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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN LABORAL

MAGISTRADO PONENTE EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS

Referencia: Expediente No.26079

Acta No.89

Bogotá, D.C., cinco (5) de octubre de dos mil cinco


(2005).

Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto por


el apoderado de la sociedad INVERSIONES MOMO Y
CIA S. EN C., contra la sentencia de fecha 9 de diciembre
de 2004 proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Ibagué, en el proceso
Casación Rad.26079

ordinario laboral promovido por CLARA INÉS


SANDOVAL TRUJILO contra la recurrente.
I-. ANTECEDENTES

La actora mencionada demandó a la citada sociedad para


que se le condenara, en cuanto interesa al recurso de
casación, a pagarle los salarios caídos por el no pago de
prestaciones y salarios.

Como fundamento de su pretensión manifestó que la


demandada le pagó sus prestaciones sociales, al igual que
sus primas de servicio y vacaciones con el sueldo fijo sin
incluir las comisiones.

La sociedad demandada se opuso a la petición pues le


pagó todos los salarios y prestaciones a que tenía
derecho, al igual que las bonificaciones o comisiones
acorde con su gestión de venta. Propuso las excepciones
de falta de legitimidad en la causa, prescripción, pago
total de las obligaciones surgidas del contrato,
inexistencia de la obligación, cobro de lo no debido y
buena fe.

Mediante sentencia del 27 de junio del 2003 el Juzgado


Tercero Laboral del Circuito de Ibagué condenó a la
demandada en cuanto concierne al recurso de casación a
pagar la suma de $45.145,00 pesos diarios por concepto
Casación Rad.26079

de indemnización moratoria por no pago de prestaciones


sociales, a partir del 6 de septiembre de 1998 hasta
cuando se haga efectivo su pago.

II-. SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Al decidir la apelación interpuesta por la apoderada de la


demandada el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Ibagué, en sentencia del 9 de diciembre del 2004,
confirmó la providencia recurrida.

El Tribunal, luego de citar el contenido de los artículos


127 y 128 del Código Sustantivo del Trabajo, manifestó
que los valores recibidos a título de comisiones jamás
podrían entenderse como susceptibles de ser excluidos de
la connotación salarial que ostentan, pues el artículo 127
no solo las mencionan expresamente sino que además
son porcentajes sobre ventas y forman parte de lo que
recibe el trabajador en dinero o en especie como
contraprestación directa del servicio. Por lo tanto, no es
válido que las partes acuerden que lo devengado por
concepto de comisiones sobre las ventas pueda ser
excluido de la base salarial para liquidar prestaciones.
Casación Rad.26079

En cuanto a la adulteración del contrato de trabajo,


anotó, que aunque el representante legal de la
demandada fue beneficiado con la preclusión de la
instrucción, precisó que esta si existió en la cláusula
adicional que consagra el punto en discusión, cuyo
original que reposaba en poder de la demandada fue
extrañamente extraviado por uno de sus empleados.
Aclaró, que si lo anterior fue razón justificativa para
desvincular al señor Morales de la investigación penal, no
es motivo suficiente para exonerar a la demandada de la
sanción prevista en el artículo 65 del C. S. del T.

III-. DEMANDA DE CASACIÓN

Inconforme con la anterior determinación, la parte


demandada interpuso el recurso de casación, con el
siguiente contenido:

“4. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretendo con el cargo formulado la casación parcial de la


sentencia de segunda instancia, antes identificada, en
cuanto confirmó la condena a indemnización moratoria
impuesta por el a quo. En sede de instancia, solicito se
revoque parcialmente la sentencia del juzgado en cuanto
condenó a mí procurada por dicho concepto, y en su lugar
la absuelva de la referida pretensión, y provea en
Casación Rad.26079

costas como en derecho corresponda.

5. CAUSAL DE CASACIÓN

Con fundamento en la causal primera de casación laboral,


violación de la Ley sustancial, consagrada en los artículos
87 del C,P.L. y de la S.S., 64 del Decreto 528 de 1964 y
7° de la Ley 16 de 1969, formulo la siguiente acusación:

Cargo Único: violación indirecta, por aplicación indebida


de los artículos 59, 65, 149, 249, 306 y 307 del C.S.T.;
1° de la ley 52 de 1975, en relación con los artículos 27,
127 y 128 del C.S.T..

