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Este pequeño conjunto residencial de apenas una decena de viviendas unifamiliares fue mandado
edificar por el general Queipo de Llano en la década de los treinta, para atender las necesidades de
vivienda de damnificados por la Guerra.

Cuando se promovió esta barriada, alrededor todo era campo. Antaño cada casita tenía su huerto y
su vaquería, cuyos productos vendían en la ciudad. Abastecían de alimentos frescos a los habitantes
de barrios cercanos como Heliópolis. La única unión de esta barriada con la ciudad era un estrecho y
pequeño puente metálico que cruzaba el antiguo cauce del río Guadaira, en el que había que prestar
especial atención a no meter el pie en ningún hueco pues eso suponía caerse al agua.

La tipología edificatoria de las Huertas de San Gonzalo es la de una pequeña ciudad jardín para
clases populares, y tiene concomitancias con otras promociones inmobiliarias de dicha época como la
de la Plaza de Vista Hermosa (Barriada de Miraflores en el arrabal de La Macarena).

Su diseño urbanístico es avanzado para su momento histórico. Una vía de acceso da entrada a una
plazoleta delantera de forma cuadrangular, orlada de árboles, donde se pueden aparcar los
vehículos. En torno a ella se dispone el caserío como en un anfiteatro, mirándose unas viviendas a
otras.

Las casas de las Huertas de San Gonzalo son chalecitos unifamiliares de una sola planta. Tienen
muretes encalados y rejas bajas de entrada, con su tradicional buzón de correos al lado. Le sigue un
pequeño patio delantero, hermosamente adornado con macetas de flores y otras plantas, e incluso
con algunos alcorques de frutales como naranjos y limoneros. La mayoría han enlosado su
pavimento, o lo han entoldado, y se ha convertido en una sala de estar al aire libre.

Sus fachadas están pulcramente encaladas, y tienen rebordes de color albero como elemento de
transición a los tejados. Su parte inferior ƛhasta el medio metro de altura- se ha alicatado con
azulejos para limpiarlo más fácilmente.

Las puertas de entrada ƛal igual que en la barriada Elcano ƛ son de linda rejería metálica de forja
artesanal de tonos negros o verdes, y tienen forma de arcos de medio punto. Las ventanas o huecos
laterales tienen rejerías metálicas de formas geométricas que sirven también para protección contra
robos. El tejado a dos aguas y con tejas árabes tiene un diseño original. En la parte delantera hay un
tejado estrecho y con disposición longitudinal, que da cobijo al porche o espacio cubierto de la
entrada de cada casa. Este tejado confluye con el tejado del resto de la vivienda, dispuesto
transversalmente.

En definitiva, Las Huertas de san Gonzalo es una pequeñita ciudad jardín, ejemplar por dos cosas. La
primera, porque es un modelo de urbanización residencial abierta ƛes más, las casas de los vecinos
se miran unas a otras y hacia la vía de acceso- imperante a principios del siglo veinte; es decir, todo
lo contrario del modelo de urbanización cerrada imperante a principios del siglo veintiuno. La
segunda, por ser una continuación o prolongación en el tiempo de la arquitectura tradicional
sevillana (presente el elementos como sus paredes encaladas, rejerías metálicas y tejados de tejas
árabes a dos aguas), aún renovándola en algunos aspectos.
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En este sector de Los Bermejales se conserva un hábitat como pensado para gnomos o pigmeos. Se
trata de en torno al medio centenar de casitas bajas autoconstruidas hace más de medio siglo.
Tienen formas típicas de la arquitectura campesina andaluza. Corresponde al hábitat de las calles
Nuestra Señora del Carmen, del Pilar, de los Reyes y de la Antigua.

Estas casitas bajas tienen calles peatonales, tan estrechas y pequeñas como el caserío. Por sus
dimensiones (no superan los 60 metros cuadrados) tienen la condición de infraviviendas. Son
viviendas unifamiliares de una sola planta. Tienen fachadas encaladas, pequeñitas aberturas que
funcionan como puertas y ventanas, y tejados a dos aguas de tejas árabes. Algunas tienen también
un pequeño patinillo interior. Llama la atención no sólo su reducida superficie sino también su
pequeña altura (algo superior a los dos metros).

