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Dios.
lIai un Ser qlle existe por ~í mi~mo; i que por necesidad
existe sin causa que lo haya producido: este Ser, es Dios. Si
a ese Dios le diéramos Ilna call~a. a e~a causa habriamos de
:lsignal'lc otra; i a esa otra, otra sucesivamente, hasta dar con la
('~usa final o Última, que es DIOS, o no a('ah:1riamos jamás de
poner una causa a otra, dando así, sin haherlo pensado, en la
Eternid:lll; cncontr;ílHlonos con el Infinito, que es Bios mismo.
l'io podemos negar a Dios, ni supon('rle principio. 1 no
podemos negarlo, desde que h:íyamos pensado en el1Jniver~o i en .
1Iosotros mismos. OuisÍ(¡ramos ver a e:~e Dios con los ojos;
\lel'o lo vemos con el espíritu; como H'mos con el espíritu, la
intelijencia nuestra cn nosotros mismos, i en los drmas miembros
de la esp(~ciehumana .
. Al contemplar las relaciones :lI1u(.nicas riel rniverso en
los grandiosos eslaboncs de su exbtencia, eselamamos: aquí
haj 6rden, sabiduría, c:ilculo, prevision, omnipotlmcia! Al con-
templar la armonía dpl [mwfso con nosotros, no podemos ménos
que añadir, aquí hai bondall!
Esa causa, en el espacio, es infinita; ('n la duracion es eter-
na. De allí emanan la cstension i los si~los: la ('feaeíon i el mo- .
vimiento. Allí est:ín la fuerza, el tiempo, la intelijenria i la vida.
La verdact es su manifestaríon; por eso' toda mentira es UII blas-
femia: toda c~lumnia \lB :,acrilejio.
Creemos en la intclijencia tle un hombre porque vemos SU4
-'2~
- actU~: creemos' en la -intelijencia de mOg, I)()rtluevemos MIS obras.
El ACASO es UIl abSIl\'!lo~in signilicado. Si el ACASO ha producido
· cu:mw '~xiste; si el ACASO cOIlloicrvacuanto puebla la inmensidad.
'enté~es ese ACASO es Dios; i no kemos becho· mas, que l>onCf
a Dios'-'Uf\ llOnil.lrc'cstr:lvagante.
:EI concierLo, entre el ojo i la tU!, ;entre~1 oíd9 'i' el,aire,
· entre' Ios'clemcfltos tic ese air~ i los Imlmones i ~a circulacion,
~entre'el.blfato i las emanaciones a ttlIc'da oríjen el f,:llóricg;enlro
; la disol11bflidaddtl:,los cuerpos ~i d guslO; entre '·la im,enetrabi-
< lidad 'tic ;Ia·materia' i, el tactQ; ese ooncierto; repetimos, nos dijo
• desde _que'lludi/IK)s. pensar: hai nna fRtelJjeDcia,p~eFOsa qlle ha
lormaUocste bello Univcrso!
Pero nos hallamos aquí dotados de algo maravilloso que ani-
, ma 'nuestrocorazon i alumbJ'a nUC:oil1'a cabeza: vemos on piélagQ
inmenso sembrallo de fnúnooll, henchían' lIeVáI'i.a41asarmonías e
ignoramos pOI',qué hemos sido llamados 'lIe entre el abisJ"tlode la
'nalla,a presenciar esta gran fiesta del Universo. Poco importa !
"Lo cierto-es:que'DOs damos·t.renborabuena,i que ninguRo Se no-
sotros .,'querria -volverse a la noche del no ser .. Examinándonos,
· admiramos taJltas cosas! La vitla. la intc1ijenci3., la Iibértad,
-la esperanza! ,i mil i mil dotes ''3 ' cual mas bdlas, a cual mas
. inapreciables, a ellal mas interesantes, a cual mas esenciales; i
enlónce¡,;; nace en él 'fondo 'de nltCStva alma, ~Igo semejante a un
himnG, álgo masbelk> {juc una pira de perfumes: la ,gralitud,
, 8cnlimient-o ,que nos eleva hasta Di~s, pOI' la ,contemplacion de
, cuanto 'OOshallispcnsado 'euel~sa'i, es¡ll.élUlioomente.
Hlli en Dios tres grandes peneGctoue¡;. La fuer.za, "la sahi-
Alurí..'\Ila bondad. 'l .•a f'Hcrza es' el -elemento de ~a creaoioll. La
sabiduría 'es el ellmtento del ór,lcn·i, de la justicia. J..a·bondad es
,d elemento de cuantos lJienes posee.el hombre !Oúbre-latierra,
denlro' ifuera -de si mismo. _
Oi:os eskl intelijenoia·absQluta- L:dner:iJa absoluta-Eltiempo
'<3bsoluto-Lavida -ab80luta. Toda superioridad, humana ·es un
.•.Icstello de la superioridad ;absoluLade Dios. i:n Dios· cst..1 todo
,lo existente i lo posible. Su vasta inmensidad no, t.icDede NEGE-
'SAmo sino 'su mi~no Ser, "
I<.:stát-'f1 la e~encia tic 105seres,' porque llena cuaow ·existe;
-como que;es infillito'él, rnisuw. :1'000.10 sabe; ini l)Íenílajamás,
:ni ba, pensado~mmca.
El pensamiento no es mas qua la' acdon· tle la intclijencia en
·busca '\lelo desc(JI1oeitlo,'cn' busca de lo que BO posee. DIOS lo
-posce. todo, cuanto existe i cuanto pueae, exi!'<tÍf. El pensamiento
-en él, oareec de objeto; ies por lo 'ffiÍ!.'1IIO, un ~bsurdo inútil.
En Bies no lIai A:'\TES, ni IIESl'rES, ANTES, supone hech~
t}losihles: IIESI'IJES, hechos sucedidos; pero como en él 'J'e~ide
~allto existe i CUallto.puede existir, es e1aro ljue,lo de ANTES, 16
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d.e AIIOIU'ilo de BE8pm,;, se confunde eN N, Cl! el tiempo pre-
sente. Esto es lo que se llama la Oumicicucia de Dios; o la
Omriipoteneía en él, de cuanto ,existc i puelle existir.
POlIgamosun cjUluplo (}lICaclare esta iUca. Supongamos un
lienzo ,en que un .pintor traza la tara tic un \¡omIJl'c; i pregun-
taremos: ¡, la C3rade ese llOml.ll'l~llsl.;¡hacu el lienzo álltcsljUe
el pinLor ta trazara 1 De seguro, quc las IlPrsonas poco :lCostum-
hrailas .:1 me(lítar, TcspomJcdll negativamcnLc; pero sufren una
ilusíOll i· wtla mas. ¿ ~o es derLo que ese pintof' no ha hecho
otra ('.osa, quc colorcar ciertos puntos del lienzo para haeerlos
~isiblC&?¿1 acaso .el pintor rOIl Sil pincel o su /;ípiz ha creado
esos ,puntos? La pmeba de qllee~.os llUlltoscstaLan ahí on ,el
lienzo, ,cs /jueel pintol' ha po(!íllo pasar, i ha pasado el! efecto,
sobre ellos su l:ipiz o ~l pincel para haccmos VCI'una serie de
puntos quc limes no veíamos; pt~I;Oque ahícstahan ..... Pero que
el piutor !lO quiera ya trazar ta cara delln /¡ollilil'l~,sino la de
un auimal, o 1m comhate, o una-proccsion relijiosa, Oll/la c<'lscatlaj
A~nlin,millarcs de otros Gbjctos; ,¿ acaso hará otra cosa.jOe
llacemos visibles }Juntos de Sil lienzo, cuya relatioll de posicioo
11:1por resultado rada \lila de esas figuras, deeso:'i cuadro:;? ¡.I qué
.otra c.o~ es d l'nircrso, sino una manil('staeioll s('nsiblcdc UIla
pequeñísima par'!,l' de la ('kma innmc!lsid:lll de DHlS?