Dichos quebrantos normativos se produjeron como


consecuencia de los siguientes errores de hecho
manifiestos:

1. Dar por demostrado, sin estarlo, que el cuerpo técnico


de investigaciones de la Fiscalía General de la Nación
Seccional Tolima mediante experticia se pronunció
sobre las adulteraciones al contrato de trabajo “por
parte del representante legal de la demandada”.

2.No dar por demostrado, estándolo, que en dicha


experticia se dejó expresa constancia que “no es posible
establecer si tanto patronos como los que hacen parte de
las alteraciones fueron impresos por alguna de las
fuentes localizadas en el Hotel Casa Morales”.

3. Dar por demostrado, sin estarlo, que la demandada


procedió de mala fe porque el contrato de trabajo fue
adulterado encontrándose bajo su custodia.

4. No dar por demostrado, estándolo, que la Fiscalía


General de la Nación precluyó la investigación adelantada
contra funcionarios de la demandada al no hallar
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responsabilidad de su parte en los hechos imputados por


la demandante.

5. No dar por demostrado, estándolo, que las partes


acordaron en el contrato de trabajo que celebraron que el
porcentaje de la bonificación o comisión sobre ventas no
hacía parte del salario.

6. No dar por demostrado, estándolo, que durante la


vigencia del contrato de trabajo la demandada pagó al
demandante los salarios y demás beneficios laborales a
que tenía derecho y cumplió sus obligaciones con la
seguridad social.

7. No dar por demostrado, estándolo, que la demandante


recibió conforme la liquidación definitiva de prestaciones
al momento de la terminación del contrato, e incluso
después de terminado éste, el día 11 de septiembre de
1998, suscribió una constancia declarando a la
demandada a paz y salvo por todo concepto.

8. No dar por demostrado, estándolo, que la demandada


procedió de buena fe en la liquidación definitiva de
salarios y prestaciones debidos a la demandante a la
finalización del contrato de trabajo.

Los anteriores errores de facto se produjeron a


consecuencia de la apreciación errónea de unas pruebas y
de la falta de apreciación de otras, como se discrimina a
continuación:

a) Pruebas erróneamente apreciadas.

• fIs. 432 a 435: análisis documento lógico hecho por el


cuerpo técnico de investigación de la fiscalía.
• f 436 a 445: resolución de la fiscalía general de la
nación, unidad primera de patrimonio económico, fiscal
diecisiete.
• fIs. 454 a 459: resolución de la fiscalía cuarta delegada
ante el tribunal superior del distrito judicial, donde revocó
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integralmente la resolución de acusación que impuso la


fiscal diecisiete y en consecuencia ordenó preclusión de la
investigación.
• fIs. 62 y 416: contrato individual de trabajo a término
indefinido.
• f 9 solicitud de la empleada para que le presentaran las
nuevas condiciones laborales por escrito y se le pagara el
reajuste del salario de diciembre de 1997 y comisiones de
noviembre y diciembre del mismo año.

• f 10 segunda solicitud de la trabajadora para que se


aclarara por escrito las nuevas condiciones laborales, de
agosto 22 de 1998.

• f12 respuesta de la demandada a la trabajadora sobre


las condiciones laborales, de agosto24 de 1998.

b) pruebas inapreciadas.

• f 63 formulario de vinculación al instituto de seguros


sociales
• f 64 formulario de afiliación a la eps salud total
• f 67 carta de la ex trabajadora donde se declara a paz y
salvo con la empresa hasta el día 6-9-98
• f 68 planilla de la empresa de afiliación a trabajadores
al fondo de cesantías.

• f 70 a 76 relación de aportes al iss sept de 97, enero,


febrero, julio, agosto, sept de 98

• f 77 a 87 listado de autoliquidación de aportes al iss


para septiembre, agosto, julio, mayo, abril, febrero,
enero de 1998, diciembre, noviembre de 1997.

