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Tecnocultura y comunicación I Jesús MaJ1ín-Barbero ... [et aJ .

I ; editores al:adémi­
cos José Migue l I'ereira González y Mirla Villadiego Prins. - Bogotft : Editorial
POnlificia Universidad Javeriana. 2005 .

274 p.

Incluye referencias bibliográficas.

ISBN; 958-6R3-753 -X

1. TECNOLOGÍA DE LA COMUNICACiÓN . 2. MEDIOS I)E COMUNI­


Tecnocultura
CACiÓN DE MASAS. 3. COM UN1CACIONES DIGITALES. 4. SO­
C IEDAD DE LA INFORMACIÓN. 5. COMUNICACiÓN Y
CULfURA. 6. COMUNIDAD VIRTUAL. 1. Martín-Barbero. Jeslls.
n. Pereira GOl1zález. José Miguel. &l. ni Villadiego Prins. Mirla. Ed. IV.
,
y COmUDICaCIOn
. .
Pontificia Universidad Javcriana . Facultad de Comunicación y Lellgll;~e.
Departamento de Comunicación

CDD 303.4833 cd. 21


Jesüs Martín- Barbero

Catalogación en la publicación - Pontificia Un iversidad Javc riaml . Biblioteca General Lorenzo Vilches

Luis Fernando Mal"Íll

Octavio Islas

Ólllm' Rincón

Canllen Gil Vrolijk

Uiana Hcmández.

Jaime A. Rodríguez

Mónica Eliana García

Santiago Wi esner

Ancízar N,u-váez

Luis Fernando Barón

Doris Réniz Caballero

JOS É MIGUEL PEREfRA a


MIRLA VrLLADIECJO PRlNS
(Editores académicos)

Pontificia Universidad Javcriana

Facult.ad de Comu nicación y Lenguaje

Departamento de Comunjcación

Prohibida la reproducción lolal O parcial de este malerial,


Cátedra U NESCOclcColl1un icación Social

sin autorización escrita de la Ponüficia Unive.rsidad J;¡veriana


Bogot<Í. 2004

El hipermedia narrativo:

un modelo de interactividad digital

Jaime Alejandro Rodrígriez Rrúz

GENEALOGÍA DE DESCUIlRJMJEN"TOS

El interés personal por las lCcnologías imcractivas surge, curiosa­


mente. desde una necesidad de tipo estético y comunicativo. Hacia el
año 1992 andaba en la búsqueda de editor para una novela que había
terminado de escribir con el título de GabrieUa infinita . Como lada
opera prima, GabrieLla Infin.ita era una obra ambiciosa pero no sufi­
c ientemente lograda . Fragmentario. de sce ntrado , poten e ial mente
interactivo y con vocación audiovis ual, ese texto no pudo acomodarse
sino parcialmente al formato libro. En primer lugar, muchos de sus frag­
mentos no lograban articularse al dispositivo narrativo tradicional, ya
sea porque no correspondían al modelo de la narración lineal. ya porque
su est.atuto era abiertamente no narrativo. En segundo lugar. la novela
no tenía un único centro: almenas treS historias pugnaban por imponer­
se. Si sumarnos estos cuatro factores: el carácter " prescindibic" de los
fragmentos no narrativos, la falla de una historia central y poderosa­
mente aniculada, la exigencia implícita para que el lector llenase los
vacíos con s u participación I Y las pocas opciones que ofrece el medio
impreso a la interaClividad. se entiende por qué la novela fue mal valo­
rada. ESl() opinó un crítico en su momenlO:

Creo que hay un interés en entrelazar los hilos argumentales creados:


los hallazgos de Gabriella e n la habitación de Federico; la aventura de
los hombres y mujeres atrapados en el edificio tras las explosiones: la
historia misma de Federico, ya no la recordada por Gabriella. sino la
construida por él y que también nOS deja en el borde de no saber hacia
d6nde es su huida; la historia del Guerrero (tot.a hne mc des articulada Y
sin ningún enlace) y la presencia implícita del escritor. del creador de

Una p:Ul icip,lción que consi ~ le bás icamente en h3cer el propio lrayecto por ellcxLO ,
escogiendu primero e l cenlrO ele la historia (esto es. "marg,inando" las olras cto~ histo­
ria s): y en segundo lugar. "con,urniendo" o no la in forrna<: i6n adicional
EL HIi'f.RMEOIA NARRATIVO 157
156 JAIME ALEJANDRO RODRfaUEZ Ruiz

