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El Periodo Barroco.

Fue un periodo de la historia en la cultura occidental que produjo obras en el campo de la


literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la música, y que abarca desde el
año 1600 hasta el año 1750 aproximadamente. Se suele situar entre el Renacimiento y el
Neoclásico, en una época en la cual la Iglesia católica europea tuvo que reaccionar contra
muchos movimientos revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y una
religión disidente dentro del propio catolicismo dominante: la Reforma Protestante.

Como estilo artístico el barroco surgió a principios del siglo XVII y de Italia se irradió hacia
la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX) el término barroco
tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, desmesurado e irracional, hasta
que posteriormente fue revalorizado a fines de siglo XIX por Jacob Burckhardt y luego por
Benedetto Croce y Eugenio d'Ors.

La palabra barroco fue inventada por críticos posteriores, más que por los practicantes de las
artes en el siglo XVII y principios de siglo XVIII, es decir, los artistas que plasmaban dicho
estilo. Proviene de la palabra portuguesa "barroco" (en español sería "barrueco"), que
significa "perla de forma irregular", o "joya falsa". Una palabra antigua similar, "barlocco" o
"brillocco", es usada en el dialecto romano con el mismo sentido. También se le llama
"barro-coco". Todas ellas significan lo mismo. Otro interpretación lo deriva del sustantivo
"Baroco", usado en tono sarcástico y polémico para indicar un modo de razonar artificioso y
pedante. En ambos casos el término expresa el concepto de artificio confuso e impuro, de
engaño, de capricho de la naturaleza, de extravagancia del pensamiento.

El término "barroco" fue después usado con un sentido despectivo, para subrayar el exceso de
énfasis y abundancia de ornamentación, a diferencia de la racionalidad más clara y sobria de
la Ilustración (siglo XVIII ). Fue finalmente rehabilitado en 1888 por el historiador alemán de
arte Heinrich Wölfflin (1864-1945), quién identificó al Barroco como oponente al
Renacimiento y como una clase diferente dentro del arte "elaborado".

El Barroco como movimiento cultural


El Barroco realmente expresó nuevos valores; en literatura es abundante el uso de la metáfora
y la alegoría. Representa un estado de ánimo diferente, más cerca del romanticismo que del
renacimiento, aun cuando es un movimiento que nace al mismo tiempo que este último en
algunos países.

El dolor psicológico del hombre, en busca de anclajes sólidos, se puede encontrar en el arte
barroco en general. El virtuosismo fue investigado por los artistas de esta época junto con el
realismo. La fantasía y la imaginación fueron evocados en el espectador, en el lector, en el
oyente. Todo fue enfocado alrededor del Hombre individual, como una relación directa entre
el artista y su cliente. El arte se hace entonces menos distante de las personas, solucionando el
vacío cultural que solía guardar.

Cada una de las Bellas Artes tiene representantes en este movimiento cultural:

• En música sobresalen Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich


Händel
• En literatura española se encuentran Luis de Góngora y Francisco de Quevedo y
Villegas. En la literatura en español americano destaca principalmente Sor Juana Inés
de la Cruz.
• En pintura italiana están Pietro da Cortona, Caravaggio, y los Carracci
• En la escultura italiana el exponente más célebre del barroco es Bernini. En la
escultura mexicana, destacó Jerónimo de Balbás.
• En la arquitectura Bernini y Borromini.

Tras la mesura del Renacimiento y el retorcimiento estético del manierismo, en la Roma de


los Papas se advierte la necesidad de un arte nuevo. La independencia de las repúblicas
italianas no es la de antaño, tras dos siglos de pugnas entre las potencias europeas por
controlar su floreciente mercado centrado en el Mediterráneo. Por otro lado, el
descubrimiento de América desplaza el polo económico hacia el Atlántico, cuyas rutas son
dominadas por españoles, portugueses e ingleses. Esto provoca que las repúblicas italianas se
reagrupen bajo un poder más fuerte y las que no caen bajo control extranjero (España y
Francia) se someten a la influencia mayoritaria de Roma, más concretamente de los Estados
Vaticanos, al más puro estilo de una teocracia que logra su máximo esplendor a mediados del
Siglo XV.

