Sei sulla pagina 1di 9

432 REVISTA EUROPEA. 12 DE SETIEMBRE DE 4 8 7 5 . N.

° 81

estado de todas clases. Hornero, Herodoto, De- asuntos de que se ocupan y sin entregarse á proli-
móstenes y Lisias, todos usan oVxo; en el sentido jas invesügaciones acerca de los mismos, aspiran á
de propiedad en general. En el «Oiconomos» de reunir en breves cuadros, trazados á grandes ras-
Jenofonte, Sócrates señala expresamente la dife- ;os,el movimiento científico, social ó literario, en un
rencia entre oTVoc, que significa toda clase de pro- orden y esfera determinados; género que constituye
piedad, y ouía, que viene á significar una casa. A una especialidad del carácter francés, que se adapta
más de esto, oTxo; es el término técnico, en la ley cómodamente á la misión propagadora de ese ilus-
Ática, para todos los bienes muebles ó inmuebles tre pueblo, y que yo desearía ver más cultivado en
de un hombre, para todo estado y sustancia. Así, España, siquiera fuese por lo que contribuye á ge-
el gramático Ammonio dice:—OTXOÍ Xá-fetai -f¡ itoeua neralizar nociones indispensables para todos, y por
oúcría.—OíV.o; significa propiedad. lo útil que serian sus circunstancias á aquellos que
Economía, pues, es el término más adecuado que no pueden distraerse de los objetos que constitu-
ha podido escogerse para denotar la ciencia que yen su tarea habitual en provecho de otros, que sólo
trata de los cambios de la propiedad. Es preferible por un medio de esta índole pueden serles some-
aún á Economía política, porque determina que ramente conocidos. Bajo el doble punto de vista de
nada tiene que ver en la política, sino tan sólo en lo que este género es y de lo que este género exige,
la propiedad. Puede ser denominada la ciencia de el libro de Mr. Odysse Barot llena cumplidamente
los cambios, la filosofía del comercio ó la teoría del las condiciones que podrían reclamársele. Golpes
valor; todo ello viene á expresar la misma cosa. de vista rápidos é ingeniosos, cuadros completos de
Por mi parte, he ofrecido esta definición para mos- las diversas fases literarias de la Gran-Bretaña, ex-
trar sus relaciones con las otras ciencias físicas: posición clara, lenguaje sencillo y elegante, gusto
Economía es la ciencia que trata de las leyes que delicado en la elección de ejemplos y modelos, mé-
gobiernan las relaciones de las cantidades cambia- todo llano y práctico, y una concisión tan discreta,
bles. en suma, que da á conocer sus vastos estudios res-
Y M. Michel Chevalier me ha hecho el honor de pecto á la materia, y que le permite desenvolver en
manifestar que es la mejor definición de la ciencia un corto número de páginas un asunto tan vasto y
propuesta hasta ahora. de tan extraordinario interés como el que consti-
H. D. MACLEOD.
tuye el objeto de su libro.
Tr. p. A. PALACIO VALDES. Comienza éste por una Introducción histórica que
abarca sucintamente desde Chaucer, el primer poeta
'The Contemporary Review.) inglés digno de este nombre, hasta Byron, Shelley
y Burns; esto es, desde 1350 hasta 1830, y empieza
manifestando que la literatura inglesa excede en fe-
cundidad, valor é importancia á la alemana, italiana
LITERATURA CONTEMPORÁNEA DE INGLATERRA. y española. Sin duda alguna esta proposición pre-
sentada en absoluto es falsa, lo cual no obsta para
EXPOSICIÓN DE LA OBRA DE M. ODYSSE BAROT I 1 ) .
que pueda afirmarse que la literatura inglesa tiene
una verdadera, sólida y real importancia, como se
Realizando uno de los propósitos señalados á las desprenderá, sin esfuerzo, de lo que va á indicarse
tertulias literarias que la sección de literatura del más adelante.
Ateneo ha acordado celebrar un dia cada sema- Después de la introducción mencionada y de al-
na, voy á ocuparme hoy de un libro por muchos gunas consideraciones generales que en parte están
conceptos digno de llamar vuestra atención. No repetidas en distintos puntos de la obra, M. Odysse
pienso, ni extenderme en largas consideraciones trata de los poetas líricos; á seguida del teatro, de
acerca de los puntos que ese libro trata, ni hacer los novelistas, de los historiadores, de los filósofos,
un juicio critico del mismo. Me limitaré á exponeros de los publicistas, y, por último, de la prensa, ter-
su contenido, excitando hacia él vuestra curiosidad, minando su obra con un apéndice de modelos y tro-
porque le creo digno de estudio para todos los zos escogidos y un capitulo adicional, que es muy
amantes de las bellas letras. notable. Esta división de materias se encuentra
El libro es la Historia de la literatura contempo- ajustada al número y á la variedad de las formas en
ránea en Inglaterra, por Odysse Barot, publicado en que se desenvuelve la literatura en Inglaterra en
París en los últimos meses de 1874. Pertenece á ese nuestro tiempo. De ellas la más importante y en las
género de obras que, sin profundizar seriamente los que más se ensaya la actividad de aquel pueblo son,
aparte la filosofía, la poesía lírica, la novela, la his-
{i) ñittoiredela litteraluve. conlemp: r Atigleterre, pa
toria y el periodismo. Acerca de estas, será conve-
Odyise Bjrol; París, Chorpuntier, 1874. niente extenderse algo más para dar á conocer su
N.° 81 F . DE A. PACHECO. LITERATURA CONTEMPORÁNEA EN INGLATERRA. 433

estado, de acuerdo con lo que afirma Mr. Odysse ellos, donde no se comprende aún que la fria y po-
Barot, y limitándome á ligeras indicaciones respec- sitiva Inglaterra conceda á estas manifestaciones
to de del sentimiento, y muchas veces eco sólo de los
afectos más tiernos y delicados, un lugar prepon-
EL TEATRO, LOS PUBLICISTAS \ - LA FILOSOFÍA.
