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UNIDAD I
PARTE GENERAL
El artículo 1495 del Código Civil establece: “Contrato o convención es un acto por
el cual una parte se obliga para con otra a DAR HACER O NO HACER alguna
cosa. Cada parte puede ser de una o muchas personas”.
Ese principio ha sido ampliamente criticado por la doctrina, por considerarse que
produce el equívoco consistente en determinar que los contratos generan
obligaciones solamente a cargo de una de las partes, cuando en la generalidad de
los casos lo que ocurre es que la producen respecto de ambas. Otra de las críticas
que se le han formulado a esa disposición, radica en la asimilación que realiza
respecto de las palabras contrato y convención, siendo como es que no son
idénticas esas nociones, ya que el contrato tiene como objeto principal generar
obligaciones, mientras que la convención, además de dicha creación, puede tener
también el propósito de modificarlas y aún el de extinguirlas. Una tercera critica
consiste en no incluir a los contratos plurilaterales, vgr. el de sociedad, por cuanto
que solo hace referencia a los bilaterales.
Por ello, haciendo eco de esas críticas, el Código de Comercio expedido en 1.971,
que partió del proyecto elaborado en 1.958, dispone en el artículo 864: “El contrato
en general es un acuerdo de dos o más partes para constituir regular o extinguir
entre ellas una relación jurídica patrimonial....”, saltando a la vista que ya se
incluye la posibilidad de los contratos plurilaterales y que se utiliza la terminología
moderna que se refiere a las relaciones jurídicas que es el léxico contemporáneo
que evoca la idea del vínculo obligacional.
El artículo 1101 del Código Civil Francés de 1.804 definió el contrato como una
convención por la cual una o más personas se obligan hacia otra o varias más a
hacer o no hacer alguna cosa, siendo evidente que no contempla la reciprocidad
de las obligaciones, ni los eventos de las obligaciones de dar, así como tampoco
la novación ni la extinción de las mismas.
2. LA AUTONOMIA PRIVADA Y LA LIBERTAD DE CONTRATAR Y SUS
LIMITACIONES:
A. DEFINICIONES:
Pero esa libertad contractual absoluta no trajo la felicidad para todos como se
había ofrecido y por ello comenzaron a imponerse limitaciones a la misma. En
primer término se encuentra LA BARRERA DEL ORDEN PUBLICO, toda vez que
la razón de ser del Estado es garantizar la convivencia social, siendo justo
implantar coercitivamente el orden, la salud y el bien común, lo cual se hace a
través de leyes, por cuanto que el legislador, por ser representante de la sociedad,
es el que puede definir lo que es el orden público. Así las cosas, sin abandonar
completamente la concepción del Estado Gendarme, se vino a sostener la
existencia de un límite a la autonomía de la voluntad privada, constituido por el
orden público, que es de carácter legal, en cuanto solo la ley puede establecer las
limitaciones al actuar de los particulares y únicamente por razones de orden
público.
“Los particulares solo son responsables ante las autoridades por infringir la
Constitución y las leyes. Los servidores públicos lo son por la misma causa y por
omisión y extralimitación en el ejercicio de sus funciones. El orden público debe
ser reconocido definido por la ley.”
El orden público constituye una limitación a la libertad contractual, por cuanto que
los actos que lo contravengan estarán viciados por objeto y casa ilícitos,
constituyendo tal vicio un motivo de nulidad absoluta, declarable oficiosamente y
cuya nulidad puede pedir cualquier persona, tal como lo determinan los artículos
16, 1518, 1519, 1524, 1741 y 1742 del Código Civil.
Dos limitaciones a la libertad económica y la iniciativa privada se encuentran
plasmados por los artículos 333 y 334 de la Constitución Política, según los cuales
el bien común y el papel interventor del estado en la economía, constituyen
sendas limitaciones a esas libertades.
El artículo 822 del Código de Comercio determina que los principios que
gobiernan los contratos serán los mismos del Código Civil, pues dispone:
Así las cosas, como quiera que la regla general es la consensualidad, puede
afirmarse que, en principio, los contratos se forman con la simple manifestación en
forma inequívoca del consentimiento, por lo cual no requieren ninguna formalidad,
tal como lo determina el artículo 824 del Código de Comercio, sin embargo por la
evolución de la sociedad surgieron contratos complejos en donde no bastaba la
expresión del consentimiento, pues requerían de actos adicionales que los
perfeccionaran. Así es como surgen los contratos reales y los solemnes. En
efecto, el artículo 824 invocado dispone:
El artículo 1757 del Código Civil determina que quien alega la existencia de la
obligación deberá probarla. A su turno, el artículo 1760 ibd dispone que no hay
prueba que supla el instrumento público (escritura pública), cuando lo exija la ley.
En este caso, mientras falte la escritura pública, se tendrá como no celebrado el
contrato, así las partes hayan acordado que posteriormente lo elevarán a escritura
pública, bajo cláusula penal. Esta cláusula no tendrá efecto alguno.
- La promesa de contrato de sociedad deberá constar por escrito (artículo 119 del
Código de Comercio).
- El poder para celebrar un negocio jurídico que deba constar por escritura
pública, deberá ser conferido por este medio o por escrito privado debidamente
autenticado (artículo 836 del Código de Comercio);
- Cuando se realiza la cesión del contrato mercantil, podrá hacerse por escrito o
verbalmente, según conste el contrato o no por escrito. Si el contrato consta en
escritura pública, la cesión podrá hacerse por escrito privado, previa autenticación
de la firma del cedente.
En primer lugar debe indicarse que el artículo 826 del Código de Comercio indica
que cuando la ley exija que un acto conste por escrito bastará el documento
privado con las firmas autógrafas de los contratantes, entendiéndose por firma la
expresión del nombre del suscriptor o de alguno de los elementos que la integren
o de un signo o símbolo del empleado como medio de identificación personal.
Esa misma disposición contempla la firma a ruego, para cuando alguno de los
contratantes no pudiere o no supiere firmar, caso en el cual firmará otra persona
a su ruego, dando fe de ello dos testigos y se imprimirán en el documento las
huellas dactilares o plantares del otorgante.
- El autor firma el documento por medio de la clave privada. Con esto no puede
negar la autoría, pues solo él tiene el conocimiento de esa clave, lo que aminora el
riesgo por revocación del mensaje transmitido;
- El software del firmante aplica un algoritmo hash, que transforma los datos en un
resumen irreversible, sobre el texto por firmar y obtiene un extracto de longitud
fija, absolutamente específico para ese mensaje. Un mínimo cambio en el
mensaje produciría un extracto completamente diferente y, por tanto, no
correspondería al que originalmente firmó el autor.
B. TIPICOS Y ATIPICOS:
En una sentencia del 22 de octubre del 2.001, dictada por la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia, recordó dicha corporación que son típicos
aquellos que están descritos y regulados por la ley y atípicos los que no,
generándose ante la inexistencia de tales normas dos problemas fundamentales,
como son los de determinar de un lado su admisibilidad y validez y, de otro, la de
establecer las reglas jurídicas que los regulan.
C. NOMINADOS E INNOMINADOS:
Como se vio anteriormente, en la teoría jurídica se postula que los contratos son
fruto de la libre manifestación de voluntad de las partes en obligarse. Pero hay
casos en los cuales esa discusión no existe y esto origina una clasificación de los
contratos entre los de adhesión y los de libre discusión.
Como ejemplo de contratos de libre discusión se citan los de arrendamiento,
venta, permuta y sociedad y como de adhesión los de transporte y de servicios
públicos domiciliarios.
El artículo 1496 del Código Civil, dispone que son unilaterales aquellos en que una
de las partes se obliga para con otra que no contrae ninguna obligación, mientras
que devienen bilaterales aquellos en que las partes contratantes se obligan
recíprocamente. Los plurilaterales son aquellos en los cuales hay varias partes,
todas las cuales pueden obligarse entre sí solamente o entre ellas y, a la vez con
un tercero, debiéndose citar el artículo 865 del Código de Comercio, que
determina:
En cuanto a los contratos a título gratuito y onerosos, indica el artículo 1497 del
Código Civil que son gratuitos o de beneficencia aquellos que tienen por objeto la
utilidad de una sola de las partes, mientras que son onerosos aquellos de los que
derivan beneficio recíproco ambos contratantes.
G. PRINCIPALES Y ACCESORIOS:
De conformidad con el artículo 1499 del Código Civil son principales aquellos que
subsisten por sí mismos, sin necesidad de otro contrato, siendo accesorios los que
tienen por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal, al punto
que desaparecida ésta, aquel también fenece.
Aquí se hace referencia al artículo 1501 del Código Civil que expone la existencia
de tres órdenes de elementos en los contratos, así:
“Se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia, las que son de
su naturaleza, y las puramente accidentales.
A. ESENCIALES: Son aquellos sin los cuales no existe contrato. El profesor Alvaro
Pérez Vives, en su obra “Régimen General de las Obligaciones” (Editorial Temis,
Bogotá, 1954, cuatro tomos), los denomina “Essentialia Negotii” y el Código Civil
determina que sin su presencia el contrato o no produce ningún efecto o se
convierte en uno diferente, citándose como ejemplo en la compraventa el precio,
puesto que si hay una transferencia de dominio sin precio, podría pensarse en una
donación.
No sobra indicar que el artículo 1501 del Código Civil se refiere a estos elementos
naturales, al expresar que los contratos obligan no solo a lo que en ellos se
estipule, sino además a todo lo que se desprenda de la naturaleza de los mismos.
A. EXISTENCIA:
Aquí se hace referencia al artículo 1502 del Código Civil que determina:
“Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad, es
necesario: 1o.) Que sea legalmente capaz; 2o.) Que consienta en dicho acto o
declaración y su consentimiento no adolezca de vicio; 3o.) Que recaiga sobre un
objeto lícito; 4o.) Que tenga una causa lícita.
B. VALIDEZ:
A. INTERPRETACION LITERAL:
La interpretación literal está prevista en la segunda parte del artículo 1618 del
Código Civil.
No sobra indicar que la primera parte de dicha norma consagra lo que algún sector
de la doctrina denomina el método subjetivo de interpretación de los actos
jurídicos, tal como puede constatarse en el autor Alberto Tamayo Lombana, en su
obra “Manual de Obligaciones”, publicada por Rodríguez Quito Editores, segunda
edición, Bogotá 1.986, página 106), para contraponerlo al método objetivo.
Sostiene dicho autor que como consecuencia del artículo 1618 puede concluirse
que el Código Civil Colombiano acogió el método subjetivo que le da predominio a
la teoría de la voluntad interna.
B. INTERPRETACION LOGICA:
Este criterio ha sido aplicado por la jurisprudencia de manera primordial para los
contratos atípicos, según lo determinó la Sala Civil de la Corte Suprema de
Justicia en la sentencia del 13 de junio de 1.975.
D. INTERPRETACION SISTEMATICA:
Podrán también interpretarse por las de otro contrato entre las mismas partes y
sobre la misma materia.
O por la aplicación práctica que hayan hecho de ellas ambas partes, o una de las
partes con aprobación de la otra parte”.
En este tipo de interpretación tienen plena aplicabilidad las reglas de la
hermenéutica jurídica, debiéndose analizar en conjunto las cláusulas del contrato,
buscando desentrañar la intención real de los contratantes, tal como lo expresó la
Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia del 7 de octubre de
1.976.
E. INTERPRETACION EXTENSIVA:
La interpretación en favor del deudor la regula el artículo 1624 del Código Civil, al
determinar que las cláusulas ambiguas deberán ser interpretadas a su favor. El
inciso segundo a su turno ordena interpretar esas ambiguedades e contra de
quien haya impuesto la cláusula correspondiente, sea deudor o acreedor.
A partir de este artículo 1624 del Código Civil, la Sala de Casación Civil de la
Corte Suprema de Justicia discutió un sistema especial de interpretación respecto
de los contratos de adhesión, tal como puede verificarse, entre muchas otras, en
las sentencias del 8 de mayo de 1.974 y 27 de octubre de 1.993, pudiéndose
destacar del primer fallo anotado, los siguientes apartes:
Debe recordarse pues que los principios primordiales del derecho natural
forman la base de toda la equidad legal.”
El principio de relatividad de los actos jurídicos, o del “Res Inter Alios Acta”, es
aquel en cuya virtud éstos solamente producen efectos en relación con quien
emitió su consentimiento respecto de aquellos, incidiendo únicamente en su propio
patrimonio. Este principio además se enuncia con el postulado consistente en que
las obligaciones convencionales tienen una índole y unos efectos personales.
Este principio se decantó desde el derecho romano con la máxima “res inter alios
acta aliis neque nocere neque prodesse potest”, pasó al Código Napoleón y
finalmente llegó al Código Civil.
En Chile existió una innovación partiendo del Código de Napoleón, en cuanto que
el artículo 1448 del código chileno adoptó la teoría de la representación, dándole
independencia respecto del contrato de mandato y aceptando las estipulaciones
por otro y para otro, habiendo llegado ello al Código Civil Colombiano así:
“Artículo 1505: Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada
por ella o por la ley para representarla, produce respecto del representado iguales
efectos que si hubiese contratado él mismo.
Artículo 1506: Cualquiera puede estipular a favor de una tercera persona, aunque
no tenga derecho para representarla; pero solo esta tercera persona podrá
demandar lo estipulado; y mientras no intervenga su aceptación expresa o tácita,
es revocable el contrato por la sola voluntad de las partes que concurrieron a él.
Constituyen aceptación tácita los actos que solo hubieran podido ejecutarse en
virtud del contrato.
Artículo 1507: Siempre que uno de los contratantes se compromete a que por una
tercera persona, de quien no es legítimo representante, ha de darse, hacerse o no
hacerse alguna cosa, esta tercera persona no contraerá obligación alguna, sino en
virtud de su ratificación; y si ella no ratifica, el otro contratante tendrá acción de
perjuicios contra el que hizo la promesa”.
La consagra el artículo 1506 del Código Civil, el cual fue extensamente estudiado
por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia en una sentencia del 10 de marzo
de 1.970, en la que sostuvo que las características más importantes de esta figura
son:
- Que el derecho adquirido por el tercero, en lo tocante con la relación entre quien
estipula por el tercero y dicho beneficiario, es de origen unilateral;
- Por declaración judicial, como cuando uno de los contratantes pide su anulación,
declaratoria de incumplimiento, terminación o resolución.
Es conveniente entrar a estudiar algunos de esos eventos de extinción, por
separado, toda vez que resulta necesario distinguir entre la rescisión del contrato
por nulidad, que ataca el vínculo obligacional desde su nacimiento, otra rescisión
que partiendo de su validez, pretende aniquilarlo por no respetarse el justo precio
o persigue que al menos se obtenga el restablecimiento de la situación económica
de los contratantes, la resolución del contrato, como una forma de terminación
legal de los bilaterales por el incumplimiento de uno de los contratantes, lo cual
también supone la validez del vínculo, la terminación del contrato de tracto
sucesivo por acuerdo de las partes o por incumplimiento de una de ellas, lo cual
supone la validez del vínculo y la de las prestaciones ejecutadas hasta el
momento de presentarse la causal de terminación y, finalmente la resciliación del
contrato, que igualmente supone su validez para que, en virtud del mutuo acuerdo
de las partes (o mutuo disenso), se le ponga fin al vínculo obligacional.
“Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede
ser invalidado SINO POR SU CONSENTIMIENTO MUTUO o por causas legales”.
11. LA RESOLUCION:
12. LA NULIDAD:
13. ANULABILIDAD:
14. TERMINACION:
Es conveniente indicar que existe otra especie de rescisión del contrato derivada
de la lesión enorme: El artículo 1946 del Código Civil dispone que el contrato de
compraventa puede rescindirse por lesión enorme, determinando el 1947, que la
misma se presenta cuando la venta se realiza por menos de la mitad del justo
precio o por el doble del mismo y extendiendo el artículo 1958 esa institución a los
contratos de permuta. En este caso no se hace referencia a un vicio anulatorio del
contrato sino a una circunstancia puramente objetiva que determina su
aniquilación; eso quiere decir que en las controversias judiciales en que se alega
la lesión enorme, no es necesario entrar a estudiar el estado de los contratantes al
momento de celebrar el contrato, por cuanto que ello no tiene ninguna
trascendencia en lo tocante con el parámetro objetivo de verificación arriba
anotado.
16. INEFICACIA:
Sobre este artículo, es pertinente indicar que la Sección Primera del Consejo de
Estado, en la sentencia dictada el 5 de agosto de 1.994, dentro del expediente No.
2878, consideró que la norma citada faculta a las Cámaras de Comercio para
abstenerse de registrar actos jurídicos ineficaces.
17. INEXISTENCIA:
18. INOPONIBILIDAD:
Un acto válido y además eficaz, puede ser, no obstante, inoponible frente a los
terceros, cuando no se han cumplido las condiciones de publicidad previstas por la
ley como sucede por ejemplo con la inscripción en el registro mercantil de los
actos sometidos a tal formalidad, a lo cual hace referencia la regla 4a. del artículo
29 del Código de Comercio.
UNIDAD II
LA PROMESA DE CONTRATO
19. DEFINICION:
Pues bien, el artículo 10º del Código de Comercio determina que son
comerciantes todas las personas que profesionalmente se dedican a alguna de las
actividades que la ley considera mercantiles, al paso que el artículo 21 del mismo
estatuto determina que todos los actos de cualquier persona relacionados con
actividades o empresas de comercio, así como también los ejecutados para
asegurar el cumplimiento de obligaciones mercantiles son actos comerciales y el
artículo 22 de dicho código determina que cuando el acto fuere mercantil para una
de las partes, se deberá regir por las disposiciones de la ley comercial.
2ª.) Que el contrato a que la promesa se refiere no sea de aquellos que las leyes
declaran ineficaces por no concurrir los requisitos que establece el artículo 1511
del Código Civil;
3ª.) Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época en que ha de
celebrarse el contrato;
4ª.) Que se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo solo falte
la tradición de la cosa o las formalidades legales.
a. Que la nulidad aparezca de bulto, de forma notoria en el contrato, sin que sea
necesario acudir a otros elementos probatorios;
A. REGLA GENERAL:
Una diferencia sustancial existente entre el contrato de promesa de carácter civil y
el comercial radica en que mientras aquel es solemne, como acaba de verse, éste
es consensual, pues en tal sentido ha sido interpretado el artículo 861 del Código
de Comercio, que dispone:
Así las cosas, salta a la vista que si el contrato puede ser calificado como
comercial, no podrá predicarse su nulidad por ausencia de documento en que el
mismo se haya hecho constar.
B. EXCEPCION:
“La promesa de contrato de sociedad deberá hacerse por escrito, con las
cláusulas que deban expresarse en el contrato, según lo previsto en el artículo
110, y con indicación del término o condición que fije la fecha en que ha de
constituirse la sociedad. La condición se tendrá por fallida si tardare más de dos
años en cumplirse.
Serán accidentales en este contrato y por serlo requieren cláusula especial para
entenderse incluidos: A cargo de quién queda el pago de los derechos notariales,
de registro, la forma de pagar el precio, bien sea en dinero efectivo, en cheque de
gerencia o en cheque personal, la entrega del bien prometido en venta y lo
atinente a los impuestos prediales, los servicios públicos y las cuotas de
administración de los inmuebles sometidos al régimen de propiedad horizontal.
Claro está que debe indicarse cómo la Cámara de Comercio de Bogotá ha
certificado como costumbre mercantil la consistente e que los gastos de
otorgamiento de la escritura de venta corren a cargo de ambas partes, por igual,
mientras que aquellos atinentes al registro de ese instrumento público en la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos es por cuenta del comprador.
25. DEFINICION:
El artículo 1863 del Código Civil se refiere a la venta pura y simple o bajo
condición suspensiva o resolutoria, cuando dice:
"La venta puede ser pura y simple, o bajo condición suspensiva o resolutoria.
Bajo todos estos respectos se rige por las reglas generales de los contratos, en lo
que no fueren modificadas por las de este título".
Los frutos y flores pendientes, los arboles cuya madera se vende, los materiales
de un edificio que va a derribarse, los materiales que naturalmente adhieren al
suelo, como piedras y sustancias minerales de toda clase, no están sujetos a esta
excepción".
Se critica dicha disposición por cuanto que las servidumbres y las sucesiones
hereditarias no se venden, ya que las primeras se constituyen y los derechos
hereditarios se ceden.
- Las ventas que, por acuerdo de las partes, se han convertido en solemnes, a lo
cual se refiere el artículo 1858 del Código Civil, determinando dicha norma que la
solemnidad vale como derecho de retracto, el cual puede ser ejercitado por
cualquiera de los contratantes hasta antes del otorgamiento de la escritura o hasta
antes de principiada la entrega de la cosa vendida.
El artículo 1852 del Código Civil consagró un evento de nulidad especial para los
contratos de compraventa, en cuya virtud este estaría viciado cuando se celebrare
entre los cónyuges no divorciados o entre el o los padres y el o los hijos de familia,
es decir los sometidos a patria potestad. Esa prohibición se incorporó también en
el Código de Comercio de 1.971 y está consagrada en el numeral 1º del artículo
906.
- Para los empleados públicos y para quienes ejercen jurisdicción, tales como los
jueces: Está consagrada en el artículo 1854 del Código Civil y en los numerales 5º
y 7º del artículo 906 del Código de Comercio, según los cuales los empleados
públicos no pueden comprar los bienes que se vendan por su ministerio, lo cual
hace referencia al empleado o juez que autoriza las ventas, a los secretarios y
abogados que intervinieron en el litigio, aunque la venta se haga en pública
subasta; la violación de esta norma acarrea la nulidad absoluta de la compraventa.
- Para los tutores y curadores: Está consagrada por los artículos 501 y 1855 del
Código Civil, según los cuales los tutores o curadores, su cónyuge o cualquiera de
sus ascendientes o descendientes legítimos, sus padres o hijos adoptivos, sus
hermanos legítimos o naturales, o afines legítimos, o alguno de sus socios de
comercio no podrán comprar bienes de sus pupilos, ni en general celebrar
contratos en que directa o indirectamente tengan algún interés, sino con
autorización de los otros tutores o curadores generales que no estén vinculados
de la misma manera, sin que tal autorización sirva para comprar bienes raíces del
pupilo, o tomarlos en arriendo.
- Para los mandatarios, síndicos y albaceas: Está consagrada por los artículos
1856 y 2170 del Código Civil y por los numerales 2º, 3º y 4º del artículo 906 del
Código de Comercio, siendo necesario indicar que el artículo 2170 del estatuto
civil contempla el evento en que el mandante autoriza expresamente al mandatario
para comprar o para vender, caso en el cual se enerva la prohibición.
Para los albaceas se aplican las normas de los artículos 1351 y 501 del Código
Civil, siendo pertinente indicar que la autorización expresa del testador, contenida
en el testamento, enerva la prohibición.
La nulidad del contrato atinente a los mandatarios y síndicos, es relativa, sea que
se trate de bienes muebles o inmuebles y la de los albaceas, es absoluta.
Es necesario anotar que el decreto 350 de 1.989 derogó las disposiciones del
Código de Comercio atinentes a la quiebra, institución jurídica en la cual existían
los síndicos, habiendo sido este decreto a su vez derogado por la ley 222 de
1.995.
Pero como quiera que la venta se refiere al derecho real de dominio, el cual tiene
carácter principal y se ejerce frente a todos, finalmente el contrato de venta va a
proyectar sus efectos frente a terceros, en cuanto que éstos deberán reconocer y
respetar al comprador como nuevo propietario del bien vendido.
El inciso final del artículo 1865 citado llama mucho la atención, dado que en las
operaciones de los supermercados es usual que el vendedor sea quien fije el
precio de venta de los bienes, mientras que los consumidores solo pueden decidir
si compran o no pero no pueden discutir el precio. A esa inquietud puede
responderse que la disposición legal se refiere es al evento en el cual se celebra
un contrato de venta y en el mismo se le deja a alguno de los dos contratantes
que, con posterioridad y a su mero capricho, fije el precio del bien objeto del
acuerdo de voluntades.
El artículo 920 del Código de Comercio consagra una presunción legal, en cuya
virtud si el comprador recibe el bien, se entiende que las partes aceptan el precio
medio existente en el día y lugar de la entrega. Posteriormente, el artículo 921 del
estatuto mercantil hace referencia a los precios existentes en ferias, mercados
públicos de valores y otros establecimientos análogos, para determinar que si los
contratantes no convinieron expresamente el precio, será el que resultare de
promediar el máximo y el mínimo que rigieren en el sitio y en la fecha de la
celebración del contrato.
Para terminar este aparte es necesario indicar que cuando el contrato es solemne,
el precio debe constar en la escritura pública, porque si falta este requisito, para
algún sector de la doctrina el contrato es absolutamente nulo, por ser el precio un
elemento esencial del mismo, mientras que para otros doctrinantes la ausencia del
precio lo que genera es la conversión del negocio jurídico en una donación.
Tres son los requisitos que debe reunir el precio en todo contrato de compraventa,
a saber:
- Debe ser real;
- Determinado o determinable;
La doctrina moderna considera que el último requisito debe dividirse en dos, por
cuanto que no es lo mismo el precio justo y que éste se fije en dinero, resultando
por ende cuatro requisitos, que ameritan ser estudiados por separado.
La calidad de real significa que debe existir, condición que se contrapone al precio
vil, al ficticio y al irrisorio, sobre el cual se amerita una explicación posterior a la luz
de la legislación mercantil, bastando con indicar aquí que la Sala Civil de la Corte
Suprema de Justicia ha sostenido que el precio es vil cuando no guarda ninguna
proporción con el precio real del bien vendido y que eventualmente puede
constituir un indicio de simulación del negocio jurídico, tal como lo analizó en la
sentencia dictada en el año 2002 dentro del expediente 7060.
La determinación del precio hace relación a que este debe ser determinado o
determinable, y la determinación la pueden hacer las partes contratantes,
denominándose entonces precio convencional, o pueden dejarla al criterio de un
tercero. La determinación del precio puede hacerse por cualquier medio, pues
ante la indeterminación, desaparecerá el contrato de compraventa o devendrá
nulo según se dejó sentado anteriormente.
Siguiendo los lineamientos del artículo 1865 del Código Civil, el precio lo puede
fijar un tercero designado por las partes contratantes y si el tercero no lo
determina, las partes designarán a otra persona para que lo fije, ya que si no hay
determinación del precio no hay venta. La doctrina ha interpretado esta norma en
el sentido de entender que la designación del tercero no puede dejarse al arbitrio
de una sola de las partes. Este tercero es un mandatario de los contratantes y por
consiguiente su determinación debe ser respetada por estas y solo puede ser
impugnada por dolo, por error o por haberse excedido en el mandato.
El requisito de ser justo, se explica diciendo que el vocablo justo hace relación a la
condición de comercial, ya que todas las cosas que son susceptibles de venta
tienen un valor dado o establecido por los comerciantes. El precio fijado por las
partes contratantes se denomina precio convencional, y entre este y el justo precio
debe existir un equilibrio, una relación de equivalencia que si se llega a romper
desproporcionadamente afecta de manera grave al contrato celebrado, pudiendo
implicar su rescisión por lesión enorme o su inexistencia o nulidad relativa por
ausencia de uno de los elementos de su esencia.
