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Será también objetivo el mantener la independencia en las AVD en el caso de que no hayan
sido perdidas por la enfermedad mental, o rehabilitarlas en el caso de que haya habido deterioro.
Se entrenará al enfermo al esfuerzo laboral, así como se le reintegrará a su ámbito familiar.
El terapeuta ocupacional contribuirá, junto con el resto del equipo terapéutico, a que no se
prolongue la estancia del paciente más de lo necesario. Será indispensable que el enfermo
colabore, de lo que se desprende la importancia de la relación que tiene que existir entre el
enfermo y el terapeuta ocupacional.
Siempre se trabajará con un potencial rehabilitador o capacidad residual del enfermo que el
terapeuta ocupacional tiene que ser conocedor para exigir lo justo en el tratamiento.
El tratamiento del enfermo mental siempre va a tener que ser orientado a la integración del
individuo en un grupo, aunque en un primer momento sea necesario el tratamiento individual.
Estos son a grandes rasgos los objetivos generales que el terapeuta ocupacional debe buscar
cuando realice un tratamiento a un enfermo mental.
TEMA 2
DEPARTAMENTO DE TERAPIA OCUPACIONAL EN
PSIQUIATRÍA
Debería estar situado en un lugar del servicio de fácil acceso por parte de los enfermos y del
resto de los componentes del equipo terapéutico.
Será únicamente para uso exclusivo de Terapia Ocupacional sin tener que compartirlo como
comedor o sala de estar.
No debe estar muy cerca de las habitaciones, pues puede molestar a los enfermos que estén
en cama. Lo ideal sería en la planta baja con acceso a jardines.
La amplitud va siempre relacionada con el número de enfermos que vayan a recibir el
tratamiento.
La falta de espacio físico sirve de excusa a muchos pacientes que tienen resistencia a asistir a
Terapia Ocupacional. Nunca un terapeuta ocupacional debe admitir en el departamento a más
pacientes de los que pueda tratar, ya que puede convertirse en un lugar de estar más que un
departamento donde se acude a recibir un tratamiento.
El número máximo de pacientes por terapeuta ocupacional debe ser de 10 a 15, para poder
realizar la tarea, y un buen trabajo terapéutico, ya que tener 30 o 40 pacientes nos convierte en
monitores y dar trabajo para mantenerlos ocupados pero sin un fin terapéutico y lo más
importante, sin posibilidades de ir viendo la evolución del sujeto ni cómo introyecta la actividad, ni
tiempo de establecer una relación terapeuta-paciente que en resumidas cuentas es lo más
importante.
El departamento debe ser amplio, a ser posible una sala entera sin divisiones ni
compartimentos debido a que éste tipo de pacientes deben estar siempre a la vista. Debe tener
luz natural y los medios necesarios para poder aplicar el tratamiento. Un cuarto para guardar el
material, armarios, mesas y sillas cómodas que faciliten el trabajo.
La distribución ser hará de acuerdo al estado psicopatológico y actividad, más que al
diagnóstico. En Terapia Ocupacional se hacen tratamientos individuales pero se tiende al final al
tratamiento en grupo.
TEMA 3
DINÁMICA DE INGRESADOS
El enfermo que ingresa está en periodo de su enfermedad, por lo cual el objetivo de ingreso es
la eliminación total o parcial de los síntomas APRA una vuelta próxima a su medio social,
utilizando todos los medios terapéuticos necesarios a su alcance. Por lo que puede ocurrir, en una
gran mayoría de casos que el paciente sea dado de alta en una total remisión de la enfermedad
para continuar el tratamiento con otras formas de asistencia ya que a veces está contraindicado el
continuar ingresado.
Los medios terapéuticos con los que cuenta una unidad de ingresados son los siguientes:
-farmacológicos
-electroconvulsivos
-Terapia Ocupacional
-socioterapia
-psicoterapia
-redes sociales
-terapia familiar
TEMA 4
DINÁMICA DE LA UNIDAD DE DÍA
2)facilita una mejor valoración de las dificultades de adaptación del paciente y del papel
desempeñado por los factores ambientales
La Unidad de Día puede ofrecer mejores condiciones de tratamiento en los siguientes casos:
-psicóticos: tras la remisión reciente de un episodio psicopatológico agudo, y con riesgo de
incremento de los síntomas de enfrentarse con sus obligaciones familiares, laborales y
sociales.
