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PARTICIPACION POPULAR EN TOMA DE DESICIONES

¿Cómo puede definirse la participación?

El diccionario Larousse define como participar: "dar parte, comunicar, tener parte en algo." En la literatura
especializada se ha definido de diferentes maneras y puntos de vista, adjetivándose el término en dependencia
de la esfera de la vida social en que la participación tiene lugar. Por ejemplo, se habla de participación política,
social, económica, cultural, comunitaria, ciudadana, electoral, industrial, etc. En cada una de estas esferas la
participación adopta formas y mecanismos específicos; por ello en la doctrina encontramos bastante confusión
y ambigüedad en el uso de este término.

La participación tiene lugar a través de las llamadas formas de democracia directa, que incluyen todas aquellas
que se producen sin mediación de la representación (elecciones, referendos, consultas, etc), aunque en el Estado
moderno es muy difícil prescindir de esta última, por lo que a veces, suele llamarse participación indirecta a
aquella que tiene lugar a través de los representantes.

En cada una de las esferas en que se desarrolla la participación, esta constituye una acción que tiene que ver con
las necesidades y aspiraciones humanas y la capacidad del hombre de concientizar esas necesidades y buscarle
solución, por ello el acto de participar no significa solamente tener parte en algo preconcebido, ser consultado
sobre algo ya decidido, o estar presente en una actividad determinada, sino que participar significa intervenir
desde la propia determinación y concientización de las necesidades hasta la valoración y selección de sus
posibles soluciones.

Por lo general, en la literatura suele emplearse indistintamente los términos participación popular y
participación política, sin embargo, a nuestro modo de ver, el primero es más amplio que el segundo, en tanto
aquel puede abarcar todas las esferas de la vida social incluyendo la política. Participación popular significa
participación del pueblo y esta puede tener lugar en todas las esferas de la vida social, pudiendo adjetivarse
como "popular" siempre que la mayoría de los ciudadanos comunes se involucren en ellas.

La participación política propiamente dicha se vincula estrechamente a las relaciones de poder y de dominación
clasista consustancial al tipo de democracia imperante en una sociedad, por lo que esta tiene lugar en el marco
de las Relaciones jurídico políticas. Ello no significa que los otros ángulos desde los cuales se puede enfocar la
participación (relaciones económicas, culturales, laborales, etc) no aporten elementos esenciales en torno a la
democraticidad del régimen existente, pero es a nivel político donde se deciden los asuntos relativos al poder,
por ser allí donde radica el Estado como su principal instrumento. Por ello, la participación política puede
mostrar como ninguna otra cómo se produce en la sociedad el empleo efectivo del poder en la regulación de las
relaciones sociales, a partir de los intereses de clase.

En su dimensión jurídica la participación política debe ser entendida como un derecho político del ciudadano
que se expresa o materializa a su vez, a través de otros derechos. Como derecho político debe implicar el
involucramiento activo de los ciudadanos en tres relaciones jurídico políticas fundamentales: las que se derivan
del proceso de conformación de los gobiernos (selección de los representantes); las que se derivan del control
de los gobernantes (control de la representación); y las que se derivan de los procesos de toma de decisiones
públicas (procesos decisionales). Cada elemento incluido en esta definición puede servir de indicador general
del estado de la participación política en una sociedad y también como indicador para la investigación concreta
en torno a este asunto. En el caso específico de la participación en la toma de decisiones, puede definirse como
el derecho político del ciudadano a intervenir directamente en el proceso de toma de decisiones públicas como
manifestación esencial del ejercicio del poder político.

La toma de decisiones es una actividad humana que tiene lugar en todas las esferas de la vida social, siendo una
manifestación esencial del poder en cualquier tipo de relación social, ya sea económica, política, familiar, etc.
Suele concebirse como un proceso integrado por diferentes fases o etapas que van desde el planteamiento o la
determinación de un problema o necesidad, su solución a través de una decisión, hasta su ejecución y control.
Estas fases varían en cuanto a su realización e importancia de acuerdo al marco concreto en que tiene lugar el
proceso decisorio.
Todo proceso decisorio tiene un fin u objetivo concreto, dado en brindar solución a determinado problema o
necesidad humana en cualquiera de las esferas en que este tenga lugar. Puede ser estudiado e investigado en
todas estas esferas. De hecho existen numerosos estudios del tema, sobre todo en el ámbito de la dirección
empresarial y de la dirección estatal, teniendo en cuenta que el éxito de una empresa o de un gobierno depende
en gran medida de la eficacia de sus decisiones.