del proceso creativo y de la escritura en general. Muchas novelas in­


personajes. que trata de completar en algo sus nonatas cnalUras con
algunas explicaciones y sobre el sentido de las historias. Ah, el senti­ cluían, con una densidad específica muy alla, la autoconciencia como
do ... Tal vez desde el diálogo entre autor y personajes la novela podría parte de su estructura o su acción. Fue en el Seminario del profesor
rehacer y juslificar sus matices de escritura ... Pineda Botero donde primero escuché el ténn.ino que se le daba a esta
estrategia: meto.ficciófI . Inicié una indagación sobre el fenómeno y pron­
Fragmentación. necesidad de a¡ticulación y enlaces. heterogeneidad to me di cuenta de que, siendo la autoconciencia un elemento inherente a
de escrituras. ausencia de sentido; están aquí ya descritas algunas de las toda escritura, la metaficción era la fonna de expresión más compatible
características del potencial hipertelttual de la obra. 2 Sólo que ni el autor. con un estado de cosas en el que se tendía a proclamar que todo era
ni el crítico en su momento (añ0 1995) podían reconocer la alternativa de ficción (la posmodernidad): "Ya no sólo se trata de la posibilidad de re­
solución que tenía la obra. presentarel mundo de la ficción. sino de re-presentar el mundo como una
gran ficción", afirmaba entonces. Dos autores me ofrecieron el puente
con la posmodernidad: Patricia Waugh (gracias a su libro Metqficition.
Dos AA"TECEDENTES: METAFICCrÓN y POSMODERNTDAD Theory and PraclÍce o[ Sel[coflciellcius Fíction): y Rolf Brewer «(;on
Paralelamente y quizás ejerciendo una fuerte inJluencia sobre la escri­ la propuesta que hace en su artÍCulo " La auto-reflexividad en la literatu­
tura de la novela, trabajaba desde el año 89 en la pregunta sobre la ra". ejemplificada en la trilogía novelística de Samuel Beckeu); puente
posmodemidad litcraria. Precisamente, el primer libro de ensayo que pu­ que se fue solidificando hacia un segundo momento de mi reflexión que
bliqué (Autoco/lciencia y posmo{Jernidad. Metafícción en la novela me conduciría a la incursión más profunda en ese terreno movedizo lla­
colombiana) fue un intento por resolver dos inquietudes que me asalta­ mado la pos modernidad.
ban sinlUltánealllente en aquella época. En primer lugar, estaba la pre­
gunta por e[ estado de [a novelística colombiana reciente (que a su vez LA NOVELA
era una manera de acotar una inquietud más amplia por el estado de la La actitud opuesta de dos teóricos de la novela me sumergió deftniti­
novelística latinoamericana [Josboom) . En segundo lugar. el problema vamente en eSOS tcrrenos movedizos: el optimismo de Mijail Bajtín yel
mismo de los bloqueos que causaba en mi escritura creati va el alto grado pesimismo de Julia Krisleva. En sus estudios, Bajtín llega a la conclusión
de autoconciencia que estaba alcanzando, y su posible solución. Me pre­ de que la suma de varios faclores presentes en el paso de la alta Edad
guntaba si eso que constituía por ahora una especie de diario paralelo en Media al renacimiento como son: la tradición recuperada y ahora visible
el que iba consignado loda clase de inquietudes sobre mi proceso creativo de los géneros menores, la integración de la risa como mecanismo de
podría tener alguna utilidad en mi novela, cuya acción se t.aimaba tanto relativización de los absolutos. la presencia de lo carnavalesco y lo festi ­
más cuanto más crecía esa reflexión paralela. El seminario del Profesor vo, de lo transitivo, lo ll1uhilingüe y lo familiar, abonaron el terreno para
Álvaro Pineda Balero y su libro sobre la novela colombiana de los ochen­ que la novela desintegrara el proyecto épico, practicando \Ina morcla­
ta me ofreció un horizonte de salida. La idea (que después alcanzó el
crítica al prestigio del pasado y al ejercicio de la memoria, deslnlyendo la
estatuto de hipótesis en el ensayo mencionado) era la siguiente: cierta distancia épica e inslaurando el proyecto de la novela moderna.
tendencia de la novela contemporánea (y que tenía su expresión también ' La investigación de Kristeva, por su parte, coincide con la de Bajtín en
en Colombia) respondía a una especie de dramatización de los avatares señalar lo popular, la risa y lo carnavalesco como núcleos primarios de la
novela. También con su vinculación histórica a la época Illoderna. Pero, a
diferencia de aquél, Krísteva le cuestiona a la novela su papel de herede­
Esto eS ,la pos ibilidad de volcar elleX[O en una eSlfltclura hip<:nex[ual. mediante la cual ra de la tradición carnavalesca y, antes bien, señala cómo ésta, en tanto
cllexlo debía fragmentarse y:l la vez organil.arse para que el lec tor pudiera hacer ~Il
teltto. sólo puede traicionarla.
propio recorrido y su propio consumo le¡(toa!.
158 JAIME AI",oJANDRO ROIJR (C IJ1;Z Rui7. EL fIlPE~J..Ir.'{)I¡\ NARRATIVO 159

Por lo demás, Kristeva hace a la novela depositaria de la tradición LA NOVELA POSMODERNA


escoláslica, especialmente en lo que se refiere a la fetichización del obje­ Con la denuncia del carácter engañoso del proyecto de novela moder­
to "libro", a la tradición autorit.aria de la palabra del autor y a su fe en la na, se inaugura una visión posmoderna del destino del discurso literario.
representación, es decir, a su fe en la. palabra como signo. De OtIO lado y Pero ese destino puede tener una mirada alentadora. No ya la visión
de modo revelador, Kristeva vincula la "horizomalidad" del discurso pesimista de Kristeva. sino la derivada de una condición que asume los
novelístico (su deseo de hacer contacto con el presente. con lo cotidiano aspectos positivos que deja la visión posmoderna del mundo." Y esa vi­
y familiar, con lo secular, en fin. aotes que can lo sagrado) con la conso­ sión positiva pasa por la conciencia de que la posmodemidad ha permiti­
lidación de la economía del mercado y la preeminencia de la mercancía do, entre otraS cosas, el surgimiento de nuevas sensibilidades y de nuevas
que introduce la burguesía en las relaciones de producción, comercialjzación maneras de realizar el cuestionamiento a valores preestablecidos y a
y consumo. dogmatismos, con lo que se configura un novedoso escenario cultural
Ahora, a difercncia de Bajtín. quien confía en la reconstitución cons­ donde es posible destruir las frontera s traz.adas por la modernidad (inclu ­
tante del género, Krisleva planlea, en contraste. su disolución en varios so la de los géneros) y donde üenen cabida expresiones y narrativas has­
espacios posible~. En primer lugar. lo que ella llama "el retorno a la tradi­ ta ahora no valoradas. y resignificaciones dc figuras y valores no admitidos
ción carnavalesca". lo cual se traducirla no sólo en el fin mismo de la por el sistema cerrado de la modenüdad .
novela, sino en la destrucción de su mayor descubrimiento: el signo, es Las advertcncias de Kristcva sobre las dificultades de la novela para
decir, constilUiría la devastación de la idea. presuntuosa. de que la palabra desprenderse de las obl igaciones del sentido y del orden. han tenido una
escrita es la mejor estrategia para "re-presentar" el mundo. Kristeva reacción en el ámbito de la creación y la crítica literarias que si bien no
insiste permanentemente en que la novela no logra. no puede, configurar alcanza a superar del todo esas contrariedades denunciadas sí ha genera­
un espacio "volumétrico" (es decir. un espacio donde cabría toda la rea­ do en cambio una estética que empezaremos a llamar posmoderna.
lidad del mundo). pues su capacidad de representación está limilada por En esta estética se tratan de "corregir" las pretensiones del proyecto
la estructura lineal y bidimensional del libro. narrativo moderno y es por eso que, en primer lugar, se empiezan a dar
Kristeva también predice otra forma de disolución de la novela, rela­ obras que cuestionan la verdad narrativa, esto es, obras que se proponen
cionada con el socavamiento del rol del autor. Esa figura del autor que explícitamente mostrar cómo. si toda verdad es relativa y no ahsoluta.
requiere la novela para su expresión es quizá el factor de mayor contra­ habrá que incluir la relativizaeión de la "verdad narrativa" misma. Un
dicción que encuentra Kristeva frente a l¡¡s dinámicas del cama val. Si la
novela necesita de un "principio programador", es decir. de ulla voz privi­
legiada que recoja lo externo y lo vuelque en una escritura personal , en un
orden jerárquico de la expres ión. vencer la scparac iún enlre escnlor y Icclor y remplaz.ar

signo, el call1aval deja de existiren la novela, por más multilingüismo y e~a dislaneia anificiosa por un cOlllacto libre, espont¡íneo. por un nuevo mLldo de

dialogismo que promueva.) retaciÓn. y también abrirse a lo que normalmente está prohibido o impedido por la

cxpresión tradicional. basada en la forma libro. El hipertexto. en esc scnlido. aproxima.

reúne. de mocrali1.a: destrona ta dimen~i6n monológica y se aore a una di¡¡logía ya no

tanto representada. como real. sino exlendida y viablc. finalmemc. et hipertexto. cnla

