de la agricultura de baja productividad a ocupaciones más rentables y la movilización de
fuerza de trabajo, tierra y capital para reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida.
(Escobar 1999: 66) En su estrategia, se articularon un componente de producción, un
componente de programas sociales y un componente de infraestructura 5. El primero
contemplaba medidas como el desarrollo y transferencia de tecnologías apropiadas para
incrementar la producción y la productividad, un programa de crédito a los usuarios, la
capacitación de los campesinos en “manejo integrado de fincas” que suponía la
programación técnica de todos los aspectos de producción, “la explotación racional de
los recursos del suelo y del agua” con medidas como la reforestación y la acuicultura y
una capacitación para el mercadeo y la comercialización con el fin de que los
agricultores controlaran los riesgos financieros propios de la economía de mercado. Un
segundo componente comprendía programas en salud y educación para elevar el nivel
de vida en las zonas rurales y el tercer componente incluía construcción de carreteras,
electrificación y acueductos (Escobar 1998: 267-268). En síntesis, según Escobar, la
intervención “consideraba al cambio tecnológico como la piedra angular de una
estrategia de fortalecimiento de la producción” y agrega que “lo que estaba en juego,
como siempre, era la modernización de las prácticas campesinas a través de su
capitalización simbólica y económica” (1998: 272).
Lo importante aquí es resaltar como estos programas de desarrollo rural introducen todo
un conjunto de conocimientos y prácticas nuevas que difieren de aquellas que han
construido las comunidades locales hacia las cuales se dirigen. Así, siguiendo a
Escobar:
“El concepto del DRI (Desarrollo Rural Integrado) era un mecanismo regulador: los
agricultores tenían que adoptar un “paquete tecnológico” (semillas mejoradas,
fertilizantes, control químico de plagas), especializarse en la producción de ciertos
cultivos (normalmente, no más de tres, en una subregión dada, y a menudo solamente
uno o dos), seguir una disposición rígida de las parcelas, preparar planes detallados de
producción, mantener registros y llenarlos periódicamente, organizarse para
5
Aquí me refiero concretamente a la primera fase del programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI)
aplicado en Colombia por parte del Banco Mundial, entre 1976- 1981. Este proceso es descrito por
Escobar (1998).
13
mercadear los cultivos y así sucesivamente. Estas prácticas diferían mucho de las que
los campesinos de diversas regiones acostumbraban a seguir, entre las cuales estaban
el abono y control de plagas orgánicos, la producción no especializada (las parcelas
tradicionales mostraban una mezcla de cultivos comerciales y de autoconsumo, árboles
frutales y especies animales menores); la producción básicamente para el
autoconsumo; el uso menos intensivo de la mano de obra familiar y mas intensivo de
los recursos de la finca” (Escobar 1998: 276-277).
Tal implementación de modelos ajenos a las lógicas productivas locales, traen consigo
efectos perjudiciales para la sustentabilidad de esas economías locales. Según Viola
(2000), estos modelos de modernización agrícola bien pueden denominarse como
marcadamente “anti campesinos”, y se fundamentan en una serie de prejuicios entre los
cuales resalta “el prejuicio favorable hacia las grandes explotaciones agroexportadoras,
percibidas como un equivalente rural de la industrialización; por no mencionar el
prejuicio sobre los propios campesinos, percibidos habitualmente como atrasados,
retrógrados e improductivos” (Loker, 1996: 75, citado por Viola 2000: 48). Como
resultado, argumenta Escobar, “los programas de desarrollo rural y la planificación del
desarrollo en general han contribuido no solamente a la creciente pauperización de los
pobladores rurales, sino también a agravar los problemas de malnutrición y hambre”
(Escobar 1999: 69). A esto habría que sumarle un conjunto de graves secuelas como la
peligrosa dependencia de las unidades domésticas del campo respecto a los proveedores
de insumos y créditos y respecto al mercado y sus fluctuaciones de precios, la gradual
intensificación de la producción y la consecuente desaparición de barbechos y
descansos hasta la sobreexplotación del suelo (Viola 2000). Asimismo, se ha
comprobado que el paquete tecnológico, formado por semillas híbridas, fertilizantes
químicos y herbicidas no han tenido los efectos milagrosos que prometieron y en
cambio han contribuido a la erosión del suelo y la proliferación de intoxicaciones o
enfermedades relacionada con la ingestión de agroquímicos. (Viola 2000: 49). Por
último, no hay que olvidar que estos programas implican el encuentro de racionalidades
distintas, representadas por el conocimiento local y su lógica económica, y el
conocimiento experto que traen consigo los técnicos agrónomos. Debido a que se trata
de sistemas de conocimiento distintos, estos entran en conflicto y el conocimiento local
puede ser percibido como “obstáculo al desarrollo”, lo que conduce a su menosprecio.
14
Frente a esto se vuelve necesario encaminarse hacia la búsqueda de modelos
alternativos en los cuales no se desconozca el conocimiento local y se valore, entre otras
cosas, la diversificación de los cultivos y variedades para minimizar los riesgos. Tal
como argumenta Esteva, “no es fácil, por ejemplo, quebrar la fidelidad a los cultivos
comerciales o renunciar a la adicción al crédito o a los insumos industriales, pero los
policultivos ayudan a regenerar tanto la tierra como la cultura, proporcionando con el
tiempo una mejora de la nutrición” (Esteva 2000: 94).
El Pacifico no entró a la era del desarrollo sino tardíamente, en la década de los ochenta
y como parte de un nuevo discurso en el cual la región se configura como lugar
privilegiado para integrar al país a la cuenca del pacifico. Durante toda su historia
pasada, el pacifico se integró a los mercados extrarregionales por medio de un modelo
económico: la economía extractiva, la cual ha imperado en esta región durante más de
tres siglos (Leal y Restrepo 2003). Primero como resultado de la insaciable demanda
europea del oro durante la colonia, la cual estableció la configuración espacial de la
región alrededor de los entables mineros en los cursos medios y altos de los ríos
(Restrepo 1998: 29). Luego, después de abolida definitivamente la esclavitud y de
iniciarse un modelo de poblamiento diferente, se inician otro tipo de actividades
extractivas impulsadas igualmente por procesos exógenos a la región. Aquí se ubican, a
finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la demanda internacional de la tagua
para la fabricación de botones y a partir de la segunda mitad del siglo pasado, la
explotación de maderas blandas y duras para la construcción. Durante los años
cincuenta y sesenta se explotó la corteza del mangle rojo y más tardíamente, durante los
15
ochenta se inició un auge del cogollo de la palma del naidí, (Leal y Restrepo 2003).
Estos procesos económicos, caracterizados todos por responder a un mismo modelo de
economía extractiva, y sujetos a los avatares de una economía de auge y depresión
(Whitten 1992), estaban soportados en la misma representación del pacifico colombiano
como “una gran despensa”, una fuente de riquezas naturales que debían ser explotadas
para sustentar económicamente al resto del país y a los mercados europeos y
norteamericanos (Leal y Restrepo 2003).
Si bien el desarrollo se había iniciado desde finales de los años cuarenta del siglo
pasado, y su intervención en Colombia no se hizo esperar6, el pacifico seguía
profundizando su situación de “periferia” y ante el Estado aparecía como “tierra de
nadie”, lo cual se materializaba en la figura jurídica del baldío 7 (Restrepo 1998: 10). El
modelo extractivista, como hemos visto, representaba la más burda expresión del
capital, y se sustentaba en esa noción del pacifico como lugar inhóspito y fuente
inagotable de recursos.
Para que la incursión del desarrollo fuera posible en esta región inhóspita y periférica
del territorio nacional habría primero que “inventarla”, en términos de la modernidad.
Al respecto, nos expone Pedrosa: “Para que el Pacifico colombiano sea convertido en
una región de desarrollo planificado y en un área de interés para la modernización
intensiva, ha sido necesario designarla previamente como una región homogénea y
unilateralmente tradicional, atrasada, marginada y subdesarrollada (…) con esta
designación se declara la necesidad de una transformación geográfica y cultural
mediante una empresa de desarrollo planificado”. (Pedrosa 1996: 68)
Era necesario, agrega Pedrosa, establecer una situación de desequilibrio entre la región
y el resto del país que lo circunda, en términos de atraso/desarrollo, tradicional/moderno
y nación marginada/nación integrada. Mediante la previa consagración de la
marginalidad y el atraso del pacifico en la conciencia colectiva, se volvía imprescindible
6
La invención del desarrollo en Colombia comienza desde muy temprano, con la visita de la “Misión
Currie” entre el 11 de julio y el 5 de noviembre de 1949. La Misión estaba patrocinada por el Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento y su propósito era plantear un programa comprehensivo
de desarrollo para nuestro país (Escobar 1986: 13)
7
La figura jurídica del baldío, imperante para el pacifico antes de la Ley 70 de 1993, invisibilizaba a los
miles de pobladores que desde hacía siglos habitaban estas selvas y ríos, y promovía el modelo de las
concesiones territoriales que hacia el Estado a nacionales y extranjeros para la libre explotación de sus
recursos, principalmente mineros y forestales. Con esto, el Estado buscaba impulsar la incorporación de
estos territorios al desarrollo nacional, basado en el presupuesto de que solo la colonización foránea
podía sacar a la región de su atraso.
16
que el Estado, junto con los empresarios y la cooperación internacional acudieran a la
tarea de desarrollar el pacifico e integrarlo al resto del país. (Pedrosa 1996)
8
Malasia e Indonesia controlan el mercado mundial de aceite de palma. Colombia se encuentra en el
quinto lugar tanto en la producción mundial como en la superficie destinada al cultivo
17
importancia estratégica de la geopolítica mundial” (1996:18), ya que contiene los topes
más altos de biodiversidad. Es así que organizaciones multilaterales del Norte,
principalmente el Banco Mundial, inventan una nueva versión de esta región como
banco genético por su biodiversidad y endemismo y comienzan a exigir por parte del
gobierno central la protección de su patrimonio genético. Desde ese momento, para
negociar cualquier financiamiento de un proyecto de desarrollo con la cooperación
internacional, este debe contemplar ese énfasis conservacionista del desarrollo
sostenible. Planes como el Plan Pacifico para el desarrollo sustentable, el Proyecto
Biopacífico para la conservación de la Biodiversidad o el Plan de Acción Forestal de
Colombia (PAFC) son claros exponentes de la nueva versión (Pedrosa 1996)
Igualmente, la década de los noventa fue testigo de una nueva reconfiguración del
Pacifico colombiano como territorio afroindígena, conforme a la generación de una
nueva constitución política que reconoce la diversidad cultural (Pedrosa 1996: 87).
Ahora el Pacifico era significado como territorio biodiverso habitado por comunidades
negras e indígenas y con derechos propios sobre sus territorios, estableciéndose así la
necesidad de incluir estas dos variables en cualquier proyecto de desarrollo que se
quisiera implementar en la región. El Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, dentro
del cual se incluye el Proyecto palmero en el consejo comunitario Guapi Abajo, tal
como se puede rastrear en sus líneas, se ubica dentro de esta nueva versión del
desarrollo.
18
Antecedentes. Precariedad del desarrollo y recreación de idearios de bienestar en
la comunidad.
El cultivo de palma africana en Guapi ya se había realizado en dos ocasiones. Las dos
experiencias, una en 1965 y la otra en 1982, fueron impulsadas por el Incora, hoy
Incoder y resultaron intentos fallidos ya que no se logró procesar ni comercializar
adecuadamente la producción. Los detalles de estas dos experiencias pasadas son
difíciles de reconstruir debido a que se encuentran en la historia oral de los agricultores
que participaron en dichos proyectos. Respecto a la experiencia de 1965 llamada
Proyecto Cauca No. 1, si existe una investigación basada en entrevistas a los
agricultores y funcionarios protagonistas.
El trabajo realizado por Jesús Grueso y Arturo Escobar (1996) retrata bien la
experiencia de los años sesenta en Guapi, ubicándola dentro del modelo del
cooperativismo en Colombia, el cual, según constatan, recreaba una idea de bienestar
entre los agricultores y una posibilidad de progresar, aunque estos nunca llegaran a
apropiarse realmente de aquella cooperativa.
