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José Pedro Jarpa

Razón y Pasión
Escuela de Literatura
Prof. Thomas Hariss
14 de mayo de 2008

Pero lo que hay en la risa del loco es que se ríe por


adelantado de la risa de la muerte; y el insensato, al
presagiar lo macabro, lo ha desarmado.
Mi
chael Foucault
Sinracine
Ensayo a partir de la película Sileni de Jan Svankmayer
basada en el relato El método del doctor Tarr y del profesor Fether de
Edgar Allan Poe y la jornada 13 de los 120 días de Sodoma del
Marqués de Sade y trabajada bajo la atenta mirada del capítulo
“Stultinfera navis” de Historia de la locura de Michael Foucault.

¿Dónde están los locos? ¿De dónde vienen y hacia dónde van?
La sinrazón sigue siendo aún en nuestros días una figura
atemorizante de la histeria colectiva. Tememos perder la razón y
actuar desde la sinrazón (locura en su expresión máxima.) La
expresión romántica de la locura apela a la libertad en su mayor
grado. Romper la delgada línea de la cordura racional.

Para un millón y medio de habitantes, existían en el siglo XII, en Inglaterra y


Escocia, 220 leprosarios. Pero en el siglo XIV el vacío comienza a cundir; cuando
Ricardo III ordena una investigación acerca del hospital de Ripon, en 1342, ya no

hay ningún leproso, y el rey concede a los pobres los bienes de la fundación. [F
7]

¿Qué pasó con los leprosos? Los leprosarios antes de que


terminara la edad media ya estaban vacíos y los leprosos habían

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desaparecido del mundo misteriosamente en un tiempo gradual no
muy extenso. Para Michael Foucault – en Historia de la locura – el
sitial de pandemia colectiva que había dejado vacante la misteriosa
desaparición de los leprosos, sería ocupado por la famosa y siempre
inquietante locura1.

PRINCIPIO DE EXCLUSIÓN

El loco lejos de la sociedad es encerrado y castigado en una


cárcel para discapacitados mentales comúnmente llamada como
manicomio. Tuvo que pasar un buen tiempo en la historia de la locura
para que su espacio de exclusión pasiva por antonomasia fueran los
manicomios. En los inicios del renacimiento la figura más simbólica
será la nave de los locos [Nef des Fous] que será un tópico imaginario
representativo de este periodo que incluso, fuera de éste, logra su
resultado más vívido y tétrico con el famoso cuadro de El Bosco en
1503.

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No es un descuido ni una omisión de información. Omitiré las enfermedades
venéreas que son las que toman el papel de la lepra antes de la locura.

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A poco andar el mar se había transformado en el lugar de
purificación [exclusión tremendus] donde los locos podrían dejar de serlo
antes de su muerte. Abandonas a su suerte y cuando ya no podía
cumplir ningún tipo de utilidad en la ciudad, los locos eran depositados
en una pequeña barcaza con destino a la nada. Para Foucault esta
extravagante costumbre de exclusión no se alinea a la falta de
hospitales y manicomios durante la edad media y el renacimiento,
Foucault va más allá: el navío simboliza la infructuoso e inefable
búsqueda de la razón de los sin razón. El exilio ritual más extremo que la
sociedad les otorgaba.

Así se comprende mejor el curioso sentido que tiene la navegación de los locos
y que le da sin duda su prestigio. Por una parte, prácticamente posee una
eficacia indiscutible; confiar el loco a los marineros es evitar, seguramente, que
el insensato merodee indefinidamente bajo los muros de la ciudad, asegurarse
de que irá lejos y volverlo prisionero de su misma partida. Pero a todo esto, el
agua agrega la masa oscura de sus propios valores; ella lo lleva, pero hace algo
más, lo purifica; además, la navegación libra al hombre a la incertidumbre de su

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suerte; cada uno queda entregado a su propio destino, pues cada viaje es,
potencialmente, el último. Hacia el otro mundo es adonde parte el loco en su
loca barquilla; es del otro mundo de donde viene cuando desembarca. [ F 12]

La inmensidad del mar y la ausencia de distracciones hacen al


hombre perder la fe en dios. El mar es un espacio que predispone a la
locura. De forma presente y ausente.