La toma de decisiones públicas en el ámbito político constituye la manifestación o atributo esencial del
ejercicio del poder político. Se convierte en una relación jurídica en tanto el vínculo que se establece entre los
órganos decisores (instituciones estatales de poder) y los destinatarios de las decisiones (ciudadanos) genera
derechos y obligaciones recíprocos. Entre las obligaciones del Estado está la de encausar el proceso decisorio
hacia la solución y satisfacción de las demandas de los ciudadanos, así como garantizar a estos el derecho de
participación en el proceso decisorio. Esta relación jurídico- política expresa la relación Estado-individuo que
prevalece en un sistema político dado.

La toma de decisiones públicas es una atribución de las instancias de poder en los diferentes niveles en que se
organiza territorialmente el Estado. En la instancia municipal se encamina fundamentalmente a la solución de
los problemas y demandas de la comunidad local, y aunque a este nivel se manifiesta con matices, formas y
alcance diferente, al igual que en las instancias territoriales superiores constituye un proceso integrado por una
serie de fases o etapas estrechamente unidas, que son: a) identificación del problema; b) búsqueda de
alternativas de solución; c) selección de la alternativa óptima, o toma de la decisión; d) ejecución o
implementación de la decisión y; e) control de la ejecución de la decisión.

El producto final del proceso decisorio son las decisiones públicas, que pueden definirse como aquellas que
emanan de los órganos e instituciones estatales de poder, en las cuales se expresa el ejercicio del poder político
y que van dirigidas a la sociedad en su conjunto. Las características de esas decisiones y del proceso decisorio
en su integridad reflejan el carácter de la relación existente entre gobernantes y gobernados, de ahí que el grado
de democraticidad de un sistema político dependa en gran medida de los niveles de participación real de los
gobernados en la toma de decisiones públicas, de las cuales son sus destinatarios fundamentales. Por otra parte,
de la efectividad del proceso decisorio encaminado a satisfacer las demandas sociales, depende también en gran
medida, el éxito o fracaso del sistema del dominación imperante.

Participación en la Toma de Decisiones: Mediante procesos de selección de quienes integrarán los órganos de
Gobierno -a través del sufragio universal- o mediante espacios institucionalmente abiertos para consultas sobre
los contenidos de las políticas y programas de gobierno.

Sociedad multiétnica y pluricultural

Sociedad multiétnica:

Las sociedades multiétnicas a diferencia de las sociedades nacionalistas, integran a diferentes grupos étnicos,
sin importar diferencias de cultura, raza e historia. Todas las grandes ciudades pueden ser consideradas
sociedades multiétnicas, incluso aquellas en la que el odio racial y la intolerancia étnica son frecuentes.

También, muchas naciones que todavía hoy son consideradas monoétnicas tienen sus orígenes en un proceso
más o menos violento de fusión o mezcla.

Sociedad pluricultural:

Toda cultura es básicamente pluricultural. Es decir, se ha ido formando, a partir de los contactos entre distintas
comunidades de vidas y que aportan sus modos de pensar, sentir y actuar. Evidentemente los intercambios
culturales no tendrán todas las mismas características y efectos; pero es a partir de estos contactos que se
produce el mestizaje cultural, una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas. Pero
los contactos entre culturas pueden tener características muy diversas.
La Sociedad Venezolana en la Actualidad

Al igual que ocurre en la evolución política y económica de Venezuela, su dinámica social ha estado
fuertemente condicionada por el impacto de la actividad petrolera y de los cuantiosos recursos fiscales que ésta
ha generado en los últimos sesenta años. Por esta razón, los principales cambios ocurridos en la estructura
social venezolana, tales como el crecimiento demográfico, la urbanización de amplios sectores de la tradicional
Venezuela rural, la marginalidad creciente, entre otros, se relacionan en mayor o menor medida, con el papel
protagónico jugado por el Petróleo en la vida nacional.

