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LA COSA JUZGADA

Tomás Jiménez Barahona


Magdalena Pineda Tabach
Francisco Salmona Maureira

Marzo de 2004
LA COSA JUZGADA

I. Generalidades

Las clases de cosa juzgada

El fin que las partes persiguen en el proceso es que el juez dicte una sentencia que
resuelva en definitiva las dificultades jurídicas entre ellas, de modo que lo resuelto no
pueda discutirse más, ni en el mismo proceso ni en otro futuro; y que si implica una
condena, se pueda exigir su cumplimiento por medios compulsivos.
Entre los efectos que producen las resoluciones judiciales se encuentra el de cosa
juzgada, que significa juicio u opinión dado sobre lo controvertido y que se traduce en dos
consecuencias: i) la parte en cuyo favor se ha reconocido el derecho podrá exigir su
cumplimiento y ningún tribunal podrá negarle la protección debida; ii) la parte condenada o
la parte cuya demanda haya sido desestimada no pueden en un nuevo juicio renovar lo ya
resuelto. Estas dos consecuencias reciben el nombre de acción y excepción de cosa
juzgada.
Por consiguiente, la cosa juzgada tiene una doble característica:
a) Es coercitiva, puesto que el vencido está obligado a cumplir con la condena que se
le ha impuesto y en el caso que no lo haga voluntariamente, el vencedor podrá
exigirlo por medios compulsivos.
b) Es inmutable, en el sentido de que las partes deben respetar lo resuelto y no pueden
renovar en otro juicio la controversia.
Los autores distinguen también entre cosa juzgada formal y material. La cosa
juzgada formal es “la que autoriza a cumplir lo resuelto de manera provisional, y que
impide renovar la discusión sobre la cuestión resuelta en el mismo proceso, pero sin
que obste su revisión en un juicio posterior”. La cosa juzgada material es “la que
autoriza a cumplir lo resuelto sin restricción alguna y que impide renovar la discusión
acerca de lo resuelto, tanto en el mismo proceso como en un juicio posterior”.
La regla general es que las resoluciones judiciales produzcan cosa juzgada material,
y sólo por excepción cosa juzgada formal, como es en el caso de la sentencia ejecutiva
cuando hay reserva de derechos, en los juicios posesorios, los especiales del contrato de
arrendamiento o en el recurso de protección.

II. La acción de cosa juzgada

Concepto

La acción de cosa juzgada es: “aquella que la ley confiere al litigante en cuyo
favor se ha declarado un derecho en una resolución judicial firme o ejecutoriada para
exigir el cumplimiento de lo resuelto”.
Esta resolución judicial firme será esencialmente una sentencia definitiva o
interlocutoria, art. 175 CPC; pero también podrá serlo un auto o decreto, puesto que ellos se
mantienen y ejecutan desde el momento que adquieren tal carácter, art. 181 inc.1 CPC.

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Titular de la acción de cosa juzgada

La persona que ejerce la cosa juzgada es aquél litigante en cuyo favor se ha


declarado un derecho en el pleito, art. 176 CPC.
La acción de cosa juzgada es pues, sinónimo de acción ejecutiva cuando se invoca
como título una resolución firme o ejecutoriada. Su ejercicio va a corresponder siempre al
actor victorioso, y no al demandado que ha sido absuelto o condenada en el pleito. Sólo el
actor victorioso podrá posteriormente ejercer la acción de cosa juzgada por la vía ejecutiva
para obtener el cumplimiento forzado de lo declarado a su favor.