derante y distinguido. Sin embargo, nada hay tan
El teatro atraviesa hoy un período de completa iorto, y lo confirman sobradamente multitud de
decadencia. Achacada algunos á circustancias tri- hechos sujetos á diaria comprobación. Entre ellos
viales que no son sino electos del mal que se señala. merecen citarse el de que todas las publicaciones
La que verdaderamente lo ocasiona, á juicio del inglesas, y en primer término las políticas, desti-
autor del libro que examino, es la excesiva activi- nen en sus columnas un largo espacio á las compo-
dad empleada en los otros géneros, y el haberse siciones poéticas, el de que en un reciente concurso
encomendado á estos el desarrollo de los elemen- se hayan presentado más de 800 poesías líricas, de
tos que antes desenvolvía la literatura dramática. gran mérito casi todas, y la circunstancia, por úl-
Por esto afirma M. Odysse que «el drama con- timo, de que en todas las esferas de la vida, y con
temporáneo se ha refugiado todo entero en la no- specialidad en la política, se reconozca influencia y
vela y en la historia.»—«Nuestros poetas trágicos^ atribuya siempre una alta posición á los poetas y
añade, no se llaman Shakspeare; se nombran Wal- iteratos. Así sucede que dos de los miembros del
ter Scott, Dickens, Macaulay ó Carlyle.—No medita actual gabinete, Mr. Disraeli y el Post master ge-
ya Hamlet en un monólogo sobre el ser y el no-sér, neral Manners, deban á la poesía v á su renombre
sino en un capitulo de Stuart Mili, en una página de literario los puestos que ocupan. Tales indicios
Darwin ó de Herber Spencer.» La época actual, acusan, lo repetiré, el alto prestigio de las aficio-
además, no cuenta entre sus elementos esa espon- nes literarias y un respeto general hacia los que
taneidad, esa sencillez y ese entusiasmo que son profesan su estudio.
indispensables para fundar un buen teatro. A esto De éstos hay un número tan crecido, que sería im-
se deberá sin duda que no sea exclusiva del teatro posible citar ni aun los más importantes, cuando se
inglés la decadencia referida, y el que nuestra pro- hace preciso reducir á cortas proporciones el pre-
pia literatura y la literatura francesa se hallen bajo sente análisis. Me limitaré, pues, á dar á conocer
el influjo de circunstancias muy análogas á las que las tendencias que dominan en los principales poe-
he indicado. tas y los nombres de aquellos que nunca podrá ol-
Bajo el nombre de publicistas se clasifican gran vidar la nación inglesa por los preclaros timbres
número de escritores, cuyos trabajos no pueden su- que ornan su frente.
jetarse, no se sujetan en realidad al molde fijo, es- Ninguno, sin duda, á tanta altura como Byron;
trecho y determinado de los géneros literarios que ninguno cuyas obras sean más conocidas en el resto
se van enumerando. Entre esos escritores pueden de Europa; ninguno tampoco cuyo nombre se re-
citarse lord John Russell, y, sobre todo, Mr. Glads- pita más y en medio de mayor admiración. No se le
tone, cuya sólida reputación dentro del género que profesa, sin embargo, en su patria la que le tribu-
frecuentemente cultiva se ha afirmado en estos úl- tan los extranjeros, y hasta tal punto allí ha de-
timos tiempos con sus escritos religiosos, tan dignos caicfo la memoria, ha menguado el prestigio y des-
de recuerdo y de aplauso. aparecido la influencia del autor de D. Juan, que
Por último, me limitaré á mencionar tan sólo los ni se le cuenta siquiera entre las cuatro sublimes
filósofos ingleses, cuyos puntos de vista generales figuras de la literatura británica: Chaucer, Shaks-
os son muy conocidos. Esta rama de la literatura, peare, Milton y Shelley.
ya lo sabéis, ha sido y está siendo cultivada en la De éste último procede toda la actual dirección
Gran-Bretaña con extrordinario adelanto y efectos poética de Inglaterra. Fue contemporáneo y amigo
fecundísimos para la ciencia. Así lo prueban los de Byron, murió antes que él y en tierra extraña,
nombres ilustres de Stuart Mili, Spencer y Bain, al sin que hasta su muerte, ni en mucho tiempo des-
segundo de los cuales coloca Odysse Barot á la al- pués, se apreciara la inmensidad de su talento. Hoy,
tura de Aristóteles y de Bacon. Es inútil insistir en sin embargo, todos le tributan algo más que consi-
la tendencia que domina á sus escritos y en el im- deración y respeto, todos le ofrecen testimonios de
portante papel que desempeñan hoy dentro del entusiasmo ardiente, y su recuerdo preside y dirige
mundo científico. el movimiento literario actual. Shelley es el poeta de
la Bevolucion. Los recuerdos del 89 y del 93 se mez-
POESÍA LÍRICA clan con los de su primera edad, y en su poesía hay
Tiempo es ya de examinar este género literario, mucho de aquella aspiración sublime que condujo
que no está entre los ingleses tan poco apreciado entonces al pueblo francés á las más gloriosas con-
como en algunos otros pueblos, e! francés entre quistas y á los más deplorables extravíos. Domina
434 REVISTA EUROPEA.- DE SETIEMBRE DE 1875. N.° 81
en ella la idea de la lucha por el bienestar de la apodere del cerebro; trabaja, hasta que los ojos se
humanidad, el odio a la opresión y la tiranía, y el cierren por el peso y oscurezcan la costura, el
amorá la libertad. cuadrado y la tira; hasta que caiga dormida sobre
Esta tendencia es hoy, no sólo el punto de vista los botones y pueda coserlos en un sueño!
de la poesía inglesa, sino el objetivo de todas las ma- IV.
nifestaciones de su literatura. Y á medida que aque- Hombres que tenéis madres y esposas. Hombres
llos principios proclamados en el siglo XVIII han que poseéis hermanas queridas, ¡no es lienzo lo que
¡do desenvolviendo todas sus consecuencias, los li- lleváis sobre los hombros, no, sino la sangre y la
teratos ingleses las han adoptado y defendido con vida de criaturas humanas! Cose, cose, en el seno
una generosidad y una perseverancia que sin duda de la miseria, del hambre y de la abyección; co-
alguna no pueden ser estériles. siendo con doble hilo una mortaja á la vez que una
Tennyson y Hood, los dos poetas más ilustres de camisa.
