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Nota: Este material didáctico se ha confeccionado a partir de los capítulos correspondientes del libro “Guía básica para la redacción
y gestión del proyecto de reparcelación”, editado por el CTAV y cuyos autores son Rafael Durá Melis y Josep Antoni Payà Gasent
INTRODUCCIÓN Y ACTUACIONES PREPARATORIAS DEL PROYECTO DE REPARCELACIÓN
Índice:
0. Introducción
0.1. Antecedentes históricos
0.2. Novedades introducidas por la LRAU
0.3. Novedades introducidas por la LUV y ROGTU
1. El Plan y las actuaciones preparatorias
1.1. El Plan, presupuesto de reparcelación
1.2. Obtención de información
1.3. La opción sobre la modalidad de retribución o la renuncia a la adjudicación de
parcela de resultado
2. Delimitación del área reparcelable
3. Aprovechamiento objetivo del área reparcelable
0. Introducción
0.1. Antecedentes históricos
De manera simplificada y, con muchas matizaciones, podemos asociar la expropiación forzosa
como técnica de gestión de suelo ligada a la reforma interior de las ciudades y la reparcelación
a la expansión de las mismas, es decir a los ensanches. De esta manera los antecedentes de
la reparcelación habrá que buscarlos en la legislación española sobre el ensanche que se fue
aprobando a lo largo del siglo diecinueve.
El “Proyecto de Ley General para la Reforma, Saneamiento, Ensanche y otras mejoras de las
poblaciones” de Posada Herrara de 1861, se refería, en su artículo 35 ya a la compensación –o
reparcelación- en especie:
Será de cuenta exclusiva de los propietarios, en el caso de apertura de nuevas calles, la cesión gratuita del
terreno necesario para la vía pública, si sobre él no existe edificación alguna, en proporción a la superficie
que posea cada uno de ellos, y a fin de evitar que la apertura en cuestión se vende en perjuicio de unos y
ventaja de otros, los que pierden menos terrenos deberán compensar en especie a los que pierden más, de
manera que todas las fincas vengan a resultar gravadas en justa proporción a su área.
Art. 9º Como en la práctica pudiera haber alguna dificultad al haberse cumplimentar el contenido del art.
Anterior dado el caso que algún interesado en una ó más manzanas del ensanche pusiera dificultades de tal
género que impidiera la construcción de alguna edificación, deberán conformarse todos los condueños de
dicha manzana, con la resolución del Excmo. Ayuntamiento previo dictamen pericial de la Sección Facultativa
del mismo, después de oído el parecer y opiniones de los arquitectos ó maestros de obras que presenten los
interesados, a cuyo efecto se instruirá el oportuno expediente, siendo de cuenta de quien lo motive el pago
de los honorarios facultativos, que por las diferentes diligencias correspondan al Arquitecto del Ayuntamiento
que haya actuado como á tal perito.
Aunque no podemos hablar aquí de reparto de beneficios y cargas, si que podemos hacerlo de
adecuación de la parcelación al planeamiento aprobado. A falta de una investigación en los
archivos municipales que determine como y cuando se fueron “reparcelando” las distintas
manzanas y como se fueron abriendo y urbanizando las distintas calles, si analizamos el
parcelario del Ensanche de Valencia, esta obligación de crear “solares regulares” parece que
fue aplicada con bastante rigor en la mayoría de los casos.
En la España de la posguerra la legislación especial por las que se aprobaron los Planes
Comarcales de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, establecerá mecanismos de gestión de
suelo que serán los precedentes inmediatos de las Juntas de Compensación y que
posteriormente serán asumidos los la Ley del Suelo del 56. Sirva como ejemplo lo establecido
en el artículo 15.d) del Decreto de 14 de octubre de 1949 por el que se aprueba la redacción
oficial de la Ley de Ordenación Urbana de Valencia y su comarca, para la ejecución de los
proyectos parciales (antecesores de los actuales planes parciales):
Los propietarios de inmuebles enclavados en la demarcación de un proyecto parcial podrán constituirse en
asociación para la ejecución de aquél, siempre que sus fincas representen, al menos, las tres cuartas partes
del valor total de la propiedad afectada. Los demás propietarios podrán ingresar en la asociación después de
constituida.
