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Rodenticidas

Tienen como finalidad la destrucción de los roedores y, por extensión, la de todos los
animales vertebrados indeseables. Se clasifican en tres grupos: gaseosos, minerales y
orgánicos. Entre los gaseosos destacan el ácido cianhídrico y el bromuro de metilo, que se
describen en el capítulo de Intoxicaciones por productos industriales; entre los minerales,
el arsénico, el fósforo, el talio, el bario y el flúor, y entre los orgánicos, unos de origen
natural, como la estricnina, y otros sintéticos, como los cumarínicos.

Arsénico
La dosis tóxica de arsénico inorgánico en el adulto es de 0,5 mg/kg y la potencialmente
mortal de 2 mg/kg, aunque existe un amplio margen de variabilidad individual. Las formas
orgánicas, como el melarsoprol, se consideran, en general, menos tóxicas que las
inorgánicas (trióxido o arsénico blanco, pentóxido, etc.). Existe una forma gaseosa de
arsénico, denominada arsina o hidrógeno arseniado o arsenamida, que se forma al
exponer arsénico metálico a la acción de ácidos y que es sumamente tóxica (véase
también Intoxicación por productos industriales).
En caso de ingesta oral, es bien absorbido por el intestino, en particular en su forma
trivalente. Circula unido a la globina del hematíe y a las proteínas, y en unas 24 h se
distribuye por todo el organismo, fijándose a los grupos sulfhidrilo de las proteínas
tisulares e inhibiendo con ello diversos mecanismos enzimáticos, en particular la
fosforilación oxidativa.
Es capaz de atravesar la barrera placentaria, excretándose la mayoría de la dosis absorbida
por vía renal en 4-10 días. La arsina afecta particularmente los hematíes al inhibir el
glutatión, que es necesario para mantener su integridad.

Cuadro clínico
La ingesta de una sal inorgánica se acompaña de sintomatología digestiva importante:
quemazón bucofaríngea, náuseas, vómitos, dolores abdominales y diarreas que pueden
ser coleriformes y hemáticas. Las pérdidas digestivas pueden condicionar trastornos
hidroelectrolíticos del tipo de la hipopotasemia e hipotensión arterial; a esta última
pueden contribuir el efecto vasodilatador y la cardiotoxicidad del arsénico. Los pacientes
refieren calambres musculares y pueden detectarse rabdomiólisis e insuficiencia renal.
El arsénico también es capaz de producir citólisis hepática, alteraciones pancreáticas,
miocarditis y encefalopatía. Si la ingesta ha sido masiva, la muerte puede sobrevenir en
pocas horas por shock cardiogénico y/o vasopléjico, con acidosis metabólica y coagulación
intravascular diseminada (CID).
El gas arsina tiene una elevada capacidad hemolizante. Los síntomas iniciales pueden ser:
cefalea, parestesias, trastornos digestivos, escalofríos y, posteriormente, ictericia e
insuficiencia renal. El enfermo puede fallecer en breve plazo por insuficiencia cardíaca y
edema pulmonar.
La intoxicación arsenical crónica produce astenia, debilidad muscular, cefaleas, neuropatía
periférica, edemas, bandas ungueales blancas (líneas de Mees), alteraciones de la
conducción y la repolarización cardíacas, trastornos cutáneos, hemáticos, digestivos,
hepáticos y renales, y deterioro del SNC. Se ha asociado también a arteritis distales,
hipertensión portal, epiteliomas cutáneos, hemangiosarcomas hepáticos, carcinoma
pulmonar, aplasia medular y leucosis.

Tratamiento
En caso de ingesta aguda, debe practicarse un vaciado gástrico, independientemente del
tiempo transcurrido. Puede optarse inicialmente por administrar un emético, pero la
potencial letalidad de esta intoxicación aconseja practicar siempre un pertinaz lavado de
estómago, con el fin de garantizar al máximo el rescate de este producto. Además, se
administrará carbón activado a las dosis habituales, y si no hubiese importantes diarreas
espontáneas, se añadirá un catártico.
El antídoto de elección es el dimercaprol o BAL, cuya administración debe iniciarse ante
toda ingesta de una dosis tóxica, en todos los enfermos sintomáticos y si se detectan
arseniurias superiores a los 200 mg/L; se administra por vía intramuscular a la dosis de 4
mg/kg cada 4 h durante 48 h, 3 mg/kg cada 6 h durante 24 h y 3 mg/kg cada 12 h durante
una semana o más hasta la recuperación completa. En casos graves, y si la tolerancia
digestiva y el estado general del enfermo lo permiten, se añadirán 250-500 mg cada 6 h de
penicilamina por vía oral o sonda gástrica, durante 5 días. En

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