• f 89 a 94: liquidación de novedades de la nómina para


agosto de 1998, julio de 1997.

• f 158 a 159: relación de novedades, sistema de


autoliquidación de aportes 97-98.
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• f 179: solicitud de vinculación a pensiones, salud y


riesgos profesionales.

DEMOSTRACIÓN

Consideró el ad quem que “la causa generadora de los


reajustes ordenados en la sentencia está constituida por
la reflexión elaborada el a quo, según la cual el valor de
las comisiones recibidas por la actora son salario y que
por lo tanto la demandada debió tomarlos en cuenta
como tal para la liquidación de las prestaciones de la
trabajadora.” Este cargo no se trata de confutar el
carácter salarial de tal beneficio, sino de desvirtuar el
aserto del juzgador acerca de la mala fe de la conducta
de la demandada.

1. Como fundamento para confirmar la condena a la


indexación moratoria adujo el tribunal que el cuerpo
técnico de la Fiscalía General de la Nación, seccional
Tolima, rindió experticia sobre las adulteraciones de
que fue objeto el contrato de trabajo “por parte del
representante legal de la demandada”. Este
documento que obra a folios 432 a 435 fue
erróneamente apreciado por el tribunal porque en
ninguna parte el mismo se desprende que la Fiscalía
haya concluido que las adulteraciones fueron hechas
“por parte del representante legal de la
demandada”, como infundadamente lo aseveró el
Tribunal, aserto totalmente contrario al texto
fidedigno de la mencionada probanza donde si bien se
refiere a la adulteración, en ningún momento hace la
sindicación contenida en el fallo recurrido Por lo
anterior, como en el citado documento no se concluyó
ninguna responsabilidad del representante legal de la
demandada ni de ningún otro empleado directivo de la
misma, no podía el tribunal con base en él deducir
mala fe de la demandada.
2. De otra parte afirma el tribunal que el original del
contrato de trabajo fue “extrañamente extraviado por
uno de sus empleados”, refiriéndose a los de la
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demandada, y ocurre que fuera de las aseveraciones


de la parte demandante no hay ninguna prueba que
acredite que tal aserción coincida con la verdad,
porque lo cierto es que ningún elemento de juicio da
respaldo a tan aventurada conclusión.
3. Tampoco hay prueba de que el contrato de trabajo
haya sido adulterado cuando se encontraba en
custodia de la demandada. Se trata de una afirmación
huérfana de sustento probatorio. Pero de todos modos
aún en el evento de que así haya ocurrido, de esa
circunstancia no es dable inferir que haya sido algún
directivo o representante laboral de la demandada el
responsable de la alteración. Por el contrario, lo que
se lee expresamente en la decisión de la Fiscalía es
que “no es posible establecer si tanto patronos como
los que hacen parte de las alteraciones fueron
impresos por alguna de las fuentes localizadas en
el Hotel Casa Morales”.

En consecuencia es ostensible el defecto valorativo del


tribunal al derivar una responsabilidad por simple
sospecha, sin respaldo probatorio alguno.

4. Contrario a lo concluido por el ad quem acerca de la


mala fe de la demandada, es tan evidente que ella no
existió, que la misma investigación penal, pilar esencial
del tribunal para deducirla, terminó con preclusión para el
representante legal de la demandada, señor Moisés
Morales. Esta prueba fue mal apreciada por el
sentenciador, así como la resolución de la Fiscalía 17
(Unidad primera de patrimonio económico), porque tal
como se aprecia a folios 436 a 445 y 454 a 459, si bien
inicialmente se dictó medida de aseguramiento,
posteriormente se concluyó la ausencia de
responsabilidad del señor Moisés Morales, ya que como se
ve de manera fidedigna en el texto de la referida
resolución, se revocó integralmente la resolución de
acusación y se ordenó la preclusión de la investigación
con base en que el sindicado no elaboró ni modificó el
susodicho contrato, y que además la inferencia
contraria quebrantaría el principio rector de la
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culpabilidad, pues se desembocaría en una


responsabilidad simplemente objetiva, que fue la acogida
erróneamente por la Sala Laboral del Tribunal Superior de
Ibagué.

