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Una mejor comprensión de la naturaleza infectante de los padecimientos
dentales revitaliza de modo notable el interés por los métodos químicos de control de placa.
Si bien la eliminación mecánica de la placa dentobacteriana (PDB) es todavía
la técnica básica empleada para evitar las enfermedades dentarias y conservar la salud bucal, el Consejo de Asuntos Científicos de la Asociación Dental Americana instrumentó un programa de aceptación de sustancias de control de placa. Esas sustancias se valoran en estudios clínicos controlados con placebos de seis meses o más y deben demostrar mucha mejor salud gingival comparada con los controles. La ADA ha aceptado dos sustancias para tratar la gingivitis: soluciones en enjuague bucal de digluconato de clorhexidina y un enjuague bucal de aceites esenciales. Hasta el momento, la sustancia que ha suministrado resultados más positivos es la clorhexidina, un diguanidohexano con relevantes propiedades antisépticas. Diversas investigaciones clínicas han confirmado el hallazgo inicial de que dos enjuagues bucales diarios con 10mI de una solución acuosa de digluconato de clorhexidina al 0.2% casi inhibieron por completo la producción de la placa dental, el cálculo y la gingivitis en un modelo en seres humanos par gingivitis experimenta. Estudios clínicos de varios meses de duración revelaron que la placa disminuye de 45 a 61% y, más importante aún, la gingivitis de 27 a 67%. La preparación de digluconato de clorhexidina al 0.12% es el agente más eficaz disponible hoy en día para atenuar la placa y la gingivitis, aunque conlleva efectos secundarios locales reversibles, en especial manchas pardas de los dientes, la lengua y las restauraciones de silicato y resina, así como la alteración pasajera de la percepción gustativa. La clorhexidina posee actividad tóxica sistémica muy baja en los seres humanos, no produce resistencia reconocible de microorganismos bucales y no genera alteraciones teratógenas. La preparación contiene alcohol al 12%, lo que preocupa a los profesionales y pacientes que saben que el uso regular del alcohol incrementa el riesgo de cáncer bucofaríngeo. Sin embargo, una revisión extensa de las pruebas epidemiológicas que relacionan preparaciones de enjuagues que contienen alcohol con cáncer llega a la conclusión de que los datos existentes no fundamentan esta vinculación. Sin embargo, no por ello muchos pacientes dejan de expresar su preocupación o simplemente rechazan consumir alcohol en cualquier forma. Por otra parte, los enjuagues de aceites esenciales contienen timol, eucalipto, mentol y salicilato de metilo. Se los ha evaluado en diversos estudios a largo plazo y se ha comprobado que hubo educciones de placa de 20 a 35% y de gingivitis de 25 a 35%. Este tipo de enjuague tiene una larga historia de uso diario y seguridad que se remonta al siglo XIX y muchos pacientes han empleado estos productos por décadas. Tales agentes también contienen alcohol (hasta 24% según la fórmula) de modo que muchos individuos y profesionales son renuentes a utilizarlos. Evaluando otras opciones, Tinoco, Beldi y Campedelli evaluaron en 1998 una preparación que contiene triclosán, la cual redujo la placa y gingivitis con cierta eficacia. Disponible en forma de pasta, el ingrediente activo tiene mayor eficacia en combinación con citrato de cinc o un copolímero de metoxietileno. Diversos enjuagues del mercado evidenciaron cierta capacidad de reducir la placa, aunque no se confirmó que produzcan mejoría de la salud gingival a largo plazo. Ellos son el fluoruro estañoso, el cloruro de cetilpiridina (compuestos de amonio cuaternario) y la sanguinarina. Las pruebas sugieren que éstos y otros productos para enjuague no poseen el potencial antimicrobiano de cualquiera de los productos de la clorhexidina o fórmulas de aceites esenciales. Asimismo, hay fórmulas de enjuagues sin contenido de alcohol, que algunos pacientes prefieren. Sin embargo, cualquiera de estos productos es benéfico para las personas. Un tipo de sustancia se ha comercializado como enjuague anterior al cepillado para mejorar la eficacia del cepilIado. El ingrediente activo es el benzoato de sodio. Las investigaciones que apoyan su eficacia son contradictorias, pero hay preponderancia de pruebas que señalan que el uso del enjuague antes del cepillado no es más eficaz que el cepillado solo. Se ha comprobado que el control químico de la placa es eficaz para la reducción de la placa y la mejor cicatrización de heridas después de la intervención periodontal. Tanto, la clorhexidina como los enjuagues de aceites esenciales poseen efectos positivos significativos cuando se los receta después de intervenciones quirúrgicas periodontales por periodos de una a cuatro semanas. El control mecánico de la placa es necesario y no lo reemplaza el control químico. Las pastas fluoradas son parte esencial del programa de control de placa a largo plazo. Los productos tópicos de fluoruro apropiados, tales como enjuagues y geles de concentraciones mayores, se usan según se requieran para el control de caries. Es probable que la adición de enjuagues antimicrobianos reduzca la gingivitis en pacientes periodontales. Los enjuagues con clorhexidina son sustancias muy eficaces y pueden usarse para mejorar el control de placa durante la fase 1 del tratamiento, solucionar problemas recurrentes, tratar el control ineficaz por cualquier razón de la placa, atender ciertas enfermedades raras de la mucosa bucal y como terapéutica de intervenciones quirúrgicas periodontales o bucales. Los enjuagues de aceites esenciales también son eficaces, pero en menor grado. Pueden ser convenientes porque poseen efectos colaterales menores y se expenden sin receta. Las irrigaciones bucales basadas en soluciones diluidas de sustancias antimicrobianas efectivas mejoran el control diario de placa realizado por el paciente. No hay que desalentar el uso de otras sustancias como enjuagues cosméticos y anteriores al cepillado si ejercen efecto en el individuo, pero no se los debe usar como sustitutos de medios mecánicos y químicos probados de eliminación de placa. La recomendación activa del uso de todas las sustancias complementarias se basa en evidencias de eficacia confirmadas por la investigación clínica sobre pacientes.