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José Pedro Jarpa

Teoría literaria I
Escuela de Literatura
Prof. Francisca Lange
30 de junio de 2008

Análisis Figuras III de Gerard Genette


aplicado al capítulo “El gran Bolodrón”
de la novela La vida exagerada de
Martin Romaña de Alfredo Bryce
Echeñique.

[1]
FIGURA I: TIEMPO

ORDEN

Relato primero: el relato


primero, tiempo presente donde
sucede el texto, ocurre en Paris en la
revuelta de mayo del año 1968.
Reconocemos al narrador como Martin
Romaña, escritor que se encuentra
escribiendo una novela por encargo y
tienes problemas con su pareja Inés,
pero esos serán aspectos que
trabajaremos más a fondo en los
apartados de modo y voz.

[2]
Analepsis: el relato parte aludiendo a una fiesta recién pasada,
indica al espacio [Paris, Francia.] y se centra en la figura del viejo
gochista. Estamos frente a una analepsis homodiegetica, ya que se
nos presenta de manera general e introductoria lo que pasó ahí antes
que el narrador retome el relato primero.

Me imagino que, en el fondo, lo que pasó es que tampoco hay fiesta que
dure cien años ni cuerpo que lo resista [ B 284]

También se encuentra una analepsis mixta (anterior al punto de


partida del relato primero pero que llega a unirse con este o ir más allá)
cuando Martín recuerda el argumento de la novela sobre el sindicato de
pescadores peruanos que por encargo se encuentra escribiendo en Paris.

Mis pescadores sindicalizados descolgaron al alba, resplandor del día que


anuncia el sol, redes y aparejos que ya no eran del plusvalido (peyorativo
apodo que se ganó mi padre por su nefastas conducta durante la larga
huelga), y en embarcaciones del pueblo se hicieron a la mar serena,
mientras Alva Manzanero iba comprendiendo, al fin, que nigun tipo de
crimen paga, y captando, poco a poco, que el no había sido más que un
producto equivocado de su clases [… ] [B 290]

Ahora retoma al, supuesto relato primero, que está sucediendo en París
en mayo del 1968

Y aunque nadie quiso publicarme aquel mamarracho, yo le tomé cariño


porque ahí estaban, de alguna manera, Guisseppe, Francesco, Paolo,
Carmen de la Ronda, Paco, Rolland, Marie, la belleza mudita y proletaria y
Enrique, a quien gracias a la ruptura con el Grupo, había logrado redimir
al final. [B 290]

[3]
A quienes alude en este recuerdo, volverán a aparecer en otro
momento de la novela, en el minuto en que están todo en el
departamento de Martín con su esposa Inés

Hasta que al final los muchachos de mi ex – grupo empiezan a aturdirse y


Mocasines no sonríe nada porque Carmen de la Ronda, Paco, Guissepe,
Paolo, Francesco, René, Rolland, resucitado, Marie, la belleza mudita y
proletaria, y su esposo, están entre los abanderados de la gran marcha
obrera que está llegando a París [B 296]

Elipsis: el tema de las elipsis es muy complejo, ya que se altera


constantemente la forma de presentarlas, en el comienzo del capítulo
nos encontramos como el narrador acelera al tiempo para llegar al relato
primero, cuando lo identificamos a través del texto como Martín
Romaña. Tomando en cuenta que el comienzo del capítulo busca
condensar y presentar lo que estaba ocurriendo en Francia en ese
preciso momento. Bajo esa mirada vamos a referirnos a elipsis
determinadas cuya función es cumplir de sumario o resumen.
Revisemos algunas.

Después llegó el verano, y todo el mundo necesitaba partir de


vacaciones.
Y después llegó el otoño que con tanto color tristón no era el mejor
momento para empezar de nuevo. Y después el invierno que sin color
mayor, ni menor tampoco, tampoco era el momento más propicio. Y
cuando volvió a llegar la primavera, pues se cumplía ya el primer
aniversario de aquella célebre primavera rebelde que sacudió Francia.
[285]

La primera pista que se nos presenta, para descubrir un nuevo


vuelco en el tiempo del relato, sucede cuando Martin está conversando
con Roberto.

[4]
Tardó días en secarse el lagrimón tan enorme que lagrimón dejó caer
sobre la alfombra [295]

Este dato que se entrega en la narración, no alcanza a ser


suficiente, para darle el carácter de prolepsis. (Prospección) Pero más
adelante se entrega un dato que de manera convincente nos informa
que este relato primero, ocurrido en París en la revolución de mayo del
1968, es una gran analepsis.