La ampliadon de este hecho IlelllllesLr:lhasta dOIll[e·cs posi-
'bTe, lo ~1\lChai de cierto cuando se asev!.'ra {¡tiC('11 Dios no Il.'li
sino tielllpo prescnte i I)nU)ipl'C~lCia dc CWlIltOexiste i tic
cuanto csposiblc en la lilas kl'llIlda inventir:l.
Estmdo en Dios cuanto es i cuanto puede ser, es claro Que
.~n él nada hai fatal, CII el sentido filosófico de csta palabra,. sino
DIOS:mislllo. '
Todo puede ser de un modo o (le oLro; así COIllOcn el ~jem-
plo qne hemos presentado, puede sel' o 110 ser, la calJeza del hom-
bre, o la del animal, el combate, Iapl'Occsion, o la cascada.
¡Admiral)le naturaleza divína,l'n donde exi:;Leu Lodos los
tiempos, todos los Illovimientos, todas las l¡guras, todas u\S formas,
. todas las eonformaciones imajinllhlcs; i ellantos mollos j IIwncras
de los srl'CS, pueden eoncehirseell los fecundos :Il'can.os de lllla
Etcrnilla(1 inabarcable!
Todo es admirable cn Oios: los glohos radiantes qlle :muneÍan
su pOller llavegalHlo {'n las prol"llIltlid;uh':;de Sil:; abbmo~, impe-
lidos por su s(¡plo, i el anim:iklllo impl'rcl'plihle qlle paS:ll'iatle~a-
flercihido en la Cl'caejorJ, :;j/l d iU\'C/lto dd llli('l'(lSeOllio.
Pcro llalla tan digno de nllesll'a akl\('joJl, como la hondad del
Ser Suprelllo; porqlle a I'~a hUlI(\ad delll'lllu~ 11l1l:~lroSer i cuan-
to;; hiClws I'llJlwlll't'l:Jl la \'itia Itlllllana.
No SI' (h:;a qlle dl'~dl' qlle \lila co~a .~lI/:('d(', ("a t'o:,a es fatal-
IIH'/lle llcce~arja) COIIH) ,la ~lIcl'di(J:I; p(lrqlle eJl llio~ fl('J'manccc
,-4--
~tin esa misma cosa; que no potque se haga visiblc alllOmbl'c,
·1Jejade tontir'luar estando entre el gran seno de la eternidad. Él'
Dios nada sNtt!de; porque en Dios no hai succslon; ántes, aootÁ;
i tfegpues, 80n.en él uria misma cosa. ta Stlc.esionde los aoonte-
-cImientos que el hombre ve con distincion de tiempos, para Dios
no ti~ne lugar. Esas no son sino poSIbilidades realizadas entre
el abIsmo de su graudeza; pero qúeallí cootinrnmexistiendo cOma
·ántes de suceder .para el hombre. Para él, que nOl'e sino cadí
uua de esa'l\ manifestaciones, i que no percibe lo que Dios guarda
~i1 si, pudiera apar-eoer como fatal, como irrevocable, cuanto su-
.cede.; pórqueelhotilbr~ no posee ~ los Oj05, lo pOsible en -Dios;
pero }}a't:l Dios es lo mismo un terremoto que ha de suceder de
:aquí.a 111l si~o, _ ese mismo terremoto de~púesde un sigro dé
sucedido; residiellllo en él, el hecuo realizado, como el mismo he~
cho posible, mas las inlinitas posibilidades de ese mismo hecltO,
~on cuantas modificaciones son inajinables ..
Entre la iftmensidad de Dios M hai posibilidades únicas,
.sino tan iniáitamente v.ari:idas cu:mto .alcanza a abarcar su 'mism~
~mid3d. '
Lo r(lpeliremos. En Dios, solo Dius i los atributos de 811 3d-
1IllraMe ser, tienen el 5Clloirrevocable de la necesidad. Cu:ultó
hai en él ql1e.no es él mismo, carece de natut'2.lezaúnica i precisa.
No pretendemos comprender a e~e gran Ser de los ser~,
fUente i sustento de cuanto existe; pero sí creemos ql.\e bai ab~
surdoen negal'le algunas condiciones i {'llatribuirle leyes que
pugnan con la naturaleza de un Ser tan lleno de perfeccioncs.
Bien i Ibal.
El oríjen delo1cn absoluto i el mismo bien absohilo es Dios,
tomo el conjunto de todo lo complet(}e inacabable. El mal ab-
soluto seria la negadon de DioS; pero como la n~ation d.e Dios
'Csel absurdo por excc1encia, la afinnaciún del mal absoluto, es
.\in desvarío. Hm, pues, bi{~nabsolnto, espcranza dulcísima para
~I hombre; pero no hai mal absohlto, porque este seria la nega·
cion de la cumplida belleza de Dios, la inexistencia eterna del Ser
Supremo.
- El bien relativo es el bien finito; como el mal relativo es el
malliniw.
El oríjen del mal finito, del mal humano, no es otro que la
diferencia que hai entre ]a pequeñez i la imperfeccioJl del hom-
bre, i la grandeza i la perfcceioll de Dios.
Donde acah:m cne\ hombre sus stluejanzas con Dios, em~
piezan SIlS males. En resúmcn, el mal le "iene a\ 'hombre, de
st r un ente Umitad.o.
El bien en Dio1'-;esDiol' mi~mo. El bien en el hombre es la
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imitarian de la bondad divina, es el concierto de sus accionesco~
la plenitud de sus derechos ol'ijinarios, cuyo conjunto constituye
I.A NATURALEZA HDIASA. Cuan(lo el hombre obra en armOllía con
esa naturaleza, hace el hien, e imita al Sel' Supremo. Cuando el
hombre obra en desconcierto con su propia naturaleza, hace el
mal, i se rebda contra Dios i contra !'í mismo.· Segun cuanto
Ya dicho, el lIIal es hijo de una pura negacion; i por eso un sis-
tema maniquco, sed siempre un sistema de elementos fantásticos,
en cuanto supone al mal como tenieqdo una existencia absoluta i
positiva.
Considerando al Se,' Supremo en sus relar.iones ~on sus cria .•.
turas, COIIIO Criador i couserva(lor del Cnivcrso, admiramo~ su
hondad sublime i ahsolutamente jenerosa. En ~I hombre todo es
interes: en Dios todo es p\'Ofundamente gratuito. La fuente ma~
perenne del mal humano, consiste en el desconcierto oe las accio...
nes del hombre con la hondad divina, manifestada en los dere.,..
dIOS orijinarios que constituyen su nat.uraleza, como ya lo hemos
insinuado; así e )1110II fuente mas perenne del bien en el hombre,
reside en el concierto de sns acciones con la hondad de Dios,
manifesta(la en la concesion de e.;os lIIbmos derechos.