La Evolución de la Estructura Social Venezolana:

La sociedad venezolana se ha formado en un proceso desigual, que responde, además de a las influencias
históricas tradicionales, como parte del imperio español, a otras que se derivan de la influencia del petróleo.
Desde 1945 y hasta hoy, la población venezolana no ha cesado de aumentar. En las últimas décadas se ha
acentuado el proceso de formación de grandes ciudades, pero al mismo tiempo se han multiplicado las
medianas y pequeñas, como consecuencia de la elevación del crecimiento demográfico que ha sido
consecuencia de la desaparición del paludismo y otras endemias y epidemias, y de un aporte significativo de
inmigración europea y latinoamericana. Población, densidad y crecimiento, censo 1873 - 2001.

El constante aumento de los ingresos petroleros ha formado en los últimos años un modelo de poblamiento
bastante concentrado en algunas áreas del territorio nacional. En esas regiones, algunos viejos núcleos
alcanzaron en 1990 magnitudes demográficas inimaginables en la Venezuela agropecuaria; al mismo tiempo,
grandes extensiones del país continúan hoy casi despobladas. Es decir que uno de las características básicas de
la sociedad venezolana es sin duda, una desequilibrada y poco armoniosa distribución espacial de su población
a lo largo y ancho del territorio.

La Venezuela petrolera al concentrar sus grandes recursos en las ciudades, inauguró y afianzó el predominio del
hábitat urbano, a la vez que profundizó los desequilibrios existentes en la repartición de la población en todo el
territorio. El impacto del Petróleo ha sido de tal magnitud que, mientras que en 1926, cuando comenzó a
preponderar el ingreso petrolero, los pobladores rurales representaban el 85% de la población total, en la
actualidad menos del 20% de la población vive en el campo. A pesar de esa transición de un modo de vida rural
y tradicional a otro urbano, en general en Venezuela no se han logrado introducir cambios notables en la
distribución geográfica del poblamiento, ya que la tendencia histórica de los habitantes a concentrarse en la
franja costero-montañosa se ha mantenido en el tiempo hasta el día de hoy.

La Población de Venezuela en La actualidad:

Principales Características Demográficas

Entre octubre y noviembre del año 2001 y tras más de cinco años de preparativos, se realizó en Venezuela el
XIII censo general de población y vivienda, en el cual por primera vez se llevó a cabo simultáneamente el
Censo General y el de las Comunidades Indígenas. La organización, ejecución y publicación de los resultados
estuvo a cargo del Instituto Nacional de Estadística (INE) ; los resultados del censo constituyen la más
importante fuente para analizar la estructura demográfica de la sociedad venezolana en la actualidad.

El XIII Censo de Población y Vivienda comprendió dos operativos, el Censo General, que arrojó 23.054.210
habitantes, y el Censo de las Comunidades Indígenas, en el cual se registraron 178.343 habitantes y actualmente
se culmina el procesamiento de todas las variables investigadas. Esto implica un total de 23.232.553 personas
residentes en el país para el momento del Censo 2001; En el Censo General 354.400 personas se declararon
pertenecientes a un pueblo indígena, lo cual ubica la población indígena total del país en 532.743 habitantes
(2,3 %). Cifras población y vivienda por entidad federal del censo de 2001

