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TEMA 17: EL RÉGIMEN DE FRANCO.

1.- Fundamentos ideológicos, bases sociales e instituciones del régimen franquista.

Terminada la Guerra Civil, España estaba completamente destrozada


demográfica, social y económicamente. Con el fin de la guerra no llega la paz,
dedicándose Franco a borrar toda huella de la sociedad republicana existente.
Los historiadores han denominado a este periodo franquismo, pues la dictadura
de Franco tuvo un carácter personal con características de otro tipo de dictaduras, pero
sin un cuerpo ideológico claro y homogéneo. Franco era un militar, su repertorio
político es pobre, basado en el concepto militar de la vida y el tradicionalismo católico.
Las distintas familias políticas que apoyaban al régimen fueron aportando principios
ideológicos con mayor o menor vigencia dependiendo de las circunstancias internas y
externas a las que se enfrentará el régimen, pues su gran característica fue su
acomodación a los distintos tiempos y el reparto de poder entre las distintas familias,
con un objetivo claro: acaparar todo el poder y perdurar en el tiempo, ambas cosas las
consiguió Franco.
La dictadura de Franco no puede catalogarse como fascista, no obstante, en la
primera época, se aproximó mucho y guardó muchas similitudes. De todas las
dictaduras de esta época la que tuvo más duración en el tiempo fue la de Franco. Para
ello el régimen se vertebró sobre unas bases sociales e institucionales que garantizaron
su permanencia en el poder durante casi cuarenta años, contando además con la
despolitización de las clases populares, otra de las claves para entender su larga
duración.

1.1.- Fundamentos ideológicos


Los sublevados encontraron la respuesta a sus necesidades en la figura de
Francisco Franco, que, a lo largo de toda la dictadura, hasta su muerte en 1975,
concentró en su persona la potestad e iniciativa legislativas, se rodeó de gobiernos
formados por ministros de su total confianza y no contó con un Parlamento
representativo ni una Constitución que limitara sus poderes. Con el tiempo, sin
embargo, se promulgaron un conjunto de leyes (denominadas Leyes Fundamentales) y
la Ley de Principios del Movimiento Nacional en 1958.
Aunque el régimen evolucionó, impulsado por las circunstancias, los cambios
sociales y económicos y la presión popular, permaneció siempre fiel a sus principios
iniciales y nunca abandonó su carácter de dictadura personal.
La ideología del régimen, que se identificaba con el pensamiento de las derechas
conservadoras y autoritarias europeas de entreguerras, pervivió, con algunos matices,
hasta los años setenta. Los rasgos principales de esta ideología fueron los siguientes:

*En el inicio de la formación del Estado franquista, Franco optó por el fascismo
italiano como modelo y, por tanto, la falange, el partido fascista español, aportó un gran
bagaje ideológico. Suyas son ideas como hipernacionalismo, la ética de la violencia y
represión, machismo (una mujer nunca se sentó en el Consejo de Ministros de Franco),
la idea de España como Imperio, la exaltación del líder, la dirección paternalista de la
sociedad, la organización sindical de sindicatos verticales, el adoctrinamiento político
de la juventud (OJE) y la mujer (Sección Femenina).

*Rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y nostalgia de etapas pasadas


en las que España triunfaba. Se añoraba la época de los Reyes Católicos, cuyos

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símbolos, el yugo y las flechas, emplearon tanto los falangistas como el régimen en su
conjunto. Se idealizaba el Imperio de los Austrias y, muy especialmente el de Felipe II.
Con él se equiparó a Franco, considerado un nuevo cruzado contra los liberales, los no
católicos y los marxistas.

*Aversión hacia las instituciones políticas liberales y la democracia


parlamentaria, identificadas con la “masonería” o la “judeomasonería”, a las que se
hacía responsables de la decadencia nacional. A partir de los años sesenta, el lenguaje se
moderó y simplemente consideró que el liberalismo era inadecuado como modelo
político para España.

*Represión durísima del marxismo y del comunismo y, en general, de todo el


movimiento obrero. Las condenas a muerte contra activistas de izquierda duraron
prácticamente hasta el final del régimen. El anticomunismo franquista le permitió
romper su aislamiento internacional durante la guerra fría.

*Un exacerbado nacionalismo, combinado con la xenofobia y el catolicismo más


conservador. Este se convirtió en la religión oficial del Estado, ya que se consideró parte
esencial del “alma española”. De ahí provino la moral, el tradicionalismo, el
anticomunismo y el antiliberalismo. En la forma de vestir, de salir, de relacionarse, de
casarse o de la educación, o las relaciones sexuales reimpuso la moral católica más
conservadora. Con el tiempo, la identificación entre el régimen y el catolicismo motivó
el rechazo de numerosos sectores de progresistas de la Iglesia católica. El nacionalismo
se entendió de forma centralista y exclusivista, lo que supuso la desaparición de
cualquier indicio de autonomías y nacionalismos periféricos, a los que se consideraba
separatista y antiespañoles. Se prohibió el uso en actos públicos, escuelas e iglesias de
los idiomas catalán, vasco y gallego.

1.2.-Familias políticas
Católicos:
Se dividen en dos familias. Los católicos tradicionalistas y los del OPUS DEI.
La familia política católica siempre tuvo ministerios, teniendo reservados generalmente
el de Educación y Asuntos Exteriores. De 1943 a 1957 fueron los que tuvieron la
hegemonía política.
Los católicos tradicionalistas fueron sustituidos a partir de 1957 por el OPUS
DEI, imponiéndose la cultura tecnócrata. Son un grupo de técnicos que se declaran
apolíticos y que impulsan el desarrollismo económico. A partir de la década de los
sesenta dominan tanto las altas como las medias esferas del poder.

Los falangistas o el Movimiento


El falangismo también estuvo presente siempre en los Consejos de Ministros
(eran suyas generalmente las carteras de Agricultura y Trabajo) y en la sociedad
española. Tuvo su hegemonía en los inicios de la dictadura. Del Movimiento van a salir,
al final del régimen otras dos familias: el bunker o los inmovilistas y los aperturistas
liderados por Solís y Fraga que les van a disputar el poder a los tecnócratas.

Militares
El ejército fue el principal sostén del régimen y el artífice de la victoria sobre los
republicanos. El ejército estuvo siempre firmemente controlado por Franco y

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subordinado a su persona, por ello nuca fue un grupo de presión. Los militares siempre
estuvieron presentes en el Gobierno (como mínimo 6 ó 7 miembros).

Los franquistas puros


Un importante sector, pronto presidido por Carrero Blanco hasta 1973. Solían
ser técnicos independientes o sin adscripción a ninguna familia política, pero siempre
con fidelidad y adhesión incondicional al Caudillo.

Podemos distinguir tres grandes etapas ideológicas durante la dictadura


franquista:
-La etapa falangista, la más cercana al fascismo, de 1939 a 1942, también
conocida como etapa azul.
-De 1943 a 1957 la ideología predominante es el nacionalcatolicismo tradicional.
-Y de 1957 a 1975 domina la tecnocracia, el desarrollismo económico.

1.3.- Bases sociales


Franco contó con el apoyo de la inmensa mayoría de la sociedad española. A
ello tenemos que añadir dos precisiones. En la autarquía, sobre todo hasta 1948, la
represión fue tan feroz que la oposición existente desapareció física o presencialmente,
bien fuera por su eliminación o su paso a la sociedad pasiva. Franco intentó y consiguió
la “despolitización” de la inmensa mayoría de los españoles. La segunda matización es
que a partir de los sesenta aparecen grupos sociales muy dinámicos que se oponen a la
dictadura de Franco, como los estudiantes, los obreros o un sector de la Iglesia, influido
por las ideas del Vaticano II.
No obstante, los apoyos mayoritarios provinieron de la oligarquía terrateniente,
financiera e industrial, sin olvidar el peso del pequeño propietario agrícola de la mitad
norte y la masa de funcionarios y beneficiados por el régimen. Las clases medias, que
conocieron su eclosión a partir de la década desarrollista, apoyaron mayoritariamente al
régimen, presentando un matiz conservador bastante fuerte.