La Corte Suprema de Justicia ha interpretado que el artículo 1934 del Código Civil
implica que la declaración contenida en una escritura pública de haberse pagado
el precio de la venta, admite prueba en contrario, y que solamente cuando se trata
de dirigir la acción contra terceros hay necesidad de probar la nulidad o
falsificación de la escritura, con lo cual se permite a las partes utilizar cualquier
medio probatorio a fin de probar que el precio no se ha recibido efectivamente.
También ha sostenido la Corte que la manifestación contenida en la escritura de
venta no produce efectos contra terceros poseedores de buena fe, por cuanto que
la norma constituye un mecanismo de protección a los terceros, respecto de los
cuales únicamente es viable esgrimir la declaratoria de nulidad o la falsificación de
la escritura.
En tratándose del evento de contrato simulado, es necesario precisar que si esta
es simple, sin ánimo de perjudicar a los terceros, el acto prevalece, pero si no lo
es, por cuanto que con el acto se perjudican acreedores del vendedor, estos están
en el derecho de intentar la acción de simulación para enervar los efectos del
negocio jurídico ficticio y restablecer las condiciones patrimoniales del enajenante.
El inciso segundo del artículo 920 del Código de Comercio determina que el precio
irrisorio se tendrá como no pactado.
Por ello, es necesario indicar que los diccionarios dan la siguiente definición de la
palabra irrisorio: Que mueve a risa y burla o que es ridículo.
La irritud del precio tiene íntima relación con la lesión enorme sobre la cual se
amerita un estudio más amplio, bastando con indicar en este punto que ésta
constituye un vicio puramente objetivo, en el cual el precio pactado es inferior a la
mitad o superior al doble del justo valor del bien vendido, pudiendo el vendedor o
el comprador pedir la rescisión de la venta, según quien hubiere sido afectado,
prescribiendo dicha acción en un plazo de cinco años desde la celebración del
contrato.
No sobra indicar que algunos autores franceses, como los hermanos Mazeaud,
sostienen que en dicho país la solución que los tribunales de justicia le han dado
al problema del precio irrisorio, es la de estimar nulos los contratos, por cuanto
que, cuando menos en la compraventa, su ausencia determina la falta de uno de
los elementos de la esencia del contrato, determinándose la nulidad absoluta del
mismo.
En cuanto a la entrega del precio, debe indicarse que el artículo 1863 del Código
Civil determina que el contrato de venta puede ser puro y simple o sometido a
plazo para el pago del precio.
Tanto el objeto, cosa o derecho patrimonial, como el precio, son los elementos
esenciales del contrato de compraventa, por cuanto, si a este acto jurídico se le
suprime uno de ellos el contrato desaparece, o se convierte en un contrato de
donación o de comodato.
Como quiera que por regla general todas las cosas son susceptibles de ser
vendidas, se puede afirmar de primera mano que son objetos válidos del contrato
de venta:
Con relación a los requisitos de la cosa vendida dijo la Corte Suprema de Justicia
en una sentencia del 11 de diciembre de 1.919: "Los sueldos futuros que un
empleado espera devengar no constituyen jurídicamente créditos del empleado
contra el que deba pagarle el sueldo. No existe acreencia actual por razón de
sueldos sino después que estos se han devengado; entonces es cuando pueden
cederse como créditos personales. Antes de devengados, pueden venderse como
bienes futuros".
El inciso final del artículo 1870 del Código Civil hace referencia al evento en el cual
el vendedor vende una cosa que no existe, o que existe solo en parte, incurriendo
en conducta dolosa, sancionable civilmente a través de la indemnización de los
daños y perjuicios que se causen al comprador de buena fe.
A este punto se refiere el artículo 1867 del Código Civil, en cuya virtud:
- Es nula la venta de bienes que constituyen objeto ilícito, pudiéndose precisar tal
concepto acudiendo a los artículos 1519, 1521 y 1523 del Código Civil, los cuales
hacen referencia a todo lo que contraviniere el derecho público de la nación, o los
bienes que no están en el comercio (como por ejemplo los bienes de uso público
tales como los parques, las plazas y las calles entre otros), o a los derechos
personalísimos o a los bienes embargados, así como también a todo contrato
prohibido por la ley.
Resumiendo un poco este complejo tema, puede decirse que se hace referencia a
que la cosa sea susceptible de ser vendida, siendo necesario recordar que todas
las cosas que existen están en el comercio y son susceptibles de venderse. Sin
embargo, hay cosas incomerciables, razón por la cual es necesario distinguir entre
cosas absolutamente y relativamente incomerciables.
A. COSAS ABSOLUTAMENTE INCOMERCIABLES:
Aquí puede distinguirse entre aquellas cosas que conllevan a la inexistencia del
acto o contrato por falta de objeto, como sería el caso de que el objeto de la
compraventa fuesen cosas que no existen ni existirán, las que han dejado de
existir, o aquellas que han perdido su utilidad; y aquellas cosas que conllevan a la
nulidad absoluta del acto por reputarse con objeto ilícito, las que a su vez se
ubican en dos grupos, a saber:
- Las llamadas cosas comunes, tales como el aire, el sol, la luz natural, las
llamadas cosas sagradas o dedicadas al culto de cualquier religión.
- Los llamados bienes de uso público, respecto de los cuales se han venido
aceptando por parte de algunos doctrinantes contratos de concesión, cuya nota
característica es que no ingresan al patrimonio del concesionario pues no se les
están vendiendo sino apenas otorgando en explotación por un período temporal y
absolutamente determinado, como ocurre con las carreteras, mientras que para
otros doctrinantes se trata de bienes que están absolutamente por fuera del
comercio y por ende no puede realizarse contrato alguno sobre ellos, siendo
pertinente indicar que en el año 2.005 el Tribunal Administrativo de Cundinamarca
declaró la nulidad absoluta de un contrato de arrendamiento celebrado por la
administración del Distrito Capital de Bogotá respecto de una porción del “Parque
de los Novios”.
A este grupo pertenecen todas aquellas cosas que por determinación de la ley no
son susceptibles de venta, a menos que se cumplan algunos requisitos legales; o
cuando es la misma ley la que prohibe a ciertas personas en razón a un vínculo de
parentesco, o por el desempeño de ciertos cargos, realizar validamente contratos
de compraventa. En estos casos, si no se cumplen las formalidades exigidas, se
presenta la nulidad absoluta del acto, en virtud de la incomerciabilidad relativa.
Aquí se hace referencia a que el contrato se refiera a una cosa singular, es decir
que el objeto del contrato de compraventa debe estar plenamente identificado,
esto es, si se trata de una especie o cuerpo cierto, se debe singularizar
especificando sus características particulares, sus linderos, su extensión, su
calidad, su cantidad, su color, su peso, especie y género.
Está prohibida la venta de universalidades por el artículo 1867 del Código Civil tal
como se anotó anteriormente.
La razón de prohibir tal venta se explica diciendo que es propósito del legislador
evitar la coexistencia de comunidades universales de bienes, en señal de lo cual
puede indicarse la inexistencia de sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes (ley 54 de 1.990) cuando existiere sociedad conyugal previa no
disuelta respecto de alguno de los compañeros, así como también la inexistencia
de sociedad conyugal en un matrimonio celebrado teniendo alguno de los
contrayentes vínculo matrimonial previo vigente, habiéndose aceptado
jurisprudencialmente la eficacia del segundo vínculo para efectos de paternidad
sobre los hijos y para crear sociedad conyugal cuando la anterior hubiere estado
disuelta antes del segundo matrimonio.
La venta de cosas que no existen pero se espera que lleguen a existir está
prevista en el artículo 1869 del Código Civil, determinándose que el contrato se
entiende realizado bajo la condición de existir, salvo que se exprese lo contrario, o
que sea evidente, de la misma naturaleza del contrato, que se compró la suerte.
Es necesario diferenciar entre la venta de la cosa esperada y la venta de la
esperanza, pudiéndose decir que ambas ventas son válidas y excepcionalmente
aleatorias.
El artículo 917 del Código de Comercio determina que la venta de cosa futura solo
quedará perfeccionada en el momento en que ésta llegue a existir y si tuviere
existencia parcial, se le brinda la opción al comprador de desistir del contrato o
perseverar en él con la tasación pericial del precio que realmente deberá pagarse.
Esa misma disposición consagra dos excepciones en cuya virtud el
perfeccionamiento del contrato no se produce cuando el bien vendido llegare a
existir:
- Cuando del contexto del contrato pueda deducirse que se compró el alea.
Tan válida es la venta de bien ajeno, que el artículo 752 del Código Civil permite
concluir que si el vendedor de bien ajeno adquiere después el dominio, los efectos
de la venta generan la transferencia del dominio a favor del comprador desde
cuando se celebró el contrato.
A. PRINCIPIOS GENERALES:
Desde ya debe dejarse sentada una regla según la cual los géneros no perecen,
motivo por el cual si el bien vendido es un individuo de un género, sin identificar, la
pérdida debe soportarla el vendedor, salvo si el comprador ha incurrido en mora
de recibir, evento en el cual él debería soportarla.
En cuanto a los cuerpos ciertos debe indicarse que el artículo 1.876 del Código
Civil dispone: "La pérdida, deterioro o mejora de la especie o cuerpo cierto que se
vende, pertenece al comprador, desde el momento de perfeccionarse el contrato,
aunque no se haya entregado la cosa; salvo que se venda bajo condición
suspensiva, y que se cumpla la condición, pues entonces, pereciendo totalmente
la especie mientras pende la condición, la pérdida será del vendedor, y la mejora o
deterioro pertenecerá al comprador".
Pues bien: Cuando la venta se hace bajo condición suspensiva, es decir cuando
en el contrato se estipula una condición que suspende el nacimiento de la
obligación de transferir el dominio, el vendedor ni siquiera está obligado a entregar
la cosa materialmente al comprador sino cuando el evento previsto se realice; así
pues, si la condición es fallida, todo viene a ser como si no se hubiera contratado
jamás, mientras que si la condición se cumple, la pérdida total del cuerpo cierto
que ocurrió mientras pendía la condición debe sufrirla el vendedor y la mejora o el
deterioro parcial le corresponden al comprador.
De otro lado, debe indicarse la existencia de muchos casos en que la cosa objeto
del contrato de compraventa perece, se deteriora o mejora. Por ello, hay que tener
en cuenta lo que le ha podido ocurrir a la cosa desde el día de la celebración del
contrato hasta el día en que el vendedor estaba obligado a entregarla al
comprador.
Cuando la cosa se destruye, hay que distinguir si la destrucción fue total o parcial
y si se presentó después de la venta pero antes de la tradición. En el primer caso
se extinguen las obligaciones nacidas del contrato, aplicando el aforismo que "a lo
imposible nadie está obligado"; por consiguiente el vendedor será exonerado de
entregar la cosa y el comprador de pagar el precio, pero si este ya lo hubiere
pagado, tiene derecho a que el vendedor se lo restituya. Cuando la destrucción es
parcial puede ocurrir que el comprador decida persistir en el contrato de
compraventa sobre la parte no destruida, disminuyéndose el precio. En cualquiera
de los eventos referidos, no se aplicará la teoría del riesgo, si se ha incurrido en
mora por alguno de los contratantes.
Sobre este punto es necesario acudir al artículo 915 del Código de Comercio, que
dispone:
“De modo general, cuando el vendedor se obligare a entregar la cosa al
comprador en un lugar determinado, el contrato estará sujeto a la condición
suspensiva de que ella sea entregada completa, sana y salva al comprador”.
“Los frutos naturales pendientes al tiempo de la entrega, y todos los frutos, tanto
naturales como civiles, que después produzca la cosa, pertenecerán al comprador
de buena fe exenta de culpa”.
Es evidente entonces que a la luz del derecho mercantil, si el cuerpo cierto perece
antes de la entrega, al no haberse cumplido la condición suspensiva, el contrato
no producirá efecto alguno, motivo por el cual el comprador tendrá derecho a la
restitución del precio o de la parte de él que hubiere pagado y el vendedor no
responderá por perjuicio alguno. Y los frutos le corresponden al comprador.
A este evento hace referencia el artículo 1873 del Código Civil así:
"Si alguien vende separadamente una misma cosa a dos personas, el comprador
que haya entrado en posesión será preferido al otro; si ha hecho la entrega a los
dos, aquel a quien se haya hecho primero será preferido; si no se ha entregado a
ninguno, el título más antiguo prevalecerá".
Los frutos naturales, pendientes al tiempo de la venta, y todos los frutos, tanto
naturales como civiles, que después produzca la cosa, pertenecerán al comprador,
a menos que se haya estipulado entregar la cosa al cabo de cierto tiempo o en el
evento de cierta condición; pues en estos casos no pertenecerán los frutos al
comprador, sino vencido el plazo, o cumplida la condición.
Todo lo dicho en este artículo puede ser modificado por estipulaciones expresas
de los contratantes”.
“Si se vende una cosa de las que suelen venderse a peso, cuenta o medida, pero
señalada de modo que no pueda confundirse con otra porción de la misma cosa,
como todo el trigo contenido en cierto granero, la pérdida, deterioro o mejora
pertenecerá al comprador, aunque dicha cosa no se haya pesado, contado ni
medido, con tal que se haya ajustado el precio.
Si de las cosas que suelen venderse a peso, cuenta o medida, solo se vende una
parte indeterminada, como 10 hectolitros de trigo de los contenidos en cierto
granero, la pérdida, deterioro o mejora no pertenecerá al comprador, sino después
de haberse ajustado el precio y haberse pesado, contado o medido dicha parte”.
Sobre este punto debe verificarse el artículo 1879 del Código Civil, el cual brinda
al comprador la opción de reservarse el derecho de no perfeccionar el contrato
hasta tanto no ensaye la cosa y declare que esta le agrada, evento en el cual los
riesgos son a cargo del vendedor, ya que la voluntad del comprador es la que en
último término viene a decidir sobre el surgimiento de las relaciones jurídicas
contractuales.
Claro está que los daños por pérdida o deterioro que haya sufrido el bien, serán a
cargo del comprador si se demuestra que estos ocurrieron por su culpa.
El artículo 1880 del Código Civil reduce las obligaciones del vendedor únicamente
a dos:
- La entrega o tradición; y
No sobra indicar que las partes bien pueden, mediante cláusula expresa, estipular
que el vendedor asuma otras obligaciones.
De otro lado, es necesario indicar que si el contrato de venta versa sobre bienes
inmuebles, es importante estipular de forma expresa en la escritura pública, si la
entrega ya se ha producido, al igual que la manifestación por parte del comprador
de haber recibido a satisfacción, a efectos de enervar una eventual acción de
parte de él, sus sucesores y causahabientes, pretendiendo la declaratoria de
incumplimiento del contrato, por falta de entrega.
La tradición está reglamentada en los artículos 740 a 761 del Código Civil.
El artículo 740 del Código Civil define a la tradición, que es un modo de adquirir el
dominio, como la entrega que quien transfiere el derecho hace a otra persona,
existiendo en quien entrega la facultad e intención de transferir el dominio y en
quien recibe la facultad e intención de recibirlo.
A. TRADICION DE MUEBLES:
El artículo 754 del Código Civil Colombiano, determina que la tradición de las
cosas muebles corporales debe hacerse significando una de las partes a la otra
que le transfiere el dominio bien sea entregándosela, o mostrándosela, o
entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que esté
guardada, o encargándose de entregársela en un sitio convenido por ambas
partes, o por el otorgamiento de un título traslaticio de dominio a quien tenía el
bien a título no traslaticio, o por la celebración de un contrato en el que el tradente
se constituye como usufructuario, comodatario, depositario o arrendatario del bien.
En materia de propiedad industrial, la decisión 486 del 2.000 exige que el traspaso
se solemnice por escrito en un contrato de transferencia de los derechos
derivados de la propiedad registrada y que dicho contrato se inscriba ante la
autoridad nacional competente.
B. TRADICION DE INMUEBLES:
El artículo 749 del Código Civil determina que la transferencia del dominio de
bienes respecto de la cual la ley exige solemnidades especiales, solamente se
produce si se cumplen tales solemnidades. Esa norma debe complementarse con
el artículo 12 del decreto 960 de 1.970, en cuya virtud deben celebrarse por
escritura pública todos los actos de disposición o gravamen de bienes inmuebles y
en general de aquellos para los cuales exija dicha solemnidad. Consecuencia
clara de lo anterior es la nulidad absoluta del contrato en cuya virtud pretende
transferirse un bien sometido a la solemnidad de escritura pública, cuando dicha
convención no se celebra con tal modalidad, por así disponerlo con total claridad
el inciso 1o del artículo 1741 del Código Civil, la cual es declarable de oficio por el
juez así no sea ese el objeto principal del proceso, por virtud de lo consagrado en
el artículo 1742 del mismo código.
Pues bien: la entrega del bien vendido forma parte del objeto de la obligación de
dar que es una de aquellas derivadas del contrato de venta para el vendedor.
En la tradición existe una entrega, pero no toda entrega es una tradición, ya que
ésta exige el consentimiento especial de entender el tradente que está
transfiriendo el derecho de dominio y con ello cumpliendo con la obligación que
contrajo y, el adquirente, de entender que está recibiendo el derecho de dominio
en cumplimiento del derecho que le correspondía.
63. LA TRADICION EN EL CODIGO DE COMERCIO:
- Por cualquier otro medio autorizado por la ley o por la costumbre mercantil.
El artículo 924 del Código de Comercio determina que el vendedor debe hacer la
entrega dentro del plazo estipulado y si no se hubiere estipulado, entonces dentro
de las veinticuatro horas siguientes al perfeccionamiento del contrato, salvo que la
naturaleza del mismo o la forma como deba hacerse la entrega determinen que
para verificarla se requiere un plazo mayor. A su turno, el artículo 925 del mismo
código faculta al comprador para exigir el pago de perjuicios por el incumplimiento
del vendedor a su obligación de hacerle tradición válida, sin necesidad de
instaurar previamente cualquiera de las acciones resolutorias o de las de
cumplimiento consagradas en los artículos 1546 del Código de Civil y 870 del
Código de Comercio.
El artículo 1881 del Código Civil determina que al vendedor le corresponde asumir
los costos que se hicieran para poner la cosa a disposición del comprador, y al
comprador, los que se causen para transportarla después de entregada.
A. CUANDO:
El artículo 1882 del Código Civil regula el momento en que se debe hacer la
entrega del bien vendido, vale decir inmediatamente después de celebrado el
contrato o en la época determinada en el mismo.
B. DONDE:
El bien objeto del contrato debe entregarse en el lugar determinado por los
contratantes. Cuando no se ha estipulado el lugar de la entrega, se entiende que
el lugar de entrega será aquel en el cual existía la cosa en el momento de la
celebración del contrato, en tratándose de cosas ciertas; en los demás casos, la
entrega debe hacerse en el domicilio del vendedor.
A. PRECISION PREVIA:
D. PRESUNCION DE CULPA:
E. FRUTOS Y PERJUICIOS:
En cuanto a los frutos que la cosa vendida haya producido o podido producir
durante el retardo, no basta para que el vendedor se libere de restituirlos o de
pagar su valor, el probar que una fuerza mayor le impidió entregarla en el tiempo
convenido, pues la imposibilidad de entregar deviene independiente de la
percepción de frutos y de la posibilidad de producirlos. Por ello, para exonerarse
de tal obligación, sería preciso que el caso fortuito hubiese sobrevenido antes de
la mora y sin culpa del vendedor y recayera también sobre los frutos; es decir, que
el evento imprevisto e irresistible destruyó tales frutos o hizo imposible su
percepción.
F. EXONERACION:
Del pago de perjuicios el vendedor se defiende demostrando caso fortuito que
imposibilitó la entrega y del pago de frutos se defiende probando, además, que la
fuerza mayor influyó sobre los frutos e imposibilitó su producción.
El artículo 1884 del Código Civil determina que el vendedor debe entregar lo que
reza el contrato, haciendo referencia casuística el artículo 1885 al evento en que el
objeto del contrato de compraventa es una vaca, yegua u otra hembra, caso en el
cual el contrato comprende naturalmente el hijo que lleva en el vientre o que
amamanta; pero no la del que puede pacer o alimentarse por sí solo.
A este tema se refiere el artículo 1886 del Código Civil determinando que en dicho
contrato se incluye todos los accesorios que se reputan inmuebles, aunque por su
naturaleza no lo sean, tales como las cosas que están permanentemente
destinadas al uso, cultivo y beneficio de un inmueble, así puedan separarse de la
finca sin deterioro o detrimento, como son: Las lozas de un pavimento, los tubos
de las cañerías, los utensilios de labranza o minería y los animales actualmente
destinados al cultivo o beneficio de la finca; los abonos existentes en ella
destinados por el dueño de la finca a mejorarla; las prensas, calderas, alambiques,
toneles y máquinas que forman parte de un establecimiento industrial; los
animales que se guardan en conejeras, pajareras, estanques, colmenas o
cualesquiera otros lugares, con tal que estos adhieran al suelo, o sea en parte del
suelo mismo o de un edificio.
69. VENTA POR CABIDA Y VENTA COMO CUERPO CIERTO:
Se presenta la venta por cabida y venta como cuerpo cierto en bienes urbanos y
rústicos y estas dos especies de ventas están reguladas en los artículos 1887 a
1889 del Código Civil.
En las ventas por cabida resulta indispensable estipular la unidad superficiaria que
sirve de medida a la cabida total, vgr. hectárea, fanegada, metro cuadrado y para
que se entienda de tal tipo la venta es indiferente que se exprese una cabida total
o la cabida de las diferentes porciones según las calidades del terreno, o que se
estipule el precio total del predio, o los precios según las mismas calidades.
Ejemplo: predio de 90 hectáreas cuyo valor es de $ 900´000.000, que significa que
la hectárea un valor unitario de $10´000.000; o predio de 90 hectáreas cuyo valor
se estipula así: $ 650´000.000, correspondientes a 60 hectáreas de tierra de
segunda; y $250´000.000, precio de las 30 hectáreas restantes de tierra de
primera.
Estas dos situaciones y los principios que se aplican, tienen plena vigencia,
cuando las partes nada pactaron sobre el particular, pues se ha generalizado la
práctica de estipular que no habrá derecho a reclamo por cualquiera de las partes
con relación a la cabida del predio.
E. PRESCRIPCION:
Algún sector de la doctrina considera que hay que distinguir el objeto de la acción
a ejercer, así:
- La acción para desistir de una venta por cabida, prescribe según las normas
generales, lo que significa que su término de prescripción es de diez años.
Pero otro sector de la doctrina considera que el término es uno solo, de un año,
por cuanto que así lo determina expresamente el artículo 1890 del Código Civil.
De conformidad con el artículo 1892 del Código Civil además de las acciones para
desistir del negocio o para pedir la disminución o el complemento del precio, es
viable para las partes acudir a la acción de rescisión por lesión enorme, lo cual
puede por ejemplo ocurrir cuando se vendió un bien por cabida, fijando un precio,
se hizo entrega del mismo y resulta ser tan superior o tan inferior el predio
vendido, que se vulnera el límite objetivo de la mitad o el doble del justo precio.
A. PRESENTACION:
Se trata aquí de la segunda obligación del vendedor, que comprende dos facetas
distintas:
- Se debe ejercer dentro del mismo proceso en que fue demandado el comprador
a través de la denuncia del pleito consagrada en el Código de Procedimiento Civil,
o a través de un proceso separado que se inicia con posterioridad a la evicción,
por así desprenderse de los artículos 1899 y 1913 del Código Civil.
Por cosa evicta se entiende el bien objeto de la venta que el comprador perdió,
total o parcialmente, por sentencia judicial por causas anteriores al contrato de
compraventa.
El artículo 1894 del Código Civil determina que hay evicción del bien vendido
cuando el comprador es privado en todo o en parte de ella por sentencia judicial.
De conformidad con el inciso 4º del artículo 1909 del Código Civil si la evicción
recae sobre una parte tal de la cosa que haga presumir que no se hubiere
comprado, tendrá derecho el comprador a pedir la rescisión de la venta, quedando
obligado a restituir al vendedor la parte no evicta y debiendo ser considerado, para
la restitución, poseedor de buena fe; si la parte evicta no es tan importante, puede
el comprador dejar subsistir el contrato y pedir únicamente la evicción de la parte
parcialmente afectada.
Al tenor del artículo 1895 del Código Civil el vendedor solamente es obligado a
sanear al comprador las evicciones que resulten sobre la cosa vendida, siempre y
cuando dichas evicciones tengan una causa anterior a la venta, salvo que se haya
estipulado lo contrario.
Una vez que al vendedor le ha sido denunciado el pleito, puede asumir alguna de
las siguientes posiciones jurídicas, a las cuales corresponden consecuencias
distintas:
El artículo 1903 del Código Civil, determina dos eventos en los cuales cesa la
obligación del vendedor de sanear la evicción:
Además, el inciso 3º del artículo 1909 del Código Civil determina que cesa la
obligación del vendedor de restituirle el precio al comprador si compró a sabiendas
de tratarse de bien ajeno o si de forma expresa tomó sobre sí el peligro de la
evicción especificándolo.
De conformidad con el artículo 1904 del Código Civil la obligación del saneamiento
por evicción a cargo del vendedor, comprende las siguientes facetas:
- El reembolso al comprador de los frutos que éste hubiere sido obligado a restituir
al tercero, salvo si el vendedor se allanó a la demanda y el comprador decidió
continuar con la defensa por sí mismo, caso en el cual no puede pedir el
reembolso de los frutos percibidos durante la defensa;
- El reconocimiento del aumento del valor de la cosa evicta ocurrido mientras ésta
estuvo en poder del comprador, aun por causas naturales o por el mero transcurso
del tiempo, salvo si el tercero que triunfó en su pretensión fue condenado a
reconocerlas y con un límite respecto de las valorizaciones derivadas del mero
transcurso del tiempo o de causas puramente naturales, equivalente a la cuarta
parte del precio de la venta, a menos de probarse mala fe en el vendedor, evento
en el cual no operará dicho límite y, además, deberá pagar los aumentos de valor
provenientes hasta de las mejoras voluptuarias además de las necesarias y útiles
que le corresponden en todo caso salvo si el tercero las pagó.
El Código de Comercio sigue los lineamientos del Código Civil en cuanto hace
referencia a que la evicción proviene de la pretensión de derecho de un tercero,
con declaratoria judicial en tal sentido, por causa anterior a la venta. No obstante,
se formula un reparo por la existencia de un vacío respecto de la posibilidad o no
de acudir a la denuncia del pleito y a la eventualidad en que el vendedor se allane
a la demanda. Para solucionar dicho vacío se puede acudir al artículo 822 del
Código de Comercio, que hace aplicables en materia mercantil las normas civiles
sobre contratos cuya aplicación no resulten prohibidas o inaplicables en
consideración a la naturaleza del derecho comercial.
Como quiera que el Código de Procedimiento Civil no limita la denuncia del pleito
a una determinada clase de asuntos, es posible que el comprador acuda a esta
facultad, que normalmente se ejerce en el término dado para contestar la
demanda, a fin de denunciarle el pleito al vendedor.
