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1.1 Primera experiencia grupal del hombre: la horda. En ese momento era fundamental la
conservación del cuerpo.
-Alcmeón. “Salud es la armonía perfecta de todos los órganos del ser humano y
enfermedad es la desarmonía”.
- Píndaro. “Salud es la sana felicidad y el pleno goce de la vida”.
A pesar de todo se cultivaban plantas medicinales y a los médicos se les otorgó, por
primera vez, el titulo de “doctor”. Debido a las pestes se establecieron las “cuarentenas”,
cosa que permitió el descubrimiento de los periodos de incubación de los microbios
conocidos hasta ese entonces.
Las concepciones epidemiológicas de finales del siglo XIX dieron origen a una definición
de salud entendida como “un estado de equilibrio entre agentes, medio y huésped” y al
desequilibrio se le llamó enfermedad.
En 1940, la Organización Mundial de la Salud lanza su controvertida, pero casi
mundialmente aceptada, definición de salud: "Salud es el completo estado de bienestar
físico, mental y social / no solamente la ausencia de enferme ad o malestar".
2.1. Alberto Vasco Uribe en su libro "Enfermedad y Sociedad" se refiere así al concepto
de salud: "...concebir la salud como un estado de ausencia de enfermedad, no es más
que una utopía sin el más mínimo piso histórico ni biológico..., estas ideas hacen que la
atención médica se centre en las enfermedades existentes y dejan en un segundo plano
la vigilancia sobre los elementos nuevos que aparecen en la sociedad... Se cree que curar
la enfermedad consiste en eliminar el agente para que el huésped vuelva a su estado
normal...
El nivel geográfico grupal o dimensión particular: este nivel se distingue del anterior,
estando incluido en aquel, en la medida en que delimita los grupos a estudiar a partir de
categorías cuantificables y que sean comunes a determinados individuos, bien sea en los
planos biológico, geográfico y/o personal. La mayoría de las hipótesis que puedan surgir
del nivel socio-económico y político pueden y deben ser comprobadas en el nivel grupal...
se busca entonces un nuevo marco que pudiera llamarse Epidemiología social o Historia
social de la enfermedad... El proceso salud-enfermedad se convierte en objeto de estudio
no sólo de la medicina sino de la sociología, la economía, el derecho, etc., y la medicina
será una de las estrategias para aproximarse a la comprensión del problema.
El nivel individual: Para llegar a este nivel hay que partir de sus necesarias
determinaciones grupales y socio-políticas, pero sin perder de vista la gran importancia
que hay que darle a la atención del individuo. El papel del médico y de todos aquellos que
tienen que ver con el trato directo de los individuos es irremplazable en esta y en
cualquier sociedad. Si en el nivel grupal el objeto de estudio es la enfermedad en cuanto a
su distribución, sus asociaciones, una atención multiprofesional y en una organización
social que pretende modificar esas situaciones grupales, aquí el objeto de estudio es el
enfermo de algo concreto, en el plano de una relación directa con él y, ante sus
posibilidades de recuperar la situación perdida o deteriorada, o bien de reorganizarse en
una nueva vida, en una nueva normalidad.
2.2. Saúl Franco Agudelo en uno de sus artículos titulado "Las evidencias trágicas de la
relación salud-trabajo", aporta valiosísimos elementos, de los cuales se pueden extractar
las siguientes apreciaciones:
Para una reorientación de la relación del trabajador con su salud hay que identificarlo
como sujeto y protagonista de su propia salud y para ello hay que asumir la salud como
un objeto de conocimiento científico, de práctica social y de lucha política y como un
momento de un proceso contradictorio mayor: vida-muerte, salud-enfermedad. Lo anterior
exige que los trabajadores recuperen la posibilidad y el derecho al conocimiento de los
procesos básicos y de las condiciones que determinan su salud. La escogencia de las
prácticas más convenientes y necesarias para mejorar las condiciones de salud, así éstas
no coincidan con las impulsadas y ejercidas por el modelo médico dominante; tratar al
trabajador como totalidad pensante, actuante y socialmente articulado al proceso de
producción y a las relaciones por éste determinadas...
2.3. Assa Cristina Laurell, en su obra 'Trabajo y salud en Sicartsa" analiza, como sigue, el
problema de la salud de los trabajadores: Según ella, hay varias maneras de entender
qué es la salud. Para las empresas es una cosa, el Instituto Mejicano de Seguros Sociales
le da un segundo sentido y los trabajadores un tercero.
Para la empresa, la salud del trabajador equivale a que pueda estar trabajando, o sea
que, mientras el obrero siga realizando sus tareas normalmente es considerado como
sano; incluso, la empresa está dispuesta a convencer al obrero que no se fije en sus
molestias y enfermedades y continúe trabajando; el mecanismo para lograr que el obrero
simule estar sano es el premio de asistencia, que se retira por cualquier inasistencia así
sea por enfermedad (una incapacidad de tres oías por enfermedad común no recibe
subsidio). La concepción de la empresa es, pues, "obrero trabajando, obrero sano".
El Instituto ve la salud apoyándose, por una parte, en la ciencia médica y, por la otra, en el
cumplimiento de una determinada función social. La visión médica define la salud por
exclusión es aquel que no esta enfermo. La enfermedad es vista como un trastorno
biológico del individuo que puede ser mostrado con algunas pruebas, lo cual implica dos
limitaciones: por una parte no hace caso al hecho que los individuos no son sólo
organismos biológicos sino, también, personas insertas de una manera específica en la
sociedad. Lo anterior significa que la salud y las enfermedades no pueden ser entendidas
a menos que se conozca cómo trabaja y vive la gente. Por otra parte, al hacer el
diagnóstico de la enfermedad basándose en las pruebas objetivas y sin tomar en cuenta
la experiencia que tiene la persona de su cuerpo, muchas enfermedades pueden pasar
desapercibidas o ser tratadas de manera equivocada. Así, por ejemplo, frente a un catarro
que se repite, lo importante no es curarlo sino estudiar qué lo causa y actuar sobre las
condiciones dañinas.
Con respecto al papel social, el Instituto además de la atención médica también esté
encargado de juzgar quién está enfermo y quién no, con relación al otorgamiento de la
incapacidad y el reconocimiento de las enfermedades profesionales; esta función hace
que los médicos no partan de la información suministrada por el paciente para iniciar un
estudio, pues se les inculca que no dejen pasar a los simuladores; es decir, en vez de
creer en lo que dice la gente hay que desconfiar; o sea, los pacientes estarán sanos hasta
cuando quede demostrado, objetivamente, que están enfermos No puede negarse que
hay simuladores, pero el principio de la actuación médica debería ser al revés hasta
cuando se demuestre que quien se siente enfermo está sano, tiene el derecho a ser
considerado como enfermo. También hay que tener en cuenta que en ocasiones una
incapacidad médica puede ser la única posibilidad de escapar de unas condiciones de
trabajos insoportables.