Esos techos tan bajos las hacen muy sensibles a las temperaturas extremas, aunque ahora están
más protegidas de las inclemencias meteorológicas por la urbanización más reciente que las rodea.
Por eso, a pesar de su humildad, todos los vecinos tienen incrustada en la esquina superior de la
fachada la verruga postmoderna del aire acondicionado.

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Es una pequeña y tradicional barriada de unos tres mil habitantes. Cuando el paseante accede desde
la prolongación del Paseo de la Palmera tiene una extraña sensación. La de encontrarse en un
pueblo de la vega sevillana.

A un lado, media docena de calles con casitas unifamiliares de una sola planta, pulcramente
encaladas, y arboladas con vetustos y espléndidos naranjos. Al otro lado, pisitos de tres plantas,
también con fachadas encaladas, separados cada cierto trecho por plazoletas llenas de alcorques con
naranjos.

Sin embargo, la modernidad rodea este escenario con sabor campesino por todos lados. Al fondo, el
escenario metropolitano y cosmopolita (podríamos estar en la ciudad norteamericana de San
Francisco) del Puente del Quinto Centenario. A ambos lados, los adosados y modernos bloques de
pisos de los Bermejales.

Accedemos desde el centro de Sevilla por una franja edificatoria especialmente apta para lo que se
ha dado en llamar Ơactividades escaparateơ. Se ha convertido en la prolongación del Paseo de La
Palmera, e incluso busca adueñarse de este nombre y el prestigio que conlleva en sus modernos y
minimalistas edificios para viviendas (Residencial La Palmera) y en sus edificios comerciales, de
oficinas y de servicios. Encontramos usos muy dispares que luchan por este emplazamiento tan
transitado y accesible. Gasolineras, complejos de oficinas, el complejo hospitalario de FREMAP, la
clínica AL ANDALUS, el Centro Andaluz de Reproducción Asistida, un BURGER KING y un
supermercado MERCADONA.

En la parte trasera, entrando a la barriada Elcano, encontramos en la parte oriental los terrenos
donde se ubica su centro social y comunitario, tal como se concebían estos espacios en los años
cincuenta del siglo veinte. Se trata de media docena de edificios exentos que no desentonan ƛcomo
los que se diseñan actualmente con una estética minimalista y postmoderna -, del tejido residencial
inmediato, ya que poseen la misma tipología arquitectónica del resto de la barriada. Es decir,
edificios de una o dos plantas, pulcramente encalados, y con tejados a dos aguas o azoteas.

Entre ellos, el restaurante Huracán (con un amplio velador en su patio interior de estilo tan sevillano
y andaluz), un bar-café, una autoescuela, un quiosco de prensa, la sede de la asociación de vecinos,
y la Iglesia de barrio.

Esta última tiene el aspecto de la ermita típica de cualquier pueblo andaluz. Está pulcramente
encalada. Su organización es de planta latina. Tiene una nave central y cuatro naves laterales, dos a
cada lado, que decrecen en altura. Su cubierta es de tejado de tejas árabes a dos aguas. Posee dos
elementos singulares. El primero es una linda torre espadaña con dos plantas. En la primera hay tres
campanas, y en la segunda una solitaria campana. En segundo lugar posee una fachada de entrada
única en Sevilla capital. Sobre la puerta hay un mosaico vidriado y multicolor. Representa a la Virgen
del Carmen (Patrona de los marineros) con el niño en brazos. Está entre nubes y desde allí impulsa
con su soplo a la nave del marino Sebastián Elcano, en su primera travesía al globo terráqueo.

La barriada fue construida entre los años 1954 y 1958 para acoger a los trabajadores de la factoría
Astilleros Españoles, situada en el cercano recinto portuario. Estuvo promovida por el Instituto
Nacional de la Vivienda (organismo estatal del Ministerio de Vivienda).

No sólo la iglesia antes citada está dedicada a temas marineros. También el mismo nombre de la
barriada (Elcano) y de sus calles, que se refieren a embarcaciones antiguas y tradicionales (Goleta,
Bergantín, Falúa y Fragata). Las excepciones son la calle dedicada a la patrona de los marineros
(Virgen del Carmen) y la plaza central, dedicada a la Marina Española.

Las calles del barrio presentan una doble tipología arquitectónica: casitas unifamiliares adosadas de
una sola planta, y bloques de pisos de tres plantas. Entre ellos no desentonan, al tratarse de edificios
encalados, y con el mismo mobiliario urbano. Calles arboladas con imponentes naranjos.