la época contemporánea en la Gran-Bretaña, han v.
desenvuelto aquella tendencia, aunque cada uno Mas ¿por qué hablo de la muerte, ese fantasma
ron diverso sentido y con dirección distinta. Hood de huesos repugnantes? No me infunde terror su
os el inspirado cantor de todas las desventuras so- pavorosa silueta; ¡harto asemejan á la mia su figu-
ciales; su ideal un ideal humanitario, y su pensa- ra, los terribles ayunos que me martirizan! ¡Oh Dios!
miento la realización de esa fraternidad universal ¡será posible que el pan se halle tan caro y la carne
que este siglo es impotente para realizar, pero que y la sangre tan baratas!
ha sido bastante generoso para presentir. Las pena- vi.
lidades del obrero, las angustias del desheredado, ¡Trabaja, trabaja, trabaja! Mi labor jamás descan-
las horribles torturas del que sólo cosecha lágrimas sa: ¿Y cuál es su recompensa? un puñado de paja
en la heredad fecundada con su sudor y su sangre, por lecho, una corteza de pan y algunos andrajos;
son los temas predilectos de su poesía. En varios este lecho destrozado y este frió pavimento;—una
de sus trabajos, muchos de ellos en alto grado es- mesa, una silla rota y un muro tan blanco y desnu-
timables, armoniza y une con gran corrección y do que á mi propia sombra doy las gracias por ocu-
sentimiento elevado los más tiernos afectos y las
parle en algún punto.
ocurrencias más áticas y cultas; pero lo que le da VII.
verdadero carácter y ostenta de una manera bien ¡Trabaja, trabaja del uno al otro toque de cam-
definida su personalidad literaria, es el espíritu que
pana! Trabaja, como el penado que expía un afren-
ántes señalábamos, de que es elocuentísima prueba
toso crimen, hasta que la cabeza enferme y el co-
su admirable poesía La canción, de la camisa, escrita
razón se hiele como la rendida mano.
pocos dias antes de su muerte, y que es, sin duda
VIII.
alguna, «el grito más doloroso que jamás hizo oir lí-
Trabaja á la opaca luz de Diciembre, y trabaja
rico alguno.» Voy á daros cuenta de ella, leyendo
también cuando el cielo se muestre brillante y se-
la traducción directa del inglés, hecha por nuestro
reno,—mientras bajo el alero de mi tejado cuelgan
ilustrado compañero y amigo el Sr. I). Armando Pa-
su nido las viajeras golondrinas para mostrarme sus
lacio. Dice asi:
atezadas plumas y arrojarme al rostro la primavera.
IX.
CANCIÓN DK LA CAMISA.
¡Oh! ¡Quién respirara el aliento embalsamado de
la dulce y bullente primavera, con la bóveda celes-
Con los dedos fatigados y gastados, los ojos ve- te por cima de su cabeza y el menudo césped bajo
lados y enrojecidos, una mujer cubierta con pobres su pié! ¡Oh! ¡una sola hora, una sola, para sentir
harapos se halla sentada y moviendo sin cesar la lo que en otro tiempo he sentido antes de conocer
aguja y el hilo. ¡Cose! ¡cose! en el seno de la mise- las angustias de la necesidad y lo que cuesta un
ria, del hambre y de la abyección. Y todavía su pedazo de pan!
voz, con doloroso acento, entona la canción de la x.
Una hora tan sólo es, sin embargo, un respiro
bien breve. ¡Ni un instante bendito siquiera para el
¡Trabaja, trabaja, mientras el gallo alza su grito amor ó la esperanza, cuando tan largo corre el
á lo lejos! Y ¡trabaja, trabaja hasta que las estrellas tiempo para el dolor! Algunas lágrimas vertidas pu-
brillen en el firmamento! ¡Oh! ¡qué vale ser esclava dieran desahogar mi corazón ; pero hace falta dete-
del bárbaro turco, allí donde la mujer no tiene al- nerlas en su amargo lecho, porque cada una de sus
ma que salvar, si este es el trabajo cristiano! gotas entorpecería la aguja y el hilo.
m. XI.
,Trabaja, trabaja, trabaja! hasta que el vértigo se Con los dedos fatigados y gastados, los ojos vela-
N.° 84 F. DE A. PACHECO. LITERATURA CONTEMPORÁNEA EN INGLATERRA. 435
dos y enrojecidos, una mujer cubierta de pobres su cerebro oscurecido. Distráete con tus caricias
harapos se halla sentada y moviendo sin cesar la más delicadas y conmuévele con los más ingeniosos
aguja y el hilo. pensamientos.
¡Cose, cose en el seno de la miseria, del hambre
y de la abyección: y todavía su voz con acento pe- Lo que él contestará fácilmente se comprende.
netrante y lastimero, para que pueda herirlos oidos ¡Oh, si mi mano pudiera darte la muerte! ¡Oh, si tú
del poderoso, entona la canción de la camisa!» y yo pudiéramos, libres de este tormento del cora-
zón, yacer el uno en brazos del otro en un último
Hood ha tenido muchos imitadores. Conocidas las y silencioso abrazo! Malditas sean las exigencias
especiales tendencias do toda la literatura inglesa, sociales, que así desconocen la fuerza de la juven-
puede decirse que éste es el poeta que mejor inter- tud. Malditas las sociales mentiras, que así nos
preta su espíritu. Le han secundado con gran acier- ocultan la verdad viviente.
to Carolina Norton, Isabel Barret y Carlos Mackay.
Tennyson, influido también por Shelley, sigue un Malditas sean las fórmulas insanas, que tuercen
rumbo que, sin ser el do Hood, no es enteramente y extravían las leyes de la naturaleza. Maldito el
contrario á él. Tennyson es el poeta de las emocio- oro que dora la estrecha frente de los imbéciles.
nes dulces y tiernas, de los sentimientos delicados,
de la vida doméstica y de la naturaleza. Su tenden- ¿Por qué te habré yo amado como ninguna mujer
cia social aparece, aunque no en primer término. fue ainada jamás?