Pero la corrupción se estaba introduciendo, y para mejorar el ejercicio de este gobierno, las
altas esferas eclesiásticas dominantes en Roma hubieron de depurar su cúpula. Voces de
descontento ya había desde hacía cincuenta años, y la Iglesia Católica se vio escindida por la
Reforma luterana, cuyos teólogos, Juan Calvino, Ulrico Zuinglio y otros personajes, la
acusaron de nepotismo y simonía. La necesidad de reformar las estructuras del mundo
católico es lo que conduce al Concilio de Trento y a la mal llamada Contrarreforma, en
realidad, una Reforma católica, que no va contra algo sino en busca de una adaptación a los
nuevos tiempos.

La traducción de este estado de cosas sobre el arte trae importantes consecuencias desde el
primer momento. Los teólogos reunidos en el concilio, mayoritariamente españoles,
proclaman ciertos dogmas que han de ser representados dignamente por los artistas al
servicio de la Iglesia: la virginidad de María, el misterio de la Trinidad, entre otros, pasan a
protagonizar los lienzos. La Iglesia, antes que las monarquías absolutistas que posteriormente
ejercieron un poder paralelo al Vaticano, fue la primera en comprender el poder ilimitado del
arte como vehículo de propaganda y control ideológico. Por esta razón contrata grandes
cantidades de artistas, reclutando por supuesto a los mejores, pero también a muchos de
segunda fila que aumentan los niveles de producción para satisfacer las demandas de la gran
base de fieles. Se exige a todos los artistas que se alejen de las elaboraciones sofisticadas y de
los misterios teológicos, para llevar a cabo un arte sencillo, directo, fácil de leer, que
cualquier fiel que se aproxime a una iglesia pueda comprender de inmediato. Los personajes
han de ser cercanos al pueblo: los santos dejan de vestir como cortesanos para aparecer casi
como pordioseros, con rostros vulgares. El énfasis de la acción ha de colocarse sobre el
dramatismo: la consigna fue ganar al fiel a través de la emoción. Las escenas se vuelven
dinámicas, lejos del hieratismo intemporal de los estilos anteriores. Las composiciones se
complican para ofrecer variedad y colorido. Las luces, los colores, las sombras se multiplican
y ofrecen una imagen vistosa y atrayente de la religión y sus protagonistas. Fuera del
patrocinio de la Iglesia, los mecenas privados se multiplican: el afán de coleccionismo incita
a los pintores a llevar a cabo una producción de pequeño o mediano formato para aumentar
los gabinetes de curiosidades de ricos comerciantes y alta nobleza.
En la época de los filósofos Descartes, el arte se colecciona como los objetos científicos o los
exóticos bienes importados de las Indias y América. La secularización de esta época propició
que se revalorizaran géneros profanos, como el bodegón o el paisaje, que empieza a cobrar
una autonomía inusitada. Las complejas composiciones del Barroco, la diversidad de focos de
luz, la abundancia de elementos, todo, puede aplicarse perfectamente a un paisaje, tal y como
puede verse en la Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal de Canaletto. El
Barroco como estilo general es tan sólo una intención de base. Las formas que adopte en la
praxis serán tan variadas como se pueda imaginar. Sin embargo, dos polos predominan,
agrupados en torno a dos grandes figuras rivales en la época: Michelangelo Merisi da
Caravaggio, que aglutina a los pintores del naturalismo tenebrista; y Annibale Carracci, que
trabaja con su hermano y con su primo en un estilo clasicista.

