Sei sulla pagina 1di 9

Inquietud por los Tesalonicenses

Tesalónica La primera carta de Pablo (que es también el escrito apostólico


más antiguo que conservamos) fue escrita a partir de una
situación excepcional. Responde a una necesidad del Apóstol
de retomar contacto con una comunidad que tuvo que dejar
precipitadamente, sin oportunidad de formarla como convenía.
Pablo pudo presentir las posibilidades que brindaba una epístola
para completar lo que su labor apostólica. Por eso pidió «que
esta carta sea leída a todos los hermanos» (1 Tes 5,27).

Una vez que Pablo inició su activi- sión donde pudiera cumplir el compromi-
Comienza dad de modo independiente respecto a so asumido con los otros Apóstoles:
la misión Antioquía, llegó en su recorrido a la costa
occidental de Asia. El libro de los Hechos «Nosotros nos iríamos a los gentiles y
Egea atribuye al Espíritu Santo la responsabili- ellos a los circuncisos» (Gal 2,9).
dad de haber tomado rumbo hacia el nor-
te, en lugar de seguir hacia la gran ciudad Y Tróada [Alejandría Troas], la ciu-
de Éfeso, capital de la región (Hech 16,6). dad portuaria situada cerca de la antigua
Igualmente la imposibilidad de «dirigirse Troya, le permitía pasar a Grecia a través
a Bitinia» se debe a que «no se lo consintió del puerto de Neápolis. Era la misma ruta,
el Espíritu de Jesús» (Hech 16,7). Así que en sentido inverso, que había seguido casi
Pablo no tenía más alternativa que bajar a cuatro siglos antes Alejandro Magno en
Tróada. Allí tendría lugar durante la no- su conquista. Cerca de Neápolis Pablo
che «una visión»: pudo tomar la Via Egnatia, que atravesa-
ba el norte de Grecia y permitía ir desde
«Un macedonio estaba de pie supli- Bizancio hasta Roma. Tal vez no exagera-
cándole: «Pasa a Macedonia y ayúda- mos si calificamos de «estratégico» el plan
nos» (Hech 16,9). apostólico de Pablo.
El libro de los Hechos destaca la im-
En esta descripción se hace evidente portancia de los lugares que Pablo iba re-
la mirada teológica del autor del libro de corriendo:
los Hechos, para quien el Espíritu Santo
es el principal organizador de la evangeli- «Nos embarcamos en Tróada y fui-
zación (cf. Pablo, Apóstol... I, p.26). Pero es mos derechos a Samotracia, y al día
probable que la dirección tomada estuvie- siguiente a Neápolis; de allí pasamos
ra desde el comienzo dentro de los planes a Filipos, que es una de las principa-
Recorrido de la Via de Pablo. Después del incidente con Pe- les ciudades de la demarcación de
Egnatia. Filipos y
dro, que lo distanció de la comunidad de Macedonia, y colonia. En esta ciu-
Tesalónica eran sus
principales Antioquía, resultaba lógico que quisiera dad nos detuvimos algunos días»
estaciones. alejarse de allí y que emprendiera una mi- (Hech 16,11-12).

Pero también destaca las dificultades con


los habitantes de Filipos que, por ser colo-
Bizancio
Filipos nia, tenían ciudadanía romana:
Tesalónica
ITALIA
Tróada «Estos hombres alborotan nuestra ciu-
dad; son judíos y predican unas cos-
ASIA
tumbres que nosotros, por ser roma-
nos, no podemos aceptar ni practicar»
(16,20-21).
Jerusalén
Pablo padece, como los demás judíos
Mar Mediterráneo
de su tiempo, los efectos de las tensiones
existentes con la población gentil, muy
semejantes a las que por la misma época

22 La inquietud por los Tesalonicenses


ciudad tenía unos 40.000 habitantes. Como
capital de Macedonia era pequeña, com-
parada con otras como Corinto (de Aca-
ya), Éfeso (de Asia), Antioquía (de Siria) o
Alejandría (de Egipto). Sin embargo era
muy importante a causa de su ubicación,
ya que constituía un punto de comunica-
ción fundamental entre Oriente y Occiden-
te. Por este motivo su población se mante-
nía leal a Roma, para seguir gozando de
los privilegios que le confería estar situa-
dos sobre la Via Egnatia.
La experiencia de Filipos se repetiría
en Tesalónica. El libro de los Hechos res-
ponsabiliza a los judíos de la ciudad del
malestar de los gentiles que culminó con
la partida de Pablo:

«Los judíos, llenos de envidia, reunie-


En la foto: un tramo de requirió la intervención del emperador ron a gente maleante de la calle, arma-
la Via Egnatia en Claudio en Alejandría (cf. Pablo I, p.22). ron tumultos y alborotaron la ciudad»
Filipos. Construida por
el procónsul Gnaeus Pablo será encarcelado y después aban- (Hech 17,5).
Egnatius entre 146 y donará Filipos:
120 aEC para Conviene tener en cuenta, para juz-
posibilitar el envío de «Atravesando Anfípolis y Apolonia gar el episodio, cuál fue el factor determi-
legiones al este y el
retorno del botín hacia llegaron a Tesalónica, donde los judíos nante del conflicto. Los colonos romanos
Roma, su solidez la ha tenían una sinagoga» (17,1). de Filipos (y probablemente también los
hecho durar hasta la macedonios pro-romanos de Tesalónica)
actualidad. Pablo llegó entonces a Tesalónica con sentían demasiado desprecio por los ju-
la terrible impresión que le habían provo- díos como para atender sus denuncias.
cado los incidentes de Filipos: Una actitud semejante manifestará un
poco más tarde el procónsul Galión (se-
«Después de haber padecido sufri- gún los Hechos), cuando se presenten car-
mientos e injurias en Filipos, como gos contra Pablo en Corinto:
sabéis, confiados en nuestro Dios, tu-
vimos la valentía de predicaros el «Galión dijo a los judíos: «Si se tratara
Evangelio de Dios entre frequentes lu- de algún crimen o mala acción, yo os
chas» (1 Tes 2,2). escucharía, judíos, con calma, como es
razón. Pero como se trata de discusio-
Pero el ambiente que encontraría en nes sobre palabras y nombres y cosas
Tesalónica no sería muy distinto que en la de vuestra Ley, allá vosotros. Yo no
vecina colonia romana. Por entonces la quiero ser juez en estos asuntos». Y

La colonia de Filipos
«Flipos se llamaba antiguamente
Crénides, era un pequeño asenta-
miento, pero ha crecido tras la derro-
ta de Bruto y Casio».

Estrabón, Geografía VII frag.41

Foro de Filipos. Pablo llegó a Filipos casi cien


años después que Marco Antonio y Octavio
habían derrotado allí a los asesinos de César.
Una vez investido del imperium, Octavio
(Augusto) suministró a la pequeña ciudad de
Filipos un nombre nuevo: Julia Victrix
Philippensium. Pero lo que resultó más
importante fue la aplicación del ius italicum, que
otorgaba ciudadanía romana a sus habitantes.

Las cartas de Pablo 23


Después de la muerte de Julio César, los
habitantes de Tesalónica tomaron partido por
Octavio, su hijo adoptivo. Los asesinos de César
prometieron a sus legiones entregar la ciudad al
saqueo como represalia. Pero la victoria de
Octavio los salvó de ese destino. Por eso
cuando llegó a ser emperador, los
tesalonicenses acuñaron monedas con la cara
de César, junto al cual grabaron el título de
«theos» («dios»). En el reverso, el rostro de
Octavio (el «hijo de dios») va acompañado de la
inscripción «sebastos» («Augusto» o
«sagrado»).

los echó del tribunal» (Hech 18,14-16). turas: sólo veían judíos enfrentados entre
sí, que alteraban el orden público. Hay que
De modo que otro cargo sería necesa- recordar que poco antes se habían toma-
rio para provocar la reacción de los genti- do medidas en la capital del Imperio con-
les. La lealtad que los tesalonicenses man- tra los judíos por este mismo motivo.
tenían de forma incondicional hacia la di- Es probable, entonces, que los judíos
nastía imperial de Augusto pesaría defi- de Tesalónica temieran que en su ciudad
nitivamente a la hora de tolerar o no el se produjeran las mismas consecuencias
mensaje de Pablo. Así lo muestra Hechos: que ya había ocasionado en Roma una
predicación semejante a la de Pablo. Por
«Esos que han revolucionado todo el eso pudieron adelantarse a los hechos, de-
mundo se han presentado también jando en claro su distancia respecto a la
aquí, y Jasón les ha hospedado. Ade- comunidad que Pablo estaba iniciando y
más todos ellos van contra los decre- confirmando su lealtad al emperador.
tos del César y afirman que hay otro A causa de los procesos judiciales que
rey, Jesús» (17,6-7). tuvo que afrontar, Pablo irá comprendien-
do cuánto preocupaba a las autoridades
Respecto al conflicto entre los judíos romanas la proclamación de «otro Rey»
de la ciudad que creyeron en el mensaje de más allá del César. Tal vez por eso usará
Pablo y los que no lo aceptaron (cf. 17,4-5), en muy pocos casos la expresión «REINO
no se debe olvidar que en ese tipo de dis- de Dios», que aparece sólo siete veces en
turbios los romanos no distinguían pos- sus cartas.

