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in~

Dios.
lIai un Ser qlle existe por ~í mi~mo; i que por necesidad
existe sin causa que lo haya producido: este Ser, es Dios. Si
a ese Dios le diéramos Ilna call~a. a e~a causa habriamos de
:lsignal'lc otra; i a esa otra, otra sucesivamente, hasta dar con la
('~usa final o Última, que es DIOS, o no a('ah:1riamos jamás de
poner una causa a otra, dando así, sin haherlo pensado, en la
Eternid:lll; cncontr;ílHlonos con el Infinito, que es Bios mismo.
l'io podemos negar a Dios, ni supon('rle principio. 1 no
podemos negarlo, desde que h:íyamos pensado en el1Jniver~o i en .
1Iosotros mismos. OuisÍ(¡ramos ver a e:~e Dios con los ojos;
\lel'o lo vemos con el espíritu; como H'mos con el espíritu, la
intelijencia nuestra cn nosotros mismos, i en los drmas miembros
de la esp(~ciehumana .
. Al contemplar las relaciones :lI1u(.nicas riel rniverso en
los grandiosos eslaboncs de su exbtencia, eselamamos: aquí
haj 6rden, sabiduría, c:ilculo, prevision, omnipotlmcia! Al con-
templar la armonía dpl [mwfso con nosotros, no podemos ménos
que añadir, aquí hai bondall!
Esa causa, en el espacio, es infinita; ('n la duracion es eter-
na. De allí emanan la cstension i los si~los: la ('feaeíon i el mo- .
vimiento. Allí est:ín la fuerza, el tiempo, la intelijenria i la vida.
La verdact es su manifestaríon; por eso' toda mentira es UII blas-
femia: toda c~lumnia \lB :,acrilejio.
Creemos en la intclijencia tle un hombre porque vemos SU4
-'2~
- actU~: creemos' en la -intelijencia de mOg, I)()rtluevemos MIS obras.
El ACASO es UIl abSIl\'!lo~in signilicado. Si el ACASO ha producido
· cu:mw '~xiste; si el ACASO cOIlloicrvacuanto puebla la inmensidad.
'enté~es ese ACASO es Dios; i no kemos becho· mas, que l>onCf
a Dios'-'Uf\ llOnil.lrc'cstr:lvagante.
:EI concierLo, entre el ojo i la tU!, ;entre~1 oíd9 'i' el,aire,
· entre' Ios'clemcfltos tic ese air~ i los Imlmones i ~a circulacion,
~entre'el.blfato i las emanaciones a ttlIc'da oríjen el f,:llóricg;enlro
; la disol11bflidaddtl:,los cuerpos ~i d guslO; entre '·la im,enetrabi-
< lidad 'tic ;Ia·materia' i, el tactQ; ese ooncierto; repetimos, nos dijo
• desde _que'lludi/IK)s. pensar: hai nna fRtelJjeDcia,p~eFOsa qlle ha
lormaUocste bello Univcrso!
Pero nos hallamos aquí dotados de algo maravilloso que ani-
, ma 'nuestrocorazon i alumbJ'a nUC:oil1'a cabeza: vemos on piélagQ
inmenso sembrallo de fnúnooll, henchían' lIeVáI'i.a41asarmonías e
ignoramos pOI',qué hemos sido llamados 'lIe entre el abisJ"tlode la
'nalla,a presenciar esta gran fiesta del Universo. Poco importa !
"Lo cierto-es:que'DOs damos·t.renborabuena,i que ninguRo Se no-
sotros .,'querria -volverse a la noche del no ser .. Examinándonos,
· admiramos taJltas cosas! La vitla. la intc1ijenci3., la Iibértad,
-la esperanza! ,i mil i mil dotes ''3 ' cual mas bdlas, a cual mas
. inapreciables, a ellal mas interesantes, a cual mas esenciales; i
enlónce¡,;; nace en él 'fondo 'de nltCStva alma, ~Igo semejante a un
himnG, álgo masbelk> {juc una pira de perfumes: la ,gralitud,
, 8cnlimient-o ,que nos eleva hasta Di~s, pOI' la ,contemplacion de
, cuanto 'OOshallispcnsado 'euel~sa'i, es¡ll.élUlioomente.
Hlli en Dios tres grandes peneGctoue¡;. La fuer.za, "la sahi-
Alurí..'\Ila bondad. 'l .•a f'Hcrza es' el -elemento de ~a creaoioll. La
sabiduría 'es el ellmtento del ór,lcn·i, de la justicia. J..a·bondad es
,d elemento de cuantos lJienes posee.el hombre !Oúbre-latierra,
denlro' ifuera -de si mismo. _
Oi:os eskl intelijenoia·absQluta- L:dner:iJa absoluta-Eltiempo
'<3bsoluto-Lavida -ab80luta. Toda superioridad, humana ·es un
.•.Icstello de la superioridad ;absoluLade Dios. i:n Dios· cst..1 todo
,lo existente i lo posible. Su vasta inmensidad no, t.icDede NEGE-
'SAmo sino 'su mi~no Ser, "
I<.:stát-'f1 la e~encia tic 105seres,' porque llena cuaow ·existe;
-como que;es infillito'él, rnisuw. :1'000.10 sabe; ini l)Íenílajamás,
:ni ba, pensado~mmca.
El pensamiento no es mas qua la' acdon· tle la intclijencia en
·busca '\lelo desc(JI1oeitlo,'cn' busca de lo que BO posee. DIOS lo
-posce. todo, cuanto existe i cuanto pueae, exi!'<tÍf. El pensamiento
-en él, oareec de objeto; ies por lo 'ffiÍ!.'1IIO, un ~bsurdo inútil.
En Bies no lIai A:'\TES, ni IIESl'rES, ANTES, supone hech~
t}losihles: IIESI'IJES, hechos sucedidos; pero como en él 'J'e~ide
~allto existe i CUallto.puede existir, es e1aro ljue,lo de ANTES, 16
--3-
d.e AIIOIU'ilo de BE8pm,;, se confunde eN N, Cl! el tiempo pre-
sente. Esto es lo que se llama la Oumicicucia de Dios; o la
Omriipoteneía en él, de cuanto ,existc i puelle existir.
POlIgamosun cjUluplo (}lICaclare esta iUca. Supongamos un
lienzo ,en que un .pintor traza la tara tic un \¡omIJl'c; i pregun-
taremos: ¡, la C3rade ese llOml.ll'l~llsl.;¡hacu el lienzo álltcsljUe
el pinLor ta trazara 1 De seguro, quc las IlPrsonas poco :lCostum-
hrailas .:1 me(lítar, TcspomJcdll negativamcnLc; pero sufren una
ilusíOll i· wtla mas. ¿ ~o es derLo que ese pintof' no ha hecho
otra ('.osa, quc colorcar ciertos puntos del lienzo para haeerlos
~isiblC&?¿1 acaso .el pintor rOIl Sil pincel o su /;ípiz ha creado
esos ,puntos? La pmeba de qllee~.os llUlltoscstaLan ahí on ,el
lienzo, ,cs /jueel pintol' ha po(!íllo pasar, i ha pasado el! efecto,
sobre ellos su l:ipiz o ~l pincel para haccmos VCI'una serie de
puntos quc limes no veíamos; pt~I;Oque ahícstahan ..... Pero que
el piutor !lO quiera ya trazar ta cara delln /¡ollilil'l~,sino la de
un auimal, o 1m comhate, o una-proccsion relijiosa, Oll/la c<'lscatlaj
A~nlin,millarcs de otros Gbjctos; ,¿ acaso hará otra cosa.jOe
llacemos visibles }Juntos de Sil lienzo, cuya relatioll de posicioo
11:1por resultado rada \lila de esas figuras, deeso:'i cuadro:;? ¡.I qué
.otra c.o~ es d l'nircrso, sino una manil('staeioll s('nsiblcdc UIla
pequeñísima par'!,l' de la ('kma innmc!lsid:lll de DHlS?
La ampliadon de este hecho IlelllllesLr:lhasta dOIll[e·cs posi-
'bTe, lo ~1\lChai de cierto cuando se asev!.'ra {¡tiC('11 Dios no Il.'li
sino tielllpo prescnte i I)nU)ipl'C~lCia dc CWlIltOexiste i tic
cuanto csposiblc en la lilas kl'llIlda inventir:l.
Estmdo en Dios cuanto es i cuanto puede ser, es claro Que
.~n él nada hai fatal, CII el sentido filosófico de csta palabra,. sino
DIOS:mislllo. '
Todo puede ser de un modo o (le oLro; así COIllOcn el ~jem-
plo qne hemos presentado, puede sel' o 110 ser, la calJeza del hom-
bre, o la del animal, el combate, Iapl'Occsion, o la cascada.
¡Admiral)le naturaleza divína,l'n donde exi:;Leu Lodos los
tiempos, todos los Illovimientos, todas las l¡guras, todas u\S formas,
. todas las eonformaciones imajinllhlcs; i ellantos mollos j IIwncras
de los srl'CS, pueden eoncehirseell los fecundos :Il'can.os de lllla
Etcrnilla(1 inabarcable!
Todo es admirable cn Oios: los glohos radiantes qlle :muneÍan
su pOller llavegalHlo {'n las prol"llIltlid;uh':;de Sil:; abbmo~, impe-
lidos por su s(¡plo, i el anim:iklllo impl'rcl'plihle qlle paS:ll'iatle~a-
flercihido en la Cl'caejorJ, :;j/l d iU\'C/lto dd llli('l'(lSeOllio.
Pcro llalla tan digno de nllesll'a akl\('joJl, como la hondad del
Ser Suprelllo; porqlle a I'~a hUlI(\ad delll'lllu~ 11l1l:~lroSer i cuan-
to;; hiClws I'llJlwlll't'l:Jl la \'itia Itlllllana.
No SI' (h:;a qlle dl'~dl' qlle \lila co~a .~lI/:('d(', ("a t'o:,a es fatal-
IIH'/lle llcce~arja) COIIH) ,la ~lIcl'di(J:I; p(lrqlle eJl llio~ fl('J'manccc
,-4--
~tin esa misma cosa; que no potque se haga visiblc alllOmbl'c,
·1Jejade tontir'luar estando entre el gran seno de la eternidad. Él'
Dios nada sNtt!de; porque en Dios no hai succslon; ántes, aootÁ;
i tfegpues, 80n.en él uria misma cosa. ta Stlc.esionde los aoonte-
-cImientos que el hombre ve con distincion de tiempos, para Dios
no ti~ne lugar. Esas no son sino poSIbilidades realizadas entre
el abIsmo de su graudeza; pero qúeallí cootinrnmexistiendo cOma
·ántes de suceder .para el hombre. Para él, que nOl'e sino cadí
uua de esa'l\ manifestaciones, i que no percibe lo que Dios guarda
~i1 si, pudiera apar-eoer como fatal, como irrevocable, cuanto su-
.cede.; pórqueelhotilbr~ no posee ~ los Oj05, lo pOsible en -Dios;
pero }}a't:l Dios es lo mismo un terremoto que ha de suceder de
:aquí.a 111l si~o, _ ese mismo terremoto de~púesde un sigro dé
sucedido; residiellllo en él, el hecuo realizado, como el mismo he~
cho posible, mas las inlinitas posibilidades de ese mismo hecltO,
~on cuantas modificaciones son inajinables ..
Entre la iftmensidad de Dios M hai posibilidades únicas,
.sino tan iniáitamente v.ari:idas cu:mto .alcanza a abarcar su 'mism~
~mid3d. '
Lo r(lpeliremos. En Dios, solo Dius i los atributos de 811 3d-
1IllraMe ser, tienen el 5Clloirrevocable de la necesidad. Cu:ultó
hai en él ql1e.no es él mismo, carece de natut'2.lezaúnica i precisa.
No pretendemos comprender a e~e gran Ser de los ser~,
fUente i sustento de cuanto existe; pero sí creemos ql.\e bai ab~
surdoen negal'le algunas condiciones i {'llatribuirle leyes que
pugnan con la naturaleza de un Ser tan lleno de perfeccioncs.