La moral lIniv('r~al no e~ ma~ que la pr:íclica del bicn, tal
romo la hemos eOlbirlrra(lo. Esa moral vienc de Dios, como el
hipn 5U])rI'1110,caW'3 (1<-1 homhre i oríjen (le sus derechos consti.,. .
tlltivos. Esta I'S ulla \"('nladera ciencia; porque sus hases son in-
mutahle.;. La l1Iol'al,como fundacla en el sentimiento humano, no
I~S\lna deuda, porlJue cambia ('on el hombre ya bueno, ya cor-
rompido. Si el hombre fuera infinito, leIHlria la infinita sabiduría;
i con la infinita sabi(lmía, el mal fbico, el dolor, no lo asaltaria
jam:ls, ni b ignorancia le llana caer en rI ahismo del error. Si
el homhre fuera infinito. poseeria la justicia por inluidoll, i jamas
el crímen enjendraria sus (Idormcs criaturas. Si el homhre fuera
inlinito, seria fuerte, sauio, justo i bon(latloso absolutamente; pero
solo Dios posee esta.; g¡'alHlcs condiciooes; i por eso, solo en
Dios reside la perfeccioll, cuya p(~rspectiva encanta nuest.ras mas
hellas visiones. El hOlllhl'l~ílllinito jamas obraria contra SHS
propios derechos, ultrajando en su misma naturaleza, la bondad
del Ser que lo \.1acr!:ado.
Los que asen'r:m que el mal es parte de la creadon, i se lo
atribuYCll al Ser Supremo, bla,;l'el11ancontra Dios i contra la· sana
1iI0sofía. Des(le que hemos asentado que el mal es U/la ]Jura ca-
rencia, una nelfJ.cion (lt~la pcrfel'cion infinita, hemos reconocida
el absurdo de suponer a Dios autor de lo que no t.iene sino una
existencia de pma relacioll, sin entida(1 propia i positiva.
SiclHlo el mal \Ina pnra carl'ncia, no puede decin:.e que haya
SIOO (~J'ca(lo;porquc cntónces pudiera deeirse que Dios ha creat1n.
cuanto no tiene existencia; i tOllo esto 110seria otra ('osa, que v,u.
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tejido de palabras sin sentido; ni ntili¡lad de ninguna especie.
Los que pretenden hacer a·Dios autor tiel mal,. no hacen otr:t,
COS3', que lii'ocurnrse Ilna tcoriaque- ('.()ncierte·con SIlSpasiones
habituales; ·van en· b\L~ll de nn porvenir· de convenienCia, sin
observar, que' la naltlm{cz:l'dc I:ls C6~asno cambia; conlOs-deseos .
de·J$ intenciones interesadas del' homl)l~;; i mucllo .menos, .del
bombre sin criterio ni buena fc, DesCc'lflestablecer en prtncipio~
flUe siendo Dios autor del mal, nihguna responsabilHhd tiene et
hombre malvado a- la pre~encia' de· la· ~Isticia' eterna;· i enl.Ónces~.
tanto vale ser \ln.Sócrates como \In Barraba.", La\ln selÍa mejoJt
ser un· bett3C<)'¡con tal de saber-burlar-la vijilanciao los resenti-
miCfltos hUllHlOOS" porqne- se gOlsrian los encantos del vicio, sin·
tiutNr ni las ama~lras d~ una alal'lna' censtanre, ni i la creenéia,
importuna de una responsabilidad ne nltra-tumba. Ci~'tamente·
que todo esto seria mili cómodo; pero seria absur.do; i sobre todo"
profuudamoote·~rnitiost) a la mlloonidatk
. I
El Hombre ..
El homnre es la manifestacion mas be"~'l(~ Dios en ·Illérea •.·
cion uniVersal: el ref1rjo mas purtl de la sublime intelijencia.que-
sacia lo:; abismos del infinito. Pero· ¡,<]\.Ié, es e.1 hombre?' ... El
• hombre es uTla.intc.lijcncia lil}fe; i no decimos qne os una libertad;,
porque la libertad· es una cOlulicion, i. las ('odiciones suponcIl
seres con4ícilmales;,ien el homhrc. el'serque poseeIa.condicion·
de la. libertad es la illtelij}mcia: poder misteriúso de sentir i de·
scnti~e¡ Salió el hombre de IlIS manos de su,Criadof, LaLcI'1l41r.
el abismo de 111nada: a la existencil1, recibió"-- .
La inlclijencia:--La Iibcl'lad-La vid~,orgánica...
. Estas tres conct1ciOllcs,.constituyen al homhre como ser único,.
El hombre como ser múlliplo, condicion a que Oios lo ctcstinab:b
por'organismo; recibió:~ , .
Lafraternidad~Laigualdadde torlos los dCrechos~La comunidad:
tcl'ritorjal .. '
E:;;tas seis condiciones;. co:-¡sTlnjY~' tA N1\'l'(R,\I.EZA I\UMANA;;
i su desarrollo e inmunidad, constituyen, la moral en el hombre.
Estos son sm: verdadero:. (~rechos individuales; porQlle· es-
tas son las condIciones. que lo;constitll):en tal hombrel :lntes que
ningun orden social dé f1sonomla ni cstcnsion a.las. aptitudes de
la humanidad.
I~os derechos individuales dd homhrc son, pues,. las condi-
ciones esenciales ¡componentes nc sucxigtencill; tal como puede
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oon~i(h\r:írsda :ínt~s de la villa !mlctica ll~ relacion ..de homll\~~l .
bombre. Vamos a examinar cada una de esas condiciones, pal';! 1
s:lbcr si SORsupu.estas o adqulridas con el trastul'SO (Iel tiempo;
o si son .concesiones del ól'tlen sotiaL-La intelijencia es I;:Hida
del cspíritu; Qu~ el hombre nadó· eGO aptitud a sentir i asentirtie,
mnla Cal)acid*l de la nociondesí mismo, del Univ.erso i de Dios,
p;lreec un hecho por dcmas triv.ial i $cnciHo. Los adelantos (IIW
l3scieneias, las al'tes ¡·Ia itldustria han alcanzado. en el curS{) rt(~
la ,vio3(}cl mundo, pruehan la,intdijentia humana quc ha ('rcatlo
esos inventos. El lles:ll'l'ollo de esa intcli,jen.c.iaprueha I'n el honl-
IYrela noeion-de sí [H'opio ¡de ·Ia naturaJeza (\(\ la~ cosas qlle lo
rOllean;' p,ues que e."timaOtlo·las aptitlllh's i las condiciones del
mundo en 'lile hahita, sahe qB(\ 1l\lt'd\~(l1'Olnetcl'scllc sus l':lcIII-
tades en III'esrndadr, las eOl1flieiones(Ieltiempo i (k la materia,
para hacerd\\ tollo, el 101'0 deslls c;íklllos, tan'a~ i gOl'.l\S.Quiell
quisiera Sosh'll'-tr que la. intelijcncia hultlaha es una aoqubieioIl
social, tcHdriaqueprobar esa .adL¡uh;iciou¡bistórica ,i cronolójica-
ment~
Tendria que probar algo mas aÚn, que 1'1lJomhre ~"llió lle
IlIs m:mos (le su lkl.cetlor desnudo ~l~e:-ó..'\
,('hispainmortal, cn vir-
tUlI de lo.('u:\:, siente Sil ro, siente el Cllt\,prso i siente a.Dios
(',on SIlS:ullllirahks alfihu!·os. Si t,l homhrl~ hllbÍl~l'a nacillo Ilcs-
nudo f11~intl'lijl'lH'ia, l;¡ altura a que se encucntra hoi, la adqnisi-
cion <Ir,la nocioll m:\,; scn!'illa, IlHÍlria sido para él, de hecho
.imposible. Loo, animalcs e.,.t;lll·ahí para comprohar. este aserto
,le 1U13manera tanclaca como, ('()rlelllycnte.. J1:wed intclij('ntes los
animales i los VCI'l~isahalllloll:lr la \lI()llolonía de. su villa i pro-
curar. Illcjorarh, jll'Olfmf,:Il'laj, emhelkccI'la.