También se equivocó el tribunal al estimar, sin prueba


que lo respaldara, que la responsable de la adulteración
fue la jefe del departamento de recursos humanos de la
empresa, dado que la Fiscalía se limitó a echar de menos
la declaración de dicha funcionaria en el proceso penal,
pero no dedujo que ella fuese la responsable de la
supuesta adulteración.

Conviene agregar que la Fiscalía en esta última resolución


no concluyó que la supuesta adulteración fuese propiciada
por algún funcionario de la demandada, ni que fuera
inspirada por ella, ni que fuera eficaz para conculcar los
derechos de la trabajadora, sino que todos esos aspectos
debían ser dirimidos por la jurisdicción ordinaria en la
especialidad laboral, “escenario judicial competente,
expedito e idóneo para debatir la naturaleza y alcances
jurídicos de las modificaciones introducidas a las
condiciones laborales preestablecidas”. Así se lee
textualmente en el documento, por lo que el yerro fáctico
del ad quem es protuberante porque de la decisión penal
no surge responsabilidad alguna para el empleador o sus
representantes.

Como no hay ninguna decisión definitiva de la Fiscalía de


la cual emerja responsabilidad de directivos de la
empresa en un supuesto comportamiento reprochable, no
le era dable al fallador inventarla, sin apoyo en las
pruebas del proceso.

5.Erró también el tribunal al no tener en cuenta que


durante todo el desarrollo de la relación de trabajo, para
las partes siempre fue claro que las llamadas comisiones
o bonificaciones sobre ventas no harían parte del salario
base de liquidación de prestaciones sociales. De manera
que al margen de si se denominaban comisiones o
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bonificaciones, al margen de su real encuadramiento


jurídico, lo cierto es que, para efectos de buena fe, en la
ejecución del contrato para las partes siempre fue diáfano
que no tenían connotación salarial. Así se acredita con el
contrato de trabajo (folio 62) que fue mal apreciado por
el tribunal, porque en él consta claramente, de una parte,
que su finalidad era que la trabajadora “desempeñara a
cabalidad sus funciones”, tal como aparece en ambas
cláusulas del reverso del contrato, estipulación que no fue
desconocida en el proceso por la parte promotora de la
litis; y de otra lado, da fe dicho documento que
trabajadora y empleadora acordaron expresamente que
tales beneficios no hacían parte del salario para efectos
legales.

Con prescindencia de si esa cláusula es válida o no, al


margen de si ese beneficio es salario o no (lo cual exigiría
un examen jurídico detenido ajeno a los propósitos del
cargo), lo indubitable es que en el plano de los hechos, es
indiscutible la buena fe de la demandada porque su
proceder se ajustó estrictamente a lo convenido con la
demandante.

Por lo dicho, el contrato de trabajo celebrado entre las


partes (folio 416) también fue mal apreciado por el
tribunal, porque así se hubiera incluido el término
comisión o el de bonificación, la verdad es que no tiene
discusión que para uno o para otro evento las partes
estipularon que dada la modalidad del beneficio y “por ser
recursos para que desempeñe a cabalidad su funciones”
(la trabajadora), “no hace parte del salario”. Por tanto,
independientemente del bautismo jurídico, las partes
convinieron que la finalidad del beneficio no era retribuir
servicios sino facilitar el cabal cumplimiento de las
funciones, motivo por el cual para efectos de la buena fe
es perfectamente razonable y atendible el acuerdo sobre
exclusión salarial.
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6. No dio por demostrado el tribunal que durante la