1.4.- Los pilares del régimen


El ejército
Los militares tienen una presencia muy significativa en la vida de la sociedad
franquista, participan en todo tipo de tribunales, de actos públicos o de actos sociales.
Controlaban la represión, dirigían la policía, participaban en la política económica y
aportaron muchos símbolos y claves ideológicas del Régimen a través de la doctrina del
caudillaje militar. Por ello, aunque estaban muy mal pagados guardaron una escrupulosa
fidelidad a Franco y su régimen, estando orgullosos de su victoria y el lugar de honor
que tenían en el régimen.
La Iglesia
Desde el principio la guerra fue calificada como “cruzada” y la Iglesia aportó
legitimidad interior y exterior al régimen, además se convierte en un eficaz instrumento
de propaganda de la ideología del régimen. Franco entraba bajo palio en las Iglesias y
nombraba obispos y cardenales, a cambio el predominio y prestigio social de la Iglesia
era inmenso; se les devolvió el control de la educación, restablecimiento de las
retribuciones económicas e incluso el control de los profesores o políticos locales.
El Movimiento
El partido político fundado por José Antonio Primo de Rivera fue desvirtuado
por Franco al integrarla dentro del movimiento nacional, junto con los tradicionalistas
carlistas y las JONS. Con ello se redujo su papel a ser la cantera para aprovisionar al

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régimen de cuadros organizativos o dirigentes, siempre que les prestaran fidelidad
inquebrantable. En la primera etapa tuvieron el predominio, pero tras la derrota de las
potencias del eje fue disminuyendo su jerarquía. A pesar de ello siempre surtió al
régimen de los principios ideológicos necesarios y de los cuadros de sus dirigentes. Otro
papel fundamental fue el encuadramiento y adoctrinamiento de de las masas, para ello
creó distintas instituciones como los sindicatos verticales, el SEU, la Sección Femenina,
el frente de juventudes o la OJE.

2.- Evolución política y coyuntura internacional

El régimen de Franco puede dividirse en cuatro etapas cronológicas:


*La construcción del régimen (1939-1951)
*La consolidación del régimen (1951-1959)
*El desarrollismo (1959-1973)
*La agonía del régimen (1973-1975).

2.1.- La construcción del régimen (1939-1951)


Este periodo también conocido como primer franquismo, presentó una serie de
características.
Entre 1938 y 1942, la figura más relevante del régimen fue Ramón Serrano
Súñer (el cuñadísimo), ministro de Gobernación en el primer Gobierno de Franco,
febrero de 1938. Este político fue el encargado de diseñar un Estado al que dio un tinte
fascista o nacionalsocialista. El partido único, FET de las JONS, solo aportaba cierta
cobertura formal en el Gobierno y en los restantes organismos, y no llegó a convertirse
en un movimiento de masas.
Se combinaron habitualmente, en esta época, ministros de las distintas facciones
o familias del régimen: predominaron durante estos años los ministros de origen
falangista y los militares. También participaron los católicos, aunque en minoría.

La proyección exterior del régimen durante la Segunda Guerra Mundial se


concretó en una postura de no beligerancia, en realidad un apoyo apenas disimulado
hacia la Italia fascista y la Alemania nazi, los aliados de Franco durante la Guerra Civil.
Aunque España no intervino en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno
franquista suministró materias primas de carácter estratégico, cooperó en la invasión de
la URSS a través de la División Azul y permitió los bombardeos sobre Gibraltar. En el
protocolo firmado en 1940 entre Hitler y Franco en Hendaya, se acordó la entrada de
España en la guerra a cambio de recuperar Gibraltar y obtener territorios en el África
francesa. Finalmente, España no intervino en la guerra.
A partir de 1942, Serrano Súñer perdió influencia política, debido en parte a las
críticas de ciertos sectores del ejército y la derrota del eje italogermano en la Segunda
Guerra Mundial. Como consecuencia, Franco adoptó una postura internacional algo más
neutral.

Desde 1945, coincidiendo con el final del conflicto mundial y con el triunfo de
los aliados, se incrementó la influencia política de los católicos en los gobiernos
franquistas. Una de las figuras más representativas de este grupo, Alberto Martín Artajo,
asumió la cartera de Asuntos Exteriores (1945-1957), cargo desde el que buscó obtener
el favor de los aliados vencedores y de la opinión pública internacional, lo que
consiguió con mucho esfuerzo.

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Se inició a partir de este momento una etapa de nacionalcatolicismo, en la que
comenzó a destacar como “hombre fuerte” del régimen el almirante Luis Carrero
Blanco, subsecretario de la presidencia y próximo a Franco. Se sometió totalmente a los
falangistas, a quienes se otorgó a cambio el Ministerio de Trabajo y el control de los
sindicatos. Se suprimió el saludo brazo en alto o romano, utilizado en los primeros años
del franquismo como saludo oficial.

En el ámbito legislativo se realizó una labor “constituyente” para dotar al nuevo


Estado de un entramado jurídico que lo legitimara y lo equiparara, al menos en
apariencia, con otros estados europeos.
Entre las nuevas normas figuraba el Fuero del Trabajo (1938) que regulaba las
relaciones laborales y prohíbe el derecho de huelga. Estamos dentro de la Guerra Civil.
Constituye la primera ley fundamental e intento de institucionalización del régimen. La
victoria estaba cerca y su autoridad dentro del bloque nacionalista era incontestable. A
este le acompañaron una serie de Leyes Fundamentales:
*La Ley Constitutiva de las Cortes (1942), mediante la cual se creó una
asamblea consultiva formada por delegados corporativos (los procuradores) que
representaban teóricamente a sindicatos, familias y municipios, aunque en la práctica
constituían una prolongación de las instituciones franquistas. Este sistema político fue
denominado democracia orgánica.
*El Fuero de los Españoles (1945), que recogía unos “derechos y deberes
fundamentales” concedidos por el dictador; los derechos estaban muy limitados, ya que
no se podían atacar los principios fundamentales del Estado ni la “unidad espiritual,
nacional y social” del país.
*La Ley de Referéndum Nacional (1945), que preveía la posibilidad de una
consulta “popular” mediante plebiscito o referéndum.
*La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), que concedía a Franco la
prerrogativa de nombrar a su sucesor; se afirmaba que España era “un reino” y se
incluía la promesa indeterminada de restauración monárquica una vez que Franco
estuviera incapacitado para gobernar o hubiera muerto, El sucesor del general debería
acatar las Leyes Fundamentales del Movimiento; no se mencionaba a los Borbones.
Esta ley fue aprobada en referéndum por más de un 94% de votos.

Después de 1945 comenzó para España una etapa de ostracismo internacional.


El régimen fue condenado por la ONU, y todos los embajadores abandonaron el país,
que fue bloqueado diplomática y económicamente.
El bloqueo fue interrumpido por el Gobierno argentino presidido por Perón entre
1946 y 1948 y por la banca estadounidense poco después. Posteriormente, el contexto
internacional de la guerra fría y el anticomunismo imperante en el bloque occidental
llevó a los Estados Unidos a acercarse al régimen de Franco y a restituir a su embajador
en España en 1950.
Pese a todo, el aislamiento de España continuó, ya que nuestro país no pudo
incorporarse a la OTAN, creada en 1949, ni a la CEE, constituida en 1957, debido en
gran medida al carácter antidemocrático del régimen.
En materia económica, el primer franquismo se caracterizó por una política de
intervencionismo estatal rígido que buscaba la autarquía, es decir, la autosuficiencia
económica. La gran escasez de casi todos los productos suscitó las primeras protestas
sociales y huelgas relevantes (1951) que impulsaron algunos cambios políticos y
económicos en el país.

