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El seguro

Es un contrato por el cual una de las partes (el asegurador) se obliga, mediante
una prima que le abona la otra parte (el asegurado), a resarcir un daño o
cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto, como puede ser un
accidente o un incendio, entre otras.

El contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe
interés asegurable, salvo prohibición expresa de la ley. Por ejemplo:

• Los riesgos de los incendios.


• Los riesgos de las cosechas.
• La duración de la vida de uno o más individuos.
• Los riesgos del mar.
• Los riesgos de los transportes por aire o tierra.

El asegurador por lo general es una compañía de seguros organizada bajo la


forma de sociedad anónima; pero también existen cooperativas y mutualidades
de seguros e incluso un organismo oficial – La caja de Ahorro y Seguro –
realiza operaciones de este tipo. Asimismo, en algunas provincias funcionan
entidades aseguradoras oficiales.

El contrato de seguro es consensual, bilateral y aleatorio. Es consensual


porque se perfecciona por el mero consentimiento de las partes y produce sus
efectos desde que se ha realizado la convención; es bilateral puesto que
origina derechos y obligaciones recíprocas entre asegurador y asegurado, y es
aleatorio porque se refiere a la indemnización de una pérdida o de un daño
producido por un acontecimiento o un hecho incierto, pues no se sabe si se va
a producir y en el caso contrario – como ocurre con la muerte – no se sabe
cuándo ello ha de acontecer.

Clasificación de los seguros

De diversos modos pueden clasificarse los seguros. En primer lugar, según se


hallen a cargo del Estado, en su función de tutela o de la actividad aseguradora
privada, se dividen en seguros sociales y seguros privados.

• Seguros sociales: Los seguros sociales tiene por objeto amparar a la


clase trabajadora contra ciertos riesgos, como la muerte, los accidentes,
la invalidez, las enfermedades, la desocupación o la maternidad. Son
obligatorios sus primas están a cargo de los asegurados y empleadores,
y en algunos casos el Estado contribuye también con su aporte para la
financiación de las indemnizaciones. Otra de sus características es la
falta de una póliza, con los derechos y obligaciones de las partes, dado
que estos seguros son establecidos por leyes y reglamentados por
decretos, en donde se precisan esos derechos y obligaciones.

El asegurado instituye al beneficiario del seguro, y si faltase esa designación


serán beneficiarios sus herederos legales, como si fuera un bien ganancial, en
el orden y en la proporción que establece el Código Civil. Por consiguiente,
producido el fallecimiento del asegurado la Caja Nacional de Ahorro y Seguro
abona el importe del seguro a los beneficiarios instituidos por aquél o a sus
herederos.

El sistema de previsión de las cajas de jubilaciones no es técnicamente un


seguro, aunque por sus finalidades resulta análogo. Permite gozar de una renta
a los jubilados y cubre los riesgos del desamparo en que puede quedar el
cónyuge y los hijos menores de una persona con derecho a jubilación, ordinaria
o extraordinaria, a la fecha de su fallecimiento.

• Seguros privados: Estos seguros son los que el asegurado contrata


voluntariamente para cubrirse de ciertos riesgos, mediante el pago de
una prima que se halla a su cargo exclusivo. Además de estas
características podemos señalar:
• Los seguros privados se concretan con la emisión de una póliza – el
instrumento del contrato de seguro – en la que constan los derechos y
obligaciones del asegurado y asegurador.
• En nuestro país los seguros privados son explotados, en su mayoría por
compañías privadas, mutualidades y cooperativas. Pero también el
Estado, por intermedio de la Caja Nacional de Ahorro y seguro, hace
seguros de distintos tipos. Y en algunas provincias existen aseguradoras
oficiales.

De acuerdo con su objeto los seguros privados pueden clasificarse en seguros


sobre las personas y seguros sobre las cosas.

Seguros sobre las personas: El seguro sobre las personas comprende los
seguros sobre la vida, los seguros contra accidentes y los seguros contra
enfermedades. En realidad, constituyen un solo grupo denominado seguro de
vida, pues los seguros contra accidentes y enfermedades no son sino una
variante de los seguros de vida.