Además del centro social y comunitario y la iglesia ya citada hay otras dos instalaciones singulares.
La primera es la actual sede de un instituto de Investigación de la Consejería de Agricultura y Pesca
(Calle Bergantín). En ella estuvo el centro estatal donde se introdujo el cultivo del tabaco ƛya
desaparecido- en la Vega del Guadalquivir. Destacan las distintas y elegantes piezas dedicadas a
edificios administrativos y laboratorios. Tienen una altura de tres plantas y su rostro está
pulcramente encalado. El segundo elemento destacable es su amplio y hermoso jardín, con pinos,
cipreses y palmeras que alcanzan grandes alturas.

El segundo edificio notable es la sede actual de la FOAN (Federación de Mayores) y otros centros
formativos públicos y privados, así como del club de la tercera edad.

Lo más destacable es una esbelta torre, que podría confundirse con una segunda iglesia de barrio.
En realidad es una torre que servía como depósito de agua a dos piscinas al servicio del vecindario,
hoy desaparecidas. Esta torre tiene forma cuadrangular y está encalada. En su parte superior tiene
un hueco cubierto por unas celosías de madera oscura y una torre cónica decorada con azulejos
azules. Desde lejos resulta exótica. Recuerda una iglesia neomudejar o un morabito árabe.

El sector de la barriada Elcano formado por casitas o chalecitos unifamiliares es una ciudad jardín
tradicional, de urbanización abierta y calles tranquilas y de ambiente agradable. En cierta manera, a
pesar de que las viviendas son humildes y modestas, recuerda a ciudades jardín próximas como
Heliópolis, y al ambiente de los poblados de colonización de la Vega sevillana.

Un rasgo distintivo de estas viviendas es su rejería de forja artística y artesanal. Las puertas de
entrada son rejas en forma de arco de medio punto y las ventanas tienen rejería de forma
geométrica. Las fachadas encaladas tienen rebordes color albero en los marcos de puertas y
ventanas y en la transición a los tejados y azoteas. Resulta bastante bello contemplar todavía en
algunos lugares recónditos de Sevilla capital la presencia de modestas y sencillas viviendas, todo
encaladas, donde sólo resaltan las rejerías y persianas de madera de color verde de sus ventanas,
adornadas con macetas.

Hay dos problemas que afectan a la conservación de estas casitas unifamiliares (como las de la calle
Bergantín). El primero es que se sustituyan por casas modernas con otra tipología edificatoria, que
desentona con el entorno. El segundo problema es que sus patios delanteros se enlosen y conviertan
en aparcamientos privados, y pierdan su estética y vegetación primitiva.

Los bloques de pisos de tres plantas de la barriada Elcano son modestos y humildes. Tienen la
misma rejería que las casas unifamiliares. No obstante, muchos balcones se han cerrado con
estructuras de aluminio y se han incorporado como una habitación más. Cada cierto trecho estos
bloques de pisos se rehunden hacia dentro, y en ellos aparecen plazoletas llenas de alcorques con
naranjos, demasiado solitarias y abandonadas.

En definitiva, la barriada Elcano ha sobrevivido al paso de los años. Tiene el sabor de la arquitectura
de los pueblos vegueros y las ciudades jardín populares sevillanas. Y es una urbanización abierta a
todos, sin que de ello se resienta la convivencia vecinal.

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Es una barriada surgida en la década de los noventa, con un intenso crecimiento, de manera que ha
alcanzado en su pubertad los quince mil habitantes.
Pretende ser un ejemplo de barriada plenamente europea. Incluso, sus calles son un homenaje al
resto de países de la Europa Comunitaria y llevan nombres de países (Italia, Gracia, Dinamarca o
Reino Unido) y ciudades importantes de este ámbito (Estrasburgo, Bruselas, Dresde, Paris, Burdeos,
Colonia, Siena, Milán, Verona, Copenhague, Londres, Manchester, Rótterdam y Amsterdam.).

En algunos aspectos consigue ser una barriada modélica. La presencia masiva de viviendas de
protección oficial no es sinónimo de urbanización precaria y marginal como en tantos otros lugares
de Sevilla capital. Demos un ligero repaso a los mismos.
Por un lado, la barriada de los Bermejales destaca por su acertado orden urbano y territorial.

