Psicopatología

Fábrica de casos / caso Juan

Psicopatología psicoanalítica

Analista: la elección del caso tiene que ver esencialmente con una necesidad que
tiene como condición fundamental la posibilidad de hablar de un trabajo que no esté
encerrado…. Describir la tarea de aquello que tiene que ver con la salud pública… y
que tiene a un hombre de treinta años como protagonista, donde me parece
importante marcar el recorrido por el público en general, y en particular por la salud
pública.

Me parece importante ir haciendo un pasaje de la salud pública; desde los hospitales

de salud mental, pasando por las penitenciarias, y por lo que se llama “El corralito”
en Santa Fé. O sea, vamos a atravesar el universo de la salud con aquello que
comparte del universo de la justicia, ya que el paciente está judicializado.

Son varias las líneas que se atraviesan en este caso y, en mi caso en particular, es la
cuestión de si el Psicoanálisis puede llevarse a cabo en la práctica institucional.

¿El Psicoanálisis puede dar cuenta de algo y dar cuenta de una práctica en un
momento en que las instituciones intervienen grandemente en el laburo con el
paciente? En este sentido, la pregunta es: ¿El psicoanálisis, tiene algo por decir donde
las Instituciones totales producen un aplastamiento de las subjetividades?

Juan es un hombre de 30 años, tiene más de 5 hermanos, es el menor de los varones,

su familia es de clase media, laburadora, que en algún tiempo pasó por varios
apremios económicos. El paisaje es de una familia estándar. El padre era transportista
y la madre era ama de casa, y en algunas ocasiones hacía servicio doméstico. Los
hermanos también eran laburantes todos, hicieron la escuela primaria y ninguno
terminó la escuela secundaria, obviamente no fueron a la universidad. La cultura del
trabajo era un ordenador fundamental.

El padre tiene un accidente con secuelas, por lo cual debe guardar cama por muchos
meses: durante la rehabilitación es dejado sin trabajo y sin indemnización.

Contemporáneamente, la madre en una fiesta recibe una bala perdida y tiene que
guardar cama. Los dos ingresos fuertes se ven comprometidos, por lo que los hijos
menores tienen que comenzar a trabajar. Los hijos sostienen la familia mediante un
comercio que les resulta próspero, hasta que se instala un supermercado en el barrio,
y como consecuencia se derrumba el comercio familiar.

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Juan se muda a un polo Industrial, labura como operario, se delira el dinero, muchas
putas, mucha cocaína, mucho delirio, mucha locura (locura sin ninguna consistencia
teórica). Esta marcha, esta compulsión al exceso, dura dos años.

- Coordinadora: ¿cuántos años tenía él ahí?

- Analista: veinticinco-

Algo sucede ahí, y decide abandonar el trabajo. Vuelve a la casa de sus padres
quedando él solo, ya que los hermanos se casaron y se fueron. Los padres ya
estaban rehabilitados.

Juan en vez de salir a laburar se encierra, toma esa posición de encierro e

inhibición, cosa que a la familia le asombraba, ya que ninguno ha pasado x
eso.

Por el trabajo con los padres se dilucida que Juan comienza a ir a una iglesia
evangelista pero no se congrega (en los grupos), sino que acumula material
para leer y se encierra.

Comienza a surgir un gran malestar familiar. La familia comienza a pensar

que Juan se está haciendo el pelotudo, mira la tele, se encierra… cobra un
estatuto en la voz del padre, que al principio lo toma como algo gracioso pero
después no. “Si come y vive en la casa, va a tener que laburar y aportar”.

Esto crece hasta que en una discusión con el padre; en un momento Juan se
enloquece, sale a la calle, escapando de estos comentarios, toma un palo y
golpea a dos personas: a una la mata y la otra queda gravemente secuelada.

Esta situación no es registrada casi por él; él piensa que mató a las dos. Da
vueltas por el barrio, sacado de sí, gritando y rompiendo autos. No hay huída,
se suceden algunos minutos y Juan es atrapado por la policía y llevado a la
comisaria.

Ante la inmediatez del crimen el morbo popular es visualizar allí a un

criminal. Juan es llevado a la comisaria.

La verdad del asesinato aparece como la que se plasma, y es la fuerza de la

ley; no habría algo que podría plasmarse como diferente.

Juan transcurre semanas en la comisaria, y luego es trasladado a una unidad

penal de Santa Fé.

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Ahora.. ¿Este tipo tiene que estar ahí encerrado? ¿En qué lugar tiene que
estar?

El tiempo que transcurre desde la comisaria al penal es de varios meses. En

ese período tiene delirios persecutorios.

- Coordinadora: ¿ustedes cómo lo encontraron?

- Analista: en carne viva, tomado por el peligro que iba a venir sobre él. . no se
le da escucha alguna, ya que instalado en el universo del perverso no se le da
escucha alguna.

¿Cuál es la operatoria subjetiva? ¿Qué es lo que pasó que a todas luces es

posible encontrar toda una matriz de proyecciones persecutorias?...

Nada de la carpintería del perverso nos ayudaría a visualizar nada del sujeto.

Después de varios meses y de la intervención de la justicia, más tarde que

temprano, llega a lo que se ha dado en llamar “El corralito”. El corralito es un
dispositivo para alojar a toda persona, declarada inimputable que necesita
medidas de seguridad y esté privada de su libertad.

Después de cuatro meses como preso, la secretaría de Derechos Humanos

recibe una denuncia e interviene. Se lo incluye en el dispositivo que
administra Salud Mental y está dentro de la unidad, ahí el equipo conoce a
Juan.

Juan estaba muy tomado por impresiones paranoicas y por medicaciones que
aplastaban la subjetividad del paciente.