Clasificación de los seguros de vida, conforme al riesgo que cubren

• Seguros en caso de muerte: En los seguros de este tipo, al fallecimiento


del asegurado, el asegurador abona al beneficiario instituido por aquél el
importe del seguro.
• Seguros en caso de vida: En estos seguros la entidad aseguradora
abona al asegurado el importe del seguro, siempre que viva al
vencimiento de un determinado periodo de tiempo. También puede
convenirse el pago de una renta periódica mientras viva el asegurado, a
partir de una fecha establecida de antemano.
• Seguros mixtos: Constituyen una combinación de los seguros de muerte
y de vida. Por lo tanto, el importe del seguro se paga a los beneficiarios
si el asegurado muere antes de vencer el contrato, y se le entrega a él si
supervive a esa fecha.

Según que cubran a una o más cabezas


• Seguros sobre una cabeza: Se paga el seguro cuando fallece la persona
asegurada.
• Sobre dos o más cabezas: Mediante este contrato se asegura la vida de
dos o más personas y el seguro se paga cuando muere una de ellas a
favor de la otra u otras.

Atento al número de personas amparadas por la póliza

• Seguros individuales: Son los contratos por medio de los cuales se


asegura una persona con un seguro de muerte, de vida o mixto.
• Seguros colectivos: En estos contratos se asegura la vida de numerosas
personas. El seguro se paga a la muerte de estas, a los beneficiarios
instituidos.

Según las cláusulas adicionales

• Seguros con cláusulas adicionales: De acuerdo con estas cláusulas la


póliza puede prever otros beneficios.
• Seguros sin cláusulas adicionales: Son aquellos cuyas pólizas solo
prevé el seguro de muerte, vida o mixto.

Seguro sobre las cosas

 Seguro contra incendio: Con este seguro se cubre los bienes muebles e
inmuebles contra el riesgo de los incendios. La compañía aseguradora
indemniza al asegurado por el daño que hubieran sufrido los bienes objeto del
seguro, a causa de un incendio, por su puesto siempre que este no haya sido
intencional.

 Seguro contra granizo: Las plantaciones pueden resultar muy dañadas, con
la caída del granizo, por lo cual este seguro presta un servicio de verdadera
utilidad a los agricultores que han asegurado sus sementeras contra este
riesgo. Solo se indemniza por los daños que causa el granizo sin tener en
cuenta las pérdidas que pueda haber originado las lluviaso el viento.
 Seguro de automóviles:

Responsabilidad civil: Por lesiones causadas a terceros y por daños producidos


a cosas de estos. Si el dueño del automotor asegurado, causa por accidentes
daños corporales o la muerte de un tercero, la compañía responde hasta un
determinado importe. La indemnización por daños materiales es más reducida.

Incendio, accidente y robo: la póliza ampara al propietario del vehículo contra


estos riesgos de acuerdo con la suma asegurada. En el caso de accidentes el
seguro cubre los daños sufridos por al automotor.

• Seguro de transporte: Puede ser marítimo pluvial, terrestre y aéreo, y


cubre los riesgos que pesan sobre los medios de transportes, los efectos
transportados y los pasajeros. La compañía indemniza al propietario de
los medios de transporte los daños que estos puedan sufrir en el
cumplimiento de su misión por diversos accidentes, conforme al capital
asegurado. También cubre este seguro los daño o lesiones que puedan
sufrir los pasajeros como consecuencia de accidentes de transportes.

Disposiciones legales

Régimen Leal: incorporada al Código de Comercio en reemplazo de sus


anteriores disposiciones, regula en la actualidad el contrato del seguro. Lo hace
con criterio publisistico, estableciendo gran cantidad de disposiciones que no
pueden ser modificadas por las partes (o que solo pueden ser modificadas en
beneficio del tomador) y reglamentarista, contemplando en detalle todos los
aspectos del contrato.

Las disposiciones legales de mayor significación que rigen en la actualidad en


materia de seguros son las siguientes:

1. Toda falsa de declaración conocidas por el asegurado, aun hechas de


buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o
modificado sus condiciones, si el asegurador hubiera sido cerciorado del
verdadero estado de riesgo, hace nulo el seguro.
2. Reticencia:
3. Póliza:

Es el instrumento del contrato de seguro y debe contener los siguientes datos:

• Los nombres y domicilios de las partes.


