Lima, 15 de mayo del 2011
¿Adictos A LA RED?
Mito o verdad. El avance exponencial del consumo de Internet en el mundo ha creado
también una nueva disyuntiva para psicólogos y psiquiatras: ¿existe la adicción a Internet?
En línea. El uso cada vez mayor de Internet puede crear algunas adicciones y desórdenes de personalidad.
D Jorge
Paredes
n Japón existe una
especie de secta
que se ha exten-
dido por algunos
países del Primer Mundo,
conocida como los ‘hikiko-
mori’, compuesta por ado-
lescentes y jóvenes, mayor-
mente varones, que rehúsan
a todo tipo de contacto con
el mundo real y se encierran
en sus habitaciones durante
meses, e incluso años, para
vivir solamente conectados
a los videojuegos, los juegos
en línea e Internet.
El fenómeno de los ‘hi-
kikomori’, que ya es visto
como una nueva patología
social, parece ser solo el ex-
tremo de un mal que acecha
• El Dominical • 15 D
a la sociedad contemporá-
nea: el uso compulsivo de
Internet.
Adicción sin sustancias
Este mundo virtual, que di-
suelve fronteras e identida-
des, y que ofrece posibilida-
des infinitas de información,
conocimiento, entreteni-
miento, negocios, trabajo,
etc., también ha sido objeto
en los últimos tiempos de
una suerte de culto exacer-
bado, sobre todo entre ado-
lescentes y jóvenes.
La pregunta que se hacen
los especialistas es si se pue-
de hablar de una nueva adic-
ción, similar a la que se gene-
ra por el consumo de drogas
o sustancias químicas. ¿Pue-
de Internet volverse adictiva
para algunas personas?
“Es una adicción sin sus-
tancias”, responde el psi-
coanalista Alberto Péndola.
“Esto no quiere decir que In-
ternet sea dañina, sino que la
adicción es el resultado de un
proceso que se inicia cuando
una persona entra en contac-
to con un objeto particular
(en este caso la red) con el
que experimenta una viven-
cia diferente, que le resulta
Facebook. Las
redes sociales
han aumentado
el tiempo en que
la gente perma-
nece conectada a
Internet.
muy positiva y funcional.
En otras palabras, yo en-
tro a Internet y me parece
una maravilla, entonces le
doy un significado particu-
lar que facilita la repetición y
genera la dependencia. Igual
sucede con las drogas.
Diez personas pueden
probar cocaína pero, mien-
tras a nueve probablemente
“En Internet predomina la fantasía
y esto la hace más atractiva, pues
ahí uno puede desinhibirse, ser más
libre. Se pierde la corporeidad, con
todo lo que eso significa”
no les produce nada espe-
cial, a una le genera un pla-
cer intenso y eso alimenta
su necesidad de volver a
consumirla”.
Síndrome de
abstinencia
Una de las claves para hablar
de adicción a Internet no es
tanto el tiempo en que la per-
sona pasa frente a la compu-
tadora, sino la forma en que
desarrolla eso que los espe-
cialistas llaman el síndrome
de abstinencia, cuando no
puede conectarse a la red.
El que desarrolla esta
nueva patología siente ansie-
dad, mareos, se pone irrita-
ble, tiene pensamientos ob-
sesivos hasta no ver colmado
o satisfecho su deseo.
Lo mejor en estos casos es
buscar ayuda especializada.
“El asunto es si son adic-
tos a las máquinas o a los
contenidos”, se pregunta el
psiquiatra Felipe Iannaco-
ne, del Instituto Gestalt Perú.
“Mayormente se superpone
una adicción a la otra, pues
alguien que es adicto al sexo
o al juego o a las compras lo
es también a Internet. En este
caso es importante la interac-
ción hombre-máquina”.
Para Iannacone son más
propensas a este tipo de
adicciones las personas que
tienen poca habilidad para
socializar en el mundo real,
pues sufren de depresión,
vacío o soledad y encuen-
tran en la red la compañía
que necesitan.
La adicción aparece, en-
tonces, como la punta de
un iceberg que esconde o
enmascara problemas más
profundos.
Ilusión o realidad
En un estudio reciente, la
Asociación Psicoanalítica
Mexicana concluyó que
aproximadamente el 2% de
adolescentes entre los 11
y 18 años, en ese país, era
adicto a Internet, cifra que
aumenta en países como Es-
paña y Estados Unidos, don-
de bordea el 40%.
Según el doctor Ianna-
cone, se estima que este
uso patológico de Internet
afecta, más o menos, al 2%
de cibernautas locales, cifra
que va en aumento por la ex-
plosión en los últimos tiem-
pos de fenómenos como el
Facebook y el Twitter.
“Lo interesante –reflexio-
na el psicoanalista Alberto
Péndola– es que en Internet
predomina la fantasía y esto
la hace más atractiva, pues
ahí uno puede desinhibirse,
ser más libre, asumir la iden-
tidad que no quiera. Se pier-
de la corporeidad, con todo
lo que eso significa”.
“Es un triunfo de la om-
nipotencia y del narcisismo
humano”, agrega. Algo que
puede resultar en el fondo
peligroso, pues esta ilusión
de libertad y de escape pue-
de ser también la trampa
que puede llevar a algunos
a la adicción y dependencia
absoluta.