Llega al corralito y es alojado en las Leoneras, unidades de aislamiento,

calabozos.

Este espacio, si bien es apoyado por el Ministerio de Salud, tiene como base
lo penitenciario.

Se me presenta el paciente y comienzo a preguntarme de que manera puedo

trabajar con él.

Aquí ya puedo empezar a hablar de mí. En el principio tenía un cagazo al

entrar a la cárcel.

¿Qué hacer?, ¿cómo ponerse a laburar con un paciente que está tomado
fuertemente por una medicación que lo aplaca y por unas proyecciones
paranoicas?

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- Coordinadora: ¿cómo estaba compuesto el equipo?

- Analista: Por psicólogos, psiquiatras a medias.. abogados, trabajadores

sociales y enfermeros.

El dispositivo tiene una historia de veinticinco años, de lugares desestimados

e insensibilizados, prácticas de la psiquiatría polidura, que medicaban al
paciente con los fines de que no joda.

Este equipo del cual formé parte era nuevo, y mientras se sostuvo nos hizo
felices

¿Cuál era el proyecto de trabajo con estos pacientes?

En primer lugar poder alojar la angustia en algún lado.

Las instituciones totales no dan lugar a aquello que pudiera dar lugar a una
diferencia, ya que era considerado como un insulto.

Trabajé distintas líneas:

1- Trabajé sobre el interior mismo del dispositivo, que era comandado por un
representante que había hecho que el destino psicopatológico se
combatiera con la farmacología. Traté de no combatir, para tratar de
habilitar otro modo de tratamiento.

2- 2- laburé con la justicia, con los jueces. Es necesario que quien está en
este oficio trabaje conjuntamente con los juzgados, relación que no
siempre es posible.

3- Laburé con la familia de Juan.

Ya ven que me ocupé primero del dispositivo, segundo de la superestructura

judicial, tercero del universo familiar, y en cuarto lugar recién me queda el
paciente.

La familia no pudo entender lo que había pasado, con lo cual quedaron

pegados a la condición traumática, sin otro modo de ubicarlo que no fuera
desde lo reactivo. “Es nuestro hijo, peor cometió un acto criminal”. Aparece
la manifestación de la ambivalencia: por un lado “este hijo de puta qué hizo”,
y por el otro, “pero es nuestro hijo”. En ese momento no había posibilidad de
introducir algo de la locura.

- Coordinadora: ¿cómo eran tus intervenciones frente a estos dichos?

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- Analista: Es más que nada poder escuchar la novela fallida que habían
construido, y poder introducir un elemento catalizador, cuando en la familia
todavía no podía introducirse algo raro.

En un primer momento, fue la de acompañar para poder llegar al fracaso, a

esta novela fallida, a estos argumentos inválidos. Y a partir de allí poder
comenzar a contar otra historia.

La pregunta es: ¿Qué podría haber sucedido con este hijo a partir de lo
sucedido?

La familia pudo empezar a ver la historia de otra manera. Comenzó a

resignificar cuestiones de la vida: “¿vos te acordás cuándo no venía a casa o
no llamaba?”, “¿vos te acordás el día que ..?.

Cuando Juan asiste al hospital, nada del delirio es reconocido, aunque hay
situaciones que podrían o no tomarse como previas al brote.

Con elementos nuevos pudieron empezar a pensar algo que tenía que ver con
la que pudieron habilitarse espacios de consultorios (pocos) para generar lazos
transferenciales.

A partir de ahí la familia pudo comenzar a visitarlo. Con la asistente social

comienza a trabajarse las salidas terapéuticas. Después de un año y medio
Juan pudo comenzar a salir; esto fue pedido por el equipo.

- Coordinadora: ¿cómo Juan advierte esto del equipo?

- Analista: Nosotros como equipo de trabajo transitábamos por la cárcel de un

modo bastante libre, y le decíamos: “Acompañame que vamos a hablar con el
juez”, “ Acompañame que vamos a escribir un oficio”, “ Acompañame.. “
Que el reconozca desde el lugar donde está que era diferente, que no era un
preso.

- Coordinadora: ¿cómo se presentaron?

- Analista: como el equipo de laburo, que no pertenecíamos al servicio

penitenciario, sino a una instancia de salud.

- Coordinadora: ¿nos podes contar cómo fue ese encuentro?

- Analista: la presentación fue complicada, ya que nos quiso cagar a palos,

porque estaba tomado por la cuestión persecutoria. Como no nos pudo
agredir, se cortó.

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Juan no venía medicado apropiadamente, y por supuesto iba a reaccionar

como reaccionó.

- Coordinadora: ¿por qué “por supuesto”?

- Analista: porque él venía el pabellón con otros presos, quiso irse. No quería
estar ahí, sino en el pabellón de los presos, quería estar inscripto en ese lugar.

Para trabajar con él, nosotros en un principio, nos ofrecíamos a que nos
despreciara, a que sea agresivo con nosotros, porque así íbamos a formar un
lazo transferencial, desde la agresividad. En un segundo momento aparece el
pedido del equipo de mate, la posibilidad de matear, mantuvimos mucho
tiempo tomando mate con él en silencio, hasta que empezó a preguntar por la
familia, le preguntamos si quería verla.

Va apareciendo la posibilidad de contar, aunque sea a cuenta gotas, algo de lo

que le pasaba. De los sucesos no cuenta nada, sí como se deliraba en Buenos
Aires.

Empezó a narrar cuantos fantasmas se sucedieron cuando se caen sus padres,

el universo se torna amenazante.

La familia ya se había corrido un poco del lugar del lugar del primer
momento. Pudimos hacer que se encontrara con su familia, y a partir de allí
comenzó a narrar con más fluidez su historia.

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