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2.2.- La consolidación del régimen
Durante este periodo se produjeron transformaciones orientadas a solucionar los
problemas planteados por las protestas de 1951; se eliminaron, así mismo,
progresivamente algunos aspectos de la política autárquica y aislacionista característicos
de la época anterior. La culminación de este proceso fue la puesta en marcha del Plan de
Estabilización y la visita a España del presidente estadounidense Eisenhower. Ambos
acontecimientos tuvieron lugar en 1959.
Entre las señas de identidad de esta etapa se pueden señalar las siguientes:
*La tendencia católica creció. Se mantuvo el Gobierno nombrado por en 1951
Martín Artajo. El contrapeso a las reformas correspondió al falangista Arias Salgado,
quien estaba a cargo del Ministerio de Información y Turismo e impuso una severa
censura de prensa. Carrero Blanco se consolidó como la mano derecha de Franco.
*En 1956 se produjeron entre los universitarios, lo cual obligó a Franco a
realizar un nuevo cambio en 1957. Los ministros católicos, ahora del Opus Dei, fueron
conocidos como tecnócratas. Este quipo, con López Rodó a la cabeza, diseñó el Plan de
Estabilización de 1959 y fue también el artífice del crecimiento económico de los años
sesenta.
*Se tendió a una mayor liberalización económica, aunque se adoptó una línea
represiva en los ámbitos social y político. También se completó la institucionalización
del régimen, eliminando símbolos seudofascistas del periodo anterior y organizando la
burocracia a través de la Ley de Procedimiento Administrativo (1958).
No se abandonó la línea política esencial del régimen, resumida en la defensa de
la unidad de España, la prohibición de partidos políticos y la democracia orgánica. Esta
ideología se plasmó en la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), en la que
se definía al régimen como una “monarquía tradicional, católica, social y
representativa”.
*Después de 1950, las relaciones diplomáticas del régimen mejoraron. La
España franquista resultaba útil a Estados Unidos para su política de contención del
comunismo, ya que, a pesar del carácter antidemocrático del Gobierno, constituía una
plataforma para su red de bases militares.
En este contexto, en septiembre de 1953 se firmaron una serie de pactos con
Estados Unidos que suponían la integración económica y militar de España en los
planes estratégicos de la potencia líder del bloque occidental. Los acuerdos firmados
permitían a los estadounidenses construir bases militares en Torrejón, Zaragoza, Morón
de la Frontera y Rota.
A cambio, Franco obtenía lo que quería, es decir, seguridad económica y militar
para su régimen. Estos acuerdos significaron, por otra parte, un importantísimo recorte
de la soberanía nacional y de la libertad de acción internacional, lo cual entraba en
abierta contradicción con una política que se autodeclarada ultranacionalista.
España se convertía, además, en un satélite en la órbita de Estados Unidos,
aunque no entró a formar parte de la comunidad occidental como miembro de pleno
derecho, ya que no disfrutó de las ayudas del Plan Marshall y su ingreso en la CEE y la
OTAN fue vetado. No obstante, España fue admitida en la ONU en 1955. Poco antes,
en 1953, se firmó con la Santa Sede un Concordato que consagró la confesionalidad
católica del Estado español: la religión católica era obligatoria en la escuela, el único
matrimonio válido era el religioso (indisoluble), la Iglesia era mantenida por el Estado y
estaba exenta de impuestos. A cambio, a Franco se le reconocía el derecho de presentar
al papa los candidatos a obispos.

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2.3.- El desarrollismo (1959-1973)
En la última etapa del régimen de Franco desaparecieron prácticamente los
últimos vestigios falangistas. Este periodo se conoce como desarrollismo, ya que se
produce un vertiginoso, aunque desequilibrado, crecimiento económico que transformó
totalmente la sociedad española y contribuyó a un notable aumento de la oposición al
sistema.
Las características políticas de esta etapa siguieron siendo el mantenimiento del
inmovilismo institucional y la política represiva. Sin embargo, esta situación contrastaba
con los acelerados cambios económicos y sociales que estaban teniendo lugar en
España.

Aunque no modificó sus principios esenciales, el régimen adquirió una


apariencia más moderna para garantizar su continuidad. Era necesario dotarlo de
instituciones viables que propiciaran su supervivencia. Por ello, en 1962 franco
remodeló el equipo ministerial y nombró un vicepresidente, el general Muñoz Grandes.
En este y en los gobiernos sucesivos, el peso “tecnocrático” fue cada vez mayor. Se
procedió, además, a promulgar una nueva Ley Orgánica del Estado (1967), votada en
referéndum en diciembre de 1966, que diseñaba en líneas generales la España posterior
a la muerte de Franco.
Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, promovió la
aprobación de la Ley de Prensa e Imprenta (1966), que suprimía la censura previa y la
sustituía por multas y suspensión de las publicaciones que fueran críticas al sistema.
En esta etapa final del franquismo se produjo (1969) el nombramiento de Juan
Carlos de Borbón como sucesor; para ello, el heredero a la jefatura del Estado hubo de
jurar lealtad a la Ley de Principios del Movimiento Nacional.

Al margen de estas “concesiones”, el régimen endureció su represión a partir de


1967. En esta etapa comenzaron a abundar, entre los partidarios de Franco, civiles y
militares que consideraban que se estaba yendo por una línea excesivamente “liberal” y
pedían la vuelta al espíritu de la sublevación militar de 1936. Este sector del franquismo
se mostraba temeroso de lo que pudiera ocurrir tras la muerte del dictador, y fue
denominado por la oposición el búnker, es decir, el último refugio de la resistencia del
sistema.
La división en el seno de los partidarios del régimen se hizo notoria con el
estallido del escándalo MATESA (1969), que provocó una crisis gubernamental y el
nombramiento de un nuevo gabinete con Carrero Blanco como vicepresidente.
La “liberalización” del régimen se detuvo a partir de esta fecha, produciéndose
una pugna entre los inmovilistas (ultrafranquistas) y los aperturistas (reformadores).
Además, dos acontecimientos ocurridos en 1973 frenaron bruscamente las
transformaciones del régimen:
-En el ámbito económico se produjo una crisis energética internacional que en
España se prolongó y acrecentó durante los años siguientes.
-En el ámbito político tuvo lugar el asesinato, en atentado terrorista, de Carrero
Blanco, el hombre que se postulaba como sucesor de Franco tras su muerte.

En política exterior se mantuvieron los acuerdos con Estados Unidos se


mantuvieron y se solicitó el ingreso en la CEE (1962). Aunque no se logró, se firmaron
varios acuerdos comerciales con algunos países europeos que implicaron una rebaja de
aranceles para los productos españoles.

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Prosiguió, así mismo, el proceso de descolonización de las posesiones españolas
en África:
-Se produjo la independencia de Guinea Ecuatorial (1968), un nuevo Estado
compuesto por varias islas y una franja continental.
-La cesión de Ifni a Marruecos (1969). Sin embargo, la independencia del
Sahara Occidental fue bloqueada por Carrero Blanco, lo cual tendría consecuencias muy
negativas en el futuro.

2.4.- La agonía del régimen


Después de la muerte de Carrero Blanco, ocurrida en una situación de crisis
económica creciente, Franco nombró presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro,
representante de la línea “dura” del franquismo, que había sido Director General de
Seguridad y ministro de Gobernación (instituciones encargadas de la represión y el
orden público).
Tras el nombramiento de Arias Navarro, López Rodó y los tecnócratas fueron
apartados del poder; el nuevo Gobierno, compuesto por ministros de extracción
falangista, fue incapaz de conciliar unos propósitos aperturistas teóricos (conocidos
como el espíritu del 12 de febrero) con una represión práctica que decepcionó a los
franquistas más conservadores y también a los aperturistas deseosos de reformas.
Finalmente, en noviembre de 1975, fallecía el dictador, dejando tras de sí un
Estado que se derrumba y al que solo mantenían en pie su figura y un relevante aparato
represivo.