Toda asociación de propietarios deberá presentar sus Estatutos o escrituras fundacionales a la aprobación
del Consejo General, que resolverá previo informe del Ayuntamiento respectivo.
Será con la Ley de 12 de mayo de 1956 del Régimen del Suelo y Ordenación Urbana,
cuando la reparcelación tome verdadera carta de naturaleza como instrumento clave en la
gestión urbanística, al considerarla “pieza fundamental” y elemento indispensable para que se
produzca la justa distribución de beneficios y cargas del planeamiento. En la exposición de
motivos de la Ley se dice:
Importancia igual o mayor que la de los actos de primera parcelación la tienen los que significan una
reparcelación. Esta permite no solo regularizar dotes, sino distribuir justamente los beneficios y cargas
derivados del planeamiento. Por ello, se considera la reparcelación como una pieza fundamental. En su
virtud, y con el fin de superar la desigualdad con que los propietarios perciben y soportan los influjos de la
ordenación, a la que hay que atribuir, en gran parte, la escasa superficie dedicada a espacios libres en
nuestras ciudades, se da lugar, entre todos los propietarios de un polígono o manzana, a una comunidad en
la que cualquier propietario podrá exigir la reparcelación de los terrenos cuando resultaren destinados a
viales o zonas verdes en desproporción con la superficie que le perteneciere respecto a la de otros y a la total
del polígono o manzana, o fueren edificables en volumen inferior al general. Con esta justa distribución de los
beneficios y cargas del planeamiento se facilitará extraordinariamente la acción urbanizadora, entorpecida
por la oposición, en este aspecto comprensible, de los propietarios de terrenos destinados a espacios libres,
cuando observaban la depreciación de los mismos correlativa al enriquecimiento de los demás propietarios
circundantes.
La Ley de 56 estableció ya, como sistemas de ejecución de los planes de urbanismo, cuatro
sistemas de gestión, el de Cooperación, el de Expropiación, el de Compensación y la Cesión
de Viales. Sistemas que fueron evolucionando y estuvieron en vigor en la Comunidad
Valenciana hasta la aprobación de la LRAU.
El Reglamento de Reparcelaciones, Decreto 1006/1966, reguló entre otros aspectos el
procedimiento, los criterios, las normas de adjudicación, los acuerdos, los efectos, la
formalización, etc. En su exposición de motivos se decía:
La exposición de motivos de la Ley del Suelo, concreta y precisa al glosar la nueva normativa, llama la
atención especialmente hacia una institución que califica de «pieza fundamental» la reparcelación.
En efecto: la reparcelación se articula como un instrumento de justicia distributiva en cuanto permite
regularizar las diversas fincas con el fin de facilitar su edificación, y sobre todo por contribuir a la adecuada
distribución de los beneficios y cargas de la Ordenación entre los propietarios, que a tal efecto se encuentran
sometidos a una gestión común. De este modo las superficies destinadas a viales, zonas verdes o espacios
libres se aportan por los propietarios equitativamente, sin enriquecimiento torticero de algunos a costa de los
demás. Y el beneficio del planeamiento llega también en proporción equilibrada a todos los interesados.