• El interés o la persona asegurada.
• Los riesgos asumidos.
• El momento desde el cual estos se asumen y el plazo.
• La prima.
• La suma asegurada.
• Las condiciones generales del contrato.

De acuerdo con esta enumeración las pólizas constan de dos partes. En la


primera se insertan las cláusulas particulares del contrato. En la segunda
figuran las condiciones generales del seguro del que se trate. Estas
condiciones son uniformes para todos los contratos, se incluyen al dorso de la
póliza y deben ser aprobadas por la Superintendencia de Seguros de la nación.

1. Es el precio del seguro y debe pagarse en el domicilio del asegurador o


en el lugar convenido entre las partes. Se adeuda desde la celebración
del contrato pero no es exigible sino contra la entrega de la póliza.
2. Prima:

Toda agravación del riesgo asumido que a juicios de peritos hubiera


impedido el seguro o modificado sus condiciones, es causa especial de
rescisión del contrato de seguro. El asegurado tiene que denunciar al
asegurador la agravación del riesgo. Si esta se debe a un hecho del
asegurado, la cobertura queda suspendida y el asegurador tiene que
notificar, en el termino de 7 días, su decisión de rescindir. Si la
agravación resulta de un hecho ajeno al asegurado, la decisión de
rescindir debe notificarse dentro de los 30 días.

3. Agravación del riesgo:

En los seguros de daños patrimoniales, el crédito a favor del asegurado


debe pagarse dentro de los 15 días, una vez fijado el importe de la
indemnización o aceptada, por parte del asegurado, la indemnización
ofrecida. En los seguros de personas el pago se hace dentro de los 15
días de notificado el siniestro. Cuando el asegurador haya estimado el
daño reconocido el derecho del asegurado, se puede reclamar un pago
a cuenta si el procedimiento para establecer la prestación no se haya
terminado un mes después de la notificación del siniestro. El pago a
cuenta no puede ser inferior a la mitad de la prestación reconocida por el
asegurado.

4. Vencimiento de la obligación del asegurador:


5. Seguro de incendio:

El asegurador debe indemnizar el daño causado a los bienes por la acción


directa o indirecta del fuego, así como por las medidas necesarias para
extinguirlo u otras semejantes. Los daños que origine una explosión o rayo se
hayan equiparado a los que causan los incendios.
BIBLIOGRAFÍA

• Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005

• Cabanellas, Guillermo "Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual".


Editorial Heliastica S.R.L. Buenos Aires – Argentina.

• - DONATI, cit. en: Halperin, Isaac (1966) "Contrato de Seguro".

• Diccionario Enciclopédico Océano. Ediciones Océano, S. A. Barcelona.


España.

• Enciclopedia Visor, Universidad de Salamanca, Argentina. 1999

• Garrigues, Joaquín (1987) "Curso de Derecho Mercantil" Tomo IV.


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Montoya Manfredi, Ulises (1986). "Derecho Comercial" Tomo II. Cultural
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• López González, Patricia "El reaseguro".

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Junio
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES RÓMULO GALLEGOS
GUANARE - ESTADO - PORTUGUESA

Integrantes:
Eryka Rondón C.I 14.272.743
Rafael Gómez C.I.13.330.226
Yelitza Toledo .C.I. 10.723.219
Vilma Rangel C.I. 10.716.182

Guanare, 10 de Abril del 2011


El control social es el conjunto de prácticas, actitudes y valores destinados a
mantener el orden establecido en las sociedades.[1] Aunque a veces el control
social se realiza por medios coactivos o violentos, el control social también
incluye formas no específicamente coactivas, como los prejuicios, los valores y
las creencias.

Entre los medios de control social están las normas sociales, las instituciones,
la religión, las leyes, las jerarquías, los medios de represión, la indoctrinación
(los medios de comunicación y la propaganda),[2] [3] los comportamientos
generalmente aceptados, y los usos y costumbres (sistema informal, que puede
incluir prejuicios) y leyes (sistema formal, que incluye sanciones).[1

El control social aparece en todas las sociedades como un medio de


fortalecimiento y supervivencia del grupo y sus normas. Las normas menores y
las leyes son las que conforman los grupos. La implantación de una moral
social (por las influencias sociales que genera) y la crítica liberal como
autodefensa y como interpretación de sucesos e intereses, es el camino hacia
el cambio social. Actúa sobre la desviación social (leyes) y anomia (normas).