En comparación con el Censo de 1990, la población aumentó 28,3%, ello corresponde a una tasa de crecimiento
anual de 2,3 personas por cada 100, índice que para el período 1981-90 fue 2,5. Es de destacar, que en los
resultados de 1990 no se incluye la población indígena censada en comunidades de muy difícil acceso, la cual
fue objeto del Censo Indígena realizado en 1992 (118.000 personas empadronadas).
Con respecto a la tasa de crecimiento, se ubican por debajo del promedio nacional las entidades: Distrito
Capital (0,1%); Vargas (0,6%); Delta Amacuro (1,3%); Sucre (1,3%); Táchira (1,9%); Trujillo (1,9%); Miranda
(2,0%); Mérida (2,1%); Portuguesa (2,1%); Amazonas (2,2%) y Falcón (2,2%). En el promedio nacional se
encuentra Guárico (2,3%), y por encima de éste: Lara (2,4%); Yaracuy (2,4%); Aragua (2,4%); Carabobo
(2,6%); Apure (2,6%); Zulia (2,7%); Bolívar (2,8%); Cojedes (3,0%); Nueva Esparta (3,2%); Anzoátegui
(3,2%); Barinas (3,6%) y Monagas (3,8%). Las Dependencias Federales, que no se clasifican como Entidad
Federal, registraron una tasa de crecimiento de 3,6%.

Las Entidades: Amazonas, Anzoátegui, Barinas, Falcón, Monagas, Trujillo y Distrito Capital, así como las
Dependencias Federales presentan índices de crecimiento superiores a los de período 1981-1990. Debido al
descenso de la natalidad que experimenta el país, en general, las tasas de crecimiento de este último período,
1990-2001, deberían ser menores que las registradas en el período censal anterior. El no cumplimiento de este
supuesto puede deberse a la migración interna, a una omisión en el censo anterior mayor a la de este Censo, o,
en menor medida, a la incorporación de la población indígena selvática. En todo caso, la investigación de esta
situación deberá ser objeto de estudios posteriores que permitan explicar cuáles pueden ser sus causas.

La población de mujeres pasó de 9.085.508 en 1990 a 11.651.341en este Censo. Ello correspondió a un
aumento de la proporción de mujeres de 0,3%, al pasar de 50,2% a 50,5%, y a un índice de masculinidad que
pasó de 99,3 a 97,9 hombres por cada 100 mujeres.

La estructura de edades evolucionó, pasando la proporción de los menores de 15 años de 37,3% en 1990 a
33,1% en el 2001. La proporción de población de 15 a 64 años, o en edad activa, incrementó su participación de
58,7 a 62,0 por ciento, al igual que la población de 65 años y más, o de la tercera edad, que pasó de 4,0% a
4,9%. Esto último significa cambios en la demanda de los servicios médicos asistenciales propios de este grupo
de edad, así como en la infraestructura urbana adecuada - hogares colectivos, transporte público, entre otros -.
En este Censo se registraron 907.692 personas con alguna discapacidad (3,9%). En el Censo anterior 326.282
personas correspondían a este grupo (2,0%). La población nacida en otros países se ubica en 1.014.318 (4,4 %),
lo cual muestra un descenso de 1,3 puntos con respecto a 1990, (5,7 %).

La tasa de actividad neta correspondió a 55,1; es decir, de cada 100 personas de 15 años o más, 55 se declararon
activas (ocupadas o desocupadas ). En el Censo de 1990 esta tasa fue 55,4. Por sexo se destaca la mayor
participación de las mujeres dentro de la actividad económica. Su tasa de actividad pasa de 33,8% en 1990 a
37,5% en el 2001, mientras la tasa masculina desciende, pasando de 77,6% a 73,5%. Estos cambios ya han sido
observados en sociedades donde se incrementa la incorporación de la población al sistema educativo y, en
consecuencia, hay una mayor incorporación de las mujeres a la fuerza de trabajo. Por el contrario, esto ocasiona
una disminución en la participación de la población masculina, fundamentalmente en la de menos de 25 años.

La tasa de analfabetismo en la población de 10 años y más se ubicó en 6,4%, lo cual representa una importante
disminución de 2,9 puntos respecto al Censo de 1990. La asistencia escolar está directamente relacionada con la
edad. En el grupo de 7 a 12 años se registran los mejores niveles, los cuales descienden a medida que aumenta
la edad debido a problemas de deserción, reprobación o por la necesidad de incorporarse al mercado de trabajo.
En el grupo de 7 a 14 años, que corresponde a la población que asiste a la Educación Básica, se observa en este
Censo una mejora, al pasar la proporción de 64,0% en 1990 a 67,2%, ello implica a futuro un aumento en la
demanda de la Educación Media y Superior. El total de viviendas empadronadas fue 6.242.621, lo que
representa un crecimiento de 51,9% con respecto a 1990. De ellas, 5.192.923 son viviendas familiares
ocupadas, obteniéndose un promedio de 4,4 personas por vivienda.