Requisitos de procedencia de la acción de cosa juzgada

Para que proceda la acción de cosa juzgada se requiere:


a) La existencia de una resolución judicial firme o ejecutoriada o que cause ejecutoria
en conformidad a la ley, art. 231 inc.1 CPC.
La remoción firme o ejecutoriada o que cause ejecutoria en conformidad a la
ley será una sentencia definitiva o interlocutoria, como señala el art. 175 CPC: “Las
sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de
cosa juzgada”.
También podrá serlo un auto o decreto, pues éstos se ejecutan y mantienen
desde que adquieren ese carácter, art. 181 inc.1 CPC; mas el cumplimiento de los
autos y decretos es condicional al recurso de reposición, ya que si se interpone y es
acogido, el cumplimiento o ejecución del auto o decreto respectivo queda sin efecto.
Dicha sentencia debe ser condenatoria, es decir, que impone una prestación
al demandado, cuyo cumplimiento pretende exigirse por la vía ejecutiva.
b) Petición de parte expresa sobre el cumplimiento de la resolución judicial.
Es decir, las resoluciones judiciales sólo se cumplen a petición de parte, y no
de oficio, en conformidad al principio dispositivo. Ello se deduce del art. 233 CPC:
“Cuando se solicite la ejecución de una sentencia (…)” y del art. 10 COT.
c) Que la prestación que impone la sentencia sea actualmente exigible.
Es decir, que no se encuentre sujeta a modalidades. Si la prestación está
afecta a una condición, plazo o modo, el ejecutado podrá oponerse a la ejecución
sosteniendo la falta de requisitos para que el título invocada tenga mérito en su
contra.

Generalidades sobre el cumplimiento de las resoluciones judiciales

Se debe distinguir en si la resolución judicial ha sido dictada por tribunales chilenos


o extranjeros.

Resoluciones dictadas por tribunales chilenos

Se procederá a su cumplimiento por los tribunales que la hubieren pronunciado en


primera o en única instancia, art. 113 COT y 231 CPC. Pero si es necesaria la iniciación de
un nuevo juicio para el cumplimiento se procederá ante éste mismo tribunal o ante el que
sea competente en virtud de las reglas generales, art. 114 COT y 232 CPC.
En seguida se deben distinguir los siguientes casos:

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a) Si la ejecución se solicita ante el mismo tribunal que la dictó dentro de un año en
que la ejecución se hizo exigible: se procede mediante el juicio ejecutivo especial o
procedimiento ejecutivo incidental, art. 233, 234 y 235 CPC.
b) Si la ejecución se inicia ante el tribunal distinto, o ante el mismo tribunal pero
después de un año: se sujetará su cumplimiento a las normas del juicio ejecutivo,
art. 237 CPC, con la limitación de que no se aceptará ninguna excepción que haya
podido oponerse en el juicio declarativo anterior.
c) Si la ley ha dispuesto alguna manera especial de cumplir la sentencia: la ejecución
debe someterse a dichas reglas especiales, por ejemplo la sentencia del juicio de
hacienda, art. 752 CPC.
d) Si se trata de cumplimiento de resoluciones no comprendidas en los casos
anteriores: corresponderá al juez de la causa dictar las medidas conducentes a dicho
cumplimiento, pudiendo al efecto imponer multas que no excedan de una unidad
tributaria mensual o arresto hasta de dos meses, determinados prudencialmente por
el tribunal, sin perjuicio de repetir el apremio, art. 238 CPC.

Sentencias dictadas por los tribunales extranjeros

Si se trata de una resolución dictada en un país extranjero, se pedirá su ejecución al


tribunal a quien habría correspondido conocer del negocio en primera o en única instancia,
si el juicio se hubiera promovido en Chile, art. 251 CPC.
Pero antes de ello es indispensable haber obtenido la correspondiente autorización o
exequátur de la Corte Suprema, atendiendo a los tratados internacionales, el principio de
reciprocidad o las condiciones mínimas exigidas por nuestra ley procesal, art. 242 a 250
CPC.

