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Lecciones para Aprendices de Chamanismo (I)

VIBRACIÓN Y SIMBOLISMO 1
Por Eduardo Lana

Para hablar de símbolos tenemos que tener en cuenta que nuestro inconsciente está signado
por símbolos, todo tiene una representatividad y tiene asociaciones diferentes.
Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con los símbolos tiene una vibración, esa vibración
está representada en forma numérica, el símbolo detona significados y es ahí por donde pasa el
real valor del símbolo, no por lo que es el símbolo en sí, sino por la representación a que
obedece ese símbolo.
Cuando vemos un símbolo, vemos su significado. Cuando vemos sólo el símbolo no tiene
poder, salvo en los aspectos más inconscientes.
Cuando se habla de simbología, se habla en función de la representación de ese símbolo.
¿Cómo funcionan éstos en nuestro interior?
Si hablamos de que un símbolo tiene que ver con una representación y una vibración, quiere
decir que un símbolo puede funcionar como detonante de una vibración personal, que detona
una determinada frecuencia en el ámbito inconsciente.
Todos los aspectos de nuestra vida están relacionados a los símbolos.
En función de lo que nos inspira un símbolo, que es lo que representa para nosotros, el
símbolo pasa a ser el nexo, la cuerda o la forma que hace resonar en la misma frecuencia una
energía, que puede ser en el ámbito mental, emocional, etc., pero el símbolo en sí actúa como
elemento detonante, es el reactivo de algo interno.
Si yo veo una cruz me puede generar un determinado estado emocional, un determinado
estado de conciencia y esto actúa en forma refleja, muchas veces sin que nos demos cuenta, está
detonando una frecuencia determinada.
Una cosa es la simbología en la vida corriente y otra diferente es cuando la queremos aplicar
con lo que tiene que ver con el esoterismo.
En el caso del esoterismo, el simbolismo es utilizado para detonar determinados estados de
conciencia o generar estados emocionales específicos que nos conecten con un tipo definido de
energía.
Los conceptos del bien y del mal, de la ética, de la moral, de la estética, están todos basados
en símbolos, nuestra mente se rige por esos símbolos.
En lo esotérico, una cosa es el significado que un símbolo tiene y otra es detonar o activar el
poder vibratorio de un símbolo. Pero para detonar determinados elementos simbólicos, primero
tiene que haber un profundo conocimiento de su significado, por ejemplo yo puedo activar un
talismán cuando tengo un profundo conocimiento de su significado.
Una cruz en manos del Papa va a tener un poder que no tendría en manos de una persona
que no posea un profundo conocimiento de todas las implicancias de ese símbolo, entonces ¿el
elemento tiene poder por sí solo? Sí, pero el conocimiento de las energías que representa lo
potencia y lo activa.

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Desgrabación
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Antiguamente y hoy en día en algunas culturas, todo lo que tenía que ver con los procesos de
invocación, también se manejaban a través de simbolismos, pero el Brujo, hace veinte mil años,
cuando estaba dibujando la representación de un elemento de la naturaleza, estaba haciendo la
invocación de ese elemento y podía realizarlo a través del registro de las sensaciones que tenía
de su exposición a esa energía.
Por ejemplo, yo tengo la capacidad de recordar un evento específico, donde me sentí de una
determinada forma y tuve determinadas sensaciones, a través del registro del recuerdo que yo
puedo tener de esas sensaciones, las puedo evocar y al evocarlas las puedo generar en el aquí y
ahora, independientemente de que ese evento haya pasado hace tiempo.
Cuando se produce un registro de sensaciones de un determinado tipo de energía, yo puedo
recrear esas sensaciones nuevamente en mí, estoy invocando y en ese mismo momento estoy
fabricando el símbolo, puedo darle vida, potenciarlo, recrearlo y activarlo.
Por estas razones es que se ponía tanto énfasis en tener agudizados los sentidos al máximo
posible, con el fin de poder recrear y crear en el cuerpo un registro de sensaciones que fuera
producto de las vivencias en determinados procesos de aprendizaje. Eso le permitía al brujo,
cuando ya estaba formado como tal, tener acceso a través de ese registro de sensaciones a lo
mismo que invocaba su maestro en el momento de enseñarle.