El sistema, tan bien fundado, no carece de precedentes en nuestra legislación urbanística: la Ley de 26 de
julio de 1892 de Ensanche de Madrid y Barcelona, previó en su artículo 5 la regularización de solares; su
Reglamento de 31 de mayo de 1893, se refirió a ésta en el artículo 35, y fue recogida después en el artículo
28 del Reglamento de 14 de julio de 1924. Con la misma finalidad y contenido semejante merecen
recordatorio, entre otros, los artículos siguientes: el 3 de la Ley de Solares de 15 de mayo de 1945, 53 de su
Reglamento de 23 de mayo de 1947, 6 , 8 y 10 de la Ley de 1 de marzo de 1946 de Ordenación Urbana de
Madrid y sus alrededores y los 14 , 15 y 48 de su Reglamento de 17 de octubre de 1947, el 18 de la Ley de 1
de marzo de 1946 de Ordenación del Gran Bilbao, 22 del Decreto de 14 de octubre de 1949, sobre el Gran
Valencia y 56 del Reglamento de 22 de octubre de 1954 de Barcelona. Es de mencionar especialmente el
Decreto 489/1964, de 20 de febrero, por el que se determina el régimen de urbanización de la «Zona
Comercial» de la avenida del Generalísimo, de Madrid. El problema ha merecido igualmente un especial
tratamiento en la legislación extranjera. Por último, objetivo semejante persigue la Concentración Parcelaria,
no obstante sus singulares caracteres y el ámbito de su aplicación.
La Ley del Suelo recoge las reglas fundamentales de la reparcelación en el título II , sobre el «Régimen
urbanístico del suelo». El procedimiento de reparcelación se aplica a todos los sistemas de actuación, y de
forma preferente en los de cooperación y compensación; actúa de corrector en la cesión de viales y por
último también puede coexistir con el de expropiación. El reglamento, de otra parte, en el ámbito de
aplicación de la Ley del Suelo y de lo dispuesto sobre la materia en otras Leyes posteriores, ha de contribuir
a la más completa normalización de las actuaciones urbanísticas por constituir la normativa general aplicable
a las reparcelaciones.
En el Reglamento que se aprueba por el presente Decreto se ha regulado la reparcelación como un
procedimiento de ejecución de los planes urbanísticos en cuanto establece la adecuación de la situación
física y jurídica de los inmuebles a la ordenación urbana. Por tratarse de un instrumento delicado, de alta
técnica, que roza la temática de la función social de la propiedad y ha de enlazar con el vigente sistema
hipotecario, se ha cuidado muy singularmente la precisión de bases, trámites y garantías, sin temor a
innovaciones, pero también sin simple afán de novedad. Y se han instrumentado las adecuadas cautelas
para el máximo respeto a los derechos de los particulares y de la comunidad.
Finalmente ha de señalarse que en la actuación urbanística apenas existe alternativa a la expropiación
forzosa que no se concrete en una reparcelación. En ésta ha de descansar, pues, el impulso a la iniciativa
privada, a la que mediante el Reglamento se ofrece amplio campo de actividad y en cuyo ejercicio podrá
contribuir a la satisfacción de los fines a que necesariamente debe responder la ordenación urbana.
La Ley del Suelo del 75 y el Texto Refundido del 76, Real Decreto 1346/1976, así como así
como el Reglamento de Gestión Urbanística del 79, Real Decreto 3288/1978, en relación a
las reparcelaciones, introdujeron cambios importantes que hoy los tenemos totalmente
asumidos pero que entonces fueron novedosos, como el hecho de hacer depender los
derechos aportados por un propietario en una reparcelación de la superficie sus terrenos, y no,
como sucedía con la Ley del 56, del valor de los mismos. En este sentido, en la exposición de
motivos de la Ley del 75, se decía expresamente:
En la misma línea de facilitar la gestión urbanística, sin merma de los principios de justicia, se simplifica de
modo sustancial el mecanismo reparcelatorio. La cuantía de las aportaciones se hace depender como norma
general de la superficie y el proceso se despoja de trámites innecesarios.
Mientras que en el artículo 10 del Reglamento de Reparcelaciones del año 66, se especificaba,
al hablar de la valoración de las fincas aportadas:
1. El suelo aportado a la reparcelación se clasificará y calificará, según los criterios de la Ley del Suelo y
disposiciones concordantes, conforme a la situación urbanística inmediatamente anterior al planeamiento que
se ejecute.
2. A cada una de las fincas se le asignará un valor concreto en pesetas o en unidades convencionales, que
determinará en relación con el total de la zona reparcelable el coeficiente para reconocimiento de derechos y
adjudicación de las fincas resultantes.