Bien i Ibal.
El oríjen delo1cn absoluto i el mismo bien absohilo es Dios,
tomo el conjunto de todo lo complet(}e inacabable. El mal ab-
soluto seria la negadon de DioS; pero como la n~ation d.e Dios
'Csel absurdo por excc1encia, la afinnaciún del mal absoluto, es
.\in desvarío. Hm, pues, bi{~nabsolnto, espcranza dulcísima para
~I hombre; pero no hai mal absohlto, porque este seria la nega·
cion de la cumplida belleza de Dios, la inexistencia eterna del Ser
Supremo.
- El bien relativo es el bien finito; como el mal relativo es el
malliniw.
El oríjen del mal finito, del mal humano, no es otro que la
diferencia que hai entre ]a pequeñez i la imperfeccioJl del hom-
bre, i la grandeza i la perfcceioll de Dios.
Donde acah:m cne\ hombre sus stluejanzas con Dios, em~
piezan SIlS males. En resúmcn, el mal le "iene a\ 'hombre, de
st r un ente Umitad.o.
El bien en Dio1'-;esDiol' mi~mo. El bien en el hombre es la
-f)-
imitarian de la bondad divina, es el concierto de sus accionesco~
la plenitud de sus derechos ol'ijinarios, cuyo conjunto constituye
I.A NATURALEZA HDIASA. Cuan(lo el hombre obra en armOllía con
esa naturaleza, hace el hien, e imita al Sel' Supremo. Cuando el
hombre obra en desconcierto con su propia naturaleza, hace el
mal, i se rebda contra Dios i contra !'í mismo.· Segun cuanto
Ya dicho, el lIIal es hijo de una pura negacion; i por eso un sis-
tema maniquco, sed siempre un sistema de elementos fantásticos,
en cuanto supone al mal como tenieqdo una existencia absoluta i
positiva.
Considerando al Se,' Supremo en sus relar.iones ~on sus cria .•.
turas, COIIIO Criador i couserva(lor del Cnivcrso, admiramo~ su
hondad sublime i ahsolutamente jenerosa. En ~I hombre todo es
interes: en Dios todo es p\'Ofundamente gratuito. La fuente ma~
perenne del mal humano, consiste en el desconcierto oe las accio...
nes del hombre con la hondad divina, manifestada en los dere.,..
dIOS orijinarios que constituyen su nat.uraleza, como ya lo hemos
insinuado; así e )1110II fuente mas perenne del bien en el hombre,
reside en el concierto de sns acciones con la hondad de Dios,
manifesta(la en la concesion de e.;os lIIbmos derechos.
La moral lIniv('r~al no e~ ma~ que la pr:íclica del bicn, tal
romo la hemos eOlbirlrra(lo. Esa moral vienc de Dios, como el
hipn 5U])rI'1110,caW'3 (1<-1 homhre i oríjen (le sus derechos consti.,. .
tlltivos. Esta I'S ulla \"('nladera ciencia; porque sus hases son in-
mutahle.;. La l1Iol'al,como fundacla en el sentimiento humano, no
I~S\lna deuda, porlJue cambia ('on el hombre ya bueno, ya cor-
rompido. Si el hombre fuera infinito, leIHlria la infinita sabiduría;
i con la infinita sabi(lmía, el mal fbico, el dolor, no lo asaltaria
jam:ls, ni b ignorancia le llana caer en rI ahismo del error. Si
el homhre fuera infinito. poseeria la justicia por inluidoll, i jamas
el crímen enjendraria sus (Idormcs criaturas. Si el homhre fuera
inlinito, seria fuerte, sauio, justo i bon(latloso absolutamente; pero
solo Dios posee esta.; g¡'alHlcs condiciooes; i por eso, solo en
Dios reside la perfeccioll, cuya p(~rspectiva encanta nuest.ras mas
hellas visiones. El hOlllhl'l~ílllinito jamas obraria contra SHS
propios derechos, ultrajando en su misma naturaleza, la bondad
del Ser que lo \.1acr!:ado.
Los que asen'r:m que el mal es parte de la creadon, i se lo
atribuYCll al Ser Supremo, bla,;l'el11ancontra Dios i contra la· sana
1iI0sofía. Des(le que hemos asentado que el mal es U/la ]Jura ca-
rencia, una nelfJ.cion (lt~la pcrfel'cion infinita, hemos reconocida
el absurdo de suponer a Dios autor de lo que no t.iene sino una
existencia de pma relacioll, sin entida(1 propia i positiva.
SiclHlo el mal \Ina pnra carl'ncia, no puede decin:.e que haya
SIOO (~J'ca(lo;porquc cntónces pudiera deeirse que Dios ha creat1n.
cuanto no tiene existencia; i tOllo esto 110seria otra ('osa, que v,u.
-6-
tejido de palabras sin sentido; ni ntili¡lad de ninguna especie.
Los que pretenden hacer a·Dios autor tiel mal,. no hacen otr:t,
COS3', que lii'ocurnrse Ilna tcoriaque- ('.()ncierte·con SIlSpasiones
habituales; ·van en· b\L~ll de nn porvenir· de convenienCia, sin
observar, que' la naltlm{cz:l'dc I:ls C6~asno cambia; conlOs-deseos .
de·J$ intenciones interesadas del' homl)l~;; i mucllo .menos, .del
bombre sin criterio ni buena fc, DesCc'lflestablecer en prtncipio~
flUe siendo Dios autor del mal, nihguna responsabilHhd tiene et
hombre malvado a- la pre~encia' de· la· ~Isticia' eterna;· i enl.Ónces~.
tanto vale ser \ln.Sócrates como \In Barraba.", La\ln selÍa mejoJt
ser un· bett3C<)'¡con tal de saber-burlar-la vijilanciao los resenti-
miCfltos hUllHlOOS" porqne- se gOlsrian los encantos del vicio, sin·
tiutNr ni las ama~lras d~ una alal'lna' censtanre, ni i la creenéia,
importuna de una responsabilidad ne nltra-tumba. Ci~'tamente·
que todo esto seria mili cómodo; pero seria absur.do; i sobre todo"
profuudamoote·~rnitiost) a la mlloonidatk
. I
El Hombre ..
El homnre es la manifestacion mas be"~'l(~ Dios en ·Illérea •.·
cion uniVersal: el ref1rjo mas purtl de la sublime intelijencia.que-
sacia lo:; abismos del infinito. Pero· ¡,<]\.Ié, es e.1 hombre?' ... El
• hombre es uTla.intc.lijcncia lil}fe; i no decimos qne os una libertad;,
porque la libertad· es una cOlulicion, i. las ('odiciones suponcIl
seres con4ícilmales;,ien el homhrc. el'serque poseeIa.condicion·
de la. libertad es la illtelij}mcia: poder misteriúso de sentir i de·
scnti~e¡ Salió el hombre de IlIS manos de su,Criadof, LaLcI'1l41r.
el abismo de 111nada: a la existencil1, recibió"-- .
La inlclijencia:--La Iibcl'lad-La vid~,orgánica...
. Estas tres conct1ciOllcs,.constituyen al homhre como ser único,.
El hombre como ser múlliplo, condicion a que Oios lo ctcstinab:b
por'organismo; recibió:~ , .
Lafraternidad~Laigualdadde torlos los dCrechos~La comunidad:
tcl'ritorjal .. '
E:;;tas seis condiciones;. co:-¡sTlnjY~' tA N1\'l'(R,\I.EZA I\UMANA;;
i su desarrollo e inmunidad, constituyen, la moral en el hombre.
Estos son sm: verdadero:. (~rechos individuales; porQlle· es-
tas son las condIciones. que lo;constitll):en tal hombrel :lntes que
ningun orden social dé f1sonomla ni cstcnsion a.las. aptitudes de
la humanidad.
I~os derechos individuales dd homhrc son, pues,. las condi-
ciones esenciales ¡componentes nc sucxigtencill; tal como puede
-7-
oon~i(h\r:írsda :ínt~s de la villa !mlctica ll~ relacion ..de homll\~~l .
bombre. Vamos a examinar cada una de esas condiciones, pal';! 1
s:lbcr si SORsupu.estas o adqulridas con el trastul'SO (Iel tiempo;
o si son .concesiones del ól'tlen sotiaL-La intelijencia es I;:Hida
del cspíritu; Qu~ el hombre nadó· eGO aptitud a sentir i asentirtie,
mnla Cal)acid*l de la nociondesí mismo, del Univ.erso i de Dios,
p;lreec un hecho por dcmas triv.ial i $cnciHo. Los adelantos (IIW
l3scieneias, las al'tes ¡·Ia itldustria han alcanzado. en el curS{) rt(~
la ,vio3(}cl mundo, pruehan la,intdijentia humana quc ha ('rcatlo
esos inventos. El lles:ll'l'ollo de esa intcli,jen.c.iaprueha I'n el honl-
IYrela noeion-de sí [H'opio ¡de ·Ia naturaJeza (\(\ la~ cosas qlle lo
rOllean;' p,ues que e."timaOtlo·las aptitlllh's i las condiciones del
mundo en 'lile hahita, sahe qB(\ 1l\lt'd\~(l1'Olnetcl'scllc sus l':lcIII-
tades en III'esrndadr, las eOl1flieiones(Ieltiempo i (k la materia,
para hacerd\\ tollo, el 101'0 deslls c;íklllos, tan'a~ i gOl'.l\S.Quiell
quisiera Sosh'll'-tr que la. intelijcncia hultlaha es una aoqubieioIl
social, tcHdriaqueprobar esa .adL¡uh;iciou¡bistórica ,i cronolójica-
ment~
Tendria que probar algo mas aÚn, que 1'1lJomhre ~"llió lle
IlIs m:mos (le su lkl.cetlor desnudo ~l~e:-ó..'\
,('hispainmortal, cn vir-
tUlI de lo.('u:\:, siente Sil ro, siente el Cllt\,prso i siente a.Dios
(',on SIlS:ullllirahks alfihu!·os. Si t,l homhrl~ hllbÍl~l'a nacillo Ilcs-
nudo f11~intl'lijl'lH'ia, l;¡ altura a que se encucntra hoi, la adqnisi-
cion <Ir,la nocioll m:\,; scn!'illa, IlHÍlria sido para él, de hecho
.imposible. Loo, animalcs e.,.t;lll·ahí para comprohar. este aserto
,le 1U13manera tanclaca como, ('()rlelllycnte.. J1:wed intclij('ntes los
animales i los VCI'l~isahalllloll:lr la \lI()llolonía de. su villa i pro-
curar. Illcjorarh, jll'Olfmf,:Il'laj, emhelkccI'la.
(Jucel hombre salioJ¡¡lI'(~ de 1:l:i 1l1."lllo.S
(]c su Hacellor,.i qUi~
esa lilwrt\ll no e~ tllmpOCO'lIHa,'1dlllli~icionsocial, c:; lambioo un
ltel'ho ifl('uCsliOO<lble;pero.¡ ljué es la lihe)'(;\(1Y La liherlad es cn
el hombre, ni p()defdf~obral' Cfmformc a ~Il \'olllnt~\(1. Antes (le
to(la asociaeion ,¡ 110tolla lei, el hOlllhre era libre. Fué ·lihre desde
el IlI01lllilltoen Quemas lo hizo;.i hai mas: si J)ios no lo huhier,l
hecho libre, nQ hahria hecllo la criatura qll(~se llama hombre,
porquc en resÚmen, el hombre no 11" otl'a cosa. que ulla inteli,..
jencia. libre con órganos ..
Si, Dios no hu[¡i(~rahecho lihre al hombre, este, huhiera sido
respecta de Dio¡; lo que respecto del homhre, 1In autlÍmata. Sin
lihertad, no hai individualismo po¡;ihle. Si Ufl hombre pudiera
hacer lllJe otro no sintiera, ni pl~nSm'aj ni quisiera, ni om'ara, .ell
nada, i por n:HI;l-ipara n:ula, sino e~mo el primero lo dispusiera,
cuando lo.dispusiera.i en el grado i términos de esa di:-.posicion,
claI'Oes (11lCese segllllllo homhre seria Hlas hi(~!l!lila espansion
del primero, que IIIl irHlividuo aparte. 1 si este /redro pudiera dar
este rl':iultado, lle hombrc a hVJ\I\)re, ¿ 11\11" hubiera slll'cilido si.
~8--
Dios, con suínfinita superioridad sobre el hombre, se hubiera
propí.testo imprimirle su poderosa voluntad '! Seríamos a DiOs, lo
que nue:;tro brazo a nosotros: un órgano pasivo, no un iodilidu9
verdadero. Las máquinas que ha.c(l el hombre están en esre- caso;
¡quizá obooecen fuénos a su voluntad, qne lo que obedeceria el
hombre a la voluntad de Du)S; si esta nobubiera querido en él,
una existencia libre' e independiente. V.é~~elOque s~ con los
relojes, i a pesar de que estas máquinas a' veces {lQféeen rebelarse
contra la volUntad hUmana, nadie ha soñado jamasatribuírles la
fiberladni el indIVidllalíslno mas -leve!
Los. que stlponen que el hombre no ~ libre, no ban erope-
latlO por dal":>ccuenta de lo que' constitnye]a libertad, para (01'-
'marse' una idea clara de esa entidad abstracta. Otros han querido
ecMr sobre Dios los fMItos de nUfr:\tros errores i maldades, ase-
verJndo que, no siendo libre el hombre, nin~una aptitud tiene
par:.t ·decidirse por el bien o e] mal; i que por lo mismo, no e~
respansáble de nada de lo ql1e hal>e,o·deja de hacer; siendo tan
ai~de eiD)io cuando. obra el bien, como de vitupt'rio cuando
'o1)r:. cima\. . ' .
~oes nec~ario mucha penetrncion para comprender que en j

to~o 'e~to no ]mi mas que absurdos llenos d~ s~p~r,lieialidádl gro-


"seria, que hacen del hombre el ente mas vU I ndlculo que puede
idear.;c ..
Tampoco pudiera sostenerse la libertad absoluta del bombre.
tOs cstndios antropolójicos mas sanOs i criticos, demuestran que
en el hombre todo es deficiente; porque el hombte mismo es un
'!\cr·fmito; ¡lfro de qne'la~ condiciones (fUeconstituyen al hombre
SC3D limitadas, no puede de(hlcirse que esas condiciones no exis-
tan enteramente. Bicn que la libertad humalla tenRa límites;
¡quién tendria la necesidad de negar esta trivialidad fpero entre
convenir en esto, i querer convertir al hombre en 'miserable má-
quina, para ir tras el enVIlecimiento humano a la garantía del
crimen i del error, llegando ha5ta blasfemar contra el Ser Supre-
mo, atribuyéndole Ima criatura estúpida encadenada a un destino
-tiego e inevitable, para que esa estúpida fantasma pueda, sin pe~-
::\ár~enmas nal1a-,revolcarse como imnnnda bestia, entre el lodo
del críruen i ]a prostituciPI1. haeiendo a Di6s responsable i autor-
de íámaña inramia;entl'e aqucllo i esto, decimos, hai una dIfe-
rencia infinita, SCmej:mte delirio, ¿ qtlé honibre que hava estu •.
¡).ialloi C'ompl'cndido medianamente los destinos humanoS, podrá
Oido sin desprecio' e índignacion ? - .-
Lahistória está llena (le Jús grandes milagros quebareali-
'tarto el bombrepúr recobrar su libertad perdida; o de los !saerí"
'6éiÓ'stémbles que h;l cotNlm~obu!icando en fano, fa ~ion
(le eS:i'liMri'.\l1. Desde Mol!!l'S'ba~taBblívllJ', léS!lilret'mdÓt'es de
'jllIwius, mérC'C'en -biffi del iénero hUmano.' Es -pOt'lueet Í\ornhro
-9-
e~ una libertad; i aunqtle 108 individuos, aunque los pueblo::, en
masa, no se hayan dado cuenm de e~tl} gTande hccho que consti-
tuye a la humanidad, hai un sentimiento íntimo, Ulla lojica intui-
tiva que le dice al hombre - que sin libertad, él no tiene verdadera
existencia.
La libertad no ~ pues, un hien social. tas socíc(la(les no han
hecho otra cosa, cllando los hO!!,lhres no han estado profunda-
mente depravados i caidos de su verdadera (lignidad, que reco-
nocer un hecho reclamado eu alta "Ol, i sentido como una ins-
piracion del delo en el corilzon de cada ciudadano: reconocer ese
hecho, para conformarse con la H)lunt.:\ll del hombre, t'nérjica-
Illl'nte rnanire:.;t~da, de \'Ívir en el pleno gocc de un dcrecho, de
IIn don de Di()~, qllc le 1'11('('cdi¡lo, para que lIi a su Hius, que In
sacÓ de la liada, estmiera sometido (le \lila manera indigna i
SC1'\'i!.
1'1'1'0 si la intclijencia i la libert~ld son en el hombre bienes
derivados de su acacion, inherentes a Sil naturaleza, ¿ qué dir(\-
mos de su vida Y Hahrá al~lIn ente tan orijinal que prdenda el
ahsurdo de ql¡r, la vida humana ~ea un hif'n social! Aun lo
que se llama la cOllser\'aeion social d(~ la vida humana, ¡,a qué está
I'cducirla '! A dar la llI\ll~rt(' al hombl,(', a la bestia hllmaua, has-
tant<~ dcsdich:ula i Iwrvrrtifla para :l!rf~\'('rsc a concl'hir, para ar-
rojarse a COll:'\lmar la hlasfemia maldita qll'~ hai e!J derr,lIllar la
sallgre dl~ su hel'lIlano, cn pri\'ar d(' la vida a aquel que rceilJilÍ
ese rUl'g'o ;;,agrado de la~ mismas (llanOS del Omnipotente. Esto
es todo lo que ha hecho i lo que ahora hace la socieda(~ en favol·
tic la vida humana. Ilestruil' la \'ida I'lIa\l(lo la \'ida es destl1.lida:
medio por cierto, raro .Ie \.¡u-,;car celllpensaciones contra el mal i
el erímen.
La vida no es mas que la scnsihilid:lll ol'g::ínica: i bajo este
aspecto, !Jada pudiera alegarse p:11'ahacer (It~ la vida un bien
deri\'ado 11el órden social; siendo como es esa sensihilidad, un
fenómeno cntcramente individual 1'11 el homh1'e'.
Los hospitales, las 1'1IllaS(le eSpÓSil0:', los colejios gr:1luito~
¡' otros estahlecimientos (le conSCl'\'aciOIl o ed\leacion, creados por
la asociacion en favor del homhre, tiencn por ulJjelO (witar male~
a la vida, o prOClll'3rle espansion al ('spíritu.
Pasemos a considcrar la fratel'lli<lacl. Ya hemos dicho lo que
es la vida. Ahora pregllnulrémos ¡.dl' dÓlIde \'il'fw el hombre '!
De Dios, de la Eternidad. A Ill$ o lllCllOS lli~tancia del primer
hombre, todo ser hUllIano vienc de ilios; i llalla es J\Ia~ sencillo
41llC el oríjclI comlln dd jéneI'o bUIlI:mo. Bl.'COIlO('ÍI'.Ilt!Oque el
hombre no es UII ser necesario, que Sil r:lza podria desaparccer
completammlte de la nI;: del gloho, CO~IO han Ilesa parecido \{)s
mastodmltes, los :moplotcrios ¡los iclltios-amos, es claro qne la
~'aza lnuuana no es eterna, (Iue Lmo priucipio, i qu(' po.rWI3 con-
-10--
st-'Cueneia,lójica, wnrlfá Iin.-))io~, fomo el'princip\o (le tOtlú d
(Jnivcr;;o.,es t:unbiencl pl:i.ncipio d~ la humanidacl. EI'e..'\el Padre·
r,Qffiund~ tOtlos 100 homhFe~; .·Iuego todos l~ hombres son- he.r~
~os (',Il Dios. Negar ~to, seriu ,pcet1mder a.">igoora ·108 bom'"
bres d¡¡¡~rente.; (,.'lIlSas,. desconociendG en el Ser Supremo la, ¡

musa úllÍ('.ai jertcral0e. nuestra. iatdijeneitt,·.oo.ilúestr.ll .li~rtad i


de nuesLra vida. Seria preciso buscar -a todos esos at.ribtiWs,.1Ht:<
oríjen -plll'alIíCnte material, sentaRdo ,en 'pcinm,io, ~~a-mi&trilt
e...•tllpilla, (IMe .íg!lOl'tl hasta su. propia .existen.eia.halna.ooasuroado..
el mila~ro. esttllWffidode creaNeres espllitualcs e IÑClijootes, con.
aLrihllto~ de qOOéella,careoo ~b901utamellte. Esto .serill.abandonar-
la luz por la:) tinieblas, .Ia ¡failt).' por el absunlo.". a Dios po¡: la .
¡

nada, por¡eJ caos ..