La cognición social o perspectiva del comportamiento desviado de forma


correcta —cierta—, tiene un esquema de estereotipos y juicios de valor en su
versión no científica, y es posible y habitual como conocimiento científico —
profesional—; es de hecho imposible una sociedad sin normas (Estado de
Derecho) y la cuestión es su precisa naturaleza y los mecanismos para el caso,
sin cargar con más problemas adicionales, solamente el bien común con una
normativa funcional para el orden social. Como el control es importante, a su
vez tiene que haber control sobre los controladores con un consenso en la
normativa para un equilibro de poderes y controles, que no sea represivo en su
actitud.

El control social persuasivo para el logro de la conformidad funciona


principalmente con ideas y valores, que se traducen en actitudes respetuosas
de las normas. Se tiende a una moral libre, opcional, personalizada, menos
reglas y con menos control.

Tendencias fundamentales de las Teorías del Control Social.

El marco temporal de surgimiento de las Teorías del Control Social se ubica


entre finales de la década de los años 60 y principios de la década de los años
70 del pasado Siglo. La peculiaridad teórica que distingue a estos autores
radica en el cuestionamiento invertido de la problemática criminal; dando por
evidente la explicación lógico-racional de la conducta desviada, centran sus
esfuerzos científicos en fundamentar las razones del comportamiento no
delictivo o accionar de conformidad social.

El razonamiento sustentador de tales posiciones parte de la supuesta obviedad


benéfica que en el plano material proporciona el actuar delictivo, pues asegura
el acceso a las metas perseguidas de una forma expedita; lo que permite a los
teóricos del control afirmar que, por decantación lógica, el comportamiento más
racional sería la comisión de crímenes para obtener los beneficios deseados.
Así pues, el centro del interés de las Teorías del Control Social radica en
explicar los motivos que dominan el comportamiento respetuoso de la Ley,
responder al cuestionamiento de ¿por qué? no todas las personas cometen
delitos. A tales efectos desarrollan diversas posiciones doctrinales, cuyas
principales manifestaciones se pueden resumir de la siguiente manera:

1. La Teoría del arraigo social.


2. La Teoría de la conformidad diferencial.
3. La Teoría de la contención.
4. La Teoría del control interior.
5. La Teoría de la anticipación diferencial, etc.

A continuación desarrollaremos someramente los principales elementos


constitutivos de las variantes teóricas mencionadas.

La Teoría del arraigo social.

Conocida también como la teoría de los vínculos sociales fue desarrollada por
HIRSCHI partiendo del criterio de que el control necesario para que el individuo
no actúe delincuencialmente, radica en los nexos que el mismo establece con
la sociedad, lazos cuya ruptura significarían una sensible pérdida para la
persona. Cuando se carece de esos vínculos o los mismos se debilitan
desaparece el arraigo social que funciona como muro detentivo del actuar
criminal. La necesidad de autopercibirse y ser reconocido como integrante
pleno y respetado de los diversos grupos sociales de pertenencia actúa como
elemento conductual controlador, según esta posición teórica.

La Teoría de la conformidad diferencial.

Los sustentadores de esta posición, BRIAR y PILIAVIN, apoyan su teoría en


dos aspectos o premisas fundamentales: la posibilidad de afectación del
individuo por estímulos pasajeros y el diferenciado grado de compromiso de la
persona con los valores socialmente aceptados. El resultado de la interacción
de ambas variables siempre resultará diferente en dos seres humanos
sometidos a condiciones estimulantes análogas, partiendo de que esos
individuos poseen grados no equivalentes de conformidad con los valores
sociales. "Lo que significaría que, en situaciones equiparables, una persona
con elevado grado de compromiso o conformidad hacia los valores
convencionales es menos probable que se involucre en comportamientos
delictivos que otro individuo con inferior nivel de conformismo".