Los espacios periféricos acogen al tráfico masivo de entrada/salida de vehículos. Se trata de las
Avenidas del Reino Unido, de Europa, de Italia, de Alemania y de Grecia. Son muy amplias y tienen
al menos dos carriles en cada sentido de la circulación. Además, para que los automóviles transiten
por el interior del barrio, hay otras calles de tamaño intermedio ƛcon un solo sentido de circulación y
aparcamientos a ambos lados -, y otras de menor tamaño y con un badén central, que hace que los
vehículos convivan forzosamente con los peatones ƛal no poder superar determinadas velocidades ƛ.
La Asociación de Vecinos sólo pone una queja a esta organización viaria y del tráfico - más racional
que la de otras barriadas sevillanas-: Las grandes avenidas periféricas deberían tener más badenes
reductores de velocidad, pasos de cebra y semáforos, que eviten sustos y atropellos.

Estas avenidas periféricas sirven también para otras dos funciones. La primera de ellas es dar
acogida ƛen las plantas bajas de los edificios ƛal tejido comercial de la barriada. De esta manera,
conviven los supermercados de manzana de las potentes franquicias nacionales e internacionales
(ALDI, Mercadona, etc) con el pequeño comercio familiar y de esquina. Este presenta una ventaja
importante respecto a otras barriadas históricas sevillanas. No hay comercio tradicional en recesión y
en crisis. Los nuevos comercios se especializan en ramos de actividad que no se verán impedidos en
su desarrollo por los supermercados de manzana. No hay tiendas de comestibles o de ropa en
declive, sino modernos bancos, restaurantes y tiendas de informática. El comercio está dentro del
barrio y se puede ir a comprar a pie. El ambiente es bullicioso y animado en las horas punta del día.
¡Cuantas urbanizaciones del Aljarafe desearían un modelo similar¡ En tercer lugar, las avenidas
periféricas han sido aprovechadas como principales espacios libres y zonas verdes de la barriada.
Disponen en su sector central de amplios y cómodos bulevares arbolados y con césped, bancos y
parques infantiles, donde el vecindario puede pasear y estar al aire libre. Complementariamente, las
calles interiores tienen un arbolado relativamente denso y en buen estado. Crea una atmósfera
excesivamente sombría y fresca en invierno, pero dulcifica los calores del verano.

Una segunda cualidad del barrio de los Bermejales es que a la función de ciudad dormitorio añade
una variada gama de equipamientos en su sector este y sur (el más próximo al puente del Quinto
Centenario). Allí se han ubicado una parroquia de estética contemporánea; de esas donde ya no
suenan las campanas, y que se corona con sendas torres cúbicas acristaladas que envuelven cruces
minimalistas; un parque periurbano y el complejo deportivo universitario de la capital. Asimismo,
está previsto que acoja ƛa pesar de las retiscencias de los vecinos- una gran mezquita, y cinco
delegaciones provinciales de la Junta de Andalucía, que se ubicarían en un único complejo
administrativo, y se baraja la idea de que se alce también un edificio de El Corte Inglés. A ello hay
que sumar que en el entorno de la Avenida de la Palmera y su prolongación hasta Bellavista se
sitúan tres residencias sanitarias (Virgen del Rocío, antiguo Hospital Militar y Hospital de Valme) y
numerosos centros sanitarios y clínicas privadas.

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El Parque periurbano situado el final de la Avenida de Alemania (entre ésta y la vía de acceso desde
la ronda de circunvalación SE 30, el Puente del Quinto Centenario y la Avenida de la Raza) es un
buen ejemplo de restauración de espacios degradados para uso público, que ha contado con
financiación comunitaria. El resultado es loable.

Se trata de un parque de estilo inglés o aparentemente asilvestrado. Dispone de césped y una


incipiente y densa arboleda mediterránea que será bosque en pocas décadas- No hay apenas
superficies duras, sino caminos de albero y tierra para el tránsito interior.
Además, se han respetado los desniveles del terreno, con una pequeña colina en su parte norte, lo
que da más naturalidad a esta intervención.

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La residencia universitaria es un pequeño barrio dentro de esta reciente barriada, con capacidad
para unos quinientos estudiantes. Se ofrece como alternativa a los típicos pisos de estudiantes en el
núcleo urbano, a la manera de las instituciones ya tradicionales en países como Gran Bretaña o
Estados Unidos.