En estos casos una asistencia relativamente breve con la Unidad de Día, estación intermedia
entre el hospital y la sociedad, permite la transición gradual a la integración plena en la
comunidad, facilita la colaboración familiar en el tratamiento y acelera el proceso de
rehabilitación.
-pacientes con reacciones emotivas graves y trastornos caracteriológicos tras el fracaso de un
tratamiento ambulatorio: la Unidad de Día proporciona la oportunidad de establecer relaciones
interpersonales múltiples que pueden ser observadas, analizadas y constituir el material básico
de tratamiento.
Este apartado lo debemos de tener en cuenta a la hora de recibir al paciente en nuestra área
de trabajo, al hacer una valoración preliminar del paciente y ante el planteamiento del tratamiento
que le vayamos a dar.
Ante un primer ingreso indudablemente la actitud de la persona es diferente que en los
posteriores en que ya se conoce el entorno en donde se va a permanecer.
Al ingresar incurren los siguientes factores:
-existe una interrupción real de las relaciones sociolaborales: el enfermo abandona el núcleo
familiar para pasar a vivir en un ambiente desconocido, es decir abandona la seguridad del
hogar para encontrar la inseguridad de lo desconocido. el miedo a lo desconocido lo poseemos
todos en momentos determinados de nuestra existencia. Si el paciente mental sufre por causa
de la enfermedad, insuficiencia de las relaciones interpersonales y empobrecimiento afectivo, al
ingresar y perder los medios de comunicación a los que está acostumbrado sufre una doble
pérdida en su área social. De aquí la importancia también de la motivación en el paciente
mental de fomentar sus relaciones interpersonales.
-existe una fractura en su proyecto existencial: todos sus propósitos existenciales de trabajo,
estudios, hobbies realizados se ven interrumpidos y los previstos aplazados sin una seguridad
de volver a recuperarlos.
-miedo a la incurabilidad: esto ocurre en los ingresos de todas las especialidades médicas,
pero en psiquiatría se une el temo ry respeto a la locura
-inseguridad al no ser aceptado por su enfermedad mental por el resto de la sociedad: esto es
una realidad. Sabemos multitud de casos en que se han visto marginados por una falta de
información y comprensión de la enfermedad mental.
-se tiene una pérdida de la libertad física: no pueden salir cuando quieren, sino cuando se les
deja y existen rejas por todos los lados. Muchos pacientes sin clara conciencia de enfermedad
manifiestan sentirse en la cárcel.
-se pasa a convivir con personas desconocidas: a dormir en habitaciones de más de dos
personas, a compartir el cuarto de baño, tienen que levantarse a una hora determinada, cumplir
una serie de normas, es decir, perder las costumbres adquiridas y acomodarse a unas nuevas
en régimen de comunidad.
Todos estos factores condicionan de alguna forma la conducta de la persona. lo debemos tener
en cuenta y valorarlo:
-luego nos vamos a encontrar también con el paciente que no quiere ingresar e ingresa
engañado. Esto se da en los esquizofrénicos sin ninguna conciencia de enfermedad; por
ejemplo un esquizofrénico con un delirio de creerse ser Dios, como va a querer ingresar en un
hospital; o también en un paciente con fase maniaca que se siente tan bien, tan satisfecho y
feliz, sin ninguna inhibición, tampoco con conciencia de estar enfermo, cómo se le convence
que necesita ingresar en psiquiatría.
Esto influye a la hora de rendir en Terapia Ocupacional ya que no necesitan según ellos ningún
tipo de tratamiento y su resistencia puede llegar a tal punto que a veces es mejor esperar a que
los psicofármacos comiencen a hacer efecto.
-por el contrario hay enfermos que no oponen ninguna resistencia al ingreso como son los
neuróticos y los rentistas, que a veces incluso buscan el ingreso como medio de conseguir una
ganancia secundaria. También encontramos drogadictos que ingresan voluntariamente para
deshabituarse y luego comprobamos que van a tener al poco tiempo algún juicio por delinquir y
a estar ingresados en psiquiatría la pena puede ser menor.
-luego encontramos los que no quieren ingresar porque ya conocen lo que significa un ingreso
por haber pasado por ello otras veces. Desde nuestra área de trabajo debemos intentar crear
un ambiente de seguridad al paciente que nos facilite el trabajo y resulte a la larga más
terapéutico.