ESle "relomo al carnaval" posiblcmcllIe se eSlé configurando hoy con la irrupción de medida I:n que su lugar de desarrollo y dinámica es ta red electrónica. garantiza ese lugar

las nueva5tec nologí~~ de ta infonnaci ón y la comunicac ión (como veremos más ade l:¡n· público y abierto t}ropio del cama va!. y aproxima por e SO "1 práctiG3 hipcrte.~lual a lo

IC). y muy especiahnente con el dcscubrimic nto del soport e hipen exlo. Desde cstc popular y familiar.

punto de vi ~ ta . es posiblc comprcnder el propósil o de la nove la hipenexltlal de supcrar Lo posmodenlo pue.de emenderse como esa conc iencia de qu e nueSlra cultura conlern­

esa "incapacidad" estructural que le impidió a la novela Iradicio nal liberarse ¡J" su l)Qránca se ha hecho alt amellle inest¡lble. embestida por lodo IIn mecani smo de turbu­

dependencia de l sujeto del discurso. como una rccuperaciól1 de. los orígenes camavalcscos lenc ia s qlle ha hecho que sus formas eslables. orde nadas. regulares y simé tricas hayan

debido a quc en la pr<ÍCtica hipcnexlu al no sólo es pllsible. si no necesario in ver1ir e l empczado ¡¡ ser susl.ituidas por forma s desordenadas, irrcgutares y asimétricas.

160 JAIME ALEJANDRO RODRíGUEZ Rulz EL llll'ERMEDlA NllcRRATlVO 161

paso definitivo en la deconstrucción de la verdad naHaliva es cuestionar la intertextualidad como única refcrencia posible). En segundo lugar, la
la autoridad del autor de novelas. La figura del autor, cuya imaginación escritura posmoderna descree de la "autoridad narrativa" de una única
creadora se tenfa como fuente de la literatura, empieza a ser asumida voz privilegiada que da cuenta de la verdad y de la coherencia del relato.
más como la de un "ensamblador" de diversos fragmentos de la cultura y En tercer lugar, el escritor posmoderno reclama como pertinente no tanto
como un editor de collages o textos. El escritor posmodemo es conscien­ una homogeneidád de la obra corno su problematización, su fragmenta­
te del sentido discursivo del mundo y del carácter parcial e ideológico (es ción, y esta problematización se introduce en la ficción misma, general­
decir, ficticio) que le da cualquier discursivización. En general, esta acti­ mente en forma de autoconciencia del proceso creativo, es decir. de
tud antidiscursiva, puede seguir dos direcciones: la primera es la direc­ meta:ficción. En cuarto lugar, la obra pos/lloderna admite no sólo la
ción de la ostentación. La literatura se expone a sí misma como ficción, intertexlualidad (es decir. el recurso a otros rex.tos), sino incluso el
denunciando el "fraude" de sí misma, ejerciendo su propio desenmasca­ plagiarismo y la citación irónica, en un intento por relativizar el proceso
ramiento. Esa función de conocimiento "especial y autélllico" del mundo mismo de significación. entendido éste como algo clausurado con la sola
--que tradicionalmente se le atribuye a la ficción- se reemplaza por un presentación de la obra al leclor. Finalmente, la obra posllloderna pro­
acto autorreflex.ivo que busca, dentro de la fic<.:ión misma, el sentido de lo mueve abiertamentc la participación del lector, la "doble productividad",
que significa hacer ficción. ya sea a través del juego o a través de la puesta en marcha de concien­
En la segunda dirección, la literatura posmodcma responde a cierto cias paralelas de interpretación.
impulso que surge de la conciencia de un "todo se puede hacer ahora"; es
la dirección del "hurto". Esta dirección se concreta en la práctica EL HIPERMEDlA NARRATIVO
intert.extual, que ofrece la posibilidad de recontextuali7.ar elementos to­
Aunque el caso de la novela posmoderna se puede considerar como
mados al fragmenlar materiales de la culwra en general. El plagiarismo,
ejercicio que subsana en buena parte los "defectos" del proyecto de la
la citación. la retoma irónica, serían operaciones propias de esta direc­
novela moderna, en reaJidad sólo lo hace a medias. debido principalmellle a
ción, en la que el concepto mismo de originalidad se disuelve, hasta llegar
que no abandona el soporte físico de la ex.presión libresca. Es ciel10 que el
al punto de presentarse auténticas "obras-cita", como en el caso de la
libro ha dejado de ser el fet iche de la escolástica, que el autor se desvanece
novela de Umberto Eco: El flombre de la rosa, donde no hay nada nue­
en la simulación de los ejercicios de edición o detrás de las voces de los
vo, donde la mano del autor sólo sobrevive por su capacidad de combinar
testigos, que se han denunciado y demostrado los falsos alcances de la
e insertar fragmentos y discursos extraídos de aIras obras, dejando de
escritura y que la figura del lector se ha encumbrado hasta hacerse impres­
lado la pretensión modernista de "atrapar la realidad en sus páginas".
cindiblc para el ejercicio literario, pero en realidad han quedado sin resolver
Por otra parte. las obras posmodemas, en un inlento por demostrar
las limitaciones que ofrece el libro como objeto y soporte de la expresión.
que el proceso creativo no es, ni mucho menos, producto de una "inspira­
11\
Sólo cuando aparece un nuevo soporte. una nueva tecnología de la palabra
ción" divina o de un don especial, suelen presemarse como no-totalidad:
y de la expresión, es cuando se puede hablar de una superación cilbal de las
fragmentadas, incompletas, obras-boceto, para promover de este modo
limitaciones de la novela. Esto no quiere decir que la novela (y especial­
esa "doble productividad" que esperaba Kristeva, esto cs. ulla alta parti ­
mente la novela posrnoderna) pierda funcionalidad, sino que se enfrenta
cipación del lector. quien se convierte en un aClOr tan importante como el
ahora a novedosas posibilidades narrativas, abiertas por el uso estético de
autor mismo en la "realización" de la Ilovela.
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y por el aprove­
En suma, la escritura posmoderna juega a romper las fronteras entre
chamiento de nuevos soporles expresivos corno el hipertexto. Yeso: el
realidad y ficción. lIO sólo porque dinamiza radicalmente el potencial mis­
descubrimiento del hipertexto. es lo que finalmcntc le dio salida a mis nece­
mo de la ficción (todo es ficción), sino porque admite como premisa
sidades esiéticas y comunicativas. corno vercmos al final.
ontológica la textualidad del mundo (la realidad considerada como tel.to.
1I
1
162 JAIME A LI'J.\NDRO R ODKlGUEZ R W7 E L ItIPERMEDIA NARRATIVO 163