El maestro exponía al discípulo a un determinado tipo de energía y lo obligaba a registrar esas
sensaciones, después, ese discípulo al volver a recrear esas mismas sensaciones, estaba
invocando a la energía a la que fue expuesto.
Es como cuando recordás una comida rica y se te hace agua la boca, se puede recordar su
aroma, su sabor, su textura... y eso tiene que ver con los aspectos más eficientes y más primitivos
de los procesos de invocación y todo es a través de simbolismos.
El brujo exponía a su discípulo primero a las sensaciones que le provocaban las energías de la
naturaleza, pero por otro lado también a las huestes espirituales que habitan en esa frecuencia.
Es como darle la característica del teléfono, una vez que la registro y sé de qué zona se trata,
entonces después puedo tratar de invocar dentro de esa zona el número específico al que quiero
llamar.
Entonces, una vez que le enseñé a mi discípulo a recrear las sensaciones del fuego, tierra,
agua y aire, después le enseño el simbolismo para detonar la energía, ya sea el dibujo, las
palabras o lo que tenga que ver con ese elemento, una vez que esa persona puede invocar por sí
misma la energía de ese elemento, le voy a enseñar los símbolos de su propio linaje, de las
huestes espirituales de sus ancestros.
Entonces esa persona va a poder ubicar dentro de un elemento de la naturaleza una
frecuencia vibratoria y dentro de ella la frecuencia vibratoria de la energía de sus propios
ancestros, que es compatible con la propia.
Dentro de las características de cada persona está la influencia de todos los elementos de la
naturaleza, pero también la influencia de energías cósmicas, antes como ahora la energía estaba
directamente ligada a las influencias planetarias y nadie escapa a eso.
Querer lograr una conexión con los mundos espirituales al azar era algo que no se hacía,
porque existía una mayor afinidad con aquellos que fueron los ancestros, que tenían que ver con
esa comunidad.

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Cada linaje tenía su propio método de detonar esas energías, entonces podías encontrar por
ejemplo a un indio con un tatuaje que representaba a su comunidad, a su linaje, donde podía
figurar también el rango que ocupaba dentro de la comunidad y esos son símbolos que sirven
para detonar cosas que tienen que ver con lo espiritual.
El brujo invocaba un elemento de la naturaleza, agua, aire, tierra, fuego, el rayo, la fuerza de
las matas, los animales de poder, etc. Lo hacían a través de símbolos, aún cuando fueran brujos
muy avezados, tal vez lo hacía en el aire, pero el dibujo lo hacía igual y si no movía la mano lo
hacía mentalmente, de todos modos estaba utilizando el poder simbólico para detonar
determinados estados de conciencia.
Yo puedo invocar un tipo de energía, a través del dibujo simbólico, siempre y cuando tenga la
capacidad de comprender perfectamente qué significa y a qué tipo de vibraciones pertenece. Si
tengo la capacidad de prestar atención y sentir en mi cuerpo las sensaciones que me genera el
contacto con una determinada entidad espiritual, si tengo la capacidad de comprender a qué
elemento pertenece y tener registro de las sensaciones que esa energía de ese elemento me
produce, puedo invocar ese poder y puedo tener la asistencia de esa energía sin más elementos.
La oración, por ejemplo, es un simbolismo, cada palabra, tiene una nota, tiene una vibración,
tiene una frecuencia y detona en mí un estado de conciencia que me conecta con notas de mi
espíritu, es la resonancia con mi espíritu lo que hace la invocación, todo lo que yo pueda hacer
en el ámbito de símbolos afuera, tiene una correspondencia con mi interior y desde mi interior
es mi espíritu el que invoca, no mi palabra, mi palabra es el medio que, en un determinado tono,
con su ritmo, su cadencia hace que detone en mi espíritu algo que es lo que invoca. La palabra
por sí misma, sin comprensión del significado simbólico, no detona nada. Es como si yo les
hablara en un idioma que no conocen, podría decirles las cosas más lindas y sin embargo a
ustedes no les movería nada, porque no lo entienden.
El poder de la oración se activa cuando tengo una verdadera comprensión de lo que estoy
diciendo.