Arquitectura

La arquitectura barroca se desarrolla desde el principio del siglo XVII hasta dos tercios del
siglo XVIII. En esta última etapa se denomina estilo rococó. Se manifiesta en casi todos los
países europeos y en lo que eran por aquel entonces los territorios de España y Portugal en
América, hoy países independientes. El barroco se da también en otras artes, como Música,
Literatura, Pintura y Escultura. El interés que sustenta la arquitectura es el de hacer marketing
y urbanizar. Juega un papel muy importante, un ejemplo de ello, sin irnos más lejos, la plaza
Mayor de Madrid. Sigue una armonía y su monumentalidad crea un ambiente propicio de una
ciudad rica, justamente la pretensión de los artistas barrocos. Hace falta aclarar que el
paradigma de este estilo se halla en la megalomanía de Luis XIV, con las reconstrucciones de
Versalles. Los materiales propicios de construcción en la arquitectura barroca son los
materiales pobres sin ningún valor aun así viendo la sensación de monumentalidad y
majestuosidad sinuosa de la arquitectura barroca. Se juega un poco con la falsedad, aunque
eso no quiere decir que no se emplearan materiales ricos. De hecho surgieron las
Manufacturas reales donde se manufacturaron productos de calidad como el vidrio de carrá,
las alfombras pérsicas, las cerámicas u otros. Los elementos constructivos no presentan
ninguna novedad, ya que siguen los órdenes clásicos del Renacimiento; la diferencia es que
en el Barroco se contraponen elementos arquitectónicos utilizándolos con cierta libertad e
individualidad. No se pierde la armonía sino la perspectiva renacentista, que abarca el espacio
del espectador. La grandiosidad es una cualidad típica Barroca que está claramente reflejada
en la Plaza de San Pedro. De hecho, al situarse justamente en la entrada de la plaza se puede
observar la altitud del obelisco, pero al adentrarse en dirección a la basílica de San Pedro
aparecen las inesperadas columnatas que rodean el perímetro de la Plaza. Los arcos se
utilizan de formas variadas y las cúpulas son el elemento por excelencia del arte Barroco.

Escultura

La escultura barroca se desarrolla a través de las creaciones arquitectónicas, sobre todo en


estatuas, y también en la ornamentación de ciudades en plazas, jardines o fuentes. En España
también se manifestó en imágenes religiosas talladas en madera, en la llamada imaginería que
esperaba despertar la fe del pueblo.

Pintura

Durante el Barroco la pintura adquiere un papel prioritario dentro de las manifestaciones


artísticas. Siendo la expresión más característica del peso de la religión en los países católicos
y del gusto burgués en los países protestantes.
Se desarrollan nuevos géneros como los bodegones, paisajes, retratos, cuadros de género o
costumbristas, así como se enriquece la iconografía de asunto religioso. Existe una tendencia
y una búsqueda del realismo que se conjuga con lo teatral y lo efectista.

Literatura

El barroco trae consigo una renovación de técnicas y de estilos. En Europa, y sobre todo en
España la Contrarreforma influye en gran medida sobre este movimiento; las expresiones
italianas que llegaban desde el Renacimiento se asimilan pero al mismo tiempo se
españolizan y las técnicas y estilos se adaptan aún más a la tradición española.

Los poetas barrocos del siglo XVII, siguieron mezclando estrofas tradicionales con las
nuevas, así cultivaron el terceto, el cuarteto, el soneto y la redondilla. Se sirvieron de
copiosas figuras retóricas de todo tipo, buscando una disposición formal recargada. No
supone una ruptura con el clasicismo renacentista, sino que se intensifican los recursos
estilísticos del arte renacentista, en busca de una complicación ornamental, en busca de la
exageración de los recursos dirigidos a los sentidos, hasta llegar a un enquistamiento de lo
formal.

En este siglo XVII en que aparece el movimiento barroco se intensifican los tópicos que ya
venían dándose en el Renacimiento, pero en especial los más negativos: fugacidad de la vida,
rapidez con que el tiempo huye, desaparición de los goces, complejidad del mundo que rodea
al hombre, etc.

La Literatura del siglo XVI se expresaba en un estilo sereno y de equilibrio; el barroco del
XVII viene a desestabilizar esa serenidad y diversas fuerzas entran en conflicto. Estas
características se dan en toda Europa y en cada país toman un nombre diferente:

• Eufuismo le llaman los poetas ingleses


• Preciosismo en Francia
• Marinismo en Italia

Música

La música barroca es el estilo musical relacionado con una época cultural europea, que
abarca desde el nacimiento de la ópera en el siglo XVI (aproximadamente en 1585) hasta la
mitad del siglo XVIII (aproximadamente hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en
1750).

Se trata de una de las épocas musicales más largas, fecundas, revolucionarias e importantes
de la música occidental, así como la más influyente. Su característica más notoria es
probablemente el uso del bajo continuo y el monumental desarrollo de la armonía tonal, que
la diferencia profundamente de los anteriores géneros modales.
El periodo Arcaico.