La joven Cuando los misioneros dejaron Tesa- tra a partir de su preocupación por tener
lónica, se había llegado a formar una pe- un trabajo, que no le hubiera preocupado
comunidad queña comunidad. La mayoría de los nue- si proyectaba sólo una breve estadía:
vos creyentes, o tal vez la totalidad, eran
de origen gentil: «Trabajando día y noche, para no ser
gravosos a ninguno de vosotros, os pro-
«Os convertisteis a Dios, tras haber clamamos el Evangelio de Dios» (2,9).
abandonado los ídolos, para servir a
Dios vivo y verdadero» (1 Tes 1,9). Pero los hechos no resultaron como
estaban planeados y Pablo dejó Tesalóni-
El deseo de permanecer un tiempo ca, mientras los recién convertidos se
prolongado entre ellos Pablo lo demues- transformaron en objeto de persecución
por parte de la población macedonia:

«Vosotros, hermanos, habéis seguido


el ejemplo de las iglesias de Dios que

Foto: Moneda con la imagen de Claudio y la


inscripción «Tiberio Claudio César Augusto». En
el reverso la imagen de Augusto, con la leyenda
«Dios Augusto de los Tesalonicenses». El
carisma divino de Augusto se mantenía aún
fresco cuando Pablo llegó a Tesalónica en
tiempos de Claudio (su tercer sucesor).

24 La inquietud por los Tesalonicenses


dan a Dios y son enemigos de todos
los hombres, impidiéndonos predicar
a los gentiles para que se salven; así
van colmando constantemente la me-
dida de sus pecados; pero la Cólera
irrumpe sobre ellos con vehemencia»
(2,15-16).

Estos versículos son tan contrarios a


la opinión de Pablo hacia los judíos ex-
presada en otros textos (cf. Rom 9-11), que
han suscitado la pregunta de si son au-
ténticos, o un añadido posterior. Pero no
extrañan tanto cuando consideramos la
tendencia polémica de Pablo contra todos
aquellos que no comparten su modo de
obrar, aún con otros creyentes en Jesús. En
efecto, ante los corintios Pablo desacredi-
ta a otros predicadores del Evangelio que
habían sido acogidos por una parte de la
Estatua de Augusto están en Judea, en Cristo Jesús, pues comunidad:
encontrada en también vosotros habéis sufrido de
Tesalónica. El
vuestros compatriotas las mismas co- «Esos tales son unos falsos apósto-
emperador está
representado en sas que ellos de parte de los judíos» (1 les, unos trabajadores engañosos, que
medio de un discurso Tes 2,14). se disfrazan de apóstoles de Cristo»
y con una desnudez (2 Co 11,13).
característica de las Aquí el texto adquiere el carácter de
imágenes de los una acusación general, que estará desde El tono polémico de estas acusacio-
dioses.
entonces presente en la historia de la polé- nes exige cautela al momento de aceptar
La condición divina
imperial era la mica cristiana contra los judíos: los juicios de Pablo. Por eso en 1 Tes 2,15
ideología que mantenía conviene distinguir los diferentes episo-
unido al Imperio «Éstos son los que dieron muerte al dios de persecución sobre las «iglesias de
romano y la teología Señor y a los profetas y los que nos Judea», y quienes fueron los responsables
que permitía al orgullo han perseguido a nosotros; no agra- en cada caso.
y a la tradición griegos
aceptar con dignidad
el orden público
impuesto por los
romanos.
Ambigüedades paulinas
Se pueden notar en la argumentación de Para cuando Pablo escribe su primera car-
1 Tes 2,15 algunas ambigüedades, que ta, una oposición generalizada de los ju-
conviene tener en cuenta. díos contra los Apóstoles se había dado
sólo durante el reinado de AGRIPA I, en los
En primer lugar Pablo sabe bien que el años 41-43 EC (Hech 12,1-3).
responsable último de la muerte de Je-
sús fue la autoridad romana: LOS PRÍN- Por otro lado 1 Tes 2,14-16 habla de «los
CIPES DE ESTE MUNDO. Ellos han «cru- judíos» como quienes nada tienen que ver
cificado al Señor de la Gloria» (1 Co 2,8). con Pablo, y no como él los llamará: «mis
hermanos, los de mi raza según la carne,
En la tendencia En el caso de «las iglesias de Judea», la los israelitas» (Rom 9,3-4).
polemista de Pablo la oposición inicial provino inicialmente de
generalización Los SADUCEOS, «molestos porque [los Finalmente Pablo se sentiría cada vez más
aparece como un Apóstoles] enseñaban al pueblo y anun- resentido con esas «iglesias de Judea»,
recurso usado con ciaban en la persona de Jesús la resu- a las que ahora pone como ejemplo de
frecuencia. Por eso rrección de los muertos» (Hech 4,1-2). padecimiento. Cuando escriba a los Gá-
es necesario discernir latas, reprochará a los miembros de la Igle-
cuidadosamente sus Los responsables del martirio de Esteban sia de Jerusalén el oponerse a la predica-
afirmaciones. Sobre serían sólo los miembros «de la sinago- ción entre los gentiles, como ahora acusa
todo a causa de las ga llamada de los Libertos, cirenenses y a los judíos: «Antes que llegaran algunos
consecuencias que alejandrinos, y otros de Cilicia y Asia» del GRUPO DE SANTIAGO, [Pedro] comía
ha tenido en la historia (Hech 6,9). En la persecución que siguió en compañía de los gentiles; pero una vez
el uso de su el mismo Pablo llegó a tomar parte: «en- que aquéllos llegaron, se le vio recatarse
acusación carnizadamente perseguía a la Iglesia de y separarse por temor de los circuncisos»
generalizada contra Dios y la devastaba» (Gal 1,13). (Gal 2,12).
los judíos.