La Teoría de la contención.

La peculiaridad doctrinal del segmento de los teóricos del control que nos
ocupa, radica en la valorización de los elementos de índole individual en el
contexto de un enfoque de tendencia sociológica. RECKLESS, reconocido
como el autor principal de esta variante centra la atención en el rol
determinante que juegan las cualidades personales, las que en algunos casos
funcionan como factores inmunizantes dentro de un microambiente netamente
delictivo; constituyendo los llamados mecanismos de contención. Dichos
mecanismos pueden poseer índole interna o externa; en el caso de los
primeros se refiere a los mecanismos subjetivos propios de la personalidad,
tales como: buen concepto, proyectos vitales bien definidos, adecuada
tolerancia a la frustración, etc. En lo que respecta a los mecanismos de
contención externos se citan los relacionados con el control normativo social,
ejemplo: códigos morales sólidos, roles sociales bien estructurados, disciplina
social supervisada y efectiva.

La Teoría del control interior.

A los efectos de la teoría del control interior, el accionar delictivo aparece por la
inconsistencia controladora de los grupos primarios que no han conseguido,
que sus miembros, internalicen las reglas y roles necesarios; lo cual significa
que el control social no ha derivado convenientemente en control personal
interno; entendido este último como la trascendencia funcional efectiva a la
esfera volitiva, de los valores y normas socialmente prevalentes. Para REISS,
sustentador de esta tesis, la criminalidad aparece como derivación de la
disfuncionalidad de controles sociales ineficientes y la consecuente debilidad
del control personal o interior.

La teoría de la anticipación diferencial.

Los razonamientos propios del enfoque de la anticipación diferencial presupone


un trabajo intelectivo detallado del individuo, en el que pondera los costes y
beneficios que podría reportarle el delito. Esta teoría "se formula por D.
GLASER, quién trata de conciliar con ella la teoría del control social y los
conceptos básicos de la asociación diferencial. Su postulado es muy simple: la
decisión de cometer o no delito se halla determinada por las consecuencias
que el autor anticipa". El núcleo duro del análisis descansa en la inclinación
ventajosa o desventajosa de las expectativas, grado de beneficio que se
relativiza a partir de la profundidad del contacto de cada persona con los
modelos criminales. Conclusivamente puede afirmarse que las Teorías del
Control Social superan la visión macrosociológica de la corriente estructural-
funcionalista, valorando al Control Social desde una posición dicotómica
relacionada con el carácter externo o interno del control y prestándole especial
relevancia a la función de los grupos pequeños de pertenencia del individuo. En
este sentido "las teorías del control acostumbran a ser vista de forma errónea
como teorías de las cuales se deriva una demanda de mayor control penal. Sin
embargo, ello es incorrecto, pues, (...), el énfasis de las teorías del control
reside en el control social, esto es, en aumentar el vínculo de la persona con
las instituciones sociales que es lo que (...) evitará que la persona realice
delitos".

Las teorías del Control Social son cuestionadas por diversas razones entre las
que se destaca su renuncia a localizar el factor positivo que genera la comisión
de delitos y consecuentemente reconocen la existencia de un factor negativo
provocador del acto criminal, a saber "presumen que la ausencia de control
basta para provocar inevitablemente, por sí sola, la realización de actos
delictivos".
El derecho y el sistema de control social. El control social jurídico–penal

Estas instituciones tienen cierto grado de compulsión el acento se pone en


reglas, leyes y posible recriminación y pena, sus mejores ejemplos son la ley y
la administración. Norma, proceso y sanción son tres componentes
fundamentales de cualquier institución de control social formal, orientadas a
asegurar la disciplina social, afianzando las pautas de conducta que el poder
reclama. La última autoridad del control social es el Estado con su poder
coactivo, y un Estado de Derecho debe ejercitarse a través de la ley .

De las manifestaciones del control social, la ley es la más formal y dramática,


aunque muchas veces no resulta sea la más efectiva. En general el
cumplimiento de la ley como dice Roscoue Pound en su obra- Control Social a
través de la Ley , tiene las siguientes dificultades, en muchos cosas
inaplicabilidad de la maquinaria legal para solucionar muchos conflictos,
limitada v capacidad de las obligaciones, pena fácil que puede evadirse así
como dificultades para encontrar la certeza de los hechos.