3.- Las transformaciones económicas: de la autarquía al desarrollismo.


3.1.- La España de la autarquía (1939-1951)
Tras la Guerra Civil, el franquismo adoptó una política económica de autarquía,
es decir, muy dirigista e intervencionista, y de aislamiento y autosuficiencia con
respecto al mercado exterior. Como consecuencia, se produjeron un estancamiento
económico generalizado, escasez, hambre y el racionamiento de productos básicos. La
adopción de esta política se debió a las siguientes causas:
*Las enormes pérdidas materiales (sobre todo en infraestructuras de transporte)
y de capital humano ocasionadas por la guerra.
*Los obstáculos internacionales, como la Segunda Guerra Mundial y la condena
del régimen por parte de la ONU. Ambas dificultaron el abastecimiento exterior y la
apertura de la economía española.
*El nacionalismo económico proteccionista adoptado por el régimen como la
ideología oficial siguiendo las políticas de la mayoría de los países tras la crisis de 1929
y muy especialmente la economía militarista de los países fascistas y otros regímenes
autoritarios. Esta tendencia aislacionista e intervencionista estaba presente en la
economía española desde la Restauración, el franquismo la elevó a la máxima
expresión.

La agricultura
En este contexto, la agricultura entró en una profunda crisis: la producción
descendió de manera alarmante y hubo escasez de productos básicos. Además, no se
promovió ningún tipo de reforma sobre la propiedad de la tierra. El organismo
encargado de coordinar la política agraria fue el Servicio Nacional del Trigo, creado en
1937, que intervenía los precios de los cereales y las legumbres estableciendo tasas o
precios fijos. Los agricultores se veían obligados a vender al Estado sus productos a
bajo precio, lo cual provocaba la disminución de las cosechas y el cultivo de productos

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menos intervenidos por el Estado. La carestía hacía crecer el mercado negro. Se
impusieron, hasta 1952, las cartillas de racionamiento, unos documentos personales que
la Administración sellaba a cambio de una pequeña ración de productos básicos.
Todo esto, unido a las malas cosechas y las pertinaces sequías que se dieron por
aquellos años, provocó una gran escasez de cereales, que obligó racionar el pan e
importar trigo de Argentina. El hambre y la indigencia se extendieron como nunca se
había conocido en España, haciéndose famoso el Auxilio Social, que repartía comida
para paliar las necesidades.

La industria
La actividad industrial se estancó: el índice de industrialización que había en
1930 no se recuperó hasta 1952. Además a través de leyes todas las industrias tenían la
obligación de solicitar al Estado permisos para producir, importar y exportar.
En esta época se creó un importante sector industrial público agrupado en el
Instituto Nacional de Industria (INI en 1941), imitando el modelo de la Italia fascista. El
INI facilitó el desarrollo de ciertos sectores industriales, como la siderurgia, a través de
la creación de ENSIDESA, y dio lugar a importantes empresas dedicadas al refinado de
petróleo (Empresa Nacional “Calvo Sotelo”), astilleros (Empresa Nacional “Bazán”,
Empresa Nacional “Elcano”), aviación (Iberia), fabricación de camiones y automóviles
(ENASA y SEAT) y fabricación de aparatos de radio.

Los salarios y las finanzas


Los salarios descendieron a un nivel inferior al de antes de la Guerra Civil,
mientras que los precios aumentaron vertiginosamente, lo que se tradujo en la pérdida
de nivel de vida y de poder adquisitivo. La inflación de los años cuarenta fue,
probablemente, la más elevada de la historia de España debido, en parte, a las
necesidades de financiación del Estado. Los ingresos estatales eran escasos y se
generaba una gran deuda pública.

En resumen, el balance global de la política autárquica e intervencionista del


régimen franquista no puede considerarse como positivo: impulsó el desarrollo de
sectores ya consolidados con anterioridad, como la siderurgia, creando monopolios
dispuestos a favorecerse de las leyes protectoras; permitió el favoritismo y la
corrupción, e impidió el desarrollo de una economía sana y competitiva; y dio lugar a
graves des equilibrios sectoriales y regionales. Al primar los productos industriales
sobre los agrícolas, las regiones pobres perdieron población y vieron aumentar las
diferencias con respecto a las más ricas. La economía, en suma, se estancó por mucho
tiempo, y el hambre y la miseria se instalaron entre la población de forma prolongada.
Sólo a partir de 1950 se empezaron las primeras medidas liberalizadoras y la
situación económica empezó a mejorar. España pudo obtener créditos bancarios de
instituciones internacionales, iniciando un periodo de expansión que afectó
especialmente al sector industrial. Pero el crecimiento fue muy desequilibrado y
coincidió con una inflación galopante.

3.2.- El agotamiento de la autarquía (1951-1959)


Entre 1951 y 1959 se iniciaron cambios en las directrices económicas del
régimen, que tuvieron como objetivo un progresivo abandono de la política autárquica.
Las causas de estas reformas se resumen en las siguientes:
-El fin del bloqueo diplomático amplió las posibilidades comerciales y
económicas del país. La ayuda americana tuvo una enorme repercusión.

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-Los nuevos equipos gubernamentales presentaban hombres más liberales en los
ministerios del ámbito económico. Se impulsó una mayor liberalización del comercio y
de los precios tras la desaparición del racionamiento.
-Los dirigentes del régimen adquirieron conciencia del agotamiento del modelo
autárquico, incapaz de abastecer y desarrollar al país. Las crecientes protestas sociales,
el aumento de la inflación y la amenaza seria de una recesión económica hicieron
evidente la inviolabilidad del sistema.
-La llegada al Gobierno de los tecnócratas del Opus Dei, encabezados por López
Rodó, tras la crisis de 1956-1957, promovió una mayor integración con la economía
internacional; España ingresó (entre 1958-1959) en organismos como la Organización
Europea de Cooperación Económica (OECE), el Fondo Monetario Internacional (FMI)
y el Banco Mundial.
Diseñaron, además, el Plan de Estabilización y Liberalización Económica (julio
de 1959) que marcó el paso definitivo a una política liberalizadora y antiinflacionista
similar a otros países europeos. El Plan reorganizó las finanzas, la Administración y el
comercio exterior, suprimiendo las licencias de importación/exportación y abriendo la
economía nacional al capital extranjero.

Consecuencias de la liberalización económica


El Plan de Estabilización y Liberalización Económica tuvo efectos positivos
sobre la economía nacional, pero también limitaciones:
*Se produjo un crecimiento económico sostenido mientras que la renta por
habitante se incrementó más de un 30% a lo largo de la década. Dicho crecimiento fue
especialmente notable en la industria, que constituyó el sector más beneficiado por la
creciente importación de materias primas y equipamientos.
*Se recuperaron los niveles de crecimiento agrícola de los años treinta.
Comenzó a extenderse la mecanización del campo y el uso de fertilizantes.
Pese a todo, continuó el proteccionismo sobre la producción de cereales a través
del Servicio Nacional del Trigo. A diferencia de la década anterior, el Estado pagaba la
cosecha a un precio más alto del que el mercado ofrecía, lo que implicaba subvencionar
el sector, que empezó a generar excedentes en cantidad muy superior a la que necesitaba
el país.
*Se dieron los primeros pasos para emprender una reforma agraria conservadora
de carácter técnico: no se alteró la propiedad, pero se adoptaron medidas de política
hidráulica orientadas a la extensión del regadío y a la construcción intensiva de
embalses y pantanos. A la política hidráulica se unió la de la colonización de los nuevos
territorios de regadío en los años cincuenta y sesenta.
*El crecimiento industrial fue enorme; esta actividad económica se convirtió en
la auténtica protagonista de la década, ya que la producción se duplicó prácticamente en
los años cincuenta. Con ello se puso de manifiesto que el aislamiento de de la etapa
anterior había supuesto un atraso enorme. Dependencia importante del petróleo.
Pese a todo, en la economía española persistían las antiguas imitaciones: el
sistema de financiación del crecimiento seguía provocando inflación; esta era apoyada
por el Estado, que, a su vez, tenía una importante deuda que no cubría con los
impuestos. Además, muchas actividades industriales estaban en manos de empresas
públicas en régimen de monopolio, lo cual encarecía los precios y perjudicaba las
exportaciones. Todo ello provocaba el déficit de la balanza comercial.
El turismo y las inversiones del exterior, que podían aportar estas divisas,
apenas tenían relevancia económica en esta época.