vigencia del contrato de trabajo la demandada pagó al
demandante los salarios y demás beneficios laborales a
que tenía derecho y cumplió sus obligaciones con la
seguridad social. Este error se originó en la falta de
apreciación de los documentos que se mencionan a
continuación: Comprobantes de pago de la prima de
servicios del primer semestre de 1998, segundo de 97,
nómina de agosto de 1997 a marzo de 1998, nóminas de
junio y julio de 1998 (Fls. 15 a
34); comprobante de pago de nómina junio de 1998 (Fls.
95 a 96); promedio de nómina de enero a junio de 1998
(F. 97); Liquidación de las novedades de nómina para
junio, mayo, abril, marzo, febrero, enero de 1998 (Fls. 98
a 116); Comprobante pago de nómina para enero 1998,
diciembre, noviembre (Fls. 117 a 120); liquidación
novedades de nómina noviembre, octubre, septiembre de
1997 (Fls. 121 a 127); acumulado por empleado a
septiembre de 1998 (FI 128); liquidación novedades de
nómina y comprobantes de pago para septiembre, agosto
de 1997 (FI 129 a 137); comprobante de pago de prima
de servicios para segundo semestre de 1997 (FI 138);
liquidación anual de cesantías para diciembre de 1997 (FI
139); comprobante de pago prima de servicios segundo
semestre de 1997 (FI 178); recibo de comisiones de
octubre de 1997 (FI 180 a 181); recibo de comisiones de
julio, agosto y septiembre de 1997 (FI 182 a 184); pago
de comisiones julio y agosto 1997 (F. 193); pago
anticipos agosto de 1994 (F. 194); liquidación de
comisiones (Fls. 195 a 198); anticipo de comisiones
agosto de 1997 (F. 199); anticipo comisiones mes de
noviembre 98 (E. 208); anticipo comisiones febrero 98
(Fls. 209 a 210); comisiones enero y febrero 1998 (F.
274); comisiones Marzo y Abril 1998 (F. 279);
cancelación comisiones mayo 1998 (F. 285); consignación
a nombre de la trabajadora (E. 351); comprobante de
pago de sueldo base, recargos, subsidio de transporte,
aportes seguridad social (F. 408). Todos estos
documentos acreditan que para las partes siempre fue
tema pacífico y claro que las comisiones o bonificaciones
sobre ventas no hacían parte del salario.
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Todo lo dicho está ratificado con la correspondencia


cursada entre las partes sobre el particular, en especial la
que obra a folios 9, 10 y 12 del expediente. En efecto
según el folio 9, el 24 de enero de 1998 la demandante
solicitó a la demandada se le informara por escrito las
nuevas condiciones laborales que había “acordado con el
señor Morales”. Igualmente, de conformidad con el
documento de folio 10 la demandante pidió a la
demandada se aclarara por escrito sus condiciones
laborales y particularmente la forma de liquidar las
comisiones sobre ventas y que se le hiciera entrega de su
contrato de trabajo. Al folio 12 consta la respuesta dada
por la demandada a la promotora de este proceso en la
cual especifica que la bonificación sobre ventas es del
2%, se le ratifica que estos pagos “según lo acordado no
constituyen salario; por lo tanto no hacen promedio para
pago de prestaciones sociales”. Por ello, estos
documentos que simplemente los menciona el tribunal en
su fallo, no obstante haberlos visto fueron mal apreciados
dado que mal podría la demandada a la terminación del
contrato sorprender a la trabajadora o engañarla, con
algo inusitado, cuando tales probanzas acreditan que
desde antes del finiquito laboral ya le había expresado a
la ahora demandante (sin objeción de su parte) que
dichos beneficios no tenían connotación salarial, lo que
evidencia un proceder transparente de la demandada,
totalmente contrario al inexplicablemente concluido por el
tribunal.

Nótese adicionalmente que la información y precisión


sobre estos hechos comunicados por la demandada al
demandante en la carta del 24 de agosto de 1998, que el
tribunal se limita a mencionar (folio 14 del fallo), no
mereció inconformidad ni reparo alguno por parte de la
demandante, por lo que es inexplicable que el
sentenciador haya concluido la mala fe, siendo que se
desprende de ellos un comportamiento transparente y
diáfano.
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7. No dio por demostrado el tribunal que la demandante


recibió “conforme” la liquidación definitiva de
prestaciones al momento de la terminación del contrato,
e incluso después de terminado éste, el día 11 de
septiembre de 1998, suscribió una constancia declarando
a la demandada a paz y salvo por todo concepto.

