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Facultad de Filosofía
Bogotá
elepricoyelgordo@hotmail.com
Resúmen
2 Ibídem. pág 1
condiciones precisas de una filosofía que pueda conferir algún “sentido”
a tales enunciados y al tiempo de su datación.
En primer lugar hay que notar que las ciencias experimentales nos
hablan hoy de un tiempo que precede tanto a la relación de la
conciencia con el mundo como de todo mundo catalogado; nos hablan
de acontecimientos anteriores a toda forma de vida. En segundo lugar
hay que notar que lo hace bajo presupuestos realistas. Hoy sabemos, sin
embargo, que después de Hume y de Kant cualquier filosofía debe tener
en claro que la idea de un conocimiento de las cosas en sí mismas,
separadas de un sujeto relativo a las mismas, supone la existencia de
algún tipo de absoluto. Supuesto que, si es ignorado por quien lo afirma,
evidentemente pone al descubierto su ingenuidad.
3 Ibídem. Pág 4.
contradicción de todo pensamiento de este tipo es inevitable. Pero un
realismo no ingenuo, afirma Meillassoux, supondría ante todo que el
pensamiento es contingente en tanto es posible pensar su no tener lugar
futuro y su no haber tenido lugar. Tal realismo no implicaría además que
necesariamente el conjunto de lo dado subsistiese tal y como le es dado
sin la intervención del pensamiento. Este realismo se sostendría guiado
por la clásica distinción entre cualidades primarias y secundarias
elaborada por Locke. Distinguiría entre las determinaciones que en lo
dado son relevantes para la subjetividad y aquellas que son intrínsecas a
una realidad independiente.
4 Ibídem. Pág 6.
referencia sólo tiene lugar por un lenguaje y lo “donado” sólo por una
conciencia. De tal manera que el mundo sólo adquiere sentido en tanto
dado a una conciencia o bien dentro del ámbito de algún juego de
lenguaje.
2. Contra Meillassoux
(After Colletti)”
. En The Speculative Turn. Anamnesis. Australia, United Kingdom, United States. 2011.
Pág 91.
La doble significación de “absoluto” que nota Toscano es, sin
embargo, superable dentro de la argumentación de Meillassoux pues el
último llama absoluto a “algo” que sea exterior a la correlación. Algo que
no podría ser un ente en tanto si lo fuese se caería inevitablemente en el
dogmatismo. El problema radica en el intento de Meillassoux de escapar
del realismo dogmático que lo lleva a sostener como absoluto la
contingencia de la necesidad o contingencia de la correlación
pensamiento-mundo. En este punto Meillassoux es muy hábil al mostrar
que la posibilidad de que la correlación sea contingente o no es un
absoluto que se logra establecer sustractivamente. A saber, el absoluto
de Meillassoux es la archifacticidad de la correlación: si bien no podemos
pensar el otro de la correlación pero tampoco podemos afirmar que la
correlación es necesaria o contingente, sabemos que es posible que la
correlación sea contingente. Esa posibilidad es para Meillassoux el otro
de la correlación y por ende el absoluto. Es una posibilidad exterior a la
correlación en tanto hace posible la abolición del pensamiento, es decir,
hace posible la contingencia de la correlación.
9 Ver Gabriel, Markus. ¿Contingencia o necesidad? Schelling y Hegel acerca del status
modal del espacio lógico. Ideas y valores. Número 142. 2010. pág 14. Edición digital
disponible en:
http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/14398/15215
Lo que considero que no nota Gabriel es que la contingencia
absoluta es pensable como estrictamente contradictoria. Como esta es
anterior o exterior a todo devenir en tanto capaz de abolirlo es posible
que sea inconsistente. Además como algo atemporal admite cualquier
contradicción posible, pues no se mueve, no solo podría sino sería
contradictorio. Todo esto es pensable sólo de manera sustractiva y en
esto consiste el verdadero logro de Meillassoux, en sostener que es
gracias una incapacidad del pensamiento que se logra acceder a lo
absoluto. La experiencia que el pensamiento tiene de la contradicción es
siempre una experiencia sustractiva, pues hay que notar que la
correlación enmarca el pensamiento de lo en sí dentro de la no
contradicción. Cuando se supone que la cosa en sí es no contradictoria,
como lo hace Kant, bajo la idea de que lo lógicamente contradictorio es
imposible, se omite que es precisamente lo contradictorio lo único que
puede ser necesario en tanto no carece de nada y se confunde la
imposibilidad de existencia temporal de algo lógicamente contradictorio
con la imposibilidad de algo contradictorio atemporal.
«El espacio lógico abarca entre otras cosas todo lo que es posible, porque todos
los campos de objetos sólo pueden ser diferenciados en general en un espacio lógico
en el que ellos son referidos unos a otros. Los ámbitos de objetos son formaciones
inteligibles. Ellos sólo existen sobre la base de operaciones que forman conjuntos. Si
“existir” supone aparecer como elemento en un ámbito de objetos, entonces el
espacio lógico mismo no existe, pues en últimas él mismo no tiene lugar una vez más
como elemento en un ámbito de objetos. De lo contrario, tendría que haber un ámbito
de objetos de nivel superior en el cual el espacio lógico tendría su lugar entre otros.
Por eso el espacio lógico es justamente sólo un hueco ontológico, el vacío por
antonomasia, pues se distingue de los otros ámbitos de objetos en cuanto él no es uno
de ellos»11.
11 Ibídem. Pág 4.
El espacio lógico no es por ende algo a lo que pertenezca un
elemento, pero todo aquello a lo que pertenece algún elemento, es lo
que es por el espacio lógico. De tal manera que el espacio lógico
permite la diferenciación de cualquier ámbito de objetos, no porque al
mismo pertenezcan todos pues a este nada pertenece, sino porque está
incluido como subconjunto o subámbito en todos los ámbitos de objetos.
Espacio lógico es otro nombre para el ser-en-tanto-ser, vacío o
hipercaós, que adviene a toda presentación.
BIBLIOGRAFIA
(After Colletti)”