El derecho desarrolla un papel fundamental, por la función integradora que


sirve para disminuir los potenciales elementos de conflictos y para engrasar la
maquinaria social. Es solamente mediante una herencia aun sistema de reglas,
que el sistema de interacción social puede funcionar sin romperse y evitar
conflictos crónicos, el derecho no solo tiene un pode coactivo, sino persuasivo
y educativo y puede ser un factor de cambio social.

La ley como modo de control social tiene todas las fuerzas, pero también toda
la debilidad de la dependencia de la fuerza sería entonces un error pensar que
la ley por sí sola puede resolver todos las tareas del control social. La ley debe
funcionar apoyando a los mecanismos de control social informal.

El control social penal es un subsistema en el sistema total del control social.


Su especificidad, derivada del objeto a que se refiere, no a toda conducta
desviada , sino solo al delito, así como sus fines, prevención, represión y a los
medios que utiliza para ello, las penas medidas de seguridad, con una rigurosa
formalización de la forma de operar, en correspondencia a la legalidad.

El Control Social Penal tiene limitaciones estructurales inherentes a su


naturaleza y función, de modo que no es posible exacerbar indefinidamente su
actividad para mejorar progresivamente su rendimiento.

Si todo orden social cuenta con mecanismo primario de autopreparación, que


deberían ser eficaces, la intervención del control formal solo se legitima en
defecto de aquellos, cuando la entidad o magnitud del conflicto exija una
respuesta formalizada, más drástica, por no es suficiente las de las instancias
informales. La maquinaria pesada del Estado debe reservarse par los conflictos
más agudos que requiera de un tratamiento Más severo. Los conflictos de
menor entidad pueden y deben ser abordados o resueltos con instrumentos
más ágiles y socialmente menos gravosos, el Derecho Penal debe ser última
ratio.

El control social penal sirve de un particular sistema normativo, que tiene partes
de conductas al ciudadano imponiéndosele mandatos y prohibiciones. La
norma penal establece deberes jurídicos, desde luego, pero su finalidad no
puede consistir en la mera creación de deberes y obligaciones.

No se trata de prohibir por prohibir, ni castigar por castigar, sino de hacer


posible la convivencia y la paz social. Es inimaginable un Derecho Penal
desconectado de las demás instancias del Control Social, de ahí que el
derecho penal, solo tiene sentido si se le considera, como la continuación de un
conjunto de instituciones públicos y privados, cuya tarea consiste igualmente
en socializar y educar para la convivencia de los individuos, a través del
aprendizaje e interiorización de determinadas pautas de comportamiento,
dentro de todo este entramado de normas sociales y penales, la norma penal
es la más vulnerable para mantener el sistema de valores, ya que sobre el
descansa la sociedad.

El Derecho Penal, solo puede proteger con efectividad a largo plazo los bienes
jurídicos cuando las personas, convencidas de lo justo de esa protección,
cooperan en esa función. Su misión más importante es la reafirmación y el
aseguramiento de las normas fundamentales de la sociedad y la cultura
jurídica. Esta misión solo se puede realizar reforzando los valores éticos y
sociales de la acción y afianzando el reconocimiento normativo sin olvidar su
base sociológica.

Es necesario tener en cuenta que todo sistema jurídico penal, constituye un


sistema en que se trata de compaginar los derechos del individuo, incluso del
individuo delincuente, con los derechos de una sociedad que en ocasiones vive
con miedo, a veces real y a veces supuesto. Por supuesto la sociedad tiene
derecho a defender sus intereses, recurriendo a la pena si fuera necesario,
pero también el delincuente tiene derecho a ser tratado como persona y no
quedar definitivamente apartado de la sociedad, sin esperanza de reintegrarse
a la misma. Por otra parte es de significar que la misión del derecho penal es
limitar el poder punitivo del Estado, que en ocasiones decidido a terminar a
toda costa con la criminalidad, puede imponer sanciones excesivas y/o
arbitrarias, sacrificando con ellas las garantías mínimas de los individuos y la
de la proporcionalidad.

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