Si bien apreció el tribunal la liquidación definitiva de


prestaciones que obra a folio 13, fue mal estimada
porque en ella consta que no hubo ninguna objeción por
parte de la demandante y por el contrario, acredita en
forma contundente dicho documento que ella no tenía
ningún reparo, por el contrario estaba de acuerdo con la
liquidación final porque expresamente dejó consignado
con su firma la siguiente leyenda “RECIBI CONFORME”.

Incluso días después de terminado el vínculo laboral, el


día 11 de septiembre de 1998, suscribió la demandante
una constancia expresa, que el tribunal no apreció (folio
67) conforme a la cual se acredita con el esplendor que
irradia su simple lectura, que la demandante declaró “a
paz y salvo por todo concepto hasta la fecha, a la
empresa Inversiones Momo y Cia S en C Hotel
Internacional Casa Morales, en la que laboré hasta
el día 06-09- 98.”

8. En suma, si no se dedujo judicialmente que alguno de


los representantes de la demandada hubiese actuado de
mala fe, si por el contrario se precluyó la investigación
penal, si las partes acordaron expresamente que los
beneficios por ventas no hacían parte del salario porque
su finalidad fue la que plasmaron en el avenimiento, si así
lo entendieron las partes durante toda la ejecución del
contrato con las liquidaciones de beneficios, si a la
terminación del nexo la demandante dejó expresa
constancia que recibía conforme la liquidación final de
prestaciones, y aún más, si después de la extinción del
contrato en forma paladina declaró a paz y salvo a la
demandada por todo concepto, es una verdad inconcusa
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la buena fe, por lo que la conclusión del Tribunal


realmente es disparatada.

Puede advertir adicionalmente esa respetable Sala cómo


la ilegal condena del tribunal produce el ilógico efecto de
que un contrato de trabajo de duración tan efímera, ya
que sólo rigió año y medio, genere una sanción moratoria
de 7 años de salarios caídos, lo cual no sólo es ilegal y
aberrante, sino manifiestamente injusto, con mayor razón
si se demostró de modo palmario la buena fe de la
demandada.”(Folios 13 a24 del cuaderno de la Corte).

IV-. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

El recurrente considera que la empresa actuó de buena fe


por los siguientes hechos:

1-. Porque judicialmente no se dedujo que algunos de los


representantes de la demandada hubiese actuado de mala
fe y por el contrario se precluyó la investigación penal.

Eso es cierto, pero también lo es que en esa misma


providencia se dijo que la jurisdicción ordinaria laboral es
el “escenario judicial competente, expedito e idóneo para
debatir la naturaleza y alcances jurídicos de las
modificaciones introducidas a las condiciones laborales
preestablecidas.”(Folio 458).

Y el Tribunal no desconoció esa circunstancia, cuando


manifestó que “Esta Sala no tiene porque entrar a
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cuestionar lo que el Fiscal del caso resolvió, pero de lo


que no queda duda, es que el documento que contiene el
contrato de trabajo fue adulterado precisamente en la
cláusula adicional que consagra el punto en discusión....y
aunque fue la razón evidentemente justificativa de la
desvinculación del señor Morales de la investigación
penal, no lo es como motivo suficiente para exonerar de
la sanción establecida en el artículo 65 del Código
Sustantivo del Trabajo a la sociedad convocada al
proceso, toda vez que la documental de marras fue
adulterada encontrándose bajo la custodia de la
demandada.”(Folio 22).

2-. Que las partes acordaron expresamente que los


beneficios por ventas no hacían parte del salario.

El Tribunal con apoyo en los artículos 127 y 128 del C.S.


del T. se refirió a los pagos que integran el salario y
cuales no, para concluir que no es válido que las partes
acuerden que lo devengado por concepto de comisiones
sobre las ventas pueda ser excluido de la base salarial
para liquidar prestaciones, porque se trata de una
retribución directa en su más pura y genuina significación.

