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Contextualización histórica de la psicología

La Psicología parece significar muchas cosas para mucha gente en la vida


diaria, la palabra PSICOLOGÍA tiene muchos significados con
implicaciones mentalistas, conductistas o anormales, y los medios de
comunicación parece reforzar esta imagen: Por ejemplo, con frecuencia
vemos que los términos psicológico, psiquiátrico y psicoanalítico se usan
indistintamente; a menudo leemos resultados de estudios sobre los
riesgos del tabaquismo o el consumo de drogas realizados por psicólogos
pero expuestos por investigaciones médicas; o bien nos topamos con
casos en los que algún psicólogo siguiendo la metodología del "diván"
ofrece en los periódicos consejos profundos a los lectores afligidos. Y
los cursos introductorios universitarios no siempre disipan la confusión.
Del mismo, modo, hacer una lista de la gama de puestos que ocupan los
psicólogos tampoco aclara las confusiones pues los encontramos en
hospitales y centros comunitarios de salud mental, en las agencias de
publicidad y la industria, en el gobierno, el ejército y las universidades.

En tanto que la diversidad de la psicología nos deja perplejos, su campo


de estudio es justificadamente amplio. Como disciplina formal e
independiente que se estudia y enseña en las universidades, tiene apenas
un siglo de existencia. Sin embargo, podríamos reconocer que el hombre
ha estado "PSICOLOGIZANDO" desde que comenzó a preguntarse por
sí mismo. La larga historia de las teorías y los modelos psicológicos
evolucionó lentamente, casi siempre en el contexto de la Filosofía, hasta
el siglo XIX cuando se aplico el espíritu metodológico de las ciencias al
estudio de la psicología y apareció ésta como disciplina formal en la
instituciones intelectuales en Occidente. (Brennan, James 1999).
Fundamentos históricos de la Psicología

La aparición de la psicología como disciplina formal nos conduce al problema


de la ciencia. En general, ciencia se define como adquisición sistemáticas de
conocimientos, pero, desde un punto de vista más limitado, esta adquisición
se reduce a las observaciones que validan nuestros sentidos: Debemos ver,
oír, tocar, probar u oler lo que se nos presenta para confirmar su existencia
como datos científicos. Llamamos a esta forma de hacer ciencia
EMPIRISMO, y método científico a su aplicación mejor controlada, cuando se
manipulan y miden variables.

Hace más de un siglo, esta estrecha definición empírica se vinculó con un


modelo decimonónico (comprende los años situados entre 1801 y 1900) de lo
que la psicología debía estudiar para convertirse en una disciplina. Sin
embargo, ni entonces ni durante los siguientes 100 años se gano la
aceptación universal. Algunos estudiosos proponían otro modelo de
psicología, una definición de ciencia más amplia o ambos. Así, el largo
pasado de la psicología, aunado a las más recientes diferencias de opinión
acerca de la forma que debía adoptar tal disciplina, dio por resultado la
materia heterogénea que estudiamos en nuestros días.

La variedad de posturas ante la psicología puede originar confusión, pero


también llega a ser una fuente de estímulo. La psicología es una
disciplina joven, inquieta y a veces difícil de abarcar, con un objeto de
estudio muy incitante; los actos de los hombres. El propósito de estudiar
la historia de la psicología es aclarar las confusiones causadas por su
diversidad. Si tomamos esta variedad como un recurso, más que como
un obstáculo, la comprensión de su desarrollo enriquecerá nuestra visión
de la psicología contemporánea. Y hay también otras razones para
revisar su historia. Sin duda, el conocimiento del pasado es valioso por él
mismo, y nos da el beneficio de la perspectiva. Más aún, puede arrojar
luces sobre algunas de las cuestiones que en todos los tiempos han
ocupado a los estudiosos. Como quiera que sea, la razón más imperiosa
para estudiar la historia de la psicología podría ser entender los motivos
de su diversidad actual.
Acercamientos a la investigación histórica

Al examinar el pasado, los historiadores han postulado estructuras o modelos


para clasificar, correlacionar y explicar los acontecimientos. Por ejemplo: el
notable historiador de la psicología E.G.Boring (1950) comparaba la
aplicación a nuestra historia de los modelos del gran hombre y del Zeitgeist.
Expuesta en forma sucinta, la teoría del gran hombre sostiene que los
progresos históricos ocurren por los actos de grandes personajes capaces de
sintetizar los acontecimientos y de cambiar su dirección, merced a sus
propios esfuerzos, en algún sentido nuevo. El modelo del Zeitgeist (la voz
alemana para el espíritu de la época) arguye que los acontecimientos mismos
poseen un impulso que permite que la persona correcta en el momento justo
manifieste una innovación. Así, Martín Lutero (1483-1546), cuando clavó en
la puerta de la iglesia de Wittenberg en 1517 sus tesis que condenaban la
corrupción eclesiástica, pudo ser visto como la formidable figura que inició la
Reforma o como el agente de las fuerzas que ya impulsaban dicho
movimiento.