Además, la parte final del artículo 941 del Código de Comercio permite al
comprador acudir al trámite incidental y a un proceso abreviado para reclamarle al
vendedor el cumplimiento de esta obligación.
El artículo 1898 del Código Civil determina la nulidad del acuerdo entre vendedor y
comprador que pretenda exonerar a aquel de la obligación de salir al saneamiento
por evicción, existiendo mala fe por parte de dicho vendedor. Es decir que, no
mediando mala fe de quien vende, es perfectamente viable que el comprador
renuncie al saneamiento.
El tema de la prescripción está previsto en el artículo 1913 del Código Civil así:
"La acción de saneamiento por evicción prescribe en cuatro años, mas por lo
tocante a la sola restitución del precio, prescribe según las reglas generales.
De conformidad con el artículo 1908 del Código Civil cuando se tratare de ventas
forzadas hechas por autoridad de la justicia, el vendedor no es obligado, por causa
de la evicción que sufriere el comprador de la cosa vendida, sino a restituir el
precio que haya producido la venta.
Es conveniente anticipar ya que el artículo 1916 del Código Civil permite estipular
en el contrato una exoneración para el vendedor respecto del saneamiento de este
tipo de vicios, sin que tal estipulación se extienda a aquellos de cuya existencia
tuvo conocimiento y no los manifestó al comprador, evento en el cual deberá en
todo caso responder.
A. CORPORALES O INTRINSECOS:
Al tenor del artículo 1915 del Código Civil los vicios redhibitorios corporales o
intrínsecos deben reunir los siguientes requisitos:
- Ser de tal entidad que por ellos la cosa vendida no sirva para su uso normal, o
solo sirva imperfectamente, siempre que pueda presumirse que si el comprador
los hubiese conocido no la hubiere comprado o lo habría hecho a mucho menos
precio;
A.1. EXISTENCIA:
A.2. TRASCENDENCIA:
Para verificar la trascendencia, debe tenerse en cuenta el uso normal del bien
vendido y si en realidad el vicio de la cosa reduce en gran proporción su valor, al
punto que se pueda presumir que si el comprador lo hubiera conocido, no habría
comprado o hubiere dado por ella un precio mucho menor.
Esto quiere decir que no son vicios redhibitorios los aparentes, como la compra de
un carro sin motor, ni tampoco aquellos que con mediana inteligencia hubiera
podido descubrir el comprador, como la calidad del terreno, la falta de cercas o el
estado de descuido en que se encuentre el predio, en la compra de un inmueble,
ya que el comprador los ha debido detectar sin mayor esfuerzo.
B. EXTRINSECOS:
Los vicios extrínsecos o cualidades especiales de la cosa, tienen dos facetas, por
cuanto que las partes pueden:
El artículo 1917 del Código Civil faculta al comprador para escoger el ejercicio de
dos acciones, como son la rescisión de la venta, o la rebaja del precio.
A. ACCION REDHIBITORIA:
Al tenor del artículo 1922 del Código Civil, la acción redhibitoria no tiene cabida en
las ventas forzadas hechas por ministerio de la justicia. Sin embargo, en estos
casos, cuando el vendedor conocía de la existencia de los vicios de la cosa
vendida en pública subasta y no los declara al comprador habiéndolo solicitado
este, habrá lugar al ejercicio de la acción redhibitoria y a la indemnización de
perjuicios. Debe entenderse por vendedor al ejecutado y por comprador al
rematante, lo cual demuestra la poca operancia de esta disposición, por cuanto
que en casi ninguna oportunidad en el curso de un proceso judicial en que se
rematan bienes existe contacto personal entre rematante y rematado, ya que la
actuación de aquel se surte ante el operador judicial competente y no ante el
propietario del bien.
En este caso, se requiere un avalúo del bien por parte de un perito, a fin de
justipreciar el valor real que habría tenido la cosa al tiempo de concluirse el
contrato si el vicio hubiera sido notorio y evidente.
A. PRESENTACION:
El artículo 934 del Código Comercio, hace relación al saneamiento por defectos de
naturaleza intrínseca, determinando que si después de la entrega el bien vendido
presenta vicios o defectos ocultos cuya causa sea anterior al contrato, ignorados
sin culpa por el comprador, que hagan la cosa impropia para su natural
destinación o para el fin previsto en el contrato, es viable que el comprador pueda
pedir la resolución del mismo o la rebaja del precio a justa tasación debiendo, en
caso de resolución, restituir la cosa al vendedor, pudiendo pedir en ambos casos
indemnización de perjuicios por parte del vendedor, si este conocía o debía
conocer al tiempo del contrato el vicio o el defecto de la cosa vendida.
C. ACCIONES:
D. PRESCRIPCION DE ACCIONES:
Dentro de esa disciplina jurídica, cuya aplicación viene siendo realizada muy
estrictamente por la Superintendencia de Industria y Comercio en Colombia, es
indispensable citar algunos artículos del decreto 3466 de 1.982, que disponen:
En una sentencia dictada el 13 de diciembre del 2.001, dentro del expediente No.
6775, sostuvo la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia:
Los artículos 1928 a 1934 del Código Civil regulan las obligaciones del comprador,
que son principalmente dos:
Claro está que el artículo 1928 del Código Civil solamente se refiere a la primera.
A. LUGAR Y TIEMPO:
B. PRUEBA:
El artículo 1934 del Código Civil hace referencia al evento en que, en la escritura
de venta se hubiere expresado que el precio se pagó, evento en el cual no se
admite prueba alguna en contrario sino la nulidad o falsificación de la escritura y
solo en virtud de esta prueba habrá acción contra terceros poseedores. Por ello,
debe tenerse especial cuidado a la hora de redactar los contratos de venta, por
cuanto que, como se ve, una equivocación a la hora de referirse al pago del precio
puede resultar notoriamente perjudicial para los intereses del vendedor.
“En los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de
cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumpla por su parte, o no se allana a
cumplirlo en la forma y tiempo debidos”.
Como consecuencia del artículo 1609 del Código Civil arriba anotado, el
comprador puede retener el precio hasta tanto el vendedor no cumpla con sus
obligaciones y especialmente con la entrega de la cosa.
El inciso 2º del artículo 1929 del Código Civil determina que si el vendedor ha
cumplido con la entrega de la cosa, el comprador no tiene derecho a retener el
precio, debiéndose indicar que si a pesar de la entrega surjan hechos que hagan
presumir que el vendedor no cumplió debidamente con su obligación, por no ser
dueño exclusivo o por estar afectado de algún vicio el derecho transmitido, el
comprador no puede retener el precio, pero podrá proceder a depositarlo a
órdenes de un juzgado hasta que el vendedor haga cesar la turbación o afiance el
resultado del juicio.
El artículo 1930 del Código Civil consagra una acción alternativa para el vendedor
que le permite, en caso de constitución en mora del comprador respecto del pago
del precio, exigir la solución de la deuda o la resolución del contrato, en ambos
casos con resarcimiento de perjuicios.
- Retener las arras, salvo el caso que se hayan dado como parte del precio;
- Pagar las expensas de conservación del bien y reclamar los deterioros del
mismo, considerando al comprador como poseedor de mala fe, a menos que
pruebe que su incumplimiento se debió a fuerza mayor o caso fortuito.
El artículo 1931 del Código Civil, con la redacción introducida por el artículo 1º de
la ley 45 de 1.936, establece la reserva del dominio, así:
Este pacto de reserva del dominio fue introducido en Colombia a partir del año de
1929 por la creciente industrialización y fue difundido por firmas que querían
aumentar sus ventas, estableciendo un sistema de comercialización que no
requería el pago inmediato de la totalidad del precio, para lo cual establecieron la
venta de mercancías que podían adquirir las personas por el solo pago de una
cuota inicial y el saldo del precio por cuotas mensuales, habiendo gozado dicha
modalidad de mucha aceptación, por cuanto las personas disfrutaban del producto
sin necesidad de contar con todo el dinero del precio.
Por otra parte, la reserva de dominio debe ser pactada entre vendedor y
comprador en el momento de la celebración del contrato, por lo que la declaración
unilateral del vendedor es insuficiente.
Las arras están contempladas en el artículo 1859 del Código Civil, según el cual
constituyen la entrega de una cosa en prenda de la celebración o ejecución del
contrato, para permitir el retracto, perdiéndolas quien las dio o devolviéndolas
dobladas quien las recibió.
De acuerdo con la significación etimológica del vocablo, se entiende por arras las
cosas que una parte da a la otra en garantía o señal de quedar convenidos, o de
ejecución del contrato, y que constituyen una estipulación de carácter real, en
cuanto se perfeccionan por la entrega y de naturaleza accesoria, ya que acceden
al contrato, estando vinculadas por ende a la validez del contrato principal a que
acceden. Las arras, dentro de las dos especies o clases en las que legalmente se
dividen, constituyen una modalidad convencional dentro del contrato de
compraventa, un pacto especial, que no se sobreentiende como si fuese un
elemento natural del contrato, sino que ha de ser fruto de un consentimiento
expreso sobre el acto en particular, tal como lo sostuvo la Corte Suprema de
Justicia en sentencia del 30 de julio del 1.941. Podría redondearse el punto
diciendo que producen efectos similares a los de una condición suspensiva o
resolutoria y que cualquiera de las dos partes del contrato puede darlas, bien sea
el vendedor o el comprador, aunque lo más acostumbrado es que sea éste.
A éstas es que hace referencia el artículo 1859 del Código Civil, estableciendo el
artículo 1860 del mismo código un plazo presuntivo, en caso de que las partes no
hayan estipulado uno expreso, de hasta dos meses para ejercer ese derecho,
comenzando el cómputo de ese plazo presunto desde cuando se celebra el
contrato, siendo claro que si se requiere escritura pública una vez otorgada ésta
ya no habrá lugar a retractarse, como tampoco cuando se haya iniciado la entrega
del bien vendido.
De otro lado, el artículo 1861 del Código Civil hace referencia a las llamadas
ARRAS CONFIRMATORIAS, que son aquellas que forman parte del precio o
constituyen señal de quedar definitivamente convenidos los contratantes,
requiriéndose pacto expreso de los contratantes para entenderse de esta clase,
pues de lo contrario se reputan como arras de retracto.
Si las arras son confirmatorias o como parte del precio, al cumplirse el contrato
estas se abonan al precio del mismo si fueron dadas por el comprador, o deberán
ser devueltas al vendedor si este las hubiera entregado.
Están previstos en los artículos 1936 y 1937 del Código Civil, así:
Dicha elección es la consistente en optar por exigir bien el pago del precio o bien
la resolución de la venta, en ambos casos con indemnización de perjuicios.
Artículo 1937: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se
resuelva ipso facto el contrato de venta, el comprador podrá, sin embargo, hacerlo
subsistir, pagando el precio, lo más tarde, en las veinticuatro horas subsiguientes
a la notificación judicial de la demanda”.
Así los contratantes hayan pactado en documento privado anterior a la venta una
retroventa futura, dicho pacto no tiene eficacia cuando hay una venta pura y
simple otorgada por escritura pública, toda vez que un documento privado no
podría alterar lo pactado en una escritura pública, lo cual tiene carácter absoluto
en defensa de los intereses de terceros y relativo respecto de las partes.
Siempre debe entenderse la retroventa como una promesa que debe cumplirse
dentro de las condiciones y el tiempo convenidos.
Según el artículo 1941 del Código Civil el vendedor tiene derecho a que el
comprador le restituya el bien con sus accesiones naturales y a ser indemnizado
por los deterioros imputables a hecho o culpa de éste, estando obligado al pago
de las expensas necesarias pero no de los gastos útiles ni voluptuarios efectuados
sin su consentimiento.
El artículo 1940 del Código Civil determina que el pacto de retroventa, en sus
efectos contra terceros, se sujeta a lo dispuesto en los artículos 1547 y 1548 del
Código Civil, lo cual determina la imposibilidad de reivindicar el bien que pasó a
terceros de buena fe y que el pacto solo es oponible cuando constare
expresamente en el título respectivo. Es decir que la resolución del contrato de
compraventa solo afecta a los terceros de mala fe.
El plazo dentro del cual se puede ejercer el pacto de retroventa puede ser de dos
clases y se cuenta desde la fecha del contrato, siendo:
- El convencional o sea el fijado por las partes y que no puede exceder de cuatro
años.
Está consagrado por el artículo 1944 del Código Civil y se conoció en Roma con el
nombre de “Pacto de Addictio in Diem”.
Por virtud de lo dispuesto en los artículos 1547, 1548, 1940 y1944 del Código
Civil, las personas a quienes se les hubiere enajenado por parte del comprador el
bien que adquirió, no pueden resultar afectadas por el pacto, pudiendo estos
posteriores compradores también allanarse a completar el precio para equipararlo
con el ofrecido por el tercero.
116. REQUISITOS:
El artículo 1945 del Código Civil dispone que pueden agregarse a la venta
cualquier otra clase de pactos accesorios lícitos, que se deben regir por las reglas
generales de los contratos.
118. PREFERENCIA:
Es importante determinar que este pacto no puede tener una duración superior a
un año, determinando el inciso final de la norma analizada la reducción, de pleno
derecho, a ese lapso, de aquellos términos que se pacten por encima de ese
límite.
120. OPCION:
Sobre este tema sostuvo el profesor Humberto Murcia Ballén, en una aclaración
de voto a una sentencia dictada por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia
el 9 de agosto de 1.985, que se trata de una variante del acto jurídico unilateral,
que crea una obligación a cargo de una persona por su mera voluntad, sin que en
el derecho positivo colombiano se cuente con una regulación que la reglamente de
manera completa, motivo por el cual debería acudirse a las disposiciones
atinentes a la promesa de contrato, habiéndose inclinado la doctrina y la
jurisprudencia por considerar que la promesa unilateral (opción) de venta de un
bien es un acto solemne que debe reunir las mismas solemnidades previstas por
el artículo 89 de la ley 153 de 1.887 para la promesa bilateral de contrato,
requiriéndose por ende que queden completamente determinados los elementos
del contrato opcionado.
De todas formas vale la pena recordar que al tenor del artículo 861 del Código de
Comercio y según la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Suprema de
Justicia por ejemplo en la sentencia del 12 de septiembre del 2.000, la promesa de
contrato comercial es meramente consensual, lo cual hace que las reflexiones del
profesor Murcia deban atenuarse para ser aplicadas únicamente en los eventos no
mercantiles.
Por ello, puede sostenerse que se trata de un vicio objetivo, no subjetivo, que se
produce al romperse el equilibrio en las relaciones contractuales.
Al llegarse a expedir el Código Civil Francés de 1.804, fue una tarea ardua tratar
de introducir disposiciones que hicieran rescindible por lesión enorme algún acto,
sabido como era que con carácter general para todos los actos jurídicos era
imposible de introducir, pero finalmente al presentársela como un vicio del
consentimiento que atentaba contra la libertad de la autonomía de la voluntad,
ameritaba ser sancionada. No obstante, la redacción que finalmente se le dio al
código, utilizó meramente el criterio objetivo y matemático, motivo por el cual ni
siquiera en ese momento quedó consagrado como una causal de nulidad de los
actos jurídicos.
Como quiera que el inciso 2º del artículo 1627 del Código Civil determina que el
acreedor no puede ser obligado a recibir otra prestación diferente de la que se le
deba y en la dación en pago se recibe algo distinto a lo adeudado, se afirma que
este negocio jurídico consiste en el convenio en virtud del cual el acreedor permite
que su deudor le pague la obligación con una prestación diferente de aquella a
que estaba obligado, siendo similar a la novación (el cambio de un objeto por otro)
la cual es un modo de extinguir obligaciones.
Algunos tratadistas opinan que debería permitirse la rescisión, por lesión enorme,
del contrato de promesa de venta. Pero esa tesis no ha sido aceptada, por los
siguientes motivos:
- En la permuta, debido a que el artículo 1958 del Código Civil hace aplicables a
este contrato las disposiciones que regulan la compraventa;
- Que el desequilibrio alcance el límite previsto por la ley (la mitad del justo precio);
E. Que la acción no haya prescrito. El artículo 1954 del Código Civil regula la
prescripción de esta acción fijándola en cuatro años, contados a partir de la firma
de la escritura pública.
F. Que el bien no se haya perdido en poder del comprador. El artículo 1951 del
Código Civil establece la improcedencia de la acción cuando la cosa se ha perdido
en poder del comprador.
Los tribunales de justicia han admitido que la acción rescisoria por lesión enorme
procede contra entidades de Derecho Público, así el precio del bien haya sido
ajustado de común acuerdo entre el vendedor y la entidad estatal, pero con el
único propósito de obtener el complemento del precio, por cuanto que el bien ya
ingresó al patrimonio público.
Debe demostrarse que el precio recibido por el bien vendido fue menor a la mitad
del justo precio, real o comercial; o que el comprador pagó por el bien más del
doble de su precio justo, real o comercial.
El término justo precio hace relación al valor comercial del inmueble al tiempo del
contrato, y la prueba idónea para establecerlo no es otra que el dictamen pericial.
"Perdida la cosa en poder del comprador, no habrá derecho por una ni por otra
parte para rescisión del contrato.
"Si se estipulare que no podrá intentarse la acción rescisoria por lesión enorme, no
valdrá la estipulación; y si por parte del vendedor se expresare la intención de
donar el exceso, se tendrá esta cláusula por no escrita".
El artículo 1947 del Código Civil hace referencia al justo precio de la cosa al
tiempo del contrato. Si el contrato de compraventa estuvo precedido de una
promesa bilateral de compraventa y el precio pactado en esta fue lesivo para uno
de los prometientes, éste debe intentar la acción de nulidad, distinta de la rescisión
por lesión enorme, con fundamento en que la existencia de una situación lesiva
para cualquiera de los prometientes atenta contra el segundo de los requisitos del
artículo 89 de la ley 153 de 1.887, pues el contrato prometido no sería eficaz. Por
ese mismo motivo se puede alegar a manera de excepción la nulidad de la
promesa de contrato de compraventa, cuando se pretende el cumplimiento del
negocio prometido.
El artículo 1948 del Código Civil determina la opción que tiene el comprador
demandado, para evitar los efectos de la declaratoria de rescisión haciendo
subsistir el contrato, mediante el pago del saldo que restare para completar el
justo precio con la deducción de una décima parte. No obstante, debe indicarse
que la norma analizada no señala el plazo o término dentro del cual el demandado
puede ejercer la opción. Para ello podría acudirse a un requerimiento judicial, por
cuanto que la Corte Suprema de Justicia en fallo del 13 de julio de 1.921, dijo: "El
hecho de que la sentencia que declara la rescisión de una compraventa, por lesión
enorme, haya omitido fijar plazo para ejercer el derecho de opción de que trata el
artículo 1948 del Código Civil no equivale a la anulación del derecho, por que hay
medios legales encaminados a hacer fijar, cuando no hay plazo, el día desde el
cual queda el deudor en mora, y por consiguiente el acreedor con derecho a exigir
la prestación consiguiente".
Ambas condiciones son necesarias, porque la acción por lesión persigue aniquilar
los efectos obligatorios de un contrato válidamente celebrado.
A. DEFINICION:
B. CARACTERISTICAS:
C. Las cosas que las partes se obliga mutuamente a dase deben ser un cuerpo
cierto o un derecho individualizado. Si bien es cierto en este sentido es claro el
artículo 1955 del Código Civil, algún sector de la doctrina considera que no es
acertado, por cuanto que si el contrato de venta puede realizarse no solo sobre
cuerpos ciertos, sino también respecto de bienes de género, al serle aplicables a
la permuta las disposiciones de la compraventa, debe aceptarse que también es
posible permutar bienes de género.
D. Se reputa perfecta por el solo consentimiento de las partes, salvo cuando
alguno de los bienes se encuentra sometido a alguna formalidad, como por
ejemplo sucede con los inmuebles, en cuyo caso para su perfeccionamiento es
necesaria la escritura pública.
Tanto en el Código Civil, como en el de Comercio, son mas bien escasas las
disposiciones que regulan el contrato de permuta, disponiendo ambos estatutos,
de manera expresa en los artículos 1958 y 910 respectivamente, que a esta
especie contractual se le deben aplicar las normas que regulan el contrato de
compraventa. Por tal motivo, la lista de diferencias entre el régimen civil y el
comercial en materia del contrato de venta es también aplicable.
UNIDAD V
LA CESION DE DERECHOS
El cesionario no adquiere más derechos que los que adquirió del cedente, por
cuanto que éste no transfiere más que aquellos de los que era titular.
140. REQUISITOS:
c. Para que la notificación sea válida, debe hacerse con exhibición del título o de la
nota de cesión si el crédito no era documentario (artículo 1961 del Código Civil);
g. La cesión del crédito comprende las fianzas, los privilegios e hipotecas anexos
al mismo, pero no transfiere las excepciones personales del cedente (artículo 1964
del Código Civil);
No sobra indicar que para que tales efectos se produzcan, es necesario que se
reúnan las condiciones de existencia (manifestación de voluntad) y validez
(inexistencia de causales de nulidad), indispensables en todo contrato.
A la notificación hace referencia el artículo 1960 del Código Civil, indicando que es
indispensable para que produzca efectos frente al deudor y a terceros, al paso que
para tales efectos el artículo 1961 del mismo código hace obligatoria la exhibición
del título, indicado las solemnidades de la cesión, por cuanto exige que se anote el
traspaso del derecho, indicando la persona del cesionario y bajo la firma del
cedente.
145. DE LA RESPONSABILIDAD DEL CEDENTE:
A. GARANTIA LEGAL:
Por regla general, el cedente solo responde de la existencia del crédito y de ser él
el titular del mismo. Por pactos expresos puede extenderse la responsabilidad
hasta incluir la solvencia del deudor, sin incluir la futura, a menos que así se
estipule de manera clara y expresa.
A. EL FACTORING:
El factoring constituye una operación financiera relativamente novedosa, de la cual
no existen muchas reglamentaciones y se denomina en el argot mercantil “Compra
en Firme de Cartera”. Es un instrumento de financiación para los comerciantes
que, para lograr liquidez, venden las facturas que tienen a su favor aún no
vencidas y obviamente pendientes de pago, a unas empresas especializadas,
quienes les pagan una suma inferior al monto de la factura, pues realizan un
“Descuento” sobre la misma. El margen del descuento (en algunas operaciones
financieras denominado “Spread”), dependerá del tiempo de maduración que le
reste al documento (es decir de cuánto falta para su vencimiento), así como de la
solvencia y reputación de ser buen o mal pagador de sus obligaciones que tenga
el deudor. En ocasiones se estipula entre el cedente y la compañía de factoring
que, si una vez vencida la factura, el deudor no paga, el cedente se responsabiliza
por el pago, motivo por el cual luce anacrónica la expresión de “Compra en Firme”
que normalmente se utiliza en estas operaciones.
No sobra indicar que sobre esta figura se realiza un estudio más profundo en un
capítulo posterior de este escrito.
B. EL ENDOSO:
Es bueno indicar que los títulos valores son de tres especies de acuerdo con su
ley de circulación, exigiéndose para su transferencia la simple entrega cuando
fueren al portador, el endoso firmado por el legítimo tenedor cuando fueren a la
orden acompañado de la entrega del título y el endoso, la entrega y la inscripción
en el registro correspondiente cuando fueren nominativos (artículos 668, 651 y 648
del Código de Comercio).
Los bancos que reciben cheques para abonarlos en la cuenta del tenedor, pueden
cobrarlos así no estén endosados a su favor, pudiendo dichos establecimientos
crediticios endosarlos a otros bancos simplemente con un sello, sin necesidad de
firma alguna.
La condición de existencia del endoso está prevista por el inciso final del artículo
654 del Código y no es otra que la firma del endosante.
C. LA CESION:
El artículo 1966 del Código Civil excluye los títulos valores de la posibilidad de ser
transferidos mediante cesión de créditos, al disponer: "Las disposiciones de este
título no se aplicarán a las letras de cambio, pagarés a la orden, acciones al
portador, y otras especies de transmisión que se rigen por el Código de Comercio
o por leyes especiales".
Para los efectos de esta figura, es necesario distinguir entre derechos singulares y
derechos universales, por cuanto existen herederos a título singular y a título
universal.
Los derechos hereditarios se originan en la muerte de una persona y requieren la
vocación hereditaria de los herederos.
"El que cede a título oneroso un derecho de herencia o legado, sin especificar los
efectos de que se compone, no se hace responsable sino de su calidad de
heredero o de legatario".
B. Cuando se especifican los efectos o bienes sobre las cuales versa el derecho
de herencia cedido.
Las contempla el inciso 1º del artículo 1968 del Código Civil y son:
B. DEL CESIONARIO:
A ello hace referencia el artículo 1969 inciso 2º del Código Civil, según el cual el
cesionario se obliga a indemnizar al heredero cedente de los costos necesarios o
prudenciales que este haya hecho en razón y en beneficio de los bienes objeto de
la cesión.
Este evento se regula en el inciso 3° del artículo 1968 del Código Civil, según el
cual al cederse una cuota hereditaria se incluyen las cuotas hereditarias que por el
derecho de acrecer sobrevengan a ella, salvo que se haya estipulado otra cosa".
A. DEFINICION:
B. NATURALEZA:
El artículo 1969 del Código Civil determina que existe esta cesión cuando el
objeto directo de la cesión es el evento incierto de la litis, del que no se hace
responsable el cedente y que un derecho es litigioso desde que se notifica
judicialmente la demanda.
C. EXTENSION:
La cesión de derechos litigiosos puede ser total o parcial según se halle en disputa
la existencia del derecho o una parte de él; igualmente puede serlo si el cedente
deja de formar parte íntegramente de la litis o únicamente le transfiere al
cesionario una parte de la disputa. Terminada la litis por sentencia judicial, se
reconocerá en la misma el derecho del cesionario en el evento de que esta lo
favorezca.
E. EL RETRACTO:
Se trata de la facultad que otorga la ley (artículo 1971 del Código Civil) al otro
litigante para terminar el pleito pagando al cesionario del derecho litigioso, el
precio que éste haya pagado a cambio del derecho, conjuntamente con los
intereses causados desde la fecha en que le fue notificada la cesión. Este derecho
de retracto tiene sus fundamentos en el principio de equidad, ya que quien cede
un derecho litigioso normalmente no lo cede por el valor real del derecho, sino por
un precio inferior.
De conformidad con el artículo 1972 del Código Civil, el plazo para ejercer esta
facultad de retracto se extingue nueve días después de la notificación de la
sentencia que ordenó el pago.
UNIDAD VI
EL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO
155. ANTECEDENTES:
Este contrato tuvo su origen en Roma, sin que allí se hubiere distinguido entre el
arrendamiento de cosas y el de servicios, ni con el contrato de confección de obra
material, habiendo sufrido estas últimas dos modificaciones fundamentales, al
punto que en el derecho moderno se ha distinguido claramente esas distintas
especies, rompiendo de este modo la unidad conceptual que reinaba desde la
antiguedad. Hoy en día en muchos sitios la cuestión atinente a los servicios está
regulada por la legislación laboral, mientras que lo atinente a la confección de obra
se regula en el derecho comercial, que regula las empresas de construcción.