Ya Landow, en su libro Hipertexto. La convergencia de la teoria morfologías de la comunicación, como animaciones, audio, video, etc .); y
crítica contemporálwa y la tecnología notaha la diferencia de tOll O que requieren una interactividad (capacidad del usuario para ejecutar el siste­
existe entre las denuncias de autores como Kristeva y el ¡muncio de las ma a través de sus acciones) . La presencia de estos tres componentes en
lluevas posibilidades expresivas y comunicativas que hacen los escrilores la literatura da lugar al ténnino literdtura electrónica o Literatura hipennedia .
que han tenido contacto con los llue vos soportes. Mientras que la mayo­ Ahora. las utilidades de la informáÜca ya no se hmüan a facilitar el
ría de los autores postestfUctmalislas, nos dice Landow. son un mode lo trabajo de escribir o a proporcionar recursos altcmativos a la palabra
de so lemnidad, de s ilu~iólI extrema y valientes sacrificios de posiciones escrita, sino que permiten crear lluevas estmclUras discursivas y posibili­
humanistas, los escritores de hipertex to resultall abiertamente festivos. tan la integración de elementos de expresión no verbales , haciendo que la
La situac ión se explica porel hecho de que esos críticos. de lo que he mos obra sc conyiel1a en una plataforma capaz de una interrelación artística
llamado atrás cI proyecto representacional de la nove la. hacen Sil denun­ muy eficiente. A esras platafomlas se las suele llamar "entornos digitales".
cia desde el lado antiguo. es decir, desde las ümilacioncs de la cultura Los entornos digitales son disposilivos que hall venido poco a poco supe­
impresa, mientras que los escrilores de hipe rtexl o ti ene n una experiencia rando una utilización puramente funcional de su potencial , para convertir­
completamente di stinta. "La mayoría de los posteslruclLlralislas. dice se en los medios más fascinantes de producción de lIlundos imaginar ios
LancJow. escribe al crepúsculo de un anhelado día por ve nir: la mayoría alternos. En ese sentido es posi ble hablar de una estética dig ital. que
de los escritores de hipertexto esc ribe sobre Illuchas de las mi smas co­ Holtzmun caracteri za así :
sas, pero al alba" . Pues bien, yo me sumo a esta posici ón. de modo qu e Discontinuidad: los mudos digitales son discontinuos, no predetemlÍJlaJlllin­
cuando hablo de hipertexto ya mi vi sión no es solo alentadora . sino clara­ gtJn rcconido y promueven por eso la elección y la decisiónlihre por intereses.
mente entusiasta. Daré cuenta aquí de las razones de mi entu siasmo. Inle ructividad: la experiencia digital no es pasiva. Demanda la partici­
En primer lugar, algunas definiciones. El hiperlexlo puede entenderse pación. La obra no se define por el trabajo " privilegiado" de un artista
como una forma de tex.tualidad digital en la que vínculos e lectrónicos encumbrado en su pedestal. sino por la interacción entre obra y público.
unen lexias, o fragmentos de textos (que pueden adoptar la forma de Dinamismo y vitalidad: la obra digital genera una amplia gama de posi­
palabras, imágenes. sonido, video. etc.). promoviendo una lec LUra no li­ bilidades de realización, de modo que, a la manera de la improvi sac ión en
neal yel acceso a una multiplicidad de recursos que relalivizan la prese n­ el jall.. se requi ere de un alto dinami smo para la "i nterprel.ación" de la
cia de la palabra escrita como única fuente de representación. El hipertex to obra. Además, no hay nunca una experiencia estética única , lo que hace
es. entonces. un tex to electrónico predi spuesto a Illultitud de conexiones que la obra digital sea un objelo de mucha vitalidad.
con otros textos y recursos. donde el trayecto o recorrido de lectura eSlá Mundos etéreos: Jos mundos digitales son etéreos. No existe un ahí de
liberado a los propios int ereses del lector de tumo. ESI.e lector de hipenexLO, la obra. Ninguna malerialidad la sustenta . En contraste con las palabras
además de contar con una liberlad de itinerario, puede convertirse tam ­ físicas, no exi sten límites de resolución yel foco de atención del te xto se
bié.n en un coautor de la obra, en la medida en que tenga la posibi Iidad de potencia desde la tradicional página escrita e n dos dimensiones al espacio
reali zar Sll S propios enlaces, ampliando "a su gusto" el campo contexlUal tridimensional , donde adquiere otras cualidades.
de la obra. Y la " obra". así entendida. requiere diseñarse más como un Mundos efímeros: la experiencia de una secuencia de bits existe sólo
mapa , como una instrucc ión de uso. que como un lihro en la forma tradi- ' installt.á neamenl e. Aún las imágenes que parecen estáticas o los efectos
cional de concebirlo. de persistencia di gital dependen de ulla cominua computación. Los len­
Al gunos autores pretieren llamar "hipennedi as" a los suportcs que guajes de programación están diseñados para su perpe lua actualización.
inc luyen recursos di stintos a la palabra cscrita. Los mode los hipcrrllcdia Es en la "ejecución" del programa cuando se rea liza la obra.
se de fincn con base entres compo ne ntes: funcionan sobre hiperrexto (lec­ Fomento de las comunidades vü1uales: la di solución de las barreras de
tura no lineal del discurso), integran multimed ia (utilizan difere ntes tiempo y espacio promovidas por la conexión de la gente en la reel. forma
164 JAlM.E ALEJ,\ NDRO RODRIGU EZ Ruiz. EL HlPERMED11\ NARRATIVO 165