El Reglamento de Gestión Urbanística del 79, Real Decreto 3288/1978, sería hasta el año
2006 en que en la Comunidad Valenciana se aprueba el Reglamento de Ordenación y
Gestión Territorial y Urbanística, Decreto 67/2006, el único desarrollo reglamentario de
referencia.
La Ley del Suelo de 1990 y su Texto Refundido, Real Decreto Ley 1/1992, introducirán los
conceptos de área de reparto y aprovechamiento tipo, a los que hoy estamos tan
acostumbrados, y convertirán a las antiguas unidades de actuación en unidades de ejecución
que es como hoy las denominamos.
La Ley de 90 no hace mención expresa a la reparcelación, aunque el Texto Refundido del 92
unificará el criterio de correspondencia y proporcionalidad entre el derecho de los propietarios y
la superficie de sus respectivas parcelas, sin perjuicio de que, por unanimidad, puedan
adoptarse criterios distintos.
En 15 de noviembre de 1994 se aprueba la Ley 4/1994 Reguladora de la Actividad
Urbanística, la LRAU, y once años después, el 30 de diciembre la Ley 16/2005 Urbanística
Valencia, la LUV. Este hecho marcará un antes y un después en los proceso de gestión
urbanística y por lo tanto en la reparcelación. A partir de ese momento y, en virtud del reparto
de competencias que establece la Constitución, en la Comunidad Valenciana, la legislación
autonómica regulará los procedimientos de gestión de suelo y, la legislación del Estado, un
elemento fundamental en todo proceso reparcelatorio como son las valoraciones, ya sean de
suelo, de edificaciones, de plantaciones, de indemnizaciones, de derechos reales, etc.
Como todos sabemos nuestra Comunidad Autónoma tiene competencia exclusiva en materia
del urbanismo y de ordenación del territorio, mientras que las valoraciones urbanísticas son
competencia exclusiva del Estado. No olvidemos que en virtud del artículo 149.18 de la
Constitución Española, al Estado le corresponde fijar las garantías expropiatorias del
administrado entre las que se incluye el justiprecio, es decir todo el sistema de valoración.
Desde ese momento, los procesos reparcelatorios vendrán condicionados tanto por la
evolución de legislación urbanística valenciana, como por la evolución de la legislación de
suelo del Estado. De este modo, las valoraciones a efectos reparcelaciones de la LRAU, en un
primer momento, se realizaron en el marco normativo del Texto Refundido de la Ley del 92,
para posteriormente efectuarse con los criterios valorativos de la Ley del 6/98. Ley del 98 que
estará en vigor cuando se aprueba la LUV hasta el 1 de julio de 2007, fecha de entrada en
vigor de la Ley de Suelo 8/2007 y su Texto Refundido, el Real Decreto Legislativo 2/2008.
Además de los nuevos criterios de valoración la Ley de Suelo 8/2007 y su Texto Refundido, el
Real Decreto Legislativo 2/2008 introducirán un cambio importante con respecto a la cesión
obligatoria de la edificabilidad en las actuaciones de transformación urbanísticas, como es el
establecer esa cesión libre de cargar de Urbanización -artículo 16.1.b) del Texto Refundido-.
Entregar a la Administración competente, y con destino a patrimonio público de suelo, el suelo libre de cargas
de urbanización correspondiente al porcentaje de la edificabilidad media ponderada de la actuación, o del
ámbito superior de referencia en que ésta se incluya, que fije la legislación reguladora de la ordenación
territorial y urbanística.
En las actuaciones de dotación, este porcentaje se entenderá referido al incremento de la edificabilidad
media ponderada atribuida a los terrenos incluidos en la actuación.
Con carácter general, el porcentaje a que se refieren los párrafos anteriores no podrá ser inferior al 5 por
ciento ni superior al 15 por ciento.
Este nuevo contexto tiene una gran incidencia en la figura de la reparcelación. A partir de
entonces la reparcelación requiere la programación de los terrenos afectados para su eficacia,
al establecerse en el artículo 69.4 de la LRAU su vinculación a los Programas, de tal manera
que solo puede entenderse la reparcelación en la medida en que vaya a ser ejecutada una
actuación, nunca como expediente aislado.
