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20-5-20011

…Ayer y ahora, dos momentos diferentes…

Después de 4 días de acampada pacífica, sin provocar un solo altercado, de charlas y buena
relación con los cuerpos del estado; en fin, un comportamiento ejemplar. Después de
demostrar que no somos una panda de exaltados extremistas, sino simple y sencillamente
personas con que se preocupan por el futuro de su país, y tratan de mejorar la situación
ofreciendo más programa y objetivos que muchos de los partidos políticos que moran nuestra
“democracia”. Después de todo esto, hace apenas un par de horas, la Junta Electoral Central
ha prohibido nuestros actos durante todo el fin de semana.

Nada más conocer la noticia se ha escuchado una pregunta entre nosotros, ¿y ahora qué?

La verdad, no tengo la experiencia suficiente, y por eso no diré lo que hay que hacer. Sólo me
gustaría compartir una opinión, una inquietud, y seréis vosotros los que me digáis si se trata de
un correcto pensamiento o estoy errando en la decisión que he tomado.

Hasta ahora las manifestaciones en las distintas partes del país (y frente a las embajadas
españolas de otras ciudades europeas), a pesar de que muchas de ellas no eran lo
suficientemente multitudinarias (Alicante en el mejor de los casos habrá reunido a unas 800
personas), creo que han sido claves para demostrar que el movimiento Democracia Real Ya era
un movimiento, no de unos pocos, sino algo en lo que se veían identificadas muchas personas
de todo el territorio, y que Madrid tendría apoyo incondicional desde los cuatro puntos
cardinales.

El sábado nos enfrentaremos a una situación muy distinta. Y es que muchas de las ciudades
donde la participación no ha tenido las dimensiones de ciudades como Madrid o Barcelona, se
dará la situación en la que el despliegue de efectivos antidisturbios será parejo al número de
manifestantes, incluso mayor.

Ante esta situación no podemos esperar que las jornadas se desarrollen como hasta ahora.
Seguramente, a la hora marcada, será sólo cuestión de minutos la desactivación de los
distintos asentamientos que tienen una participación moderada. Y no caigáis en el error de
pensar “Bueno, si nos disuelven aquí, nos concentraremos en otro lugar”, porque tened por
seguro que no lo van a permitir.

Ayer fue el momento de demostrar que nosotros, todos nosotros, nos encontrábamos en
cualquier parte de España. Ayer fue el momento en que Madrid necesitaba sentirse respaldada
por el resto de ciudades españolas. Ayer fue el momento de defender nuestras tierras.

Pero ahora debemos ser realistas, y saber que una concentración de 400 manifestantes poco
tiene que hacer ante 600 efectivos policiales. Tal vez ahora sea el momento de reunificar
nuestras fuerzas y marchar al único sitio donde podemos luchar por lo que creemos. Allí donde
600, 1000 o 5000 efectivos no puedan callar nuestras voces reivindicadoras.

Ahora es el momento de defender Madrid.

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