Para los trabajadores, la salud puede tener varios significados, uno de ellos se asemeja al
de la empresa, ya que la salud es necesaria para poder trabajar; perder la salud es perder
el trabajo y empezar a tener problemas para ganarse la vida. Pero este significado es un
puesto por la sociedad ya que la vida está condicionada a la capacidad de trabajo y por
ello muchos trabajadores tratan de mantenerse entre los sanos aunque estén sufriendo se
los trastornos de salud. El ocultamiento de la enfermedad es todavía más necesario ante
las políticas de recorte de personal, bajo las cuales cualquier >re texto es bueno para
despedir a los Ira bajadores y entre los primeros elegidos estarán aquellos que ya no
pueden mantener su ritmo de trabajo o han acumulado muchos días de incapacidad.
Aún prevalece una visión médica que no admite que las personas no se enferman
aisladas sino viviendo y trabajan do en condiciones específicas; no reconocen que las
condiciones sociales determinan cómo y de qué se enferma la gente, tanto es así que
podría decirse "Dime de qué te enfermas y te diré a qué grupo social perteneces"; pues
cada grupo o clase social tiene sus enfermedades típicas y unos grupos se enferman más
que otros.
Los problemas de salud como las enfermedades, los accidentes, las características del
desgaste, la esperanza de vida o las formas de morir, al estar determinadas por la manera
como se trabaja y se vive, se van transformando en la medida en que esas condiciones
cambian.
En cuestión de salud hay que conseguir unas condiciones sociales más homogéneas, de
tal suerte que la enferme dad, el desgaste y la muerte sean menos desiguales. Pero lo
más importante consiste en lograr el control sobre las causas de esos problemas,
modificando las condiciones de vida y de trabajo; pero el control de dichas circunstancias
debe estar en manos de los mismos trabajadores e inscribirse en un proyecto político.
UNIDAD 2
¿QUE ES EL TRABAJO?
1. Conceptualizaciones Popularizadas
Muchas de estas ideas sobre el trabajo provienen de ese pasaje bíblico sobre el paraíso y
Adán y Eva quienes allí podían holgar sin tener que pensar ni realizar ningún tipo de
actividad creativa y sin ninguna necesidad de superación; pero lo más importante era que
no tenían que trabajar. La expulsión de ese paraíso implicó como castigo el tener que
trabajar, bajo la sentencia: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente". Así, pues, el trabajo
surge como una sanción, como una actividad indeseable e indeseada.
Desde una óptica más científica, lo que ocurrió fue que a medida que evolucionaban las
estructuras sociales se produjo, al interior de las mismas, una división entre poseedores y
desposeídos, en cuanto a bienes y medios de producción y, los desposeídos tuvieron que
empezar a malvender su fuerza de trabajo. De ahí, el trabajo adquirió la connotación de
actividad desagradable, propia de los más pobres; en tanto, los ricos y poderosos intentan
reproducir el ideal de esclavos, siervos, proletarios y subalternos. En la sociedad, dividida
en clases, la fuerza de trabajo se debe vender y es comprada al menor precio posible; por
ello, en buena parte, la jubilación es como un premio que reproduce las características del
paraíso perdido: "Estar en casa, hacer lo que se nos antoje, sin rendirle cuentas a nadie y
recibiendo la platica".
2. Conceptualizaciones Científicas
Desde hace un siglo el trabajo es visualizado de manera distinta y aparece como una
actividad esencialmente humana, inherente al hombre y que le da a éste su carácter de tal
El trabajo es una posibilidad creativa que debe permitir la satisfacción de los aspectos
más elevados del ser humano; es un espacio de realización personal y es el espacio
productivo de mayor trascendencia social. Ya no se admite, como un ideal, el vivir sin
trabajar, sino el poder tener un trabajo con condiciones justas y dignas que permita a las
personas expresar, de la manera más plena posible, sus potencialidades creativas y
realizar una tarea que no solo sirva para el beneficio individual sino también para
beneficio social.
Para Hegel el trabajo es un hacer social e histórico con el cual transforma su mundo
material y social y al mismo tiempo se autocrea como especie inteligente y organizada. Lo
anterior implica entender por trabajo toda actividad mente la realidad; se refiere no sólo a
lo económico, sino también a lo artístico, lo político, lo doméstico, etc.; en fin, a lodo acto
humano que contenga una finalidad transformadora. Y no se trata exclusivamente de
transformar una exterioridad sino que encierra un sentido antropogénico, es decir, el
hombre se crea así mismo al trabajar.
Para que el proceso de trabajo se lleve a cabo es necesario que a los medios de
producción (conjunto formado por los objetos y los medios de trabajo), se les aplique la
fuerza de trabajo, constituida por la capacidad del hombre para trabajar o sea su energía
sicofísica. Esta fuerza es el elemento activo de la producción, el que crea y pone en
movimiento los medios de producción. Al perfeccionarse los instrumentos, también se
perfeccionan la capacidad de trabajo del hombre, su destreza, sus hábitos, su experiencia
productiva.
Bajo las perspectivas científicas el trabajo aparece como una categoría social, como un
proceso que ocurre, no entre individuos y dependiendo de voluntades individuales, sino
entre hombres como seres sociales. Délos elementos esenciales cabe aclarar que:
La respuesta más inmediata dice que es aquello que le permite al obrero ganar un salario
para sostenerse así mismo y a su familia; esto es cierto y muy bien lo saben los
desempleados. Pero si vamos más al fondo, si lo vemos, no como una actividad aislada
de cada individuo, sino como el trabajo de todos (el trabajo social), nos damos cuenta que
es la actividad básica de los seres humanos, que sin él no habría nada, ya que sin el no
existirían las cosas necesarias para la vida. Pero el trabajo no sólo produce lo que
necesitamos a diario, sino, ante todo, la riqueza de la sociedad. Si no hay quienes
siembren y cosechen, y quienes fabriquen, operen y vigilen las máquinas, no habría
producción. Pero se cree que es el dinero el que produce, ya que quienes trabajan cada
día se ven más pobres mientras se enriquecen quienes tienen el dinero.