9
El proyecto se inició en el municipio de Guapi, vinculando 25 usuarios en la zona del Aeropuerto y el
Encerrado. Cada usuario sembró aproximadamente 12 hectáreas para un total de 300 hectáreas. En ese
mismo periodo, promovido también por el Incora, se sembraron 15 hectáreas en Timbiqui y otras 15 en
López de Micay, y se esperaba procesar la producción de estas 30 hectáreas en Guapi. (Información
suministrada por Silvio Sinisterra, ex funcionario del incora)
19
local respecto a la tenencia de la tierra, la cual considera un uso comunal de los
espacios), el financiamiento de un sistema de crédito supervisado para fomentar el
cultivo del coco y la palma africana y la experimentación con el modelo asociativo del
cooperativismo (Grueso y Escobar 1996).
Importante resaltar aquí el impacto cultural que tuvo este ensayo de cultivo de palma
basado en el modelo del cooperativismo. Según los autores: “Como los programas de
desarrollo rural integrado en los cuales se inspiran, la tecnología de planificación de
fincas, por ejemplo, actúa como un mecanismo de transformación de las culturas”
(Grueso y Escobar 1996: 106). De esta manera, el nativo comienza a confiar en la
necesidad de capacitarse en el “conocimiento técnico” para salir adelante y superar el
estado de ignorancia en el cual se encontraba. Las prácticas agrícolas también se
modifican, tal como se expuso cuando hablamos del desarrollo rural integrado (p.12-
15.).10. Esa lógica económica de la polivalencia (Restrepo 1996), que consiste en la
práctica itinerante y complementaria de distintas actividades económicas a lo largo del
año, es reemplazada por una lógica de la uniformidad en la cual los esfuerzos se dirigen
hacia la productividad de una sola actividad. No obstante, afirman los autores, sigue
10
Por ejemplo, las granjas experimentales que montaron los técnicos del Incora, no se correspondían
con las formas locales de construcción de las fincas. Algo que se expresa muy bien en el empleo del
alambre de púas para encercar el predio. Así lo pude evidenciar cuando visite las antiguas instalaciones
del Incora en Bonanza, uno de los territorios del actual proyecto. Este practica ligada a la agricultura
“tecnificada” y “racional”, no se emplea localmente en las parcelas de los agricultores.
20
existiendo una cultura local de la tierra, a pesar de los embates de la agricultura
moderna, y que además se “hibridiza” con ella:
“Continua existiendo en los ríos del Pacifico otra cultura de la tierra (…) (no se)
abandonan completamente las parcelas lejanas, que continúan visitando así sea con
menor frecuencia. A la tierra trabajada se la conoce no solo como tecnificada sino
como beneficiada (…) esta concepción “tradicional” parece estar entonces
hibridizándose con las concepciones modernas introducidas por los técnicos (Grueso y
Escobar 1996: 107).
Un segundo intento se ejecutó en 1982, también a la cabeza del Incora. Este proyecto
tenía el objetivo de dar ocupación a desplazados, por lo que muchos de sus usuarios
provenían de otros lugares del pacifico sur, especialmente de Nariño11. Se sembraron
11
Información suministrada por Don Tomas Obregón, actual agricultor del proyecto, quien también
participo en la experiencia de 1982 y Silvio Sinisterra.
21
258 hectáreas por 43 agricultores, los cuales se agruparon en una asociación de
palmicultores llamada Asopalma. Los usuarios foráneos compraron las tierras, 6
hectáreas cada uno, y construyeron un asentamiento de 23 casas al interior del bosque
(el caserío “Las Parcelas”) lo cual se oponía al patrón de asentamiento rural al borde de
los ríos (Restrepo 1996; Oslender 1999; West 2000). Las tierras para el cultivo de palma
estaban distribuidas en la Bocatoma con 48 hectáreas, en el Encerrado 36 hectáreas y en
las Parcelas, Bonanza y la quebrada Temuey 174 hectáreas, territorios que hacen parte
del actual proyecto de palma.
Según Don Tomás Obregón, agricultor del proyecto actual y quien fuera el
representante legal de Asopalma en la etapa a la cual nos referimos, el fracaso del
proyecto se atribuye al abandono estatal. El gobierno, asegura, “nos dejos solos y sin
recursos”, por lo que se vieron en la necesidad de contratar el montaje de la planta
extractora con una empresa privada. Cuando se logró instalar el principal medio de
producción, la palma estaba muy afectada debido a la falta de recursos para su
mantenimiento y la producción se perdió una vez más. Hoy se pueden ver los residuos
de aquella planta extractora, las partes que no fueron robadas o consumidas por la
implacable acción de la naturaleza.
12
Don Tomas Obregón
22
realmente y de manera autónoma los proyectos. Pero esto nunca se logró, lo cual
constata “la precariedad del aparato del desarrollo en el Pacifico” (Pedrosa y Escobar
1996: 102).
13
Lo que implica, a su vez, una reconfiguración de la escala social en la cual los técnicos agrónomos y
otro tipo de expertos ocupan posiciones elevadas.
23
Estos proyectos fracasaron pero generaron unas condiciones que van abriéndole paso a
nuevas intervenciones. Contrario a abandonar el desarrollo después de experimentar las
desilusiones de sus resultados, estas personas aprenden a desearlo aun más, en sus
legítimas aspiraciones por mejorar su vida económica y material.
La historia del cultivo de palma en Guapi hoy se encuentra en una tercera etapa y sus
protagonistas esperan firmemente que no se repitan los mismos errores que otrora.
Aquellos que fueron testigos de las pasadas experiencias, confían en que el apoyo
estatal sea incondicional y no los dejen abandonados a mitad de camino. Aunque
muchos se encuentran insatisfechos con la precariedad del crédito, cumplen con los
compromisos de sembrar sus parcelas de palma.
24
Proyecto de Palma en Guapi
1. Seguridad Democrática
2. Reducción de la pobreza, promoción del empleo y la equidad
3. Crecimiento alto y sostenido
4. Gestión ambiental que promueve el desarrollo sostenible
5. Dimensiones especiales del desarrollo (en la cual se consideran la equidad de
género, la cultura, el deporte, el fortalecimiento institucional y el fortalecimiento
de los grupos étnicos)
14
Las entidades involucradas son: el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de
Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, Ministerio de Comercio Industria y Turismo, Ministerio de
Comunicaciones, Ministerio de Cultura, Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Ministerio de la
Protección Social, Ministerio del Interior y de Justicia, Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de
Relaciones Exteriores, Ministerio de Transporte, Instituto Colombiano de Desarrollo Rural INCODER,
25
identificar las necesidades básicas de la región, para proponer alternativas de solución a
sus problemas económicos, sociales, culturales y ambientales. Dicho documento resalta
como objetivo principal:
Servicio Nacional de Aprendizaje, Instituto Geográfico Agustín Codazzi IGAC, Agencia Presidencial para
la Acción Social y la Cooperación Internacional.
26
26.044 hectáreas de cultivos lícitos” (Conpes 3491, p. 17). El programa, además
desarrolla de manera complementaria actividades de acompañamiento socio
empresarial.
El proyecto contemplaba como meta la siembra de 5000 hectáreas de palma para el año
2010, creando empleos directos en el sector agrícola e indirectos en transporte y
suministro de alimentación, entre otros. Su fase inicial consiste en el montaje de un
vivero, con dinero aportado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y la
implementación de 700 hectáreas vinculando a 117 familias con terrenos dentro de la
jurisdicción del Consejo Comunitario de Guapi Abajo, con una distribución de 6
hectáreas por familia. Su costo fue proyectado por 9.198.1 millones de pesos, de los
cuales un 80% es financiado con un crédito supervisado del Banco Agrario, y el 20%
restante es aportado por la comunidad en mano de obra. Las 117 familias agriculturas se
encuentran aún en esta fase de siembra, hecho que evidencia el significativo atraso que
15
Cabe aclarar que en la actual fase del proyecto, dicha alianza estratégica entre la comunidad y los
empresarios no se ha presentado, ya que las entidades involucradas son del Estado, así como la
financiación proviene de dineros públicos. Si bien Corpoica es una empresa privada, este solo actúa
como prestadora del servicio de operador, como se verá más adelante.
27
experimenta el proyecto debido a una serie de dificultades importantes, las cuales,
evidentemente, no fueron contempladas en el proceso de planeación16.
En ese mismo orden, el proyecto se justifica por ser un cultivo empresarial que
consolida un “uso racional” y “apropiado” del territorio, buscando reemplazar una
economía con poco impacto económico y una explotación indiscriminada del bosque
característica de la región. De igual manera, pretende, como ya se expuso, erradicar los
cultivos de uso ilícito y atacar el problema de la pobreza, generando empleo y elevando
los ingresos:
“la agricultura, la pesca y la explotación maderera, son las actividades que realizan
las comunidades tradicionalmente para la subsistencia, con pocas posibilidades de
desarrollo empresarial, es por ello que se precisa adelantar proyectos de alto impacto
económico que permita la generación de empleos y mejores ingresos para que los
pobladores puedan mejorar su calidad de vida y dar un uso apropiado a estos
territorios de titulación colectiva, que hoy día están siendo fuertemente afectados por la
explotación indiscriminada del bosque en el desarrollo de cultivos de uso ilícito y la
extracción maderera. Con el cultivo de la palma estas personas tendrán una
16
Para Noviembre de 2009 se habían sembrado 365 hectáreas de palma
17
La Ley 70 de 1993 tiene por objeto “reconocer a las comunidades negras que han venido ocupando
tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacifico, de acuerdo con sus
prácticas tradicionales de producción, el derecho a la propiedad colectiva (…) Así mismo tiene como
propósito establecer mecanismos para la protección de la identidad cultural y de los derechos de las
comunidades negras de Colombia como grupo étnico, y el fomento de su desarrollo económico y social,
con el fin de garantizar que estas comunidades obtengan condiciones ralaes de igualdad de
oportunidades frente al resto de la sociedad colombiana” (Ley 70 de 1993: Art 1). Esta ley establece en
su capítulo VII de Planeación y Fomento del Desarrollo Económico y Social, todo lo referido a este tipo
de proyectos.
28
oportunidad de empleo digno frenando así el incremento de cultivos ilícitos en la región
y la tala del bosque para la extracción maderera sin control alguno”.
En este orden, el proyecto de palma reúne todos los procedimientos del desarrollo
planificado que acabamos de enumerar, en los cuales se pretenden intervenir el área
para transformarla en términos de la modernización. Comienza por construir a Guapi y
su población en orden a una serie de afirmaciones contundentes, en las cuales sobresale
el uso inadecuado e irracional que hacen de la tierra, caracterizado por la explotación
indiscriminada del bosque y el cultivo ilícito, y la improductividad de sus actividades
económicas tradicionales, lo cual se establece como causa de la situación de pobreza y
de sus dificultades sociales y económicas. Se introduce así la urgencia de implementar
un cultivo empresarial, como respuesta para erradicar estas dificultades y mejorar la
calidad de vida.
Se sitúa también dentro de la nueva versión del pacifico como región biodiversa y
multiétnica, al presentarse como ambientalmente sano, y en respuesta al interés de la
comunidad congregada en el Consejo Comunitario de Guapi Abajo(reconociendo la
diversidad étnica), por mejorar su calidad de vida.
29
Organización institucional del proyecto.
Entidades y funciones
En primer lugar, es necesario hacer énfasis en que la financiación del proyecto proviene
de un crédito supervisado por un Comité Administrativo y Técnico que involucra varias
entidades con funciones especificas: El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
(MADR), la Secretaría de Agricultura de la Gobernación del Cauca, el presidente del
Consejo Comunitario de Guapi Abajo, Corpoica (que cumple la función de operador del
proyecto), un representante de los productores (elegido por la Asociación de Familias
Palmicultoras de Guapi AFPG), un representante del Fondo para el Financiamiento del
Sector Agropecuario (Finagro), entidad de la cual provienen los recursos, y un
representante del Banco Agrario, con voz pero sin voto. Esto quiere decir que el dinero
no se transfiere directamente a los agricultores y mucho menos es manejado por ellos,
sino que está estructurado y manejado por entidades que autorizan y administran los
desembolsos. El dinero se entrega en su gran mayoría en especie, es decir en insumos,
materiales, semillas, herramientas, y asistencia técnica. El único dinero que reciben los
agricultores es aquel que se entrega después de haber realizado las labores, y solo cubre
la remesa.
Para estos desembolsos, existe una fiducia (Fiduagraria) que se encarga de destinar el
dinero del crédito a la ejecución del proyecto. Esta entidad realiza los desembolsos y
pagos a los proveedores de insumos y servicios y al operador del proyecto (Corpoica).