Claro que hay factores para que ese poder actúe, que tienen que ver con la correspondencia
con lo que estoy pidiendo, cómo lo pido, por medio de qué lo pido, a quién se lo pido y a quién
va. ¿La oración cura? Sí, es muy poderosa, pero para que eso ocurra tiene que haber elementos
concordantes como el estado de conciencia, que haya analogía o que se puedan complementar
mi estado mental, con lo que siento, con mi espíritu y si tengo la suerte de que mi invocación se
produzca, también tiene que haber una compatibilidad con la persona receptora, porque si no
está dentro de mi misma frecuencia, no llega.
La energía de cada persona es única e irrepetible, sí hay promedios, yo puedo saber que una
persona está vibrando dentro de una banda vibratoria, entonces para tratar de asegurarme que
mi trabajo tenga más fuerza por ejemplo, lo velo más tiempo, entonces cada vez que veo la vela
me acuerdo y estoy tirando energía y estoy emitiendo distintos tipos de energía en forma
inconsciente, aún desconociendo cómo funciona.
Por ejemplo, yo prendo un velón de siete días para doña Porota, que está enferma y me
pidieron que ore por ella, entonces hoy estoy con todo mi amor y pido por doña Porota y doña
Porota sigue enferma, esa energía no llegó y a las tres horas el vecino que me debía plata me
pagó y yo me puse contento y en vez de estar en un estado de armonía y espiritual estoy
contento, entonces mi estado de ánimo cambió y paso y veo la velita y me acuerdo de la persona
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y del pedido y tal vez ese estado de ánimo sí le pega y esa energía le llega, como tal vez si la
energía de la persona es demasiado densa, le va a pegar el día que estoy con bronca y paso y veo
la vela y digo esta vieja, será posible! porqué no te curas de una vez! y esa energía entró, ¿por
qué? porque estuve en sintonía con la frecuencia vibratoria de esa persona.
Hay personas que son más auditivas que visuales, por ejemplo, entonces a una persona que es
auditiva, no tiene sentido que le muestres un jeroglífico, en todo caso hablale al oído del
significado de ese jeroglífico, a una persona que es visual, mostraselo, a la persona que tiene la
sensibilidad en lo táctil hacéselo tocar, al que tiene más agudo el sentido del olfato hacéselo oler,
según el sentido que tenga más desarrollado, pero así como existen esas diferencias también las
hay en las personas por su estado de evolución, su tipo de vibración, su compatibilidad con los
elementos de la naturaleza.
Si sos una persona que tiene un predominio de energía de fuego y yo soy de agua y te emito
energía de agua, no voy a estar ayudándote, en el mejor de los casos no va a tener efecto. Y esos
aspectos deben ser tenidos en cuenta.
Entonces puede pasar que, siendo un aprendiz, todavía no se conozca cómo saber qué tipo de
energía tiene una persona pero la quiero ayudar, entonces pido que me traigas una ropa tuya,
usada sin lavar y puedo trabajar con tu energía exponiendo esa prenda a la energía de los
espíritus superiores y les pido a ellos que actúen, seguramente va a haber un espíritu que tiene
una correspondencia con esa energía y por una cuestión de analogía va a generar un efecto.
Sirve porque tenes la confluencia de un montón de energías y alguna de esas frecuencias es la
que corresponde con esa persona, con el elemento de la naturaleza, con su proceso de evolución
espiritual, con lo que podríamos llamar el promedio vibratorio de su energía.
Este promedio está formado por la energía del grado de evolución emocional, mental, física,
su comprensión, su discernimiento, su espiritualidad, etc. Y todo eso sumado a la influencia
planetaria y cosmológica, etc., da un promedio que tiene que ver con una nota, con un tono, con
un color.
Con la oración es igual, cuando parece que Dios no escucha es que se está emitiendo una
energía en una frecuencia que no corresponde.
El poder de la oración sólo sirve como un poder simbólico para fines materiales y para eso
está el discernimiento, el sentido común, la lógica, la comprensión, el amor, el error está en
querer, a través de métodos energéticos o espirituales, modificar procesos que tienen que ver
con leyes universales, que son procesos de evolución, que tiene el planeta en su totalidad y nadie
está al margen de esas leyes. Es como querer modificar el comportamiento de la naturaleza,
como querer modificar el comportamiento del sol, eso es inamovible, eso está gobernado por
Dios, la energía creadora.