Principales problemas Sociales de la Venezuela de hoy

Al inicio del siglo XXI, la sociedad venezolana ofrece un cuadro variado y complejo a los ojos de los analistas,
especialmente por los hábitos y tensiones de la sociedad urbana, la difícil situación de los reducidos sectores
rurales del país, la agudización del conflicto político con su respectivo impacto en la realidad socioeconómica,
los índices de criminalidad, los fenómenos de transculturación, los movimientos migratorios internos y
externos, la violencia política y no política, las drogas, las características del consumo y por encima de
todo, el impacto de la riqueza originada por el ingreso petrolero.

La evolución hacia la modernidad de la sociedad venezolana se produce en momentos de grandes


transformaciones mundiales. Las tendencias a la globalización de la economía y la interdependencia de los
mercados imponen modelos de producción, distribución y consumo a toda sociedad que quiera modernizarse.
La competencia en un mercado mundial con alta exigencia tecnológica y de productividad supone una enorme
presión sobre países como Venezuela en alcanzar las exigencias de ese mercado, supone unos ajustes
estructurales cuyos costos sociales resultan muy altos.

Es interesante notar que los venezolanos nacidos después de 1970 difícilmente se pueden imaginar lo
que era el país a la muerte del dictador Juan Vicente Gómez. Lo que se formuló en aquellos años que siguieron
a los inicios de la actividad petrolera y a la implantación del sistema democrático como características del
proyecto nacional ha sido en buena parte alcanzado, aunque la distribución de sus beneficios se ha hecho en
forma desigual teniendo como resultado una sociedad marcada por la injusticia social. Por tanto, los
venezolanos de hoy sienten profundamente la necesidad de modernizar a Venezuela, pero teniendo siempre
presente la importancia de evitar la exclusión social.

De este modo, la evolución de la dinámica social en las últimas décadas se ha caracterizado por el predominio
de la vida urbana, fenómeno inseparable de la actividad petrolera, que ha favorecido el crecimiento anárquico
de las principales ciudades venezolanas. El crecimiento constante de la población ha sido acompañado de un
notable desmejoramiento de la calidad de vida, por lo que son múltiples los retos que debe enfrentaren el
presente la sociedad venezolana; de todos ellos el más difícil de solucionar, por la naturaleza de los retos que
plantea, es sin duda, la superación de la pobreza y la marginalidad.

La Marginalidad, principal problema social de Venezuela en la actualidad

El más complejo problema social en la Venezuela de hoy, lo constituye la realidad de la marginalidad,


problema éste que posee naturaleza social. Hoy día, según cifras suministradas por el Instituto Nacional de
Estadística, más del 50% de la población venezolana vive en condiciones de pobreza, estando en constante
aumento ésta cifra día a día. La imposibilidad de amplios sectores de la sociedad venezolana de acceder a los
más elementales servicios básicos, tales como agua potable, alimentos, educación, representa una realidad cada
vez más común. El perfil Nacional de la pobreza, 2002

El origen de la marginalidad se encuentra profundamente asociado a la naturaleza y características de la


estructura económica del país, pues ella se halla, como la mayoría de las economías subdesarrolladas de
América Latina, deformada y desarticulada, en especial por su poca competitividad y por la gran dependencia
de las economías del Primer Mundo. Ésta situación económica produce fuertes desajustes sociales como
consecuencia de la ausencia de empleos bien remunerados, así como por las dificultades para acceder a los más
elementales servicios de salud o educación en la que se encuentran las personas que viven en condiciones de
marginalidad. En general, las políticas del Estado venezolano para combatir la pobreza han fracasado, ya que
no han sido capaces de lograr un fortalecimiento de la economía que se traduzca en la creación de empleos.

La inmensa mayoría del denominado gasto social de los gobiernos que desde 1958 y hasta la actualidad han
gobernado a Venezuela, ha sido ineficiente, pues se ha dirigido a aplicar políticas inmediatistas �es decir
�Paños Calientes�- que muy poco han logrado mejorar la realidad socioeconómica venezolana.