Una variante de la postura del Zeirgeistst aplicada a la historia de la ciencia y


propuesta por Kuhn (1970) afirma que las fuerzas sociales y culturales
generan paradigmas (modelos) científicos en diversas etapas y que los
trabajos científicos se desenvuelven durante cierto período en el contexto de
determinado paradigma, hasta que es reemplazado por otro. El cambio de
paradigmas es consecuencia tanto de las necesidades culturales de la época
como de la incapacidad del paradigma viejo de adaptarse a los nuevos
descubrimientos científicos. Por ende, Kuhn presenta el avance de la ciencia
como un ciclo. En el contexto de un paradigma que aceptan por consenso los
científicos que comienzan una revolución, y se aceptan un nuevo paradigma.
Cuando aparece otra anomalía, el cicló se repite. Así, Kuhn postula una
relatividad susceptible a las suposiciones implícitas de los científicos en la
comprensión de teorías, hechos y observaciones.

Por supuesto, las interpretaciones y explicaciones de los acontecimientos nos


ayudan a ordenar la historia de la psicología, de modo que conforme
examinemos su pasado y su estado actual nos referiremos a varias
interpretaciones de la historia de la ciencia para entender el significado de los
movimientos intelectuales.

Historia de la psicología
Como hemos dicho, al parecer como disciplina formal de estudio en la
Europa del siglo XIX, la psicología fue producto de una tradición intelectual
que veía la experiencia humana a través de un conjunto de suposiciones.
La propia conceptualización de la psicología como la conocemos hoy, se
formó, nutrió, estructuró y se discutió durante los 2.500 años de desarrollo
intelectual turbulento que han trascurrido desde el florecimiento de la
especulación en la Grecia clásica. Hay que apreciar la dependencia que
tiene la psicología del pensamiento occidental. Las filosofías no
occidentales han prestado gran atención a la naturaleza del individuo y al
mundo interno de sus reflexiones.

La Grecia antigua puso el escenario de las primeras hipótesis detalladas que


se registran acerca de las causas de los actos de los hombres en la
civilización occidental. En la búsqueda de los principios de la vida, se
ofrecieron varios sistemas como explicaciones tentativas. La orientación
naturalista, representada por los físicos jonios Démocrito, Héraclito y
Parménides, pretendía encontrar algún elemento básico del mundo como
este primer elemento. La orientación biológica que seguía Alcmeón de
Crotona, Hipócrates y Hempédocles sostenía que la fisiología del organismo
contenía la explicación de la vida. Pitágoras representa a la orientación
matemática. Los sofistas postulaban una posición electica que negaba
validez a la búsqueda de los principios. En cambio, abogaban por su actitud
práctica que se apoye en las observaciones de la vida tal como es vivida.
Por último Anaxágoras y Sócrates, rechazando a los sofistas, propusieron la
existencia de un espíritu o alma que define a la humanidad. Esta orientación
humanista elaboró la noción de alma que posee las cualidades humanas
exclusivas del intelecto y la voluntad. El alma se convirtió en el
elemento central de la interpretación de la vida que ofrecieron Platón y
Aristóteles. Al final del esplendor de los griegos estaban bien identificados y
estructurados los principales temas y las cuestiones de la psicología, así
como sus planteamientos metodológicos.

El psicoanálisis
El germen del psicoanálisis apareció en un trabajo de Breuer y Freud,
publicado en 1895. Estudios sobre la histeria. Ambos compartieron un
fuerte interés científico. Los dos se interesaban por el hipnotismo como
recurso terapéutico.
Hacia la época en que aparecieron “Los Estudios”, Breuer y Freud
poseían ya muchas de las ideas que habrían de proporcionar la base para
el psicoanálisis; La primera de esas ideas se refería a la importancia de
los procesos inconscientes en la etiología de las neurosis. (Marx, M.H.,
Hillix, W.A.).
Por esta época, Freud estaba convencido de que el sexo desempeñaba
un papel predominante en los trastornos psíquicos del neurótico. Al
parecer, Charcot había señalado en algún momento que existía un
cierto tipo de caso cuya base era siempre sexual. Freud afirma
también que Breuer y un ginecólogo llamado Chrobak había hecho
observaciones similares sobre los desórdenes nerviosos.
El mismo Freud observó que la mayoría de sus pacientes histéricas
informaban sobre experiencias sexuales traumáticas a menudo con
miembros de sus propias familias en su niñez. Concluyó que en una
vida sexual normal no era posible la neurosis.
También hacia esta época Freud reconocía la importancia del
simbolismo. Los síntomas parecían ser representaciones
distorsionadas, pero simbólicas, de sucesos o conflictos reprimidos. El
impulso reprimido se manifiesta entonces en forma simbólica, como una
incapacidad para ver.
La existencia de tendencias contradictorias en un testimonio de la
importancia del conflicto en la creación de síntomas y la producción de
las neurosis en general.
De lo dicho se desprende que la aceptación del inconsciente, se entreteje
con la noción de represión en el inconsciente; los impulsos y recuerdos
indeseables son empujados al inconsciente, se olvidan y en
circunstancias ordinarias no están disponibles como material
consciente. El paciente sólo puede curarse mediante la recuperación y
elaboración de lo reprimido.

