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La biología estupenda

Amor
Escrito por: Eduardo Angulo

07 Ene 2008

Amor es, según el Diccionario de la Lengua, entre otras definiciones, Sentimiento


intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el
encuentro con otro ser, y también Tendencia a la unión sexual. Para David Crews, de
la Universidad de Texas en Austin, amor es una emoción a menudo asociada con
actividad sexual consensuada, con el deseo o incluso el ansia de participación por
parte de los individuos implicados. Y concluye que el amor es una emoción humana
que tiene su base biológica en la unión sexual de los implicados y en su compromiso
con la descendencia. Las primeras etapas del amor están orientadas a un fin muy
intenso y específico, asociado con un potente estado de euforia. En general, los
investigadores están de acuerdo en que la unión emocional en la pareja sexual, es
decir, el "amor romántico" se seleccionó en la evolución debido a la maduración muy
lenta de los niños y jóvenes y a las habilidades psicológicas y de conducta complejas
que deben aprender, lo que implica más atención por parte de los padres y , además,
que la pareja permanezca estable durante muchos años.
El amor es un fenómeno universal, trasciende a las culturas y es, posiblemente, una
forma desarrollada de la manera en que los mamíferos eligen pareja para la
reproducción. Es más una motivación que una emoción; es diferente de la atracción
sexual; cambia con el tiempo; y tiene similitudes con la atracción entre mamíferos.
En aves y mamíferos han evolucionado tres sistemas cerebrales para dirigir el proceso
reproductor: el impulso sexual evolucionó para motivar a los individuos a buscar un
rango amplio de parejas para la reproducción; la atracción evolucionó para inducir a
los individuos a preferir y perseguir una pareja específica; y el afecto evolucionó para
motivar a los individuos a permanecer juntos hasta completar la cría de los hijos. Estos
tres repertorios de conducta se basan en grupos de neuronas cerebrales diferentes
pero muy relacionados entre sí y dirigen los procesos de la reproducción por medio de
hormonas y neurotransmisores. Según Helen Fisher, de la Universidad Rutgers, de
New Brunswick, la atracción romántica característica de la especie humana y sus
antecedentes en otras especies de mamíferos juega un importante papel en la
motivación de los individuos para enfocar su energía en el cortejo de una pareja
concreta, reservando de esta forma energía y tiempo, y facilitando la elección al no
dispersar la atención en diferentes candidatos.
Para determinar el mecanismo cerebral del "amor romántico", Helen Fisher y su grupo
sometieron a una resonancia magnética a 17 personas que se declararon
enamoradas. La activación cerebral específica de los enamorados, que se activaba
con la observación de una fotografía de la pareja, se detectó en el núcleo caudal del
cerebro y, según los autores, en relación con el neurotransmisor dopamina que parece
intervenir en el proceso de enamoramiento. En las mujeres enamoradas se activan las
zonas de la memoria, atención y emoción; en los hombres, en cambio, se activa la
integración de los estímulos y la atracción sexual. Es curioso que algunas de estas
zonas del cerebro también tienen que ver con las conductas obsesivo-compulsivas, la
violencia controlada y los juegos de azar que involucren intercambio de dinero (y la
migraña).
Por cierto, y en relación con las conductas obsesivo-compulsivas, la doctora Donatella
Marazziti y su grupo, de la Universidad de Pisa, han encontrado que el nivel del
transportador del neurotransmisor serotonina es mucho más bajo en los sujetos que se
declaran enamorados en relación con los no enamorados y que, además, ese nivel es
asombrosamente parecido al de quienes padecen desorden obsesivo-compulsivo. La
doctora Marazziti opina que existe una gran similitud entre una obsesión y la
idealización sobrevalorada de la pareja típica de los recién enamorados.
También hay investigadores que consideran que el "amor romántico" es más bien una
propiedad emergente, durante el proceso evolutivo, del sistema nervioso autónomo, de
funcionamiento involuntario, controlado desde la médula espinal, el tallo cerebral y el
hipotálamo, y que dirige los sistemas y aparatos del cuerpo, es decir, nuestras
vísceras. En mamíferos, el sistema nervioso autónomo evolucionó en una primera
etapa en la que, ante el peligro, reaccionaba parando la digestión y rebajando el
metabolismo o, lo que es lo mismo, inmovilizando al animal. Posteriormente, en la
etapa siguiente, evolucionó hacia una aceleración del metabolismo y un
comportamiento de "lucha o huye". Y la tercera etapa, que aparece únicamente en
mamíferos, regula el ritmo cardíaco y permite una adaptación rápida y flexible a los
cambios en el entorno.
Para Stephen Porges, de la Universidad de Illinois en Chicago, el cortejo y la
formación estable de la pareja dependen de que el sistema nervioso autónomo
desactive el proceso de inmovilización por miedo y el sistema de "lucha o huye" y
active un nuevo sistema, el "amor romántico", que lleve a la seguridad y la confianza
en el otro. En el sistema nervioso, el control llegaría de la comunicación entre las
neuronas del hipotálamo y de la médula espinal que controlan el sistema nervioso
autónomo.
Y también se ha propuesto que hay algún gen relacionado con el "amor romántico". En
ratones de la pradera se ha demostrado que su conducta monógama puede estar
relacionada con cambios en la actividad del gen llamado AVPR1A. Este gen tambuién
está presente en la especie humana, lo que ha llevado a proponer a Enzo Emanuele,
de la Universidad de Pavia, que se debería estudiar este gen en relación con el "amor
romántico" tal como se puede cuantificar ya según la Escala de Creencias
Románticas, diseñada en 1989 por Susan Sprecher y Sandra Metts, de la Universidad
del Estado de Illinois. En este test, desarrollado a partir de las respuestas de 730
universitarios norteamericanos, se demuestra que hay cuatro creencias dominantes en
nuestro (norteamericano) concepto del "amor romántico": El Amor Siempre Encuentra
Su Camino, Uno y Sólo Un Amor, Idealizamos a Nuestro Amor, y Existe El Amor A
Primera Vista (con estas mayúsculas en el original). Además, las autoras concluyen
que los hombres son más románticos que las mujeres

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