Asimismo, desembolsa el dinero a los agricultores por la realización de las labores a
través del Banco Agrario, para lo cual exige que el agricultor titular de la parcela cree
una cuenta allí. Los trámites necesarios para los desembolsos a los agricultres pueden
demorar entre una y dos semanas.
Importante resaltar aquí las funciones de Corpoica como operadora del proyecto, ya que
es esta entidad la encargada de dirigir el proyecto en campo, directamente con los
agricultores. Corpoica debe brindar la asistencia técnica a las familias agricultoras,
ordenar el gasto de los recursos, organizar la logística del proyecto, ejecutar las
30
compras y suministros, gestionar los pagos y dirigir planes de asistencia social (ya que
el proyecto cumple con un componente social). Actividades desempeñadas por
funcionarios especializados en dichas labores, tanto foráneos como locales, entre los
que se encuentran técnicos e ingenieros agrónomos18.
Por su parte, los agricultores se organizaron en una entidad jurídica, aunque tiempo
después de haber comenzado el proyecto19 y como iniciativa ante una serie de
problemas financieros que venían enfrentando. El 6 de Agosto de 2009 se reunieron las
18
El gerente del proyecto, cabeza de Corpoica en la dirección del proyecto, es ingeniero agrónomo y
abogado de Pasto, el cual reemplazó en sus funciones a un profesional de Bogotá. Asimismo, el
ingeniero agrónomo de campo, es tumaqueño. Los otros cargos de la oficina de Corpoica como la
gestión documental y el registro de la información, la supervisión de labores en campo, el desarrollo del
plan de trabajo social y ambiental y la organización logística del proyecto, son desempeñados por
funcionarios locales.
19
El proyecto se empezó a ejecutar recién iniciado el año 2008.
31
familias agricultoras del proyecto con el fin de constituir una entidad de naturaleza
jurídica sin ánimo de lucro: la Asociación de Familias Palmicultoras de Guapi (AFPG).
En la reunión se aprobó de manera unánime la elección de un presidente para que
represente a la asociación ante el Comité Técnico y Administrativo, lo cual llama la
atención acerca de la ausencia de representación efectiva por parte de los agricultores
ante el Comité que dirige y organiza su proyecto. Ausencia de más de un año.
Según Don Roberto Segura, uno de los agricultores que convocó y presidió esa junta
que conformó la asociación, la necesidad de organización era urgente. En primer lugar,
por una insatisfacción ante los recursos del crédito. Don Roberto asegura que las
familias agricultoras no participaron en la planeación del proyecto ni en la formulación
de los costos y precios de las labores. En ese sentido el proyecto ignora unas
condiciones de trabajo básicas, como es el costo de los jornales empleado localmente.
Asimismo, el proyecto se planteó ignorando unas condiciones ambientales particulares,
como el régimen de lluvias, que tiene un impacto determinante en el cronograma de
actividades proyectado. Estos temas los describiré con detalle más adelante.
Por último, la AFPG pretende también modificar el lenguaje con que el proyecto los
designa. Según Don Roberto, la categoría de “beneficiarios” no podría estar más
alejada de la realidad y es necesario desecharla. Esa categoría supone que los
agricultores están recibiendo un auxilio, un regalo desinteresado y bondadoso, lo cual,
frente al actual conflicto que tienen por la precariedad de los recursos, no parece
adecuado. En su lugar hay que decir “familias palmicultoras”, y esto además introduce
una claridad acerca de la concepción local respecto a la tenencia de la tierra. Implica
que la parcela es de usufructo familiar (Restrepo 1996: 82), aunque este a nombre de un
titular que aparece como dueño. La familia trabaja esa tierra, y en el caso de los hijos o
el conyugue, tienen derecho a ella por herencia. Es la familia la propietaria, y en ese
sentido tienen voz y voto en las decisiones que se tomen en el proyecto20.
20
Además, en caso de que el titular de la parcela llegue a faltar, por muerte por ejemplo, debe aclararse
que la familia es la propietaria y que la tierra inmediatamente pasa a pertenecer a los hijos o el
conyugue
32
Decidieron organizarse para exigir el replanteamiento de esos aspectos mal formulados
que los están afectando.
33
Parte II
Mula y machete es la tecnología básica, y la única, con la cual se está levantando con
esfuerzos inmensos el cultivo de 700 hectáreas de palma africana en territorios del
Consejo Comunitario de Guapi Abajo. Ocasionalmente se escucha una motosierra, la
cual seguramente pertenece a un “paisa”21 que fue contratado para tumbar la parcela de
algún agricultor. De resto, los agricultores y sus trabajadores se adentran a las parcelas
con nada más que unas botas, un sombrero y un machete, el cual afilan laboriosamente
antes de la jornada. Con el machete rozan monte, abren zanjas, y abren los huecos para
sembrar la palma. Las mulas y los caballos transportan las palmas de los viveros a las
parcelas, en un difícil trayecto a través de un camino arcilloso, inundado e invadido por
la maleza. Esta tecnología ha sido apropiada y suficiente para trabajar dentro de un
sistema económico en el cual la acción sobre el entorno es variada y no intensiva.
Incluso el uso de animales de carga se vuelve improcedente en este medio, y resulta más
apropiado emplear la propia fuerza de los cuerpos. Pero la agricultura tecnificada y el
monocultivo supone una presión sobre el entrono distinta, la que dicta la ley de la
21
Paisa es el exónimo que utiliza la gente negra para referirse a los individuos blancos-mestizos que
provienen del interior.
34
productividad. Aun así, los agricultores están a punto de finalizar la siembra de todas
sus parcelas.
Un claro en el monte
No tengo intención, para efectos del presente trabajo, de discutir los impactos
ambientales que produce el proyecto de palma africana en Guapi. Sin embrago, es
innegable que una de las primeras impresiones que llegaron a mí, fue la de ver cientos
de hectáreas tumbadas, en contraste con un denso bosque tropical, alto e impenetrable
en el horizonte, que aun estaba en pie. El verde oscuro y uniforme de esos altísimos
árboles, se interrumpe para dar paso a un inmenso claro de un color pajizo, tal vez por el
sol que ahora cae directamente sobre el suelo. La luz impregna todo el territorio de la
plantación, y contrasta con la sombra y la oscuridad que brinda el bosque tropical.
También impacta el contraste que produce observar ese bosque espeso y oscuro y un
paisaje formado por hileras rectas y disciplinadas de pequeñas palmas con estrictos
espacios entre sí, tanto en los viveros como en las parcelas. El paisaje, sin duda, se ha
transformado drásticamente. Y también desde el aire se presencia el fenómeno. Hace 50
años, Robert West describía esa característica que a su juicio era la más llamativa de la
región, el bosque húmedo tropical:
“Si el área tiene alguna unidad física, esta está dada por su clima húmedo y cálido, y
por el denso bosque tropical que constituye la cobertura vegetal (…) Visto desde el
aire, el dosel, formado por arboles gigantes, parece un mar de sombrillas verdes que se
superponen, interrumpido apenas por las corrientes de agua y algunas rozas
ocasionales” (West 2000: 3)
Hoy un inmenso hueco se abre entre la densa vegetación, una enorme roza con espacios
de hileras de palmas interrumpen ese característico paisaje del bosque guapireño.
Ofrecer una visión general acerca de las 117 familias involucradas en el proyecto de
palma resulta muy complejo, en razón de la heterogeneidad de aspectos que los definen.
En primer lugar, los principales lugares de habitación varían, presentándose tres
35
espacios: la cabecera municipal, el asentamiento rural al interior del bosque, y el
asentamiento rural ribereño. Asimismo, aunque puede decirse que una gran cantidad de
agricultores presentan una similitud socioeconómica entre sí, existen familias
agricultoras que disfrutan de una posición socioeconómica más alta, lo cual les genera
facilidades a la hora de desarrollar el cultivo. Igualmente, la diferencia socioeconómica
de las familias se expresa en diferencias en las modalidades de trabajo que utilizan en la
plantación.
Las actividades económicas que desempeñan estos agricultores, aparte del cultivo de
palma, son bastante variadas, lo cual se constituye como característica fundamental
dentro de un particular sistema económico que ha sido definido como polifónico
(Arocha 1991,1999) o polivalente (Restrepo 1996). Así, entre los palmicultores existen
quienes se dedican a la agricultura (de policultivo y orientada al consumo), jornaleo en
distintas actividades, a la albañilería, la pesca, la carpintería, los rebusques, la
extracción maderera y el cargue de barcos (cotero). Se presenta así una proliferación de
oficios que el agricultor conoce y practica dependiendo de la oferta laboral y la
oportunidad de generar ingresos.
Por último, pero no menos importante, hay que decir que el proyecto se basa en la
organización social local, es decir, existen una compleja red de lazos de parentesco
entre los miembros del proyecto, no hasta el extremo de afirmar que todos están
emparentados, pero si puede asegurarse con tranquilidad, que lo conforman extensos
grupos de parientes. No existe ningún agricultor que no tenga parientes en el proyecto.
36
Esto es fundamental para la organización laboral, ya que el principio organizativo de los
grupos de trabajo es el parentesco22.
A propósito de esto último, hay que subrayar que todas las actividades del proceso
laboral de cultivo de palma, se realicen o no entre parientes, están monetizadas,
mediadas por el pago de jornales o por unidad producida o destajo. La presencia de
formas de trabajo de intercambio simétrico al margen de la monetización (mano
cambiada), son muy extrañas.
Lugares de habitación
La cabecera municipal
El Caserío “Las Parcelas”
Unos cuantas casas a la orilla del rio Guapi, dentro de los poblados denominados
Bonanza y Sansón (este último ubicado en la orilla opuesta del rio).
22
Esto no quiere decir que los agricultores trabajen exclusivamente con parientes, sino que el
parentesco es el principal criterio para la organización del trabajo. Tal como expone Restrepo para el
caso de los tuqueros negros de los ríos Satinga y Saquianga: “Se puede afirmar que el principio
organizativo de las brigadas es el parentesco. Sin embargo, ello no quiere decir que necesariamente la
brigada este conformada solo por parientes ni, mucho menos, que se circunscriba a la unidad doméstica,
a los parientes más cercanos. Es imposible desconocer la importancia fundamental del parentesco en la
configuración de las brigadas y, para el antropólogo, este es un primer dato que permite entender la
particular lógica de las mismas. (Restrepo 1996:264). Por otro lado, como se verá en este capítulo, existen caso en los que este
principio no se cumple en lo absoluto.
23
Es importante recordar que el Consejo Comunitario de Guapi Abajo es el más próximo a la cabecera
municipal, de los 5 que existen en Guapi, y en este caso es normal que los propietarios de estas tierras
comunales vivan en el pueblo.
37
La Cabecera municipal
En el municipio de Guapi vive el grueso de las familias agricultoras del proyecto con un
total de 93 familias. Aquí se evidencian tres modalidades de trabajo en orden al tiempo
que dedican al cultivo de palma: la primera modalidad la conforman los agricultores que
trabajan tiempo completo en la plantación, en ocasiones de lunes a sábado. La segunda
modalidad es opuesta a la anterior, y la componen un grupo de agricultores que no
trabajan en su parcela, sino que contratan trabajadores para que realicen las labores. La
tercera modalidad es intermedia, y corresponde a aquellos agricultores que distribuyen
el tiempo entre las labores en la plantación, y el trabajo en diversos oficios en el pueblo.
Los agricultores residentes del municipio que dedican tiempo completo al cultivo de
palma, según pude escuchar de algunos funcionarios de Corpoica, es reducido. En la
idea que tiene Corpoica del proyecto, todos los agricultores deberían emplear esta
modalidad y dedicarse de lleno a los fines del proyecto. En estos casos, el agricultor
trabaja de lunes a sábado en su parcela de palma, regresando los domingos a su morada
en el pueblo. Don Serveliano Segura representa bien este caso. El reunió y encabeza una
cuadrilla de trabajo entre parientes, vecinos y otros trabajadores sin lazos de parentesco
con él. En su parcela de palma construyó un rancho con materiales que ofrece el monte,
en el cual se asienta con su cuadrilla toda la semana, mientras realiza las distintas
labores. Esta modalidad de trabajo, en la cual se trabaja tiempo completo en la parcela,
no implica que el agricultor sea exclusivamente un palmicultor, es decir que solo cultive
palma. La parcela, como expondremos con detalle más adelante, no es un espacio
monovalente, sino que en ella se despliegan otras actividades económicas sustentadas en
una lógica de subsistencia. Así, Don Serveliano, aparte de cultivar palma, siembra en
su parcela una variedad de cultivos de pan coger, entre los que destacan el maíz, el
chivo, la yuca y la papachina, caza con trampas o con escopetas animales de monte
para el consumo de la cuadrilla y pretende construir un corral para la cría de cerdos
Don Serveliano también puede trabajar con su cuadrilla en otras parcelas diferente a la
suya, por lo general la de algún vecino o pariente que también es agricultor del
proyecto, pero que por alguna razón no puede trabajar en su parcela. Esto hace que el
tiempo que emplea en la plantación de palma sea total, dejando el domingo para
regresar al pueblo a descansar.