III. Excepción de Cosa Juzgada

Concepto

La excepción de cosa juzgada es: “el efecto que producen determinadas


resoluciones judiciales en virtud del cual no puede volver a discutirse ni a pretenderse
la dictación de un nuevo fallo entre las mismas partes y sobre la misma materia que
fue objeto del fallo anterior”

Fundamento e importancia

Su fundamento se deriva de la tranquilidad social, ya que mediante ella se evita la


perpetuación de juicios entre las mismas partes y en las mismas materias; al mismo tiempo
persigue mantener el prestigio de la justicia, impidiendo la posibilidad de que puedan
dictarse fallos contradictorios.

Características de la excepción de cosa juzgada

Ellas son:
a) Es irrevocable en el sentido de que las resoluciones judiciales que la producen, una
vez firmes o ejecutoriadas, no pueden ser modificadas de manera alguna.

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Es más, lo fallado en una sentencia judicial es una ley para las partes, que no
puede ser afectada ni por el Presidente de la República, ni por el Congreso, art. 73
inc.1 CPR. Incluso las leyes interpretativas no afectarán de manera alguna los
efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio entre la
dictación de la ley interpretada y la interpretativa, art. 9 CC.
Debemos si tener presente de que algunas resoluciones judiciales producen
sólo cosa juzgada formal, por lo que pueden ser modificadas en juicio posterior
seguido entre las partes.
b) Es relativa en el sentido de que ella afecta sólo a las personas que han sido partes en
el juicio en que se pronunció la correspondiente sentencia.
Por ello, que la excepción de cosa juzgada puede alegarse por el litigante que
haya obtenido en el juicio y por todos aquellos que según la ley aprovecha el fallo,
art. 177 CPC.
El litigante que haya obtenido en el pleito puede ya ser el demandante o el
demandado. El art. 177 sin embargo, hace presente que la excepción de cosa
juzgada puede alegarse por todos aquellos a quienes aprovecha el fallo, es decir,
puede tener un efecto erga omnes, en los cuales la cosa juzgada pierde su carácter de
relativa y pasa a ser absoluta, afectando a todos o a toda clase de persona dentro de
un determinado círculo. Por ejemplo en los casos de los arts. 315, 316, 1246 y 2513
CC.
El demandado que ha sido vencido, ¿puede acogerse a la excepción de cosa
juzgada? Podría ser el caso en que el demandante inicia un pleito, y que no
conforme con el resultado de éste, inicia un segundo. En este segundo juicio podría
excepcionarse con la cosa juzgada que emana de la primera sentencia, ya que es una
persona a quien aprovecha el fallo de forma jurídica. En el mismo sentido
Chiovenda.
c) Es renunciable, los jueces no pueden declararla de oficio, mientras no proceda a
instancia de parte, conformidad al principio dispositivo, art. 10 COT y al art. 177
CPC que señala: “la excepción de cosa juzgada puede alegarse por el litigante (…)”.
d) Es imprescriptible, puede hacerse valer en cualquier tiempo, a diferencia de la
acción de cosa juzgada.

Resoluciones judiciales que producen la excepción de cosa juzgada

Sólo las sentencias definitivas e interlocutorias firmes, absolutorias o


condenatorias, producen la excepción de cosa juzgada, art. 175 CPC. Los autos y decretos
no la producen, puesto que mediante el recurso de reposición pueden dejarse sin efecto o
ser modificados en cualquier momento, invocando nuevos antecedentes, sin que obste a ello
la excepción de cosa juzgada, art. 181 CPC.
Es generalmente aceptado que la autoridad de cosa juzgada emana de la parte
dispositiva o resolutiva de la sentencia, y no de su parte considerativa. De acuerdo a dicho
principio, no viola la autoridad de cosa juzgada la sentencia que contenga una decisión
contraria a lo expuesto en los considerandos de otra anterior, si no existe en realidad
contradicción además con su parte dispositiva o resolutiva.
Para saber que una sentencia goza de la autoridad de cosa juzgada, lo único que es
necesaria averiguar que es que se encuentre firme o ejecutoriada. No es necesario averiguar
si es o no nula. Sin embargo, una sentencia, más propiamente que nula, puede ser

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inexistente, por ejemplo, cuando ha sido dictada por un tribunal que carece absolutamente
de jurisdicción, ser las partes incapaces o no haberse seguido el juicio en rebeldía del
demandado son haber sido realmente emplazado, etc. En tales eventos, para Casarino, tal
sentencia no puede producir excepción de cosa juzgada y por ser inexistentes más que
nulas, habría que prescindir de ellas, comprobadas las circunstancias correspondientes.
Tal sentencia definitiva o interlocutoria además puede ser tanto chilena como
extranjera, que el CPC no distingue al respecto.

