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Artículo 201
“…Los tipos penales deben estar estructurados básicamente con una preposición
condicional, que consta de un presupuesto (descripción de la conducta) y una
consecuencia (pena), en la primera debe necesariamente indicarse, al menos
quién es el sujeto activo, pues en los delitos propios reúne determinadas
condiciones (carácter de nacional, de empleado público, etc.) y cual es la acción
constitutiva de la infracción (verbo activo), sin estos dos elementos básicos
(existen otros accesorios que pueden o no estar presentes en la descripción típica
del hecho) puede asegurarse que no existe tipo penal. …”
Artículo 203
Resolución 459-F-91SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.
San José, a las ocho horas con cincuenta minutos del treinta de agosto de mil
novecientos noventa y uno.-
Recurso de casación interpuesto en la presente causa seguida contra FAUSTO
ARTURO ROJAS CORDERO, mayor, casado, oficinista, nativo de Ciudad
Quesada, San Carlos el nueve de junio de mil novecientos cincuenta y ocho, hijo
de Fausto Rojas Rodríguez y Teresa Cordero Vargas, vecino de Barrio La Cruz de
Ciudad Quesada, cédula 2-331-086, por el delito de DIVULGACION DE
SECRETOS, cometido en perjuicio de LOS DEBERES DE LA FUNCION
PUBLICA.-
En el recurso por el fondo el licenciado Raúl Emilio García Barquero, en su
carácter de defensor público del sentenciado, acusa la violación de los artículos 1,
30, 3l y 337 del Código Penal y 39 de la Constitución Política, porque en su criterio
en el presente caso no se llegó a configurar el delito de revelación de secretos, de
acuerdo con las circunstancias que rodearon la actuación del imputado.
Pero aún más, en el presente caso no podríamos afirmar que el delito de
divulgación de secretos se hubiere tipificado en la especie, porque el sentenciado
Rojas Cordero estaba en el deber de informar a las personas que requerían de
sus servicios como policía judicial, de las razones que tenía en el caso concreto
para no cooperar en la entrega de Wilson Rodríguez Montero a los policías
administrativos, y ello sólo lo podía justificar informando a los policías que se
había formulado una denuncia en su contra por maltrato a Rodríguez Montero. Por
último, tampoco se evidencia en el caso de examen que el propósito del acusado
Rojas Cordero hubiere sido el de favorecer de alguna manera a los policías
administrativos, así como ayudarlos a eludir la acción de la justicia, o facilitarles a
preparar una defensa o para obstruir la posible investigación, pues en tales casos
pudieron tipificarse otros ilícitos -que, como se dijo, no existieron según los hechos
probados y las circunstancias que rodearon la acción- pero no configuraría nunca
el delito de divulgación de secretos. Por todo lo expuesto la Sala concluye que le
asiste razón a la defensa al argumentar que los hechos no son típicos del delito
previsto en el artículo 337 del Código Penal
Tipo de Extracto: Voto de mayoría. Sala Tercera. Redactor del Texto de Origen:
Dall' Anese Ruiz Francisco
“III.- Sobre el fondo. De las pruebas aportadas al expediente y del informe rendido
bajo juramento a esta Sala se concluye que no lleva razón la recurrente en sus
manifestaciones. Tal y como consta en autos, el correo que envió la recurrente no
fue dirigido a un número reducido de personas sino más bien fue enviado en
general a varios Departamentos y por ende, a todas las personas que se
desempeñan en esos lugares. Bajo juramento se ha indicado a la Sala que el
correo fue enviado aproximadamente a novecientas personas y que en vista de
que su contenido aludía a la recurrida, varias personas que lo recibieron, se lo
enviaron a ésta para que tuviera conocimiento del asunto. Por su parte, la
recurrida, al sentirse ofendida con ese correo del cual no se le envió copia,
presentó una querella en contra de la gestionante ante los Tribunales de Justicia,
la cual se está tramitando ante el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de
San José, en expediente número 06-160-16-PE….”
“IV.-Así las cosas, contrario al dicho de la recurrente es evidente que ese correo
electrónico no fue de carácter privado sino que fue recibido por muchos
funcionarios de la Asamblea Legislativa y bajo ese supuesto es lógico pensar que
alguna de esas personas lo pondría en conocimiento de las personas a las cuales
se refería en su contenido. Ahora bien, que a partir de los elementos que
contuviera ese correo, la autoridad recurrida se haya sentido ofendida y por ende
decidiera plantear la correspondiente querella ante los Tribunales de Justicia”