38
Un segundo grupo de agricultores, que tampoco es mayoritario, presenta la modalidad
opuesta a la anterior: no emplea su fuerza de trabajo en el cultivo de palma sino que
contrata trabajadores para que le realicen las labores de campo. Estos agricultores no
trabajan en sus parcelas de palma porque tienen oficios que requieren de tiempo
completo, y además tienen los recursos para costear los jornales sin emplear el trabajo
familiar. Ellos simplemente contratan un grupo de trabajo o cuadrilla a través de un jefe,
con el cual se entiende y al cual le paga. Los trabajadores no necesariamente deben ser
vecinos o parientes, por lo general son jornaleros que se acercan al agricultor o a la
oficina de Corpoica a pedir empleo. En ocasiones, cuando el agricultor declara que no
puede hacerse cargo de su parcela, entrega esa responsabilidad a Corpoica, quienes
consiguen los trabajadores para que realicen las labores. Esta modalidad podríamos
denominarla transitoriamente como empresarial, debido a que el agricultor no emplea
su mano de obra ni la familiar, solo invierte el capital.
Un tercer grupo de agricultores, son aquellos que deben alternar las actividades en la
plantación, con diversos oficios en el pueblo. Estas personas deben dar prioridad a
aquellas actividades que les generan más ingresos. Don Francisco Segura, por ejemplo,
dedica 2 días de la semana para trabajar en el cultivo de palma, y los cuatro restantes
para trabajar en el pueblo jornaleando en construcción. O simplemente distribuye su
tiempo dependiendo de la oferta laboral que encuentre en el pueblo. Es importante
destacar que esta modalidad de trabajo responde a la necesidad que tienen los
agricultores de conseguir diariamente el sustento (viven al diario). Esto se opone a la
modalidad de pagos que maneja el proyecto, a través del Banco Agrario, cuyo trámite
puede demorarse hasta quince días.
39
El caserío “Las Parcelas”
Como ya se expuso, este caserío tiene una historia ligada al cultivo de palma en la
región, y a la intervención del desarrollo que el Incora experimentó en los años ochenta.
El caserío, formado por 23 casas de madera, se construyó al interior del bosque a lado y
lado de una carretera que conecta la cabecera municipal con el asentamiento Bonanza,
al borde del rio Guapi. Las carreteras obedecen a una infraestructura básica de los
proyectos de desarrollo y los caseríos que se construyen en torno a estas, responden a
una economía de ganancias de dinero (Whitten 1992: 75). Esta configuración del
espacio habitacional, como se ha dicho ya, no corresponde con el patrón de
asentamiento rural, el cual toma los ríos o corrientes de agua como referente. En este
sentido, la importancia del río como espacio de lo colectivo y de la interacción humana
(Restrepo 1996: 299) y lugar central en todas las actividades económicas, domésticas y
socio-culturales (Oslender 1999: 35), entra a competir con la carretera, la cual modifica
lógicas de movilización e interacción. Al respecto, por ejemplo, los hombres comienzan
a desear motos para movilizarse, y estas se constituyen como referente de asenso social.
40
No obstante los efectos anotados, la carretera aún no desplaza la importancia del rio
como vía de comunicación, ya que si bien la gente del caserío se desplaza por ella, no se
evidencia un desuso del potrillo. En primer lugar porque la carretera solo comunica el
caserío con el municipio (rio abajo), y cuando hay que movilizarse hacia veredas en
otros ríos (rio arriba), con las cuales estas personas mantienen vínculos, los potrillos son
la única opción. En segundo lugar porque, debido a las precarias condiciones de esta
carretera, se convierte en una opción de movilización poco atractiva, principalmente
después de fuertes lluvias. Por último, esta carretera no permite el tránsito de ningún
vehículo, lo que la convierte en una vía ineficiente en comparación al rio, el cual
continúa siendo fundamental para el trasporte24.
El caserío está organizado sobre una base de parentesco “efectivo”, es decir, por
parientes consanguíneos y afines (Restrepo 1996b), conformado por 4 familias
extendidas25 cuyos miembros establecieron relaciones por medio de la alianza, así como
con algunos miembros de las familias de Bonanaza. En total existen 18 núcleos
familiares, resultado de esas alianzas, los cuales, casi en su totalidad, son agricultores
del proyecto26. Los núcleos familiares o personas que no poseen tierras para cultivar
palma, tienen algún grado de parentesco con algún agricultor, lo cual los vincula al
trabajo en la plantación.
Debido a que el caserío tiene una historia corta, que inicia en los años ochenta con la
segunda experiencia de cultivo de palma y cuyo fin era albergar a los agricultores
emigrantes de esa experiencia, algunos de sus fundadores aún viven allí. Las personas
que nacieron en el caserío son jóvenes o niños apenas. Otros llegaron hace apenas unos
años provenientes de otros ríos, interesados en conseguir empleo en el cultivo de palma,
o bien por vínculos familiares. Henry Sinisterra, por ejemplo, llego al caserío hace 7
años y se casó con Linda 27, sobrina de Aristides Nieves, antiguo agricultor de palma y
uno de los fundadores del caserío. Cuando el actual proyecto de palma inició, el compró
24
Ahora bien, conforme el proyecto avance y se logre construir una vía que cumpla con los
requerimientos de transporte del mismo (vías primarias y secundarias), es de esperar que esta adquiera
una importancia cada vez mayor, y el rio empieza a pasar un segundo plano.
25
En el caserío predomina la presencia de dos apellidos: los Nieves, parientes de los fundadores, y los
Sinisterra, familia con una presencia mucho más reciente, algunos provenientes del rio Napi.
26
El núcleo familiar, conformado por la pareja de conyugues y los hijos, habitan una casa. No obstante,
es común que la casa también la habiten parientes de la esposa, como hermanos o hermanas.
27
La relación de afinidad no implica que exista un matrimonio mediado por la iglesia, esta relación se
establece cuando el hombre y la mujer acuerdan vivir juntos (Restrepo 1996b)
41
18 hectáreas28, de las cuales seis dedico al cultivo de palma, otras seis las cedió a su
hermano para el mismo fin, y las seis restantes las mantiene en montaña29, como reserva
de madera.
Las viviendas del caserío son todas construcciones de madera, hechas de material
extraído de los montes circundantes: guayacán para los postes de medio metro que las
sostienen, madera de chaquiro para construir las vigas del techo y el piso, y techo de
palma seca de corozo con plástico negro encima, o bien algunas casas ostentan techos
de zinc. El zinc es un material de construcción que localmente se reconoce como
referente de asenso social y desarrollo. Las zanjas de drenaje rodean y atraviesan todo el
caserío.
42
la piña. También se encuentran las palmas de chonta, de naidí y de coco, la caña, así
como todo un conjunto de frutales.
Los cultivos de plantas medicinales y hierbas aromáticas para las comidas se siembran
en las plataformas elevadas llamadas azoteas (Whitten 1992; Restrepo 1996), y están al
entero cuidado de las mujeres. También se utilizan como semilleros para empezar el
cultivo de algunos frutales. Allí están la albahaca, el anizillo, la chillangua, el poleo y el
orégano. La tierra en la cual se siembran estas hierbas no puede ser dura, ni compacta,
ni mucho menos seca, por lo cual se prepara utilizando diversas técnicas 30 y luego se
mantiene húmeda protegiéndola del sol para que conserve su savia, en ocasiones
construyéndole un techo con hoja seca de corozo.
30
Una de las técnicas para preparar la tierra de las azoteas, es quemarla con cenizas calientes, con lo
cual se mantiene blanda y suave, además de fertilizarse.
43
A diferencia de los agricultores residentes del municipio, los cuales suelen alternan el
cultivo de palma con otras actividades que les generen ingresos para el sustento, o bien
algunos no trabajan en su parcela debido a su concentración en otras ocupaciones, el
habitante del caserío dedica todo su tiempo al cultivo de palma, trabajando en su propia
parcela, o en otras parcelas generalmente de parientes 31, ya que no tienen una oferta
laboral alternativa32. Para ellos, la principal actividad que genera ingresos monetarios es
el trabajo en la plantación. Si bien existen temporadas, por lo general después de
terminar alguna labor, en las que el agricultor se dedica a otras actividades o viaja a
visitar otras tierras, puede decirse que el trabajo en la plantación mantiene ocupados a
los habitantes del caserío la mayoría del tiempo.
Por último cabe resaltar, tal como se expuso anteriormente, que la total dedicación al
trabajo en la parcela de palma no implica que esta actividad sea la única realizada. En
las parcelas se cultivan, entre las disciplinadas hileras de palmas, una gran variedad de
cultivos orientados al consumo doméstico, se extrae madera de terrenos propios para la
comercialización o de montes aledaños para construir ranchos y casas. También se caza
animales atraídos por los cultivos de las parcelas, o se adentran a los montes a buscar
venados, conejos y guatín.
31
Pero no solo de parientes, ya que puede trabajar en parcelas de agricultores que viven en el municipio
con las cuales no tiene ningún parentesco.
32
Recordemos que esta modalidad de trabajo en la cual el agricultor dedica todo su tiempo al trabajo en
su parcela, no es exclusiva de los habitantes del caserío, ya que en el municipio también hay individuos
que trabajan así.
44
Asentamientos ribereños
El número de agricultores que habitan en asentamientos a la orilla del río Guapi es muy
reducido, contando apenas 5 familias en Bonanza, y una en Sansón, al lado opuesto del
río.
Bonanza alberga un número mucho más reducido de personas que los que habitan el
caserío. Allí vive una sola familia extendida, que se divide en 5 núcleos familiares
formados por la pareja de cónyuges y los hijos. También vive allí un agricultor que no
pertenece a esta familia, pero que tiene un hijo agricultor viviendo en el municipio.
Estas personas tienen lazos de parentesco consanguíneo con habitantes del caserío.
Respecto de las modalidades y las formas de organización del trabajo, se puede afirmar
que son las mismas anotadas para el caserío. Se trabaja con la unidad doméstica y el
grupo de parientes, aunque se puede presentar la contratación de trabajadores por fuera
de la parentela
33
Actualmente se adelanta la construcción de una nueva bodega para el almacenamiento de estos
materiales e insumos.
34
El letrero dice: “Centro Turístico y Recreacional Discoteca La Playita”.
45
Labores de siembra.
A continuación enunciaré cada una de las actividades agrícolas que hacen parte del
proceso laboral de cultivo de palma, concentrándome en aspectos fundamentales como
su valor monetario, las formas de organización para cada una, la división del trabajo por
género, la especialización o no en algunas labores y la tecnología empleada en cada una
de ellas.
Las labores aquí señaladas presentan un tipo de organización que oscila entre los grupos
grandes y medianos de hombres conformando cuadrillas, hasta parejas, y en algunas
ocasiones son tareas individuales. También existen labores realizadas por mujeres de
forma cooperativa o individual, en las que colaboran también niñas, así como grupos
con una composición mixta entre hombres y mujeres.
35
Todo esto fue planteado por las entidades encargadas de la administración del proyecto (el comité
técnico y administrativo), en las cuales como se anotó, los agricultores no tuvieron la participación
adecuada.
36
Don Tomás Obregón, el encargado de realizar la supervisión para la oficina de Corpoica, es también
agricultor del proyecto.
46
Dos características fundamentales del trabajo en la plantación son la ausencia de
división técnica del trabajo al interior de los grupos, es decir, el grupo o la pareja se
forma para realizar una misma actividad, y la no especialización en tareas especificas, a
excepción de dos labores que serán expuestas a continuación.