En la época clásica es costumbre explicar la melancolía inglesa por la influencia


de un clima marino: el frío, la inestabilidad del tiempo, las gotitas menudas que
penetran en los canales y fibras del cuerpo humano, le hacen perder firmeza, lo
predisponen a la locura [ F 13]

Ya inmiscuidos en el siglo XV la locura adquiere una connotación fuerte


con el Elogio a la locura de Erasmo de Rotterdam a pasos agigantados
nos vamos acercando a la figura del Marqués de Sade, pero ya en
Erasmo, hay una exaltación a la locura desde la igualdad de clases y la
libertad que implica ser un sinrazón, veamos lo que Foucault opina de
esto.

Toda la última parte del Elogio de la locura está construida sobre el modelo de
una larga danza de locos, donde cada profesión y cada estado desfilan para
integrar la gran ronda de la sinrazón.[ F 16]

SADE SAPERE AUDE [FALSA ENTRADA]

¿Qué es la ilustración? ¿Qué es un libertino?


Quizás el paradigma más interesante de la sinrazón recae en la
figura del mítico Marques de Sade. Astuto, perspicaz, sádico – de su
nombre viene el término posterior -, brutalmente desquiciado, grotesco,
insolente, libidinoso, y ante todo un hombre libre que se rió de la muerte
al no dar nunca su brazo a torcer. Un militante revolucionario de la

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sinrazón. El juego de titulo para unir el concepto del atrevete a saber de
Emmanuel Kant con el Marqués de Sade se justifica en la tentativa de
Sade.
El que actúa desde la sinrazón sea de manera directa o indirecta
está yendo más allá del conocimiento, en su mente se desprende algo
que deja el portal abierto y ahí radica la fascinación por este nuevo
saber la locura fascina porque es saber. Es saber, ante todo, porque
todas esas figuras absurdas son en realidad los elementos de un
conocimiento difícil, cerrado y esotérico.

Sade como prerromántico domina este nuevo saber. De hecho es


la praxis de la sentencia de William Blake: “el exceso conduce al palacio
de la sabiduría”. Sabiduría del verbo saber, atreverse a ir más allá y que
más recomendable que los excesos sino pregúntenle a Sade, Poe,
Baudelaire, Blake y por cierto al propio Foucault. En el caso de estas
figuras vemos a artistas que utilizan los excesos para entrar de manera
fragmentaria y difusa a la tan anhelada sinrazón.

Este saber, tan temible e inaccesible, lo posee el Loco en su inocente bobería.


En tanto que el hombre razonable y prudente no percibe sino figuras
fragmentarias —por lo mismo más inquietantes— el Loco abarca todo en una
esfera intacta: esta bola de cristal, que para todos nosotros está vacía, está, a
sus ojos, llena de un espeso e invisible saber [F 18]

A raíz de esto la locura había abandonado su filiación a las grandes


potencias trágicas del mundo y había adquirido el poder de este curioso
saber ligado a los vicios. Perdiendo de esta forma los enigmas. La locura
conducía a la máxima libertad del placer, mas nada.

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Me gustaría hacer un pequeño paréntesis para retornar a lo
hablado en mi ensayo anterior a partir de la novela El sobrino de
Rameau de Denis Diderot que – como diría la persona para la cual esto
está siendo escrito – es más que pertinente para entender el gran paso
que da Diderot antes de que Sade se fusione tangencialmente en una
filiación continua de la praxis autómata de la aplicación de la razón y la
sinrazón simultáneamente. Pero para que eso sucediese alguien primero
debía validarse mutuamente a estos dos en polos opuestos y eso lo
consigue Diderot con El sobrino de Rameau.

