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Jurisprudencia

(Sobre delitos contra el ámbito de intimidad, desarrollo Jurisprudencial


costarricense)

Artículo 196. (Este no es el voto 1496-91, sin embargo es de la Sala Tercera y


se sustenta en el)

“…Primero: la prueba o grabación fue hecha ilegítimamente, o sea contraria a


derecho. Fue además el empleador el que puso en conocimiento a juzgador de la
existencia de una supuesta prueba, la cual por ello se pidió se incorporara como
probanza, siendo que ahora el Juez con argumento que prefiere no calificar
rechazó de plano y violentó el principio procesal que dice que quien afirma prueba.
Sin embargo para el Juez este principio es una carga más contra el empleador,
siendo lo cierto que fue el patrono quien acudió a esta probanza para imponer al
trabajador la sanción más grave cual es el despido. En síntesis: toda justicia tiene
exigencia de ser transparente. Segundo: lo que los testigos dicen que escucharon
fue una supuesta conversación, también es ilegal e incluso un delito, si así fue,
pero paradójicamente, totalmente legal para el juzgador, aunque como se ha dicho
sea de oída porque la supuesta prueba de la grabación, hecho generador de la
sanción, el Juez la evadió. Es más, esta prueba tiene implicaciones penales y esa
advertencia no fue echa a los testigos. Por ello esa “prueba” no puede tener el
carácter de tal y mucho menos puede servir para sustentar un despido en una
violación a la ley, pues son contrarias al derecho a la intimidad, consagrado en el
numeral 24 constitucional. …”
“…Estima, que las afirmaciones del ad-quem, violentan totalmente el principio in
dubio pro operario, y consecuentemente el numeral 39 de la Constitución Política.
Expone, que para la intervención de una llamada telefónica se requiere el
cumplimiento de la Ley especial de registro, secuestro y exámen de documentos
privados e intervención de las comunicaciones (Ley número 7425), en
concordancia con el ordinal 24 de la Constitución Política, que garantiza el
derecho de intimidad, a la libertad, al secreto de las comunicaciones, en
consecuencia considera que la grabación de la conversación fue hecha de manera
ilegítima. Informa que la sentencia que recurre, quebranta el principio in dubio pro
operario, comprendido en el numeral 17 del Código de Trabajo. Con base en lo
expuesto, solicitó que se admitiera el recurso interpuesto y, en consecuencia, se
revoque la sentencia recurrida, se estimen las pretensiones de la acción y se
resuelva en todo lo demás conforme en derecho corresponda. “

Artículo 201

Exp. 1335-E-92 N°5964-94 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA


DE JUSTICIA. San José, a las quince horas cuarenta y ocho minutos del once de
octubre de mil novecientos noventa y cuatro.
“ Acción de inconstitucionalidad de ENRIQUE LOPEZ GOMEZ, administrador de
negocios, vecino de Moravia, ciudadano chileno, con cédula de residencia número
cuatrocientos veinticinco-setenta y ocho mil cuatrocientos ochenta y dos-
novecientos veintisiete, para que se declare que el artículo 201 del Código Penal
es contrario a la Constitución Política.
Por ello solicita que la Sala ajuste esa interpretación al orden fundamental y
establezca que esa disposición solo es aplicable a aquellas personas que hacen
uso de un instrumento de esta naturaleza, sabiendo que el mismo ha sido
sustraído o reproducido ilegalmente.

“…Los tipos penales deben estar estructurados básicamente con una preposición
condicional, que consta de un presupuesto (descripción de la conducta) y una
consecuencia (pena), en la primera debe necesariamente indicarse, al menos
quién es el sujeto activo, pues en los delitos propios reúne determinadas
condiciones (carácter de nacional, de empleado público, etc.) y cual es la acción
constitutiva de la infracción (verbo activo), sin estos dos elementos básicos
(existen otros accesorios que pueden o no estar presentes en la descripción típica
del hecho) puede asegurarse que no existe tipo penal. …”