37
Según el personal técnico, el procedimiento regular no es quemar los suelos, sino fertilizarlos con cal,
además de que el régimen de lluvias hace improcedente el sistema de siembra con quema. Sin embargo
el agricultor lo realiza sobre todo para los cultivos de pan coger que también siembra en la parcela y
porque no tiene los recursos para conseguir más cal que la destinada para fertilizar las palmas.
38
El régimen de lluvias hace que las malezas crezcan a una velocidad acelerada. Cada tres meses
aproximadamente deben realizarse labores de rocería o sino los cultivos se pierden.
47
Esta actividad se paga a $160. 000 la hectárea. Sin embargo, como deben
utilizarse varios trabajadores y más de un día de trabajo para completar la
unidad pagada (una hectárea), se acude al jornal, que oscila entre $20.000 si el
propietario pone la remesa de los trabajadores o $25.000 cuando este no pone la
remesa. Por menos dinero el trabajador “no se mete al monte”.
Las rocerías son actividades que el trabajador prefiere no efectuar durante días
lluviosos. En varias ocasiones pude evidenciar como los trabajadores que
esperaban en el muelle de la cabecera la lancha que los transporta hacia la
plantación, desistían de embarcarse o simplemente no asistían a la plantación
cuando amanecía lloviendo. Era evidente que el trabajador local no se mete al
monte mientras está lloviendo, por lo menos para realizar estas labores de
rocería. En vez de ello, el agricultor agarra el machete y la pala para abrir zanjas
para drenaje.
48
malezas. El cultivo actúa apropiándose rápidamente del terreno, impidiendo el
crecimiento de la maleza.
El desembolso que se entrega por esta actividad es de $14. 000 por hectárea.
Para el pago de esta actividad, el banco desembolsa un total de 480 pesos por
punto clavado.
El trazado es una actividad que, como ocurre también con el manejo integrado
de plagas, el uso de fertilizantes, y el cuidado de las palmas en la fase de vivero,
conforman el paquete tecnológico de conocimientos y prácticas que los
ingenieros y técnicos enseñan a los agricultores del proyecto. Los nuevos
conocimientos y prácticas ciertamente implican la transformación del paisaje y
una nueva concepción de la agricultura.
39
Según el tipo de palma que se vaya a sembrar, se establece una distancia. Si la semilla es de tipo
ténera, la distancia entre palma y palma debe ser de 9 metros, y si la semilla es híbrida debe ser de 10
metros, ya que se trata de una planta más frondosa.
49
El denso y peligroso monte en el cual se incursiona con el fin de extraer madera
o cazar animales silvestres, o bien, esa gran variedad de palos, matas y frutales
que se cultivan de forma asociada pero dispersa en el espacio de las fincas
familiares y cuyo principal fin es la reproducción del grupo doméstico, difieren
en gran medida a las interminables hileras rectas de palmas que se están
sembrando actualmente en las parcelas. Con el trazado se define un orden
espacial estándar para el cultivo que respeta distancias estrictas y además se
establece una lógica de lo contable (número de palmas que puede tener cada
hectárea) La alineación del terreno con trazas marca el primer paso para la
transformación del paisaje en una entidad disciplinada, en la cual los esfuerzos
agrícolas se dirigen a un solo producto.
Los casos en los cuales se desatienden las indicaciones técnicas del cultivo de
palma, son siempre interpretadas, tanto por ingenieros como por los mismos
agricultores, como ignorancia y carencia de información por parte de los
últimos, sin nunca entrar en un cuestionamiento profundo acerca de formas
alternativas de cultivar41.
40
Esto no quiere decir que el agricultor no esté consciente de su posición en la relación, y que no se
presenten conflictos con los ingenieros. Cuando se presentan inconformismos, relacionados
generalmente con la precariedad y la demora en los desembolsos, el agricultor no duda en hacerse oír,
llegando al límite de levantar el machete sobre su cabeza. No obstante, los conflictos nunca están
relacionados con una resistencia del agricultor respecto de las nuevas prácticas agrícolas y los
conocimientos técnicos que introducen los ingenieros.
41
El caso se presentó cuando uno de los propietarios sembró su parcela. El agricultor realizó
correctamente el trazado, respetando las distancias y la distribución triangular indicada, pero cuando se
dispuso a sembrar, en lugar de sembrar la palma en el punto indicado por la traza, las ubico dentro del
espacio triangular entre ellas. El episodio causaba risa entre otros agricultores y un ingeniero que lo
narraban. Sin embargo, es muy probable que el “error” estuviera fundamentado en una modalidad
50
Transporte de semilla al lote: El transporte de la semilla al lote se hace por vía
terrestre, transitando la carretera que atraviesa el espacio de la plantación y por
vía fluvial, a través de algunas quebradas que dan acceso a las parcelas.
El transporte por vía terrestre es una de las dos labores en la plantación que
requieren de la especialización de un individuo. El arriero del proyecto, llamado
por todos Tocayo, es también agricultor de palma, pero debido a su
especializada labor no puede trabajar en su parcela. De ella se hace cargo su
esposa y acude a la contratación de trabajadores para completar las labores.
Tocayo trabaja con dos arrieros más, uno de ellos un paisa que vive en la
cabecera y todos los días se embarca en la lancha de Corpoica. Es el único paisa
que trabaja en la plantación, salvo por aquellos que son contratados por algunos
propietarios para tumbar las parcelas.
El trabajo consiste en cargar las palmas en mulas y caballos desde los viveros,
generalmente desde el vivero Central, hacia las parcelas que ya están listas para
sembrar. Cada animal puede cargar entre 8 a 10 palmas y diariamente trabajan
entre 5 a 7 mulas o caballos. El pago de esta labor es de 260 pesos por palma
llevada al lote.
Como se ha dicho ya, el avance del proyecto está a la merced de una carretera en
condiciones muy adversas y de un grupo de mulas y caballos que a través de ella
local de cultivo, en la cual las palmas se siembran a veces juntas y sin dejar espacios tan amplios, tal
como pude observar con las palmas africanas que se sembraban en los huertos de las casas.
51
deben transportar la semilla hacia las parcelas. La infraestructura y en particular
el tema de las vías, es fundamental en las plantaciones agroindustriales, y define
su vialidad: “grandes pérdidas o ganancias están en juego con el diseño de la
red de vías que recorrerán la futura plantación. Estas vías deben cubrir, cual
esmerada telaraña, todos los puntos del sembrío” (Restrepo 2004: 76).
42
Esto se refiere particularmente a las plantaciones agroindustriales de Tumaco. La información fue
proporcionada por algunos funcionarios de Corpoica
52
Al mismo tiempo que las lluvias limitan enormemente el transporte de palma
por la carretera, también aceleran el crecimiento de las malezas, obligando a los
agricultores a conformar grupos para realizar la rocería pertinente. Así pues,
sucede que el propietario ha rozado su parcela y la ha dejado lista para la
siembra, pero debido a los inconvenientes del transporte de palma, esta no llega
a tiempo y la parcela vuelve a cubrirse de maleza. El agricultor debe entonces
realizar otra rocería – la cual no está contemplada en el cronograma- con todos
los gastos en jornales que esta implica y obligándolo a cubrirla con recursos
propios. La situación es crítica ya que muchos agricultores no cuentan con
dichos recursos.
Si bien no podemos afirmar aquí que los ciclos climáticos definan el tipo de
actividades que se realizan en la plantación, como si sucede con los sistemas
económicos locales, es cierto que el factor precipitación y los ciclos de las
mareas influyen de manera determinante en el desarrollo de algunas actividades,
como el caso que aquí tratamos. Los días de verano son propicios para
transportar la palma por vía terrestre y la labor se facilita en gran medida, así
como en algunas horas del día es imposible transportar la palma a través de las
quebradas.
43
Las aguas ascienden por periodos de 6 horas y media y descienden en lapsos de la misma duración
(Arocha 1991: 210)
53
variaciones de orden ambiental, ni considera estos ciclos como determinantes44.
Sin embargo, la dureza del medio y de sus ciclos, sumada a la carencia de
infraestructura y maquinaria, obliga a considerar otra forma de organizar las
actividades, mas a fin con los ciclos ambientales45.
Distribución de semilla en el lote: Una vez los arrieros han transportado las
palmas al lote del propietario, estas deben distribuirse por toda la parcela y
ubicarse en los puntos que ha definido el trazado. Para ello se reúnen un grupo
de mujeres u hombres, o bien grupos mixtos quienes utilizando brazos y
hombros cargan las palmas. Cuando las parcelas están cerca a algún vivero, la
actividad se lleva a cabo desde el vivero, y el grupo de trabajo selecciona las
palmas que quiere sembrar en su parcela.
44
En opinión de algunos ingenieros, resultaba insostenible frenar algunas actividades como la rocería
debido a las lluvias, desconociendo la organización temporal de las actividades agrícolas utilizada
localmente, la cual está, en gran medida, supeditada a los ciclos climáticos.
45
En Informe presentado por Corpoica al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, a
propósito de un llamado de atención por el retraso en las actividades, Corpoica argumenta: “Si
hacemos un análisis del cronograma de siembra podemos establecer que el promedio de
siembra mes es de 46 hectáreas y precisamente en uno de los meses de mayor precipitación
pluvial en septiembre, en donde se presentan las mayores dificultades en el terreno, el
cronograma establecido se multiplica por 4,3 veces más del promedio. Sin que ello implique en
lo real cambio de las condiciones de siembra, ni a habido aumento en el numero de mulares y
caballares, ni aumento de la maquinaria agrícola (tractores y vagones de carga), las
condiciones viales están en proceso de mejoramiento pero a la fecha de este escrito las labores
no se han terminado. Se pretende alcanzar mayores resultados sin alterar las condiciones que
precisamente lo dificultan. Aquí no se tiene en cuenta para nada todos los imprevistos
planteados”.
54
cuando el agricultor solicita fertilizar su parcela, y define la cantidad que debe
aplicarse. Esta actividad se paga a 180 pesos.
46
Si se realizan con machete, ya que cuando se utilizan herbicidas la maleza tarda en crecer periodos
más largos.
47
Cada 70 días.
55
jornal, 25.000 pesos con remesa y 20.000 pesos sin remesa, para pagar sus
trabajadores ya que la labor ocupa varios días y varios brazos.
El plateo debe realizarse cada 50 días y se desembolsa un valor de 180 pesos por
palma.
56
trata de empalar la carretera con trozas o tablas de maderas extraídas de los
montes circundantes48.
48
Estos montes tienen propietarios, pero debido a una concepción particular de la propiedad, en la cual
sólo lo susceptible de comercialización es considerado privado (Restrepo 1996: 298), la extracción de
esta madera para empalar la carretera no debería generar conflictos. Estos montes son de carácter
colectivo siempre y cuando la persona que explote sus recursos no comercialice con ellos. No obstante,
escuche un par de veces sobre conflictos generados con los propietarios ya que interpretaban que con
esas trozas extraídas de sus montes, las personas del proyecto se estaban enriqueciendo. Aunque la
madera que se extrae de allí no tiene fines comerciales, la denuncia del propietario puede ser
comprensible ya que con esta madera se contribuye al desarrollo de un proyecto productivo.
49
Cuando Corpoica inicio la realización de esta labor contrato trabajadores externos a la comunidad de
agricultores del proyecto, lo cual disgusto a la AFPG, quien exigió participación y accedió al contrato.
50
Maderas como chanul, chaquiro, pacora y guasca son las más utilizadas por su dureza.
51
Hay que resaltar el carácter puramente provisional de esta obra, ya que después de unas semanas de
haber empalado la carretera, la humedad y el peso de los animales sobre los tablones terminan por
doblarlos y arruinarlos, o bien, el suelo arcilloso y blando los absorbe.
52
El mototaxi es la modalidad de transporte público en la cabecera. Los carros no existen salvo por
aquellos que utilizan la armada nacional y la policía.
57
Trabajo en viveros: Los viveros son tal vez los sectores de la plantación donde
el ingeniero de campo concentra la mayor parte de su tiempo, supervisando y
controlando el desarrollo de las palmas y coordinando el trabajo del supervisor
encargado de su cuidado. El vivero Central, el más grande y más importante en
la plantación, recibe la constante visita de los técnicos, y se ha contratado a uno
de los habitantes del caserío, Don Lea, para que se encargue exclusivamente de
su cuidado. Su labor, junto con la realizada por Tocayo en el transporte de
palmas, quien además es su hijo, son las únicas especializadas en la plantación,
sin contar claro con el trabajo de los ingenieros y funcionarios de Corpoica. Don
Lea, nombrado por algunos como símbolo del proyecto, es un hombre de
avanzada edad que conoció y participó en los proyectos anteriores de palma, en
los cuales recibió la capacitación técnica de los expertos de del INCORA.