comunidades virtuales, generando una nueva fonna de conciencia global. Con la aparición del hipel1exto, la lectura tiene la oportunidad de liberar­
Todo esto hace que el "escritor" que hoy se proponga componcr una obra se del corsé del libro y aplicarse a toda una variedad textual que incluye, en
en formato electrónico deba desempeñar funciones nuevas, mucho más forma simultánea, infommción verbal. visual, oral, sonora, numérica. Todo
técnicas, como la manipulación de datos. el manejo de aplicaciones lo cual tiene que ver con un nuevo orden del conocimiento (diferente al
multimedia, el djseño gráfico, viéndose obligado a realizar un trabajo en establecido por el orden del libro), que, si bien por ahora tiene una aparien­
colaboración con otros profesionales como el programador, el dibujante, cia híbrida. revela ya licñales de un afianzamiento de la expansión del texto
el diseñador, el técnico audiovisual, etc. y sus modos de lectura. Elnúto de la biblioteca universal, se hace carne y la
Este "abandono" del rol tradicional. puede ser infranqueable para aquellos lecrura se potencia: ya no estamos limitados por la extensión espacio-tem­
escritores que h¡rn transitado largamente por la tradición literaria, a no ser que poral del texto, ni por cI límite funcional entre escritor y lector, pero tampo­
hayan sido exploradores abiertos a la integración artística y técnica. Pero una co por el coto que impone la distinción entre palabra e imagen. Se impone
vez consciente de esta silllaci6n, el escritor que está dispuesto a "convertir­ una nueva figura: estamos inmersos coJecÜvament.e en un libro intennina­
se", asume nuevas responsabilidades estéticas y nuevas funcionalidades y ble y poliédrico; imagen que supera a la anterior. en la que estábamos solos,
empieza a reconocer las posibilidades expresivas del lluevo medio y se su­ enfrentados a la doble dimensión de la página impresa.
merge en un nuevo compromiso. en una nueva vocación. que le pennitirá Desde un punto de vista operativo y práctico, leer un hipennedia es
establecer un diálogo con las potencias del texto, con la apertura del signo, estar dispuesto a navegar por el texto, a interactuar y deleitarse con él.
con la interactividad y con la oponunidad de suscitar, con medios inéditos. La navegación, ténnino que describe la exploración de un medio hipenextual,
convicciones, efectos, significados. consiste en el movimiento sobre el texto que puede ser repetido indefinida­
En cuanto al lector de hipermedias, es necesario aclarar que con la mente, sin orientación precisa, avanzando o retroce.diendo sin la expectati­
irrupción de las nuevas tecnologías. se empieza a configurar un cambio va de un "pueno" de llegada. El objetivo es el establecimiento de relaciones,
radical en tomo a las visiones sobre el proceso de la lectura. Ésta ha por esto, el comienzo y el final se relativizan: puede haber múltiples inicios
1I1
dejado de concebirse como un acto pasivo para convertirse en un proce­ y finales multiplicándose así sus variantes. Los hábitos de lectura tan fuer­
so crea.tivo; situación que es evide.nte en el caso de la narraÜva digital. temente arraigados se quiebran y con ellos las expectativas por la estruc­
Los entornos digitales promueven la flexibilidad y e/juego como parámetros tura coherente y el final preciso. Y aunque no todo es aleatorio, en tanto
de la interacción comunicativa. en Jugar de la mOllumentalidad y la per­ hay un diseño que sopona la navegación, la experiencia de la lectura
manencia, propios del sistema de escritura ligado al libro. Sin embargo, y puedc conducir al extravío. Por eso, la navegación en el hipertexto puede
aunque pareciera que esta situación facilita d camino hacia una nueva ofrecer las dos posibilidades: el movimiento vagabundo y sin salida que se
pragmática. en realidad, la mayoría de los lectores actuales no están pre­ realiza a sí mismo por su propio placer, y la recreación de un sentido final,
parados aún para sustituir sus libros por computadores. Más allá de las frul.o de una configuración autónoma y personalizada. que restituya un
dificult.ades técnicas que retardan ese relevo, lo realmente determinante orden entre muchos.
es la resistencia a valorar los nuevos parámetros de la interacción Pero como el hipermedia es sobre todo imagen virtual, se impone en su
comunicativa. El lector no está dispuesto a apreciar todavía la flexibili­ lectura ulla djnámica icónica que consiste en poner en juego una lógica de
dad, la interactividad y la velocidad de distribución que proporcionan los ' la imagen como estrategia comunicativa. Por un lado, el escritor propone
nuevos soportes y se refugia en las ofertas psicológicas de la estabilidad el hipennedia como imagen y lo diseña como mapa, y por el otro, el lector
y de la autoridad que brindan los libros.5
de las cxpecwti,,¡¡ s que la fi cc ión inlCrilCliv a ha soñ ado para e l k:clor. eslO es. que se
Por esta razón se hace necc~ario una pedagogía de la lectura hipcrmcdia que. más all á de convierta en paJ1 c de la hi slOria y controle. al menos p;trcialmcnlc. la dirección y la
una "pragm;ílica de la inl eriaz" o UI13 "cmulaci6n del ¿appillg'·. facilite el cumplimiento c)(pcrienc ia estética.
166 JAIM n ALEI ,\NORO R OI>RíoUl'Z R Ulz EL III PERMEIJIA NARR.AnVO 167

lo explora como territorio y lo concibe y lo fonna como imagen. Escribir que deben recomponerse después, mediante operaciones de conectividad .
(codificar) y leer (decodificar) en imágenes se convierte en una condi­ El escritor de naITativa digilal se enfrenta a la conciencia de que ya no
ción importante para la comunicación del sentido en el ambiente basta con que las realidades estén ahi, dispuestas a conectarse; es nece­
hipermedial. Y en esta dinámica adquiere suma importancia la manera sario que el lugar físico de la realidad se disue lva en favor de la infomla­
como se proponga esa iconicidad (que no con~iste sólo en acompañar el ción y del lenguaje, para que se pueda realizar una plena concctividad. Y
texto con imágenes), para que el lector enfrente y dé forma al texto des­ esa virtualización supone una actitud: prOlllover la interacción radical. Una
de ulla perspectiva icÓnica. La competencia concreta consiste en este de las funci ones más interesantes del arte así "afectado" por lo virtual es,
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caso en la capacidad que unos y otros tienen o requieren para potenciar precisamenle, estimular cualquier f0n11a de interacción . El artista int.eractivo
1
"icónicamente" no sólo las propuestas audiovisuales directas, sino las propone siempre a los cspectadores una colahoración creativa. una
palabras y los dem¡ís elementos del hipennedia. cocreación. Y la pregunla por el lugar de la obra se despla7.a a las siguien­
Ahora. si bien en el ambiente hipennedial se ofrecen cada vez más faci­ tes cuesliones: ¿dónde está la "obra": ¿cn el modelo inte raclivo que ofrece
lidades para modificar y sustituir textos (facilidades de edición). desde el e l artista al especlador') ¿En las interacciones propi amen le di chas que
pUnlO ele vista pragmático. se requiere desarrollar competencias para po­ podrían llegar a alterar radicalmenl e la obra "original"? ¿En la idea inicial
tenciar dichas facilidades. De un lado, el escritor debe aprender a obtener del autor, quien busca por sobre todo promover la inleractjvidad ? ¿Quién
mayor control 'sobre aspectos de los que antes estaba marginado, corno el es finalmente el autor?
diseño gráfico y la presentación final del lexto. Del otro, el Icclor debe En esle orden de ideas, la IUUTativa digital se conlrapone a una narraLÍva
aprender a pasear por lo~ fragmentos de lexto que se le presentan en la "analógica". esto es, a una nan'ativa f'ormada previamente por disposición del
panlalla y recomponerlos ti su gusto, guiado por su propio interés. La posi ­ amor. COIl organil.ación y funciones muy claras. La naITativa digital, al eslar
bilidad de separar y luego volver a unir textos en el ambienl.e hipencxlo, conslituida básicamente por un conjullIo de "señales", se expone, más bien,
debe convertirse en una actividad normal y potente. Por eso, crear múlti­ al "lector" para que éste participe, actúe y se involucre con la obra y hasta
ples secuencias y asociaciones resulta ser una de las prácticas más útiles y pueda "hacerla" él mismo. Como si (usando una expres ión deleuziana) la
a la vez creativas, en la medida en que la legibitidad del hipen.exto promue­ narrati va hubiera devenido narrativa niña, como si hubiera estaUado, por efecto
ve una redefinición dinámica del sentido. El escritor prepara las redes de de la tecnología infom1ática, en elememos si n f0n11a ni función , en partes
conexión y el lector las explora. las amplia y las potencia. infinilamente pequ e~as. materiales no fonnados que llegarán a ser "algo"
Aunque personalmente creo que la narrativa digital, es decir, la naITaliva sólo gracias a sus conexiones potenciales; mateliales combinables que for­
que hace uso de entomos digitales y del soporte hipennedia, se constituirá en marán un cuerpo no por su organización o funcionalidad predeterminadas.
un género autónomo, podlíamos establecer como visión provisional que, gra­ sino por la actllalización que pueda hacer el "usuruio". ahora con el poder de
cias a los nuevos soportes y entomos. el "contenido literario" está llegando al dar cuerpo y "criar" a esa narración niña. Mientras la narrativa analógica
receptor mediallle otras vías de Iransmisión disLÍnlas a la palabra escrita: una organi za y desarrolla f0ll11aS, y asigna y desarrolla sujetos, la narrativa digital
imagen. un vídeo, una edición elecln)nica. libera las particulas, y las hace comunicar a través de "envolturas" de fonnas
Llevada a consccuencias insospechadas. la mUTación que puede surgir y sujetos: se convierte en el proceso del deseo.
de esta vi!1uali zación de la escrilura y de la expresión es radica lmente '
distinla, Ya no puede ser la mi sma narración que realiza un escritor que TRES EJE MPLOS
tec lea su vieja máquina: ni siquiera. la que resulta del escritor que si mple­
Por razOnes de espacio. só lo prese nlaré Ires ejemplos de fic c ión
mente reemplaza la máquina de escribir por un procesador de palabras.
hi permedia:
Es, tiene que ser, una nalTaci ón que disuelvc SlI S (armas y sus fUllciones
Iradicionales, las virtual iza, las red uce a elemenlos primarios, a partículas
El. IUI't' RMEDIA NARRATIVO 169
168 JAIME ALEJANDRO RODRrGlfEZ RIJa