“ Primero analizaremos si se trata de un "tipo penal abierto", como lo entiende el


accionante. Como con acierto lo indican tanto el Fiscal General y la Procuraduría
General de la República el término "indebidamente" no abre el tipo penal. Este
vocablo es un adverbio de modo que significa en sus dos acepciones "sin deberse
hacer" o "ilícitamente". Si la ley sanciona la utilización de los instrumentos privados
sustraídos o reproducidos, la utilización del término "indebidamente" no es más
que una reiteración en la que incurre el legislador la que, lejos de abrir el tipo
penal refuerza la idea anterior. En efecto, la utilización de cartas, papeles,
grabaciones, despachos telegráficos, telefónicos, cablegráficos, o de otra
naturaleza que hubieren sido sustraídos es en sí misma, indebida;
consecuentemente, el vocablo pudo incluso haberse suprimido sin que con ello se
altere la disposición normativa cuestionada. Por lo expuesto, este extremo de la
acción resulta improcedente. “
“…La sugerida interpretación conforme del artículo 201 del Código Penal, con el
principio que recoge en numeral 39 de la Carta Fundamental, como la sugiere la
Procuraduría General de la República, resulta improcedente. Para que se
configure el delito de uso indebido de correspondencia, el agente debe tener
conocimiento de que los documentos que se describen en la norma han sido
sustraídos o reproducidos. El artículo 39 de la Constitución Política establece que
no hay pena sin ley y esta disposición, por fuerza propia, resulta vinculante para el
órgano jurisdiccional. En igual sentido y en forma más desarrollada, el artículo 30
del Código Penal, establece que "nadie puede ser sancionado por un hecho
expresamente tipificado en la ley si no lo ha realizado con dolo, culpa o
preterintención".- En nuestro caso el artículo 201 del Código Penal exige que el
agente tenga conocimiento de la sustracción o reproducción y por no indicarlo de
otra manera la ley, esa conducta solo puede ser atribuida en forma dolosa…”
Artículo 198

Exp.N. 411-M-93. No.785-93.


SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las dieciséis horas y treinta y seis minutos del dieciséis de febrero de mil
novecientos noventa y tres.
“Acción de inconstitucionalidad presentada por Saul Gerardo Cárdenas vásquez,
casado, Administrador, cédula 5-170-439, vecino de Nicoya, Guanacaste, para
que se declare la inconstitucionalidad del artículo 198 del Código Penal.
Se consideró en el señalado voto 1909-92, para rechazar por el fondo la acción:
"Io.-“
“En los procesos que bajo expedientes números: 370-1-91 y 371-3-91, se tramitan
en el Juzgado de Instrucción de Nicoya, dentro de los elementos de convicción
que se aportaron está "una prueba de grabación" de una conversación que
Ricardo Arroyo Muñoz mantuvo con Dionisio Miranda Rodríguez, Eugenio Molina
Sequeira, Antonio Espinoza Esquivel, Saúl Cárdenas Vasquez, Francisco
Venegas Castro y Víctor Julio Avendaño Núñez, grabación que se hizo sin el
consentimiento del citado Arroyo Muñoz, razón por la que luego denunció a
Cárdenas Vasquez y compañeros como autores del delito de captación indebida
de manifestaciones verbales, reprimido con prisión de uno a seis meses o de
treinta a sesenta días multa, según lo dispuesto en el artículo 198 del Código
Penal. A criterio del petente el citado artículo 198 resulta inconstitucional al
aplicarse a su caso, pues con la penalización que dispone impide aportar prueba
idónea para resolver un asunto penal, lesionándose con ello los fines propios de la
administración de justicia. La alegación resulta del todo improcedente pues en ella
se manifiesta una confusión elemental y errónea interpretación del artículo 28
constitucional, pues se soslaya por completo la existencia y alcances del artículo
24 constitucional, en el que se garantiza el derecho a la intimidad y a la libertad y
el secreto de las comunicaciones, disponiéndose además, según la versión del
señalado artículo conforme a la reforma aprobada por ley número 7242, de
veintisiete de mayo del año pasado, que "la información obtenida como resultado
de la intervención ilegal de cualquier comunicación, no producirán efectos
legales". No se observa que el artículo 198 del Código Penal viole en forma alguna
lo dispuesto en los artículos 28, 36, 37 y 39 de la Constitución Política; sino que,
por el contrario, esta norma penal tipifica correctamente el delito de captación
indebida de manifestaciones verbales, en tutela de un bien jurídico de rango
constitucional, cual es el derecho a la intimidad, libertad y secreto de las
comunicaciones que reconoce el artículo 24 de la Constitución; en el cual, además
el Constituyente establece la inviolabilidad de los documentos privados y las
comunicaciones escritas, orales y de cualquier otro tipo de los habitantes de la
República.”