Requisitos de procedencia de la excepción de cosa juzgada

El art. 177 CPC señala: “La excepción de cosa juzgada puede alegarse por el
litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes según la ley
aprovecha el fallo, siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta haya:
1.° Identidad legal de personas;
2.° Identidad de la cosa pedida; y
3.° Identidad de la causa de pedir”.

Identidad legal de personas

La identidad que debe presentarse en las personas, entre la nueva demanda y la


anteriormente resuelta, es legal y no física. Ello significa que en ambos juicios deben
figurar las mismas partes y en la misma calidad.
Puede ocurrir que en ambos juicios concurra la identidad física con la legal. Pero
también puede existir identidad física, mas no legal, por ejemplo en el caso que en el
primer juicio una persona actúa como representante legal de otra, y en el segundo juicio
actúa por sí mismo.
También puede existir identidad legal, mas no física, por ejemplo si en el primer
juicio una persona actúa mediante representante legal, y en el segundo, actúa por sí.

Casos en que la identidad legal de personas se complica

Un primer caso en que se complica la identidad legal es el de si lo fallado con


respecto a una persona afecta también a sus sucesores a título singular. Se ha dicho por
alguna doctrina que se debe distinguir y atender al momento en que se ha producido la
transferencia del derecho. Si el sucesor a título singular ha adquirido el derecho después del
pronunciamiento de la sentencia, ella produce cosa juzgada respecto de él. Si la ha
adquirido con anterioridad al inicio del juicio, no la produce respecto de él.
En el lapso comprendido entre la notificación de la demanda a su antecesor y la
dictación de la sentencia la doctrina se divide: i) para algunos siempre la produce; ii) para
otros no, lo que parece acertado en nuestro derecho positivo, ya que el demandante tiene en
sus manos solicitar la correspondiente medida precautoria a objeto de evitar que la cosa
sobre la cual se litiga salga del patrimonio del demandado.
Un segundo caso se refiere se refiere a la solidaridad. En cuanto a lo que se falle en
un juicio entre deudor y coacreedor solidario, la cosa juzgada afecta a los demás
coacreedores que no han participado del juicio.
En cuanto a lo que se falle en un juicio entre el acreedor y un deudor solidario, para
algunos no la produce, para otros sí, y una tercera teoría, sostiene una posición intermedia

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señalando que afectará a los demás codeudores en la medida que los beneficie. De acuerdo
a nuestro derecho positivo se debe aceptar que existe identidad legal de personas entre
codeudores, pero siempre que se trate de excepciones comunes, pues el fallo de una
excepción personal es exclusiva del deudor que la opuso.
Un tercer caso se refiere a los herederos en relación con los legatarios y del deudor
principal en relación con el fiador. En cuanto al heredero y legatario, lo fallado respecto del
heredero no puede afectar al legatario, salvo que se trate de una acción de nulidad de
testamento. En cuanto a lo fallo respecto del deudor principal existe identidad respecto del
fiador, sin perjuicio de que éste conserve el derecho a hacer valer sus excepciones
personales.