TEMA 6
INDICACIONES CLÍNICAS QUE HACEN NECESARIO EL
INGRESO EN UN SERVICIO PSIQUIÁTRICO
La eficacia del servicio de internamiento psiquiátrico ante todo, de la acertada selección de los
enfermos admitidos.
La indicación de hospitalización del paciente mental, en las salas de psiquiatría, se hace
fundamentalmente, en la evaluación bajo un doble criterio:
-clínico: de la sintomatología psicopatológica bajo todas sus formas de expresión
-pronóstico: estimación de que con los recursos terapéuticos disponibles en la unidad, puede
remitir la sintomatología tras una corta estancia
El primer criterio, el clínico, se amplia con toda justificación en cosas que necesitan un estudio
más profundo, una observación más cuidadosa o una aplicación de técnicas especiales de
diagnóstico.
El segundo criterio, el pronóstico, también se puede modificar, en casos de hospitales
universitarios, en que por razones de docencia, se admiten ingresos de crónicos o de diagnósticos
desfavorables.
Luego en nuestros departamentos de Terapia Ocupacional, nos vamos a encontrar con los
siguientes diagnósticos: brotes esquizofrénicos, fases maniaco-depresivas, delirantes, psicosis
alcohólicas agudas, drogadicciones, agudizaciones de desarrollos delirantes crónicos, estados
crepusculares epilépticos, trastornos de conducta en epilépticos, episodios confusionales de base
arterioesclerosa y reacciones vivenciales anormales.
Respecto al paciente con manifestaciones neuróticas, en general, la mayoría de los autores les
aconsejan el ingreso para evitar el posible reforzamiento de los mecanismos neuróticos que se
potencien con el internamiento, la ganancia secundaria que puede suponerles, regresión
emocional y contaminación ambiental.
El no estar indicado la inclusión en ingresados de las neurosis obsesivas como primera medida
se basa en que el internamiento no va a modificar el síntoma.
También la mayoría de los autores insisten en que no debe ser causa de internamiento los
siguientes apartados:
-para valorar y resolver factores socio-económicos
-para satisfacer las fantasías de algunos médicos sobre la omnipotencia de la hospitalización
psiquiátrica
-para ser automáticamente el último recurso en la escala terapéutica tras el fracaso de otras
alternativas asistenciales.
Sabe que no debe hacerse el ingreso, pero al ser coaccionado por los familiares que fuerzan el
ingreso, o por su propia inseguridad, o por miedo ante las amenazas del paciente de otros
intentos, puede terminar realizando el ingreso, resultando, que ya desde el principio esa paciente
recibe un tratamiento no terapéutico, pues al ingresar se refuerzan sus mecanismos neuróticos.
Respecto a si una razón social no debe ser motivo de ingreso, también hay más de un criterio.
En teoría no es competencia de la psiquiatría, si por ejemplo, un viejo denunciado al que no se le
encuentra residencia y crea problemas en la familia por su conducta, se le ingresa. La realidad es,
que la conducta se puede modificar con la farmacología actual, pero la causa ni es psiquiátrica ni
tiene solución.
Se hacen multitud de ingresos no indicados que entorpecen el funcionamiento del servicio,
pero tenemos que contar en la práctica con la falta de recursos que existen en España, que es lo
que en realidad motiva mucho de estos ingresos.
TEMA 7
IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN EL PACIENTE
PSIQUIÁTRICO
DEFINICIÓN
Las comunicaciones pueden definirse como el proceso a través del cual se unen las partes
discontinuas entre sí del mundo viviente. Una señal es un impulso en tránsito. Si una señal es
capaz de actuar sobre determinadas estructuras del receptor, genera una respuesta. Para que las
señales sean inteligibles deben estar dispuestas en un determinado orden y esta disposición se
denomina código. Cuando el habla se utiliza como señal, el código se conoce como lenguaje.
En las depresiones la comunicación en general está inhibida. Digitalmente les cuesta hablar e
incluso puede dejar de hacerlo por completo. Entonces lo que analógicamente nos está
comunicando es importantísimo para nosotros que lo tenemos la mayoría del tiempo en el
departamento. La expresión facial, el rictus de la boca, la tristeza de la mirada, el silencio postural
o inmovilidad, la apatía ante la ocupación, la lentitud de sus movimientos, la dejadez de su
aspecto personal, todo nos está indicando el estado de ánimo. La valoración de todos estos datos
y su evolución tenemos que hacerla para planear el tratamiento e ir graduándolo según mejoría.