También allí trabaja un fumigador que utilizando una bomba cargada a sus
espaldas, quema la maleza de los alrededores. A este trabajador se le paga un
jornal.
58
ubicación y distribución de estos viveros responde a consideraciones de acceso a
los lotes, ya que la totalidad de las parcelas no pueden ser suministradas con las
palmas que se transportan desde el vivero Central53.
53
Únicamente aquellas que tienen acceso a la carretera, las otras parcelas, ubicadas más adentro,
deben suministrarse con las palmas de estos viveros periféricos.
54
Según las cosideraciones técnicas sobre la composición de los suelos, ya que la tierra de la región es
bastante arcillosa y no drena lo suficiente, esta debe mezclarse con arena.
59
cultivo, es decir el acto de sembrar y particularmente, en el cuidado de las
plantas en su etapa inicial. En adición, hay que recordar que en los huertos o
cultivos familiares, el espacio de trabajo de las mujeres son los semilleros y las
azoteas, en comparación, lo más parecido a estos viveros tecnificados.
La deforestación del bosque, como expuse en las primeras líneas de este capítulo, era
evidente, y las disciplinadas hileras de palmas ya se estaban sembrando. Sin embargo,
en las parcelas de los agricultores no solo había palma africana, sino una gran variedad
de cultivos entre los cuales sobresalían los colinos, el maíz, la yuca y la papachina, pero
no sembrados en hileras rectas respetando intervalos de distancia estándar, sino en un
orden que responde a conocimientos locales y mapas mentales sobre el tipo de suelos y
la asociación entre los cultivos. La monotonía de la palma era interrumpida por el
policultivo, hasta el punto de convertir el paisaje en un mosaico impensable desde el
punto de vista de la plantación.
60
de prácticas económicas diversas, realizadas tanto en las parcelas y montes
circundantes, como en diversos oficios desempeñados en la cabecera. El agricultor del
proyecto puede trabajar como constructor en Guapi jornaleando y dedicar unos días para
dirigirse a su parcela, pero no solo a cultivar palma, también puede cazar en los montes,
o bien a sacar madera por las quebradas. Si bien algunos dedican mayor tiempo al
cultivo de palma que otros, como se explicó, en ningún caso el agricultor es
exclusivamente un palmicultor, que concentra todas sus fuerzas económicas hacia la
reproducción de un mismo producto agrícola.
61
Para este caso hablamos de un conjunto de prácticas económicas que
realizan el agricultor y su grupo de trabajo, cuando se dirige hacia las
parcelas con la intención de trabajar en la siembra de palma. La cacería, la
extracción maderera, el cultivo de pancoger, la cría de animales en
ocasiones, y de manera reducida la pesca en quebradas, son aquellas
actividades.
55
Conversación con Don Tomas Obregón. Esta interesante interpretación cultural se encuentra también
en Restrepo 1996
62
las fechas de menguante. La cacería con trampas también se practica con
bastante frecuencia (cacería indirecta). El grupo las deja a las afueras del
rancho y cerca a los cultivos de pancoger o a las palmas africanas durante
toda la noche56, ya que hay un ratón de monte que disfruta comiéndose las
pequeñas palmas. Al amanecer encuentran en su interior al desafortunado
animal, al cual despellejan y asan para el consumo del grupo.
Es común que estos cultivos sean traídos desde otros ríos donde los
propietarios tienen también tierra. Don Serveliano Segura, por ejemplo, se
embarco a las tierras de San Francisco en el rio Napi a traer semillas de maíz
para sembrar en su parcela de palma. Igual proceder fue el de Henry
Sinisterra, quien trajo, también del Napi, tallos de chivo y colino, aunque, en
opinión suya, la tierra de las parcelas no es tan fértil como las suyas más
arriba.
56
Recientemente una plaga eta afectando a los agricultores del proyecto. Los ratones de monte salen
durante las noches y atacan las pequeñas palmas recién sembradas, principalmente sus hojas. En
respuesta el agricultor usa venenos, o bien, ubica trampas en la parcela, con lo cual controlaría el
problema, además de hacerse con la carne de estos animales.
57
Chuspa es la acepción local para referirse a las bolsas.
58
Un colino en una finca donde predomina variedades de plátano, asociados a otros cultivos, en este
caso yuca, papachina, piña, caña y otros frutales. El maíz, por su parte, es una finca donde predomina
este cultivo, también asociado a otros cultivos de pancoger.
63
consistencia: en los suelos más oscuros y húmedos, de color negro, siembra
las variedades del plátano principalmente, los frutales y los semilleros59, y
en los suelos de color claro, secos y duros, siembra la yuca principalmente,
la papachina, la piña y la caña. También identifican suelos altos y bajos,
siendo estos últimos los indicados para sembrar el maíz, debido a su
humedad. Los suelos altos, los más secos, fueron los indicados para adecuar
los viveros, en los cuales el agricultor siembra también cultivos de pancoger
como la yuca y la caña.
59
Semilleros de chiyangua y borojó son los que pude observar. Estos semilleros se sitúan cerca a algún
tronco que les de sombra o bien se tapan con palmas de corozo, ya que la tierra debe mantener su
humedad.
60
Aquí se evidencia la coexistencia de disimiles tipos de cultivos. Mientras la palma es un cultivo
perenne de tardío rendimiento que puede durar 3 años para empezar a producir y una vida de hasta 25
años, el maíz es cíclico, dura solo 4 meses y se cultiva una vez al año.
64
La convivencia de estos cultivos con la palma africana puede conducir a la
alteración de algunas prácticas utilizadas localmente. En la etapa actual de
cultivo, cuando las palmas están recién sembradas y no alcanzan alturas
importantes, este modelo de cultivo multiestrata es perfectamente
compatible, sin embrago, una vez las palmas alcancen dimensiones
superiores comenzaran a ser incompatibles. Las técnicas de cultivo tendrán
que modificarse en orden a la disciplina de la plantación. Por ejemplo, el
cultivo del maíz que describí anteriormente, conforme las palmas empiecen a
crecer, tendrá que modificarse, si no abandonarse. Ya no se podrá sembrar al
voleo, regando la semilla aleatoriamente en los suelos bajos, sino sembrando
tallos en sitios determinados para que no interrumpan el crecimiento de la
palma, como por ejemplo, en el espacio entre palma y palma. Así sucede ya
con los colinos en algunas parcelas, los cuales se alinean con las palmas
africanas. Otro resultado podría ser el creciente uso de abonos y fertilizantes
químicos en estos cultivos. Don Aristídes Nieves, por ejemplo, recicla la
tierra de las bolsas que son descartadas en vivero, la cual contiene
fertilizantes y abonos químicos y se la aplica al plátano de su parcela.
61
En la cabecera se vende una docena de tablones de chaquiro por 50.000 pesos
62
La catanga es una trampa para peces.
65
trabajadores las utilizan ocasionalmente en las quebradas cercanas a los
ranchos o los sitios de trabajo en la parcela, mientras realizan alguna
actividad, como por ejemplo la fumigación. También los niños y niñas que
acompañas en ocasiones a sus parientes a trabajar, pescan allí mojaras, todo
para el consumo del grupo.
66
comunes. En algunos casos, fundamentalmente cuando el propietario cuenta
con recursos para ello, dedica la mayoría de su tiempo a sus ocupaciones en
el pueblo y consigue trabajadores para su parcela de palma, sin trabajar
activamente en ella. En otras ocasiones, el propietario si trabaja en su parcela
pero debe alternar los días de trabajo entre cada actividad, dando prioridad,
en la mayoría de los casos, al oficio en la cabecera. Debido al profundo
carácter polivalente de la economía en esta región, el agricultor de palma
puede trabajar durante la semana en dos actividades distintas. Y la razón
principal por la cual se ausenta de sus parcelas de palma para trabajar en
estos oficios, tal vez no es por una inexistencia de vocación agrícola, sino
fundamentalmente por la necesidad inmediata de suplir sus necesidades,
principalmente alimenticias63. Así pues, si estos oficios brindan mayores
ingresos al agricultor que el trabajo en su parcela, debe darles prioridad.
Además, la modalidad semanal o quincenal de los desembolsos es de difícil
asimilación por parte de la población local, la cual acostumbra a trabajar al
diario. El agricultor no puede esperar tanto tiempo para recibir el dinero, ya
que carece de los medios para hacerse del sustento diario.
63
“sin comida yo a ese monte no me meto”, es una de las expresiones más escuchadas entre
propietarios y trabajadores del proyecto.
64
El costo de las tierras se determina localmente y depende principalmente de lo domado del terreno,
es decir del trabajo o grado de intervención que presenta. Como las tierras de la plantación se habían
dejado en barbecho durante muchos años y el bosque secundario creció exuberantemente, los precios
eran los más bajos, de 300.000 a 500.000 pesos la hectárea.
67
estas tierras cuando necesita extraer madera para casas o potrillos, o bien
para hacerse cargo de los cultivos de maíz, arroz o plátano que sus familiares
siembran allí. Como no son actividades que se orientan al mercado, ya que la
madera que extraen no es para vender y los cultivos tampoco, podríamos
decir que estas actividades económicas son de subsistenca primordialmente.
Henry Sinisterra proviene del el rio Napi, en donde sus padres y hermanos
extraen madera, cultivan maíz, arroz, yuca y plátano y ocasionalmente
trabajan en la mina. El cultivo de coca también se realiza en su rio, lo cual ha
afectado drásticamente esta economía debido a que las fumigaciones queman
todos los cultivos. No obstante el trabajo en la plantación le exige la mayor
parte de su tiempo, logra siempre sacar un espacio cada mes para visitar a su
familia, donde se encarga de los cultivos. De igual forma, Henry también
dedica parte de su tiempo a extraer madera de terrenos propios, o de los de
algún vecino o pariente que lo haya convocado, con el fin de construir casas
o potrillos.
Aun así, Henry asegura que el trabajo en la plantación no le deja tiempo para
rebuscarse la plata en otros sitios, en los cuales, seguramente ganaría más
que dependiendo del crédito para cultivar palma. Preferiría irse a “minear”,
ya que si bien se aguanta hambre, la recompensa es grande.
Relaciones laborales
Las formas de organización laboral ejecutadas por los agricultores de palma ya han sido
esbozadas en las páginas anteriores, aquí solo resta describirlas con más detalle. Se
advierten diferencias entre modalidades de trabajo respecto del nivel socioeconómico de
los agricultores, y en el trabajo de mujeres y hombres.
68
su parcela y contratar trabajadores, en orden a una modalidad que decidí llamar
empresarial. Este último agricultor también podría denominarse con la categoría de
patrón, ya que además la fuerza de trabajo que emplea en su parcela es ajena a la
parentela o la vecindad (Castillo 2009: 44).
69
caserío. También Corpoica puede hacer la contratación, en los casos en que el agricultor
declara que no puede hacerse cargo de su parcela. Aquí el agricultor está completamente
ausente de la relación.
Aparte de las labores circunscritas a las parcelas, existen otras que tienen que ver con el
sostenimiento de la plantación en general, como el mantenimiento y apertura de
drenajes, la empalada de la carretera y el trabajo en los viveros. Para este tipo de
labores, el trabajador, puede ser un agricultor o no, debe hacer el contrato en la oficina
de Corpoica o con el ingeniero de campo, los cuales pagan las labores con los recursos
del crédito.
La categoría más adecuada para describir esta modalidad de pago seria el destajo, ya
que el trabajo se mide por unidades y se paga por el resultado obtenido. Por otro lado,
en el caso de las rocerías se presenta una relación diferente. Esta es la única actividad en
la plantación que es esencialmente grupal, y más importante aún, exige más de un día de
trabajo para terminar la unidad pagada, que es la hectárea. En otras palabras, el destajo
es compatible con todas las demás actividades ya que la unidad pagada puede realizarse
varias veces en un día: se siembran varias palmas en un día, se hacen varios puntos, se
cavan metros de drenaje o se transportan varias palmas. Pero con las rocerías no sucede
lo mismo, ya que una sola hectárea puede llevar más de dos días. Por esta razón, el
70
agricultor debe pagar jornales a sus trabajadores, que es un pago establecido localmente
por día trabajado. El conflicto se origina porque el monto que se desembolsa por cada
hectárea, no alcanza a cubrir estos jornales.