En el caso venezolano, a diferencia de las grandes aglomeraciones urbanas de los llamados países
desarrollados, la población que se agrupa en ciudades no es consecuencia de la industrialización sino de la
aglomeración en búsqueda de oportunidades diversas. En la época en que se concentraron las obras públicas en
Caracas (1948-1958) mucha gente se desplazó a la capital. Más tarde la urbanización fue consecuencia del
relativo fracaso de las diferentes políticas agrarias emprendidas y de los bajos niveles de producción y de
productividad en el campo. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia se ha frenado algo, debido a
diversas causas, entre las cuales se cuenta la presencia de los centros poblados surgidos de la reforma agraria,
así como el aumento de la producción agropecuaria en volumen y remuneración.
A pesar de esto, el proceso de aglomeración urbana ha sido, en gran parte, ruralización de las ciudades
porque el campesino que emigra del interior transporta con él sus hábitos sin cambiarlos por los de la cultura
urbana. Al desubicarse se desarraiga de su Ecología, de su sistema de vida y de su ambiente afectivo. Esto
produce un trauma muy común en las grandes áreas urbanas del país, en algunas de las cuales se producen
fenómenos de contradicción y de violencia social, de criminalidad e inseguridad, cada vez más notorios.

La presencia de la marginalidad afecta todos los órdenes de la vida social, económica, política y cultural de la
sociedad venezolana, entorpeciendo además, todos los esfuerzos planificadores del Estado venezolano. Esta
dura realidad ha sido catalogada como �Bomba de Tiempo� por distintos especialistas, ya que la frustración
de las expectativas de la mayoría de la población puede originar, como ya ocurrió el 27 de febrero de 1989,
fuertes explosiones sociales, que además repercuten en la estabilidad del sistema democrático venezolano.
Además el problema de la marginalidad genera una especie de círculo vicioso en el que, muchos hijos reciben
de sus padres la pesada herencia de tener que vivir en condiciones de exclusión y pobreza extrema.

La superación de la marginalidad, como ya se señaló, constituye el mayor reto que enfrenta la sociedad
venezolana en la actualidad, pues su superación implica un esfuerzo que desborda la sola actuación del Estado,
para convertirse en responsabilidad de toda la sociedad. Superar la pobreza requerirá de distintos planes,
políticas y sobre todo, mucha voluntad y conciencia política y ciudadana. Entre las directrices que han de
seguirse se destacan:

* La superación de la Pobreza debe ser un objetivo prioritario no sólo para el Estado, sino para todo el
conjunto de la sociedad. Esto implica la adopción de políticas estructurales y de carácter global para lograr ese
objetivo.

* Es absolutamente necesario construir un sistema educativo de calidad, que garantice a la mayoría de la


población y sin exclusiones, una capacitación adecuada, además de dotarle de una sólida formación en valores.

* El Estado debe ejercer la planificación y control de los movimientos migratorios, planes de urbanismo y en
general, todos aquellos aspectos que incidan el crecimiento de los sectores marginales en las ciudades; para
ello, es necesario el fortalecimiento y diversificación del aparato productivo nacional, para garantizar el pleno
empleo en todo el territorio.

* Es necesario invertir mayores recursos en Educación, salud y en general en la seguridad social. Sin
embargo, ese gasto debe ser racionalizado para que sea eficiente y tenga en realidad impacto en el
mejoramiento de la calidad de vida de la mayoría de la población.

Debe evitarse la aplicación de políticas que aborden la pobreza exclusivamente desde su dimensión económica;
los famosos �paquetes� económicos aplicados en América Latina en los años Noventa, lejos de ser la
solución prometida al problema de la pobreza, paso más bien a ser parte del problema.

La situación Social actual de las Comunidades Indígenas venezolanas

El término �Comunidades Indígenas � es un concepto muy amplio cuya definición ha estado siempre sujeta a
controversia. En general, se utiliza para designar a aquellos grupos étnicos que se caracterizan por poseer
formas de vida y organización distintas de las de las sociedades �Modernas� e industrializadas. Parte de la
controversia existente alrededor del término mencionado, tiene su origen en su común utilización como
sinónimo de �Primitivo�, �Atrasado� e inclusive �Incivilizado�.