Las cartas de Pablo 25


El emperador Claudio y los judíos
Se puede seguir el curso de las dificultades Dión Casio informa que los judíos de Roma
que los judíos de la Diáspora tuvieron para vieron restringidos sus derechos de reunión, y
conservar el derecho a observar su modo de Suetonio habla de expulsión.
vida tradicional. Cuando Claudio asumió el El mismo Pablo por el 50 EC se encontrará en
Imperio en 41 EC garantizó el libre ejercicio de Corinto con un judío exiliado recién llegado de
su religión, no sin dirigirles una severa Roma (Hech 18,2).
advertencia.

«Una vez más ordeno a los alejandrinos que se por- «Con respecto a los judíos, que de nuevo habían
ten con mansedumbre y humanidad con los judíos crecido tanto que por razón de su número hubiera
que desde hace mucho tiempo habitan en dicha ciu- resultado difícil expulsarlos de la ciudad sin que se
dad, y que no impidan ninguna de las prácticas tradi- hubiera provocado un tumulto, él [Claudio] no llegó
cionales con que honran a la divinidad, sino que les a expulsarlos, sino que les ordenó que continuaran
permitan regirse por las mismas normas que en tiem- con su modo de vida tradicional, pero no celebraran
pos del dios Augusto, las cuales también he confir- reuniones».
mado yo, tras haber oído a unos y otros. A los judíos,
por su parte, les ordeno sin ambages que no traten Dion Casio, Historia de Roma LX,6,6
de obtener más ventajas de las que antaño tuvieron...
Si no lo hacen así, los perseguiré por todos los me- [Claudio] «expulsó de Roma a los judíos que conti-
dios posibles, como si suscitaran una plaga común nuamente producían tumultos por instigación de
a todo el mundo». Cresto [¿Cristo?]».

Decreto de Claudio, Corp. papyr. judaicorum 153 Suetonio, Vida de Claudio 25,4

Odio al género humano


«Amán dijo al rey Asuero: «Hay un pueblo disperso y
diseminado entre los pueblos de todas las provincias
de tu reino, con sus leyes, distintas de las de todos los
pueblos, y que no cumplen las leyes reales. No convie-
ne al rey dejarlos en paz».

Ester 3,8.

«Esta buena conducta de su raza, de la que todos se


hacían lenguas, no era tenida en cuenta en modo algu-
no por los gentiles. Murmuraban continuamente de su
separación en las ceremonias religiosas y en las co-
midas, repitiendo que no mantenían una actitud bené-
vola para con el rey y su ejército, que eran hostiles y un
gran obstáculo para la república. Y no en balde sem-
braban sus reproches».