Hay una ley que gobierna todo y de eso se desprenden otras correspondencias, pero son
inamovibles.
Entonces, el poder de la oración sirve cuando la energía que se detona a través del poder
simbólico es análoga y tiene una verdadera compatibilidad con aquello con lo que nos queremos
conectar. Si yo quiero conectarme con un poder de la naturaleza, activo en mí todo el registro
de sensaciones de esa energía y me conecto con esa energía, pero de ahí a que yo pueda
mandársela a otro, que no sé qué tipo de energía posee, cuál es el predominante, si es compatible
o no con la energía que yo estoy invocando, hay una gran diferencia.
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A través del poder de la oración, generalmente nos conectamos con energías cuyo efecto es
en el ámbito espiritual, ni siquiera en el ámbito mental, si esa energía llega no va a tener su
manifestación en el cuerpo físico, va a tener su manifestación en el espíritu, en lo que es
trascendente al hombre, tal vez, esa energía que llegó al espíritu detona por reacción una
energía del plano mental, del plano emocional y eso es lo que hace la modificación y esa persona
se cura.
Por ejemplo, la energía crística no va a curar la materia física, no está para eso, es un tipo de
energía que apunta a lo que es realmente trascendente e inmortal, tiene que ver con la esencia
de Dios depositada en todos nosotros.
Esa energía puede, por analogía, detonar otras que son las encargadas, entonces sí.
Es como cuando uno le pide al espíritu del eter que sea mediador con un espíritu superior,
tiene coherencia, pero si le pido a un espíritu más denso que me conecte con lo superior, no
llega, porque hay energías intermedias que, por más que provengan de la misma línea, son
diferentes niveles de evolución, diferente estado de densidad, diferente vibración dentro de la
misma frecuencia.
Entonces cuando yo pido, ¿a quién le pido? ¿quién me escucha? ¿cuál es la reacción que se
detona en mí? Y cuando se detona en mí ¿cuál es el efecto que puede ocasionar en el otro y
cómo genero la correspondencia con el otro?
Todo eso tiene que ver con los símbolos, porque cada palabra dentro de mí es un símbolo,
cada oración dentro de mí es un símbolo y tengo que ser conciente de qué es lo que quiero
detonar como simbolismo, como energía, como nota, como color, para que esa correspondencia
pueda ser trasladada a quien la quiero enviar. Se puede hacer a través de una imagen mental, a
través del recuerdo de la textura de la piel, a través del aroma, del tacto, pero lo más eficiente es
la vibración, si yo puedo conectarme con la vibración de esa persona a través de las sensaciones
que esa vibración me generan, entonces es casi seguro que pueda lograr la correspondencia.
Se logra recreando las sensaciones que el contacto con esa persona me produjo, eso genera
invocación, es un simbolismo en mi inconsciente.
Cuando no conocen a la persona y tienen su nombre y apellido, ese nombre y apellido son un
simbolismo, tiene un color, una nota musical, una frecuencia vibratoria.
Si yo conozco el nombre de la persona, tengo algún elemento que posea su vibración, su
energía, puedo invocar esa energía, a través de las sensaciones que me genera ese elemento y
puedo generar una correspondencia y trabajar sobre esa energía, porque por analogía voy a
poder llegar. Pero si no sé quién es y no tengo idea de qué tipo de energía posee, es poco creíble
que pueda hacer algo.
Un símbolo puede tener un determinado poder, mucho más o menos, en función de la
conciencia que ese significado ejerce en la persona.
Si hacemos todos el mismo dibujo, por ejemplo, va a tener un poder diferente con cada
persona, aún cuando el dibujo tenga poder por sí mismo, pero detonar el poder simbólico de un
dibujo implica que en ese punto se aglutine, se concentre y se invoque un determinado tipo de
energía y eso, sólo se puede lograr cuando se tiene absoluta conciencia de qué es lo que se está
invocando, porque de otro modo es como leer en un idioma que uno no conoce, de ese modo no
se puede detonar el poder simbólico.