Pero si,la fraterttidad, es dMir, la .comu¡udad; paterna del
linaje humano, es un hecho daro i sencillísimo, no es ménos c1am.
i. senci1«J··d dogma de la. ignaldad de· tQdos. 1(Y.j derechos deJ,
homlwc. ,
. Los derechos individuales dilh9mbre;. no, son ·otrn',cos:t. qU8 ,
lo..~dones .de.Dios a la criGttira humanai. i iesto~ dones han. Sido..
dados al hombre, como hijo de Dios, ¡ en flúmCJlOiesteftsioo-
idénticos. AfortunadamCtlte nada es tan fácil, como demostrar la-:
igualdad de los derechos humanos: derecho igual en totloS a.la.
verdad i a la dicha, ~ajovatiadas fisonomías. Comparemos:
Supongamos que un portlioséro cubierto dchampos i p:i1ido·
de hambre, esclama de repente: tengo derecho a ser tan rico
como el. marflues del Jaral,. como lo~ príncipes de Orleans, como
los banqucrQs R9tbshild! .•• ¿QUIén pudiera coutradecirlo t J
una vez reconocido este dereeho; que n6 lIodria ,nelr-ln-e de nin·
guna manera, l. en t!ónlle ponlll'iamos el término, el límite de ese
derecho r Kit ninguna parte; porque él: quedaria detenido en Sil
\--lIelo,en donde cesara la acdon que le -daba espansion; pero no
quedaría fijado allí por un poder estraño a su fuerza impulsiva; ni
truncado (lefinitiv.amente en su desarrollo.. Es decir, que ellímiw
del derccho d~l mendigo a volverse un hombre millonario estaria
en el inllnito. es decí¡', en ninguna parte.- Bien!
Per., supongamos que tras el mendigo aparece un bandido
cargado con el estigma de le justicia hmnlUla, i sin blccr muchQ
caso de la ~dena que publica su mala, vida, se,' pára i esclama:-
tengo cI~recho a ser tan \rrtuóso como Arístide..••, como Focioo;
tan )lcl'fecto como Sócrates, tan impecable-coJOO ksueristo! ...
¿ Podrb neg;írsele ese derecho al bandido; .porma~ malvado que
huhiera sido i que· lo fuera aún? No; porque asL como ,los dere-
cho~ inl1ividuales del hombrcno. son otra cosa que los dones de
Dios atribuidos a la exiiLencia humana, el (lerecho en jeneral, no
es otra cosa que la aptitud a conservar o recobrar esos derechos
indi\'itluales, que son los clemento3~omponentes del hombrc mis-
-'11-
IDO;como lo :lcrcllílj Sil propio nornhre (le DERECHOS 1~D1VlDrAI.E::'.
En el hecho de scr homhre 1'1 h:mllillo, le est:nia conccllillo el
derecho q~te ¡'eclamaha, .Ic volver al seI1llcro lle la virtud para
hrillar allí como un faro prodijioso. ¡.l en cI(íncleestaria el límite
del derecho de ese bandido t En ninguna parte, o r"t~ria en (Ionde
él IJ1lisiera I1l:jarlo o lijarlo, en el camino de la virtud i de su per-
feccion moral. .
l\Ias, supongamos que no es un bandido el que hahla, sino
un hombre perfectamente ignol'ante i grosero; i que por una rlc
tantas inspiraciones de la hUIIl:midad, esclama cuando'ménos pu-
~]ierapensarse: - «ten~o derecho a ser mejor bistoriador que l\loises,
mejol' poeta que HOIltrro, mejor orallor que Dcmóstenes, m('.jor
jcneral quc Aníhal, nwjor aSlrlÍnomo q(le Ni'wton, me,ior marino
quc Colon, mejor natlll'alis!.:\ que B(lffon, ffil'jor jrMogo 'lile Cu-
vier, mejor i mas s:íhio i mas cé\c~hl't~que cuantos ~ran.lcs hom-
bres ha\! honrado la iutelijenci.1 humana.» ¡,Quién IlIllliel'ac1ecíl'le-
mientes? 1 una vcz otol'pado ese derecho; porque él rcsick en 1'1
bombrl~,~ por ell'imple necho l1e ser miemhro (le la especie Im-
mana, ¿ en ¡fÚrulc ifiam~s a colocar ('\ Iincle de c~c (I('r,'('ho? En
lIinglloa parte! .
He aliuí, [1111'S, que en ('1 ór(lpll físico, l'n el (lI'den moral i
~n el ófllcn intelectnal, lo~ derechos humanos son intlt'finillos. 1
eltsén'csl", lJlIl' hcmM tomado homhl'ps (1'''' se ell(,\I('lItrau en la
mayOl' carem'ia (le reeu\'S()s materiales, mOl'alps e intl'leetu:\les; i
flor eso hemos tom:\llo por punto de COIIlpal'aeioll,UIl IlH'IHli~o,
un hallilitlo i un salvaje. ){as si ('sto puede (kei\'S(', i clceil'sc con
,,1 rigor de las malelll:ítieas, cuando SI' Ira!.:\ de t~lle~ homlll'l's,
¿'qué será cliando se tl'atl~ (le los homhl'cs que no sou meJl(li~os,
Jlanrlidos, Hi cOl)lplet:\mcntc h:íl'haro;;,'! Pero t(}(locOllllucc allllÍ:;-
810 reslllta(lo. Los derechos del hom\lre, como ,aptit\llles orijilla-
r'ias a la vel'd;\I! i a la felicidarl, no tienen Iímitl~ asignahle; i por
In mismo, son idénticos en to/los i Ol ca(la uno de los miemhros
¡Ic la hUHl:miclall. ~:sto es lo que se \lama la igualtl:ul .Ic totlos
lo~ derechos, como dones de Dios, compon('lIt(~Sdel ser humano.
Ve:l1no~qllé \¡ai sohre la comunid:HI territorial. Dios hizo
al hombre sohre el Iliundo i le dió su imperio romo a su im:íjen
en la crcacion. Ac\:m recibiÚ el lIluntlo para sí, i en Adan recibió
el m\lnd~ toda la humanidad, sin distiNeioll (le ninguna especie.
L\lego, el m~ll1does del jéllero humano: i no .Ic tales o (,llales
individuos. ¡Quién Il\uliera negar este hecho t,'ln claro como sen-
rillo? ¡, Cómó Imdi{~ralloomitir'Se distinciones para demostrar la
<Ipropiaeion de la tierra cll:IIl(lo c;;,ta ha sido \lila herencia comllll
de todos los homlJl'es 't 1 a estas demostraciones tall ohvias i sen-
fillas, se añade el testimonio inccusahle lle la historia, para cle-
mostrar que la apropiacion terriwrial, hecha (Ichomhrc a hombre,
de pueblo a pueblo, vienc del salJle i L1ela atrocidad. ¡,Cómo se
-12·-
hicieron los judios a la tLelTa lle Canaan? ¿ Cómo ¡;c hicieron·
los griegos a la Pcrsia, al Ejipto &a. t i. Cómo se hicieron los 1'0-
manos al munuo enter;)? ¿ Cómo se hieicl'on los biu'barGS del
norte al imperio romano? ¿ Cómo se hiciel'Oo los ¡lspañoles al
bello continent.e americano?
. Abrid la hi~toria, i sabreis eual es el oríjen de la propie-
daq territorial: la violencia, el dcguello; i siempre la fuerza mas
illieíla, la brut:llidad1JtaS indigna ilel hombre .
. . EHlo~~ha ¡!Ccho la ti~'ra, como no ha hecho la-
19ual{fud.;.~'bfiecbo la fraternIdad; C0ll10no ha hecho la
vida;, ~~ la libertad; como no ha hecho la inteli-
jcncia! 1 ... -:ernómbre salió de las manos de Dios, inteli-
jente, lihre, vívo, fraterno, igual i señor del mundo. Todo esto
('onstituye. su ser, Sil derecho ol'ijinario; i son la.s condicrones in-
dispensables a su existencia i a su fe¡¡cida(!.

Caida .
. PI':'o el hombre, naciendo libre, nació finito, dcficícnte;
sin que (le otl'O modo hubiel':l podido existíl'. Infinito el hombre
era preciso que no hubiera tcnido principio; porque al ser- creado,
al empezar, al tClwr principio, siendo infinito, jamas hubiera aea-
bado (k salir de las manos ¡\el Criador; i los siglos se hnndil'ian
tras de los siglos, sin que 1'1- hOlnhrl~inlinito pudicra presentarse
nunca a presenciar la gran fiesta uel Cniverso; a rejir el imperio
de este hello mundo. '
Moisés nos tlice que el hombrc fué creado Jlor Dios: noso-
tros vemos que el hombre 110 es un ser neces::u'io; i no vemos en
el mundu material. elemento alguno lllH' pudicl':l hahcr producido
su espíritu pcnsadol' •.su asomhrosa memoria, su ratliante imajina-
cion. Moisés diJO eso ahora 3,;)00 años; i en nuestros dias Bo-
naM, Rel'tl'3nd, Bou\"ée, el insigne Cuvier, i varios otros gran-
des jeólogos, nos han tlcmostrado que el hombre es nuevo sobre
la tie1'l'a. En los lilas antiguos tefl't.,nos que constituyen nuestro
globo, se enCI\('utra el esqueleto de la tortuga, la osamenta del
caiman, animales que hoi viven con nosotros; se encuentl'an esos
fósiles eonfundidos ('on ,los de las l':lZasante-diluvianas que han
(Iesapar(~('idocompletamente; i el esqueleto humano, no vienl~a
dar ill(\idns tlcl homhre, sino entre los terrenos de formacion mui
postcrior. Lste (~oncierlo de la ciencia modcl'lla, con la verdalt
b!blie3 antigua, causa un asomhro consolallor vara clllOmbrcque
vIve de grandes i santas esperanzas. ,
]Has el hombrc, eon toda su maravilla, aunque hijo del
bien Sllpl'emQ, nació con un mal injénito: la fminad, la limitacion.
Nadó I¡nito, i como Hilito ignorante, i como \gnol'3ntecApAz DEI.
ERIlOR. i\'o ol\'Íllemos esta llltima fcase: (,,,\\'.\1. I)EL .1~f\~0I\. A<le-
-13-
mas, el hombre nadó libre; pero es tambien digno de atencion,
que la perleccion de Dios era la compen~acion de la Iimitacíon
humana.
Como Scf libre, llios no podia, sin contradecir ~Il propia
obra, imponer al homhl'C su YOlllnt~ddivina. De otra manera, la
libertad humana, perdida, ahogada en la voluTlI<lll(Iel (;I'all SCI',
jamas habría podillo manifestJrsr, tener existencia verdadera.
El hombre pues, como finito, era capaz del error; como
intelijente podia comprender el hien i el mal, pero imperfecta-
mente,en los dias de S1l complda incspel'icncia; i ell presencia
de estas dows, el hombre era entólll:es tan libre como lo es hoi,
rlespues de cuanto ha estudiado, esperimrntado i aprendido; i
armado de esa lihertad, po(lia vohel'se a Dios, o ellcerrarse en
sí mblllo, para ohrar segun le paI'eciera.
La Bihlia nos diee que Dios hizo al hombre una pl'ohihi-
don, qlle 110 fll(~sino 1m prec('pto que tpnia SIlS l'e"pc('ÍÍ\·as san-
ciones. Si Dios hubiera queI:ido que el hombre 110 comiera del
~írbol prohibido del bien i del mal, el homhre no habria podido
tocarlo nunca. Entónces el precepto se convertia en UII verda-
dero mandato que encerraba el alliquilamipnto (le la lihertad hu-
Jllana; pOrque en tal ca~o, ni el homhre <¡urdaha lihre ,'omo hahia
sillo creado, ni la violacion era po,ihle, i entrínces el precepto era
complctamenl.e inÚtil; i su obsenaneia no Yellllria ya (leI homhre,
sino de Dios mismo, que aniqllilaila con la ~lIya la voluntad
humana.
Dios hizo \lna verdadera Iri penal, no en favol' (le (;1,como
hace la sociedad, sino en favor del homhre; pero no ('oar:ó al
hombre la voluntad que le hailía eoncedillo, procediendo en ello
como UR ser sabio i consecucnte, i el hombre pllllo haccr, e hizo
en efecto, lo que plugó a Sil voluntad.
La alegoría bíh!iea (Iel ;írhol, (le la serpiente, de la man-
zana, de Eva i de Ad:ltl, no es mas que \Ina demostracion sensi-
bh~oe un hecho demostrable por-la mas profllnoa metafísica; pel'O
que enmelLo .en esos oscuros rO]laje~, pienle la sellcillez de que
necesita para ser <:ont3110i ser intelijihle a la gran r:nnilia humana,
en que hai tan ]locos Pascal, Azaiz i Rant. Ademas, i. quién ig-
nora que los orientales se cspresan por símbolos, por jrrogIíliros,
por parábolas, por met<Íforas i alegorías tIesto no es solo un
tipo oe los hebreos: los ejipcios, los persas ¡los tur('os no han
tenido jamas otro lenguaje en Sil historia i Sil r('lijion.
El hombre lihre i finito, tmia en sí una Ilt~ficiencia tan
grande, como era grande su (listancia, como sel' Hnito, del ser
infinito que lo hahia en'atlo. Dio~, la sahirluría absoluta, que lo
posee tDdo sin necesidad de hu~carlo: (;1, dotado de intelijrncia;
pero ignorante de la etcma exbl~ncia, i de la etema posibili-
dad .... l<~tupcnda difereO('ia! pero el homhrc tenia un medio para
-:14-
110caer en -el clTor: marchar sieUlprc en los senderos alumbra-
dos 1'01' la ete1'Ila sabiduría. Dios le lH'esehtó este mellio, porque
Mte medio existía de hecho en Dios, COlllO el complen'iento uni-
versal de la deliciencia humana; pero el hombre como libre.,
podía aceptarlo o no; i cayÓentre los abismos del desórden. Dios
pudo hahcrlo iluminado etel'llamente, como el faro simbólic~ (,fue
guió cuaren!.'\ años al pueblo hebreo en los desiertos de la Arabia;
pero no olJligándolo a ello; porqlle ontónces arruinaba su libertad, -
obra de su bondad inefable. Quiso el hombre ensayarse, IDl'dirsc
con el Universo ..... era Ubre, i quiso serIo -en tooo i para todo:
se separÓ de Dios, Quedó entregado a su ignorancia, a su insu-
ficiencia: divagó entre los abismos que lo rodeaban, i cayó {ID el
error .... ,
Esta eg la caida llUmana: la renuncia de Dios por el hom-
bre. A la cienda infusa e inl;llible tle Dios, ~e sostituyÓla cien-
da adquirible i falible del hombre: a la fuerza, la debilidad; a la
luz, las sombras; a la verllad, la duda o I~ ¡nentira. El enor
trajo el crímen, el crímen cubrió el mundo, i el mundo tembló,
se ajitÓ entre horrendas agonías: se hundieron las mont;,ÚÍas,pe:-
recieron los imperios i el recuerdo de estas grandes cosa~, quedó
gralJa(lo en la memoria de todos los pueblos; i hoi se comprue-
ban de una manera admirable, pOI'las relaciones de los viajer{)s,
i por las investigaeiones de los jeólogos, en las ruinas jigantcscas
llel mundo priuntivo.
La SelJ3racion del hombre de [)íos, fllé unarebelion: e~l
rehelion del homhre contra su Hacedor, trajo la rebeliÚll ¡¡el mun-
do contra el homhre. Todo esto está enlazado en un encadena-
miento lójico. En esa rehelion naufr:igó el pasado de 1<) hUll1all1~
da~, i nació el órdcn actual del jénero humano; trastorno com-
pleto (le los derechos primitivos de nuestra especie. El hombl'C
apostató de la hondad divina, i se puso en guerra con SllS mismos
derechos, con su propia naturaleza.
La moral no fué en su oríjen otra cosa, que la bondad de
Dios imitada por el hombre en la vcneracion de sns derechos ori-
jinarios. -Hoi mismo la moral, la verdadel'a 11101'31 humana, no
puede ser otra: mos ES llUE:'\O.Imitemos a Dios, para conformar-
-nos con slls leyes de eterna armonía: SEA~IOS llU¡'::-iOS!llespcte-
mos la naturaleza humana! .
Pero el hombre separ:inllose de Dios, entref?ado a sí mismo,
formó una moral fllnllada en la violacioll de sus llllsmos derechos,
en el ultraje de su propia nalur;¡leza. Entónces se preguntó así
mismo: qué cosa era el DIE:'\:llUI~cosa era el MAL, i respolldió:
lo lJuc !J/J siento COIIIO Imeno, como Útil, como conH'nieutc. Pero
cuando se hizo csta!¡ preguntas i se llió esas resJluestas, ya estaha
en lucha ronsi¡{o mismo; en KlIel'l'a con la vei'dad i con sus de-
rechos oríjíllarios. Busró la didla, í encontró una (Iuillléra: buscó
~15-
'la venlad (IUC'habia :ihalltlónado en el Paraíso, i' no pudo encon·
tr:ír sino pesadillas ridiClIlas,o· e~pantosa~; teorías, sistemas, du-
d8s i oontradicciOflcs.
l?ué creado intclijcnte, i se 'encontró tl'eyenctoen b mentira.
·'F-uécreado libre, i si-ntió cadenas cn sus piés, ,i 'llIorctazas
-en sus labios.
t<'·uécrcado'l>alla :Viv1r,'i se' \lió ~ohre un catlalso, en pre-
~encia 'del'verdugo.
J:ué creal10 fratcl'nal,'i'vióque sus 'hermanos pedian su
'cabeza, i como por un acto de compasien, se contentaban con en-
terrarlO' en 'no oatabOla, i' mllndalio luego a espirar, sin hogar i
sin patria, ~n una playa ~1)Iit:lria..... '
ii'ué creacto para taigualdad, i se vió lI:llnarlo eselavo, con-
denado alhamhre i a b fatiga: fllé Ilamaílo vasallo, pleheyo !....
i tuvo que m:ml~hnr Sil tl!iento, e infamar su lengua, (liciendo a
~us tiranos: «mi::uno,. mi rei, mi señor, mi Dios.... »' icsos tiranos
'Cl'ansus hcrmanos.
Fué treaoo seMI' délm\in\10,: ¡para habitarlo, pata cultl-
varIo, 'tuvo l1ue dar a sus pl'opios hermanos, su sangre convertida
'en sudores i I;ígrimas.
En ~ez de sus acrechos primitivos, sc le aparederon el
hambre, la tiranía, el destierro, la mentira i el paLíhulo.... Hor-
Tenlla peripccia'! 'í" Quién ha hecho tOllaesta malll;\(lt El hombre!
Dios !labia hecho a intdijencia-Ia Iihertad -la vida - la fra-
ternidad -la igualdad i la comuni('au. El hoÚlllre cayendo «e su
elevada rl'eacion, tdjo csa llOrtibleparodia flue hoi se llama ór-
'rlen sodal, justicia., libertad i derechos. Cayó el hpmhre, i COII
,él descendieron a Un abismo los derechos esenciales de su prinn-
tiva existencia. De otra manera ¿ cómo explicamos este gran tras-
·torno, este completo olvioo de los vcrdaileros derechos de la hu-
lllallidad?
En presencia' de estos derechos,la intelijcncia es inviola-
'ble"-: la libertad es iIl-Violable-la igualdad es inviolable - i es
inviolablcJa comunidad territorial; í: icuál de esos derechos ha sido
respetado? cuál no ha sido ultraja! o, hoUallo i aniquilado?
Comparemos -En presencia de la intclijencia, huyen lu
duda i la mentira.
En presenda de la libertad, huyen los amos, los ~ñores,
,Ios,mandaklrios, las mordazas i los c~iabozos: caen los ejércitos,
los cótli~os, los dOKmashumanos, los lindes del mundo.
En presencia de lavi«a, huyen 109 homicidas, los (',adalsos,
los jueces i los veI'llu~os.
En ;Jll'cscncia de la frawrnidad, huyen los fraudes, los abu-
sos de la amistad, los ahusos de la fuerza indi\'idual, los odios,
las ycnganzas los rencores i el dc::.anlpafo,
J
-16-
En IJI'csl:ilciade la igualdad, huyen' todas las jerarquías,
creadas como eslabones del poder (Je un hombre sobre otro.
En Ilresencia de la comunidad terrestre, huyen la espo-o
liacion, la míseria i el abatimiento.
¿ Qué ha hecho el homhre? qué ha becho la sociedad? La
sociedad v'i6el MAL i dijo: condcnémoslo.-Pero ¿lJUébizo para COfI-
denarlo '! sancionarlo por todas partes~ apelar a él a cada mo-
mento. Todo prllel)a que desde que el bombrecayó, separándt>se
del Criador, 1'0(16entre tul abismo de contradicciones, de cegue-
dad t de locura .....
La sociedad cuando castiga, lo hace porque cosdena el
mal; pcro si ella condena el mal, se ata la lengua para oofldoo;lr,
se ata las manos para castigar: condenar es poner el mal en prác-
tica: castigal' es poner el Illal por obra. Pero el hombre una vez
caido, sigui6 cayendo; i como Sil primera c<lidafué la mas grave
contradiccion en qlle pudo poner~e para consigo mismo, de en-
tónces para acá; todo en él, son contradicciones i absurdos.
Proclamó la· inteljjencia crealldo escuelas icolejit>s; i 11'-
''Vantó hogueras para quema¡' brujos ¡herejes; despues de haber
·asesinado a Sócrates como enemigo de los dioses.
Proclamó la libertad J'euniendo los pueblos. en los gran-
des comisios de AlemlS i de Roma, i levantó drcelescon pri&io-
nes de todo jénel'o. Condenó el homicidio en sus códigos, i al
mismo tit~mpo, el'ijió el cadalso i puso sueldó al verdugo ....
El gran dogma de la fraternidact, es el elemeJlto regulador
de los dere.chos del homhre: es como el nivel i el plomo del ar-
quitecto. El establece el imperio del Yo, i rechaza cllanto en el
hombre no es el resultado de su espontaneidad individual.
En presencia dc este gran principio,_ que entraña· en su
.esencia el principio de la Igualdad, ¿ quién puede imponer penas
al hombre? .
¿ Con qué derccho un juez manda encerrar? ¿ COn qué de-
rechomanda IIn gobernante conscril)ir a un hombre i lo separa
de su familia i 1(' pone un fusil en las manos para que vaya a
a~esillar a sus semejantes'! ..... Ese juez, ese gobernante, que no
son mas que homhres conignales derechos a los de cualquiera
otro hombre, i.de dónde derivan su poder? De d6nde? ¡oh! eso
es admirable! Ellos responden: de la voluntad de la sociedad.
Oh! vtamos! Pero es pred~odescomponer ese fant<lsrt1aque se
llama socieuad, para saber qué entidad es esa, cuál es su· natu-
raleza. ,
... I.a sociedad no es mas que una coleccion de hombres quc
viven bajo un mismo Mden de hechos convenidos o soportado.<;.
Mascn esa-coleccion de ñoinbres, no hai otra cosa que miembros
de la especie humana .cctamenle iguales en derechos, como
ya lo llevamos demostra~
-17-,
'EDttebOtnbi'es . pe,r~. i ~te iguales, no ha¡
~ad; i vor lo mlNilO','~Mdie tiene d~eho a gobernar a
eifcr.'id :rpedtrfe cuenta·de sus accímie!. &.ma~matic~nte
exacto. que ~ond.e t?dos son iguales no hal.Di puede ha~er man-
dilto Di obet:i1éncla,Slno como hechos consentidos voluntarulQlente;
i eso, miéntras dure la voluntad de consentirlos ..
En prestncia de estas observaciones lójic3S i mui senci-
llas, ¡cómo es que el juez. encierra, que el mandatario oprime ()
hace :iDtlt8r :l unos hombres c~n otroS, apoyados en una opinion
jeneral desautorizada 1-
En presencia de los principios de igualdad i fraternidad,
los derechos de un solo hombre son esencialmente iguales a los
derechos de diez, de cien, de mil, de millones de hombres. Pro-
curemos demostrarlo. Los Il()rnbrCj;son iguales en derechos, por-
que esos derechos son en todos i en cada UDOde ellos, perfecta-
mente indefinido~ en cuanto a su estension. Para que las mayorías
dieran superioridad, seria preciso que los derechos del hombre
fueran tuliciQtu¡bles, pudiend"ó SUmarse uno a otro; pero 'como
IosderécMSde cada hombre constituyen un guari5mo indefiilido,
i los guarismos indefinidos no pueden l'umarse, es claro que tam-
poco puede hallarsc, en ningun caso, la suma que los derechos
de la mayoría daria como superior al guarismo único de los' dere-
chos de un hombre solo.
Segun esta demostracion, se ya derecho al imperio del \'0.
~m estos principios, cuanto no se derive de la espontaneidad
indIvidual, C3rcce de apoyo i vicne a tierra. ¿ Pero es así cQmo
va el mundo? Mentira i mas mentira! i siempre la contradiccion
por donde quiera que volvamos los ojos! .... La República misma,
con sus elecciones voluntarias, es~ mui léjos de llenar las exijen-
cias de los derechos orijinarios de la humanidad .
. El hornhre busca la felicidad sobre la tierra; pero la busca
al trll\'es de sus nociones sobre el Bien i el Mal. Sus miradas est..'Ín
siempre fijas en este blanco de todos sus esfuerzos: C.offiO artista,
como literato, como filósofo,. corrc' tras de la dicha. Por eso la
moral es la primera de las ciencias humanas; todas las demas la
tienen por base, i sin ella el mundo seria un cadáver. ¿ Qué ha
hecho el, homhre caido! .., .....•
· Los antiguos idearoD Ílmumerables sistemas antropolójicoll,
llenos de teorias vanas, de quimeras estravagantes.
Los escépticos lo negaron todo, sin ver que la seguridad
con que negaban cuanto existc, encerraba una afirmacion univer-
sal que decretaba la inexistencia del Universo; pues dccian: e$
cierto que nada exi9te.
· Los estoicos se propusieron lucbar con el dolor para ven-
cer allfal, uegando su naturaleza; i pasaban una vida de maJ'-
tirios, .para f~leeerse contra la ~gfaciai miéntra~ la muerte
· 2
-t8-
los sorprendió' en-esta 'lutha cruel e ~ecunOa- ent¡ue \000 babia
sido har.erse fuertes para un-dia que jamas ,llegaba. H.
Lo;; Cínicos causaron ll{}rror.por sus costumbJeS. impúdi--
~ i SU vida desaliñada. - .
: .. Los·pi~6ricos $l}iíMon con tl'ansfOnnaciones 'e'Stmrnbó-
ticas, que-no tenian mas fundamentos que las-analojias ~rts
~e la materia·~· sus prodijiosas-tareas 4e·aliálisit;· i ·8ÍQtesíSot-
gánicos .... '. ' u