1.- La Época Arcaica de la antigua Grecia (776-500 a. C.): Es la etapa en la que la Hélade se
recupera del sombrío periodo anterior, cristalizando la civilización griega, al nacer las
primeras ciudades estado (Πολις). Esta fase queda emplazada entre la época Oscura y la
época Clásica, es decir, desde el siglo VIII a. C. al comienzo del siglo V a. C. Como
convencionalismo el inicio podría establecerse el año de la celebración de los primeros
Juegos Olímpicos, el año 776 a. C.; mientras que el final lo marcaría el inicio de las Guerras
Médicas, en el año 499 a. C., cuando los griegos de Asia Menor pidieron ayuda a las
metrópolis de la Hélade para frenar la expansión del Imperio persa.

El ascenso de Grecia

El siglo VIII a. C. marca el fin de la época Oscura en Grecia, un periodo de retroceso que
siguió a la caída de la civilización Micénica. A pesar de haber perdido buena parte de su
acervo cultural, incluida la escritura lineal, los griegos volvieron a ser un pueblo letrado al
adoptar el alfabeto fenicio y adaptarlo a su idioma. El alfabeto griego, del que tenemos los
primeros testimonios poco después del 800 a. C., difiere muy poco del que se usa 2800 años
después.

En esta época los griegos se organizaban en pequeñas comunidades agropecuarias aisladas


por lo accidentado del terreno que habitaban: cuajado de valles en el interior, y de unas
recortadas costas, atestadas de cabos, golfos e islas en el litoral. A pesar de la pobreza de la
tierra y de la dureza del clima, el progreso griego fue continuo y las pequeñas aldeas
originarias acabaron uniéndose en un proceso llamado sinecismo, que dio lugar al nacimiento
de las Polis o ciudades estado de la antigua Grecia.

Paralelamente, la presión demográfica y la prosperidad económica mal repartida provocó un


aumento demográfico unido a una mayor conflictividad social que tuvo, básicamente, dos
válvulas de escape: la Colonización del Mediterráneo y las Tiranías.

La colonización del Mediterráneo:

Una de las salidas de los griegos con menos posibilidades económicas fue la colonización de
otras zonas del Mediterráneo. Generalmente el gobierno de la polis era el que organizada las
propias expediciones de colonización, de modo que se convertía en la ciudad-madre, o
metrópoli, que fundaba ciudades subsidiarias o colonias que, en muchos de los casos
mantuvieron la relación de dependencia religiosa, comercial o, cuando menos, de alianza, con
su región de origen. Las primeras zonas colonizadas eran las más cercanas: el Egeo, Chipre,
el Mar Negro, Asia Menor (que se convirtió en una parte esencial del ámbito griego,
recibiendo el nombre de Jonia, con ciudades tan esenciales como Pérgamo, Éfeso, Mileto o
el mismo Bizancio…).Cuando se inventó la moneda, las colonias adoptaban la moneda de
cada polis. También tenían la democracia pero estaba un poco controlada por la metrópolis.

La expansión continuó hacia el oeste, formándose, por ejemplo, una próspera región
completamente helenizada en el sur de Italia y Sicilia llamada Magna Grecia, donde
brillaban con luz propia Siracusa, Tarento, Síbaris, Nápoles… Los Griegos recorrieron toda
la costa italiana y francesa, y lo intentaron con la península Ibérica, hasta chocar contra otro
pueblo en plena expansión comercial: los feno-púnicos. De todos modos, fundaron
importantísimas colonias en el sur de Francia, como Massalia; en la costa catalana, Ampurias,
y en la valenciana, Hemeroskopeion. Más al sur, comenzaba el territorio de los otros.

Gracias a esta enorme red colonial el comercio griego creció inusitadamente, consistiendo en
la venta de manufacturas de alta calidad (cerámicas, bronces, tejidos, perfumes, joyas,
aceite, vino…) a cambio de cereales, metales y materias primas, tan necesarias en la Hélade.
En este época, los griegos, aun manteniéndose separados e independientes, toman conciencia
de su unidad cultural, religiosa y racial frente a otros pueblos.