Artículo 203
Resolución 459-F-91SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.
San José, a las ocho horas con cincuenta minutos del treinta de agosto de mil
novecientos noventa y uno.-
Recurso de casación interpuesto en la presente causa seguida contra FAUSTO
ARTURO ROJAS CORDERO, mayor, casado, oficinista, nativo de Ciudad
Quesada, San Carlos el nueve de junio de mil novecientos cincuenta y ocho, hijo
de Fausto Rojas Rodríguez y Teresa Cordero Vargas, vecino de Barrio La Cruz de
Ciudad Quesada, cédula 2-331-086, por el delito de DIVULGACION DE
SECRETOS, cometido en perjuicio de LOS DEBERES DE LA FUNCION
PUBLICA.-
En el recurso por el fondo el licenciado Raúl Emilio García Barquero, en su
carácter de defensor público del sentenciado, acusa la violación de los artículos 1,
30, 3l y 337 del Código Penal y 39 de la Constitución Política, porque en su criterio
en el presente caso no se llegó a configurar el delito de revelación de secretos, de
acuerdo con las circunstancias que rodearon la actuación del imputado.
Pero aún más, en el presente caso no podríamos afirmar que el delito de
divulgación de secretos se hubiere tipificado en la especie, porque el sentenciado
Rojas Cordero estaba en el deber de informar a las personas que requerían de
sus servicios como policía judicial, de las razones que tenía en el caso concreto
para no cooperar en la entrega de Wilson Rodríguez Montero a los policías
administrativos, y ello sólo lo podía justificar informando a los policías que se
había formulado una denuncia en su contra por maltrato a Rodríguez Montero. Por
último, tampoco se evidencia en el caso de examen que el propósito del acusado
Rojas Cordero hubiere sido el de favorecer de alguna manera a los policías
administrativos, así como ayudarlos a eludir la acción de la justicia, o facilitarles a
preparar una defensa o para obstruir la posible investigación, pues en tales casos
pudieron tipificarse otros ilícitos -que, como se dijo, no existieron según los hechos
probados y las circunstancias que rodearon la acción- pero no configuraría nunca
el delito de divulgación de secretos. Por todo lo expuesto la Sala concluye que le
asiste razón a la defensa al argumentar que los hechos no son típicos del delito
previsto en el artículo 337 del Código Penal

Análisis cuasi general del Titulo VI, Sección I.

Exp: 02-002323-0175-PE Res: 2005-0774


TRIBUNAL DE CASACION PENAL. Segundo Circuito Judicial de San José.
Goicoechea, a las diez horas treinta minutos del dieciséis de agosto de dos mil
cinco.
“ III.-Como segundo motivo de casación se invoca la falta de aplicación de los
artículos 201 y 203 del Código Penal. La juzgadora al exigir una condición
subjetiva de la imputada Vargas González, inobserva el espíritu del artículo 203
del Código Penal y el derecho a la confidencialidad por cuanto el la información
proporcionada en el expediente clínico debe permanecer secreto para terceros y
en el caso específico para quienes puedan aprovecharse de una situación de
privilegio para tener acceso a la información de circunstancias privadas. El
expediente se encontraba en una dependencia administrativa y se hicieron de
conocimiento de terceras personas. CON LUGAR EL MOTIVO. La segunda razón
por la cual se absuelve a los imputados es porque la jueza considera que los
hechos son atípicos. Fundamenta su decisión en los siguientes argumentos. En
primer lugar no se logró establecer la relación que existía ente la imputada
VARGAS GONZÁLEZ y la querellante. Se demostró que no era la médico de la
ofendida, pues para esa fecha ya no laboraba en la institución. Es decir, no era
funcionaría de ese centro de salud. Tampoco entró en conocimiento de ese
expediente clínico en "razón de algún estado que le impusiera la obligación de
guardar secreto sobre su contenido, pues al momento en que esto ocurre es
médico en otro centro de salud independiente al que tenía en custodia el mismo"
(folio 245). Los anteriores argumentos no son compartidos por esta Cámara. El
artículo 203 del Código Penal establece:
"Será reprimido con prisión de un mes a un año o de treinta a cien días multa, el
que teniendo noticias por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de
un secreto cuya divulgación puede causar daño, lo revele sin justa causa.
Si se tratare de un funcionario público o un profesional se impondrá, además
inhabilitación para el ejercicio de cargos y oficios públicos, o de profesiones
titulares, de seis meses a dos años”. “
“El tema de fondo planteado en este caso es la confidencialidad de la información
que contiene los expedientes médicos. Esto por cuanto no se trata de un sólo
documento escrito por el médico, sino por un compendio de documentos, dentro
de los cuales se encuentran: Hoja de identificación, informes de exámenes de
laboratorio y gabinete, informes de interconsultas, epicrisis, historia clínica, etc. Se
define expediente clínico como "...la relación ordenada y detallada de todos los
datos y conocimientos, tanto anteriores, personales y familiares, como actuales,
relativos a un enfermo, que sirve de base para el juicio acabado de la enfermedad
actual. Se ha llegado a establecer también que ésta debe ser como una breve
biografía del enfermo en relación a sus padecimientos ya sea físicos mentales y a
los factores que conciernen a la herencia, a los hábitos y las costumbres y las
condiciones del ambiente de su vida". (Cyrman Sánchez (Ceidy), Leitón
Rodríguez, (Carolina) y Villalobos Morera, (Silvia Ma.) Otros. Los documentos
médicos en la Administración de Justicia: análisis médico-legal. …”