3 Macabeos 3,6-7.

«A los que se pasan a sus costumbres la primera cosa


que se les enseña y persuade es el menosprecio de
los dioses, el despojarse del afecto de sus patrias y el
no hacer caso de padres, de hijos ni de hermanos».
La acusación de Pablo de que los judíos «no agradan
a Dios y son enemigos de todos los hombres» (1 Tes Tácito, Historias V,5.
2,15) se apoya en el fundamento de la ética
helenística, que consiste en «honrar a los dioses y ser
«Fueron castigados al principio los que profesaban pú-
justo con los hombres». Los gentiles juzgan el
monoteísmo judío como un desprecio a la divinidad
blicamente esta religión [los cristianos], y después, por
(entendida de modo politeísta) y el cultivo de su indicios de aquéllos, una multitud infinita, no tanto por
identidad particular como odio a la humanidad. Pablo el delito del incendio [de Roma] que se les imputaba,
repite sin más esa formulación popular, que los como por haberles convencido de general odio al gé-
romanos aplicarán posteriormente a los cristianos. En nero humano».
la foto, un mosaico ilustra alguno de los tormentos
aplicados a los cristianos. Tácito, Anales XV,44.
Pablo será ejecutado durante el reinado de Nerón bajo
la misma acusación que antes dirigió contra los judíos.

26 La inquietud por los Tesalonicenses


Foto: Restos del sagrario de la Torah, en la
sinagoga de Ostia, en Roma. Arriba:
Reconstrucción.

La expulsión de Roma habría sensibilizado a los Notemos que las palabras usadas son las
judíos de Tesalónica al punto de relacionar al mismas que Claudio había empleado en su
recién llegado Pablo con «esos que han advertencia a los judíos de Alejandría, y que
revolucionado todo el mundo» (Hech 17,6). concretó contra los de Roma.

La partida de Tesalónica, primero, y mano nuestro y colaborador de Dios


El motivo de Berea, después, es presentada por los en el Evangelio de Cristo, para afian-
de la carta Hechos como una iniciativa de los discí- zaros y daros ánimos en vuestra fe,
pulos que quieren preservar la seguridad para que nadie vacile en esas tribula-
de Pablo cuando estallan los conflictos: ciones» (3,1-3).

«Los hermanos entonces hicieron mar- ¿De qué modo habría realizado esta
char a toda prisa a Pablo hasta el mar; misión Timoteo? ¿Acercando una carta del
Silas y Timoteo se quedaron allí. Los Apóstol? ¿Transmitiendo oralmente un
que conducían a Pablo le llevaron has- mensaje suyo? La designación de Timoteo
ta Atenas y se volvieron con una or- como «COLABORADOR de Dios en el
den para Timoteo y Silas de que fue- Evangelio de Cristo» (synergon, «el que tra-
ran donde él lo antes posible» (Hech baja con») está implicando una potestad
17,14-15). para predicar como la que posee el mismo
Pablo. Éste confía que las palabras de Ti-
La preocupación del Apóstol, en cam- moteo son tan valiosas como las suyas.
bio, se concentra en la perseverancia de Esta consideración nos ayuda a com-
las frágiles comunidades recién fundadas. prender que para Pablo su futura corres-
Existía el serio peligro de que se viniera pondencia tendrá un valor APOSTÓLICO.
abajo todo el trabajo realizado (1 Tes 3,5). Porque una carta o una persona, en cuan-
Porque la partida imprevista había impe- to que han sido ENVIADOS por él, cum-
dido una acción en profundidad y la ma- plen la misma función.
duración de los nuevos convertidos. Era Mientras tanto, Pablo y Silvano des-
necesaria una visita, pero Pablo no había de Atenas habían seguido su viaje hacia
podido concretarla hasta el momento: Corinto. Allí se les uniría Timoteo trayén-
doles noticias de Tesalónica:
«Lo intenté una y otra vez, pero Sata-
nás nos lo impidió» (2,18) «Nos acaba de llegar de ahí Timoteo y
nos ha traído buenas noticias de vues-
Por eso decidió enviar de nuevo a Timoteo tra fe y vuestra caridad; y dice que con-
a Tesalónica: serváis siempre buen recuerdo de no-
sotros y que deseáis vernos, así como
«Por lo cual, no pudiendo soportar nosotros a vosotros. Así pues, herma-
más, decidimos quedarnos solos en nos, hemos recibido de vosotros un
Atenas y os enviamos a Timoteo, her- gran consuelo, motivado por vuestra