Los conflictos socialesYa hemos comentado que las polis nacen de la unión de pequeñas
aldeas y comunidades agrarias a través de un proceso llamado sinecismo. Las polis más
importantes de la Hélade eran Esparta, Corinto, Megara, Tebas y Atenas, entre otras. Estas
ciudades comenzaron a acuñar su propia moneda en torno al 680 a. C.

Originariamente, estas polis eran gobernadas por un rey (basileus) apoyado por una poderosa
aristocracia (aristoi, los mejores) y una base popular de campesinos y artesanos (el demos).
La aristocracia mantenía sus privilegios gracias a la posesión de grandes extensiones de
tierras y a las continuas guerras con otras polís que proporcionaban botín y esclavos. Además,
la presión sobre los campesinos era tan grande que muchos se endeudaban, perdiendo sus
terruños y arruinándose hasta el punto de verse obligados a emigrar o convertirse en esclavos.

Sin embargo, a mediado del siglo VII a. C. surge un grupo de aristócratas con ideas diferentes
sobre la organización de las polis. Se trataba de los Tyranos, un vocablo cuyo significado
era, entonces muy diferente al actual: eran líderes de origen aristocrático que habían decidido
defender los intereses de los más desfavorecidos. Los tyranos accedían al poder por medios
muy diversos: revueltas populares, golpes de estado, intervenciones extrajeras, intrigas
palaciegas... Pero contaban con la simpatía del demos, pues, en general, llevaban a cabo
políticas en contra del abuso de la aristocracia y con el objetivo de lograr sociedades más
justas dentro de las polis.

Tyranos famosos por sus logros sociales y políticos fueron Fidón de Argos, Cípselo de
Corinto, y Pisístrato en Atenas. Los Tyranos favorecieron el comercio a larga distancia, pero
también eximieron a los pequeños campesinos de pesadas cargas impositivas. Al mismo
tiempo reorganizaron las polis, impulsando la participación ciudadana en la mayor parte de
los ámbitos para que éstas pudiesen convertirse el modelo para todo el mundo civilizado.

El periodo Arcaico en Grecia es uno de los más brillantes de su historia gracias a tres
fenómenos, la Colonización del Mediterráneo, el nacimiento de la Polis y las Tyranías:
sentando una sólida base sobre la que se desarrolló una de las civilizaciones más asombrosas
del mundo antiguo. Esto redundó también en el desarrollo artístico (que, aunque embrionario,
inició un camino imparable). Pero no debemos olvidar que las Polis griegas mantuvieron en
su seno numerosas contradicciones internas como el desprecio del sexo femenino, la
segregación de los extranjeros o metecos y el establecimiento de un sistema económico
basado en la esclavitud.
2.- La época arcaica de Egipto o Época Tinita o Periodo Dinástico Temprano (c. 3100 -
2700 a. C.), es el comienzo de la historia dinástica del Antiguo Egipto. Según Manetón, la
capital del Imperio durante este tiempo fue Tinis, o Tis (de donde proviene el nombre Tinita),
aunque no hay vestigios arqueológicos que lo corroboren. En esta época gobernaron sólo dos
linajes de reyes, denominados primera y segunda dinastía; los primeros faraones se
consideran los unificadores de Egipto.

La expansión de la monarquía

En los inicios de este período se empieza a vislumbrar el sistema de organización estatal que
sería casi constante en toda la historia del Antiguo Egipto. En esta época parece ser que la
capital se trasladó de Nejen (en griego Hieracómpolis), capital antigua del Alto Egipto, a
Menfis, situada cerca de donde el Nilo se abre en varios brazos formando el delta del río. La
monarquía poseía un destacado carácter militar, el rey en persona o sus delegados mantenían
a la raya a los nómadas (en general libios de la frontera occidental), a su vez aseguraban, en
el Sur y el Este, el control de las minas (de oro y piedras preciosas). Justamente, Egipto
avanzó hacia la Primera Catarata, absorbiendo las ciudades de Elefantina y Siena (actual
Asuán), de poco desarrollo agrario pero centros mineros y comerciales, además de puntos
estratégicos para la expansión hacia Nubia. Ya del segundo faraón Aha se tiene constancia de
expediciones a Nubia. En cuanto a los nómadas, se sabe que Aha recibió tributo de los libios,
y que su sucesor Dyer realizó expediciones hasta el mar Rojo (estas estaban generalmente
vinculadas con la explotación de las minas de la región). También constan campañas en
época de Den al Sinaí (para el control de la minas) y contra los libios.