Mientras que en la legislación estatal la reparcelación servía para el reparto equitativo de
beneficios y cargas en un determinado ámbito de actuación, en la LRAU se convierte en un
instrumento para retribuir al Urbanizador, y para resolver los conflictos entre el urbanizador y
los propietarios, tal y como se explicita en el Preámbulo de la LRAU:
La reparcelación juega un papel meramente instrumental tendente a asegurar la ejecución del programa en
términos que garantizan el derecho del propietario, previamente definido por la conjunción de Plan General y
Programa. La Ley refuerza esta vertiente puramente instrumental de la reparcelación que deja de ser, en
rigor, un factor de definición de derechos en el seno de una hipotética comunidad reparcelatoria, pasando a
ser un modo de resolución de conflictos entre propietario y urbanizador.
Es decir, en ausencia de acuerdo y, aprobada por la Administración después de oír a todas las
partes, la reparcelación adquiere el carácter de forzosa, diferencia ésta fundamental respecto a
la legislación de Estado y que supone una de las características principales del sistema
urbanístico valenciano. Otro aspecto importante de la LRAU es que introduce por primera vez
la posibilidad de retribuir los costes de urbanización en terrenos, según se establece en los
artículos 70.B), 29.9B, 66.1 y 71.4 de la LRAU, con lo cual se modifica la asignación de
derechos y se obtiene la doble ventaja de facilitar la participación de todos los propietarios en el
resultado de la gestión urbanizadora y, al mismo tiempo, de economizar las inversiones de las
empresas urbanizadoras que no se ven forzadas, como antes, a la adquisición inicial de suelo,
lo que permite concretar sus recursos en la ejecución de la propia urbanización
La participación del propietario en el desarrollo del Programa puede producirse de dos modos. Puede
limitarse a aportar su terreno originario y recibir a cambio un solar urbanizado o puede aportar, además del
terreno, financiación para ejecutar la urbanización. Ambas fórmulas son susceptibles de infinitas
combinaciones. Si el propietario retribuye al Urbanizador sufragando una aportación dineraria tendrá
derecho, lógicamente, a más porción de solares que si se limita a aportar el terreno sin contribución
monetaria. En este último caso el Urbanizador recibiría su retribución en solares de los resultantes de su
labor.
Por último, en el artículo 70D de la LRAU se abrió la posibilidad de resolver los condominios
previstos en la reparcelación, mediante requerimientos recíprocos entre los propietarios
afectados, que debían cursarse en escritura pública, ofreciendo simultánea y alternativamente
el pago o el cobro de la indemnización a un mismo precio unitario. La introducción de este
régimen especial para la extinción de condominios en las parcelas adjudicadas, que se lleva a
cabo, en vía administrativa, durante la exposición al público del Proyecto de Reparcelación,
supuso la simplificación de los complicados y largos trámites necesarios hasta ese momento
Si hiciéramos un paralelismo entre los sistemas de gestión de la legislación estatal y el modelo
implantado por la LRAU y que continúa con la LUV, obtendríamos la siguiente
correspondencia:
Las mayores diferencias de fondo se darían entre el Sistema de Compensación y los PAIs
valencianos de gestión indirecta.
El artículo 123 del ROGTU, en su redacción dada por el Decreto 36/2007 de 13 de abril, va
más allá y establece que cuando el suelo no urbanizable protegido sea colindante con el sector
reclasificado el aprovechamiento tipo virtual será idéntico al aprovechamiento del sector.
En segundo lugar, respectos a los principios reguladores de la reparcelación, en el artículo
170 de la LUV se establecen como novedad:
La concentración de adjudicaciones:
La concentración de las adjudicaciones en el supuesto de que los propietarios sean titulares de varias fincas
aportadas, reduciendo en lo posible las adjudicaciones en condominio, sin perjuicio del criterio de proximidad
en la adjudicación.