Acudiendo a lo expuesto con relación al trabajo de las mujeres, puede argumentarse que
este es de carácter predominantemente familiar, ya que se organizan para trabajar
exclusivamente con parientes y su trabajo se concentra en gran medida en las parcelas
familiares. El hombre por otro lado, trabaja con más frecuencia junto con trabajadores
sin lazos de parentesco y puede concentrar su trabajo tanto en las parcelas familiares
como de otros agricultores.
71
La oposición de las organizaciones sociales.
El proyecto de palma en Guapi suma muchas voces de rechazo en toda la costa caucana.
A excepción de sus protagonistas -el Consejo Comunitario de Guapi Abajo- los otros
cuatro Consejos Comunitarios de Guapi y los Consejos Comunitarios de los municipios
de López de Micay y Timbiquí, en voz de sus representantes, se han manifestado en
contra de estos proyectos productivos. De igual forma, organizaciones de base con
marcada importancia en Guapi, como Junpro (Juventudes Unidas por el progreso) y
Coopmujeres, incluidas dentro de la Regional Cococauca (Cordinadora de Consejos
Comunitarios y organizaciones de base del pueblo negro del Pacifico caucano),
expresan su rotundo rechazo a este proyecto palmero, y lo sienten como amenaza
inminente para el patrimonio ambiental y cultural de su grupo étnico.
72
alternativas en proyectos productivos a sus cultivadores, con el fin de devolverlos a la
legalidad y de paso mejorar su calidad de vida. No obstante, hay una versión que no ve
tanta bondad en dicha iniciativa.
Junpro68, interpreta dicha iniciativa como una “intención malévola”69 del gobierno
nacional para vulnerar los territorios colectivos de la comunidad. En efecto, el Estado
asumió una actitud ambigua respecto a los cultivos de coca en la región. En primer
lugar, debido al abandono estatal que experimentan estas comunidades ribereñas,
evidenciado en la “carencia de programas sociales y de desarrollo económico, la
exclusión y el aprovechamiento que de sus recursos hacen actores foráneos-empresas
pesqueras, mineras y madereras” (Castillo 2009: 64), los pobladores se vieron abocados
a sembrar coca como única alternativa. Luego, como respuesta, el Gobierno intensifica
su acción represiva mediante las fumigaciones aéreas, las cuales queman los cultivos de
subsistencia y los bosques y envenena las aguas. Se genera así desalojo territorial e
inseguridad alimentaria. El proceso culmina con la propuesta de establecer el proyecto
productivo de palma africana, como salida a estas dificultades sociales. En este orden
de ideas, el estado mismo es responsable de la expansión acelerada que experimenta el
cultivo de coca en los ríos de la región 70, lo cual debe situarse en la estrategia de
implementar monocultivos de palma africana en beneficio suyo y del sector privado.
68
La Junpro es una organización local que se fundó en 1986, con el fin de reivindicar las particularidades
culturales de la comunidad negra de Guapi. Esta organización jugó un papel decisivo en los proceso de
difusión del AT55 para la titulación de territorios colectivos, a principios de los años noventa.
69
Entrevista con Dionisio Rodriguez, líder de Junpro.
70
La coca llegó al Pacifico caucano entre 1997 y 1998, y las versiones de su introducción apuntan a
grupos guerrilleros y paramilitares. Hacia el año 2002 este cultivo ilícito ya se había expandido en todo
los ríos de la costa caucana y hoy hace parte de la vida económica y cotidiana de sus habitantes (Castillo
2009: 35-39)
73
privada, con el subsecuente desalojo de las comunidades propietarias. Esto último
totalmente al margen de la legislación vigente sobre territorios colectivos, los cuales son
inalienables, inembargables e inexequibles71.
“En Guapi Arriba se pescaba con los anzuelos, con la catanga para el camarón, el corral para
el sábalo y la mojarra. Y en tiempos de verano se pescaba el sábalo, que era barriendo la red y
con la atarraya. La gente no era dedicado sólo a la pesca, pero hacia de todo y siempre tenia
de todo, tenia siempre comida y si le faltaba, si usted coge pescado y como no tenía el banano
por ejemplo ese día, usted le daba pescado al otro y ese otro le daba el banano, tal vez no como
trueque si no que era la relación de que yo le doy lo que yo tengo. Igual el maíz, el arroz, el que
cogía primero le iba dando al otro (…) El pescado se pescaba durante todo el año. La minería
era como alterno, por ejemplo un día en la semana podía ser para ir a rozar el colino o el
arroz, en la tarde y en la mañana dedicaba un tiempo para pescar, en la noche también. En la
mina si era en tiempo de invierno, la gente se dedicaba más a la minería, por la lluvia. (…)
Entonces todo estaba tan encadenado que la gente tenía de todo. Con la minería se conseguía
la plata por ejemplo, con el arroz, dependiendo de la cosecho y también tenía sus ingresos.
Dependiendo como estaba el día se dedicaban todo el tiempo completo a la cacería, de guatín y
conejo. (…) En esa época la gente no estaba tan pegao` a la plata, compartían, de vez en
cuando podían vender algo pero generalmente lo compartían o guardaban para después. Eso
va a cambiar porque la gente ahora se ha mentalizado mucho que la plata, antes la gente
andaba, por ejemplo se venía de allá arriba en su potrillo, canalete y palanca, si uno necesita
que llevara por ejemplo una caja de jabón, ósea había esa relación de ayuda, pero ahora por
ejemplo como ahora son los motores, dependiendo de lo que yo le pida que me traiga tengo que
aportarle pa´ la gasolina. Entonces hay un desarrollo bueno, porque no es lo mismo uno llegar
a canalete que a motor, pero eso está cambiando también la relación de la gente” 72.
71
Ley 70 de 1993 Art. 7
72
Doña Silveria, líder de Coopmujeres.
74
dinero como fuerte mecanismo de transformación de las culturas. El dinero altera el
encadenamiento de las actividades económicas y las relaciones cooperativas que estas
comunidades construyeron al margen de una economía de mercado.
Las voces críticas frente a los monocultivos se hacen siempre desde tres frentes
fundamentales: el ambiental, el económico y el social.
Por otro lado, la palma reemplazaría esa economía tradicional de subsistencia por una
“falsa economía”, la del consumismo para suplir las necesidades del momento. Esta
afirmación tiene importancia central, ya que refleja bien los incentivos y las
motivaciones de los agricultores del proyecto, los cuales se relacionan con el bienestar
material e inmediato, definido por pequeñas cosas. Según Dionisio, la gente que
participa en el proyecto fue engañada con una idea falsa acerca del proyecto, según la
cual, este brinda la oportunidad de empleo:
73
Dionisio Rodríguez
74
Dionisio Rodríguez
75
Hay condiciones que la sociedad de consumo me obliga tener (…) Con la palma le hacen creer
a la gente que le están dando el auxilio, que le están dando la colaboración, y la gente lo recibe
(…) Entonces la gente tiene metido en la cabeza es los 100.000 que recibe, porque necesita los
100.000 para comprar un pantalón bonito, unos tenis, para que su hijo vaya al colegio (…)Hoy
la gente está sembrando palma porque siente esa posibilidad de empleo, porque sintió que le
resolvieron sus necesidades del momento, nuestra comunidad no tiene claro a qué diablos se
están metiendo.
“Con la coca usted ve que la gente compra casa, compra televisión, equipos de sonido, eso es
una falsa economía, ¿pero el pueblo progresa? No. Aumenta la violencia, no hay formación
académica. La palma es igual, crecimiento social no va haber (…) la gente va perder la
solidaridad, cada uno va interesarse en su vida, igual como ocurre con la coca, y si una vecina
se paso y me cogió medio metro entonces yo saco un machete y le doy, acá nunca ha existido
eso, hoy por la coca nuestra gente se mata, y va volver a ocurrir con la palma”
Las alternativas que se plantean desde las organizaciones locales75 propenden por
desarrollar productos locales y atender las particularidades de las economías
encadenadas o cadenas productivas. Sin embargo, según la demanda de Dioniso, esta
propuesta no ha sido atendida por las entidades responsables como el Incoder. Las
cadenas productivas, resaltan la importancia de esa polivalencia de la economía local,
en la cual varias actividades se combinan y alternan conforme a la demanda de ciertos
productos y a las variaciones climáticas y ambientales, tal como se observa en el relato
de Doña Silveria. Esta opción garantizaría la seguridad alimentaria y contribuiría a la
conservación del ambiente. De igual forma, las propuestas se dirigen a desarrollar
productos que tengan una relación más estrecha con la historia de la gente, productos
que tengan una arraigada tradición dentro de la comunidad y correspondan con
conocimientos y practicas económicas locales. La caña, por ejemplo, presenta un
periodo más corto de producción y más beneficios para la alimentación.
75
Particularmente Junpro.
76
“Los monocultivos cualquiera que sea para nuestro medio no es lo mejor, pero si la gente se
dedica a sembrar caña, se que sería totalmente diferente a la palma, es que la caña tiene un
periodo de tiempo mucho más corto para dar resultado, por otro lado atrae, bueno en mi
experiencia, yo me crie en el campo, nosotros cuando íbamos a donde teníamos caña, todos los
muchachitos queríamos ir porque teníamos caña para comer, cuando se llegaba a la casa había
caña para comer, eso me parece que da mucha más garantía para la gente, además se puede
producir guarapo, se reemplazar la azúcar, por ejemplo hay caña, acá había lugares por la
calidad de la caña que se convertía en azúcar, se puede hacer la miel que reemplaza la panela,
entonces sería una perspectiva mucho mas diferente y a favor de la comunidad que la palma” 76
76
Doña Silveria.
77
Parte III
Análisis y Conclusiones
Limitaciones
El espacio acuático
78
Las lluvias y las mareas, son tal vez las características ambientales más determinantes,
debido a que atraviesan todos los ámbitos de la vida y particularmente a la economía 77.
Así, el Pacifico colombiano es probablemente la zona “más lluviosa del Nuevo Mundo,
con una precipitación anual de 3000mm a 10.000mm. En la mayor parte de la región
llueve copiosamente casi a diario, aunque las lluvias disminuyen durante algunos meses,
especialmente en febrero y marzo” (West 2000: 7)
De igual manera, en las partes bajas de los ríos los movimientos de las mareas son
significativos. Las pujas permiten la entrada de agua de mar a los ríos, cambiando su
dirección y subiendo el nivel de sus aguas hasta 4,5 metros.
77
No se entienda esto como determinismo ambiental.
79
arcilloso, blando y fácilmente inundable es inhóspito para caballos y mulas y no permite
el uso de la rueda para transporte. Así, “con pocas máquinas y menos animales de tiro,
sus pobladores no tienen otra alternativa que la de explotar la energía de sus propios
cuerpos” (Arocha 1991: 210), algo que se expresa bien en la plantación, donde brazos y
machetes son las principales herramientas.
Las actividades de tumba y roza para la preparación del terreno parecen estar
relacionadas también con los días menos lluviosos. En efecto, los trabajadores prefieren
no rozar el monte mientras llueve, sino dedicar estos días húmedos a actividades como
la apertura o mantenimiento de zanjas. Según se evidencia en otros lugares del Pacifico:
“En cualquier sector el factor precipitación incide en el ciclo de actividades. En los
meses menos húmedos, que van de enero a marzo en el alto Baudó y de diciembre a
marzo en el medio y bajo Baudó se acostumbra por parte de los agricultores a preparar
los terrenos a sembrar una vez entren las lluvias de abril” (Valencia 1990: 175). En
efecto, ese ausentismo de trabajadores y agricultores en labores de roza que observe en
campo, se produjo durante el mes de mayo, uno de los más lluviosos del año en Guapi,
lo cual causo preocupación en los funcionarios de Corpoica ya que esto significaba
enormes retrasos.
Por ahora, puede decirse con total certeza, que la temporalidad de la organización de
actividades propuestas desde afuera en el proyecto de palma, encuentra serias
limitaciones en un medio en el cual es necesario organizar temporalmente las
actividades atendiendo a los ciclos ambientales.