Identidad de la cosa pedida

Para que exista identidad de cosa pedida es necesario que entre el primer juicio y el
segundo tengan un mismo objeto. El objeto del juicio se suele definir como: “el beneficio
jurídico que en él se reclama”.
No debe confundirse el objeto del juicio con el objeto material del mismo. Por
ejemplo en un juicio se reclama la entrega de un cuadro en calidad de heredero de X, y se
rechaza la demanda. En un segundo juicio se reclama la entrega de un automóvil, también
en calidad de heredero de X. Existe identidad de cosa pedida, ya que lo que se pide es que
se reconozca la calidad de heredero de X.

Identidad de causa de pedir

La ley lo define como: “el fundamento inmediato del derecho deducido en el


juicio”.
No debe confundirse con el objeto del pleito, ya que en dos juicios puede pedirse el
mismo objeto, pero por causas diferentes. Por ejemplo, en el primer juicio se reclama un
fundo en calidad de dueño y se rechaza la demanda. En un segundo juicio se reclama el
mismo fundo, pero en razón de haberlo adquirido por herencia.
Se ha entendido por causa de pedir el título en virtud de cual nos corresponde un
derecho. Éste título que sirve de fundamento al derecho y que se hace valer en el juicio,
toma la denominación técnica de causa de pedir. Por consiguiente, si se trata de un derecho
real, la causa de pedir será el principio generador del mismo, como por ejemplo un contrato
de compraventa. Si se trata de un derecho personal, por ejemplo, un contrato de mutuo.

La causa de pedir en las acciones de nulidad

En la acción de nulidad para determinar si existe identidad de causa de pedir entre


un juicio y otro anteriormente resulto, se prescinde de los conceptos anteriores.
Los autores han distinguido tres teorías:
a) La primera sostiene que en toda demanda de nulidad la causa de pedir es una sola, y
es la nulidad misma. Ello es absurdo, ya que se podría deducir la acción de nulidad
por un vicio de consentimiento, y en un segundo juicio por falta de capacidad, etc.
b) Una segunda doctrina afirma que en toda acción de nulidad se debe distinguir entre
una causa inmediata y una remota. En base a ello se clasifican en tres grupos las
demandas de nulidad: i) por falta de consentimiento; ii) falta de capacidad; iii) falta

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de solemnidades legales. Cada vez que se falla una demanda de nulidad, se
entenderá dictada en relación a todos los demás vicios comprendidos dentro del
mismo grupo que haya servido de fundamento a la demanda.
c) Una tercera teoría señala que la causa de pedir será el vicio exclusivo que haya
servido de fundamento a la demanda. Frente a nuestro derecho positivo esta es la
acertada, ya que todo proceso civil está estructurado sobre la base de que la
sentencia debe dictarse conforme al mérito del proceso, y debe pronunciarse
únicamente sobre las acciones y excepciones alegadas. Ella ha sido reconocida por
la Corte Suprema en sentencia de 1927.

Diversas formas de hacer valer la excepción de cosa juzgada

Ella puede hacerse valer como:


a) Excepción dilatoria, según el art. 304 CPC, es decir, como incidente de previo y
especial pronunciamiento; pero si es de lato conocimiento, se fallará en definitiva.
b) Excepción perentoria al contestar la demanda, según el art. 309 nº 3 CPC.
c) Excepción perentoria en cualquier estado del juicio, debiendo alegarse por escrito
antes de de la citación a oír sentencia en primera instancia y de la vista de la causa
en segunda, art. 310 CPC.
d) Fundamento del recurso de apelación.
e) Causal del recurso de casación de forma, siempre que se hubiere alegado
oportunamente en juicio y la sentencia que se trata de impugnar por medio de este
recurso la hubiere desestimado, art. 768 nº 6 CPC.
f) Fundamento del recurso de casación de fondo.
g) Fundamento del recurso de revisión, siempre que no se haya alegado en el juicio en
que la sentencia firme que se impugna recayó, art. 810 nº 4 CPC.