Las cartas de Pablo 27


fe, en medio de todas nuestras congo- mos, conjurándoos a que vivieseis de
jas y tribulaciones. Ahora sí que vivi- una manera digna de Dios, que os ha
mos, pues permanecéis firmes en el llamado a su Reino y gloria» (2,10-12)
Señor» (3,6-8).
En cuanto a la posibilidad de retor-
Pablo no sólo se alegra de la perseve- nar, Pablo deja en claro su deseo, pero in-
rancia de los creyentes macedonios, sino sinúa a la vez la dificultad de hacerlo por
también de que ellos conservaran un buen el momento:
recuerdo de los misioneros y desearan su
regreso. Parte de su preocupación era que «Noche y día le pedimos insistente-
su demora en regresar fuera considerada mente poder ver vuestro rostro y com-
en Tesalónica como una falta de compro- pletar lo que falta a vuestra fe. Que
miso. Así se esfuerza por recordarles su Dios mismo, nuestro Padre y nuestro
comportamiento intachable durante su Señor Jesús orienten nuestros pasos
permanencia en la ciudad: hacia vosotros» (3,10-11).

«Vosotros sois testigos, y Dios tam- Tal vez aún no se había apaciguado total-
bién, de cuán santa, justa e irreprocha- mente el malestar que su presencia había
blemente nos comportamos con voso- producido entre los ciudadanos de Tesa-
tros, los creyentes. Como un padre a lónica. O, más probablemente, su activi-
sus hijos, lo sabéis bien, a cada uno de dad fundacional en Corinto no le permitía
vosotros os exhortábamos y alentába- ausentarse todavía.

La Ekklesía Para designar a la comunidad de Te- israelita, que supone el amor de Dios y su
salónica Pablo usa la palabra EKKLESÍA: fidelidad, con la consiguiente necesidad
de una respuesta obediente de parte del
«Pablo... a la EKKLESÍA de los hombre en su modo de vivir.
Tesalonicenses» (1 Tes 1,1). Siguiendo la tradición profética, al-
gunos textos judíos presentan también a
Esta palabra designaba en la antigüe- los gentiles como partícipes de la elección
dad a la «Asamblea plenaria» de los ciu- y de la salvación. Manifiestan una tenden-
dadanos con derechos en una ciudad. Se cia universalista en el judaísmo de la Diás-
utilizó después en la versión griega de la pora que pudo influir en Pablo.
Biblia 103 veces para traducir el término Sin embargo la particularidad de esta
hebreo qahal, que designa a la comunidad primera carta de Pablo es que su teología
de Israel cuando está reunida. Así Dt 4,10 de la Elección no hace referencia a su ori-
y 18,16 hablan del «día de la Asamblea». gen judío. No encontramos aún el debate
También en Hechos se habla de «la Ekkle- en torno a la Ley y su vigencia. Tal vez
sía del desierto», que aguarda la revela- porque la composición casi totalmente
ción a Moisés en el Sinaí (7,38). gentil de la comunidad no exigía todavía
La palabra «Ekklesía» Este significado tiene su importancia, ese debate. Otras cartas (sobre todo a los
implicaba una
ya que describe a las comunidades de cre- Gálatas y a los Romanos) tendrán que
dimensión política de
gobierno deliberativo. yentes en Jesús con una conciencia de con- afrontarlo más tarde. Mientras, presenta
Los Hechos designan tinuidad con la elección de Israel, como el Evangelio de un modo independiente.
con este nombre tanto pueblo de la Alianza. La Elección no se funda en Dios, en cuan-
a la concentración
Pablo aborda en su carta una teolo- to que entrega a Israel la Torah, sino en
tumultuosa de los
habitantes de Éfeso gía de la ELECCIÓN, vinculada al tema «Dios que hace don de su Espíritu San-
(19,32.40), como a la del LLAMADO. Se trata de un concepto to» (1 Tes 4,8).
«asamblea legal» que
debía resolver el
conflicto de los
artesanos. Este ultimo
aspecto podría haber
La Ekklesía de los ciudadanos
contribuido a crear
inquietud en las «Las rendiciones de cuentas y las elecciones de los magistrados es lo más impor-
autoridades civiles, tante. Estas funciones, como se ha dicho, en algunos regímenes se confían al
que contemplaban a pueblo, pues la ASAMBLEA (Ekklesía) es soberana en todas las materias de este
las comunidades de tipo. Y en verdad, participan de la ASAMBLEA y deliberan gentes de pequeñas rentas
Pablo como tantas y cualquier edad».
otras asociaciones o
«colegios», cuyas Aristóteles, Política 1282a.
reuniones serían al
final prohibidas.