.. Los-;epicureos negal'oñ a })lps i creyeron en-elpla_; ter-


minando porencontar ef descrédito i la ~racia, donde bibiau
colocado eLtrono de lasabiduria i laeolla de ·Ia -.felicidad:
, 1 sin elllbargo,esta filos6fta, espresion del ftOnIDre 00-
caidó, dejó de ser predicada pnraser .puesta enprhctica, como
la base de la ulOral sensual, de las conveniencias que sirven de
apoyo a las leyes de opresion que todavía despedazan los derechos
orijinarios del hombre '
Sócrates, Platón i Aristóte\es, ~os iéDio~' mas~andes de
la anti~edad,si bien:pelli;al'ongtaBdes'verd~es,: D&:se lltrevi~
ron. aPronunciarlas fúera de sus ,escuelas, t6JJlerosos;~de desafial"
las creencias absurdas de su- tiempo ... · ....
El mundo cntregqdo -a .Ios:instintos de sus pasiones, i con·
el íntimo sentimiento del Dios de donde habia venido; quiso ado-
rar algo, como para saciar una vaga, pero constante necesidad de
pagar un tributo al Ser Supremo. Los aires, 10s bosques, los
rios í los mares se pobklroIl de sores divinos. Las pasiones mas
atroces, fucron deilicada~: ~os ,vicios mas indignos, recibian el
incienso' de los ~eiíores lIel munda. Los héroes, en cuyo esfuerzo
Se veía un destello de la Divinidad, recibieron honores sobrehu-
m~os. Pero el hombre, :unaVe2 ~xtra-viado -nOI)udo deteoorse.
l.os dioses nadan hasta ·-enlos patios de las casas: .la !!angre h~
mana corrió en los altares. elevados -al·eíTor; i·en los br320s ar•.
dientes del tcrrible Saturno, perecian innumera\)les criaturas ino-
centeS. -sacrilitadas a un .fanatisffi9-tan feroz como ~rosoro. Las
conquisms del exUavio no conocieron Iimite~ i la chispa inmortal
del e~píritu humano, semejante al padl'e de los siglGS, cayó en
el poh'o, adorando lo que habia sido hcchopara servirle derodi •.
Has. Los tiranos mas atroces i corf{)mpidos tllvierontemplosl
sacerdotes: Alejandro fué hijo de JÚflirer, i el monstruoso Cali-
gula fllé un Dios inmortal! .
,. Los pueblos no conocían IDas derecho que el sable i la
lanza. La guerra fué una ocupacion favorita: el degiielro ila
esclavitud, ~us resullados triviales para un mundo entl'cgad03
10sdeÍirios de un dcsórden moral espanto~.
Dios i la mOf'.lIque Sll bondad refleja,' 108 derechos deri-
~ados de la creaClOn, naufragai'onentre aquel caos de espantosas
~oDtradiceíolles, de delhíos febriles. La tierra estaba empaI~da
·-ln~
.~.~ i-blanquea4a de esqueletos bmnanos. El hombre des-
cuajó las lOOD_i abrió las· -entrañas de la .tien'a -en' bUHa de
"4sFiquev.as;.peto laavaricia.te salió al encuentro, le secó el
torazon, le oCultó la c<lridad, i ·acabó por ncgarle el fmto de sus
propi0ssudores. Tf3baj6 .para un falltasma, que fué ponerse en
g!lerra e<m su mismo -individoo. La conveniencia, la utilidad del
mayor IlÚmerD, que noefl3 otra cosa que la )}loral derivada del
~lltimiento S6V-eI'O'O oorr.ompido del hombre, abortó tantas des-
gra~~abominlleiones, cubriendo.al mundo de borr.endas tem-
pestades.Dejó de servir de tipo la bondad de ~ dejó deservir
.tegtlia la ,nawraleza humana, ese oonjunto de .los primith'os
derechos del hombre. A todo esto se so~titu)-6 el sentimlento
humano, cargado lte 'tini~blat\, de dudas i de des varios.
Antes tIe Jesllcristo, ~l mundo hubicra podioo rtlfuji2rsc
en la moml de Sócratcs, cnla moral del di\ino Plat.oD, en la
moral del endcklpédico Al'istótcles siquiera; pero el hombre ne-
cesitaba de un ~t\Jerzo mui superior a:su postracion, para Ie-
~antarse -basta.Dios, desde-elamsmoen que se h.1bia precipitado;
i"se acojib ihuooral deSUHITores i se puso a,¡utorarlos conyer-
tidos en dloses:: adoró el adulterio. en VemJ~, el rapto en Plutoo,
el rooo en Mercurio, el orgullo en Juno, la venganza en Júpiter,
el homicidio en l\farte I adoró los :íl'holcs i las bestias, para
pro.bar mas ¡mas Sll (k:caMncia .¡ su <Iegradacion.
Cosa estraordinal'ia! Cualquiera Que se lance a las pro-
fundas meditaciones de la IDBtMísicaantropolójica, sin mas guia
que !lna razon imparcial~ va derecho a dar con el Ser Supremo,
c.on'el hombre saliendo de sus mano.!!,sin precedentes de mak1ad;
con.eihomhre rodeado. de las c.ondicÍ{mes que Ic bemos eDcon-
trad~- la ÍDteliieneia, la libertad, la vida, la fraternidad, la ~al-
dall iel imperio. <leluIlUldo..1 luego., contemplando. la his1Orl.lde
ese mismo. nombre, mir:¡noolo cara a cam, tan distinto de lo.que
Dios '10.hil-O, no puede méoos de esclamar. j Qué espank>so
desorden! Este no es el hombre que hizo DÍost ..... 1acahar po.r
admirar con amargura, \{)s efectos. Ile UIla tremenda revolucion
moral, i la asombrosa exactitud del inspirado Moises.
. Pero. ¡,no será posible que el autor del Génesis nos haya
traslJlitido. las tradiciones de una civilizacion perdida en las pro-
fundidades de los siglos? 1 ¿ <}'liennos autoriza para una supo-
sicion de esta naturalcza? En materias de una trascendencia tan
notable., es ool:lde ménos puedcn admitirse suposiciones gratuitas.
Siendo como es, l:l Biblia cl primer libro del mundo por su anti- .
guedad,lo es t.cmbien por lacxactitnd de su cc-mogon\a; i sería
una lijereza demasiado indisculpable la qu~ ~uera en bUS('ade
supósici.ones, para echar a tierra un mo.numento levantado por la
inspiradon, i sostenido por la ciencia. Sancho.niaton, Ucró.doto j
lIan~ton, ~on niños junto a.Moises; i es bien admirable que. DÍJI-
-2o~
gunpuchlo haya producido en tan· remota &ll~Uedad,.Dada..gtl6
"'pudiera hucei' dudar de la autenticidad de la cosmogonia bíb\ica.
Tres argumentos recbazan la l'uposícion de que elhistQnar
bebreo recojicse su narracíon en tradiciones ajenas; porque .~ ..
J.res argllmento~ atestiguan la veracidad dé su. historia en l()s
puntos importantes que estamos tratando •. ' .
El primer ar~lmento está en las confirmaciones queJa
jeolojia ha.dado en nuestros dias, a la ~U1eDticidadde sus ilalabras.
El segundo argumento consiste en las investig;¡ciones
Itistórícas, en IjtJe no se encuent~n tradiciones, ni monumentos,
ni vcst.ijios humanos de .ninguna clase, que contr;¡digan sus ~
-ciOllCS.· ,
El tercer argumento es un hecho vital que palpita boi
mismo, en el fondo de nuestro corazon Veamos .
(Cuales el objeto de 'la educacion \lel bómbre ~su mejora.
Bien! uesde que el niño empieza· a halbucir cl nombre de sus
padres, eJDpi~n estos a predicar1e la práctica de la virtud i el
ejercicio de la bOndad par.lcon sus ~nejantes. ~sde entónces,
tmpim el niño a <1ir consej{>s de bóllrade~, de. jenerQBidad, de
abrteg¡rei<m, de obediencia, de paciencia,· de actividad, .det.em .•.
planza; en 110;de llenar todos SllS debere~ para consigo, .pata con
los d~mas hombres, para con Dios....•. Crece; la juventud,brilla
en su frente; su corazon ~xbala inocencia, como una flora la que
ni el viento, ni el sol, han arrebatado SllS primeros perfumes; loS
maestros lo asedian; la moral de los mas grandes filosofos, suena
en sus oidos El Cristo se le presenta como un titan de luz,
como un faro· de paz i de armo{lia, reflejando su aureola inmortal
'en los COflfinesdel cspacio. La fiwsotia i la relijion vienen en
apoyo de.los consejos paternales, dados en los primeros días de
la infancia, .en los mas bellos años de la juventud, convertilfos
al cabo,. en dogmas irrecusables. I<:I amor, la .gratitud i la autori-
dad h1chan por fecundar en el. COf3~(ln, esas buenas semillas;
pero el hombre oye, escucha atentamente, siente en su alma el
.\)oder de la verdad; sllspira como entregado a los horrorcs de Hna
batalla in1~rna, i al fin, ¡quien lo babia de presajiar! toma el ca-
mino del mal 1 Si! toma ese fatal camino, que nadie le ha
enseñado: toma ese camino que todos se han emp,eñado en cerr.'lr.•
le: sus padres, SIIS maestro!!, los hombres mas Ilustres de lahig.,.
toria, la relijion con sus santos dogma'S i SUs terriblcssanciones.
¿Es este el Ól'den lójico?. .... Aquí hai algo que no es. órden,
que no es consecuencia, que no es armonia universal. Aquí está
el error primitivo, la caida orijinal, el desorden moral su conse-
cuencia. '
Ved ese jóven, ese hombre que cruza una plaza. Un men-
digo haraposo i hambriento, le tiende un~ méll!0tréml!la i le pide
una limosna. El hombre lo. escucha, 10 mira, 1 se aleJadespíles
-21-
de lUi liroDostral'lod'es:eotlSOWlor. El mendigo baja laftente, ~St1SO-
})ir:f;"et oombre se aleja siilpen..w·ma..<; en él. Mas ~dtlante,'ese"
mismo hombre que desoyó el acento del hambre i del desampam
que dama por un socorro, oye el acento de la lascivia i de- la
crápula. se- encuentra con una hija de la alegria que le pide cua~
tro o sei~pesos para un paseo, para un sombrl."I'o,para un cami-
son, ¡}ara bntas cosas; i el hombre que no socorrió al mendigo
hainlJiíento; que solo le pedia para comprar un pan, derrama su-
bolSa en la impura mano de una meretriz. Ese mismo liI"OUlbre,.
se encuentra en su camino con un amigo que le pide su escote
para un baile, para URa bacanal; i el hombre que no se dignó dar
una peqneña moncrla pedida en nOlflbre de Dios para alegrar el
corazon de un infeliz, vuelve a derramar su bolsa en las manos-
de un misel"Jhle perdonavidas L i1 ese hombre es el mismo
niño, el mismo joven asediado desde la cuna por la Illosofia i la
relijion L ¡Cuantas veces ese mismo hombre tiene una larga
i pobre parentela, que yace ene la. agonia de la miserla;l miéntras
él escucha con fastidio, o -no escucha enteramente, los accntos
tle ~OS' pobres parientes' que le piden nn sOéOrro, gasta inJentes
sumas- en locas nnidades, en ostentaciones ridículas o jactan-
ciosas•. que no han dé dejarle sino tristes recuerdos! ...•.. jl ese
hombre es el mismo niño; el mismo jóycn a quien todos se han
empeñado cn cerrar la vía del ma\! ..... Pero llamad a cuenms a
ese hombre: llabladle la verdad con dulzura i franqueza: bacedle
ver cuan errODca es su conducta; i lo ycrcis callar, ruboril3rse i'
acabar por conf'esal' su extravio ..... Oh! él lo confesad, porque
ya se lo había confesado a su espíritu, i este le habia repetido
del dia a la noche: has pecado! ..... has pecado!. has pecado! ....
i siempre esas misma!'. palabras, has pecado! La tendencia',
del hombre a tl'3bajar SIll descanso, a sudar ~in término, negando
el fruto de sus fatigas a los demas i a sí mismo, ¡qué otra cosa-
es sino el mayo r de todos los desórdenes? Qué otra cosa es sino
el egoismo I el suicidio 't El hombre cavendb de la altura de
su primera dicha, conservó el sentimiento: bondamente íntimo,
de la armonia que hubO'al princijlio entre él i su Criador. Ese
recuerdo, esa huella, ese d'estello de ulla lampara espirante, 'es
laconcienda!' Ese, grito no' siempre podm'oso, pero ~iempre in-
falible, siempre inexorable, forma el contraste mas asombroso que
puede darse, entre nuestra conducta i ese juez seveJ'O; cuyos
-tallos qlñsiénmos abogar mas oe una vez; quisiéramos corrom-
per siquiera, sin poder conseguirlo a nuestro pesar. ¡ Adtnirable
poder que reside en nosotros [Jara pedirnos cuenta de nnestra
,conducta, i .reprobarla a p~r ~e. nuestras pasiones, cuando h~-
·mos contrarlarlo el órrlen pnmltlvo! ¿ Por llué-esta desarmoma
e!ltre nuestras accione~i nuestra concIencia? '¿ .No seria- mas 16--,
'u:~ m$ n;¡tural, q\1(~ el '1mmhre aprobara siempre lo q\lc él
-22-
misti10 hace! ¿Qué no hiciera siempre sinó lo que es,e j~mtffil&
aprueba? ¿Será Q~C ~aidentro (le nosotpvs algo que lío !'QIDOS ~
tros mismos? sil digamoslo dignamente. lIai dentro de nosotros:_
algo- flue no somos... no~ol'os 111ismo.s, c~idosi dejenerados~~eI-
recuerdo vago, pero mexorable,dc la lel de la armOllla etl!,lle Di()~-
i el, oowbre; de la lei de la jli!'ti~ia eterIl:t. que nadie~vj()oo"
lar unpunemenle-. La contradlcclOn en que se pusoe1 Ju)mbr.e-,
cuando, en "irtud de su Iibeft.'ld,se separó (le la IWk ditiDIG_t1nica:
que podia suplir su lin¡dad i su ~Il().l.'ancia, esa misma- OOnirn.
dir,CioD encuentra dentro de si,. cada- vez; que NI nllevo cITO'"
vielle a. revivir en él el reCfter~lo del desárden que alCaJlJ.i en su:
rebelion primit.lva. ¿ Qué- nos dice la conciencia roando bemOS:
olJraoo el hi,w? Perfuma nuestra alma de con1cnlo, p9r.que en-:
t6nces no hemos tocado la antígua herida, :lntes hemos c6ftcertadOi
con. la al'morna orijinaria de nuestra creacion. La conciencia,.
como el ('..eo, COIOO el reflejo de la· justicia. primitiva. si tiene SllS-
penas, tambien tiene sus reCOOlpe~ !,~...._
Con verdad decimos, inspii'ádospótla- féPias profunda •.
qtieSi\1lo arlmitiésemos la existencia. de un desóidlID mor:il ocur ..•
ridO en la humanidad, no podriamo~ ni sabriamos explicar cómo-
es qUe hahiendo naci(lo el hombre del soplo di'liIlQ" detaJ1W
eterna,. bor esté envllClte en las densas tinieblas que enlutan-sus
destin.Oti. 1...0que h~i est:í pas3nd-o, no es, ni puede c()lIsider.~rs6>
p.or mn~un ente -ractOnal, cemo el desarrollo de los dotes orllm~
nos del sel' humano .
. . El t{esarrollo de .la ii1telijencia., na puede ser' el error: e.
dl'..sarroUo de la, lihertad, no pllooe ser la tirania: el dasarrollo de
la vida, no puede ser el a.<;e~inato:el desarroUode la fraternidaa,
no puede ser la persecuciOn: el desarrollo de la igualdad, no
puede ser el privitejio: el desarrollo.. dé la, comunidaQ, De puede
sel: la usurpacion. '
En el hombre se encuentra. reta. fa cadena que guía de
las eausas a los efectos, por(lue se le vé nacer en el colmo de la
dicha, puro, inlcHjcnte, libre i Ueno de allimacion;. i boi se le
encuentra comido de pesadumbres, cargado de cadenas, lleno de
dtidas espant.osas, i espiran te de fatiga 1 de remordimientos ....••
Los que niegan estos hechos, qJ.Ie para. nosotros f.ien~n
toda la evidencia de las motemáticas, están ebU~ados 3' probar
una de dos cosas: que el hombre al nacer no recib\ó los dotes que
se desprenden de su creacion, que son su mismo ser, o que lo
que boi e31.1pasand() no está en controdicion con' esas dotes
primitivas. -
Para negar la caidahumana, es necesario sostened de-
mostrar que el 110mbre está hoi mejor de lo que' estum cuando
no habia dado en los oscuros laberintos del error .
. En Due..<;traopiniOtl, semejantécreencia proviene d-e un
-2i)-
cáJD.eDiDcompW.o de los' hechos que se han verificado en lel
~dad.S&oculTea 19Spqehlos silIyajes ise dice; el hombre
~t.en-sl.,orijell. Los~iegos í IOSl'mllaIlOS cran salvajes; i
despl!es produjeroillos artIstas mas ft6mirabl~, '105filósofos mas
p.rofimdbs. Los jermanos, les &'>Candmavos, los ~odos, -los alanos,
les vánda~s, &. &. fueron salvajes, i lioi vemos sutr:msfonnacion,
QI] la ..aha· civilizadon europea.
Pero en todo esto, lUN una palpable--supresion de'hechos
lD)~tes •. ,"
, Esos sakrajes, no representan'al hombre priantivo;"repte-
sentan- al hombre caído,>.,sepat'ado de DIOS i pel'(ectlble;' siendo
así.~e el.bombm·ántcs de caer; e8L1ba completo;.' porque Dios
supha en él la deficienBiadesll S8l" ¡¡nito. Lapel't'ectibílidad del
hllmbre nacio, tu\'ooríjen en' Sil caína, en su st~paracibn del Ser
SupremOt"porqlle desde' enwnces quedó entregado a sus propias
fuerzas, para (',;ler en labarbaric- ¡·marchar a la civiliz;lcioD.
Para so~tcnel' 'tln~ el -honl~ está boi mejor que cuando
fuá ~do, ~'-pr.ec¡So ~ qtre" el hombreno natió illtelijente
l1br~~viv-Q,-rraWll'llo,.igu~1 ¡Señor del mundQ; i que-des~ 00
ha S1doenganailil",e..~\avlzado, degollado; persegul(\o, buuullado,
ir.óbado. EsOOshechos est..ín probados por la bist(niamas irroou-
~ble,por.,Ja..critica ,mas sevora. Seria necesario negar capricho.
sa i arbitrariamente, que el hombre nació intclijente, i que des-
pues no sc le han pucsto vaHas al vHelo de esa, intelijcncia,
prohibíéndo-le el pensamienw, por mcdio de censuras, mordazas
i hogueras.
1 VOMll"3 negarr:qoe el ~ombre·n:lci6·libre i que dcspues
no se le ,~~ .llecho escla.vo, súbdito imiserable vasallo' de . los
maS fuertCf>. ' .,
'" 1 negar- aun:-que el. hombre- nadó lleno· de vida, i qu,e-
OOspnes no ha· sitio esquilmado, :miqui!ado i dcgo"ado.
1 continuar negando: que el hQmhre naÓó fraternal, j que
despues no schan, hecho distinciones entre reyes, emperadores,
, príncipes, duques, c.óndes,' ma¡'quez6S", ooroncs-, doctores, jene-
rales, nobles, plebeyos, siervDs i soldados.
: Hnegar todavia:..quc el hombre nació igual" i que desll\te5
cien preocupaciones no se ban uSUrpado sus d~re6Ms~'.conde-
nándoloaJa obOOiencia-paSivft.al-·silellcí&,al trabajo,ila :b.umilla--
ci~ '.'
1 negar' mas - que el hombre recibió el im¡;eri6delmundo
i·que d~ll1¡es no ha sido . despojado de la· herencia comun de\
sucio que habita, obligándoloa dar sus:mgreconvertida en su-
dores para saciar la injusta avaricia de sus ~poliMlores. en r~
compen:>a de babel' sido ,despoj~ode unaJierra que Dios- mzo
para. todos. __ , . '
Todo esto; éiJÚit}itamente~1l q¡¡e.td esú), seria preeiso
-24~
llegar, para. sostener que elooMBRE OlUztNANQ, llOOOO por Dios,
que es la justicia i la sabiduria ewrna es inferior· al HQJUINl fJ}r
1