Lo cual hice y lo cual explica por qué he redactado así estas líneas. El porqué de
este por qué es que hasta hoy, más de 10 años más tarde, y en pleno sillón
Voltaire recordatorio, se me ponen los pelos de punta […] [B 300]

Para otros casos de prolepsis, en la página 304 y 305 hay dos


momentos significativos, pero por limitación de espacio, no podré citar.
Enuncio solamente el comienzo de la prolepsis de la página 305 ya que
es fundamental para ordenar el tiempo del relato.

[..] con una cierta vergüenza de haber aceptado escribir una novela por
encargo, y que tal encargo, con la comprobación de que habían pasado ya
varios años de mi llegada a París para escribir, y con esos treinta años que
pronto iba a cumplir y que esa mañana, de golpe, me estaba enfrentado […] [ B
305]

El muestrario presentado aquí sobre los cambios en el tiempo del


relato es los más relevante y destacable que se desarrolla en este
capítulo de una novela (totalidad del texto desconocida, a propósito,
para analizar de manera más libre los aspectos del análisis propuesto
por Genette.)

FIGURA II. MODO

[5]
Distancia

Uno de los grandes fuertes de este relato se encuentra dentro de


la segunda figura determinada por Genette: el modo (la distancia o la
forma en que el narrador se posiciona en el texto.) Lo importante de esta
figura es la baraja de posibilidades que el narrador maneja para a elegir
los distintos grados existentes para contar una historia. En la mayoría de
los casos ahí radica la novedad o la riqueza estructural que un relato
narrativo contiene. En el caso de Martín Romaña hay una interesante e
ambigua perspectiva del discurso del estilo indirecto libre y el famosos
stream of consiosness (monologo interior) heredero del Boom (Donoso,
Carlos Fuentes, Varga Llosa & cia.) que ellos heredaron del narrador de
Alabama : William Faulkner.
Martín Romaña… Gana mucho con estos desdoblamientos de narrador
entre la primera y segunda persona y enriquece el relato con la delirante
ironía fatalista del narrador.

Y así corriendo llegué a una tienda de vejestorios y salí con el blues jean más
indicado del mundo. Estaba listo: bigotudo, barba creciente, pelambre bastante
creciente, bueno, sólo me faltaba despeinarme y ensuciarme el pelo. [ B 291]

En ese fragmento se identifica claramente un narrador en primera


persona, narración que permite acercarnos de manera más intima con el
narrador- personaje. Pero a lo largo de la novela del “yo” pasamos al
“tú” intercalándose mutuamente y apareciendo cuando la acción haga
reflexionar al narrador y así conocer el monologo interior de Martin
Romaña, elemento que no acerca aún más a este, gran parte de los
guiños de humor negro se permite mediante este modo : la corriente
de conciencia u/o monologo interior.

[6]
¡Ojo¡ Martín Romaña, no vas a pensar a dudar de nuevo ; tú, como ellos, gesto y
sonido, gesticulización del cuerpo, lenguaje antipoder con el que no se dominará
ni se sacará la plusvalía a nadie, síguelos hasta el final, que ya después te
reunirás, gesto y sonido, con Inés, y ella tendrá que ver que has ido en una
tarde más lejos que la vanguardia[…] [B 291]

Para el trabajo de los diálogos se da la norma del discurso


dramático: el narrador interviene en la conversación mediante la
inclusión de comillas, guiones y signos de puntuación marcados con los
verbos de lengua (contestar, decir, preguntar, etc.) mezclados en ciertas
ocasiones con un juicio valorativo del narrador.

- ¿Como es vivir con chinches? – inhalé y exhale.


- La revolución permanente – me respondió Sandra, sonriente y altamente
politizada, aunque declarando que no era trotskista sino maoísta- feminista,
tras lo cual añadió - : ¿ pero tú cómo sabías lo de los bichos esos?
- Uf – le dije, canchero-, han sido parte de mi vida en el Perú […] [B 310]

Focalización: esta clasificación se le denomina a la perspectiva del


narrador: desde donde mira, desde donde narra, desde quien narra.
Claramente la focalización en Martín Romaña es a través de este propio,
la focalización- personaje toda la información que recibimos se filtra
desde él, se transforma su mirada en la única perspectiva por la cual
recibe el lector. Por cierto focalización fija [Genette 244] podemos
denominarla también.