La otra cara es el "proceso laboral o sea, el proceso concreto a través del cual se
producen las mercancías destina as para la venta y la recuperación de la inversión con
ganancia. Pero sin proceso laboral no puede haber proceso de valorización, sin el trabajo
humano no puede haber ganancias; es decir, el proceso de valorización depende del
proceso laboral, pero al mismo tiempo lo determina; el fin de obtener ganancias determina
qué maquinaria utiliza y cómo organizar el trabajo. Para ganar dinero hay que controlar el
trabajo de los obreros de tal manera que sean lo más productivos posible y gastarse Jo
menos posible en salarios. Y hay muchas formas de controlar a los trabajadores. Una de
ellas consiste en dividir el trabajo de tal modo que nadie sea demasiado importante para
la producción y dividir a los trabajadores. Otra forma es impedir que el obrero decida
cómo trabajar, imponiéndole órdenes de trabajo que deben seguirse al pié de la letra. Otra
consiste en la supervisión que, más que apoyar a los trabajadores, se dedica a obligarlos
a trabajar de cierta manera.
UNIDAD 3
Las características físicas, químicas y biológicas de los objetos de trabajo pueden causar
trastornos en la salud humana.
Por su parte, los instrumentos de trabajo, producto de un incesante y cada vez más
complejo desarrollo tecnológico, implican cambios muy profundos en el proceso de
trabajo. Por un lado afectan el contenido del trabajo al determinar cuáles tareas hay que
realizar e imponer una nueva relación entre el trabajador y los instrumentos. Por el otro,
determinar la manera de decidir y organizar el trabajo. Pero, no todos los instrumentos
tienen la misma importancia ya que unos repercuten en la forma de trabajo de todos; es,
pues, la maquinaria la que impone las formas de trabajar al obligar al obrero a trabajar de
un modo determinado marcándole las tareas y los ritmos; este control se refuerza con la
división y organización del trabajo. La incidencia de los instrumentos sobre la salud se
deriva de su acción directa sobre el cuerpo (como es el caso dé los accidentes y las
enfermedades que se agravan cuando se introduce la maquinaria) y del hecho de imponer
una manera de trabajar.
Para analizar el trabajo concreto, o sea, las formas específicas que toma en un momento
y lugar dados, hay que entender cómo se emplean las capacidades físicas y síquicas del
trabajador, su cuerpo y su mente. Las características de los instrumentos determinan el
esfuerzo físico, la posición de trabajo y el grado de movilidad; pero también determinan,
en una parte, la actividad síquica, ya que dictan el grado de iniciativa, el control que se
puede ejercer, la monotonía, la repetitividad de la tarea, la atención y concentración, etc.
Sin embargo, aunque la maquinaria impone ciertas condiciones al cómo Ira-bajar, hay
otras posibilidades de realizar el trabajo que lo convierten en individual o grupal y le dan
un contenido complejo o simple. Pero predomina un trabajo altamente dividido en tareas
simples y aunque la producción pueda ser muy compleja y requiera del trabajo de mucha
gente, a cada quien le toca una pequeñísima parte. Estas tareas simples se pueden
organizar de tal modo que sean ejecutadas con máxima eficiencia y bajo un control
estricto. Además, por razones a veces técnicas, el trabajo se realiza 24 horas al día, o
sea, por turnos.
El proceso laboral somete pues a los trabajadores «i una serie de exigencias llamadas
"cargas laborales" o "factores de riesgo". Estas cargas son el resultado de la interacción
entre los elementos del proceso laboral y por tanto involucran directamente al cuerpo del
trabajador, lista aclaración hay que hacerla porque se cree que los factores de riesgo son
exclusivamente los que están fuera del obrero, en el ambiente de trabajo, con lo cual se
reducen a los físicos (ruido, calor, iluminación deficiente), químicos (polvos humos
aerosoles), y los que provocan los accidentes, dejando de lado otros factores no menos
importantes como los relacionados con el esfuerzo físico y la tensión nerviosa. No es
suficiente detectar tal o cual factor aislado para entender cómo se producen los problemas
de salud de los trabajadores, sino que es necesario descubrir el conjunto de las cargas
presentes, pues ello si permite una mejor comprensión del cómo llega a desgastarse y a
enfermarse el trabajador.
Aunque se ha afirmado que cada una de las cargas no actúa aisladamente sino en
interacción con los demás, se pueden agrupar para estudiarlas. Así, hay cinco grandes
grupos que son las cargas físicas, las químicas, las fisiológicas, las síquicas y aquellas
que se derivan de las deficientes medidas de seguridad.
• Las cargas físicas abarcan todos aquellos elementos físicos del proceso laboral que
pueden dañar el cuerpo humano como la temperatura, el ruido, las vibraciones, la
iluminación, las radiaciones.
• Las cargas químicas incluyen las sustancias que pueden estar presentes en las fábricas
en forma de polvo, gases, humos, vapores, etc.
Estos dos grupos tienen que ver con elementos que se derivan principalmente de los
objetos de trabajo, de los instrumentos y de su interacción.
• Entre las cargas fisiológicas están el esfuerzo físico y las posturas de trabajo. También
entran en este grupo el trabajo rotacional y el turno nocturno que alteran el ritmo
fisiológico del cuerpo.
• El grupo de las cargas síquicas está conformado, por una parte, por todas las
condiciones de trabajo que causan tensión nerviosa y, por la otra, por todas las
condiciones que prohíben el desarrollo de la capacidad de pensamiento e iniciativa. Son
elementos concretos de este grupo, por ejemplo, la peligrosidad del trabajo, la supervisión
estricta y despótica, los altos ritmos de trabajo, la presión del tiempo, la monotonía y
repetitividad de las tareas, etc.
Respecto a estos dos últimos grupos es importante tener en cuenta que las cargas se
originan tanto por exceso de actividad como por falta de ella. Por ejemplo, las posiciones
y movimientos de trabajo pueden ser dañinas tanto porque se usa demasiado una parte
del cuerpo como porque se queda otra parte sin usar. Así mismo, es tan dañina la
atención prolongada como la monotonía.
• En el quinto grupo encontramos una serie de elementos que no son cargas propiamente
dichas, sino que tienen que ver con medidas deficientes de seguridad que hacen que
ciertos elementos del objeto, de los instrumentos o de las instalaciones, se conviertan en
amenazas para la integridad física, provocando los accidentes. Estos son los factores de
riesgo a los cuales suele prestárseles más Atención, aislándolos del resto de cargas pese
a estar muy relacionados con ellas.