En un paciente eufórico, la comunicación también está alterada. Los síntomas son contrarios
que en los depresivos, existe una desinhibición en general que afecta por completo su
comunicación. El lenguaje es verborreico y su pensamiento es más rápido que su palabra,
atropellándose al hablar y saltando de un tema a otro. Es otra manera de aislarse socialmente, ya
que en estas condiciones tampoco puede mantener unas relaciones interpersonales apropiadas.
Analógicamente podemos observar la gran alegría que sienten por su forma de vestir, de colores
alegres, pintadas si son mujeres, con adornos, cantando, con expresión facial de alegría, con gran
movimiento corporal y tono de voz alto, o irritable e incluso a veces agresivo.
La remisión de estos signos que van cediendo gradualmente nos va a ir expresando
gradualmente la vuelta progresiva a la normalidad, hasta que de igual manera que con los
depresivos podamos entablar una comunicación más completa y normal.
En los pacientes neuróticos suele ocurrir que lo que nos comunica analógicamente se
contradice con lo que nos dice. Por ejemplo en un paciente con trastornos de carácter, tendencia
al hospitalismo que nos dice que se encuentra muy mal, no duerme o se siente incapaz de hacer
nada, luego observamos que en el departamento rinde adecuadamente, no se queja tanto y
mantiene más o menos bien unas relaciones interpersonales adecuadas.
TERAPEUTA OCUPACIONAL:
-hacer un estudio del paciente y plasmar y planear el tratamiento
-controlar que asista todos los días
-no permitir llamadas de atención en el departamento delante del resto de los pacientes, como
vómitos, desmayos, posturas de víctima
-mantener informados a todo el equipo de la evolución del paciente
A.T.S.:
-mantener contacto con el paciente en horas en que no está en Terapia Ocupacional
-observar comportamiento con personal sanitario a su cargo
-controlar las tomas de medicamentos
-mantener informado al resto del equipo de cualquier incidencia
AUXILIAR Y CELADORES:
-hacer que el paciente asista a todas sus actividades aseado y a su hora. Esta labor es muy
importante ya que tendrá que vencer la resistencia de éste a levantarse
Todo equipo desde su área de trabajo debe intentar que a través de la relación, el paciente sea
consciente de su actitud hacia la enfermedad y sociedad.
Si la conducta con este paciente no es la misma por parte de todo el equipo repercute en todo
el sistema terapéutico planeado, por ejemplo: si el celador no levanta al paciente por las mañanas,
bien porque no ve la necesidad, se compadece de él, porque no le importa, o porque no insiste
ante la resistencia de él, está de manera indirecta fomentando el síntoma, ya que éste parece
haber hecho su efecto ante la conducta expuesta por el celador; también da entender al paciente
que puede manejar al personal sanitario.
Si el paciente no se levanta no asiste a Terapia Ocupacional, no cumple el horario de trabajo
establecido que intenta hacer de su estancia en el hospital una vida lo más parecida dentro de lo
posible a la vida real. Por otra parte no podemos luchar contra el síntoma que presenta ni
contrarrestrar su función, en este caso mantener posturas de invalidismo.
En otros pacientes a lo mejor no es tan esencial que se cumpla tan estrictamente el plan
prescrito, pero en este caso la conducta de uno del equipo puede hacer fallar la base del
tratamiento planteado.
La familia es la unidad primaria universal y por lo tanto debe ocupar una posición central en
cualquier consideración de la psiquiatría social.
El primer ambiente social para todos los seres humanos es la familia biológica o sustitutos; en
consecuencia la familia es una institución socio-cultural importante, la base de la sociedad.
Sólo en los últimos 25 años ha existido un interés rápidamente incrementado desde el punto de
vista científico y clínico, sobre la familia como fuerza social más significativa en el desarrollo
humano, específicamente en el desarrollo de la personalidad. Por lo tanto la familia no es sólo la
base de la sociedad, sino que también es la clave para la comprensión de la humanidad, de los
seres humanos incluyendo sus fracasos como tales, sean éstos llamados psicopatología,
desviación social o alineación.