“La información contenida en el expediente clínico, por su propia naturaleza es de


carácter confidencial y por ello se requiere la protección del ordenamiento jurídico.
Esta exigencia de protección del ámbito de la intimidad, entendida como aquella
"parte personalísima y reservada de un caso o persona, su revelación puede
originar responsabilidad cuando cause daño..." (Diccionario Básico Jurídico.
Editorial Comares, 1 ed. T.ll, 1996, p. 427)
En cuanto a la confidencialidad y con el fin de lograr la precisión conceptual es
necesario hacer la distinción entre esta y la privacidad. Son términos que a
menudo se utilizan como si fueran sinónimos cuando se aplican a la información
médica. También, puede ser considerada como un caso especial del derecho a la
privacidad, o ser definida como "mantener un secreto". Se trata entonces de una
serie de restricciones respecto a la información contenida en los expedientes
médicos y sobre los cuales se debe guardar absoluta reserva…”
“…De las normas transcritas, el tribunal no deriva las mismas consecuencias que
la señora juzgadora. Por el contrario, de acuerdo con la normativa vigente, la
información contenida en los expedientes médicos siempre es confidencial. Tan es
así que se lleva un estricto de los profesionales que consultan el referido
expediente. La información es confidencial tanto para el médico tratante como
para cualquier otro profesional en medicina que por cualquier razón tenga acceso
al mismo. En efecto, en tesis de principio, solamente deberían tener acceso a la
información quienes tengan relación con el tratamiento, pero obviamente, si otro
profesional por razones académicas, científicas o de cualquier naturaleza, tiene
acceso al legajo, también debe guardar la debida reserva. En ningún caso se
encuentra autorizado para divulgar el contenido del expediente clínico. Tan es así
que el artículo 206 del Código Procesal Penal les impone el deber de guardar
silencio respecto a esos hechos. La citada norma dispone: "Deberán abstenerse
de declarar sobre los hechos secretos que hayan llegado a su conocimiento en
razón del propio estado, oficio o profesión los ministros religiosos, abogados y
notarios, médicos, psicólogos, farmacéuticos, enfermeros y demás auxiliares de
las ciencias médicas...." ”
“…Es claro y así lo dice la acusación, que la encartada Vargas González, tuvo
acceso al expediente médico de la ofendida por su condición de profesional en
medicina y por haber sido funcionaría de ese centro de salud. De todas maneras,
el tipo penal no exige la relación médico-paciente ni tampoco que al momento del
hecho sea funcionaría del lugar que custodie la información. A pesar de que en el
presente asunto se indica que al momento del hecho, al parecer trabajaba en otros
centro de salud pública, ello no es requisito del tipo básico, sino más bien una
circunstancias agravante. En consecuencia, se acoge el motivo de casación, se
anula la sentencia y el debate que le precedió y se ordena el reenvío para la
nueva sustanciación.”

Análisis de la naturaleza del Ámbito de Intimidad y la extensión física de


este.