Para ubicar claramente este tema, debe indicarse que en el derecho privado
colombiano existen básicamente tres regímenes diferentes que regulan el contrato
de arrendamiento de bienes inmuebles urbanos: el de vivienda, el comercial y el
de bienes que no caben en ninguna de las dos categorías anteriores. A esos tres
tipos de contratos, la doctrina acostumbra agregar el estudio de contratos que se
refieren a predios rurales.
156. DEFINICION:
El artículo 1973 del Código Civil, sigue los lineamientos del derecho romano y
expresa:
Esta definición se deriva de los principios del derecho romano ya vistos y por ende
se propone una más sencilla, según la cual vendría a ser la consistente en
tratarse de un contrato en virtud del cual las dos partes se obligan recíprocamente,
la una a conceder el goce de una cosa y la otra a pagar por este goce un precio
determinado y a restituirla en el término igualmente preestablecido.
A. Es un contrato bilateral, pues genera obligaciones para las dos partes que lo
celebran, siendo éstas obligaciones recíprocas y sirviéndose mutuamente de
causa o fundamento, por cuanto que de una parte el arrendador entrega la cosa al
arrendatario y le procura su goce, mientras que de otra parte el arrendatario debe
conservar la cosa y devolverla en el estado en que la recibió, pagando un precio
por su goce;
- La cosa
- El precio y
- El consentimiento.
En cuanto a los requisitos del bien arrendado, pueden determinarse los siguientes:
B. Que sea un bien cuyo goce sea susceptible, por cuanto que si éste no es
posible, la cosa no cumplirá con el fin del arrendamiento.
C. Que no se trate de bienes que la ley prohibe arrendar, como por ejemplo ocurre
con los bienes de uso público.
D. Que el bien objeto de arrendamiento pueda usarse sin que se consuma, por lo
que las cosas consumibles no pueden ser objeto de arrendamiento, al igual que
las servidumbres, que no se conciben separadas del predio al que activa o
pasivamente se vinculan. Tampoco se pueden arrendar los bienes comunes de
toda la humanidad, los bienes de uso público, las cosas destinadas al culto, como
tampoco el derecho del alimentario, y los estrictamente personales, como el uso y
la habitación.
A voces del inciso segundo del artículo 1974 del Código Civil, se puede arrendar
un bien ajeno, facultándose al arrendatario de buena fe para ejercer acción de
saneamiento contra el arrendador en caso de perder la tenencia por motivos
jurídicos, es decir en el evento de evicción. Al arrendamiento de cosa ajena se le
aplican las normas que regulan la venta de cosa ajena. El arrendamiento de cosa
ajena ratificado por el dueño o titular de la posesión, confiere al arrendatario los
derechos de tal, desde la fecha del contrato.
A. CONCEPTO:
El artículo 1975 del Código Civil dispone: "El precio puede consistir ya en dinero;
ya en frutos naturales de la cosa arrendada; y en este segundo caso puede fijarse
una cantidad determinada o una cuota de los frutos de cada cosecha. Llamase
renta cuando se paga periódicamente".
- Las fincas, respecto de las cuales el precio se puede estipular, parte en dinero y
parte en frutos de aquellos mismos que produce el predio arrendado, aunque se
puede pactar el precio y el pago solamente en dinero o solo en frutos.
- Debe ser determinado, y la determinación del precio puede hacerse por acuerdo
de las partes. No obstante, puede ocurrir que no se determine el precio y el
arrendatario entre a usar y gozar de la cosa, caso en el cual la determinación del
precio debe hacerse por un perito. Hay quienes opinan que si no se determinó el
precio y el arrendatario no ha recibido la tenencia del bien objeto del
arrendamiento, el contrato es inexistente.
La entrega del bien implica que ésta se haga en el estado adecuado para que
pueda prestar el uso convenido. Por tal motivo, el bien debe entregarse con todos
los accesorios que por naturaleza le pertenecen.
Por disposición del artículo 1978 del Código Civil, a este respecto es necesario
aplicar el artículo 754 del mismo código, que consagra las siguientes formas:
De otro lado, el artículo 1980 del Código Civil contempla el arrendamiento del bien
a varias personas por separado, caso en el cual se prefiere aquel a quien primero
se le hubiere hecho la entrega; si se le entrega a todos, las entregas posteriores a
la primera carecerán de validez y si no se le hubiere entregado a ninguno, el título
anterior prevalecerá, es decir el contrato que primero se haya celebrado.
De conformidad con el artículo 1982 del Código Civil, la tercera obligación del
arrendador consiste en librar al arrendatario de toda turbación en el goce de la
cosa arrendada.
- Que afecten el uso o goce de la cosa, bien sea total o parcialmente y que hagan
presumir que si el arrendatario los hubiese conocido, no hubiere celebrado el
contrato, o lo hubiere celebrado por un precio más bajo;
- Que tengan tal carácter de ocultos que el arrendatario no los haya podido
detectar teniendo en cuenta su profesión u oficio.
Son vicios de la cosa todos aquellos defectos que imposibilitan el goce que debe
hacer el arrendatario de ella, que aparezcan después de haberse perfeccionado el
contrato, estando obligado el arrendador a hacer cesar la perturbación, al punto
que si no lo hace, el arrendatario podrá pedir la terminación del contrato por
incumplimiento del mismo con indemnización de perjuicios, si la causa hubiese
sido de su conocimiento al tiempo del contrato.
- El inciso 3º de dicho artículo 1986, fija las reglas de juego cuando las
reparaciones recaen sobre gran parte de la cosa arrendada, al punto “que el resto
no aparezca suficiente para el objeto con que se tomó en arriendo”, caso en el
cual el arrendatario puede dar por terminado el arrendamiento y reclamar
perjuicios, si las reparaciones procedieren de causa que existía ya al tiempo del
contrato, sin conocimiento del arrendatario pero sí del arrendador, o eran de tal
entidad que el arrendador tuviese antecedentes para temerla o debiese conocerla
por su profesión u oficio.
165. LA EVICCION:
Al tenor del artículo 1994 del Código Civil, las mejoras útiles deben serle
reconocidas por el arrendador al arrendatario siempre y cuando aquel las haya
autorizado expresamente con la condición de abonarlas. Si el arrendador no debe
reconocerlas, el arrendatario puede retirar los materiales y llevárselos, siempre y
cuando no se deteriore el bien arrendado.
Claro está que el arrendador puede evitar que el arrendatario se lleve los
materiales, reconociendo su valor al precio que tendrían como si estuvieren
separados del bien arrendado.
En este caso, por analogía, debe aplicarse el artículo 967 del Código Civil, en cuya
virtud el arrendador no debe ninguna indemnización y el arrendatario puede retirar
los materiales y llevárselos, solamente en la medida en que puedan ser retirados
sin detrimento del bien.
Claro que el arrendador puede atajar la pretensión del arrendatario de llevarse los
materiales si consiente en pagarlos por el precio que tendrían una vez separados.
El artículo 1995 del Código Civil consagra un derecho de retención a favor del
arrendatario, en cuya virtud él puede retener el bien arrendado, mientras le son
pagadas:
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 2000 del Código Civil, en garantía
del pago de los arrendamientos y de las indemnizaciones a cargo del arrendatario,
el arrendador tiene la facultad de retener:
- Los objetos con los que el arrendatario haya amueblado, guarnecido o provisto el
bien y que le pertenecieren, presumiéndose que le pertenecen.
No sobra indicar que hasta 1.989 el Código de Procedimiento Civil autorizaba para
que el arrendador que hubiere ejercido este derecho de retención en la demanda
de lanzamiento, lo materializara una vez se estaba practicando la diligencia de
desocupación del bien. A partir de ese año, se permitió que con carácter previo, es
decir antes de notificarse al arrendatario la demanda, se practicara el embargo y
secuestro de los muebles existentes en el inmueble arrendado, dentro del proceso
que pasó a llamarse de restitución de bien arrendado. Y hoy, en los procesos
atinentes a contratos de arrendamiento para vivienda urbana, se autoriza que el
arrendador solicite la práctica de cualquier medida cautelar aún antes de estar
notificada la demanda, es decir no solamente respecto de los bienes existentes en
el inmueble arrendado.
Ahora bien, por regla general la legislación civil hace referencia a la rescisión de
los contratos cuando los mismos están afectados de nulidad relativa, por algún
vicio del consentimiento, o cuando se ha presentado una lesión enorme en
aquellos contratos en que tal figura es aplicable. Pero resulta que el Código Civil
consagra una rescisión especial en los contratos de arrendamiento, la cual se
presenta como consecuencia de vicios en la cosa arrendada; obviamente, si el
arrendatario contrató a sabiendas del vicio y el arrendador no contrajo obligación
especial de saneamiento, no podrá pedirse la rescisión, al igual que cuando el
vicio era tal, que no pudo sin grave negligencia de su parte ignorarlo el inquilino, o
si renunció expresamente a la acción de saneamiento por el mismo vicio,
designándolo, tal como se desprende de los artículos 1990, 1991 y 1992 del
Código Civil.
Ahora bien, el artículo 1998 del Código Civil hace referencia a las reparaciones
locativas, arriba vistas, que son a cargo del arrendatario.
El arrendador tiene derecho a constatar el estado del bien arrendado para verificar
que el arrendatario esté cumpliendo con su obligación y para ello puede realizar
visitas periódicas y comparar el estado actual con aquel en que la cosa se
encontraba al momento de la entrega del bien al arrendatario.
De conformidad con el artículo 2001 del Código Civil si un bien se entrega a título
de arrendamiento y después se presenta disputa entre arrendador y arrendatario
acerca del monto del cánon, es necesario acudir a un justiprecio pericial para fijar
tal extremo contractual.
Es importante traer a colación el artículo 2003 del Código Civil, según el cual:
En este punto es viable afirmar que el inciso 4º del artículo 2005 del Código Civil
consagra una presunción en contra del arrendatario, atinente a los daños y
pérdidas ocurridos durante el tiempo que hubiere detentado el bien arrendado, que
le serán atribuibles, a menos de probar que no provienen de su culpa.
De conformidad con el artículo 2349 del Código Civil, los empleadores deben
responder por los daños ocasionados por sus empleados con ocasión del servicio
prestado, pudiéndose exonerar demostrando que los empleados se comportaron
de modo impropio, o que los empleadores no tuvieron medio de prevenir o impedir
el daño empleando el cuidado ordinario y la autoridad competente, por cuanto que
en tal caso la responsabilidad recaerá íntegramente en cabeza del empleado.
Claro está que si esos terceros son huéspedes del arrendatario, el inciso 2º del
artículo 2005 del Código Civil hace responsable a éste por los daños ocasionados
por aquellos en el bien arrendado.
En este punto, debe recordarse nuevamente que el inciso 4º del artículo 2005 del
Código Civil presume al arrendatario como responsable de los daños y pérdidas
del bien arrendado.
De conformidad con el numeral 1º del artículo 1608 del Código Civil, el deudor se
encuentra en mora cuando no ha cumplido con la obligación en el tiempo
estipulado, salvo que la ley exija un requerimiento para constituirlo en mora. Esa
exigencia se encontraba consagrada para los arrendatarios en el artículo 2035 del
mismo código, que determinaba dos requerimientos por parte del arrendador. Pero
resulta que dicho artículo fue derogado por el artículo 43 de la ley 820 del 2.003,
que se expidió con el objeto de regular única y exclusivamente los contratos de
arrendamiento para vivienda urbana.
Pues bien, como el artículo 22 de la ley 820 del 2.003 determina que el arrendador
puede pedir la terminación del contrato si el arrendatario no paga los cánones y el
artículo 43 de dicha ley derogó expresamente al artículo 2035 del Código Civil,
puede sostenerse que la obligación de requerir al arrendatario para constituirlo en
mora, ha desaparecido del régimen de los arrendamientos, motivo por el cual por
tratarse la del pago de la renta de una obligación a plazo, el mero vencimiento del
término pactado sin que se hubiere solucionado la renta, produce la mora del
arrendatario, siendo esta conclusión aplicable a todos los arrendamientos y no
solo a los de vivienda.
Ahora bien, puede suceder que otras personas resulten usando y gozando el bien
arrendado con la aquiescencia del arrendatario, lo cual hace necesario estudiar el
subarriendo y la cesión.
A. EL SUBARRIENDO:
También es pertinente indicar que el inciso final del artículo 523 del Código de
Comercio, condiciona la validez de la cesión del contrato por parte del arrendatario
a la autorización en tal sentido impartida por el arrendador o a que se trate de la
enajenación del establecimiento de comercio que funcione en el local arrendado.
Los modos de dar por terminado este contrato están previstas en el artículo 2008
del Código Civil y son:
- Sentencia judicial.
187. DESTRUCCION TOTAL DEL BIEN ARRENDADO:
Igualmente debe indicarse que el artículo 22 de la ley 820 del 2.003, que regula el
contrato de arrendamiento para vivienda urbana, consagra la destrucción total o
parcial del bien arrendado por parte del arrendatario, como causal para que el
arrendador pueda pedir la declaración judicial de terminación del contrato, con
indemnización de perjuicios.
190. EL DESAHUCIO:
El artículo 2014 del Código Civil hace referencia a una “Renovación Tácita” que
solo tiene operancia en los arrendamientos de inmuebles o bienes raíces y que
tiene un plazo de tres meses para los bienes urbanos y el lapso necesario para
recoger las cosechas en tratándose de predios rústicos.
Esta norma puede ser criticada aduciendo que lo que consagra no es una
renovación, sino una prórroga, por cuanto que el inciso 3º del artículo 2014 del
Código Civil indica que las condiciones contractuales continuarán siendo las
mismas, mientras que en las verdaderas renovaciones ello no es así, ya que el
artículo 1687 del ibd determina que la novación es el cambio de una obligación por
otra, lo que permite concluir que si se habla de renovación, se está es ante otra
obligación.
De conformidad con el artículo 2014 del Código Civil para que opere esta figura se
necesita que concurran los siguientes presupuestos:
El plazo de duración de esta “Renovación Tácita” es de tres meses, salvo que las
partes hubieren estipulado otra cosa, o que se trate de arrendamiento de vivienda
urbana, caso en el cual la ley 820 del 2.003 determina que las prórrogas son
automáticas y por períodos iguales al de duración inicial del contrato.
La prórroga contemplada por el artículo 2014 del Código Civil bajo el nombre de
renovación, puede realizarse indefinidamente, hasta cuando las partes expresen
su voluntad de terminar el contrato, o de celebrar expresamente uno nuevo.
193. REQUERIMIENTOS:
- Los del artículo 2035, necesarios para constituir en mora al arrendatario de pagar
los cánones adeudados, a fin de generar la causal de terminación del contrato.
Pero resulta que el artículo 2035 citado fue derogado por el artículo 43 de la ley
820 del 2.003, que regula los contratos de arrendamiento para vivienda urbana. Y
como el artículo 22 de esa ley 820 determina que el arrendador puede pedir la
terminación del contrato si el arrendatario no paga los cánones, puede sostenerse
que la obligación de requerir al arrendatario para constituirlo en mora de pagar, ha
desaparecido del régimen de los arrendamientos, motivo por el cual por tratarse la
del pago de la renta de una obligación a plazo, el mero vencimiento del término
pactado sin que se hubiere solucionado la renta, produce la mora del arrendatario.
- Cuando expira el derecho del arrendador por hecho o culpa suya, como cuando
enajena el bien arrendado del que era dueño, o pierde la propiedad por no haber
pagado el precio de la venta, o siendo usufructuario cede su derecho al nulo
propietario, determina el artículo 2019 del Código Civil que el arrendador deberá
indemnizar al arrendatario, si el sucesor de aquel no está obligado a respetar el
arrendamiento.
Dado que el artículo 2019 del Código Civil indica que el arrendador debe
indemnizar al arrendatario cuyo contrato no deba ser respetado por el
causahabiente de dicho arrendador, contemplando la norma siguiente los eventos
en que no debe ser respetado ese vínculo obligacional, es conveniente realizar
entonces algunas precisiones acerca de la aplicabilidad práctica del artículo 2020
del mismo código, para saber entonces quiénes deben respetar ese vínculo
obligacional:
- Numeral 1º: Todo aquel a quien se transfiere el derecho del arrendador a título
lucrativo. Es decir que quienes reciben el derecho del arrendador a título gratuito,
como son los herederos, legatarios y donatarios del arrendador, DEBEN
RESPETAR el arrendamiento. Esta parte de la norma se encuentra plenamente
vigente;
- Numeral 2º: Todo aquel a quien se transfiere el derecho del arrendador a título
oneroso, si el arrendamiento ha sido contraído por escritura pública, exceptuados
los acreedores hipotecarios. Adquieren a título oneroso, entre otros, los
compradores, permutantes, rematantes y las sociedades que han recibido a título
de aporte de capital el bien. Esta parte de la norma se encuentra plenamente
vigente;
El artículo 1º del decreto 960 de 1.970, que es el actual Estatuto del Notariado,
determina que las escrituras públicas son obligatorias para los casos en que la ley
así lo determina, pudiendo los interesados hacer constar en ese tipo de
documentos las declaraciones de voluntad que a bien tuvieren, así no fuere
obligatorio. De conformidad con el artículo 12 del mismo decreto, solamente son
obligatorias las escrituras públicas para los actos y contratos de disposición o
gravamen sobre bienes inmuebles así como también aquellos otros actos para los
cuales la ley exija tal solemnidad, sin que por parte alguna figure el arrendamiento
dentro del campo de tales exigencias. Ahora bien, a partir de la vigencia del
decreto 1250 de 1.970, que es el actual estatuto del Registro de Instrumentos,
solo deben inscribirse en las oficinas encargadas de llevar el registro los actos y
contratos que impliquen constitución, declaración, aclaración, adjudicación,
modificación, limitación, gravamen, medida cautelar, traslación o extinción del
dominio u otro derecho real principal o accesorio sobre bienes raíces, por así
disponerlo el artículo 2º. Y como el contrato de arrendamiento genera derechos
personales entre arrendador y arrendatario y no reales sobre el bien arrendado,
puede concluirse que, hoy en día, los contratos de arrendamiento no pueden
inscribirse en la oficina de registro de instrumentos públicos así se hayan
celebrado por escritura pública, la cual en todo caso no es obligatoria para el
contrato de arrendamiento.
Debe insistirse en que no obstante que hay personas que opinan que es posible
que un arrendamiento se inscriba en la oficina de registro de instrumentos públicos
y que ello genera un derecho real a favor del arrendatario, esa opinión no parece
estar acorde con el análisis sistemático de los artículos 665 y 1973 del Código
Civil, 1º y 12 del decreto 960 de 1.970 y 2º del decreto 1250 de 1.970 que acaba
de realizarse, siendo importante para esta discusión indicar que el artículo 665 del
Código Civil enumera taxativamente los derechos reales, indicando que son el
dominio, la herencia, el usufructo, el uso o habitación, las servidumbres activas, el
de prenda y el de hipoteca, sin incluir por parte alguna al del arrendatario, así el
contrato se hubiere celebrado por escritura pública.
En todo caso, debe concluirse que salvo en los casos de expropiación en que se
requiere el bien para ejecutar obras o para evitar peligros (eventos previstos por la
ley 9ª de 1.989), en principio la enajenación del bien o del derecho del arrendador
en el arrendamiento no producirá la terminación del contrato, ya que el artículo
417 del Código de Procedimiento Civil hace referencia expresa a los procesos en
los que el adquirente demanda al tradente para que le sea entregado el bien
adquirido, caso en el cual, a la hora de practicarse la diligencia de entrega, si se
encuentra en el bien un arrendatario cuyo contrato es anterior a la tradición del
bien al demandante, dicha entrega será simbólica en cuanto que no se expele al
arrendatario del bien, sino que se le ordena que en el futuro tenga al demandante
como arrendador.
Aquí en primer lugar debe hacerse mención a los eventos en que el arrendador
demanda al arrendatario para que, judicialmente, se declare la terminación del
contrato de arrendamiento, debido al incumplimiento de éste en las obligaciones
derivadas del contrato. Es el evento que más se presenta en la práctica y a este
procedimiento es que más se acude. No solamente se hace referencia a la mora
en el pago de los arrendamientos, que es la causal que con mayor frecuencia
ocurre y que ha sido objeto de regulación especial, sino también a otros eventos
de incumplimiento como por ejemplo darle al bien arrendado una destinación
prohibida en el contrato o subarrendarlo. Desde ya, es conveniente indicar que la
regulación especial de la causal constituida por la mora en el pago de los cánones
determina implicaciones procedimentales muy importantes, como la consistente en
que el arrendatario no será escuchado en el proceso si no paga o acredita el pago
de las mensualidades que se alegan como debidas, citándose también la de que
en esta causal no existe segunda instancia ni consulta ante un juzgado de circuito
o ante un tribunal superior de distrito judicial, así el asunto sea de menor o de
mayor cuantía.
En segundo lugar, se hace referencia a Ios casos en que el contrato debe ser
terminado por declaración judicial, por haberse estipulado por fuera de los
parámetros legalmente fijados a quienes administran bienes de otros, como ocurre
en el artículo 496 del Código Civil, que dispone:
"No podrá el tutor o curador dar en arrendamiento ninguna parte de los predios
rústicos del pupilo por más de ocho años, ni de Ios predios urbanos por más de
cinco, ni por más número de años de Ios que falten al pupilo para llegar a los
veintiuno.
Si lo hiciere, no será obligatorio el arrendamiento para el pupilo, o para el que le
suceda en el dominio del predio, por el tiempo que excediere de Ios límites aquí
señalados".
En tercer lugar, puede indicarse que hay lugar a pedir la declaración judicial de
que el contrato está terminado, cuando desaparece el objeto del contrato, cuando
se ha presentado uno de los eventos constitutivos de extinción de las obligaciones
previstos en el artículo 1625 del Código Civil, o cuando opera la condición
resolutoria tácita contemplada por el artículo 1546 de dicho código, es decir
cuando deja de cumplirse por parte de alguno de los contratantes sus obligaciones
contractuales. El evento de la condición resolutoria, en materia de arrendamiento,
amerita una explicación especial, por cuanto este contrato, respecto de los
períodos ya cumplidos, no es susceptible de resolución por ser un contrato de
cumplimiento escalonado o tracto sucesivo, lo cual determina que, como ya se ha
dicho varias veces, lo procedente sea pedir la terminación, por el incumplimiento
de las obligaciones del otro contratante, conjuntamente con indemnización de
perjuicios.
Están contenidas en los artículos del 2036 al 2044 inclusive del Código Civil.
Es necesario indicar que, al margen del Código Civil, se han expedido una serie
de disposiciones que conforman una disciplina del derecho denominada “Derecho
Agrario”, las cuales han modificado profundamente el tema de las relaciones
jurídicas en el campo colombiano, al punto que desde 1.989 se previó la creación
de una jurisdicción especial para conocer de las controversias existentes en este
campo, la jurisdicción agraria, cuyo funcionamiento independiente no ha sido
instrumentalizado, siendo pertinente indicar no obstante que la Sala de Casación
en la Corte Suprema de Justicia, se denomina Civil, Agraria y de Familia.
Para los efectos de este estudio, basta con indicar que, las principales
obligaciones del colono o aparcero son:
- Gozar del predio o fundo como buen padre de familia, y si así no lo hiciere,
tendrá derecho el arrendador para atajar el mal uso, o el deterioro del fundo, para
lo cual puede el arrendador exigir fianza u otra seguridad competente y aun podrá
hacer cesar inmediatamente el arriendo en casos graves (artículo 2037 del Código
Civil).
- No talar los árboles, así se le haya facultado para cultivar, salvo que se le haya
autorizado expresamente para ello en el contrato (artículo 2039 del Código Civil).
Está regulado este contrato por la ley 820 del 2.003, pudiéndose sostener que de
conformidad con su preámbulo y con los artículos 1o y 43 inciso 2o, este nuevo
régimen, hace referencia única y exclusivamente a los inmuebles destinados a
vivienda urbana. Así las cosas, ni sus normas sustanciales ni las procesales, le
serán aplicables a los bienes utilizados con otro tipo de destinación, como el
comercio, las explotaciones agropecuarias y las oficinas y consultorios, que
continuarán contando con un régimen especial.
Artículo 3o: Determina que el contrato es consensual y fija las cláusulas mínimas
sobre las que deben ponerse de acuerdo los contratantes, cuales son:
Aquí ya se presenta un primer problema, por cuanto que no hay una clara
distinción entre el contrato individual celebrado por varios arrendatarios y el
mancomunado.
Artículo 5o.: Determina el plazo del contrato, que será el acordado por las partes y,
en caso de silencio de ellas, se entenderá que es de un año.
Artículo 6o.: Determina las prórrogas automáticas del contrato, por periodos
iguales al inicialmente pactado, siempre que se hayan cumplido las obligaciones
contractuales, con la condición de que el arrendatario deberá avenirse a pagar los
reajustes al arrendamiento autorizados por la ley.
c. Entregar al arrendatario y al codeudor una copia del contrato, con las firmas
originales, cuando el contrato conste por escrito, dentro de los 10 días siguientes a
la celebración del convenio; si esta obligación no se cumpliere, el arrendador
podrá ser sancionado con multa de 3 mensualidades de arrendamiento;
c. Pagar a tiempo por el uso de las cosas, bienes, servicios y usos conexos y
adicionales y las cuotas de administración de la copropiedad;
Artículo 10o.: Consagra el procedimiento para el pago por consignación del cánon
de arrendamiento, por vía extrajudicial, SO PENA DE INCURRIR EN MORA, así:
Artículo 11o.: Determina los requisitos del recibo de pago que debe expedir el
arrendador:
b. La cuantía recibida;
Artículo 15o.: Establece las siguientes reglas sobre los servicios públicos, para
que las deudas por los mismos no graven al inmueble arrendado, las cuales
entraron a regir el 10 de julio del 2.004:
Artículo 18o.: El precio deberá ser acordado por las partes en moneda legal, sin
exceder al 1% del valor comercial del inmueble o de la parte del mismo que se dé
en arrendamiento. Dicho valor comercial no puede exceder el doble del avalúo
catastral.
Artículo 20o.: Cada 12 meses de ejecución del contrato bajo un mismo precio, el
arrendador podrá incrementar el cánon hasta en el 100% del incremento que haya
tenido el IPC en el año calendario inmediatamente anterior a aquel en que deba
efectuarse el reajuste del cánon, sin exceder nunca el 1% del doble del avalúo
catastral. Para hacer efectivo ese reajuste, el arrendador deberá informárselo al
arrendatario, a través del servicio postal autorizado por el Ministerio de
Comunicaciones o mediante notificación personal. En todo caso, si el arrendatario
pagare los reajustes, no podrá pedir su devolución alegando la falta de
notificación.
A. Este puede pedir la terminación judicial del contrato en los siguientes eventos:
a. El no pago de las rentas y reajustes en el plazo pactado;
d. El subarriendo total o parcial del inmueble, la cesión del contrato o del goce del
inmueble o el cambio de destinación del mismo, sin autorización expresa por parte
del arrendador;
h. La destrucción total o parcial del inmueble o área arrendada, por parte del
arrendatario;
j. Durante las prórrogas, previo aviso escrito dirigido al arrendatario a través del
servicio postal autorizado por el Ministerio de Comunicaciones, con una antelación
no menor a tres meses y con el pago de una indemnización equivalente al precio
de 3 meses de arrendamiento.