El mantenimiento del mayor número posible de propietarios para reducir al máximo las
indemnizaciones sustitutorias:
El proyecto de reparcelación procurará el mantenimiento en el proceso urbanizador del mayor número de
propietarios posible, reduciendo al máximo los supuestos de indemnización sustitutoria de adjudicación. Por
ello, se procurará que la ordenación detallada establezca, en la medida que lo permitan las características
constructivas de las tipologías edificatorias previstas, una parcela mínima acorde con los derechos derivados
de las superficies de las fincas originarias.
En último lugar, se apuntan una serie de novedades que introduce la LUV respecto a la LRAU
en relación a la reparcelación:
Retribución obligatoria en terrenos en los casos de titulares desconocido, titulares sin
domicilio conocido, titularidad dudosa, titularidad litigiosa y propietarios que incumplan
la obligación de informar sobre sus fincas. En todos estos casos se optará por la
indemnización económica sustitutoria, si los derechos de las fincas, deducida la
retribución en terrenos, no permiten la adjudicación de parcela independiente.
Tratamiento específico de las áreas semiconsolidadas con resimisión, según el caso, al
régimen de actuaciones aisladas excluidas del proceso de reparcelación.
Limitación de la adscripción de red primaria a un sector, exclusivamente a la
colindante, adyacente o funcionalmente vinculada al sector.
Inclusión en el área reparcelable del suelo no urbanizable protegido calificado de
parque público, a obtener con arreglo a la LOTPP, que ya habíamos apuntado.
Concreción del procedimiento de los requerimientos recíprocos para sustituir las cuotas
de condominio por indemnizaciones en metálico en aspectos no regulados en la LRAU,
como el régimen a seguir ante varios requerimientos y varias contestaciones.
Introducción del criterio de extinción de condominios existentes sobre fincas aportadas,
salvo oposición expresa de todos los comuneros.
Tratamiento de los costes de descontaminación del suelo y de los costes de
demolición, tratamiento y gestión de elementos contaminados a cargo del titular de la
finca, según el principio medioambiental de “quien contamina paga”.
El derecho que la LRAU reconocía a los propietarios de solicitar la expropiación si no
estaba conformes con la actuación, ha sido sustancialmente modificado por la LUV. La
renuncia a la adjudicación viene en los artículos 32, 162.3 de la LUV y 373 del ROGTU.
Ahora el propietario disconforme puede exigir ser compensado por los derechos que
correspondan a su inmueble en el momento de la iniciación del correspondiente
procedimiento. La compensación será fijada por la Administración en el mismo acuerdo
aprobatorio de la reparcelación y atendrá al valor real de la finca de origen. El fondo de
la cuestión es que cuando un propietario disconforme solicitaba la expropiación de sus
terrenos, éstos no se podían ocupar hasta que el Jurado Provincial de Expropiación no
fijaba el justiprecio correspondiente, mientras que ahora una vez aprobada la
reparcelación (en la que se incluye la correspondiente indemnización), ésta es
ejecutiva y los terrenos se pueden ocupar inmediatamente aunque se interponga el
correspondiente recurso por el propietario que esté disconforme.
Modificación de los procedimientos de aprobación del proyecto de reparcelación tanto
en la gestión directa como en la indirecta.
expropiación forzosa de 16 de diciembre de 1954 y en la Ley 6/1998, de 13 de abril, de régimen del suelo y
valoraciones.
Dentro de los PAIs de gestión directa que pueden ser por expropiación estarían los que
llevarían a cabo las Administraciones no municipales, por si mismas o a través de sus
empresas filiales, para la promoción de suelo con destino a dotaciones públicas o a
actuaciones urbanizadoras que fomente la industrialización o la vivienda social, u otros fines
públicos de su competencia. Para estos supuestos llevados a cabo por Administraciones no
municipales se ha previsto un procedimiento especial, artículo 89 de la LUV.
Una vez calificada la finca como de propiedad desconocida (dudosa o litigiosa), por una parte
implica el pago de las cargas de urbanización en terreno (artículo 172.4 de la LUV) y, por otra,
la sustitución de la adjudicación de la parcela por una indemnización económica sustitutoria de
adjudicación, siempre y cuando el derecho del propietario, una vez deducida la retribución al
Urbanizador en terrenos, no permita la adjudicación de parcela de resultado independiente
(artículo 172.2 b de la LUV y 401.3 del ROGTU).