Tipo de Extracto: Voto de mayoría. Sala Tercera. Redactor del Texto de Origen:
Dall' Anese Ruiz Francisco

“III.-En el segundo motivo del recurso, la recurrente argumenta la atipicidad de la


acción desplegada por W. M. M., pues en su criterio el ingreso a la Farmacia La
Rioja, tal como se tuvo por demostrado en el fallo de instancia, no configura el
delito de violación de domicilio previsto por el § 204 del C.p. Señala que el bien
jurídico del tipo indicado es la intimidad, por lo que no siendo la farmacia un lugar
habitado el ingreso a ella no violó la intimidad de alguien y por ello la acción es
atípica. Se declara sin lugar el agravio. En primer término debe señalarse que el §
204 del C.p., no requiere como elemento del tipo de violación de domicilio que el
lugar al que ingrese el agente sea habitado. Esto es lógico porque el ámbito de
intimidad no es sólo la vivienda, sino todo lugar ¾ aunque no se viva allí ¾ donde
se tengan cosas en tal disposición que se deduzca de ellas la vida privada ¾
íntima ¾ de la persona; así p.e., en una oficina o área no pública de un local
comercial podrían encontrarse botellas de licor, ropa, correspondencia, fotografías,
libros, contabilidades, etc., de la que podría deducirse información que sólo atañe
a quien allí las tiene. No solo en la residencia hay intimidad, sino en mucho otros
lugares en donde la persona desarrolla sus actividades. Esto es así, que la Corte
Suprema de Justicia a través de la Sala IV, ha interpretado que el vehículo
automotor es un recinto privado para cuyo registro se requiere de orden judicial, tal
como si fuera una residencia o casa de negocios (C.S.J., Sala IV, voto N° 1372-
99, 24/02/1.999). Por no estar la intimidad en los lugares habitados
exclusivamente, sino en cualquier lugar privado o restringido al público, es que el
tipo penal no exige el requisito que echa de menos la recurrente. …-“

“… Lo anterior significa que se lesiona el bien jurídico ‘intimidad' cuando se


ingresa a un aposento destinado a la actividad comercial, o a una oficina, que no
está destinada al acceso público, es decir, a la entrada de un número
indeterminado de personas. Así las cosas, el propietario de un recinto destinado a
una concreta actividad lucrativa o no, tiene el derecho de mantener alrededor del
mismo una esfera de reserva dentro de la cual pueda desenvolverse sin la
injerencia de terceros, gozando de la protección penal en caso de que se penetre
en la misma sin su consentimiento expreso o presunto, o mediante clandestinidad
o engaño (en ese sentido ver: Creus, Carlos, ‘DERECHO PENAL', parte especial,
Tomo I, Editorial Astrea, Buenos Aires, Edición actualizada, 1988, págs. 362 a
365).”

Carácter privado de las comunicaciones, delimitación del mismo.

Tipo de Extracto: Voto de mayoría. Sala Constitucional. Redactor del Texto de


Origen: Rodríguez Arroyo Teresita

“III.- Sobre el fondo. De las pruebas aportadas al expediente y del informe rendido
bajo juramento a esta Sala se concluye que no lleva razón la recurrente en sus
manifestaciones. Tal y como consta en autos, el correo que envió la recurrente no
fue dirigido a un número reducido de personas sino más bien fue enviado en
general a varios Departamentos y por ende, a todas las personas que se
desempeñan en esos lugares. Bajo juramento se ha indicado a la Sala que el
correo fue enviado aproximadamente a novecientas personas y que en vista de
que su contenido aludía a la recurrida, varias personas que lo recibieron, se lo
enviaron a ésta para que tuviera conocimiento del asunto. Por su parte, la
recurrida, al sentirse ofendida con ese correo del cual no se le envió copia,
presentó una querella en contra de la gestionante ante los Tribunales de Justicia,
la cual se está tramitando ante el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de
San José, en expediente número 06-160-16-PE….”
“IV.-Así las cosas, contrario al dicho de la recurrente es evidente que ese correo
electrónico no fue de carácter privado sino que fue recibido por muchos
funcionarios de la Asamblea Legislativa y bajo ese supuesto es lógico pensar que
alguna de esas personas lo pondría en conocimiento de las personas a las cuales
se refería en su contenido. Ahora bien, que a partir de los elementos que
contuviera ese correo, la autoridad recurrida se haya sentido ofendida y por ende
decidiera plantear la correspondiente querella ante los Tribunales de Justicia”

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