(Jucel hombre salioJ¡¡lI'(~ de 1:l:i 1l1."lllo.S
(]c su Hacellor,.i qUi~
esa lilwrt\ll no e~ tllmpOCO'lIHa,'1dlllli~icionsocial, c:; lambioo un
ltel'ho ifl('uCsliOO<lble;pero.¡ ljué es la lihe)'(;\(1Y La liherlad es cn
el hombre, ni p()defdf~obral' Cfmformc a ~Il \'olllnt~\(1. Antes (le
to(la asociaeion ,¡ 110tolla lei, el hOlllhre era libre. Fué ·lihre desde
el IlI01lllilltoen Quemas lo hizo;.i hai mas: si J)ios no lo huhier,l
hecho libre, nQ hahria hecllo la criatura qll(~se llama hombre,
porquc en resÚmen, el hombre no 11" otl'a cosa. que ulla inteli,..
jencia. libre con órganos ..
Si, Dios no hu[¡i(~rahecho lihre al hombre, este, huhiera sido
respecta de Dio¡; lo que respecto del homhre, 1In autlÍmata. Sin
lihertad, no hai individualismo po¡;ihle. Si Ufl hombre pudiera
hacer lllJe otro no sintiera, ni pl~nSm'aj ni quisiera, ni om'ara, .ell
nada, i por n:HI;l-ipara n:ula, sino e~mo el primero lo dispusiera,
cuando lo.dispusiera.i en el grado i términos de esa di:-.posicion,
claI'Oes (11lCese segllllllo homhre seria Hlas hi(~!l!lila espansion
del primero, que IIIl irHlividuo aparte. 1 si este /redro pudiera dar
este rl':iultado, lle hombrc a hVJ\I\)re, ¿ 11\11" hubiera slll'cilido si.
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Dios, con suínfinita superioridad sobre el hombre, se hubiera
propí.testo imprimirle su poderosa voluntad '! Seríamos a DiOs, lo
que nue:;tro brazo a nosotros: un órgano pasivo, no un iodilidu9
verdadero. Las máquinas que ha.c(l el hombre están en esre- caso;
¡quizá obooecen fuénos a su voluntad, qne lo que obedeceria el
hombre a la voluntad de Du)S; si esta nobubiera querido en él,
una existencia libre' e independiente. V.é~~elOque s~ con los
relojes, i a pesar de que estas máquinas a' veces {lQféeen rebelarse
contra la volUntad hUmana, nadie ha soñado jamasatribuírles la
fiberladni el indIVidllalíslno mas -leve!
Los. que stlponen que el hombre no ~ libre, no ban erope-
latlO por dal":>ccuenta de lo que' constitnye]a libertad, para (01'-
'marse' una idea clara de esa entidad abstracta. Otros han querido
ecMr sobre Dios los fMItos de nUfr:\tros errores i maldades, ase-
verJndo que, no siendo libre el hombre, nin~una aptitud tiene
par:.t ·decidirse por el bien o e] mal; i que por lo mismo, no e~
respansáble de nada de lo ql1e hal>e,o·deja de hacer; siendo tan
ai~de eiD)io cuando. obra el bien, como de vitupt'rio cuando
'o1)r:. cima\. . ' .
~oes nec~ario mucha penetrncion para comprender que en j
Caida .
. PI':'o el hombre, naciendo libre, nació finito, dcficícnte;
sin que (le otl'O modo hubiel':l podido existíl'. Infinito el hombre
era preciso que no hubiera tcnido principio; porque al ser- creado,
al empezar, al tClwr principio, siendo infinito, jamas hubiera aea-
bado (k salir de las manos ¡\el Criador; i los siglos se hnndil'ian
tras de los siglos, sin que 1'1- hOlnhrl~inlinito pudicra presentarse
nunca a presenciar la gran fiesta uel Cniverso; a rejir el imperio
de este hello mundo. '
Moisés nos tlice que el hombrc fué creado Jlor Dios: noso-
tros vemos que el hombre 110 es un ser neces::u'io; i no vemos en
el mundu material. elemento alguno lllH' pudicl':l hahcr producido
su espíritu pcnsadol' •.su asomhrosa memoria, su ratliante imajina-
cion. Moisés diJO eso ahora 3,;)00 años; i en nuestros dias Bo-
naM, Rel'tl'3nd, Bou\"ée, el insigne Cuvier, i varios otros gran-
des jeólogos, nos han tlcmostrado que el hombre es nuevo sobre
la tie1'l'a. En los lilas antiguos tefl't.,nos que constituyen nuestro
globo, se enCI\('utra el esqueleto de la tortuga, la osamenta del
caiman, animales que hoi viven con nosotros; se encuentl'an esos
fósiles eonfundidos ('on ,los de las l':lZasante-diluvianas que han
(Iesapar(~('idocompletamente; i el esqueleto humano, no vienl~a
dar ill(\idns tlcl homhre, sino entre los terrenos de formacion mui
postcrior. Lste (~oncierlo de la ciencia modcl'lla, con la verdalt
b!blie3 antigua, causa un asomhro consolallor vara clllOmbrcque
vIve de grandes i santas esperanzas. ,
]Has el hombrc, eon toda su maravilla, aunque hijo del
bien Sllpl'emQ, nació con un mal injénito: la fminad, la limitacion.
Nadó I¡nito, i como Hilito ignorante, i como \gnol'3ntecApAz DEI.
ERIlOR. i\'o ol\'Íllemos esta llltima fcase: (,,,\\'.\1. I)EL .1~f\~0I\. A<le-
-13-
mas, el hombre nadó libre; pero es tambien digno de atencion,
que la perleccion de Dios era la compen~acion de la Iimitacíon
humana.
Como Scf libre, llios no podia, sin contradecir ~Il propia
obra, imponer al homhl'C su YOlllnt~ddivina. De otra manera, la
libertad humana, perdida, ahogada en la voluTlI<lll(Iel (;I'all SCI',
jamas habría podillo manifestJrsr, tener existencia verdadera.
El hombre pues, como finito, era capaz del error; como
intelijente podia comprender el hien i el mal, pero imperfecta-
mente,en los dias de S1l complda incspel'icncia; i ell presencia
de estas dows, el hombre era entólll:es tan libre como lo es hoi,
rlespues de cuanto ha estudiado, esperimrntado i aprendido; i
armado de esa lihertad, po(lia vohel'se a Dios, o ellcerrarse en
sí mblllo, para ohrar segun le paI'eciera.
La Bihlia nos diee que Dios hizo al hombre una pl'ohihi-
don, qlle 110 fll(~sino 1m prec('pto que tpnia SIlS l'e"pc('ÍÍ\·as san-
ciones. Si Dios hubiera queI:ido que el hombre 110 comiera del
~írbol prohibido del bien i del mal, el homhre no habria podido
tocarlo nunca. Entónces el precepto se convertia en UII verda-
dero mandato que encerraba el alliquilamipnto (le la lihertad hu-
Jllana; pOrque en tal ca~o, ni el homhre <¡urdaha lihre ,'omo hahia
sillo creado, ni la violacion era po,ihle, i entrínces el precepto era
complctamenl.e inÚtil; i su obsenaneia no Yellllria ya (leI homhre,
sino de Dios mismo, que aniqllilaila con la ~lIya la voluntad
humana.
Dios hizo \lna verdadera Iri penal, no en favol' (le (;1,como
hace la sociedad, sino en favor del homhre; pero no ('oar:ó al
hombre la voluntad que le hailía eoncedillo, procediendo en ello
como UR ser sabio i consecucnte, i el hombre pllllo haccr, e hizo
en efecto, lo que plugó a Sil voluntad.