En los casos de los literales a., b y c., al aviso escrito debe acompañarse la
constancia de haber constituido una caución en dinero, bancaria u otorgada por
compañía de seguros, a favor del arrendatario, por 6 cánones de arrendamiento,
para garantizar el cumplimiento de la causal invocada dentro de los 6 meses
siguientes a la fecha de la restitución.
Artículo 23o.: Establece los requisitos para la terminación del contrato por parte
del arrendador, con preaviso e indemnización:
Artículo 25o.: Fija los requisitos para que opere la restitución prevista por el literal
d. del artículo anterior:
Esos descuentos no pueden exceder el 30% del cánon mensual y si el valor total
de las reparaciones superare dicho porcentaje, entonces los descuentos serán del
30% liquidados mensualmente hasta tanto se cubra el monto de la reparación.
En caso de terminar el contrato sin haberse cubierto la totalidad del valor de las
reparaciones, entonces el arrendatario puede ejercer otro derecho de retención
sobre el inmueble arrendado hasta que se le pague el valor adeudado.
Este literal c., es inconstitucional, puesto que otorga una facultad indeterminada a
favor de las autoridades administrativas, sin especificar cuáles son dichas
autoridades, sin fijar el tiempo para el ejercicio de esas facultades y sin precisar
cuál es el objeto de la facultad.
Artículo 32o.: Determina que las labores de inspección, control y vigilancia de los
arrendamientos, estarán a cargo de la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Gobernación
de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y las alcaldías municipales en el
resto del país.
CAPITULO X SANCIONES
Artículo 34o.: Fija multas de hasta 100 salarios mínimos legales mensuales en los
siguientes casos:
Artículo 35o.: Autoriza para pedir embargos y secuestros sobre bienes del
demandado, previos o no a la notificación del auto admisorio de la demanda al
demandado, dentro de los procesos de restitución de inmueble arrendado y
cualquiera que fuere la causal alegada.
Artículo 36o.: Estatuye una figura novedosa, cual es la restitución provisional, que
opera cuando el demandante solicita realizar una inspección judicial, para
constatar el estado de deterioro o de abandono del inmueble, en cuyo caso, una
vez verificado tal hecho, se le hará entrega a un secuestre, quien podrá dejarlo en
depósito al demandante, quien en todo caso solo podrá volverlo a arrendar cuando
esté en firme la sentencia del proceso. El auto que ordena la restitución provisional
NO ES APELABLE, lo cual implica que el que la niega sí lo es.
Artículo 37o.: Para ser oído en el proceso, el arrendatario debe acreditar que está
pagando los cánones de arrendamiento y todas las otras obligaciones a su cargo,
incluídos los servicios, cosas o usos conexos y adicionales.
Pues bien, en primer lugar debe comentarse lo curioso que resulta que el
legislador en el año 2.003 resulte derogando una norma que estaba fuera del
ordenamiento desde 1.992, como ocurrió con el artículo 8º del decreto 1816 de
1.990, el cual había sido anulado por la Sección Primera del Consejo de Estado
mediante sentencia dictada el 3 de abril de 1.992.
En segundo lugar, debe indicarse que la derogatoria del artículo 2035 del Código
Civil, así como también del artículo 3º del decreto 2923 de 1.977 y del 4º del
decreto 2813 de 1.978, fue demandada ante la Corte Constitucional y dicha
corporación, mediante sentencia C-670 del 13 de julio del 2.004, declaró ajustada
a la carta dicha derogatoria por considerar que en el trámite del artículo 43 de la
ley 820 del 2.003 no se violó el principio de consecutividad, ni el principio de la
unidad de materia.
A. PRESENTACION:
De otra parte, no existe texto que consagre como requisito para ejercer el
comercio, la inscripción en el registro mercantil, constituyendo la falta de este
requisito apenas una conducta generadora de multas por parte de la
Superintendencia de Industria y Comercio, sin perjuicio de otras sanciones
previstas por la legislación mercantil, sin que exista un listado claro y objetivo de
tales sanciones. Por ello, así un establecimiento de comercio no esté inscrito en la
Cámara de Comercio, a los asuntos relacionados con el mismo le son aplicables
las disposiciones del Código de Comercio, lo cual aplica también cuando aparezca
en el contrato de arrendamiento la condición de empresa de la entidad que va a
operar en el bien arrendado, correspondiendo al arrendador desvirtuar esta
calidad, siendo necesario indicar que el artículo 25 del Código de Comercio,
determina: “Se entenderá por empresa, toda actividad económica organizada para
la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes, o
para la prestación de servicios. Dicha actividad se realizará a través de uno o más
establecimientos de comercio".
Para terminar, debe indicarse que los Artículos 518 a 527 del Código de Comercio
tienen carácter imperativo y que para quedar sujetos a la legislación comercial, no
se exige que ni el propietario ni el arrendatario del local arrendado tengan la
calidad de comerciante.
Por ello, puede afirmarse que el propósito del legislador en materia comercial es el
de proteger a la empresa y garantizar su funcionamiento hasta donde sea viable
económicamente. En tal sentido, la importancia de las normas que regulan el
arrendamiento en el Código de Comercio, radica en que el artículo 524 de ese
estatuto le da carácter imperativo a las disposiciones contenidas en los artículos
518 a 523, determinando que no vale ninguna estipulación de las partes en
contrario.
C. DEFINICION DE ESTABLECIMIENTO DE COMERCIO:
Ese conjunto de bienes está conformado por aquellos previstos por el artículo 516
del Código de Comercio, sin que tal listado tenga carácter imperativo. Tales bienes
son:
A. DERECHO A LA RENOVACION:
C. LA CESION Y EL SUBARRIENDO:
Estas dos operaciones jurídicas están prohibidas por el artículo 523 del Código de
Comercio, que dispone:
Este derecho está consagrado en el artículo 521 del Código de Comercio, según
el cual:
Como quiera que ni la ley 56 de 1.985 ni la ley 820 del 2.003 derogaron las
disposiciones del Código Civil ni las contenidas en los decretos expedidos desde
1.948, hoy subsiste un régimen especial para inmuebles urbanos no destinados ni
a vivienda ni a comercio, contenido en las siguientes disposiciones:
- El decreto 888 de 1.946, que prohibe limitar el número de personas que pueden
ocupar un inmueble y la edad de las mismas;
- El decreto 453 de 1.956, que prohibe exigir depósitos en dinero y garantías
reales para dar en arrendamiento los inmuebles;
A. PRESENTACION:
Es muy importante indicar que el artículo 1219 del Código de Comercio autoriza la
constitución de prendas sin tenencia de carácter “abierto” en cuanto garanticen no
solamente una obligación existente, sino también obligaciones futuras.
También debe precisarse que un mismo bien puede ser gravado con varias
prendas sin tenencia, siendo de primer grado la que primero se registrare (artículo
1211 Código de Comercio), al paso que en la prenda con tenencia del acreedor
de carácter mercantil no puede existir más que un gravamen de éste tipo,
pudiendo claro está hacerse extensivo a otras obligaciones entre las mismas
partes (artículo 1204 Código de Comercio).
B. DEFINICION:
203. CARACTERISTICAS:
A. CARÁCTER ACCESORIO:
El artículo 2410 del Código Civil determina que el contrato de prenda supone
siempre una obligación principal lo cual también hace el numeral 3º del artículo
1209 del Código de Comercio.
Ello hace aplicable a este tema el principio según el cual lo accesorio sigue la
suerte de lo principal.
B. GENERACION DE UN PRIVILEGIO:
Los artículos 2494, 2497 y 2498 del Código Civil determinan que la prenda genera
un privilegio en cuya virtud los bienes empeñados están especialmente afectados
al pago de la obligación garantizada con el gravamen prendario.
C. TRANSFERIBILIDAD:
D. PUBLICIDAD:
- La entrega del bien al acreedor en la prenda civil (artículo 2411 Código Civil);
E. REQUISITOS DE PERFECCIONAMIENTO:
Para acentuar aún más esta diferencia, el propio artículo 1204 del Código de
Comercio determina que la prenda se perfecciona con el mero acuerdo de las
partes, es decir que se reitera el carácter consensual de la prenda con tenencia
comercial.
Ahora bien, en cuanto a la prenda sin tenencia mercantil el artículo 1208 del
Código de Comercio determina que dicha garantía puede constituirse por medio
de documento privado, el cual debe reunir los requisitos previstos por el artículo
1209 de dicho código, es decir:
De conformidad con los artículos 2415 del Código Civil y 1201 del Código de
Comercio, es válida la prenda de bien ajeno, determinando ambas legislaciones
que la eficacia, no la validez, del empeño, dependerá de la autorización del
propietario del bien, pero fijando consecuencias diferentes en ambos estatutos,
pues la legislación civil determina la subsistencia del contrato de prenda mientras
el propietario no reclame el bien, al paso que el estatuto mercantil autoriza al
acreedor para exigir otra garantía, o el pago inmediato de la deuda, es decir la
terminación de la prenda, cuando se entera de que el bien es ajeno, así no medie
reclamo del propietario de la cosa, lo cual sí es exigido por el artículo 2416 del
Código Civil, para que el acreedor pueda pedir que se restituya la garantía a
través de otra prenda o de alguna otra caución o garantía que se afecte al
cumplimiento de la deuda, o para que le sea viable exigir el pago de la obligación.
Al tenor de los artículos 2409 y 2411 del Código Civil, la prenda civil hace
referencia a bienes muebles que existan en el momento de perfeccionarse el
contrato, que, vale la pena recordarlo, es de carácter real.
- Títulos valores, a través del endoso en garantía (artículo 659 del Código de
Comercio);
En segundo lugar es del caso indicar que si el acreedor llega a perder la tenencia
del bien que le fue empeñado, puede recobrarla en cabeza de cualquier persona
que la tenga, incluidos el propietario y el deudor, por así determinarlo el artículo
2418 del Código Civil.
C. PERSEGUIR EL BIEN:
Por tratarse de un gravamen real que pesa sobre el bien pignorado, si el deudor lo
vende, el acreedor prendario tiene el derecho de perseguir jurídicamente el bien
así sea rematándoselo a quien lo compró, determinando el Código de
Procedimiento Civil que está legitimado en la causa, por la parte pasiva, quien sea
el actual titular del bien empeñado.
Es que la prenda no saca el bien del comercio, por lo cual el propietario puede
venderlo, pero quien lo compre, lo adquiere con el gravamen y deberá satisfacer la
acreencia, tal como lo determinan los artículos 2429 del Código Civil y 1216 del
Código de Comercio.
E. INSPECCIONAR EL BIEN:
Este derecho es propio de la prenda sin tenencia (artículo 1217 del Código de
Comercio), por cuanto que cuando el acreedor tiene materialmente el bien, no se
requiere de tal facultad.
F. UTILIZAR EL BIEN:
Para lo cual requiere autorización expresa del deudor, por así disponerlo el
artículo 2420 del Código Civil.
Claro está que solamente para abonarlos al monto de la deuda y estando obligado
a rendir cuentas de tales frutos y a restituir el sobrante (artículo 2428 del Código
Civil).
A. REEMPLAZAR LA PRENDA:
Está consagrado en el inciso 2º del artículo 2421 del Código Civil para aquellos
eventos en que el deudor requiriere cambiar el bien empeñado por otro, sin
perjudicar con ello al acreedor.
Este derecho lo consagra el artículo 2423 del Código Civil, que autoriza tanto al
acreedor como al deudor para participar en el remate.
C. ENERVAR EL REMATE:
E. PEDIR CUENTAS:
Se mencionan básicamente uno a favor del acreedor prendario, para garantía del
pago no solamente del capital y los intereses, sino de los gastos de conservación
y de las indemnizaciones de los perjuicios sufridos (artículo 2421 del Código Civil),
y otro a favor del deudor, cuando el acreedor hubiere perdido la tenencia y esta
llegare a manos de dicho deudor, quien pagando la totalidad de la deuda, podrá
oponerse a la pretensión del acreedor de recuperar la tenencia.
Los terceros tienen derecho pleno a que las estipulaciones de las partes respecto
de las cuales no se hayan surtido los requisitos de publicidad, no los afecten. Por
ende, la enajenación del bien empeñado que realizare el propietario del mismo, es
válida y produce la transferencia del dominio, sin que el acreedor prendario pueda
pretextar la existencia de otras obligaciones a cargo del deudor, así sean ciertas,
líquidas y exigibles, para negarse a entregarle el bien a ese tercero que pague o
consigne el importe de la deuda que conste públicamente.
En tercer lugar, habrá extinción de la prenda por la destrucción completa del bien
empeñado, tal como lo determina el inciso 1º del artículo 2431 del Código Civil.
Como quiera que el fiador garantiza hacia el futuro una obligación, esta asume
caracteres especiales, como es la de ser retractable mientras no se haya
constituido la obligación principal, es decir mientras no exista; pero si no se ha
dado conocimiento oportuno del retracto, o a pesar de este e interviniendo la
buena fe, el fiador seguirá siendo responsable ante el acreedor.
Es importante indicar que una vez la fianza está vigente entre acreedor, deudor y
fiador, ya no es revocable, así el fiador desee hacerlo, ya que se trata de un
contrato unilateral, que genera obligaciones para el fiador, mas no de un acto
jurídico unilateral, en cuanto que la manifestación de voluntad no proviene solo del
fiador.
El fiador podrá hacer el pago de la deuda aun antes de ser reconvenido por el
acreedor y puede oponerle a éste cualquier excepción real, como las de dolo,
violencia o cosa juzgada, pero no las personales del deudor como son su
incapacidad de obligarse, cesión de bienes, o el derecho que tenga de no ser
privado de lo necesario para subsistir.
- El deudor de quien haya motivo de temer que se ausente del territorio, con ánimo
de establecerse en otra parte.
220. EL SUBFIADOR:
Es importante advertir que como consecuencia del artículo 1604 del Código Civil
tanto el fiador como el subfiador responden solamente de la culpa grave, pero no
de la leve ni de la levísima, por tratarse de un contrato que no les reporta ningún
beneficio. Claro está que, excepcionalmente puede establecerse que responden
de la culpa leve y de la levísima.
A. CONCEPTO:
No sobra indicar que este beneficio es renunciable, por lo cual en la práctica todos
los acreedores exigen que los fiadores renuncien al mismo para que puedan ser
demandados sin accionar primeramente contra el deudor principal.
También merece mencionarse que algunos bienes no pueden ser objeto de este
beneficio de excusión, como son:
- Aquellos existentes fuera del territorio del domicilio del deudor, es decir fuera de
Colombia;
- Que se señalen al acreedor los bienes del deudor sobre los cuales pueda
hacerse efectiva la obligación.
De conformidad con el artículo 2394 del Código Civil, al fiador le cabe el derecho
para que el deudor principal le obtenga el relevo, o le caucione las resultas de la
fianza, o consigne medios de pago en los casos siguientes:
Estas facultades del fiador no se extienden al que afianzó contra la voluntad del
deudor.
El artículo 2395 del Código Civil, consagra una subrogación a favor del fiador, del
cual nace la acción para obligar al deudor al reembolso de lo que el fiador haya
pagado, con intereses, gastos e indemnización de perjuicios cuando haya lugar,
siempre que no se esté en una de las situaciones previstas por el artículo 2400 del
Código Civil, es decir:
- Cuando por no haber sido válido el pago del fiador, no ha quedado extinguida la
deuda.
De conformidad con el artículo 2397 del Código Civil, cuando existiere un fiador y
varios deudores aquel podrá:
- Repetir en particular por todo lo pagado en contra del deudor al que hubiere
afianzado;
Los artículos 2406 a 2408 del Código Civil regulan la extinción de la fianza,
pudiéndose indicar que se extingue por vía indirecta y por vía directa. La indirecta
opera cuando se finiquita la obligación principal por cualquier medio, bien sea en
todo o en parte, extinguiéndose esta garantía igualmente en todo o en parte, en
atención al carácter de obligación accesoria que tiene la fianza. La directa opera
cuando a pesar de subsistir la obligación principal, se extingue la obligación a
cargo del fiador; como cuando hay relevo de la fianza y en todos los casos en que
el acreedor pone al fiador en imposibilidad de subrogarse en sus derechos.
El artículo 1724 del Código Civil regula a la confusión como un modo de extinguir
las obligaciones, cuando en una misma persona concurren las calidades de
acreedor y deudor, determinando el artículo 1725 que cuando por esta vía se
extingue la obligación principal, lo mismo ocurre con la fianza, pero no viceversa.
Concordantemente, el artículo 2408 del Código Civil contempla a la confusión
como medio de extinción de la fianza, debiéndose diferenciar:
226. PRESENTACION:
El Código Civil regula la hipoteca sobre inmuebles y menciona las atinentes a las
naves, minas y canteras, mientras que el de Comercio regula la de embarcaciones
y aeronaves.
A. DEFINICION:
El artículo 2432 del Código Civil define a la hipoteca como un derecho de prenda
constituido sobre inmuebles que no dejan por eso de permanecer en poder del
deudor; por otro lado, el Código de Comercio no define este acto jurídico.
B. CLASES DE HIPOTECA:
A este tema hacen referencia los artículos 464 y 466 del Código Civil, que
disponen:
A esta hace referencia el artículo 605 del Código Civil, el cual, al regular el tema
de las excusas para servir el cargo de tutor o curador, dispone:
“No se admitirá como excusa el no hallar fiadores, si el que la alega tiene bienes
raíces; en este caso será obligado a constituir hipoteca sobre ellos hasta la
cantidad que se estime suficiente para responder de su administración”.
“El obligado a rendir una fianza no puede sustituir a ella una hipoteca o prenda, o
recíprocamente contra la voluntad del acreedor.
Si la fianza es exigida por la ley o decreto del juez, puede sustituirse a ella una
prenda o hipoteca suficiente”.
“Podrá ser una misma la escritura pública de la hipoteca y la del contrato a que
accede”.
A. COMO DERECHO:
La hipoteca es una institución jurídica que tiene varias connotaciones, siendo una
de ellas la de constituir un derecho real, puesto que el artículo 665 del Código Civil
dispone:
“Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada
persona.
Precisamente por ser un derecho real, es que la hipoteca requiere ser inscrita en
el registro de la propiedad del bien sobre el cual es constituída, por ejemplo en el
folio de matrícula inmobiliaria, tal como lo dispone el artículo 2435 del Código Civil.
B. COMO GRAVAMEN:
Los gravámenes son afectaciones o, por mejor decir, “taras jurídicas” que pesan
sobre ciertos derechos, que no impiden la negociabilidad de los mismos, pero
inciden en su valor comercial.
La norma transcrita merece una critica, por cuanto que los bienes no son sujetos
de derecho y por ende no adquieren derechos ni contraen obligaciones, siendo
más exacto entender que todos los bienes hipotecados y cada una parte de los
mismos, están afectados al pago de toda la deuda y de cada parte de ella, más
bien que decir que las cosas están obligadas a algo.
El inciso 1º del artículo 2439 del Código Civil, de forma por demás redundante e
innecesaria, determina que el hipotecante, es decir el deudor hipotecario, requiere
plena capacidad de goce y de ejercicio para poder hipotecar sus bienes.
No resulta necesaria esta norma, toda vez que, como se dijo desde el aparte
dedicado a definir esta institución, se trata de un acto jurídico, de una
manifestación de voluntad, para los cuales es indispensable que el sujeto de
derecho que la emite sea capaz.
Las modalidades a que pueden sujetarse las obligaciones, son la del plazo y la de
la condición.
Y en materia de hipotecas, el artículo 2438 del Código Civil determina que éstas
pueden ser otorgadas bajo cualquiera condición o desde o hasta cierto día, siendo
necesario indicar que cuando de condición suspensiva (la que suspende el
nacimiento del derecho o su exigibilidad) o de plazo suspensivo se trata, la
eficacia del gravamen hipotecario dependerá del advenimiento del día estipulado o
del cumplimiento de la condición, pero tal eficacia tendrá carácter retroactivo al
momento en que se produjo la inscripción de la escritura pública contentiva de la
hipoteca.
De conformidad con el inciso segundo del artículo 2439 del Código Civil, es viable
constituir un gravamen hipotecario sobre bienes propios, en garantía del
cumplimiento de una obligación ajena, sin que ello genere a favor del acreedor
hipotecario una acción personal en contra del hipotecante, salvo que éste, de
manera expresa, se haya sometido a tal acción. Es decir que si el acreedor
hipotecario decide no ejecutar el gravamen, sino ejercer una mera acción
personal, no podrá instaurarla en contra del hipotecante, a menos de contar con
un documento de deber, un título ejecutivo, otorgado o aceptado por éste.
A. BIENES EXISTENTES:
Son hipotecables:
- Los usufructos constituídos sobre bienes inmuebles (artículo 2447 del Código
Civil);
- Las naves (artículos 2443 del Código Civil y 1570 del Código de Comercio,
decisión 487 de la Comisión de la Comunidad Andina de Naciones y ley 730 del
2.001);
A esta modalidad hipotecaria hace referencia el artículo 2441 del Código Civil,
determinando que:
C. HIPOTECA DE CUOTA:
El artículo 2442 del Código Civil la consagra y hace referencia a los comuneros, lo
cual justifica recordar en qué consiste la comunidad, que es un cuasicontrato que
se presenta cuando, sin previo acuerdo entre ellos, hay pluralidad de sujetos de
derecho titulares de un solo bien, denominándose en tal caso comunidad singular,
o cuando hay pluralidad de objetos y unidad o pluralidad de sujetos,
denominándose en tal caso comunidad universal, dependiendo la denominación
de la pluralidad de objetos no de la de sujetos.
La comunidad singular puede ser: solidaria, cuando no hay división del contenido
del derecho; no solidaria, cuando se encuentra dividida en partes determinadas o
determinables, apareciendo aquí el concepto de propiedad de cuota, pudiendo el
titular de cada cuota disponer libremente de su derecho, administrarlo y percibir
los frutos que correspondan a su cuota; divisible en partes de igual calidad, como
cuando el inmueble está materialmente dividido entre varios, por ejemplo en el
evento de la propiedad horizontal; y divisible en partes de distinta calidad, como
ocurre cuando hay usufructuario y nudo propietario.
En este evento, sostiene la doctrina que también es aplicable el artículo 2442 del
Código Civil, en cuanto que si se llega a producir la división jurídica del bien, a
través de su adquisición por alguno de los comuneros o de su remate en pública
subasta, lo que percibiere el hipotecante estará afectado al pago del gravamen
hipotecario.
Al igual que los artículos 1871 y 2415 del Código Civil le dan validez a la venta y a
la prenda de bien ajeno, determinando dichas normas que tales contratos no
podrán perjudicar los derechos del verdadero dueño mientras no se extingan por
prescripción, también es dable pensar que es válida la hipoteca de cosa ajena,
precisando en todo caso que ello no constituirá un título adquisitivo de dominio, ni
causa de extinción del derecho del verdadero propietario y quedando en todo caso
el hipotecante obligado a responder ante el acreedor hipotecario, saliéndole si es
del caso al saneamiento por evicción en caso de verse privado éste de la garantía
que se constituyó.
Sobre este punto dispone el inciso 1º del artículo 2445 del Código Civil que la
hipoteca constituida sobre inmuebles se extiende a los muebles que por accesión
a ellos se reputan inmuebles, salvo que estos muebles pertenezcan a terceros,
evento en el cual no quedarán afectados por el gravamen hipotecario.
- Avulsión: Es el pedazo de terreno que por una avenida u otra fuerza violenta es
transportado de un sitio a otro. El dueño originario conserva el derecho de
llevárselo, pero si no lo reclama dentro del año siguiente, adquirirá la propiedad
por accesión el dueño de la finca a la cual se incorpora (artículo 722 del Código
Civil).
- Cambio de Cauce o Alveo: El alveo es el cauce o lecho por el que corren las
aguas; es la madre del río o arroyo (artículo 724 del Código Civil). Cuando se
presenta este fenómeno natural, los riberanos pueden hacer las obras para
retornar la corriente a su cauce original y se convierten en propietarios por
accesión de aquellos terrenos que quedaren secos.
Resulta necesario indicar en este punto que el artículo 2447 del Código Civil
excluye de la hipoteca los frutos ya percibidos y las sustancias minerales ya
separadas del suelo, cuando de hipoteca sobre un usufructo o sobre minas y
canteras se trata.
De conformidad con lo dispuesto por el inciso 2º del artículo 2445 del Código Civil,
la hipoteca se extiende a todos los aumentos y mejoras que reciba el bien
hipotecado.
Ahora bien, en lo tocante con las mejoras, deben diferenciarse aquellas que son
útiles y las que son mejoras voluptuarias, por cuanto que aquellas son las que
aumentan el valor del bien y éstas las que consisten en objetos de lujo y recreo
que no aumentan el valor del bien.
De conformidad con la parte final del artículo 2446 del Código Civil, la garantía
hipotecaria se extiende a las indemnizaciones debidas por los aseguradores que
hayan contratado seguros en los cuales el interés asegurado esté constituido por
el bien hipotecado.
Determina el artículo 2448 del Código Civil que a efectos de obtener el pago, el
acreedor hipotecario tiene sobre los bienes hipotecados, los mismos derechos que
le corresponden al acreedor prendario sobre la prenda y que son los siguientes:
A ello hace referencia el artículo 2422 del Código Civil, debiéndose indicar que se
considera viciada de objeto ilícito cualquier estipulación que permita al acreedor
apropiarse del bien dado en garantía.
B. PERSEGUIR EL BIEN:
E. INSPECCIONAR EL BIEN:
Está consagrado este derecho en el artículo 2423 del Código Civil para los
acreedores prendarios y es extensible a los titulares de garantías hipotecarias.
Como la hipoteca es considerada un derecho real, el artículo 665 del Código Civil
determina que para el ejercicio de sus facultades, el acreedor hipotecario cuenta
con una acción real, caracterizándose dichas acciones reales por la posibilidad de
ser ejercidas en contra de cualquier persona en cuyo poder esté el bien.
En este punto es necesario indicar en primer lugar que al tenor de los artículos
2439 y 2454 del Código Civil, quien hipoteca un bien suyo, para garantía de una
deuda ajena, no se entiende obligado personalmente con el acreedor, si ello no ha
sido expresamente estipulado. Ello determina que si una persona hipotecó un bien
garantizando una deuda ajena y, además, suscribe un documento de deber, como
por ejemplo un pagaré, quedará también sujeto a la acción personal que en su
contra decidiere ejecutar el acreedor.
Ahora bien, de conformidad con el artículo 2449 del Código Civil, que fue
subrogado por el artículo 28 de la ley 95 de 1.890, es posible que el acreedor
hipotecario ejerza a su elección la acción hipotecaria o la acción personal, o
ambas, a fin de hacerse pagar sobre los bienes del deudor que no le han sido
hipotecados, inclusive en contra de los herederos del deudor difunto, debiéndose
precisar que el privilegio emanado de la hipoteca solamente operará respecto de
la acción hipotecaria, mas no en relación con la acción personal.