Al respecto es pertinente recordar lo dicho por esta


Corporación:
Casación Rad.26079

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“Es por lo anterior que el tema puntual en discusión se


reduce a determinar si en perspectiva del ordenamiento
jurídico existente tiene o no eficacia jurídica el acuerdo de
voluntades dirigido a sustraer como pago constitutivo de
salario y, por ende, a excluir del que sirve de base a la
liquidación de prestaciones sociales, lo reconocido al
trabajador por concepto de comisiones; pues de tal
definición depende la prosperidad de los cargos.

En relación con el aludido tema debe la Sala recordar que


en reiteradas oportunidades ha puntualizado,
interpretando para ello lo que al efecto prevén los
artículos 127 y 128 del Código Sustantivo del Trabajo,
modificados por los artículos 14 y 15 de la ley 50 de
1990, que carecen de eficacia los acuerdos inter - partes
que desconozcan el carácter salarial a las comisiones;
hermenéutica que viene delineando desde la sentencia del
29 de enero de 1997, radicación 8426, la cual se ha
mantenido, entre otras, en las de octubre 28 de 1998,
radicación, 10951, diciembre 10 de 1998, radicación
11310, febrero 19, octubre 1º y noviembre 14 de 2003,
radicaciones 19475, 21129 y 20914, respectivamente. Y
es así como en la primera de las providencias citada se
expuso:

“ (…) observa la Sala, por vía de doctrina,


que con arreglo al artículo 127 del C.S. del T.
las comisiones pactadas entre el empresario
y el trabajador son factor de salario en su
integridad, sin que sea dable escindirlas en
sumas que se otorgan como alojamiento y
gastos de representación. Si las partes
desean convenir estos últimos conceptos
para que sean devengados por el empleado,
lo pueden hacer en otra estipulación con las
consecuencias que permite el artículo 15 de
la ley 50 de 1990 (exclusión para efectos de
prestaciones sociales), pero sin afectar la
autonomía que revisten las comisiones, las
que dada su naturaleza y previsión legal,
siempre tienen una connotación salarial, por
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lo que un pacto en contrario sería ineficaz “.”


(Rad. 21941 – 26 abril de 2004).

“Luego, si como lo halló demostrado el propio juzgador,


el pago realizado al accionante tenía todas las
características del salario y correspondía realmente al
concepto de comisiones, independientemente de la
denominación que se le diera, no podía excluirse como
parte del salario retributivo del servicio, porque, tal cual
lo señala el recurrente, esa naturaleza salarial proviene
del artículo 127 del Código Sustantivo del Trabajo, y no
se le puede desconocer por lo dispuesto en el 128, puesto
que él no permite restar el carácter salarial de cualquier
pago al que se refieran los acuerdos celebrados por los
contratantes, sino que procede sólo frente a algunos
auxilios o beneficios. Pero en modo alguno puede
aceptarse que esa última normatividad incluya todos los
conceptos o rubros, como las comisiones, que por su
origen, quedan por fuera de la posibilidad que ofrece el
mencionado artículo 128, de negar la incidencia salarial
de determinados pagos en la liquidación de prestaciones
sociales o de otras acreencias laborales.

De allí que no podía, sin trasgredirse la ley, darle validez


al pacto o escrito por medio del cual se desfiguraba la
naturaleza salarial de las comisiones, porque el artículo
43 del C. S. del T. prevé la ineficacia de las estipulaciones
o condiciones que sean contrarias a la ley.”(Rad. 22069 –
27 septiembre 2004).

“Lo anterior resulta suficiente para la improsperidad de


los cargos, con más veras, porque reiteradamente esta
Corporación interpretando los artículos 127 y 128 del
Código Sustantivo del Trabajo, modificados por los
artículos 14 y 15 de la Ley 50 de 1990, ha sostenido,
como lo puntualiza el Tribunal, “que las comisiones por
expreso mandato legal son salario y por lo mismo carecen
de eficacia aquellos acuerdos Inter.-partes que le
desconozcan ese carácter. (Ver entre otras, sentencia del
Casación Rad.26079

19

29 de enero de 1997, expediente 8426)”, sentencia de 19


de febrero de 2.003, radicación 19475.