Puede juzgarse de las admirables condiciones que le ¿Soy, acaso, un loco, para seguir amando lo que
adornan, por un trozo de su obra maestra Lochsley- no me ha dado sino frutos de amargura? ¡Yo arran-
Hall (El castillo de Locksley), que voy también á caré este amor de mi pecho, aunque su raíz esté
leeros y que está asimismo traducido por el señor en mi corazón!
Palacio. Escribió Tennyson esta poesía desdeñado
por una linda joven, prima suya, á quien él amaba, y ¿Dónde hallaré consuelo? ¿En la dispersión de los
que, cediendo á los ambiciosos cálculos de su padre, recuerdos del espíritu? ¿Llegaré, por ventura, á se-
había contraído matrimonio con un mozo labrador pararle de ella misma y á amarla tierna y afable
de su país, dueño de cuantiosos bienes. Véase hasta como la he conocido?
qué grado llega la desesperación y el apasiona-
miento de Alfredo Tennyson; Yo recuerdo una mujer que ha muerte, dulce en
sus palabras y movimientos. Tal como se presenta
«¡Oh, prima mia, corazón frivolo, amiga que has á mi memoria, ¿no fuera posible verla ni amarla?
sido, y que ya no lo eres, de mi alma! ¡Desierto lú- ¡Pluguiera al cielo que yo la creyese muerta y la
gubre y funesto! ¡Desnuda y árida ribera! Más falsa amara con el amor que supo inspirarme! No, no...
que todas las imágenes soñadas por la fantasía y jamás me amó esa mujer. Amar es amar eterna-
que todos los cantos del poeta; juguete vil de las mente!
amenazas de un padre y dócil á su imperiosa voz.
¡Resignación! ¡Resignación que ha despreciado Sa-
¿Es acaso bueno desearte la felicidad? ¡Haberme tanás! Los poetas cantaron con verdad que el doloi"
conocido y descender por la escala de los más ba- tiene por corona el recuerdo de los instantes fe-
jos sentimientos para caer en un corazón más ruin lices... Embrolla y confunde tus recuerdos para que
que el mió! Así ha de suceder: irás bajando dia tras no asalten y estremezcan tu corazón en la noche
dia hasta colocarte á su altura, y lo que es hermoso, fatal de la muerte, cuando la lluvia caiga sordamen-
muy pronto se convertirá en grosero y repugnante. te sobre el techo.

Á tal marido, tal mujer: te has desposado con un Él caza como un perro en sus ensueños, mientras
hombre rudo, y lo zafio de su naturaleza concluirá tú contemplas la pared donde la moribunda luz chis-
por hundirte en lo más bajo. Cuando las primeras porrotea y donde las sombras aparecen y se extin-
fuerzas de su pasión se hayan agotado, él te esti- guen velozmente. Entonces una mano pasará sobre
mará un poco más que á su perro y te amará algo ti y te mostrará su sueño de borracho, viudas ya
menos que á su caballo. las almohadas de tus bodas y las amargas lágrimas
que has de verter.
¿Qué sucede? Sus ojos están pesados; no pienses
que se encuentren turbados por el vino. Vé allá; es Escucharás el ¡jamás! ¡jamás! que pronunciará el
tu deber;dale un dulce beso; estrecha su mano entre fantasma de los felices años, y un cántico de otros
las tuyas. Tal vez el señor se encuentre cansado y dias volverá á sonar en tus oidos, y unos ojos le
436 REVISTA EUROPEA. 12 DE SETIEMBRE DE 1 8 7 5 . N.° 81

turbarán trayéndote el recuerdo de aquel antiguo bellezas que le han conquistado ya un nombre im-
amor en medio de tus penas... Vuélvete, vuélvete perecedero.
sobre la almohada: torna si puedes á conciliar el La mayor parte de los discípulos y continuadores
sueño. de Tennyson son también mujeres, y esto es un
rasgo peculiar de la literatura inglesa, que merece
La naturaleza tan sólo te traerá la paz con el ge- ser notado por los que todavía consideran á la mu-
mido de una tierna voz. jer como incapaz de levantar su espíritu á ciertas
Es una vida más pura que la tuya. Unos labios regiones ó de contribuir defde elevada esfera al
apagarán tu amargo dolor: unos labios infantiles se desarrollo de la cultura humana.
burlarán de mí, y mi pequeño rival te otorgará el NOVELA.
reposo. Los dedos de un niño, tiernos y blandos
como la cera, me arrancarán del pecho de la madre! La aparición efectiva de la novela en la literatura
inglesa se verifica después de la República y antes
Mas ¡ay! El niño cubre también al padre con unas de la Revolución de 1688 con el Hudibras de Butler,
caricias que no merece. y en el desenvolvimiento de este género se advierte
La mitad es tuya, pero otra mitad suya es. la grande influencia ejercida por el Quijote de nues-
Será digno de los dos. tro Cervantes, que evidentemente inspira el Hudi-
¡Oh! Te veo próxima ya á la vejez, desempeñando bras y las obras de Stnollet y Sterne, escritas algún
tu vulgar papel, con una corta provisión de máxi- tiempo después de publicada aquella.
mas que tratas de inculcar en el alma de tu peque- Hoy la novela tiene en Inglaterra una preponde-
ñuelo. rancia incontrastable. Si la prensa, se ha dicho allí,
es el cuarto poder del Estado, la novela es el quinto.
«Los sentimientos son guias muy peligrosos en Constituye el género literario más popular, más uni-
la vida. versal, porque lo abraza todo en su desarrollo, y
Yo misma no estuve exenta de tales peligros. más social por la influencia directa que ejerce en la
¡En verdad que he sufrido mucho!» legislación y en las costumbres, la cual es tan acti-
va, que podrían señalarse progresos muy señalados
Perece, sí, en el desprecio de tí misma... en estas esferas, debidos á la propaganda de los no-
Triunfa de tu corazón... velistas. El nombre de Harriet Beecher Stowe y el
Desciende más aún... titulo de su obra La cabana del tio Tomás, se hallan
¡Sé feliz! ¿Qué me importa? tan indisolublemente unidos á la abolición de la es-
Preciso es que yo me entregue al torbellino de la clavitud, que no hay quien niegue á aquel sentido
vida para que no me consuma la desesperación. relato una gran influencia en la consecución de
este ideal generoso y nobilísimo.