Pero resulta que el atributo de persecución del bien, que pareciera absoluto dada
la redacción del inciso 1º del artículo 2452 del Código Civil, se tropieza con un
obstáculo insalvable cuando el tercero en cuya posesión está el bien lo adquirió en
una subasta pública ordenada por el juez.
Claro está que para que opere dicha excepción es necesario que en el proceso en
que se produjo la subasta se haya citado en forma personal al acreedor
hipotecario y ni aún así éste perderá sus derechos, por cuanto que los incisos 3º y
4º del artículo 2452 del Código Civil determinan que las diferentes acreencias
hipotecarias serán cubiertas con el precio que hubiere pagado el rematante, en el
orden que corresponda según la inscripción de los distintos gravámenes
hipotecarios, permaneciendo el dinero resultante del remate depositado en el
Juzgado, mientras se realiza la graduación de los créditos y el pago a los
acreedores.
De conformidad con el artículo 2453 del Código Civil, el tercero que sea poseedor
del bien hipotecado, que no esté en el evento de haber adquirido el mismo en una
subasta pública en la que se hayan aplicado los procedimientos de publicidad y
citación de los acreedores hipotecarios previstos por el artículo 2452 del mismo
código, está en el deber de realizar el pago de la deuda una vez es reconvenido
por el acreedor hipotecario para el efecto, sin poder proponer ninguna excepción
tendiente a que primero se demande a los deudores que se obligaron
personalmente.
En estos eventos, el tercero que realice el pago se subroga en los derechos del
acreedor hipotecario, tal como ocurre con los fiadores, a fin de ejercer una acción
de recobro contra quien contrajo la obligación.
Claro está que si el tercero poseedor del bien fuere desposeído del inmueble o lo
abandonare a favor del acreedor, podrá reclamar del deudor la indemnización
plena de los perjuicios sufridos, además de lo cual éste deberá pagarle las
mejoras que el tercero hubiere realizado en el bien hipotecado.
Aquí debe recordarse la disposición del artículo 1625 del Código Civil, que
consagra los modos de extinguir las obligaciones y son:
- El mutuo acuerdo;
- La confusión, que ocurre cuando una persona llega a reunir a la vez los
caracteres de acreedor y de deudor de una misma obligación;
- La prescripción.
Aquí debe recordarse que en derecho las cosas se deshacen como se hacen y,
por ello, si hubo un acuerdo para constituir un gravamen hipotecario, otro acuerdo
de las partes puede dejarlo sin efecto.
Este mutuo acuerdo es un negocio jurídico que debe reunir las condiciones de
existencia, validez, eficacia y oponibilidad, indispensables en todo acto jurídico.
250. EL PAGO:
El numeral 1o del inciso 2o del artículo 1625 del Código Civil determina que las
obligaciones se extinguen total o parcialmente por la solución o el pago efectivo.
Pero el pago, como cualquier acto jurídico, tiene unas condiciones de existencia,
validez, eficacia y oponibilidad, debiéndose indicar que su principal condición es la
contemplada por el artículo 1626 del Código Civil, en cuya virtud el pago efectivo
es la prestación de lo que se debe, en concordancia con lo cual el artículo 1627
del mismo código determina que el pago debe hacerse bajo todos los respectos en
conformidad al tenor de la obligación, no pudiendo el acreedor ser obligado a
recibir otro bien diferente del que se le debe, ni aún bajo pretexto de ser de igual o
mayor valor que el adeudado.
Es necesario terminar este aparte indicando que el artículo 2453 del Código Civil
determina un evento especial en materia de hipotecas, en cuya virtud un tercero
frente a la relación obligacional puede pagar válidamente el crédito hipotecario, a
condición de ser poseedor del bien hipotecado.
251. LA NOVACION:
La novación es definida por el artículo 1687 del Código Civil, como aquella
institución en la cual se sustituye una obligación antigua, que queda extinguida,
por una obligación nueva.
De manera pues que si una hipoteca antigua es reemplazada por una obligación
nueva, hipotecaria o no, podrá operar esta forma de extinción de las obligaciones.
252. LA REMISION:
El artículo 1711 del Código Civil la define de la siguiente forma: “La remisión o
condonación de una deuda no tiene valor, sino en cuanto el acreedor es hábil para
disponer de la cosa que es objeto de ella”.
De conformidad con el artículo 1712 del Código Civil es válida la remisión que
proviene de la mera liberalidad del acreedor, pero en tal caso deben aplicarse las
disposiciones legales que reglamentan las donaciones.
A voces del artículo 1713 del Código Civil, la remisión puede ser expresa o tácita,
siendo de la segunda especie cuando el acreedor entrega voluntariamente al
deudor el título ejecutivo o lo destruye o cancela con el ánimo de extinguir la
deuda, sin que la mera remisión de la garantía constituida por la hipoteca o la
prenda pueda considerarse como una condonación de la obligación principal
garantizada.
253. LA COMPENSACION:
- Reciprocidad en los créditos: El artículo 1716 del Código Civil exige la identidad
de personas que son a la vez deudoras y acreedoras; pero es necesario que las
dos deudas tengan un mismo carácter, por cuanto que el inciso 2o de dicha norma
con toda claridad deja ver cómo si una de las obligaciones tiene carácter principal,
pero la otra accesoria, no opera la compensación. En este punto, debe llamarse la
atención sobre el artículo 1717 del Código Civil, que permite sostener la existencia
de una excepción, en cuya virtud es posible que un mandatario oponga, para
efectos de compensarlos, a quien es acreedor de su mandante, créditos que dicho
mandatario tiene contra ese acreedor.
- Fungibilidad de los objetos: Se desprende del ordinal 1o del artículo 1715 del
Código Civil, refiriéndose a los bienes que son reemplazables unos por otros y
exigiendo que los objetos de ambas obligaciones sean de este tipo, como por
ejemplo sucede con el dinero, aceptando la doctrina que se produzca inclusive
respecto de inmuebles indeterminados del mismo género.
- Liquidez de las obligaciones: Se desprende del ordinal 2o del artículo 1715 del
Código Civil, en cuanto que se requiere una absoluta determinación en la cuantía
de las obligaciones, para que pueda producirse la extinción de ambas o de una
íntegramente y de la otra parcialmente si alguna era superior en su cuantía.
- Exigibilidad de las obligaciones: Se desprende del ordinal 3o del artículo 1715 del
Código Civil, en cuanto que solamente son exigibles las obligaciones ciertas que
no se encuentren sometidas a la modalidad del plazo o la condición o, si lo
estaban, que estas modalidades ya se hayan cumplido.
- Embargabilidad de los créditos: Se desprende del inciso 2o del artículo 1721 del
Código Civil, que solamente la consagra para los alimentos, sin que exista un
impedimento legal que haga imposible extenderla a las otras obligaciones. Si uno
de los créditos está excluido del patrimonio del deudor que sus acreedores pueden
perseguir, no podrá tampoco ser extinguido por compensación, ni servirá para
extinguir otra obligación por esa misma vía.
254. LA CONFUSION:
El artículo 2457 del Código Civil determina que la hipoteca se extingue, entre otros
eventos, cuando se extingue la obligación principal, lo cual hace necesario acudir
al artículo 1625 del mismo código, que determina cómo se extinguen las
obligaciones, incluyendo allí la confusión.
A voces de la primera parte del artículo 1727 del Código Civil, cuando se trata de
una obligación con presencia plural de personas en el lado pasivo de la relación
obligacional y ellos son solidarios frente a un solo acreedor, el codeudor solidario
en el cual hayan concurrido las calidades de acreedor y deudor y así se produzca
la extinción de la deuda, podrá repetir contra los otros codeudores por la parte o
cuota que les correspondiere en la deuda.
Al tenor de la segunda parte del artículo 1727 del Código Civil, si la solidaridad no
se presenta en el lado pasivo sino en el activo de la relación obligacional y se
produce la confusión, el coacreedor que se convirtió en deudor y por ello produjo
la extinción de la deuda por confusión, estará obligado a pagarle a los otros
coacreedores la cuota o parte que les correspondiere en el crédito.
Finalmente, el artículo 1728 sienta una regla muy importante en materia sucesoral,
según la cual los créditos y las deudas del heredero que aceptó con beneficio de
inventario, no se confunden con las deudas y créditos hereditarios.
Debe indicarse aquí que el artículo 2451 del Código Civil determina que la pérdida
o el deterioro grave del bien hipotecado, al punto de no garantizarse el pago de la
deuda, dará derecho al acreedor para exigir que se mejore la hipoteca, o que se
reemplace el bien por una garantía equivalente o, finalmente, para acelerar el
plazo y declararlo insubsistente, exigiendo en tal caso el pago total e inmediato de
la obligación.
256. LA PRESCRIPCION:
El artículo 2512 del Código Civil define a la prescripción extintiva como un modo
de extinguir las acciones o derechos ajenos, por no haberse ejercido los mismos
durante cierto periodo de tiempo.
A su turno, el artículo 2535 del Código Civil determina que la prescripción que
extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso durante el
cual no se hayan ejercido las acciones, iniciándose el cómputo del plazo desde
cuando las obligaciones se hicieron exigibles.
El artículo 2536 del Código Civil, con la reforma introducida por la ley 791 del
2.002, fijó en 5 años la prescripción de la acción ejecutiva y en 10 la de la
ordinaria. Una vez vencidos los 5 años de prescripción de la acción ejecutiva, ésta
no se extingue sino que se muta en ordinaria, durando en tal carácter otros 10
años.
De conformidad con el inciso 2º del artículo 2457 del Código Civil, la resolución del
derecho de quien constituyó la hipoteca produce la extinción de la misma, lo cual
puede ocurrir cuando opera el evento previsto por el artículo 1546 del Código Civil
cuando en un contrato bilateral alguno de los contratantes dejó de cumplir con sus
obligaciones.
258. LA CONDICION RESOLUTORIA:
El inciso final del artículo 2457 del Código Civil determina como forma de extinción
de la hipoteca la declaración unilateral del acreedor, siempre que, en garantía de
los derechos de terceros y en cumplimiento de las exigencias de publicidad de los
actos jurídicos para efectos de su oponibilidad, se tome nota de dicha cancelación
en el folio de matrícula inmobiliaria correspondiente.
A este respecto es necesario precisar que el artículo 49 del decreto 960 de 1.970,
que es el estatuto de notariado, determina que la cancelación de gravámenes que
se constituyeron por escritura pública, debe hacerse también con la misma
solemnidad, previendo el artículo 50 de dicho estatuto que basta la
comparescencia del acreedor y refiriéndose el inciso segundo de dicho artículo 50
así como también el 51 al evento en que el acreedor hipotecario original no es el
que comparece, pudiéndose diferenciar los siguientes eventos:
Los artículos 39 a 41 del decreto 1250 de 1.970, que es el estatuto del registro de
instrumentos públicos, consagran la cancelación de las inscripciones en las
Oficinas de Registro de Instrumentos Públicos, pudiéndose destacar que:
A. DEFINICION:
El artículo 2287 del Código Civil define este contrato así: “..es un contrato aleatorio
en que una persona se obliga, a título oneroso, a pagar a otra una renta o pensión
periódica, durante la vida de cualquiera de estas dos personas o de un tercero”.
Bajo el tenor del inciso 2º del artículo 2290 del Código Civil, la pensión solamente
podrá ser pagada en dinero.
De conformidad con el artículo 2288 del Código Civil, “La renta vitalicia podrá
constituirse a favor de dos o más personas que gocen de ella simultáneamente,
con derecho de acrecer o sin él, o sucesivamente, según el orden convenido, con
tal que todas existan al tiempo del contrato”.
Autoriza el artículo 2289 del Código Civil que pueda designarse como beneficiario
de la renta vitalicia a una persona que aún no exista al momento de celebrarse el
contrato.
B. CARACTERISTICAS:
- Es oneroso, no gratuito, porque el derecho a percibir la renta surge del pago del
precio, ya que constituido gratuitamente degenera en donación o en legado, tal
como lo determina el artículo 2301 del Código Civil.
C. ACRECIMIENTO:
El derecho de acrecer es el que tiene uno de los beneficiarios del contrato, para
que en caso de que el otro beneficiario fallezca, renuncie, repudie o falte, la parte
que éste percibía engrose la renta del superviviente.
D. CONTRAPRESTACION:
De conformidad con el artículo 2290 del Código Civil, el precio de la renta vitalicia
o lo que se pague por el derecho de percibirla puede consistir en dinero o en
bienes raíces o muebles.
E. FORMALIDADES:
El artículo 2292 del Código Civil dispone: “El contrato de renta vitalicia deberá
precisamente otorgarse por escritura pública, y no se perfeccionará sino por la
entrega del precio”.
En otra falta de técnica, el artículo 2293 del Código Civil determina la nulidad del
contrato si antes de perfeccionarse muere la persona de cuya existencia depende
la duración de la renta, o si ella, al tiempo del contrato, adolecía de una
enfermedad que le haya causado la muerte dentro de los 30 días subsiguientes.
Al tenor del artículo 2300, este contrato se extingue por prescripción, y el plazo
para tales efectos, hoy en día, debe considerarse de diez años, de conformidad
con la ley 791 del 2.002.
A. INEFICACIA ORIGINAL:
Si el que pierde paga, tiene, en todo caso, acción para repetir lo pagado”.
B. EFICACIA EXCEPCIONAL:
A su turno, el artículo 2286 del Código Civil determinó que cuando se tratare de
juegos de fuerza o destreza corporal, como el de armas, carreras a pie o a caballo,
pelota, bola y otros semejantes, sí es posible reclamar el pago del premio ofrecido.
Al amparo de tal monopolio es que se han creado desde hace muchos años las
loterías, que son entidades estatales, y hoy en día se han entregado en concesión
las apuestas permanentes, tales como el “chance”, el “baloto” y los otros sistemas
de apuesta.
D. CADUCIDAD:
Es muy importante indicar una caducidad consagrada en el artículo 25 de la ley
643 del 2.001, según el cual las acciones atinentes a los documentos de juego,
tienen una caducidad de 6 meses.
Debe recordarse que la caducidad es más estricta que la prescripción, por cuanto
que los plazos de aquella no se suspenden ni interrumpen y corren contra toda
persona.
UNIDAD X
EL DEPOSITO Y EL SECUESTRO
264. EL DEPOSITO:
A. DEFINICION:
B. CARACTERISTICAS:
En cuanto a la gratuidad, debe indicarse que el artículo 2244 del Código Civil la
determina como condición esencial de este contrato, disponiendo además que si
hay remuneración, el contrato se convierte en arrendamiento de servicios.
C. CAPACIDAD:
De conformidad con el artículo 2243 del Código Civil, la capacidad se rige por las
reglas generales de las obligaciones; es decir que se requiere que tanto
depositante como depositario sean capaces. Claro está que si el depositante es
incapaz, este hecho no invalida el contrato, por cuanto que quien se obliga es el
depositario, y con relación a este la ley exige que debe ser plenamente capaz.
265. EL DEPOSITO PROPIAMENTE DICHO:
El artículo 2241 del Código Civil determina que el error sobre la identidad de los
contratantes o sobre la sustancia, cantidad o calidad del bien no invalida el
contrato, debiéndose indicar en todo caso que si el depositario padeció error
acerca de la persona del depositante, o descubrió que la guarda de la cosa
depositada le acarrea peligro, podrá restituir inmediatamente el depósito.
B. LA SOLEMNIDAD:
Ahora bien, al tenor del artículo 2246 del Código Civil, cuando el depósito versa
sobre dinero y éste se guarda en un arca cerrada o en una cajilla de seguridad, al
punto que el recipiente no pueda abrirse sin la llave so pena de fracturarlo, no se
presume la facultad de usar el bien por parte del depositario, debiendo éste
responder por la ruptura del arca o de los sellos, existiendo la presunción en cuya
virtud la fractura o ruptura de los sellos se debe a culpa del depositario.
Contrariamente, cuando el dinero se entrega contado, hay una presunción legal
según la cual el depositario puede usar el dinero estando solo obligado a devolver
una cantidad equivalente.
266. OBLIGACIONES DEL DEPOSITARIO:
A. DE CONSERVACION:
Como consecuencia de esta obligación, es que el artículo 2253 del Código Civil
determina que el depositario debe restituir el mismo bien que recibió, así consista
en dinero u otros bienes fungibles, salvo que, tratándose de dinero, no se haya
depositado en arca cerrada o con otras precauciones especiales, tal como lo
determina el artículo 2246 del mismo código.
B. DE GUARDA DE SECRETOS:
C. DE RESTITUCION:
D. DE NO USAR EL BIEN:
Como ya se vio, el depósito no faculta el uso del bien por parte del depositario,
salvo que por las circunstancias que rodearon el contrato, o por la vinculación de
las partes, o por la naturaleza del bien depositado, pueda asumirse que el
depositante autorizó el uso.
Al tenor del artículo 2249 del Código Civil, cuando hay rupturas del arca o de los
sellos que guarden los bienes depositados, se presume la culpa del depositario o
de sus dependientes, debiéndose estar en estos casos a la declaración del
depositante, en cuanto al número y calidad de lo depositado, siendo desvirtuable
tal presunción por parte del depositario.
Al tenor del artículo 2260 del Código Civil, “El depósito propiamente dicho se
denomina necesario, cuando la elección del depositario no depende de la libre
voluntad del depositante, como en el caso de un incendio, ruina, saqueo u otra
calamidad semejante”.
De conformidad con el artículo 2261 del Código Civil, respecto del depósito
necesario puede admitirse toda clase de prueba; por ello resulta necesario indicar
que, no obstante tratarse de un contrato real tal como antes se vio, hay libertad
probatoria respecto de la prueba de su celebración.
De conformidad con lo dispuesto en los artículos 2265 a 2272 del Código Civil, las
disposiciones sobre el depósito necesario se aplican a los bienes introducidos a
una posada, que le son entregados al posadero o a sus dependientes,
respondiendo por ende dicho posadero de todos los daños causados a esos
bienes por culpa suya, de sus dependientes y de las personas que visitan la
posada, pudiendo alegar en su defensa la fuerza mayor y el caso fortuito, estando
en todo caso a cargo del huésped demostrar el número, calidad y valor de los
efectos que le han sido hurtados. Claro está que el viajero tiene la obligación de
hacer saber al posadero la existencia de los objetos de gran valor que no se llevan
ordinariamente en el equipaje, y aún debe mostrarlos, si el posadero lo exigiere,
para que se emplee mayor cuidado en su custodia, so pena de rechazarse la
reclamación formulada por dicho pasajero, al igual que cuando el hurto pudiere
imputarse a negligencia del huésped o existe un pacto de exoneración de
responsabilidad entre las partes.
Recordando que el depósito es un contrato real que requiere la entrega del bien
objeto del mismo para su perfeccionamiento (artículo 2237 del Código Civil), debe
indicarse que para el depositante no se origina en el contrato la obligación de
entregar el bien. Por ello, la doctrina limita las obligaciones del depositante a:
- Indemnizar al depositario por los perjuicios que sin culpa le haya ocasionado el
depósito (artículo 2259 del Código Civil).
- Recibir el bien arrendado una vez vencido el término del depósito, o cuando el
bien depositado peligre en manos del depositario o cuando el depósito le cause
perjuicio al depositario (artículo 2252 del Código Civil).
270. EL SECUESTRO:
A. NOCION:
De conformidad con el artículo 2239 del Código Civil, esta es una modalidad
especial de depósito y, a voces de los artículos 2273 y 2275 ibd, consiste en el
depósito de un bien mueble o inmueble que se disputan dos o más individuos, en
manos de otro, denominado secuestre, que debe restituirla al que obtenga una
decisión a su favor.
Al tenor del artículo 2274 del Código Civil, al secuestro se le aplican las mismas
reglas que regulan el depósito necesario.
B. CLASES:
De conformidad con el artículo 2276 del Código Civil, el secuestro puede ser de
dos clases:
Por mandado del artículo 2279 del Código Civil el secuestre de un inmueble tiene
las mismas facultades administrativas de un mandatario. Ahora bien, por virtud de
ese artículo y de las disposiciones del Código de Procedimiento Civil, debe rendir
cuentas de su administración al Juez y al adjudicatario del bien secuestrado,
principal, pero no exclusivamente, en lo tocante con la recolección de los frutos, el
pago de empleados y demás gastos que impliquen la administración del bien.
Como quiera que el secuestre tiene el deber de responder por los bienes
secuestrados, para lo cual debe haber constituido una caución que garantice el
buen desempeño del cargo, el artículo 2278 del Código Civil le da una facultad de
persecución sobre aquellos objetos, inclusive en contra del propietario o de
quienes se los disputan y fueron los depositantes.
A. CLASES:
- El depósito en general;
- El contrato de hospedaje;
- El depósito en cajillas de seguridad;
Debido a reportar ventajas para ambas partes, dado el carácter oneroso del
depósito mercantil, depositante y depositario responden hasta de la culpa leve por
el pago de la remuneración, la custodia y conservación de la cosa,
respectivamente, presumiendo el artículo 1171 del Código de Comercio que la
pérdida o deterioro de la cosa se debe a culpa del depositario, quien debe probar
la causa extraña para liberarse de la responsabilidad.
De conformidad con lo dispuesto por los artículos 1170 a 1179 del Código de
Comercio, las obligaciones del depositario en materia comercial son:
- Responder por los frutos y accesorios del bien depositado (inciso final artículo
1174).
- Pagar al depositario los gastos que haya realizado en la conservación del bien.
G. DERECHO DE RETENCION:
A. DEFINICION:
"El comodato o préstamo de uso es un contrato en que una de las partes entrega
a la otra gratuitamente una especie mueble o raíz, para que haga uso de ella, y
con cargo a restituir la misma especie después de terminar el uso.
B. CARACTERlSTICAS:
La unilateralidad del contrato determina que solamente obliga a una sola de las
partes, concretamente la restitución de la cosa por parte del comodatario, quien ha
recibido el uso de la misma. Sin embargo, pueden aparecer obligaciones a cargo
del comodante, como en el caso de indemnizaciones a cargo de éste, sin que en
tal caso el contrato se convierta en bilateral, pues las obligaciones que en la
ejecución del contrato surgen a cargo del comodante no tienen origen o fuente en
el contrato mismo, sino que aparecen con posterioridad, sosteniendo algunos que
se pretende evitar el enriquecimiento sin causa.
No sobra indicar que la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado en
un concepto emitido en el año 2.003 con ponencia de la Consejera Susana
Montes Echeverry sostuvo que cuando se estipulan remuneraciones en favor del
Estado en los contratos de comodato, éste modifica su naturaleza y se convierte
en otra clase de contrato, por ejemplo el arrendamiento.
Son objeto del contrato de comodato toda clase de bienes muebles e inmuebles,
siempre que estén en el comercio, no sean fungibles y estén individualizadas, al
punto de ser cuerpos ciertos, con el objeto de que pueda cumplirse con la
obligación de restitución.
Es necesario precisar que este contrato se perfecciona con la entrega del bien, sin
que se requiera la tradición del mismo, como confusamente lo determina el inciso
final del artículo 2200 del Código Civil. Y es que se trata de una entrega y no de
una tradición, puesto que, en este segundo caso, el contrato se mudaría a uno de
donación; es que el comodante le da al comodatario las facultades de usar y gozar
el bien, pero sigue siendo su propietario, estando éste en la obligación de
restituirlo, motivo por el cual el artículo 2201 de dicho código dispone:
“El comodante conserva sobre la cosa prestada todos los derechos que antes
tenía, pero no su ejercicio, en cuanto fuere incompatible con el uso concedido al
comodatario”.
A. DE USO:
B. DE CONSERVACION:
C. DE RESPONSABILIDAD:
- Si el caso fortuito provino de su culpa así sea levísima (artículo 2203, numeral
2º);
D. SOLIDARIDAD:
Recordando que el inciso 2º del artículo 1568 del Código Civil determina como
fuentes de solidaridad a la ley, el contrato y el testamento, es necesario indicar
aquí que el artículo 2214 del mismo código consagra un evento de solidaridad
entre los comodatarios, cuando el bien ha sido prestado a muchos.
- Por muerte del comodatario, ya que la del comodante no pone fin al contrato, tal
como lo determina el artículo 2215 del Código Civil.
A. RESTITUCION NORMAL:
- Si no se estipuló plazo de duración, una vez efectuado el uso para el que fue
prestada.
B. RESTITUCION ANTICIPADA:
El artículo 2205 del Código Civil contempla la posibilidad de pedir la restitución del
bien dado en comodato, antes del vencimiento del plazo pactado, en los siguientes
eventos:
- Por muerte del comodatario, a menos que la cosa haya sido prestada para un
servicio particular que no pueda suspenderse, lo cual permite sostener que se
trata de un contrato intuito personae, que no debe pasar a los sucesores del
comodatario.
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 2206 del Código Civil, la restitución
del bien debe hacerse al comodante o a la persona que tenga derecho a recibirla a
su nombre.
A. PRECISION:
- Que la mala condición o calidad sea de tal naturaleza que por eso haya causado
el daño.
B. DERECHO DE RETENCION:
No obstante que el artículo 2207 del Código Civil le niega al comodatario la
facultad de retener el bien para seguridad de lo que se le deba, lo cierto es que el
artículo 2218 ibd consagra derecho de retención para los eventos previstos por los
artículos 2216 y 2217, es decir:
Los artículos 2219 y 2220 del Código Civil determinan que el contrato de
comodato toma la denominación de precario en los siguientes eventos:
A. DEFINICION:
El mutuo puede ser gratuito u oneroso, por cuanto que a pesar de ser
naturalmente gratuito, cuando en el contrato se pactan intereses, el acto se
convierte en un contrato oneroso. Ahora bien, como quiera que el mutuo comercial
es esencialmente remunerado, al punto que el artículo 1163 del Código de
Comercio determina que el mutuario siempre deberá pagarle intereses al
mutuante, salvo pacto expreso en contrario, es necesario traer a colación lo que
ha venido sucediendo en Colombia, a raíz de la gran cantidad de personas que se
encuentran secuestradas, debiéndose indicar que la Corte Constitucional, en la
sentencia de tutela T-520 del 26 de junio del 2.003, determinó que cuando una
persona se encuentra en tales circunstancias, no puede ser compelida ni a pagar
las cuotas del mutuo ni los intereses moratorios que normalmente se liquidarían si
se tratara de una persona que está gozado de su libertad. Recientemente ha sido
expedida una ley en la cual se prohiben los embargos contra personas
secuestradas.
El artículo 2222 del Código Civil, determina el carácter real del mutuo, por cuanto
que este contrato se perfecciona con la entrega y tradición de la cosa ya que el
mutuante transfiere el dominio de la misma al mutuario y esta es la característica
que esencialmente diferencia al mutuo de los contratos de comodato y
arrendamiento.