FIGURA III. VOZ

[7]
El elemento más interesante de la novela, lo había reservado para
este apartado. Para Genette : la voz en un relato se define tanto desde
el tiempo de la narración, los niveles narrativos y la persona que escribe
el relato. [Genette 270]

1) Tiempo de narración: como ya habíamos definido en la figura I, es


un relato a todas luces que ocurrió en el pasado. Estamos frente a
una narración ulterior [ Genette 277]

2) Niveles narrativos : la novela Martin Romaña posee un relato


extradiegético-homodiegético ( el narrador en primer grado [ alter
ego- Martin Romaña] cuenta su historia) [ Genette 303]

Por último, la estrechísima proximidad entre historia y narración produce aquí, la


mayoría de las veces, un efecto muy sutil de roce, por así decir, entre el ligero
desfase temporal del relato de acontecimiento ( hoy me ha ocurrido lo
siguiente) y la simultaneidad absoluta en la exposición de los pensamientos y
los sentimientos ( esta noche pienso lo siguiente.) El diario y la confidencia
epistolar combinan constantemente lo que en lenguaje radiofónico se llama el
directo y el diferido, casi- monólogo interior y el relato a posteriori. Aquí, el
narrador es a un tiempo el protagonista y cualquier otro personaje : los
acontecimientos de la jornada ya son parte del pasado […] [ Genette 275]

3) Persona: he citado en extenso, este punto propuesto por Genette,


ya que ahí se condensa principalmente como opera la voz en el
relato de Martín Romaña… esto se puede comprobar en el apartado
de la figura I: tiempo. Tenemos dos datos relevantes para deducir
eso, siguiendo la mirada estructuralista (claro está), la novela La
vida exagerada de Martin Romaña (Cuaderno azul de navegación en

[8]
un sillón Voltaire) tiene como fecha de publicación el año 1981 y los
sucesos que se narran ocurren en el año 1968, podemos también
agregar que la novela está escrita por Alfredo Bryce Echeñique
(Lima, 1939) a quien se alude dentro de la narración.

Quien como Bryce Echeñique que está tranquilito en su casa escribiendo Un


mundo para Julius.
Pobre Bryce Echeñique ; no bien lo mencioné, Inés le mandó un escupitajo
chiquitito, certero y sin saliva. Y en plena cara de intelectual de medias tintas.
[B 288]

Curiosamente a la novela que se alude Un mundo para Julius. Fue


publicada dos años después del tiempo del relato primero, 1968. Por lo
que debemos entender el desdoblamiento de voces que opera entre el
alter ego de Bryce Echeñique, narrador: Martín Romaña y su propia
experiencia auto-biográfica. Este juego narrativo se puede interpretar
con la siguiente metáfora

¿Qué me pasa, qué es esto, quién soy, dos doctor Jekyll o dos míster Hyde?
Humano, muy humano pienso aquí en mi Voltaire recordatorio, y precisamente
mientras voy recordando vuelvo a verme parado ahí ante Sandra[…] [B 310]

Esta vez sí que no había lugar para dudas : eran doctor Jekyll y míster Hyde
quienes emprendían el camino de retorno, éste pensando en la suerte que
tienes Carlos Salaverry, de que Sandra reciba a un amigo esta tarde, y aquél
pensando alegremente en la perspectiva de encontrar a su gran amigo Carlos
Salaverry, culturalmente instalado en su departamento de filósofo miedotíntico.
[B 313]

Esta metáfora que alude a la famosa novela El Extraño caso del Dr.
Jekyll y Mr. Hyde (1886) de Robert Louis Stevenson, sirve para exponer

[9]
la forma en que se funden autor y narrador : se trasmutan
constantemente a lo largo del capítulo, como si en algunos casos fuera
Martín Romaña el que canta por las calles de París cuando era feliz, o
que el mismo Martin Romaña, sienta todo el desprecio de Inés como
Bryce Echeñique : y a quién lo escupen constantemente es a él, pero
sale de su voz para visualizarla desde su propia perspectiva. Autor y
alter- ego van de la mano, enfundados de manera indivisible, la novela
que escribe Martín Romaña en su estancia en París no es la novela por
encargo sobre los pescadores del sindicato peruano, sino que es, Un
mundo para Julius publicada dos años más tarde bajo el nombre de
Alfredo Bryce Echeñique.

BIBLIOGRAFÍA

Genette, Gérard. Figuras III; Barcelona, Lumen, 1989.

Bryce Echenique, Alfredo. La vida exagerada de Martín Romaña.;


Barcelona, Anagrama, 2004.

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