La alegoría bíh!iea (Iel ;írhol, (le la serpiente, de la man-
zana, de Eva i de Ad:ltl, no es mas que \Ina demostracion sensi-
bh~oe un hecho demostrable por-la mas profllnoa metafísica; pel'O
que enmelLo .en esos oscuros rO]laje~, pienle la sellcillez de que
necesita para ser <:ont3110i ser intelijihle a la gran r:nnilia humana,
en que hai tan ]locos Pascal, Azaiz i Rant. Ademas, i. quién ig-
nora que los orientales se cspresan por símbolos, por jrrogIíliros,
por parábolas, por met<Íforas i alegorías tIesto no es solo un
tipo oe los hebreos: los ejipcios, los persas ¡los tur('os no han
tenido jamas otro lenguaje en Sil historia i Sil r('lijion.
El hombre lihre i finito, tmia en sí una Ilt~ficiencia tan
grande, como era grande su (listancia, como sel' Hnito, del ser
infinito que lo hahia en'atlo. Dio~, la sahirluría absoluta, que lo
posee tDdo sin necesidad de hu~carlo: (;1, dotado de intelijrncia;
pero ignorante de la etcma exbl~ncia, i de la etema posibili-
dad .... l<~tupcnda difereO('ia! pero el homhrc tenia un medio para
-:14-
110caer en -el clTor: marchar sieUlprc en los senderos alumbra-
dos 1'01' la ete1'Ila sabiduría. Dios le lH'esehtó este mellio, porque
Mte medio existía de hecho en Dios, COlllO el complen'iento uni-
versal de la deliciencia humana; pero el hombre como libre.,
podía aceptarlo o no; i cayÓentre los abismos del desórden. Dios
pudo hahcrlo iluminado etel'llamente, como el faro simbólic~ (,fue
guió cuaren!.'\ años al pueblo hebreo en los desiertos de la Arabia;
pero no olJligándolo a ello; porqlle ontónces arruinaba su libertad, -
obra de su bondad inefable. Quiso el hombre ensayarse, IDl'dirsc
con el Universo ..... era Ubre, i quiso serIo -en tooo i para todo:
se separÓ de Dios, Quedó entregado a su ignorancia, a su insu-
ficiencia: divagó entre los abismos que lo rodeaban, i cayó {ID el
error .... ,
Esta eg la caida llUmana: la renuncia de Dios por el hom-
bre. A la cienda infusa e inl;llible tle Dios, ~e sostituyÓla cien-
da adquirible i falible del hombre: a la fuerza, la debilidad; a la
luz, las sombras; a la verllad, la duda o I~ ¡nentira. El enor
trajo el crímen, el crímen cubrió el mundo, i el mundo tembló,
se ajitÓ entre horrendas agonías: se hundieron las mont;,ÚÍas,pe:-
recieron los imperios i el recuerdo de estas grandes cosa~, quedó
gralJa(lo en la memoria de todos los pueblos; i hoi se comprue-
ban de una manera admirable, pOI'las relaciones de los viajer{)s,
i por las investigaeiones de los jeólogos, en las ruinas jigantcscas
llel mundo priuntivo.
La SelJ3racion del hombre de [)íos, fllé unarebelion: e~l
rehelion del homhre contra su Hacedor, trajo la rebeliÚll ¡¡el mun-
do contra el homhre. Todo esto está enlazado en un encadena-
miento lójico. En esa rehelion naufr:igó el pasado de 1<) hUll1all1~
da~, i nació el órdcn actual del jénero humano; trastorno com-
pleto (le los derechos primitivos de nuestra especie. El hombl'C
apostató de la hondad divina, i se puso en guerra con SllS mismos
derechos, con su propia naturaleza.
La moral no fué en su oríjen otra cosa, que la bondad de
Dios imitada por el hombre en la vcneracion de sns derechos ori-
jinarios. -Hoi mismo la moral, la verdadel'a 11101'31 humana, no
puede ser otra: mos ES llUE:'\O.Imitemos a Dios, para conformar-
-nos con slls leyes de eterna armonía: SEA~IOS llU¡'::-iOS!llespcte-
mos la naturaleza humana! .
Pero el hombre separ:inllose de Dios, entref?ado a sí mismo,
formó una moral fllnllada en la violacioll de sus llllsmos derechos,
en el ultraje de su propia nalur;¡leza. Entónces se preguntó así
mismo: qué cosa era el DIE:'\:llUI~cosa era el MAL, i respolldió:
lo lJuc !J/J siento COIIIO Imeno, como Útil, como conH'nieutc. Pero
cuando se hizo csta!¡ preguntas i se llió esas resJluestas, ya estaha
en lucha ronsi¡{o mismo; en KlIel'l'a con la vei'dad i con sus de-
rechos oríjíllarios. Busró la didla, í encontró una (Iuillléra: buscó
~15-
'la venlad (IUC'habia :ihalltlónado en el Paraíso, i' no pudo encon·
tr:ír sino pesadillas ridiClIlas,o· e~pantosa~; teorías, sistemas, du-
d8s i oontradicciOflcs.
l?ué creado intclijcnte, i se 'encontró tl'eyenctoen b mentira.
·'F-uécreado libre, i si-ntió cadenas cn sus piés, ,i 'llIorctazas
-en sus labios.
t<'·uécrcado'l>alla :Viv1r,'i se' \lió ~ohre un catlalso, en pre-
~encia 'del'verdugo.
J:ué creal10 fratcl'nal,'i'vióque sus 'hermanos pedian su
'cabeza, i como por un acto de compasien, se contentaban con en-
terrarlO' en 'no oatabOla, i' mllndalio luego a espirar, sin hogar i
sin patria, ~n una playa ~1)Iit:lria..... '
ii'ué creacto para taigualdad, i se vió lI:llnarlo eselavo, con-
denado alhamhre i a b fatiga: fllé Ilamaílo vasallo, pleheyo !....
i tuvo que m:ml~hnr Sil tl!iento, e infamar su lengua, (liciendo a
~us tiranos: «mi::uno,. mi rei, mi señor, mi Dios.... »' icsos tiranos
'Cl'ansus hcrmanos.
Fué treaoo seMI' délm\in\10,: ¡para habitarlo, pata cultl-
varIo, 'tuvo l1ue dar a sus pl'opios hermanos, su sangre convertida
'en sudores i I;ígrimas.
En ~ez de sus acrechos primitivos, sc le aparederon el
hambre, la tiranía, el destierro, la mentira i el paLíhulo.... Hor-
Tenlla peripccia'! 'í" Quién ha hecho tOllaesta malll;\(lt El hombre!
Dios !labia hecho a intdijencia-Ia Iihertad -la vida - la fra-
ternidad -la igualdad i la comuni('au. El hoÚlllre cayendo «e su
elevada rl'eacion, tdjo csa llOrtibleparodia flue hoi se llama ór-
'rlen sodal, justicia., libertad i derechos. Cayó el hpmhre, i COII
,él descendieron a Un abismo los derechos esenciales de su prinn-
tiva existencia. De otra manera ¿ cómo explicamos este gran tras-
·torno, este completo olvioo de los vcrdaileros derechos de la hu-
lllallidad?
En presencia' de estos derechos,la intelijcncia es inviola-
'ble"-: la libertad es iIl-Violable-la igualdad es inviolable - i es
inviolablcJa comunidad territorial; í: icuál de esos derechos ha sido
respetado? cuál no ha sido ultraja! o, hoUallo i aniquilado?
Comparemos -En presencia de la intclijencia, huyen lu
duda i la mentira.
En presenda de la libertad, huyen los amos, los ~ñores,
,Ios,mandaklrios, las mordazas i los c~iabozos: caen los ejércitos,
los cótli~os, los dOKmashumanos, los lindes del mundo.