10
3.3.- El desarrollismo (1959-1975)
El Plan de Estabilización de 1959 puso en práctica una serie de medidas que, en
principio, frenaron el crecimiento de la economía española, pues estaban orientadas a
controlar la inflación. Entre estas medida figuraban la reducción de los créditos y la
supresión de muchas regulaciones y subvenciones. Además, los gastos del Estado se
ajustaron a los ingresos, y las importaciones se detuvieron al devaluarse la peseta.
Esta política económica permitió romper definitivamente con el modelo
autárquico y apostar por una economía de mercado, facilitando las exportaciones y la
entrada de turistas y de inversión extranjera en el país para corregir el desequilibrio de
la balanza de pagos. De esta forma, se dio un paso hacia el modelo de economía liberal
y se inició una década de crecimiento económico vertiginoso que no se detendrá hasta
1975.

Los Planes de Desarrollo


Se produjeron unas tasas de crecimiento económico anual sin precedentes, ya
que la media de crecimiento anual fue de un 7%; la renta per cápita se duplicó debido,
en parte, a que los niveles anteriores eran muy bajos.
La política económica se concretó en los Planes de Desarrollo (se aplicaron
cuatro entre 1964 y 1976), que constituyeron un ejemplo de planificación indicativa
coordinada desde un organismo creado al efecto: la Comisaría del Plan de Desarrollo,
dirigida por López Rodó (1962-1973). Estos planes no fueron totalmente determinantes,
pues el crecimiento se debió más a la apertura hacía el exterior que a una planificación
estatal coherente.

Las actividades económicas


El eje de a actividad económica se desplazó de la agricultura a la industria y, en
menor grado, a los servicios. El campo se mecanizó y esto permitió que se
incrementaran los beneficios y hubiera excedentes de mano de obra. El capital y los
trabajadores pudieron destinarse a la fabricación industrial.
En el sector primario aumentó la producción de lácteos, carne y fruta, artículos
que sustituyeron a los cereales. La concentración industrial se incrementó y la mitad de
la producción se concentró en tres regiones: Cataluña, Madrid y el País Vasco.
Dentro de la industria experimentó un gran desarrollo la producción de bienes de
consumo (automóviles y electrodomésticos), así como de la industria química (plásticos
y fibras sintéticas), siderúrgica y alimentaria.
Las actividades que crecieron más en la época del desarrollismo fueron la
construcción y el turismo. El boom de la construcción estuvo vinculado al éxodo
masivo de millones de personas del campo a las ciudades, esto provocó una
especulación inmobiliaria y un crecimiento urbanístico caótico que se vio favorecido
por la entrada en España de numerosos turistas extranjeros, atraídos por el sol y la
playa.
Los ingresos procedentes del extranjero
El déficit de la balanza comercial se compensó con las transferencias de dinero o
remesas que los emigrantes españoles enviaban desde el extranjero, el turismo y la
entrada de capital procedente del exterior. Aproximadamente un millón de trabajadores
españoles emigraron.
La entrada masiva de capital extranjero trajo consigo innovaciones tecnológicas
y de gestión empresarial, pero no desplazó al capital nacional, sino que compartió
beneficios con él. Estas fuentes de ingresos contribuyeron a equilibrar la balanza de

11
pagos española. Las importaciones siguieron superando a las exportaciones, aunque
estas se diversificaron notablemente.
Como consecuencia del crecimiento económico, el poder adquisitivo aumentó y
permitió elevar y sostener los niveles de demanda interna como motor del crecimiento.

Los límites del desarrollismo


El crecimiento económico no estuvo exento de deficiencias importantes, entre
las que cabe señalar las siguientes:
*Creciente dependencia de la coyuntura económica exterior. La economía
nacional se convirtió en importadora de capital para el equipamiento industrial; este se
financiaba, además, con las inversiones y el turismo extranjeros. La dependencia
respecto del petróleo también se incrementó.
*Grandes desequilibrios regionales. La concentración industrial se redujo a tres
regiones, y la actividad turística, a Valencia y Alicante, la costa andaluza y las islas
Baleares y Canarias.
*Inexistencia de una reforma fiscal que permitiera hacer frente a los gastos
sociales. El sistema fiscal franquista fue regresivo por que se basaba en los impuestos
indirectos sobre el consumo, que gravaban igual a ricos y pobres. Los impuestos
directos afectaban a las rentas del trabajo, es decir, a los salarios.
*Control de la economía por parte de la banca privada y concentración del
poder económico. En 1974, 51 familias controlaban la mitad de los consejos de
administración de las grandes empresas españolas. La burguesía financiera se convirtió
en la élite de poder más importante en España, absorbiendo incluso a los terratenientes.

En este contexto se iniciaron las negociaciones con la CEE (obstaculizadas por


el carácter autoritario del régimen), que lograron un acuerdo preferencial de reducción
arancelaria para los productos españoles (1970). A partir de 1967, el ritmo de
crecimiento económico disminuyó.

4.- La oposición al régimen


La resistencia al Gobierno franquista, al principio, fue muy escasa en este
periodo, ya que la oposición se hallaba muy desunida: muchos de sus miembros estaban
en el exilio y otros participaban en las guerrillas armadas que actuaban en el interior del
país.
En los últimos años de la Segunda Guerra Mundial y en la posguerra,
coincidiendo con el aislamiento impuesto por la ONU a España, recibió cierto impulso.
Sin embargo, nunca llegó a convertirse en un peligro serio para Franco, pues la
oposición interior, que actuaba en la clandestinidad, tenía pocas posibilidades de triunfo
frente al poderoso aparato represivo del franquismo.
Los juicios, encarcelaciones y ejecuciones fueron respaldadas por normas como
la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), que afectaba a todos los que hubieran
desempeñado algún cargo en la II República; la Ley para la Supresión de la Masonería y
el Comunismo (1940); la Ley para la Seguridad del Estado (1941), y la Ley de
Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947).

En la década de 1950 comenzó la lenta reconstrucción en el interior de España


de una auténtica oposición, caracterizada por tres rasgos esenciales:
-Se expresó en una protesta social prácticamente espontánea y descoordinada,
que desplazaba a la lucha armada de los maquis.

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-La mayor parte de sus protagonistas estaban integrados en el sistema, algunos ni
siquiera habían vivido la Guerra Civil, por lo que su única experiencia se limitaba al
franquismo.
En estos casos, formaban la oposición los “hijos del régimen”, es decir,
educados por el franquismo, lo que ponía de manifiesto las fisuras de la dictadura y,
muy especialmente, su falta de control sobre la juventud.
-El centro principal de la oposición se estableció en el interior del país y no en el
exilio, como había sucedido hasta ese momento. Las protestas se canalizaron a través de
los propios cauces de expresión autorizados por el régimen: los sindicatos verticales y el
Sindicato Español Universitario (SEU), que eran los únicos permitidos.

Se convocaron huelgas obreras, acompañados a veces de boicots populares,


practicando la oposición desde dentro de los cauces oficiales.
Durante el bienio 1956-1958 se reprodujeron huelgas en el País Vasco, Madrid y
Barcelona, como protesta contra la inflación; en ellas empezaron a surgir comisiones
espontáneas de obreros para negociar cuestiones concretas. Estos conflictos
consiguieron el reconocimiento implícito de las negociaciones colectivas (Ley de
Convenios Colectivos, 1958) e incrementos salariales, a menudo neutralizados por la
inflación.