1º La locura se convierte en una forma relativa de la razón, o antes bien locura y


razón entran en una relación perpetuamente reversible que hace que toda
locura tenga su razón, la cual la juzga y la domina, y toda razón su locura, en la
cual se encuentra su verdad irrisoria. Cada una es medida de la otra, y en ese
movimiento de referencia recíproca ambas se recusan, pero se funden la una
por la otra. [F 24-25]

Volviendo al siglo XVI la locura es vista como la renuncia al mundo,


el abandono total, el gesto de desaparecer completamente para nunca
ser encontrado. El divorcio entre razón y sin razón será contrastado en
esta clara analogía: Hamlet finge actuar sin razón pero ese simulacro
proviene de la razón y en su opuesto el Quijote de la Mancha confía
ciegamente en que su actuar está provisto de toda razón, pero el mundo
sabe que es un viejo que ha padecido bajo los humos de la sin razón.

En la obra de Shakespeare y de Cervantes, la locura ocupa siempre un lugar


extremo, ya que no tiene recursos. Nada puede devolverla a la verdad y a la
razón. Solamente da al desgarramiento, que precede a la muerte. [F 31]

Ya Establecidas las relaciones y la historiografía de la locura he


encontrado el punto de inflexión para ya por fin referirme a la película
Sileni, pero para eso era necesario hacer una breve mirada de cómo el

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transcurso del tiempo ha cambiado el espacio primitivo de la nave de los
locos, en movimiento y hacia la nada, a los actuales hospitales para
locos, estáticos sin libertad.

Apenas ha transcurrido más de un siglo desde el auge de las barquillas locas,


cuando se ve aparecer el tema literario del "Hospital de Locos". Allí, cada
cabeza vacía, retenida y ordenada según la verdadera razón de los hombres,
dice, con el ejemplo, la contradicción y la ironía, el lenguaje desdoblado de la
Sabiduría [ F 33]

SADE + POE = SILENI

El director checó Jan Svankmayer de un tiempo a esta parte


ha sido reconocido como uno de los grandes valores del nuevo
surrealismo del cine. Logra ese apelativo al sacar a relucir su gran
arma : la técnica del stop motion con figuritas de plasticina y
adaptando una obra literaria con la libertad que la transforma en
fascinación onírica y grotesca. Con el largometraje Alice [ 1991]
basado en Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll entró
en nuestro celuloide colectivo.
Sileni [ Lunacy- Locura o Insano] es su entrega más actual
[2005] donde fucsina el tronco del argumento de un hospital de
locos que tras un motín han encerrado a los guardias y al director
y el control de éste ha sido tomado por un siquiatra que ha
enloquecido y por un curioso paciente [ en la película se construye
este personaje como una especie de Marqués de Sade diacrónico]
que han implementando la ley del libre albedrio denominadolo

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como “el método calmante” que suprimió todos los castigos físicos
que anteriormente se usaban. Ésta premisa está basada en el
cuento El método del doctor Tarr y del profesor Fether de Edgar
Allan Poe. La variación de Sileni es posicionar al narrador como un
demente que es persuadido por el diacrónico Marques de Sade
como uno más dentro de ésta versión de la nave de los locos
estática.

Este encuentro fortuito ocurre en una hospedería en donde


el protagonista tras tener una alucinación rompe todo el lugar y
Sade paga los gastos y le ofrece llevarlo en su carruaje. un
elemento perturbador es la diacrónica, el desfase del tiempo, el
espacio de la película se construye a partir del tiempo actual, pero
tanto el palacio – casa- del marqués como también el hospital de
loco están construidos como si estuviéramos en el siglo XVI, en
plena ilustración : de condes y libertinos con el contraste de la
asquerosidad estética del pueblo, en este caso todos son
asquerosos.

ORGÍA GESTO SÁDICO

Antes de conocer las causas del motín el marqués de Sileni


junto al siquiatra ahora loco, se nos introduce en la orgía
sacrilégica que el protagonista observa perplejo desde una
ventana. El marqués de Sileni está llenando de clavos a una

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imagen del cristo crucificado mientras va blasfemando sin pudor
vestido con sotana. Se representan dos placeres mundanos y
conocidos por todos : el chocolate, los presentes de la orgía comen
chocolate de una manera tan grotesca que nos recuerda
instantáneamente al segundo texto en el cual está basado la
película “la jornada 13” de los 120 días de Sodoma del Marqués de
Sade. Luego tras la ceremonia del pastel de mierda y la blafesmia
aparece lo que siempre estará implicado en Sade : la orgía. Una
orgía brutalmente sádica, violaciones y una ninfómana acostada
en una cama amarrada del cuello como una bestia.