C. LA CAPACIDAD:
D. EL NOMINALISMO:
Los artículos 2223 y 2224 del Código Civil consagran un principio nominalista, al
disponer que:
- Al prestarse bienes fungibles distintos de dinero, la restitución debe ser en los
mismos bienes, independientemente de las variaciones del precio sufridas en el
intervalo, salvo que el acreedor aceptare que se reemplacen por el dinero que
valgan al momento en que debía realizarse la devolución;
E. EL PLAZO:
Es bueno indicar en este punto que debido a la crisis económica y financiera que
vivió Colombia a finales del siglo XX, la Corte Constitucional decidió hacer
obligatorio que los acreedores hipotecarios recibieran el pago anticipado de los
créditos, a lo cual se negaban por ser estos contratos pactados en interés de
ambas partes y no solamente a favor de los deudores.
F. CLASES DE PLAZO:
El plazo puede ser convencional, legal o judicial.
- El judicial lo consagra el artículo 2226 del Código Civil, que faculta al juez para
fijar un plazo para la restitución, a solicitud del acreedor o del deudor, cuando se
hubiere estipulado que el mutuario pague cuando le sea posible.
G. SANEAMIENTO:
Como quiera que en el mutuo hay transferencia de propiedad de los bienes objeto
del contrato del mutuante hacia el mutuario, aquel tiene la obligación se salir al
saneamiento de los bienes prestados. En tal sentido:
- El artículo 2227 del Código Civil determina que es posible reivindicar los bienes
mutuados, mientras conste su identidad, si quien prestó no tenía derecho a
enajenar, al paso que cuando ha desaparecido la identidad, el mutuario que las
recibió de mala fe será obligado al pago inmediato, con el máximo de los intereses
que la ley permite estipular y si obró de buena fe solo deberá devolver con los
intereses estipulados al vencerse los diez días previstos por el artículo 2225 del
Código Civil.
- El artículo 2228 del Código Civil dispone que el mutuante debe responder por los
perjuicios que experimenta el mutuario, por la mala calidad o los vicios ocultos que
presenta la cosa prestada, al punto que si éstos fueren de tal entidad que en caso
de conocerlos el mutuario fuera dable asumir que no se hubiera celebrado el
contrato, podrá éste desistir del mutuo, siempre y cuando que el mutuante los
haya conocido o haya debido conocerlos.
Por tratarse de un contrato real que solamente se perfecciona una vez el mutuante
le ha transferido los bienes al mutuario, las obligaciones de aquel se reducen
principalmente al saneamiento de la evicción y de los vicios ocultos.
I. PRESTAMO DE DINERO:
J. CLASES DE INTERESES:
De las disposiciones contenidas en los artículos 2231 al 2234 del Código Civil se
puede concluir que dentro del mutuo con interés se pueden establecer las
siguientes clases de réditos:
K. EL ANATOCISMO:
Esta figura consiste en el cobro de intereses sobre intereses, lo cual está prohibido
por la legislación civil (artículo 2235), pero permitido por la comercial (artículo 886
del Código de Comercio), con la condición de tener un año de ser adeudados, en
cuyo caso pueden capitalizarse, para sobre los mismos cobrar dichos réditos.
A. ONEROSIDAD:
El inciso 1º del artículo 1163 consagra la ONEROSIDAD del contrato de mutuo en
materia mercantil, por lo que el mutuario debe pagar al mutuante los intereses
legales comerciales de las sumas de dinero o del valor de las cosas recibidas en
mutuo. A diferencia del mutuo civil, en el cual es de la naturaleza del contrato la
gratuidad, pudiéndose estipular intereses o pudiéndose deducir éstos de la
conducta de las partes y aún pudiéndose fijar por parte del juez, en el comercial la
regla general es la onerosidad, por lo cual para que sea gratuito, se requiere pacto
expreso de las partes.
B. PLAZO:
- El judicial, cuya fijación compete al juez cuando las partes no han determinado el
plazo en el que el mutuario deba restituir el objeto del mutuo, debiéndose tener en
cuenta las estipulaciones del contrato, la naturaleza de la operación a que se haya
destinado y las circunstancias personales del mutuario y del mutuante.
C. RESTITUCION:
El artículo 1165 del Código de Comercio, contempla el caso en que el objeto del
mutuo consiste en cosas distintas a dinero y la restitución se ha hecho imposible o
notoriamente difícil, por causas no imputables al mutuario, caso en el cual éste
deberá pagar el valor correspondiente a los bienes, liquidado a la fecha y lugar en
que deba hacerse la devolución.
D. CLAUSULA ACELERATORIA:
Constituye una estipulación generalmente contenida en los contratos de mutuo
celebrados con las entidades financieras para ser pagados por instalamentos, es
decir cuotas, y consiste en la posibilidad para el acreedor de, ante la mora en una
cuota, dar por insubsistente el plazo y cobrar la totalidad de la deuda, sin esperar
más.
Las obligaciones del mutuario se reducen a restituir el objeto del mutuo en el lugar
y tiempo estipulados en el contrato y a pagar los intereses en dinero o en especie
y hasta el monto estipulado; igualmente cuando es remunerado el mutuario no
puede renunciar al plazo, pues este contrato en materia comercial es oneroso y
por ende se entiende estipulado en interés de ambas partes.
F. LA SIMULACION DE INTERESES:
El artículo 884 del Código de Comercio, modificado por la Ley 510 de 1999,
artículo 111, dispone que cuando en los negocios mercantiles deban pagarse
réditos de un capital, sin que se especifique por convenio el interés, este será el
bancario corriente y si las partes no estipularon el moratorio, será equivalente a
una y media veces el bancario corriente, sancionándose al acreedor que cobre los
intereses en exceso con la pérdida de todos Ios intereses, sin perjuicio de las
sanciones penales a que pudiere haber lugar.
El artículo 1542 del Código Civil, aplicable a este asunto por virtud del artículo 822
del Código de Comercio, regula la cláusula penal así:
"La cláusula penal es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento
de una obligación se sujeta a una pena que consiste en dar o hacer algo en caso
de no ejecutar o retardar la obligación principal".
I. EL ANATOCISMO:
281. GENERALIDADES:
A. CONCEPTO:
B. ELEMENTOS:
C. CARACTERISTICAS ESPECIALES:
- El recibo otorgado por el dueño, después de concluida la obra, solo significa que
el dueño la aprueba como exteriormente ajustada al plan y a la reglas del arte, y
no exime al empresario de responsabilidad.
Es importante indicar que el inciso 2º del artículo 2056 del Código Civil faculta al
contratante para que en cualquier momento pueda hacer cesar la realización de la
obra, antes de su culminación, reembolsando al artífice todos los costos en que
haya incurrido y reconociéndole el valor ejecutado y todas las utilidades que
hubiera podido ganar en la obra, siendo pertinente indicar que en las obras
normalmente deben elaborarse presupuestos, que incluyen un factor AIU,
correspondiente a los ajustes, los imprevistos y las utilidades, el cual puede ser
utilizado para determinar las sumas que el contratante que utilice esta facultad de
terminar el contrato, debe pagarle al contratista. Esta opción es exclusiva del
dueño, sin que le sea extensible al artífice, pues su obligación es la de entregar la
obra según los términos del contrato y con la aceptación del dueño.
De acuerdo con el inciso 1º del artículo 2056 del Código Civil “Habrá lugar a
reclamación de perjuicios, según las reglas generales de los contratos, siempre
que por una o por otra parte no se haya ejecutado lo convenido, o se haya
retardado su ejecución”.
En este punto, bien vale la pena traer a colación algunos principios que no están
contenidos en las disposiciones legales que regulan este contrato y que se
encuentran en las normas sobre responsabilidad extracontractual, pero que
resultan pertinentes en cuanto a verificar quién debe asumir ciertos riesgos, siendo
del caso indicar de entrada que el artículo 2351 del Código Civil ha sido
interpretado en el sentido de entender que la responsabilidad por la ruina del
edificio le es imputable al empresario que lo construyó, pudiéndose distinguir tres
eventos distintos:
- Si el bien perece por vicio de la materia suministrada por el que encargó la obra,
salvo que el vicio sea de aquellos que el artífice, por su oficio, ha debido conocer,
o, además, salvo que conociéndolo, no haya dado aviso oportuno.
Así las cosas puede sostenerse en principio que el Código Civil no hace
responsable al dueño de la obra frente a los obreros en forma principal, sino en la
medida en que hubiere contratado con ellos directamente, por cuanto que, en caso
contrario, dicha responsabilidad es puramente subsidiaria y limitada a la
remuneración que se haya pactado a favor del artífice. No obstante, esta
disposición del Código Civil resulta contradictoria frente a las normas del Código
Sustantivo del Trabajo y por ende inaplicable. En efecto, el estatuto del trabajo
determina la responsabilidad SOLIDARIA E ILIMITADA entre el contratista y el
beneficiario de la obra, lo cual ha determinado que en los contratos de obra
generalmente se estipule la obligación para el artífice de conseguir una póliza de
seguros que garantice el cumplimiento de las obligaciones laborales tales como
sueldos, prestaciones sociales y aportes a la seguridad social.
Otro evento de terminación está previsto por la expiración del plazo pactado, así
se haya culminado o no la ejecución de la obra, siendo necesario entrar a liquidar
el contrato, para determinar quién le debe a quien, dependiendo de los
desembolsos efectuados por el contratante y del porcentaje de ejecución del
contrato por el contratista.
289. REGULACION:
El artículo 981 del Código de Comercio, modificado por el artículo 1º del decreto
01 de 1.990 define a este contrato como el acuerdo de voluntades en el cual un
transportador se obliga, a cambio de un precio determinado, a conducir de un
lugar a otro personas o cosas, utilizando un medio de transporte específico y, en el
caso de bienes, a entregarlos al destinatario.
A voces del inciso segundo de esa misma disposición legal, este contrato es
consensual y admite ser probado por cualquier medio de convicción.
Tal como se analizó anteriormente, a diferencia del Código Civil que solo consagró
las nulidades absolutas y las relativas, el estatuto mercantil prevé también las
nulidades parciales en los negocios jurídicos en cuanto solo algunas de sus
cláusulas sean ineficaces. Pues bien, en este contrato se encuentra una de las
aplicaciones prácticas de tal principio, en cuanto se determina que ante la nulidad
de algunas de las estipulaciones del acuerdo de voluntades, así como también en
el evento de ineficacia total, el juez debe adoptar las medidas pertinentes que
eviten el enriquecimiento sin causa de alguna de las partes.
Ese mismo artículo 10º de la ley 336 de 1.996 autoriza el funcionamiento como
operador o como empresa de transporte, de la persona natural o jurídica
constituida como unidad de explotación económica permanente, para transportar
personas o cosas, o ambas, con los equipos, instalaciones y órganos de
administración adecuados.
Para poder funcionar, las empresas públicas de transporte que, como se vio, no
requieren permiso previo de constitución, deben contar con una habilitación para
operar, que consiste en la autorización otorgada por el Estado para que puedan
prestar el servicio pretendido.
De otro lado, el artículo 9º del decreto 01 de 1.990 determina que el propietario del
vehículo empleado para realizar el transporte, es solidariamente responsable
respecto del cumplimiento del contrato, al igual que la empresa transportadora y
aquella que administre el vehículo, entendiéndose que existe control efectivo
sobre el mismo una vez la empresa tiene la facultad de utilizarlo y designar el
personal que habrá de operarlo directamente y sin intervención del propietario.
También resulta pertinente indicar que el artículo 12 del decreto 01 de 1.990 obliga
a los transportadores a celebrar contratos de seguro para que se responda por los
riesgos inherentes al transporte, siempre y cuando el Gobierno Nacional así lo
determinare, habiéndose expedido reglamentaciones gubernamentales que hacen
obligatorios tales amparos.
Para terminar, debe indicarse que el artículo 14 del decreto 01 de 1.990 hace que
la responsabilidad del transportador no se extinga ni siquiera ante su muerte o
disolución o liquidación, ni ante esos mismos eventos acaecidos respecto de quien
contrató el transporte.
La reclamación del pasajero por los daños que él sufrió o los ocurridos a su
equipaje, deben ventilarse a través de una acción de responsabilidad civil
contractual, por así desprenderse de los artículos 982, 993 y 1003 del Código de
Comercio, tal como reiteradamente lo ha indicado la Corte Suprema de Justicia,
siendo una de las sentencias más importantes la dictada el 19 de abril de 1.993
con ponencia del Magistrado Pedro Lafont Pianetta.
Contrariamente, la responsabilidad reclamada por los herederos del pasajero que
falleció en el transporte debe tramitarse a través de la acción extracontractual,
pues así lo determina el artículo 1006 del Código de Comercio y en tal sentido se
ha pronunciado la Corte Suprema de Justicia el 1º de octubre de 1.987, en una
sentencia dictada por la Sala Civil con ponencia del Magistrado Héctor Gómez
Uribe.
La prescripción de las acciones está prevista por el artículo 993 del Código de
Comercio, modificado por el artículo 11 del decreto 01 de 1.990, siendo su término
de dos años que comienzan a correr desde el día en que concluya o haya debido
concluir la obligación de conducción, sin que tal plazo pueda ser modificado por
las partes, lo cual ya había sido sostenido por la Corte Suprema de Justicia en una
sentencia dictada el 4 de marzo de 1.988.
- Pagar el pasaje;
- Todos los daños que sufra el pasajero desde el momento en que se haga cargo
de su transporte;
- Los daños causados por los vehículos utilizados en el transporte y los ocurridos
en los sitios de embarque y desembarque, estacionamiento o espera y en las
demás instalaciones utilizadas para la ejecución del contrato.
En contra del transportador pesa una presunción de culpa, tal como lo determinó
la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia del 19 de abril de
1.979, dictada con ponencia del Magistrado Alberto Ospina Botero. Por tal motivo,
los únicos motivos de exoneración son los siguientes:
- Fuerza mayor, salvo que exista algún componente de culpa del transportador,
debiéndose indicar que la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia
dictada el 20 de noviembre de 1.989 con ponencia del Magistrado Alberto Ospina
Botero, recordó la posición jurisprudencial reiterada según la cual son sinónimos la
fuerza mayor y el caso fortuito;
El artículo 1007 del Código de Comercio faculta al transportador para retener total
o parcialmente el equipaje y demás bienes del pasajero que haya transportado,
mientras no se le pague o asegure el pago del pasaje o del flete, si fuere del caso
pagar algo adicional por el transporte del equipaje.
Los requisitos especiales para ella están previstos por el artículo 776 del Código
de Comercio y consisten en indicar:
- El número de orden;
De conformidad con el artículo 22 del decreto 01 de 1.990 dicha factura puede ser
emitida a cargo del destinatario o del remitente.
- El número de orden;
- El monto de los fletes y demás gastos del transporte, las tarifas aplicables y si
éstos rubros están o no pagados;
Cuando existan controversias sobre el estado del bien transportado debe acudirse
a dictamen pericial.
305. GENERALIDADES:
A. DEFINICION:
"Se llama propiedad fiduciaria la que está sujeta al gravamen de pasar a otra
persona por el hecho de verificarse una condición.
B. REQUISITOS:
El artículo 795 del Código Civil hace referencia a los bienes sobre los cuales
puede constituirse fideicomiso, a saber:
El artículo 796 del Código Civil, determina que la constitución del fideicomiso
requiere un contrato celebrado por instrumento público, o un acto testamentario,
requiriéndose respecto de aquellos que se refieran a inmuebles la inscripción del
instrumento en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.
C. CARACTERISTICAS:
- Solemne, por así determinarlo el artículo 796 del Código Civil y el artículo 1228
del Código de Comercio;
- Oneroso, por cuanto que el fiduciante se grava con la transferencia del bien o
bienes, pues pierde el derecho pleno de dominio, aunque posteriormente pueda
readquirirlo si es a la vez beneficiario, pero a su vez se beneficia con el
cumplimiento de la finalidad propuesta; el fiduciario, se beneficia con la
remuneración, gravándose por su parte con la administración y con todo lo que
conlleve la consecución de los fines de la fiducia;
A. CAPACIDAD:
A voces del inciso 3º del artículo 1226 del Código de Comercio “Solo los
establecimientos de crédito y las sociedades fiduciarias, especialmente
autorizadas por la Superintendencia Bancaria (hoy financiera), podrán tener la
calidad de fiduciarias".
B. CONSENTIMIENTO:
Como en cualquier contrato, el consentimiento de las partes debe ser libre, exento
de cualquier vicio y exteriorizado en el documento público que contenga el negocio
o contrato de fiducia. Cuando el consentimiento no existe, o existiendo la voluntad
adolece de vicio, el contrato es anulable o rescindible según el caso.
C. OBJETO:
D. CAUSA:
- Aquellas cuya duración sea mayor de veinte años. En caso de que exceda tal
término, solo será válido hasta dicho límite. Se exceptúan Ios
fideicomisos constituídos en favor de incapaces y entidades de beneficencia
pública o utilidad común.
Como contrato bilateral o sinalagmático que es, este contrato genera derechos y
obligaciones a cargo de ambas partes, así:
Los principales derechos del fiduciante están establecidos por el artículo 1236 del
Código de Comercio, y son:
- Pedir la remoción del fiduciario y nombrar el sustituto, cuando a ello haya lugar;
- Pagar los gastos atendidos por el fiduciario, salvo que se estipule otra cosa;
- Mantener los bienes objeto de la fiducia separados de los suyos y de los que
correspondan a otros negocios fiduciarios;
- Invertir los bienes provenientes del negocio fiduciario en la forma y con los
requisitos previstos en el acto constitutivo, salvo que se le haya permitido obrar del
modo que más conveniente le parezca;
- Impugnar los actos anulables ejecutados por el fiduciario, para lo cual tiene un
plazo de cinco años contados desde el día en que el beneficiario hubiera tenido
noticia del acto que da origen a la acción;
- Pagar la remuneración y todos los gastos a favor del fiduciario que se expresen
en el contrato como a cargo del beneficiario;
Una vez extinguida la fiducia, los bienes deberán serle transferidos al beneficiario
que puede ser el propio fideicomitente, o volver al patrimonio del constituyente o al
de sus herederos, si no se estipuló un beneficiario determinado. El artículo 1244
del Código de Comercio determina la ineficacia de cualquier estipulación que
disponga que el fiduciario adquirirá definitivamente, por causa del negocio
fiduciario, el dominio de los bienes fideicomitidos.
- Expiración del plazo o haber transcurrido el término máximo señalado por la ley
(veinte años, salvo que se constituya a favor de incapaces o de instituciones de
beneficencia);
- La muerte del fiduciante o del beneficiario, cuando tal suceso haya sido señalado
en el acto constitutivo como causa de extinción;
- Acuerdo del fiduciante y del beneficiario, sin perjuicio de los derechos del
fiduciario;
El artículo 822 del Código Civil consagra las causales de extinción del fideicomiso,
a saber:
- La restitución;
- La renuncia del fideicomisario antes del día de la restitución; sin perjuicio de los
derechos de los sustitutos;
Desde el derecho romano han existido algunas posibilidades para los acreedores
que ven insatisfechos sus créditos, para ejercer acciones tendientes a revocar
actos jurídicos de los deudores que desmejoraran su patrimonio, constitutivo de la
prenda general que garantiza el cumplimiento de las obligaciones, tendiendo tales
acciones precisamente a obtener la reconstitución de ese patrimonio, tal como
ocurría con la acción pauliana.
Por lo anterior deben compaginarse el artículo 1238 del Código de Comercio, que
señala que los bienes fideicomitidos no podrán ser perseguidos por los acreedores
del fiduciante, a menos que sus acreencias sean anteriores a su constitución, con
el numeral 8° del artículo 1240 del mismo código que establece como causal de
extinción del contrato, la acción de los acreedores anteriores al negocio fiduciario.
La Superintendencia Bancaria mediante la circular del 19 de enero de 1.996,
sostuvo que los acreedores del fiduciante deben adelantar previamente un
proceso ordinario, el cual tiene por fin la reintegración del patrimonio del deudor
fideicomitente.
A voces del artículo 1232 del Código de Comercio, la renuncia del fiduciario solo
procede en los eventos expresamente previstos en el contrato, en silencio del cual
se presumen estipuladas estos:
No sobra indicar que la renuncia del fiduciario requiere autorización previa del
Superintendente Financiero.
El artículo 1239 del Código de Comercio consagra las causales para que
cualquier interesado pueda acudir ante el juez competente, para solicitar la
remoción del fiduciario, cuales son:
- Incapacidad o inhabilidad;
Como se acaba de analizar, los acreedores del fiduciante, solo pueden perseguir
tales bienes si sus acreencias son anteriores a la constitución del fideicomiso y no
a través de una acción ejecutiva, como pudiera parecer a simple vista por la
redacción de la ley, sino mediante una acción ordinaria tendiente al
restablecimiento de los bienes al patrimonio del deudor.
Los acreedores del fiduciario no pueden perseguir los bienes fideicomitidos por
ningún motivo, ya que no obstante habérsele transferido a éste la propiedad sobre
los mismos, en realidad existe una separación de patrimonios y autonomía total
entre el del fiduciario y todos aquellos que le han sido transferidos a título de
fiducia.
317. PRESENTACION:
El capítulo II del Título I del libro 4o. del Código de Comercio se denomina “La
Representación” y regula este tema.
Esa norma es plenamente concordante con la del artículo 1505 del Código Civil
que dispone: “Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por
ella o por la ley para representarla, produce respecto del representado iguales
efectos que si hubiese contratado él mismo”.
El mismo profesor Pérez Vives, en la página 114 del Tomo I de su obra “Teoría
General de las Obligaciones”, sostiene que el poder general conlleva un
apoderamiento y faculta para ejecutar actos de administración, de conservación y
aún de disposición o enajenación, por virtud del artículo 2158 del Código Civil,
mientras que el especial solo conlleva la posibilidad de ejecutar actos de
disposición.
Es menester indicar también que la doctrina (Alvaro Pérez Vives, obra citada,
Tomo I, página 142) diferencia los eventos en que hay gestión de negocios y el
gestor obra no a nombre de una persona que lo designó como representante
mediante un acto de apoderamiento sino de alguna masa de bienes que esté
administrando (como el curador de la herencia yacente, artículo 596 del Código
Civil), de aquellos en que sí actúa a nombre de su poderdante, por cuanto que en
el primer caso no hay representación propiamente dicha y el gestor se
compromete a su propio nombre y actúa por sí mismo, mientras que en el
segundo el gestor se compromete con el representado y a éste con el tercero.
El negocio con un tercero es uno de los requisitos indispensables para que pueda
pensarse en un acto de representación, toda vez que los artículos 837 y 838 del
Código de Comercio, expresamente determinan que la manifestación de voluntad
del representante requiere, para conformar un negocio jurídico, la presencia de
otro sujeto de derecho en el otro extremo de la relación obligacional. Además,
debe indicarse que de conformidad con el inciso 1o del artículo 833 del mismo
código, los actos y negocios jurídicos propuestos y concluídos por el
representante, en nombre del representado, dentro del límite de la representación
(del poder), producen efectos directamente en relación con el representado.
E. REPRESENTACION APARENTE:
Es también importante indicar aquí, que la ley consagra inclusive la figura del
representante presunto, dándole plena validez a los actos ejecutados por él tal
como lo determinan los artículos 833 y 842 del Código de Comercio, en cuya
virtud:
Como se vé, se procura por todos los medios defender los intereses y derechos de
los terceros que, de buena fe, hayan contratado con el representante presunto.
Pero esa institución no es exclusiva del derecho comercial, por cuanto que en el
Código Sustantivo del Trabajo también existe la representación presunta, tal como
puede constatarse en los artículos 32 (quienes ejerzan funciones de dirección de
las empresas, así no figuren expresamente como representantes y los simples
intermediarios), 33 numeral 2o (los directores de agencias y sucursales), 34 (los
contratistas y subcontratistas independientes, quienes obligan al empleador si el
giro habitual de los negocios de éste es armónico con las labores contratadas con
esos contratistas y subcontratistas), 35 (los intermediarios laborales) y 36 (las
sociedades de personas respecto de sus miembros).
318. DEFINICION:
El artículo 2142 del Código Civil define al mandato como un contrato en el que un
mandante confía la gestión de uno o más negocios al mandatario, que se encarga
de ellos por cuenta y riesgo de aquel.
A. CLASES:
B. FUENTES:
321. EL PODER:
A. CONCEPTO:
B. FUENTES:
C. CLASES:
D. FORMA DE OTORGARLO:
En cuanto a la forma de otorgarlo, el mismo profesor Pérez Vives, basándose en
el artículo 2149 del Código Civil, sostiene que puede hacerse verbalmente, por
escrito y aun tácitamente. Pero resulta que ese principio general debe ser
matizado con las disposiciones de los artículos 836 del Código de Comercio y 65
del Código de Procedimiento Civil, según los cuales cuando el poder se otorga
para celebrar un negocio jurídico que debe constar por escritura pública, debe
también ser conferido por ese medio o por escrito privado debidamente
autenticado y cuando el de carácter general debe constar por escritura pública.
Ahora bien, tanto el Código Civil como el de Procedimiento Civil, contienen normas
que hacen referencia a las facultades inherentes al poder conferido, pudiéndose
sostener que se incluyen todas aquellas necesarias para adelantar los negocios
encomendados, incluyendo las medidas preparatorias y las ejecutivas,
requiriéndose facultades expresas para recibir el pago de obligaciones por cuenta
del mandante, para desistir de las reclamaciones en nombre de él adelantadas,
para transigir sobre ellas y, en virtud de la reforma al Código de Procedimiento
Civil realizada en el año 2.003, el de realizar postura en la diligencia de remate,
por cuenta del crédito del acreedor ejecutante.
322. LA CAPACIDAD:
El mandante debe ser una persona capaz y esta capacidad hace relación a la
capacidad de ejercicio o de obrar. El mandatario según las reglas generales debe
tener capacidad de ejercicio, aunque en algunos casos el mandatario puede ser
un incapaz, y no por eso el contrato estaría viciado de nulidad, determinándose
que sus actos en ejercicio del mandato son validos respecto de terceros en cuanto
obliguen a los terceros y al mandante; pero las obligaciones del mandatario con el
mandante y terceros no podrán tener efecto alguno cuando la incapacidad es
absoluta; si la incapacidad es relativa los actos tienen validez y obligan al
mandante.
De otro lado, debe indicarse que el tercero que contrató con un mandatario
incapaz no puede destruir este contrato y por lo tanto está obligado a cumplir con
sus obligaciones contractuales.
El objeto del mandato está representado en las obligaciones que contraen las
partes, así: las del mandatario en las obligaciones de ejecutar el negocio para el
cual se le ha conferido poder y las del mandante por su parte en la obligación de
pagar la remuneración estipulada por la ejecución del objeto.
El artículo 2143 del Código Civil, determina que el mandato puede ser gratuito o
remunerado, fijándose ésta por acuerdo de las partes, antes o después del
contrato, por la ley o por el juez.
Es importante aclarar que el contrato de mandato por costumbre es remunerado y
la gratuidad en este contrato debe ser expresada por parte del mandatario.
Los artículos 2145 y siguientes del Código Civil hacen relación a las personas
interesadas en el mandato y en cada caso reglamenta las situaciones que se
presenten, así: En la representación o mandato no es necesario que su ejecución
redunde en interés del mandante, pues puede redundar en interés de este y del
mandatario o de terceros exclusivamente. Lo importante es que el mandatario
obre por cuenta de su mandante, aunque el negocio no redunde exclusivamente
en su interés. Por consiguiente, el negocio puede interesar al mandante y a un
tercero, o al mandante y al mandatario conjuntamente, o exclusivamente al
tercero.