28 La inquietud por los Tesalonicenses


La elección de Israel «Conocemos, hermanos queridos de Dios,
vuestra elección».
«Te daré los tesoros ocultos y las riquezas escon-
didas, para que sepas que yo soy Yahveh, el Dios (1 Tes 1,4)
de Israel, que te llamo por tu nombre. A causa de mi
siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado
por tu nombre y te he ennoblecido, sin que tú me
conozcas».

Is 45,3-4
La elección alcanza también a
«Simón el Justo fue uno de los pertenecientes al
los gentiles
resto de la Gran Asamblea. Acostumbraba a decir:
sobre tres cosas se sostiene el universo: sobre la «Así dice YHWH Sebaot: En aquellos días, diez
Torah, sobre el culto y sobre la caridad». hombres de todas las lenguas de las naciones
asirán por la orla del manto a un judío diciendo:
Mishná Abbot 1,2 «Queremos ir con vosotros, porque hemos oído
decir que Dios está con vosotros».
[Rabí Aquiba] «Solía decir: el hombre es amado,
porque fue creado a imagen de Dios. Le fue mani- Zacarías 8,23
festado un gran amor, por cuanto fue creado a ima-
gen de Dios, como está escrito: creó al hombre a «Por medio de los gentiles elegidos reprobará a
Imagen de Dios. Israel es querido, por cuanto que Israel, como le ocurrió a Esaú por los madiani-
es llamado hijo de Dios. Un extraordinario amor le tas, quienes permitieron que se convirtieran en
fue manifestado por cuanto que es llamado hijo de hermanos suyos por su fornicación e idolatría.
Dios, puesto que está escrito: sois hijos del Señor Por ello se apartó de Dios. Así, pues, hijos míos,
vuestro Dios. Israel es querido por cuanto que le formad parte de los que temen al Señor. Pero
fue dado un instrumento precioso. Un enorme amor vosotros, si procedéis con santidad ante el Se-
le fue manifestado por cuanto le fue dado un instru- ñor, volveréis a habitar conmigo en esperanza, y
mento precioso por medio del cual fue creado el todo Israel se congregará ante el Señor».
mundo, tal como está escrito: porque os he dado
una doctrina buena, no abandonéis mi Ley». Testamento de Benjamín 10,11-12

Mishná Abbot 3,14 «En los últimos días surgirá de mi linaje el ama-
do del Señor, que escucha sobre la tierra su voz
y pone por obra el beneplácito de su voluntad...
Los «Testamentos de los Doce Patriarcas» son una serie de Y será el Elegido de Dios para siempre. Sobre
obras de origen judío, que han recibido retoques cristianos en él me instruyó mi padre Jacob así: «Él suplirá
su transmisión. En sus estratos más antiguos refleja un material las deficiencias de tu tribu».
procedente de Judea, probablemente del siglo II aEC, que
fomenta una ética del amor al prójimo miembro del pueblo. En los Testamento de Benjamín 11,2-4
niveles más recientes, procedentes tal vez de la Diáspora, se
destaca la idea del amor universal tomada de la filosofía estoica.

«Parusía» Timoteo no habría llevado a Corinto tos, para que no os entristezcáis como
únicamente las buenas noticias de la co- los demás, que no tienen esperanza.
del Señor munidad de Tesalónica, sino también con- Porque si creemos que Jesús murió y
sultas para el Apóstol. En efecto, algunos que resucitó, de la misma manera
estaban preocupados por la suerte de al- Dios llevará consigo a quienes mu-
guno de los creyentes que habría muerto rieron en Jesús» (4,13-14).
después de la partida de los misioneros.
¿Qué ocurriría con él? Se habría perdido Para hablar de ese acontecimiento
la posibilidad de participar en la venida Pablo utiliza un término muy conocido en
de Jesús como Señor, que Pablo había anun- su tiempo: «PAROUSÍA». Lo emplea para
ciado. ¿Y si cualquiera de ellos muriera significar tanto la «llegada» de Estéfanas
también antes de la llegada de Jesús? (1 Co 16,17) o de Tito (2 Co 7,6-7), como
Tomando como punto de partida y también para mencionar la «presencia»
como base de todo razonamiento la fe en débil de su propio cuerpo (2 Co 10,10).
Jesús muerto y resucitado, Pablo explica Como término técnico significaba la
que Dios no abandonará tampoco a los cre- llegada de un general victorioso. Que para
yentes difuntos: los habitantes de un lugar fuera esa una
buena o mala noticia dependía de la rela-
«Hermanos, no queremos que estéis ción que se mantenía con quien llegaba.
en la ignorancia respecto de los muer- Relación que determinaba también el modo