Svankmayer proporciona una mirada burlesca y degradante


de los 120 días de Sodoma, distanciándose de la representación de
Pasolini quien usa la alegoría fascista para comprender los excesos
de Sade. En ambas representaciones cinematográficas se logra
oler el hedor que desprende la novela de Sade, en Sileni, eso sí, se
hace un énfasis sobre la figura de la sin razón y de la risa burlona
en el ya mentado Marqués de Sileni. No así en Saló de Pasolini que
representa esa figura a través de los cuatro poderes [sacerdote,
presidente ,militar y ministro.]

En Sileni Svanmayer aporta con sus plastilinas en stop


motion el concepto de la carne como placer culinario y
sanguinario, le suma un discurso interesantísimo, trabaja sobre
una sub-trama que nos van soltando el placer de Sade desde otra
perspectiva. Sin ser muy especulativos se deja entrever la idea de
que el hecho de comer carne pide más carne.

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La mente siniestra del Marqués de Sileni a través de la
retórica y persuasión ha logrado imponer este nuevo método que
han implementado en el hospital de los locos, que parece
funcionar de la diez maravillas: locos libres pero felices, sin
grandes problemas, terapias grupales recreativas. Ya no hay
encierros ni castigos físicos, al loco se le deja ver la luna donde
está el sol y este no parece causar grandes problemas. El cuento
de Poe pone este método alternativo con una vigencia de un mes
antes de ser devuelta la cordura al mando del hospital, no es un
tiempo muy extenso para una especulación de las formas de
sanación, no así, en Sileni que este motín se ha sostenido durante
un año. La presencia del protagonista quien tiene una locura
bastante ambigua a ratos inexistentes, será el móvil para restaurar
el orden del hospital. Es engañado por la chica ninfómana que
estaba en la orgía, se enamora y a pesar de todo lo bueno que ha
sido el Marqués de Sileni con él, aprovecha la salida de ellos para
soltar a los guardias emplumados y restaurar el orden del hospital
de los sin razón dirigidos por los con razón.

VIGILAR Y CASTIGAR

El protagonista cree ser el héroe, ha logrado que el antiguo


director del manicomio haya retornado. La ironía de esta
restauración del poder a manos de la razón inevitablemente nos
lleva a Foucault, sobre los castigos físicos. El método del director
restituido consiste en trece castigos para sanar el espíritu a través
del dolor físico, un método de 13 castigos que parten con 20
varillas en el trasero y concluyen con la castración, pasando por la
extracción de la lengua, sacar los ojos, romper huesos y bajo esa

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atmósfera evolutiva del dolor. Tras el motín el Marqués de Sileni es
víctima del castigo número 13 y la pesadilla de los hombres calvos
que entran a la pieza del muchacho para colocarle la camisa de
fuerza2 se torna realidad, pero ahora no está el amable Marqués de
Sileni para despertarlo y ayudarlo, ahora es bofeteado por el
restituido director, es privado de libertad y comienza su pesadilla
del método de los 13 castigos. ¿Qué tan mala puede ser la relación
entre el poder y la locura?

BIBLIOGRAFÍA

• Foucault, Michel. “Stultinfera navis.” En Historia de la locura en la


época clásica I, Bogotá: FCE,1998.
• De Sade, Marqués. “Jornada 13.” en 120 días de Sodoma, Buenos
Aires: Tusquets, 2002.
• Poe, Edgar Allan. “El método del doctor Tarr y del profesor Fether” en
Cuentos 2, Traducción de Julio Cortázar.Buenos Aires: Alianza, 1998.
• Sileni. Dir. Jan Svankmajer. Perf. Pavel Liska , Jan Triska , Anna
Geislevorá. Czech Republic, 2005.

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Escena secular con la que comienza la película y que se reitera en ciertas
ocasiones para mantener el perfil de locura que esconde el protagonista.

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