El artículo 2157 del Código Civil ordena al mandatario ceñirse rigurosamente a los
términos del mandato, fuera de los casos en que las leyes le autoricen a obrar de
otro modo. De este articulo se deducen las responsabilidades del mandatario, que
son:
Esta figura la contempla el artículo 2161 del Código Civil, cuando dice: "El
mandatario podrá delegar el encargo si no se le ha prohibido; pero no estando
expresamente autorizado para hacerlo, responderá de los hechos del delegado
como de los suyos propios.
Esta responsabilidad tendrá lugar aun cuando se le haya conferido expresamente
la facultad de delegar, si el mandante no le ha designado la persona, y el delegado
era notoriamente incapaz o insolvente".
- Tomar para sí el dinero que el mandante le dio para colocarlo a interés (artículo
2171 del Código Civil).
327. RESPONSABILIDAD DEL MANDATARIO:
Por mandato del artículo 2180 del Código Civil, el mandatario que se ha excedido
en los límites del mandato es solo responsable frente al mandante; sin embargo,
está obligado a responder frente a terceros en los siguientes casos:
- Responderle al mandante por todos los cargos que le formule, así se le hubiere
exonerado de la obligación de rendir cuentas (artículo 2181 inciso 2º del Código
Civil).
De conformidad con el artículo 2184 del Código Civil, el mandante está obligado:
- A indemnizar al mandatario por las pérdidas en que haya incurrido sin culpa o
por causa de la ejecución del mandato.
De otro lado, el artículo 2186 del Código Civil determina que el mandante deberá
cumplir con las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario, dentro
de los límites del mandato.
El artículo 2189 del Código Civil consagra los siguientes eventos de terminación
del mandato:
330. LA REVOCACION:
De conformidad con el artículo 2190 del Código Civil, la revocación del mandato
puede ser expresa o tácita. Es tácita cuando el mandante encarga la realización
del negocio a otra persona sin avisarle en forma expresa al mandatario y es
expresa cuando se le comunica al mandatario para que no siga con la realización
del encargo.
331. LA RENUNCIA:
Esta figura está consagrada en el artículo 2138 del Código Civil, autorizándose al
mandatario para retener los efectos que se le hayan entregado por cuenta del
mandante para el aseguramiento de las prestaciones que se le deban.
A. DEFINICION:
"El mandato comercial es un contrato por el cual una parte se obliga a celebrar o
ejecutar uno o más actos de comercio por cuenta de otra.
- El poder para celebrar un negocio jurídico que deba constar por escritura pública,
puede ser otorgado por el mismo medio o por documento privado legalmente
reconocido (artículo 836);
- Pagar intereses al mandante por razón de las sumas que esté obligado a
entregarle, una vez haya sido constituido en mora.
- Seguir las instrucciones dadas por el mandante para la ejecución del mandato,
verificando los términos indicados.
G. DERECHO DE RETENCION:
Bajo el tenor del artículo 1282 del Código de Comercio para que la revocatoria del
mandato produzca efectos respecto del mandatario, se requiere que éste haya
tenido conocimiento de la misma y respecto de terceros es preciso la publicidad de
la revocatoria, a menos de probarse que el tercero la conocía.
I. IRRENUNCIABILIDAD:
El Código Civil se ocupa de este contrato en el título XXXIX del artículo 2469 hasta
el artículo 2487 y su definición la consagra el artículo 2469 determinando que es
un contrato en que las partes terminan extrajudicialmente un litigio pendiente o
precaven un litigio eventual, aclarando que no lo es el acto que solo consiste en la
renuncia de un derecho que no se disputa. Con la transacción se sustrae de la
justicia ordinaria un litigio existente, poniéndole fin, o se evita un posible litigio,
descongestionando el aparato estatal de administración de justicia.
- Es un contrato consensual.
- Puede ser simple título declarativo de dominio o título traslaticio del mismo:
Limitándose en el primer caso a reconocer la existencia de derechos sobre la cosa
comprometida y en el segundo refiriéndose a cosas sobre las cuales no se
estaban discutiendo, estos nuevos derechos comprometidos constituyen el título
traslaticio de dominio.
- Debe versar sobre cosas existentes, sobre un litigio actual o eventual: Pues el
objeto de la transacción es poner fin a una situación real que aparecía sin
solución.
De conformidad con el artículo 2483 del Código Civil la transacción celebrada con
los requisitos legales, produce los mismos efectos de una sentencia judicial que ha
hecho tránsito a cosa juzgada en última instancia, es decir, se presenta la misma
situación que se produciría si se hubiera proferido sentencia. Claro está que hay
quienes sostienen que a las sentencias no se les pueden aplicar las nulidades de
carácter sustantivo que se aplican a la transacción, tales como el error, la fuerza y
el dolo, al igual que a la transacción no se le pueden aplicar las nulidades de
carácter objetivo que se le aplican a las sentencias, tales como la falta de
jurisdicción y de competencia y el trámite inadecuado.
El juez que está conociendo del proceso pierde la competencia por efecto de la
transacción; por lo tanto, si después de celebrado el acuerdo el juez profiere
sentencia, esta es nula. Así mismo, si después de celebrado el contrato de
transacción una de las partes demanda, la otra le puede oponer la transacción
como excepción denominada cosa juzgada.
UNIDAD XVII
CONTRATO DE SUMINISTRO
338. CONCEPTO:
El artículo 968 del Código de Comercio, define a este contrato como aquel en que
una parte se obliga, a cumplir en favor de otra, en forma independiente,
prestaciones periódicas o continuadas de bienes o de servicios, a cambio de una
contraprestación.
339. CARACTERISTICAS:
Se indican las siguientes:
- Consensual: Se perfecciona con el solo consentimiento.
- Bilateral: surgen obligaciones para ambas partes.
- Oneroso: existen ventajas recíprocas.
- Conmutativo: las partes conocen las ventajas y sacrificios de antemano, o sea,
cuando celebran el contrato
- Nominado y Típico: Esta previsto en la ley y regulado por ésta.
- De tracto sucesivo: Las obligaciones de las partes se prolongan en el tiempo.
- Mixto o combinado, pues se combinan distintos tipos contractuales, vale decir la
venta, que es de ejecución instantánea y se verifica respecto de cada prestación,
en relación con la cual deben verificarse las obligaciones de saneamiento en
forma autónoma, adicionalmente teniendo tracto sucesivo el suministro en sí
mismo considerado.
340. ELEMENTOS:
Pueden analizarse así:
- Partes: Quien entrega los bienes se denomina proveedor y quien las adquiere
consumidor.
- Consentimiento: El contrato se perfecciona con la manifestación del
consentimiento de las partes, aunque cuando se produce por la vía de la
adhesión, como ocurre en relación con grandes agentes económicos que tienen
posición de control en un mercado, el consumidor no tiene más opciones que
aceptar o no las condiciones estipuladas por el proveedor, pudiéndose hablar, en
tal caso, de un consentimiento condicionado.
- Objeto: El contrato tiene por objeto inmediato generar prestaciones de dar o
hacer que se necesitan para entregar la cosa y pagar el precio, y por objeto
mediato tiene al propio bien que se suministra.
- Plazo: De conformidad con el artículo 977 del Código de Comercio, el plazo del
contrato puede ser determinado por las partes o indeterminado, evento éste en el
cual, para ponerle fin al mismo, se requiere un preaviso que debe efectuarse con
la anticipación prevista en el propio contrato, o la que se derive de la costumbre y,
en defecto de las dos aquella atinente a la naturaleza del suministro (meses, años,
quinquenios). Además, para cada prestación puede existir un propio plazo, pues
por ejemplo se celebra un contrato a un año, para el suministro de los elementos
que requiere el consumidor mensualmente. Al tenor del artículo 972 del Código de
Comercio, ninguno de los dos plazos puede ser modificado unilateralmente,
debiéndose respetar los intereses de la contraparte cuando se defiriere a una de
ellas la determinación del plazo de cada prestación.
- Preferencia: De conformidad con el artículo 974 del Código de Comercio es
posible que el consumidor se obligue a preferir, en igualdad de condiciones, al
proveedor, en lo tocante con los bienes suministrados, así como también es
posible estipular que el proveedor deba reconocer tal preferencia.
- Exclusividad: Es un elemento accidental del contrato, previsto por el artículo 975
del Código de Comercio, pudiéndose señalar la peculiaridad de que no obstante
no fijar la ley comercial un plazo de duración del suministro, sí establece uno para
la de la exclusividad, puesto que el artículo 976 determina en diez años la
duración máxima de toda cláusula de exclusividad.
- Cuantía del contrato: Debe pactarse en el contrato en un monto determinado o
determinable y si ello no se ha hecho, el artículo 969 del Código de Comercio
contempla varias formas de cuantificación, como son las de permitirle al
consumidor determinarla de acuerdo con sus necesidades si se fijaron máximos y
mínimos, pero sin exceder de aquel ni bajar de éste, entendiéndose en todo caso,
para eventuales reclamaciones, que se ha limitado al consumo ordinario del
consumidor.
- Precio de cada prestación: Debe estarse a lo pactado en el contrato, en defecto
de lo cual el artículo 970 del Código de Comercio consagra una presunción
atinente al establecimiento del mismo precio que se hubiere estipulado para una
prestación anterior o, en su defecto, al precio medio de mercado existente en el
día y lugar de cumplimiento de cada prestación o en el domicilio del consumidor si
las partes se encuentran en lugares distintos. Ese precio debe pagarse por cada
prestación al recibirse la misma, salvo pacto en contrario, siendo pertinente indicar
que muchas veces se acompaña este convenio con el de cuenta corriente
comercial previsto por el artículo 1245 del Código de Comercio, según el cual
corresponde al negocio jurídico en que los créditos y débitos mutuos se
consideran como partidas indivisibles de abono o cargo en la cuenta de cada
cuentacorrentista, de modo que el saldo resultante al corte constituya un crédito
exigible.
- Cesión tácita: De conformidad con el artículo 889 del Código de Comercio, la
simple aquiescencia tácita a la continuación del contrato por un tercero, se
entenderá como cesión del contrato.
344. PRESENTACION:
En una sentencia del 22 de octubre del 2.001, dictada por la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia, recordó dicha corporación que son típicos
aquellos contratos que están descritos y regulados por la ley y atípicos los que no,
generándose ante la inexistencia de tales normas dos problemas fundamentales,
como son los de determinar de un lado su admisibilidad y validez y, de otro, la de
establecer las reglas jurídicas que los regulan.
Los decretos 2913 y 1744 de 1.991 dieron validez a las operaciones de leasing
financiero inmobiliario, habiendo reglamentado su operación y permitiendo que las
cuotas vencidas del contrato de leasing se manejaran como cartera vencida.
Hoy en día existe en Colombia un estatuto orgánico del sistema financiero, que
básicamente ha retomado la legislación vigente, determinándose la posibilidad
legal de existencia de estas compañías de leasing financiero.
B. DEFINICION:
Salta a la vista que se trata de un negocio jurídico complejo, que está integrado
por dos fenómenos distintos, a saber: El contrato de arrendamiento por una parte
y la opción de compra por otra.
Lo usual es que se trate del desarrollo de una actividad que requiere el uso de
bienes muebles o inmuebles necesarios en procesos productivos.
- LOS CANONES: Estos son previamente convenidos entre las partes durante el
período de arrendamiento, y le dan derecho al arrendatario a la utilización del bien
en las actividades propias del negocio. Para el arrendador el pago de dicho canon
representa la recuperación de lo invertido en la compra del bien.
- EL PLAZO: Es el acordado por las partes, que usualmente, dependiendo del tipo
de negocio y de la clase del bien, oscila entre los 18 y los 60 meses. Por lo
general los plazos de 18 meses se utilizan en contratos de bienes como
computadores y los de 60 meses en los de inmuebles. Sin embargo, una gran
mayoría de operaciones se acostumbra a realizar en un plazo de 36 meses.
Todos los riesgos y gastos corren por cuenta del arrendatario, quien al finalizar el
tiempo pactado en el contrato, puede optar por adquirir el bien por su valor
residual, devolverlo o firmar un nuevo contrato de arrendamiento financiero.
Dentro del texto del contrato debe quedar claramente estipulado que el activo y el
proveedor, fueron escogidos libremente por el arrendatario, debiéndose indicar
que como elemento adicional que no interviene en el contrato está el
PROVEEDOR que por lo general es seleccionado por el arrendatario y es quien
vende la maquinaria o equipo a la compañía de financiamiento comercial, otorga la
garantía sobre el bien y presta el servicio de mantenimiento.
E. PERFECCIONAMIENTO:
A. ASPECTO CONTABLE:
B. ASPECTO TRIBUTARIO:
C. ASPECTOS ECONOMICOS:
Dicho de otro modo, no es necesario contar con todo el dinero para adquirir
nuevos equipos, así como tampoco es necesario contratar créditos para financiar
dicha adquisición, bastando con presentarle a la Compañía de Leasing las
necesidades y requerimientos operativos, presentando buena trayectoria
comercial, para que dicha entidad adquiera el equipo y se lo dé en arrendamiento,
pudiéndose entonces ensanchar el proceso productivo del arrendatario.
A. LEASING FINANCIERO:
B. LEASING OPERATIVO:
C. LEASING INTERNACIONAL:
D. LEASING INMOBILIARIO:
Se da como una modalidad de leasing financiero, con la diferencia que los bienes
objeto del contrato hacen referencia específicamente a bienes inmuebles como
bodegas, oficinas, locales y plantas industriales y similares.
E. LEASING HABITACIONAL:
A finales del siglo XX Colombia atravesó por una fuerte crisis económica y una
profunda recesión durante la cual, con el propósito de mantener vigente el sistema
de la banda cambiaria y evitar que el dólar se negociara libremente, el Banco de la
República aumentó fuertemente las tasas de interés, habiendo producido un
efecto nocivo respecto de los créditos destinados a la adquisición de vivienda,
pues produjo que las deudas resultaran teniendo un valor superior al de los
propios inmuebles, provocándose un resultado doblemente nocivo, puesto que
muchas personas perdieron sus viviendas ante la imposibilidad de pagarlas, otras
decidieron devolverlas para evitar que las deudas contraidas siguieran
aumentando y todo ello determinó que las entidades financieras se vieran
inundadas de inmuebles, sin que ese sea su negocio, puesto que ni son
inmobiliarias ni martillos de remate, sino empresas destinadas a captar del público
recursos a una tasa baja, para colocarlos entre sus deudores con tasas de interés
más altas, devengando por ello un margen de intermediación.
Esa crisis produjo que la Corte Constitucional obligara a los bancos a recibir en
dación en pago los bienes declarando extinguidas las obligaciones así los saldos
de los créditos fueran superiores, declarara inconstitucional el sistema de
financiación de vivienda a través de unidades de poder adquisitivo de valor
constante (UPAC) y le ordenara a la Presidencia de la República y al Congreso
presentar un proyecto de ley y expedir un nuevo estatuto legal, exclusivamente
para la financiación de vivienda, habiéndose incluido allí algo similar al UPAC, que
es el sistema UVR, con el cual no se logró reactivar ni la construcción, ni el crédito
para vivienda, debido a que las personas que habían perdido sus inmuebles se
encontraban reportadas en los bancos de datos con malas calificaciones y,
además, quienes perdieron sus bienes no querían correr nuevamente el riesgo de
entregar un treinta por ciento de cuota inicial, pagar durante años y años cuotas de
amortización, para ver cómo cada vez su deuda era mayor.
Todo lo anterior produjo que los bancos idearan nuevos procedimientos para
financiar inmuebles nuevos y, además, buscaran formas de colocar en el público
aquellos que habían recibido como dación en pago, uno de los cuales fue
desarrollar una modalidad del leasing inmobiliario específicamente destinado a los
inmuebles destinados para vivienda, que es precisamente el leasing habitacional,
que ha sido utilizado inclusive para que quienes perdieron sus inmuebles vuelvan
a comprarlos a los bancos.
Es una figura jurídica que le permite a una entidad entregar un bien inmueble de
su propiedad a un cliente, llamado locatario, para su uso y goce durante la
vigencia del contrato. En contraprestación, éste se obliga a realizar una serie de
pagos destinados a amortizar el capital y a cubrir los rendimientos financieros de
la entidad propietaria del inmueble.
De otra parte la ley impide la modificación del canon periódico establecido, lo que
significa, que el pago que se pacte se mantendrá durante los años de duración de
la operación siempre y cuando el arrendatario cumpla con sus obligaciones
contractuales, generándose así cierta garantía en contra de la inflación.
B. MARCO REGULATORIO:
El numeral 7º del artículo 18 de la ley 788 de 2002 determina que son exentas las
rentas generadas en los contratos de arrendamiento financiero con opción de
compra (leasing) de los inmuebles construidos para vivienda, con duración
superior a 10 años por los próximos 10 años a partir de la vigencia de dicha ley.
Esta exención favorece a las entidades financieras y el arrendatario puede
acceder a las mismas exenciones tributarias establecidas para los créditos de
vivienda, como por ejemplo, la disminución de la base de retención en la fuente
vía deducción por intereses y corrección monetaria (costo financiero del contrato)
y los alivios aplicables a las cuentas AFC, entre otras.
Las Circulares Externas 022 del 6 de junio y 040 del 23 de octubre del 2.003,
contienen las instrucciones relativas a la modificación del Plan Único de Cuentas
para el Sistema Financiero en materia de operaciones de leasing.
- Es de tracto sucesivo.
- Es bilateral.
- Es consensual.
F. EL PAGO:
A. ORIGEN Y ANTECEDENTES:
Con las modalidades que se le conoce hoy, resulta ser un instrumento jurídico
relativamente joven, a pesar de tener su origen en la edad media (siglo XII) y de
haber sido utilizado desde hace un par de cientos de años para la prestación de
servicios públicos, popularizándose en el siglo XX por el sector privado como un
sistema de mercadotecnia aplicado a bienes y servicios.
En 1898, la General Motors Company adoptó un sistema similar, para abrir puntos
de comercialización sin comprometer recursos propios, habiendo otorgado
concesiones, sistema exitosamente utilizado en la industria automotriz de hoy en
día.
B. DEFINICION:
Se dice que hay una suerte de simbiosis entre las partes, pues el franchisor
(franquiciante) otorga licencia a un franchisee (franquiciado), para que venda
productos o servicios de su titularidad.
C. NATURALEZA JURIDICA:
- Bilateral: porque cada una de las partes se encuentra obligada respecto a la otra,
existiendo prestaciones recíprocas para cada una.
- De adhesión: el franquiciante impone las condiciones que son aceptadas por los
franquiciados.
- Oneroso: ya que una de las partes (franquiciado) obtiene una ventaja a cambio
de una contraprestación en dinero a favor de la otra (franquiciante).
Así, el franquiciante logra obtener mayores ingresos por las tasas de utilización
que le paga el franquiciado, tanto a título de derechos iniciales, como de canon
periódico, sumado a lo que muchas veces ocurre y es que dentro del contrato se
obliga a éste a adquirir los suministros de aquel, ampliándose así la producción del
dueño de la marca, al paso que el franquiciado aprovecha la imagen corporativa y
la recordación de los productos del franquiciante, para poder vender más y a
mayores precios que los que normalmente obtendría con sus productos sin la
marca que le ha sido permitido utilizar.
E. CLASES DE FRANQUICIA:
F. PARTES EN EL CONTRATO:
- Disponer del stock suficiente en calidad y variedad según los mínimos que
establece el franquiciador;
- Plazo de duración del Contrato: Por lo general las partes tienden a establecer un
plazo lo suficientemente largo para recuperar la inversión inicial hecha por el
franquiciante.
I. VENTAJAS DE LA FRANQUICIA:
J. DESVENTAJAS:
L. REGULACION LEGAL:
A. HISTORIA:
Este tipo de contrato fue desarrollado especialmente por los productores ingleses,
quienes utilizaron a los factores para colocar sus productos, especialmente los
textiles, en sus colonias americanas. Los factores alcanzaron una gran
importancia en la distribución de mercancías, efectuando los cobros y facilitando
anticipos sobre las facturas a sus clientes europeos. La funcionalidad y los
beneficios que se obtenían, abrieron la posibilidad de financiar las operaciones
con préstamos, anticipando los pagos a sus comitentes, con lo cual comienza a
perfilarse el carácter financiero de esta operación.
Esta novedosa operación atraía al exportador europeo quien podía colocar sus
productos descartando los riesgos que podía ofrecer una plaza desconocida para
vender a crédito y además se le ofrecía la posibilidad de obtener el pago de
inmediato sin tener que esperar el vencimiento del plazo concedido a los clientes.
Esta forma dinámica y novedosa realizada por los factores, empieza a proliferar
rápidamente y hacen que los factores se agrupen en sociedades de factoring,
como entidades prestadoras de servicios especializados.
B. DEFINICION:
D. SERVICIOS INCLUIDOS:
El factoring es un conjunto de servicios, ya que la compañía que los presta
compromete su aparato administrativo, de garantía y de gestión financiera, tal
como pasa a verse:
F. ETAPAS EN EL FACTORING:
En todo caso, adóptese la posición que se quiera, debe aceptarse que el contrato
de factoring es un convenio marco para regular las relaciones de los contratantes
con referencia a los créditos futuros de uno de ellos, que necesariamente debe
suponer una actividad negocial posterior para la cesión de aquellos que se
originen.
H. CLASES DE FACTORING:
- Transferir al factor la totalidad de los créditos originados en sus ventas, bien sea
endosando en propiedad las facturas cambiarias de compraventa, que son títulos
valores, o cediendo los otros efectos de comercio, tales como las facturas
comerciales.
- Notificarle a la clientela la firma del contrato con el factor, incluyendo en todas las
facturas la cesión a favor de éste.
- Comunicarle al factor todas las noticias que puedan modificar la valoración del
riesgo asumido y la solvencia de los compradores.
- Retribuir los servicios prestados, es decir el precio del contrato que se denomina
la comisión del factor, determinada de acuerdo a una serie de criterios, tales
como el volumen de ventas, valor medio de facturas, el plazo para el pago de
estas, numero de clientes y sector industrial entre otros, oscilando usualmente
entre un 1% y un 3% del valor de la facturación, a lo cual se adicionan los
intereses de financiación que suelen ser los mismos que cobran los bancos para
los créditos de libre asignación.
- Informarle al cliente sobre los cobros realizados y el estado de cuenta entre ellos,
para lo cual suele acompañarse al contrato un contrato de cuenta corriente
mercantil.
- El incumplimiento por una de las partes con las obligaciones a su cargo, siempre
y cuando dicho incumplimiento sea relevante, por cuanto que no es razonable que
el incumplimiento de deberes no sustanciales produzca la terminación del
contrato.
- El mutuo acuerdo.
A. CONCEPTO:
Otras denominaciones que usualmente se le dan a este tipo contractual son las de
contratos de colaboración, asociación a riesgo compartido, aventuras conjuntas,
sociedad en participación, sociedad temporal, asociación de empresas, asociación
temporal de empresas y unión temporal de empresas.
Tradicionalmente se distinguen los acuerdos de joint venture que dan vida a una
empresa separada, a una autónoma entidad jurídica (corporate joint venture) y los
acuerdos, sobre base puramente contractuales, con los cuales los participantes
convienen el desarrollo de una actividad común (contractual joint venture)
diferenciándola del equity joint venture y non equity. La base del equity joint
venture corporation o equity joint venture es un contrato en el cual se acuerda la
conformación de una sociedad (persona jurídica autónoma) con un propósito
funcional y administrativo, como solución de operaciones que requieren grandes
capitales o bienes de alto costo, por ejemplo, maquinarias pesadas especiales. El
origen y desarrollo histórico de ese acuerdo de joint venture nos lleva sin lugar a
dudas, a comprender que tiene fundamentalmente un carácter contractual y es en
función de él, que posteriormente se ha ido modelando la joint venture corporation.
El “Centro de Empresas Transnacionales” de la Organización de Naciones Unidas
emitió un texto jurídico en el cual sostuvo que "Toda Negociación entre nacionales
y extranjeros no puede considerarse como joint venture, pues sólo existe cuando
se unen recursos y se comparten las ganancias y las responsabilidades, con
independencia de que se constituya o no una nueva persona jurídica."
El “Congreso Flamenco de Ciencias Económicas” sostuvo que el joint venture es
una forma de colaboración con reparto de los riesgos y del control entre dos o
varias personas o unidades económicas.
Por su parte, para un gran grupo de autores norteamericanos y la oficina Belga del
Comercio Exterior la constitución de una nueva entidad con personalidad jurídica
propia es accesoria mas no esencial al joint venture, ya que la transferencia de
know how o tecnología en general, puede asumir variadas formas y originar una
participación tan activa en la vida y el control de la empresa receptora de esa
aportación tecnológica, que se puede considerar como empresa mixta, siempre
que esté presente el otro elemento: la participación en riesgos y beneficios. La
referida oficina incluye los elementos, que en su opinión han sido admitidos por la
generalidad, al enunciar que una empresa conjunta es una forma de colaboración
entre empresas, caracterizada por una participación en los riesgos y los beneficios
correspondientes a las actividades que son objeto de un acuerdo, una
participación en el control financiero de las operaciones que resulten de esas
actividades, una transferencia de know how y una forma jurídica ágil, capaz de
adaptarse a las distintas legislaciones nacionales y a las diversas organizaciones
que adopten los socios.
B. OBJETO:
C. CARACTERISTICAS:
B. Es consensual;
A. PRECISION:
B. HISTORIA:
B. DEFINICION:
Una definición elemental es la consistente en que esponsorizar es financiar o
ayudar económicamente a alguien para que pueda llevar a cabo su actividad, de
carácter deportivo, científico o cultural, con la contraprestación de poderse
identificar a esa persona con la marca que lo ha financiado.
C. CARACTERISTICAS:
D. NATURALEZA JURIDICA:
A. PRESENTACION:
B. CARACTERISTICAS:
A. PRESENTACION:
B. CARACTERISTICAS:
Ejemplo: Con $100 se compra una acción que se venderá en un año, habiendo
hecho 10% de utilidad. Con la operación forward, un futuro o una opción, se
podrán obtener los mismos $10 de utilidad, pero colocando solamente una parte
de los $100. Si el margen requerido para realizar la operación es el 20%, entonces
con colocar $20 se realiza una utilidad de $10, aumentando la rentabilidad al 50%,
por lo cual con los $100 iniciales se pueden realizar 5 operaciones aumentando
altamente la rentabilidad.
Se define por la doctrina como un contrato cambiario a plazo, donde las partes
contraen compromisos en una fecha futura, para intercambiar divisas a un tipo de
cambio convenido.
Tasa spot: Es el tipo de cambio al contado, es decir el tipo de cambio entre dos
monedas en que el intercambio deba suceder inmediatamente.
Tasa forward: Tasa que se contrata el día de hoy, para el intercambio de divisas
en una fecha específica en el futuro.
Puntos sawps: Número de puntos que se deben añadir o sustraer al tipo de
cambio al contado a efecto de calcular el tipo de cambio a plazo.