Las cartas de Pablo 29


Paz mediante la Victoria
«En tierras y mares emprendí guerras
civiles y con pueblos extranjeros, a lo
largo de todo el mundo, y al conseguir
la victoria perdoné a todos los ciuda-
danos que lo pidieron. Preferí salvar
en lugar de destruir a las naciones
extranjeras que podían perdonarse
con todas las garantías».

Hechos del Divino Augusto 1,3

«Extendí las fronteras de todas las


provincias que estaban bordeadas de
razas que aún no se hallaban someti-
das a nuestro imperium. Las provin-
Vista anterior de «recepción» («APANTESIS»). cias de las Galias, Hispania y Germa-
(SECURITAS) y nia [...] las reduje a un estado de paz.
Pablo utiliza ambas palabras, aplica-
posterior (PAX) de un Los Alpes [...] los conduje a un estado
Altar romano en das al «Señor Jesucristo» en cuatro mo-
mentos de la carta (2,19; 3,13; 4,15 y 5,23). de paz sin librar ninguna guerra injus-
Preneste. Roma
prometía y concedía a ta con las tribus».
Jesús, como soberano victorioso llega a la
sus provincias
tierra desde su lugar de Resucitado. Como Hechos del Divino Augusto 5,26
conquistadas «Paz y
Seguridad», en la llegada a cualquier ciudad lo prime-
personificadas a ro que se veía al borde del camino eran los
veces como figuras sepulcros, los primeros en «recibir» al Se-
divinas. El convencimiento de un final próxi-
ñor Jesús victorioso son los muertos, y des-
Pablo desacraliza esta
autocomplacencia pués los que aún vivan. mo de la historia, imponía a los creyentes
imperial afirmando a ¿Cuándo sucedería esto? En realidad una espiritualidad de espera. El presente
los tesalonicenses nadie lo podía saber: era para ellos la víspera del gran día. Por
que esa tranquilidad eso debían vigilar, para que ese «Día» no
sobre la que
descansa el universo «Vosotros mismos sabéis perfecta- los sorprendiera como un ladrón:
imperial romano está mente que el Día del Señor ha de ve-
amenazada por una nir como un ladrón en la noche. Cuan- «Todos vosotros sois hijos de la luz e
catástrofe inminente. hijos del día. Nosotros no somos de la
do digan: «Paz y seguridad», enton-
Entonces quedaría
definido el conflicto ces mismo, de repente, vendrá sobre noche ni de las tinieblas. Así pues, no
surgido en Tesalónica ellos la ruina» (5,2-3). durmamos como los demás, sino vele-
sobre la realeza del mos y seamos sobrios» (5,5-6).
César y la de Jesús.
Sin embargo Pablo espera que él mismo
pueda presenciarlo:

«Nosotros, los que vivamos, los que


quedemos hasta la Venida del Señor
no nos adelantaremos a los que mu- «Nosotros, los que vivamos, los que
rieron» (4,15). quedemos hasta la VENIDA del
Señor no nos adelantaremos a los
que murieron. El Señor mismo, a la
La palabra griega orden dada por la voz de un
«parousía» se traduce arcángel y por la trompeta de Dios,
al latín como
«adventus». Será un
bajará del cielo, y los que murieron
motivo clásico en las en Cristo resucitarán en primer
representaciones de lugar. Después nosotros, los que
los soberanos
romanos. vivamos, los que quedemos,
Foto: Moneda romana seremos arrebatados en nubes,
con la inscripción junto con ellos, al ENCUENTRO del
ADVENTVS AVG, que
muestra al emperador Señor en los aires. Y así estaremos
llegando siempre con el Señor».
victoriosamente a una
ciudad y cabalgando (1 Tes 4,15-17)
sobre un enemigo
vencido.

30 La inquietud por los Tesalonicenses

Potrebbero piacerti anche