En presencia de lavi«a, huyen 109 homicidas, los (',adalsos,
los jueces i los veI'llu~os.
En ;Jll'cscncia de la frawrnidad, huyen los fraudes, los abu-
sos de la amistad, los ahusos de la fuerza indi\'idual, los odios,
las ycnganzas los rencores i el dc::.anlpafo,
J
-16-
En IJI'csl:ilciade la igualdad, huyen' todas las jerarquías,
creadas como eslabones del poder (Je un hombre sobre otro.
En Ilresencia de la comunidad terrestre, huyen la espo-o
liacion, la míseria i el abatimiento.
¿ Qué ha hecho el homhre? qué ha becho la sociedad? La
sociedad v'i6el MAL i dijo: condcnémoslo.-Pero ¿lJUébizo para COfI-
denarlo '! sancionarlo por todas partes~ apelar a él a cada mo-
mento. Todo prllel)a que desde que el bombrecayó, separándt>se
del Criador, 1'0(16entre tul abismo de contradicciones, de cegue-
dad t de locura .....
La sociedad cuando castiga, lo hace porque cosdena el
mal; pcro si ella condena el mal, se ata la lengua para oofldoo;lr,
se ata las manos para castigar: condenar es poner el mal en prác-
tica: castigal' es poner el Illal por obra. Pero el hombre una vez
caido, sigui6 cayendo; i como Sil primera c<lidafué la mas grave
contradiccion en qlle pudo poner~e para consigo mismo, de en-
tónces para acá; todo en él, son contradicciones i absurdos.
Proclamó la· inteljjencia crealldo escuelas icolejit>s; i 11'-
''Vantó hogueras para quema¡' brujos ¡herejes; despues de haber
·asesinado a Sócrates como enemigo de los dioses.
Proclamó la libertad J'euniendo los pueblos. en los gran-
des comisios de AlemlS i de Roma, i levantó drcelescon pri&io-
nes de todo jénel'o. Condenó el homicidio en sus códigos, i al
mismo tit~mpo, el'ijió el cadalso i puso sueldó al verdugo ....
El gran dogma de la fraternidact, es el elemeJlto regulador
de los dere.chos del homhre: es como el nivel i el plomo del ar-
quitecto. El establece el imperio del Yo, i rechaza cllanto en el
hombre no es el resultado de su espontaneidad individual.
En presencia dc este gran principio,_ que entraña· en su
.esencia el principio de la Igualdad, ¿ quién puede imponer penas
al hombre? .
¿ Con qué derccho un juez manda encerrar? ¿ COn qué de-
rechomanda IIn gobernante conscril)ir a un hombre i lo separa
de su familia i 1(' pone un fusil en las manos para que vaya a
a~esillar a sus semejantes'! ..... Ese juez, ese gobernante, que no
son mas que homhres conignales derechos a los de cualquiera
otro hombre, i.de dónde derivan su poder? De d6nde? ¡oh! eso
es admirable! Ellos responden: de la voluntad de la sociedad.
Oh! vtamos! Pero es pred~odescomponer ese fant<lsrt1aque se
llama socieuad, para saber qué entidad es esa, cuál es su· natu-
raleza. ,
... I.a sociedad no es mas que una coleccion de hombres quc
viven bajo un mismo Mden de hechos convenidos o soportado.<;.
Mascn esa-coleccion de ñoinbres, no hai otra cosa que miembros
de la especie humana .cctamenle iguales en derechos, como
ya lo llevamos demostra~
-17-,
'EDttebOtnbi'es . pe,r~. i ~te iguales, no ha¡
~ad; i vor lo mlNilO','~Mdie tiene d~eho a gobernar a
eifcr.'id :rpedtrfe cuenta·de sus accímie!. &.ma~matic~nte
exacto. que ~ond.e t?dos son iguales no hal.Di puede ha~er man-
dilto Di obet:i1éncla,Slno como hechos consentidos voluntarulQlente;
i eso, miéntras dure la voluntad de consentirlos ..
En prestncia de estas observaciones lójic3S i mui senci-
llas, ¡cómo es que el juez. encierra, que el mandatario oprime ()
hace :iDtlt8r :l unos hombres c~n otroS, apoyados en una opinion
jeneral desautorizada 1-
En presencia de los principios de igualdad i fraternidad,
los derechos de un solo hombre son esencialmente iguales a los
derechos de diez, de cien, de mil, de millones de hombres. Pro-
curemos demostrarlo. Los Il()rnbrCj;son iguales en derechos, por-
que esos derechos son en todos i en cada UDOde ellos, perfecta-
mente indefinido~ en cuanto a su estension. Para que las mayorías
dieran superioridad, seria preciso que los derechos del hombre
fueran tuliciQtu¡bles, pudiend"ó SUmarse uno a otro; pero 'como
IosderécMSde cada hombre constituyen un guari5mo indefiilido,
i los guarismos indefinidos no pueden l'umarse, es claro que tam-
poco puede hallarsc, en ningun caso, la suma que los derechos
de la mayoría daria como superior al guarismo único de los' dere-
chos de un hombre solo.
Segun esta demostracion, se ya derecho al imperio del \'0.
~m estos principios, cuanto no se derive de la espontaneidad
indIvidual, C3rcce de apoyo i vicne a tierra. ¿ Pero es así cQmo
va el mundo? Mentira i mas mentira! i siempre la contradiccion
por donde quiera que volvamos los ojos! .... La República misma,
con sus elecciones voluntarias, es~ mui léjos de llenar las exijen-
cias de los derechos orijinarios de la humanidad .
. El hornhre busca la felicidad sobre la tierra; pero la busca
al trll\'es de sus nociones sobre el Bien i el Mal. Sus miradas est..'Ín
siempre fijas en este blanco de todos sus esfuerzos: C.offiO artista,
como literato, como filósofo,. corrc' tras de la dicha. Por eso la
moral es la primera de las ciencias humanas; todas las demas la
tienen por base, i sin ella el mundo seria un cadáver. ¿ Qué ha
hecho el, homhre caido! .., .....•
· Los antiguos idearoD Ílmumerables sistemas antropolójicoll,
llenos de teorias vanas, de quimeras estravagantes.
Los escépticos lo negaron todo, sin ver que la seguridad
con que negaban cuanto existc, encerraba una afirmacion univer-
sal que decretaba la inexistencia del Universo; pues dccian: e$
cierto que nada exi9te.
· Los estoicos se propusieron lucbar con el dolor para ven-
cer allfal, uegando su naturaleza; i pasaban una vida de maJ'-
tirios, .para f~leeerse contra la ~gfaciai miéntra~ la muerte
· 2
-t8-
los sorprendió' en-esta 'lutha cruel e ~ecunOa- ent¡ue \000 babia
sido har.erse fuertes para un-dia que jamas ,llegaba. H.
Lo;; Cínicos causaron ll{}rror.por sus costumbJeS. impúdi--
~ i SU vida desaliñada. - .
: .. Los·pi~6ricos $l}iíMon con tl'ansfOnnaciones 'e'Stmrnbó-
ticas, que-no tenian mas fundamentos que las-analojias ~rts
~e la materia·~· sus prodijiosas-tareas 4e·aliálisit;· i ·8ÍQtesíSot-
gánicos .... '. ' u
Bedencion·.