El estado dirigía una política cultural hacia la asimilación mutua entre el Alto Egipto (de
donde provenía la monarquía) y el Bajo Egipto. Esto se realizaba mediante:

• La adopción por parte del faraón de simbolismos del Norte y del Sur, como la corona
Roja del Bajo Egipto y la Blanca del Alto Egipto.
• Celebraciones simbólicas de la unificación, atestiguadas en el reinado de Aha.
• Alianzas matrimoniales: Dos reinas, Neithotep (de Aha) y Merytneit (de Dyer y
regente de su hijo Dyet), poseen en su nombre el de la diosa guerrera Neit, oriunda del
la ciudad de Sais, en el Bajo Egipto; tal vez se trataba de matrimonios mixtos entre el
rey y miembros de la nobleza de Sais. Esto también es prueba del peso político y
religioso de la ciudad de Sais. Los matrimonios mixtos también se realizaban entre la
nobleza.
• Construcción de templos en el Bajo Egipto.
• Asimilación de estilos arquitectónicos del Norte y del Sur, especialmente en las
tumbas reales. Estas se situaban tanto en Abidos (Alto Egipto) como en Saqqara (Bajo
Egipto).

Economía y sociedad

La economía egipcia está íntimamente vinculada con el aparato político. Los faraones
promovían obras de canalización para riego, aumentando el rendimiento agrícola, posibilitado
por un estado fuerte y unificado (aunque pronto se vería envuelto en guerras civiles, que
serán detalladas más tarde). Según algunos autores, en un primer momento los nomarcas eran
funcionarios que organizaban construcción de canales, aunque tienen apariencia de ser jefes
locales más que funcionarios; en cualquier caso pronto se transformarían gobernadores
(nomarcas) de las provincias o nomos. Las fuentes griegas posteriores recogen tradiciones
que afirman la construcción de Menfis, la capital, por el primer faraón (llamado por ellos
Menes), de todos modos, aunque sea poco fiable el dato, la arqueología atestigua la
construcción de Menfis por esta época (c. 2900 a. C.), y por lo tanto el desarrollo urbano, lo
que concuerda con el desarrollo agrario, que provoca mayor acceso a productos alimenticios
y crecimiento de la población. Además, Saqqara, cerca de Menfis, era uno de los principales
centros de enterramiento real. El comercio era cada vez más amplio, teniendo dos principales
corrientes: Nilo arriba (Nubia) y hacia el llamado Levante (franja costera más oriental del
Mediterráneo, que incluye los actuales Israel, Jordania, Líbano, Siria y los Territorios
Palestinos). El comercio con Nubia era predominantemente terrestre, ya que las sucesivas
cataratas impiden la navegación mucho más allá de Elefantina, en la frontera con Nubia. El
Levante era su principal fuente de madera. Del final del período arcaico se hallaron restos de
cerámica que muestran barcos con remos. De esto se podría deducir que en esta época se
produjo una revolución tecnológica, y también el aumento del comercio, tanto porque los
barcos servían para el transporte de mercancías, como porque la madera provenía del Levante
(especialmente del actual Líbano). En cuanto a Nubia y el frente Sur y Este, la expansión
militar aseguraba la explotación minera (piedra y oro).

El comercio internacional servía para satisfacer demandas de primera necesidad (madera,


metales para producción de bronce, piedra) así como artículos de lujo (incluidos metales y
piedras preciosas). Además, por motivos sociales (culto funerario, ostentación) y políticos
(demostración de poder), había gran demanda local para la construcción de objetos
funerarios, estatuas reales y todo tipo de monumentos, que era satisfecha mediante la
presencia militar en áreas productivas.