El conductismo
El conductismo se desarrolló en torno al rechazo vehemente de todo atisbo de
subjetivismo. Se consideró así mismo como “el partido de oposición” y surgió
triunfante hacia la segunda década de este siglo.
Desde sus inicios este enfoque creyó que podía prescindir de los datos
introspectivos, debido que ahora era más importante describir la conducta
del individuo respecto a una situación especifica que explicar las experiencias
sensitivas (cómo se ven o cómo se sienten los diferentes estímulos)(Aguirre, D.
1999)..Aunque J.B. Watson no fue el único que se interesó por definir el objeto de
estudio de la Psicología en términos conductuales, ya lo habían propuesto J.
Mckeen Cattell (fundador de la psicometría en EE.UU.), W. McDougall
(cabeza visible de la escuela intencionalista) y Thorndike (iniciador de la
Psicología experimental), si fue el que definió la conducta acudiendo de manera
radical a la descripción estrictamente objetiva. (Aguirre, D. 1999).
J.B. Watson, en 1913 fija su posición en su texto “La Psicología tal como la ve el
conductista”, más conocido como el “Manifiesto conductista”. En este trabajo
sostuvo que la conducta sólo podía describirse objetivamente en términos de
estímulo y respuesta. (Aguirre, D. 1999).
Desde esta perspectiva los psicólogos ya no necesitan acudir a conceptos
tales como conciencia, mente, imaginación o estados afectivos, los cuales
tienen un corte definitivamente mentalista. Son varios los aspectos más
importantes que se pueden destacar del manifiesto conductista. En principio, la
posición de la psicología como una rama de las ciencias naturales, que emplea
métodos experimentales eminentemente objetivos; también se rechaza la
introspección como método y a la conciencia como objeto.
La conducta es un concepto lo suficientemente general como para abarcar a todos
los organismos y no sólo al hombre. En otras palabras, se desplazo al hombre del
foco de atención tradicional de la Psicología y fue sustituido por el estudio
del organismo, pretendiendo salvar con esto el dualismo cartesiano, hasta
entonces existente, entre cuerpo y alma. (Aguirre, D. 1999).
Por último, otro aspecto a resaltar, se refiere al riguroso enfoque en términos de
estímulo – respuesta (E-R) para explicar la conducta de los organismos. La
respuesta debía explicarse por medio de la relacióncausal con los estímulos que la
producen. Por lo tanto, el centro de interés científico e instrumental se traslado al
estudio descriptivo de los estímulos, lo que hizo de esta perspectiva una
propuesta eminentemente ambientalista.

La Gestalt
La premisa básica de la Gestalt se resume en la conocida frase, "El todo es más
que la suma de sus partes", que encierra la profundidad y la complejidad de este
Enfoque; lo cual significa que nada existe por sí solo, cualquier objeto, situación,
persona o acto humano son mucho más que la mera adición de sus elementos, esto
es, cualquier objeto, persona, situación o acto humano son entendidos o percibidos
como una unidad, una totalidad que no pueden “mirarse” uno a uno de manera
aislada sino en su interrelación.
Este Sistema Psicológico, plantea que el significado de un objeto estructurado, por
ejemplo, en la percepción visual, no depende de sus elementos constitutivos
específicos, por tanto, una figura dibujada tiene significado aún cuando hay líneas
discontinuas en el gráfico, como podrá verse más adelante en los Principios
Básicos de la Gestalt.
La Psicología Gestalt propició la realización de investigaciones en el campo de la
percepción como no lo había hecho ninguna otra escuela psicológica. Son muy
sugerentes los estudios gestálticos sobre neurofisiología, figura-fondo, entre otros
aspectos que han influido en varias ramas de esta ciencia tales como la Psicología
infantil, la social, la educativa y la clínica.
De la misma manera, la Gestalt ha hecho un substancial aporte al estudio del
aprendizaje, la memoria, el pensamiento, la personalidad y la motivación
humanos; surgió en Alemania pero se trasladó a Estados Unidos en los años
treinta, cuando allá se refugiaron los psicólogos alemanes Max Wertheimer,
Wolfgang Köhler, y Kurt Koffka. Fueron ellos quienes plantearon la primera fase
de la Gestalt, concebida desde la PERCEPCIÓN VISUAL, esto es, la manera
como el ser humano percibe o interpreta las estimulaciones visuales de manera
integral u holística.
La segunda fase, conocida como Terapia Gestalt, fue desarrollada después de la
Segunda Guerra Mundial por Frederick Perls, quien consideró que la raíz de los
trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas para integrar
exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable.

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