Los d~Ól'denesdel hombre habian llegado a un grado de
delirio increible. Sobre' lOs huesos de den naciones degolladas p
CATALOGACION
-28---
~abio entre tá ignorancia, ~n rroo: entre la misma', tannoble
entre la inlamla, tan digno ('ntre la bumildad, tallpoderoso' elltre
el desamparo este nombre, en cuya vida i en cuyamuert~
&eve' clara la presenda de Dios, sin las pertll1'baciones delindivi-
duo humano; este bomhre, este Dios santi'kóla tierra con 'su
~ngre, purificó el Universo con'su afieJ\t»i resucitó cOifslI'
muerte a la c~ida hmnanidarl ..... E-sté 'es JESUCRISTO! Al' ~pirar
el justo, crujieron las columnas de ,los templos elevados por el
error i el crimen: sus doradas tecburnhres, sus m~cizascolum-
nas, sus dioses rodaron en pedazos, i se confundierón en el
polvo COIl las cadenas de labumamdad quebrantadas i deshechas.
Respiró el mundo, consolado por un rayo de esperanza, i vió' en
el ,horizonte la allrora de vida que iluminaba i embellecia los
días deliciosos de su primera existencia.
JEsn;r:rsTo ha venillo a cumplir la lei de DIOS:la leí de la
al1nonla primitiva, que no es otra, que la compensacion orijina-
ría de la perfeccion divina re.'\pecm de l~ deficiencia del hombre;
i si ha! algo que compruebe la divinidad de su Dlisilm, 3 los ojos
de una filosofía profana, pero imparCial, es la contemplllcioil del
magnífico resultado moral' que su doctrina prepara al jénero hu-
mano. Este resultado es sencillo. Dndme un mundo perfectamente
cristiano, i hemos vuelto a los dills de la pureza de Adin. Esto
('s todo. Por Dios vinimos de la eternidad al universo: por AiJan
vinimos tle la ciencia a la dicha, de la dicha al infortunio, de la
,'erdadal error. Por Jesucristo volveremos de las tinieblas a la
luz, del error a la verdad, del hombre a Dios; porque en Jesu-
cristo se vuelve a hallar la compem8cion del hombre por la su-
ficiencia del Cria(lor ..
Los argumentos de las personas que niegan la mision del
Cristo., fundada." en la omnipotencia de Dios, manifestando qtIe
bastaría la voluntad del Ser Supremo para que el univer50 se
disolviera, o para que el hombre fuera redimido' del error de su
(~aida; lo que pmeban con tooo eso- es sus ningunos estudios
sobre estas interesantes i profundas rnestiones. Cierto es que
Dios lo puede todo, í que por el solo hecho de su VOluntad sobe-
raoa, pudiera aniquilarse todo el Uni\1ef80, () hacer aparecer otro
universo mas ¡randa, mas bello i mas perfecto que el qUe alcan-
zamos a contemplar. Todo esto es exacto; pero todo eso i mas
,aun que todo eso, no ba~ria para que Dios contradijera su natu-
raleza, poniéndoso en abierta lucha con sus mismas obras.. He-
~os ~em~trado q~leel homb.re nadó libre, qne el. bombre ,es la
VIda I la lIbertan; 1 que esta hbertades obra de DIOS. Partiendo
de este hecho tUllllamental en esta t~tion, es mui claro, i sobre
todo.lójtco, q\le Oías debe respetar la libertad humana, como una
emanaeion de su esencia divina. EldióaUromb1'e ciertos medios
de accion: lainteIlj'encia, la vida .¡ elorgamsmo. Estos son los
-29,-
elém~ de que -usael .hombrepara,h' de la verdad a la lnen-'
tirt4. O {.le la Ilitntira lo'~ verd:ut ,Si Dios hubiera dicho: 1\'0
caig4; el Iw1nbre, el ho,m~ ,hahriapermanecido eternamente
impecable. Si despues que el hombre quiso obrar de por sí j
cay{) ,en el error, hubiera Dios vuelto a decir: Sea redimido el
hombre, sin gue élnece¡;ite de su lIcciotl ni del tiempo, el hom-
bre habia sido redimido en esos términos. Pero en todo esto,
¿qué pal?cl babria hecho el hombre? El de nna máquina; i es
mui obVIOque cuando Dios hizo al hombre, no se propuso hacer
un ci~o instrumento de su poderosa voluntad, sino crear us
ISmV\DUO intelijente i libre, con voluntad propia i con libertad
tambien suya, para poner por obra esa voluntad.
La mision del Cristoprocbá en Dios la cor:secuencia mas
lójica. Redime al hombre, no como (Iuieu detiene o hace andar
IIna máquina ciega i estÚpida sino como (/uien desca la JlIcjora
de un ser intclijcnte i libre, i le proporciona los medios de alc~ll-
zar, por el concurso de esa'intelijcncia i de esa libertail, el ren~
cimiento de un espíritu queestaba moortopara la verdad eterna.
~to es l(} que, Dios ha hocb(l~ mostrarse consecuente consigo
mismo, como un Ser profundamente sabio.
En Jesucristo hai mas hechos que palabras. Su vi(la i su
muerte forman todo lo que hai en él; i si sus palahras consuelan
i alwnbran al espíritu, es porque en esas palabras se refleja la
santidad de su vida i la grande-l-\l de su muerte. El vió el mundO
como era: LA ESPECIE HVMA;~A PECA:vno PORQI;E HABlA CAlDO. Por
eso él, en vez de ponerse a hacer discursos contra las institu-
ciones sociales, hijas de 'la caida del homb,.e, dióle a este la mano
para levantarlo, juzgando ron suhlime exactitud, que una vez le-
vant.lda, renacida la humanidad, sus leyes, Sil vida entera, serán
el equilihrio de todos los derechos, la armonía de todas las des-
igualdades, la realizaclOn de la compensacion orijinaria, de lo fi-
nito por lo inlinito, de lo falible por lo eterno, del hombre por
Dios.
Dadme un mundo cristiano; i vereis caer, derrumbarse el
MAL, el mundo entero .... Caer la espoliacion, el fraude, la trai-'
cion, el homicidio: caer la miseria, caer la tiranía, caer los có-
digos, caer los mandarines, los jueces, caer las murallas de las
ciudades, los lindes de los imperios .... Caer todo !..... MENO'il LA
t'RATERNIDAD! 1 así como de la caida: del bombre, nació el delito
asido a la desgracia i a la muerte del espíritu, que es el error,
así de la caida del crimen, renacerán la armonía, la paz, la jus.-
ticia ila verdad, que es la vida del alma.
No faltan espíritus superficiales, que creen que con dero-
gar los códigos, se ¡ograria la emancipacioIl i la dicha del jénero
humano; pero estos tales .no.han hecho, sin duda, una observa..
clon lllui sencilla.i mui fácil, sobre UfI heeft(}'que acaso no lo, han
-3n-
"isto, porque 10 tiene» mm¡asiadlHerea; 1 'EiS 'q001.0& COUlGOS Xl)
EXISTt::-¡ PARA tNA PAR'rE MUI CONSlDEIlABLBDE LA IRlIIAl1ImAD; Ítl\ue
sin ·ser lejislador, lOdo hombre virwoso, tiene los códigos dero-
pos ..eteFDllmenW..
peDal i 13 leí de enjuiciamiento
. ¿ De qué sirve el l::ódigo
erym~nlll ~arael ho~bre ~onraoo?~¿~ésitnitican las:escri~ra~
púbbcas, 1 los notarios, I los t.ejtsttádoren miotador4Sde hl{<p
teca, -para el hombre que tiene probidad 'Verdadera 7,•• :' "..
N. B. -,Glm. vida intachabf.t, anula tOM ese trm'lfe. p~
niu ¡de garan(ltt$. AprendélIDou.Ser virtuosos, i las leyes mula
teDdrifu que bacer con nosotros .. Ahora, si pretendemos ser pí-
-~ i qll~ n9. haya ~eyes que nos pidan cuenta, eSQes diferen-
té .•.. j i\lm di'fefCIitc.