Paralelo entre la acción y excepción de cosa juzgada

Acción de cosa juzgada Excepción de cosa juzgada


Nace sólo de las sentencias condenatorias Nace de sentencias condenatorias como
absolutorias
Corresponde al litigante en cuyo favor se Puede alegarse por el litigante que haya
haya declarado un derecho obtenido en el juicio y por todos aquellos
que según la ley aprovecha el fallo
Se hace valer en la correspondiente Tiene varias formas de ser alegada
demanda ejecutiva
Prescribe de acuerdo a las reglas generales Es imprescriptible
en 3 o 5 años

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IV. Efectos de las Sentencias Penales en los Procesos Civiles

Generalidades

En el proceso penal podrán deducirse acciones civiles que tengan por objeto la
reparación de los efectos civiles del hecho punible, como son las que persiguen la
restitución de la cosa o su valor, o la indemnización de los perjuicios causados, art. 10 CPP.
La acción es propia de competencia de los jueces del crimen.
La acción civil derivada de un delito que tiene por objeto la mera restitución de la
cosa es siempre de competencia del juez del crimen; la acción civil que tiene por objeto
perseguir las responsabilidades civiles provenientes del hecho punible, dentro de la cual se
comprende la de obtener la indemnización de perjuicios, puede entablarse, a voluntad de su
titular, ante el juez del crimen que conoce el respectivo proceso criminal o el juez civil
correspondiente, art. 171 inc.1 COT, 5 inc.1 CPP.
Cuales son los efectos que pueda producir una sentencia penal en un proceso civil,
se denomina en derecho procesal influencia de la cosa juzgada penal en materia civil.
El legislador para determinarla ha establecido una distinción entre sentencias
penales condenatorias y absolutorias.

Efectos de las sentencias penales condenatorias en los juicios civiles

Las sentencias penales condenatorias siempre producen cosa juzgada en materia


civil. Tal es la regla establecida en el art. 178 CPC: “En los juicios civiles podrán hacerse
valer las sentencias dictadas en un proceso criminal siempre que condenen al procesado”.
Demostración de ello son los arts. 180 CPC: “Siempre que la sentencia criminal
produzca cosa juzgada en juicio civil, no será lícito en éste tomar en consideración pruebas
o alegaciones incompatibles con lo resuelto en dicha sentencia o con los hechos que le
sirvan de necesario fundamento”; y 13 CPP: “Cuando el acusado hubiere sido condenado
en el juicio criminal como responsable del delito, no podrá ponerse en duda, en el juicio
civil, la existencia del hecho que constituya el delito, ni sostenerse la inculpabilidad del
condenado”.

Efectos de las sentencias penales absolutorias en los juicios civiles

La regla general es diametralmente diversa, ya que la sentencia penal absolutoria no


produce cosa juzgada en los juicios civiles, salvo las excepciones legales. Así lo señala el
art. 179 inc.1 CPC: “Las sentencias que absuelvan de la acusación o que ordenen el
sobreseimiento definitivo, sólo producirán cosa juzgada en materia civil, cuando se funden
en alguna de las circunstancias siguientes: (…)”.
Sin embargo esta regla tiene el carácter de absoluta en el caso del inc. final del art.
179 CPC: “Las sentencias absolutorias o de sobreseimiento en materia criminal relativas a
los tutores, curadores, albaceas, síndicos, depositarios, tesoreros y demás personas que
hayan recibido valores u objetos muebles por un título de que nazca obligación de
devolverlos, no producirán en ningún caso cosa juzgada en materia civil”.