¿A dónde volveré los ojos en estos dias? Como un efecto de tal carácter, enlazado con los
Todas las puertas tienen cerrojo de oro y necesi- fines generales de la literatura inglesa en la época
tan llaves de oro para abrirse presente, á la novela la distingue su índole mora-
Todas las puertas se hallan obstruidas por una lizadora y propagandista; se le pide que enseñe y
turba de pretendientes. Los mercados atestados de difunda las verdades sociales, que instruya y edu-
mercancías... Yo no poseo más que una fantasía co- que á las masas en la idea de su derecho y á las
lérica. clases elevadas y gobernantes en la de su deber,
¿Para qué les he de servir? y que, antes que al deleite común, procure contri-
buir á la reforma y mejora de la economía social,
Yo hubiera sido dichoso muriendo sobre la arena con el propósito de que el bien del mayor número
del combate, cuando las filas se hallan envueltas se realice, ensanchándose cada dia más la esfera de
por el humo denso de la pólvora y los vientos tras- los beneficiados y aumentando á cada paso en ca-
miten en su seno el ruido pavoroso del cañón. lidad el bienestar distribuido.
Mas el metálico sonido de las guineas cura hoy A medida que avanzan por semejante camino los
las heridas del honor, y las naciones no hacen otra novelistas, van olvidando lo que constituye el ele-
irosa que gruñir de vez en cuando la una á los ta- mento artístico de este género y posponiéndolo al
lones de la otra.» elemento político.
Waltter Scott, Cooper y Bulwer cuidan con sin-
Tennyson ha tenido y tiene también gran número gular esmero en sus obras la trama que las produce,
ile imitadores. Él, además, no ha dicho todavía su la descripción de situaciones, la pintura de caracte-
última palabra, y desde el fondo de su tranquilo re- res y los retratos de sus personajes, que, sobre todo
tiro, en la isla de Whygt, prodiga las inimitables en el último, son modelos acabados,—recuérdese el
N.° 81 F. DE A . PACHECO. LITERATURA CONTEMPORÁNEA EN INGLATERRA. 437

Gui Darrell de ¿Qué hará con ello?;—pero al des- de esta sección, han sido recibidas con aplauso.
aparecer estos escritores ilustres, ó ambos elemen- Pero es mayor el que so prodiga y el que merece la
tos se conciertan, como sucede en Dickens, ó des- novela del sport, que M. Odysse no examina tan
aparece el primero para dejar completamente el detenidamente como fuera de desear, y acerca de la
puesto al segundo, como se observa en las obras de que son muy dignos de consultarse los estudios he-
Reynolds, Georges Eliot, etc., donde predomina el chos por M. Th. Bentzon. Esta clase de obras ilus-
fin político con menoscabo del arte, y se acentúan tra el conocimiento de la vida inglesa respecto á
cada vez más las tendencias democráticas, republi- una de sus fases más importantes, más íntimas y
canas y socialistas de la novela. que más contribuyen á revelar las cualidades que
Esta base puede darnos una clasificación de los caracterizan á esa nación, por tantos títulos digna
novelistas ingleses en la época contemporánea. de ser estimada. La novela del sport ha producido
Dentro de ella hay que colocar en primer termino á algunas obras notables. Las de M. Whyte Melville
los tres ya citados, Waltter-Scott, Cooper y Bulwer. deben colocarse entre ellas, y principalmente Kate
Inmediatamente después de éstos, aunque sus mé- Coventry, que no sólo llena de una manera cum-
ritos lo coloquen á la misma ó mayor altura, se plida las exigencias del género á que pertenece,
encuentra Dickens, socialista, pero no revoluciona- sino que ha servido al autor para describir, y des-
rio; que anhela reformas, pero que no excita su cribir con acierto, el carácter de «la joven excén-
realización por los medios violentos, y que, aun trica,» que tiene un puesto muy definido y numero-
subordinando á la propaganda de estas doctrinas el sos modelos donde ser copiada, dentro de aquella
género que cultiva, conserva y embellece las for- sociedad.
mas artísticas en todas sus obras. Wilkie Collins, Por último, enumerar y clasificar este género li-
autor de un admirable libro, El vestido blanco, y terario sería una tarea interminable, para la que se
escritor de los que hoy gozan mayor prestigio, necesita indudablemente disponer de volúmenes en-
sigue á Dickens y puede decirse que forma á teros. La novela inglesa ha adquirido un desarrollo
su laclo. tan prodigioso, que puede dudarse fundadamente
Aparte de ellos y de los que más adelante enu- de que jamás, y en nación alguna, hayan existido
meraremos, constituyendo un grupo especial, están gérmenes más fecundos y vigorosos que los de este
Thackeray y Disraeli; ambos cultivadores de la no- género literario. Un detalle muy significativo bas-
vela política, ambos escritores satíricos y ambos tará para que quede comprobada la exactitud de
dedicados á defender, en medio de esta literatura este juicio. La fecundidad de los novelistas ha he-
tan reformista y tan revolucionaria, un sentido emi- cho tan estéril el ingenio de los que á imitarlos se
nentemente conservador. aplican, que á estas fechas se encuentran agotadas
Reinolds, Hawthorne, Georges Eliot continúan la todas esas frases, combinaciones de nombres, etc.,
obra de Dickens; pero prescindiendo, como he di- más generalmente adoptadas para epígrafe de los
cho ya, casi por completo, de los elementos artísti- libros de esta especie. Ya no hay títulos. Los escri-
cos á que deberían rendir algún culto. Las obras tores han tenido que apelar al empleo de otras fra-
de estos escritores obtienen asombrosa circulación. ses más extensas y menos significativas, á fin de
Reynolds publica un periódico, y al poco tiempo distinguir sus novelas de las que han visto la luz
reparte 320.000 ejemplares. De la novela de Harriet pública antes de ahora. Esto explica que una de las
Beecher Stowe se agotan en dos años un millón de más recientes se titule: Roja, como una rosa; y otra:
ejemplares. La literatura ya no es cuestión de arte, ¡Adiós, amada vaia! siendo estos mucho más pro-
dice M. Odysse, sino una cuestión política y social. pios y significativos que otros que podrían citarse
como verdaderos modelos de extravagancia.