La Expansión del modo de vida �Occidental�, ha exportado al resto del mundo sus formas de organización
social, política, su ética, y formas religiosas, lo que ha colocado a la inmensa mayoría de las comunidades
indígenas de América Latina y otras partes del mundo, ante una difícil situación en la cual se debaten en el
dilema Tradición Vs. Modernidad; la necesidad de recursos naturales ha llevado a las sociedades modernas ha
expandir su radio de acción a los territorios tradicionalmente ocupado por comunidades indígenas, y éstas no
han podido hacer frente de manera efectiva a esa expansión occidental, por lo que se han visto marginadas de
los territorios que históricamente venían ocupando durante siglos.
En Venezuela, las Comunidades Indígenas que sobrevivieron al genocidio llevado a cabo durante la conquista y
colonización del territorio nacional, se hallan hoy sometidas a presiones similares a las descritas anteriormente;
el afán modernizador de las élites políticas y económicas que han controlado a la sociedad venezolana desde la
Independencia, las ha sumido en un acelerado proceso de Aculturación, que los sitúa en una difícil situación
social. No obstante, en la actualidad (como ya se señaló al inicio de este tema) en Venezuela habitan, según los
datos del Censo de las Comunidades Indígenas realizado en el marco del Censo general de Población y
Vivienda del 2001, 178.343 indígenas.

Este número se refiere a personas que habitan todavía en comunidades indígenas; además, 354.400 personas se
declararon pertenecientes a un pueblo indígena, lo cual ubica la población indígena total del país en 532.743
habitantes que representan el 2,3% del total de la población venezolana, cantidad considerablemente
importante.

Ubicación y demografía de las Principales Etnias Indígenas presentes en Venezuela

A continuación se presenta una lista en la que se indican la ubicación y población de los principales grupos
étnicos que habitan hoy en Venezuela; los datos acerca del número de habitantes de cada etnia proviene de los
resultados del censo de poblaciones indígenas realizado en 1992. Es importante destacar que la lista contiene
sólo aquellas comunidades indígenas de mayor importancia demográfica, razón por la que quedarán sin
mencionar, gran número de etnias.

* Wayuu: La Cultura guajira se ha desarrollado históricamente en la península de la Guajira, en los actuales


territorios de Colombia y Venezuela; del lado venezolano, la Cultura Wayuu se ubica en la actualidad
principalmente en el Estado Zulia, en la zona de la Sierra de Perijá. Para 1992, habitaban en Venezuela 168.729
personas pertenecientes a esta etnia.

* Warao: Los Warao viven en el Delta del Orinoco (Estado Delta Amacuro), siendo su hábitat tradicional las
orillas de los caños, donde habitan en Palafitos; también existen pequeñas comunidades Warao en los Estados
Monagas y Sucre. Su población ascendió en 1992 a 24.005 indígenas.

* Pemón: Esta etnia perteneciente al gran tronco lingüístico Caribe, habita al Sureste del territorio
venezolano (Estado Bolívar), en las cercanías de la frontera con Brasil y Guyana, en un territorio lleno de
recursos minerales como oro, diamantes, entre otros. La existencia de dichos recursos ha aumentado la presión
sobre esta etnia, que contaba para 1992 con 19.129 miembros.

* Yanomami: Los Yanomami han desarrollado su cultura en la Selva del Amazonas entre Brasil y
Venezuela. Durante mucho tiempo, la cultura Yanomami permaneció al margen del contacto con Occidente,
hasta que se descubrió Oro en el Amazonas. Es una de las etnias más estudiadas en Venezuela, habitan
principalmente en el Estado Amazonas y cuentan con una población de 15.012 personas.

* Kariña: Los Kariña descienden de un pueblo prehispánico muy numeroso y en la actualidad, habitan en el
Estado Anzoátegui; habitan también en las repúblicas de Surinam y de Guyana; para 1992, fueron censados
11.141 habitantes de esta etnia.