PIA,dejenerado, tris~mente parodiaoopor la ignorancia. el 6J1'Or,


la USlIrjlacion i el crimen! ~ ••.•..
.. .. Si todas e~ I!e¡aciones son errónea5,i,mas que todo, ar-
bitrarias; si el hombre fué mejor i estuvo mejor en &U orijcn,CWc
lo .que d~.sp.u.es le .hemos. conoCill~.;que. lo qUe l0...OODOCeIl?os
abci';l mISmo, lac:uda humana es .Ulcuesti()nlWle. <me esacaida
se efectuara como la refiere Jifoises, con tanta sencill~ como Da-
·turalidad, o ~ cualquiera otra manera, eso )'a seria de un órden
eD:f.eramente subalterno. El b~ho es el importante;i ese hecbo
nos parece de· Ulla evidencia matemática. Sí! lo· repetiremos •.
ESTdOi VIENDO LA CAI()A DE LA HUJIA."UDAD!
. Una palabra aun sobre la Cllc!>lionque venimos tratando.
permitasenos preguntar: ¿qué fllé primero en el hombre, la in-
telijencia -la libertad -la vida -la fraternidad -la igualdad i la
comunidad del. Jllundo, ola violaciQnde todos es()!; derechos?
SCria prinltrp la vi,Qlacion1,Pero ~. volveremos a pr~_
tat~jJqb"'e~ recáyó esa'viotacion T•••••• ~ta !..,~ ....
: . Mas antes de pasar adelanto, nos vemos precISados a decir
·;ll¡~ fespecw de algunas conclllsion~ que inconsideradamente
pudieran deducirse de nuestras teorias: hablemos dI) la comu-
bidad ..
Es UJ,1 hecho fnera de discusion que el hombre recibió eu
Adan el imperio del mundo; i que siendo el primer hombre, la
especie humana en jérmen, en oríjen, la tierra es de derecho de
todos 105 hombres, La e(;pecul~tiva., mas. sencilla da este resul-
tado; i ningun hecho de nill~a especie, conduce a probar ni
siquier~ a sospechar lo contrarIO .. ;
.Pero la propiedad es un derecho incuestionable; porque
la propied~d no es otra cosa ~lIe una manera de la libertad res-
pecto de la espangion del indwiduo. Nadie puede dudar que el
trabajo del hombre, es el hombre mismo; i el fmto de ese tra-
baJo, una espansion, un mas allá delhombre i del tralJajo; pero
que se dcrh"a del hombre de una manera incuestionable. Esta
fJliacion es sencilla. El tralJajo es el hombre en accion:el fruto
del trabajo es la espansion de esa accion humana. Esto esDWi
·claro i demasiado )ójico. La teoría. del 'Yo.mas absoluto. no pOdría
contradecir estos hechos, porque ellos nacen con naturalidad de
la espar¡.sion ittdividual: COIOO IQ hemos dicbo, son el hoombre.
'Esto es, en cuanto a la propiedad en jeneral; ~ con respecW a
la propiedad territorial, hal que b¡¡cer alguna observacion~ La
apropiacion territorial, como el derecho de ros hombres al mando.
con todas .las ~OJl~Guetlcias que de. ahí :re desprenden, 00 tienen
otro oríjcn que el desórden en· que ha sido envuelta. la humani.
dad'pOl' cl)n~c~nci~ ~~ la caida qe,1 hQOlbre: ese 9ríjen es la
-!5-
~ -Esté triSte conclusioo viene de la observaclon i de
la hisloría. Pero -dequeasf estén 5uccdieBdo abora las cosas,
.¡s~Ltteduooque los propietarios territoriaJesaetuales sean ladro-
IleS? No! Sin dejar de ser cierto que tod08 el/os poseeD hol una
cosa robada, tambien lo es, que no ban sido eUoslos espolia-
dores. ..
. Aquí en la América la historia es deayer. Cortez, Pizarro
i Quezada, con tod6S sus compañeros de vandalaje, despojaron de
la1ierra í de la vida a los inoC€of.esaboríjenes del Nuevo Mundo,
fundados en que los indíjenas renian tierras, i ellos tenian sables,
lanzas i arcabuces. La propiedad raiz Sur-americ~na, tiene aun
I16mbres propios. Los poseedores actuales, es claro que no vinie-
ron de España con aquellos bandidos. Ellos poseen hoi, en cambió
de valores adqUiridos por mc(lio de la espullsion individual, que
es el fn:to de su trabajo. ¿Con qué visos de sentido eornlln,diria-
mos llOi que el hombre que ha dado \lna suma de dinero por una
tinca tefrlwríal es un ladron tiNo 1)S cierto Que esa suma de
dinero,:esel fnlto de sus desvelOS i economías f ¿ I no son estas
espansiones individuoles ?-Es claro. Boi pues, esas ftnc~ terri-
toriales, no son otra cosa en las manos de sus actuales posee..do-
res, que la sostitucion de la espansion del YO individual. El medio
de volver las cosas al estado primitivo, no puede ser otro, que
comprando esas fincas i pagando préviamente a esos propietarios,
el precio de una tierra que hoi poseen de pleno derecho. 1 en
este caso, ellos se quedarian en posesion de esa misma tierra
como comuneros en el gran proindiviso del mundo; miéntras pu-
dieran ocuparlas industrialmente.
Comprendemos el desórden de la humanidad; pero C01l1-
prendenO$ igualmente que el MAL se compensa con el BIEX: el
desórden, e~:mla armonia: las tinieblas, con la luz: la desgracia
con la felicidad: la mentira, con la verdad: la violencia, con la
justicia. Estos son Dut',stros dogmas i son t:unbicn nuestros me-
dios de refQnna. 13 perfecta suficiencia di\'ina compensando la
imperfecdon del hombre. La palabra comunidad tiene demasiada
afinidad de sonido eon la palabra comunismo, marc~da, con razon,
c,o~.el estigma de la, maldicion hu.rnana. El Platonismo de I~an-
tlg8edJd . 1 el AdamiSmo de los. tlCmpos mo{le~nos,. ~n. dellnos
g~ 1 repugnantes. La teona de la esp:mslon mdlVldual de
fasoberania def \"O. que es la verdadera teoria cristiana, rechaza
esas formas ~s de uña cornllniaad de mujeres, de propieda-
tlés«.. &.La teoria social que defendemos, como la espresion
del bombre creado por Dios, no puede dar nunca en tan deplo-
rables estravagandas .•
..La mujer no puede ser jamas un objeto del primer ocu-
pante. El diaque tan bárbaro principio se sancionar", se habria
violado en eHa, COm()jaDlas se ha violado en nadie, el gran
-!6-
JIl'indi>i~d"e'In rejencraeioOt hnmsDa, el ptinciplO: -dc,IHratemi •...
dad;.bumillindola LaIDl!wlánd&lA en proveooQ de las, tJasiones-
del tlombre~ La pat.c1'llidad Ha, familtL S(;IJ-6lpJJfl.Si91t:ud'tb¡o,'
inQwitlzIM. El homBre S&-espande- en S\lS bijos, como66espmdé.·
tuund() ,piCJ)5ólio GUando haula,;,,culIIldD escribe,-, cl}8udo tra~aja:
Dar la mujer al primer ocupante. seria berir, de muerte laespan·
siOR,propia. i/9Obcran~<lcl iDtlividU<;., "
: Los:sislemas sociales de ~ur¡O'i:de- P13too tUeroopé.
!Ím~ precisamente,- por(lpe- 6tl. vez de .consagrar iaoespansíon
i~ividual~ eOQs.,grabanalcootrario •. la,espaBsioD sooim que-<le--
voraba,al ciudadano •. '
Digamos 311&-a1gomascsooré la pro¡)tedád territorial: (;(lm~,
IIna COll!\6CUencia de mlestra-tooria en esta materia, creemos que-
la-tierra baldia es de oCl'echoinapl'opiable; i que ningun ~obieroo;
llene derecho para una usurpacionsemejanto. La somedad Df)
tiene sobre esto otro derecho que el de reglamentar el uso de,
la ticrra baldia, para m:mtene( vivoeLpriftcipio de la armonía i
la fraternidad entre los usoorios;mientras el JIODlw6:8lejorad&,
por la mano -de-la ,'edencwn cristiana, deja eft· Olvido esos regla .•.-
mentos, PQr la práctica, de la~w&ítlaQi de ·la.justlciá;
Per6 volvamas ao nuestra,gran'~uestion, LA Q-AID-A'D2 LA
"1)3/,\NID,\I\, El resúmen detdcs(}rden actual del mundo~está con •.
teni(io en esto: la mutílacion del individuo por- la>sodedad, 1:1,
abS()rcionde~ uno pOfmucbos:los hombre§ derorando,a. su ber'"
mano. Los antropófagos representan esta idea de UQa manera
bosal; pero/en eUondo es la misma cosa. Un círculo de ellos se·
reune llara danzar al' rededor de la ,bogueracn ql1C se-asa el pri •..
~ionero que van it' devorar-. Un rti pelea. con otro ni-por UD:V
cuestíOIl de familia o de amor propio. Cada uno levanta un ejér •.
cito formid:lble, La sociedad aprueba isóstiene tOda esta 'ser~e de
sandeces i de crímenes. ESQ~ejércítos formidables se fonnanpor '
medio del fraude o de lavíolencia, tomandoacada·bombre por'
medio de' otros armados o adestrados en,esahárbaraicaceria,
ha.<;taformar grandes masa!'>; tributo sangriento de una sociedad
que, para dar gu:,to al bumor de sU' monarC3; los mantla,a-que-
~degiielleD: como gallos a navaja, enhonra iglorilt-del soberano.
Enla~ repúblicas, no son los reyes, son los partidO/. los que re--
prn"enl.an estas hacanales salvajes •. 1Terrible enfermedad la del
Jénerolunnano!' Siempre buscandl).l~,dieha ¡,siempre en guerra.
consigo mismo r. .
Divagando en los bondos piélagos de bcreacion i'deJos
de~tinos del hombre, separándonosde todanocion bt'blica o re•..
liji(~:'a,encontramos lo mismo que dejamos ei;pue...,to: .el h~mbre·
I1aclent1o de una eam:.a anterior, formado d0' ciertos dotes CUVO·
conil1nto lo constituye inexorablemente; porque esas dotes de (~
telijent'ia -liberúld-vida- fr.atcrnidad- igilattiad icomunidad, 00
~27-
~ r.iiRpIes aOOl'Il$i no -~D OOIlce...;ioue5'gratuitas de un. dt~tmifl;
sonlo$:elemeotos oomp6nemts'del.lIombreoJ!ijinar.io, como -el oxí••.
JeDo;;el,azoe i el carbOllo., S6tJ -h>selementes e~nstitntivos del aire;
Despua encolltramos al hombretod~ estFo~ado-;desfj~n~lo, 110~
tíblemenm pacediade;.i DOS pregnntamos: ~Qué es.esto? Buscando
el enlace del pasad¡ COl); el- presente, tropezamos con lln libro,
lo abrimos,. leemos t, no pOOemGSménos' que esclarnar. iob, esto
es lo mismó que·estábamOtl- oontemplantlo!' ÁQué admirable
libro- es· este!- l." BIBLI~1 ¡P6bl'e humanidad l' para volver al
Eden de donde fuiste -lanzada, Jletesi~rias aU6mr' la fraternidad;
compensar el MAL con el BIEN, la injuria con el perdon, la ofeooa
COI)- el beneficio, la. melÚira con la verdad; la injuria C{lltla-razon,
1'1 orgullo eon la humildad, la violcnda, con la justicia;. pero ne,;.-
ccsitarias que UD ser divino t~ enseñara todo esto' CJ)fI su ejem-
plo..•.. ~.. , I estandO' pensando todas estas cosas, volvimos a abrir
el libro, leim(}s i eneontramos eso mismo que creíamos necesa-
rio rara redilnir al mUlldo de sus desgtacias .• _ .•. ¡.Qué libro era.
ese. ELtvANJILJO •...