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Excepciones a la regla

Ellas se encuentran en el art. 179 CPC y son:


1ª La no existencia del delito o cuasidelito que ha sido materia del proceso. No se
entenderán comprendidos en este número los casos en que la absolución o sobreseimiento
provengan de la existencia de circunstancias que eximan de responsabilidad criminal.
Esta causal ha sido precisada por la jurisprudencia, distinguiendo cuatro situaciones
de procedencia:
a) La sentencia penal o el sobreseimiento resuelven que no hay delito o cuasidelito
penal porque los hechos en que se funda no existen.
b) La sentencia penal o el sobreseimiento resuelven que no hay delito o cuasidelito
penal porque, si bien los hechos existen y están comprobados, ellos no son
sancionados por la ley penal.
c) La sentencia penal o el sobreseimiento resuelven que no hay delito o cuasidelito
penal porque, si bien los hechos existen y están castigados en materia penal, la
intervención del responsable en ellos ha sido casual.
d) La sentencia penal o el sobreseimiento resuelven que no hay delito o cuasidelito
penal porque si bien, los hechos están probados y castigados en la ley penal, debe
absolverse o sobreseerse debido a que concurre una causal de eximente de
responsabilidad penal.
2ª No existir relación alguna entre el hecho que se persigue y la persona acusada, sin
perjuicio de la responsabilidad civil que pueda afectarle por actos de terceros, o por daños
que resulten de accidentes, en conformidad a lo establecido en el Título XXXV, Libro IV,
del Código Civil;
3ª No existir en autos indicio alguno en contra del acusado, no pudiendo en tal caso
alegarse la cosa juzgada sino respecto de las personas que hayan intervenido en el proceso
criminal como partes directas o coadyuvantes.
Esta causal solamente podrá invocarse en contra de las personas que hayan
intervenido en calidad de partes en el juicio penal respectivo, y no en contra de otras, ya
que son ellas las únicas que han estado en situación de rendir tales pruebas.

La triple identidad legal en relación con la cosa juzgada que emana de las
sentencia penales

Para que una sentencia penal produzca efecto de cosa juzgada en una sentencia civil
posterior no es necesario que concurra la triple identidad legal.
Ello porque los arts. 178 y 179 CPC son verdaderas excepciones al art. 177 CPC. Es
más, las partes en los juicios difieren, y el objeto y causa de pedir difieren, ya que en el
proceso penal, ello está configurado por el castigo del culpable en razón de la infracción
penal cometida.
En un solo caso se necesitará para alegar la excepción de cosa juzgada la
concurrencia la identidad legal de personas, cual es el que la sentencia o el sobreseimiento
se funden en la no existencia de indicio alguno en autos en contra del acusado.

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V. Efectos de las sentencias civiles en los procesos penales

Generalidades

Si el perjudicado en un delito opta por hacer valer la acción civil de indemnización


de perjuicios por los daños provenientes de un delito o cuasidelito, ante el juez civil
correspondiente, cabe preguntarse si la sentencia civil ejecutoriada produce efectos en la
sentencia penal.

Regla general

La regla general es que la sentencia civil no produzca cosa juzgada materia penal.
Así lo dispone el art. 14 inc.2 CPP: “La sentencia firme absolutoria dictada en el pleito
promovido para el ejercicio de la acción civil, no será obstáculo para el ejercicio de la
acción penal correspondiente cuando se trate de delitos que deban perseguirse de oficio”.
Esta regla sin embargo rige sólo para los delitos perseguibles de oficio, es decir, de
acción penal pública según el art. 12 CPP: “Cuando se ejercite sólo la acción civil respecto
de un hecho punible que no puede perseguirse de oficio, se considerará extinguida por ese
hecho la acción penal”.

Excepciones

Las excepciones a la regla son:


a) El sólo ejercicio de la acción civil emanada de un delito de acción penal privada,
extingue la acción penal, art. 12 CPP.
b) La acción civil para obtener la indemnización emanada de un delito a favor del
perjudicado, si se ha interpuesto ante el juez civil y ha sido resuelta por éste, por
sentencia firme, no podrá renovarse ante el juez penal, haciendo uso del
procedimiento señalado en los arts. 427, 428, 429 CPP, pues se opondría a la cosa
juzgada emanada de la primera sentencia, ello en virtud de las reglas generales.
c) Los fallos pronunciados por el juez civil conociendo de las cuestiones prejudiciales
civiles, art. 173 y 174 COT.

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