Es un moderno espacio residencial donde los estudiantes pueden hacer su vida aparte. En sus
habitaciones tienen baño e INTERNET, y servicios de cambio de lencería y limpieza semanal. Se les
trata como si fueran principitos de la difunta Lady Diana.
Además, esta residencia universitaria dispone de servicios propios y adaptados para la comunidad
universitaria como una sala de recepción que funciona las 24 horas, sala de estudios, sala de
ordenadores, servicio de fotocopias y faxes, comedor, bar-Cafetería, salón de televisión, lavandería,
aparcamientos y autobús propio a las facultades.
Hay también un enorme complejo deportivo universitario, con campo de rugby de hierba natural,
campo de césped artificial para fútbol y hockey, dos pistas polideportivas, cuatro pistas de tenis y
ocho pistas de pádel de césped artificial. Podríamos hallarnos en cualquier ciudad universitaria
anglosajona.

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Desde que en el año 1248 el rey Fernando III conquistara Sevilla no se habían vuelto a construir
mezquitas (como lo fueron la Giralda o la Iglesia parroquial del Salvador).

Durante los siete siglos siguientes la Realeza y la Nobleza andaluza y española apoyaron la
construcción de magníficos templos parroquiales, iglesias, ermitas, monasterios y conventos
destinados exclusivamente a la Iglesia Católica.

Sin embargo, la Iglesia Católica cada vez se beneficia menos de las importantes donaciones y
herencias que, quizás para salvar sus conciencias, recibía antaño de las familias más poderosas e
influyentes de la ciudad y el país. Sus miembros mayores no siempre tienen la fe devota e
incondicional de antaño; se han ido secularizando, como los Gobiernos y la sociedad en su conjunto.
Ahora, los magnates españoles y andaluces invierten preferentemente en Bolsa y en opas más o
menos salvajes. Y, a veces, en sus propias fundaciones humanitarias y ONGs.
Por el contrario, el emirato de Sharjah, gobernado por la familia Al Qasimi y englobado en los
Emiratos Arabes Unidos, sí que invierte parte de sus inmensas fortunas en los creyentes del Islam
que viven esparcidos por el resto del mundo. Por ello, quiere financiar la construcción de una gran
mezquita en el lado sur de Los Bermejales (muy cerca de la circunvalación SE 30).

Sería la mayor mezquita islámica de Europa, ya que ocuparía una parcela de seis mil metros
cuadrados cedida por el ayuntamiento, y podría dar albergue a varios miles de creyentes.

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Por lo que se refiere a su parque de viviendas, en los Bermejales conviven promociones inmobiliarias
de diferente tipología.

El borde occidental (más próximo al río Guadalquivir) y norte de Los Bermejales (uno de los más
antiguos) fue diseñado como urbanización cerrada de casitas adosadas y chalets unifamiliares, y
excepcionalmente contiene algunos bloques de pisos de baja altura.
Son promociones residenciales destinadas a familias de ingresos medios y altos. Las viviendas
presentan, en general, estilos funcionales y minimalistas.

Las calles del borde occidental albergan grupos de chalets y viviendas unifamiliares
pretenciosamente elegantes, que recuerdan los de urbanizaciones de alto standing del Aljarafe.

El diseño de las viviendas adosadas del borde norte de Los Bermejales es, en general, menos
afortunado. Casi todas tienen pequeñas parcelas edificables, donde se intenta aprovechar al máximo
el espacio disponible.
Los hogares están separados abruptamente de la vida de la calle por muros de ladrillos o blindados
metálicos de dudosa estética. Tienen un pequeño patio delantero donde se apretuja la vegetación,
restando aireación e iluminación a la planta baja.

La planta intermedia posee soluciones diversas. A veces las ventanas son como estrechos camarotes
de buques; en otras ocasiones las ventanas son más anchas que largas (como en los búnkeres). Sólo
en contados casos las ventanas son amplias y de formas tradicionales, y optimizan tantos días
soleados y la inigualable luz que tiene Sevilla capital.

En la última planta algunos de estos adosados poseen un balcón y pequeño patio a la manera de
solarium, que intenta solventar el precario diseño arquitectónico de las plantas inferiores. El remate
de estos adosados es de una estética dudosa. Chimeneas minimalistas (que nada tienen que ver con
la arquitectura tradicional sevillana) se reparten el tejado con las antenas parabólicas.