Bedencion·.
Los d~Ól'denesdel hombre habian llegado a un grado de
delirio increible. Sobre' lOs huesos de den naciones degolladas p

se ai'l'astraban otro:> cien pueblos macilentos, abatidos i cargados


de cadenas. La púrpura-del mundo romano, era la ¡;.angre de las
n:rcionffi asesmadas. La impostura exhalaba orJculos desde los
templo~ levantados por el· desóhlen al adulterio, al robo i al ho-
micidio. Los derechos orijinarios de la humanidad se hablan
perdido \ln tina mar de tinieblas impenetrables; i el mundo sus-
piraba -como ltn hombre maniat:ulo, que hacaido en un abismo
sin -luz i sin esperanza De en medio de este caos de c(mfu-
siones esp:mtesas, de en medio de esta- jeneral enfermcdad' de la
especie humana, la voz de -la justieia tronó en un rincon de la
lu<lea; i el mundo se cstremeció como yolviencJoode una honible
pesadiUa. Vió-a lo léjos, al brillo de una luz mas pnra que la del
sol, un hombre que espiraba sobre una Cruz, perdonando a S8S
vcl'dugos i dando por sal'Varlos su sangre i su vida. Oyó los écos
de su YOZ poderosa, santificando III fraternidad, la caridad, el
amor, --la toler:mcia, la Induljencia, la-jcnerosidad, la mall~lom-
bre, la humildad, la abnegacion, el hcroisme de la Virtud, el BIEN
en~ro, la dich terrenal, como la gozó el primero de k>s hombres
ántes de su primer extravio. Este hombremilagro:;o, que rulció
en un pe..'lebre, que no tuvo por amigos ni disclpulos, príncipes,
ni riC6s;' ni conquistadores, ni' sabios; que murió ínsultadopor
un pueblo entero, 1 ('.f)Dfun(lido en su última ~onia con los mas
vilesmalbecbores; este hOmbre tan grande en su pequeñez, tan
BANCO Dr: ~:~ ;:CPURf I"'~
BiBLlO1l'C,,- LUiS - !<"«J['L AR.:..r--oGO

CATALOGACION
-28---
~abio entre tá ignorancia, ~n rroo: entre la misma', tannoble
entre la inlamla, tan digno ('ntre la bumildad, tallpoderoso' elltre
el desamparo este nombre, en cuya vida i en cuyamuert~
&eve' clara la presenda de Dios, sin las pertll1'baciones delindivi-
duo humano; este bomhre, este Dios santi'kóla tierra con 'su
~ngre, purificó el Universo con'su afieJ\t»i resucitó cOifslI'
muerte a la c~ida hmnanidarl ..... E-sté 'es JESUCRISTO! Al' ~pirar
el justo, crujieron las columnas de ,los templos elevados por el
error i el crimen: sus doradas tecburnhres, sus m~cizascolum-
nas, sus dioses rodaron en pedazos, i se confundierón en el
polvo COIl las cadenas de labumamdad quebrantadas i deshechas.
Respiró el mundo, consolado por un rayo de esperanza, i vió' en
el ,horizonte la allrora de vida que iluminaba i embellecia los
días deliciosos de su primera existencia.
JEsn;r:rsTo ha venillo a cumplir la lei de DIOS:la leí de la
al1nonla primitiva, que no es otra, que la compensacion orijina-
ría de la perfeccion divina re.'\pecm de l~ deficiencia del hombre;
i si ha! algo que compruebe la divinidad de su Dlisilm, 3 los ojos
de una filosofía profana, pero imparCial, es la contemplllcioil del
magnífico resultado moral' que su doctrina prepara al jénero hu-
mano. Este resultado es sencillo. Dndme un mundo perfectamente
cristiano, i hemos vuelto a los dills de la pureza de Adin. Esto
('s todo. Por Dios vinimos de la eternidad al universo: por AiJan
vinimos tle la ciencia a la dicha, de la dicha al infortunio, de la
,'erdadal error. Por Jesucristo volveremos de las tinieblas a la
luz, del error a la verdad, del hombre a Dios; porque en Jesu-
cristo se vuelve a hallar la compem8cion del hombre por la su-
ficiencia del Cria(lor ..
Los argumentos de las personas que niegan la mision del
Cristo., fundada." en la omnipotencia de Dios, manifestando qtIe
bastaría la voluntad del Ser Supremo para que el univer50 se
disolviera, o para que el hombre fuera redimido' del error de su
(~aida; lo que pmeban con tooo eso- es sus ningunos estudios
sobre estas interesantes i profundas rnestiones. Cierto es que
Dios lo puede todo, í que por el solo hecho de su VOluntad sobe-
raoa, pudiera aniquilarse todo el Uni\1ef80, () hacer aparecer otro
universo mas ¡randa, mas bello i mas perfecto que el qUe alcan-
zamos a contemplar. Todo esto es exacto; pero todo eso i mas
,aun que todo eso, no ba~ria para que Dios contradijera su natu-
raleza, poniéndoso en abierta lucha con sus mismas obras.. He-
~os ~em~trado q~leel homb.re nadó libre, qne el. bombre ,es la
VIda I la lIbertan; 1 que esta hbertades obra de DIOS. Partiendo
de este hecho tUllllamental en esta t~tion, es mui claro, i sobre
todo.lójtco, q\le Oías debe respetar la libertad humana, como una
emanaeion de su esencia divina. EldióaUromb1'e ciertos medios
de accion: lainteIlj'encia, la vida .¡ elorgamsmo. Estos son los
-29,-
elém~ de que -usael .hombrepara,h' de la verdad a la lnen-'
tirt4. O {.le la Ilitntira lo'~ verd:ut ,Si Dios hubiera dicho: 1\'0
caig4; el Iw1nbre, el ho,m~ ,hahriapermanecido eternamente
impecable. Si despues que el hombre quiso obrar de por sí j
cay{) ,en el error, hubiera Dios vuelto a decir: Sea redimido el
hombre, sin gue élnece¡;ite de su lIcciotl ni del tiempo, el hom-
bre habia sido redimido en esos términos. Pero en todo esto,
¿qué pal?cl babria hecho el hombre? El de nna máquina; i es
mui obVIOque cuando Dios hizo al hombre, no se propuso hacer
un ci~o instrumento de su poderosa voluntad, sino crear us
ISmV\DUO intelijente i libre, con voluntad propia i con libertad
tambien suya, para poner por obra esa voluntad.
La mision del Cristoprocbá en Dios la cor:secuencia mas
lójica. Redime al hombre, no como (Iuieu detiene o hace andar
IIna máquina ciega i estÚpida sino como (/uien desca la JlIcjora
de un ser intclijcnte i libre, i le proporciona los medios de alc~ll-
zar, por el concurso de esa'intelijcncia i de esa libertail, el ren~
cimiento de un espíritu queestaba moortopara la verdad eterna.
~to es l(} que, Dios ha hocb(l~ mostrarse consecuente consigo
mismo, como un Ser profundamente sabio.
En Jesucristo hai mas hechos que palabras. Su vi(la i su
muerte forman todo lo que hai en él; i si sus palahras consuelan
i alwnbran al espíritu, es porque en esas palabras se refleja la
santidad de su vida i la grande-l-\l de su muerte. El vió el mundO
como era: LA ESPECIE HVMA;~A PECA:vno PORQI;E HABlA CAlDO. Por
eso él, en vez de ponerse a hacer discursos contra las institu-
ciones sociales, hijas de 'la caida del homb,.e, dióle a este la mano
para levantarlo, juzgando ron suhlime exactitud, que una vez le-
vant.lda, renacida la humanidad, sus leyes, Sil vida entera, serán
el equilihrio de todos los derechos, la armonía de todas las des-
igualdades, la realizaclOn de la compensacion orijinaria, de lo fi-
nito por lo inlinito, de lo falible por lo eterno, del hombre por
Dios.
Dadme un mundo cristiano; i vereis caer, derrumbarse el
MAL, el mundo entero .... Caer la espoliacion, el fraude, la trai-'
cion, el homicidio: caer la miseria, caer la tiranía, caer los có-
digos, caer los mandarines, los jueces, caer las murallas de las
ciudades, los lindes de los imperios .... Caer todo !..... MENO'il LA
t'RATERNIDAD! 1 así como de la caida: del bombre, nació el delito
asido a la desgracia i a la muerte del espíritu, que es el error,
así de la caida del crimen, renacerán la armonía, la paz, la jus.-
ticia ila verdad, que es la vida del alma.
No faltan espíritus superficiales, que creen que con dero-
gar los códigos, se ¡ograria la emancipacioIl i la dicha del jénero
humano; pero estos tales .no.han hecho, sin duda, una observa..
clon lllui sencilla.i mui fácil, sobre UfI heeft(}'que acaso no lo, han
-3n-
"isto, porque 10 tiene» mm¡asiadlHerea; 1 'EiS 'q001.0& COUlGOS Xl)
EXISTt::-¡ PARA tNA PAR'rE MUI CONSlDEIlABLBDE LA IRlIIAl1ImAD; Ítl\ue
sin ·ser lejislador, lOdo hombre virwoso, tiene los códigos dero-
pos ..eteFDllmenW..
peDal i 13 leí de enjuiciamiento
. ¿ De qué sirve el l::ódigo
erym~nlll ~arael ho~bre ~onraoo?~¿~ésitnitican las:escri~ra~
púbbcas, 1 los notarios, I los t.ejtsttádoren miotador4Sde hl{<p
teca, -para el hombre que tiene probidad 'Verdadera 7,•• :' "..
N. B. -,Glm. vida intachabf.t, anula tOM ese trm'lfe. p~
niu ¡de garan(ltt$. AprendélIDou.Ser virtuosos, i las leyes mula
teDdrifu que bacer con nosotros .. Ahora, si pretendemos ser pí-
-~ i qll~ n9. haya ~eyes que nos pidan cuenta, eSQes diferen-
té .•.. j i\lm di'fefCIitc.
Reasnmemos ('\]anto llevamos dicho en tll fondo de nues-
tra tarea.
N. B. - Hai una mc;¡ral pri!QiUva.,PUl'a.. colllpleta, c{)mo
la espresioridel hombre inocenre~ @liado por la lui del Ser SU*
prem,o. Esa moral, no es otra oo~ que LA BONtlAD BE DlOS::DI1-
tADAPOREJ. nmmnE.
He aquí nuéstro pas.'ldo.
l". B. - Tras esa moral derivada de DiQs,'Vino la mora)
derivada de la humanidad; pero de la humanidad caida oon.Adan,
en la rehelion i ·en la mentira.
De esa ~ida, vino esa moral, i de esa moral nació el Qr-
den social actual, que no es mas que la. sist.ematizacion de la in-
justicia. Este es nue~tro presente ..
i Qué haremos? Seguir la Cruz, {l cuyo reftejQ llegaremos
al Edeu,; de donde flié lanzado nuestro primer padre, ~l día sin
sol de la caida de la humanidad. Marchemos a la mejora -001
hombr~1 POR EL HOmIRKMISMO, i 00 por las instituciooes úni~
mente; i encontraremos la gran compelli\acion primitiva..
En vano hoi contemplando el derecho primitivo del homr
bre, i poniéndolo en presencia 1Ie la mentira que ahora se llama
sn derecho, nos relJelamos contrn esa m<>lItira, i luchamos oomra
$1$ efect<Js, sin hacer nada contra sus verdaderas caUS3il.
N. B. - Atacar eUnal socw. ,no esatlcar las institucio-
nes. Las instituciones mala.~. vicnm de las f1UlUzS ideflS que le~
han dallo eL ser, i las mantienen en act.:inn. - Toda fuente se llll-
rinca en su ·oríjeñ. Toda reforlrul del ÓJ'(\en actual, que IW em-
piece por el bombre, es una eeguedacl infecunda. Todo hombre
'lile crea que 1U1 enfermo cubierto de· úlceras pe$tilendales, e!'t:í
curado desde que se le ponga un vesiulo magnífico ¡perfumado,
!lin hacer caso de la lepra que lo está devorando, ese hombre quc
till cree, de seguro, (Iue ha perdido el iuicio. Reformando al hom-
bre, no babrá malas leyes; porque no habrá malvados que se atte-
--'31~
'\Ian·a~itlas.;1\i :1ilalvados ''Que se ,atre\":n¡'a'-ejeeutarl~, ni
~no que ÍfIcurra<6JI~s -sanciones.
--: ,Sin-cmbargn, cOIllproodemos que, '1 :Ia altura en que nos
,eooontmnos, f)uedehaber instituciones (re saqueo i de oprcsion
flue deben.~tacarse;pero :eStas leyes no sonde-3qucll-as que tien-
den·a dar~ranUas IlllÍtuas entre los hombres, slno·a crear ven-
tajallde 'lJOOS bQmbres e-Ontra'Qtr-O~;i esta clase de leyes, como
que tienden ti aumentar oa'ma!ltener las desigualdades sociales
que Do.provienen de la -natur-aleza, ni llevan en si mismas una
compiJ}sacion inmediat{] ibené/ica, 'deben impedil'Se 'o ataC.'lrse
hasta echarlas Hierra. ~ntra jas leyes 'de agrcsion jeneral, no
basta serbonmdo o '\'irtuoso: la agresion como jeneral, -no perdona
a ningun ser humano; i entónces, la defensa es de rigurosa justicia
i dc imprescindible necesidad; pero siemprc debe combatil'sc con
la razon, con la dulzura, e.on la dignidad:i la con~tancia.; tomando
la mejora humana por punto de ,partida. _
La :gran1'ef~a de la humanidad, ~mpezó ahora cerca de
'v~inte'siglo~; I para sa'ber cnant()"ha~:ldO ~I mlittdopor la d~c-
trmadelC-ns~ -bastará lanzar-unaraptda Ojeada Re eOlnparaclOll
entre el mundo-antiguo iel mundo moderno. Decir que los gran-
des bienes que hatraido el Cristianismo, son mas bien., una con-
secuenci.'l 'natural del desarrollo del espíritu humano, es presentar
bajo la forma de una ohjecion, lo que real-mentees un argumento
en favor dcl EVAXJELlO.Ese desarrollo, e~e vuelú del espíritu
humallo¿a quién se (lebe tEsta (OS la gran cuestiono Los pue--
blos de laantigiiedatl con sus dio\;es que representaban todos los
de¡órdenes de las pasiones mas dcsenfrenad<l.s, con sus teorias
sODrel:1lib~d, con sus sistemas de conquistas, saqueos, de-
giiellosi escl;witud,¿ adonde habrian ido a dar r ¿ 5e Cl'ee que a
donde estamos hoi? ¡Imposible! porque siendo cllanto eran, en
viI11ld--devivir i creer, de una manera enteramente opuesta a lo
quc .el cristianismo establece i{'n~cña; i habiéndoles produciOO
aquel ~fden de ('.osas, la -degradadon i·Ia ferocidad, lo IDas lójico
habría sillo la continuadon (le esa fCl'Ocidadi de esa rlegradacioo,
hasta I~;a "'u com.pleto esterminio, hasta desaparecer df' la
faz del globo; porque así como el desarrollo del bien, conduce a
la diella, el cesan'ollo del mal conduce a la desgracia.
Nosotro!;· sabemos lo que los pueblos antiguos pudieron
ser en materia de ártes, .Ic riencia!\ i de literatura; perotambien
'sabemos lo que -fueron en matel'ia de moral social, de civilizaCl{)fi
jeneral, i de vida civil.
Los hombres que oian a Ciceron, :1 Horado, a Virjilio i a
Séneca, sancioqaban la eselavitud C0ll10 un derecho, i se diver-
1i:m con k>s bárbaros combates de gladiadorcs; atrocidad que hoi
.el pueblo mas cerril de la R1l!~iacristianaverla oon horror .
¡Tanto así-ba ganado el mundo- en su vuelta·al órden primitivo
-52-
~Jl la c01ltlulsta de sus· derechQS orijinarlos t l· los ~ no
eran bárbaros: la filosofía, la literatura i las :ll1es, prOdujefOa eu"
tre ellos, modelos que todaYÍa se admiraD. No era pues,faltade
cultura lo que habia en aquel pueblo, si~o falta de rhOralidácf;"l,
cosa rara! admirable! esa cultura no les servia de liadá!. .• L~
llevaba como un torrente al envilecimiento f a Ja'muertef Antes
de los romano:;, los griego:;, degpues de b~r ttDt~lmmbre.'~
COIIID Hesiodo i Hornero, como Apeles, Ftdias i Praxitetes,eomo
8ócrates. Platon i Aristóteles, adoi'aban al crímen bajo le($08 .do-
radQs; i aun' sancionaban el hurto, el adulterio i el bo1iiicidio.
Esto no era por falla de cultura, siDO por f3tta de moralidad.
Los pueblos modernos, aun despojados de la. larga serie de sUs
grandes.hombres, de sus sabios ilustres, serian incapaces de caer
en la humillante barbarie de tantos crímenes, dclinos i estrava-
gancias. Solo la Francia, en los dias tenebrosos en que apostató
del Cristo, cayó entre un océano de sangre, como para probar
una v~ ~s al mundo, que fuera de esa gran -vía de luz, están
la violencia, la ignominia i el -verdugo .. '
. N. B.- Toda escuela que desee la mejora hutn1Ji6,es dtg- H