253 OH TUBE TEATRE (http://www.ryman-novel.com/) A medida que uno avanza (ordenadamente o al azar) por cada persona­
je, se va descubriendo una trama compleja de relaciones entre los pasaje­
Esta interesante propuesta de Geoff Ryman combina una historia atrac­ ros del tren. De manera que al final ~e tiene, efectivamente, una novela con
tiva y sencilla (el accidente de un tren subterráneo), con una interfaz muchas historias, muchos personajes y muchas relaciones. Ryman se burla
amigable (un mapa que indica el lugar de los vagones del tren y algunos de esta complejidad diciendo que es como jugar a un Dios (tanLO el autor
títulos sugerentes que impulsan a acceder) y un lenguaje sarcástico y como el lector juegan a ser ese Dios Onuúsapiente), que lo sabe todo; y de
burlón que intensifica su intención crítica. esta manera se anticipa a la posible crítica que se le podría hacer a su
Ryman llama a su texto "Una novela para el intemet acerca de un tren narración, en cuanto conserva el rol omnisciente del autor.
sU;Jterráneo de Londres con siete vagones que se estrella". En general, Constantemente se manifiesta el humor negro de Ryman, como en la
Ryman es muy explícito a la hora de conducir al lector por la lógica del lexia: "Imagine su publicidad en este espacio", que es una burla a la publi­
hipertex.to, pero.esa labor de "conducción" es ingeniosa y lúdica, de modo cidad en interneL Uno de los "anuncios pubhcitarios". por ejemplo, es
que no se impone un tonO serio o trascendental, y esto facilita que el sobre la novela misma, que se promociona proponiendo el slogan: "fm­
lector sea orientado por las "instrucciones dc uso" sin ningún acoso. A presione a sus amigos con esta novela". En la lex ia: "Anolher one along
través de esta estrategia de presentación nos ent.eramos de la estructura in a minute", el autor propone al lector que escriba su propia historia.
del texto: Son 253 pequeñas historias, correspondientes a los 252 pasaje­ pero lo hace diciendo irónicamente: "Dios es inagOl<\ble o los múltiples
ros (36 por cada vagón, 7 vagones) y el Conductor del Tren. Se puede autores", una especie de burla a la idea de una hiperficción colaborativa.
acceder a las hi storias "entrando" a los vagones (en realidad, una tabla De cualquier modo, la posibilidad de enviar un correo electrónico a Ryman,
que presenta esquemáticamente la distribución de los asientos) y hacien­ proponiéndole la historia está disponible.
do die sobre alguno de los nombres que corresponden al pasajero ubica­ Existen lambién dos "finales", uno corresponde a la escena que se ha
do. El nombre del pasajero siempre está acompañado de una indicación estado esperando (lo que sucede tras el accidente) y otro que correspon­
de su postura (de frente o de espalda) y de alguna frase que sugiere la de al "cierre de la lectura", ambos redactados con ironía también.
historia. Cada bistoria reneja lo que está haciendo o pensando cada per­ En general, el texto es a la vez. ingenioso, amigable y contundente,
sona, justo un minuto antes de ocurrir el accidente (del que ninguno se así como impresionante es el trabajo de entramado de la historia . Esta
. entera previamente). De modo que t.enemos simulláJ1eamente, al menos hiperficción demuestra básicamente dos cosas: que se pueden desarro­
253 pequeñas historias. llar historias con esquemas y estructuras relativamente sencillos y que
Así por ejemplo, en el vagón número siete se encuentran los pasajeros la introducción al medio y a su est.ética no tiene por qué ser un trauma
numerados desde el 182 hasta el 200. El nombre del 182 es Anthony Khan
para los lectores.
y el "título" de su hiSloria es George y George. El número 183 corresponde
a Georgina Havistock y" su historia se sintetiza con el título: Las matas UN PASEO ALUCINANTE - SUNSNlNE '69
maneras y Yeslerdaze . Cada personaje se desarrolla con tres ti pos de
(http://www.sunshine69.com/Drive_69.html)
infonnación: una descripción de su apariencia física, información sobre su
carácler intemo y fmaltuente se narra lo que piensan o hacen. El lenguaje ' En la primera página de este interesante hipertexto de ficción hay
es irónico y leve, pero con la intención de sorprender. En el caso del ejem­ cuatro secciones: en la parte superior está el título de la obra; ensegui­
plo, pronto nos damos cuenta de la situación en que se encuentran Anthony da, la interfaz gráfica, que representa la vista desde un autom óvil con­
y Georgina, su relación interpersonal y con la de otros pasajeros del vagón. vertible. Al fondo se aprecia el puente Goldcn Gate sobre la bahía de
Entre Anthony y Georgina, existe una especie de equívow que tiene a San Francisco. Dentro del automúvi I vemos un calendario de 1969 abierto,
Anthony molesto ya Georgina avergonzada. un mapa, la radio y un maleta. Debajo de la imagen se ofrecen cinco
170 JAIME A LEJ ANDRO R ODRlGUf,z R IJIZ EL ¡.t[PERMEDIA NARRATIVO 171