El estudio de las cargas y sus interacciones nos permite entender cómo se desgastan los
trabajadores y cómo llegan a enfermarse en el proceso laboral. Es preferible hablar de
desgaste que de enfermedad, ya que la enfermedad es sólo una de las expresiones del
deterioro que sufre el trabajador, y, qué es enfermedad y qué no está definido como
enfermedad por los médicos? Si se piensa en términos de desgaste, se logra una
comprensión más completa de la salud de los trabajadores, ya que el desgaste abarca
todo el proceso de deterioro físico y síquico, desgaste que puede o no manifestarse en
una u otra enfermedad. Peor aún, puede haber condiciones de desgaste que engan
implicaciones mucho más grave s en la colectividad de los trabajadores, que una
determinada enfermedad Por ejemplo, el cansancio crónico que sufren los que rotan
turnos y que ningún médico llamaría "enfermedad", los incapacita mucho más para vivir
normalmente, que un catarro.
Otra ventaja de estudiar la salud, en términos de desgaste, es que centra la atención en el
grupo o colectividad, más que en las personas aisladas. Aunque el desgaste se puede
expresar de modo diferente en cada uno de los miembros de un grupo, nadie se escapa al
proceso de desgaste, que impone funcionamiento biológico y síquico determinado.
¿QUE ES EL TRABAJO?
Con los mis diversos criterios, desde los mis variados ángulos y con las metodologías mis
distintas ha sido identificado y entendido el trabajo. Desde su acepción mis abstracta:
"acción y efecto de trabajar", hasta su conceptualización como antítesis del capital ¡desde
castigo o maldición hasta baluarte de la dignidad humana y fuente de plena realización de
las mejores potencialidades del hombre, el trabajo ha sido y sigue siendo objeto de
polémica, controversia, estudio e investigación Teólogos, filósofos, fisiólogos, psicólogos,
sociólogos, antropólogos, economistas, políticos y juristas, todos tienen sus propias
definiciones y su muy personal manera de plantear las realidades y los problemas que el
trabajo ha generado en el curso de la Historia.
Y en realidad no ha sido el trabajo en sí sino las circunstancias en las que se realiza las
que le han impuesto características y significados tan diversos y hasta contradictorios.
El trabajo es, en esencia, la acción que el hombre realiza para dominar o transformar a la
naturaleza con el propósito de obtener satisfactores de sus necesidades, cada día mis
complejas y alejadas de aquellas necesidades primitivas de orden puramente biológico de
sus remotos antepasados. Desde un punto de vista trascendente, el trabajo humano
puede ser considerado como un reflejo de la acción misma del Creador del Universo.
Por otra parte, y siendo el hombre un ser social por naturaleza, el trabajo ha reflejado a
través de la historia esa imagen sustancial, y bajo las más diversas formas y
circunstancias ha puesto en contacto a los hombres para lograr sus fines, y las relaciones
de éstos alrededor de la acción laboral han marcado en la historia huellas más profundas
y significativas que las que han dejado los incesantes y maravillosos descubrimientos
científicos y tecnológicos.
Desde la piedra, que fue la primera herramienta de trabajo, hasta los modernos
dispositivos electrónicos, el hombre ha tratado de transmitir su fuerza física y parte de sus
aptitudes a la herramienta y a la máquina, hasta llegar a la-época contemporánea en la
que los sistemas ergonómicos han logrado la perfecta adaptación del sistema hombre-
máquina, en el que el ser humano aporta el menor esfuerzo físico y emplea el mínimo de
tiempo, mejorando la calidad de los bienes y servicios, haciéndolos accesibles a toda la
comunidad. La investigación científica y tecnológica avanza cada día. Continuamente se
descubren nuevos materiales, se desarrollan nuevas técnicas y sistemas y se aprovechan
recién descubiertas fuentes de energía que han llegado no solamente a satisfacer las
necesidades de la Humanidad sino hasta crear peligros para su propia sobrevivencia.
EL TRABAJO EN LA HISTORIA
Un breve vistazo a la historia basta para apreciar la relación que existe entre las distintas
etapas de desarrollo del trabajo y los fenómenos socioeconómicos que las han
acompañado.
Si comenzamos por analizar las diversas formas de-organización del trabajo, la historia
muestra que hasta antes de la Edad Media el trabajo fue actividad tribal que como parte
de la vida cotidiana se ejercía para cubrir las propias necesidades primero, y las de
pequeñas comunidades más tarde.
La esclavitud tuvo un origen muy antiguo, y ya el Papirus Sellier II relata los sufrimientos,
mutilaciones y muertes de los esclavos que participaron en la construcción de los
monumentos faraónicos. En la cultura griega el trabajo era actividad propia de esclavos, a
quienes no se tenía como seres humanos, no percibían salario alguno y eran acreedores
tan sólo a recibir una mísera alimentación y un no menos miserable lugar donde vivir. El
trabajo servil prevaleció por siglos, pasando como ley de la cultura griega a la romana.
El régimen corporativo que se inició en tiempos del Imperio Romano en las ciudades para
las artes y oficios proporcionó al trabajador mejores condiciones de vida, aun cuando en
el agro continuó prevaleciendo la servidumbre.
El régimen de salario, que se inició a finales de la Edad Media y que actualmente se
mantiene en vigor, ha venido aplicándose tanto en la ciudad como en el campo, unido al
sistema de cooperación desde finales del siglo XIX, con la idea de dar oportunidad al
trabajador de participar de las utilidades. El sistema cooperativo fundada por trabajadores
da a éstos, además del beneficio de participar de la utilidades, la oportunidad de
intervenir, aunque en forma limitada, en la dirección de las empresas. Este último sistema
es practicado por los países industrializados del mundo occidental o de libre empresa,
permitiendo a cada trabajador elegir su lugar y tipo de ocupación.
Tras este breve esquema histórico de la organización del trabajo, el tipo de relaciones
humanas en torno al proceso laboral, así corro el génesis y la evolución histórica de los
problemas humanos del trabajo que afectan el bienestar y la salud del trabajador, pueden
ser apreciados a través del marco de fondo que ofrece el sociólogo norteamericano Lewis
Munford en su obra Technicsand Civilización, en la que propone una división de la historia
de la civilización mecanizada en el último milenio en tres etapas, cada una de ellas con
complejos tecnológicos particulares, con modelos de organización laboral característicos
y, según agrega Brown, con ideologías propias que explican su organización social.
