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FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAGÍSTER EN PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA
INFORME LECTURA
LA MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD
JOSÉ ORTEGA Y GASSET
ALUMNOS:
2010
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INTRODUCCION
José Ortega y Gasset, filósofo español (1883-1955), publicó en 1930 “La misión de la
Universidad”, basado en una conferencia que realizó a un grupo de estudiantes en el
contexto de una reforma universitaria española, en su ensayo, el cual lo divide en cinco
capítulos, el segundo de ellos titulado “Principio de la Economía en la Enseñanza”. Nos
centraremos en este tópico. Resulta de suma importancia recalcar que a pesar de su
antigüedad estas ideas están aún vigentes en nuestra época, debido a que lo que
pregona Ortega y Gasset está en sintonía con el alma humana y su relación con la
sociedad moderna.
Ortega es un filósofo que por estos años está en su tercera etapa de Pensamiento, la cual
él mismo la denominó racio-vitalismo, luego del objetivismo y el perspectivismo, el racio-
vitalismo es la teoría que funda el conocimiento en la vida humana como la realidad
radical, uno de cuyos componentes esenciales es la propia razón. [1]
No olvidemos que Ortega y Gasset, tiene mucho que decir sobre la educación
universitaria ya que gana la cátedra de Metafísica de la Universidad Central de Madrid en
1910, a la cual solo renuncia por motivos políticos en 1929 en contra de la dictadura de
Primo de Rivera.
DESARROLLO
Dice Ortega que “la sociedad necesita buenos profesionales, pero necesita antes que
eso, y más que eso, asegurar la capacidad en otro género de la profesión: la de mandar.”
Para ello se debe nutrir al estudiante y futuro profesional de cultura, “quien no posea la
idea física (no la ciencia física misma, sino la idea vital del mundo que ella ha creado), la
idea histórica y biológica, ese plan filosófico, no es un hombre culto”, “para andar con
acierto en la selva de la vida hay que ser culto, hay que conocer su topografía, sus rutas o
"métodos"; es decir, hay que tener una idea del espacio y del tiempo en que se vive, una
cultura actual” En este objetivo la abundancia de información y datos, no necesariamente,
implica formar un ser integro en cuanto a cultura se refiere.
Por otro parte, como el mismo Ortega manifiesta, “Ha sido menester esperar hasta los
comienzos del siglo XX para que se presenciase un espectáculo increíble: el de la
peculiarísima brutalidad y la agresiva estupidez con que se comporta un hombre cuando
sabe mucho de una cosa e ignora de raíz todas las demás”.
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se ha hecho constitutivo de la vida universitaria aceptar ese fracaso. Es decir, la norma
efectiva consiste hoy en dar por anticipado como irreal lo que la Universidad pretende ser.
Se acepta, pues, la falsedad de la propia vida institucional. Se hace de su misma
falsificación la esencia de la institución”.
Él plantea la reforma universitaria a partir de esta premisa “En vez de enseñar lo que,
según un utópico deseo, debería enseñarse, hay que enseñar sólo lo que se puede
enseñar, es decir, lo que se puede aprender”, lo contrario advierte no ser lo que
auténticamente se es, sería como una estafa de la Universidad a sí misma.
Siguiendo los postulados pedagógicos de Rosseau, Pestalozzi y otros, considera que “En
la enseñanza -y más en general en la educación- hay tres términos: lo que habría que
enseñar -o el saber-, el que enseña o maestro y el que aprende o discípulo.” éstos
trasladan “el fundamento de la ciencia pedagógica del saber y del maestro al discípulo y
reconocer que son éste y sus condiciones peculiares lo único que puede guiarnos para
construir un organismo con la enseñanza”
Una de las interrogantes que se plantea es ¿Por qué la especie humana ejercita actos
económicos?, argumentando porque muchas de las cosas o especies que necesita no se
dan con la abundancia requerida, la escasez es el principio de la actividad económica.
