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INTRODUCCIÓN
El estudio de las medidas corporales o biométricas de las aves resulta muy interesante
ya que, en una primera aproximación, estas medidas nos pueden servir para separar espe-
cies similares, subespecies o poblaciones dentro de una misma especie. En el ámbito específi-
co, en aquellas especies que sólo son dimórficas en tamaño, estas medidas pueden ser deter-
minantes para distinguir el sexo, si conocemos cuál es el rango de variación de dicha medida
(ej. Hirundo rustica).
El principal problema con el que nos enfrentamos los anilladores españoles es que por lo
general trabajamos con datos y medidas de aves de poblaciones foráneas. Para paseriformes, las
medidas que aparecen en el libro Guía para la identificación de los Paseriformes Europeos
(Svensson, 1996), pertenecen a ejemplares del centro-norte de Europa por lo general. Para no
paseriformes, el libro Identification Guide to European Non-Passerines (Baker 1993) hace refe-
rencia a poblaciones inglesas casi siempre y, para los Limícolas, la Guide to the identification and
ageing of Holartic Waders (Prater 1987) está desarrollado basándose en poblaciones norteñas
de estas especies. Muchas de las especies que aparecen en estos libros de referencia crían en
toda Europa y es posible que presenten algún tipo de variación (o clina) latitudinal que no las
haga directamente aplicables a las aves de nuestras poblaciones reproductoras. Por ello resulta
necesario llegar a conocer cuáles son las variaciones en estas medidas dentro de España, para
poder establecer criterios fiables que puedan ser aplicables a las especies objeto de estudio.
Para la obtención de las medidas lineales cuerda máxima, tercera primaria y tarso, se
tomarán como referencia los métodos descritos en Svensson (1996), Bairlein (1994) y
Jenni (1998). La medida de la grasa se tomará siguiendo la escala de 9 puntos propuesta
por Kaiser (1993). No obstante, se detalla a continuación cómo se debe realizar la toma de
cada medida, junto con una serie de consideraciones al respecto.
Es muy importante anotar la posición del ave respecto al anillador, es decir, si se coge con
la cabeza o la cola hacia la muñeca, así como que ala es la que se mide, la derecha o izquierda, ya
que es posible que exista algún tipo de diferencia según la posición del ave o el ala medida.
2. L o n g i t u d d e l a t e r c e r a p r i m a r i a ( u o c t a v a , s í n u m e r a m o s l a s p r i m a r i a s
descendentemente). Esta medida presenta menos varianza que la cuerda máxima entre
diferentes anilladores, siendo además una medida muy repetible (es decir, obtenemos el
mismo valor de la medida si se toma varias veces). Usaremos para tomarla la regla F8, que
está diseñada a tal efecto: presenta en su extremo, y enrasado con el cero, un clavo, que se
insertará entre las primarias tercera (P8) y segunda (P9), llevándose hasta que haga tope
con la base de las primarias (Fig.2). En ese momento colocaremos recta la tercera prima-
ria, estirándola hasta que alcance su longitud máxima. La regla debe estar fija (basta con
colocar su extremo bajo un libro). La precisión en la toma de la F8 será de 0,5 mm.
3. Tarso. Es una medida complicada de obtener, y en la que debemos poner más atención.
Existen diversas formas de medir el tarso, por lo que es necesario en primer lugar estable-
cer cuál de ellas emplearemos. En esta medida nos referiremos al modo A propuesto por
Svensson (Fig. 5). Con un calibre (precisión 0.1mm), mediremos desde la muesca o depre-
sión de la articulación tibio-tarsal hasta es otro extremo del tarso recogiendo previamente
los dedos del ave y doblándolos hacia atrás, aproximadamente unos 90º con respecto al
tarso. Al igual que en la medida anterior buscaremos ambos puntos con la parte interna del
calibre (más gruesa y no biselada) para facilitar el trabajo. La precisión en la toma del tarso
será de 0.1 mm para los calibres analógicos y de 0.01mm en los calibres digitales.
4. Peso y Grasa. La obtención de esta medida no debe plantear en principio ningún proble-
ma, pero es necesario seguir unas recomendaciones básicas. Para ello se usará un
dinamómetro (indicar modelo y precisión, variando según el tamaño del ave), o bien una
báscula electrónica. Debido al estrés que causamos a las aves durante su captura, el
aumento de su tasa metabólica puede llevar a pérdidas de peso si nos demoramos en su
toma. Por ello hay que pesar a las aves dentro de un intervalo de captura inferior a una
hora (desde que la extraemos de la red hasta que la pesamos). Muy importante es anotar
la hora a la que se pesó el ejemplar, ya que existen notables diferencias a lo largo del día
(pesos mínimos a primera hora y máximos a ultima hora).