Un aspecto importante que a nosotros nos interesa es la reacción de la familia ante la
enfermedad de uno de sus miembros. Si se trata de enfermedad psiquiátrica y sobre todo si
requiere internamiento, la familia necesita atención por tres razones:
-puede ser que la familia esté involucrada en la génesis de la enfermedad y ésta debe ser
comprendida por todo el equipo asistencial para poder ayudar al paciente
-si esto es así el paciente no debería volver al seno de la familia hasta que haya sido
modificada o por lo menos se haya conseguido que la familia se transforme en algo que sirva
para ayudar y apoyar sus influencias patógenas
-el momento de la hospitalización de un miembro de la familia es una crisis que afecta a todos
los miembros de la familia y que exige, por tanto, consideraciones terapéuticas. Tenemos que
tener claro que la circunstancia más próxima está involucrada en la génesis de la enfermedad
del paciente, habría que hacer ver la obligación que tienen y la necesidad terapéutica de que
formen parte en el tratamiento que el paciente identificado necesite. El paciente es un miembro
del sistema familiar y de igual manera que el equipo terapéutico no se puede valorar la
actuación de uno de sus componentes sin ver a todo el conjunto, en la familia por lo general no
se comprende la enfermedad de uno de sus miembros hasta que no se ve la totalidad de sus
componentes juntos. A veces en nuestros organismos tenemos que investigar que funciona
mal para poder poner remedio a cualquier dolencia de una parte del él; pues en la familia
ocurre lo mismo.
La familia tiene por costumbre desentenderse del paciente una vez ingresado. Deja a la
institución toda la responsabilidad, nada menos, que sobre la salud de uno de sus miembros,
creyendo que ocupándose únicamente del ingreso cumple con sus deberes familiares. En muchas
familias supone un verdadero alivio el momento en que se hace necesario internar al paciente
identificado, bien por los problemas que plantea en el seno familiar, bien porque supone una
descarga de las responsabilidades. Podrían evitarse muchos ingresos que siempre son
traumáticos, que infieren en el internado un carisma de “enfermo mental” o loco, si se prepara a la
familia para afrontar o intervenir en los primeros momentos de la enfermedad sin esperar a que el
grado de psicopatología se haga tan evidente que es irremediable el ingreso.
También ocurre por lo general que es la familia la que impone la etiqueta de “enfermo mental”
al paciente, y una vez ya etiquetado es muy difícil hacer consciente a la familia que una vez
superada la crisis del paciente no debe ser tratado como enfermo, cosa que no ayuda en absoluto
a la remisión de éste en el seno de la sociedad incluyendo al núcleo familiar como base de la
sociedad que es. Ayuda, la familia, en este caso a la postura de individualismo que tan frecuente
nos encontramos en psiquiatría. La familia protege al enfermo demasiado no dejándolo realizarse
adecuadamente o por el contrario también ocurre que se desentiende totalmente de él no
atendiendo las necesidades que como miembro de la familia requiere.
En los dos casos encontramos intervenciones negativas para la salud del paciente que influyen
notablemente en la evolución y reinserción de este en la sociedad.
-que tienen que seguir muy de cerca la evolución de la enfermedad del paciente identificado
tratando de cooperar a todos los niveles que les sea solicitado por el equipo terapéutico
-una vez dada el alta, mantengan una actitud sana hacia el miembro de la familia enfermo
ayudando a su reincorporación después de la crisis pasada
La familia necesita información clara y precisa por parte de todo el equipo asistencial sobre la
conducta a seguir con el paciente. Cada componente del equipo desde su función terapéutica
deberá informar a la familia de las necesidades del paciente y de los problemas que puede
encontrar durante la evolución y vuelta al seno familiar.
Desde nuestra función de terapeutas ocupacionales nos interesa una vez ingresado el
paciente, mantener una pequeña entrevista con alguno de los familiares que nos informa de qué
forma ha afectado la enfermedad en las áreas laboral, de relaciones interpersonales y las AVD.
Luego, durante la evolución de la enfermedad, cómo ha respondido el paciente en los permisos
de fin de semana que se le han concedido. Si le notan más activo, más comunicativo, si comienza
a valerse por sí solo, y qué actividades ha realizado.
Una vez sea dado de alta el terapeuta debe saber cómo va a responder el paciente en estas
áreas una vez incorporado a su medio ambiente, dependiendo del diagnóstico, estado
psicopatológico al ser dado de alta y debería informar a la familia y al propio paciente de lo que es
capaz de hacer, debe hacer, necesita y se le debe exigir.