En el ámbito universitario se iniciaron los primeros conflictos relevantes entre el


SEU y los estudiantes que lo rechazaban, sobre todo en 1956.

A partir de mediados de la década de 1960, la oposición política y social al


régimen se incrementó y empleó nuevas formas de lucha, especialmente en el interior
del país. Se intensificó la presencia de la izquierda revolucionaria y del terrorismo
extremista. En esta etapa la oposición se manifestó a través de los siguientes cauces:
*La protesta obrera. Comenzó a canalizarse a través de los sindicatos no
reconocidos por el régimen. El más importante fue Comisiones Obreras, que surgió
entre 1962 y 1966 en varias regiones españolas y dentro de la propia organización
sindical vertical del franquismo.
Las huelgas obreras pasaron de ser excepcionales a cotidianas a partir de 1967,
en particular en Asturias, Vizcaya, Guipúzcoa, Barcelona y Madrid, más relevantes en
el sector textil. CC.OO. se aproxima al PCE, el partido obrero más fuerte y organizado
de la oposición. A partir de 1973, la conflictividad social fue muy intensa. Destacó
también la Unión Sindical Obrera (USO) una organización de orientación centrista y
cristiana. Rebrotó, así mismo, ELA-STV, sindicato surgido del PNV en 1911. La UGT
no recuperó parte de su influencia hasta 1976.
*La protesta estudiantil universitaria volvió a estallar en 1965 en la Universidad
de Madrid y se convirtió en una revuelta permanente que obligó al Gobierno a declarar
el estado de excepción en 1969. Los estudiantes que se oponían al régimen encontraron
el apoyo de numerosos profesores.
El movimiento estudiantil sintonizó con organizaciones políticas clandestinas,
especialmente el Frente de Liberación Popular, FLP, el PCE y, en Cataluña, el PSUC.
*Los movimientos vecinales y ciudadanos nacidos a finales de los años sesenta
como consecuencia de un crecimiento caótico de las ciudades. Se trataba de
asociaciones de vecinos clandestinas que se concentraban en las barriadas obreras y
populares de las grandes urbes; comenzaron a reivindicar necesidades e infraestructura
y derivaron en la protesta política.

13
*La Iglesia católica, imbuida en parte del espíritu modernizador del Concilio
Vaticano II (1962-1965), se distanció del régimen de una manera cada vez más patente.
Proliferaron las declaraciones de la jerarquía católica contra el franquismo, sobre todo
entre los sacerdotes vascos y catalanes.
*La oposición política tradicional se renovó desde el interior del país; estaba
liderada por el PCE, dirigido desde 1960 por Santiago Carrillo. En Cataluña, la
actividad comunista fue encabezada por el PSUC. El PSOE, por su parte, no se renovó
hasta 1972, cuando los grupos sevillano (Felipe González, Alfonso Guerra), vasco
(Nicolás Redondo, Enrique Múgica) y madrileño (Pablo Castellanos) se hicieron con el
poder del partido en el Congreso de Suresnes (Francia 1974) y desbancaron a su líder en
el exilio. Trasladaron la dirección del PSOE a España y eligieron como líder a Felipe
González.
*El terrorismo político se incrementó. La organización terrorista más importante
fue ETA, un movimiento revolucionario creado en 1959 por jóvenes nacionalistas
vascos descontentos con la pasividad del PNV. En la práctica esta organización derivó
hacia el independentismo radical y el leninismo, y llevó a cabo asesinatos, secuestros y
chantajes a empresarios en una supuesta lucha armada contra las autoridades de Francia
y España que impiden, según su visión, la libertad del pueblo vasco. Aparecieron
además el FRAP y el GRAPO constituidos en 1975.

Ante la oposición, la única respuesta fue la represión, para lo cual se creó en


1963 el Tribunal de Orden Público. Los consejos de guerra y las ejecuciones
(fusilamientos) se convirtieron en escándalos en el ámbito internacional y sirvieron para
difundir la propaganda antifranquista dentro y fuera de España. La extrema derecha
(Guerrilleros de Cristo Rey) organizó constantes provocaciones y atentados presionando
para que el régimen no cediese en absoluto a las reivindicaciones de la oposición. En
septiembre de 1975 tuvieron lugar las últimas ejecuciones llevadas a cabo durante el
franquismo.

5.- El ocaso del franquismo


En 1973, el almirante Carrero Blanco fue nombrado presidente del Gobierno,
pero fue asesinado en diciembre del mismo año por un comando de ETA. Su muerte
significó un duro golpe para el régimen que se asentaba en un anciano de ochenta años.
Le sucedió Carlos Arias Navarro, que iniciaba una tímida apertura llamada “la
primavera de Arias”. Durante la misma se intentaba reanudar la legalización de las
asociaciones políticas, procurando dar la imagen de un cierto pluralismo político, pero
nada resultó.
En junio de 1974 se constituyó la Junta Democrática, apoyada por el Partido
Comunista y, en 1975, la Plataforma de Convergencia Democrática, auspiciada por el
PSOE. En este año se quiso frenar una oleada de terrorismo con la publicación de la Ley
Antiterrorista y una severa represión, lo que puso en contra del régimen a la opinión
internacional. La situación de protesta se generalizó, alcanzando desde la Universidad
hasta las fábricas; las manifestaciones y las huelgas se sucedieron por doquier. Estando
Franco moribundo, se tuvo que asistir con impotencia a los sucesos de la marcha verde
y a la entrega del Sahara español a Marruecos.
El 20 de noviembre de 1975 morían Franco y el régimen por él creado. Dos días
más tarde, don Juan Carlos I era coronado Rey de España.

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TEXTOS SOBRE EL FRANQUISMO

Título preliminar
Artículo 1. El Estado español proclama como principio rector de sus actos el
respeto a la dignidad, la integridad y la libertad de la persona humana, reconociendo al
hombre, en cuanto portador de valores eternos y miembro de una comunidad nacional,
titular de deberes y derechos, cuyo ejercicio garantiza en orden al bien común.
Título 1: Derechos y deberes de los españoles
Capítulo Primero
Artículo 2. Los españoles deben servicio fiel a la Patria, lealtad al jefe del Estado
y obediencia a las leyes.
Artículo 3. La ley ampara por igual el derecho de todos los españoles sin
preferencia de clases ni afectación de personas.
Artículo 4. Los españoles tienen derecho al respeto de su honor personal y
familiar. Quien lo ultrajare, cualquiera que fuese su condición, incurrirá en
responsabilidad.
Artículo 5. Todos los españoles tienen el derecho a recibir educación e
instrucción y el deber de adquirirlas, bien en el seno de su familia o en centros privados
o públicos a su libre elección. El Estado velará para que ningún talento se malogre por
falta de medios económicos.
Artículo 6. La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado
español, gozará de protección oficial.
Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su
culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la
Religión Católica.
Artículo 7. Constituye título de honor para los españoles el servir a la Patria con
las armas.
Todos los españoles están obligados a prestar este servicio cuando sean llamados
con arreglo a la Ley.
Fuero de los Españoles. BOE. 28 de julio de 1945.