Antes de la Redacción del Proyecto de Reparcelación, el aspirante a Urbanizador ya contará
con una información básica que le servirá de guía para la obtención de la definitiva información
en el Registro de la Propiedad como es la información catastral, necesaria e imprescindible
para la tramitación del correspondiente PAI.
La obtención de la información catastral por el aspirante a Urbanizador, con el fin de dar
cumplimiento al trámite previo al anuncio de información pública del Programa, de remisión de
aviso del inicio del procedimiento de gestión indirecta al domicilio fiscal de los titulares
catastrales (artículo 134.4 de la LUV y 292 y 296 del ROGTU), viene regulada en el artículo
297 del ROGTU:
1. Para la obtención de información sobre quienes consten en el Catastro Inmobiliario como titulares de los
derechos afectados por una Actuación, necesaria al objeto de practicar los avisos regulados en el artículo
134.4 de la Ley Urbanística Valenciana, se estará a las siguientes reglas:
a) El interés legítimo de quien solicite la información se acreditará mediante aportación ante el Catastro
Inmobiliario de copia sellada de la instancia referente a la iniciación del procedimiento en los términos
previstos en el artículo 130 de la Ley Urbanística Valenciana o de presentación de la Alternativa Técnica ante
el Ayuntamiento, o de diligencia notarial de protocolización de esa Alternativa en la Notaría.
b) Se deberá aportar plano parcelario en el que se delimite el ámbito afectado, indicándose el polígono o
polígonos catastrales afectados.
c) La certificación catastral deberá emitirse en el plazo máximo de quince días a contar desde la fecha de
presentación de la solicitud de información.
2. Asimismo, los aspirantes a Urbanizador tendrán derecho a que el Notario que autorice el acta de
protocolización de su Alternativa Técnica, obtenga por sus medios la información catastral necesaria para
practicar los avisos.
Artículo 373 del ROGTU en su redacción dada por el Decreto 23/2007 del Consell, se dice:
Cuando un propietario decida renunciar a la adjudicación de parcela de resultado a cambio de una
compensación en dinero, se aplicarán las siguientes reglas:
1. Será preceptiva la previa emisión de un informe técnico que sirva de base para la valoración de su
propiedad por parte del técnico municipal competente o técnico contratado por el Ayuntamiento conforme a la
legislación de contratos de las Administraciones Públicas.
2. La valoración de la compensación que corresponda al propietario se realizará de conformidad con las
reglas de la legislación estatal del suelo y valoraciones.
3. El Urbanizador tendrá preferencia a la hora de adjudicarse el aprovechamiento al que haya renunciado el
propietario, previo pago de la compensación que proceda. En el caso de que decline el ejercicio de esta
facultad, el aprovechamiento y la indemnización serán asumidos por el conjunto de la Actuación.
A tal efecto y, según el artículo 56.7 de la LUV, se considerarán como suelo dotacional
ya existente y afecto su destino, el dominio público proveniente de caminos y vías
pecuarias de uso público histórico y tradicional afectado por la actuación
Cuando se incorporen suelos externos adscritos que no formen parte de la Unidad de
Ejecución”, como sería el caso de la red primaria externa o los terrenos de parque
público natural.
En definitiva, para la correcta delimitación del área reparcelable se tendrá que aplicar los
siguientes criterios:
1. Se incluirán todos los terrenos que tienen derechos a aprovechamiento subjetivo,
independientemente de su localización y derechos, ya sea en el ámbito de la Unidad de
Ejecución o en suelos externos adscritos, red primaria o suelo no urbanizable protegido.
2. Se incluirán todos los terrenos susceptibles de aprovechamiento lucrativo privado que
vayan a ser objeto de adjudicación en la reparcelación.