enlaces: calendario, radio, mapa, maleta y pájaros. Este último lleva a Los gráficos están muy bien diseñados y dan una sensación de aCOm­
una detallada li sta de acontecimientos del segundo semestre de 1969 pañamiento que hace que la lectura del texto no sea para nada una labor
(tomada del texto Día a día: lo.\" atlo.\" sesenla por Thomas Parker y pesada o aburrida . La mú sica puede acompañar la lectura sin seguir un
Douglas Nelson). que su vez nos conduce a fragmentos de la hipemovela. orden obligatorio. Sólo en las escenas donde se alude a la canción hay
En la tercera sección. inmediatamente debajo de la gráfica. hay una una relación estricta entre texto y música.
introducción verbal En realidad es la invitación del lector iniciar un viaje Finalmente, la opci6n de hacer pal1 e del libro de invitados es una estra­
tamo espacial C0l110 temporal y afectivo. para el cual se han preparado teg ia interesante de participación. pues el autor invita a agregar historias,
varias facil idades: una es el calendario. que ayuda a pasear por e l segun­ reflexiones. anécdotas, experiencia que tengan que ver con el objeto cen­
do semestre de L969. Olra es clmapa. que despliega el detalle cartográfico tral de la obra: el segundo semestre de 69. un momento en que la historia
de la Bahía de San Francisco. La maleta también sirve comO acceso a la del mundo cambia.
hisloria. En ella se encuentran lo¡; trajes de ocho personajes. La radio SUflslrine '69 es un hipertexto de fi cci6n que aprovecha muy bi en las
t.ambién puede ser pul sada y entonces se despli ega una doble columna: posibilidades del medio y que cumple a la vez con el cometido literario de
en la izquierda, los títulos de canciones de la época que se pueden escu­ conocer una hi storia marginal, pero simbólica y a la vez divertida. Una
char, si se cuenta con e l programa adecuado; en la derecha enlaces a red compleja de re lat os que, sin embargo. satisface si n muchas complica­
historias relacionadas con la mú sica. ciones al lector.
Finalment e. están los créditos, una invitación a agregar la propia histo­
ria y cuatro íconos para empezar el viaje. Si el lector escoge el calenda­ GABRIELLA INFlNITi\: V OLVIf.'NDO AL COMn'NZO
rio. tendrá a la mano las tablas, día a día, de los siete úhimos meses del
(hllp ://www.javeriana. edu. co/gabriella_inflnita)
año 1969. En cada celda hay un IÍtulo s ugerente o un icono. Al hacer clic 1"I

en alguno. se despliega un fra gmento de la novela. Cada fragmento cons­ La versión hjpennedia de Gabriella es el intento por generar un texto que
ta de un texto con enlaces (a través de los cuales es posible navegar por conluviera la mejor solución de algunos de sus potenciales hipertextuales y
toda la obra, aún sin ayuda de la interfaz gráfica) y una ilustración . Si e l audiovisuales. Esto significa que esta versión ex.igió: una nueva organiza­
leclor escoge la gente. se encontrará con enlaces a los di stintos persona­ ción de los fragmentos: la reconfiguración del texto; el diseño de un nuevo
jes, los cuales eSlán descritos por s us trajes y estos a su vez llevan a recorri do nanativo, más ágil y verosímil; una mejor solución a las sugeren­
hislorias. Si se escoge el mapa será posible entrar a diversos frag me ntos cias audiovisuales; una inielfaz más interactiva: y el ensamblaje de los dis­
de la hisloria relacionados con el personaje dueño del traje. tintos elementos, de modo que, por su integración, se pudieran superar los
Es posible entonces navegar él través del tiempo (fechas), o de las hi sto­ problemas de las versiones novela e hipertexto.
rias o de los personajes. Y siempre eSlará a la mano la posibilidad de acce­ Un asunlo interesa nte para mencionar es que esta versión impli có
der a las otras faci lidades de navegaci6n. Obviamente. a pesar de Las ampliar el eq uipo de trabajo . De un lado, se requirió de un eSllIdio gráfico
facil idades. la historia sólo se puede construir en la medida en que se avan­ y de imágenes específico. De otro, fue necesario todo un proceso técnico
ce por la red de relat.os. Poco a poco va su rgiendo una trama que 1l0S Ilarra de digitalizaci6n de imágenes, texto, sonido, voces y movimiento. Pero tal
la aventura. peripecias, historia y sentimientos de estos ocho personajes". vez lo más importante fue la impol1ancia que adquirió la función del dise­
reunidos por circullstancias espec ia les y cada uno con su perspecliva de ño audiovisual: tanto, que la perso na que coordinó y desalTolló todo lo
vida. El relato es una buena oportunidad para repasar esle momento tan relalivo a la estructura y soluciones audiovisuales, se convirti6 en un au ­
especial de la Ili storia norteamericana, con el tlorecimiento del hippislllo.los té nlico co-autor de la obra. Fue ese di álogo entre escritor y creativo
problemas de la droga. los avatares en Vielnam, etc. En un lenguaje que audio vi sual. e l que permitió obtener la solución actual.
refleja el sociolecto de los jóvenes de la época, fresco y divertido.
172 jlllMEAl.8ANDRO RODRí(;ljl¡Z Ruiz EL IIII'ERMEDIII NARRATIVO 173