80
Desigualdad socioeconómica
Una de las grandes ventajas que tiene el proyecto de palma es estar basado en una
organización social local ya que se estableció de acuerdo a grupos extensos de parientes,
en el cual todo agricultor propietario tiene varios parientes también propietarios. Tal
como se vio, el acceso y uso de la tierra es familiar así como el trabajo se organiza, en
principio aunque no exclusivamente, teniendo en cuenta los lazos de parentesco. Esto
favorece el desarrollo del proyecto ya que tiene en cuenta un importante aspecto cultural
local78.
No obstante, existe otro factor que puede tener efectos negativos y es la presencia de
algunos agricultores con un nivel socioeconómico superior al del resto de agricultores.
Como vimos en el capitulo anterior, estas personas tienen los recursos para ejecutar las
labores de su parcela contratando mano de obra, sin necesidad de utilizar su fuerza de
trabajo ni la de su familia. Este tipo de agricultor absentista, puede resultar más
beneficiado que aquellos agricultores con recursos inferiores, quienes dependen
totalmente del crédito para ejecutar las labores. Las actividades en sus parcelas no se
retrasan debido a las demoras en los desembolsos y además pueden mantener
constantemente mano de obra trabajando. Como resultado, estas parcelas están
sembradas mucho antes que las otras y serán las primeras en empezar a producir.
En ese mismo orden, este agricultor puede empezar a expandirse, comprando mas
parcelas y aumentando así su producción. En este caso, puede suceder que algunos
agricultores terminen vendiendo sus parcelas debido a las grandes dificultades que
enfrentan. Por esta razón, hoy algunos aseguran que el proyecto no fue planteado para
beneficiar al pequeño agricultor o las personas con bajos recursos, ya que han sido estas
personas las que más dificultades han enfrentado.
Este tipo de proyectos compuesto por grupos deben considerar el incluir personas
socioeconómicamente equiparables para lograr objetivos equitativos (Kottak 2000:114).
78
También en el acceso y uso de maquinaria, las familias agriculturas pueden agruparse para conseguir
una herramienta, por ejemplo una guadaña, y utilizarla en común.
81
Especializarse o vivir al diario
Tal vez el aspecto que más decepciona y preocupa a los agricultores, es la precariedad
de los desembolsos del crédito, el cual aseguran, es insuficiente. El valor del jornal local
es de 20.000 pesos con remesa para los trabajadores y 25.000 sin remesa y como se
expuso en el capitulo anterior, hay actividades que requieren el pago de estos jornales y
el dinero del crédito no es suficiente para cubrirlos. Esto evidencia que la participación
de los agricultores en la planeación del proyecto y sus costos no fue la adecuada, razón
por la cual se organizaron en una asociación. Corpoica tuvo que subir los costos de las
labores y hacerlos corresponder con los manejados localmente, aunque el crédito no se
hubiera extendido.
Por otra parte, el proyecto pretende que el agricultor aporte un 20% del costo en mano
de obra, y se dedique tiempo completo a la siembra de palma africana, en el cual se
utilizan modalidades de desembolso quincenal o semanal, lo cual representa un error ya
que ignora la situación particular de vivir con relación al presente o vivir al diario.
Esta situación, bastante extendida localmente, implica que una persona debe conseguir
el sustento familiar diariamente y trabajando en oficios o actividades económicas
múltiples (poliactividad). Dicho de otra forma, una persona se encuentra en una
situación de liquidez constante que debe solucionar diariamente, trabaja para conseguir
el sustento el cual gasta inmediatamente. En este contexto, la movilidad es fundamental,
ya que se debe estar preparado para desempeñar uno u otro oficio, según la oferta
laboral, o emplearse en labores de subsistencia79.
79
Según Whitten la estrategia adaptativa general del litoral es balancear las actividades para la
subsistencia con las que generan ganancias en dinero, lo cual exige siempre un movimiento. Se alternan
actividades que se articulen a la economía capitalista, por medio de la proletarización o en la
comercialización de productos de demanda mundial, con una economía de subsistencia, en la pesca,
recolección, la agricultura y la caza (Whitten 1992; Whitten y Firedemann 1974).
82
razón que el agricultor de palma realiza múltiples actividades económicas, ya que solo
así se asegura la subsistencia.
Lo anterior nos lleva a otro asunto. Estos megaproyectos implican inversiones a largo
plazo. La producción de aceite de palma tarda de 2 a 3 años desde el momento en que
las palmas son sembradas y la rentabilidad se garantiza únicamente con el
procesamiento del fruto por medio de la planta extractora. A esto le sigue un largo
periodo en el cual los agricultores deberán dirigir gran parte de la producción al pago
del crédito. Después de esto, si la demanda del producto se mantiene estable, el negocio
de la palma puede empezar a generar importantes ganancias. Todo lo anterior implica
planear a futuro, que los resultados del esfuerzo y el trabajo invertidos solo se obtendrán
a plazos largos, en un medio en el cual, por el contrario, parece lógico darle prioridad al
presente, dado su incertidumbre característica (Arocha 1991).
83
si esta garantiza completamente la subsistencia, y hasta ahora este crédito es insuficiente
para ello, lo cual exige que el agricultor de palma mantenga la poliactividad.
Transformaciones en marcha
Esta práctica, realizada en las fincas al interior del monte, permite establecer periodos
de barbecho en los cuales la tierra se deja enrastrojar o descansar, y se posibilita la
regeneración de bosques secundarios (Restrepo 1996a: 127).
84
Los cultivos que se siembran en las parcelas de la plantación, diferentes a la palma, así
lo demuestran, ya que son diversos y no tiene una larga duración. En el caso del maíz,
por ejemplo, este se siembra de manera estacional durante una época del año definida
culturalmente.
En los espacios privados de uso familiar, en este caso las parcelas, se emplea la
demarcación de tierras con límites naturales, linderos o mojones (Oslender 1999: 42).
Para establecer donde se acaban los predios propios y comienzan los del vecino se
utilizan zanjas, quebradas o árboles grandes.
Compra de tierras
85
que el proyecto de palma atrae personas de otros ríos que no poseen tierras en la
plantación. Como vimos en la experiencia de cultivo en 1982, muchos agricultores eran
foráneos y llegaron a comprar tierras para vincularse al proyecto.
Según investigaciones realizadas en otros lugares del Pacifico Sur, la compra tiene
características específicas que hacen que la tierra no esté valorizada de acuerdo a una
economía de mercado. Las tierras se compran por diversas razones: para dejarle mayor
respaldo a los hijos, o para adquirir tierra en un lugar donde no se tiene, y esta
compraventa responde a las relaciones de parentesco y solidaridad entre los habitantes
de un río (Rivas 1999).
“El bajo valor de las parcelas y la ausencia de un mercado abierto condiciona que,
para los individuos del rio, la tierra no tenga un valor de cambio, sino un valor de uso
y un valor como garante patrimonial (…) en la compraventa se están recreando
constantemente estas relaciones de parentesco y de solidaridad entre todos los
habitantes del rio (…) la compra remite a las relaciones de solidaridad y no a
relaciones exclusivamente económicas” (Rivas 1999: 104-105).
En adición, es de gran importancia recordar que estas tierras son las únicas en todas las
veredas del municipio, que tiene acceso por medio de la carretera que conecta con el
pueblo, lo cual, como anuncian algunos agricultores, contribuirá en gran medida a su
valorización.
Sin embargo, por el momento este mercado de tierras sigue estando regido por las
condiciones internas, ya que los precios se determinan localmente y dependen de lo
domado del terreno.
86
Auto reconocimiento de la pobreza
En la plantación, estas percepciones tienen sus efectos sobre la aceptación del proyecto
y el conjunto de conocimientos y prácticas que traen consigo los expertos, los cuales
además entran a ocupar posiciones elevadas en el reconocimiento social. La
transformación radical que sufre el paisaje con las hileras de palmas, se valora
estéticamente con exaltación, y se relaciona con las expectativas y deseos de la gente
por cambiar sus vidas. Las prácticas técnicas sobre el cultivo, el sistema de distribución
triangular para sembrar, el uso de fertilizantes y herbicidas y la delimitación de fincas
que acabamos de enunciar, son aceptadas y realizadas sin resistencia o cuestionamiento,
ya que provienen de gente capacitada. Los ingenieros y funcionarios de Corpoica son
referenciados por los agricultores con la categoría de jefes, y los conflictos que se
generan con ellos tienen que ver con la desaprobación de los costos de las labores o con
retrasos en los desembolsos, pero nunca con un cuestionamiento de las prácticas
agrícolas tecnificadas que estos difunden.
87
sus intervenciones. El proyecto de palma es para muchos la oportunidad de aumentar
sus ingresos, generar empleo y progresar en términos de su vida material.
Polivalencia en la monovalencia
88
La especialización vendrá, como ya se dijo, cuando el cultivo de un único producto, la
palma africana, se vuelva rentable y genere los ingresos que permitan mantenerse
económicamente, aunque ya en la forma de una total dependencia al mercado para
lograr la subsistencia. Por ahora, el agricultor sigue practicando una lógica económica
de la poliactividad, dentro de la cual el cultivo de palma se introduce siendo alternado
con otras prácticas económicas.
Como ilustramos ya, las prácticas económicas alternas al cultivo de palma se pueden
desarrollar en el mismo espacio de la parcela o en otros espacios, tanto en la cabecera
como en otras tierras. Para el primer caso, la relación económica que el agricultor
establece con su parcela no se limita al cultivo de palma, sino que concibe este espacio
como sitio para desplegar otras actividades, como la agricultura de una gran variedad de
cultivos para el consumo, la cacería allí o en los montes circundantes y hasta la cría de
cerdos. Su parcela no es un espacio monovalente, como se supondría desde la lógica de
la plantación capitalista, sino un espacio polimorfo que es escenario de prácticas
basadas en conocimientos locales y que cumplen el fin de la auto subsistencia. En el
segundo caso, el agricultor acude a la movilidad entre diferentes espacios donde se
89
ocupa de otros oficios. Puede embarcarse a otras tierras a sacar maderas para vender en
el pueblo o construir casas y potrillos, o también para visitar cultivos familiares,
manteniendo sus lazos con estos. De igual forma, puede vender su fuerza de trabajo en
el pueblo en diferentes oficios, a los cuales da prioridad en tanto generan ingresos
mayores y aseguran el sustento.
Lo anterior asegura una subsistencia que difícilmente les traerá la palmicultura por sí
sola, por lo menos hasta que esta no comience a producir y generar ganancias. Y,
visualizando un porvenir en esta situación, que es el que todos desean, aun sigue siendo
estratégico mantener esta movilidad entre actividades alternativas, debido a un conjunto
de riesgos propios de la economía de mercado.
Estas economías dependen de los avatares de la oferta y la demanda, las cuales crean
prósperas bonanzas pero también crisis con las caídas. Igualmente, hay que recordar los
fracasos de los anteriores proyectos, que dejaron en evidencia la precariedad de las
intervenciones desarrollistas. En adición, no hay que olvidar los riesgos típicos de los
monocultivos en forma de plagas y enfermedades que acaban hasta la última mata. En
particular, la palma africana sufre la pudrición del cogollo (pc) el cual es devastador.
Cuando la palma alcance dimensiones superiores, se volverá cada vez más incompatible
con esa variedad de cultivos multiestrata que garantizan la seguridad alimentaria, ya que
estos no crecen a la sombra. Poco a poco se irá imponiendo en las 700 hectáreas el
monocultivo típico de la plantación, y el deseo de la gente es que cuando ese momento
llegue ya sus ingresos les permitan ese bienestar material que tanto anhelan. En tanto la
palmicultura logre los objetivos propuestos, el camino a la especialización se irá
consumando, con la consecuente dependencia al mercado de los productos que antes
cultivaban o extraían del bosque. Aquí hay que atender las advertencias de las
organizaciones locales expuestas en el capitulo anterior.
90
Los deseos y las expectativas de la gente por cambiar su situación y mejorar su calidad
de vida, hoy se orientan al cultivo empresarial de la palma africana, para lo cual se están
inscribiendo en la agricultura tecnificada, la planificación de fincas, el uso de semillas
hibridas, fertilizantes y agroquímicos. Lo importante aquí es que no se descuide esa
estrategia adaptativa con la cual han logrado durante siglos hacerle frente a este medio
arduo y fluctuante, y se resista a la total dependencia de una sola actividad y un solo
producto comercial. Si el cultivo de palma no se puede inscribir dentro de la movilidad
y alternancia con otras prácticas económicas, no puede ser viable económicamente.
91
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