El oprobio de una escuela laica ha terminado. Para formar españoles hondos, creyentes
y patriotas austeros España resurge, gloriosa, por el esfuerzo decidido y gigante de sus
hijos, de los que murieron alegremente por ella, de lo que por ella se sacrificaron y
quisieron rendirle lo mejor y más espléndido de su vida. La Escuela tiene que recoger el
ambiente heroico de las juventudes guiadas por el Caudillo de la victoria…
Primera. La reposición del Santo Crucifijo marca la apertura del curso, que será
rápida e inmediata.
Segunda. Además del retrato del Caudillo, habrá en el salón de clase una imagen
de la Virgen, con preferencia de la Inmaculada, y en sitio preferente.
Cuarta. A la entrada de la escuela los niños saludarán con el tradicional “Ave
María Purísima”, siendo contestados por el maestro: “Sin pecado concebida”…
Sexta. La ceremonia de colocar la Bandera antes de empezar las clases y
arribarla al terminar, mientras se entona el Himno Nacional, es obligatoria para todas las
escuelas…
Séptima. Con el fin de cumplir el precepto de oír misa los domingos, asistiendo
los niños con sus maestros al frente, acudirán a la iglesia en la que celebren las
Organizaciones Juveniles…
Normas para la Escuela Primaria, 6 de mayo de 1939. Año de la Victoria.

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Tenéis que daros cuenta de que a las Camaradas de la Sección Femenina hay que
formarlas y enseñarles nuestra doctrina sin apartarlas para nada de la misión colosal
que, como mujeres, tienen en la vida. El verdadero deber de las mujeres para con la
Patria es formar familias con una base exacta de austeridad y de alegría en donde se
fomente todo lo tradicional, en donde se canten villancicos el día de Navidad alrededor
de un Nacimiento y en donde, al mismo tiempo, haya una alegre generosidad de las
acciones, en donde haya comprensión absoluta para las malas cualidades de los demás y
haya, sobre todo, ausencia completa del chisme, de la pequeñez de espíritu…
Así pues, junto con la educación deportiva y universitaria, irá esa cosa que las
prepare para que sean el verdadero complemento del hombre. Lo que no haremos nunca
es ponerlas en competencia con ellos, porque jamás llegarán a igualarlos y en cambio
pierden toda la elegancia y toda la gracia indispensable para la competencia. Y ya veréis
como estas mujeres, formadas así con la doctrina cristiana y el estilo nacional
sindicalista, son útiles en la Familia, en el Municipio y en el Sindicato.

Discurso de Pilar Primo de Rivera, 15 de enero de 1938.

España es un país privilegiado que puede bastarse a sí mismo. Tenemos todo lo


que nos hace falta para vivir, y nuestra producción es lo suficientemente abundante para
asegurar nuestra propia subsistencia. No tenemos necesidad de importar nada… España
no realizará íntegramente su revolución, más que volviendo a ser fiel a sí misma…, más
que haciendo de su espíritu una realidad que le permita nuevamente elevarse por encima
del resto del mundo.
Declaraciones de Francisco Franco. 18 de agosto de 1939.

La doctrina autárquica entiende que el mayor bienestar social y política de un


Estado sólo se consigue produciendo en el interior del país la mayor cantidad de bienes
consumibles. La producción entonces se estima como valor nacional, y es considerada
finalidad de poder y como meta de independencia política y social… El sistema
nacionalista y las fórmulas corporativas o sindicales parecen, por consiguiente, las más
adecuadas para llevar adelante una organización económica autárquica, porque éste es el
único sistema político que exalta la Nación como expresión acabada y perfecta de todas
las categorías que en ella viven.

Información comercial española de A. de Miguel. Noviembre de 1941.

Es tan grande la cuantía de las inversiones que la fabricación de determinados


productos requiere, que muchas veces rebasa el marco en que las iniciativas particulares
se desenvuelven, y para otras, el margen de beneficios resulta tan moderado que no
ofrece incentivo a los organismos financieros, que hacen desviar el ahorro hacia otras
actividades, con perjuicio de los intereses de la Patria.
Los imperativos de la defensa nacional exigen, por otra parte, la creación de
nuevas industrias y la multiplicación de las existentes, que permitan respaldar nuestros
valores raciales con el apoyo indispensable de una potente industria, lo que requiere dar
a este resurgimiento un ritmo más acelerado si hemos de realizar los programas que
nuestro destino histórico demanda.
Surge, pues, la necesidad de un organismo que, dotado de capacidad económica
y personalidad jurídica, pueda dar forma y realización a los grandes programas de

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resurgimiento industrial de nuestra Nación, que, estimulando a la industria particular,
propulsen la creación de nuevas fuentes de producción y la ampliación de las existentes,
creando por sí las que el interés de la defensa nacional o los imperativos que nuestra
economía exijan.
Artículo 1.- Se crea el INI, que tiene por finalidad propulsar y financiar, en
servicio de la Nación, la creación y resurgimiento de nuestra industria, en especial de
las que se propongan como fin principal la resolución de los problemas impuestos por
las exigencias de la defensa del país o que se dirijan al desenvolvimiento de nuestra
autarquía económica.
Artículo 2.- El INI utilizará los métodos de las Sociedades Anónimas privadas
para sus fines estatales, pero conservando siempre en la gestión y administración el
control del Gobierno… Podrá liquidar gradualmente las participaciones y actividades
que el Estado no tenga interés en conservar.

Creación del Instituto Nacional de Industria.


Ley de 25 de septiembre de 1941.

En España a partir de las nuevas medidas de política económica, instauradas en


1959 y basadas en el liberalismo económico y que consideran el funcionamiento del
mercado como pieza fundamental del sistema, se produce un vuelco en los aspectos de
la producción: se aumenta enormemente la productividad, se racionaliza la producción u
hace pasar todo por el mercado, acabando con la autarquía, incluso al nivel del pequeño
consumidor. Para industrializar al país se utiliza a fondo y se pone en el mercado el
enorme ejército de reserva que el campo y las regiones atrasadas poseen; así, se impulsa
y acelera el movimiento de la mano de obra desde las zonas rurales a las industriales,
alcanzando una intensidad desconocida en Europa y liberando al campo de un enorme
subempleo al precio de acabar con sus rasgos y funcionamiento precapitalista.
Toda la mano de obra que se libera en este proceso no puede ser absorbida por la
industria española del momento, y ante el paro, que amenaza como consecuencia del
Plan, se facilita y apoya en la emigración a los países europeos, que están febrilmente
dedicados a la reconstrucción y ampliación de todo su poderío económico-industrial.
Por ello, esta emigración es calificada en la época como emigración para el pleno
empleo, pues alivia la insostenible presión de la población activa en aquellos momentos.
Sin embargo, lo que fue una salida de urgencia en unos momentos difíciles…, se
convirtió poco a poco en el rasgo estructuralmente más importante de la economía
española actual, ya que, además del efecto señalado de válvula de seguridad en el
empleo, los emigrantes fueron la fuente más importante de divisas netas para el país;
parte en los gastos durante sus vacaciones en España, mucho más elevados que la media
de los turistas extranjeros, por los ahorros en divisas que logran obtener y traen los
emigrantes temporeros y, especialmente, por el gran chorro de ellas que diariamente
envían a España. Toda esta situación no tiene posibilidades ni expectativas de cambio a
medio plazo, pues estudiadas las previsiones del III Plan, en relación a la creación de
puestos de trabajo aparece la incapacidad del sistema productivo, al no poder absorber
más que una parte de la mano de obra nueva que anualmente se presenta en el mercado
de trabajo, de donde la emigración se revela como necesaria para el sistema de
desarrollo económico escogido para la sociedad española por sus dirigentes.

Fundación Foessa.
“Estudios sociológicos sobre la situación social de España”, 1975.