Además de este género de novela, en que debe
incluirse la mayoría de las que se publican, hay
HISTORIA.
otros géneros que merecen alguna atención. El de
la novela moral y religiosa es uno de ellos, y no Al llegar á este punto, M. Odysse Barot hace un
porque tenga importancia intrínseca, ni porque las pequeño resumen tan claro, tan exacto y tan com-
obras que ha producido sean obras de primer orden, prensivo, que basta á mi objeto leerlo á los señores
nó, sino por la singular y extraordinaria acogida de socios, seguros de que les suministrará una idea
que gozan estas producciones. Miss Yonge, autora fiel de lo que es en este punto la literatura inglesa.
que descuella entre los que cultivan este género, «Después de la novela, dice, y en-la misma linea,
pudo comprar con el producto de su primera no- es la historia el género literario que ocupa el pri-
vela un navio, que destinó á las misiones de África mer puesto en la literatura de estos últimos cua-
y Asia; su segunda novela le produjo 50.000 francos. renta años. Y no es fácil decidir si por la importan-
La novela de la vida mundanal tiene también bas- cia de sus resultados, los efectos de su acción, el
tante éxito. Las obras de Trollope, que es el corifeo número de obras maestras y de grandes escritores
438 REVISTA EUROPEA. 1 2 DE SETIEMBRE DE 4 8 7 5 . N.° 81
que ella ha producido, será justo asignarle un pues- ria, y piden, los dos primeros á la geología y el úl-
lu preponderante en absoluto. timo á la fisiología, el secreto de las leyes que pre-
Los dos géneros, novela é historia, no son, por siden al desenvolvimiento de las sociedades y al
otra parte, tan desemejantes como se podría creer á progreso de la civilización.»
primera vista. Ambos tienen el mismo objetivo, el En esta larga lista de nombres ilustres, Hailam
estudio del hombre, que es el gran objetivo de descuella á grande altura. Sus trabajos han contri-
nuestro siglo. Si uno se refiere con preferencia al buido de una manera poderosa á juzgar con exacti-
hombre individualmente considerado, el otro exa tud la Edad Media. Antes de Hailam pintábase ese
mina y diseca las colectividades humanas. La no- revuelto período de la historia de Europa como una
vela es la historia de los individuos: la historia es larga noche para el espíritu humano, un paréntesis
la novela de los pueblos. Esta afinidad entre uno para el progreso, una época, en fin, de inanición y
y otro género aparece hasta en el lenguaje. La pa- de muerte para la cultura europea. Hoy se conoce
labra Story designa al mismo tiempo una ficción y ya con más exactitud ese período y se le puede
un relato histórico. juzgar con entera justicia. Su estudio prueba que
La novela no ha dejado de analizar ninguno de en el progreso humano no hay paréntesis, ni para
los sentimientos del alma; la historia ha llevado su la civilización reposo, y que el mundo no ha ce-
espíritu de investigación á todos los problemas del sado de adelantar un solo dia.
pasado, desde las edades más remotas hasta las épo- Lord Macaulay y Carlyle son dignos también de
cas más recientes. Ha escudriñado todos los miste- mención especialisima. El primero de ellos nos ha
rios y destruido los errores más inveterados; ha es- suministrado un nuevo concepto de la historia. «La
parcido la luz y la verdad por todo el mundo, acla- historia, ha dicho, es un compuesto de filosofía y
rado los hechos más oscuros, y reconstituido los de poesía.» Sus obras, muy conocidas y recordadas
anales de todas las naciones. No hay pueblo anti- con admiración, desenvuelven ese concepto. Car-
guo ó moderno, siglo ni período, que no hayan te- lyle, que ha seguido sus huellas, y aun superádole
nido sus historiadores. á juicio de algunos críticos, deja en la Historia de
Es cierto que la Francia y la Alemania en estos úl- la revolución francesa, y más todavía en la de Fe-
timos sesenta años han hecho dar un gran paso á la derico el Grande, brillantes muestras de su elo-
ciencia histórica; acaso, sin embargo, no podríamos cuente ingenio. El poeta y el filósofo se combinan
oponer á la Inglaterra contemporánea un conjunto en una y otra para producir el historiador, según el
tan vasto, una biblioteca. histórica tan completa tipo de lord Macaulay, elevando este tipo á una al-
como la suya. tura extraordinaria. M. Odysse Barot incluye en
Hailam restablece la verdad para juzgar á la Edad el apémlice de su obra algunos trozos de Carlyle,
Media y el feudalismo; Oróte, Thirwall, y, en época que yo os leería si el temor de dilatar mucho este
muy reciente, Cox, se consagran á serias investiga- pesado análisis no fuera superior á mi deseo. A no
ciones acerca de la antigüedad griega, mientras vedármelo una consideración análoga, discurriría
que Jorge Cornwall Lewis, y Arnold continúan, el aquí más extensamente sobre Carlyle, utilizando el
[•rimero combatiendo y el segundo defendiendo gran número de trabajos que la crítica moderna ha
los trabajos de Niebuhr sobre la antigua Roma, consagrado á este escritor, y especialmente los de
y mientras que Carlos Merivale rehace la histo- Taine. A ellos pueden, sin embargo, acudir los que
ria de los romanos bajo el imperio. Palgrave in- deseen ilustrar sus conocimientos relativos á este
vestiga los orígenes "de Inglaterra. Macaulay, con punto.
la elocuencia de su estilo y la altura de su ingenio,
refiere, dándoles un carácter acentuadamente dra- PRENSA PERIÓDICA.
mático, las páginas brillantes ó sombrías, las lu- No el cuarto, sino el primer poder del Estado,
chas y las revoluciones de su patria. Los america- debe llamarse á la prensa en Inglaterra; porque
nos Prescott y Ticknor, queriendo pagar á España como órgano el más genuino de la opinión, dentro
la deuda del mundo que ella descubrió, estudian la de un pueblo en que dichosamente la opinión gobier-
Península, el primero en el apogeo de su grandeza na, nada hay que pueda contrastar su influjo. ¿Mer-
política, y el segundo en su grandeza literaria. ced á qué condiciones ó circunstancias se ha pro-
Motley estudia las provincias unidas y sus com- ducido esto? Hé ahí lo que importa esclarecer, y el
bates por la independencia; Bancroft, la América y autor del libro que examino lo esclarece en breves
la epopeya maravillosa de su fundación y de su po- consideraciones.