Para las aves capturadas se anotará también la cantidad de grasa acumulada según la
escala propuesta por Kaiser 1993 (Fig. 4.). Conviene que esta medida se realice por el día y
con buena luz. Este dato servirá de ayuda para discriminar las aves migrantes.
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS
El anillador estandarizado medirá unas pocas aves (alrededor de cinco), que también
serán medidas por los participantes. Estas aves servirán para comprobar la magnitud de la
variación entre los distintos anilladores debido a la forma de medir propia de cada uno. Con
esta primera muestra se procurarán corregir los errores más llamativos, recomendando modi-
ficaciones en la toma de las medidas por parte del anillador participante. A partir de este
momento, el anillador estandarizado y los participantes tomarán las medidas de la campaña a
un mínimo de 15-20 aves, rellenando la ficha diseñada al efecto. Cada una de las variables
medidas (ala, F8, y tarso) se analizarán in sítu según se vayan midiendo las aves. Las
diferencias aceptables para considerar a un anillador estandarizado, serán: ambas medidas
del ala con una diferencia máxima de 1 mm. en cinco aves y de 0,5 mm. o sin diferencia en el
resto y en caso del tarso, con una diferencia de más de dos décimas de milímetro, en 10 aves,
siendo en el resto menores o iguales a 0.2 mm. El número de aves obviamente puede variar en
función del total de capturas.
Una vez determinado que no hay mayores diferencias de las indicadas con el anillador
estandarizado, el anillador podrá ser incluido dentro del grupo de trabajo de BIOMETRÍA. No se
deben aceptar errores mayores ya que el anillador estandarizado puede realizar jornadas para
estandarizarse con otros anilladores y el error se podría ir acumulando y llegaría a ser excesivo.
Resulta de gran interés realizar el mismo proceso con la grasa ya que está variable se
utilizará en la campaña BIOMETRÍA para discriminar las aves que esté también en paso.
BANCO DE DATOS
Los datos, una vez informatizados, han de enviarse a la Secretaría del Centro de
Migración de Aves, antes del 15 de Octubre, donde se almacenarán en una base de datos
diseñada a tal efecto.
Se contará con la ayuda de expertos en el analisis de los datos, extrayendose las
principales conclusiones al respecto.
Una vez analizados, se publicarán los resultados y se pondrán al alcance de todos los
anilladores del CMA, previa publicación en la Revista de Anillamiento. La publicación de los
articulos resultantes irá firmada por el Grupo de Trabajo en Biometría, Centro de Migración
de Aves, SEO/BirdLife.
Cada participante en el programa de Biometría deberá mandar únicamente aquellas
aves medidas y que con seguridad pertenezcan a las poblaciones españolas (reproductores).
Para ello el anillador se basara fundamentalmente en los siguientes puntos: presencia de placa
incubatriz en las hembras y cloacas desarrolladas en los machos, aves en plumaje completo
juvenil, fenología de cada especie en función del lugar de anillamiento, reservas de grasa del
ave capturada. Ninguna ave con más de tres de grasa (Kaiser 1993) deberá de ser incluida en
la base de datos, a no ser que se trate de un control de un ave anillada en un momento en que
se pudiera asignar con seguridad a la población reproductora de la zona.
BIBLIOGRAFÍA
Baker, B., 1993. Identification guide to the European Non-Passerines. BTO. Thetford.
Bairlein , F. 1994. European-African Songbird Migration Network. Manual of Field Methods. ESF.
Wilhemshaven
Jenni, L. & Winkler, R. 1994. Moult and Ageing of European Passerines. Academic Press. London.
Jenni, L. 1998. Proyecto Golondrina de Euring. Manual de Métodos de Campo. SEO/BirdLife. Pozuelo.
Kaiser, A. 1993. A New Multi-category Classification of Subcutaneus Fat Deposits of Songbirds.
Journal of Field Ornithology, 64 (2): 246-255.
Prater, A.J., Marchant, J.H. & Vourinen, J., 1987. Guide to the identification and ageing of Holartic
Waders. BTO. Tring.
Svensson, L. 1996. Guía para la identificación de los Paseriformes Europeos. SEO/BirdLife. Madrid.