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Por eso es muy importante, conocer en forma pormenorizada qué símbolos son los que tiene
cada espíritu y qué representa, a qué energía, a qué banda vibratoria pertenece, porque es
mucho más efectivo y preciso cuando se conoce el tipo de energía con que se está trabajando.
Lo loable es aprender, porque aprendiendo se prepara la mente y la materia, porque el
espíritu empieza a vibrar en una frecuencia diferente a través de la capacitación, a través del
entendimiento, para que la energía de tu guía se pueda manifestar en forma cada vez más
poderosa.
Si uno sabe qué tiene que hacer cuando alguien consulta, el mérito es propio y el espíritu
crece, si hago que el trabajo lo haga otro, el mérito y la evolución son del otro.
Claro que a veces hay cosas que no sabemos o que nos superan, entonces sí tiene sentido
pedir asistencia. Pero la idea es que cada uno tiene que hacer por sí mismo el trabajo espiritual y
nuestro espíritu tiene tanto poder como la energía que buscamos para que nos asistan, sólo que a
través de las estructuras mentales condicionamos el poder de nuestro espíritu, no lo dejamos
aflorar por la estructura mental, entonces si rompemos con esos condicionamientos, liberamos la
estructura mental y buscamos conocimiento que realmente tenga peso, nuestro espíritu va a
tener el poder para poder trabajar.
Venimos a evolucionar a través del discernimiento, a través de la razón, del conocimiento.
La idea en el proceso de crecimiento, es que trabaje uno para que cada vez se haga más fuerte
el espíritu de la persona. Es como una persona que hace ejercicio y se entrena y los músculos
cada vez tienen más fuerza, más potencia y si al contrario no usa sus músculos, se debilita cada
vez más.
Es preferible pedir asistencia cuando no tengo más remedio, que para hacer aquello que yo no
me animo a hacer o que estoy inseguro de si me va a salir bien o me va a salir mal, porque eso
que tengo que hacer, tiene que ver con los elementos que karmicamente se acercan a mí porque
ahí hay un aprendizaje y si yo le escapo a ese aprendizaje, derivando lo que yo tengo que hacer
porque no tengo agallas, entonces mi aprendizaje no lo termino de hacer y me va a seguir
llegando lo mismo para que haga lo mismo, se va a seguir repitiendo hasta que me haga cargo y
aprenda. Uno evoluciona a través del conocimiento y de la práctica de ese conocimiento.
Muchas veces en pos del servicio y de la eficiencia uno se olvida de su propio crecimiento.
El espíritu propio es muy poderoso, por eso si trabajamos con los factores que nos
condicionan, le damos espacio para que se mueva con libertad y pueda manifestarse con mayor
poder.
Por eso es tan importante trabajar y sacar los elementos condicionantes de la personalidad.
Si haces una oración ¿creés que tus miedos y tus necesidades insatisfechas no están actuando?
Entonces, en el momento que sale la energía de esa oración ¿qué calidad creés que tiene?
La calidad que tiene es el promedio de tu energía, formado por lo mental, lo emocional, lo
físico, o sea que el poder de tu espíritu está condicionado por tu personalidad.
Si limpiamos nuestra personalidad y adquirimos conocimientos, vamos a estar dándole luz a
nuestro propio espíritu, que es el que vino a evolucionar a esta tierra, a esta vida.
El espíritu necesita seguir creciendo y llama la atención de distintas formas para que te des
cuenta.

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El conocimiento es básico en el proceso de evolución espiritual. Si mi mente está abierta,
entrenada y tiene conocimientos voy a poder interpretar en todos los aspectos los símbolos y eso
le va a dar mayor poder a la invocación de la energía.
Las energías que se invocan, son energías que son análogas al propio linaje, lo que llega son
representantes de los antepasados que habitan en una determinada frecuencia vibratoria que es
correspondiente con un elemento de la naturaleza.
¿Cómo hago para reconocer la energía de mis antepasados? A través de mi propia energía y el
conocimiento del poder simbólico.
Cuando se aprende la esencia del conocimiento y cómo se manejan los mecanismos de lo
energético, es aplicable a cualquier trabajo.
Hablar de vibración y de simbolismo es hablar de lo mismo, porque es el símbolo el que
detona la vibración.

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