Al inicio de este período la comunidad estaba constituida por la aldea, protegida por el
castillo del señor feudal, y a partir de este núcleo primitivo las poblaciones crecieron
lentamente. Los villanos, bajo el sistema feudal, cultivaban las tierras de su señor y
pagaban la protección que recibían. Los artesanos, que representaban el 10%de la
población, se encargaban de producir los satisfactores para cubrir las necesidades de sus
pequeñas localidades y se agrupaban en gremios.
Cada artesano era su propio patrón; trabajaba en su propia casa sin horario fijo,
descansaba cuando quería, conocía personalmente a todos los miembros de la
comunidad a la que servia e inclusive cuando heredaba su oficio, disponía de cierta
libertad para cambiarlo de acuerdo con su vocación y aptitudes, y según la demanda de
satisfactores en su pequeña comunidad. El aprendía vivía con el maestro artesano, a
quien ayudaba a cambio de recibir la instrucción propia de su oficio, y al terminar su
aprendizaje pasaba a ser jornalero y podía ofrecer sus servicios a otros maestros del
oficio a cambio de un salario, y después de ahorrar lo suficiente tenía la opción de
establecerse ya como maestro artesano en su propia casa, lo cual le significaba un logro
muy importante. El trabajo era uno de los componentes de su vida familiar y lo hacía
sentirse orgulloso de contribuir al bienestar de los demás.
Por otra parte, las condiciones sanitarias de las comunidades medievales eran malas y las
epidemias, como las de viruela y peste bubónica, diezmaban periódicamente a la
población, dejando su huella trágica a través de esta etapa histórica. Los trabajadores, en
especial los dedicados a labores mineras y metalúrgicas, ya eran victimas de la patología
profesional, según relatos de Paracelso, Agrícola y Dioscorides.
La organización social feudal de la Edad Media ha sido objeto de un ingenioso símil que
Tawney hace con la estructura y funciones del cuerpo humano: la sociedad, como cada
individuo, es un organismo compuesto por diferentes partes, cada una de las cuales tiene
su propia función: la defensa, la oración, el mantenimiento, el comercio y el cultivo de la
tierra. Cada miembro debe recibir lo necesario para el desempeño de su función y no
debe pedir más. Esta organización social de la Edad Media exigía respeto recíproco a los
derechos y obligaciones de las diferentes clases, y su estratificación era rígida. La vida
transcurría tranquila y relativamente libre de preocupaciones y angustias. La desigualdad
social era aceptada como algo necesario para la sobrevivencia de la comunidad a cambio
de la seguridad que a todos ofrecía.
Esta apacible tranquilidad de la vida medieval fue perdiéndose a medida que el comercio
se desarrolló, primero sólo entre comunidades cercanas y después en nuevas tierras,
descubiertas por navegantes audaces que promovieron un aumento en la producción y un
intercambio cada vez más activo de mercancías. El pequeño taller crecía cada vez más.
Surgió el capitán de industria y el mercader, lo que hizo posible el cambio de posición en
la escala social de acuerdo con las aptitudes, el ingenio y las oportunidades que iban
estimulando en algunos la ambición para ascender, al tiempo que para otros surgía el
peligro de descender.
Poco a poco la seguridad se fue perdiendo y a medida que el hombre tomaba conciencia
de su libertad se sentía más inseguro. La lenta disolución del sistema feudal fue dejando
al hombre sobre sus propios pies y con oportunidades para ascender y descender por
toda la escala social.
La etapa paleotécnica se inicia con la Revolución Industrial hacia el año 1750, y estuvo
caracterizada tecnológicamente por el complejo hierro-carbón y la introducción de la
máquina de vapor y del telar mecánico. La industria inicia la producción en masa y la
economía capitalista, que nace al fundarse la gran empresa, exigió ofertas de capital y de
mano de obra en gran escala. Los operarios e n igra ron de las pequeñas aldeas
comunales y del campo a los centros fabriles en continua expansión, donde a cambio de
su trabajo recibían un mísero salario fijado por la empresa y, a diferencia de los operarios
de la época anterior, muy rara vez llegaban a ser patrones.
Hombres, mujeres y niños trabajaban juntos durante irgas jornadas de doce, catorce y
más horas diarias en un ambiente físico cargado de peligros para su salud e integridad
física.
Por otra parte, el alejamiento del patrón, que tradicionalmente había estado muy cerca del
empleado, fue consecuencia obligada de la expansión de la empresa al aparecer las
compañías, cuyos inversionistas residían lejos de los centros de trabajo y encomendaban
la administración de sus empresas a ejecutivos, que a su vez delegaban las funciones de
relación con los trabajadores a otros niveles, hasta llegar a los supervisores y capataces,
cuyo contacto deshumanizado con los operarios generaba traumatismos emocionales y
frustración, por lo que el trabajador se tornó indiferente, irresponsable, perdió el interés
por el trabajo, que para él no tenía ningún sentido social, y se resignaba a realizarlo por el
solo interés de recibir un salario.
La gente quiere vivir y tiene que venderse a sí misma, pero desdeña a quien explota su
necesidad. El trabajador suele ver en el pavón un perro astuto, chupador de sangre
humana, explotador de cada necesidad, cuyo nombre, forma y carácter le son del todo
indiferentes.
El trabajador llegó a convertirse en un ser del todo pasivo, que obedecía automáticamente
las órdenes recibidas.
Por su parte, el industrial trataba de estimular el trabajo a base de sanciones, despidos o
aumento de salarios y, más recientemente, por medio de "programas de bienestar" a su
antojo, sin tomar en cuenta las necesidades del trabajador.
La era paleotécnica, que comenzó a mediados del siglo XVIII en los países
industrializados, aún no ha sido desplazada en muchas regiones por la era moderna o
neotécnica, cuyo advenimiento sitúa Munford a finales del siglo XIX.
Pero lo más importante en el panorama del periodo neotécnico en el que vivimos ha sido
sin duda el advenimiento de las ciencias del hombre aplicadas al trabajo. En efecto, el
maquinismo, la producción en serie, la subdivisión del trabajo, características del periodo
paleo-técnico, fueron consecuencia de las técnicas derivadas de las ciencias de la materia
inanimada; aquellas que comenzando con las aportaciones geniales de Copérnico,
Galileo y Newton abrieron el campo de las matemáticas, la física, la química, la
astronomía y demás ciencias que descubrieron las leyes naturales que rigen el mundo
inanimado.