Da de aplauso. Pero toda escuela, que, sin quitar al lumibre 811!


vlCios, wetenda ponerlo en posesion de sus primitivOS derechos,
aspira a ~acer navegar un bajel sobre las cumbres dehis monta-
ñas. La plenitud de los primitivos derechos del hombre, son la
espresion del hombre salido de las manos del Ser Supremo, ántes
de haberse ,despeñado en los abismos del error i delcrímen; así
como la mentira que hoi se llama justicia, 00 es otrn cosa, que la
espresiondel hombre caido de aquella altura luminosa.
, Jesucristo empezÓ por la reforma del hombre; •.i el 'hombre
notablemente meiorado ya, ha dejado caer los altares levantados
en deificacion de sus delitos.
N. B.-Toda escuela que anhele la reforma bUinana, debe
ser práctica. La cspresion de la verdad no vale tanto como la
verdad misma. Por eso el cristianismo triunfa dia por dia del
error i de la barbarie; i sus conquistas serian mas rápidas, si una
gran parte de sus ministros comprendiera i cnmpliera la gran-
~iosa mision que él les ha encomendado. Si 1esucristo hubiera
dicho cuanto dijo, i mucho mas de cuanto dijo, sin baMrl0 prac-
ticado, su palabra infecunda, habria sido como la semilla de aquel
sembrador que él mismo pinta, que ~avó sobre las rocas i nada
produjo. El; i sus discípulos hablaron éon el ejemplo; i por eso
él i sus discípulos nos han abierto el camino que eonduce a la
verdad, al Eden primitivo, a la posesion inefahle del Gran Ser de
fo~ seres. ,
Séamos mas claros. Eso· ql1e entre, oosotros' se ha lla-
mado eseuela o secta Gólgota o Radital, cuyos fundamentos na-
die ha presentado; no es mas que una lejion 00 jórene8 entUSias.
-33-
Las, :unantes de lo bello por ÍDspiracion; pero que cn su mayor
~ no. se l1a dado cuenta., . ni ba dado cuenta a nadie de sus
tOOI'ÍaS fundamentales. Este modo de proceder nos ha parecidO
siempre erróneo e incompleto. A la altura en que nos hallamos,
,el qlLe no diga - de dande viene, donde está i a donde vá,-
tuando .se t~ .las grandes cuestiones de los destinos del hom-
bre, no met~ féni auditorio.
N. B. - El error de esta secta no está en el objeto, sino
. $ eLmcdio que ba escoiido para realizarlo. Quiere ir a la per-
feceionpor lag imtituciories, en vcz de ir a ellaporlas cl'efmcias.
por la moral. Cree Que, derogando lcyes. escritas en papel, se
d,crogan las leyes que los siglos 11an estampado en el corazon hu-
mano .... Ah! esas tcnebrosas leyes, hijas de lacaida humana, no
se derogan con simples palabras: se derogan con hechos prácti-
cos, con ulla vida consagrada a dar a los hombres el pan del es-
píritu, la idea verdadera de Dios i de sus dcreehos.
Mas no solo ha crrado la secta Gólgota en los medios: ha
errado igualmente en el modo de emplear t50S medios. Una secta
.quese~.coo alguna ráiol\' de hablar en nombre dc los ver-
daderos derechos de la humanHIad, no deberia desccnder jamás 411
insultO; porque el insulto es una de tMltas fisonomías de la vio-
lencia. Homhres de esta sccta, han insultado al clero, i la secta
,lo ha aprobado con su silencio, tal vez con sus aplausos. Miem-
bros dc csU secta, han insultado al ejércitQ, i la secta ha callado
o aplaudido. Jóvcnes de esta secta han insultado a los propieta-
rios, i la· secta ha guardado silencio.' Todo esto se ha ejecutado
llor la prensa, i;a vcces, en presencia de los hombres mas auto-
.rizados dc la secta i aun por algunos de esos mismos hombres ....
Quien proc1am:i el impCflo-dc fa justicia, debe abstenerse de vio-
Jarla en sus palabras. La sociedad actual, como un enfenno, en
vez de ofensas, necesita sabios medicamentos.
Nada hai mas fuerte que la razono El que no la tiene,
será siempre débil. El que, teniéndola, ocurre a la fuerza, no
mer~e tencrIa.
N. B.--,--Lasecta G.ólgota ha empezado su tarea con otro
error, nO ménos funesto para ella i para la sociedad. Ha creido
que las doctrinas son para las lDasas populares. Quienes nccesi-
,lan doctrinas en el mundo, son los hombres que abusan de esas
.masas desventuradas, porla posesion de la fuerza en el órden
físico,en el órden moral, i en el órden intelectual. En esto hai
falta d.e obser"acion. Las masas populares han sido siempre lo
que ha querido ,un COIto número de hombre!} notables. Esas ma-
sas jamás han tenido nada suyo; ni aún S\I fuerza física; porque
-esta sieqlpre ha estado a disposicion de cuatro demagogos, o de
lInQs .pooos señores que la baD esplotado en provecho de sus pr-"
;vados.iuter.cses. En matd:ias· ~c mom!, las Ulasas h¡in creido
';) ..
-34--
'Siempre lo que les han mandado creer sus amigos ~sasenemi-
gos solapados. En cuanto a ciencia, desde que el hombre tiene
ciencia, sale de las mucbedumbres i entra en el .corto nÚlllero;de
lo que se llama personas decentes o notable,';.
El poder humano, como la luz" va del centro a la cirenn- .'
-ferencia, i, como la luz, es mas intenso a medida<tUe !le'aceroa
al centro. Así hemos visto siemp~c que todo.:se.4ehe en el·mun-
<Ula trn pequeño número de hombr.es: artes,-ciooellS-, ·descubri-
mientos, política i literatura. Consiste todo esto. en que en las
masas populares -el hombre es swnamente pequeño: el espíritu se
encuentra·en ~Ias como en embrion; i como el hombrcC.es 110 .
espíritu, puede ílSeveral'se que en las muebeaumbres ~l·ser (ro-
mano se .encuentra en jérmCll, en crbálida.
Se~un estasobsel'vaciones, es mui.Óbvio que, par:!. lograr
la mejora de las masas, el camino rcr:w es el que conduce a I0s
homhres que dbponen de las multitudes i emprenden la reforma
por ellos; de otra manera, esos nombresSDll u.na rémorll tel'liblc
par.allegar a cualquier resultado que ellos re.pugnen.
N. B.-En la grande armonía unrversal, toda superioridad
está destinada a una compensaeion de equilibrio ..
Aunque Adan no hubiera caído, siempre babriahabido
des\gualdades entre los hombres; pero desigualdades naturales,
c.ompem;atlas pOI' sí mislnas. En el órden puramente físico encon-
tramos estas desigualdades i estas c.ompens<'lcwneslwooucicndo
una armonía c\elidosa. EII la guitarra, en el harpa, .en el piano.
en cicn inslnlllltlTltos fmcontralllOS cuerdas desiguales, eon voces
uesiguales, produeiendo, sin embargo,uneonci~to embriagador.
El mundo es una gran lit~acuvas ooel'das est.'Ínahoraea
desarmonía. '.'
N. B.-lIai que decirle i probarle ~I hombre vigoroso.,
que esa pujanza 110 le ha sido dada para que abu¡;c de ella maL-
tratando a los demas hombres <¡\,ICson su~ hermanos; sino para
que no permita qu.e los débiles sean maUmtados.
Hai que ¡Iccirle i prob3rle al rico, <lue esa ri<¡lI~zano le
ha sido concedida para que oprima. i esquihne a sus hermanos
dCíilludos i hambrientos, sino }Jura que, sin arruillarse éL mismo,
favorezca al desvalido. _
Hai que occirle i pl'Obarle al hombre virtuow, que .esa
viI'tud 'lO es para que desprecie o aborrezca al hombre vicioso,
permanecicndo con su virtuu como un árbol que no dá frutos ni
flores; porque en el homhre yi~ioso bai dos' cosas mui diversas.:
el hombre i el vicio; i de est.'lSdos cosas, solo es odiosa la última.
De esta manera, el hombre virtuoso acercándose al que no lo es,
con .Ia palahra i mas aun con su ejemplo, podrá vol\'erlo al ca-
mino de la pI'obidad de donae f.C habia ext,raviado.
l-lai que decirle i probarle al hombre i1uHraoo, que ese
~t)-
1i;lber no' le ba 'sido liado para que engañe i pervierta al igno~
FaRte,·sioopara que lo guíe por el mejor camino, le defienda sus
4erechos- i -se loshag:l ('onoeer en SlI oríjen i estension; para que
aprenda a amarlos como dones de Dios. -
Esto es lo que hai quehaccrpara mejorar al n:mndo se-
a gunllanoo la gr:mlei del cielo que es el nistianismo.
N; B.-Los males de la sociedad vienen de anilla para
abajo;. p9ft¡ue el mal social signiliea CAmA, i jamas S~ c~e de
abajo para arriba.
U1U VEZ )IEJORADOEL IImmRt: St:PERIOR, TA)lDIES EL r:'\FlinlOlI
Qt1EDA 1\IP.JORADO.
- Cuando hárvamos hecho al fU6f'tejeneroso, hemos hecho
fuerte al débi 1. .
Cuaudo h:ívamos hecho al rico caritativo, hemos he('ho
rico lli pobre ..
Cuando h:íyamos hecho a la virtud humilde, hemos hecho
hueno al malo;
CUaMobáyaIJl6S hecbo ahabio filántropo, bemos hecho
instrnido ~alignffl"ant6.
Este método que es el natural, cs tamhil'n el mas factible
t· el mas fllciJ. Mas faetiblc-, pOI'que los hombres superiores oyen
1 comprenden mejor ((\lC la~ mH('hc(lumbres. Mas fácil, porque
los homhres superiores existen cn meHor número que los que
forman las multittllll'~; i siempre será mas f:ícil mejorar a diez
(lue oyen i comprentlen, que a un millon que, si oyen, no pue-
den compreuder. -
La multitud lleva siemrJre su mirada h:ícia_el hombre su-
perior con el objeto de ímitarlo; porque un. sentimiento intuitivo
le dice, que en lo mas altl:>esllí lo lllCjQl'.l\kjílrado el hombre su-
perior,la imiwcion alcanza esa mejora i la socienad se rejuvenece
¡'camina hácia_el bien courapidez, i sin conwlsiones sangrientas
6 escandalosa5.
Ohrar de otro modo, ir' de ab3jo para arriba, es eSflOner
la sociedad a un cho((ue violento. Entónccs los bombrcs ((ue
poseen la supremacía del dinero, de las relaciones ~ocialcs i del
saber; hacen ruido por todas parte~ para que nactie distinga lo
que se dice; i como las masas los sigutm por háhito, procuran
fcrrarsus oídos, i aun lanzarlas contra los que 11I'ocurausu mc-
10ramiento. Arístides i el infortunado Sócrates cntrc los griegos,
¡, los Gracos ltutre 108romanos, son dolorosos ejemplos de esta:~
triste¡;, pero severas verdades. Si se empcña una luclr.!, de ella
DO puede resultar nada bueno: si triunfan los hombres superiores,
~us abuso" se alUUQntan,se ml!ltiplican en Hila pl'ogresioll cspan-
wsa: si triunfan las multitudes, la barbarie cllhre la tierra de
pa\'csas i de eadcível'es: e:; desbordar un torrente qne aC:lha pOI'
arrebatar en su despeñada "iolelJeia a los lllismos que lo han
-36-
desbordado. Los hombres que, desde t789, desbordaron tasll11il-
titudes de la Francia, <Iuitándole hlt>ta el respeto al Dios de sus
mayores, caye.ron uno a uno bajo la cuchilla del verdugo; En
e~to, no debe olvidarse que el pueblo corona la víspera de deg~
ll:u'! ... El hombre libre isinnociones de Dios, de justicia i
de fraternidad, es peor que las bestias mas feroces. Por eso la
einaneipacion humana, debe .empezar por el.mejarnmiento -moral
del indlVciduo. Vn hombre ignorante i moralizado, .mitv«es-
mejor que otl'O ilustrado i corroml'id{). Que el hombre sepa,-
qué és, que puede ser, icuáles son sus derechos. Esto es todo 1.•.
La prueba que del des6rden moral del hombre, le vienen
todos sus males actuales, es que, mejorando moralmente su es-
píritu, caen por tierra todas las usurpaciones de sus derechos
primitivos.
Mas para luchar con el mal, procuremos ocurrir al bien.
La naturalezá lIOSda a cada instante lecciones brillantes: el OSClll'O
guijarro dá chispas luminosa5. ~s necesario aprender a negar el
terrible principio de rel'cter la fuerza con la fuerza: porque la
fuerza no deberia repelerse sino con la razon i la justicia. - :
Solo el Cristo ha hecho la verdadera conipensaeíon. El
recibió los tormentDs mas atroces, i con ellos la muerte mas es-
pantosa, i devolvió al mundo los bienes mas fecundos, la vida mas
bella i luminosa: la vida en la justicia i el amor. Pero i. en quién
se encuentra est~¡maravilla, esta sublime perfeceion de la moral?
Solo en él i en sus verdaderos discípulos; solo en él i en Sil doc-
trina. A la m:íxima de all1ar a nuestros enemigos, SOS1itu~(Íesta
otra mas bella i completa:-(<Amad a vuestros enemigos, t haced
bien a los que os persiguen i calumnian»! Esta es la ve¡'dadera
compensacion del mal por el bien, la compensacion del hombre
por Dios. ,
La sociedad caída ocurrió al mal, porque' esa fué una mina
inagotable para el hombre, desde que se separó de la mina mas
inagotable aún, de la bondad eterna; i en vez de pensar en cu-
rarse sus males, se echó un do~l al cuello como el discípulo
traidor imájen viva de la suerte oellinaje humano.
N. B.-Todo el sistema penal rtel mundo, no deberia ser
otro que el de las compensaciones del mal ·por el bien; así como
se compensa la debilidad con la' fuerza, la amargura con la dul-
zura, la pequeñez con la grandeza, el frio con el calor. Hacer que
ellaJron trabaje hasÍ<'lpagar. Hacer que el asesino trabaje para
alimentar a la familia huérfana por su crÍlnen. Hacer que el bien
si~a al mal para volvcr a la armoJlÍa JlrÍJ~itiva i ~onfonnamos con
el ejemplo delnmrnRE 1lI0S, cuya palaura 1 cuyo ejemplo es la mas
bella reproduccion de la compcnsacion orijinal del hombre por su
Criador. '
las leyes penales que hoi existen, son leyes de contratfic-
--57-
don. Por eso el nnindopocoadelanta por ese respecto; porquP.'
CIWIIlo;lasoeiedad mata al homicida, hace una gran -fiesta para
euseiiar al pueblo a matar. Si UD hombre abusó de su fllena co-
metiendO'el graIl crimen de privar a otro de la vida, la sociedad
. aba"iadeumr fuerza mil veces mayor para asesinar al asesino. Si
eL~ conslImó su crimen en MIl desierto, la sociedadpe.rpe-
tm elsny~ eDWl8 plaza pública. Si el asesino cometió el crimen
en las.tiniebtas de la noche, la sociedad comete el suyo a la luz:
del soI~.• Despues de esto, ¿. para quién quedar,i estahltcido el
precepto de l'iO MATAR?
-N. B.-Pero las leyes no se derogan solamente ~n los
códigos; es necesario derogarlas en el corazon humano. En vez
dccontentarnos con quitar lmicamentc de /11 Id la pena de muer-
te, dchemos procurar :íntes horrar del homhre mi~mo la idea
infernal del 110micillio; probando i condenando cada dia i cada
in~nle, la enormidad, la blasfemia contra Dios que encierra este
crimen abominable. 'Quitar la mnerte del código sin haber hecho,