Sin embargo, el sector central y sur de la barriada de los Bermejales no tiene nada que ver con las
ciudades dormitorio de viviendas unifamiliares y adosados del Aljarafe. Todo este sector de la
barriada se ha dedicado a bloques de pisos de mediana altura (entre 3 y 6 plantas) para familias de
ingresos medios, combinando las promociones de renta libre y las de protección oficial.

Este sector de la barriada sigue el modelo de urbanización abierta, y tiene una vida callejera más
animada que el anterior.

Además, aún no se ha completado. Hay una parte de esta barriada que está llegando a la
adolescencia y otra aún por nacer (los bloques de pisos del borde sur, entre la Avenida de Alemania
y la SE 30, donde se alza un bosque de grúas y pisos a punto de terminar).
Los bloques de pisos son de estética funcional o minimalista. La mayoría son de ladrillo visto de
colores de tonos claros y pardos, aunque también los hay rosas o grises.

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Esta zona antes se llamó Elcano, y ahora se nombra Los Bermejales. Conviven aquí dos paisajes
urbanos muy diferentes: El paisaje anciano de Elcano-Huertas de San Gonzalo, y el paisaje
adolescente de Los Bermejales.

Comparemos uno con otro, y confirmaremos esta cuestión.

La barriada Elcano bautizó sus calles con nombres de embarcaciones que ya casi sólo se contemplan
en las películas de piratas (bergantín, falúa, fragata o goleta). Los Bermejales, por el contrario, tiene
un nomenclátor callejero rabiosamente contemporáneo: Los centros de decisión (Estrasburgo,
Bruselas, etc.), las capitales y los países de la Unión Europea (a la que España se adhirió en 1986).

Elcano recuerda los barrios históricos sevillanos y los poblados de colonización de la Vega del
Guadalquivir. El conjunto bermejaleño nos evoca un moderno barrio de cualquier gran urbe del
mundo.

En el primero, las calles son mansas, solitarias y silenciosas, huelen a naranjo y azahar, suenan a
trinos de pájaros. En el segundo, las calles son concurridas y bulliciosas de tráfico de vehículos y
gente joven, huelen a asfalto y gasolina, y su música más característica es la de los cláxones y
motores de vehículos, las voces de la vida comercial y el run-run de los aparatos de climatización.

En la barriada antigua predominan las personas mayores, que consumen apaciblemente aire, sol y
tertulias. Los vecinos conversan largamente de toda su vida, desde que jugaban en las calles cuando
eran niños. En Los Bermejales las familias jóvenes pasean por las avenidas consumiendo ƛcon la
vista, el pensamiento o en la práctica- la amplia variedad de artículos y servicios que ofrecen los
comercios.

Entramos en una casita de Elcano y los rostros de las paredes están llenos de una galería -casi
museo- de fotos antiguas, objetos y recuerdos de hasta medio siglo y más; de macetas con plantas y
flores que se riegan diariamente en vestíbulos, balcones, azoteas, ventanas y patios; de juegos de
cartas y dominó entre hombres; de mujeres que cosen y bordan. En los hogares bermejaleños hay
cientos de canguros mecánicas (play station, video y televisión) que entretienen a niños y jóvenes,
mientras que los adultos se sumergen entre los archivos y teclados del ordenador personal o
navegan en seco por Internet.

Elcano está colmado de viejas historias. Las huertas y vaquerías que hubo; las piscinas donde se
bañaban los niños; el centro oficial donde se introdujo el tabaco en la provincia de Sevilla. Todo ya
desaparecido. Y sus habitantes han asistido al nacimiento, auge y declive de los Astilleros Españoles,
donde tantos hombres trabajaron de por vida. Hasta tres generaciones han celebrado bautizos,
comuniones, bodas y entierros en su pequeña iglesia. Por el contrario, Los Bermejales está
comenzando a escribir su historia, aún llena de interrogantes: ¿Cuánto más se crecerá? ¿Habrá
mezquita y gran centro comercial con multicines? ¿Veremos algún día convertido en bosque al
parque periurbano del borde sur?

Diciembre 21st, 2006 | Categoría: Reflexiones prestadas |

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