Estas ciencias pronto generaron las técnicas mediante las cuales fue posible' la
realización de aquella serie de acontecimientos que conmovieron al mundo del siglo XVIII:
la Revolución Industrial, que no solamente afectó a la industria con la introducción de
maquinaria y nuevos energéticos (la especialización del trabajo y la producción en masa),
sino que provoco un cambio radical en la organización social del mundo, afectó
particularmente a ¡a población trabajadora generando problemas humanos, entre los
cuales las muertes, las mutilaciones, las invalideces, las enfermedades profesionales, así
como la soledad y la frustración, ponían un tinte sombrío en el mundo del trabajo que
reflejaba un halo de tristeza en el panorama de la flamante civilización industrial.
Por fortuna, en las postrimerías del siglo XIX se inicia la etapa neotécnica o
contemporánea en la historia del trabajo. Entonces nacieron y pronto cobraron vigor las
otras ciencias, llamadas ciencias del hombre: la fisiología, la psicología, la sociología, la
antropología, ciencias que sin ser las primogénitas son sin duda las más hermosas, las
que a su vez han originado técnicas que tienden a restituir al trabajo la dignidad y la
satisfacción que le habían sido arrebatadas por el maquinismo y la producción en masa.
En los últimos años una nueva orientación científica, la ergonomía, está tratando de
integrar la tecnología con las disciplinas humanas a través del sistema hombre-máquina,
con el fin de adaptar el trabajo a las aptitudes y limitaciones del hombre.
EL TRABAJO BN LA FILOSOFÍA
Según Remy Kwant, el trabajo presenta aspectos contradictorios que reflejan el carácter
paradójico de la vida humana, ya que es en el mundo del trabajo donde el hombre
contemporáneo se realiza y las paradojas del trabajo son una expresión de esta condición
paradójica de su propia existencia.
Estas paradojas, como la de pena y privilegio, libertad y coerción, riqueza y pobreza del
trabajo contemporáneo, creatividad y rutina, trabajo como concepto significativo y como
noción sin sentido, claridad y oscuridad del mundo del trabajo, etc., muestran las
diferentes maneras como se interpreta el trabajo.
Esto explica por qué en la cultura griega se hacia la distinción entre el trabajo servil y las
artes liberales, y sólo al primero se le consideraba trabajo, y a la libertad de toda labor
servil se le catalogaba como un privilegio.
Santo Tomás de Aquino hace la apología del trabajo y sostiene que tanto el trabajador
manual como el que practica artes liberales ejecutan un trabajo para ganarse el sustento,
y que el ocio debe estar al alcance de todos como un complemento del trabajo.
Actualmente se considera al trabajo como algo de gran valor; sin embargo, hay diferentes
maneras de entenderlo.
En síntesis, la filosofía marxista concibe al hombre en función del trabajo y sostiene que
en la sociedad capitalista el trabajo queda relegado a la condición de un objeto que se
puede vender.
Sin embargo, el marxismo-leninismo como sistema poli! co, implantado hace más de
sesenta años en los países socialistas, a mostrado que es precisamente allí donde la
alienación del hombre por el trabajo es un hecho inevitable.
Desde un punto de vista filosófico, la dignidad del trabajo la comparten por igual desde los
peones y los obreros mis humildes hasta los altos ejecutivos de una empresa, y cada
hombre debe practicar la actividad que coincida con sus aptitudes y limitaciones.
Las relaciones humanas en el trabajo han dado lugar a múltiples conflictos, especialmente
a partir de la Revolución Industrial, entre los que destaca el conflicto "trabajo y capital".
Varios pontífices, desde León XIII en su encíclica 'Rerum Novarum' del año 1891,
considerada como la carta magna del orden social, hasta Juan Pablo II en su encíclica
'Laboren Excercens' de 1981, han hecho diversos enfoques acerca del trabajo y los
problemas laborales, coincidiendo todos en la dignidad del trabajo, en la justicia social y
en la responsabilidad del hombre para continuar su obra creativa sintiéndose responsable
del dominio del Universo y respetando, al mismo tiempo, la dignidad, inteligencia y libertad
del hombre que trabaja.
Por su parte, Juan XXIII en su encíclica Mater et Magistra de 1961 insiste en la dignidad
del trabajo, en su retribución justa, en el derecho de asociación de los trabajadores, y
pone de manifiesto la incompatibilidad del marxismo-leninismo como el cristianismo. El
actual pontífice Juan Pablo II hace en su encíclica Laboren Excercens, emitida el 14 de
septiembre de 1981, una síntesis del pensamiento de la Iglesia católica, especialmente en
lo referente a la dignidad del trabajo, reafirmando que "el trabajo está en función del
hombre y no a la inversa, como lo sostiene la doctrina comunista"; condena el error del
capitalismo primitivo al tratar al trabajador como un instrumento y no tomo actor y fin del
proceso productivo. En esa encíclica Juan Pablo II reitera que las fuentes de la dignidad
del trabajo deben buscarse principalmente no en su dimensión objetiva sino en dimensión
subjetiva, enfatuando el hecho de que el trabajo está hecho en función del hombre y no el
hombre en función del trabajo y advirtiendo el error de considerar al trabajo como una
mercancía suígéneris o como una anónima "fuerza de trabajo" necesaria para la
.producción, como lo considera el comunismo materialista".
Con referencia a la organización social moderna, Juan Pablo II señala que si el trabajo
sigue siendo una necesidad, un deber, es también una fuente de derechos por parte del
trabajador, derechos que deben ser vistos en el contexto de los derechos del hombre, que
le son connaturales y deben tomarse en cuenta en las legislaciones laborales. El
documento pontificio aborda problemas laborales que afectan al mundo actual, tales como
el desempleo, los conflictos obre¬ro-patronales por salarios y por prestaciones sociales,
poniendo en evidencia el aspecto deontológico-moral, ya que el problema clave de la ética
laboral es la justa remuneración por el trabajo realizado, así como el otorgamiento de
prestaciones sociales que tengan como finalidad asegurar la vida y salud de los
trabajadores y sus familias, y que el trabajador tenga acceso a la asistencia sanitaria para
conservar su salud y favorecer la satisfacción de cada trabajador, así como la
autorrealización de sus mejores potencialidades a través del trabajo; esto es, integrar el
trabajo a la vida misma.
La riqueza y pobreza del trabajo es otra aparente paradoja si se piensa en que, como
proceso total, el trabajo moderno es rico en su ordenada variedad, pero observándolo en
sus funciones particulares hiele ser fatigosamente monótono, pues la división del trabajo
ha privado al trabajador de la posibilidad de actualización de sus potencialidades. La
mecanización al parecer ha divorciado al trabajo del arte. El artesano de antaño pasó a
ser el obrero fabril de hoy en un mundo de trabajo totalmente distinto.