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Al final de la guerra de liberación, la economía española tuvo que enfrentarse
con el problema de su reconstrucción, que se veía retardada en aquellos momentos por
la insuficiencia de los recursos y por bajos niveles de renta y ahorro, agravados por el
desequilibrio de la capacidad productiva como consecuencia de la contienda.
La guerra mundial y las repercusiones que trajo consigo aumentaron estas
dificultades y cerraron gran parte de los mercados y fuentes de aprovisionamiento
normales, lo que motivó una serie de intervenciones económicas al servicio de las tareas
del abastecimiento y de la reconstrucción… Resueltos un sinfín de problemas, hay que
enfrentarse ahora con otros derivados tanto del nivel de vida ya alcanzado cuanto de la
evolución de la economía mundial, especialmente de los países de Occidente, en cuyas
organizaciones económicas está integrada España.
Para ello son imprescindibles unas medidas de adaptación que, sin romper la
continuidad de nuestro proceso económico, aseguren un crecimiento de la producción
respaldada por una política de ahorro y de ordenación del gasto público… En este
aspecto, el Decreto-Ley que a continuación se articula establece la liberación progresiva
de la importación de mercancías y, paralelamente, la de su comercio interior, autoriza la
convertibilidad de la peseta y una regulación del mercado de divisas, faculta al
Gobierno para modificar las tarifas de determinados impuestos y al Ministerio de
Hacienda para dictar normas acerca del volumen de créditos… La mayor flexibilidad
económica que se establecerá gradualmente no supone en ningún caso que abdique del
derecho y de la obligación de vigilar y fomentar el desarrollo económico del país. Por el
contrario esta función se podrá ejercer con mayor agilidad suprimiendo intervenciones
hoy innecesarias. De este modo, se esperaba obtener la estabilidad interna y externa de
nuestra economía, el equilibrio de la balanza de pagos, el robustecimiento de la
confianza en nuestro signo monetario y, en suma, la normalización de nuestra vida
económic
Plan de Estabilización, 20 de julio de 1959. Decreto Ley.

La Asamblea hace constar que en la Conferencia de Postdam, los Gobiernos del


Reino Unido, de los Estados Unidos de América y de la Unión Soviética declararon que
no apoyarían una solicitud de admisión como miembro de las Naciones Unidas hecha
por el actual gobierno español, el cual habiendo sido establecido con ayuda de las
potencias del Eje, no reúne por razón de su origen, de su naturaleza, de su historia y de
su íntima asociación con los Estados agresores, las cualidades necesarias para justificar
su adhesión.
Resolución aprobada por Asamblea de las
Naciones Unidas el 9 de febrero de 1946.

Artículo 6.- En cualquier momento el Jefe del Estado podrá proponer a las
Cortes la persona que estime deba ser llamada en su día a sucederle, a título de Rey o
de Regente, con las condiciones exigidas por esta Ley, y podrá, asimismo, someter a la
aprobación de aquellas la revocación de la que hubiere propuesto, aunque ya hubiera
sido aprobado por las Cortes…
Artículo 9.- Para ejercer la Jefatura del Estado como Rey o Regente se requerirá
ser varón y español, haber cumplido la edad de treinta años, profesar la religión católica,
poseer las cualidades necesarias para el desempeño de su alta misión y jurar las leyes
fundamentales, así como lealtad a los principios que forman el Movimiento Nacional…

Ley de Sucesión. F. Franco, BOE. 27 de julio de 1947.

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Quiero expresar, en primer lugar, que recibo de su Excelencia el Jefe del Estado
y Generalísimo Franco la legitimidad política surgida del 18 de julio de 1936, en medio
de tantos sufrimientos, tristes, pero necesarios para que nuestra patria encauzase de
nuevo su destino.
España, en estos últimos años, ha recorrido un importantísimo camino bajo la
dirección de Vuestra Excelencia. La paz que hemos vivido, los grandes progresos que
en todos los órdenes se han realizado, el establecimiento de los fundamentos de una
política social, son cimientos para nuestro futuro. El haber encontrado el camino
auténtico y el marcar la clara dirección de nuestro porvenir son la obra del hombre
excepcional que España ha tenido la inmensa fortuna de que haya sido y siga siendo por
muchos años el rector de nuestra política.
Pertenezco por línea directa a la Casa Real española, y en mi familia por
designios de la Providencia, se han unido las dos ramas. Confío en ser digno
continuador de quienes me precedieron…
Las más puras esencias de nuestra gloriosa tradición deberán ser siempre
mantenidas, pero sin que el culto al pasado nos frene en la evolución de una sociedad
que se transforma con ritmo vertiginoso, en esta era apasionante en que vivimos. La
tradición no puede ni debe ser estática, hay que mejorar cada día.

Aceptación por Don Juan Carlos de la sucesión de Franco. Julio 1969

“El Congreso estima que la integración, en forma de adhesión o de asociación,


de todos los países de Europa, exige de cada uno de ellos instituciones democráticas, lo
que significa para España…
1º.- La restauración de instituciones auténticamente representativas y
democráticas que garanticen que el gobierno se basa en el consentimiento de los
gobernados. 2º.- La efectiva garantía de todos los derechos de la persona humana, en
especial los de la libertad personal y de expresión, con supresión de la censura
gubernativa. 3º.- El reconocimiento de la personalidad de las distintas comunidades
naturales. 4º.- El ejercicio de las libertades sindicales sobre bases democráticas y de la
defensa por los trabajadores de sus derechos fundamentales, entre otros medios, por el
de huelga. 5º.- La posibilidad de organizar corrientes de opinión y de partidos
políticos…
El Congreso confía en que la evolución conforme a estas bases permitirá la
incorporación de España a Europa, de la que es un elemento esencial, y toma nota de
que los delegados españoles expresan su convencimiento de que la inmensa mayoría de
los españoles desean que esa evolución se haga de acuerdo con la prudencia política,
con el ritmo más rápido que las circunstancias permitan… y con el compromiso de
renunciar a toda violencia activa o pasiva antes, durante y después del proceso
evolutivo”.

Resolución del Congreso del Movimiento Europeo. Munich, 8 de junio de 1962.

No hay evidencia alguna de que exista una oposición efectiva a Franco, dentro o
fuera de España, que pudiera traer un cambio ordenado del régimen… Los portavoces
de los antiguos partidos republicanos, socialistas y monárquicos no han sido capaces
hasta el momento de zanjar sus diferencias ni de ponerse de acuerdo en un programa de
acción conjunta. Con excepción de los comunistas, los partidos de la oposición están

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divididos y desorganizados, no existe un ideal político concreto o u líder capaz de captar
la imaginación popular… Se recomienda, pues, que en vez de oponernos directamente
al régimen de Franco trabajemos ahora hacia una normalización de las relaciones entre
España y los Estados Unidos, tanto en lo político como en lo económico. Dentro de lo
posible esto debe hacerse sin fortalecer al régimen de Franco.

Fragmento de un informe secreto norteamericano. 1947.

1º.- La formación de un gobierno provisional que sustituya al actual… 3º.- La


legalización de los partidos políticos sin exclusiones. 4º.- La libertad sindical y la
restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical. 5º.- Los
derechos de huelga, de reunión, de manifestación pacífica y de libertad de prensa. 8.- La
neutralidad y la profesionalidad exclusivamente militar para la defensa exterior, de las
fuerzas armadas. 9.- El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la
personalidad política del pueblo catalán, vasco y gallego y de las comunidades y
regiones que lo decidan democráticamente. 10.- La separación de la Iglesia y del
Estado…

Programa de la Junta Democrática. 1974.

Los grandes cambios producidos en la sociedad española en cuanto a los modos


de comportamiento juveniles tuvieron al turismo como motor. Pero hubo, además, otros
agentes de cambio y, fueron los emigrados, los trabajadores españoles que venían de
vacaciones procedentes de sus lugares de trabajo en Alemania, Suiza, el Benelux,
Francia o Gran Bretaña. Ellos eran portadores de unas ideas que hablaban de altos
niveles remunerativos, de sindicatos libres… Cuando España adoptó la minifalda,
cuando unos chicos españoles aprendieron el uso de la guitarra eléctrica y el concepto
de lo pop penetró entre nosotros, algo más que una moda nos había invadido… La idea
de España como bastión moral de Occidente, el concepto de nuestra inmunidad contra
las costumbres extranjerizantes y disolutas, había sido barrido por la fuerza de los
hechos vividos en una década revolucionaria.

R. Abella. Vida cotidiana bajo el régimen de Franco.

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