Perspectivas de futuro de las Comunidades Indígenas Venezolanas

En la actualidad, aunque el número de habitantes indígenas ha disminuido considerablemente, los que


sobreviven, llevan adelante una tenaz lucha para mantener vivas sus ancestrales; sus tradicionales formas
económicas de subsistencia, basadas en el conuco como principal unidad de producción, están actualmente
amenazadas por la constante presión que la sociedades modernas ejercen sobre sus tierras y los recursos en ellas
contenidos. En Venezuela, es la Dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Educación, Cultura y
deportes el ente encargado de coordinar la política indigenista del Estado venezolano.
Es indudable que, el reconocimiento de la existencia de los pueblos y comunidades indígenas hecho en la
Constitución venezolana de 1999 , constituye un paso adelante en materia de la defensa de los derechos de
dichas comunidades; sin embargo, será necesaria la adopción de una política global, que considere la
problemática indígena desde distintas ópticas, y en especial, escuchando a dichos pueblos, pues ellos deben ser
los primeros responsables de su futuro.

Principios que orientan la Alfabetización Tecnológica en Venezuela (Constitucionales y


legales).

R.- los principios fundamentales de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela definen al Estado
venezolano como Democrático y Social, de Derechos y de Justicia que propugna como valores superiores: la
vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad individual y social, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética pública y el pluralismo político. Los cuales tienen como sus
fines esenciales (art. Nº 3) “la defensa y el desarrollo de la persona y el respecto a su dignidad, la
profundización del ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa,
solidaria amante de la paz y garante del cumplimiento de los principios derechos y deberes asumiendo el
principio de equidad como nuevo orden de justicia social y base material de la sociedad venezolana.

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela propugna como elementos fundamentales la


Educación y el Trabajo para la construcción de la nueva República sobre la base de la justicia social el
desarrollo endógeno, la democracia participativa y la soberanía nacional.

2. Importancia del uso de las TIC en la apropiación social del conocimiento y otros aportes al bienestar de la
humanidad.

R.- Es importante, ya que esta permitirán, posteriormente, comprenderse de una manera sencilla y así lograr
disminuir la incertidumbre a través de la información y de esta manera el proceso de intercambios de
información e ideas cuyo resultado es la concreción de ideas nuevas o el reforzamiento de las ideas
preconcebidas. Estas innovaciones favorecen enormemente el flujo de información y por supuesto, mejoran las
posibilidades de la comunicación humana y en consecuencia el desarrollo social. También es importante
reconocer la relación que existe entre los medios de comunicación social (radio, prensa, cine, TV) y las TIC,
pues se debe entender la evolución de la comunicación humana desde la perspectiva tecnológica, dado que
históricamente el hombre ha buscado satisfacer sus necesidades de información y comunicación.

Plan de alfabetización tecnológica, es una estrategia para el acceso al conocimiento, desarrollo y crecimiento.
Las TIC constituyen nuevas formas de conocimiento que se convierten en herramientas para formar las redes de
comunicación y favorecer la incorporación masiva de saberes desde una perspectiva de soberanía de Estado e
Independencia Tecnológica.

La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.

Articulo Nº 102 “La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y
obligatoria. La educación es un servicio público y está fundamentada en el respecto a todas las corrientes del
pensamiento.(Margarita Lopez C.: 15.905.949)

Marco Legal Filosofico Y Conceptual Del Plan De Alfabetizacion Tecnologica

Plan Nacional de Alfabetizacion Tecnologica


Es una iniciativa de formación sociotecnológica, su misión es lograr la capacitación básica de las
comunidades en el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), promoviendo el uso del
computador como herramienta que facilita las acciones del poder comunal.
El marco legal, filosófico y conceptual en el que se fundamenta esta constituído en algunos artículos de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y de la Ley Orgánica de Ciencia y Tecnología que
orientan y garantizan la educación, la apropiación social del conocimiento y el acceso a las Tecnologías de
Información y Comunicación.
Entre los artículos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se encuentran:
Artículo nº 3: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su
dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la
paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios,
derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución”.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.

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