Reasnmemos ('\]anto llevamos dicho en tll fondo de nues-
tra tarea.
N. B. - Hai una mc;¡ral pri!QiUva.,PUl'a.. colllpleta, c{)mo
la espresioridel hombre inocenre~ @liado por la lui del Ser SU*
prem,o. Esa moral, no es otra oo~ que LA BONtlAD BE DlOS::DI1-
tADAPOREJ. nmmnE.
He aquí nuéstro pas.'ldo.
l". B. - Tras esa moral derivada de DiQs,'Vino la mora)
derivada de la humanidad; pero de la humanidad caida oon.Adan,
en la rehelion i ·en la mentira.
De esa ~ida, vino esa moral, i de esa moral nació el Qr-
den social actual, que no es mas que la. sist.ematizacion de la in-
justicia. Este es nue~tro presente ..
i Qué haremos? Seguir la Cruz, {l cuyo reftejQ llegaremos
al Edeu,; de donde flié lanzado nuestro primer padre, ~l día sin
sol de la caida de la humanidad. Marchemos a la mejora -001
hombr~1 POR EL HOmIRKMISMO, i 00 por las instituciooes úni~
mente; i encontraremos la gran compelli\acion primitiva..
En vano hoi contemplando el derecho primitivo del homr
bre, i poniéndolo en presencia 1Ie la mentira que ahora se llama
sn derecho, nos relJelamos contrn esa m<>lItira, i luchamos oomra
$1$ efect<Js, sin hacer nada contra sus verdaderas caUS3il.
N. B. - Atacar eUnal socw. ,no esatlcar las institucio-
nes. Las instituciones mala.~. vicnm de las f1UlUzS ideflS que le~
han dallo eL ser, i las mantienen en act.:inn. - Toda fuente se llll-
rinca en su ·oríjeñ. Toda reforlrul del ÓJ'(\en actual, que IW em-
piece por el bombre, es una eeguedacl infecunda. Todo hombre
'lile crea que 1U1 enfermo cubierto de· úlceras pe$tilendales, e!'t:í
curado desde que se le ponga un vesiulo magnífico ¡perfumado,
!lin hacer caso de la lepra que lo está devorando, ese hombre quc
till cree, de seguro, (Iue ha perdido el iuicio. Reformando al hom-
bre, no babrá malas leyes; porque no habrá malvados que se atte-
--'31~
'\Ian·a~itlas.;1\i :1ilalvados ''Que se ,atre\":n¡'a'-ejeeutarl~, ni
~no que ÍfIcurra<6JI~s -sanciones.
--: ,Sin-cmbargn, cOIllproodemos que, '1 :Ia altura en que nos
,eooontmnos, f)uedehaber instituciones (re saqueo i de oprcsion
flue deben.~tacarse;pero :eStas leyes no sonde-3qucll-as que tien-
den·a dar~ranUas IlllÍtuas entre los hombres, slno·a crear ven-
tajallde 'lJOOS bQmbres e-Ontra'Qtr-O~;i esta clase de leyes, como
que tienden ti aumentar oa'ma!ltener las desigualdades sociales
que Do.provienen de la -natur-aleza, ni llevan en si mismas una
compiJ}sacion inmediat{] ibené/ica, 'deben impedil'Se 'o ataC.'lrse
hasta echarlas Hierra. ~ntra jas leyes 'de agrcsion jeneral, no
basta serbonmdo o '\'irtuoso: la agresion como jeneral, -no perdona
a ningun ser humano; i entónces, la defensa es de rigurosa justicia
i dc imprescindible necesidad; pero siemprc debe combatil'sc con
la razon, con la dulzura, e.on la dignidad:i la con~tancia.; tomando
la mejora humana por punto de ,partida. _
La :gran1'ef~a de la humanidad, ~mpezó ahora cerca de
'v~inte'siglo~; I para sa'ber cnant()"ha~:ldO ~I mlittdopor la d~c-
trmadelC-ns~ -bastará lanzar-unaraptda Ojeada Re eOlnparaclOll
entre el mundo-antiguo iel mundo moderno. Decir que los gran-
des bienes que hatraido el Cristianismo, son mas bien., una con-
secuenci.'l 'natural del desarrollo del espíritu humano, es presentar
bajo la forma de una ohjecion, lo que real-mentees un argumento
en favor dcl EVAXJELlO.Ese desarrollo, e~e vuelú del espíritu
humallo¿a quién se (lebe tEsta (OS la gran cuestiono Los pue--
blos de laantigiiedatl con sus dio\;es que representaban todos los
de¡órdenes de las pasiones mas dcsenfrenad<l.s, con sus teorias
sODrel:1lib~d, con sus sistemas de conquistas, saqueos, de-
giiellosi escl;witud,¿ adonde habrian ido a dar r ¿ 5e Cl'ee que a
donde estamos hoi? ¡Imposible! porque siendo cllanto eran, en
viI11ld--devivir i creer, de una manera enteramente opuesta a lo
quc .el cristianismo establece i{'n~cña; i habiéndoles produciOO
aquel ~fden de ('.osas, la -degradadon i·Ia ferocidad, lo IDas lójico
habría sillo la continuadon (le esa fCl'Ocidadi de esa rlegradacioo,
hasta I~;a "'u com.pleto esterminio, hasta desaparecer df' la
faz del globo; porque así como el desarrollo del bien, conduce a
la diella, el cesan'ollo del mal conduce a la desgracia.
Nosotro!;· sabemos lo que los pueblos antiguos pudieron
ser en materia de ártes, .Ic riencia!\ i de literatura; perotambien
'sabemos lo que -fueron en matel'ia de moral social, de civilizaCl{)fi
jeneral, i de vida civil.
Los hombres que oian a Ciceron, :1 Horado, a Virjilio i a
Séneca, sancioqaban la eselavitud C0ll10 un derecho, i se diver-
1i:m con k>s bárbaros combates de gladiadorcs; atrocidad que hoi
.el pueblo mas cerril de la R1l!~iacristianaverla oon horror .
¡Tanto así-ba ganado el mundo- en su vuelta·al órden primitivo
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~Jl la c01ltlulsta de sus· derechQS orijinarlos t l· los ~ no
eran bárbaros: la filosofía, la literatura i las :ll1es, prOdujefOa eu"
tre ellos, modelos que todaYÍa se admiraD. No era pues,faltade
cultura lo que habia en aquel pueblo, si~o falta de rhOralidácf;"l,
cosa rara! admirable! esa cultura no les servia de liadá!. .• L~
llevaba como un torrente al envilecimiento f a Ja'muertef Antes
de los romano:;, los griego:;, degpues de b~r ttDt~lmmbre.'~
COIIID Hesiodo i Hornero, como Apeles, Ftdias i Praxitetes,eomo
8ócrates. Platon i Aristóteles, adoi'aban al crímen bajo le($08 .do-
radQs; i aun' sancionaban el hurto, el adulterio i el bo1iiicidio.
Esto no era por falla de cultura, siDO por f3tta de moralidad.
Los pueblos modernos, aun despojados de la. larga serie de sUs
grandes.hombres, de sus sabios ilustres, serian incapaces de caer
en la humillante barbarie de tantos crímenes, dclinos i estrava-
gancias. Solo la Francia, en los dias tenebrosos en que apostató
del Cristo, cayó entre un océano de sangre, como para probar
una v~ ~s al mundo, que fuera de esa gran -vía de luz, están
la violencia, la ignominia i el -verdugo .. '
. N. B.- Toda escuela que desee la mejora hutn1Ji6,es dtg- H