En tal sentido se refirió esta Sala de Casación en


sentencia de homologación del 18 de octubre de 2001,
radicación 16874, cuando posterior a transcribir el
artículo 127 del Código Sustantivo del Trabajo, reformado
por el 14 de la Ley 50 de 1990, asentó:

“Estos factores por integrar el núcleo esencial de la


noción legal del salario no pueden ser alterados por las
partes ni por los laudos arbitrales. De manera que los
pagos en rubros tales como la propia remuneración
ordinaria, los recargos por trabajo nocturno, horas
extras, trabajo en días de descanso obligatorio,
porcentaje sobre ventas o comisiones, no pueden ser
desnaturalizados de su connotación salarial, así sea por
los avenimientos de las partes, porque el legislador por
constituir una retribución “directa” del servicio y por
pertenecer todos ellos a la estructura fundamental del
salario, les asigna de modo insustituible tal condición, a
menos que sea la propia ley que permita hacer
excepciones como ocurre, entre otros conceptos con
las primas legales de servicio, los eventos del artículo
14 de la ley 50 de 1990 y los salarios básicos para
liquidar prestaciones” (el subrayado está por fuera de
texto).”(Rad. 20914 – 14 noviembre 2003).

3-. Si así lo entendieron las partes durante la ejecución


del contrato con las liquidaciones de beneficios, si la
demandante dejó expresa constancia de estar conforme
con la liquidación final de prestaciones sociales y declaró
a la demandada a paz y salvo por todo concepto, se debe
concluir que la empresa actuó de buena fe.
Casación Rad.26079

20

Al respecto, se debe anotar, que el hecho de haber


cumplido la empresa con sus obligaciones durante la
vigencia del contrato, no significa que al final del mismo
no hubiera incumplido su obligación de pagar las
prestaciones sociales incluyendo todos los factores
salariales, concretamente las comisiones o bonificaciones
por ventas.

Es decir, que el pago de la indemnización prevista en el


artículo 65 del C.S. del T. depende de si a la extinción del
vínculo laboral el empleador no paga al trabajador los
salarios y prestaciones debidos, de lo cual se desprende
que es con referencia a ese momento que debe analizarse
el comportamiento patronal para atribuirle o no buena fe
en el mismo.

Además, el hecho que durante la vigencia del contrato de


trabajo la demandante no hubiere reclamado sobre la
naturaleza de esos pagos, no se puede entender que ese
comportamiento prima sobre el mandato legal.

Lo mismo puede decirse en cuanto a la constancia de


conformidad y el paz y salvo por todo concepto, pues al
tener dichos derechos el carácter de irrenunciables, nada
impide que posteriormente, como aquí ocurre, se acuda a
la justicia laboral para el reconocimiento y pago de sus
derechos.
Casación Rad.26079

21

4-. Finalmente, se dice que es ilógico que un contrato de


trabajo que sólo rigió año y medio genere una sanción de
siete años de salarios caídos.

Se ha dicho por esta Corporación, que lo irrito de lo


adeudado no implica exoneración de la sanción moratoria
por el no pago oportuno y completo de salarios y
prestaciones sociales.

Además, dicha indemnización no es proporcional o


depende de la duración del vínculo laboral, sino que se
causa en atención al tiempo que transcurra entre la
terminación del contrato de trabajo y el momento en que
se cancelen de manera completa las sumas adeudadas.

Por lo tanto, no incurrió el Tribunal en la violación de la


ley que se le atribuye en el cargo, el que en consecuencia
no prospera.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia proferida por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Ibagué el 9 de diciembre de 2004, en
el proceso. seguido por CLARA INÉS SANDOVAL
TRUJILLO contra la sociedad INVERSIONES MOMO Y
CIA S. EN C.
Casación Rad.26079

22

Sin costas en el recurso extraordinario, por cuanto


no hubo oposición.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase el


expediente al tribunal.

EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS

GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA CARLOS ISAAC NADER

LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ FRANCISCO JAVIER RICAURTE GÓMEZ

CAMILO TARQUINO GALLEGO ISAURA VARGAS DÍAZ

MARÍA ISMENIA GARCÍA MENDOZA


SECRETARIA
Casación Rad.26079

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