En cuanto al texto, es importante anotar que sufrió dos restricciones. entornada., mientras las otras dos se muestran cerradas. Al pasar el
Por un lado, hubo, por razones técnicas, que sintetizar aquellos textos curso sobre ellas, se abren , e indican el destino. Este efecto se mantie­
que se convi rtieron en VOl.. Esto implica una "pérdida" de información ne a la ent.rada de cada uno de los segmentos narrativos. Al pasar el
en relación con el texto original. De otro lado, la organización del texlo cursor sobre el fondo de la pantalla. una animación muestra la imagen
escriLo. obligó a la redacci6n nueva de algunos fragmentos. de modo de la mujer embarazada que "avanza" (la imagen crece en tamaño) de
yue pudieran leerse sin ConeCl.Ores narrativos. Esto Ocurre en función izquierda a derecha, hasta que la última imagen se superpone a lasilue­
de la consolidación de una estructura no-lineal. El recorrido narrativo ta del fondo. Es indudablemente una nueva sugerencia de continuidad,
sc redujo a la historia de Gabriclla y esto también obligó a estructurar la que aquí lampoco coacciona alleclor. Al hacer elic sobre alguna de las
narrativa de una manera específica. Quizá se pierda por eso cn esta cuatro imágenes de la mujer (ya el lector debe suponer que es Gabriella),
versión el carácter descentrado de las tres historias originales . se despliega una vent.ana que se superpone al fondo y que contiene un
En cuanto a la interacción del lector. ésta se potenció"de la siguiente lexto. Al abri_r los cuatro tex.tos, el lector se encuentra con la descrip­
manera: Primero, consolidando la no Linealidad del texto. La obra prescnta ción del recorrido que Gabriella hace desde su apartamento basta I;:¡
ahora tres segmentos narrativos cuya secucncialidad apenas se insinúa, habitación de Federico.
pero en ninglJn caso se condiciona. El lector podrá entonces, desde sólo Al hacer dic sobre "mudanza" , se abre una ventana que insinúa una
visit.ar las imágenes. haSla agolar todo ellex.to y el audiovisual. Segundo: se habitación. Hay un efecto panorámico sohre la habitación de Federico,
ofrece la posibilidad de ir salvando distintos recorridos, de modo que el con el que se remarca el desorden de su interior. Cuando desaparece
leclor pueda vol verlos a repasar o entrar de nuevo por Olro camjno di reren­ este efeclo. el lector puede pasar el cursor por el fondo de la panlalla y
te. Obviamente la posibilidad de implimir los lextos también se ofrcce. Es así puede "enconLraf" diversos objeLOs que surgen desde distintos lugares
otra manera de facilitar el ensamblaje personalizado dellect.or. Finalmente, de la '·habitación" de Federico (fOIOS, papeles, una gabardina, cachiva­
se ofrece la posibilidad de que el leclor escriba, ampliando, corrigiendo o ches. una mesa. etc). Al hacer clic sobre cada uno de ellos. se supc'l)one
simplememe colaborando con la escriturd de la historia misma. urla venlana de menor tamaño que indica una secuencia de dos o t.res
Todo eltrabajll de interfaz audiovisual. se integró a una "fi tosoría " y í.l
textos . Al leer este conjunto de pequeñas secucncias el lector se entera
una "funcionalidad" de la historia. En algunos casos, aporta él la sugeren ­
de la labor de mudanza de Gabriella y de los recuerdos y reflexiones que
cia ya la ambigüedad. en Olros, ofrece alleclor la altemativa audiovisual
le ocasiona el contacto COIl los objetos de Federico.
del texlO. El conjunto adquiere así unas características muy sólidas .
Al hacer clic sobre "revelaciones". el amhiente de fondo de la pamalla
La primera pantalla de Gabriella muestra el lítulo. el nombre de los se hace. más oscuro. pero se puede comprender que se permanece aún
aUlores, la imagen de una mujer embarazada. una sencilla animación y la en la habitación de Federico. El juego de encontrar objetos conl inúa, pero
indicación para cominuar. Al hacer clic sobre la flecha de '·entrar", se esta vel. al hacer chc sobre cada uno de ellos (una cinla de video. Ull libro,
abre otra pantalla que. con la imagen de sendas puel1as. sugiere rres una panlalla de computador, un disquete, etc.), surge una pantalla que se
entradas al hipcrmedia. Al pasar el cursor sobre cada una de las puenas, superpone a la del fondo y un letrero que nan·a brevemenle el encuentro
estas seentoman y, simultáneamente surge una primera información yue de Gabriel la con cada objeto, y enseguida aparcce una interfa7. de nave­
consiste en el título (ruinas. Il1Udan7Al o revelacioncs). El orden de las gación propia para cada "encuenlro". Esta es la sección donde está concen­
puertas indica secuencia o continuidad. pero no se convierte en una obli­ trado el malerial "audiovisual". aunque lambié n hay texto para leer. Un
gación del lector seguirla. video. música, algunos ruidos de fondo y voces , cOllstjwyen el ambienle
Al hacer clie sobre " rui'lllS" (la primera puerta), se abre una nueva narrativo de esta parte, Obviamente. aparte de esa diferencia de conteni­
pamalla. En el eXlremo derecho aparecen de nuevo las tres puertas. dos. eSla parle de la narrativa sugiere que la mudall/_a de Gabrie lla se ha
sólo que esta vez, la que corresponde a "ruinas" permanece siempre convenido en UIl mensaje,. en una revelación.
EL HIl'E.Rl-1EDlA NARRATIVO 175
'174 JI\IM¡¡ALCJ A,"D IW R OD Rítol)lOZ Rurz

En revelaciones, se encuentran también las tres puertas, pero hay una Rodríguez Ruiz., Jaime AJejandro (2002), Teoría práctica y enseíianza del
hipertexto deficciól1. El relato digital, Bogotá, Pontificia Universi­
cuarta puerta al extremo inferior derecho. Al pasar el cursor, esta puerta
se en.torna y al hacer dic sobre ella, se producen dos efectos: escucha­ dad JavelÍana (CD-ROM) o disponible en http://www.javeriana.edu.col
rnos la voz de Gabriella y se abre UBa nueva ventana en la que aparece un relato_digital.
_ __ (2000a), Hipertexto y literatura. Una batalla por el signo en
"epílogo" de la historia, sobre un. fondo que muestra de nuevo la ciudad
tiempos posmodemos, Bogotá, Centro Editorial Javeriano.
en ruinas.
_ __ (2000b), Posmodemidad, literarura y otras yerbas. Bogotá,
A manera de orientación para el leclor. se ofrece una descripción del
proyecto y un mapa de los enlaces y la estnlctura textual de la obra. El Universidad Javeriana.
_ __ (1994), Autoconciencia Y posmodernidad. M etafi cción en la
hipermedia cuenlóJ también con la posibilidad de que el lector participe de
dos maneras concretas. La primera consiste en que puede realizar distin­ novela colombiana. Bogolá, SI.
____.. _ (s. L), Gabriella infillita. di spo nibl e en http://www.
tos recorridos por el hipennedia CO Il la fac ilidad de salvarl os, es decir.
que. de alguna manera puede ahora "escribir", esto es, regi stnu, su ver­ javeriana .eJu.co/gabriclla_infinila
sión per:'Oonal de la historia. La otra es la invit ación a ··completar" la his­ Ryman , Geoff (s. 0. 253 or tube rearre, di sponible en hll.p ://www.ryman­
toria, enviando desde relatos o crónicas personales con el tema de la novel.com .
narración, hasta datos y cnsayos sobre el ambiente que recrea la novela, Vouillamoz, Nuria (2000), f.iteratura e hipermedia. La irrupci6 /1 de la
literatu.ra interactivo. Precedentes y crilica. Barcelona. Paidós.
esto es: los aüos setenta en Colombia. Estas cOlllribuci ones se pueden
aprcciar cuando se entra a la sección "contacto". De este modo, Gabriella Waugh , Patricia ( 1984) , M etalic ti o ll . Th eo ry (lnd Pra e li ce of
Infinita, el hipermedia, se acerca mucho a ese deseo inicial apenas entre­ Selfconciencills Fiction. Nueva York, Meriviw.
visto en sus primeras versiones.

I
BfBLlOGRAFfA I
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Rabyd , Bobby, SUl1shine"69, disponible en bllp ://www.s un shine69 .com/
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