der; Carlyle, la Alemania personificada en Federico La prensa inglesa debe su autoridad y su pres-
el Grande, y la Francia encarnada en los héroes de tigio á la libertad de que goza, de un lado, á la cul-
su revolución; Buckle, en fin, Guillermo Drapper y tura de los que profesan su noble ejercicio, de otro.
liagehot inauguran la verdadera filosofía de la histo- Con esa libertad definitivamente conquistada y
N.° 81 F . DE A. PACHECO. LITERATURA CONTEMPORÁNEA EN INGLATERRA. 439
asegurada en época próxima todavía, ha adquirido alcanza en Inglaterra este cuarto poder del Estado
el periodismo un gran desarrollo y una gran altura. un lugar preeminente. Y lo sabe utilizar. No hay
No detienen su marcha progresiva ni disposiciones prensa en el mundo que pueda ponerse á la altura
fiscales (timbre), ni límites políticos. Lo sabe todo, de la Gran-Bretaña, cuando se trata de designar la
todo lo refiere, todo lo comenta, todo lo discute y que más acertadamente realiza su alto ministerio.
lo analiza, sin miedo á que su propaganda, y su ac- «El periódico se escribe para szis lectores;» este es,
ción perturben el orden, sólidamente asegurado por sin duda alguna, su lema. El periódico se escri-
la práctica escrupulosa de la ley, ó desprestigien las be para sus lectores, para el país, para ese con-
instituciones basadas en algo más noble y más alto junto anónimo cuyo deseo y cuyo pensamiento
que la opresión, el temor y el silencio. forman la opinión, y no para los excasos y fanáticos
La independencia del escritor está garantida allí adeptos de un partido ó para las redacciones de los
por las leyes y por la costumbre. Por las leyes, como demás diarios, lo que es peor y suele ser más fre-
un resultado de la libertad general; por la costum- cuente. El periódico serio no está llamado, ni á des-
bre, en cuanto no se admite ni ha logrado desenvol- atender los intereses del país ocupándose sólo de
verse dentro de aquella sociedad un género de pe- frivolidades de mal gusto, ni á redactarse para
riódicos harto conocido por desgracia en los países mantener una polémica constante, nimia y trivial
latinos: el periódico oficioso que debe su existencia en la mayor parte de los casos, personalísima y
á los recursos que un gobierno le procura y que hasta inculta en algunos de ellos, con sus demás
jamás sabe llenar otra misión que la de defender á colegas. Nosotros hemos importado del periodismo
ciegas el pensamiento de su patrono, envenenando francés el modelo á que en España se sujetan la
por exceso de celo las cuestiones más delicadas, y mayoría de las publicaciones de esta clase, y hay
contribuyendo á la decadencia de cuanto hay de que convenir en que á sus muchos defectos hemos
noble, levantado y generoso en este fecundo ramo agregado algunos otros, consiguiendo llegar en
de la literatura contemporánea. El sentido público, este punto á un estado harto deplorable.
que no se equivoca jamás y que desdeña los juicios Para mantener con éxito cierto carácter en la
de estas publicaciones, aplaude y basca cuanto lleva prensa periódica, para hacer de un diario un bata-
el sello de la independencia: así se explica que el pe- llador constante y un polemista ardoroso é infatiga-
riodismo inglés haya conquistado el éxito que todos ble, se necesita ser un Girardin, y, aun siéndolo,
le reconocen y que algunas ligerísirnas excepciones muchas veces llegaría á producirse con enojosos
no bastan á impedir. M. Odysse Barot escribe de debates el hastío del público. Este lo que quiere es
estas cosas en una sociedad harto parecida á la conocer por momentos las diversas fases que en lo
nuestra bajo el punto de vista que examino, y su político, en lo económico, en lo artístico ó en lo cien-
critica es en esta parte tan sentida como enérgica tífico presenta la sociedad en que vive; y no da más
y elocuente. á sus lectores, puntual y fldelisimamente, la prensa
Después de esa rápida ojeada de las condiciones inglesa, dentro de la que cada diario se manifiesta
externas que facilitan el desenvolvimiento de la siempre más decidido á convencer á sus abonados
prensa inglesa, hay que venir á sus condiciones in- y al país de la bondad de sus opiniones, que no á
ternas. La primera de ellas, la más notable acaso, disertar sobre ellas con el que piensa acerca de las
es laque nace del éxito mismo que ha obtenido. Em- mismas de una manera diametralir.ente opuesta;
presas ricas y florecientes encargadas de la publi- trabajo aquel práctico y positivo con el que gana
cación de los diarios más autorizados pueden man- siempre mucho la opinión, aunque pierdan bastante
tener una redacción numerosa é ilustrada. La profe- los aficionados á esas contiendas personales, es-
sión del periodismo basta allí a satisfacer las nece- cándalo de toda persona de mediana cultura social.
sidades de los que la adoptan, y aun á procurarles Por lo demás, en cuanto á la forma de este gé-
ese grado de bienestar indispensable para el hom- nero de publicaciones, habremos de observar que
bre que dedica su vida á las nobles luchas de la in- la mayor parte de los diarios, así de Londres como
teligencia. Así, el periodista puede educarse, ilus- de los condados y las ciudades de provincia, no
trar su inteligencia y preparar su espíritu de una consagran á las cuestiones políticas de Inglaterra ó
manera conveniente para atender á las exigencias del extranjero la mayor parte de sus columnas. La
del género literario que cultiva, que son harto nu- bella literatura, la ciencia, la industria, el movi-
merosas, más de lo que la generalidad suele creer. miento económico y comercial, los intereses gene-
A este conjunto de circunstancias únese la división rales del país absorben casi toda su atención. Unido
del trabajo, base práctica y posible de toda empre- esto al extraordinario desarrollo de los periódicos
sa que quiere producir; á ninguna clase de esfuer- especiales, se ve desde luego que Inglaterra ha
zos aplicada acaso con éxito tan seguro como á comprendido bien la misión de la prensa.