En cuanto a la satisfacción de las necesidades básicas de la población, la producción


alimenticia ascendía en forma de impuestos al aparato político, almacenándose en los
llamados silos reales, y era redistribuido entre la población no rural. En este sector se
comenzaban a constituir los artesanos, dedicados en modo particular al trabajo de madera y
metal. El resto de la población la constituía el sector dedicado al comercio (fluvial e
internacional) y la que formaba parte del aparato político (ejército, burocracia, familia real).

Religión

En esta época los dioses locales de las ciudades y centros religiosos comenzaron a tomar
importancia nacional, muchas veces mediante el llamado sincretismo o asimilación de dioses
y cultos de distintos origen. Uno de los casos más relevantes es el de Osiris, un dios
benefactor relacionado con la fertilidad, el comercio y, sobre todo, la vida después de la
muerte, originario de la ciudad bajo-egipcia de Busiris, que fue asimilado con un dios de
características similares de la ciudad alto-egipcia de Abidos, ciudad que consolidó su
autoridad como centro religioso y funerario (allí eran enterrados los faraones), más aún al
adoptarse a Osiris y a su hijo Horus dentro del simbolismo de la realeza.

Posiblemente, en esta época se comenzó a gestar el mito de las guerras entre Osiris y Horus
contra Seth, aunque su redacción definitiva es posterior.

Indicios de conflictos internos

Parecen relacionarse, en un modo simplificado, con una oposición del Bajo Egipto al
centralismo de la monaquía del Alto Egipto. Ya se comienzan a evidenciar en el reinado de
Adyib, quien al parecer tuvo que enfrentar rebeliones en el Bajo Egipto, a pesar de algunas
señales de acercamiento, como su matrimonio con una menfita. Su sucesor, Semerjet, parece
ser un usurpador. Ambos reyes, así como un tercero, Qaa, fueron enterrados, como sus
antecesores, en Abidos (Alto Egipto); además de Qaa se conoce una estela en la que utiliza
símbolos como el dios Horus (hijo de Osiris y por los tanto relacionado con Abidos) y la
Corona Blanca del Alto Egipto, en lugar de la Corona Doble*.

Todo ello evidencia una inclinación de la monarquía hacia el Alto Egipto y un proceso de
sedición por parte del Bajo. Si bien estos indicios se diluyen en los reinados de sus sucesores
Hotepsejemuy (quien incluso fue enterrado en Saqqara, en el Bajo Egipto) y Nebra, serían
antecedente de disturbios más graves ocurridos algo más tarde.

Peribsen eliminó al dios Horus de la simbología real y lo reemplazó por el dios Seth, lo
recuerda al mito de la guerra entre Horus y Seth. Así, da la impresión que la guerra civil
desencadenada bajo su sucesor Jasejem poseía un marcado carácter religioso, siendo una
guerra entre seguidores de uno y otro dios.

La rebelión llegó a atacar la ciudad de Nejet, antiguo centro religioso de la monarquía del
Alto Egipto, lo que de una idea de su magnitud. Finalmente Jasejem se impuso, como lo
demuestran los relieves de las bases de dos estatuas, en las que se muestran los enemigos
muertos y en las que el rey es representado significativamente con la Corona Blanca del Alto
Egipto*. Tanto el cambio de nombre de Jasejem (que significa "un poder") a Jasejemuy ("dos
poderes"), como el regreso a la simbología de Horus tras las modificaciones de Peribsen, nos
inducen a pensar que los rebeldes del norte tomaban como emblema al dios Seth, en
contraposición al Horus de la monarquía.

El origen de las ciudades del mundo mediterráneo

La historia de Egipto se inicia con el desarrollo de poblados agrícolas y ganaderos en el fértil


valle del Nilo, en las mesetas cercanas al río, que paulatinamente se transformaron en
asentamientos fluviales con el fin controlar los sistemas de irrigación. El río Nilo era la gran
vía de comunicación constituyendo el principal elemento vertebrador del territorio.

Estas ciudades se conformaron con calles paralelas al río, cruzadas por otras perpendiculares
que desembocaban en él, casi siempre formando ángulos rectos, originando, de forma natural,
los primeros trazados urbanos ortogonales (plan hipodámico). En el milenio III a. C. surgen
en Egipto más de treinta ciudades, a lo largo del valle y el delta del Nilo.

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