La claridad y la oscuridad del mundo del trabajo son también situaciones supuestamente
paradójicas, ya que, aparentemente, el mundo del trabajo es accesible a todo ser humano
pues se piensa, como lo sostuvo Marx, que las máquinas pueden ser manejadas por
cualquier persona y que el mundo del trabajo es accesible a todos los hombres, tuyas
funciones pueden ser fácilmente intercambiables sin ser necesaria la especialización. Sin
embargo, esta aparente transparencia o sencillez del trabajo parece no existir si
pensamos en que las máquinas y métodos de producción contemporáneos exigen un
complicado aprendizaje por parte de quienes tienen a su cargo la producción de bienes o
servicios. En realidad el esfuerzo físico ha disminuido, pues éste lo realiza la máquina,
pero su operación requiere de aptitudes especiales que no cualquiera posee y éstas
deben ser complementadas por una capacitación y entrenamiento adecuados.
Estas y otras paradojas, alrededor de las cuales giran los roble-mas humanos del trabajo,
se están afrontando mediante la aplicación de estrategias por la moderna administración
de empresas, la cual, como con justicia se dice, ha dejado de ser administración de
objetos para pasar a ser, principalmente, administración de personas, y esta
administración de recursos humanos tiene como objetivo fundamental la humanización del
trabajo, es decir la integración del trabajo en la vida cotidiana, como un componente grato
y saludable que contribuya a la realización de las potencialidades del trabajador y a su
bienestar físico, mental y social. La alegría de trabajar puede hacer más accesible y
menos utópico el supremo ideal del hombre: la alegría de vivir.
Capitulo 2
Desarrollo y productividad
DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
Cada día, desde la última guerra mundial, es motivo de gran preocupación esta
desigualdad, que afecta no solamente a los países subdesarrollados sino que repercute
en diversas formas sobre los países desarrollados.
Desde muy diversos puntos de vista se ha tratado este inquietante problema. Todo un
conjunto de disciplinas científicas: las ciencias económicas, políticas, biológicas, sociales
y naturales han aportado y siguen aportando valiosos elementos para el análisis y manejo
de este multifacético fenómeno que cada día pone en mayor peligro la estabilidad y aun la
sobrevivencia de la Humanidad.
Las guerras, las epidemias y las crisis económicas y políticas tienen en su génesis al; 'in
componente más o menos importante y decisivo relacionado c n los conflictos derivados
de la cada día más difícil convivencia e re el Tercer Mundo y los países industrializados,
entre lo que ha Jado en llamarse el Norte y el Sur, entre la riqueza y la pobreza, entre la
opulencia y la miseria.
Sin embargo, los economistas se han dado cuenta de lo difícil que resulta investigar la
naturaleza y causas de la pobreza de las naciones. Es por ello que Meier y Baldwin,
recordando en su interesante libro Economía Development aquella célebre frase del
"tigre" Georges Clemenceau, héroe de la Primera Guerra Mundial: "La guerra es un tema
demasiado serio para confiársela a los militares", la parodiaron con esta otra: "El
desarrollo es un tema demasiado serio para ser confiado a los economistas".
En 1949 H. W. Singer dijo que un país subdesarrollado escomo una jirafa, pues resulta
difícil describirlo, pero uno siempre lo reconoce cuando lo ve. El presidente Truman
definió dentro del célebre Punto Cuarto a las zonas subdesarrolladas como
...aquellas en las que más de la mitad de la población del mundo vive casi en condiciones
de miseria, donde la alimentación es inadecuada y donde la pobreza es un obstáculo y
una deficiencia duradera y peligrosa.
Algunos investigadores realizaron experimentos científicos para probar hasta que punto la
alimentación influye en el desarrollo, y así Sloneker, en Estados Unidos, publicó un
estudio cuya conclusión fue: "de dos grupos de ratas que se mantuvieron en observación,
el primero tuvo una alimentación rica en proteínas y el segundo una alimentación pobre
en proteínas; de ambos, este último grupo resultó ser mucho más prolífico aunque,
desnutrido". Este experimento hace pensar que en los países sumamente desarrollados
hay algo más que el control artificial de la natalidad -el tipo de alimentación-como medio
para que la población no crezca en forma expansiva como sucede en los países
subdesarrollados.
El análisis económico ha mostrado que en los países desarrollados el ingreso per cápita
es relativamente alto, sucediendo lo contrario en los países subdesarrollados, y por este
camino se nos ofrece un concepto mensurable.
Sin embargo, no existe un límite claro entre ambas zonas, habiendo una amplia gama de
situaciones intermedias a lo largo de la línea que divide países ricos y pobres. Entre
Estados Unidos y la India, por ejemplo, puede apreciarse una diferencia enorme, entre
cuyos extremos es posible situar el grado de desarrollo de otros países.
Siendo el propósito de este capítulo mostrar la relación que existe entre el desarrollo, la
productividad y la salud, se intentará definir algunos conceptos básicos de la ciencia
económica que servirán como puntos de referencia para establecer esa estrecha relación.
El ingreso nacional ha sido definido como el total de los bienes económicos producidos
por una nación en determinado periodo de tiempo.
Con el nombre de ingreso per cápita se designa al resultado de la división del ingreso
nacional entre la población. Así pues, cuando el ingreso per cápita permanece constante
durante largo tiempo y hay un incremento en la población se está en presencia de un
crecimiento económico, y cuando se presenta una tendencia al aumento (también a largo
plazo) del ingreso per cápita se trata de progreso económico y, según Zimmerman, la
situación intermedia entre crecimiento y progreso es la de desarrollo.
Los economistas han calculado que para que el proceso de transformación de crecimiento
en desarrollo indique un impulso inicial o "arranque", la tasa de ahorros y de inversión
debe llegar al diez por ciento o más del ingreso nacional, y en un periodo mis avanzado
esta proporción del ingreso nacional que se invierte debe llegar al veinte por ciento,
proporción que caracteriza a la etapa denominada por Rostov como de madurez,
precursora de la etapa de alto consumo en masa.
DESARROLLO ECONOMICO-SOCIAL
El primer avance en este proyecto fue sin duda asociar al criterio puramente económico el
reconocimiento de una realidad que, aun cuando ya era conocida, no se la reconocía
como un complemento indisociable de lo económico. Comenzó entonces a hablarse de
desarrollo económico-social y se empezó a estudiar el papel que juegan en las distintas
etapas del proceso de desarrollo ciertos sectores de la convivencia social, tales como
población, alimentación, vivienda, educación, urbanización y otros cuyo objetivo final es
lograr el bienestar de la Humanidad.