esta de que ahora me ocupo. Merced ''• todo ello, Las revistas semanales, ó bien las que aparecen
440 REVISTA EUROPEA. 12 DE SETIEMBRE DE i 8 7 5 . N.° 81
por quincenas, meses y trimestres, han adquirido prospera una literatura que tiende á alterar las más
un grado de extraordinario desarrollo en provecho antiguas instituciones sociales; allí, donde la mo-
y como muestra de la difusión y elevación constan- narquía se encuentra tan arraigada y estable, pro-
tes de la cultura general. De este género de publica- gresa una literatura republicana; allí, por último,
ciones podríamos citar gran número. ¿Quién no donde existe un pueblo profunda y seriamente reli-
conoce la Saturday Revietv, The Atheneum, Qua- gioso, que ha tratado siempre como de asuntos de
terly Reviera, Arlh Journal, Ediwtburg Reviere, gran valor los que con esta esfera de la vida se re-
Westminster Reviere y tantas otras cuya autoridad lacionan, vive y difunde sus doctrinas una tenden-
es europea? cia filosófica cuya lógica y necesaria conclusión es
En cuanto á los periódicos políticos diarios, no el desconocimiento, y el olvido, y la censura de to-
puede hablarse de la prensa inglesa sin citar The das las religiones. Si no por otra circunstancia,
Pall Malí Gazetle, Daily-News, y, por último, The cuando menos por el estudio de estas luchas que
Times, el más acreditado de todos, si bien no el de agitan aquella sociedad, sería digna de apreciarse
más circulación. The Times se publica desde 1788, y de conocerse con más detenimiento que yo lo
y para juzgar de su próspero estado, no es necesa- acabo de hacer la literatura contemporánea de In-
rio recordar más que tiene establecido en Paris, glaterra.
para su exclusivo uso, un servicio telegráfico cuyo FRANCISCO DE ASÍS PACHECO.
ctoste se evalúa en la suma de 200.000 francos por
año, y que hace muy poco tiempo ha contratado
con una empresa de ferro-carriles el envío diario Congreso geográfico de Paris.
de un tren á provincias, que podrá repartir sus al- En una Memoria que ha leido el coronel E. Bog-
cances y últimas noticias tres horas antes que los danowith en el Congreso geográfico de Paris, ha
periódicos que se confeccionan en las localidades desarrollado su proyecto sobre un ferro-carril que
que ha de recorrer el expresado tren. uniese la Europa con Asia. Esta linea responde á las
exigencias ó intereses de la civilización. China está
Una última observación: la vida de la prensa in- separada de Europa por desiertos, que son obstácu-
glesa no eslá concentrada en la capital. El número los que solamente pueden vencerse por la construc-
ción de un ferro-carril. No obstante su extensión,
de periódicos políticos diarios que ven la luz en la linea se presenta con las condiciones de rendi-
Londres es de 13, y el de los que se publican en miento que forman la base de toda grande empre-
provincias asciende á 108. Algunos de estos, sobre sa. Todo el mundo conoce las riquezas que encierra
todo en Manchester, Birminghan y otros centros co- el suelo de la Siberia y del Oural con sus productos
metalúrgicos. El trazado que propone el coronel
merciales, pueden competir, bajo cualquier aspec- E. Bogdanowith tiene por punto de partida Nijni-
lo, con los de Londres. Novgorod, y pasa por Kazan, Ekaterimbourg, en di-
Para terminar esta serie de notas, diré con rección á Tioumen y-Omsk, y prolongándose por
M. Odysse Barot, que, «en ninguna parte del mun- Kainsk hasta Tomsk, centro principal del comer-
cio y de la industria de la Siberia occidental. De
do, ni en Alemania, ni en América, puede ofrecer la Tomsk iría á Yrkoustsk por Kansk y Nijni-Udinsk.
prensa periódica un conjunto tan completo ni un Mas allá de lakustsk, la linea toma carácter ex-
florecimiento tan magnífico. La prensa inglesa, bajo clusivamente internacional. En atención á las di-
sus diversas formas de diario y revista, debe ser ficultades que ofrece el paso de la cadena de las
altas montañas Khíngham, en su parte septentrio-
considerada como la primera del mundo entero.» nal atravesada por el Amor, necesitase elegir otro
paso por el Mandchouria y dirigir la línea de la-
Voy á terminar: Considerada en su conjunto la kustsk á lo largo del camino de Baikal á Verhonou-
literatura contemporánea de Inglaterra, después del dinsk, por el valle de Selenga. Desde aquí, la mejor
dirección que puede seguirse hasta Pekin es la de
ligero análisis que acabo de hacer, bien puede afir- Tchita y Dolon-nor. La longitud de la linea desde
marse que tiene una importancia efectiva, y que Nijni-Novgorod hasta Pekin seria de 7.160 kilóme-
negarle un puesto de primer orden seria injusticia tros, 6.000 de éstos dentro de territorio ruso.
evidente. Esa importancia la debe á sus condiciones Examinando de cerca esta grande obra, se ve que
los obstáculos son más imaginarios que reales. La
internas, á su fecundidad maravillosa y á la alta re- primera parte, hasta Tomsk, atraviesa una estepa
presentación que puede conferírsela, simbolizando, perfectamente nivelada. Los rios que hay que atra-
como simboliza, el espíritu revolucionario, reforma- vesar más allá de esta estepa tienen mediana an-
dor y democrático de nuestro siglo. Y es digno de chura, y la altura mayor del trayecto es de 1.150
metros en el lago Baikal. En quince años, Rusia ha
notar, para explicarse de qué portentoso modo se empleado más de seis mil millones en la construc-
cumple en la historia la ley del progreso, el hecho ción de 24.000 kilómetros de ferro-carril, y no le
de que haya nacido, crezca y se desarrolle una lite- costaría muchísimo trabajo obtener los dos ó tres
ratura que tales tendencias afecta en el seno del mil millones para la ejecución de esta gran linea
de interés internacional.
más conservador y práctico de todos los países.
Allí, donde la tradición recibe culto constante.

Potrebbero piacerti anche