Con el objeto de clarificar la cuestión cabría recordar, a título meramente informativo, la
diferencia entre el concepto de área reparcelable con el de otros ámbitos legales de contenido
urbanísticamente diferente que, algunas veces, pueden coincidir pero que conceptualmente
son diferentes:
Área de Reparto: Definida en el artículo 55 de la LUV como “el conjunto de terrenos
respecto de los que el Plan General determina un mismo aprovechamiento tipo” y,
mediante la cual “se objetiva el principio de justa distribución de beneficios y cargas.”
Sector: Los sectores, según el artículo 54 de la LUV, son los “ámbitos de ordenación
urbanística de los planes” que desarrollan la ordenación estructural y, que sirven “para
delimitar ámbitos mínimos y racionales de planeamiento, con la finalidad de evitar la
redacción de planes que, por su visión fragmentaria del territorio o por oportunismo en
su delimitación, generen disfunciones en el desarrollo urbano”.
Unidad de Ejecución: Según el artículo 58 de la LUV, las unidades de ejecución “son
superficies acotadas de terrenos que delimitan el ámbito completo de una actuación
integrada o de una de sus fases” y, que deben incluir “todas las superficies de destino
dotacional público precisas para ejecutar la actuación”, así como también, “las parcelas
edificables que, como consecuencia de ella se transformen en solares.”
Zona: Son los ámbitos diferenciados “por un uso global o dominante, entendiendo por
tal, el mayoritario o el que defina su función urbana en relación con el conjunto del
territorio“, según se establece en el artículo 49 de la LUV.
Este último criterio está igualmente reiterado en el artículo 119 del ROGTU al establecer, en su
punto 5 que los coeficientes definitivos serán fijados en el momento en que deban entenderse
la valoraciones, que como regla general es el inicio del proceso reparcelatorio, de forma que el
Proyecto de Reparcelación podrán ratificar o recalcular los coeficientes que el Plan haya
establecido.
Artículo 119 del ROGTU:
1. Cuando dentro de un área de reparto, la ordenación urbanística prevea usos tipológicamente diferenciados
que puedan dar lugar, por unidad de edificación, a rendimientos económicos muy diferentes, en el cálculo del
aprovechamiento tipo se podrán ponderar coeficientes correctores de edificabilidad, a fin de compensar con
más aprovechamiento subjetivo la menor rentabilidad unitaria de éste.
2. A falta de coeficientes diferenciados se ponderarán los valores relativos de repercusión de los terrenos
para lograr la finalidad equidistributiva que la fijación de coeficientes deba perseguir.
3. En todo caso, procederá aplicar coeficientes correctores a la edificabilidad con destino a vivienda protegida
cuya reserva sea obligatoria en aplicación del plan.
4. Si no se dieran las circunstancias antes expresadas, si existiese una incertidumbre razonable en la
evolución del mercado inmobiliario o si la heterogeneidad de los usos y las tipologías diferentes del
característico, alcance tal grado de complejidad que resulte impracticable o inadecuada e irracional su
homogeneización por coeficientes, procederá considerar como coeficiente único la unidad.
5. Los coeficientes correctores definitivos serán fijados siempre al momento en que deban entenderse
referidas las valoraciones que, como regla general, será el inicio del proceso reparcelatorio. Los Proyectos de
Reparcelación contendrán una ratificación de la validez de los previstos por el planeamiento o su recálculo
justificado.
Por otro lado, en el artículo 2 del Decreto-Ley 1/2008, respecto al aprovechamiento subjetivo
en suelo urbanizable, se dice:
Se modifica el artículo 23.b) de la Ley 16/2005, de 30 de diciembre, de la Generalitat, Urbanística Valenciana,
que queda redactado en los siguientes términos:
“b) Ceder gratuitamente las parcelas edificables correspondientes a la cesión del 10% o porcentaje que
legalmente corresponda de aprovechamiento tipo libre de cargas de urbanización. Las parcelas que por este
concepto reciba la administración actuante, así como los ingresos que reciba por indemnización sustitutiva de
dicha cesión, quedarán integradas en el patrimonio público de suelo”.