Ortega, hilvanando la educación con esta temática, se pregunta “¿Por qué existen
actividades docentes? ¿Por qué es la pedagogía una preocupación y una ocupación del
hombre?” se contesta “para vivir con firmeza, desahogo y corrección hace falta saber una
cantidad enorme de cosas, y el niño, el joven, tienen una capacidad limitadísima de
aprender” “la escasez, la limitación en la capacidad de aprender, es el principio de la
instrucción. Hay que preocuparse de enseñar exactamente en la medida en que no se
puede aprender”
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A MODO DE DISCUSIÓN:
De todos modos, estos principios son de larga data ya, Jan Amos Comenius (1592-1670),
considerado el padre de la educación moderna, en su Visión de la Didáctica “Era
consciente de que en la práctica, no todos los alumnos tienen ganas de aprender lo
mismo, por lo cual -decía- "no debemos enseñar lo que sabemos, sino lo que son capaces
de aprender los alumnos", lo cual no es tarea fácil para el maestro, quien no debe avanzar
mientras los conocimientos básicos no estén firmes en la mente del alumno”.[2]
EL HOMBRE CULTO
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control de una máquina social y que pasan a estar en manos de quienes encabezan este
elemento de poder denominado Universidad. Por tanto ¿quiénes están a cargo del
desarrollo y evolución del ser humano, como representante de una cultura humana
particular? Pues el maestro, más allá de las paredes de una institución o máquina. En
este caso y, fundándonos en la afirmación: “colocarlo (al ser humano) en su verdad, darle
su autenticidad y no empañarnos en que sea lo que no es, falsificando su destino
inexorable con nuestro arbitrario deseo”, entendemos que “la cultura”, como elemento
fundador de sociedades, es y se hace con fuente de las innumerables identidades homo y
heterogéneas. Es así, entonces, como la Universidad escapará al típico concepto de
Universidad, para otorgarle dones creadores y plenamente formadores de cultura con
fuente en el ser humano.
Es así como, una escuela o universidad, jamás podrán entregar algo que antes no esté
dentro de ese ser humano en cuestión. Por lo tanto ¿qué es primero? ¿El artefacto
formador o el elemento a formar? El crecimiento moral de un individuo, de un pueblo, de
una comunidad toda, dependerá del carácter propio de éste. Se parte de lo macro a lo
micro. Una nación debe entregar a la institución el formato que se desea dar al
representante cultural y, si no lo hace, es vano modificar la escuela, ya que estaríamos
saltando uno de los pasos o niveles fundamentales.
La cultura es, y en palabras simples, un sistema vital de ideas del mundo y el hombre;
algo de lo que carecerían ciertos pueblos que hacen pagar hoy por hoy a la Europa en
depresión cultural, según Ortega. Estos nuevos sabios –médicos, científicos de todo tipo,
abogados- son quienes adulteran, con su precario acervo de ideas comunes, la imagen
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nueva de cultura y que jamás debió dejar de ser lo que en estricto rigor es; estos
individuos son representantes de una sabiduría que no necesariamente representan al
hombre culto estudiado por Ortega.
Un ser humano será culto, mientras distribuya y sea fuente de esa red de ideas originales
independientes del área que éste haya escogido. Dependerá de la institución universitaria,
ya que ésta debe darse el rol de trasmisor de cultura en el proceso de enseñanza a
profesionales, pero al mismo tiempo, puede carecer de ella y continuar siendo un hombre
culto. La institución no cataloga ni delimita el flujo de ideas, sino que las adopta para
luego estudiarlas y analizaras y, en algunos casos, demostrarla o refutarla mediante el
proceso científico que no forma parte de este artefacto cultural.
Cultura es el sistema de ideas vivas que cada tiempo posee o el sistema de ideas
mediante las cuales el tiempo vive –afirma Ortega- y es esta representación temporal
evidente la que nos constituye como ser culto. Jamás podremos evadirnos de este
estado, ya que inevitablemente el flujo de ideas se hará parte del cotidiano del hombre.
Este flujo de ideas o de “vida” –como lo denomina el autor- tiene que ver con la actividad
de cada uno, con un sostenerse en el mundo, con la capacidad de realización dentro de
un contexto determinado. La actividad de este proceso es lo que manifestará una cultura
global encarnada en una multitud de individuos particularmente enlazados mediante esta
red de ideas ya anteriormente mencionada.
Es así como, la cultura, tal como la vida se van decidiendo día a día, las vamos forjando
con nuestras decisiones, escindiéndonos de otras realidades o aunándonos a ellas. El
autómata – continúa- no logra vivir dentro de esta comunidad de ideas manifestadas y
practicadas, logrando con su parálisis cultural, retrocesos importantes dentro de la
comunidad o, incluso, una autodestrucción sostenida en el tiempo. Muchos de estos
autómatas son los denominados sabios carentes de esa cultura que hoy estudiamos, de
esa cultura ecuménica propia de cada ser humano sin excepción.
CONCLUSIONES
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Punto aparte sería la aplicación de las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones a la enseñanza y al ordenamiento de la gran cantidad de información
disponible.
Es, a base de lo anterior, que nos surge la inquietud acerca de cuál sería, entonces,
nuestra labor dentro de una comunidad educativa, y coincidimos en que, más que
enseñar patrones determinados, es la de otorgar el armamento moral necesario para
aceptar lo previamente establecido por otros representantes de momentos culturales y
producir, a base de ellos y de su propia experiencia vital, concepciones novedosas y
constructivas que nos conlleven a la formación de nuevas redes de pensamiento.
REFERENCIAS
2. Biografía,CarolinaGarcía,http://www.avizora.com/publicaciones/biografias/textos/te
xtos_c/0032_comenius_jan_amos.htm
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