sin hacer nada, porquitarla del homhre mismo, parece un pro-
cedimiento satánico, propio para sublevar a tooo hombre de bien
contra los que asl se suble"an contra la sociedad, convidando a
las pasiones mas fcroctls a un festin de sang¡'e, de espanto i de
maldiciones.
J ,a sociedad estáenfctma; pero no creemos que el mejor
medio de curarla sea el de estr3ngularla. }\\o hasWl ver los males
del mundo. Es necesario conocer de donde proceden sus dolen-
tías para saher cómo podr:í recohrar la salud.
Es necesario, pues, combatir el crimen; pero combatirlo
sin descanso; i combatirlo, no solo CDnla palabra sino con el
ejemplo. Las enfermedades no se curan en lihros, en discursos,
se curan en los llOmbres; i lo repetiremos: EL m::-;noESTA ENFERMO.
Jesucristo conoció esto profundamente, cuando dijo a ciert{)j6ven
que queria ser perfecto: rOllA re CRUZ I sIG!:E~m-Quiso decirle:
habla, pero obra, que es lo que yo hago.
El gI<ln principio de la mejora humana, consiste en cmr-
PEXSAR EL MAL POR EL 1I1E'\;en la vida privada, en la vioa pú-
blica, en la lejislacion. Este es el verdadero espíl'itu del cristia-
ni!!.lOO;porque k">\1cristono puso por ohra otra m:ixima. Recordad
sus palabras cuando Pedro puso mano a la espadapar'a defcnderlo.
La primera compensacion con el mal que hai en el error,
consiste en comhatirlo con las amlas de la demostracion, de la
dulzura i de la dignidall. La razon, fuerte por si misma, no ne-
cesita de los 3feantes atavíos del oenllcsto i de la cólera. Pierde
entónccs su natural belleza i toma el aspecto del fraude i de la
violencia. -
Cada dia -que el juez se sien!..• cn su tribunal, sin tener
una controversia que dcchlir, ni un crimínall}He condenar, es un
--38-
día tIc ~riunfo para la humanillad.j Dichosos 'los puebll>Sque verr
Sil:> CiÍrcclcs vacías! Dichosos los hombres que vi\;en en paz, al'
amparo de la fratcrnida(l. ayudándose en sns .faenas i con!iOl:út ••.
dose en. SIIS desvcnturas! ... En esos pueblos no 'Se' necesíl:tli<
calabozos, jueces, ni soldados. Los,gobiemolrDl) son' sino inveJt.;.· •
ciones del cl'Ímen. Por eso,. a medidaqu.e elcrtmeu' diftinuye'
los mandatarios tienen que. bostezar, .erozados deb~ W sa-
~cr qué-hacl-'l' de su tiempo. Día vendrli en .quec!.débihea,ftferte;.
i en que el fuerte sea justo!. .' , ..
.No se crea que estamo3~ñamlo; Hai numerosas pobla-
l'¡anes éntre nosotros eOQuc una vida fraternal. gobierna todos
k>s intereses. La estadísticá criminat de esos pueblos,. es casi'
llula. Las cuestiones civiles se concilian amigablemente, i lo:;:'
gobernantes pasan cllíempo el! ocupaciones particulares. Estos
pueblos caminal! r;ípidamcntc·a la perfcecion moral; porque allí
,mi.(¿ !tombre está gubenultlo pUl' si mismo, I !\O !lA IXGAlI A QUE'
LO GOBIEI\~E, 1..\ AUTORIDAOi'ÚBLICA. No hui que .hacer discursos'
contra. IOb gobiernos, para que ellos caiFi reine' el hombre.
Contra el crimen es que hai que hacer dliCursos'·i,dar testlmo--
:aios "ivos; porque el dia que el crimen ilnya caido, i'amed\M'
que el crím~n vaya cayendo¡ los gobiernos carecerán de ()l)jeto.
Esta cs la rcdcneion del jéncro humano, el triunfo completo del;
vO;.del hombre; por la práctica de la lei de Dios, que 6,., la jus-·
ticia i la fraternidad! ...
Volvamos a la srcta Gúlgota, i llamamos esto secta, por-
que no podemos llamar Escnela una porcion de h()mLrcs sin teo-
FÍas fundamcnl.ales, i sin jefe o maCSlJ'Oconocidos ¿ En qué
con¡;istc que esUl secUl ha alarmado a cuantos hombres no están
afiliados ea sus banderas'! Toda liIosofía tiene sus principiOs fun-
damentales,. que son la clave de solucien de todas sus dilicull'\-
des, i cl alma de todas sus aplicaciones práctka.~j i la scc13.
GlÍ/g{)la no ha presentado sino ideas de reforma, gtlardando si-
lencio cuando ha sido pro\'ocada a exhibir los principios de dornle-
los Ocriva Esto ha inducido a sospechas (luizás injusUls,
pero. sí Ilada-Iavorables.
~osotros hemos visto i vemos en esa sccta, muchos hom-
hres de un talento distinguido, de bastantc instruccion i de una
honradez intachable. Otros, qtle de segtJfO'no &'Iben por quá
esl,Ú¡ cn esa secta mas bien que en otra· parte. Al lado de :l/gu-
nos hechos IJIW son (\(lllnceiones de· la lHosofía trascendental dl~
Platon i del Cristo, ti/osaría elevada i divina, destello de la anno-
I)ia primitiva entre el homhre i Dios, se oyen argumentos de h
escuela sensu:J.! de Epicar.o, de Helvesio i de BellthRm;argu-
mentos de la lHo,ot'ía puramente humana, espre~ion (le las con-
veniencias trallsitorias de la humanidad, ¡que biclI analizados,.
solo sirvcn para arruinar la:' I'eformas que se tra13 de sostelleu'
-;39-
.(~on-ellos~porquQ esas -reformas, en su fondo, son (leau(X'ioIl'C5
rdeJaJWsolla elev~a i sobrenatural del cristianismo. Observando
.4e esto:, hemos preguntado: i. Quién es el jefe, maestro o
~ de ustedes 1 i se nos Jla contestado: Nadie! Ah! hemos
. MocntóncC5, .csl{) nos parece un bajel sin timon, nn rjército
sinlcneral,1Ill cuerpo sin cabeza; pero el bajel sin timon, como
puede Jlegar.al puerto, puede no llegar jamas a él i estrellar:-e
.en CiCI;l esoollos: el ejército sin Jeneral, es el desórtlen:el cuerpo
sin cabeza, es el cad:ívcr .
. . Es sensible todo esto, l,orque en la secw. Glíl!Jota hai
1IOmbr(!S, i no pocos, que valen mucho como seres civilizados.
Deseariamos que estos señores :uloptaran nnestra teoria funda-
mental; i ~bre todo, el medio i el modo de darlc cumplimiento.
"Nos atr'{wemos a formular este deseo, porque no conocemos de
ellos ningllnadoetri.na mejor ni pe(lr; inos creemos tanto m~IS-:ln-
. torizados para esto, euanto que hemos tenido el honOTde haber
sido íuvitadosa atiliarnos en esa secta, pOI' ros ~ñores' l\1urillo.,
Parra, Camaeho Roldan,Herrera i Solano; i solo annados de la
teoria qoo estamos -csponienrlo, nos resolveríamos a abandonar
.nuestra completa scparacion de lo~ asuntos púhlicos de nuestro
país.
Yolvemos \In convite por otro. Tal vez no hai en d n\les-
.tro toda la !ina atencion i la esqllisit~ galanteria de aquel; pero
con los hombres puede haber mas conllescl'wlcncias qne oon las
-<loctrin3S; porque c\lando se trata de crcencias, e~t;\ de [lOl'
medio Dios., que es la verdad et{,fIla. Nuestro prind[lio funda-
mental en la refonna humana, consiste, ~n il' a la nwjOr:\ social
]lor la mejora del hombre. Segun hemos "isto, la secta Gólgota.
huSCo'! .el mismo resulw.do por la reforma de las ills!itucÍ(mcs.
Esta es nllcst1'3 diver~ntia. La maldad humana ha producido el
~rden social actual. Nosotrm; atacamos lascallsas para destruir
los efectos: l.'l secta, atacando lo.'; efectos, pl'ctendc dcstmir las
l'ausas. Nuestro ohjelO es el mismo: nuestro eamÍIlO es distinto.
Gúl[jol:¡S i no GÚlflotas, todos los homhres son nuestros henna-
ilOS, i a todos los llamamos a trabajar m la mejora moral del
hombre, en husca de la annonia i la fraternidad.
iMarchemos pues! pero sin odios de CÍrculos contra na-
die. Marchmnos sin mas aspiraciones que las de hacer el bien a
nuestros semejantes: a todas las razas, a tOllaSlas condiciones, a
la HmtA~lllAI).Todu sirve: el dinero, la virtud, el saher: el pri-
met'O confort.'l los miembros; la segunda revive el corazoll; el
.terce,ro ilumina el espíritu. Oh! si la gran mayoria del clero
cristiano comprendiera el suhlimc encargo que le est,í mcomen-
dado! Si una gran parte de estos ministros no fuera \lna contra-
diceíon viva de la verdad evanjélica! jl'ecuántos hiencs no le
:;eL'iaaun mas deudora la humanidad!. oo •••••
-4()....;-
Pero cada hombre es un sacerdote cuando se trata de la
moral i de la mejora del Universo, por el restablecimiento del:l
armoDía sobre el desórllen: de la justicia sobre la víolencia;--de
la verdad sobre la mentira! ..... El hombre que abraza esteele-
vado sacerfiocio, debe ser dulce i digno en su lenguaje,próbj¡Jo
en sus costumbres, sóbrio en sus hábítos, siempre superior en
sus aspiraciones. Para obtener la mejora social, D'EBEAPELAR
SIEMPRE A LA nAZ(j~ I A LOS l\(,\S NOBLES SENmIlE~TOS DEL CORAZON
HUIA1'iO.
- Encender en el hombre toda la luz divina que se ha apa-
gado en él: reeortlarle i -volverl~ al alma cuanto ha huidó de su
espíritu: resucitarle cuanto ha muerto en su corazon; i enseñarle,
en lin, el camino de la abnt'~aeion, la práctica de la fraternidad,
únicos en que puede encontrarse la grande armonia de las com-
pensaciones sociales, i el equilibrio de todas las desigualdades,
LA JlSTlCIA!
Es necesario que el hombre devuelva al hombre cuanto le
ha usurpado, pero que se lo devuelva VOLUNTARIAIlIDlTE, por un
convencimiento sólido, profundo e irrevocable. Esta es la gran
tarea! pero este seria el mas bello triunfo del espíritu sobre la
materia: conquista sin combates, victoria sin vencidos! .
l\Iarchemos, pues, en hllsc,ade la AR~I01'iIA
SOCIAL;pero sin
mas armas que la antorcha de la razon, que el nivel de la justi-
cia, que el poder de la verdad!
Condenando las Ilsurpaciones anteriores, las ulteriores no
continuar;ln. Es necesario enseñar al hombre que su destino
sobre la tierra, es algo mas noble, mas grande i mas elevado
que el de un egoismo estéril i sombrio.
Quicn trabaje pOI'difundir este convencimiento, tiene una
parte eJlvilliable en la gloria del gran dia en que el hombre
vuelva a Dios. ¡Qué corazon no se ahrasa de entusiasmo cen la
éontemplacion de tan hermoso resultado! Ningull lauro tiene per-
fume, ninguna aureola tiene brillo, aliado de la diadema inmor-
tal que corone la sien de este hello apostolado!. .....
Vamos pues: gllena A LA l~ruSTlCIA!Pero no olvidemos
que si el pobre es nuestro hermano, tambien el rico lo es: que
.si el virtuoso es nuestro hermano, tambien el vicioso lo 0..<;: que
si el sabio es nuestro hermano, nuestro hermanó es t~bioo el
ignorante. Consolemos al déhil con la ESPERANZA: excitemos al
fuerte eon la JlSTlCI.\.
La vida del pobre enluta el alma":mas brillante: el destino,
del criminal contrista el corazon mas alr~re: la suerte del igno-
rante excita la filantropia de tono hombre sensible i jeneroso.
?flas, para acercar el pobre :l la riqueza, el vicioso a la
virtud i el ignorante a la sabiduria, necesitamos pal.'lbras de miel
I razones <ledíal~ante: ofrecer a sus oj()s la armoniaperdida; al
--41-
equilibl'jo : moral, semejante ~ equilibrio físico, que man tiene i
conserva 'el órden en ese pomposo paraiso de mundos ([Ile brilla
nadando en las profundidades eternas. La fraternidad, es ese
ese equilibTio, esa armouia: quien no comprellllc esto, está ciego
de alma. I
. ¡Dios proteja la "RATER~mAD! para que caigan el dcsór-
den, la violencia i la mentira!
iDios proteja la "RATER~ID.\D 1 para que el mundo se le-
vante para no caer jamas, despucs de naber sido bautizado con
las lágrimas del jénero humano, i con la sangre del Hijo de la
Eternidad! .
Conclusioil.
Formulemos algunas deduccioncs de las teorias preceden-
tes. No hai mas que un antagonismo Único 1 wrdadero en la
vida social del mundo:
Armonía i dcsórden.
Justicia i violencia.
Verdad i mentira.
Para alcanzar la armonia, la justieia i la verdad, sobred
desórden, la violencia i la mentira, debe empeñarse una lucha
constante, pero nAlONADA 1 PACiFICA.
De aquí la abolicion de toda desigualdad que no tenga
una compeflsacion inmediata i benéfica, i la consiguiente com-
pensacion de las desigualdades naturales ..•
La ílustracion gratuil.<l i mas jeneral posible, para todas
las clases de la sociedad.
La consagracion de la propiedad i de la familia, como
tspans{ones individuale.~.
La comunidad de la tierra no apropiada aun, arreglando
w uso entre los nacionales i cstranjeros, cuyo gobierno reconozca
i establezca este mismo principio.
El impuesto proporcional sobre la renta excedente del
necesario físico.
La o~anizacion de la fuerza públic<l.,en razon de lo que
~da cual posee i le conserva el órden social.
La organizadon del sistema penal, fundado (?;If.A~E\'\TE,
en compensaciones a las per:;onas perjUdicadas por el erímen,
por medio de mull.<lso de Servicios personales,en casas de trabajo
establecidas al efecto.
La ilrganizacion de la beneficencia pública, para con las
personas completamente inh:ihiles o desvalidas.
La organizacion de sociedades de AmlO;';lA SOCIAL para
-42-
evil<lr () tt'flllinar loda mala intelijencia, enemistall, o venganzas
entre 10<; hombres; sin hacer rlistiueiones de c1a.~s, ni de personas;
i para excit.'lr a los fuertes a ejercer la beneficencia con ,los débiles,
siempre que sus intereses se vean en pugna, o sea necesario
Mlvar a algun desgraciado de una desdicha que lo amenaze o lo
agovie.
Sohre estas bases pueden levantarse .perdurables monu-
mentos.
Los principios son pocos: las deducciones pueden ser in-
finitas; ¡cada ulla pucde enCL'frar una reforma mas o ,meoos
oportuna.
Nuestras teorias no son otras que las del CRISTO i la LIBER-
TAD; las de la al'lnonia entre el homhre i su Dios.
Este es el Único socialismo aceptable, porque es tambien
el único posible, Al hombre se le liberta Ile\'ándolo a la perfec-
don moral, para Ijue si es débil, se haga fucrte, para que si es
fuerte, se haga justo ..
Cualquiera antagonismo sodal que no sea el que hemos
espuesto, confesamos ~ue no lo comprendemos .. '
iArmonía, justicia i verdad! El dia que esta bella trinidad
sea una realidad en el mundo, habremos llegado al grande equili-
brio moral de todas las compensaciones, al pl'incipio de la fra-
ternidad, sin -cuya luz, todo es contilsion, iniquidad i mentira.
¡Dios .lcrrarne !iourc nucstraspalabras los encantos irresistihles
de su aliento podcroso! .

vi/: J6. ul6cukdo,

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