De acuerdo con este modo de entender el desarrollo, Kuznetz lo define como "a proceso
que se manifiesta por un persistente aumento del ingreso p « cápita y un nivel de vida
ascendente".
Tales componentes del nivel de vida, con sus respectivos indicadores, son los siguientes:
1. Salud
1.1. Expectativa de vida al nacimiento.
1.2. Mortalidad infantil.
1.3. Mortalidad general.
2. Consumo de alimentos y nutrición
3. Educación
5. Vivienda
7. Vestido
8. Recreación y entretenimiento
9. Libertades humanas
La determinación del punto en el que este círculo vicioso debe romperse ha sido tema de
discusión entre economistas y expertos en Salud Pública en los últimos años. Pero si bien
en los países que iniciaron primero su proceso de desarrollo la salud fue una
consecuencia de la riqueza, pues sus excedentes eran invertidos en saneamiento
ambiental, profilaxis de las enfermedades, educación sobre la salud etc., las naciones que
se encuentran ahora en etapa de desarrollo tienen necesidad de realizar un esfuerzo
mayor que el que Inglaterra efectuó en dos siglos y otros países durante más de un siglo.
La salud, que para los países desarrollados fue una resultante del proceso, en los países
subdesarrollados se le considera más bien como un factor esencial para su promoción y
es esta la razón por la que la ayuda a estos países se destina, en importantes
proporciones, a resolver los problemas de salud, la que debe ser considerada como un
prerrequisito para el desarrollo y el factor dinámico esencial para que puedan crecer, en
forma sostenida, tanto el ingreso per cápita como el nivel de vida, requisitos
indispensables ambos para llegar a la meta del desarrollo. El punto de elección para
romper esta espiral es, sin duda, la enfermedad, de donde parte la serie de
consecuencias que configuran el panorama del subdesarrollo. Técnicamente, la solución
es bien conocida en términos de aplicación de medidas específicas, como dotación de
agua potable, disposición sanitaria de excretas, inmunización y educación sanitaria, que
constituyen la clave para reducir al mínimo la patología del subdesarrollo que limita la
productividad de los individuos a un 30 ó 60 por ciento de su capacidad.
Probablemente las tres cuartas partes de la población mundial beben agua contaminada,
no disponen de sistemas sanitarios para eliminación de los excrementos, preparan la
leche y los alimentos en forma inadecuada, están constantemente expuestos al ataque de
insectos y roedores y habitan viviendas inadecuadas.
Y este 75 por ciento de la población mundial, mes a mes, día a día y hora a hora
representa un mayor número de personas dada la expansión demográfica, más intensa
en las zonas subdesarrolladas.
LA PRODUCTIVIDAD-NOCIÓN CIENTÍFICA
En la búsqueda de una fórmula que pudiera contemplar los factores tan complejos y
variados que intervienen en el proceso del desarrollo, se ha actualizado el uso de un
concepto casi olvidado durante un siglo y que, a manera de palabra mágica, es repetido
en libros, discursos, conferencias, seminarios, etc., entre economistas, sociólogos,
hombres de empresa y políticos: la productividad, expresión que tiene un doble valor.
Por un lado, la productividad es una noción científica, y por otro tiene un valor de recurso
instrumental. Como noción científica es, en su expresión más amplia, la relación que
existe entre el volumen físico de la producción obtenida y los elementos utilizados para
obtenerla, y puede ser aplicada en función de todos estos elementos o de cada uno de
ellos por separado: materiales, máquinas, recursos económicos, mano de obra, etc. El
concepto puede ser aplicado a una empresa, a una actividad económica o a toda una
economía.
Productividad = Producción
Número de horas de trabajo
Que a su vez es utilizada como medida del progreso técnico, ya que permite apreciar las
grandes diferencias que existen en el rendimiento de los tres sectores de la producción: el
primario o agrícola, que ha recibido una mediana influencia del progreso técnico; el
secundario o industrial, que ha obtenido su máxima influencia del progreso técnico, como
la más alta posibilidad de aumento de la productividad, y el sector terciario, que
corresponde a los servicios, actividad que ha recibido la más baja influencia del progreso
técnico.
Productividad = Producción
Empleo
Y puesto que se produce para consumir, para que la producción IC adapte al consumo, es
necesario que:
Empleo = Consumo
Productividad
...es la clave del conocimiento económico y social de nuestro tiempo. Permite a su vez
comprender y actuar. Engloba todos los problemas importantes de la época actual:
potencia industrial y política de las naciones, equilibrio económico y social del mundo,
nivel de vida de los pueblos y poder adquisitivo de los asalariados, duración del trabajo,
duración media de la vida humana, distribución proporcional de la población activa,
enseñanza, crisis económica, paro obrero, comercio exterior, tributación, artos del hogar,
urbanismo, organización del trabajo, relaciones profesionales, etc. Nada de lo humano le
resulta extraño.
La persecución de dichas metas hace que una política de productividad adquiera todo su
sentido. Una expansión económica así concebida ofrece ventajas a todos: a los
empresarios, proporcionándoles las posibilidades de aumentar la producción y de
colocarla en mercados en expansión; a los asalariados, evitando el peligro de un paro
tecnológico por demanda de mano de obra en otras instituciones, elevando la
remuneración de su trabajo, haciendo posible su participación inmediata en el reparto de
utilidades, y algo aún mis valioso que todo J anterior: haciendo posible la plena
adaptación del hombre con c puesto de trabajo hasta convertir la actividad laboral en la
mejor oportunidad de satisfacción de las necesidades básicas del hombre, o sea
humanizando el trabajo.
Tres son los atributos humanos capaces de determinar la productividad del trabajo
humano, los cuales en mayor o menor proporción están presentes en toda persona que
labora: el poder, e querer y el saber hacer algo. El primero depende de un conjunto de
factores de orden físico y psíquico que determinan su capacidad para trabajar, tales como
su salud, sexo, estatura, peso corporal fuerza muscular, funciones sensoriales, resistencia
a la fatiga, destreza manual, capacidad de coordinación sensitivo-motriz, así come su
desarrollo intelectual y aptitudes específicas. El segundo representa su voluntad para
trabajar y depende fundamentalmente de su estructura mental y emocional, de su
capacidad de adaptación al ambiente tecnológico y al ambiente humano, de su carácter y
de sus intereses.