En resumen, al paciente mental no se le debe tratar, en la medida que los medios nos lo
permitan, como un ser aislado sino en relación directa con la familia, responsabilizando a ésta y al
mismo tiempo orientándola.
Para que la relación entre el terapeuta ocupacional y el paciente sea positiva y terapéutica,
durante la estancia que éste tenga en el hospital el primer contacto que se mantenga y la forma
en que sea introducido en el departamento tiene mucha importancia:
-el paciente debe llegar a Terapia Ocupacional con una primera información hecha por el
médico de que ha de asistir a Terapia Ocupacional para recibir un tratamiento por medio de
actividades de trabajo y ocupacionales, que no es un entretenimiento, aunque se realicen
actividades recreativas y que forman parte de un programa terapéutico. En esto debemos
insistir mucho ya que por regla general el enfermo mental no se siente capacitado para trabajar
y nos encontraremos con muchos que nos dicen “yo he venido al hospital, porque estoy
enfermo, no para trabajar” o “ya he trabajado mucho en mi vida” por lo que al paciente le debe
quedar bien claro que es un tratamiento más, que ha de recibir como el farmacológico,
psicoterapéutico,...
-el paciente debe ser presentado por cualquier componente del equipo terapéutico, esto es
demostrar ante el paciente que se le tiene en cuenta, valora y que no es uno más entre todos
los pacientes
-el terapeuta ocupacional deberá recordar para los siguientes encuentros su nombre, pues
aunque parezca una tontería el ser reconocido da sensación de ser atendido y no llamarlo por
el número de cama, como frecuentemente ocurre. Puesto que los pacientes pueden estar
alterados, inquietos y pueden encontrar difícil el hablar, nuestra actitud debe ser
tranquilizadora, cortés, interesada, respetuosa, considerada y tolerante, de esta forma
ayudamos al paciente a sentirse cómodo
-debemos dar importancia al desarrollo de una buena relación puesto que la relación determina
en un alto grado las respuestas del paciente ante nuestras exigencias terapéuticas
-hay que evitar aparentar tener prisa, puesto que una actitud así inhibe al paciente. Una actitud
afectada, distante o fría y las manifestaciones de inquietud, enojo o indiferencia alienan al
paciente. podemos desarrollar simpatía, intentándonos poner conscientemente en el lugar del
paciente
-necesitamos mantener la mente abierta y evitar colocar al paciente en alguna determinada
categoría
-generalmente una buena manera de empezar es preguntando que tal se encuentra y que
problema le ha llevado al hospital, así el paciente se puede sentir animado a hablar
-el escuchar cuidadosamente es un gran ingrediente. Cuando el paciente tiene toda la atención
del terapeuta ocupacional esto le estimula. Por lo general cuando se le pregunta con tacto no
se contraría al paciente
-EL SECRETO DEL CUIDADO DEL PACIENTE ESTÁ EN TENERLE CARIÑO. Entonces
entablamos una interrelación positiva dando facilidades al enfermo para tener confianza en
nosotros y poder pedirnos ayuda cuando la necesite.
-tiene que existir una comprensión y confianza entre el terapeuta y el paciente. Con la relación
el paciente siente que el terapeuta lo acepta y reconoce sus cualidades. Frecuentemente nos
hallamos con pacientes que nos cuentan cosas que son incapaces de contárselas al médico.
Esta confianza no puede, ni debe ser traicionada, el sentimiento de que alguien le conoce,
comprende y acepta es una fuente de fortaleza para el paciente.
-si nos desagrada un paciente, este nos lo va a notar, pues la emoción engendra
contraemoción. Por ejemplo si el terapeuta es hostil, el paciente se hará más hostil, entonces el
terapeuta se siente predispuesto hacia él y la relación se deteriora, dando lugar a una situación
negativa y nuestras posibilidades de dar una buena asistencia terapéutica se vendrán abajo
-si el terapeuta puede pasar por alto esta moción y puede tratar al paciente con ecuanimidad,
puede haber una victoria en la relación interpersonal y el paciente se puede convertir en una
persona leal y cooperativa. Es normal que el terapeuta se sienta inclinado emocionalmente por
ciertas personalidades o enfermedades, pero es importante conceder una gran cantidad de
comprensión
-se necesita simpatizar con el paciente, pero no hasta el punto de asumir sus cargas, se debe
ser capaz de dejar los problemas de los pacientes cuando se sale del hospital